N° 326
NetEscrito 14
Tregua
Proemio
Al ver a ratos a la masa
humana pululando por el centro de
la ciudad, su actuar
me recuerda a las hormigas que, fuera de época, a ratos aprecio en gran cantidad aceleradas y sin su habitual
ordenada
coordinación grupal...
Toda moneda posee dos caras,
una de las caras de la moneda de la vida me lleva a pensar que si
se lograra
ver entre las tinieblas de la escena planetaria de la
que somos
actores y hacerlo mirando cada uno de sus
actos por separado y en el conjunto al que esos actos dan
forma, tanto sea en
lo
regional, nacional y mundial y si eso, cual atento y objetivo
observador, se lo pudiera
hacer en Libertad y
Discernimiento, la percepción sería la de estar
contemplando un
drama, la tragedia de una gran Babilonia previo a su disolución.
Drama en el que aumenta en forma descontrolada el derrumbe ético
y moral de la
moderna sociedad y eso es otra señal del preludio de la
caída material.
Dirán
que al señalarlo soy un pesimista y negativo, se
preguntarán el por qué lo hago, pero nada
dirán del por
qué no logran apreciar eso negativo que ignoran o no pueden ver
y cómo, si lo ven, les es
maquillado para que parezca que nada extraño sucede y que se
está en una normal y tranquila sociedad bajo control.
¿Control de quién? Para muchos pensantes ya no es para
nada natural lo que sucede,
salvo que aceptemos que podría ser parte de un hipotético
ciclo planetario
que se
repetiría cada once mil años como nos advirtieron
los sumerios y que ahora nos encuentra
actuando y conviviendo en una aldea global planetaria con las
naciones
interconectadas entre sí,
a diferencia
de anteriores eras en las que había un puntual imperio de tipo
babilónico cuyo derrumbe no afectó a grupos habitados de
otros continentes. Si
ahora hubiera un derrumbe este sería global y esa es la
diferencia
con el pasado, es una peligrosa diferencia y, cual disidente del
estructurado orden establecido lo señalo y enfatizo para
ADVERTIR.
Por las señales cumplidas viviríamos en pleno
dolor de parto planetario que, previo al parto, se estarían
intensificando en frecuencia y magnitud. Si ADVIERTO
sobre un presunto drama humano que sería altamente
negativo lo hago con la
intención
de encontrar un arma positiva que neutralice, revierta y anule
la energía negativa llevándolo hacia lo positivo. Esa es la razón
de ser del presente escrito, dejado con la esperanza que lo
que a continuación va sea para
más de uno cual bálsamo para estimular su Libertad y
Discernir...
En 1925 el destacado escritor nacional don Joaquín Edwards Bello (1887-1968) señaló:
Aquí vivimos en medio de toda
clase de fraudes y el negocio inescrupuloso nos acecha por todas
partes. Todo se hace a base de negocio y hasta en el afán
enfermizo de los politiqueros por surgir una y otra vez se adivina el
imperioso afán de lucrar. Al público se le estafa desde
el desayuno, porque la leche que bebe tiene un tanto de agua y el
café un tanto de achicoria.
Luego de 83 años este
pretérito relato puntual es un pálido reflejo
de la enfermiza realidad humana planetaria presente. Esa que se ve es
la cara
oscura de la moneda de la vida. Ojalá podamos en parte
visualizar el resplandor de la otra cara que es energía,
sublime energía de la que somos parte, energía que va
compenetrando la cara oscura a la que limpiará. Hay
sensaciones que, tan solo deben ser experimentadas para
entenderlas, su
relato queda en palabras no en vivencias. Lo supradimensional, que es
una vivencia suprasensorial, lo
entiende quien ha vivido la experiencia suprarracional. Lo
mágico no logra ser expresado en su plenitud por lo racional del
intelecto.
Desarrollo
Varios títulos he dedicado a la Navidad,
una fecha en lo personal que me hace pensar, proyectar desde el
presente lo pasado para un cercano futuro y me invita a mirar hacia
dentro para proyectar la mirada hacia lo alto. Veremos dos
fechas navideñas mágicas con un hilo conductor que las une y,
algo me dice que ese hilo conductor, en cuanto su magia y significado, pronto lo
necesitaremos y ojalá lo recibamos y no lo rechacemos.
24 de diciembre de 1818
Estamos en Austria y se descompone el órgano de la iglesia de
San Nicolás
supervisada por el párroco Joseph Mohr. Faltan solo dos
días
para la Navidad. El padre Mohr encuentra el texto de un villancico
por el escrito tiempo atrás y recurre a
su amigo, profesor del pueblo y organista, Franz Xaver Gruber para que
le
componga una melodía para esa Noche Buena ya que no
habría órgano para tocar. Gruber cumple el encargo y en
esa especial misa del gallo del 24
de diciembre de 1818, acompañados de una guitarra, el
párroco con voz
de barítono y el compositor con voz de bajo junto a un coro a
cuatro voces
interpretan lo que sería la más inspirada, bella y
sublime melodía que
fue traducida a 330 idiomas. El creador de la melodía y el autor
de la
letra Noche de Paz, siguieron viviendo modestamente sin saber lo que
habían logrado. Habían logrado dar forma en esa humilde nocturna
misa en la
localidad de Oberndorf, cerca de Salzburgo, a que cada vez que esa
melodía se la
ejecute, mientras se la escucha haya PAZ.
Stille Nacht, heilige Nacht,
alles schläft, einsam wacht
nur das traute hoch heilige Paar,
holder Knabe im lokigen Haar,
schlaf' in himmlisher Ruh'
schlaf' in himmlisher Ruh'
Canción de Navidad cuya melodía fue compuesta
por el organista austriaco Franz Xaver Gruber (1787-1863); el
texto es del sacerdote Josef Mohr (1792-1848). Dos nombres
que permanecerán inmortales a pesar de haber vivido y muerto en el anonimato.
