NetEscrito 1
N° 313
Sobre el Pensamiento del último de los Dalai Lamas
Diciembre de 2007
*
Índice
* Breve noticiero reciente del Cambio Climático
* Proemio
* Los 14 Dalai Lamas de la historia
* Síntesis biográfica del actual Dalai Lama
* Del Pensamiento del Dalai Lama
-I- Frases para Meditar
-II- Sobre la Ciencia
-III- Sobre la Compasión
-IV- Sobre la Ecología
-V- Sobre la Educación
-VI- Sobre la Ética para el Nuevo Milenio
-VII- La Felicidad, una Responsabilidad Universal
-VIII- Buscando un Refugio Interior
-IX- Sobre la Juventud
-X- Sobre Karma y Reencarnación
-XI- Sobre la Meditación
-XII- Sobre la Mente
-XIII- Sobre el Mundo Actual
-XIV- Sobre la Psicología
-XV- Sobre la Religión
-XVI- Sobre la Responsabilidad Universal
-XVII- Sobre la Sonrisa
-XVIII- Instrucciones para una Vida
-XIX- Sobre el propósito de la Vida
-XX- Sobre la Violencia y el Odio
-XXI-
Om Mani Padme Hum
-XXII- A las ONG de la Conferencia
Mundial de la ONU sobre los Derechos Humanos
-XXIII- Para la Cumbre del Milenio por la Paz Mundial
-XXIV- Su Discurso de Aceptación del Premio Nobel
-XXV- No renuncies jamás
* Sobre el por qué del Último de los Dalai Lamas
* ¿Qué pienso del Dalai Lama?
* Reflexión final
|
*
Breve noticiero reciente del Cambio Climático
05/12/2007
* Un
grupo de científicos estadounidense detectó importantes signos de que
en las últimas tres décadas los trópicos del planeta se han expandido
hacia el norte mucho más de lo que postularon que sucedería en el siglo
próximo. En caso de que los hallazgos se confirmen, y la tendencia continúe,
desencadenará una serie de cambios en los ecosistemas subtropicales,
aumentará la propagación de enfermedades tropicales, y finalmente
redundará en vidas menos placenteras para aquellos que vivan en las
zonas de gran cambio climático. La inclinación del eje de la Tierra crea las zonas tropicales, las
cuales forman un cinturón en torno a la latitud 47°, en la parte
central del planeta. Con el proceso actual que encontraron los
científicos, las temperaturas más cálidas y el aire húmedo, propios de
estos lugares, se desplazan hacia los polos, aumentando grados de calor
en regiones tales como América Central y Sur, África Central y Sur,
sudeste asiático, y una buena parte de Australia.
* El FMI trabaja en una evaluación del impacto del
cambio climático. Este cambio tiene un impacto negativo directo que
puede amenazar el equilibrio fiscal de las naciones.
* El presidente de la reaseguradora Münchener Rück,
Nikolaus von Bormhard, advirtió: "Hasta ahora sólo hemos visto
una pequeña parte de las catástrofes que puede producir el cambio
climático. Estoy esperanzado en que los
participantes en la conferencia de Bali se tomen 'muy en serio' el
enorme reto que supone el cambio climático, siendo el principal
desafío convencer a 'India y China' para que contribuyan también a
proteger el medioambiente".
*Bali, Indonesia. El funcionario
de la ONU Yvo de Boer abogó hoy aquí por la necesidad de realizar
mayores esfuerzos para canalizar la financiación a la adaptación al
cambio climático. De Boer reconoció que en la actualidad
existe una carencia de recursos para la adaptación a esa situación
climática, y el retraso en la actuación para ello lo calificó de ataque
directo contra la población más empobrecida del planeta, la más
vulnerable.
06/12/07
* Según el último estudio de la Agencia Internacional de la Energía, las
emisiones de los dos gigantes asiáticos, China e India, pasarán de 27.000 millones de
toneladas en 2005 a 42.000 millones en 2030.
07/12/07
*El escenario terrorífico de las consecuencias que tendrá
el cambio climático ha logrado que el término
Klimakatastrophe –catástrofe climática- sea coronado como la palabra del año 2007. “
Klimakatastrophe
marca la dirección que tomará el cambio climático”, explica Gerhard
Müller, experto de la Sociedad para la Lengua Alemana (GfdS), con sede
en Wiesbaden.
08/12/07
*Conferencia de la ONU en Bali: El mundo se divide frente al cambio climático.
Las grandes potencias dificultan
un acuerdo mientras que las pequeñas se niegan a reducir emisiones
porque frenarían el desarrollo de sus economías
La Tierra se calienta. Los hielos se derriten. Y no es ciencia-ficción.
El clima está cambiando aceleradamente por culpa del ser humano.
Los efectos, ya irreversibles, pueden ser devastadores si no pasamos a la acción.
¿?
Frente a lo irreversible del Cambio me pregunto: ¿Cuál
acción efectiva sugieren? Mientras el huracán
del Cambio Climático asola al mundo, remece los cimientos de la economía y... bien vendría recibir un
bálsamo de Paz que es lo que el presente título pretende
brindar.
*
Proemio
Cuando describo lo que siento
descubro lo que soy.
María Cristina Aliss (Criss)
Al finalizar noviembre encontré la solución al problema
que el Índice General de mi Portal MUNDO MEJOR plantea al tener 312 títulos
puestos en orden de aparición, un Índice completo pero poco
práctico para el CiberLector. Logré ahora, a manera de complemento, hacer un Índice Temático que tiene 17 secciones, él ha servido para facilitar la búsqueda de quien, por las razones que sea, accede
al Portal. Al día siguiente de esta CiberRealización atendí a una
Niña de Luz de 11 años acompañada por su madre.
Mientras atiendo tengo en
mis dos consultas puesto a permanencia música barroca para cuerdas de J. S. Bach, me sorprendió la Niña al
decirme: Qué bonita música tiene.
Le pregunté por qué y ella respondió: Porque
relaja. Entonces le regalé el CD Air Continuum que tomó como preciado tesoro y le dije que en la sección 09 del
Índice Temático encontraría las razones de los
beneficios de esa música: Un Regalo Divino...
Luego le
señalé que además ingresara a la sección 10
del Índice Temático para que ella se conociera mejor...
Al despedirme le recordé que nacer con un don así es para
crecer uno y ayudar a otros... Saber como afortunadamente lo sé, que hay
niños, jóvenes y adultos que irradian Luz, me da esperanza
que las tinieblas de los Santuarios interiores y del mundo exterior
podrán ser disueltas.
El Dalai Lama es un Mensajero de la Paz más allá de sectarismos, sin embargo no todos los gobernantes lo reciben ignorando su Jerarquía y al número de personas que Él representa
en el mundo, quienes rechazan
la Paz dejan abierta la puerta para la manifestación del odio. Es más, algunos dignatarios prefieren
priorizar a drogados símbolos de la música moderna idiotizante
o a ídolos de pacotilla de la distractiva
farándula parafernálica mundial... marionetas que ayudan a que
el hombre masa siga sin ver ni escuchar, es decir, continúen siervos y no sean LIBRES como a cada uno le corresponde ser.
En el escrito "Abogado Defensor" de febrero de 2003 señalo: "Haber dado forma, no ha muchos
días
atrás, a un pequeño texto que recibió el
capicúa
número 101 de mi página MUNDO MEJOR de InterNet me
dejó
pensativo, dado que jamás pensé que, en vida,
lograría
acercarme y superar la barrera de los 100 títulos". Han
pasado casi 5 años y esa cifra se triplicó:El presente NetEscrito 1 representa al capicúa escrito general número 313 del
Portal,
a su vez, es el primer CiberEscrito que se agrega al recientemente
creado Índice
Temático. Este capicúa título está motivado
por el Pensamiento de un
Líder espiritual moderno que fue galardonado con el Premio Nobel
de la Paz y recorre el mundo cual Mensajero de la Paz. Paz tan
necesaria ahora que el Cambio Climático trae densos
nubarrones por los estragos y el temor a la magnitud de lo
desconocido que
escapó al control de la Ciencia y lo racional del humano
entendimiento, activando ese temor mecanismos defensivos u ofensivos de
guerra, quizá
pensando en la sobrevivencia del más fuerte, en este caso del
mejor armado militarmente. Pues bien, sirvan de bálsamo de Paz
las cuartillas que a continuación van con una
parte del Mensaje de un hombre Iluminado que, en el estricto sentido
de la palabra, es el último de los Dalai Lamas más allá de quien lo suceda...
*
Los 14 Dalai Lamas de la historia
Traducido generalmente como "océano de sabiduría",
este título fue forjado por el jefe mongol Genkhis Khan, al
aceptar a Sönam Gyatso como maestro excepcional, alentando al
pueblo mongol a la conversión al budismo vajrayana.
Nótese que en este caso, dalay era la traducción de "Gyam-tsho" (Gyatso), el apellido de los Dalai Lamas desde Gedun Drup. Desde
1642 hasta 1959 los Dalai Lama ostentaron además el poder temporal en
el Tíbet. Al morir cada Dalai Lama, los monjes (lamas) del Monasterio
Amarillo designan a su siguiente reencarnación en un niño de corta
edad, interpretando una serie de signos con arreglo a su religión; no
se trata, por tanto, de una dinastía de monarcas hereditarios, sino de
la máxima magistratura personal de un régimen teocrático.
01.- Gendun Drup, 1391-1474
02.- Gendun Gyatso, 1476-1542
03.- Sonam Gyatso, 1543-1588
04.- Yonten Gyatso, 1589-1616
05.- Ngawang Lobsang Gyatso.1617-1682
06.- Tsangyang Gyatso, 1683-1706
07.- Kelsang Gyatso, 1708-1757
08.- Jamphel Gyatso, 1758-1804
09.- Lungtok Gyatso, 1805-1815
10.- Tsultrim Gyatso, 1816-1837
11.- Khedrub Gyatso, 1838-1855
12.- Trinlé Gyatso, 1856-1875
13.- Thubten Gyatso, 1876-1933
14.- Tenzin Gyatso, 1935 - Es el actual Dalai Lama
*
Síntesis biográfica del actual Dalai Lama
Tenzin
Gyatso nacido en 1935 representa al actual Jefe espiritual del budismo
tibetano, considerado por sus
seguidores la reencarnación del Bodhisattva Avalokitesvara. Al
morir cada Dalai Lama, los monjes (lamas) del Monasterio Amarillo
designan a su siguiente reencarnación en un niño de corta
edad. En el interregno entre la muerte de un Lama y la mayoría
de edad del
siguiente, el Monasterio ejerce directamente el poder designando a un
regente, al tiempo que se ocupa de la educación del futuro jefe.
En 1720 los chinos invadieron el Tíbet y sometieron al Dalai
Lama a una
relación de vasallaje, que perduró hasta la
desaparición del Imperio
Chino en 1911. En 1950, los comunistas chinos invadieron el
país; debiendo el Tíbet
que aceptar la tutela comunista, firmando en 1951 un tratado que
convertía al mismo en «provincia autónoma» de
China. Desde entonces ha venido testificando en todos los foros
internacionales la pérdida de la soberanía de su
nación, pero se ha
opuesto al uso de la violencia y ha propiciado soluciones basadas en la
tolerancia y el respeto mutuo, con el objetivo de preservar la herencia
histórica y cultural de su pueblo.
Desde 1960 reside en Dharamsala, y a partir de entonces no ha
cesado de efectuar llamamientos a la ONU y ante numerosos foros
internacionales sobre la real condición tibetana. Esto ha generado
diversas resoluciones y expresiones de apoyo, demandando respeto por
los derechos humanos de los tibetanos, por su cultura y
autodeterminación. Recientemente, los más importantes Líderes políticos mundiales,
haciéndose eco de la opinión pública internacional, han insistido en
que el gobierno de China entable discusiones serias con el Dalai Lama,
a fin de terminar con más de cuarenta años de opresión política,
religiosa y cultural en el Tíbet. Su prédica constante es poner la sabiduría de las
religiones al servicio del bien de todos los seres, integrando sus
valores a la política o la ciencia. Firme defensor de la no violencia,
el Dalai Lama, quien humildemente suele decir: "Soy simplemente un
monje budista", ha sido distinguido en 1989 con el Premio Nobel de la
Paz, por su incesante y pacífica lucha en favor de su pueblo. Es
regularmente invitado por discípulos y simpatizantes de todo el mundo,
y en 1992 realizó su primera gira por Argentina, Brasil y Chile, países
que nuevamente visita en esta oportunidad.
*
Del Pensamiento del Dalai Lama
Soy simplemente un monje budista.
Dalai Lama
-I-
Frases para meditar
(Por sus frases los conoceréis)
A
los pensadores budistas nos parece sumamente beneficioso
incorporar ideas de diversos campos científicos, como la
mecánica
cuántica y la neurobiología, donde existen elementos muy
fuertes de
incertidumbre y no esencialidad.
A
través de la paz interior se puede conseguir la paz mundial. Aquí la
responsabilidad individual es bastante clara ya que la atmósfera de
paz debe ser creada dentro de uno mismo, entonces se podrá crear en
la familia y luego en la comunidad.
Al generar
compasión, se empieza por reconocer que
no se desea
el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad. Eso
es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las
demás personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen
derecho a alcanzar la felicidad. Eso se convierte en la base para
empezar a generar compasión.
Alguien que alcanza la victoria sobre el odio y la cólera a
través de un proceso tan arduo, es un verdadero héroe.
Aprende las reglas,
así sabrás como romperlas
apropiadamente.
Aprendemos la compasión y el amor de nuestra
madre, y no de la religión, el
cariño de la madre viene primero, después siguen la fe y la práctica
religiosa.
Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas
culturas,
lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser
buena persona y ayudar a los demás.
Aunque no logres alcanzar tu objetivo puedes sentirte bien con el simple hecho de haber realizado el esfuerzo.
Aunque
no sabemos lo que nos depara el futuro, debemos siempre hacer algo por
la vida a favor de otros.
Buscamos
comportarnos correctamente porque es una buena actitud. Produce buenos
frutos. La razón principal es que uno busca la felicidad y uno
no desea el sufrimiento y en función de esto, uno realiza buenas
acciones y evita las malas.
Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una
actitud de aprecio por lo demás.
Cometemos errores cuando las emociones nos invaden y nos conducen a las
malas acciones.
Como
humanos somos capaces de obtener la Iluminación
en una sola vida. Sin embargo, la vida es corta y la mayor parte de
elle
ha pasado ya. Debemos preguntarnos cuánto hemos progresado
espiritualmente.
La muerte puede llegarnos en cualquier momento, y cuando llegue
habremos
de dejar atrás todo excepto las huellas mentales que nuestras
acciones
han dejado.
Comparte tu conocimiento, es una manera de conseguir la
inmortalidad.
Creo
en la determinación humana. A lo largo de la historia se ha comprobado
que la voluntad humana es más poderosa que las armas.
Creo firmemente en que la formación es un instrumento imprescindible
para el florecer del bienestar humano y la creación de una sociedad
justa y pacífica.
Creo que, en general, ser honrado
con uno mismo y con los
demás sobre lo que se es y no se es capaz de hacer puede
contrarrestar el sentimiento de falta de seguridad.
Cuando
dudo de mi existencia, me pellizco.
Cuando nos sentimos responsables, implicados y comprometidos, experimentamos una profunda emoción, un gran valor.
Cuando
nuestro espíritu alcanza cierto grado de cualidad que llamamos
la conciencia sutil, ya no puede morir, en el sentido ordinario de la
palabra.
Cuando pierdes, no pierdes
la lección.
Cuando
uno es generoso, con la intención de recibir algo a cambio o de
obtener una buena reputación o de ser aceptado, entonces no esta
actuando como un ser iluminado.
Debemos investigar y luego
aceptar los resultados. Si no resisten ante
los experimentos, las mismísimas palabras de Buda deben ser
rechazadas.
Debemos perdonar si queremos vivir
en
paz. Nuestra causa es justa, pero
el pasado es solo pasado.
Desde que nacemos,
dependemos de la bondad y protección de nuestros padres. Más adelante en la
vida, cuando nos oprime la enfermedad y la vejez, volveremos a depender del
altruismo de los demás, y ya que al inicio y al final de nuestra vida,
necesitamos de la bondad del prójimo, ¿ como es posible que en el transcurso de
ella no seamos igualmente generosos?
Después
de todo, si las prácticas de mi propia tradición pueden unirse a los
métodos científicos, entonces podemos dar otro pequeño paso hacia el
alivio del sufrimiento humano.
Duda de lo que quieras,
pero nunca de ti mismo.
El
amor sincero no está basado en el apego sino en el
altruismo.
El Buda no es un dios; fue una persona que descubrió cómo vivenciar
todo su potencial y trascender sus limitaciones, convirtiéndose así en
un ser superior que mostró el camino para que podamos lograr la misma
realización espiritual.
El
cariño paternal, el contacto físico, la ternura amorosa
hacia todos los seres vivos, la responsabilidad social y la atención
especial a los menos privilegiados, todos estos conceptos son tan simples
de entender. Entonces, ¿por qué su práctica parece
costarnos tanto?
El conocimiento es un instrumento que puede ser utilizado
constructiva o destructivamente.
El
cuerpo es como una pared, la consciencia o mente es como una
pintura.
El desarrollo tecnológico de la actualidad está bien, pero es
necesario darles más importancia a los valores humanos y la
espiritualidad.
El enojo, el orgullo y la competencia son nuestros verdaderos enemigos.
El enojo es uno de los problemas más serios que el mundo enfrenta
hoy.
El éxito y el fracaso depende de la sabiduría y la inteligencia,
que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la
ira.
El intelecto humano, o sea el
conocimiento, no propicia
la felicidad.
El mantenimiento de la paz comienza con la autosatisfacción de cada individuo.
El medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira.
El mismo concepto de
guerra está
obsoleto porque la destrucción de tu vecino es esencialmente la
destrucción de uno mismo.
El
problema humano básico es la falta de compasión. Mientras
este problema subsista, subsistirán los demás problemas.
Si se resuelve, podemos esperar días más felices.
El
tema central de las Cuatro Verdades Nobles es el de
causalidad
[natural] en lo que se refiere a la felicidad y al sufrimiento.
El
verdadero practicante debe ser un soldado que combate incesantemente contra
sus enemigos interiores.
En el budismo se presta mucha atención a las actitudes que
adoptamos ante nuestros enemigos. Ello se debe a que el odio puede ser
nuestro mayor obstáculo para el desarrollo de la
compasión y la felicidad. Si se aprende a ser paciente y
tolerante con los enemigos, todo lo demás resulta mucho
más fácil, y la compasión fluye con naturalidad.
En
cierto momento estuve particularmente intrigado por un telescopio
antiguo, con el que estudiaba los cielos. Una noche, mientras miraba
la luna, me di cuenta de que había sombras en su superficie. Llamé a
mis dos tutores principales para que las vieran, pues esto era
contrario a la antigua versión de la cosmología que me habían enseñado,
que sostenía que la luna era un cuerpo celeste que emitía su propia
luz. Pero a través de mi telescopio, la luna
era claramente mera roca y tenía cráteres. Si el autor de ese tratado
estuviese escribiendo actualmente, estoy seguro de que presentaría de
manera distinta la cosmología.
En forma natural,
como parte de la naturaleza humana, tenemos la cualidad del amor. Al nacer,
nuestra sobrevivencia misma se basa en el amor. Ya sea que la persona sea
religiosa o no, la base de la felicidad es el sentimiento de amor por todos los
seres por igual.
En la educación moderna no hay una ética moral. Pero aún cuando se reconoce que
es necesario que se incorpore, no hay un plan concreto para implementarlo. Y yo
tampoco lo tengo.
En la práctica de la tolerancia, el enemigo es el mejor maestro.
En Lhasa, los jóvenes ya no miran al Dalai
Lama como la única referencia, la mayoría de los jóvenes monjes que huyen de
Tibet y llegan a Dharamsala para ser enviados a Estados Unidos a estudiar, lo
primero que hacen al llegar allá es colgar los hábitos e imbuirse de la vida
moderna.
En última instancia, el futuro
está
en nuestras manos.
Es
mucho mejor hacer amigos, comprender mutuamente y hacer un esfuerzo para
servir a la humanidad, antes de criticar y destruir.
Es necesario eliminar gradualmente los factores que llevan al
sufrimiento mediante el cultivo de los que llevan a la felicidad.
Esa
oscuridad interior que llamamos ignorancia, es la raíz del sufrimiento.
A mayor luz interior, menor oscuridad. Ésta es la única
forma de alcanzar la salvación.
Esta
es mi simple religión para la cual no se necesita más
templo que el propio
corazón y el propio cerebro ni más filosofía que
la bondad.
Estoy aquí con ustedes para recordarles la práctica de la caridad y de los pensamientos compasivos.
Estoy convencido de que la utilización adecuada del tiempo
consiste en servir a otras personas, a otros seres sensibles. Si no
pudiera ser así, evitemos al menos causarles daño. Creo
que esa es la base de mi filosofía. El propósito de
nuestra vida ha de ser positivo, no nacimos con el propósito de
causar daño a los demás. Para que nuestra vida sea
valiosa, tenemos que desarrollar buenas cualidades, como cordialidad,
afabilidad y compasión. Entonces, nuestra vida podrá ser
más significativa y pacífica, más feliz.
Estoy
convencido que al final siempre prevalecerá la verdad y el amor
entre los hombres por sobre la violencia y la opresión.
Estoy dispuesto a dejarme guiar por las sincronicidades y no dejar
que las expectativas entorpezcan mi camino. Encuentro esperanza en
lo más oscuro de cada día y me concentro en lo más luminoso. No
juzgo al Universo.
Estoy
tratando desde mi lugar de subrayar la verdadera fraternidad entre los
hombres.
Hablamos
mucho de la paz, pero ésta sólo puede existir cuando el
ambiente es propicio. Debemos crear esta atmósfera y para hacerlo
debemos adaptar la actitud correcta. La paz, básicamente, debe
nacer en nosotros mismos.
Hay
dinero para armas, para muchas armas, pero no para sanidad ni para
comprar alimentos.
