NetEscrito 1
N° 313
Sobre el Pensamiento del último de los Dalai Lamas
Diciembre de 2007
*

Índice

 * Breve noticiero reciente del Cambio Climático
 * Proemio
 * Los 14 Dalai Lamas de la historia
 * Síntesis biográfica del actual Dalai Lama

 * Del Pensamiento del Dalai Lama
-I- Frases para Meditar
-II- Sobre la Ciencia
-III- Sobre la Compasión
-IV- Sobre la Ecología
-V- Sobre la Educación
-VI- Sobre la Ética para el Nuevo Milenio
-VII- La Felicidad, una Responsabilidad Universal
-VIII- Buscando un Refugio Interior
-IX- Sobre la Juventud
-X- Sobre Karma y Reencarnación
-XI- Sobre la Meditación
-XII- Sobre la Mente
-XIII- Sobre el Mundo Actual
-XIV- Sobre la Psicología
-XV- Sobre la Religión
-XVI- Sobre la Responsabilidad Universal
-XVII- Sobre la Sonrisa
-XVIII- Instrucciones para una Vida
-XIX- Sobre el propósito de la Vida
-XX- Sobre la Violencia y el Odio
-XXI-
Om Mani Padme Hum
-XXII- A las ONG de la Conferencia Mundial de la ONU sobre los Derechos Humanos
-XXIII- Para la Cumbre del Milenio por la Paz Mundial
-XXIV- Su Discurso de Aceptación del Premio Nobel
-XXV- No renuncies jamás

 * Sobre el por qué del Último de los Dalai Lamas
 * ¿Qué pienso del Dalai Lama?
 * Reflexión final


*
Breve noticiero reciente del Cambio Climático

05/12/2007

* Un grupo de científicos estadounidense detectó importantes signos de que en las últimas tres décadas los trópicos del planeta se han expandido hacia el norte mucho más de lo que postularon que sucedería en el siglo próximo. En caso de que los hallazgos se confirmen, y la tendencia continúe, desencadenará una serie de cambios en los ecosistemas subtropicales, aumentará la propagación de enfermedades tropicales, y finalmente redundará en vidas menos placenteras para aquellos que vivan en las zonas de gran cambio climático. La inclinación del eje de la Tierra crea las zonas tropicales, las cuales forman un cinturón en torno a la latitud 47°, en la parte central del planeta. Con el proceso actual que encontraron los científicos, las temperaturas más cálidas y el aire húmedo, propios de estos lugares, se desplazan hacia los polos, aumentando grados de calor en regiones tales como América Central y Sur, África Central y Sur, sudeste asiático, y una buena parte de Australia.

* El FMI trabaja en una evaluación del impacto del cambio climático. Este cambio tiene un impacto negativo directo que puede amenazar el equilibrio fiscal de las naciones.

* El presidente de la reaseguradora Münchener Rück, Nikolaus von Bormhard, advirtió: "Hasta ahora sólo hemos visto una pequeña parte de las catástrofes que puede producir el cambio climático. Estoy esperanzado en que los participantes en la conferencia de Bali se tomen 'muy en serio' el enorme reto que supone el cambio climático, siendo el principal desafío convencer a 'India y China' para que contribuyan también a proteger el medioambiente".

*Bali, Indonesia. El funcionario de la ONU Yvo de Boer abogó hoy aquí por la necesidad de realizar mayores esfuerzos para canalizar la financiación a la adaptación al cambio climático.  De Boer reconoció que en la actualidad existe una carencia de recursos para la adaptación a esa situación climática, y el retraso en la actuación para ello lo calificó de ataque directo contra la población más empobrecida del planeta, la más vulnerable.

06/12/07
* Según el último estudio de la Agencia Internacional de la Energía, las emisiones de los dos gigantes asiáticos, China e India, pasarán de 27.000 millones de toneladas en 2005 a 42.000 millones en 2030.

07/12/07
*El escenario terrorífico de las consecuencias que tendrá el cambio climático ha logrado que el término Klimakatastrophe –catástrofe climática- sea coronado como la palabra del año 2007. “Klimakatastrophe marca la dirección que tomará el cambio climático”, explica Gerhard Müller, experto de la Sociedad para la Lengua Alemana (GfdS), con sede en Wiesbaden.

08/12/07
*Conferencia de la ONU en Bali: El mundo se divide frente al cambio climático.
Las grandes potencias dificultan un acuerdo mientras que las pequeñas se niegan a reducir emisiones porque frenarían el desarrollo de sus economías

La Tierra se calienta. Los hielos se derriten. Y no es ciencia-ficción.
El clima está cambiando aceleradamente por culpa del ser humano.
Los efectos, ya irreversibles, pueden ser devastadores si no pasamos a la acción
.
¿?

Frente a lo irreversible del Cambio me pregunto: ¿Cuál acción efectiva sugieren? Mientras el huracán del Cambio Climático asola al mundo, remece los cimientos de la economía y... bien vendría recibir un bálsamo de Paz que es lo que el presente título pretende brindar.
*
Proemio

Cuando describo lo que siento
descubro lo que soy.
María Cristina Aliss (Criss)

Al finalizar noviembre encontré la solución al problema que el Índice General de mi Portal MUNDO MEJOR plantea al tener 312 títulos puestos en orden de aparición, un Índice completo pero poco práctico para el CiberLector. Logré ahora, a manera de complemento, hacer un Índice Temático que tiene 17 secciones, él ha servido para facilitar la búsqueda de quien, por las razones que sea, accede al Portal. Al día siguiente de esta CiberRealización atendí a una Niña de Luz de 11 años acompañada por su madre. Mientras atiendo tengo en mis dos consultas puesto a permanencia música barroca para cuerdas de J. S. Bach, me sorprendió la Niña al decirme: Qué bonita música tiene. Le pregunté por qué y ella respondió: Porque relaja. Entonces le regalé el CD Air Continuum que tomó como preciado tesoro y le dije que en la sección 09 del Índice Temático encontraría las razones de los beneficios de esa música: Un Regalo Divino... Luego le señalé que además ingresara a la sección 10 del Índice Temático para que ella se conociera mejor... Al despedirme le recordé que nacer con un don así es para crecer uno y ayudar a otros... Saber como afortunadamente lo sé, que hay niños, jóvenes y adultos que irradian Luz, me da esperanza que las tinieblas de los Santuarios interiores y del mundo exterior podrán ser disueltas.

El Dalai Lama es un Mensajero de la Paz más allá de sectarismos, sin embargo no todos los gobernantes lo reciben ignorando su Jerarquía y al número de personas que Él representa en el mundo, quienes rechazan la Paz dejan abierta la puerta para la manifestación del odio. Es más, algunos dignatarios prefieren priorizar a drogados símbolos de la música moderna idiotizante o a ídolos de pacotilla de la distractiva farándula parafernálica mundial... marionetas que ayudan a que el hombre masa siga sin ver ni escuchar, es decir, continúen siervos y no sean LIBRES como a cada uno le corresponde ser.

En el escrito "Abogado Defensor" de febrero de 2003 señalo: "
Haber dado forma, no ha muchos días atrás, a un pequeño texto que recibió el capicúa número 101 de mi página MUNDO MEJOR de InterNet me dejó pensativo, dado que jamás pensé que, en vida, lograría acercarme y superar la barrera de los 100 títulos"Han pasado casi 5 años y esa cifra se triplicó:El presente NetEscrito 1 representa al capicúa escrito general número 313 del Portal, a su vez, es el primer CiberEscrito que se agrega al recientemente creado Índice Temático. Este capicúa título está motivado por el Pensamiento de un Líder espiritual moderno que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz y recorre el mundo cual Mensajero de la Paz. Paz tan necesaria ahora que el Cambio Climático trae densos nubarrones por los estragos y el temor a la magnitud de lo desconocido que escapó al control de la Ciencia y lo racional del humano entendimiento, activando ese temor mecanismos defensivos u ofensivos de guerra, quizá pensando en la sobrevivencia del más fuerte, en este caso del mejor armado militarmente. Pues bien, sirvan de bálsamo de Paz las cuartillas que a continuación van con una parte del Mensaje de un hombre Iluminado que, en el estricto sentido de la palabra, es el último de los Dalai Lamas más allá de quien lo suceda...

*
Los 14 Dalai Lamas de la historia

Traducido generalmente como "océano de sabiduría", este título fue forjado por el jefe mongol Genkhis Khan, al aceptar a Sönam Gyatso como maestro excepcional, alentando al pueblo mongol a la conversión al budismo vajrayana. Nótese que en este caso,
dalay era la traducción de "Gyam-tsho" (Gyatso), el apellido de los Dalai Lamas desde Gedun Drup. Desde 1642 hasta 1959 los Dalai Lama ostentaron además el poder temporal en el Tíbet. Al morir cada Dalai Lama, los monjes (lamas) del Monasterio Amarillo designan a su siguiente reencarnación en un niño de corta edad, interpretando una serie de signos con arreglo a su religión; no se trata, por tanto, de una dinastía de monarcas hereditarios, sino de la máxima magistratura personal de un régimen teocrático.

01.- Gendun Drup, 1391-1474
02.- Gendun Gyatso, 1476-1542
03.- Sonam Gyatso, 1543-1588
04.- Yonten Gyatso, 1589-1616
05.- Ngawang Lobsang Gyatso.1617-1682
06.- Tsangyang Gyatso, 1683-1706
07.- Kelsang Gyatso, 1708-1757
08.- Jamphel Gyatso, 1758-1804
09.- Lungtok Gyatso, 1805-1815
10.- Tsultrim Gyatso, 1816-1837
11.- Khedrub Gyatso, 1838-1855
12.- Trinlé Gyatso, 1856-1875
13.- Thubten Gyatso, 1876-1933
14.- Tenzin Gyatso, 1935 - Es el actual Dalai Lama
*
Síntesis biográfica del actual Dalai Lama

Tenzin Gyatso nacido en 1935 representa al actual Jefe espiritual del budismo tibetano, considerado por sus seguidores la reencarnación del Bodhisattva Avalokitesvara. Al morir cada Dalai Lama, los monjes (lamas) del Monasterio Amarillo designan a su siguiente reencarnación en un niño de corta edad. En el interregno entre la muerte de un Lama y la mayoría de edad del siguiente, el Monasterio ejerce directamente el poder designando a un regente, al tiempo que se ocupa de la educación del futuro jefe. En 1720 los chinos invadieron el Tíbet y sometieron al Dalai Lama a una relación de vasallaje, que perduró hasta la desaparición del Imperio Chino en 1911. En 1950, los comunistas chinos invadieron el país; debiendo el Tíbet que aceptar la tutela comunista, firmando en 1951 un tratado que convertía al mismo en «provincia autónoma» de China. Desde entonces ha venido testificando en todos los foros internacionales la pérdida de la soberanía de su nación, pero se ha opuesto al uso de la violencia y ha propiciado soluciones basadas en la tolerancia y el respeto mutuo, con el objetivo de preservar la herencia histórica y cultural de su pueblo.  Desde 1960 reside en Dharamsala, y a partir de entonces no ha cesado de efectuar llamamientos a la ONU y ante numerosos foros internacionales sobre la real condición tibetana. Esto ha generado diversas resoluciones y expresiones de apoyo, demandando respeto por los derechos humanos de los tibetanos, por su cultura y autodeterminación. Recientemente, los más importantes Líderes políticos mundiales, haciéndose eco de la opinión pública internacional, han insistido en que el gobierno de China entable discusiones serias con el Dalai Lama, a fin de terminar con más de cuarenta años de opresión política, religiosa y cultural en el Tíbet. Su prédica constante es poner la sabiduría de las religiones al servicio del bien de todos los seres, integrando sus valores a la política o la ciencia. Firme defensor de la no violencia, el Dalai Lama, quien humildemente suele decir: "Soy simplemente un monje budista", ha sido distinguido en 1989 con el Premio Nobel de la Paz, por su incesante y pacífica lucha en favor de su pueblo. Es regularmente invitado por discípulos y simpatizantes de todo el mundo, y en 1992 realizó su primera gira por Argentina, Brasil y Chile, países que nuevamente visita en esta oportunidad.

*
Del Pensamiento del Dalai Lama

Soy simplemente un monje budista.

Dalai Lama

-I-
Frases para meditar

(Por sus frases los conoceréis)

A los pensadores budistas nos parece sumamente beneficioso incorporar ideas de diversos campos científicos, como la mecánica cuántica y la neurobiología, donde existen elementos muy fuertes de incertidumbre y no esencialidad.

A través de la paz interior se puede conseguir la paz mundial. Aquí la responsabilidad individual es bastante clara ya que la atmósfera de paz debe ser creada dentro de uno mismo, entonces se podrá crear en la familia y luego en la comunidad.

Al generar compasión, se empieza por reconocer que no se desea el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad. Eso es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las demás personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen derecho a alcanzar la felicidad. Eso se convierte en la base para empezar a generar compasión.

Alguien que alcanza la victoria sobre el odio y la cólera a través de un proceso tan arduo, es un verdadero héroe.

Aprende las reglas, así sabrás como romperlas apropiadamente.

Aprendemos la compasión y el amor de nuestra madre, y no de la religión, el cariño de la madre viene primero, después siguen la fe y la práctica religiosa.

Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas, lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás.

Aunque no logres alcanzar tu objetivo puedes sentirte bien con el simple hecho de haber realizado el esfuerzo.

Aunque no sabemos lo que nos depara el futuro, debemos siempre hacer algo por la vida a favor de otros.

Buscamos comportarnos correctamente porque es una buena actitud. Produce buenos frutos. La razón principal es que uno busca la felicidad y uno no desea el sufrimiento y en función de esto, uno realiza buenas acciones y evita las malas.

Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás.

Cometemos errores cuando las emociones nos invaden y nos conducen a las malas acciones.

Como humanos somos capaces de obtener la Iluminación en una sola vida. Sin embargo, la vida es corta y la mayor parte de elle ha pasado ya. Debemos preguntarnos cuánto hemos progresado espiritualmente. La muerte puede llegarnos en cualquier momento, y cuando llegue habremos de dejar atrás todo excepto las huellas mentales que nuestras acciones han dejado.

Comparte tu conocimiento, es una manera de conseguir la inmortalidad.

Creo en la determinación humana. A lo largo de la historia se ha comprobado que la voluntad humana es más poderosa que las armas.

Creo firmemente en que la formación es un instrumento imprescindible para el florecer del bienestar humano y la creación de una sociedad justa y pacífica.

Creo que, en general, ser honrado con uno mismo y con los demás sobre lo que se es y no se es capaz de hacer puede contrarrestar el sentimiento de falta de seguridad.

Cuando dudo de mi existencia, me pellizco.

Cuando nos sentimos responsables, implicados y comprometidos, experimentamos una profunda emoción, un gran valor.

Cuando nuestro espíritu alcanza cierto grado de cualidad que llamamos la conciencia sutil, ya no puede morir, en el sentido ordinario de la palabra.

Cuando pierdes, no pierdes la lección.

Cuando uno es generoso, con la intención de recibir algo a cambio o de obtener una buena reputación o de ser aceptado, entonces no esta actuando como un ser iluminado.

Debemos investigar y luego aceptar los resultados. Si no resisten ante los experimentos, las mismísimas palabras de Buda deben ser rechazadas.

Debemos perdonar si queremos vivir en paz. Nuestra causa es justa, pero el pasado es solo pasado.

Desde que nacemos, dependemos de la bondad y protección de nuestros padres. Más adelante en la vida, cuando nos oprime la enfermedad y la vejez, volveremos a depender del altruismo de los demás, y ya que al inicio y al final de nuestra vida, necesitamos de la bondad del prójimo, ¿ como es posible que en el transcurso de ella no seamos igualmente generosos?

Después de todo, si las prácticas de mi propia tradición pueden unirse a los métodos científicos, entonces podemos dar otro pequeño paso hacia el alivio del sufrimiento humano.

Duda de lo que quieras, pero nunca de ti mismo.

El amor sincero no está basado en el apego sino en el altruismo.

El Buda no es un dios; fue una persona que descubrió cómo vivenciar todo su potencial y trascender sus limitaciones, convirtiéndose así en un ser superior que mostró el camino para que podamos lograr la misma realización espiritual.

El cariño paternal, el contacto físico, la ternura amorosa hacia todos los seres vivos, la responsabilidad social y la atención especial a los menos privilegiados, todos estos conceptos son tan simples de entender. Entonces, ¿por qué su práctica parece costarnos tanto?

El conocimiento es un instrumento que puede ser utilizado constructiva o destructivamente.

El cuerpo es como una pared, la consciencia o mente es como una pintura.

El desarrollo tecnológico de la actualidad está bien, pero es necesario darles más importancia a los valores humanos y la espiritualidad.

El enojo, el orgullo y la competencia son nuestros verdaderos enemigos.

El enojo es uno de los problemas más serios que el mundo enfrenta hoy.

El éxito y el fracaso depende de la sabiduría y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.

El intelecto humano, o sea el conocimiento, no propicia la felicidad.

El mantenimiento de la paz comienza con la autosatisfacción de cada individuo.

El medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira.

El mismo concepto de guerra está obsoleto porque la destrucción de tu vecino es esencialmente la destrucción de uno mismo.

El problema humano básico es la falta de compasión. Mientras este problema subsista, subsistirán los demás problemas. Si se resuelve, podemos esperar días más felices.

El tema central de las Cuatro Verdades Nobles es el de causalidad [natural] en lo que se refiere a la felicidad y al sufrimiento.

El verdadero practicante debe ser un soldado que combate incesantemente contra sus enemigos interiores.

En el budismo se presta mucha atención a las actitudes que adoptamos ante nuestros enemigos. Ello se debe a que el odio puede ser nuestro mayor obstáculo para el desarrollo de la compasión y la felicidad. Si se aprende a ser paciente y tolerante con los enemigos, todo lo demás resulta mucho más fácil, y la compasión fluye con naturalidad.

En cierto momento estuve particularmente intrigado por un telescopio antiguo, con el que estudiaba los cielos. Una noche, mientras miraba la luna, me di cuenta de que había sombras en su superficie. Llamé a mis dos tutores principales para que las vieran, pues esto era contrario a la antigua versión de la cosmología que me habían enseñado, que sostenía que la luna era un cuerpo celeste que emitía su propia luz. Pero a través de mi telescopio, la luna era claramente mera roca y tenía cráteres. Si el autor de ese tratado estuviese escribiendo actualmente, estoy seguro de que presentaría de manera distinta la cosmología.

En forma natural, como parte de la naturaleza humana, tenemos la cualidad del amor. Al nacer, nuestra sobrevivencia misma se basa en el amor. Ya sea que la persona sea religiosa o no, la base de la felicidad es el sentimiento de amor por todos los seres por igual.

En la educación moderna no hay una ética moral. Pero aún cuando se reconoce que es necesario que se incorpore, no hay un plan concreto para implementarlo. Y yo tampoco lo tengo.

En la práctica de la tolerancia, el enemigo es el mejor maestro.

En Lhasa, los jóvenes ya no miran al Dalai Lama como la única referencia, la mayoría de los jóvenes monjes que huyen de Tibet y llegan a Dharamsala para ser enviados a Estados Unidos a estudiar, lo primero que hacen al llegar allá es colgar los hábitos e imbuirse de la vida moderna.

En última instancia, el futuro está en nuestras manos.

Es mucho mejor hacer amigos, comprender mutuamente y hacer un esfuerzo para servir a la humanidad, antes de criticar y destruir.

Es necesario eliminar gradualmente los factores que llevan al sufrimiento mediante el cultivo de los que llevan a la felicidad.

Esa oscuridad interior que llamamos ignorancia, es la raíz del sufrimiento. A mayor luz interior, menor oscuridad. Ésta es la única forma de alcanzar la salvación.

Esta es mi simple religión para la cual no se necesita más templo que el propio corazón y el propio cerebro ni más filosofía que la bondad.

Estoy aquí con ustedes para recordarles la práctica de la caridad y de los pensamientos compasivos.

Estoy convencido de que la utilización adecuada del tiempo consiste en servir a otras personas, a otros seres sensibles. Si no pudiera ser así, evitemos al menos causarles daño. Creo que esa es la base de mi filosofía. El propósito de nuestra vida ha de ser positivo, no nacimos con el propósito de causar daño a los demás. Para que nuestra vida sea valiosa, tenemos que desarrollar buenas cualidades, como cordialidad, afabilidad y compasión. Entonces, nuestra vida podrá ser más significativa y pacífica, más feliz.

Estoy convencido que al final siempre prevalecerá la verdad y el amor entre los hombres por sobre la violencia y la opresión.
Estoy dispuesto a dejarme guiar por las sincronicidades y no dejar que las expectativas entorpezcan mi camino. Encuentro esperanza en lo más oscuro de cada día y me concentro en lo más luminoso. No juzgo al Universo.

Estoy tratando desde mi lugar de subrayar la verdadera fraternidad entre los hombres.

Hablamos mucho de la paz, pero ésta sólo puede existir cuando el ambiente es propicio. Debemos crear esta atmósfera y para hacerlo debemos adaptar la actitud correcta. La paz, básicamente, debe nacer en nosotros mismos.

Hay dinero para armas, para muchas armas, pero no para sanidad ni para comprar alimentos.