Partitura original de Stille Nacht
Los 24 de diciembre, miles de turistas se trasladan a Oberndorf, donde hace 190 años fue compuesta la canción Stille Nacht (Noche
de Paz). Más allá de la letra, sin importar
en el idioma
que sea entonada, lo que queda es la melodía, una inspirada
melodía
suprasensorial que en plena guerra mundial en el año 1914 hizo recordar
la fecha y, por sobre
la orden militar del alto mando dio lugar a una TREGUA, tregua de PAZ que, para
los
combatientes, fue un navideño regalo que tan solo los que
allí estuvieron lograron comprender en su mágico y
trascendente significado.
24 de diciembre de 1914
La Primera Guerra Mundial se desarrolló en Europa entre los
años 1914 y 1918. Participaron 32 países, 28 de ellos
denominados
«Aliados»: Francia, los Imperios Británico y Ruso,
Canadá, Estados
Unidos (desde 1917), Portugal, Japón e Italia los que
se enfrentaron a la llamada coalición de
las «Potencias Centrales», integrada por los Imperios
Austrohúngaro,
Alemán y Turco, junto con el aliado Bulgaria.
Tres participantes de la Primera Guerra Mundial relatan:
Ernst
Junger (1895-1998), a los 19 años soldado combatiente, fue
escritor, filósofo, novelista e historiador alemán, quien
escribió:
Hubo un tiempo en el que un
cráter lindaban con otro,
pero los repetidos impactos han acabado por hacer el suelo tan blando
que
ningún cráter puede mantenerse en él. Estaba
cubierto por un barullo de
objetos, como si desde una ventana hubieran arrojado a la calle las
existencias
de una tienda de trastos: latas, mochilas, menaje, armas, granadas,
cascos,
todo está mezclado sin orden. He hecho enterrar durante la noche
las cosas más
brillantes para que a la luz del sol no delaten nuestra
posición, pero hace tiempo
que las granadas las han vuelto a sacar. También han sacado a la
luz a los
muertos, con los que juegan un juego al arrojarlos ora a este talud,
ora a
aquél: no les conceden la paz. Sólo y reconcentrado en ti
mismo
dentro de tu agujero te sientes entregado a una voluntad de
aniquilamiento,
implacable y ciega. Sientes con espanto que toda tu inteligencia, tus
capacidades, tus medios intelectuales y físicos se han
convertido en algo
insignificante y ridículo. Mientras haces esta reflexión
quizá el bloque de
hierro que debe aplastarte y convertirte en una cosa sin forma, ha
comenzado ya
su carrera silbante. El malestar se concentra en el oído. Entre
1.000 ruidos
buscas distinguir el que trae la muerte. ¿Por qué no
te levantas y te precipitadas a través de la noche como una
bestia acorralada, hasta caer en las malezas que se hallan al abrigo
del
fuego? ¿Por qué te mantienes firme con tus valientes? no
te ve ningún jefe. Y, sin embargo, alguien te observa. Sin que
tu te des cuenta, tal vez, la
persona moral actúa en ti y te clava en el sitio con dos
poderosas fuerzas: el
deber y el honor. Sabes que has sido colocado en este lugar para
combatir, y que todo un
pueblo cuenta contigo. Comprendes que si abandonases ahora tu sitio
serías un
cobarde ante tus propios ojos, un miserable a quien, más tarde,
toda palabra
haría avergonzar.
La
trinchera tiene una profundidad de dos o tres hombres. Por tanto, los
defensores se mueven por ella como por el fondo de un pozo, y, para
poder observar el terreno que tienen delante o disparar contra el
enemigo, tienen que subir por escalones hechos en la tierra o por
escaleras de madera, al puesto de observación: una larga tarima o
saliente practicado en el talud, de manera que quienes estén sobre él
puedan asomar la cabeza y mirar. Sacos de tierra, pedruscos y planchas
de acero constituyen el parapeto. Delante mismo y a lo largo de las
trincheras se extiende, casi siempre en varias líneas, redes de
alambradas, enrejados de púas de alambre que detienen a los asaltantes
y permiten a los defensores disparar con toda tranquilidad.
Para un capitán francés:
Las
trincheras se excavaban con todos los medios aprovechables. Se queda uno estupefacto cuando se traslada
retrospectivamente a esos fosos apenas suficiente para guarecer a un hombre de
pie, con troneras por las cuales con dificultad lograba asomarse la cabeza.
Fue ése un verdadero período de retorno a la choza primitiva. Los hombres,
acostados unos contra otros encima de un poco de heno, se daban calor
mutuamente.
Un soldado relató:
La alambrada de púas
es la obsesión del soldado de infantería. Toda su
audacia, su valor se anulan en cuanto tropieza en el asalto con una red
a medio destruir. Sabe que si se engancha en las mallas enredadas, los
hilos de la red lo mutilarán y allí quedará
aprisionado para sufrir una lenta agonía.
Alegres muchos
jóvenes partieron al juego de guerra, una breve guerra
según se les informó y que para la Navidad los
tendría de regreso en sus hogares. Pasaron los cinco meses pero
no regresaron esa Navidad y
los que lograron volver lo hicieron después de cuatro años
de una guerra en un frente serpenteado por cientos de kilómetros
de incómodas
trincheras rodeadas por alambradas de púa. La primera
Navidad la pasaron entre el frío de la nieve, el fango, poco
alimento, incomodidad, temor y frustración. A esa
fecha, luego de cinco meses, ya había 800.000
combatientes muertos. Al finalizar la guerra hubo más de
nueve millones de muertos, con millones de heridos, mutilados y otras calamidades propias de una guerra. Un cese al fuego para la Navidad de 1914 fue propuesto
por el Papa Benedicto XV, se le rechazó por ambas partes como
“imposible” e impracticable.
Un parte de guerra señala:
Para la
Navidad de 1914 en Inglaterra los manicomios y hospitales están
atestados de soldados que han perdido el juicio a causa del estruendo
de la artillería. El pueblo de París presencia tremendos
combates aéreos entre zeppelines alemanes y aeroplanos
franceses, y París es bombardeada de continuo por los zeppelines.
Dos obras maestras de la arquitectura, el Hotel de Ville, en Arras,
y la catedral de Reims, son reducidas a cenizas por los cañones
alemanes.
91 años después otro comunicado dice:
El
21 de noviembre del 2005 murió el escocés Alfred Anderson que
era el último sobreviviente de la tregua de 1914, tenia 109 años.