Hasta el enemigo tiene algo que enseñarnos y el nuestro nos ha enseñado a ser pacientes.
Honrar a Dios es fundamental, pero también lo es respetar a nuestro
prójimo. De hecho la verdadera adoración a Dios es posible cuando
uno respeta a su prójimo.
Juzga tu éxito
según lo que has sacrificado
para
conseguirlo.
La amistad solo puede tener lugar a
través del desarrollo, del
respeto mutuo y dentro de un espíritu de serenidad.
La
bondad o la maldad de los actos la determina su fruto.
La
compasión es la raíz de todas las formas de veneración.
La educación que está abocada al desarrollo del conocimiento,
orientada al cerebro, no es suficiente.
La esencia de la vida espiritual está formada por nuestros
sentimientos y nuestras actitudes hacia los demás.
La
felicidad de toda la sociedad comienza por la nuestra
propia.
La
ira es nuestro auténtico enemigo ya que se haya en nuestra mente.
La ira no cambia nunca su naturaleza. Siempre hiere y destruye. Y lo que
es peor, aniquila nuestras propias fuerzas y energías.
La
ira nace del temor, y éste de un sentimiento de debilidad o inferioridad.
Si usted posee coraje o determinación, tendrá cada menos
temor y en consecuencia se sentirá menos frustrado y enojado.
La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que
para un animal salvaje.
La Muerte y el Morir
proporcionan un punto de encuentro entre el Budismo Tibetano y las tradiciones
científicas modernas. Creo que ambos tienen mucho que contribuir entre sí al
nivel de entendimiento y de beneficio práctico. Si deseamos morir bien,
hemos de aprender a vivir bien.
La
política desprovista de ética no fomenta el bienestar
humano y la vida sin
moralidad reduce a los seres a la categoría de animales.
La rosa simboliza un corazón cálido, y la llama, la sabiduría y el
entusiasmo, que pueden ser un aporte para que este siglo sea de paz.
La
sabiduría es como una flecha. La mente serena es el arco que la
dispara. La
verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior
de nosotros mismos.
La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que
la mera indiferencia.
La verdadera esencia del ser humano es la bondad. Existen otras
cualidades provenientes de la educación y la sabiduría, pero, si uno
quiere convertirse en un verdadero ser humano y dar un sentido a su
existencia, es esencial tener un buen corazón.
La
verdadera felicidad proviene de un sentimiento de paz y
satisfacción
interiores.
Lo
que somos se lo debemos al afecto. Los días de nuestra existencia
ocurren gracias al cariño.
La violencia engendra
una violencia sin fin.
Las resoluciones de la ONU no bastan, por sí solas, para cambiar el mundo, debemos comenzar por el individuo.
Lo
más importante, es analizar nuestro mundo interior.
Lo
primero que hay que hacer es controlar la mente. Y no me estoy
refiriendo a la
meditación profunda, sino al cultivo del respeto por los
derechos del prójimo
y a la disminución de la ira.
Lo que sucede es que los modernos expertos occidentales en budismo no ven la profunda riqueza del budismo, no la conocen.
Los valores son cada vez
más
materiales y, por lo tanto,
más falsos ya que no pueden darnos respuesta a nuestras
inquietudes internas.
Me he encontrado con gente y profesores con grandes distinciones tanto
en sus conocimientos como en su profesión, con una muy buena situación
económica, pero como personas, infelices.
Me parece que cada
filosofía postula una explicación. Desde el punto de vista budista, la
ira nace de la ignorancia. En un sentido más inmediato creo que procede
del apego. Cuanto más apego tenemos mayores son las probabilidades de
enfadarnos. Al igual que otras emociones negativas, la ira forma parte
de nuestra mente, aunque, por otro lado, la compasión, la bondad y el
altruismo también pertenecen a nuestra mente.
Mi impresión de la vida en los países más desarrollados materialmente
es que hay menos satisfacción y mayor angustia. El
sentido de comunidad y pertenencia ha sido reemplazado por la soledad,
la alienación, la competitividad y el deseo de seguir con las
apariencias.
Mientras que si somos orgullosos, seremos presa de los celos y la ira
y veremos con desprecio a los demás y así lo único
que lograremos es que reine la infelicidad.
No debemos considerar el ser feliz por el placer solamente, pues el ser
feliz implica un afecto hondo hacia el prójimo que nos rodea.
No debemos creer demasiado en los elogios. La crítica a veces es muy
necesaria.
No debemos
olvidar que en el ser humano más perverso y cruel, por el hecho
de ser humano, existe una semilla de amor y de compasión que un
día hará de él un Buda.
No pierdan el entusiasmo.
No
tiene sentido estar apegado exclusivamente a esta vida, ya que por muy
larga que sea, no podemos vivir más de determinada cantidad de
años. Por eso no importa cuánta riqueza o recursos acumulemos
en esta vida. En ese momento no nos servirán de nada.
Nuestros
problemas se deben a un apego apasionado a las cosas y a deseos que nunca
se satisfacen por completo, entonces generan aún más angustia.
Percibimos a las cosas como entidades permanentes. En el empeño
de conseguir estos objetos de nuestro deseo, empleamos la agresión
y la competencia como herramientas supuestamente eficaces, y nos destruimos
cada vez más en el proceso.
Nunca
se puede ser feliz con actitud de ira.
Para crear una paz interior, lo más importante es la práctica de la
compasión y el amor, la compresión y el respeto por los seres
humanos. Los más poderosos obstáculos para ello son la ira y el
odio, el temor y el recelo. De modo que, mientras la gente habla de
desarme en el mundo entero, cierto tipo de desarme interno es
prioritario.
Para
desarrollar la compasión, primero es importante entender que entre
ustedes y los demás, los otros son más importantes, porque
son mucho más numerosos.
Para
el momento de la partida de esta vida deberíamos haber cultivado
en forma intensa los valores del espíritu. La humanidad, la entrega,
el servicio y la compasión. La muerte nos iguala a todos. Es la
misma para un hombre rico que para un animal salvaje.
Para
poder valorar mejor a los demás, es importante primero reflexionar
sobre el error de valorarnos a nosotros mismos y en la cualidad de apreciar
a otros. Si estimamos a los demás, entonces nosotros y los otros,
seremos felices.
Para
tener sabiduría es necesario tener fuerza interior. Sin un desarrollo
interno, podemos perder la confianza en nosotros mismos y el valor. Lo
imposible puede ser posible con fuerza de voluntad.
Puede ser que lo sepan o no, pero siempre me describo a mí mismo con un
monje budista simple, y dondequiera que voy siempre viajo como un ser
humano más, un ser humano común.
Recordar las grandes
cualidades que compartimos con todos los seres
humanos neutraliza el impulso de pensar que somos malos o indignos.
Recuerda que a veces el
silencio es la mejor respuesta.
Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por cada uno excede la necesidad por el otro.
Recuerda que no conseguir
lo que quieres, a veces significa
un
maravilloso golpe de suerte.
Religión
es ciencia con fe. Ciencia es religión en busca de fe.
Se dice que nuestro enemigo es
nuestro mejor maestro. Al estar con un maestro, podemos aprender la
importancia de la paciencia, el control y la tolerancia, pero no
tenemos oportunidad real de practicarla. La verdadera práctica surge al
encontrarnos con un enemigo.
Ser útil a los
demás es mi objetivo principal.
Si alguna vez no te
dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta
necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.
Si asumimos una
actitud de humildad, crecerán nuestras cualidades.
Si deseas la felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo.
Si los problemas surgen de
la diversidad de religiones,
esta misma
diversidad puede aliviar la desarmonía.
Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar.
Si no puedes hacer algo por los demás, por lo menos no
les hagas daño.
Si
puedes controlar tu ira y manifiestas compasión, tolerancia y
paciencia no solo
te mantendrás en paz sino que la ira de tu agresor
disminuirá.
Si
queremos morir bien, tenemos que aprender a vivir bien.
Si quieren encontrar la paz interna y genuina, huyan del odio porque se come nuestro sistema inmunológico.
Si
solo nos sentimos unidos a nuestros amigos pero no a nuestros enemigos
o al
resto de las personas a las que no conocemos personalmente, nuestra
compasión
es solo parcial y subjetiva.
Si somos capaces de dejar las diferencias a un lado, creo que
podremos comunicarnos fácilmente, intercambiar ideas y compartir
experiencias.
Si tienes una mala motivación, aunque la gente te alabe o
alcances los objetivos que te habías propuesto no te
sentirás feliz.
Si
un individuo posee la base espiritual necesaria, no se dejará vencer
por la tentación tecnológica y la locura de poseer. Sabrá
encontrar el justo equilibrio, sin pedir demasiado. El peligro constante
es abrir la puerta a la codicia, uno de nuestros más encarnizados
enemigos, y ahí reside el verdadero trabajo del espíritu.
Siempre
que conozco a un “extranjero” tengo la misma
sensación: “Estoy conociendo a otro miembro de la familia
humana”.
Siento que la armonía se basa en un sentido auténtico de
la hermandad.
Sin
amor la sociedad se encuentra en estado muy crítico. Y sin él
nos enfrentamos cada vez más en el futuro a graves problemas. El
amor es el centro de la vida humana.
Soy simplemente un monje budista.
Soy
tibetano, soy monje budista y siempre
rezo y rezaré mientras dure el sufrimiento en el mundo, y
mientras
pueda permanecer en él para poder ayudar, para servir a la
humanidad.
Tanto el creyente como el no creyente son seres humanos. Debemos
tenernos un gran respeto.
Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren
grandes riesgos.
Tengo muy buenos amigos en América que me presentan a sus
mujeres. Luego, cuando vuelvo a verlos, resulta que hay otra esposa. Y
les pregunto: ¿Qué ha pasado con la anterior?
¿Dónde está? A mí me caía
bien.
Vivimos muy juntos. Por tanto,
nuestro primer propósito en
esta vida es ayudar a los otros. Y si no puedes ayudarles, al menos no
les hieras. Esta es mi simple religión: no hay necesidad para
templos; no hay necesidad de complicadas teologías. Nuestro
propio cerebro y nuestro corazón es nuestro templo; la
filosofía es la amabilidad.
Ya
sea que podamos lograr la armonía mundial o no, no tenemos mejor
alternativa que trabajar hacia esa meta.
Yo creo y pienso que hay muchos que están de acuerdo conmigo, que los valores interiores son la fuente verdadera de una vida feliz.
Yo ya me encuentro medio jubilado.
Sobre la Ciencia
A veces, cuando los científicos se concentran en
sus propios campos de trabajo, su enfoque obscurece el mayor efecto que
podría tener su labor. En mis conversaciones con científicos trato de
recordarles el objetivo superior que hay detrás de lo que hacen en su
trabajo diario.
Durante los últimos 15 años,
he participado en una serie de
conversaciones con científicos occidentales. Hemos intercambiado
puntos
de vista sobre diferentes temas: desde la física cuántica
y la
cosmología hasta la compasión y las emociones
destructivas. He llegado
a la conclusión de que, si bien los descubrimientos
científicos
permiten un entendimiento más profundo de cuestiones tales como
la
cosmología, parece que las explicaciones budistas
-especialmente, en
las ciencias del conocimiento, de la biología y del cerebro- son
capaces, en determinadas ocasiones, de aportar una nueva forma de
contemplar sus propias especialidades a científicos formados en
las
técnicas occidentales.
Esta
colaboración ya ha brindado frutos. El Dr. Richard
Davidson, un
neurocientífico en la Universidad de Wisconsin, publicó
resultados de
estudios de las imágenes cerebrales de lamas en
meditación. Él
descubrió que durante la meditación las regiones del
cerebro que se
cree se relacionan con la felicidad, aumentan su
actividad. También
descubrió que a mayor tiempo de práctica de la
meditación, una persona
presenta una mayor actividad. Se están
realizando otros estudios. En la Universidad de Princeton, el Dr.
Jonathan Cohen, un neurocientífico, se encuentra estudiando los
efectos
de la meditación con atención. En la Universidad de
California, en la
Escuela de Medicina de San Francisco, la Dra. Margaret Kemeny ha estado
estudiando cómo la meditación ayuda a desarrollar
empatía en los
profesores escolares. Cuales sean los
resultados de este trabajo, me alegra que se esté
realizando. Vean,
muchas personas aún consideran la ciencia y la religión
como opuestas. Mientras estoy de acuerdo en que ciertos conceptos
religiosos se
contraponen con los hechos y principios científicos,
también siento que
la gente de ambos mundos pueden sostener una discusión
inteligente, la
que finalmente tenga el poder de generar una comprensión
más profunda
de los desafíos que enfrentamos en nuestro mundo interconectado.
He animado a
muchos científicos a que examinaran las prácticas
espirituales tibetanas más avanzadas para comprobar los
beneficios que
dichas prácticas pueden tener para otras personas fuera del
contexto
religioso. El objetivo es mejorar nuestra comprensión del mundo
de la
mente, de la conciencia y de nuestras emociones.
Hoy en
día, nuestro conocimiento del cerebro y cuerpo humanos a nivel celular
y genético ha alcanzado un nuevo grado de sofisticación. Por ejemplo,
los avances en la manipulación genética, implican que los científicos
pueden crear nuevas entidades genéticas – como un animal híbrido y
especies de plantas – cuyas consecuencias al largo plazo se desconocen.
Me alegra notar que entre
algunos neurocientíficos existe un creciente interés por involucrarse
en conversaciones más profundas con las disciplinas contemplativas
budistas.
Por muchos años,
por mí mismo y con el Instituto Mente y Vida, el que ayudé a fundar, he
tenido la oportunidad de reunirme con científicos para discutir su
trabajo. Científicos mundiales me han instruido generosamente en la
física subatómica, la cosmología, psicología y biología.
Puede parecer
extraño que un líder religioso se implique hasta tal
punto en temas científicos, pero las enseñanzas budistas
insisten en la
importancia de comprender la realidad, y ésa es la razón
por la que
deberíamos prestar atención a lo que los
científicos han aprendido
acerca de nuestro mundo mediante la experimentación y la
medición.
Si la ciencia encuentra datos que chocan con los principios budistas, el budismo debe cambiar para adaptarse a
esa realidad. Siempre tenemos que adoptar una perspectiva que concuerde con la realidad.
Si la ciencia
comprueba que alguna creencia budista es incorrecta, entonces el
budismo tendrá que cambiar. Mi punto de vista es que la ciencia y el
budismo comparten una búsqueda de la verdad y el entendimiento de la
realidad. Al aprender de la ciencia sobre los aspectos de la realidad,
donde su comprensión puede ser más avanzada, creo que el budismo
enriquece su propia visión.
Un
diálogo más profundo entre la neurociencia y la sociedad – realmente
entre todos los campos científicos y la sociedad –, podría ayudar a
profundizar nuestro entendimiento de lo que significa ser humano y
nuestras responsabilidades por un mundo natural que compartimos con
otros seres conscientes.
La Ciencia en una encrucijada
Este artículo
está basado en la conferencia hecha por el Dalai Lama en la reunión anual de la
Sociedad de Neurociencia de Estados Unidos de Norteamérica el pasado 12 de
noviembre de 2005, en Washington DC.
Las
últimas décadas han sido testigos de tremendos avances en el entendimiento
científico del cerebro humano y del cuerpo humano como un todo. Más aún, con el
advenimiento de los nuevos avances en la genética, el conocimiento de la
neurociencia acerca de la forma en que funcionan los organismos biológicos ha
alcanzado hasta el nivel básico de cada gen específico. Esto ha resultado en
posibilidades tecnológicas no imaginadas, que incluso podría alcanzar la
manipulación de los códigos mismos de la vida, que por lo tanto podrían dar
lugar a la creación de realidades completamente nuevas para la humanidad toda.
Hoy, la pregunta acerca de la interfase de la ciencia con la humanidad completa
ya no es más una materia de exclusivo interés académico; esta pregunta debe ser
asumida con un sentido de urgencia por todos aquellos que estén preocupados por
el destino de la existencia humana. Por lo tanto, siento que un diálogo entre
la neurociencia y la sociedad podría tener profundos beneficios en cuanto puede
ayudar a profundizar nuestro entendimiento básico respecto de qué significa ser
un humano y nuestras responsabilidades respecto del mundo que compartimos con
otros seres sintientes. Estoy contento de notar, de que como parte de esta
amplia interfase, existe un interés creciente dentro de algunos neurocientistas
de profundizar en el diálogo con las disciplinas budistas contemplativas.
Aunque
mi propio interés en la ciencia comenzó como la curiosidad de un niño inquieto
que crecía en el Tíbet, gradualmente me fue siendo patente la colosal
importancia de la ciencia y de la tecnología para entender el mundo moderno. No
solo he buscado aprehender ideas científicas específicas, sino que he intentado
explorar las amplias implicaciones de los nuevos avances en el conocimiento humano
y el poder originado por la tecnología mediante las ciencias. Las áreas
específicas que he explorado con mayor dedicación a lo largo de los años son
las de la física subatómica, la cosmología, la biología y la psicología. Por el
limitado entendimiento que he alcanzado en estas materias estoy profundamente
en deuda con las horas de generoso tiempo que han compartido conmigo Carl von
Weizsacker y últimamente David Bohm, a ambos de los cuales considero mis
maestro en mecánica cuántica, y en el campo de la biología, especialmente en
neurociencia, a Robert Livingstone y Francisco Varela. Así mismo agradezco
especialmente a los numerosos científicos eminentes con quienes he tenido el
privilegio de sostener conversaciones a través de los auspicios del Mind and Life
Institute, el cual inició las conferencias denominadas Mind and Life iniciadas
en 1987 en mi residencia en Dharamsala, India. Estos diálogos han continuado a
lo largo de los años, y de hecho el último de ellos concluyó aquí en Washington
justamente este semana.
Alguien
podría preguntarse “¿Qué está haciendo un monje budista al interesarse en esta
forma en la ciencia?” ¿Qué relación podría haber entre el budismo, una antigua
filosofía de la India y una tradición espiritual y la ciencia moderna? ¿Qué posible
beneficio podría haber para una disciplina científica tal como la neurociencia
al desarrollar un diálogo con la tradición budista contemplativa?
Aunque
la tradición del budismo contemplativo y la ciencia moderna han evolucionado a
partir de diferentes raíces históricas, intelectuales y culturales, creo que en
su centro comparten significativos aspectos en común, especialmente en su
mirada filosófica y su metodología. En el nivel filosófico, tanto el budismo
como la ciencia comparten una profunda sospecha respecto de toda noción de
absoluto, ya sea conceptualizado como un ser trascendente, como un principio
eterno e inmutable, tal como el alma, o como un sustrato fundamental de la
realidad. Tanto el budismo como la ciencia prefieren considerar la evolución y
la emergencia del cosmos y de la vida en términos de complejas interrelaciones
de las leyes naturales de causa y efecto. Desde la perspectiva metodológica,
ambas tradiciones enfatizan el rol del empirismo. Por ejemplo, en la tradición
investigativa budista, entre las tres fuentes reconocidas de conocimiento – la
experiencia, la razón y el testimonio – es la evidencia de la experiencia la
que prima, con la razón en segundo lugar y el testimonio en último término.
Esto significa que en la investigación budista de la realidad, al menos en
principio, las evidencia empíricas deberían triunfar sobre la autoridad de las
escrituras, sin importar cuan profundamente venerada pueda ser dicha escritura.
Incluso en el caso del conocimiento derivado de la razón o de la inferencia, su
validez debe derivarse en forma última de algunos hechos observados por la
experiencia.
Debido
a este punto de vista metodológico, a menudo he enfatizado a los budistas como
yo que las conclusiones empíricamente verificadas de la cosmología y astronomía
modernas debe impulsarnos a modificar, o incluso en algunos casos a rechazar
muchos aspectos de la cosmología tradicional tal como aparece en los textos
budistas.
Ya
que el motivo principal que subyace a la investigación budista de la realidad
es la búsqueda fundamental de eliminar el sufrimiento y perfeccionar la
condición humana, la orientación primordial de la tradición investigativa
budista ha sido la comprensión de la mente humana y sus varias funciones. Aquí,
el supuesto es que obteniendo mayor conocimientos acerca de la psyque humana,
podríamos encontrar formas de transformar nuestros pensamientos, emociones y
sus propensiones subyacentes de forma que pudiera ser encontrada una forma más
sana y satisfactoria de comportamiento. Es en este contexto que la tradición
budista ha ideado una rica clasificación de estados mentales, así como técnicas
contemplativas destinadas a refinar cualidades mentales específicas. Entonces,
un genuino intercambio entre el conocimiento acumulado y la experiencia del
budismo y de la ciencia moderna en un amplio rango de aspectos concernientes a
la mente humana, desde la cognición y la emoción hasta el entendimiento de la
capacidad inherente de transformación del cerebro humano puede ser
profundamente interesante así como potencialmente beneficioso. En mi personal
experiencia, me he sentido profundamente enriquecido al establecer
conversaciones con neurocientistas y psicólogos en temas tales como la
naturaleza y el rol de las emociones positivas y negativas, la atención, la
imaginación, así como respecto de la plasticidad del cerebro. La evidencia
concluyente obtenida por la neurociencia y por la ciencia médica respecto del
crucial rol que tiene el simple contacto físico incluso en el desarrollo del
cerebro de un niño durante sus primeras semanas de vida, muestra poderosamente
la íntima conexión entre la compasión y la felicidad humana.