Hasta el enemigo tiene algo que enseñarnos y el nuestro nos ha enseñado a ser pacientes.

Honrar a Dios es fundamental, pero también lo es respetar a nuestro prójimo. De hecho la verdadera adoración a Dios es posible cuando uno respeta a su prójimo.

Juzga tu éxito según lo que has sacrificado para conseguirlo.

La amistad solo puede tener lugar a través del desarrollo, del respeto mutuo y dentro de un espíritu de serenidad.

La bondad o la maldad de los actos la determina su fruto.

La compasión es la raíz de todas las formas de veneración.

La educación que está abocada al desarrollo del conocimiento, orientada al cerebro, no es suficiente.

La esencia de la vida espiritual está formada por nuestros sentimientos y nuestras actitudes hacia los demás.

La felicidad de toda la sociedad comienza por la nuestra propia.

La ira es nuestro auténtico enemigo ya que se haya en nuestra mente. La ira no cambia nunca su naturaleza. Siempre hiere y destruye. Y lo que es peor, aniquila nuestras propias fuerzas y energías.

La ira nace del temor, y éste de un sentimiento de debilidad o inferioridad. Si usted posee coraje o determinación, tendrá cada menos temor y en consecuencia se sentirá menos frustrado y enojado.

La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje.

La Muerte y el Morir proporcionan un punto de encuentro entre el Budismo Tibetano y las tradiciones científicas modernas. Creo que ambos tienen mucho que contribuir entre sí al nivel de entendimiento y de beneficio práctico. Si deseamos morir bien, hemos de aprender a vivir bien.

La política desprovista de ética no fomenta el bienestar humano y la vida sin moralidad reduce a los seres a la categoría de animales.

La rosa simboliza un corazón cálido, y la llama, la sabiduría y el entusiasmo, que pueden ser un aporte para que este siglo sea de paz.

La sabiduría es como una flecha. La mente serena es el arco que la dispara. La verdadera disciplina no se impone. Sólo puede venir del interior de nosotros mismos.

La tolerancia y la paciencia son mucho más profundas y efectivas que la mera indiferencia.

La verdadera esencia del ser humano es la bondad. Existen otras cualidades provenientes de la educación y la sabiduría, pero, si uno quiere convertirse en un verdadero ser humano y dar un sentido a su existencia, es esencial tener un buen corazón.

La verdadera felicidad proviene de un sentimiento de paz y satisfacción interiores.

Lo que somos se lo debemos al afecto. Los días de nuestra existencia ocurren gracias al cariño.

La violencia engendra una violencia sin fin.

Las resoluciones de la ONU no bastan, por sí solas, para cambiar el mundo, debemos comenzar por el individuo.

Lo más importante, es analizar nuestro mundo interior.

Lo primero que hay que hacer es controlar la mente. Y no me estoy refiriendo a la meditación profunda, sino al cultivo del respeto por los derechos del prójimo y a la disminución de la ira.

Lo que sucede es que los modernos expertos occidentales en budismo no ven la profunda riqueza del budismo, no la conocen.

Los valores son cada vez más materiales y, por lo tanto, más falsos ya que no pueden darnos respuesta a nuestras inquietudes internas.

Me he encontrado con gente y profesores con grandes distinciones tanto en sus conocimientos como en su profesión, con una muy buena situación económica, pero como personas, infelices.

Me parece que cada filosofía postula una explicación. Desde el punto de vista budista, la ira nace de la ignorancia. En un sentido más inmediato creo que procede del apego. Cuanto más apego tenemos mayores son las probabilidades de enfadarnos. Al igual que otras emociones negativas, la ira forma parte de nuestra mente, aunque, por otro lado, la compasión, la bondad y el altruismo también pertenecen a nuestra mente.

Mi impresión de la vida en los países más desarrollados materialmente es que hay menos satisfacción y mayor angustia. El sentido de comunidad y pertenencia ha sido reemplazado por la soledad, la alienación, la competitividad y el deseo de seguir con las apariencias.

Mientras que si somos orgullosos, seremos presa de los celos y la ira y veremos con desprecio a los demás y así lo único que lograremos es que reine la infelicidad.

No debemos considerar el ser feliz por el placer solamente, pues el ser feliz implica un afecto hondo hacia el prójimo que nos rodea.

No debemos creer demasiado en los elogios. La crítica a veces es muy necesaria.

No debemos olvidar que en el ser humano más perverso y cruel, por el hecho de ser humano, existe una semilla de amor y de compasión que un día hará de él un Buda.

No pierdan el entusiasmo.

No tiene sentido estar apegado exclusivamente a esta vida, ya que por muy larga que sea, no podemos vivir más de determinada cantidad de años. Por eso no importa cuánta riqueza o recursos acumulemos en esta vida. En ese momento no nos servirán de nada.

Nuestros problemas se deben a un apego apasionado a las cosas y a deseos que nunca se satisfacen por completo, entonces generan aún más angustia. Percibimos a las cosas como entidades permanentes. En el empeño de conseguir estos objetos de nuestro deseo, empleamos la agresión y la competencia como herramientas supuestamente eficaces, y nos destruimos cada vez más en el proceso.

Nunca se puede ser feliz con actitud de ira.

Para crear una paz interior, lo más importante es la práctica de la compasión y el amor, la compresión y el respeto por los seres humanos. Los más poderosos obstáculos para ello son la ira y el odio, el temor y el recelo. De modo que, mientras la gente habla de desarme en el mundo entero, cierto tipo de desarme interno es prioritario.

Para desarrollar la compasión, primero es importante entender que entre ustedes y los demás, los otros son más importantes, porque son mucho más numerosos.

Para el momento de la partida de esta vida deberíamos haber cultivado en forma intensa los valores del espíritu. La humanidad, la entrega, el servicio y la compasión. La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje.

Para poder valorar mejor a los demás, es importante primero reflexionar sobre el error de valorarnos a nosotros mismos y en la cualidad de apreciar a otros. Si estimamos a los demás, entonces nosotros y los otros, seremos felices.

Para tener sabiduría es necesario tener fuerza interior. Sin un desarrollo interno, podemos perder la confianza en nosotros mismos y el valor. Lo imposible puede ser posible con fuerza de voluntad.

Puede ser que lo sepan o no, pero siempre me describo a mí mismo con un monje budista simple, y dondequiera que voy siempre viajo como un ser humano más, un ser humano común.

Recordar las grandes cualidades que compartimos con todos los seres humanos neutraliza el impulso de pensar que somos malos o indignos.

Recuerda que a veces el silencio es la mejor respuesta.

Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor por cada uno excede la necesidad por el otro.

Recuerda que no conseguir lo que quieres, a veces significa un maravilloso golpe de suerte.

Religión es ciencia con fe. Ciencia es religión en busca de fe.

Se dice que nuestro enemigo es nuestro mejor maestro. Al estar con un maestro, podemos aprender la importancia de la paciencia, el control y la tolerancia, pero no tenemos oportunidad real de practicarla. La verdadera práctica surge al encontrarnos con un enemigo. 

Ser útil a los demás es mi objetivo principal.

Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.

Si asumimos una actitud de humildad, crecerán nuestras cualidades.

Si deseas la felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo.

Si los problemas surgen de la diversidad de religiones, esta misma diversidad puede aliviar la desarmonía.

Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar.

Si no puedes hacer algo por los demás, por lo menos no les hagas daño.

Si puedes controlar tu ira y manifiestas compasión, tolerancia y paciencia no solo te mantendrás en paz sino que la ira de tu agresor disminuirá.

Si queremos morir bien, tenemos que aprender a vivir bien.

Si quieren encontrar la paz interna y genuina, huyan del odio porque se come nuestro sistema inmunológico.


Si solo nos sentimos unidos a nuestros amigos pero no a nuestros enemigos o al resto de las personas a las que no conocemos personalmente, nuestra compasión es solo parcial y subjetiva.

Si somos capaces de dejar las diferencias a un lado, creo que podremos comunicarnos fácilmente, intercambiar ideas y compartir experiencias.

Si tienes una mala motivación, aunque la gente te alabe o alcances los objetivos que te habías propuesto no te sentirás feliz.

Si un individuo posee la base espiritual necesaria, no se dejará vencer por la tentación tecnológica y la locura de poseer. Sabrá encontrar el justo equilibrio, sin pedir demasiado. El peligro constante es abrir la puerta a la codicia, uno de nuestros más encarnizados enemigos, y ahí reside el verdadero trabajo del espíritu.

Siempre que conozco a un “extranjero” tengo la misma sensación: “Estoy conociendo a otro miembro de la familia humana”.

Siento que la armonía se basa en un sentido auténtico de la hermandad.

Sin amor la sociedad se encuentra en estado muy crítico. Y sin él nos enfrentamos cada vez más en el futuro a graves problemas. El amor es el centro de la vida humana.

Soy simplemente un monje budista.

Soy tibetano, soy monje budista y siempre rezo y rezaré mientras dure el sufrimiento en el mundo, y mientras pueda permanecer en él para poder ayudar, para servir a la humanidad.

Tanto el creyente como el no creyente son seres humanos. Debemos tenernos un gran respeto.

Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos.

Tengo muy buenos amigos en América que me presentan a sus mujeres. Luego, cuando vuelvo a verlos, resulta que hay otra esposa. Y les pregunto: ¿Qué ha pasado con la anterior? ¿Dónde está? A mí me caía bien.

Vivimos muy juntos. Por tanto, nuestro primer propósito en esta vida es ayudar a los otros. Y si no puedes ayudarles, al menos no les hieras. Esta es mi simple religión: no hay necesidad para templos; no hay necesidad de complicadas teologías. Nuestro propio cerebro y nuestro corazón es nuestro templo; la filosofía es la amabilidad.

Ya sea que podamos lograr la armonía mundial o no, no tenemos mejor alternativa que trabajar hacia esa meta.

Yo creo y pienso que hay muchos que están de acuerdo conmigo, que los valores interiores son la fuente verdadera de una vida feliz.

Yo ya me encuentro medio jubilado.

-II-
Sobre la Ciencia

A veces, cuando los científicos se concentran en sus propios campos de trabajo, su enfoque obscurece el mayor efecto que podría tener su labor. En mis conversaciones con científicos trato de recordarles el objetivo superior que hay detrás de lo que hacen en su trabajo diario.

Durante los últimos 15 años, he participado en una serie de conversaciones con científicos occidentales. Hemos intercambiado puntos de vista sobre diferentes temas: desde la física cuántica y la cosmología hasta la compasión y las emociones destructivas. He llegado a la conclusión de que, si bien los descubrimientos científicos permiten un entendimiento más profundo de cuestiones tales como la cosmología, parece que las explicaciones budistas -especialmente, en las ciencias del conocimiento, de la biología y del cerebro- son capaces, en determinadas ocasiones, de aportar una nueva forma de contemplar sus propias especialidades a científicos formados en las técnicas occidentales. 

Esta colaboración ya ha brindado frutos. El Dr. Richard Davidson, un neurocientífico en la Universidad de Wisconsin, publicó resultados de estudios de las imágenes cerebrales de lamas en meditación. Él descubrió que durante la meditación las regiones del cerebro que se cree se relacionan con la felicidad, aumentan su actividad. También descubrió que a mayor tiempo de práctica de la meditación, una persona presenta una mayor actividad. Se están realizando otros estudios. En la Universidad de Princeton, el Dr. Jonathan Cohen, un neurocientífico, se encuentra estudiando los efectos de la meditación con atención. En la Universidad de California, en la Escuela de Medicina de San Francisco, la Dra. Margaret Kemeny ha estado estudiando cómo la meditación ayuda a desarrollar empatía en los profesores escolares. Cuales sean los resultados de este trabajo, me alegra que se esté realizando. Vean, muchas personas aún consideran la ciencia y la religión como opuestas. Mientras estoy de acuerdo en que ciertos conceptos religiosos se contraponen con los hechos y principios científicos, también siento que la gente de ambos mundos pueden sostener una discusión inteligente, la que finalmente tenga el poder de generar una comprensión más profunda de los desafíos que enfrentamos en nuestro mundo interconectado.

He animado a muchos científicos a que examinaran las prácticas espirituales tibetanas más avanzadas para comprobar los beneficios que dichas prácticas pueden tener para otras personas fuera del contexto religioso. El objetivo es mejorar nuestra comprensión del mundo de la mente, de la conciencia y de nuestras emociones.

Hoy en día, nuestro conocimiento del cerebro y cuerpo humanos a nivel celular y genético ha alcanzado un nuevo grado de sofisticación. Por ejemplo, los avances en la manipulación genética, implican que los científicos pueden crear nuevas entidades genéticas – como un animal híbrido y especies de plantas – cuyas consecuencias al largo plazo se desconocen.

Me alegra notar que entre algunos neurocientíficos existe un creciente interés por involucrarse en conversaciones más profundas con las disciplinas contemplativas budistas.

Por muchos años, por mí mismo y con el Instituto Mente y Vida, el que ayudé a fundar, he tenido la oportunidad de reunirme con científicos para discutir su trabajo. Científicos mundiales me han instruido generosamente en la física subatómica, la cosmología, psicología y biología.

Puede parecer extraño que un líder religioso se implique hasta tal punto en temas científicos, pero las enseñanzas budistas insisten en la importancia de comprender la realidad, y ésa es la razón por la que deberíamos prestar atención a lo que los científicos han aprendido acerca de nuestro mundo mediante la experimentación y la medición.

Si la ciencia encuentra datos que chocan con los principios budistas, el budismo debe cambiar para adaptarse a esa realidad. Siempre tenemos que adoptar una perspectiva que concuerde con la realidad.

Si la ciencia comprueba que alguna creencia budista es incorrecta, entonces el budismo tendrá que cambiar. Mi punto de vista es que la ciencia y el budismo comparten una búsqueda de la verdad y el entendimiento de la realidad. Al aprender de la ciencia sobre los aspectos de la realidad, donde su comprensión puede ser más avanzada, creo que el budismo enriquece su propia visión.

Un diálogo más profundo entre la neurociencia y la sociedad – realmente entre todos los campos científicos y la sociedad , podría ayudar a profundizar nuestro entendimiento de lo que significa ser humano y nuestras responsabilidades por un mundo natural que compartimos con otros seres conscientes.

La Ciencia en una encrucijada

Este artículo está basado en la conferencia hecha por el Dalai Lama en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia de Estados Unidos de Norteamérica el pasado 12 de noviembre de 2005, en Washington DC.