Él recordó que:
Había
un silencio
de muerte aquella mañana. Dejó de sonar de pronto el
ruido de la guerra. Alguien del regimiento gritó: "Feliz
Navidad", pese a que
ninguno de nosotros estábamos felices. El silencio
terminó a primera hora de la
tarde y las bombas empezaron de nuevo.
Conviene tener presente que Anderson
estuvo en el frente
francés en lo que llamaría la "tregua menor" que lo fue
por un día y consistió en el alto al fuego por ambos
bandos. En otros frentes de batalla hubo una "Tregua Mayor" y sobre ese
acontecimiento centraré el relato.
Del material recopilado me nace escribir este breviario de tan magno suceso como lo fue:
¡Magia - Tregua de Navidad de 1914 - Milagro!
Estamos
en el frente de Flanders (Bélgica), por un lado la trinchera alemana, por el
otro la trinchera británica y escocesa, cercano a ella un grupo francés. Los
bandos se encuentran separados
unos 50 metros en la llamada "tierra de nadie", cada trinchera está alerta
para disparar con francotiradores al
menor movimiento del enemigo. Es la noche del 24 de diciembre,
la luna
emerge en un cielo despejado por el viento e irradia una luminiscencia
especial
por sobre el frío de las trincheras, los ingleses advierten
una luz, luego otra y otra que se va encendiendo en la trinchera
alemana, son velas colocadas
en las puntas de las bayonetas y en abundantes arbolitos de Navidad que el frente germano recibió para
conmemorar esa fecha. Quedan expuestos los soldados alemanes al certero disparo
del rival. Los ingleses miran y no disparan, están abstraídos por lo que ven. Aparecen carteles escritos desde la
trinchera alemana, son de saludos navideños al “enemigo”, quien responde con
otros escritos similares. De repente, desde el lado alemán, una hermosa
voz de tenor rompe el silencio, entona "Stille Nacht" al que
acompaña la armónica tocada por un soldado. El tenor, mientras canta, se
levanta y es un blanco perfecto para abatir. Nadie le disparó, por el
contrario, un gaitero escocés le responde siguiendo la inspirada melodía con su
gaita, finaliza el villancico y en las trincheras de ambos bandos hay vítores y
aplausos. El escocés con la gaita entona ahora un villancico popular británico,
"La Primera Navidad", el alemán, soldado tenor, lo canta en inglés,
mientras canta toma un árbol de navidad con velas encendidas y sale hacia la
"tierra de nadie", lo hace cantando y camina a la trinchera enemiga,
el gaitero a su vez sale a saludar al alemán y, en ese mágico instante,
cual unitaria orden mental, oficiales de ambos bandos salen a descampada, se
saludan y lo propio hace la tropa para saludarse entre ellos cual unitario
grupo fraterno. Esa noche comparten la Navidad en las fogatas mostrando al
rival fotos de su familia e intercambian obsequios. Al día siguiente se acuerda
dar sepultura a los muertos que permanecían abandonados. Juntos alemanes,
ingleses, escoceses y franceses, cavan las tumbas una al lado de otra sin
importar la nacionalidad del combatiente muerto. Un sacerdote capellán escocés
acompañado por un monaguillo alemán ofrece la misa de difuntos comunitaria que
lo fue para todos por igual. Después del intercambio de cigarrillos, un soldado
escocés aparece con un balón de fútbol, y hubo un partido. Los arcos fueron
delineados con sus gorros. A los alemanes les llamó la atención ver jugar
a los escoceses con sus faldas y apreciar que debajo de ellas no llevaban ropa
interior. Los alemanes ganaron 3 a 2. Esta no fue una tregua oficial emanada
desde arriba por un acuerdo entre los altos mandos militares, esta Tregua
surgió desde abajo, lo hizo de manera espontánea por algo que muchos no logran
entender. La magia suprasensorial supera el entendimiento racional que, a pesar
del silencio oficial y maniobras para ocultar lo sucedido, no pueden negar lo
que allí sucedió y que igual se supo.
El capitán
C.I. Sockwell de los Royal Welsh Fusiliers dice que:
Después
de una verdadera Noche de Paz disparé tres veces al aire el
26 de Diciembre a las 8:30 AM me dirigí hacia las trincheras. Un
oficial alemán que
intercambió regalos conmigo la noche
anterior también apareció en una trinchera. Nos inclinamos
en reverencia, saludamos y descendimos de regreso a nuestras
trincheras. Unos minutos más tarde se escuchó
al oficial alemán disparar dos veces al aire. Estábamos
en guerra
nuevamente.
Graham Williams, de 21 años, fusilero de la Brigada de Londres relata:
Fue como si un
telón estuviera a punto de levantarse ante un milagro. Se
advirtió sobre una luz en el
este, encima de las trincheras alemanas, demasiado baja para ser una
estrella.
Nos sorprendió que nadie disparara contra ella. Vi entonces otra luz. Y
luego
otra. De pronto hubo luces a lo largo de las trincheras enemigas, hasta
donde
se alcanzaba ver. “¡Dios mío! ¡Los alemanes tienen árboles de
Navidad!”. Entonces, de una trinchera alemana a no
más de 50 metros, el coro de voces de barítono más hermoso que había
oído jamás empezó a entonar “Noche de Paz, Noche de Amor”. Al terminar
el villancico, todo nuestro regimiento vitoreó a los alemanes y cantó a
coro
“La Primera Navidad”. Para la
víspera de Año Nuevo, mientras estaba
bombeando agua de la trinchera, de pronto veo a un alemán a mi lado,
estaba ebrio, y llevaba una botella en cada mano. Le ordené que
volviera a su trinchera. El alemán se negó. "Entonces tendré que
llevarlo
prisionero" le advertí. Como respuesta el alemán me ofreció un trago: "No quiero
caer prisionero, sólo quiero ser tu amigo" fue su respuesta. Con ayuda
de otro soldado, llevamos al enemigo ebrio de regreso a las líneas
alemanas.
Para Albert Morens, un sobreviviente de la guerra:
Fue maravilloso poder caminar sin que le dispararan
a uno. Si la tregua se hubiera prolongado otra semana habría sido muy difícil reiniciar la guerra. En este caso se habrían
salvado casi nueve millones de hombres que morirían antes del Armisticio.