El
budismo ha argumentado largamente acerca del tremendo potencial de
transformación que existe en forma natural en la mente humana. Para dicho fin,
la tradición ha desarrollado un amplio rango de técnicas contemplativas, o
prácticas de meditación, que apuntan específicamente a dos objetivos
principales – al cultivo de un corazón compasivo y al cultivo de una
comprensión profunda acerca de la naturaleza de la realidad, los cuales se
conocen como la unión de la compasión y la sabiduría. En el centro de estas
prácticas meditativas yacen dos técnicas clave: por un lado, el refinamiento de
la capacidad de atención y su aplicación sostenida, y por otra parte la
regulación y transformación de las emociones. En ambos casos, siento que podría
haber un gran potencial de investigación colaborativa entre la tradición
budista contemplativa y la neurociencia. Por ejemplo, la neurociencia moderna
ha desarrollado un rico entendimiento de los mecanismo del cerebro que se
encuentran asociados tanto con la atención como con la emoción. La tradición
contemplativa budista, dada su larga historia de interés en la práctica del
entrenamiento mental, ofrece por otro lado técnicas prácticas destinadas a
refinar la atención y a transformar las emociones. Por lo tanto, el encuentro
entre la moderna neurociencia y la disciplina budista contemplativa, podría
conducir a la posibilidad de estudiar el impacto de la actividad mental
intencionada sobre los circuitos del cerebro que han sido identificados como
críticos para procesos mentales específicos. En último término, un encuentro
interdisciplinario de este tipo podría ayudar a resolver preguntas cruciales en
muchas áreas clave. Por ejemplo, ¿tienen los individuos una capacidad fija para
regular sus emociones y atención, o, como sostiene la tradición budista, su
capacidad para regular estos procesos es modificable en alto grado, sugiriendo
similar grado de posibilidades de modificación del comportamiento y de los
sistemas cerebrales asociados a estas funciones? Un área en que la tradición
del budismo contemplativo puede tener importantes aportes que hacer es en las
técnicas prácticas que ha desarrollado para entrenar acerca de la compasión.
Con respecto al entrenamiento mental tanto respecto de la regulación de la
atención como de las emociones también resulta crucial elevar la pregunta
acerca de si una técnica específica es sensible al tiempo, en términos de efectividad,
de manera de que puedan ser desarrollados nuevos métodos destinados a
considerar los factores de la edad, la salud y otras variables.
Sin
embargo, es necesario establecer una nota de precaución. Resulta inevitable que
cuando dos tradiciones investigativas tan radicalmente diferentes como el
budismo y la neurociencia son conducidas a un diálogo interdisciplinario, este
envuelva problemas que normalmente ocurren cuando se producen intercambios más
allá de los límites de culturas y disciplinas. Por ejemplo, cuando nosotros
hablamos de la “ciencia de la meditación”, necesitamos ser sensibles a
comprender que es exactamente lo que significa dicho término. Yo siento que
desde el punto de vista de paciencia es importante sensibilizarse a las
distintas connotaciones de un término importante tal como el de meditación en
su contexto tradicional. Por ejemplo, en su contexto tradicional, el término
para meditación es bhavana (en Sánscrito) o gom (en Tibetano). El término
sánscrito connota la idea de cultivo, tal como cultivar un hábito particular o
una forma de ser, mientras que el término tibetano gom tiene la connotación de
cultivar la familiaridad. Entonces, dicho brevemente, en el contexto budista
tradicional, la meditación se refiere a una actividad mental deliberada que
involucra el cultivo de la familiaridad, ya sea en un cierto objeto escogido,
un hecho, un tema, un hábito, una cierta forma de ver, o una forma de ser.
Hablando en términos amplios, hay dos categorías de práctica de meditación –
una focalizada en pacificar (stilling) la mente y la otra en el proceso
cognitivo de la comprensión. Las dos son conocidas como (i) la estabilización
meditativa y (ii) la meditación analítica. En ambos casos, la meditación puede
tomar muy diversas formas. Por ejemplo, puede tomar la forma de tomar algo como
objeto de nuestra cognición, tal como meditar en nuestra naturaleza
impermanente, o puede tomar la forma del cultivo de un estado mental
específico, tal como la compasión, desarrollando un sincero y altruista anhelo
de aliviar el sufrimiento de los demás. O podría tomar la forma de la
imaginación, explorando el potencial humano de generar imágenes mentales, las
cuales pueden ser usadas de varias formas para cultivar un estado mental
satisfactorio. Entonces, resulta muy importante tener en cuenta que formas
específicas de meditación podrían ser investigadas al establecer
investigaciones conjuntas, de forma de que la complejidad de las prácticas
meditativas que sean estudiadas esté relacionada con el grado de complejidad de
la investigación científica.
Otra
área en que se requiere una perspectiva crítica desde el punto de vista de los
científicos se refiere a la habilidad para distinguir por un lado entre los
aspectos empíricos del pensamiento budista y la práctica contemplativa, y por
otro los supuestos filosóficos y metafísicos asociados con estas prácticas
meditativas. En otras palabras, tal como distinguimos dentro del enfoque
científico entre supuestos teóricos, observaciones empíricas basadas en
experimentos, y las interpretaciones posteriores, de la misma forma es crítico
distinguir las suposiciones teóricas, los hechos verificables experimentalmente
acerca de los estados mentales, y las subsecuentes interpretaciones filosóficas
del budismo. De esta forma, ambas partes involucradas en el diálogo pueden
encontrar el campo común de hechos empíricamente observables acerca de la mente
humana, sin caer en la tentación de reducir el ámbito de una disciplina al de
la otra. Aunque las presuposiciones filosóficas y las subsecuentes
interpretaciones conceptuales pueden diferir entre estas dos tradiciones
investigativas, en cuanto a los hechos empíricos se refiere, los hechos deben
permanecer como hechos, sin importar como uno pueda elegir describirlos.
Cualquiera sea la verdad acerca de la naturaleza última de la conciencia – ya
sea que pueda o no reducirse en últimos términos a procesos físicos – creo que
puede intercambiarse entendimiento acerca de los hechos experimentales en
varios aspectos de nuestras percepciones, pensamientos y emociones.
Con
estas consideraciones precautorias, creo que una cooperación estrecha entre
estas dos tradiciones investigativas puede contribuir verdaderamente a expandir
el entendimiento humano acerca del complejo mundo de la experiencia interna
subjetiva que llamamos la mente. Los beneficios de este tipo de colaboraciones
han comenzado a ser demostrados. De acuerdo a informes preliminares, los
efectos del entrenamiento de la mente, tal como una simple práctica de
desarrollo mental, efectuada con cierta regularidad, o el cultivo deliberado de
la compasión tal como es desarrollado en el budismo, producen cambios
observables en el cerebro humano, relacionados con estados mentales positivos,
que pueden ser medidos. Los descubrimientos recientes en neurociencia han
demostrado la innata plasticidad del cerebro, tanto en términos de conexiones
sinápticas como de nacimiento de nuevas neuronas, como resultado de la
exposición a estímulos externos, tales como ejercicio físico voluntario y un
medio ambiente mejorado. La tradición contemplativa budista puede ayudar a
expandir este campo de investigación científica, proponiendo tipos de
entrenamiento mental que también pueden pertenecer a la neuroplasticidad. Si
ocurre, tal como la tradición budista implica, que la práctica mental puede
originar cambios sinápticos y neuronales observables en el cerebro, esto podría
tener implicaciones que podrían llevar muy lejos. Las repercusiones de tal
investigación no estarían confinadas simplemente a expandir nuestro conocimiento
de la mente humana, sino que quizás más importante que eso, podría tener gran
significación respecto del entendimiento de la educación y la salud mental. De
manera similar, si como indica el budismo, el cultivo deliberado de la
compasión puede conducir a un cambio radical en la forma de ver las cosas de
los individuos, llevándolos a tener un mayor grado de empatía con los demás,
esto podría tener a la larga implicaciones de gran alcance para la sociedad.
Finalmente,
creo que la colaboración entre la neurociencia y la tradición budista
contemplativa puede verter luz fresca en la pregunta de vital importancia
acerca de la interfase entre la ética y la neurociencia. Sin importar cual
pudieran ser las concepciones particulares acerca de la relación entre la ética
y la ciencia, en la práctica, tal como se ocurre actualmente, la ciencia ha
evolucionado primariamente como una disciplina empírica, con una postura
moralmente neutral, libre de valoraciones. Ha llegado a ser percibida
esencialmente como una forma de investigación que entrega conocimiento
detallado acerca del mundo empírico y sobre las leyes de la naturaleza
subyacentes. Considerándolo únicamente desde el punto de vista científico, la
creación de armas nucleares es un logro verdaderamente asombroso. Sin embargo,
debido a que esta creación tiene el potencial de infligir muchísimo
sufrimiento, a través de destrucciones y muertes inimaginables, la consideramos
como destructiva. Es la evaluación ética la que debe determinar qué se
considera positivo y qué se considera negativo. Hasta hace poco, este enfoque
de separar ética y ciencia, en el entendido de que la capacidad humana para
pensar moralmente evoluciona a la par del conocimiento humano, parece haber
sido exitoso.
Hoy,
creo que la humanidad se encuentra en una encrucijada crítica. Los radicales
avances que han tenido lugar en neurociencia, y particularmente el la genética
hacia el fin del siglo veinte, ha conducido a una nueva era en la historia del
hombre. Nuestro conocimiento del cerebro humano y del cuerpo hasta el nivel
celular y genético, con las consecuentes posibilidades tecnológicas ofrecidas
por la manipulación genética, ha alcanzado un estado tal que los desafíos
éticos de estos avances científicos son enormes. También es evidente que nuestro
pensamiento moral no ha sido capaz de mantenerse a la par con este rápido
progreso en nuestra adquisición de conocimiento y poder. Más aún, las
ramificaciones de estos nuevos descubrimientos y sus aplicaciones llegan a
resultados tales que se relacionan con la concepción misma de la naturaleza
humana y su preservación. Por lo tanto, ya no es posible seguir considerando
adecuado la adopción de un punto de vista de que nuestra responsabilidad como
sociedad es simplemente la de aumentar nuestro conocimiento científico y
mejorar el poder tecnológico, y de que la elección de qué hacer con este poder
y este conocimiento debería ser dejado en manos de los individuos. Debemos
encontrar una forma de entregar consideraciones éticas humanitarias y éticas
fundamentales para orientar la dirección del desarrollo científico,
especialmente en lo relativo a las ciencias de la vida. Al referirme a la
invocación de principios éticos fundamentales, no estoy abogando por una fusión
entre la ética religiosa y la investigación científica. En cambio, estoy
hablando de lo que llamo la “ética secular” que envuelve los principios éticos
clave, tales como la compasión, la tolerancia, un sentido de cuidado y
consideración por los demás, y el uso responsable del conocimiento y del poder
– principios que trascienden las barreras entre los creyentes y los no
creyentes, y entre los seguidores de esta religión o aquella. Durante tanto
tiempo como cada uno de estos dedos esté conectado con la palma de la empatía
humana básica y el altruismo, ellas continuarán sirviendo al bienestar de la
humanidad. Nos encontramos todos viviendo verdaderamente en un mundo. La
economía moderna, los medios electrónicos, el turismo internacional, así como
también los problemas ambientales, todo nos recuerda diariamente cuan
profundamente interconectado ha llegado a ser hoy el mundo. Las comunidades
científicas juegan un rol de vital importancia en este mundo interconectado.
Cualquiera que sean las razones históricas, hoy los científicos disfrutan de
gran respeto y confianza dentro de la sociedad, mucho más incluso que mi propia
disciplina de filosofía y religión. Apelo a los científicos para entregar como
parte de su trabajo profesional las pautas de los principios éticos
fundamentales que todos compartimos como seres humanos.
-III-
Sobre la Compasión
Al generar compasión, se empieza por reconocer que no
se desea el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad. Eso
es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las demás
personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen derecho a alcanzar la
felicidad. Eso se convierte en la base para empezar a generar compasión.
Al
intentar explicar la importancia de la compasión podemos
encontrarnos con una persona muy endurecida, individualista y
egoísta, hasta es posible que haya personas incapaces de
experimentar empatía. Incluso a esas personas se les puede
señalar la importancia de la compasión y el amor,
argumentando que es la mejor forma de satisfacer sus propios intereses.
Esas personas desean disfrutar de buena salud, vivir mucho tiempo y
tener paz mental, felicidad y alegría. Tengo entendido que hay
pruebas científicas que se pueden alcanzar mediante el amor y la
compasión y eso animaría a algunas personas a cultivar
dicho estado mental, hay además argumentos que la gente
podría extraer de sus propia experiencias cotidianas.
Creo que la semilla de la compasión es natural. Si miramos un bebé que
está gestándose en una madre, el estado de la mente de la madre, la paz
en ella, influye muchísimo en el crecimiento del niño, y cuando nace si
no tiene afecto no dura más de un día, lo mismo un ser humano. Quiere
decir que es fundamental la influencia del amor y la compasión
destinado hacia el bebé para que sobreviva. Y todos acá hemos
sobrevivido y la razón es porque hemos recibido ese afecto y esa
calidez de parte de nuestras madres. La calidez y el amor que hemos
recibido de nuestra madre no tiene nada que ver con fama o dinero ni
con poder, sino que es un simple gesto de amor y de afecto a través del
cual hemos podido sobrevivir y estar acá. Esto no es algo que sólo
ocurre en el reino humano, también lo vemos que ocurre en el reino
animal, como la vaca da su leche al ternero, como los pájaros alimentan
a su cría para poder volar, y así en todos los órdenes de la vida. Lo
que motiva todas estas acciones es una condición de afecto natural, de
compasión natural que existe en los seres. Y para que ese
sentimiento natural de compasión pueda reforzarse, entonces si lo
acoplamos con la sabiduría, con nuestro conocimiento e inteligencia, de
esa manera puede crecer y subsistir, porque sino entonces nos olvidamos
de la compasión.
En
ocasiones el significado de compasión se confunde con el de
lástima. Nada más lejos de la realidad. Cualquier
sentimiento de amor o
compasión que
entrañe menospreciar al otro, sentir lástima por
él, no es genuina compasión.
Para que sea auténtica la compasión tiene que basarse en
el respeto por el
otro y en la convicción de que los demás tienen el mismo
derecho de ser
felices y de superar el sufrimiento que nosotros.
La
compasión puede definirse como un estado mental que no es
violento, no causa daño y no es agresivo. Se trata de una
actitud mental basada en el deseo de que los demás se liberen de
su sufrimiento, y está asociada con un sentido del compromiso,
la responsabilidad y el respeto a los demás. A su vez implica el
deseo de cosas buenas para uno mismo. Para desarrollar el sentimiento
de compasión, puede empezarse por el deseo de liberarse uno
mismo del sufrimiento, para luego cultivarlo, incrementarlo y dirigirlo
a los demás.
La
semilla de la perfección está presente en el interior de
todos los seres. No obstante, se necesita compasión para
activarla.
Si tenemos muchas preocupaciones
no dormimos, mientras que las emociones positivas, como el amor o la
compasión, no sólo nos aportan paz interior sino que son también buenas
para nuestra salud. La
práctica de la compasión beneficia la salud porque reduce el estrés. Los
gobiernos deben esforzarse más por divulgar la educación de la bondad.
-IV-
Sobre la Ecología
Un Mensaje respecto a la Protección del Medio Ambiente
El ambiente natural sostiene la vida de todos
los seres en el mundo. Sin embargo, en estos días, casi en todos
los lugares se sufre un deterioro extendido. Por lo tanto, ahora más
que nunca, es importante que cada uno de nosotros haga cualquier clase
de esfuerzo a su alcance, de acuerdo con sus capacidades, para asegurar
la protección, la restauración y la reposición
de nuestro medio ambiente y de sus habitantes.
Un medio ambiente puro y sin estropear resulta benéfico para
todos. Cuando los elementos naturales están en armonía,
la calidad y la duración de la vida se incrementan. Por ejemplo,
los árboles purifican el ambiente proveyendo oxígeno a
los seres vivientes para respirar. Su sombra provee de un lugar fresco
para descansar. Contribuyen a la precipitación de las lluvias
oportunas, que nutre a los granos y a los ganados y balancean el clima.
Crean un paisaje atractivo, bello para la vista y relajante para la
mente. Cuando hay, como consecuencia, un flujo constante de visitantes
y turistas, las actividades educativas y económicas se desarrollarán
de manera natural.
Cuando el medio ambiente se deteriora y se contamina, surgen muchas
consecuencias negativas. Los océanos y los lagos pierden sus
cualidades refrescantes y calmantes; en consecuencia, las criaturas
que dependen de ellos son perturbadas. La disminución de la vegetación
y los bosques reduce la prodigalidad de la tierra. La lluvia ya no se
precipita cuando es necesaria, el suelo se seca y se erosiona, los incendios
forestales se desencadenan y surgen tormentas sin precedentes. Todos
nosotros sufrimos las consecuencias.
En el contexto budista, los árboles aparecen en los recuentos
de la vida del principal de nuestros maestros, el Buda Shakyamuni. Nació
mientras su madre se apoyaba en un árbol, logró la iluminación
sentado bajo un árbol, y finalmente falleció mientras
los árboles eran testigos desde lo alto. De acuerdo con el Vinaya,
su código de conducta, a los monjes con ordenación completa
no sólo se les ordena que eviten cortar árboles, sino
que también los planten y los cultiven. Por lo tanto, podemos
concluir que plantar y cuidar árboles es también una virtud.
Más aún, los árboles son descritos en las escrituras
como las moradas de las deidades, las nagas y los espíritus locales.
Estas son otras razones más para protegerlos.
En general, plantar árboles da lugar a muchos beneficios. Los
árboles frutales en particular son valiosos por su contribución
a nuestra buena salud física. De la misma forma, plantar flores
es un acto noble. Las flores tienen un efecto calmante sobre la mente.
Decoramos nuestros lugares de culto e invariablemente hacemos ofrendas
con ellas en nuestros rituales religiosos. En la tradición budista
ni siquiera necesitamos recolectarlas o poseerlas, simplemente mirar
las flores y ofrecerlas en nuestra imaginación es un poderoso
medio de acumular mérito. Cuando la gente está estresada
o sus mentes se encuentran perturbadas, sentarse o pasearse en un jardín
proporciona frescura y paz.
Por lo tanto, la sociedad debería de interesarse en plantar
árboles y flores alrededor de los lugares donde vivimos, oramos,
trabajamos y estudiamos, así como alrededor de hospitales y a
lo largo de los caminos y carreteras. A fin de que puedan crecer hasta
su madurez, debemos cuidarlos y animar a los niños a protegerlos.
Sin duda esto constituirá un beneficio para nosotros y para todos
los demás seres vivientes.
En el viejo Tíbet teníamos leyes para salvaguardar las
colinas y los valles, y proteger a los animales salvajes (hasta cierto
punto, indefensos), pájaros y otras criaturas sin protección.
Esta es una noble tradición que vale la pena mantener. En la
actualidad, algunas personas continúan cazando animales salvajes
o atrapando peces y otras criaturas marinas para su provecho material
y monetario sin pensar. Sin embargo, si reflexionamos en lo que realmente
ayudará a nuestras vidas presentes y futuras, sin duda es mejor
evitar tales actividades en lo personal y ayudar a otras a evitarlas
también.
Asimismo, es inapropiado dejar basura como papeles, bolsas de plástico,
botellas, ropa vieja, restos de comida y cáscaras de fruta desperdigadas
sin cuidado por aquí y por allá. Tampoco debe la gente
de orinar o defecar dondequiera. Estas cosas no sólo son feas,
sino además resultan un grave riesgo para la salud por la falta
de higiene. Algunos tibetanos han estado acostumbrados a amarrar sus
ropas gastadas y su pelo caído a las ramas de los árboles,
pero como esto es ofensivo a la vista, sería mejor abandonar
este hábito.
En resumen, les exhorto para que, mediante el entendimiento de la interdependencia
del mundo y de todos los seres que viven en él, las personas
adapten su comportamiento con el fin de cultivar y preservar el potencial
de nuestro generoso reino natural.
¡Que los encantadores y fuertes bosques florezcan en todas las
direcciones! ¡Que todos los seres sintientes sean liberados de una muerte inoportuna
y que vivan felizmente sus vidas!
Ambas, la ciencia y las enseñanzas
de Buda, nos hablan de la unidad fundamental de todas las cosas. La
comprensión de este hecho es crucial si queremos lleva a cabo
una acción positiva y decisiva en la acuciante y universal preocupación
por el ambiente.
En la actualidad, comprendemos que el futuro de la humanidad depende en
gran medida de nuestro planeta, y que el futuro de éste depende
igualmente de la humanidad. Pero esto no ha sido siempre tan evidente
para nosotros. Hasta ahora, la Tierra ha estado tolerando nuestros
descuidados hábitos domésticos. Pero actualmente el abuso por parte de
los seres humanos, el nivel de población y la tecnología han alcanzado
un punto en el que la Tierra ya no acepta nuestra presencia
manteniéndose en silencio.
Hasta hace unos años la conciencia generalizada de la
importancia del respeto por los derechos humanos, la autodeterminación
de los pueblos y la ecología no existían; hoy, en cambio, el hombre
está mucho más abierto. Creo que en el siglo que viene se insistirá en
la revalorización de las cualidades humanas básicas.
Hoy en día, la degradación ecológica se
cierne sobre todo el planeta, incluido el Tíbet. Estoy plenamente
convencido que si cada uno de nosotros no realizamos un esfuerzo conjunto,
con un sentido de responsabilidad universal, asistiremos a la ruina
gradual de los frágiles ecosistemas que sustentan nuestra vida,
y el resultado será la degradación irreversible e irrevocable
del planeta Tierra.
La contaminación también es un problema grave.
Me parece muy positivo celebrar conferencias internacionales sobre el
tema, pero es necesario poner en práctica medidas reales y eficaces.
Una vez más, considero que la cuestión se vincula con
el estilo de vida.
-V-
Sobre la Educación
Está demostrado científicamente que la práctica de la compasión
beneficia a la salud porque reduce el estrés. No se trata de hablar
sobre Dios y la reencarnación, sino de buscar en nuestro interior y ser
compasivos. Ayuda a bajar la presión arterial y nuestra salud mejora.
Necesitamos un programa educativo, desde la guardería hasta la
universidad, que alerte sobre la importancia de la bondad.
Hay enseñanzas como la felicidad, el amor, la tolerancia y la compasión
que son comunes a todas las religiones. La educación, en todo caso, ha
de ser secular. No debe ser religiosa para que, así, pueda unir a
personas de diferentes religiones. Los códigos morales se dan al margen
de las religiones. Se basan en el sentido común y también en la
ciencia.
