N° 326
NetEscrito 14
Tregua



Proemio

Al ver a ratos a la masa humana pululando por el centro de la ciudad, su actuar me recuerda a las hormigas que, fuera de época, a ratos aprecio en gran cantidad aceleradas y sin su habitual ordenada coordinación grupal...

Toda moneda posee dos caras, una de las caras de la moneda de la vida me lleva a pensar que si se lograra ver entre las tinieblas de la escena planetaria de la que somos actores y hacerlo mirando cada uno de sus actos por separado y en el conjunto al que esos actos dan forma, tanto sea en lo regional, nacional y mundial y si eso, cual atento y objetivo  observador, se lo pudiera hacer en Libertad y Discernimiento, la percepción sería la de estar contemplando un drama, la tragedia de una gran Babilonia previo a su disolución. Drama en el que aumenta en forma descontrolada el derrumbe ético y moral de la moderna sociedad y eso es otra señal del preludio de la caída material. Dirán que al señalarlo soy un pesimista y negativo, se preguntarán el por qué lo hago, pero nada dirán del por qué no logran apreciar eso negativo que ignoran o no pueden ver y cómo, si lo ven, les es maquillado para que parezca que nada extraño sucede y que se está en una normal y tranquila sociedad bajo control. ¿Control de quién? Para muchos pensantes ya no es para nada natural lo que sucede, salvo que aceptemos que podría ser parte de un hipotético ciclo planetario que se repetiría cada once mil años como nos advirtieron los sumerios y que ahora nos encuentra actuando y conviviendo en una aldea global planetaria con las naciones interconectadas entre sí, a diferencia de anteriores eras en las que había un puntual imperio de tipo babilónico cuyo derrumbe no afectó a grupos habitados de otros continentes. Si ahora hubiera un derrumbe este sería global y esa es la diferencia con el pasado, es una peligrosa diferencia y, cual disidente del estructurado orden establecido lo señalo y enfatizo para ADVERTIR.

Por las señales cumplidas viviríamos en pleno dolor de parto planetario que, previo al parto, se estarían intensificando en frecuencia y magnitud. Si ADVIERTO sobre un presunto drama humano que sería altamente negativo lo hago con la intención de encontrar un arma positiva que neutralice, revierta y anule la energía negativa llevándolo hacia lo positivo. Esa es la razón de ser del presente escrito, dejado con la esperanza que lo que a continuación va sea para más de uno cual bálsamo para estimular su Libertad y Discernir...

En 1925 el destacado escritor nacional don Joaquín Edwards Bello (1887-1968) señaló:

Aquí vivimos en medio de toda clase de fraudes y el negocio inescrupuloso nos acecha por todas partes. Todo se hace a base de negocio y hasta en el afán enfermizo de los politiqueros por surgir una y otra vez se adivina el imperioso afán de lucrar. Al público se le estafa desde el desayuno, porque la leche que bebe tiene un tanto de agua y el café un tanto de achicoria.

Luego de 83 años este pretérito relato puntual es un pálido reflejo de la enfermiza realidad humana planetaria presente. Esa que se ve es la cara oscura de la moneda de la vida. Ojalá podamos en parte visualizar el resplandor de la otra cara que es energía, sublime energía de la que somos parte, energía que va compenetrando la cara oscura a la que limpiará. Hay sensaciones que, tan solo deben ser experimentadas para entenderlas, su relato queda en palabras no en vivencias. Lo supradimensional, que es una vivencia suprasensorial, lo entiende quien ha vivido la experiencia suprarracional. Lo mágico no logra ser expresado en su plenitud por lo racional del intelecto.

Desarrollo

Varios títulos he dedicado a la
Navidad, una fecha en lo personal que me hace pensar, proyectar desde el presente lo pasado para un cercano futuro y me invita a mirar hacia dentro para proyectar la mirada hacia lo alto. Veremos dos fechas navideñas mágicas con un hilo conductor que las une y, algo me dice que ese hilo conductor, en cuanto su magia y significado, pronto lo necesitaremos y ojalá lo recibamos y no lo rechacemos.

24 de diciembre de 1818

Estamos en Austria y se descompone el órgano de la iglesia de San Nicolás supervisada por el párroco Joseph Mohr. Faltan solo dos días para la Navidad. El padre Mohr encuentra el texto de un villancico por el escrito tiempo atrás y recurre a su amigo, profesor del pueblo y organista, Franz Xaver Gruber para que le componga una melodía para esa Noche Buena ya que no habría órgano para tocar. Gruber cumple el encargo y en esa especial misa del gallo del 24 de diciembre de 1818, acompañados de una guitarra, el párroco con voz de barítono y el compositor con voz de bajo junto a un coro a cuatro voces interpretan lo que sería la más inspirada, bella y sublime melodía que fue traducida a 330 idiomas. El creador de la melodía y el autor de la letra Noche de Paz, siguieron viviendo modestamente sin saber lo que habían logrado. Habían logrado dar forma en esa humilde nocturna misa en la localidad de Oberndorf, cerca de Salzburgo, a que cada vez que esa melodía se la ejecute, mientras se la escucha haya PAZ.


Stille Nacht, heilige Nacht,
alles schläft, einsam wacht
nur das traute hoch heilige Paar,
holder Knabe im lokigen Haar,
schlaf' in himmlisher Ruh'
schlaf' in himmlisher Ruh'

Canción de Navidad cuya melodía fue compuesta por el organista austriaco Franz Xaver Gruber (1787-1863); el texto es del sacerdote Josef Mohr (1792-1848). Dos nombres que permanecerán inmortales a pesar de haber vivido y muerto en el anonimato.


Partitura original de Stille Nacht


Los 24 de diciembre, miles de turistas se trasladan a Oberndorf, donde hace 190 años fue compuesta la canción Stille Nacht (Noche de Paz). Más allá de la letra, sin importar en el idioma que sea entonada, lo que queda es la melodía, una inspirada melodía suprasensorial que en plena guerra mundial en el año 1914 hizo recordar la fecha y, por sobre la orden militar del alto mando dio lugar a una TREGUA, tregua de PAZ que, para los combatientes, fue un navideño regalo que tan solo los que allí estuvieron lograron comprender en su mágico y trascendente significado.

24 de diciembre de 1914

La Primera Guerra Mundial se desarrolló en Europa entre los años 1914 y 1918. Participaron 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados»: Francia, los Imperios Británico y Ruso, Canadá, Estados Unidos (desde 1917), Portugal, Japón e Italia los que se enfrentaron a la llamada coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los Imperios Austrohúngaro, Alemán y Turco, junto con el aliado Bulgaria.