Leslie Walkington, un fusilero de 17 años, siendo ya comandante señaló una Gran Verdad:
Todo
ocurrió espontáneamente, en forma muy misteriosa. Un espíritu más fuerte que el
de la guerra prevaleció aquella noche.
El capellán,
sacerdote escocés, hizo la misa comunitaria con la ayuda de un estudiante de teología alemán, misa fúnebre
del día 25
de diciembre de 1914 luego de ser enterrados los muertos de ambos
bandos cuyas tumbas se habían cavado una al lado de otra. Poco después ese
sacerdote fue reprendido por el obispo dado que su religión no
era
compatible con el enemigo al que había que matar. El
capellán
le responde que esa noche él vio el verdadero significado del
Mensaje de Jesucristo que era para TODOS por igual. Ignoro si
siguió de sacerdote, colgó la sotana o murió como saldado en
el frente
de batalla, lo que sí sé es que su FE se fortaleció y
mucho: Él vio la Luz...
Las cartas de ambos
bandos pasaron por una rigurosa censura y se quemaron para que no se
supiera la
humillante noticia de esa "extraña" tregua navideña no
oficial. Los batallones fueron
trasladados a otros frentes más duros. El grupo alemán
salió embarcado
en un tren sin escalas rumbo al frente ruso, previo dejar la
estación, dentro del vagón apiñados cual rebaño de
animales, comenzaron a entonar el villancico que tocó el gaitero
escocés y cantó el tenor alemán. Villancico que,
en esa
milagrosa tregua ellos habían aprendido a tararear. A pesar de
las oficiales medidas de censura y control igual la noticia
se filtró y tan solo pudieron entenderla los que de ese milagro
de Paz, Perdón y Amor, participaron. Había que estar
allí para comprender lo sucedido, quizá pueda ayudarnos a
discernir el
conocer algunos testimonios.
*
Testimonios
Para el escritor Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930) esa tregua fue:
Un
espectáculo asombroso, un episodio humano en mitad de las
atrocidades. Por eso es quizás la mejor historia de Navidad de los
tiempos modernos.
El periodista alemán Michael Jürgs en su libro "La pequeña paz de la Gran Guerra" expone declaraciones de soldados alemanes que participaron en esa Tregua y nos dice:
Al principio es uno
solo el que canta “Noche de paz, noche de amor”. La melodía del nacimiento de
Cristo suena baja: perdida, se mece en el paisaje muerto de Flandes. Pero luego
el canto comienza a encenderse como una ola sobre el campo, y “rifle contra
rifle, desde la línea larga y oscura de las trincheras suena el todo duerme en
derredor”. De este lado del campo, a cien metros de distancia, las posiciones
de los británicos permanecen en silencio. Los soldados
alemanes están de buen humor, canción a canción se alza un concierto de “miles
de gargantas de hombres a derecha e izquierda”, hasta que se quedan sin
aliento. Cuando se apaga el último tono, los de allá esperan un minuto y
empiezan a aplaudir y a gritar “Good, old Fritz”, o “More, more”. Los
alabados Fritzes contestan con “Merry Christmas” y “We not shoot, you not
shoot”. “Nosotros no disparar,
ustedes no disparar”. Y lo dicen en serio. Ponen velas sobre la punta de sus
bayonetas, que sobresalen casi un metro por encima de las trincheras, y las
encienden. Parecía la iluminación de un teatro, le escribirá un soldado inglés
a sus padres. Con el escenario así iluminado, acaba de realizarse el ensayo
general de la obra que se desarrollará en la frontera oeste durante los días
siguientes. Acá y allá y en todas partes, desde el mar del norte hasta la
frontera Suiza. El Intendente celestial produjo para Flandes las mejores
condiciones metereológicas. Al caer la noche de este 24 de diciembre de 1914 –y
la oscuridad ya llegaba a las cuatro y media de la tarde– el viento cambió de
dirección. Un cielo estrellado “nos saludaba desde la casa del Todopoderoso” y
la suave luz de la luna llena “prestaba al bello y amplio paisaje a lo
Rembrandt de Flandes una impresión de agradable paz”. Gloria a Dios en las
alturas, paz para los hombres en la tierra, anuncia el Evangelio para este día.
Pero ante la evidente ausencia de una autoridad divina en la tierra,
espontáneamente alemanes e ingleses (y, con mayor cautela, franceses y belgas)
deciden no dispararse entre ellos. Nunca antes en la historia de una guerra
surgió una paz así, de abajo. Esta
gran historia de Navidad está formada por muchas pequeñas historias. Miles de
cartas la describen detalladamente. Hay que contarlas todas. Sólo así ocurre el
milagro.
El historiador inglés Malcom Brownen en su libro Christmas Truce (1984) puntualiza:
*
Nunca antes en la
historia de una guerra surgió una paz así, de abajo.
Nunca más volvió a repetirse. En 1914 no hubo en la
frontera uno o dos casos de paz, en realidad hubo un espontáneo
movimiento pacifista a lo largo de cientos de kilómetros y miles
participaron de él.
* Los alemanes de origen
sajón, en lugar de tirar granadas de mano, tiraron tortas de
chocolate. Los alemanes les tiraron regalos a los ingleses y recibieron
a cambio galletas y corned beef, los otros querían principalmente
queso, pan negro y bizcochos.
* Sin esperar respuesta, los
soldados treparon al alba de sus trincheras. Al principio fueron
cientos, pronto serían miles. Se encontraron en campos sembrados
de muertos, llenos de pozos y cráteres, con enemigos a los que,
dos días antes, les hubieran disparado de sólo verlos. La
Tierra de nadie se convierte en la Tierra de todos.
* Aunque por orden de arriba
la paz no duró mucho, el hecho de que haya tenido lugar
es la mejor y más conmovedora historia de Navidad de
nuestro tiempo.