Me parece que en las nuevas generaciones eso es algo que se puede
entrenar, que se puede inculcar, porque es algo que las nuevas mentes,
las nuevas generaciones, pueden absorberlo de mejor manera. Nosotros
que ya somos viejos, tenemos en general una tendencia a proyectar, a
hacer una proyección de nuestra percepción sobre lo que es la realidad,
bastante fija. Entonces hay como una disparidad, hay como una brecha
entre lo que es la realidad y nuestra percepción de la realidad. En ese
sentido me parece que se tiene que dar mayor énfasis e importancia, a
tratar de acortar esa brecha que se puede hacer desde un punto de
vista científico. Creo que los médicos, los científicos y los
educadores, deberían tomar este problema con mucha importancia y
revisar también los curriculums de los sistemas educativos que existen,
para ver si realmente a través de esos sistemas educativos actuales, se
está reforzando esa brecha entre percepción y realidad, o no. Y si
realmente se encuentra que esos sistemas tienden a eso, habría que
corregirlos y redactar nuevos sistemas educativos, ya que la generación
en el ser humano desde temprana edad de estas cualidades humanas es
fundamental, algo sumamente beneficioso.
Para promover la paz mundial debemos insistir en la bondad porque la
paz sólo llegará a través de la paz interior. Hay que enseñar a los
jóvenes que los conflictos sólo podrán solucionarlos mediante el
diálogo. Esto quiere decir la no violencia. Por eso creo que los
gobiernos deben esforzarse más por divulgar la educación de la bondad.
-VI-
Sobre la Ética para el nuevo milenio
Creo
que debemos encontrar una forma de ocasionar consideraciones éticas que
indiquen la dirección del desarrollo científico, especialmente en las
ciencias de la vida. Al invocar principios éticos fundamentales, no
abogo por una fusión de la ética religiosa y la búsqueda científica. En
cambio, me estoy refiriendo a lo que yo llamo “ética secular”, que
incluye los principios que compartimos como seres humanos: la
compasión, tolerancia, consideración por los demás, el uso responsable
del conocimiento y el poder. Estos principios trascienden las barreras
entre los creyentes religiosos y los no-creyentes; estos pertenecen no
a una fe, sino a todas las creencias. Hoy, esto es más importante que
nunca. Es demasiado evidente que nuestro pensamiento ético simplemente
no ha podido mantener el ritmo del avance científico. Aunque las
ramificaciones de este progreso son tales, que ya no resulta adecuado
decir que la elección de qué hacer con este conocimiento sea dejado en
manos de los individuos.
Cuando invoco una revolución espiritual no pretendo hacer
un llamamiento a una revolución religiosa. Tampoco quiero hacer
referencia a una manera de vivir que de algún modo sea propia
del más allá, y menos aún a algo mágico
y misterioso. Más bien se trata de una invocación o un
llamamiento a una radical reorientación que nos aleje de nuestras
habituales preocupaciones por el propio yo. Se trata de un llamamiento
para centrarnos más en la amplia comunidad de seres con los que
mantenemos una estrecha relación, y en un comportamiento que
reconozca los interés de los demás junto con los nuestros.
En
cambio, me estoy refiriendo a lo que yo llamo “ética secular”, que
incluye los principios que compartimos como seres humanos: la
compasión, tolerancia, consideración por los demás, el uso responsable
del conocimiento y el poder. Estos principios trascienden las barreras
entre los creyentes religiosos y los no-creyentes; estos pertenecen no
a una fe, sino a todas las creencias.
Hoy en día enfrentamos muchos problemas, algunos creados
por nosotros con las discordias producidas a razón de la ideología,
la religión, la raza, el estatus económico y otros factores.
Ha llegado el momento de pensar en un nivel más profundo: en
un nivel humano. Todos tenemos el mismo derecho a ser felices
porque pertenecemos a la misma familia.
La
espiritualidad, en cambio, me parece algo relacionado con las
cualidades del espíritu humano, como son el amor y la
compasión, la paciencia, la tolerancia, el perdón, la
contención, el sentido de responsabilidad, el sentido de
armonía, etcétera, que aportan la felicidad tanto a uno
mismo como a los demás. Por lo tanto no existe razón
alguna para la cual no deba el individuo desarrollarlas, incluso hasta
su grado máximo, sin recurrir a ningún sistema de
creencias religiosas o metafísicas. De ninguna manera
podemos prescindir de esas cualidades espirituales básicas.
No cabe duda de que es necesaria una revolución, pero
no será una revolución política, económica,
ni siquiera técnica. Lo que yo propongo es una revolución
espiritual.
Tal como el mundo de
los negocios ha estado prestando renovada atención a la ética, el mundo
de la ciencia se beneficiaría más al considerar con mayor profundidad
las implicancias de su propio trabajo. Los científicos, más que ser
meros adeptos técnicos; deben estar atentos a su propia motivación y el
principal objetivo de lo que realizan: sea el mejoramiento de la
humanidad.
-VII-
La Felicidad, una Responsabilidad Universal
De acuerdo con la
Psicología Budista, la mayoría de nuestros problemas se deben a
nuestro ardiente deseo y apego por las cosas
que consideramos duraderas y que, en realidad, no lo son. En
la búsqueda de los objetos que deseamos, hacemos uso de la agresión y
la competitividad como instrumentos
supuestamente eficaces. Estos procesos mentales, que se han ido
desarrollando en el ser humano desde tiempos
inmemoriales, se traducen fácilmente en acciones que como resultado
producen una actitud beligerante. Nos deberíamos plantear qué podemos
hacer para controlar y regular estos venenos
(engaño, codicia, agresividad, etc.) puesto que sabemos que son
ellos los que se encuentran detrás de casi todos los problemas
mundiales.
Buscando su propia felicidad, los seres humanos han utilizado diferentes
métodos, a menudo crueles y repulsivos. Se
han comportado de forma completamente impropia a su condición de seres racionales,
ocasionando sufrimiento a su prójimo y a otros seres vivos, únicamente
en su propio beneficio. Al final, estas
acciones tan torpes traen sufrimiento a uno mismo y a los demás.
Nacer como ser humano es un acontecimiento poco común, sería sensato
utilizar esta oportunidad de la forma más
efectiva y hábil que fuese posible. Debemos tener una perspectiva
correcta del proceso universal de la vida,
para que no se alcance la felicidad o la gloria de una persona, a
grupo de personas, a expensas de los demás.
Todo lo expuesto hasta ahora exige una nueva aproximación a los
problemas globales.
El mundo es cada vez más pequeño y más interdependiente, debido,
principalmente, a los avances tecnológicos,
el comercio y las relaciones internacionales. Actualmente, dependemos
los unos de los otros más que nunca. En la
antigüedad, los problemas eran, por lo general, de tipo familiar y,
lógicamente, era también a nivel familiar donde se intentaban
solucionar. Hoy, la situación ha cambiado,
dependemos tanto unos de otros, y estamos tan íntimamente unidos, que
no podemos superar los peligros de nuestra
propia existencia, y mucho menos generar paz y felicidad, sin
un sentimiento de responsabilidad universal, sin un sentimiento de
hermandad universal y sin un convencimiento de
que todos formamos parte de una gran familia humana.
Aunque el incremento de interdependencia entre naciones debería generar
una atmósfera más comprensiva, en realidad,
es difícil lograr un espíritu de verdadera cooperación, ya que hay personas
que permanecen completamente indiferentes a los sentimientos y a la
felicidad de sus semejantes. Cuando las
personas actúan motivadas, sobre todo por la codicia y la envidia, no pueden
vivir en armonía.
Un acercamiento espiritual puede que no resuelva todos los problemas
políticos causados por el espíritu
egocéntrico que existe, pero, a largo plazo,
sí podrá superar el origen de las dificultades con las que nos
enfrentamos en la actualidad.
Por otra parte, si la humanidad continúa resolviendo sus problemas
considerando sólo las conveniencias a corto
plazo, las generaciones futuras tendrán ante sí enormes dificultades. La
población mundial está aumentando y los recursos naturales se van
agotando rápidamente.
Podemos poner a los árboles como ejemplo, nadie sabe con exactitud
cuáles serán las consecuencias con respecto
a la masiva deforestación, con respecto al clima, al suelo y
al sistema ecológico mundial en general. Nos enfrentamos a tantos
problemas porque la gente se preocupa por resolverlos sólo a corto plazo, de forma egoísta y
desconsiderando al resto
de la humanidad. No piensan en el mundo ni en
las consecuencias a largo plazo para la vida del planeta. Si nosotros las
personas de la actual generación, no meditamos sobre todo esto, las
generaciones futuras no podrán hacer frente a
tantas calamidades.
Buscando un Refugio Interior
Desde el punto de vista budista, la mente de
una persona común está debilitada y distorsionada por la
fuerza de los errores y los conflictos emocionales que acarrea en sí
misma. Por esta debilidad y distorsión es incapaz de ver las cosas
tal y como ellas son. Lo que percibe es una visión deforme y determinada
por sus propias neurosis emocionales y sus prejuicios.
El propósito del budismo, como religión,
es eliminar de la mente esos elementos distractivos y facilitar así,
una percepción válida. Mientras que tales elementos distorsionantes
no hayan sido arrancados de raíz, la percepción de la persona
siempre estará empañada. Pero una vez que los errores sean
eliminados, el individuo entrará en un estado en el que la realidad
es percibida siempre tal y como es. Entonces, al existir la mente en perfecta
sabiduría y liberación, el cuerpo y la palabra fluyen de
un modo perfectamente positivo y natural.
Los tibetanos somos
afortunados por haber nacido en una sociedad donde el conocimiento espiritual,
estaba al alcance y era altamente apreciado. Sin embargo, por el hecho de haber
nacido en un medio así, quizá algunas veces lo dimos como garantizado. El mismo
Buda dijo: "comprueba mis enseñanzas como un mercader de oro analiza antes
de aceptarlo y comprarlo". El Buda enseñó durante un largo tiempo a
gentes de todo tipo y nivel de inteligencia. Consecuentemente, cada una de sus
enseñanzas debe ser cuidadosamente calibrada en su significación para
determinar si es cierta literalmente, o sólo en circunstancias particulares o a
seres de limitado entendimiento. Aceptar cualquier doctrina o aspecto de ella
sin analizarla será como construir un castillo sobre hielo. Haciéndolo así, la
práctica de la persona permanecerá siempre inestable y carecerá de la fuerza y
profundidad necesaria.
También es un error practicar sin un
entendimiento y conocimiento de la doctrina. El practicante debe saber
muy bien lo que hace y por qué lo hace. Aquellos que somos monjes
o monjas, y que dedicamos nuestra vida entera la práctica del Dharma
(enseñanzas del Buda), debemos ser muy cuidadosos en practicar inmaculadamente.
La Sangha (comunidad de practicantes) es muy importante para la estabilidad
de la doctrina, por lo tanto, debemos hacer todo lo posible para emular
al mismo Buda. Cualquiera que considere la posibilidad de ordenarse, debe,
en primer lugar, pensarlo muy bien; no hay necesidad alguna de hacerse
monje, para convertirse en un monje inferior. La Sangha tiene responsabilidad
de ser la encarnación de los preceptos. Si lo que en el fondo se
desea es continuar viviendo la vida ordinaria, es mejor no hacerse monje,
dejar la ordenación para aquellos de mayor inclinación espiritual
y practicar simplemente como un laico lo mejor que se pueda.
Todas las
religiones del mundo son parecidas, en cuanto que proveen los métodos para
cultivar los aspectos positivos de la mente y eliminar los negativos. El
budismo es una religión de un carácter particular, de un especial sabor, debido
a que, habiéndose desarrollado en la India, cuando ésta era un país de un
elevado nivel espiritual y filosófico, presenta tanto un abanico completo de
ideas espirituales, como métodos de aproximación racional al desarrollo del
espíritu.
Esto es
particularmente importante en nuestra era, en la que se concede a la mente
racional tal relevancia. Debido a esta faceta de racionalidad, el budismo
encuentra muy poca confrontación con el mundo moderno. En verdad, muchos de los
hallazgos de la ciencia moderna, tales como los de la física nuclear, que son
considerados como nuevos descubrimientos, han sido debatidos hace mucho tiempo
en las antiguas escrituras budistas. Debido a que el último consejo de Buda fue
que no aceptaran nada por la simple fe, sino mediante la investigación
racional. Así el mundo budista ha mantenido muy vivo, dentro de su ámbito, el
espíritu de investigación.
Que una persona sea
budista o no, viene determinado por si ha tomado refugio o no en las Tres Joyas
Budistas (El Buda, El Dharma y La Sangha -la comunidad de practicantes-) de una
forma pura, desde lo más profundo de su corazón. Por el mero hecho de recitar
oraciones budistas, jugar con rosarios mántricos o caminar alrededor de los
templos, no se es budista. Incluso un mono puede ser adiestrado en estas cosas.
El Dharma es una cuestión de mente, de espíritu, no de actividades externas. Es
por esto que para ser budista, uno debe entender exactamente lo que son las
tres Joyas: El Buda, el Dharma y la Sangha, y cómo se relacionan con la propia
vida espiritual. Se dice, que el Buda es el maestro, el Dharma es camino y la
Sangha los compañeros espirituales que ayudan a recorrerlo.
De estos tres, el
más importante para nosotros como individuos, es el Dharma, porque en última
instancia sólo nosotros podemos ayudarnos a nosotros mismos. Nadie puede
alcanzar la Iluminación por nosotros o cedérnosla. La Iluminación llega para aquellos
que practican bien el Dharma, para los que toman el Dharma y lo aplican en el
desarrollo de su propio continuum mental. De las tres Joyas, es el Dharma el
refugio último. Escuchándolo, reflexionando y meditando, nuestras vidas pueden
devenir una con él y la Iluminación puede ser una posibilidad inmediata.
La mente de una
persona ordinaria es indisciplinada y descontrolada. Para ser capaces de
enfrentarnos a prácticas budistas más elevadas, tales como el desarrollo del
samadhi o la visión profunda de la vacuidad, o comprometernos en los métodos
yóguicos de los diferentes sistemas tántricos, debemos, primeramente,
desarrollar una mente disciplinada. Con refugio y autodisciplina como bases,
podremos fácilmente desarrollar una experiencia progresiva en prácticas
dhármicas más elevadas. Sin un fundamento de disciplina, las prácticas elevadas
no fructificarán. Todos desean practicar las técnicas más elevadas, pero
debemos preguntarnos si antes hemos dominado los prerrequisitos elementales,
como la disciplina. El objetivo del Refugio es transformar a la persona ordinaria
en un Buda. Una vez que esto se ha conseguido, el propósito del refugio ha sido
cumplido. En el momento en que nuestra mente deviene Buda, nuestra palabra se
convierte en el Dharma y nuestro cuerpo en la Sangha.
La esencia del
Dharma es el desarrollo de la mente, ya que todo el Karma negativo y positivo
acumulado mediante las acciones de la palabra, el cuerpo, es originado y
dirigido por la mente. Si no desarrollamos una alerta consciente de nuestros
procesos mentales y la habilidad de cortar las tendencias negativas del
pensamiento en el momento mismo en que nacen, veinte años de meditación en una
cueva remota serán de muy poco valor. Antes de la cueva, debemos buscar las
buenas actitudes mentales y desarrollar la capacidad de vivir de acuerdo con el
Dharma. Solamente entonces nuestro retiro en la cueva remota será mejor que la
hibernación de un oso. Aquellos que hablan de retiros tántricos mientras que
las diez acciones positivas, fundamento del Dharma, están aún remotas, no hacen
sino reírse de ellos mismos.
Como humanos somos
capaces de obtener la Iluminación en una sola vida. Sin embargo, la vida es
corta y la mayor parte de elle ha pasado ya. Debemos preguntarnos cuánto hemos
progresado espiritualmente. La muerte puede llegarnos en cualquier momento, y
cuando llegue habremos de dejar atrás todo excepto las huellas mentales que
nuestras acciones han dejado. Si hemos practicado el Dharma en nuestra
existencia, hemos tratado de vivir con las directrices Dhármicas o hemos
obtenido realizaciones espirituales, esa energía estará ahí con nosotros. Si
por el contrario, nuestra existencia ha sido empleada en la negatividad, la
conciencia viajará a mundos futuros y estará inmersa en pensamientos negativos
y memorias obsesivas de nuestras andanzas samsáricas.
Ahora que tenemos
todavía el poder de practicar el Dharma, debemos hacerlo pura e intensamente.
La práctica del Dharma trae la paz para nosotros y para los que nos rodean, e
incluso aunque no alcancemos la Iluminación en esta vida, nos proporcionará la
joya que satisface todos los deseos, que puede ser llevada a las vidas futuras
y ayudarnos en el camino espiritual.
La mayoría de las
personas hacen los planes más fantásticos para mañana, la semana que viene o el
próximo año, pero lo que verdaderamente cuenta es practicar el Dharma aquí y
ahora. Si se hace esto, todos los planes serán llevados a cabo. Cuando cultivamos
hoy la actividad virtuosa, la ley de la originación dependiente asegura que una
corriente de cambio positivo se pone en marcha. Esa es la preciosa
característica de la vida humana. La humanidad es capaz de influir
dinámicamente en su propio estado futuro mediante la aplicación de la sabiduría
discriminativa a todas las actividades del cuerpo, la palabra y la mente. Usar
y desarrollar esa sabiduría que distingue correctamente es extraer la esencia
misma de la vida humana.
En última instancia, el futuro está
en nuestras manos.
Los
jóvenes son muy importantes. Primero, son los que
cargan la responsabilidad de nuestro futuro. Segundo, los
jóvenes
generalmente son más abiertos de mente y tienen más
coraje
para cambiar las cosas. Algunas veces es difícil ver nuestras
faltas
porque nuestras mentes se vuelven duras, e incluso cuando las
reconocemos,
no tenemos el coraje para cambiarlas. En general, los jóvenes
son
más lúcidos y abiertos a reconocer las faltas y
cambiarlas.
Eso es bueno, si se le suministra determinación y paciencia. Sin
embargo, un aspecto negativo de la juventud es precisamente que quieren
resultados inmediatos, algo que puede causar frustración y
fracaso.
Entonces, lo importante es mantener tanto la determinación como
el esfuerzo constante. Siento que esto está en las mentes de
muchos
jóvenes de hoy, que hay una gran conciencia y reconocimiento de
nuestra humanidad como una gran familia mundial. Entonces, la idea de
mi
nación y la de ustedes es menos importante.
Desafortunadamente, entre la gente tibetana
–particularmente entre los jóvenes- hay signos de creciente
frustración. Pero mientras tanto, yo les digo, "sí, sus demandas son
correctas, no hay problema". Pero si ellos realmente quieren un enfoque
diferente, entonces ellos deben asegurarnos a nosotros, el pueblo, los
métodos paso a paso. Eso no está muy claro. Yo los admiro. Ellos son fogosos y
son absolutamente leales a nuestra nación. Pero algunas veces ellos son
un poco impacientes.
Para promover la paz mundial debemos insistir en la bondad porque la
paz sólo llegará a través de la paz interior. Hay que enseñar a los
jóvenes que los conflictos sólo podrán solucionarlos mediante el
diálogo. Esto quiere decir la no violencia. Por eso creo que los
gobiernos deben esforzarse más por divulgar la educación de la bondad.
-X-
Sobre Karma y Reencarnación
Karma quiere decir acción, y por lo tanto puede ser positivo o
negativo. Como las acciones devienen en efectos, también se refiere al
resultado de una acción. Este tipo de acciones dejan impresiones,
hábitos y tendencias en nuestro flujo mental que nos llevan a
repetirlas muchas veces y a encontrarnos con situaciones que inducen a
esta reiteración. El karma es un aspecto de la ley de la causalidad
universal: a cada acción corresponde un efecto que es similar a su
causa. Por ejemplo, si uno hace sufrir a los demás, eventualmente
sufrirá de una manera parecida. El karma es el resultado de nuestras acciones, palabras y pensamientos
del pasado. Estas crean tendencias mentales que nos llevan a
encontrarnos con determinadas situaciones. Sin embargo, estas
situaciones son cambiables en la medida en que trabajemos para cultivar
hábitos mentales diferentes a los anteriores y que por tanto, nos
conduzcan hacia otra dirección. Según el budismo lo que experimentamos hoy resulta de nuestras propias
acciones, palabras y pensamientos del pasado. Sin embargo, que en el
pasado hayamos actuado con ignorancia no justifica que alguien sufra
por ello en el presente. Somos responsables de nuestra vida, pero
tenemos todo el potencial para transformarla. Por ello debemos ayudar a
quienes sufren, independientemente de que ese sufrimiento provenga de
sus propias acciones pasadas. La ley de la causalidad expresada por el
karma no justifica de manera alguna las desigualdades y diferentes
grados de padecimiento de la raza humana y otras especies. Puede
señalarnos el origen de dicho sufrimiento, pero señala también lo
imperioso de cambiar esas causas, mas aún cuando fueron sembradas con
base en la ignorancia. Todos los seres tienen derecho a ser felices y
dejar de sufrir.
Es verdad que el karma es mecánico. Las cosas pasan debido a esto y aquello.
Puede hacerse la siguiente comparación: la ley del karma es como la ley
de la causalidad. Esta ley rige universalmente en la naturaleza.