        Las últimas décadas han sido testigos de tremendos avances en el entendimiento científico del cerebro humano y del cuerpo humano como un todo. Más aún, con el advenimiento de los nuevos avances en la genética, el conocimiento de la neurociencia acerca de la forma en que funcionan los organismos biológicos ha alcanzado hasta el nivel básico de cada gen específico. Esto ha resultado en posibilidades tecnológicas no imaginadas, que incluso podría alcanzar la manipulación de los códigos mismos de la vida, que por lo tanto podrían dar lugar a la creación de realidades completamente nuevas para la humanidad toda. Hoy, la pregunta acerca de la interfase de la ciencia con la humanidad completa ya no es más una materia de exclusivo interés académico; esta pregunta debe ser asumida con un sentido de urgencia por todos aquellos que estén preocupados por el destino de la existencia humana. Por lo tanto, siento que un diálogo entre la neurociencia y la sociedad podría tener profundos beneficios en cuanto puede ayudar a profundizar nuestro entendimiento básico respecto de qué significa ser un humano y nuestras responsabilidades respecto del mundo que compartimos con otros seres sintientes. Estoy contento de notar, de que como parte de esta amplia interfase, existe un interés creciente dentro de algunos neurocientistas de profundizar en el diálogo con las disciplinas budistas contemplativas.
        Aunque mi propio interés en la ciencia comenzó como la curiosidad de un niño inquieto que crecía en el Tíbet, gradualmente me fue siendo patente la colosal importancia de la ciencia y de la tecnología para entender el mundo moderno. No solo he buscado aprehender ideas científicas específicas, sino que he intentado explorar las amplias implicaciones de los nuevos avances en el conocimiento humano y el poder originado por la tecnología mediante las ciencias. Las áreas específicas que he explorado con mayor dedicación a lo largo de los años son las de la física subatómica, la cosmología, la biología y la psicología. Por el limitado entendimiento que he alcanzado en estas materias estoy profundamente en deuda con las horas de generoso tiempo que han compartido conmigo Carl von Weizsacker y últimamente David Bohm, a ambos de los cuales considero mis maestro en mecánica cuántica, y en el campo de la biología, especialmente en neurociencia, a Robert Livingstone y Francisco Varela. Así mismo agradezco especialmente a los numerosos científicos eminentes con quienes he tenido el privilegio de sostener conversaciones a través de los auspicios del Mind and Life Institute, el cual inició las conferencias denominadas Mind and Life iniciadas en 1987 en mi residencia en Dharamsala, India. Estos diálogos han continuado a lo largo de los años, y de hecho el último de ellos concluyó aquí en Washington justamente este semana.
        Alguien podría preguntarse “¿Qué está haciendo un monje budista al interesarse en esta forma en la ciencia?” ¿Qué relación podría haber entre el budismo, una antigua filosofía de la India y una tradición espiritual y la ciencia moderna? ¿Qué posible beneficio podría haber para una disciplina científica tal como la neurociencia al desarrollar un diálogo con la tradición budista contemplativa?
        Aunque la tradición del budismo contemplativo y la ciencia moderna han evolucionado a partir de diferentes raíces históricas, intelectuales y culturales, creo que en su centro comparten significativos aspectos en común, especialmente en su mirada filosófica y su metodología. En el nivel filosófico, tanto el budismo como la ciencia comparten una profunda sospecha respecto de toda noción de absoluto, ya sea conceptualizado como un ser trascendente, como un principio eterno e inmutable, tal como el alma, o como un sustrato fundamental de la realidad. Tanto el budismo como la ciencia prefieren considerar la evolución y la emergencia del cosmos y de la vida en términos de complejas interrelaciones de las leyes naturales de causa y efecto. Desde la perspectiva metodológica, ambas tradiciones enfatizan el rol del empirismo. Por ejemplo, en la tradición investigativa budista, entre las tres fuentes reconocidas de conocimiento – la experiencia, la razón y el testimonio – es la evidencia de la experiencia la que prima, con la razón en segundo lugar y el testimonio en último término. Esto significa que en la investigación budista de la realidad, al menos en principio, las evidencia empíricas deberían triunfar sobre la autoridad de las escrituras, sin importar cuan profundamente venerada pueda ser dicha escritura. Incluso en el caso del conocimiento derivado de la razón o de la inferencia, su validez debe derivarse en forma última de algunos hechos observados por la experiencia.
        Debido a este punto de vista metodológico, a menudo he enfatizado a los budistas como yo que las conclusiones empíricamente verificadas de la cosmología y astronomía modernas debe impulsarnos a modificar, o incluso en algunos casos a rechazar muchos aspectos de la cosmología tradicional tal como aparece en los textos budistas.
        Ya que el motivo principal que subyace a la investigación budista de la realidad es la búsqueda fundamental de eliminar el sufrimiento y perfeccionar la condición humana, la orientación primordial de la tradición investigativa budista ha sido la comprensión de la mente humana y sus varias funciones. Aquí, el supuesto es que obteniendo mayor conocimientos acerca de la psyque humana, podríamos encontrar formas de transformar nuestros pensamientos, emociones y sus propensiones subyacentes de forma que pudiera ser encontrada una forma más sana y satisfactoria de comportamiento. Es en este contexto que la tradición budista ha ideado una rica clasificación de estados mentales, así como técnicas contemplativas destinadas a refinar cualidades mentales específicas. Entonces, un genuino intercambio entre el conocimiento acumulado y la experiencia del budismo y de la ciencia moderna en un amplio rango de aspectos concernientes a la mente humana, desde la cognición y la emoción hasta el entendimiento de la capacidad inherente de transformación del cerebro humano puede ser profundamente interesante así como potencialmente beneficioso. En mi personal experiencia, me he sentido profundamente enriquecido al establecer conversaciones con neurocientistas y psicólogos en temas tales como la naturaleza y el rol de las emociones positivas y negativas, la atención, la imaginación, así como respecto de la plasticidad del cerebro. La evidencia concluyente obtenida por la neurociencia y por la ciencia médica respecto del crucial rol que tiene el simple contacto físico incluso en el desarrollo del cerebro de un niño durante sus primeras semanas de vida, muestra poderosamente la íntima conexión entre la compasión y la felicidad humana.
        El budismo ha argumentado largamente acerca del tremendo potencial de transformación que existe en forma natural en la mente humana. Para dicho fin, la tradición ha desarrollado un amplio rango de técnicas contemplativas, o prácticas de meditación, que apuntan específicamente a dos objetivos principales – al cultivo de un corazón compasivo y al cultivo de una comprensión profunda acerca de la naturaleza de la realidad, los cuales se conocen como la unión de la compasión y la sabiduría. En el centro de estas prácticas meditativas yacen dos técnicas clave: por un lado, el refinamiento de la capacidad de atención y su aplicación sostenida, y por otra parte la regulación y transformación de las emociones. En ambos casos, siento que podría haber un gran potencial de investigación colaborativa entre la tradición budista contemplativa y la neurociencia. Por ejemplo, la neurociencia moderna ha desarrollado un rico entendimiento de los mecanismo del cerebro que se encuentran asociados tanto con la atención como con la emoción. La tradición contemplativa budista, dada su larga historia de interés en la práctica del entrenamiento mental, ofrece por otro lado técnicas prácticas destinadas a refinar la atención y a transformar las emociones. Por lo tanto, el encuentro entre la moderna neurociencia y la disciplina budista contemplativa, podría conducir a la posibilidad de estudiar el impacto de la actividad mental intencionada sobre los circuitos del cerebro que han sido identificados como críticos para procesos mentales específicos. En último término, un encuentro interdisciplinario de este tipo podría ayudar a resolver preguntas cruciales en muchas áreas clave. Por ejemplo, ¿tienen los individuos una capacidad fija para regular sus emociones y atención, o, como sostiene la tradición budista, su capacidad para regular estos procesos es modificable en alto grado, sugiriendo similar grado de posibilidades de modificación del comportamiento y de los sistemas cerebrales asociados a estas funciones? Un área en que la tradición del budismo contemplativo puede tener importantes aportes que hacer es en las técnicas prácticas que ha desarrollado para entrenar acerca de la compasión. Con respecto al entrenamiento mental tanto respecto de la regulación de la atención como de las emociones también resulta crucial elevar la pregunta acerca de si una técnica específica es sensible al tiempo, en términos de efectividad, de manera de que puedan ser desarrollados nuevos métodos destinados a considerar los factores de la edad, la salud y otras variables.
        Sin embargo, es necesario establecer una nota de precaución. Resulta inevitable que cuando dos tradiciones investigativas tan radicalmente diferentes como el budismo y la neurociencia son conducidas a un diálogo interdisciplinario, este envuelva problemas que normalmente ocurren cuando se producen intercambios más allá de los límites de culturas y disciplinas. Por ejemplo, cuando nosotros hablamos de la “ciencia de la meditación”, necesitamos ser sensibles a comprender que es exactamente lo que significa dicho término. Yo siento que desde el punto de vista de paciencia es importante sensibilizarse a las distintas connotaciones de un término importante tal como el de meditación en su contexto tradicional. Por ejemplo, en su contexto tradicional, el término para meditación es bhavana (en Sánscrito) o gom (en Tibetano). El término sánscrito connota la idea de cultivo, tal como cultivar un hábito particular o una forma de ser, mientras que el término tibetano gom tiene la connotación de cultivar la familiaridad. Entonces, dicho brevemente, en el contexto budista tradicional, la meditación se refiere a una actividad mental deliberada que involucra el cultivo de la familiaridad, ya sea en un cierto objeto escogido, un hecho, un tema, un hábito, una cierta forma de ver, o una forma de ser. Hablando en términos amplios, hay dos categorías de práctica de meditación – una focalizada en pacificar (stilling) la mente y la otra en el proceso cognitivo de la comprensión. Las dos son conocidas como (i) la estabilización meditativa y (ii) la meditación analítica. En ambos casos, la meditación puede tomar muy diversas formas. Por ejemplo, puede tomar la forma de tomar algo como objeto de nuestra cognición, tal como meditar en nuestra naturaleza impermanente, o puede tomar la forma del cultivo de un estado mental específico, tal como la compasión, desarrollando un sincero y altruista anhelo de aliviar el sufrimiento de los demás. O podría tomar la forma de la imaginación, explorando el potencial humano de generar imágenes mentales, las cuales pueden ser usadas de varias formas para cultivar un estado mental satisfactorio. Entonces, resulta muy importante tener en cuenta que formas específicas de meditación podrían ser investigadas al establecer investigaciones conjuntas, de forma de que la complejidad de las prácticas meditativas que sean estudiadas esté relacionada con el grado de complejidad de la investigación científica.
        Otra área en que se requiere una perspectiva crítica desde el punto de vista de los científicos se refiere a la habilidad para distinguir por un lado entre los aspectos empíricos del pensamiento budista y la práctica contemplativa, y por otro los supuestos filosóficos y metafísicos asociados con estas prácticas meditativas. En otras palabras, tal como distinguimos dentro del enfoque científico entre supuestos teóricos, observaciones empíricas basadas en experimentos, y las interpretaciones posteriores, de la misma forma es crítico distinguir las suposiciones teóricas, los hechos verificables experimentalmente acerca de los estados mentales, y las subsecuentes interpretaciones filosóficas del budismo. De esta forma, ambas partes involucradas en el diálogo pueden encontrar el campo común de hechos empíricamente observables acerca de la mente humana, sin caer en la tentación de reducir el ámbito de una disciplina al de la otra. Aunque las presuposiciones filosóficas y las subsecuentes interpretaciones conceptuales pueden diferir entre estas dos tradiciones investigativas, en cuanto a los hechos empíricos se refiere, los hechos deben permanecer como hechos, sin importar como uno pueda elegir describirlos. Cualquiera sea la verdad acerca de la naturaleza última de la conciencia – ya sea que pueda o no reducirse en últimos términos a procesos físicos – creo que puede intercambiarse entendimiento acerca de los hechos experimentales en varios aspectos de nuestras percepciones, pensamientos y emociones.
        Con estas consideraciones precautorias, creo que una cooperación estrecha entre estas dos tradiciones investigativas puede contribuir verdaderamente a expandir el entendimiento humano acerca del complejo mundo de la experiencia interna subjetiva que llamamos la mente. Los beneficios de este tipo de colaboraciones han comenzado a ser demostrados. De acuerdo a informes preliminares, los efectos del entrenamiento de la mente, tal como una simple práctica de desarrollo mental, efectuada con cierta regularidad, o el cultivo deliberado de la compasión tal como es desarrollado en el budismo, producen cambios observables en el cerebro humano, relacionados con estados mentales positivos, que pueden ser medidos. Los descubrimientos recientes en neurociencia han demostrado la innata plasticidad del cerebro, tanto en términos de conexiones sinápticas como de nacimiento de nuevas neuronas, como resultado de la exposición a estímulos externos, tales como ejercicio físico voluntario y un medio ambiente mejorado. La tradición contemplativa budista puede ayudar a expandir este campo de investigación científica, proponiendo tipos de entrenamiento mental que también pueden pertenecer a la neuroplasticidad. Si ocurre, tal como la tradición budista implica, que la práctica mental puede originar cambios sinápticos y neuronales observables en el cerebro, esto podría tener implicaciones que podrían llevar muy lejos. Las repercusiones de tal investigación no estarían confinadas simplemente a expandir nuestro conocimiento de la mente humana, sino que quizás más importante que eso, podría tener gran significación respecto del entendimiento de la educación y la salud mental. De manera similar, si como indica el budismo, el cultivo deliberado de la compasión puede conducir a un cambio radical en la forma de ver las cosas de los individuos, llevándolos a tener un mayor grado de empatía con los demás, esto podría tener a la larga implicaciones de gran alcance para la sociedad.
        Finalmente, creo que la colaboración entre la neurociencia y la tradición budista contemplativa puede verter luz fresca en la pregunta de vital importancia acerca de la interfase entre la ética y la neurociencia. Sin importar cual pudieran ser las concepciones particulares acerca de la relación entre la ética y la ciencia, en la práctica, tal como se ocurre actualmente, la ciencia ha evolucionado primariamente como una disciplina empírica, con una postura moralmente neutral, libre de valoraciones. Ha llegado a ser percibida esencialmente como una forma de investigación que entrega conocimiento detallado acerca del mundo empírico y sobre las leyes de la naturaleza subyacentes. Considerándolo únicamente desde el punto de vista científico, la creación de armas nucleares es un logro verdaderamente asombroso. Sin embargo, debido a que esta creación tiene el potencial de infligir muchísimo sufrimiento, a través de destrucciones y muertes inimaginables, la consideramos como destructiva. Es la evaluación ética la que debe determinar qué se considera positivo y qué se considera negativo. Hasta hace poco, este enfoque de separar ética y ciencia, en el entendido de que la capacidad humana para pensar moralmente evoluciona a la par del conocimiento humano, parece haber sido exitoso.
        Hoy, creo que la humanidad se encuentra en una encrucijada crítica. Los radicales avances que han tenido lugar en neurociencia, y particularmente el la genética hacia el fin del siglo veinte, ha conducido a una nueva era en la historia del hombre. Nuestro conocimiento del cerebro humano y del cuerpo hasta el nivel celular y genético, con las consecuentes posibilidades tecnológicas ofrecidas por la manipulación genética, ha alcanzado un estado tal que los desafíos éticos de estos avances científicos son enormes. También es evidente que nuestro pensamiento moral no ha sido capaz de mantenerse a la par con este rápido progreso en nuestra adquisición de conocimiento y poder. Más aún, las ramificaciones de estos nuevos descubrimientos y sus aplicaciones llegan a resultados tales que se relacionan con la concepción misma de la naturaleza humana y su preservación. Por lo tanto, ya no es posible seguir considerando adecuado la adopción de un punto de vista de que nuestra responsabilidad como sociedad es simplemente la de aumentar nuestro conocimiento científico y mejorar el poder tecnológico, y de que la elección de qué hacer con este poder y este conocimiento debería ser dejado en manos de los individuos. Debemos encontrar una forma de entregar consideraciones éticas humanitarias y éticas fundamentales para orientar la dirección del desarrollo científico, especialmente en lo relativo a las ciencias de la vida. Al referirme a la invocación de principios éticos fundamentales, no estoy abogando por una fusión entre la ética religiosa y la investigación científica. En cambio, estoy hablando de lo que llamo la “ética secular” que envuelve los principios éticos clave, tales como la compasión, la tolerancia, un sentido de cuidado y consideración por los demás, y el uso responsable del conocimiento y del poder – principios que trascienden las barreras entre los creyentes y los no creyentes, y entre los seguidores de esta religión o aquella. Durante tanto tiempo como cada uno de estos dedos esté conectado con la palma de la empatía humana básica y el altruismo, ellas continuarán sirviendo al bienestar de la humanidad. Nos encontramos todos viviendo verdaderamente en un mundo. La economía moderna, los medios electrónicos, el turismo internacional, así como también los problemas ambientales, todo nos recuerda diariamente cuan profundamente interconectado ha llegado a ser hoy el mundo. Las comunidades científicas juegan un rol de vital importancia en este mundo interconectado. Cualquiera que sean las razones históricas, hoy los científicos disfrutan de gran respeto y confianza dentro de la sociedad, mucho más incluso que mi propia disciplina de filosofía y religión. Apelo a los científicos para entregar como parte de su trabajo profesional las pautas de los principios éticos fundamentales que todos compartimos como seres humanos.
 

-III-
Sobre la Compasión

Al generar compasión, se empieza por reconocer que no se desea el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad. Eso es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las demás personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen derecho a alcanzar la felicidad. Eso se convierte en la base para empezar a generar compasión.

Al intentar explicar la importancia de la compasión podemos encontrarnos con una persona muy endurecida, individualista y egoísta, hasta es posible que haya personas incapaces de experimentar empatía. Incluso a esas personas se les puede señalar la importancia de la compasión y el amor, argumentando que es la mejor forma de satisfacer sus propios intereses. Esas personas desean disfrutar de buena salud, vivir mucho tiempo y tener paz mental, felicidad y alegría. Tengo entendido que hay pruebas científicas que se pueden alcanzar mediante el amor y la compasión y eso animaría a algunas personas a cultivar dicho estado mental, hay además argumentos que la gente podría extraer de sus propia experiencias cotidianas.

Creo que la semilla de la compasión es natural. Si miramos un bebé que está gestándose en una madre, el estado de la mente de la madre, la paz en ella, influye muchísimo en el crecimiento del niño, y cuando nace si no tiene afecto no dura más de un día, lo mismo un ser humano. Quiere decir que es fundamental la influencia del amor y la compasión destinado hacia el bebé para que sobreviva. Y todos acá hemos sobrevivido y la razón es porque hemos recibido ese afecto y esa calidez de parte de nuestras madres. La calidez y el amor que hemos recibido de nuestra madre no tiene nada que ver con fama o dinero ni con poder, sino que es un simple gesto de amor y de afecto a través del cual hemos podido sobrevivir y estar acá. Esto no es algo que sólo ocurre en el reino humano, también lo vemos que ocurre en el reino animal, como la vaca da su leche al ternero, como los pájaros alimentan a su cría para poder volar, y así en todos los órdenes de la vida. Lo que motiva todas estas acciones es una condición de afecto natural, de compasión natural que existe en los seres. Y para que ese sentimiento natural de compasión pueda reforzarse, entonces si lo acoplamos con la sabiduría, con nuestro conocimiento e inteligencia, de esa manera puede crecer y subsistir, porque sino entonces nos olvidamos de la compasión.

En ocasiones el significado de compasión se confunde con el de lástima. Nada más lejos de la realidad. Cualquier sentimiento de amor o compasión que entrañe menospreciar al otro, sentir lástima por él, no es genuina compasión. Para que sea auténtica la compasión tiene que basarse en el respeto por el otro y en la convicción de que los demás tienen el mismo derecho de ser felices y de superar el sufrimiento que nosotros.

La compasión puede definirse como un estado mental que no es violento, no causa daño y no es agresivo. Se trata de una actitud mental basada en el deseo de que los demás se liberen de su sufrimiento, y está asociada con un sentido del compromiso, la responsabilidad y el respeto a los demás. A su vez implica el deseo de cosas buenas para uno mismo. Para desarrollar el sentimiento de compasión, puede empezarse por el deseo de liberarse uno mismo del sufrimiento, para luego cultivarlo, incrementarlo y dirigirlo a los demás.

La semilla de la perfección está presente en el interior de todos los seres. No obstante, se necesita compasión para activarla.

Si tenemos muchas preocupaciones no dormimos, mientras que las emociones positivas, como el amor o la compasión, no sólo nos aportan paz interior sino que son también buenas para nuestra salud. La práctica de la compasión beneficia la salud porque reduce el estrés. Los gobiernos deben esforzarse más por divulgar la educación de la bondad.

 -IV-
Sobre la Ecología

Un Mensaje respecto a la Protección del Medio Ambiente

        El ambiente natural sostiene la vida de todos los seres en el mundo. Sin embargo, en estos días, casi en todos los lugares se sufre un deterioro extendido. Por lo tanto, ahora más que nunca, es importante que cada uno de nosotros haga cualquier clase de esfuerzo a su alcance, de acuerdo con sus capacidades, para asegurar la protección, la restauración y la reposición de nuestro medio ambiente y de sus habitantes.
        Un medio ambiente puro y sin estropear resulta benéfico para todos. Cuando los elementos naturales están en armonía, la calidad y la duración de la vida se incrementan. Por ejemplo, los árboles purifican el ambiente proveyendo oxígeno a los seres vivientes para respirar. Su sombra provee de un lugar fresco para descansar. Contribuyen a la precipitación de las lluvias oportunas, que nutre a los granos y a los ganados y balancean el clima. Crean un paisaje atractivo, bello para la vista y relajante para la mente. Cuando hay, como consecuencia, un flujo constante de visitantes y turistas, las actividades educativas y económicas se desarrollarán de manera natural.
        Cuando el medio ambiente se deteriora y se contamina, surgen muchas consecuencias negativas. Los océanos y los lagos pierden sus cualidades refrescantes y calmantes; en consecuencia, las criaturas que dependen de ellos son perturbadas. La disminución de la vegetación y los bosques reduce la prodigalidad de la tierra. La lluvia ya no se precipita cuando es necesaria, el suelo se seca y se erosiona, los incendios forestales se desencadenan y surgen tormentas sin precedentes. Todos nosotros sufrimos las consecuencias.
        En el contexto budista, los árboles aparecen en los recuentos de la vida del principal de nuestros maestros, el Buda Shakyamuni. Nació mientras su madre se apoyaba en un árbol, logró la iluminación sentado bajo un árbol, y finalmente falleció mientras los árboles eran testigos desde lo alto. De acuerdo con el Vinaya, su código de conducta, a los monjes con ordenación completa no sólo se les ordena que eviten cortar árboles, sino que también los planten y los cultiven. Por lo tanto, podemos concluir que plantar y cuidar árboles es también una virtud. Más aún, los árboles son descritos en las escrituras como las moradas de las deidades, las nagas y los espíritus locales. Estas son otras razones más para protegerlos.
        En general, plantar árboles da lugar a muchos beneficios. Los árboles frutales en particular son valiosos por su contribución a nuestra buena salud física. De la misma forma, plantar flores es un acto noble. Las flores tienen un efecto calmante sobre la mente. Decoramos nuestros lugares de culto e invariablemente hacemos ofrendas con ellas en nuestros rituales religiosos. En la tradición budista ni siquiera necesitamos recolectarlas o poseerlas, simplemente mirar las flores y ofrecerlas en nuestra imaginación es un poderoso medio de acumular mérito. Cuando la gente está estresada o sus mentes se encuentran perturbadas, sentarse o pasearse en un jardín proporciona frescura y paz.
        Por lo tanto, la sociedad debería de interesarse en plantar árboles y flores alrededor de los lugares donde vivimos, oramos, trabajamos y estudiamos, así como alrededor de hospitales y a lo largo de los caminos y carreteras. A fin de que puedan crecer hasta su madurez, debemos cuidarlos y animar a los niños a protegerlos. Sin duda esto constituirá un beneficio para nosotros y para todos los demás seres vivientes.
        En el viejo Tíbet teníamos leyes para salvaguardar las colinas y los valles, y proteger a los animales salvajes (hasta cierto punto, indefensos), pájaros y otras criaturas sin protección. Esta es una noble tradición que vale la pena mantener. En la actualidad, algunas personas continúan cazando animales salvajes o atrapando peces y otras criaturas marinas para su provecho material y monetario sin pensar. Sin embargo, si reflexionamos en lo que realmente ayudará a nuestras vidas presentes y futuras, sin duda es mejor evitar tales actividades en lo personal y ayudar a otras a evitarlas también.
        Asimismo, es inapropiado dejar basura como papeles, bolsas de plástico, botellas, ropa vieja, restos de comida y cáscaras de fruta desperdigadas sin cuidado por aquí y por allá. Tampoco debe la gente de orinar o defecar dondequiera. Estas cosas no sólo son feas, sino además resultan un grave riesgo para la salud por la falta de higiene. Algunos tibetanos han estado acostumbrados a amarrar sus ropas gastadas y su pelo caído a las ramas de los árboles, pero como esto es ofensivo a la vista, sería mejor abandonar este hábito.
        En resumen, les exhorto para que, mediante el entendimiento de la interdependencia del mundo y de todos los seres que viven en él, las personas adapten su comportamiento con el fin de cultivar y preservar el potencial de nuestro generoso reino natural.
        ¡Que los encantadores y fuertes bosques florezcan en todas las direcciones! ¡Que todos los seres sintientes sean liberados de una muerte inoportuna y que vivan felizmente sus vidas!

Ambas, la ciencia y las enseñanzas de Buda, nos hablan de la unidad fundamental de todas las cosas. La comprensión de este hecho es crucial si queremos lleva a cabo una acción positiva y decisiva en la acuciante y universal preocupación por el ambiente.

En la actualidad, comprendemos que el futuro de la humanidad depende en gran medida de nuestro planeta, y que el futuro de éste depende igualmente de la humanidad. Pero esto no ha sido siempre tan evidente para nosotros. Hasta ahora, la Tierra ha estado tolerando nuestros descuidados hábitos domésticos. Pero actualmente el abuso por parte de los seres humanos, el nivel de población y la tecnología han alcanzado un punto en el que la Tierra ya no acepta nuestra presencia manteniéndose en silencio.  

Hasta hace unos años la conciencia generalizada de la importancia del respeto por los derechos humanos, la autodeterminación de los pueblos y la ecología no existían; hoy, en cambio, el hombre está mucho más abierto. Creo que en el siglo que viene se insistirá en la revalorización de las cualidades humanas básicas.

Hoy en día, la degradación ecológica se cierne sobre todo el planeta, incluido el Tíbet. Estoy plenamente convencido que si cada uno de nosotros no realizamos un esfuerzo conjunto, con un sentido de responsabilidad universal, asistiremos a la ruina gradual de los frágiles ecosistemas que sustentan nuestra vida, y el resultado será la degradación irreversible e irrevocable del planeta Tierra.

La contaminación también es un problema grave. Me parece muy positivo celebrar conferencias internacionales sobre el tema, pero es necesario poner en práctica medidas reales y eficaces. Una vez más, considero que la cuestión se vincula con el estilo de vida.

-V-
Sobre la Educación

Está demostrado científicamente que la práctica de la compasión beneficia a la salud porque reduce el estrés. No se trata de hablar sobre Dios y la reencarnación, sino de buscar en nuestro interior y ser compasivos. Ayuda a bajar la presión arterial y nuestra salud mejora. Necesitamos un programa educativo, desde la guardería hasta la universidad, que alerte sobre la importancia de la bondad.

Hay enseñanzas como la felicidad, el amor, la tolerancia y la compasión que son comunes a todas las religiones. La educación, en todo caso, ha de ser secular. No debe ser religiosa para que, así, pueda unir a personas de diferentes religiones. Los códigos morales se dan al margen de las religiones. Se basan en el sentido común y también en la ciencia.