Stanley Weintraub en su libro “Noche de Paz” escribe:
A pesar del constante fuego de ametralladora y
bombardeos de artillería en el frente del Este, y aunque en algunos lugares las
tropas de la primera línea se encontraban a apenas 50 metros de las líneas
enemigas, los soldados de ambos lados recibieron cajas de regalo con
comida y tabaco preparadas por sus gobiernos aquella Navidad. Los alemanes, que
tenían una conexión directa por tierra con su país, pudieron enviar pequeños
árboles de navidad y velas a sus tropas en el frente. Y aunque un cese al fuego
por Navidad, propuesto por el Papa Benedicto XV, había sido rechazado por ambas
partes como “imposible”, en la Nochebuena la ley de las “consecuencias
imprevistas” comenzó a hacer su trabajo.
Letreros comenzaron a levantarse de las trincheras en diferentes
formas. Usualmente estaban en inglés, o en un inglés fracturado por
parte de los alemanes. Los alemanes supusieron que el otro bando no
podría leer los caracteres góticos tradicionales, y que pocos ingleses
comprendían el alemán hablado. “TU NO PELEAR, NOSOTROS NO PELEAR” (You no fight, we no fight)
fue el mensaje más empleado por los alemanes. Algunas unidades
británicas improvisaron letreros de “FELIZ NAVIDAD” y esperaron una
respuesta. Más letreros aparecieron de lado y lado”.
Para Serafín Fanjul:
Escoceses, alemanes y franceses se identifican en la cruz; comparten
liturgia, jaculatorias y creencias; todos se sienten conmovidos por las
mismas melodías.
A
pesar de la destrucción de correspondencia enviada desde el
frente la cual fue quemada y la
confiscación de las fotografías allí tomadas, para
que no se conociera la militar deshonra de lo sucedido en plena guerra,
antes de
la oficial censura a la prensa, para la historia este
simbólico testimonio logró quedar:
The Daily Mirror publicó el 8 de enero de
1915 esta foto
En ella soldados
británicos y alemanes posan juntos fraternalmente para la foto de PAZ en la Navidad de 1914
El soldado
Frank Richards en su
diario de la guerra redactó:
Levantamos un pizarrón con 'Feliz
Navidad' escrito. El enemigo también levantó uno igual. Dos de
nuestros hombres arrojaron su equipo al suelo y saltaron para
afuera de su parapeto con las manos sobre sus cabezas al mismo
tiempo que dos de los alemanas hacían lo mismo; los dos nuestros
caminaron para encontrarse con ellos. Se dieron las manos y
entonces todos nosotros salimos de las trincheras y así mismo
también hicieron los alemanes. La tregua terminó así como comenzó, por mutuo acuerdo.
Para el capitán Blackadder:
Ambos bandos avanzaron más lejos una visita a la trinchera enemiga
durante la tregua de Navidad de lo que lo hicieron en los dos años y
medio de guerra siguientes.
El sargento Mayor Frank Naden señaló:
En el día de Navidad un
alemán salió de las trincheras con las manos en alto. Nuestros
compañeros inmediatamente salieron de sus trincheras y los alemanes de
ellas y nos encontramos en el medio y por el resto del día
fraternizamos, cambiamos comida, cigarrillos y souvenirs. Los alemanes
nos dieron algunas de sus salchichas y nosotros le dimos algunas de
nuestras cosas. Los escoceses comenzaron a tocar sus gaitas y
compartimos una rara alegría que incluyó un partido de fútbol con los
alemanes. Los alemanes nos dijeron estar cansados de la guerra y
deseaban que terminara. Al día siguiente recibimos la orden de que toda
comunicación e intercambio amistoso con el enemigo debía cesar, pero
nosotros no disparamos en todo el día y los alemanes no nos dispararon
a nosotros.
El soldado W. Pentelow de la 1era Brigada de Rifles consignó a su
hermana:
Tuvimos
calma en Navidad y no hubo disparos. Las trincheras
se llenaron de villancicos y canciones en Nochebuena. A veces los
alemanes nos acompañaban y también nos vivaban. Ellos tenían
unos pocos
instrumentos y nos dieron algunas melodías. Ellos gritaron:
Vengan Ingleses, nos encontraremos en el medio… Bueno, en Navidad salimos de nuestras trincheras, los encontramos
en el medio del campo y los saludamos e intercambiamos cigarros. Tengo
siete cigarros y varios cigarrillos de ellos. También les di a algunos
de ellos mi dirección de la casa.
De un soldado:
Hoy
hemos hecho una tregua, hemos salido de las trincheras, y hemos hablado
y confraternizado con el enemigo de la trinchera de enfrente, y he
visto que eran igual que nosotros, hombres horrorizados que odian esta
guerra y a los que nos obligan a matarnos.
Otro combatiente inglés al rememorar años después "aquel maravilloso
momento" reflexiona:
Aún ignoro la respuesta.
Rickmer
dijo:
Tomamos una champaña en la "tierra de nadie", fumamos y
conversamos. Fue un momento de hermandad en el sentimiento compartido
de que debíamos parar esta guerra de una vez por todas. Los generales
se enteraron después e hicieron todo lo posible para que algo así no
volviera a ocurrir jamás.
Un inglés afirmó:
Estaba lleno de gente. Intercambiaron regalos de sus
respectivos países. Hablamos alemán e inglés y nos entendíamos sin
palabras. Nos señalábamos mutuamente dónde estaban colocadas las minas.
No teníamos con nosotros ni un cuchillo.
Carl Mühlegg, a los 80 años relata:
Los
soldados treparon de sus
trincheras y se encontraron en la "tierra de nadie", soldados que
no se hicieron nada
y que no eran enemigos personales, que tenían padres, mujeres e
hijos
en casa y que ahora, en el milagro de Navidad, en el nacimiento de
Cristo, se hacían regalos mutuamente e intercambiaban
apretones de manos.
Comenta el general brigadier Edward Graf Gleichen:
Salieron de sus trincheras
y caminaron alrededor con paquetes de cigarrillos, deseándose feliz
Navidad. ¿Qué debían hacer nuestros hombres? ¿Disparar? No se puede
disparar contra hombres desarmados.
Un soldado francés dejó escrito:
Queridos padres, no pueden creer las cosas que
pasan acá en la guerra. Ni yo las hubiera creído de no haberlas visto
con mi propios ojos. Anteayer se dieron la mano frente a nuestras
trincheras alemanes y franceses. Increíble.