Empero, puede haber una causalidad baja, o sea, no absoluta, sino
probabilista. Por lo menos en ciertos casos. Cuando hay buena semilla y
la tierra ha sido bien arada, se presentan rutinas para la cosecha. Si
usted atiende intensamente a estas cosas, puede observar que también se
refieren a su vida. Si alguien tiene una buena educación, si trabaja
respecto de sí mismo, será una buena persona. Es cierto que el karma es
mecánico. El que ha hecho bien renace en una situación superior a la
que tenía. Si ha hecho mal, renacerá en una posición inferior. Pero, y
esto es muy importante, no en todo caso se producen las cosas de modo
puramente mecánico. A veces, hay una producción de castigo (descenso),
o de premio (ascenso), que es probabilista. Solo puede producirse el
karma en un 99%, pero siempre habrá algo que usted no puede predecir y
todo esto depende no solo de esta vida sino también de las otras vidas
que suelen estar ocultas. Las reflexiones que acabo de hacer, para los
budistas, son filosóficas. Pero también lo son en la concepción
brahmánica. En el Hinayana y el Mahayana la creencia en la
reencarnación es algo comparable al aire que respiramos. No hay
posibilidades de dudar o de pensar negativamente sobre ella. Pero, la
idea de la reencarnación no es tan simple. ¿Cómo es
posible? ¿Por qué nadie, con muy pocas excepciones, recuerda sus vidas
anteriores? Además el hecho de haberse reencarnado muchas veces significa que
el reencarnado es un hombre sabio y liberado. Esas personas son completamente
excepcionales, recuerdan de manera muy clara sus vidas pasadas y eso
depende, eventualmente, de los nacimientos anteriores. Esta creencia
existe no solamente en el budismo mahayánico, sino también en el
hinayánico.
Desde la perspectiva budista, alguien que tiene
continuos renacimientos es considerado más creador, más precioso. Es un
tema común tanto al budismo como al brahamanismo, hay muchas
similitudes, pero naturalmente todo ello significa compasión,
tolerancia, amor, autodisciplina, perdón. De acuerdo con las viejas
tradiciones, todo esto es lo mismo entre el budismo, el catolicismo, el
hinduismo y el islamismo. En el budismo es muy importante el concepto
de karma. El concepto de reencarnación tiene que ver con el karma, lo
mismo que el nirvana. Pero esta tradición no es solo budista, sino que
también es brahamánica. En este sentido se puede considerar al budismo
y al brahamanismo, como hermanos gemelos.
El concepto de la reencarnación viene del karma, de la ley de la
causalidad, que es algo científico. Los científicos dicen que no saben.
Yo les digo que eso no es cosa suya, que es una cuestión de los
budistas. Los budistas tenemos algunas explicaciones, incluidas algunas
experiencias. Es difícil de probar.
En
el Hinayana y el Mahayana la creencia en la reencarnación es algo
comparable al aire que respiramos. No hay posibilidades de dudar o de
pensar negativamente sobre ella. Empero, la idea de la reencarnación no
es tan simple. ¿Cómo es posible? ¿Por qué nadie, con muy pocas
excepciones, recuerda sus vidas anteriores? Además el hecho de haberse
reencarnado muchas veces significa que el reencarnado es un hombre
sabio y liberado.
Esta ley
del Karma indica que todas las acciones, buenas y malas, que cometen
las personas tendrán un efecto futuro, positivo o negativo. De este
modo, el no respetar a la pareja se traducirá en sufrimiento propio y
en la dificultad de lograr nuevas relaciones en armonía y felicidad.
Hagamos
lo que hagamos en ésta u otra vida, el peso del karma nos alcanzará.
La creencia en la reencarnación es
prácticamente innecesaria, ya que se puede confirmar su veracidad mediante la
experiencia directa en meditación profunda.
Lo que es interesante de la reencarnación, es que
sería necesario que hubiera una que fuera la última. Es
hacia
eso hacia lo que hay que tender.
Los minusválidos pagan los errores de una vida anterior, pero resulta mejor no decirlo.
No es ésta la primera vez que estamos
en el mundo; de ser así la muerte nos suprimiría para siempre.
Aquello que empieza en el tiempo debe finalizar en el tiempo.
Para el budismo el renacimiento es un hecho basado en análisis lógico y
las experiencias tanto de grandes practicantes como de gente común.
Dentro del contexto meditativo budista, hay muchas pruebas de la
continuidad de la conciencia después de la muerte. Para un ser común,
su karma determina el tipo de renacimiento que tendrá en su próxima
vida.
Carl Sagan mantuvo este
diálogo con el Dalai Lama:
C. S. Pregunta:
¿Cómo reaccionaría si la ciencia
refutase
uno de sus dogmas de fe?
El Dalai Lama responde:
El budismo tibetano tendría que cambiar.
C. S. Pregunta:
¿Aunque fuese un dogma central como la
reencarnación?
El Dalai Lama responde:
Aún en ese caso -y el Lama añade con un
guiño-:
De todos modos le será difícil refutar la
reencarnación.
-XI-
Sobre la Meditación
Así pues, meditemos hoy sobre la compasión.
Empecemos por
visualizar a una persona que está sufriendo, a alguien que se
encuentra en una situación dolorosa, muy infortunada. Durante
los tres primeros minutos de la meditación, reflexionemos sobre
el sufrimiento de ese individuo de forma analítica, pensemos en
su intenso sufrimiento y lo infeliz de su existencia. Después
tratemos de relacionarlo con nosotros mismos, pensando: "Este ser tiene
la misma capacidad que yo para experimentar dolor, alegría,
felicidad y sufrimiento". A continuación, tratemos de que surja
en nosotros un sentimiento natural de compasión hacia esa
persona. Intentemos llegar a una conclusión, pensemos en lo
fuerte que es nuestro deseo de que esa persona se vea libre de su
sufrimiento. Tomemos la decisión de ayudarla a sentirse
aliviada. Finalmente, concentrémonos en esa resolución y,
durante los últimos minutos de la meditación, tratemos de
generar un estado de compasión y de amor en nuestra mente.
Espero que los investigadores prueben científicamente que la meditación tiene
beneficios médicos y emocionales, para luego divorciarla de sus raíces espirituales budistas y ofrecerle al mundo
un método secular que lo ayude a aliviar el sufrimiento y encontrar la felicidad.
La ciencia puede desvelar que ciertas técnicas podrían ayudar
a distinguir los porqués de una vida feliz o una miserable, pero la
comprensión profunda de la naturaleza de la mente sólo puede alcanzarse
a través de la meditación.
La
meditación es el instrumento que transforma y moldea nuestra
mente. La
meditación no debe ser considerada como un tema religioso. La
compasión, el
amor, el perdón, la armonía espiritual, el sentido de
hermandad, todas esas
cosas son temas religiosos. La meditación es el entrenamiento de
la mente. La
meditación agudiza la mente.
Meditar, en su definición más básica, es familiarizarse con ciertos
estados mentales. La meditación en el budismo tiene como objetivo final
el descubrimiento de la naturaleza de la mente y la familiarización de
nuestro ser a ese estado, llamado también la naturaleza búdica. Hay
básicamente dos tipos de meditación: analítica y contemplativa. En la
primera se utilizan conceptos para desarrollar cualidades positivas e
investigar la naturaleza de la realidad por medio de la lógica. En la
meditación contemplativa la mente aprende a aquietarse, reconocer su
naturaleza esencial, estabilizarse en la misma y resolver todos los
pensamientos y emociones desde ese estado de sabiduría trascendente.
Practiquen la meditación. Es algo fundamental. Una vez que se le
disfrute, ya no se le puede abandonar, y los beneficios son
inmediatos.
Si ustedes
los
científicos son capaces de probar que la meditación no es
buena para el ser humano, estoy dispuesto a corregir las
enseñanzas milenarias del budismo.
Sin
embargo, son nuestros análisis de la neurociencia, los que han probado
ser particularmente importantes. A partir de estos intercambios surgió
una vigorosa iniciativa por la investigación, una colaboración entre
monjes y neurocientíficos para explorar cómo la meditación puede
alterar la función del cerebro.
Sobre la Mente
Cuanto mayor sea el nivel de calma de nuestra mente, tanto mayor
será nuestra capacidad para disfrutar de una vida feliz.
Cultivar los estados mentales positivos, como la amabilidad y la
compasión, conduce decididamente a una mejor salud psicológica y a la
felicidad.
De manera
semejante, los budistas cuentan con una historia de 2.500
años de antigüedad en la investigación de los
mecanismos de la mente. A
lo largo de milenios, muchos budistas practicantes han realizado lo que
podríamos llamar experimentos sobre la forma de superar nuestras
tendencias hacia las emociones destructivas.
Debería señalar que cuando hablamos de un estado mental sereno, de paz
mental, no deberíamos confundirlo con un estado mental
insensible y apático. Tener un estado mental sereno o
pacífico no significa permanecer distanciado
o vacío. La paz mental o el estado de serenidad de la mente tiene
sus raíces en el afecto y la compasión y supone un
elevado nivel de sensibilidad y sentimiento. Cuando se carece de la
disciplina interna que produce la serenidad mental no importan las
posesiones o condiciones externas que se tengan, ya que estas nunca
proporcionarán a la persona la sensación de
alegría y felicidad que busca. Por otro lado, si se posee esta
cualidad interna, la serenidad mental y estabilidad interior, es
posible tener una vida gozosa, aunque falten las posesiones materiales
que uno consideraría normalmente necesarias para alcanzar la
felicidad.
Desde el punto de
vista budista, la mente de
una persona común está debilitada y distorsionada por la
fuerza de los errores y los conflictos emocionales que acarrea en
sí
misma. Por esta debilidad y distorsión es incapaz de ver las
cosas
tal y como ellas son. Lo que percibe es una visión deforme y
determinada
por sus propias neurosis emocionales y sus prejuicios.
El cuerpo puede conseguir
satisfacción fácilmente,
pero conseguir el confort psíquico no es tan fácil si
sólo lo alimentamos con factores externos. Aquí es
dónde necesitamos una forma de pensar, una actitud mental que
nos ayude a conseguir la paz y la felicidad.
El propósito del budismo, como religión,
es eliminar de la mente esos elementos distractivos y facilitar
así,
una percepción válida. Mientras que tales elementos
distorsionantes
no hayan sido arrancados de raíz, la percepción de la
persona
siempre estará empañada. Pero una vez que los errores
sean
eliminados, el individuo entrará en un estado en el que la
realidad
es percibida siempre tal y como es. Entonces, al existir la mente en
perfecta
sabiduría y liberación, el cuerpo y la palabra fluyen de
un modo perfectamente positivo y natural.
Generalmente, al referirnos a nuestra
mente, expresamos un concepto
abstracto. Si no tenemos una experiencia directa de nuestra mente, por
ejemplo, si se nos pidiera que la identificáramos, nos
sentiríamos impulsados a señalar simplemente el cerebro.
Si se nos pidiera que definiésemos la mente, diríamos que
es algo que tiene capacidad para "saber", algo que es "claro" y
"cognitivo". Pero si no hemos captado directamente la mente a
través de prácticas de meditación, estas
definiciones no son más que palabras. Es importante poder
identificar la mente a través de la experiencia directa y no
sólo como un concepto abstracto.
La mente de una persona ordinaria es indisciplinada
y descontrolada. Para ser capaces de enfrentarnos a prácticas
budistas
más elevadas, tales como el desarrollo del samadhi o la
visión
profunda de la vacuidad, o comprometernos en los métodos
yóguicos
de los diferentes sistemas tántricos, debemos, primeramente,
desarrollar
una mente disciplinada. Con refugio y autodisciplina como bases,
podremos
fácilmente desarrollar una experiencia progresiva en
prácticas
dhármicas más elevadas. Sin un fundamento de disciplina,
las prácticas elevadas no fructificarán. Todos desean
practicar
las técnicas más elevadas, pero debemos preguntarnos si
antes
hemos dominado los prerrequisitos elementales, como la disciplina.
Lo primordial es que los seres calmen y apacigüen sus mentes, para eso
deben aprender a meditar. Alguien con la mente en paz no importa que
sea budista o no, pero seguro que será una persona feliz y por lo tanto
generará paz a su alrededor y eso sí que es el trabajo, generar paz y
felicidad en la mente de todos los seres sintientes sin distinción.
Llámense mente, cerebro o consciencia, hay relación
entre el cerebro y la mente y también entre la mente y la materia.
Pienso que sobre la base de esta relación es posible establecer
un diálogo entre la filosofía oriental y la ciencia occidental.
Mientras conozcamos y tengamos conciencia de que poseemos este
maravilloso don que es la inteligencia, así como capacidad de
decidir utilizarla de forma positiva, tendremos esa salud mental
fundamental, esa fortaleza subyacente que procede de sabernos
poseedores de un gran potencial humano. Darnos cuenta de ello puede
actuar como una especie de mecanismo innato que nos permite afrontar
cualquier dificultad, sin que importe la situación a la que nos
enfrentemos, sin perder la esperanza ni hundirnos en el odio hacia
nosotros mismos.
Nosotros, los seres humanos, tenemos un cerebro evolucionando y un
potencial sin límites. Si con paciencia se puede entrenar
gradualmente incluso a los animales, la mente humana también
puede ser entrenada gradualmente, paso a paso. Con paciencia, cada uno
puede llegar a saber esto por propia experiencia.
Si
dominamos nuestra mente, vendrá la felicidad.
Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor
parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y
decidir lo que está bien o mal.
Si se logra mantener un estado mental sereno y pacífico, se
puede ser una persona feliz aunque se tenga una salud deficiente.
Una mente lúcida y un buen corazón acompañados por sentimientos
cálidos, son las cosas más importantes. Si la mente no se dirige a
los pensamientos positivos y elevados, nunca podremos hallar la
felicidad.
Tanto los científicos como los budistas exploran la mente, los
primeros para saber como funciona, los segundos en busca de la
felicidad, la Ciencia siempre me ha fascinado. Cuando niño
en Tíbet, era
tremendamente curioso sobre cómo funcionaban las
cosas. Cuando recibía
un juguete, jugaba con él un poco, luego lo abría y
veía cómo había
sido armado. Al crecer, apliqué el mismo escrutinio a un
proyector de
películas y un automóvil antiguo.
-XIII-
Sobre el Mundo Actual
Claro, el desarrollo material es esencial y muy útil,
pero es un error esperar que todos nuestros problemas se resuelvan a
través de medios externos. Sin embargo, cuando el desarrollo
material y el espiritual se combinan, podemos lograr nuestra meta de
una vida feliz. Por lo tanto, mientras nos enfocamos en el desarrollo
material, es esencial poner atención en nuestros valores internos
también.
¿Cómo resolver los
problemas del mundo? Primero debemos cambiar por dentro. Estaría bien que
existiera otro método más fácil y práctico, pero no existe.
En la moderna sociedad occidental parece dominar un potente
condicionamiento cultural basado en la ciencia. En algunos casos, sin
embargo, las premisas y parámetros básicos de la ciencia
occidental pueden limitar su capacidad para abordar ciertas realidades.
Mantenéis, por ejemplo, la idea limitadora de que todo se puede
explicar dentro de la estructura de una sola vida, y la
combináis con la noción de que todo puede y tiene que ser
explicado. Pero cuando os encontráis con fenómenos que no
podéis explicar, surge una especie de tensión que es casi
un sentimiento de angustia.
Existe una gran interrelación entre las cosas. Los mismos
conceptos de “nosotros” y “ellos” se están
volviendo irrelevantes. La guerra está fuera de temporada porque
nuestros vecinos son parte de nosotros. Aunque tal vez tengamos algunas
diferencias ideológicas u otros conflictos con nuestros vecinos,
económica y ecológicamente compartimos en esencia la misma
región, y destruir a nuestro vecino es destruirnos a nosotros.
Hemos llegado al siglo XXI con un progreso material excepcional y
un desarrollo científico y tecnológico innegable, pero la gente no es
feliz, vive perturbada y deprimida. La felicidad no está en las cosas materiales, la felicidad depende
de la paz interior. Debemos ser serios en nuestra práctica religiosa y compartir amor,
tolerancia, contentamiento para recibir bendiciones, las religiones han servido
para dividir y para enfrentar a la familia humana.
La enseñanza moderna es muy buena, aunque se basa en
la aceptación universal de la importancia del desarrollo del
cerebro, es decir, de la educación intelectual. No presta suficiente
atención al desarrollo de la persona en su totalidad, en lo referente
a convertirse en un buen ser humano o a desarrollar buenos sentimientos.
Siempre
escuchamos acerca de un mejor medio ambiente, de la paz mundial, la no
violencia y demás, pero esas metas no se logran a través
de la aplicación de regulaciones o resoluciones de las Naciones
Unidas; se requiere de la transformación individual. Será
muy difícil lograr estas cosas a menos que los individuos lleven
acabo un cambio dentro de sus propias mentes.
Un
nuevo orden mundial con compasión es positivo. No estoy tan
seguro acerca de un nuevo orden mundial sin compasión.
Sobre la Psicología
En el budismo existe la idea de las disposiciones y huellas dejadas
por ciertos tipos de experiencias, algo similar del subconsciente
(inconsciente) en la psicología occidental. En el pasado, por
ejemplo, puede haber ocurrido algún acontecimiento que ha dejado
una huella muy fuerte en la mente. Una huella que quizá ha
permanecido oculta y que afecta al comportamiento. Existe, pues, esta
idea de que algo que puede ser inconsciente (subconsciente) que nos afecta sin que
seamos conscientes de ello. En cualquier caso, creo que el budismo
puede aceptar muchas de las hipótesis planteadas por los
teóricos occidentales, pero que además de eso
añade otras. Por ejemplo, el condicionamiento y las huellas
dejadas por vidas anteriores. En la psicología occidental, sin
embargo, creo que existe una tendencia a subrayar en exceso el papel
del inconsciente (subconsciente) a la hora de buscar el origen de los problemas. Creo
que eso proviene de algunos de los supuestos básicos de la
psicología occidental, que no acepta, por ejemplo, la idea de
que las huellas que observamos en esta vida pueden proceder de una vida
anterior, así como el supuesto de que todo tiene
explicación dentro de esta vida. Así que cuando no puedes
encontrar la causa de ciertos comportamientos o problemas, aparece la
tendencia a localizarla siempre en el inconsciente (subconsciente) . Es como si hubieras
perdido algo y decidieras que el objeto se encuentra en esta
habitación. Una vez tomada esa decisión, ya has fijado
sus parámetros y excluido la posibilidad de que el objeto se
encuentre en otra habitación. Así que continúas
buscando aquí sin cesar, pero no encuentras lo perdido, a pesar
de lo cual sigues suponiendo que está en esta habitación.
A
menudo nos encontramos en situaciones en las que nos censuramos, y nos decimos:
"Me he defraudado a mí mismo", y nos enfadamos. Así que también en
esas ocasiones entablamos un diálogo con nosotros mismos, aunque en realidad
seamos siempre un solo individuo. A pesar de ello, tiene sentido criticarse,
enojarse con uno mismo, como todos sabemos por experiencia propia. Pues bien,
aunque en realidad hay un único ser individual, se pueden adoptar dos
perspectivas diferentes. ¿Qué es lo que ocurre cuando uno se critica? El
"yo" que critica lo hace desde una perspectiva totalizadora de la
persona, mientras que el "yo" criticado es uno mismo en una
experiencia concreta. Así es posible esta relación del "sí mismo con el sí
mismo".
Desde
el punto de vista budista, la mente de una persona común está debilitada y
distorsionada por la fuerza de los errores y los conflictos emocionales que
acarrea en sí misma. Por esta debilidad y distorsión es incapaz de ver las
cosas tal y como ellas son. Lo que percibe es una visión deforme y determinada
por sus propias neurosis emocionales y sus prejuicios.
En el mundo animal hay peleas, pero en general viven en paz;
pero los hombres no, estamos insatisfechos con lo inmediato,
queremos más y más, y eso genera estrés
-XV-
Sobre la Religión
El Dalai Lama pregunto una vez a un monje benedictino que vivía en una
ermita: ¿En que medita usted en su soledad?, el monje le dijo: Solo
medito en el amor, en el amor y en el amor, en ninguna otra cosa. El
Dalai Lama inmediatamente dijo: Este hombre es enteramente santo.
El objetivo de la religión no es conseguir iglesias bonitas o
templos soberbios, sino cultivar las cualidades humanas tales como la
tolerancia, la generosidad y el amor.
Cada religión,
con su propia filosofía, sus propias tradiciones, se fija como objetivo
apaciguar los sufrimientos del espíritu humano. Poco importa si tal
religión es superior a cualquier otra. Lo que cuenta es saber cuál es
la que mejor se adapta a las expectativas de cada uno.
Todas
las religiones, dentro de la fe que les es propia y a pesar de sus
diferencias filosóficas, tienen el mismo fin. Cada religión insiste en
la evolución del hombre, del amor, el respeto a los demás y el reparto
del sufrimiento. Sobre estos diferentes puntos, cada religión tiene más
o menos el mismo enfoque y el mismo objetivo.
Si
practicamos la religión correcta y sinceramente, se interiorizará en
nuestros corazones. La esencia de toda religión reside en un buen
corazón. Digo a veces que el amor y la compasión constituyen una
religión universal, que son una religión. Una filosofía compleja genera
más aburrimientos y problemas. Si las filosofías sofisticadas son
útiles para vuestro corazón, bien: utilizadlas plenamente. Si, por el
contrario, sus sistemas son un obstáculo para alcanzar un buen corazón,
entonces es mejor abandonarlas.
Los budistas no
pueden conseguir que el conjunto de la humanidad se convierta al
budismo. Es imposible. Los cristianos tampoco pueden convertir a la
humanidad al cristianismo. Y los hindúes no pueden gobernar a toda la
especie humana. En el curso de los siglos, cada fe, cada gran
enseñanza, ha servido mucho a la especie humana. Por consiguiente, más
vale hacerse amigos, comprenderse los unos a los otros y hacer un
esfuerzo por servir a la humanidad, que criticar o pelearse.
Personas
erróneas usan la religión
de una manera errónea. Como resultado de ello,
desafortunadamente, la religión en sí contribuye a
mayores luchas y a mayores divisiones. El problema no radica en la
religión, sino en la
mente humana. Los
practicantes sinceros – no importa la religión a la que
pertenecen – muestran cualidades humanas interiores: simplicidad,
constancia, contentamiento, y compasión. Eso significa que las
diferentes religiones poseen la capacidad para fomentar tales seres. En lo que atañe al abandono de la religión debido a su alianza con el
poder temporal, creo que la evidencia histórica exhibe lo
contrario: ha sido la política la que ha intentado destruir la
religión, y ha fracasado. Ningún gobierno ha protegido a
la religión. Si usted toma a la religión como una
institución, como una organización, como una costumbre,
sin esencia real, entonces, con el paso del tiempo, perderá su
valor. En ese caso, pese a lo que un gobierno pueda tratar de
protegerla, no tendrá éxito. Por otra parte, religiones
esenciales, que contemplan el sufrimiento, perdurarán mientras
perdure el dolor humano.