Me parece que en las nuevas generaciones eso es algo que se puede entrenar, que se puede inculcar, porque es algo que las nuevas mentes, las nuevas generaciones, pueden absorberlo de mejor manera. Nosotros que ya somos viejos, tenemos en general una tendencia a proyectar, a hacer una proyección de nuestra percepción sobre lo que es la realidad, bastante fija. Entonces hay como una disparidad, hay como una brecha entre lo que es la realidad y nuestra percepción de la realidad. En ese sentido me parece que se tiene que dar mayor énfasis e importancia, a tratar de acortar esa brecha que se puede  hacer desde un punto de vista científico. Creo que los médicos, los científicos y los educadores, deberían tomar este problema con mucha importancia y revisar también los curriculums de los sistemas educativos que existen, para ver si realmente a través de esos sistemas educativos actuales, se está reforzando esa brecha entre percepción y realidad, o no. Y si realmente se encuentra que esos sistemas tienden a eso, habría que corregirlos y redactar nuevos sistemas educativos, ya que la generación en el ser humano desde temprana edad de estas cualidades humanas es fundamental, algo sumamente beneficioso.


Para promover la paz mundial debemos insistir en la bondad porque la paz sólo llegará a través de la paz interior. Hay que enseñar a los jóvenes que los conflictos sólo podrán solucionarlos mediante el diálogo. Esto quiere decir la no violencia. Por eso creo que los gobiernos deben esforzarse más por divulgar la educación de la bondad.

-VI-
Sobre la Ética para el nuevo milenio

Creo que debemos encontrar una forma de ocasionar consideraciones éticas que indiquen la dirección del desarrollo científico, especialmente en las ciencias de la vida.  Al invocar principios éticos fundamentales, no abogo por una fusión de la ética religiosa y la búsqueda científica. En cambio, me estoy refiriendo a lo que yo llamo “ética secular”, que incluye los principios que compartimos como seres humanos: la compasión, tolerancia, consideración por los demás, el uso responsable del conocimiento y el poder.  Estos principios trascienden las barreras entre los creyentes religiosos y los no-creyentes; estos pertenecen no a una fe, sino a todas las creencias. Hoy, esto es más importante que nunca.  Es demasiado evidente que nuestro pensamiento ético simplemente no ha podido mantener el ritmo del avance científico.  Aunque las ramificaciones de este progreso son tales, que ya no resulta adecuado decir que la elección de qué hacer con este conocimiento sea dejado en manos de los individuos.

Cuando invoco una revolución espiritual no pretendo hacer un llamamiento a una revolución religiosa. Tampoco quiero hacer referencia a una manera de vivir que de algún modo sea propia del más allá, y menos aún a algo mágico y misterioso. Más bien se trata de una invocación o un llamamiento a una radical reorientación que nos aleje de nuestras habituales preocupaciones por el propio yo. Se trata de un llamamiento para centrarnos más en la amplia comunidad de seres con los que mantenemos una estrecha relación, y en un comportamiento que reconozca los interés de los demás junto con los nuestros.

En cambio, me estoy refiriendo a lo que yo llamo “ética secular”, que incluye los principios que compartimos como seres humanos: la compasión, tolerancia, consideración por los demás, el uso responsable del conocimiento y el poder. Estos principios trascienden las barreras entre los creyentes religiosos y los no-creyentes; estos pertenecen no a una fe, sino a todas las creencias.

Hoy en día enfrentamos muchos problemas, algunos creados por nosotros con las discordias producidas a razón de la ideología, la religión, la raza, el estatus económico y otros factores. Ha llegado el momento de pensar en un nivel más profundo: en un nivel humano. Todos tenemos el mismo derecho a ser felices porque pertenecemos a la misma familia.

La espiritualidad, en cambio, me parece algo relacionado con las cualidades del espíritu humano, como son el amor y la compasión, la paciencia, la tolerancia, el perdón, la contención, el sentido de responsabilidad, el sentido de armonía, etcétera, que aportan la felicidad tanto a uno mismo como a los demás. Por lo tanto no existe razón alguna para la cual no deba el individuo desarrollarlas, incluso hasta su grado máximo, sin recurrir a ningún sistema de creencias religiosas o metafísicas. De ninguna manera podemos prescindir de esas cualidades espirituales básicas.

No cabe duda de que es necesaria una revolución, pero no será una revolución política, económica, ni siquiera técnica. Lo que yo propongo es una revolución espiritual.

Tal como el mundo de los negocios ha estado prestando renovada atención a la ética, el mundo de la ciencia se beneficiaría más al considerar con mayor profundidad las implicancias de su propio trabajo. Los científicos, más que ser meros adeptos técnicos; deben estar atentos a su propia motivación y el principal objetivo de lo que realizan: sea el mejoramiento de la humanidad.


-VII-
La Felicidad, una Responsabilidad Universal

        De acuerdo con la Psicología Budista, la mayoría de nuestros problemas se deben a nuestro ardiente deseo y apego por las cosas que consideramos duraderas y que, en realidad, no lo son. En la búsqueda de los objetos que deseamos, hacemos uso de la agresión y la competitividad como instrumentos supuestamente eficaces. Estos procesos mentales, que se han ido desarrollando en el ser humano desde tiempos inmemoriales, se traducen fácilmente en acciones que como resultado producen una actitud beligerante. Nos deberíamos plantear qué podemos hacer para controlar y regular estos venenos (engaño, codicia, agresividad, etc.) puesto que sabemos que son ellos los que se encuentran detrás de casi todos los problemas mundiales.
        Buscando su propia felicidad, los seres humanos han utilizado diferentes métodos, a menudo crueles y repulsivos. Se han comportado de forma completamente impropia a su condición de seres racionales, ocasionando sufrimiento a su prójimo y a otros seres vivos, únicamente en su propio beneficio. Al final, estas acciones tan torpes traen sufrimiento a uno mismo y a los demás.
Nacer como ser humano es un acontecimiento poco común, sería sensato utilizar esta oportunidad de la forma más efectiva y hábil que fuese posible. Debemos tener una perspectiva correcta del proceso universal de la vida, para que no se alcance la felicidad o la gloria de una persona, a grupo de personas, a expensas de los demás.
        Todo lo expuesto hasta ahora exige una nueva aproximación a los problemas globales.
        El mundo es cada vez más pequeño y más interdependiente, debido, principalmente, a los avances tecnológicos, el comercio y las relaciones internacionales. Actualmente, dependemos los unos de los otros más que nunca. En la antigüedad, los problemas eran, por lo general, de tipo familiar y, lógicamente, era también a nivel familiar donde se intentaban solucionar. Hoy, la situación ha cambiado, dependemos tanto unos de otros, y estamos tan íntimamente unidos, que no podemos superar los peligros de nuestra propia existencia, y mucho menos generar paz y felicidad, sin un sentimiento de responsabilidad universal, sin un sentimiento de hermandad universal y sin un convencimiento de que todos formamos parte de una gran familia humana.
        Aunque el incremento de interdependencia entre naciones debería generar una atmósfera más comprensiva, en realidad, es difícil lograr un espíritu de verdadera cooperación, ya que hay personas que permanecen completamente indiferentes a los sentimientos y a la felicidad de sus semejantes. Cuando las personas actúan motivadas, sobre todo por la codicia y la envidia, no pueden vivir en armonía.
        Un acercamiento espiritual puede que no resuelva todos los problemas políticos causados por el espíritu egocéntrico que existe, pero, a largo plazo, sí podrá superar el origen de las dificultades con las que nos enfrentamos en la actualidad.
Por otra parte, si la humanidad continúa resolviendo sus problemas considerando sólo las conveniencias a corto plazo, las generaciones futuras tendrán ante sí enormes dificultades. La población mundial está aumentando y los recursos naturales se van agotando rápidamente.
        Podemos poner a los árboles como ejemplo, nadie sabe con exactitud cuáles serán las consecuencias con respecto a la masiva deforestación, con respecto al clima, al suelo y al sistema ecológico mundial en general. Nos enfrentamos a tantos problemas porque la gente se preocupa por resolverlos sólo a corto plazo, de forma egoísta y desconsiderando al resto de la humanidad. No piensan en el mundo ni en las consecuencias a largo plazo para la vida del planeta. Si nosotros las personas de la actual generación, no meditamos sobre todo esto, las generaciones futuras no podrán hacer frente a tantas calamidades.

-VIII-
Buscando un Refugio Interior

        Desde el punto de vista budista, la mente de una persona común está debilitada y distorsionada por la fuerza de los errores y los conflictos emocionales que acarrea en sí misma. Por esta debilidad y distorsión es incapaz de ver las cosas tal y como ellas son. Lo que percibe es una visión deforme y determinada por sus propias neurosis emocionales y sus prejuicios. 
El propósito del budismo, como religión, es eliminar de la mente esos elementos distractivos y facilitar así, una percepción válida. Mientras que tales elementos distorsionantes no hayan sido arrancados de raíz, la percepción de la persona siempre estará empañada. Pero una vez que los errores sean eliminados, el individuo entrará en un estado en el que la realidad es percibida siempre tal y como es. Entonces, al existir la mente en perfecta sabiduría y liberación, el cuerpo y la palabra fluyen de un modo perfectamente positivo y natural. 
        Los tibetanos somos afortunados por haber nacido en una sociedad donde el conocimiento espiritual, estaba al alcance y era altamente apreciado. Sin embargo, por el hecho de haber nacido en un medio así, quizá algunas veces lo dimos como garantizado. El mismo Buda dijo: "comprueba mis enseñanzas como un mercader de oro analiza antes de aceptarlo y comprarlo".  El Buda enseñó durante un largo tiempo a gentes de todo tipo y nivel de inteligencia. Consecuentemente, cada una de sus enseñanzas debe ser cuidadosamente calibrada en su significación para determinar si es cierta literalmente, o sólo en circunstancias particulares o a seres de limitado entendimiento. Aceptar cualquier doctrina o aspecto de ella sin analizarla será como construir un castillo sobre hielo. Haciéndolo así, la práctica de la persona permanecerá siempre inestable y carecerá de la fuerza y profundidad necesaria.
También es un error practicar sin un entendimiento y conocimiento de la doctrina. El practicante debe saber muy bien lo que hace y por qué lo hace. Aquellos que somos monjes o monjas, y que dedicamos nuestra vida entera la práctica del Dharma (enseñanzas del Buda), debemos ser muy cuidadosos en practicar inmaculadamente. La Sangha (comunidad de practicantes) es muy importante para la estabilidad de la doctrina, por lo tanto, debemos hacer todo lo posible para emular al mismo Buda. Cualquiera que considere la posibilidad de ordenarse, debe, en primer lugar, pensarlo muy bien; no hay necesidad alguna de hacerse monje, para convertirse en un monje inferior. La Sangha tiene responsabilidad de ser la encarnación de los preceptos. Si lo que en el fondo se desea es continuar viviendo la vida ordinaria, es mejor no hacerse monje, dejar la ordenación para aquellos de mayor inclinación espiritual y practicar simplemente como un laico lo mejor que se pueda. 
        Todas las religiones del mundo son parecidas, en cuanto que proveen los métodos para cultivar los aspectos positivos de la mente y eliminar los negativos. El budismo es una religión de un carácter particular, de un especial sabor, debido a que, habiéndose desarrollado en la India, cuando ésta era un país de un elevado nivel espiritual y filosófico, presenta tanto un abanico completo de ideas espirituales, como métodos de aproximación racional al desarrollo del espíritu. 
Esto es particularmente importante en nuestra era, en la que se concede a la mente racional tal relevancia. Debido a esta faceta de racionalidad, el budismo encuentra muy poca confrontación con el mundo moderno. En verdad, muchos de los hallazgos de la ciencia moderna, tales como los de la física nuclear, que son considerados como nuevos descubrimientos, han sido debatidos hace mucho tiempo en las antiguas escrituras budistas. Debido a que el último consejo de Buda fue que no aceptaran nada por la simple fe, sino mediante la investigación racional. Así el mundo budista ha mantenido muy vivo, dentro de su ámbito, el espíritu de investigación. 
        Que una persona sea budista o no, viene determinado por si ha tomado refugio o no en las Tres Joyas Budistas (El Buda, El Dharma y La Sangha -la comunidad de practicantes-) de una forma pura, desde lo más profundo de su corazón. Por el mero hecho de recitar oraciones budistas, jugar con rosarios mántricos o caminar alrededor de los templos, no se es budista. Incluso un mono puede ser adiestrado en estas cosas. El Dharma es una cuestión de mente, de espíritu, no de actividades externas. Es por esto que para ser budista, uno debe entender exactamente lo que son las tres Joyas: El Buda, el Dharma y la Sangha, y cómo se relacionan con la propia vida espiritual. Se dice, que el Buda es el maestro, el Dharma es camino y la Sangha los compañeros espirituales que ayudan a recorrerlo. 
        De estos tres, el más importante para nosotros como individuos, es el Dharma, porque en última instancia sólo nosotros podemos ayudarnos a nosotros mismos. Nadie puede alcanzar la Iluminación por nosotros o cedérnosla. La Iluminación llega para aquellos que practican bien el Dharma, para los que toman el Dharma y lo aplican en el desarrollo de su propio continuum mental. De las tres Joyas, es el Dharma el refugio último. Escuchándolo, reflexionando y meditando, nuestras vidas pueden devenir una con él y la Iluminación puede ser una posibilidad inmediata. 
        La mente de una persona ordinaria es indisciplinada y descontrolada. Para ser capaces de enfrentarnos a prácticas budistas más elevadas, tales como el desarrollo del samadhi o la visión profunda de la vacuidad, o comprometernos en los métodos yóguicos de los diferentes sistemas tántricos, debemos, primeramente, desarrollar una mente disciplinada. Con refugio y autodisciplina como bases, podremos fácilmente desarrollar una experiencia progresiva en prácticas dhármicas más elevadas. Sin un fundamento de disciplina, las prácticas elevadas no fructificarán. Todos desean practicar las técnicas más elevadas, pero debemos preguntarnos si antes hemos dominado los prerrequisitos elementales, como la disciplina. El objetivo del Refugio es transformar a la persona ordinaria en un Buda. Una vez que esto se ha conseguido, el propósito del refugio ha sido cumplido. En el momento en que nuestra mente deviene Buda, nuestra palabra se convierte en el Dharma y nuestro cuerpo en la Sangha. 
        La esencia del Dharma es el desarrollo de la mente, ya que todo el Karma negativo y positivo acumulado mediante las acciones de la palabra, el cuerpo, es originado y dirigido por la mente. Si no desarrollamos una alerta consciente de nuestros procesos mentales y la habilidad de cortar las tendencias negativas del pensamiento en el momento mismo en que nacen, veinte años de meditación en una cueva remota serán de muy poco valor. Antes de la cueva, debemos buscar las buenas actitudes mentales y desarrollar la capacidad de vivir de acuerdo con el Dharma. Solamente entonces nuestro retiro en la cueva remota será mejor que la hibernación de un oso. Aquellos que hablan de retiros tántricos mientras que las diez acciones positivas, fundamento del Dharma, están aún remotas, no hacen sino reírse de ellos mismos. 
        Como humanos somos capaces de obtener la Iluminación en una sola vida. Sin embargo, la vida es corta y la mayor parte de elle ha pasado ya. Debemos preguntarnos cuánto hemos progresado espiritualmente. La muerte puede llegarnos en cualquier momento, y cuando llegue habremos de dejar atrás todo excepto las huellas mentales que nuestras acciones han dejado. Si hemos practicado el Dharma en nuestra existencia, hemos tratado de vivir con las directrices Dhármicas o hemos obtenido realizaciones espirituales, esa energía estará ahí con nosotros. Si por el contrario, nuestra existencia ha sido empleada en la negatividad, la conciencia viajará a mundos futuros y estará inmersa en pensamientos negativos y memorias obsesivas de nuestras andanzas samsáricas. 
Ahora que tenemos todavía el poder de practicar el Dharma, debemos hacerlo pura e intensamente. La práctica del Dharma trae la paz para nosotros y para los que nos rodean, e incluso aunque no alcancemos la Iluminación en esta vida, nos proporcionará la joya que satisface todos los deseos, que puede ser llevada a las vidas futuras y ayudarnos en el camino espiritual.        
        La mayoría de las personas hacen los planes más fantásticos para mañana, la semana que viene o el próximo año, pero lo que verdaderamente cuenta es practicar el Dharma aquí y ahora. Si se hace esto, todos los planes serán llevados a cabo. Cuando cultivamos hoy la actividad virtuosa, la ley de la originación dependiente asegura que una corriente de cambio positivo se pone en marcha. Esa es la preciosa característica de la vida humana. La humanidad es capaz de influir dinámicamente en su propio estado futuro mediante la aplicación de la sabiduría discriminativa a todas las actividades del cuerpo, la palabra y la mente. Usar y desarrollar esa sabiduría que distingue correctamente es extraer la esencia misma de la vida humana.
        En última instancia, el futuro está en nuestras manos.
 
-IX-
Sobre la Juventud

Los jóvenes son muy importantes. Primero, son los que cargan la responsabilidad de nuestro futuro. Segundo, los jóvenes generalmente son más abiertos de mente y tienen más coraje para cambiar las cosas. Algunas veces es difícil ver nuestras faltas porque nuestras mentes se vuelven duras, e incluso cuando las reconocemos, no tenemos el coraje para cambiarlas. En general, los jóvenes son más lúcidos y abiertos a reconocer las faltas y cambiarlas. Eso es bueno, si se le suministra determinación y paciencia. Sin embargo, un aspecto negativo de la juventud es precisamente que quieren resultados inmediatos, algo que puede causar frustración y fracaso. Entonces, lo importante es mantener tanto la determinación como el esfuerzo constante. Siento que esto está en las mentes de muchos jóvenes de hoy, que hay una gran conciencia y reconocimiento de nuestra humanidad como una gran familia mundial. Entonces, la idea de mi nación y la de ustedes es menos importante.

Desafortunadamente, entre la gente tibetana –particularmente entre los jóvenes- hay signos de creciente frustración. Pero mientras tanto, yo les digo, "sí, sus demandas son correctas, no hay problema". Pero si ellos realmente quieren un enfoque diferente, entonces ellos deben asegurarnos a nosotros, el pueblo, los métodos paso a paso. Eso no está muy claro. Yo los admiro. Ellos son fogosos y son absolutamente leales a nuestra nación. Pero algunas veces ellos son un poco impacientes.

Para promover la paz mundial debemos insistir en la bondad porque la paz sólo llegará a través de la paz interior. Hay que enseñar a los jóvenes que los conflictos sólo podrán solucionarlos mediante el diálogo. Esto quiere decir la no violencia. Por eso creo que los gobiernos deben esforzarse más por divulgar la educación de la bondad.

-X-
Sobre Karma y Reencarnación

        Karma quiere decir acción, y por lo tanto puede ser positivo o negativo. Como las acciones devienen en efectos, también se refiere al resultado de una acción. Este tipo de acciones dejan impresiones, hábitos y tendencias en nuestro flujo mental que nos llevan a repetirlas muchas veces y a encontrarnos con situaciones que inducen a esta reiteración. El karma es un aspecto de la ley de la causalidad universal: a cada acción corresponde un efecto que es similar a su causa. Por ejemplo, si uno hace sufrir a los demás, eventualmente sufrirá de una manera parecida. El karma es el resultado de nuestras acciones, palabras y pensamientos del pasado. Estas crean tendencias mentales que nos llevan a encontrarnos con determinadas situaciones. Sin embargo, estas situaciones son cambiables en la medida en que trabajemos para cultivar hábitos mentales diferentes a los anteriores y que por tanto, nos conduzcan hacia otra dirección. Según el budismo lo que experimentamos hoy resulta de nuestras propias acciones, palabras y pensamientos del pasado. Sin embargo, que en el pasado hayamos actuado con ignorancia no justifica que alguien sufra por ello en el presente. Somos responsables de nuestra vida, pero tenemos todo el potencial para transformarla. Por ello debemos ayudar a quienes sufren, independientemente de que ese sufrimiento provenga de sus propias acciones pasadas. La ley de la causalidad expresada por el karma no justifica de manera alguna las desigualdades y diferentes grados de padecimiento de la raza humana y otras especies. Puede señalarnos el origen de dicho sufrimiento, pero señala también lo imperioso de cambiar esas causas, mas aún cuando fueron sembradas con base en la ignorancia. Todos los seres tienen derecho a ser felices y dejar de sufrir.
        Es verdad que el karma es mecánico. Las cosas pasan debido a esto y aquello. Puede hacerse la siguiente comparación: la ley del karma es como la ley de la causalidad. Esta ley rige universalmente en la naturaleza. Empero, puede haber una causalidad baja, o sea, no absoluta, sino probabilista. Por lo menos en ciertos casos. Cuando hay buena semilla y la tierra ha sido bien arada, se presentan rutinas para la cosecha. Si usted atiende intensamente a estas cosas, puede observar que también se refieren a su vida. Si alguien tiene una buena educación, si trabaja respecto de sí mismo, será una buena persona. Es cierto que el karma es mecánico. El que ha hecho bien renace en una situación superior a la que tenía. Si ha hecho mal, renacerá en una posición inferior. Pero, y esto es muy importante, no en todo caso se producen las cosas de modo puramente mecánico. A veces, hay una producción de castigo (descenso), o de premio (ascenso), que es probabilista. Solo puede producirse el karma en un 99%, pero siempre habrá algo que usted no puede predecir y todo esto depende no solo de esta vida sino también de las otras vidas que suelen estar ocultas. Las reflexiones que acabo de hacer, para los budistas, son filosóficas. Pero también lo son en la concepción brahmánica. En el Hinayana y el Mahayana la creencia en la reencarnación es algo comparable al aire que respiramos. No hay posibilidades de dudar o de pensar negativamente sobre ella. Pero, la idea de la reencarnación no es tan simple. 
¿Cómo es posible? ¿Por qué nadie, con muy pocas excepciones, recuerda sus vidas anteriores? Además el hecho de haberse reencarnado muchas veces significa que el reencarnado es un hombre sabio y liberado. Esas personas son completamente excepcionales, recuerdan de manera muy clara sus vidas pasadas y eso depende, eventualmente, de los nacimientos anteriores. Esta creencia existe no solamente en el budismo mahayánico, sino también en el hinayánico.