Tres participantes de la Primera Guerra Mundial relatan:

Ernst Junger (1895-1998), a los 19 años soldado combatiente, fue escritor, filósofo, novelista e historiador alemán, quien escribió:
Hubo un tiempo en el que un cráter lindaban con otro, pero los repetidos impactos han acabado por hacer el suelo tan blando que ningún cráter puede mantenerse en él. Estaba cubierto por un barullo de objetos, como si desde una ventana hubieran arrojado a la calle las existencias de una tienda de trastos: latas, mochilas, menaje, armas, granadas, cascos, todo está mezclado sin orden. He hecho enterrar durante la noche las cosas más brillantes para que a la luz del sol no delaten nuestra posición, pero hace tiempo que las granadas las han vuelto a sacar. También han sacado a la luz a los muertos, con los que juegan un juego al arrojarlos ora a este talud, ora a aquél: no les conceden la paz. Sólo y reconcentrado en ti mismo dentro de tu agujero te sientes entregado a una voluntad de aniquilamiento, implacable y ciega. Sientes con espanto que toda tu inteligencia, tus capacidades, tus medios intelectuales y físicos se han convertido en algo insignificante y ridículo. Mientras haces esta reflexión quizá el bloque de hierro que debe aplastarte y convertirte en una cosa sin forma, ha comenzado ya su carrera silbante. El malestar se concentra en el oído. Entre 1.000 ruidos buscas distinguir el que trae la muerte. ¿Por qué no te levantas y te precipitadas a través de la noche como una bestia acorralada, hasta caer en las malezas que se hallan al abrigo del fuego? ¿Por qué te mantienes firme con tus valientes? no te ve ningún jefe. Y, sin embargo, alguien te observa. Sin que tu te des cuenta, tal vez, la persona moral actúa en ti y te clava en el sitio con dos poderosas fuerzas: el deber y el honor. Sabes que has sido colocado en este lugar para combatir, y que todo un pueblo cuenta contigo. Comprendes que si abandonases ahora tu sitio serías un cobarde ante tus propios ojos, un miserable a quien, más tarde, toda palabra haría avergonzar.
La trinchera tiene una profundidad de dos o tres hombres. Por tanto, los defensores se mueven por ella como por el fondo de un pozo, y, para poder observar el terreno que tienen delante o disparar contra el enemigo, tienen que subir por escalones hechos en la tierra o por escaleras de madera, al puesto de observación: una larga tarima o saliente practicado en el talud, de manera que quienes estén sobre él puedan asomar la cabeza y mirar. Sacos de tierra, pedruscos y planchas de acero constituyen el parapeto. Delante mismo y a lo largo de las trincheras se extiende, casi siempre en varias líneas, redes de alambradas, enrejados de púas de alambre que detienen a los asaltantes y permiten a los defensores disparar con toda tranquilidad.

Para un capitán francés:
Las trincheras se excavaban con todos los medios aprovechables. Se queda uno estupefacto cuando se traslada retrospectivamente a esos fosos apenas suficiente para guarecer a un hombre de pie, con troneras por las cuales con dificultad lograba asomarse la cabeza. Fue ése un verdadero período de retorno a la choza primitiva. Los hombres, acostados unos contra otros encima de un poco de heno, se daban calor mutuamente.

Un soldado relató:
La alambrada de púas es la obsesión del soldado de infantería. Toda su audacia, su valor se anulan en cuanto tropieza en el asalto con una red a medio destruir. Sabe que si se engancha en las mallas enredadas, los hilos de la red lo mutilarán y allí quedará aprisionado para sufrir una lenta agonía.

Alegres muchos jóvenes partieron al juego de guerra, una breve guerra según se les informó y que para la Navidad los tendría de regreso en sus hogares. Pasaron los cinco meses pero no regresaron esa Navidad y los que lograron volver lo hicieron después de cuatro años de una guerra en un frente serpenteado por cientos de kilómetros de incómodas trincheras rodeadas por alambradas de púa. La primera Navidad la pasaron entre el frío de la nieve, el fango, poco alimento, incomodidad, temor y frustración. A esa fecha, luego de cinco meses, ya había 800.000 combatientes
muertos. Al finalizar la guerra hubo más de nueve millones de muertos, con millones de heridos, mutilados y otras calamidades propias de una guerra. Un cese al fuego para la Navidad de 1914 fue propuesto por el Papa Benedicto XV, se le rechazó por ambas partes como “imposible” e impracticable.

Un parte de guerra señala:

Para la Navidad de 1914 en Inglaterra los manicomios y hospitales están atestados de soldados que han perdido el juicio a causa del estruendo de la artillería. El pueblo de París presencia tremendos combates aéreos entre zeppelines alemanes y aeroplanos franceses, y París es bombardeada de continuo por los zeppelines. Dos obras maestras de la arquitectura, el Hotel de Ville, en Arras, y la catedral de Reims, son reducidas a cenizas por los cañones alemanes.

91 años después otro comunicado dice:

El 21 de noviembre del 2005 murió el escocés Alfred Anderson que era el último sobreviviente de la tregua de 1914, tenia 109 años. Él recordó que:

Había un silencio de muerte aquella mañana. Dejó de sonar de pronto el ruido de la guerra. Alguien del regimiento gritó: "Feliz Navidad", pese a que ninguno de nosotros estábamos felices. El silencio terminó a primera hora de la tarde y las bombas empezaron de nuevo.

Conviene tener presente que Anderson estuvo en el frente francés en lo que llamaría la "tregua menor" que lo fue por un día y consistió en el alto al fuego por ambos bandos. En otros frentes de batalla hubo una "Tregua Mayor" y sobre ese acontecimiento centraré el relato
.


Del material recopilado me nace escribir este breviario de tan magno suceso como lo fue:

¡Magia - Tregua de Navidad de 1914 - Milagro!