Un fusilero en carta a su madre le dice:
Si los soldados enemigos se hubieran entendido en la misma lengua y no
sólo mediante cantos corales quién sabe, quizá se hubieran puesto de acuerdo rápidamente por sobre
las trincheras: guerra estúpida. Vayámonos a casa. Mientras podamos ir
y no que nos lleven.
El Sargento C. Lightfoot de la Compañia C, Regimiento 1ero de North
Staffordshire escribió:
El día de Navidad vimos algo fuera de toda
imaginación. Los alemanes dejaron sus trincheras y nosotros hicimos lo
mismo. Nos encontramos a mitad de camino y deberías habernos visto
estrechando sus manos, cambiando direcciones, souvenirs, etc. Nos
llenaron de cigarros y tabaco. No hubo ni un disparo en todo el día de
Navidad. Uno de nuestros hombres tocó una melodía y los alemanes
bailaron y nos regalaron una muy buena canción.
Un oficial francés:
Hay que haber vivido esa noche para entenderla.
Hay horas en las que uno puede olvidarse de que estamos acá para
matar.
Un teniente mayor alemán:
Desde las fosas francesas, a unos
cuarenta metros de distancia, aparece de pronto un quepi. Eh, camarade
allemand, pas tirer, brout, brout, des cigarretes. Un mosquetero alemán
salió enseguida de su fosa y gritó: Bonjour, Monsieur. Le tiró su pan
negro y el francés sus cigarrillos.
El capitán alemán Josef Sewald consigna:
Hay que imaginarse, ¡al fin y
al cabo estamos en guerra! En el primer día de Navidad había un
peluquero que cortaba el pelo por un par de cigarrillos, no importa de
dónde viniera el soldado, de un lado o del otro. Y más. muchos enemigos
se cortaban mutuamente el pelo. A lo largo de todo ese 25 de diciembre
de 1914 se repitieron escenas igual de disparatadas y encuentros
absurdos en la frontera occidental de Flandes.
El capitán mayor Johannes Niemman relató:
Después de los cantos
toda la guerra pareció hundirse en una suerte de paz burguesa, por
todos lados se daban la mano... ¿Es que de pronto había estallado la
paz? Enseguida estuve parado en el medio del tumulto. ¿Qué se podía
hacer?
Cuenta Emil Curt Gumbrecht, de la quinta compañía del regimiento 104:
No
suena un disparo en todo el día, y uno se pregunta si no es de
esperar
que pronto llegue la paz. Fue un golpe, como si la guerra hubiera
acabado de repente. Los pájaros volvían de todas
partes. Nunca vemos
ninguno. A la tarde conté como cincuenta gorriones y les di de
comer.
Percy Jones de la Brigada Westminster rememora que:
Los soldados alemanes y británicos se despidieron vacilantes con muchos apretones de manos y mutuos buenos deseos.
Testimonios al terminar la
tregua:
Queridos camaradas, les tengo que informar que a partir de este momento
tenemos prohibido reunirnos con ustedes allí afuera. Pero nosotros seguiremos
siendo siempre sus camaradas. Si nos obligan a disparar, lo haremos siempre por
arriba.
Gentlemen, nuestro coronel ha
ordenado reiniciar el fuego a medianoche. Es un honor para nosotros
informárselos.
En un juicio sumario un capitán del ejército británico fue
condenado a muerte por su estado mayor por el delito de alta traición al "confraternizar con el
enemigo" durante "la tregua de Navidad de 1914". Debió intervenir el rey Jorge de
Inglaterra para que se le perdonara la vida evitando su fusilamiento...
Pasado los años alguien señaló:
Un
espíritu más fuerte que la guerra surgió aquella
noche. Diciembre de 1914… frío, claro y brillante. Las
fronteras de los países desaparecieron cuando todos se unieron y
decidieron no luchar.
Y otro así reflexionó:
Curioso
hecho donde lo que nos une tuvo más fuerza que lo que pensamos
nos separa, para alegría de unos, y desesperación de
otros; que lamentablemente, son los que manipulan el mundo.
Christian Carion director y guionista de la película "Noche de Paz" (Joyeux Noël) en su Carta de intenciones a la
Selección Oficial Fuera de Concurso del festival de Cannes 2005, relata:
Soy oriundo del Norte de Francia. De uno de esos diez departamentos que
durante cuatro años, de 1914 a 1918, vivieron bajo la ocupación
alemana. Este hecho fue de enorme trascendencia en la historia de la
población de esta región. Por este motivo, me educaron en el recuerdo
de esta guerra y no sólo con el día de la inevitable celebración del
armisticio, el 11 de noviembre. Soy hijo de agricultor y me acuerdo de
haber transportado, de pequeño, obuses que aparecían en nuestras
tierras cuando se araba. Todavía hoy siguen encontrando documentación,
objetos o fusiles oxidados que pertenecieron a soldados caídos en el
lugar en el que, a veces, están enterrados estos objetos.
En 1993, movido por no sé qué casualidad, descubrí un libro: Las
Batallas de Flandes y de Artois 1914-1918 de Yves Buffetaut. En esta
obra, encontré un capítulo titulado "La increíble Navidad de 1914", en
el que el autor hablaba de las fraternizaciones entre enemigos, la
historia del tenor alemán aplaudido por los soldados franceses, el
partido de fútbol, el intercambio de cartas, los árboles de navidad,
las visitas recíprocas a las trincheras… Y me impresionó muchísimo.
Llamé a mi futuro productor, Christophe Rossignon, para hablarle del
proyecto y le envié una sinopsis. Le pareció que el tema era
extraordinario pero, consciente de su amplitud, Christophe me dijo que
primero tenía que ganar mi primera campaña: todavía no había rodado ni
un cortometraje.