Creo que es útil
que existan las distintas religiones, ya que la mente siempre busca distintos
caminos para inclinaciones diferentes. Aunque haya religiones diferentes,
debido a distintas culturas y tradiciones, lo importante es que todas coinciden
en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás.
Cristianos
y budistas comparten básicamente la misma enseñanza y la
misma meta. Al comprendernos, desarrollaremos respeto en forma natural.
De este respeto surgirá una verdadera armonía y la capacidad
para realizar esfuerzos conjuntos.
El objetivo de todas las religiones tradicionales es
el mismo: cómo crear un ser humano más compasivo y bondadoso, por lo
que es fundamental que todas las tradiciones religiosas sean respetadas.
El
Islam es una religión pacífica, algunas personas tienen la impresión de
que el Islam es una religión militante. Yo pienso que esto es
totalmente falso, ninguna religión quiere la guerra.
El
problema no radica en la religión, sino en la mente humana. Los
practicantes sinceros de cualquier religión , muestran cualidades
humanas esenciales: simplicidad, constancia, compasión y contento.
El propósito fundamental de nuestra vida es buscar la felicidad. Tanto
si se tienen creencias religiosas como si no, si se cree en tal o cual
religión, todos buscamos algo mejor en la vida. Así pues creo que el
movimiento de nuestras vidas nos encamina en pos de la felicidad.
En lo que
atañe a la religión, hay tanta variedad entre los seres
humanos, tantas disposiciones mentales, que algunos encuentran una
religión más efectiva que otra. Una sola religión
no podría servir a toda la humanidad. A su vez, la humanidad no
podría satisfacerse con una sola religión. Pero no se
puede decir que la religión es inútil porque no puede
resolver todos los problemas humanos. A través de la
evolución, algunas religiones antiguas podrían
desaparecer. Con el tiempo algunas cambian; esa es la naturaleza
humana. Grandes religiones – como el Cristianismo, el Judaísmo,
el Budismo, el Hinduismo, el Islam, – perduraron porque cierta
porción de seres humanos aún encuentra en ellas alguna
respuesta.
Es importante mantener las tradiciones. El budismo pertenece a Asia.
Pero ciertas personas occidentales encuentran más interesante el
budismo. En general, es preferible que cada individuo mantenga su
tradición religiosa. Es posible escoger aspectos de varias religiones a
nivel superficial, pero es imposible a un nivel más profundo.
Es mejor y más seguro que cada uno de
nosotros conserve la tradición religiosa que ya tiene en vez de
adoptar una nueva, todas las grandes tradiciones religiosas poseen algo
singular inherente a ellas. Hay personas que toman algo de cada
religión y, tras
meterlo todo en la batidora, construyen un nuevo budismo, pero es un
error, eso ocurre incluso entre los tibetanos, aunque no
utilicen el nombre de nueva era, las personas deben conservar su
religión auténtica. El futuro de la humanidad depende de cada uno de
nosotros y, aunque a veces provocan conflictos, todas las religiones
tienen el mismo mensaje de compasión y perdón. Ciertas tradiciones
budistas no pueden tomarse de manera literal.
Existen
terrenos muy claros para desarrollar relaciones más estrechas entre
las distintas religiones y esto es muy importante hoy en día. Hay
signos positivos en esta dirección. Hay una mayor compresión
entre la comunidad del budismo tibetano y los monjes y monjas cristianos.
Nosotros, los tibetanos, tenemos que aprender muchas cosas de las demás
tradiciones.
Hay
aspectos en los cuales las diferentes religiones pueden aprender unas de otras,
pero no por ello deben resignar sus respectivas identidades. Los cristianos,
por ejemplo, pueden encontrar de utilidad las técnicas budistas para
desarrollar la concentración, o los prodigios de la meditación. También hay
muchas técnicas que apuntan a desenvolver la tolerancia, la compasión, el amor
y la amabilidad. De la misma manera, los budistas pueden encontrar que las
prácticas cristianas de acción social son una gran ayuda y que lo conduce a su
entrenamiento mental.
La
compresión genuina entre los seres humanos, no es simplemente una
cuestión religiosa, sino una condición para sobrevivir. Creo que esa es la religión universal.
La
esencia del cristianismo y el budismo es la misma: la práctica
del amor, para lo cual es necesario poner énfasis en el perdón
y compartir el sufrimiento ajeno. Que
la religión pueda ser usada como un instrumento para crear divisiones
y provocar más pelea, es un hecho muy infortunado.
Las
religiones son intentos de llevar beneficios a la gente y nunca deberían
ser utilizadas como terrenos de antagonismo y violencias.
Mi religión es simple; mi religión es la bondad.
No hay necesidad de templos, no hay necesidad de
filosofías complicadas. Nuestra propia mente, nuestro propio corazón,
es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad.
Nuestra religión es simple: No existen templos ni complicadas filosofías.
La mente y el corazón, vienen a ser nuestro templo; la humildad, nuestra
filosofía.
Por supuesto considero a Jesucristo como un gran maestro espiritual que
ha influenciado a millones de personas con sus enseñanzas, y desde el
punto de vista budista, lo vemos a Jesucristo como una manifestación de
Buda, una manifestación del boddhisattva, aquellos seres que están en
el sendero de la Iluminación a través del altruismo.
Si
la religión perdura sólo como un conocimiento, puede no
producir ningún beneficio concreto. Otra cosa: es muy importante
la armonía entre las distintas religiones. Es mejor pensar
'qué puede aportarle mi tradición a la humanidad' antes
de elucubrar de qué forma puedo difundir mis propias ideas. En
este fin de siglo enfrentamos todos un gran compromiso para el futuro
de la Humanidad y es necesario desenvolver el genuino sentido de la
responsabilidad universal.
Si una
persona quiere poner a prueba cualquier religión, debe practicar
sus consejos. Así podrá descubrir su verdadero valor.
Siendo el objetivo de todas las religiones o tradiciones, el mismo,
podemos decir que desde el punto de vista de los valores humanos, son
lo mismo, ya que están apuntando al mismo objetivo. Por eso como creyente, como monje budista, siempre trato de promover y comunicar la armonía entre las religiones.
Todas las grandes religiones son básicamente lo mismo, ya que todas
buscan la paz mental y la bondad, pero es muy importante practicar
esto en nuestra vida diaria. No únicamente en la iglesia o el
templo.
Todas las
religiones del mundo tienen los mismos ideales de amor y la misma meta de
beneficiar a la humanidad a través de la práctica espiritual y la intención de
hacer de sus seguidores, mejores seres humanos.
Un buen corazón es la mejor religión.
-XVI-
Sobre la Responsabilidad Universal
Así
que, por mucha violencia que exista y a pesar de las penalidades por
las que tengamos que pasar, estoy convencido de que la solución
definitiva de nuestros conflictos, tanto internos como externos,
consiste en volver a nuestra naturaleza humana básica, que es bondadosa
y compasiva.
El desarrollo de la sociedad humana se basa completamente en
la ayuda mutua de las personas. Cada individuo tiene la responsabilidad
de ayudar a la comunidad a cambiar en la dirección correcta y
cada uno de nosotros debe asumir esta responsabilidad.
El mundo se está empequeñeciendo, y no sólo
desde el punto de vista económico. Diferentes áreas se
están volviendo interdependientes; cada problema; cada remoto
lugar está conectado con la crisis del globo.
Hay un reconocimiento cada vez mayor de que ni los
individuos ni los países pueden resolver todos sus problemas
por sí solos, es decir, de que nos necesitamos los unos a los
otros.
Hoy día más que nunca la vida debe estar caracterizada por un
sentimiento de Responsabilidad Universal; pero no solo entre
naciones o entre humanos, sino también entre seres humanos y otras
formas de vida.
Los seres humanos han intentado crear sociedades más
justas e igualitarias, han establecido instituciones con cartas magnas
para combatir las fuerzas antisociales. Desgraciadamente todas estas
ideas han sido desviadas por el egoísmo.
-XVII-
Sobre la Sonrisa
Considero
una sonrisa como algo único en un ser humano. Una sonrisa es también una
poderosa comunicación. Una sonrisa sincera es la expresión perfecta del amor y
la compasión humanas.
Si alguna
vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene
tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.
Todas
nuestras vidas empezaron con el afecto humano como primer soporte. Los niños
que crecen envueltos en afecto, sonríen más y son más amables. Generalmente son
más equilibrados.
-XVIII-
Instrucciones para una VIDA
01... Ten en cuenta que los grandes amores y logros entrañan un gran riesgo.
02... Si pierdes, no pierdas la lección.
03...
Aplica las TRES ERRES: *Respétate a ti mismo. *Respeta a los
demás y *Responsabilízate de tus acciones.
04... Recuerda que, a veces, no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte.
05... Aprende las reglas para que sepas incumplirlas cuando conviene.
06... No permitas que una pequeña discusión empañe una gran relación.
07... Cuando te des cuenta de que has cometido un error, toma las medidas necesarias
para corregirlo.
08... Pasa algún tiempo solo todos los días.
09... Abre tus brazos al cambio, pero no abandones tus valores.
10... Recuerda que a veces el silencio es la mejor respuesta.
11... Vive una vida honrada. Después, cuando seas mayor y mires hacia atrás,
serás capaz de disfrutarla de nuevo.
12... Un entorno de amor en tu hogar es la base de tu vida.
13... Cuando no estés de acuerdo con tus seres queridos, preocúpate únicamente por
la situación actual. No hagas referencias a anteriores disputas.
14... Comparte tus conocimientos. Es la forma de lograr la inmortalidad.
:-) Se bueno con la Madre Tierra.
:-) Una vez al año acude a un lugar al que no hayas ido antes.
14. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor mutuo es mayor que
la necesidad mutua.
13. Juzga tu éxito en función de aquello a lo que has renunciado para conseguirlo.
12. Ama y cocina con absoluto derroche.
11. Se amable con la tierra.
09. Una atmósfera de amor en tu hogar es la base de tu vida.
08. Recuerda que no obtener lo que uno quiere, a veces, es un golpe de suerte maravilloso.
07. Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores.
06. Comparte tus conocimientos. Es una forma de alcanzar la inmortalidad.
05. Recuerda que el silencio es, a veces, la mejor respuesta.
04. Pasa un tiempo solo todos los días.
03. Cuando encuentres que has cometido un error, haz algo para corregirlo inmediatamente.
02. Cuando pierdas, no pierdas la lección.
01. Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros implican grandes riesgos.
-XIX-
Sobre el propósito de la Vida
Una gran pregunta subyace en nuestra
vidas, ya
sea que nos la formulemos o no de manera consciente:
¿Cuál
es el
propósito de la existencia? Yo me he hecho esa pregunta y me
gustaría
compartir con ustedes mis pensamientos al respecto con la esperanza de
que les resulten de utilidad práctica y directa. Considero que
el propósito de la vida es ser
felices. Desde el momento en que nacemos, todos los seres deseamos ser
felices y no queremos sufrir. Ni los condicionamientos sociales, ni la
ideología, ni la educación modifican esto. Desde lo
más hondo de
nuestro ser queremos encontrar la satisfacción. Ignoro si el
universo
con sus incontables galaxias, estrellas y planetas, tiene o no un
significado más profundo pero, por lo menos, es claro que los
seres
humanos que habitamos esta tierra nos enfrentamos a la tarea de
construir una vida feliz. En consecuencia, es importante descubrir
qué
es lo que trae los mayores niveles de felicidad.
-XX-
Sobre la Violencia y el Odio
Creo que el Tíbet será libre sólo cuando
su gente sea fuerte, pero el odio no da la fortaleza. Crea debilidad.
Buda no estaba siendo muy religioso, en el sentido popular del término,
cuando dijo que el odio no acalla el odio. Más bien estaba siendo
práctico. Cualquier logro obtenido mediante el odio no puede
ser ni duradero ni vinculante. Sólo traerá problemas,
tarde o temprano.
Cuando estamos
furiosos experimentamos una especie de valentía o poder que, en
realidad, es falso. La energía de al ira puede no ser
constructiva; lisa y llanamente es destructiva; no sabemos con certeza
que rumbo tomará. En consecuencia, se trata de
energía ciega. Si eres claramente consciente de lo perjudicial
que resulta, intenta analizar la ira desde esta perspectiva. Si
reflexionas detenidamente te das cuenta de que la ira no produce
beneficios reales.
Si aspiramos a resolver nuestros problemas, es esencial
que hallemos una manera de hacerlo. Hemos de ser capaces de discernir,
por ejemplo, entre el terrorismo como medio para conseguir la reforma
política y los principios de resistencia pasiva que defendía
Gandhi. Hemos de ser capaces de demostrar que la violencia contra los
demás es siempre algo erróneo. Y sin embargo hemos de
hallar una manera de hacerlo que evite los extremos del absolutismo
recalcitrante por un lado y, por otro, del relativismo trivial.
Om Mani Padme Hum
Una explicación del mantra de Avalokiteshvara, el Buda de la Compasión
Es muy bueno recitar el mantra Om Mani Padme Hum, pero mientras lo haces
debes estar pensando en su significado, porque el significado de las seis
sílabas es grande y vasto. La primera está compuesta por
tres letras AUM. Estas simbolizan el cuerpo, el habla y la mente
impura del practicante; también simbolizan el cuerpo, el habla
y la mente puros y exaltados de un buda.
¿Pueden el cuerpo, el habla y la mente impura transformarse
en el cuerpo, el habla y la mente pura? ¿O están completamente
separadas? En todos los casos, los budas fueron seres como nosotros
y, entonces, gracias al camino se iluminaron. El budismo no afirma que
alguien desde el principio estuviera libre de faltas y poseyera todas
las buenas cualidades. La purificación del cuerpo, el habla y
la mente llega a través del abandono gradual de los estados impuros
y su transformación en lo puro.
¿Cómo se logra esto? El camino se indica en las siguientes
cuatro sílabas. Mani significa joya y simboliza los factores
del método: la intención altruista de iluminarse, la compasión,
y el amor. Así como una joya es capaz de eliminar la pobreza,
la mente altruista de la iluminación es capaz de eliminar la
pobreza o las dificultades de la existencia cíclica y de la paz
solitaria. De igual forma, así como una joya cumple los deseos
de los seres sintientes, también la intención altruista
de llegar a la iluminación satisface los deseos de los seres
sintientes.
Las dos sílabas, Padme, que significan loto, simbolizan la sabiduría.
Así como un loto crece en el lodo sin ensuciarse con las faltas
de éste, la sabiduría es capaz de ponerte en una situación
sin contradicciones, donde de cualquier otra forma habría contradicción
si no tuvieses sabiduría. Existe la sabiduría que comprende
la impermanencia, la sabiduría que comprende que las personas
están vacías de autosuficiencia o existencia sustancial,
la sabiduría que comprende el vacío de la dualidad –esto
es, la diferencia de entidades entre sujeto y objeto– y la sabiduría
que comprende el vacío de la existencia inherente. Aunque hay
diferentes tipos de sabiduría, la principal de todas estas es
la sabiduría que comprende el vacío.
La pureza debe lograrse mediante la unión indivisible entre
el método y la sabiduría; dicha unión está
simbolizada por la última sílaba, Hum, que indica indivisibilidad.
De acuerdo con el sistema del sutra, esta indivisibilidad del método
y la sabiduría se refiere a la sabiduría afectada por
el método, y al método afectado por la sabiduría.
En el vehículo del mantra, o tantra, se refiere a una conciencia
donde existen en forma completa ambas, la sabiduría y el método
como una entidad indiferenciable. En términos de las sílabas
semilla de los Cinco Budas Conquistadores, Hum es la sílaba semilla
de Akshobya, el inamovible, el no fluctuante, aquel que no puede ser
perturbado por nada.
Así, las seis sílabas, Om Mani Padme Hum, significan
que a partir de la práctica de un camino, que es la unión
indivisible del método y la sabiduría, puedes transformar
tu cuerpo, tu habla y tu mente impuras en el cuerpo, el habla y la mente
puras y exaltadas de un buda. Se dice que no debes buscar la budeidad
fuera de ti, las sustancias para el logro de la budeidad están
dentro de ti. Como dice Maitreya, en el Sublime Continuo del Gran Vehículo
(Uttaratantra), todos los seres tienen intrínsecamente la naturaleza
búdica en su continuo mental. Tenemos dentro de nosotros la semilla
de la pureza, “la esencia de aquellos que han ido” (Tathaghatagarbha),
que debe ser transformada y desarrollada completamente en la budeidad.
-XXII-
A las ONG de la Conferencia
Mundial de la ONU sobre los Derechos Humanos
15 de
junio de 1993
Creo sinceramente que, por no
entender la verdadera causa de la felicidad, algunos seres humanos
causan sufrimiento a otros. Algunos piensan que hacer sufrir a otros
puede conducir a su propia felicidad, o que su felicidad es tan
importante que el sufrimiento de otros no significa nada. Pero esto es
obviamente una grave falta de visión. Nadie obtiene verdaderos
beneficios haciendo daño a otro ser. Cualquier ventaja inmediata que se
obtenga a expensas de otro será de breve duración. A la larga, hacer a
otros miserables, violar su paz y su felicidad, crea ansiedad, miedo
y suspicacia en uno mismo.
La clave para crear un
mundo mejor y más pacífico es fomentar el amor y la compasión para con
los demás. Esto significa, naturalmente, que nos debemos preocupar por
nuestros hermanos y hermanas que son menos afortunados que nosotros. En
este sentido, las ONGs juegan un papel muy especial. Ustedes no solo
ayudan a caer en la cuenta de la necesidad de respetar los derechos de
todos los seres humanos; sino que también dan esperanzas de un futuro
mejor a las víctimas de la violación de esos derechos.
-XXIII-
Para la Cumbre del Milenio por la Paz Mundial
Texto del
mensaje que el Dalai Lama envió a la Cumbre del milenio por la Paz mundial
organizado por la ONU
en agosto de 2000
Queridos Hermanos y Hermanas,
Me uno en espíritu a los más de 1.000 líderes espirituales de todo
el mundo quienes se reunirán en las Naciones Unidas para asistir a la Cumbre
del Milenio por la Paz Mundial, con el fin de discutir formas para comprometer
el poder de la religión en la creación de un mundo más pacífico. Deseándoles a
esta histórica cumbre así como a sus eminentes participantes el mayor de los
éxitos en sus deliberaciones, quiero aprovechar esta oportunidad para compartir
con ustedes unos cuantos pensamientos míos.
Creo que es una idea maravillosa emplear la sabiduría de los
tiempos para hacer más pacífico el futuro de todos nosotros, así como el
discutir formas que aseguren que en lugar de que el poder de la religión nos
divida, éste nos convierta en una familia de hacedores de paz.
Veo todas las diferentes tradiciones religiosas como senderos para
el desarrollo de la paz interior la cual es el fundamento verdadero para la paz
mundial. Estas tradiciones antiguas vienen hacia nosotros como un regalo de
nuestro pasado común. ¿Continuaremos cuidando de ellas como un regalo y
ofreciéndoselas a las nuevas generaciones como un legado de nuestro compartido
deseo de paz? O la convertiremos en otra arma más que arrebatará el futuro de
las generaciones venideras. La escogencia que hagamos es obvia. Lo que requiere
una discusión detallada es cómo podemos asegurar que las diferentes religiones
del mundo puedan convertirse en poderosos aliados de paz.
Para poder lograr esto las diferentes creencias necesitan
desarrollar un mutuo respeto y comprensión por cada una de las otras creencias
y valores. Las religiones del mundo pueden contribuir a la paz mundial si
existe paz y una armonía creciente entre los diferentes credos. Sería triste y
trágico si la rivalidad entre religiones y el conflicto socavan la paz mundial
en el siglo XXI. En este sentido siempre he promovido e impulsado esfuerzos
para que haya una mejor comprensión entre nuestras diferentes creencias. Creo
firmemente que esta mejor comprensión aumentará la habilidad de diferentes
creencias para hacer contribuciones positivas para la paz del mundo. En este
sentido los líderes religiosos y espirituales de diferentes creencias pueden
jugar un papel crucial haciendo un esfuerzo sostenido para explicar a sus
respectivos líderes la importancia de respetar las creencias y tradiciones de
otros credos. También tenemos que abrazar un espíritu pluralista en el campo de
las religiones.
Es también mi creencia que mientras que el siglo XX ha sido un
siglo de guerra y de sufrimiento indescriptible el siglo XXI debe ser uno de
paz y de tolerancia. En la medida en que los continuos avances de la tecnología
de la información vuelve nuestro mundo una verdadera aldea global, pienso que
vendrá el momento en el cual las guerras y los conflictos armados serán
considerados métodos obsoletos y anticuados para calmar las diferencias entre
las naciones y las comunidades. Las naciones y las gentes del planeta pronto se
darán cuenta que el diálogo y el compromiso son los mejores métodos para
resolver las diferencias para el beneficio de todos y para el bien de nuestro
futuro, así como para el futuro de nuestro muy encantador y frágil planeta.
Pero no podrá haber paz mientras exista pobreza extrema, injusticia
social, desigualdad opresión, degradación del medio ambiente y mientras los
débiles y los pequeños continúen siendo pisoteados por los grandes y poderosos.
Los líderes espirituales y religiosos del mundo tienen que estudiar estos
realistas y agudos temas y encontrar maneras para contribuir con su
eliminación. Estos son los enemigos de la paz y las verdaderas tiranías de
nuestro tiempo.
En conclusión, quisiera compartir con ustedes una oración
compuesta por Shanti Deva, un maestro Budista Indio del siglo Once con la
esperanza de que ella les dé también a ustedes la inspiración y determinación
que a mí ella continúa dándome.
Mientras exista el espacio y
mientras existan seres sensibles, que hasta ese entonces yo también esté aquí,
para dispersar las miserias del mundo
Con
mis oraciones y mis mejores deseos.