Estamos en el frente de Flanders (Bélgica), por un lado la trinchera alemana, por el otro la trinchera británica y escocesa, cercano a ella un grupo francés. Los bandos se encuentran separados unos 50 metros en la llamada "tierra de nadie", cada trinchera está alerta para disparar con francotiradores al menor movimiento del enemigo. Es la noche del 24 de diciembre, la luna emerge en un cielo despejado por el viento e irradia una luminiscencia especial por sobre el frío de las trincheras, los ingleses advierten una luz, luego otra y otra que se va encendiendo en la trinchera alemana, son velas colocadas en las puntas de las bayonetas y en abundantes arbolitos de Navidad que el frente germano recibió para conmemorar esa fecha. Quedan expuestos los soldados alemanes al certero disparo del rival. Los ingleses miran y no disparan, están  abstraídos por lo que ven. Aparecen carteles escritos desde la trinchera alemana, son de saludos navideños al “enemigo”, quien responde con otros escritos similares. De repente, desde el lado alemán, una hermosa voz de tenor rompe el silencio, entona "Stille Nacht" al que acompaña la armónica tocada por un soldado. El tenor, mientras canta, se levanta y es un blanco perfecto para abatir. Nadie le disparó, por el contrario, un gaitero escocés le responde siguiendo la inspirada melodía con su gaita, finaliza el villancico y en las trincheras de ambos bandos hay vítores y aplausos. El escocés con la gaita entona ahora un villancico popular británico, "La Primera Navidad", el alemán, soldado tenor, lo canta en inglés, mientras canta toma un árbol de navidad con velas encendidas y sale hacia la "tierra de nadie", lo hace cantando y camina a la trinchera enemiga, el gaitero a su vez sale a saludar al alemán y, en ese mágico instante, cual unitaria orden mental, oficiales de ambos bandos salen a descampada, se saludan y lo propio hace la tropa para saludarse entre ellos cual unitario grupo fraterno. Esa noche comparten la Navidad en las fogatas mostrando al rival fotos de su familia e intercambian obsequios. Al día siguiente se acuerda dar sepultura a los muertos que permanecían abandonados. Juntos alemanes, ingleses, escoceses y franceses, cavan las tumbas una al lado de otra sin importar la nacionalidad del combatiente muerto. Un sacerdote capellán escocés acompañado por un monaguillo alemán ofrece la misa de difuntos comunitaria que lo fue para todos por igual. Después del intercambio de cigarrillos, un soldado escocés aparece con un balón de fútbol, y hubo un partido. Los arcos fueron delineados con sus gorros. A los alemanes les llamó la atención ver jugar a los escoceses con sus faldas y apreciar que debajo de ellas no llevaban ropa interior. Los alemanes ganaron 3 a 2. Esta no fue una tregua oficial emanada desde arriba por un acuerdo entre los altos mandos militares, esta Tregua surgió desde abajo, lo hizo de manera espontánea por algo que muchos no logran entender. La magia suprasensorial supera el entendimiento racional que, a pesar del silencio oficial y maniobras para ocultar lo sucedido, no pueden negar lo que allí sucedió y que igual se supo.
El capitán C.I. Sockwell de los Royal Welsh Fusiliers dice que:

Después de una verdadera Noche de Paz disparé tres veces al aire el 26 de Diciembre a las 8:30 AM me dirigí hacia las trincheras. Un oficial alemán que intercambió regalos conmigo la noche anterior también apareció en una trinchera. Nos inclinamos en reverencia, saludamos y descendimos de regreso a nuestras trincheras. Unos minutos más tarde se escuchó al oficial alemán disparar dos veces al aire. Estábamos en guerra nuevamente.

Graham Williams, de 21 años, fusilero de la Brigada de Londres relata:

Fue como si un telón estuviera a punto de levantarse ante un milagro. Se advirtió sobre una luz en el este, encima de las trincheras alemanas, demasiado baja para ser una estrella. Nos sorprendió que nadie disparara contra ella. Vi entonces otra luz. Y luego otra. De pronto hubo luces a lo largo de las trincheras enemigas, hasta donde se alcanzaba ver. “¡Dios mío! ¡Los alemanes tienen árboles de Navidad!”. Entonces, de una trinchera alemana a no más de 50 metros, el coro de voces de barítono más hermoso que había oído jamás empezó a entonar “Noche de Paz, Noche de Amor”. Al terminar el villancico, todo nuestro regimiento vitoreó a los alemanes y cantó a coro “La Primera Navidad”. Para la víspera de Año Nuevo, mientras estaba bombeando agua de la trinchera, de pronto veo a un alemán a mi lado, estaba ebrio, y llevaba una botella en cada mano. Le ordené que volviera a su trinchera. El alemán se negó. "Entonces tendré que llevarlo prisionero" le advertí. Como respuesta el alemán me ofreció un trago: "No quiero caer prisionero, sólo quiero ser tu amigo" fue su respuesta. Con ayuda de otro soldado, llevamos al enemigo ebrio de regreso a las líneas alemanas.

Para Albert Morens, un sobreviviente de la guerra:

Fue maravilloso poder caminar sin que le dispararan a uno. Si la tregua se hubiera prolongado otra semana habría sido muy difícil reiniciar la guerra. En este caso se habrían salvado casi nueve millones de hombres que morirían antes del Armisticio.

Leslie Walkington, un fusilero de 17 años, siendo ya comandante señaló una Gran Verdad: 

Todo ocurrió espontáneamente, en forma muy misteriosa. Un espíritu más fuerte que el de la guerra prevaleció aquella noche.

El capellán, sacerdote escocés, hizo la misa comunitaria con la ayuda de un estudiante de teología alemán, misa fúnebre del día 25 de diciembre de 1914 luego de ser enterrados los muertos de ambos bandos cuyas tumbas se habían cavado una al lado de otra. Poco después ese sacerdote fue reprendido por el obispo dado que su religión no era compatible con el enemigo al que había que matar. El capellán le responde que esa noche él vio el verdadero significado del Mensaje de Jesucristo que era para TODOS por igual. Ignoro si siguió de sacerdote, colgó la sotana o murió como saldado en el frente de batalla, lo que sí sé es que su FE se fortaleció y mucho: Él vio la Luz...

Las cartas de ambos bandos pasaron por una rigurosa censura y se quemaron para que no se supiera la humillante noticia de esa "extraña" tregua navideña no oficial. Los batallones fueron trasladados a otros frentes más duros. El grupo alemán salió embarcado en un tren sin escalas rumbo al frente ruso, previo dejar la estación, dentro del vagón apiñados cual rebaño de animales, comenzaron a entonar el villancico que tocó el gaitero escocés y cantó el tenor alemán. Villancico que, en esa milagrosa tregua ellos habían aprendido a tararear. A pesar de las oficiales medidas de censura y control igual la noticia se filtró y tan solo pudieron entenderla los que de ese milagro de Paz, Perdón y Amor, participaron. Había que estar allí para comprender lo sucedido, quizá pueda ayudarnos a discernir el conocer algunos testimonios.
*
Testimonios

Para el escritor Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930) esa tregua fue:

Un espectáculo asombroso, un episodio humano en mitad de las atrocidades. Por eso es quizás la mejor historia de Navidad de los tiempos modernos.

El periodista alemán Michael Jürgs en su libro "
La pequeña paz de la Gran Guerra" expone declaraciones de soldados alemanes que participaron en esa Tregua y nos dice:

Al principio es uno solo el que canta “Noche de paz, noche de amor”. La melodía del nacimiento de Cristo suena baja: perdida, se mece en el paisaje muerto de Flandes. Pero luego el canto comienza a encenderse como una ola sobre el campo, y “rifle contra rifle, desde la línea larga y oscura de las trincheras suena el todo duerme en derredor”. De este lado del campo, a cien metros de distancia, las posiciones de los británicos permanecen en silencio. Los soldados alemanes están de buen humor, canción a canción se alza un concierto de “miles de gargantas de hombres a derecha e izquierda”, hasta que se quedan sin aliento. Cuando se apaga el último tono, los de allá esperan un minuto y empiezan a aplaudir y a gritar “Good, old Fritz”, o “More, more”. Los alabados Fritzes contestan con “Merry Christmas” y “We not shoot, you not shoot”. “Nosotros no disparar, ustedes no disparar”. Y lo dicen en serio. Ponen velas sobre la punta de sus bayonetas, que sobresalen casi un metro por encima de las trincheras, y las encienden. Parecía la iluminación de un teatro, le escribirá un soldado inglés a sus padres. Con el escenario así iluminado, acaba de realizarse el ensayo general de la obra que se desarrollará en la frontera oeste durante los días siguientes. Acá y allá y en todas partes, desde el mar del norte hasta la frontera Suiza. El Intendente celestial produjo para Flandes las mejores condiciones metereológicas. Al caer la noche de este 24 de diciembre de 1914 –y la oscuridad ya llegaba a las cuatro y media de la tarde– el viento cambió de dirección. Un cielo estrellado “nos saludaba desde la casa del Todopoderoso” y la suave luz de la luna llena “prestaba al bello y amplio paisaje a lo Rembrandt de Flandes una impresión de agradable paz”. Gloria a Dios en las alturas, paz para los hombres en la tierra, anuncia el Evangelio para este día. Pero ante la evidente ausencia de una autoridad divina en la tierra, espontáneamente alemanes e ingleses (y, con mayor cautela, franceses y belgas) deciden no dispararse entre ellos. Nunca antes en la historia de una guerra surgió una paz así, de abajo. Esta gran historia de Navidad está formada por muchas pequeñas historias. Miles de cartas la describen detalladamente. Hay que contarlas todas. Sólo así ocurre el milagro.

El historiador inglés Malcom Brownen en su libro Christmas Truce (1984) puntualiza:

* Nunca antes en la historia de una guerra surgió una paz así, de abajo. Nunca más volvió a repetirse. En 1914 no hubo en la frontera uno o dos casos de paz, en realidad hubo un espontáneo movimiento pacifista a lo largo de cientos de kilómetros y miles participaron de él.
* Los alemanes de origen sajón, en lugar de tirar granadas de mano, tiraron tortas de chocolate. Los alemanes les tiraron regalos a los ingleses y recibieron a cambio galletas y corned beef, los otros querían principalmente queso, pan negro y bizcochos.
* Sin esperar respuesta, los soldados treparon al alba de sus trincheras. Al principio fueron cientos, pronto serían miles. Se encontraron en campos sembrados de muertos, llenos de pozos y cráteres, con enemigos a los que, dos días antes, les hubieran disparado de sólo verlos. La Tierra de nadie se convierte en la Tierra de todos.
* Aunque por orden de arriba la paz no duró mucho, el hecho de que haya tenido lugar es la mejor y más conmovedora historia de Navidad de nuestro tiempo.

Stanley Weintraub en su libro “Noche de Paz” escribe:

A pesar del constante fuego de ametralladora y bombardeos de artillería en el frente del Este, y aunque en algunos lugares las tropas de la primera línea se encontraban a apenas 50 metros de las líneas enemigas, los soldados de ambos lados recibieron cajas de regalo con comida y tabaco preparadas por sus gobiernos aquella Navidad. Los alemanes, que tenían una conexión directa por tierra con su país, pudieron enviar pequeños árboles de navidad y velas a sus tropas en el frente. Y aunque un cese al fuego por Navidad, propuesto por el Papa Benedicto XV, había sido rechazado por ambas partes como “imposible”, en la Nochebuena la ley de las “consecuencias imprevistas” comenzó a hacer su trabajo.
Letreros comenzaron a levantarse de las trincheras en diferentes formas. Usualmente estaban en inglés, o en un inglés fracturado por parte de los alemanes. Los alemanes supusieron que el otro bando no podría leer los caracteres góticos tradicionales, y que pocos ingleses comprendían el alemán hablado. “TU NO PELEAR, NOSOTROS NO PELEAR” (You no fight, we no fight) fue el mensaje más empleado por los alemanes. Algunas unidades británicas improvisaron letreros de “FELIZ NAVIDAD” y esperaron una respuesta. Más letreros aparecieron de lado y lado”.

Para Serafín Fanjul:

Escoceses, alemanes y franceses se identifican en la cruz; comparten liturgia, jaculatorias y creencias; todos se sienten conmovidos por las mismas melodías.

A pesar de la destrucción de correspondencia enviada desde el frente la cual fue quemada y la confiscación de las fotografías allí tomadas, para que no se conociera la militar deshonra de lo sucedido en plena guerra, antes de la oficial censura a la prensa, para la historia este simbólico testimonio logró quedar:


The Daily Mirror publicó el 8 de enero de 1915 esta foto
En ella soldados británicos y alemanes posan juntos fraternalmente para la foto de PAZ en la Navidad de 1914

El soldado Frank Richards en su diario de la guerra redactó:
Levantamos un pizarrón con 'Feliz Navidad' escrito. El enemigo también levantó uno igual. Dos de nuestros hombres arrojaron su equipo al suelo y saltaron para afuera de su parapeto con las manos sobre sus cabezas al mismo tiempo que dos de los alemanas hacían lo mismo; los dos nuestros caminaron para encontrarse con ellos. Se dieron las manos y entonces todos nosotros salimos de las trincheras y así mismo también hicieron los alemanes. La tregua terminó así como comenzó, por mutuo acuerdo. 

Para el capitán Blackadder:
Ambos bandos avanzaron más lejos una visita a la trinchera enemiga durante la tregua de Navidad de lo que lo hicieron en los dos años y medio de guerra siguientes.

El sargento Mayor Frank Naden señaló:
En el día de Navidad un alemán salió de las trincheras con las manos en alto. Nuestros compañeros inmediatamente salieron de sus trincheras y los alemanes de ellas y nos encontramos en el medio y por el resto del día fraternizamos, cambiamos comida, cigarrillos y souvenirs. Los alemanes nos dieron algunas de sus salchichas y nosotros le dimos algunas de nuestras cosas. Los escoceses comenzaron a tocar sus gaitas y compartimos una rara alegría que incluyó un partido de fútbol con los alemanes. Los alemanes nos dijeron estar cansados de la guerra y deseaban que terminara. Al día siguiente recibimos la orden de que toda comunicación e intercambio amistoso con el enemigo debía cesar, pero nosotros no disparamos en todo el día y los alemanes no nos dispararon a nosotros.

El soldado W. Pentelow de la 1era Brigada de Rifles consignó a su hermana:
Tuvimos calma en Navidad y no hubo disparos. Las trincheras se llenaron de villancicos y canciones en Nochebuena. A veces los alemanes nos acompañaban y también nos vivaban. Ellos tenían unos pocos instrumentos y nos dieron algunas melodías. Ellos gritaron: Vengan Ingleses, nos encontraremos en el medio… Bueno, en Navidad salimos de nuestras trincheras, los encontramos en el medio del campo y los saludamos e intercambiamos cigarros. Tengo siete cigarros y varios cigarrillos de ellos. También les di a algunos de ellos mi dirección de la casa.

De un soldado:
Hoy hemos hecho una tregua, hemos salido de las trincheras, y hemos hablado y confraternizado con el enemigo de la trinchera de enfrente, y he visto que eran igual que nosotros, hombres horrorizados que odian esta guerra y a los que nos obligan a matarnos.