Después del éxito de mi primer largometraje, LA CHICA DE PARÍS,
Christophe me animó a que retomara el proyecto de FELIZ NAVIDAD. En
2002, me dediqué a hacer lo más difícil: escribir el guión sobre esta
increíble historia, aunque real. Mi primer trabajo consistió en
documentarme sobre las fraternizaciones, recuperar toda la información
posible, saber exactamente lo que ocurrió. Saqué a la luz una serie de
sucesos increíbles que dormían el sueño de los justos en los archivos
británicos, en su mayor parte, y algunos más, de los archivos franceses
y alemanes. Lugares en los que uno no entra tan fácilmente. Son
edificios a los que, normalmente, sólo tienen acceso los historiadores
profesionales. Gracias a Yves Buffetaut, tuve acceso a estos
documentos. En Francia, pertenecen al ejército que, aunque no pueda
impedir que se consulten, no hace demasiada publicidad de su
existencia. Es una mentalidad que me parece heredera de la que reinaba
durante la guerra: en aquella época, las fotos que los soldados
hicieron de las fraternizaciones, fueron portada de los periódicos
ingleses y en Francia, sin embargo, un General las requisó y mandó
destruir.
En cuanto a los archivos alemanes, no tuve ninguna dificultad para
consultarlos, ya que muchos se conservan en Francia desde que acabó la
segunda guerra mundial, creo que tendríamos que empezar a pensar en
devolvérselos.
Partir de estos hechos reales para contar una historia intimida
bastante. De estos acontecimientos reales, he sacado personajes que han
existido y me han servido de inspiración. Como Ponchel, el ayudante de
campo, un Chtimi (como yo), evocación de un soldado francés que vivía
detrás de las líneas alemanas y cada noche las cruzaba por un agujero,
para ir a dormir con su mujer y sus hijos, antes de regresar al alba a
las trincheras francesas y seguir haciendo la guerra. O el tenor alemán
que cantó realmente para los soldados franceses una nochebuena. Este
personaje era muy importante para mí, sobre todo porque el 90 % de los
casos de fraternización se produjeron gracias a que la gente se ponía a
cantar, la escuchaban, la respondían, la aplaudían. Me encanta la idea
de que la cultura, la canción popular, la música hayan hecho enmudecer
a los cañones.
Evidentemente, cuando leemos estas historias, a veces nos parecen
increíbles: y sin embargo es verdad que se enviaron miles de árboles de
navidad al frente alemán para esta Navidad del 14 que tenía que ser "la
única que se pasara en el frente", porque el Kaiser Guillermo II
estimaba que "incluso en tiempos de guerra, no había que perder los
valores". Toda la dificultad del guión consistía precisamente en hacer
comprender a los espectadores que estos increíbles hechos eran reales y
encontrar el encadenamiento natural de acontecimientos que conduce a la
fraternización.
Sin embargo, algunas veces, la realidad es demasiado fuerte. O
demasiado absurda. Sirva de ejemplo la historia del gato que circula de
una trinchera a otra y que, en la película, acaba en prisión. En la
realidad, este minino acusado de espionaje fue detenido por el ejército
francés y fusilado en aplicación del reglamento. Quería que tuviera su
lugar en FELIZ NAVIDAD y rodé esta secuencia de difícil ejecución, a
pesar de la negativa de algunos de los extras a formar parte del
pelotón. Por mucho que les explicaba que esta escena se había
desarrollado de verdad durante la guerra (y que dispararían con balas
de fogueo), no cedieron replicando que "en aquella época, la gente
estaba loca". Al final, en el montaje, decidí no incluir el
fusilamiento. Era demasiado. Los espectadores se habrían salido de la
historia, no les habría resultado creíble, aunque - y sé que me estoy
poniendo pesado - ocurrió de verdad.
En agosto de 2004, después de que Christophe Rossignon consiguiera,
afortunadamente, solventar las dificultades de financiación
encontradas, se inició el rodaje de FELIZ NAVIDAD. Empecé por rodar las
escenas de guerra, bando por bando, para que los actores no se vieran
aún en un ambiente de confrontación. Es una bobada, pero de repente, en
el comedor, cada trinchera comía por un lado. Por costumbre, no por
maldad. Y luego, rápidamente, nos pusimos manos a la obra con las
escenas de fraternización y fue algo extraordinario, porque las charlas
iniciadas entre toma y toma por los actores alemanes, escoceses o
franceses mezclados, seguían fuera del plató. Reinaba un auténtico
ambiente de familia.
En los momentos más difíciles, como cuando el rodaje tuvo que ser
interrumpido por varios meses porque el ejército francés nos había
negado el permiso para recrear la tierra de nadie en uno de sus
terrenos, los actores mostraron su apoyo al proyecto. Pero en el plató,
su compromiso iba mucho más allá: al igual que yo, trataban de ser lo
más fieles posibles a la verdad de los que vivieron esta guerra, como
para honrar su memoria. Como Gary Lewis o Dany Boon, que tenían abuelos
que habían luchado en el 14. Estoy orgulloso de haberlos hecho trabajar
con Guillaume Canet, Daniel Brühl, Diane Krüger, Alex Ferns o Benno
Fürmann, y haber conseguido que actúen todos juntos, cada uno en su
idioma. Trataba de que les gustara su propio personaje
independientemente de su nacionalidad. Siempre he pensado que el éxito
de FELIZ NAVIDAD dependería de ello. Porque la frontera con la tierra
de nadie no estaba entre los frentes. Estaba entre aquellos que
hicieron la guerra y aquellos que querían que se hiciera. Por este
motivo, para mí, la película supera la dimensión europea. Tiene una
dimensión humanista. En mi opinión, cualquier habitante del planeta
puede emocionarse con lo que ocurrió durante las fraternizaciones. No
sólo alemanes, ingleses y franceses.
Por eso me gustaría proyectar la película en un país en guerra. Porque
todos hemos hecho FELIZ NAVIDAD pensando en el valor necesario para
fraternizar. En aquella época, se les consideró como traidores. Para
mí, no son ni traidores, ni héroes, son hombres que hicieron algo
extraordinariamente humano. Si FELIZ NAVIDAD tiene éxito, cosa que
espero, y sirve para hacer justicia a la memoria de estos soldados,
será mi mejor recompensa.
http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/1993/comentario.php
Sobre "Joyeux Noël" el crítico Miguel Ángel
Laviña Guallart comenta:
Es una producción de carácter netamente
europeo, "Feliz Navidad" rescata del olvido unos insólitos
hechos de fraternización acaecidos en pleno campo de batalla de la
Primera Guerra Mundial. El director Christian Carion plantea en esta historia
de aires pacifistas cómo, en muchas ocasiones, el enemigo no se encuentra
al otro lado de la trinchera, sino entre los propios encargados de dar las
órdenes y organizar la guerra.
