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Sobre un cuento y otro no tanto

Hoy recordé un cuento leído en mi juvenil época de lector asiduo de ciencia ficción. Intentaré recordar su trama que, por lo demás, la encontré y la encuentro sublime, de alta sensibilidad y, por qué no decirlo, hasta de actualidad:

Era una distinguida dama que dedicó su vida al marido, sus hijos y el hogar. Ella, luego de criar a los tres hijos y ver fallecer a su esposo, siguió viviendo en su casa. Estaba sola pues no deseaba que nadie la ayudara, era independiente, tenaz, mente positiva y de mucha vitalidad, además de, entre otras cosas intuitiva. Sus hijos, dos mujeres y un varón, los tres profesionales casados, le habían dado ya cinco nietos y las visitas a su madre eran bastante espaciadas. Un día se reúnen y deciden que su madre no podía seguir sola ya que tenía algo más de ochenta años. Luego de varias ponencias y discusiones acuerdan que fuera viviendo un tiempo en la casa de cada uno de ellos y, tras mucho esfuerzo logran convencer a su madre que así lo haga.

Se traslada la señora a la casa de su hija mayor, un agradable lugar alejado de la ciudad y al lado de un hermoso lago rodeado de bosques. Todos los días era la misma historia: No hagas esto, no hagas esto otro, descansa... La anciana se sentía inútil y extrañaba su propio hogar en donde ella era libre y se sentía útil. Tomó un libro y se fue a la orilla del lago a leer, aprovechando el primaveral día. Se queda contemplando embelesada la naturaleza que la rodeaba. No capta que de pronto el silencio es total; la naturaleza enmudeció, y tres varones altos, atléticos, rubios y con ajustados trajes se acercan a ella. Uno de ellos la saluda con intensa mirada y la señora lo mira fijo a los ojos con maternal mirada. Ella le dice: "Tomen asiento en la hierba, está tan hermoso el día, es un regalo de Dios que deben ustedes disfrutar". Se sientan los tres varones a su alrededor y ella les hablaba y hablaba, lo que no podía lograr con su familia donde nadie la escuchaba, ni siquiera los nietos, pegados a la TV o al PC. El rostro del que llevaba la voz de mando cambia y se hace menos duro. La señora le pregunta por su madre y él le responde: "¿Quiere conocerla?" "Sí" exclama ella, "para felicitarla por el hijo que tiene, tan caballerito y atento con las señoras de edad". Saca él una especie de minitelevisor transmisor portátil y, en pantalla se aprecia una radiante mujer, su madre, a la que la señora saluda y le habla y le habla contándole su vida y describiendo el lugar y su familia...

El joven dice que ya deben retirarse y se felicita de haberla conocido. Le deja el aparato transmisor y le dice que tan sólo ella podrá utilizarlo pues quedó sincronizado con su frecuencia cerebral y le servirá para comunicarse con su madre cuando ella lo desee y que él, a su vez, la llamará. Que pronto, muy pronto tendrá noticias de ellos y sabrá quiénes son.

Se marchan los tres varones y un suave ruido, viento y luz rodea el lugar... La anciana camina hacia la casa y escucha que hay gran algarabía en ella. Salen corriendo los dos nietos gritando: "abuela, abuela, ven pronto a ver la tele, dijeron tu nombre y que habías salvado al planeta...". Entra la señora a la casa y allí la televisión está en cadena nacional en la que se señala que una civilización extraterrestre ha decidido salvar al género humano de la inminente destrucción y ello se ha logrado gracias a una anciana... En pantalla aparece la abuela conversando con los tres jóvenes. Eran del comando interespacial, regresaban a su nave para dar por inicio la destrucción de la vida planetaria por no haberse logrado la media requerida... y que, gracias a esta noble señora la humanidad sería ayudada y...

La señora regresa al lugar al lado del lago, activa el transmisor y conversa con la madre del capitán galáctico, ella jamás logró captar lo que había hecho en favor del género humano. Sin embargo, hubo un cambio en ella, fue como si el tiempo se detuviera, su aura se hizo radiante, su voz tranquilizaba... Pero con quien realmente se entendía era con la madre del capitán y con el mismo capitán extraterrestre a quienes sí podía hablar dado que, siempre era respetuosamente escuchada...

Mi primer libro La respuesta es: lo inicié en 1981 con un cuento fantástico que para muchos sigue siendo real a pesar que les diga que fue fantasía, una broma literaria, una manera de atraer al lector o algo que me agradaba hubiera sido real... Acelerado ya como escritor a contar de 1994, en la etapa de antimundo, me nació escribir un cuento titulado "El Botón Rojo". Allí surgió una segunda fantasía: Zoltan, mi amigo imaginario, el capitán de la flota transdimensional encargada de evaluar al género humano. Todavía hay lectores que piensan que Zoltan es real... Eliminada la base que sustentaba mi condición de antimundo, mi amigo imaginario Zoltan, me hizo cambiar el final y el título del cuento que quedó como "El botón verde"... Es decir, en mi cuento que de botón verde final pasó a un verde esperanzador, la humanidad se salvó, pero no por los connotados del mundo, no por los iniciados, maestros, pastores, purpurados, no por los considerados santones del mundo, no por los de beatífica mirada... La humanidad se salvó por las personas más humildes entre los humildes, por aquellos que, muriendo de hambre, comparten un mendrugo de pan con el vecino que está peor que ellos... Y esto, créanlo, no es un cuento, esto es una absoluta REALIDAD y a ellos es a quienes debemos agradecerles que...



Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
septiembre 2004

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