Desde la perspectiva budista, alguien que tiene continuos renacimientos es considerado más creador, más precioso. Es un tema común tanto al budismo como al brahamanismo, hay muchas similitudes, pero naturalmente todo ello significa compasión, tolerancia, amor, autodisciplina, perdón. De acuerdo con las viejas tradiciones, todo esto es lo mismo entre el budismo, el catolicismo, el hinduismo y el islamismo. En el budismo es muy importante el concepto de karma. El concepto de reencarnación tiene que ver con el karma, lo mismo que el nirvana. Pero esta tradición no es solo budista, sino que también es brahamánica. En este sentido se puede considerar al budismo y al brahamanismo, como hermanos gemelos.

El concepto de la reencarnación viene del karma, de la ley de la causalidad, que es algo científico. Los científicos dicen que no saben. Yo les digo que eso no es cosa suya, que es una cuestión de los budistas. Los budistas tenemos algunas explicaciones, incluidas algunas experiencias. Es difícil de probar.

En el Hinayana y el Mahayana la creencia en la reencarnación es algo comparable al aire que respiramos. No hay posibilidades de dudar o de pensar negativamente sobre ella. Empero, la idea de la reencarnación no es tan simple. ¿Cómo es posible? ¿Por qué nadie, con muy pocas excepciones, recuerda sus vidas anteriores? Además el hecho de haberse reencarnado muchas veces significa que el reencarnado es un hombre sabio y liberado.

Esta ley del Karma indica que todas las acciones, buenas y malas, que cometen las personas tendrán un efecto futuro, positivo o negativo. De este modo, el no respetar a la pareja se traducirá en sufrimiento propio y en la dificultad de lograr nuevas relaciones en armonía y felicidad.

Hagamos lo que hagamos en ésta u otra vida, el peso del karma nos alcanzará.

La creencia en la reencarnación es prácticamente innecesaria, ya que se puede confirmar su veracidad mediante la experiencia directa en meditación profunda.

Lo que es interesante de la reencarnación, es que sería necesario que hubiera una que fuera la última. Es hacia eso hacia lo que hay que tender.

Los minusválidos pagan los errores de una vida anterior, pero resulta mejor no decirlo.

No es ésta la primera vez que estamos en el mundo; de ser así la muerte nos suprimiría para siempre. Aquello que empieza en el tiempo debe finalizar en el tiempo.

Para el budismo el renacimiento es un hecho basado en análisis lógico y las experiencias tanto de grandes practicantes como de gente común. Dentro del contexto meditativo budista, hay muchas pruebas de la continuidad de la conciencia después de la muerte. Para un ser común, su karma determina el tipo de renacimiento que tendrá en su próxima vida.

Carl Sagan mantuvo este diálogo con el Dalai Lama:

C. S. Pregunta:
¿Cómo reaccionaría si la ciencia refutase uno de sus dogmas de fe?
El Dalai Lama responde:
El budismo tibetano tendría que cambiar.
C. S. Pregunta:
¿Aunque fuese un dogma central como la reencarnación?
El Dalai Lama responde:
Aún en ese caso -y el Lama añade con un guiño-: De todos modos le será difícil refutar la reencarnación.

-XI-
Sobre la Meditación

Así pues, meditemos hoy sobre la compasión. Empecemos por visualizar a una persona que está sufriendo, a alguien que se encuentra en una situación dolorosa, muy infortunada. Durante los tres primeros minutos de la meditación, reflexionemos sobre el sufrimiento de ese individuo de forma analítica, pensemos en su intenso sufrimiento y lo infeliz de su existencia. Después tratemos de relacionarlo con nosotros mismos, pensando: "Este ser tiene la misma capacidad que yo para experimentar dolor, alegría, felicidad y sufrimiento". A continuación, tratemos de que surja en nosotros un sentimiento natural de compasión hacia esa persona. Intentemos llegar a una conclusión, pensemos en lo fuerte que es nuestro deseo de que esa persona se vea libre de su sufrimiento. Tomemos la decisión de ayudarla a sentirse aliviada. Finalmente, concentrémonos en esa resolución y, durante los últimos minutos de la meditación, tratemos de generar un estado de compasión y de amor en nuestra mente.

Espero que los investigadores prueben científicamente que la meditación tiene beneficios médicos y emocionales, para luego divorciarla de sus raíces espirituales budistas y ofrecerle al mundo un método secular que lo ayude a aliviar el sufrimiento y encontrar la felicidad.

La ciencia puede desvelar que ciertas técnicas podrían ayudar a distinguir los porqués de una vida feliz o una miserable, pero la comprensión profunda de la naturaleza de la mente sólo puede alcanzarse a través de la meditación.

La meditación es el instrumento que transforma y moldea nuestra mente. La meditación no debe ser considerada como un tema religioso. La compasión, el amor, el perdón, la armonía espiritual, el sentido de hermandad, todas esas cosas son temas religiosos. La meditación es el entrenamiento de la mente. La meditación agudiza la mente.

Meditar, en su definición más básica, es familiarizarse con ciertos estados mentales. La meditación en el budismo tiene como objetivo final el descubrimiento de la naturaleza de la mente y la familiarización de nuestro ser a ese estado, llamado también la naturaleza búdica. Hay básicamente dos tipos de meditación: analítica y contemplativa. En la primera se utilizan conceptos para desarrollar cualidades positivas e investigar la naturaleza de la realidad por medio de la lógica. En la meditación contemplativa la mente aprende a aquietarse, reconocer su naturaleza esencial, estabilizarse en la misma y resolver todos los pensamientos y emociones desde ese estado de sabiduría trascendente.

Practiquen la meditación. Es algo fundamental. Una vez que se le disfrute, ya no se le puede abandonar, y los beneficios son inmediatos.

Si ustedes los científicos son capaces de probar que la meditación no es buena para el ser humano, estoy dispuesto a corregir las enseñanzas milenarias del budismo.

Sin embargo, son nuestros análisis de la neurociencia, los que han probado ser particularmente importantes. A partir de estos intercambios surgió una vigorosa iniciativa por la investigación, una colaboración entre monjes y neurocientíficos para explorar cómo la meditación puede alterar la función del cerebro. 

-XII-
Sobre la Mente

Cuanto mayor sea el nivel de calma de nuestra mente, tanto mayor será nuestra capacidad para disfrutar de una vida feliz.

Cultivar los estados mentales positivos, como la amabilidad y la compasión, conduce decididamente a una mejor salud psicológica y a la felicidad.


De manera semejante, los budistas cuentan con una historia de 2.500 años de antigüedad en la investigación de los mecanismos de la mente. A lo largo de milenios, muchos budistas practicantes han realizado lo que podríamos llamar experimentos sobre la forma de superar nuestras tendencias hacia las emociones destructivas.


Debería señalar que cuando hablamos de un estado mental sereno, de paz mental, no deberíamos confundirlo con un estado mental insensible y apático. Tener un estado mental sereno o pacífico no significa permanecer distanciado o vacío. La paz mental o el estado de serenidad de la mente tiene sus raíces en el afecto y la compasión y supone un elevado nivel de sensibilidad y sentimiento. Cuando se carece de la disciplina interna que produce la serenidad mental no importan las posesiones o condiciones externas que se tengan, ya que estas nunca proporcionarán a la persona la sensación de alegría y felicidad que busca. Por otro lado, si se posee esta cualidad interna, la serenidad mental y estabilidad interior, es posible tener una vida gozosa, aunque falten las posesiones materiales que uno consideraría normalmente necesarias para alcanzar la felicidad.


Desde el punto de vista budista, la mente de una persona común está debilitada y distorsionada por la fuerza de los errores y los conflictos emocionales que acarrea en sí misma. Por esta debilidad y distorsión es incapaz de ver las cosas tal y como ellas son. Lo que percibe es una visión deforme y determinada por sus propias neurosis emocionales y sus prejuicios.

El cuerpo puede conseguir satisfacción fácilmente, pero conseguir el confort psíquico no es tan fácil si sólo lo alimentamos con factores externos. Aquí es dónde necesitamos una forma de pensar, una actitud mental que nos ayude a conseguir la paz y la felicidad.

El propósito del budismo, como religión, es eliminar de la mente esos elementos distractivos y facilitar así, una percepción válida. Mientras que tales elementos distorsionantes no hayan sido arrancados de raíz, la percepción de la persona siempre estará empañada. Pero una vez que los errores sean eliminados, el individuo entrará en un estado en el que la realidad es percibida siempre tal y como es. Entonces, al existir la mente en perfecta sabiduría y liberación, el cuerpo y la palabra fluyen de un modo perfectamente positivo y natural.

Generalmente, al referirnos a nuestra mente, expresamos un concepto abstracto. Si no tenemos una experiencia directa de nuestra mente, por ejemplo, si se nos pidiera que la identificáramos, nos sentiríamos impulsados a señalar simplemente el cerebro. Si se nos pidiera que definiésemos la mente, diríamos que es algo que tiene capacidad para "saber", algo que es "claro" y "cognitivo". Pero si no hemos captado directamente la mente a través de prácticas de meditación, estas definiciones no son más que palabras. Es importante poder identificar la mente a través de la experiencia directa y no sólo como un concepto abstracto.

La mente de una persona ordinaria es indisciplinada y descontrolada. Para ser capaces de enfrentarnos a prácticas budistas más elevadas, tales como el desarrollo del samadhi o la visión profunda de la vacuidad, o comprometernos en los métodos yóguicos de los diferentes sistemas tántricos, debemos, primeramente, desarrollar una mente disciplinada. Con refugio y autodisciplina como bases, podremos fácilmente desarrollar una experiencia progresiva en prácticas dhármicas más elevadas. Sin un fundamento de disciplina, las prácticas elevadas no fructificarán. Todos desean practicar las técnicas más elevadas, pero debemos preguntarnos si antes hemos dominado los prerrequisitos elementales, como la disciplina.

Lo primordial es que los seres calmen y apacigüen sus mentes, para eso deben aprender a meditar. Alguien con la mente en paz no importa que sea budista o no, pero seguro que será una persona feliz y por lo tanto generará paz a su alrededor y eso sí que es el trabajo, generar paz y felicidad en la mente de todos los seres sintientes sin distinción.

Llámense mente, cerebro o consciencia, hay relación entre el cerebro y la mente y también entre la mente y la materia. Pienso que sobre la base de esta relación es posible establecer un diálogo entre la filosofía oriental y la ciencia occidental.

Mientras conozcamos y tengamos conciencia de que poseemos este maravilloso don que es la inteligencia, así como capacidad de decidir utilizarla de forma positiva, tendremos esa salud mental fundamental, esa fortaleza subyacente que procede de sabernos poseedores de un gran potencial humano. Darnos cuenta de ello puede actuar como una especie de mecanismo innato que nos permite afrontar cualquier dificultad, sin que importe la situación a la que nos enfrentemos, sin perder la esperanza ni hundirnos en el odio hacia nosotros mismos.

Nosotros, los seres humanos, tenemos un cerebro evolucionando y un potencial sin límites. Si con paciencia se puede entrenar gradualmente incluso a los animales, la mente humana también puede ser entrenada gradualmente, paso a paso. Con paciencia, cada uno puede llegar a saber esto por propia experiencia.

Si dominamos nuestra mente, vendrá la felicidad.

Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal.

Si se logra mantener un estado mental sereno y pacífico, se puede ser una persona feliz aunque se tenga una salud deficiente.

Una mente lúcida y un buen corazón acompañados por sentimientos cálidos, son las cosas más importantes. Si la mente no se dirige a los pensamientos positivos y elevados, nunca podremos hallar la felicidad.

Tanto los científicos como los budistas exploran la mente, los primeros para saber como funciona, los segundos en busca de la felicidad, la Ciencia siempre me ha fascinado. Cuando niño en Tíbet, era tremendamente curioso sobre cómo funcionaban las cosas. Cuando recibía un juguete, jugaba con él un poco, luego lo abría y veía cómo había sido armado. Al crecer, apliqué el mismo escrutinio a un proyector de películas y un automóvil antiguo.


-XIII-
Sobre el Mundo Actual

Claro, el desarrollo material es esencial y muy útil, pero es un error esperar que todos nuestros problemas se resuelvan a través de medios externos. Sin embargo, cuando el desarrollo material y el espiritual se combinan, podemos lograr nuestra meta de una vida feliz. Por lo tanto, mientras nos enfocamos en el desarrollo material, es esencial poner atención en nuestros valores internos también.

¿Cómo resolver los problemas del mundo? Primero debemos cambiar por dentro. Estaría bien que existiera otro método más fácil y práctico, pero no existe. 

En la moderna sociedad occidental parece dominar un potente condicionamiento cultural basado en la ciencia. En algunos casos, sin embargo, las premisas y parámetros básicos de la ciencia occidental pueden limitar su capacidad para abordar ciertas realidades. Mantenéis, por ejemplo, la idea limitadora de que todo se puede explicar dentro de la estructura de una sola vida, y la combináis con la noción de que todo puede y tiene que ser explicado. Pero cuando os encontráis con fenómenos que no podéis explicar, surge una especie de tensión que es casi un sentimiento de angustia.

Existe una gran interrelación entre las cosas. Los mismos conceptos de “nosotros” y “ellos” se están volviendo irrelevantes. La guerra está fuera de temporada porque nuestros vecinos son parte de nosotros. Aunque tal vez tengamos algunas diferencias ideológicas u otros conflictos con nuestros vecinos, económica y ecológicamente compartimos en esencia la misma región, y destruir a nuestro vecino es destruirnos a nosotros.

Hemos llegado al siglo XXI con un progreso material excepcional y un desarrollo científico y tecnológico innegable, pero la gente no es feliz, vive perturbada y deprimida. La felicidad no está en las cosas materiales, la felicidad depende de la paz interior. Debemos ser serios en nuestra práctica religiosa y compartir amor, tolerancia, contentamiento para recibir bendiciones, las religiones han servido para dividir y para enfrentar a la familia humana.

La enseñanza moderna es muy buena, aunque se basa en la aceptación universal de la importancia del desarrollo del cerebro, es decir, de la educación intelectual. No presta suficiente atención al desarrollo de la persona en su totalidad, en lo referente a convertirse en un buen ser humano o a desarrollar buenos sentimientos. 

Siempre escuchamos acerca de un mejor medio ambiente, de la paz mundial, la no violencia y demás, pero esas metas no se logran a través de la aplicación de regulaciones o resoluciones de las Naciones Unidas; se requiere de la transformación individual. Será muy difícil lograr estas cosas a menos que los individuos lleven acabo un cambio dentro de sus propias mentes.

Un nuevo orden mundial con compasión es positivo. No estoy tan seguro acerca de un nuevo orden mundial sin compasión.


-XIV-
Sobre la Psicología
       
        En el budismo existe la idea de las disposiciones y huellas dejadas por ciertos tipos de experiencias, algo similar del subconsciente (inconsciente) en la psicología occidental. En el pasado, por ejemplo, puede haber ocurrido algún acontecimiento que ha dejado una huella muy fuerte en la mente. Una huella que quizá ha permanecido oculta y que afecta al comportamiento. Existe, pues, esta idea de que algo que puede ser inconsciente (
subconsciente) que nos afecta sin que seamos conscientes de ello. En cualquier caso, creo que el budismo puede aceptar muchas de las hipótesis planteadas por los teóricos occidentales, pero que además de eso añade otras. Por ejemplo, el condicionamiento y las huellas dejadas por vidas anteriores. En la psicología occidental, sin embargo, creo que existe una tendencia a subrayar en exceso el papel del inconsciente (subconsciente) a la hora de buscar el origen de los problemas. Creo que eso proviene de algunos de los supuestos básicos de la psicología occidental, que no acepta, por ejemplo, la idea de que las huellas que observamos en esta vida pueden proceder de una vida anterior, así como el supuesto de que todo tiene explicación dentro de esta vida. Así que cuando no puedes encontrar la causa de ciertos comportamientos o problemas, aparece la tendencia a localizarla siempre en el inconsciente (subconsciente) . Es como si hubieras perdido algo y decidieras que el objeto se encuentra en esta habitación. Una vez tomada esa decisión, ya has fijado sus parámetros y excluido la posibilidad de que el objeto se encuentre en otra habitación. Así que continúas buscando aquí sin cesar, pero no encuentras lo perdido, a pesar de lo cual sigues suponiendo que está en esta habitación.

A menudo nos encontramos en situaciones en las que nos censuramos, y nos decimos: "Me he defraudado a mí mismo", y nos enfadamos. Así que también en esas ocasiones entablamos un diálogo con nosotros mismos, aunque en realidad seamos siempre un solo individuo. A pesar de ello, tiene sentido criticarse, enojarse con uno mismo, como todos sabemos por experiencia propia. Pues bien, aunque en realidad hay un único ser individual, se pueden adoptar dos perspectivas diferentes. ¿Qué es lo que ocurre cuando uno se critica? El "yo" que critica lo hace desde una perspectiva totalizadora de la persona, mientras que el "yo" criticado es uno mismo en una experiencia concreta. Así es posible esta relación del "sí mismo con el sí mismo".

Desde el punto de vista budista, la mente de una persona común está debilitada y distorsionada por la fuerza de los errores y los conflictos emocionales que acarrea en sí misma. Por esta debilidad y distorsión es incapaz de ver las cosas tal y como ellas son. Lo que percibe es una visión deforme y determinada por sus propias neurosis emocionales y sus prejuicios.

En el mundo animal hay peleas, pero en general viven en paz; pero los hombres no, estamos insatisfechos con lo inmediato, queremos más y más, y eso genera estrés

-XV-
Sobre la Religión

El Dalai Lama pregunto una vez a un monje benedictino que vivía en una ermita: ¿En que medita usted en su soledad?, el monje le dijo: Solo medito en el amor, en el amor y en el amor, en ninguna otra cosa. El Dalai Lama inmediatamente dijo: Este hombre es enteramente santo.

        El objetivo de la religión no es conseguir iglesias bonitas o templos soberbios, sino cultivar las cualidades humanas tales como la tolerancia, la generosidad y el amor.
        Cada religión, con su propia filosofía, sus propias tradiciones, se fija como objetivo apaciguar los sufrimientos del espíritu humano. Poco importa si tal religión es superior a cualquier otra. Lo que cuenta es saber cuál es la que mejor se adapta a las expectativas de cada uno.
        Todas las religiones, dentro de la fe que les es propia y a pesar de sus diferencias filosóficas, tienen el mismo fin. Cada religión insiste en la evolución del hombre, del amor, el respeto a los demás y el reparto del sufrimiento. Sobre estos diferentes puntos, cada religión tiene más o menos el mismo enfoque y el mismo objetivo.
        Si practicamos la religión correcta y sinceramente, se interiorizará en nuestros corazones. La esencia de toda religión reside en un buen corazón. Digo a veces que el amor y la compasión constituyen una religión universal, que son una religión. Una filosofía compleja genera más aburrimientos y problemas. Si las filosofías sofisticadas son útiles para vuestro corazón, bien: utilizadlas plenamente. Si, por el contrario, sus sistemas son un obstáculo para alcanzar un buen corazón, entonces es mejor abandonarlas.
        Los budistas no pueden conseguir que el conjunto de la humanidad se convierta al budismo. Es imposible. Los cristianos tampoco pueden convertir a la humanidad al cristianismo. Y los hindúes no pueden gobernar a toda la especie humana. En el curso de los siglos, cada fe, cada gran enseñanza, ha servido mucho a la especie humana. Por consiguiente, más vale hacerse amigos, comprenderse los unos a los otros y hacer un esfuerzo por servir a la humanidad, que criticar o pelearse.

        Personas erróneas usan la religión de una manera errónea. Como resultado de ello, desafortunadamente, la religión en sí contribuye a mayores luchas y a mayores divisiones. El problema no radica en la religión, sino en la mente humana. Los practicantes sinceros – no importa la religión a la que pertenecen – muestran cualidades humanas interiores: simplicidad, constancia, contentamiento, y compasión. Eso significa que las diferentes religiones poseen la capacidad para fomentar tales seres. En lo que atañe al abandono de la religión debido a su alianza con el poder temporal, creo que la evidencia histórica exhibe lo contrario: ha sido la política la que ha intentado destruir la religión, y ha fracasado. Ningún gobierno ha protegido a la religión. Si usted toma a la religión como una institución, como una organización, como una costumbre, sin esencia real, entonces, con el paso del tiempo, perderá su valor. En ese caso, pese a lo que un gobierno pueda tratar de protegerla, no tendrá éxito. Por otra parte, religiones esenciales, que contemplan el sufrimiento, perdurarán mientras perdure el dolor humano.