EL
DALAI LAMA
-XXIV-
Su Discurso de Aceptación del Premio Nobel
Aula Universitaria, Oslo, 10 de diciembre de 1989
Su Majestad, Miembros del Comité Nobel, hermanos y hermanas:
Es un honor y un placer estar hoy entre
ustedes. Me alegro realmente de ver muchos viejos amigos que han venido de
diferentes rincones del mundo y de poder hacer nuevos amigos, a quienes
espero encontrar de nuevo en el futuro. Cuando me encuentro con gente de
diferentes partes del mundo, siempre recuerdo que todos somos básicamente
iguales: todos somos seres humanos. Posiblemente vistamos ropas diferentes,
nuestra piel sea de color diferente o hablemos distintos idiomas. Pero eso es
superficial; en lo básico, somos seres humanos semejantes u esto es lo que nos
vincula los unos a los otros. Además, es lo que hace posible que nos entendamos
y que desarrollemos amistad e intimidad.
Pensando sobre lo que podía decir hoy, he
decidido compartir con ustedes los problemas comunes con los que todos nosotros,
como miembros de la familia humana, nos enfrentamos. Puesto que todos
compartimos este pequeño planeta, tenemos que aprender a vivir en armonía y
paz entre nosotros y con la naturaleza. Esto no es solamente un sueño,
sino una necesidad. Dependemos los unos de os otras en tantas cosas que ya no
podemos vivir en comunidades aisladas, ignorando lo que ocurre fuera de ellas.
Cuando nos encontramos con dificultades necesitamos ayudarnos los unos a los
otros, y debemos compartir la buena fortuna que gozamos. Les hablo solamente
como otro ser humano, como un sencillo monje. Si encuentran útil lo que
digo, espero que intenten practicarlo.
Hoy también deseo compartir con ustedes
mis sentimientos con respecto a la difícil situación y las aspiraciones del
pueblo de Tíbet. El Premio Nóbel es un premio que ellos bien merecen por
su valor e inagotable determinación durante los pasados cuarenta años de
ocupación extranjera. Como libre portavoz de mis compatriotas cautivos,
hombres y mujeres, siento que es mi deber levantar la voz en su favor. No hablo
con un sentimiento de ira u odio contra aquellos que son responsables del
inmenso sufrimiento de nuestro pueblo y de la destrucción de nuestra tierra,
nuestros hogares y nuestra cultura. Ellos también son seres humanos que
luchan por encontrar la felicidad y merecen nuestra compasión. Sólo hablo para
informarles de la triste situación de hoy en día en mi país y de las
aspiraciones de mi pueblo, porque en nuestra lucha por la libertad, sólo
poseemos como única arma la verdad.
La comprensión de que somos básicamente
seres humanos semejantes que buscan la felicidad e intentan evitar el
sufrimiento, es muy útil para desarrollar un sentido de fraternidad, un
sentimiento cálido de amor y comprensión por los demás. Esto, a su vez, es
esencial si queremos sobrevivir en el, cada vez más reducido, mundo en que
vivimos. Porque si cada uno de nosotros buscamos egoístamente sólo lo que
creemos que nos interesa, sin preocuparnos de las necesidades de los demás,
acabaremos no sólo haciendo daño a los demás, sino también a nosotros
mismos. Este hecho se ha visto claramente a lo largo de este siglo.
Sabemos que hacer la guerra nuclear hoy, por ejemplo, sería una forma de
suicidio; o que contaminar la atmósfera o el océano para conseguir un
beneficio a corto plazo, sería destruir la base misma de nuestra supervivencia.
Puesto que los individuos y las naciones están volviéndose cada vez más
interdependientes, no tenemos más remedio que desarrollar lo que yo llamo un
sentido de responsabilidad universal.
En la actualidad, somos realmente una gran
familia mundial. Lo que ocurre en una parte del mundo puede afectarnos a todos.
Esto, por supuesto, no es solamente cierto para las cosas negativas, sino que es
igualmente válido para los progresos positivos. Gracias a los extraordinarios
medios de comunicación tecnológicos, no sólo conocemos lo que ocurre en otra
parte, sino que también nos vemos afectados directamente por los
acontecimientos de sitios remotos. Nos sentimos tristes cuando hay niños
hambrientos en el este de África. Del mismo modo, nos alegramos cuando una
familia se reúne, después de una separación de décadas debido al muro de
Berlín. Cuando ocurre un accidente nuclear a muchos kilómetros de distancia,
en otro país, nuestras cosechas y ganado se contaminan y nuestra salud y
sustento se ven amenazados. Nuestra propia seguridad aumenta cuando la paz
irrumpe entre facciones que luchan en otros continentes.
Pero la guerra o la paz, la destrucción o
la protección de la naturaleza, la violación o el fenómeno de los derechos
humanos y libertades democráticas, la pobreza o el bienestar material, la
falta de valores espirituales y morales o su existencia y desarrollo y la
ruptura o desarrollo del entendimiento humano, no son fenómenos aislados que
puedan ser analizados y abordados independientemente. De hecho, están muy
relacionados a todos los niveles y necesitan ser tratados con ese entendimiento.
La paz, en el sentido de ausencia de
guerra, es de poco valor para alguien que se está muriendo de hambre o de frío.
No eliminará el dolor de la tortura infligida a un prisionero de
conciencia. Ni tampoco consuela a aquellos que pierden a sus seres queridos en
inundaciones causadas por la intensa deforestación en un país
vecino. La paz sólo puede durar allí donde los derechos humanos se respetan,
donde la gente está bien alimentada y donde los individuos y naciones son
libres. La verdadera paz con nosotros mismos y con el mundo a nuestro alrededor
sólo se puede lograra través del desarrollo de la paz mental. Los otros
fenómenos mencionados anteriormente están también relacionados. Así, por
ejemplo, comprendemos que un medio ambiente limpio, riqueza o democracia tienen
poco valor frente a la guerra, especialmente la guerra nuclear, y que el
desarrollo material no es suficiente para asegurar la felicidad humana.
El progreso material es, por supuesto,
importante para el avance humano. En Tíbet prestamos muy poca atención al
desarrollo económico y tecnológico, y actualmente nos damos cuenta
de que esto fue una equivocación. Al mismo tiempo, el desarrollo material sin
un desarrollo espiritual puede causar también graves problemas. En
algunos países se concede demasiada atención a las cosas externas y muy poca
importancia al desarrollo interior. Creo que ambos son importantes y
deben ser desarrollados conjuntamente para conseguir un buen equilibrio entre
los dos. Los tibetanos somos siempre considerados por los visitantes extranjeros
como gente feliz y jovial. Esto forma parte de nuestro carácter nacional,
arraigado en valores culturales y religiosos que acentúan la importancia de la
paz mental conseguida por medio de generar amor y bondad hacia todos los
seres vivos, humanos y animales. La clave es la paz interior: si se tiene paz
interior, los problemas externos no afectarán al profundo sentido de paz y
tranquilidad. En este estado mental se pueden afrontar las situaciones con
razonamiento y tranquilidad, mientras se mantiene la felicidad interior. Esto es
muy importante. Sin paz interior, por muy confortable que sea la vida material,
aún se estará preocupado, molesto o triste por diferentes circunstancias.
Por lo tanto, está bien claro que tiene
una gran importancia comprender la interrelación entre estos y otros fenómenos
y considerar y tratar de resolver los problemas de una forma equilibrada
que tenga en consideración los diferentes aspectos. Por supuesto, no es fácil.
Pero el intentar resolver un problema tiene poco beneficio si
actuando de esta forma creamos otros igualmente serios. Por tanto, no tenemos
alternativa: debemos desarrollar un sentido de responsabilidad universal,
no sólo en el aspecto geográfico, sino también con respecto a las diferentes
cuestiones con las que se enfrenta nuestro planeta.
La responsabilidad no descansa sólo en los líderes de
nuestros países o en aquellos que han sido elegidos para hacer
un trabajo
concreto. Está individualmente en cada uno de nosotros. La
paz empieza
dentro de cada uno. Cuando poseemos paz interior, podemos estar en paz
con
nuestro alrededor. Cuando nuestra comunidad está en un estado de
paz, esta paz
suele ser compartida con nuestras comunidades vecinas. Cuando
sentimos amor y bondad hacia los demás, esto no sólo
hace que los demás se sientan
amados y protegidos, sino que nos ayudan también a nosotros a
desarrollar paz y
felicidad interior. y hay maneras en las que podemos trabajar
conscientemente
para desarrollar paz y felicidad interior. Para algunos de
nosotros, la
forma más efectiva de hacerlo es a través de las
prácticas religiosas. Lo
importante es que cada uno de nosotros hagamos un esfuerzo sincero
de
tomar seriamente nuestra responsabilidad por los demás y por el
medio ambiente.
Me siento muy alentado por los
acontecimientos que están teniendo lugar a nuestro alrededor. Después de que
los jóvenes de muchos países, particularmente en el norte de Europa, han hecho
repetidas llamadas para que cese la peligrosa destrucción del medio ambiente
que se está llevando a cabo en nombre del desarrollo económico, los líderes
políticos mundiales están ahora empezando a dar pasos significativos para
solucionar este problema. El informe de la Comisión Mundial de Desarrollo y
Medio Ambiente al Secretario General de la Naciones Unidas (el informe
Brundtland), fue un paso importante para la toma de conciencia de los gobiernos
sobre la urgencia de tal cuestión. Serios esfuerzos para llevar la paz a
las zonas destrozadas por la guerra y conseguir el derecho de autodeterminación
de algunos pueblos, han traído como resultado la retirada de las tropas
soviéticas de Afganistán y el establecimiento de la independencia de Namibia.
Gracias a los esfuerzos populares no violentos, cambios dramáticos han
ocurrido en muchos lugares, desde Manila, en Filipinas, a Berlín, en la
Alemania del Este, acercando muchos países a una verdadera democracia. Con la
era de la guerra fría aparentemente terminada, la gente vive en todas partes
con renovada esperanza. Lamentablemente, los valerosos esfuerzos del pueblo
chino para traer un cambio similar a su país fueron brutalmente aplastados en
el pasado mes de junio. Pero sus esfuerzos son también una fuente de esperanza.
El poder militar no extinguido el deseo de libertad y la determinación del
pueblo chino por lograrla.
En particular, admiro el hecho de que estos
jóvenes, a los que se les ha enseñado que "el poder crece con los cañones
de los fusiles", hayan elegido en cambio el uso de la no-violencia como
arma. Estos cambios positivos indican que la razón, el valor, la determinación
y el inextinguible deseo de libertad, puedan finalmente vencer. En la lucha
entre las fuerzas de la guerra, violencia y opresión por una parte, y la paz,
razón y libertad por otra, estas últimas están ganando terreno. Esta
situación nos da a los tibetanos la esperanza de que también nosotros un día
seremos libres de nuevo.
La concesión del Premio Nóbel a un simple
monje del remoto Tíbet, aquí en Noruega, también nos llena a los tibetanos de
esperanza. Quiero decir que, a pesar del hecho de no hemos atraído la
atención hacia nuestra difícil situación por medios violentos, tampoco hemos
sido olvidados. Esto también quiere decir que los valores que nosotros
apreciamos particularmente, nuestro respeto hacia todas las formas de vida y la
creencia en poder de la verdad, son hoy reconocidos y fomentados. Es también un
tributo a mi maestro, Mahatma Gandhi, cuyo ejemplo es una inspiración para
muchos de nosotros. La concesión de este premio es una indicación de que este
sentido de responsabilidad universal se está desarrollando. Estoy profundamente
conmovido por la sincera preocupación mostrada por mucha gente en esta parte
del mundo por el sufrimiento del pueblo del Tíbet. Esto es una fuente de
esperanza no sólo para nosotros los tibetanos, sino para todos los pueblos
oprimidos.
Como saben, Tíbet ha estado bajo ocupación
extranjera durante cuarenta años. Hoy en día, hay estacionadas en Tíbet más
de un cuarto de millón de tropas chinas. Algunas fuentes estiman el doble de
esa cifra. Durante todo este tiempo, los tibetanos han estado desposeídos de
sus más básicos derechos humanos, incluyendo el derecho a la vida, a moverse,
a hablar o a practicar sus cultos, mencionando sólo algunos. Más de una sexta
parte de la población de seis millones de tibetanos ha muerto como
resultado directo de la invasión y ocupación china. Incluso antes de que
comenzara la Revolución Cultural muchos de los monasterios, templos y edificios
históricos fueron destruidos. Y casi todo lo que quedó fue destruido durante
la Revolución Cultural. No deseo hacer hincapié en este punto, que por otra
parte es bien conocido. Lo importante es darse cuenta, sin embargo, de que
a pesar de la limitada libertad concedida después del año 1979 para
reconstruir partes de algunos monasterios y otras muestras de liberalización,
los derechos humanos fundamentales son, todavía, violados sistemáticamente. En
los últimos meses esta grave situación ha empeorado todavía más.
Si no fuera por nuestra comunidad en el
exilio, tan generosamente amparada y apoyada por el gobierno y el pueblo de la
India y ayudada por organizaciones e individuos de muchos lugares del mundo,
nuestra nación sería poco más que el resto destrozado de un pueblo. Nuestra
cultura, religión e identidad nacional hubieran sido efectivamente
eliminadas. Lo que ha sucedido es que hemos construido escuelas y monasterios en
el exilio y hemos creado instituciones democráticas que sirvan a nuestro pueblo
para conservar las semillas de nuestra civilización. Con esta experiencia
tratamos de poner en práctica una plena democracia para el futuro del Tíbet
libre. Así, mientras desarrollamos nuestra comunidad en el exilio sobre unas líneas
modernas, también cuidamos y preservamos nuestra propia identidad y cultura, y
llevamos esperanza a millones de nuestros compatriotas en el Tíbet.
El problema más urgente en este momento es
la masiva afluencia de colonos chinos hacia Tíbet. A pesar de que en las
primeras décadas de ocupación un considerable número de chinos fueron
transferidos a las zonas orientales de Tíbet -a las provincias tibetanas de
Amdo (Chinghai) y Kham, cuya mayor parte ha sido anexionada por la provincia
china vecina-, desde 1983 una cantidad sin precedente de chinos han sido
alentados por su gobierno a emigrar a todas las zonas de Tíbet, incluyendo el
centro y oeste de Tíbet (al que la República Popular China alude como la Región
Autónoma de Tíbet). Los tibetanos están siendo reducidos rápidamente a una
insignificante minoría en su propio país. Este proceso, que amenaza la
verdadera supervivencia de la nación tibetana, su cultura y herencia
espiritual, aún puede ser detenido e invertido. Sin embargo, esto debe hacerse
ahora, antes de que sea demasiado tarde.
El nuevo ciclo de protestas y represión
violenta que empezó en Tíbet en septiembre de 1987 y culminó con la imposición
de la ley marcial en Lhassa, la capital, en marzo de 1989, fue en gran parte una
reacción a esta enorme influencia de los chinos. La información que ha llegado
a nosotros en el exilio señala que las marchas de protesta y otras formas de
manifestaciones pacíficas continúan en Lhassa y en numerosas parte de Tíbet,
a pesar de los severos castigos y trato inhumano dado a los tibetanos detenidos
por expresar sus quejas. No se conoce el número de tibetanos muertos por las
fuerzas de seguridad durante las manifestaciones de marzo, y los que han muerto
en la cárcel después aunque se cree que son más de doscientos. Miles han sido
detenidos o arrestados y encarcelados, y la tortura es algo común.
Sobre la base de este empeoramiento de la situación
y para prevenir futuros derramamientos de sangre, propuse lo que generalmente se
conoce como el Plan de Paz en Cinco Puntos, para la restauración de la
paz y los derechos humanos en Tíbet. El año pasado, en mi discurso de
Estrasburgo, expliqué los detalles del mismo. Creo que este plan proporciona
una estructura razonable y realista para negociar con la República Popular
China. Hasta ahora, sin embargo, los líderes chinos no han dado una respuesta
constructiva. La brutal represión del movimiento democrático chino en junio de
este año (1989), sin embargo, refuerza mi punto de vista de que cualquier
solución del problema tibetano sólo será significativa si es apoyada por
unas adecuadas garantías internacionales.
El Plan de Paz en Cinco Puntos aborda los
asuntos principales y aquellos relacionados con ellos , a los cuales me he
referido en la primera parte de mi conferencia. Pedimos:
1) La transformación de la totalidad de Tíbet,
incluyendo las provincias orientales de Kham y Amdo, en una zona de "ahimsa"
(no-violencia)
2) El abandono por China de la política de
traslado de población.
3) El respecto a los derechos humanos y a
las libertades democráticas fundamentales del pueblo tibetano.
4) La restauración y protección del
entorno natural de Tíbet.
5) El comienzo de negociaciones formales
sobre la futura situación de Tíbet y las relaciones entre los pueblos chino y
tibetano.
En la conferencia de Estrasburgo propuse
que Tíbet se convierta en una entidad democrática y política totalmente
autogobernada.
Quiero aprovechar esta oportunidad para
exponer el concepto de zona ahimsa o santuario de paz, que es el elemento
central del Plan de Paz de Cinco Puntos. Estoy convencido de que es de una gran
importancia no sólo para el Tíbet, sino para la paz y estabilidad de Asia.
Mi sueño es que toda la meseta tibetana se
convierta en un refugio libre, donde los seres humanos y la naturaleza puedan
convivir en equilibrio armonioso y pacífico. Sería un lugar donde la gente de
todo el mundo podría venir en busca del verdadero sentido de la paz interior,
fuera de las tensiones y presión de una gran parte del mundo. Tíbet podría,
en efecto, convertirse en un centro creativo para fomentar y desarrollar la paz.
Éstos son los elementos clave para la
propuesta zona Ahimsa: Toda la meseta tibetana sería desmilitarizada. La fabricación, las pruebas y el almacenamiento de armas
nucleares y otros armamentos en la meseta tibetana serían prohibidos. La meseta
tibetana sería convertida en el parque natural o biosfera más grande del
mundo. Leyes estrictas se impondrían para proteger la fauna y la flora; la
explotación de recursos naturales sería cuidadosamente regulada para no dañar
los ecosistemas pertinentes; y se adoptaría una política de desarrollo
continuado en las zonas pobladas. La fabricación y el uso
de la energía nuclear y demás tecnologías que producen residuos peligrosos
serían prohibidos. Los recursos nacionales y la política
estarían dirigidos hacia una promoción activa de la paz y la protección del
entorno natural. Las organizaciones dedicadas al fomento de la paz y a la
protección de todas las formas de vida encontrarían acogida en Tíbet. El
establecimiento de organizaciones internacionales y regionales para la promoción
y protección de los derechos humanos serían alentados en Tíbet.
La altitud y el tamaño de Tíbet, así
como su historia única y profunda herencia espiritual, hacen que pueda
perfectamente desempeñar el papel de un santuario de paz en el estratégico
corazón de Asia. Esto también estaría de acuerdo con su papel histórico de
nación budista pacífica y región "amortiguadora", separando a los
grandes y a menudo rivales poderes del continente asiático.
Para reducir las tensiones existentes en
Asia, el presidente de la Unión Soviética, el señor Gorbachov, propuso la
desmilitarización de las fronteras chino-soviéticas, transformándolas
en "fronteras de paz y buena vecindad". El gobierno de Nepal,
anteriormente, propuso que el país himaláyico de Nepal, fronterizo con Tíbet,
debe convertirse en zona de paz, aunque esta propuesta no incluía la
desmilitarización del país.
Para la estabilidad y la paz en Asia, es
esencial crear zonas de paz que separen a los mayores poderes y adversarios
potenciales del continente. La propuesta del presidente Gorbachov, que también
incluye una total retirada de las tropas soviéticas en Mongolia, ayudaría a
reducir la tensión y la potencial confrontación entre la Unión Soviética y
China. Una zona de verdadera paz debe, evidentemente, ser creada también para
separar a los estados más poblados del mundo, China e India.
El establecimiento de la zona ahimsa
requeriría la retirada de las tropas e instalaciones militares del Tíbet, lo
cual permitiría también a India y Nepal retirar tropas e instalaciones
militares de las fronteras himaláyicas con Tíbet. Esto tendría que ser
llevado a cabo por acuerdos internacionales. Y sería muy interesante y
beneficioso para los estados de Asia, particularmente para China e India, puesto
que incrementaría su seguridad y al mismo tiempo reduciría la carga económica de mantener una alta
concentración de tropas en remotas regiones.
Tíbet no sería la primera región estratégica
en ser desmilitarizada. Partes de la península del Sinaí, el territorio
egipcio que separa Israel de Egipto, han estado desmilitarizadas desde hace algún tiempo. Por
supuesto, Costa Rica es el mejor ejemplo de un país completamente
desmilitarizado.
Tíbet no sería tampoco la primera zona
convertida en reserva natural o biosfera. Muchos parques han sido creados a lo
largo de todo el mundo. Algunas zonas muy estratégicas han sido convertidas en
"parques de la paz" naturales. El Parque de la Amistad, en la frontera
de Costa Rica y Panamá, y el proyecto "Sí a la Paz", en la
frontera de Costa Rica y Nicaragua, son dos ejemplos.
Cuando visité Costa Rica, pude ver cómo
un país puede desarrollarse con éxito sin ejército, para llegar a ser una
democracia estable, dedicada a la paz y la protección del entorno natural. Esto
confirmó mi creencia de mi visión de Tíbet en el futuro es un plan realista,
no meramente un sueño.
Permítanme terminar con una nota personal
de agradecimiento a todos ustedes y a nuestros amigos que hoy no se encuentran
aquí. La preocupación y el apoyo que han expresado por la difícil situación
de los tibetanos nos ha conmovido enormemente, y continúa dándonos valor para
luchar por la libertad y la justicia; no con el uso de las armas, sino con las
poderosas armas de verdad y la determinación.
Sé que hablo en nombre de todo el pueblo
de Tíbet cuando les doy las gracias y les pido que no olviden a Tíbet en este
momento tan crítico de nuestra historia. Nosotros también esperamos
contribuir al desarrollo de un mundo más pacífico, más humano y más hermoso.