Otro combatiente inglés al rememorar años después "aquel maravilloso momento" reflexiona:
Aún ignoro la respuesta.

Rickmer dijo: 
Tomamos una champaña en la "tierra de nadie", fumamos y conversamos. Fue un momento de hermandad en el sentimiento compartido de que debíamos parar esta guerra de una vez por todas. Los generales se enteraron después e hicieron todo lo posible para que algo así no volviera a ocurrir jamás.

Un inglés afirmó:
Estaba lleno de gente. Intercambiaron regalos de sus respectivos países. Hablamos alemán e inglés y nos entendíamos sin palabras. Nos señalábamos mutuamente dónde estaban colocadas las minas. No teníamos con nosotros ni un cuchillo.

Carl Mühlegg, a los 80 años relata:
Los soldados treparon de sus trincheras y se encontraron en la "tierra de nadie", soldados que no se hicieron nada y que no eran enemigos personales, que tenían padres, mujeres e hijos en casa y que ahora, en el milagro de Navidad, en el nacimiento de Cristo, se hacían regalos mutuamente e intercambiaban apretones de manos.

Comenta el general brigadier Edward Graf Gleichen:
Salieron de sus trincheras y caminaron alrededor con paquetes de cigarrillos, deseándose feliz Navidad. ¿Qué debían hacer nuestros hombres? ¿Disparar? No se puede disparar contra hombres desarmados.

Un soldado francés dejó escrito:
Queridos padres, no pueden creer las cosas que pasan acá en la guerra. Ni yo las hubiera creído de no haberlas visto con mi propios ojos. Anteayer se dieron la mano frente a nuestras trincheras alemanes y franceses. Increíble.

Un fusilero en carta a su madre le dice:
Si los soldados enemigos se hubieran entendido en la misma lengua y no sólo mediante cantos corales quién sabe, quizá se hubieran puesto de acuerdo rápidamente por sobre las trincheras: guerra estúpida. Vayámonos a casa. Mientras podamos ir y no que nos lleven.

El Sargento C. Lightfoot de la Compañia C, Regimiento 1ero de North Staffordshire escribió:
El día de Navidad vimos algo fuera de toda imaginación. Los alemanes dejaron sus trincheras y nosotros hicimos lo mismo. Nos encontramos a mitad de camino y deberías habernos visto estrechando sus manos, cambiando direcciones, souvenirs, etc. Nos llenaron de cigarros y tabaco. No hubo ni un disparo en todo el día de Navidad. Uno de nuestros hombres tocó una melodía y los alemanes bailaron y nos regalaron una muy buena canción.

Un oficial francés:
Hay que haber vivido esa noche para entenderla. Hay horas en las que uno puede olvidarse de que estamos acá para matar.

Un teniente mayor alemán:
Desde las fosas francesas, a unos cuarenta metros de distancia, aparece de pronto un quepi. Eh, camarade allemand, pas tirer, brout, brout, des cigarretes. Un mosquetero alemán salió enseguida de su fosa y gritó: Bonjour, Monsieur. Le tiró su pan negro y el francés sus cigarrillos.

El capitán alemán Josef Sewald consigna:
Hay que imaginarse, ¡al fin y al cabo estamos en guerra! En el primer día de Navidad había un peluquero que cortaba el pelo por un par de cigarrillos, no importa de dónde viniera el soldado, de un lado o del otro. Y más. muchos enemigos se cortaban mutuamente el pelo. A lo largo de todo ese 25 de diciembre de 1914 se repitieron escenas igual de disparatadas y encuentros absurdos en la frontera occidental de Flandes.

El capitán mayor Johannes Niemman relató:
Después de los cantos toda la guerra pareció hundirse en una suerte de paz burguesa, por todos lados se daban la mano... ¿Es que de pronto había estallado la paz? Enseguida estuve parado en el medio del tumulto. ¿Qué se podía hacer?

Cuenta Emil Curt Gumbrecht, de la quinta compañía del regimiento 104:
No suena un disparo en todo el día, y uno se pregunta si no es de esperar que pronto llegue la paz. Fue un golpe, como si la guerra hubiera acabado de repente. Los pájaros volvían de todas partes. Nunca vemos ninguno. A la tarde conté como cincuenta gorriones y les di de comer.

Percy Jones de la Brigada Westminster rememora que:
Los soldados alemanes y británicos se despidieron vacilantes con muchos apretones de manos y mutuos buenos deseos.

Testimonios al terminar la tregua:

Queridos camaradas, les tengo que informar que a partir de este momento tenemos prohibido reunirnos con ustedes allí afuera. Pero nosotros seguiremos siendo siempre sus camaradas. Si nos obligan a disparar, lo haremos siempre por arriba.


Gentlemen, nuestro coronel ha ordenado reiniciar el fuego a medianoche. Es un honor para nosotros informárselos.

En un juicio sumario un capitán del ejército británico fue condenado a muerte por su estado mayor por el delito de alta traición al "confraternizar con el enemigo" durante "la tregua de Navidad de 1914". Debió intervenir el rey Jorge de Inglaterra para que se le perdonara la vida evitando su fusilamiento...

Pasado los años alguien señaló:

Un espíritu más fuerte que la guerra surgió aquella noche. Diciembre de 1914… frío, claro y brillante. Las fronteras de los países desaparecieron cuando todos se unieron y decidieron no luchar.

Y otro así reflexionó:

Curioso hecho donde lo que nos une tuvo más fuerza que lo que pensamos nos separa, para alegría de unos, y desesperación de otros; que lamentablemente, son los que manipulan el mundo.

Christian Carion director y guionista de la película "Noche de Paz" (Joyeux Noël) en su Carta de intenciones a la Selección Oficial Fuera de Concurso del festival de Cannes 2005, relata:

Soy oriundo del Norte de Francia. De uno de esos diez departamentos que durante cuatro años, de 1914 a 1918, vivieron bajo la ocupación alemana. Este hecho fue de enorme trascendencia en la historia de la población de esta región. Por este motivo, me educaron en el recuerdo de esta guerra y no sólo con el día de la inevitable celebración del armisticio, el 11 de noviembre. Soy hijo de agricultor y me acuerdo de haber transportado, de pequeño, obuses que aparecían en nuestras tierras cuando se araba. Todavía hoy siguen encontrando documentación, objetos o fusiles oxidados que pertenecieron a soldados caídos en el lugar en el que, a veces, están enterrados estos objetos.
En 1993, movido por no sé qué casualidad, descubrí un libro: Las Batallas de Flandes y de Artois 1914-1918 de Yves Buffetaut. En esta obra, encontré un capítulo titulado "La increíble Navidad de 1914", en el que el autor hablaba de las fraternizaciones entre enemigos, la historia del tenor alemán aplaudido por los soldados franceses, el partido de fútbol, el intercambio de cartas, los árboles de navidad, las visitas recíprocas a las trincheras… Y me impresionó muchísimo. Llamé a mi futuro productor, Christophe Rossignon, para hablarle del proyecto y le envié una sinopsis. Le pareció que el tema era extraordinario pero, consciente de su amplitud, Christophe me dijo que primero tenía que ganar mi primera campaña: todavía no había rodado ni un cortometraje.
Después del éxito de mi primer largometraje, LA CHICA DE PARÍS, Christophe me animó a que retomara el proyecto de FELIZ NAVIDAD. En 2002, me dediqué a hacer lo más difícil: escribir el guión sobre esta increíble historia, aunque real. Mi primer trabajo consistió en documentarme sobre las fraternizaciones, recuperar toda la información posible, saber exactamente lo que ocurrió. Saqué a la luz una serie de sucesos increíbles que dormían el sueño de los justos en los archivos británicos, en su mayor parte, y algunos más, de los archivos franceses y alemanes. Lugares en los que uno no entra tan fácilmente. Son edificios a los que, normalmente, sólo tienen acceso los historiadores profesionales. Gracias a Yves Buffetaut, tuve acceso a estos documentos. En Francia, pertenecen al ejército que, aunque no pueda impedir que se consulten, no hace demasiada publicidad de su existencia. Es una mentalidad que me parece heredera de la que reinaba durante la guerra: en aquella época, las fotos que los soldados hicieron de las fraternizaciones, fueron portada de los periódicos ingleses y en Francia, sin embargo, un General las requisó y mandó destruir.
En cuanto a los archivos alemanes, no tuve ninguna dificultad para consultarlos, ya que muchos se conservan en Francia desde que acabó la segunda guerra mundial, creo que tendríamos que empezar a pensar en devolvérselos.
Partir de estos hechos reales para contar una historia intimida bastante. De estos acontecimientos reales, he sacado personajes que han existido y me han servido de inspiración. Como Ponchel, el ayudante de campo, un Chtimi (como yo), evocación de un soldado francés que vivía detrás de las líneas alemanas y cada noche las cruzaba por un agujero, para ir a dormir con su mujer y sus hijos, antes de regresar al alba a las trincheras francesas y seguir haciendo la guerra. O el tenor alemán que cantó realmente para los soldados franceses una nochebuena. Este personaje era muy importante para mí, sobre todo porque el 90 % de los casos de fraternización se produjeron gracias a que la gente se ponía a cantar, la escuchaban, la respondían, la aplaudían. Me encanta la idea de que la cultura, la canción popular, la música hayan hecho enmudecer a los cañones.
Evidentemente, cuando leemos estas historias, a veces nos parecen increíbles: y sin embargo es verdad que se enviaron miles de árboles de navidad al frente alemán para esta Navidad del 14 que tenía que ser "la única que se pasara en el frente", porque el Kaiser Guillermo II estimaba que "incluso en tiempos de guerra, no había que perder los valores". Toda la dificultad del guión consistía precisamente en hacer comprender a los espectadores que estos increíbles hechos eran reales y encontrar el encadenamiento natural de acontecimientos que conduce a la fraternización.
Sin embargo, algunas veces, la realidad es demasiado fuerte. O demasiado absurda. Sirva de ejemplo la historia del gato que circula de una trinchera a otra y que, en la película, acaba en prisión. En la realidad, este minino acusado de espionaje fue detenido por el ejército francés y fusilado en aplicación del reglamento. Quería que tuviera su lugar en FELIZ NAVIDAD y rodé esta secuencia de difícil ejecución, a pesar de la negativa de algunos de los extras a formar parte del pelotón. Por mucho que les explicaba que esta escena se había desarrollado de verdad durante la guerra (y que dispararían con balas de fogueo), no cedieron replicando que "en aquella época, la gente estaba loca". Al final, en el montaje, decidí no incluir el fusilamiento. Era demasiado. Los espectadores se habrían salido de la historia, no les habría resultado creíble, aunque - y sé que me estoy poniendo pesado - ocurrió de verdad.
En agosto de 2004, después de que Christophe Rossignon consiguiera, afortunadamente, solventar las dificultades de financiación encontradas, se inició el rodaje de FELIZ NAVIDAD. Empecé por rodar las escenas de guerra, bando por bando, para que los actores no se vieran aún en un ambiente de confrontación. Es una bobada, pero de repente, en el comedor, cada trinchera comía por un lado. Por costumbre, no por maldad. Y luego, rápidamente, nos pusimos manos a la obra con las escenas de fraternización y fue algo extraordinario, porque las charlas iniciadas entre toma y toma por los actores alemanes, escoceses o franceses mezclados, seguían fuera del plató. Reinaba un auténtico ambiente de familia.
En los momentos más difíciles, como cuando el rodaje tuvo que ser interrumpido por varios meses porque el ejército francés nos había negado el permiso para recrear la tierra de nadie en uno de sus terrenos, los actores mostraron su apoyo al proyecto. Pero en el plató, su compromiso iba mucho más allá: al igual que yo, trataban de ser lo más fieles posibles a la verdad de los que vivieron esta guerra, como para honrar su memoria. Como Gary Lewis o Dany Boon, que tenían abuelos que habían luchado en el 14. Estoy orgulloso de haberlos hecho trabajar con Guillaume Canet, Daniel Brühl, Diane Krüger, Alex Ferns o Benno Fürmann, y haber conseguido que actúen todos juntos, cada uno en su idioma. Trataba de que les gustara su propio personaje independientemente de su nacionalidad. Siempre he pensado que el éxito de FELIZ NAVIDAD dependería de ello. Porque la frontera con la tierra de nadie no estaba entre los frentes. Estaba entre aquellos que hicieron la guerra y aquellos que querían que se hiciera. Por este motivo, para mí, la película supera la dimensión europea. Tiene una dimensión humanista. En mi opinión, cualquier habitante del planeta puede emocionarse con lo que ocurrió durante las fraternizaciones. No sólo alemanes, ingleses y franceses.
Por eso me gustaría proyectar la película en un país en guerra. Porque todos hemos hecho FELIZ NAVIDAD pensando en el valor necesario para fraternizar. En aquella época, se les consideró como traidores. Para mí, no son ni traidores, ni héroes, son hombres que hicieron algo extraordinariamente humano. Si FELIZ NAVIDAD tiene éxito, cosa que espero, y sirve para hacer justicia a la memoria de estos soldados, será mi mejor recompensa.
http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/1993/comentario.php

Sobre "Joyeux Noël" el crítico Miguel Ángel Laviña Guallart comenta:

Es una producción de carácter netamente europeo, "Feliz Navidad" rescata del olvido unos insólitos hechos de fraternización acaecidos en pleno campo de batalla de la Primera Guerra Mundial. El director Christian Carion plantea en esta historia de aires pacifistas cómo, en muchas ocasiones, el enemigo no se encuentra al otro lado de la trinchera, sino entre los propios encargados de dar las órdenes y organizar la guerra.