Creo que es útil que existan las distintas religiones, ya que la mente siempre busca distintos caminos para inclinaciones diferentes. Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas y tradiciones, lo importante es que todas coinciden en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás.

Cristianos y budistas comparten básicamente la misma enseñanza y la misma meta. Al comprendernos, desarrollaremos respeto en forma natural. De este respeto surgirá una verdadera armonía y la capacidad para realizar esfuerzos conjuntos.

El objetivo de todas las religiones tradicionales es el mismo: cómo crear un ser humano más compasivo y bondadoso, por lo que es fundamental que todas las tradiciones religiosas sean respetadas.

El Islam es una religión pacífica, algunas personas tienen la impresión de que el Islam es una religión militante. Yo pienso que esto es totalmente falso, ninguna religión quiere la guerra.

El problema no radica en la religión, sino en la mente humana. Los practicantes sinceros de cualquier religión , muestran cualidades humanas esenciales: simplicidad, constancia, compasión y contento.

El propósito fundamental de nuestra vida es buscar la felicidad. Tanto si se tienen creencias religiosas como si no, si se cree en tal o cual religión, todos buscamos algo mejor en la vida. Así pues creo que el movimiento de nuestras vidas nos encamina en pos de la felicidad.

En lo que atañe a la religión, hay tanta variedad entre los seres humanos, tantas disposiciones mentales, que algunos encuentran una religión más efectiva que otra. Una sola religión no podría servir a toda la humanidad. A su vez, la humanidad no podría satisfacerse con una sola religión. Pero no se puede decir que la religión es inútil porque no puede resolver todos los problemas humanos. A través de la evolución, algunas religiones antiguas podrían desaparecer. Con el tiempo algunas cambian; esa es la naturaleza humana. Grandes religiones – como el Cristianismo, el Judaísmo, el Budismo, el Hinduismo, el Islam, – perduraron porque cierta porción de seres humanos aún encuentra en ellas alguna respuesta.

Es importante mantener las tradiciones. El budismo pertenece a Asia. Pero ciertas personas occidentales encuentran más interesante el budismo. En general, es preferible que cada individuo mantenga su tradición religiosa. Es posible escoger aspectos de varias religiones a nivel superficial, pero es imposible a un nivel más profundo.

Es mejor y más seguro que cada uno de nosotros conserve la tradición religiosa que ya tiene en vez de adoptar una nueva, todas las grandes tradiciones religiosas poseen algo singular inherente a ellas. Hay personas que toman algo de cada religión y, tras meterlo todo en la batidora, construyen un nuevo budismo, pero es un error, eso ocurre incluso entre los tibetanos, aunque no utilicen el nombre de nueva era, las personas deben conservar su religión auténtica. El futuro de la humanidad depende de cada uno de nosotros y, aunque a veces provocan conflictos, todas las religiones tienen el mismo mensaje de compasión y perdón. Ciertas tradiciones budistas no pueden tomarse de manera literal.

Existen terrenos muy claros para desarrollar relaciones más estrechas entre las distintas religiones y esto es muy importante hoy en día. Hay signos positivos en esta dirección. Hay una mayor compresión entre la comunidad del budismo tibetano y los monjes y monjas cristianos. Nosotros, los tibetanos, tenemos que aprender muchas cosas de las demás tradiciones.

Hay aspectos en los cuales las diferentes religiones pueden aprender unas de otras, pero no por ello deben resignar sus respectivas identidades. Los cristianos, por ejemplo, pueden encontrar de utilidad las técnicas budistas para desarrollar la concentración, o los prodigios de la meditación. También hay muchas técnicas que apuntan a desenvolver la tolerancia, la compasión, el amor y la amabilidad. De la misma manera, los budistas pueden encontrar que las prácticas cristianas de acción social son una gran ayuda y que lo conduce a su entrenamiento mental.

La compresión genuina entre los seres humanos, no es simplemente una cuestión religiosa, sino una condición para sobrevivir. Creo que esa es la religión universal.

La esencia del cristianismo y el budismo es la misma: la práctica del amor, para lo cual es necesario poner énfasis en el perdón y compartir el sufrimiento ajeno. Que la religión pueda ser usada como un instrumento para crear divisiones y provocar más pelea, es un hecho muy infortunado.

Las religiones son intentos de llevar beneficios a la gente y nunca deberían ser utilizadas como terrenos de antagonismo y violencias.

Mi religión es simple; mi religión es la bondad.

No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestra propia mente, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad.

Nuestra religión es simple: No existen templos ni complicadas filosofías. La mente y el corazón, vienen a ser nuestro templo; la humildad, nuestra filosofía.


Por supuesto considero a Jesucristo como un gran maestro espiritual que ha influenciado a millones de personas con sus enseñanzas, y desde el punto de vista budista, lo vemos a Jesucristo como una manifestación de Buda, una manifestación del boddhisattva, aquellos seres que están en el sendero de la Iluminación a través del altruismo.

Si la religión perdura sólo como un conocimiento, puede no producir ningún beneficio concreto. Otra cosa: es muy importante la armonía entre las distintas religiones. Es mejor pensar 'qué puede aportarle mi tradición a la humanidad' antes de elucubrar de qué forma puedo difundir mis propias ideas. En este fin de siglo enfrentamos todos un gran compromiso para el futuro de la Humanidad y es necesario desenvolver el genuino sentido de la responsabilidad universal.

Si una persona quiere poner a prueba cualquier religión, debe practicar sus consejos. Así podrá descubrir su verdadero valor.

Siendo el objetivo de todas las religiones o tradiciones, el mismo, podemos decir que desde el punto de vista de los valores humanos, son lo mismo, ya que están apuntando al mismo objetivo. Por eso como creyente, como monje budista, siempre trato de promover y comunicar la armonía entre las religiones.

Todas las grandes religiones son básicamente lo mismo, ya que todas buscan la paz mental y la bondad, pero es muy importante practicar esto en nuestra vida diaria. No únicamente en la iglesia o el templo.

Todas las religiones del mundo tienen los mismos ideales de amor y la misma meta de beneficiar a la humanidad a través de la práctica espiritual y la intención de hacer de sus seguidores, mejores seres humanos.

Un buen corazón es la mejor religión.


-XVI-
Sobre la Responsabilidad Universal

Así que, por mucha violencia que exista y a pesar de las penalidades por las que tengamos que pasar, estoy convencido de que la solución definitiva de nuestros conflictos, tanto internos como externos, consiste en volver a nuestra naturaleza humana básica, que es bondadosa y compasiva.

El desarrollo de la sociedad humana se basa completamente en la ayuda mutua de las personas. Cada individuo tiene la responsabilidad de ayudar a la comunidad a cambiar en la dirección correcta y cada uno de nosotros debe asumir esta responsabilidad.

El mundo se está empequeñeciendo, y no sólo desde el punto de vista económico. Diferentes áreas se están volviendo interdependientes; cada problema; cada remoto lugar está conectado con la crisis del globo.

Hay un reconocimiento cada vez mayor de que ni los individuos ni los países pueden resolver todos sus problemas por sí solos, es decir, de que nos necesitamos los unos a los otros.
Hoy día más que nunca la vida debe estar caracterizada por un sentimiento de Responsabilidad Universal; pero no solo entre naciones o entre humanos, sino también entre seres humanos y otras formas de vida.

Los seres humanos han intentado crear sociedades más justas e igualitarias, han establecido instituciones con cartas magnas para combatir las fuerzas antisociales. Desgraciadamente todas estas ideas han sido desviadas por el egoísmo.


-XVII-
Sobre la Sonrisa

Considero una sonrisa como algo único en un ser humano. Una sonrisa es también una poderosa comunicación. Una sonrisa sincera es la expresión perfecta del amor y la compasión humanas.

Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.

Todas nuestras vidas empezaron con el afecto humano como primer soporte. Los niños que crecen envueltos en afecto, sonríen más y son más amables. Generalmente son más equilibrados.

-XVIII-
Instrucciones para una VIDA

01... Ten en cuenta que los grandes amores y logros entrañan un gran riesgo.

02... Si pierdes, no pierdas la lección.
03... Aplica las TRES ERRES: *Respétate a ti mismo. *Respeta a los demás y *Responsabilízate de tus acciones.
04... Recuerda que, a veces, no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte.
05... Aprende las reglas para que sepas incumplirlas cuando conviene.
06... No permitas que una pequeña discusión empañe una gran relación.
07... Cuando te des cuenta de que has cometido un error, toma las medidas necesarias para corregirlo.
08... Pasa algún tiempo solo todos los días.
09... Abre tus brazos al cambio, pero no abandones tus valores.
10... Recuerda que a veces el silencio es la mejor respuesta.
11... Vive una vida honrada. Después, cuando seas mayor y mires hacia atrás, serás capaz de disfrutarla de nuevo.
12... Un entorno de amor en tu hogar es la base de tu vida.
13... Cuando no estés de acuerdo con tus seres queridos, preocúpate únicamente por la situación actual. No hagas referencias a anteriores disputas.
14... Comparte tus conocimientos. Es la forma de lograr la inmortalidad.
 :-) Se bueno con la Madre Tierra.
 :-) Una vez al año acude a un lugar al que no hayas ido antes.
14. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor mutuo es mayor que la necesidad mutua.
13. Juzga tu éxito en función de aquello a lo que has renunciado para conseguirlo.
12. Ama y cocina con absoluto derroche.
11. Se amable con la tierra.
09. Una atmósfera de amor en tu hogar es la base de tu vida.
08. Recuerda que no obtener lo que uno quiere, a veces, es un golpe de suerte maravilloso.
07. Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores.
06. Comparte tus conocimientos. Es una forma de alcanzar la inmortalidad.
05. Recuerda que el silencio es, a veces, la mejor respuesta.
04. Pasa un tiempo solo todos los días.
03. Cuando encuentres que has cometido un error, haz algo para corregirlo inmediatamente.
02. Cuando pierdas, no pierdas la lección.
01. Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros implican grandes riesgos.

-XIX-
Sobre el propósito de la Vida

        Una gran pregunta subyace en nuestra vidas, ya sea que nos la formulemos o no de manera consciente: ¿Cuál es el propósito de la existencia? Yo me he hecho esa pregunta y me gustaría compartir con ustedes mis pensamientos al respecto con la esperanza de que les resulten de utilidad práctica y directa. Considero que el propósito de la vida es ser felices. Desde el momento en que nacemos, todos los seres deseamos ser felices y no queremos sufrir. Ni los condicionamientos sociales, ni la ideología, ni la educación modifican esto. Desde lo más hondo de nuestro ser queremos encontrar la satisfacción. Ignoro si el universo con sus incontables galaxias, estrellas y planetas, tiene o no un significado más profundo pero, por lo menos, es claro que los seres humanos que habitamos esta tierra nos enfrentamos a la tarea de construir una vida feliz. En consecuencia, es importante descubrir qué es lo que trae los mayores niveles de felicidad.

-XX-
Sobre la Violencia y el Odio

Creo que el Tíbet será libre sólo cuando su gente sea fuerte, pero el odio no da la fortaleza. Crea debilidad. Buda no estaba siendo muy religioso, en el sentido popular del término, cuando dijo que el odio no acalla el odio. Más bien estaba siendo práctico. Cualquier logro obtenido mediante el odio no puede ser ni duradero ni vinculante. Sólo traerá problemas, tarde o temprano.

Cuando estamos furiosos experimentamos una especie de valentía o poder que, en realidad, es falso. La energía de al ira puede no ser constructiva; lisa y llanamente es destructiva; no sabemos con certeza que rumbo tomará. En consecuencia, se trata de energía ciega. Si eres claramente consciente de lo perjudicial que resulta, intenta analizar la ira desde esta perspectiva. Si reflexionas detenidamente te das cuenta de que la ira no produce beneficios reales.

Si aspiramos a resolver nuestros problemas, es esencial que hallemos una manera de hacerlo. Hemos de ser capaces de discernir, por ejemplo, entre el terrorismo como medio para conseguir la reforma política y los principios de resistencia pasiva que defendía Gandhi. Hemos de ser capaces de demostrar que la violencia contra los demás es siempre algo erróneo. Y sin embargo hemos de hallar una manera de hacerlo que evite los extremos del absolutismo recalcitrante por un lado y, por otro, del relativismo trivial.

-XXI-
Om Mani Padme Hum
Una explicación del mantra de Avalokiteshvara, el Buda de la Compasión

        Es muy bueno recitar el mantra Om Mani Padme Hum, pero mientras lo haces debes estar pensando en su significado, porque el significado de las seis sílabas es grande y vasto. La primera está compuesta por tres letras AUM. Estas simbolizan el cuerpo, el habla y la mente impura del practicante; también simbolizan el cuerpo, el habla y la mente puros y exaltados de un buda.
        ¿Pueden el cuerpo, el habla y la mente impura transformarse en el cuerpo, el habla y la mente pura? ¿O están completamente separadas? En todos los casos, los budas fueron seres como nosotros y, entonces, gracias al camino se iluminaron. El budismo no afirma que alguien desde el principio estuviera libre de faltas y poseyera todas las buenas cualidades. La purificación del cuerpo, el habla y la mente llega a través del abandono gradual de los estados impuros y su transformación en lo puro.
        ¿Cómo se logra esto? El camino se indica en las siguientes cuatro sílabas. Mani significa joya y simboliza los factores del método: la intención altruista de iluminarse, la compasión, y el amor. Así como una joya es capaz de eliminar la pobreza, la mente altruista de la iluminación es capaz de eliminar la pobreza o las dificultades de la existencia cíclica y de la paz solitaria. De igual forma, así como una joya cumple los deseos de los seres sintientes, también la intención altruista de llegar a la iluminación satisface los deseos de los seres sintientes.
        Las dos sílabas, Padme, que significan loto, simbolizan la sabiduría. Así como un loto crece en el lodo sin ensuciarse con las faltas de éste, la sabiduría es capaz de ponerte en una situación sin contradicciones, donde de cualquier otra forma habría contradicción si no tuvieses sabiduría. Existe la sabiduría que comprende la impermanencia, la sabiduría que comprende que las personas están vacías de autosuficiencia o existencia sustancial, la sabiduría que comprende el vacío de la dualidad –esto es, la diferencia de entidades entre sujeto y objeto– y la sabiduría que comprende el vacío de la existencia inherente. Aunque hay diferentes tipos de sabiduría, la principal de todas estas es la sabiduría que comprende el vacío.
        La pureza debe lograrse mediante la unión indivisible entre el método y la sabiduría; dicha unión está simbolizada por la última sílaba, Hum, que indica indivisibilidad. De acuerdo con el sistema del sutra, esta indivisibilidad del método y la sabiduría se refiere a la sabiduría afectada por el método, y al método afectado por la sabiduría. En el vehículo del mantra, o tantra, se refiere a una conciencia donde existen en forma completa ambas, la sabiduría y el método como una entidad indiferenciable. En términos de las sílabas semilla de los Cinco Budas Conquistadores, Hum es la sílaba semilla de Akshobya, el inamovible, el no fluctuante, aquel que no puede ser perturbado por nada.
        Así, las seis sílabas, Om Mani Padme Hum, significan que a partir de la práctica de un camino, que es la unión indivisible del método y la sabiduría, puedes transformar tu cuerpo, tu habla y tu mente impuras en el cuerpo, el habla y la mente puras y exaltadas de un buda. Se dice que no debes buscar la budeidad fuera de ti, las sustancias para el logro de la budeidad están dentro de ti. Como dice Maitreya, en el Sublime Continuo del Gran Vehículo (Uttaratantra), todos los seres tienen intrínsecamente la naturaleza búdica en su continuo mental. Tenemos dentro de nosotros la semilla de la pureza, “la esencia de aquellos que han ido” (Tathaghatagarbha), que debe ser transformada y desarrollada completamente en la budeidad.

-XXII-
A las ONG de la Conferencia Mundial de la ONU sobre los Derechos Humanos
15 de junio de 1993

        Creo sinceramente que, por no entender la verdadera causa de la felicidad, algunos seres humanos causan sufrimiento a otros. Algunos piensan que hacer sufrir a otros puede conducir a su propia felicidad, o que su felicidad es tan importante que el sufrimiento de otros no significa nada. Pero esto es obviamente una grave falta de visión. Nadie obtiene verdaderos beneficios haciendo daño a otro ser. Cualquier ventaja inmediata que se obtenga a expensas de otro será de breve duración. A la larga, hacer a otros miserables, violar su paz y su felicidad, crea ansiedad, miedo y suspicacia en uno mismo.
        La clave para crear un mundo mejor y más pacífico es fomentar el amor y la compasión para con los demás. Esto significa, naturalmente, que nos debemos preocupar por nuestros hermanos y hermanas que son menos afortunados que nosotros. En este sentido, las ONGs juegan un papel muy especial. Ustedes no solo ayudan a caer en la cuenta de la necesidad de respetar los derechos de todos los seres humanos; sino que también dan esperanzas de un futuro mejor a las víctimas de la violación de esos derechos.

-XXIII-
Para la Cumbre del Milenio por la Paz Mundial
Texto del mensaje que el Dalai Lama envió a la Cumbre del milenio por la Paz mundial organizado por la ONU
en agosto de 2000


Queridos Hermanos y Hermanas,

        Me uno en espíritu a los más de 1.000 líderes espirituales de todo el mundo quienes se reunirán en las Naciones Unidas para asistir a la Cumbre del Milenio por la Paz Mundial, con el fin de discutir formas para comprometer el poder de la religión en la creación de un mundo más pacífico. Deseándoles a esta histórica cumbre así como a sus eminentes participantes el mayor de los éxitos en sus deliberaciones, quiero aprovechar esta oportunidad para compartir con ustedes unos cuantos pensamientos míos.
        Creo que es una idea maravillosa emplear la sabiduría de los tiempos para hacer más pacífico el futuro de todos nosotros, así como el discutir formas que aseguren que en lugar de que el poder de la religión nos divida, éste nos convierta en una familia de hacedores de paz.
        Veo todas las diferentes tradiciones religiosas como senderos para el desarrollo de la paz interior la cual es el fundamento verdadero para la paz mundial. Estas tradiciones antiguas vienen hacia nosotros como un regalo de nuestro pasado común. ¿Continuaremos cuidando de ellas como un regalo y ofreciéndoselas a las nuevas generaciones como un legado de nuestro compartido deseo de paz? O la convertiremos en otra arma más que arrebatará el futuro de las generaciones venideras. La escogencia que hagamos es obvia. Lo que requiere una discusión detallada es cómo podemos asegurar que las diferentes religiones del mundo puedan convertirse en poderosos aliados de paz.
        Para poder lograr esto las diferentes creencias necesitan desarrollar un mutuo respeto y comprensión por cada una de las otras creencias y valores. Las religiones del mundo pueden contribuir a la paz mundial si existe paz y una armonía creciente entre los diferentes credos. Sería triste y trágico si la rivalidad entre religiones y el conflicto socavan la paz mundial en el siglo XXI. En este sentido siempre he promovido e impulsado esfuerzos para que haya una mejor comprensión entre nuestras diferentes creencias. Creo firmemente que esta mejor comprensión aumentará la habilidad de diferentes creencias para hacer contribuciones positivas para la paz del mundo. En este sentido los líderes religiosos y espirituales de diferentes creencias pueden jugar un papel crucial haciendo un esfuerzo sostenido para explicar a sus respectivos líderes la importancia de respetar las creencias y tradiciones de otros credos. También tenemos que abrazar un espíritu pluralista en el campo de las religiones.
        Es también mi creencia que mientras que el siglo XX ha sido un siglo de guerra y de sufrimiento indescriptible el siglo XXI debe ser uno de paz y de tolerancia. En la medida en que los continuos avances de la tecnología de la información vuelve nuestro mundo una verdadera aldea global, pienso que vendrá el momento en el cual las guerras y los conflictos armados serán considerados métodos obsoletos y anticuados para calmar las diferencias entre las naciones y las comunidades. Las naciones y las gentes del planeta pronto se darán cuenta que el diálogo y el compromiso son los mejores métodos para resolver las diferencias para el beneficio de todos y para el bien de nuestro futuro, así como para el futuro de nuestro muy encantador y frágil planeta.
        Pero no podrá haber paz mientras exista pobreza extrema, injusticia social, desigualdad opresión, degradación del medio ambiente y mientras los débiles y los pequeños continúen siendo pisoteados por los grandes y poderosos. Los líderes espirituales y religiosos del mundo tienen que estudiar estos realistas y agudos temas y encontrar maneras para contribuir con su eliminación. Estos son los enemigos de la paz y las verdaderas tiranías de nuestro tiempo.
        En conclusión, quisiera compartir con ustedes una oración compuesta por Shanti Deva, un maestro Budista Indio del siglo Once con la esperanza de que ella les dé también a ustedes la inspiración y determinación que a mí ella continúa dándome.

Mientras exista el espacio y mientras existan seres sensibles, que hasta ese entonces yo también esté aquí, para dispersar las miserias del mundo 

Con mis oraciones y mis mejores deseos.

