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Un Correo electrónico

Desde Israel, un amigo me envió este Correo el que por su emotivo contenido antecederá al último Soliloquio que ahora llevará el número 64 en vez del 63 que tenía asignado como cierre de la sección Soliloquios.

A TODOS MIS QUERIDOS Y RECORDADOS AMIGOS
Subject: Hermoso, para leer
 
Cierto día una profesora de matemática pidió a sus alumnos que pusieran los nombres de sus compañeros de clase en una hoja de papel, dejando un espacio entre nombre y nombre. Después les pidió que pensaran en la cosa más linda que pudieran decir de cada uno de sus compañeros y que lo escribieran debajo de su nombre. Tomó el resto del período de la clase la tarea encomendada para poder terminar lo pedido.

A medida que los alumnos dejaban el aula, entregaban a la profesora la hoja de papel. Durante el fin de semana la profesora escribió el nombre de cada uno de sus alumnos en hojas separadas de papel y copió en ella todas las cosas lindas que  cada uno de sus compañeros había escrito acerca de él. El lunes, ella entregó a cada  alumno su lista.

Casi inmediatamente toda la clase estaba  sonriendo. "¿Es verdad?". Ella escuchó a  alguien diciendo casi como en un susurro: "Yo nunca supe que podía significar algo para alguien" y "Yo no  sabía que mis compañeros me querían tanto", eran los  comentarios. Nadie volvió a mencionar aquellos papeles en clase. La profesora nunca supo si  ellos comentaron su contenido con alguno de sus compañeros o con sus padres, pero eso no era lo importante. El ejercicio había cumplido su propósito. Los alumnos estaban felices consigo mismos y con sus compañeros. Aquel grupo de alumnos siguió adelante y progresó.

Varios años más tarde, en 1982, uno de los estudiantes fue muerto durante la Guerra de las  Malvinas y la profesora asistió a su funeral. Ella nunca antes había visto a un soldado en su ataúd militar. El se veía tan bonito y tan maduro. La  iglesia estaba llena con sus amigos.

Uno a uno de aquellos que tanto lo apreciaban, caminaron silenciosamente para darle una última mirada.    La profesora fue la última en acercarse al ataúd. Mientras estaba allí, uno de los soldados que actuaba como guardia de honor se acercó a ella y le preguntó: "¿Era usted la profesora de matemáticas de Marcos"?. Ella balbuceó: "Sí". Entonces él dijo: "Marcos hablaba mucho acerca de usted". Después del funeral la mayoría de los ex compañeros de Marcos fueron juntos a una merienda. Allí estaban también los padres de Marcos, obviamente deseando hablar con su profesora. "Queríamos mostrarle algo", dijo el padre, sacando del bolsillo una billetera. "Lo encontraron en la ropa de Marcos cuando fue muerto. Pensamos que tal vez usted lo reconocería" , dijo. Abriendo la billetera, sacó cuidadosamente dos pedazos de papel gastados que él había arreglado con cinta y que se veía que había sido abierto y cerrado muchas veces. La maestra se dio cuenta  aún sin mirar mucho que era la hoja en la que ella había registrado todas las cosas lindas que los compañeros de Marcos habían escrito acerca de él."  Gracias por haber hecho lo que hizo" dijo la madre de Marcos. "Como usted ve, Marcos lo guardaba como un tesoro". Todos los ex compañeros de Marcos comenzaron a juntarse alrededor. Carlos sonrió y dijo tímidamente: "Yo todavía tengo mi lista. La tengo en  el cajón de encima de un armario que tengo en mi escritorio". La esposa de Felipe dijo: "Felipe me pidió que pusiera el suyo en el álbum de casamiento". "Yo tengo el mío también", dijo Marilyn. "Está en mi diario".

Entonces Victoria, otra de sus compañeras, metió la mano en su cartera, sacó una billetera y mostró al grupo su gastada y arrugada lista. "Yo la llevo conmigo todo el tiempo" y sin siquiera pestañear dijo: "Yo creo que todos hemos conservado nuestras listas". Fue entonces cuando la profesora se sentó y lloró.. Lloró por Marcos y por todos sus compañeros que no lo volverían a ver.

La densidad de la población de nuestra sociedad es tan pesada que olvidamos que la vida va a terminar un día. Y no sabemos cuando será ese día. Así que, por favor, díganle a la gente que ustedes quieren y para quienes desean el bien, que ellos son especiales e importantes. Díganselo, antes que sea demasiado tarde. Una manera de decírselo es esta:

Mándenle este mensaje. Si ustedes no lo hacen habrán perdido una magnífica oportunidad de hacer algo realmente hermoso y con resultados. Si has recibido esto es porque alguien te aprecia mucho y también porque tú significas mucho para él. Si estás "demasiado ocupado" para tomarte estos pocos minutos en este momento  para enviar este mensaje, ¿Será ésta tal vez la primera vez... que has dejado de hacer esa cosa pequeñita que hará una diferencia en tus amistades?


Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Junio 2005
http://www.isp2002.co.cl/
isp2002@vtr.net