El futuro Tíbet libre procurará ayudar a todos los necesitados a lo largo de
todo el mundo, a proteger la naturaleza y a promover la paz. Creo que la
habilidad de los tibetanos para combinar las cualidades espirituales con
una actitud realista y práctica nos permite hacer una contribución especial,
por modesta que sea. Esta es mi oración y esperanza.
Para finalizar, permítame compartir con
ustedes una corta oración que me da una gran inspiración y determinación:
Por tanto tiempo como dure el espacio,
por tanto tiempo como permanezcan seres vivos,
hasta entonces, pueda yo también permanecer
para disipar la miseria del mundo.
Gracias
-XXV-
No renuncies jamás
¡
Nunca pierdas la esperanza!
Cualquiera sea la circunstancia,
¡No renuncies jamás!
Desarrolla tu corazón.
En tu cultura, demasiada energía es dedicada
a desarrollar el intelecto en lugar del corazón.
Desarrolla tu corazón.
Sé compasivo.
No sólo con tus amigos,
sino para con todo el mundo,
sé una fuente de compasión.
Obra por la paz.
En tu corazón y en el mundo,
Obra por la paz.
Te repito, ¡nunca pierdas la esperanza!
Cualquiera sea la circunstancia,
¡No renuncies jamás!
Pase lo que pase a tu alrededor,
¡No renuncies jamás!
XIV° Dalai Lama
*
* *
Sobre el por qué del Último de los Dalai Lamas
En el orden temporal del período de humanas vidas todo tiene ciclos, unos
breves otros amplios en el tiempo, nada es permanente. Sobre esta base
afirmo que, después de seis siglos. la dinastía de los
Dalai Lamas concluye con Tenzin
Gyatso el actual Dalai Lama. Somos ahora una aldea global
planetaria saturada de gente y de tecnología, la
liberación de todo lo mental residual negativo nuestro ha
estirado el elástico a un grado sin retorno. El corte del
elástico no afectará a una dinastía, a una
ideología, a un imperio: Afectará, en su globalidad, a la
humanidad toda y, en esta
etapa terminal emerge el
Mensajero de la Paz cerrando el ciclo previo a la llegada de la LUZ.
Luz que es recibida por la mente de los hombres y por la
mente de los mismos hombres desciende a la Tierra, y, por
paradoja, lo hace cuando los
Santuarios interiores humanos están más oscurecidos en el
ámbito global planetario. La personal y colectiva tormenta interior del cambio la reflejamos en
el Cambio Climático que ahora vivimos y a su vez es el
preámbulo de la llegada del Amor con la Luz del Padre, Luz que,
gracias a la activación del Sentimiento, consolidará SU llegada dando
inicio a la Transformación humana.
Con
querer queriendo el título de la presente CiberReflexión
124 es "Del Pensamiento del último de los Dalia Lamas", al poner
el título evoqué la película "El último de
los Mohicanos" con su inspirada música. Me explico: recientes informaciones señalan:
El Dalai Lama dijo que podría nombrar un
sucesor o convocar a elecciones democráticas antes de su muerte, en lugar del
tradicional método de reencarnación, dijo el martes un diario japonés, luego
que China insistiera en que sólo ella puede aprobar a los líderes espirituales
de Tíbet. El exiliado líder acusó además a las autoridades chinas
de incrementar la represión de monjes y civiles tibetanos, y dijo que las
relaciones de la región con el gobierno central chino son "las más tensas
en años recientes", dijo el Sankei Shimbun. "El pueblo
tibetano no va a respaldar a un sucesor elegido por China tras mi muerte",
dijo el Dalai Lama al periódico durante un viaje a Japón."Si el pueblo
tibetano desea mantener el sistema del Dalai Lama, una posibilidad sería elegir
al próximo Lama cuando yo sigo con vida. Entre las opciones que estamos
considerando están una elección democrática por los monjes superiores del
budismo tibetano, o el nombramiento de una sucesor por mí", dijo. Durante
siglos, la búsqueda de la reencarnación de líderes religiosos, conocidos como
lamas -incluyendo el Dalai Lama- ha sido realizada por monjes tibetanos luego
de la muerte de los líderes. Pero una orden reciente de China de que debe
aprobar todos los lamas ha causado temores de que el gobierno nombrará un líder
pro Beijing una vez fallezca el actual Dalai Lama. China ha gobernado Tíbet con
mano de hierro desde que sus fuerzas comunistas invadieron la región en 1951, y
ha acusado al monje budista de desafiar su soberanía al buscar la independencia
tibetana. El Dalai Lama dice que desea una verdadera autonomía para Tíbet, no
la independencia. El Gobierno chino condenó hoy al Dalai Lama por
saltarse los rituales y convenciones budistas sobre la reencarnación y proponer
un referéndum para escoger a su sucesor reencarnado.
El Dalai asegura que sus médicos le han dicho que le queda vida para
varias décadas más, pero tanto sus seguidores como el régimen comunista
chino, que gobierna el Tíbet desde 1951, saben que a sus 72 años es
mejor ir pensando en su sucesión. Siguiendo la tradición budista, los
monjes deberían esperar a su fallecimiento para buscar su reencarnación
en un niño, pero la situación ha cambiado desde que Pekín ejerce sobre
esta creencia el mismo control que aplica a las religiones cristiana o
musulmana. De hecho, Pekín ya ha impuesto a un títere como la
segunda figura más venerada del budismo, el Panchem Lama, frente a la
opción escogida por los partidarios del Dalai, que está bajo custodia
en su casa. Por todo ello, el Dalai Lama aprovechó un encuentro
interreligioso celebrado ayer en la ciudad india de Amritsar para
proponer que, antes de su muerte, los budistas del Tíbet, Mongolia,
India, China y Nepal decidan en un referéndum qué tipo de liderazgo
quieren. «Si la gente piensa que la institución del Dalai Lama es
todavía necesaria, continuará», aseguró antes de admitir que su sucesor
podría ser de fuera del Tíbet. Como no podía ser de otra manera, un plan tan
democrático ha sido rechazado por China, que le criticó por pretender
romper la tradición en el nombramiento de la máxima figura del budismo
tibetano. Pero el Dalai Lama, que también ha dejado entrever que podría
escoger a su sucesor antes de su muerte, recordó que uno de sus
profesores, el Lama Trogye Trichen, fue reconocido como una
reencarnación antes de que su predecesor falleciera. El futuro del
budismo tibetano está, por tanto, en sus manos. pero también en las
de China.
El líder espiritual del budismo tibetano, el Dalai
Lama, dijo que está dispuesto a considerar nuevas formas para elegir a
su sucesor. El
Dalai Lama le explicó a la BBC que se podría incluso
adoptar una práctica similar a la del Vaticano para escoger a un
nuevo Papa, que se hace mediante la votación secreta de los
cardenales en un
cónclave. Tradicionalmente, cuando el Dalai Lama muere, se
interpretan una serie de signos para buscar a un niño tibetano
que se
cree que es su reencarnación. Sin embargo, China ha redoblado sus críticas contra el
líder budista en las últimas semanas e indicó que su sucesor tendría
que ser aprobado por las autoridades de Pekín.
Señala el Dalai Lama: "Con mi muerte se dará un paso atrás. Será un choque mental y
emocional para muchos tibetanos. Pero el espíritu seguirá: la cuestión
tibetana es tibetana, no del Dalai Lama. Por eso introduje la
democracia y hay elecciones cada cinco años. Yo digo a los tibetanos
que deben actuar como si no hubiera Dalai Lama. Deben asumir su
responsabilidad. Nuestra lucha es justa y al final ganaremos. Llevo años
diciendo que debemos volver a la tradición budista de India. Tras la
muerte de Buda no hubo reencarnación y el budismo siguió bien vivo.
Hubo más de mil años sin reencarnaciones. Necesitamos buenos
profesores, buenos practicantes, mentes brillantes, confiar sólo en
una persona es un error".
Me
queda la sensación que sabe el Dalai Lama que con él
termina una etapa dentro del budismo tibetano e intenta advertirlo a
los suyos. Que cada lector entienda
por sí mismo el por qué sostengo que el actual representa
al último de los Dalai Lamas
*
¿Qué pienso del Dalai Lama?
Para lograr dar forma coherente a lo que siento sobre el Dalai Lama
deseo rememorar algunos chispazos de Luz recibidos en el sendero de
vida. Al ahora ligarlos capto el simbolismo de la unión mente
subconsciente-cerebro derecho con la de mente consciente-cerebro izquierdo,
unión que el Dalai Lama realizó en su vida, no por ser
budista sino por ser Él, en cumplimiento de Misión de
Vida, un Ser de Luz, cerrando el ciclo del Sentimiento iniciado por
Buda hace 2.500 años.
Siento que quien cambió el curso de mi vida al cursar el primer
año de Psicología y activar la fuerza para irme a
estudiar Medicina fuera del hogar y la Patria, fue mi Maestro, el sabio
de la Psicología mundial, don Bèla Székely.
Un día lo veo en oración en la capilla de nuestra
Universidad Católica, al sentarme a su lado me dijo: ¿Qué piensas? Señalé
que me sorprendía verlo orar en una capilla católica
siendo él judío. Entonces me explicó: Dios está en todas partes.
¿Cómo puedo encontrarlo? pregunté. Su respuesta,
pasado varios años la entendí como una personal
iniciación que no olvidé y estaba destinada a ser encontrada por mí mismo a su debido tiempo. El Maestro
dijo:
Primero
Iván
deberás conocerte y encontrarte a ti mismo,
luego lo
harás
con los demás y entonces encontrarás a DIOS
Como médico activó mi mente
estudiar el trabajo del Dr. Roger Sperry y colaboradores:
Quienes desde 1973
confirmaron la
especialización, independencia e interacción de los dos
hemisferios cerebrales. Ese conocimiento fue reforzado por
modernos estudios neurofisiológicos que demostraron científicamente una milenaria verdad: Tenemos dos cerebros, con dos expresiones mentales interconectados entre sí.
Según sea el desarrollo cerebral en cuanto actividad de salto
cuántico neuronal, será la manifestación
mental lograda. El
cerebro es un computador regido por la mente y somos los regentes de la propia
vida, sin embargo actuamos cual siervos de ella. El hemisferio
cerebral izquierdo trabaja prioritariamente
permitiendo la actividad mental consciente del pensamiento
lógico,
matemático, racional, analítico, del lenguaje, el
sentido
del tiempo y actividades como el cálculo y la lectura. Su
acción está orientada a conectar la mente con el mundo
exterior mediante un predominio de ondas cerebrales Beta durante su
actividad. El hemisferio cerebral derecho permite la manifestación mental subconsciente del pensamiento
espontáneo, sintético e intuitivo, del sentido artístico y
espacial, con predominio de lo subjetivo: Es decir, del mundo interior. Funciona en forma preferente con un ritmo
cerebral alfa. En lo físico ambos cerebros están interconectados por el
Cuerpo Calloso.
A su vez, complementó la inquietud el neuropsiquiatra Dr. Robert Ornstein quien señaló:
El pensador de
Occidente usa más el cerebro izquierdo y el de Oriente el cerebro derecho. Eso
explica que uno sea más analítico, recibiendo una educación basada en la
lectura, escritura y matemáticas. En cambio el otro es más intuitivo y se le
educa de preferencia destacando las funciones de creatividad, abstracción e
intuición que le permiten la contemplación y percepción espacial. La
integración de ambas funciones cerebrales llevará al equilibrado uso de los dos
cerebros.
Consolidó mi
interés por lo trascendente un swami vedanta en el lugar donde 17
años después dejé mi símbolo en
la alta Cordillera de la IV Región. Él mostrando su radiante aura dorada me dijo:
Le pedimos que hable a los
grupos y les diga la Verdad, Toda la Verdad
y que lo que la Sagrada
Biblia señala ya está sucediendo
Además,
fue revelador conocer la Enseñanza de los Maestros Hasidim, uno de ellos, el
rabino de Zans, a sus impetuosos discípulos les decía:
En mi juventud, como estaba inflamado por el amor de DIOS, yo
creía que podía convertir a ÉL al mundo entero. Pero
pronto comprendí que tendría ya
bastante si llegaba a convertir a la población de mi ciudad, y
lo intenté durante largo tiempo; pero sin éxito. Entonces
me di cuanta de que había exagerado también, y
concentré mi atención en las personas que vivían
en mi casa. Tampoco logré convertirlas. Finalmente, me vino la
revelación: debo ponerme yo mismo en orden y servir a DIOS en
verdad. Pero ni siquiera he logrado aún esta conversión.
Uno de los libros que más marcó mi juventud fue "Los Granes Iniciados" de Édouard Schuré (1841-1929). En lo referente al tema él señala:
¿A
qué se debe que aquí en la India el pasado venerable y
lejano domina aún el presente mientras en nuestras urbes de
Occidente la actualidad absorbe lo pasado en su fiebre de
renovación, pareciendo como si quisiera pulverizarlo bajo la
rabia ciega de sus máquinas? La respuesta se halla en la
misión providencial de la India. Esta misión consiste en
perpetuar a través de los años y divulgar entre otras
naciones las más antiguas tradiciones humanas y la ciencia
divina subyacente en el alma.
Por último, Einstein con su Sabiduría venida del Futuro,
expandió mi mente y él en una frase resume todo lo que
intento destacar:
La
mente intuitiva (o subconsciente) es un regalo sagrado y la mente
racional (o consciente) es un fiel sirviente. Nosotros hemos creado una
sociedad que honra al sirviente y se ha olvidado del regalo.
Sobre la base de estos chispazos de recuerdos puedo afirmar que nosotros somos occidentales y por algo nacemos con
mente y cerebro occidentalizados. En nuestra ignorancia honramos al sirviente y estamos, de manera gradual,
recordando el regalo sagrado. Además conviene observar que en esta aldea global planetaria destaca
la acelerada occidentalización de los orientales quienes, al hacerlo, olvidan
el regalo sagrado y, pasan a honran al sirviente.
El oriental piensa
más con su mente subconsciente-cerebro derecho en forma pasiva e inicia la activación dinámica consciente.
El occidental piensa más con su mente
consciente-cerebro izquierdo
dinámico e inicia la
reactivación subconsciente dinámica que lo
llevará hacia la plena integración de la mente
subconsciente-cerebro derecho con la mente consciente-cerebro izquierdo.
El estado humano ideal,
como lo destacó el neuropsiquiatra Dr. Robert Ornstein, es
lograr el
equilibrio mental y cerebral de ambas formas de pensamiento: el
oriental con el occidental. Ese ideal estado humano
lo ha logrado el Dalai Lama. Él no elude tema alguno en sus respuestas y
reflexiones, todo lo centra en una realidad lógica más
allá del limitante dogmatismo oriental y occidental,
actúa con una mente equilibrada que da lugar a un cerebro
armonizado entre sus dos hemisferios, lo cual
permite la manifestación de esa mente integrada en equilibrio entre lo
subconsciente y lo consciente. Él, con su manera de pensar, une e
integra a Oriente con Occidente.
El Dalai Lama es un ser
realizado que se encontró a sí mismo, encontró a
los demás y encontró a Dios. Ello lo refleja llevando su
Mensaje de Paz por todo el mundo más allá de fronteras
geográficas e ideológicas. Quienes conocen al Dalai
Lama dan testimonio que él irradia una especial Aura de
Paz abarcante que por presencia alivia al angustiado y da Esperanza
al desesperanzado. Al dejar en este escrito una breve parte de su
Mensaje, lo hago con
admiración y profundo respeto por quien, quizá, en el ropaje de monje budista, sea el
último de los Maestros encarnados... Quien en la
Universidad de Arizona señaló:
Creo
que esta es la primera vez que me reúno con la mayoría de
ustedes. Pero para mí no existe gran distancia entre un
viejo amigo y uno nuevo,
porque siempre he creído que todos somos iguales; todos somos
seres humanos, naturalmente puede haber diferencias en cuanto el bagaje
cultural o el estilo de vida, puede haber diferencias en nuestra fe, o
quizá tengamos un color de piel diferente, pero todos somos
seres humanos, compuestos por un cuerpo humano y una mente humana.
Nuestra estructura física es la misma, como también lo es
nuestra mente y nuestra naturaleza emocional. Cada vez que conozco a
una persona tengo la sensación de que me encuentro con un ser
humano como yo mismo. Creo que con esa actitud resulta mucho más
fácil comunicarse con los demás. Cuando ponemos de
relieve características específicas, como por ejemplo que
yo soy tibetano o budista, surgen las diferencias. Pero esas cosas son
secundarias. Si somos capaces de dejar las diferencias a un lado, creo
que podemos comunicarnos fácilmente, intercambiar ideas y
compartir experiencias.
Al finalizar esta entrega de una Verdad
sustentada por el Dalai Lama y que subyace en la esencia del hombre que
es más que hombre, me parece ver y escuchar al swami
vedanta Vivekananda cuando, en septiembre de
1893,
remece los cimientos del paradigma religioso con sus
intervenciones del
Primer Congreso Mundial de las Religiones de Chicago.
Él, el representante de la Religión más tolerante,
igualitaria y antigua existente, el que llegó de manera
más impensada y humilde, les dijo entre otras tantas milenarias
verdades lo siguiente:
Os
saludo en nombre de la Orden
monástica
más antigua del mundo que ha dejado este precepto:
¡Aceptaos
y comprendeos unos a otros!
Debe haber causas, antes del nacimiento,
que hagan a un hombre desgraciado o feliz, y esas causas son sus
acciones
pasadas.
Levantaos ¡oh leones! y
sacudíos
la ilusión de que sois carneros; sois almas inmortales,
espíritus
libres, benditos y eternos; no sois materia, no sois cuerpo; la materia
es sierva vuestra y no vosotros los siervos de ella.
Si algún día llega a haber
una Religión Universal, ha de ser aquella que no esté
radicada
en el tiempo o en el espacio; que sea infinita, como el Dios que
predique,
y cuyo sol brille sobre los discípulos de Krishna y los de
Cristo
igualmente, sobre los santos y sobre los pecadores; que no sea
brahmánica,
ni budista, ni cristiana, ni mahometana, sino la suma total de todas
ellas
y tenga todavía infinito espacio para evolucionar; que en su
catolicidad
abrace con sus infinitos brazos y le haga un lugar para cada ser
humano,
desde el salvaje más inferior y envilecido, que muy poco
sobrepasa
al bruto, hasta el hombre más encumbrado que se eleva por las
virtudes
de su cerebro y de su corazón casi por encima de la humanidad,
haciendo
que la sociedad se asombre en su presencia y dude que sea de naturaleza
humana. Será una religión que no tenga lugar en su seno
para
la persecución ni la intolerancia, que reconozca la divinidad en
cada hombre y mujer, y cuyo fin, cuya fuerza total, esté
reconcentrada
en ayudar a la humanidad a realizar su propia y verdadera naturaleza
divina.
Pero si alguno de los presentes espera
que esta unidad se produzca mediante el triunfo de alguna de las
religiones
y la destrucción de otras, yo le digo: "Hermano, esperáis
un imposible". ¿He de desear yo que un cristiano se haga
hindú?
Dios me libre. ¿Desearé que el hindú o el budista
se conviertan en cristianos? No lo permita Dios. Cada uno debe asimilar
el espíritu de los otros y conservar, sin embargo, su
individualidad,
creciendo según sus propias leyes.
Si el
Congreso de las Religiones ha demostrado algo al mundo es
lo siguiente: Ha probado que la santidad, la pureza y la caridad no son
la posesión exclusiva de ninguna iglesia del mundo y que cada
sistema
ha producido hombres y mujeres del más elevado orden. En
presencia
de este hecho evidente, si alguien sueña con la exclusiva
supervivencia
de su propia religión y la destrucción de las otras, le
compadezco
desde el fondo de mi corazón y le hago notar que en la bandera
de
cada religión pronto se escribirá, a despecho de su
resistencia:
"Ayuda y no lucha", "Asimilación y no destrucción",
"Armonía
y paz y no discrepancia.
La santidad, la pureza y la caridad no
son la posesión exclusiva de ninguna Iglesia del mundo, y cada
sistema
ha producido hombres y mujeres del más elevado orden. Si alguien
sueña con la exclusiva supervivencia de su religión y la
destrucción de las otras, le compadezco desde el fondo de mi
corazón.
Me siento realizado al lograr
en este escrito exponer lo abstracto que siento, y ojalá hacerlo de manera
concreta. Siento que Buda era un hindú
Vedanta... Considero que por cuna y formación Buda fue vedanta y
recibió la Iluminación sobre la base Revelada de un
milenario saber vedanta reservado para un Gran Iniciado y así
él activar, con su Enseñanza, no una
religión, sino que el desarrollo del Sentimiento. Sentimiento
que el último de los Dalai Lamas ha consolidado de manera
magistral por sobre paradigmas, religiones, filosofías,
ideologías, linajes, castas y sectarismos que discriminan
separando a los hombres entre sí, dando lugar a
jerarquías que tan solo lo son a ilusorio ojo humano, pues a ojo
divino no hay diferencias entre nosotros...
A manera de cierre de página va este último pensamiento del Iluminado Ser:
Le preguntan al Dalai Lama:
¿Qué es lo que más le sorprende de la Humanidad?
Su respuesta fue:
Los hombres:
Porque pierden la salud para juntar dinero, después
pierden dinero para recuperar la salud. Y, por pensar ansiosamente en
el futuro, se olvidan del presente, de tal forma que acaban por no
vivir ni en el presente ni en el futuro. Y viven como si nunca fuesen a
morir y mueren como si nunca hubiesen vivido.
*
Reflexión final
En el mundo de la apariencia y del curriculum
vitae tan importantes en nuestra -Aldea Global planeta Tierra-, cuán grato es saber que un Iluminado, Maestro de
Sabiduría, Consolidador del Sentimiento, Mensajero de la Paz, se
presenta señalando:
Sólo soy un
monje
budista
A nosotros ahora, justo
ahora, con mente-cerebro dinámicos desarrollados, nos corresponde ser los receptores del milenario Saber para
entender el Mensaje de los Tiempos dejado para este Fin de Tiempo que
vivimos.