Nominación:

En su reunión celebrada el lunes 19 de septiembre de 2005 en el CNC - Centro Nacional de Cinematografía, la Comisión encargada de seleccionar la película para representar a Francia en el concurso para la atribución del Oscar a la mejor película extranjera eligió Joyeux Noël del director Christian Carion.

"Por no sé qué casualidad" hace pocos días en TV cable pude ver en diferentes días, dos veces la película de Christian Carion, verla me conmovió, motivó y su resultado es el presente título que va llegando al final.
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Ambos 24 de diciembre acá destacados son especiales y están relacionados teniendo la misma fuente. Uno lo fue hace 190 años el otro sucedió hace 94 años. Me pregunto qué otra fecha de nacimiento y una melodía inspirada para recordar ese nacimiento, puede dar lugar a una TREGUA así. NO HAY OTRA fecha igual. El 24 de diciembre de 1818 vio nacer una melodía popular, la más inspirada y conocida, cuya letra se ha traducido a más de 300 lenguas diferentes. Siento que la potencia está en la melodía, la letra sin la melodía pierde fuerza y en letra queda y la melodía sin letra sigue siendo melodía viva pues posee la inspirada magia nacida de manera casi anónima, humilde y contra el tiempo. A su vez, el 24 de diciembre de 1914 hubo algo mágico colectivo que Stille Nacht por el especial significado de esa fecha a una tregua en plena guerra detonó.
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Reflexión final

Para superar un obstáculo lo primero es saber que existe y aceptarlo. Esto es un conocimiento consciente de un hecho, el cual activa al subconsciente mental que canaliza la Fuerza interior para que ese obstáculo sea superado, atenuado en sus efectos o mejor soportado. Por ello enfatizo que la dificultad de vida actual propia de un Fin de Tiempo podemos superarla, es más, afirmo que cada uno posee las defensas y arsenal para vencer la dificultad y lograr sobreponernos al cambio reinante, siendo la primera defensa y la mejor arma la del Buen Pensar.

En la nave sideral Tierra vivimos tiempos más difíciles de lo que se supone o nos hacen creer. Ante la mundial emergencia puede que los señores del mundo entiendan ahora lo que hace 94 años sucedió entre el barro y la nieve de las trincheras durante la Navidad y piensen que eso mismo puede suceder pronto en el ámbito mundial y en cuánto necesitarán de esa magia para sobrevivir.

Creyentes y no creyentes, rodeados por la sombra de la muerte en la trinchera, en esa mágica fecha y al escuchar su inspirada melodía fueron tocados por la energía de una Luz de Amor que los llevó a la Paz, transitoria, pero sorprendente Paz al fin. Todos los que lograron sobrevivir a ese magno evento, finalizada la guerra, quedaron de manera positiva marcados. Los que no participaron fueron incapaces de entenderlo. Me pregunto: ¿Hay en el mundo otro Ser que pueda dar lugar a lo allí sucedido? No lo hay, y a ese Ser que viene a ayudarnos y Liberarnos se le intenta, a como de lugar, sacarlo de escena y mostrarlo como mito de mala palabra para el sistema imperante. Sin embargo nadie lo podrá sacar del subconsciente individual y colectivo porque ese Ser es el que retorna para darnos paso a la Nueva Realidad Evolutiva que nos aguarda. Él no viene para unos pocos, Él, al igual que el día 24 de diciembre de 1914 en las trincheras, llegará en el ámbito mundial para TODOS por igual... Entonces se entenderá está cósmica ecuación:

Amor = Luz + Paz

El año 2001 escribí una breve autobiografía, en ella, en sus páginas finales hay dos párrafos que hoy deseo destacar:


1.
Nunca sentí a JesuCristo como DIOS, es más, pensaba ya de niño que era una irreverencia llamarlo así. Conocer un trozo papiráceo original de hace casi 2.000 años, y leer que allí JesuCristo dice a sus discípulos que no olviden que por sobre Él está el Padre y por sobre el Padre está DIOS, me dio la tranquilidad de reforzar, en ese aspecto, la teoría del Universo Escalar. Yo lo llamo, para no dividir, El Enviado. ¿Qué importa si llega por primera vez o si retorna? Para mí ya vino primero como Zoroastro, luego cual Melquisedec, luego JesuCristo y ahora el Enviado que llegará con una Filosofía de Luz y Paz. En ese futuro que presiento tan cercano, el de nuestra Transfiguración, no habrá castas ni credos superiores o inferiores, no habrá marginados ni explotadores. Habrá IGUALDAD, porque todos ante DIOS somos iguales. Con ese ser he vibrado.

Hace 10.000 años Él, el Enviado, profetizó a sus tribales discípulos que algún día la Luz llegaría a la Tierra. Para los tribales la única asociación con la Luz era el sol. Agregó que en ese lejano futuro (actual presente) la Luz sería parte de la Tierra y se haría consubstancial con el hombre que, en ese momento, pasaría a ser SúperHombre. Presumo cercano el retorno de ese Ser de Luz, siento que Él ahora llega como el Cristo Cósmico a dar paso a lo que será nuestra SúperHumanidad. La fecha 24 de diciembre tiene que ver con su anterior venida y la melodía tiene que ver con esa llegada y Su retorno. Retorno del único Ser que vino al mundo emergiendo Él de una virgen y haciéndolo como Luz que dio forma al Niño, no había mujer en el mundo que pudiera soportar el sutil vibrato de esa Luz que nacería, salvo ese Ser que fue su madre. Él a su vez dejó el mundo desmaterializando Su cuerpo en Su Luz que impregnó la Sindone o Sábana Santa con el negativo fotográfico que revela los detalles de Su Sacrificio por Todos nosotros. Ese Ser nos dejó un unitario Mensaje que en general ha sido mal interpretado, adulterado, fanatizado, sectarizado y dogmatizado por unos y por otros se le intenta anular a como de lugar por temor a que ese Retorno pueda ser real. Un Retorno en que Él nos dará paso a Todos por igual hacia el plano superior de Evolución que como almas nos aguarda.

2.
Frente a la realidad de la aceleración planetaria que cada acelerado día hace más evidente e indesmentible; ante la sensación que el tiempo transcurre más rápido; ante la realidad del debilitamiento de la capa de ozono; ante la realidad del aumento del pulso planetario de 5.5 a 11,5 ciclos por segundo; ante... ... ... Con mayor FUERZA repetición y convicción de ÉXITO visualizado, usemos la conversión mental del lado oscuro de la Fuerza hacia el lado de LUZ de la misma. Cada buen pensamiento conscientemente ahora emitido en esta misión, debilita y debilitará cada vez más al lado oscuro de la Fuerza y la LUZ gradualmente visible se hará despejando las tinieblas de nuestro Santuario Interior. Eso es lo que a contar del año 1998 me correspondió bautizar con la nueva palabra ANTIAPOCALIPSIS, cuya filosofía augura un reino de Luz y Paz. ¿Queréis una Misión? ¿Queréis ayudar a lograr un Mundo Mejor? Entonces usad la fuerza del Pensamiento, pensando cada día mejor un poco mejor...