EL DALAI LAMA

 -XXIV-
Su Discurso de Aceptación del Premio Nobel
Aula Universitaria, Oslo, 10 de diciembre de 1989

Su Majestad, Miembros del Comité Nobel, hermanos y hermanas:

    Es un honor y un placer estar hoy entre ustedes. Me alegro realmente de ver muchos viejos amigos que han venido de diferentes rincones del mundo  y de poder hacer nuevos amigos, a quienes espero encontrar de nuevo en el futuro. Cuando me encuentro con gente de diferentes partes del mundo, siempre recuerdo que todos somos básicamente iguales: todos somos seres humanos. Posiblemente vistamos ropas diferentes, nuestra piel sea de color diferente o hablemos distintos idiomas. Pero eso es superficial; en lo básico, somos seres humanos semejantes u esto es lo que nos vincula los unos a los otros. Además, es lo que hace posible que nos entendamos y que desarrollemos amistad e intimidad.

    Pensando sobre lo que podía decir hoy, he decidido compartir con ustedes los problemas comunes con los que todos nosotros, como miembros de la  familia humana, nos enfrentamos. Puesto que todos compartimos este pequeño planeta, tenemos que aprender a vivir en armonía y paz entre nosotros y con la naturaleza. Esto no es solamente un sueño, sino una necesidad. Dependemos los unos de os otras en tantas cosas que ya no podemos vivir en comunidades aisladas, ignorando lo que ocurre fuera de ellas. Cuando nos encontramos con dificultades necesitamos ayudarnos los unos a los otros, y debemos compartir la buena fortuna que gozamos. Les hablo solamente como otro ser humano, como un sencillo monje. Si  encuentran útil lo que digo, espero que intenten practicarlo.

    Hoy también deseo compartir con ustedes mis sentimientos con respecto a la difícil situación y las aspiraciones del pueblo de Tíbet. El Premio Nóbel es un premio que ellos bien merecen por su valor e inagotable determinación durante los pasados cuarenta años de ocupación extranjera. Como libre portavoz de mis compatriotas cautivos, hombres y mujeres, siento que es mi deber levantar la voz en su favor. No hablo con un sentimiento de ira u odio contra aquellos que son responsables del inmenso sufrimiento de nuestro pueblo y de la destrucción de nuestra tierra, nuestros hogares y  nuestra cultura. Ellos también son seres humanos que luchan por encontrar la felicidad y merecen nuestra compasión. Sólo hablo para informarles de la triste situación de hoy en día en mi país y de las aspiraciones de mi pueblo, porque en nuestra lucha por la libertad, sólo poseemos como única  arma la verdad.

    La comprensión de que somos básicamente seres humanos semejantes que buscan la felicidad e intentan evitar el sufrimiento, es muy útil para desarrollar un sentido de fraternidad, un sentimiento cálido de amor y comprensión por los demás. Esto, a su vez, es esencial si queremos sobrevivir en el, cada vez más reducido, mundo en que vivimos. Porque si cada uno de nosotros buscamos egoístamente sólo lo que creemos que nos interesa, sin preocuparnos de las necesidades de los demás, acabaremos no sólo haciendo daño a los demás, sino también a nosotros mismos. Este hecho se  ha visto claramente a lo largo de este siglo. Sabemos que hacer la guerra nuclear hoy, por ejemplo, sería una forma de suicidio; o que contaminar la atmósfera o el océano para conseguir un beneficio a corto plazo, sería destruir la base misma de nuestra supervivencia. Puesto que los individuos y  las naciones están volviéndose cada vez más interdependientes, no tenemos más remedio que desarrollar lo que yo llamo un sentido de responsabilidad universal.

    En la actualidad, somos realmente una gran familia mundial. Lo que ocurre en una parte del mundo puede afectarnos a todos. Esto, por supuesto, no es solamente cierto para las cosas negativas, sino que es igualmente válido para los progresos positivos. Gracias a los extraordinarios medios de comunicación tecnológicos, no sólo conocemos lo que ocurre en otra parte, sino que también nos vemos afectados directamente por los  acontecimientos de sitios remotos. Nos sentimos tristes cuando hay niños hambrientos en el este de África. Del mismo modo, nos alegramos cuando una familia se reúne, después de una separación de décadas debido al muro de Berlín. Cuando ocurre un accidente nuclear a muchos kilómetros de distancia, en otro país, nuestras cosechas y ganado se contaminan y nuestra salud y sustento se ven amenazados. Nuestra propia seguridad aumenta cuando la paz irrumpe entre facciones que luchan en otros continentes.

    Pero la guerra o la paz, la destrucción o la protección de la naturaleza, la violación o el fenómeno de los derechos humanos y libertades democráticas, la pobreza o el bienestar material, la falta de valores espirituales y morales o su existencia y desarrollo y la ruptura o desarrollo del entendimiento humano, no son fenómenos aislados que puedan ser analizados y abordados independientemente. De hecho, están muy relacionados a todos los niveles y necesitan ser tratados con ese entendimiento.

    La paz, en el sentido de ausencia de guerra, es de poco valor para alguien que se está muriendo de hambre o de frío. No eliminará el dolor de la  tortura infligida a un prisionero de conciencia. Ni tampoco consuela a aquellos que pierden a sus seres queridos en inundaciones causadas por la intensa deforestación en un país vecino. La paz sólo puede durar allí donde los derechos humanos se respetan, donde la gente está bien alimentada y donde los individuos y naciones son libres. La verdadera paz con nosotros mismos y con el mundo a nuestro alrededor sólo se puede lograra través del desarrollo de la paz mental. Los otros fenómenos mencionados anteriormente están también relacionados. Así, por ejemplo, comprendemos que un medio ambiente limpio, riqueza o democracia tienen poco valor frente a la guerra, especialmente la guerra nuclear, y que el desarrollo material no es suficiente para asegurar la felicidad humana.

    El progreso material es, por supuesto, importante para el avance humano. En Tíbet prestamos muy poca atención al desarrollo económico y tecnológico, y actualmente nos damos cuenta de que esto fue una equivocación. Al mismo tiempo, el desarrollo material sin un desarrollo espiritual puede causar también graves problemas. En algunos países se concede demasiada atención a las cosas externas y muy poca importancia al desarrollo interior. Creo que ambos son importantes y deben ser desarrollados conjuntamente para conseguir un buen equilibrio entre los dos. Los tibetanos somos siempre considerados por los visitantes extranjeros como gente feliz y jovial. Esto forma parte de nuestro carácter nacional, arraigado en valores culturales y religiosos que acentúan la importancia de la paz mental conseguida por medio de generar amor y bondad hacia todos los  seres vivos, humanos y animales. La clave es la paz interior: si se tiene paz interior, los problemas externos no afectarán al profundo sentido de paz y  tranquilidad. En este estado mental se pueden afrontar las situaciones con razonamiento y tranquilidad, mientras se mantiene la felicidad interior. Esto es muy importante. Sin paz interior, por muy confortable que sea la vida material, aún se estará preocupado, molesto o triste por diferentes circunstancias.

    Por lo tanto, está bien claro que tiene una gran importancia comprender la interrelación entre estos y otros fenómenos y considerar y tratar de resolver los problemas de una forma equilibrada que tenga en consideración los diferentes aspectos. Por supuesto, no es fácil. Pero el intentar resolver un problema tiene poco beneficio si actuando de esta forma creamos otros igualmente serios. Por tanto, no tenemos alternativa: debemos  desarrollar un sentido de responsabilidad universal, no sólo en el aspecto geográfico, sino también con respecto a las diferentes cuestiones con las  que se enfrenta nuestro planeta.

     La responsabilidad no descansa sólo en los líderes de nuestros países o en aquellos que han sido elegidos para hacer un trabajo concreto. Está individualmente en cada uno de nosotros. La paz empieza dentro de cada uno. Cuando poseemos paz interior, podemos estar en paz con nuestro alrededor. Cuando nuestra comunidad está en un estado de paz, esta paz suele ser compartida con nuestras comunidades vecinas. Cuando sentimos amor y bondad hacia los demás, esto no sólo hace que los demás se sientan amados y protegidos, sino que nos ayudan también a nosotros a desarrollar paz y felicidad interior. y hay maneras en las que podemos trabajar conscientemente para desarrollar paz y felicidad interior. Para algunos  de nosotros, la forma más efectiva de hacerlo es a través de las prácticas religiosas. Lo importante es que cada uno de nosotros hagamos un esfuerzo sincero de tomar seriamente nuestra responsabilidad por los demás y por el medio ambiente.

    Me siento muy alentado por los acontecimientos que están teniendo lugar a nuestro alrededor. Después de que los jóvenes de muchos países, particularmente en el norte de Europa, han hecho repetidas llamadas para que cese la peligrosa destrucción del medio ambiente que se está llevando a cabo en nombre del desarrollo económico, los líderes políticos mundiales están ahora empezando a dar pasos significativos para solucionar este problema. El informe de la Comisión Mundial de Desarrollo y Medio Ambiente al Secretario General de la Naciones Unidas (el informe Brundtland), fue un paso importante para la toma de conciencia de los gobiernos sobre la urgencia de tal cuestión. Serios esfuerzos para llevar la paz a las zonas destrozadas por la guerra y conseguir el derecho de autodeterminación de algunos pueblos, han traído como resultado la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán y el establecimiento de la independencia de Namibia. Gracias a los esfuerzos populares no violentos, cambios dramáticos han ocurrido en muchos lugares, desde Manila, en Filipinas, a Berlín, en la Alemania del Este, acercando muchos países a una verdadera democracia. Con la era de la guerra fría aparentemente terminada, la gente vive en todas partes con renovada esperanza. Lamentablemente, los valerosos esfuerzos del pueblo chino para traer un cambio similar a su país fueron brutalmente aplastados en el pasado mes de junio. Pero sus esfuerzos son también una fuente de esperanza. El poder militar no extinguido el deseo de libertad y la determinación del pueblo chino por lograrla.

    En particular, admiro el hecho de que estos jóvenes, a los que se les ha enseñado que "el poder crece con los cañones de los fusiles", hayan elegido en cambio el uso de la no-violencia como arma. Estos cambios positivos indican que la razón, el valor, la determinación y el inextinguible deseo de libertad, puedan finalmente vencer. En la lucha entre las fuerzas de la guerra, violencia y opresión por una parte, y la paz, razón y libertad por otra, estas últimas están ganando terreno. Esta  situación nos da a los tibetanos la esperanza de que también nosotros un día seremos libres de nuevo.

    La concesión del Premio Nóbel a un simple monje del remoto Tíbet, aquí en Noruega, también nos llena a los tibetanos de esperanza. Quiero decir que, a pesar del hecho de no hemos atraído la atención hacia nuestra difícil situación por medios violentos, tampoco hemos sido olvidados. Esto también quiere decir que los valores que nosotros apreciamos particularmente, nuestro respeto hacia todas las formas de vida y la creencia en poder de la verdad, son hoy reconocidos y fomentados. Es también un tributo a mi maestro, Mahatma Gandhi, cuyo ejemplo es una inspiración para muchos de nosotros. La concesión de este premio es una indicación de que este sentido de responsabilidad universal se está desarrollando. Estoy profundamente conmovido por la sincera preocupación mostrada por mucha gente en esta parte del mundo por el sufrimiento del pueblo del Tíbet. Esto es una fuente de esperanza no sólo para nosotros los tibetanos, sino para todos los pueblos oprimidos.

    Como saben, Tíbet ha estado bajo ocupación extranjera durante cuarenta años. Hoy en día, hay estacionadas en Tíbet más de un cuarto de millón de tropas chinas. Algunas fuentes estiman el doble de esa cifra. Durante todo este tiempo, los tibetanos han estado desposeídos de sus más básicos derechos humanos, incluyendo el derecho a la vida, a moverse, a hablar o a practicar sus cultos, mencionando sólo algunos. Más de una sexta parte de la población de seis millones de tibetanos ha muerto como resultado directo de la invasión y ocupación china. Incluso antes de que comenzara la Revolución Cultural muchos de los monasterios, templos y edificios históricos fueron destruidos. Y casi todo lo que quedó fue destruido durante la Revolución Cultural. No deseo hacer hincapié en este punto, que por otra parte es bien conocido. Lo importante es darse cuenta, sin embargo, de que a pesar de la limitada libertad concedida después del año 1979 para reconstruir partes de algunos monasterios y otras muestras de liberalización, los derechos humanos fundamentales son, todavía, violados sistemáticamente. En los últimos meses esta grave situación ha empeorado todavía más.

    Si no fuera por nuestra comunidad en el exilio, tan generosamente amparada y apoyada por el gobierno y el pueblo de la India y ayudada por organizaciones e individuos de muchos lugares del mundo, nuestra nación sería poco más que el resto destrozado de un pueblo. Nuestra cultura, religión e identidad nacional hubieran sido efectivamente eliminadas. Lo que ha sucedido es que hemos construido escuelas y monasterios en el exilio y hemos creado instituciones democráticas que sirvan a nuestro pueblo para conservar las semillas de nuestra civilización. Con esta experiencia tratamos de poner en práctica una plena democracia para el futuro del Tíbet libre. Así, mientras desarrollamos nuestra comunidad en el exilio sobre unas líneas modernas, también cuidamos y preservamos nuestra propia identidad y cultura, y llevamos esperanza a millones de nuestros compatriotas en el Tíbet.

    El problema más urgente en este momento es la masiva afluencia de colonos chinos hacia Tíbet. A pesar de que en las primeras décadas de ocupación un considerable número de chinos fueron transferidos a las zonas orientales de Tíbet -a las provincias tibetanas de Amdo (Chinghai) y Kham, cuya mayor parte ha sido anexionada por la provincia china vecina-, desde 1983 una cantidad sin precedente de chinos han sido alentados por su gobierno a emigrar a todas las zonas de Tíbet, incluyendo el centro y oeste de Tíbet (al que la República Popular China alude como la Región Autónoma de Tíbet). Los tibetanos están siendo reducidos rápidamente a una insignificante minoría en su propio país. Este proceso, que  amenaza la verdadera supervivencia de la nación tibetana, su cultura y herencia espiritual, aún puede ser detenido e invertido. Sin embargo, esto debe hacerse ahora, antes de que sea demasiado tarde.

    El nuevo ciclo de protestas y represión violenta que empezó en Tíbet en septiembre de 1987 y culminó con la imposición de la ley marcial en Lhassa, la capital, en marzo de 1989, fue en gran parte una reacción a esta enorme influencia de los chinos. La información que ha llegado a nosotros en el exilio señala que las marchas de protesta y otras formas de manifestaciones pacíficas continúan en Lhassa y en numerosas parte de Tíbet, a pesar de los severos castigos y trato inhumano dado a los tibetanos detenidos por expresar sus quejas. No se conoce el número de tibetanos muertos por las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones de marzo, y los que han muerto en la cárcel después aunque se cree que son más de doscientos. Miles han sido detenidos o arrestados y encarcelados, y la tortura es algo común.

    Sobre la base de este empeoramiento de la situación y para prevenir futuros derramamientos de sangre, propuse lo que generalmente se conoce como el Plan de Paz en Cinco Puntos, para la restauración de la paz y los derechos humanos en Tíbet. El año pasado, en mi discurso de Estrasburgo, expliqué los detalles del mismo. Creo que este plan proporciona una estructura razonable y realista para negociar con la República Popular China. Hasta ahora, sin embargo, los líderes chinos no han dado una respuesta constructiva. La brutal represión del movimiento democrático chino en junio de este año (1989), sin embargo, refuerza mi punto de vista de que cualquier solución del problema tibetano sólo será significativa si es apoyada por  unas adecuadas garantías internacionales.

    El Plan de Paz en Cinco Puntos aborda los asuntos principales y aquellos relacionados con ellos , a los cuales me he referido en la primera parte de mi conferencia. Pedimos:

    1) La transformación de la totalidad de Tíbet, incluyendo las provincias orientales de Kham y Amdo, en una zona de "ahimsa" (no-violencia)

    2) El abandono por China de la política de traslado de población.

    3) El respecto a los derechos humanos y a las libertades democráticas fundamentales del pueblo tibetano.

    4) La restauración y protección del entorno natural de Tíbet.

    5) El comienzo de negociaciones formales sobre la futura situación de Tíbet y las relaciones entre los pueblos chino y tibetano.

    En la conferencia de Estrasburgo propuse que Tíbet se convierta en una entidad democrática y política totalmente autogobernada.

    Quiero aprovechar esta oportunidad para exponer el concepto de zona ahimsa o santuario de paz, que es el elemento central del Plan de Paz de Cinco Puntos. Estoy convencido de que es de una gran importancia no sólo para el Tíbet, sino para la paz y estabilidad de Asia.

    Mi sueño es que toda la meseta tibetana se convierta en un refugio libre, donde los seres humanos y la naturaleza puedan convivir en equilibrio armonioso y pacífico. Sería un lugar donde la gente de todo el mundo podría venir en busca del verdadero sentido de la paz interior, fuera de las tensiones y presión de una gran parte del mundo. Tíbet podría, en efecto, convertirse en un centro creativo para fomentar y desarrollar la paz.

    Éstos son los elementos clave para la propuesta zona Ahimsa: Toda la meseta tibetana sería desmilitarizada. La fabricación, las pruebas y el almacenamiento de armas nucleares y otros armamentos en la meseta tibetana serían prohibidos. La meseta tibetana sería convertida en el parque natural o biosfera más grande del mundo. Leyes estrictas se impondrían para proteger la fauna y la flora; la explotación de recursos naturales sería cuidadosamente regulada para no dañar los ecosistemas pertinentes; y se adoptaría una política de desarrollo continuado en las zonas pobladas. La fabricación y el uso de la energía nuclear y demás tecnologías que producen residuos peligrosos serían prohibidos. Los recursos nacionales y la política estarían dirigidos hacia una promoción activa de la paz y la protección del entorno natural. Las organizaciones dedicadas al fomento de la paz y a la protección de todas las formas de vida encontrarían acogida en Tíbet. El establecimiento de organizaciones internacionales y regionales para la promoción y protección de los derechos humanos serían alentados en Tíbet.

    La altitud y el tamaño de Tíbet, así como su historia única y profunda herencia espiritual, hacen que pueda perfectamente desempeñar el papel de un santuario de paz en el estratégico corazón de Asia. Esto también estaría de acuerdo con su papel histórico de nación budista pacífica y región "amortiguadora", separando a los grandes y a menudo rivales poderes del continente asiático.

    Para reducir las tensiones existentes en Asia, el presidente de la Unión Soviética, el señor Gorbachov, propuso la desmilitarización de las fronteras chino-soviéticas, transformándolas en "fronteras de paz y buena vecindad". El gobierno de Nepal, anteriormente, propuso que el país himaláyico de Nepal, fronterizo con Tíbet, debe convertirse en zona de paz, aunque esta propuesta no incluía la desmilitarización del país.

    Para la estabilidad y la paz en Asia, es esencial crear zonas de paz que separen a los mayores poderes y adversarios potenciales del continente. La propuesta del presidente Gorbachov, que también incluye una total retirada de las tropas soviéticas en Mongolia, ayudaría a reducir la tensión y la potencial confrontación entre la Unión Soviética y China. Una zona de verdadera paz debe, evidentemente, ser creada también para separar a los  estados más poblados del mundo, China e India.

    El establecimiento de la zona ahimsa requeriría la retirada de las tropas e instalaciones militares del Tíbet, lo cual permitiría también a India y Nepal retirar tropas e instalaciones militares de las fronteras himaláyicas con Tíbet. Esto tendría que ser llevado a cabo por acuerdos internacionales. Y sería muy interesante y beneficioso para los estados de Asia, particularmente para China e India, puesto que incrementaría su seguridad y al mismo tiempo reduciría la carga económica de mantener una alta concentración de tropas en remotas regiones.

    Tíbet no sería la primera región estratégica en ser desmilitarizada. Partes de la península del Sinaí, el territorio egipcio que separa Israel de Egipto, han estado desmilitarizadas desde hace algún tiempo. Por supuesto, Costa Rica es el mejor ejemplo de un país completamente desmilitarizado.

    Tíbet no sería tampoco la primera zona convertida en reserva natural o biosfera. Muchos parques han sido creados a lo largo de todo el mundo. Algunas zonas muy estratégicas han sido convertidas en "parques de la paz" naturales. El Parque de la Amistad, en la frontera de Costa Rica y Panamá, y el proyecto "Sí a la Paz", en la frontera de Costa Rica y Nicaragua, son dos ejemplos.

    Cuando visité Costa Rica, pude ver cómo un país puede desarrollarse con éxito sin ejército, para llegar a ser una democracia estable, dedicada a la paz y la protección del entorno natural. Esto confirmó mi creencia de mi visión de Tíbet en el futuro es un plan realista, no meramente un sueño.

    Permítanme terminar con una nota personal de agradecimiento a todos ustedes y a nuestros amigos que hoy no se encuentran aquí. La preocupación y el apoyo que han expresado por la difícil situación de los tibetanos nos ha conmovido enormemente, y continúa dándonos valor para  luchar por la libertad y la justicia; no con el uso de las armas, sino con las poderosas armas de verdad y la determinación.

    Sé que hablo en nombre de todo el pueblo de Tíbet cuando les doy las gracias y les pido que no olviden a Tíbet en este momento tan crítico de nuestra historia. Nosotros también esperamos contribuir al desarrollo de un mundo más pacífico, más humano y más hermoso. El futuro Tíbet libre procurará ayudar a todos los necesitados a lo largo de todo el mundo, a proteger la naturaleza y a promover la paz. Creo que la habilidad de los  tibetanos para combinar las cualidades espirituales con una actitud realista y práctica nos permite hacer una contribución especial, por modesta que  sea. Esta es mi oración y esperanza.