Siento y presiento que vivimos la previa de un megasuceso mundial desconocido por carecer de registros de un fenómeno similar anterior que sea comparable con lo que hoy sucede. Desde hace algunos años alarmados pensadores y científicos publicaron sus estudios e hicieron sus proyecciones. Mucho se habló del debilitamiento de la capa de ozono y NADA concreto se logró para su real solución salvo gratificantes reuniones cumbre llenas de promesas incumplidas, lo de gratificante es para sus participantes, pero no para atenuar lo desencadenado. Algo se comenta sobre la sobrepoblación con la crisis alimentaria, del combustible y del agua junto a otros factores que casi se ignoran. Aun el publicitado Cambio Climático durante el año 2007 e inicios del 2008 ya deja de ser noticia como tal y a diario apreciamos sus sorprendentes negativos efectos que aumentan en frecuencia y magnitud.

Pareciera que la gente desea ignorar la realidad y busca cómo bloquear su mente y, en ese bloqueo, la forma de vivir lo más intensa e irresponsable posible sin pensar en lo que viene ni prepararse para ello. En forma visionaria Carl Gustav Jung (1875-1961), el gran pensador, médico y psicólogo suizo, en el año 1946 declaró:

Mi conciencia de Médico me aconseja cumplir con el deber de advertir, que a la Humanidad le esperan hechos tales, que corresponden al Fin de una Era y me inquieta la suerte de aquellos que sin estar preparados hayan de ser sorprendidos por los acontecimientos.

Enfatizándolo poco antes de morir en 1961 al decir:

Es mi conciencia de médico la que me aconseja cumplir mi deber de advertir a los menos de quienes puedo hacerme oír, que a la humanidad le esperan hechos tales que corresponden al fin de una era. Me inquieta la suerte de aquellos que, sin estar preparados, hayan de ser sorprendidos por los acontecimientos y se extravíen ante su carácter incomprensible. Hasta ahora, que yo sepa, nadie se ha sentido movido a considerar los posibles efectos psíquicos del cambio que es de prever. He sufrido además demasiado de la incomprensión y el aislamiento a que se llega cuando se dicen cosas que los hombres no comprenden.

A su vez pareciera que, en todo orden de cosas, hubiera un sutil Control Mental circundando el orbe planetario y, cual programador cambiara los programas establecidos de conducta anulando unos y dando forma a otros, todo ello sin que la gente se diera cuenta y sin notar que, cual marionetas, serían manejados como si la masa humana se moviera al unísono regida por un subconsciente colectivo que los domina y anulara en su discernir, en especial en lo relacionado con el derrumbe ético-moral, drogadicción y bloqueo mental para no ver lo que sucede en el planeta y que ese presunto programador desearía fuera ignorado. Junto a esta negativa fuerza actúa su contraparte positiva que trabaja preparando la llegada del Enviado.

Se ve lo que se quiere ver, para los más todo está bien, es normal y se encuentra bajo control, por lo tanto no 
se encuentran preparados para hacer frente a lo desatado, que es más que un Cambio Climático por Calentamiento Global de la Tierra. Otros por temor y carecer de futuro, en su desesperanza y baja autoestima se bloquean mentalmente. No es ignorando la realidad como a esta se le hace frente, es conociéndola, activando la Fuerza Mental y haciéndole frente con la frente en alto. Ojalá ante la crisis mundial los señores del poder logren ver la Verdad que subyace tras milenarias señales que se hicieron realidad develando un significado que trasciende el humano entendimiento racional y logren reaccionar a tiempo para beneficio de todos.


A ratos me siento superado por los acontecimientos finales de una comedia del absurdo en la que lo señalado por el Dr. Carl Gustav Jung lo siento ya realidad:
 
Que yo sepa, nadie se ha sentido movido a considerar
 los posibles efectos psíquicos del cambio que es de prever

 
El efecto de estos cambios psíquicos trasciende desde lo individual hacia lo colectivo y desde el colectivo hacia lo planetario, son efectos mentales de tipo catastrófico en la irracionalidad mundial como norma natural de vida y, a pesar de sentirme a ratos superado por lo que aprecio, por sobre eso me encuentro confiado, tranquilo y esperanzado al "saber" que esto negativo terminal representa el preludio de lo positivo inicial de un nuevo ciclo, una nueva Era Evolutiva en un plano superior de Consciencia.

Christian Carion al finalizar la carta de intenciones de su película "Feliz Navidad" señala:

Por eso me gustaría proyectar la película en un país en guerra. Porque todos hemos hecho FELIZ NAVIDAD pensando en el valor necesario para fraternizar

Pienso que tuvo suerte Christian Carion por haber logrado realizar y mostrar su película, con el éxito que tuvo, película en la cual reactivó un hecho verídico que él sacó del olvido, hecho sobre la base de la fecha del nacimiento de un Ser cuyo significado un poder intenta acallar y distorsionar.

Por personal experiencia puedo decir que ADVERTIR a un mundo sordo que no desea ver tiene su precio, precio que Jung desde el alma lo señaló:

He sufrido además demasiado de la incomprensión y el aislamiento a que se llega cuando se dicen cosas que los hombres no comprenden

Si no hay reacción del poder global, la crisis mundial podría dar lugar a un escenario planetario de preludio de guerras con surgimiento de gobiernos autoritarios, única forma de evitar la anarquía en las naciones que deberían decidir cómo repartir los escasos alimentos, combustible y agua, escasos para una sobrepoblación y por su disminución en cuanto producción. Esas naciones para nada se preocuparían de los derechos humanos en su afán para lograr sobrevivir... Si sucediera esta debacle abarcaría a todos y bueno sería que los señores del mundo recordaran la tregua de esa Navidad de 1914 y, entonando Noche de Paz, pensaran que esa misma Tregua que fue puntual podría serles necesaria en el ámbito mundial, en especial si a tiempo ellos logran en parte olvidar lo temporal de sus obsesivas ganancias y narcisistas ansias de poder. Entonces podrían miran más allá de lo material hacia lo que a lo material le permite ser... y recordarían que:
 
Aquello que tanto temen.
Aquello que tanto rechazan.
Aquello que tanto intentan acallar y que la mente humana olvide.
Pues bien, ESO que retorna será vuestra Salvación...


Pasaron 100 años de ese MILAGRO de Navidad y:

Desde el anuncio navideño de los supermercados Sainsbury’s, que ha logrado 1,6 millones de reproducciones en YouTube, hasta un monumento inaugurado por el presidente de la UEFA, Michel Platini, pasando por partidos de fútbol entre soldados británicos y alemanes y recreaciones de aquel momento en la ciudad belga de Ploegsteert, las conmemoraciones de la tregua se han multiplicado, como recuerdo de que, en mitad de la locura absoluta, hubo un oasis de cordura: Un MILAGRO de Navidad....



Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Julio de 2008
MUNDO MEJOR
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