    Para finalizar, permítame compartir con ustedes una corta oración que me da una gran inspiración y determinación: 

Por tanto tiempo como dure el espacio,
por tanto tiempo como permanezcan seres vivos,
hasta entonces, pueda yo también permanecer
para disipar la miseria del mundo. 

Gracias

-XXV-
No renuncies jamás
¡
Nunca pierdas la esperanza!
Cualquiera sea la circunstancia,
¡No renuncies jamás!
Desarrolla tu corazón.
En tu cultura, demasiada energía es dedicada
a desarrollar el intelecto en lugar del corazón.
Desarrolla tu corazón.
Sé compasivo.
No sólo con tus amigos,
sino para con todo el mundo,
sé una fuente de compasión.
Obra por la paz.
En tu corazón y en el mundo,
Obra por la paz.
Te repito, ¡nunca pierdas la esperanza!
Cualquiera sea la circunstancia,
¡No renuncies jamás!
Pase lo que pase a tu alrededor,
¡No renuncies jamás!
XIV° Dalai Lama
*
*     *
Sobre el por qué del Último de los Dalai Lamas

En el orden temporal del período de humanas vidas todo tiene ciclos, unos breves otros amplios en el tiempo, nada es permanente. Sobre esta base afirmo que, después de seis siglos. la dinastía de los Dalai Lamas concluye con Tenzin Gyatso el actual Dalai Lama. Somos ahora una aldea global planetaria saturada de gente y de tecnología, la liberación de todo lo mental residual negativo nuestro ha estirado el elástico a un grado sin retorno. El corte del elástico no afectará a una dinastía, a una ideología, a un imperio: Afectará, en su globalidad, a la humanidad toda y, en esta etapa terminal emerge el Mensajero de la Paz cerrando el ciclo previo a la llegada de la LUZ. Luz que es recibida por la mente de los hombres y por la mente de los mismos hombres desciende a la Tierra, y, por paradoja, lo hace cuando los Santuarios interiores humanos están más oscurecidos en el ámbito global planetario. La personal y colectiva tormenta interior del cambio la reflejamos en el Cambio Climático que ahora vivimos y a su vez es el preámbulo de la llegada del Amor con la Luz del Padre, Luz que, gracias a la activación del Sentimiento, consolidará SU llegada dando inicio a la Transformación humana.

Con querer queriendo el título de la presente CiberReflexión 124 es "Del Pensamiento del último de los Dalia Lamas", al poner el título evoqué la película "El último de los Mohicanos" con su inspirada música. Me explico: recientes informaciones señalan:

El Dalai Lama dijo que podría nombrar un sucesor o convocar a elecciones democráticas antes de su muerte, en lugar del tradicional método de reencarnación, dijo el martes un diario japonés, luego que China insistiera en que sólo ella puede aprobar a los líderes espirituales de Tíbet. El exiliado líder acusó además a las autoridades chinas de incrementar la represión de monjes y civiles tibetanos, y dijo que las relaciones de la región con el gobierno central chino son "las más tensas en años recientes", dijo el Sankei Shimbun. "El pueblo tibetano no va a respaldar a un sucesor elegido por China tras mi muerte", dijo el Dalai Lama al periódico durante un viaje a Japón."Si el pueblo tibetano desea mantener el sistema del Dalai Lama, una posibilidad sería elegir al próximo Lama cuando yo sigo con vida. Entre las opciones que estamos considerando están una elección democrática por los monjes superiores del budismo tibetano, o el nombramiento de una sucesor por mí", dijo. Durante siglos, la búsqueda de la reencarnación de líderes religiosos, conocidos como lamas -incluyendo el Dalai Lama- ha sido realizada por monjes tibetanos luego de la muerte de los líderes. Pero una orden reciente de China de que debe aprobar todos los lamas ha causado temores de que el gobierno nombrará un líder pro Beijing una vez fallezca el actual Dalai Lama. China ha gobernado Tíbet con mano de hierro desde que sus fuerzas comunistas invadieron la región en 1951, y ha acusado al monje budista de desafiar su soberanía al buscar la independencia tibetana. El Dalai Lama dice que desea una verdadera autonomía para Tíbet, no la independencia. El Gobierno chino condenó hoy al Dalai Lama por saltarse los rituales y convenciones budistas sobre la reencarnación y proponer un referéndum para escoger a su sucesor reencarnado.

El Dalai asegura que sus médicos le han dicho que le queda vida para varias décadas más, pero tanto sus seguidores como el régimen comunista chino, que gobierna el Tíbet desde 1951, saben que a sus 72 años es mejor ir pensando en su sucesión. Siguiendo la tradición budista, los monjes deberían esperar a su fallecimiento para buscar su reencarnación en un niño, pero la situación ha cambiado desde que Pekín ejerce sobre esta creencia el mismo control que aplica a las religiones cristiana o musulmana. De hecho, Pekín ya ha impuesto a un títere como la segunda figura más venerada del budismo, el Panchem Lama, frente a la opción escogida por los partidarios del Dalai, que está bajo custodia en su casa. Por todo ello, el Dalai Lama aprovechó un encuentro interreligioso celebrado ayer en la ciudad india de Amritsar para proponer que, antes de su muerte, los budistas del Tíbet, Mongolia, India, China y Nepal decidan en un referéndum qué tipo de liderazgo quieren. «Si la gente piensa que la institución del Dalai Lama es todavía necesaria, continuará», aseguró antes de admitir que su sucesor podría ser de fuera del Tíbet. Como no podía ser de otra manera, un plan tan democrático ha sido rechazado por China, que le criticó por pretender romper la tradición en el nombramiento de la máxima figura del budismo tibetano. Pero el Dalai Lama, que también ha dejado entrever que podría escoger a su sucesor antes de su muerte, recordó que uno de sus profesores, el Lama Trogye Trichen, fue reconocido como una reencarnación antes de que su predecesor falleciera. El futuro del budismo tibetano está, por tanto, en sus manos. pero también en las de China.

El líder espiritual del budismo tibetano, el Dalai Lama, dijo que está dispuesto a considerar nuevas formas para elegir a su sucesor. El Dalai Lama le explicó a la BBC que se podría incluso adoptar una práctica similar a la del Vaticano para escoger a un nuevo Papa, que se hace mediante la votación secreta de los cardenales en un cónclave. Tradicionalmente, cuando el Dalai Lama muere, se interpretan una serie de signos para buscar a un niño tibetano que se cree que es su reencarnación. Sin embargo, China ha redoblado sus críticas contra el líder budista en las últimas semanas e indicó que su sucesor tendría que ser aprobado por las autoridades de Pekín.

Señala el Dalai Lama: "Con mi muerte se dará un paso atrás. Será un choque mental y emocional para muchos tibetanos. Pero el espíritu seguirá: la cuestión tibetana es tibetana, no del Dalai Lama. Por eso introduje la democracia y hay elecciones cada cinco años. Yo digo a los tibetanos que deben actuar como si no hubiera Dalai Lama. Deben asumir su responsabilidad. Nuestra lucha es justa y al final ganaremos. Llevo años diciendo que debemos volver a la tradición budista de India. Tras la muerte de Buda no hubo reencarnación y el budismo siguió bien vivo. Hubo más de mil años sin reencarnaciones. Necesitamos buenos profesores, buenos practicantes, mentes brillantes, confiar sólo en una persona es un error".

Me queda la sensación que sabe el Dalai Lama que con él termina una etapa dentro del budismo tibetano e intenta advertirlo a los suyos. Que cada lector entienda por sí mismo el por qué sostengo que el actual representa al último de los Dalai Lamas

*
¿Qué pienso del Dalai Lama?

Para lograr dar forma coherente a lo que siento sobre el Dalai Lama deseo rememorar algunos chispazos de Luz recibidos en el sendero de vida. Al ahora ligarlos capto el simbolismo de la unión mente subconsciente-cerebro derecho 
con la de mente consciente-cerebro izquierdo, unión que el Dalai Lama realizó en su vida, no por ser budista sino por ser Él, en cumplimiento de Misión de Vida, un Ser de Luz, cerrando el ciclo del Sentimiento iniciado por Buda hace 2.500 años.

Siento que quien cambió el curso de mi vida al cursar el primer año de Psicología y activar la fuerza para irme a estudiar Medicina fuera del hogar y la Patria, fue mi Maestro, el sabio de la Psicología mundial, don Bèla Székely.

Un día lo veo en oración en la capilla de nuestra Universidad Católica, al sentarme a su lado me dijo: ¿Qué piensas? Señalé que me sorprendía verlo orar en una capilla católica siendo él judío. Entonces me explicó: Dios está en todas partes. ¿Cómo puedo encontrarlo? pregunté. Su respuesta, pasado varios años la entendí como una personal iniciación que no olvidé y estaba destinada a ser encontrada por mí mismo a su debido tiempo. El Maestro dijo:

Primero Iván deberás conocerte y encontrarte a ti mismo,
luego lo harás con los demás y entonces encontrarás a DIOS

Como médico activó mi mente estudiar el trabajo del Dr. Roger Sperry y colaboradores:

Quienes desde 1973 confirmaron la especialización, independencia e interacción de los dos hemisferios cerebrales. Ese conocimiento fue reforzado por modernos estudios neurofisiológicos que demostraron científicamente una milenaria verdad: Tenemos dos cerebros, con dos expresiones mentales interconectados entre sí. Según sea el desarrollo cerebral en cuanto actividad de salto cuántico neuronal, será la manifestación mental lograda. El cerebro es un computador regido por la mente y somos los regentes de la propia vida, sin embargo actuamos cual siervos de ella. El hemisferio cerebral izquierdo trabaja prioritariamente permitiendo la actividad mental consciente del pensamiento lógico, matemático, racional, analítico, del lenguaje, el sentido del tiempo y actividades como el cálculo y la lectura. Su acción está orientada a conectar la mente con el mundo exterior mediante un predominio de ondas cerebrales Beta durante su actividad. El hemisferio cerebral derecho permite la manifestación mental subconsciente del pensamiento espontáneo, sintético e intuitivo, del sentido artístico y espacial, con predominio de lo subjetivo: Es decir, del mundo interior. Funciona en forma preferente con un ritmo cerebral alfa. En lo físico ambos cerebros están interconectados por el Cuerpo Calloso.

A su vez, complementó la inquietud el neuropsiquiatra Dr. Robert Ornstein quien señaló:

El pensador de Occidente usa más el cerebro izquierdo y el de Oriente el cerebro derecho. Eso explica que uno sea más analítico, recibiendo una educación basada en la lectura, escritura y matemáticas. En cambio el otro es más intuitivo y se le educa de preferencia destacando las funciones de creatividad, abstracción e intuición que le permiten la contemplación y percepción espacial. La integración de ambas funciones cerebrales llevará al equilibrado uso de los dos cerebros.

Consolidó mi interés por lo trascendente un swami vedanta en el lugar donde 17 años después dejé mi símbolo en la alta Cordillera de la IV Región. Él mostrando su radiante aura dorada me dijo:

Le pedimos que hable a los grupos y les diga la Verdad, Toda la Verdad
y que lo que la Sagrada Biblia señala ya está sucediendo


Además, fue revelador conocer la Enseñanza de los Maestros Hasidim, uno de ellos, el rabino de Zans, a sus impetuosos discípulos les decía:

En mi juventud, como estaba inflamado por el amor de DIOS, yo creía que podía convertir a ÉL al mundo entero. Pero pronto comprendí que tendría ya bastante si llegaba a convertir a la población de mi ciudad, y lo intenté durante largo tiempo; pero sin éxito. Entonces me di cuanta de que había exagerado también, y concentré mi atención en las personas que vivían en mi casa. Tampoco logré convertirlas. Finalmente, me vino la revelación: debo ponerme yo mismo en orden y servir a DIOS en verdad. Pero ni siquiera he logrado aún esta conversión.

Uno de los libros que más marcó mi juventud fue "Los Granes Iniciados" de Édouard Schuré (1841-1929). En lo referente al tema él señala:

¿A qué se debe que aquí en la India el pasado venerable y lejano domina aún el presente mientras en nuestras urbes de Occidente la actualidad absorbe lo pasado en su fiebre de renovación, pareciendo como si quisiera pulverizarlo bajo la rabia ciega de sus máquinas? La respuesta se halla en la misión providencial de la India. Esta misión consiste en perpetuar a través de los años y divulgar entre otras naciones las más antiguas tradiciones humanas y la ciencia divina subyacente en el alma.

Por último, Einstein con su Sabiduría venida del Futuro, expandió mi mente y él en una frase resume todo lo que intento destacar:


La mente intuitiva (o subconsciente) es un regalo sagrado y la mente racional (o consciente) es un fiel sirviente. Nosotros hemos creado una sociedad que honra al sirviente y se ha olvidado del regalo.

Sobre la base de estos chispazos de recuerdos puedo afirmar que nosotros somos occidentales y por algo nacemos con mente y cerebro occidentalizados. En nuestra ignorancia honramos al sirviente y estamos, de manera gradual, recordando el regalo sagrado. Además conviene observar que en esta aldea global planetaria destaca la acelerada occidentalización de los orientales quienes, al hacerlo, olvidan el regalo sagrado y, pasan a honran al sirviente. 

El oriental piensa más con su mente subconsciente-cerebro derecho en forma pasiva e inicia la activación dinámica consciente. El occidental piensa más con su mente consciente-cerebro izquierdo dinámico e inicia la reactivación subconsciente dinámica que lo llevará hacia la plena integración de la mente subconsciente-cerebro derecho con la mente consciente-cerebro izquierdo. El estado humano ideal, como lo destacó el neuropsiquiatra Dr. Robert Ornstein, es lograr el equilibrio mental y cerebral de ambas formas de pensamiento: el oriental con el occidental. Ese ideal estado humano lo ha logrado el Dalai Lama. Él no elude tema alguno en sus respuestas y reflexiones, todo lo centra en una realidad lógica más allá del limitante dogmatismo oriental y occidental, actúa con una mente equilibrada que da lugar a un cerebro armonizado entre sus dos hemisferios, lo cual permite la manifestación de esa mente integrada en equilibrio entre lo subconsciente y lo consciente. Él, con su manera de pensar, une e integra a Oriente con Occidente.

El Dalai Lama es un ser realizado que se encontró a sí mismo, encontró a los demás y encontró a Dios. Ello lo refleja llevando su Mensaje de Paz por todo el mundo más allá de fronteras geográficas e ideológicas. Quienes conocen al Dalai Lama dan testimonio que él irradia una especial Aura de Paz abarcante que por presencia alivia al angustiado y da Esperanza al desesperanzado. Al dejar en este escrito una breve parte de su Mensaje, lo hago con admiración y profundo respeto por quien, quizá, en el ropaje de monje budista, sea el último de los Maestros encarnados... Quien en la Universidad de Arizona señaló:

Creo que esta es la primera vez que me reúno con la mayoría de ustedes. Pero para mí no existe gran distancia entre un viejo amigo y uno nuevo, porque siempre he creído que todos somos iguales; todos somos seres humanos, naturalmente puede haber diferencias en cuanto el bagaje cultural o el estilo de vida, puede haber diferencias en nuestra fe, o quizá tengamos un color de piel diferente, pero todos somos seres humanos, compuestos por un cuerpo humano y una mente humana. Nuestra estructura física es la misma, como también lo es nuestra mente y nuestra naturaleza emocional. Cada vez que conozco a una persona tengo la sensación de que me encuentro con un ser humano como yo mismo. Creo que con esa actitud resulta mucho más fácil comunicarse con los demás. Cuando ponemos de relieve características específicas, como por ejemplo que yo soy tibetano o budista, surgen las diferencias. Pero esas cosas son secundarias. Si somos capaces de dejar las diferencias a un lado, creo que podemos comunicarnos fácilmente, intercambiar ideas y compartir experiencias.

Al finalizar esta entrega de una Verdad sustentada por el Dalai Lama y que subyace en la esencia del hombre que es más que hombre, me parece ver y escuchar al swami vedanta Vivekananda cuando, en  septiembre de 1893, remece los cimientos del paradigma religioso con sus intervenciones del Primer Congreso Mundial de las Religiones de Chicago. Él, el representante de la Religión más tolerante, igualitaria y antigua existente, el que llegó de manera más impensada y humilde, les dijo entre otras tantas milenarias verdades lo siguiente:

        Os saludo en nombre de la Orden monástica más antigua del mundo que ha dejado este precepto: ¡Aceptaos y comprendeos unos a otros!  Debe haber causas, antes del nacimiento, que hagan a un hombre desgraciado o feliz, y esas causas son sus acciones pasadas. Levantaos ¡oh leones! y sacudíos la ilusión de que sois carneros; sois almas inmortales, espíritus libres, benditos y eternos; no sois materia, no sois cuerpo; la materia es sierva vuestra y no vosotros los siervos de ella.
        Si algún día llega a haber una Religión Universal, ha de ser aquella que no esté radicada en el tiempo o en el espacio; que sea infinita, como el Dios que predique, y cuyo sol brille sobre los discípulos de Krishna y los de Cristo igualmente, sobre los santos y sobre los pecadores; que no sea brahmánica, ni budista, ni cristiana, ni mahometana, sino la suma total de todas ellas y tenga todavía infinito espacio para evolucionar; que en su catolicidad abrace con sus infinitos brazos y le haga un lugar para cada ser humano, desde el salvaje más inferior y envilecido, que muy poco sobrepasa al bruto, hasta el hombre más encumbrado que se eleva por las virtudes de su cerebro y de su corazón casi por encima de la humanidad, haciendo que la sociedad se asombre en su presencia y dude que sea de naturaleza humana. Será una religión que no tenga lugar en su seno para la persecución ni la intolerancia, que reconozca la divinidad en cada hombre y mujer, y cuyo fin, cuya fuerza total, esté reconcentrada en ayudar a la humanidad a realizar su propia y verdadera naturaleza divina.
        Pero si alguno de los presentes espera que esta unidad se produzca mediante el triunfo de alguna de las religiones y la destrucción de otras, yo le digo: "Hermano, esperáis un imposible". ¿He de desear yo que un cristiano se haga hindú? Dios me libre. ¿Desearé que el hindú o el budista se conviertan en cristianos? No lo permita Dios. Cada uno debe asimilar el espíritu de los otros y conservar, sin embargo, su individualidad, creciendo según sus propias leyes. 
        Si el Congreso de las Religiones ha demostrado algo al mundo es lo siguiente: Ha probado que la santidad, la pureza y la caridad no son la posesión exclusiva de ninguna iglesia del mundo y que cada sistema ha producido hombres y mujeres del más elevado orden. En presencia de este hecho evidente, si alguien sueña con la exclusiva supervivencia de su propia religión y la destrucción de las otras, le compadezco desde el fondo de mi corazón y le hago notar que en la bandera de cada religión pronto se escribirá, a despecho de su resistencia: "Ayuda y no lucha", "Asimilación y no destrucción", "Armonía y paz y no discrepancia.
        La santidad, la pureza y la caridad no son la posesión exclusiva de ninguna Iglesia del mundo, y cada sistema ha producido hombres y mujeres del más elevado orden. Si alguien sueña con la exclusiva supervivencia de su religión y la destrucción de las otras, le compadezco desde el fondo de mi corazón.

Me siento realizado al lograr en este escrito exponer lo abstracto que siento, y ojalá hacerlo de manera concreta. Siento que Buda era un hindú Vedanta... Considero que por cuna y formación Buda fue vedanta y recibió la Iluminación sobre la base Revelada de un milenario saber vedanta reservado para un Gran Iniciado y así él activar, con su Enseñanza, no una religión, sino que el desarrollo del Sentimiento. Sentimiento que el último de los Dalai Lamas ha consolidado de manera magistral por sobre paradigmas, religiones, filosofías, ideologías, linajes, castas y sectarismos que discriminan separando a los hombres entre sí, dando lugar a jerarquías que tan solo lo son a ilusorio ojo humano, pues a ojo divino no hay diferencias entre nosotros...

A manera de cierre de página va este último pensamiento del Iluminado Ser:

Le preguntan al Dalai Lama:
¿Qué es lo que más le sorprende de la Humanidad?


Su respuesta fue:
Los hombres: 
Porque pierden la salud para juntar dinero, después pierden dinero para recuperar la salud. Y, por pensar ansiosamente en el futuro, se olvidan del presente, de tal forma que acaban por no vivir ni en el presente ni en el futuro. Y viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubiesen vivido.
*
Reflexión final

En el mundo de la apariencia y del curriculum vitae tan importantes en nuestra -Aldea Global planeta Tierra-, cuán grato es saber que un Iluminado, Maestro de Sabiduría, Consolidador del Sentimiento, Mensajero de la Paz, se presenta señalando:

Sólo soy un monje budista

A nosotros ahora, justo ahora, con mente-cerebro dinámicos desarrollados, nos corresponde ser los receptores del milenario Saber para entender el Mensaje de los Tiempos dejado para este Fin de Tiempo que vivimos.


Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Diciembre 2007
MUNDO MEJOR
isp2002@vtr.net