Nominación:
En su reunión celebrada el lunes 19 de septiembre de 2005 en el CNC -
Centro Nacional de Cinematografía, la Comisión encargada de seleccionar
la película para representar a Francia en el concurso para la
atribución del Oscar a la mejor película extranjera eligió Joyeux Noël
del director Christian Carion.
"Por no sé qué casualidad" hace pocos días en TV cable pude ver en diferentes días, dos veces la película de Christian Carion, verla me conmovió, motivó y su resultado es el presente título que va llegando al final.
*
Ambos 24 de diciembre acá destacados son
especiales y están relacionados teniendo la misma fuente. Uno lo
fue hace 190 años el otro sucedió
hace 94 años. Me pregunto qué otra fecha de nacimiento y
una melodía inspirada para recordar ese nacimiento, puede
dar lugar a
una TREGUA así. NO HAY OTRA fecha igual. El 24 de diciembre de
1818 vio
nacer una melodía popular, la
más inspirada y conocida, cuya letra se ha traducido a
más de 300 lenguas diferentes. Siento que la potencia
está en la melodía, la letra sin la
melodía pierde fuerza y en letra queda y la melodía sin
letra sigue siendo melodía viva pues posee la inspirada magia nacida
de manera casi anónima, humilde y contra el tiempo. A su vez,
el 24 de diciembre de 1914 hubo algo mágico colectivo que Stille Nacht por
el especial
significado de esa fecha a una tregua en plena guerra detonó.
Reflexión final
Para superar un obstáculo
lo primero es saber que existe y aceptarlo. Esto es un
conocimiento consciente de un hecho, el cual activa al subconsciente
mental que canaliza la Fuerza interior para que ese obstáculo sea
superado, atenuado en sus efectos o mejor soportado. Por ello enfatizo
que la dificultad de vida actual propia de un Fin de Tiempo podemos superarla, es más, afirmo que
cada uno posee las defensas y arsenal para vencer la dificultad y lograr
sobreponernos al cambio reinante, siendo la primera defensa y la mejor
arma la del Buen Pensar.
En la nave sideral Tierra vivimos tiempos más difíciles de lo que se
supone o nos hacen creer. Ante la mundial emergencia puede que los
señores del mundo entiendan ahora lo que hace 94 años sucedió entre el
barro y la nieve de las trincheras durante la Navidad y piensen que
eso mismo puede suceder pronto en el ámbito mundial y en cuánto necesitarán de esa magia para sobrevivir.
Creyentes y no creyentes,
rodeados por la sombra de la muerte en la trinchera, en esa mágica fecha y al escuchar su inspirada
melodía fueron tocados por la energía de una Luz de Amor
que los llevó a la Paz, transitoria, pero sorprendente Paz al
fin. Todos los que lograron sobrevivir a ese magno evento,
finalizada la guerra, quedaron de manera positiva marcados. Los
que no participaron fueron incapaces de entenderlo. Me pregunto:
¿Hay en el mundo otro
Ser que pueda dar lugar a lo allí sucedido? No lo hay, y a ese
Ser que viene a ayudarnos y Liberarnos se le intenta, a como de lugar, sacarlo de escena y mostrarlo como mito de mala palabra
para el sistema imperante. Sin embargo
nadie lo podrá sacar del subconsciente individual y colectivo
porque ese Ser es el que retorna para darnos paso a la Nueva Realidad
Evolutiva que nos aguarda. Él no viene para unos pocos,
Él, al igual que el día 24 de diciembre de 1914 en las
trincheras, llegará en el ámbito mundial para TODOS por igual... Entonces se
entenderá está cósmica ecuación:
Amor = Luz + Paz
El año 2001 escribí una breve autobiografía, en
ella, en sus páginas finales hay dos párrafos que hoy deseo destacar:
1.
Nunca sentí a JesuCristo como DIOS, es más, pensaba
ya de niño que era una irreverencia llamarlo así. Conocer un trozo papiráceo
original de hace casi 2.000 años, y leer que allí JesuCristo dice a sus
discípulos que no olviden que por sobre Él está el Padre y por sobre el Padre
está DIOS, me dio la tranquilidad de reforzar, en ese aspecto, la teoría del
Universo Escalar. Yo lo llamo, para no dividir, El Enviado. ¿Qué importa
si llega por primera vez o si retorna? Para mí ya vino primero como Zoroastro,
luego cual Melquisedec, luego JesuCristo y ahora el Enviado que llegará con una
Filosofía de Luz y Paz. En ese futuro que presiento tan cercano, el de nuestra
Transfiguración, no habrá castas ni credos superiores o inferiores, no habrá
marginados ni explotadores. Habrá IGUALDAD, porque todos ante DIOS somos
iguales. Con ese ser he vibrado.
Hace 10.000
años Él, el Enviado, profetizó a sus tribales
discípulos
que algún día la Luz llegaría a la Tierra. Para
los tribales la única asociación con la Luz era el
sol. Agregó que en ese lejano futuro (actual presente) la Luz
sería parte de la Tierra y se haría consubstancial con el
hombre que, en ese momento,
pasaría a ser SúperHombre. Presumo
cercano el retorno de ese Ser de Luz, siento que Él ahora llega
como el Cristo Cósmico a
dar paso a lo que será nuestra SúperHumanidad. La fecha
24 de diciembre
tiene que ver con su anterior venida y la melodía tiene que ver
con esa llegada y Su retorno. Retorno del único Ser que vino al
mundo emergiendo Él de una virgen y haciéndolo como Luz
que dio forma
al Niño, no había mujer en el mundo que pudiera soportar
el sutil vibrato de esa Luz que nacería, salvo ese Ser que fue su
madre. Él a su vez dejó el mundo desmaterializando Su
cuerpo
en Su Luz que impregnó la Sindone o Sábana Santa con el
negativo fotográfico que revela los detalles de Su
Sacrificio por Todos nosotros. Ese Ser nos dejó un unitario
Mensaje que en general ha sido mal interpretado, adulterado,
fanatizado, sectarizado y dogmatizado por unos y por otros se le
intenta anular a como de lugar por temor a que ese Retorno pueda ser
real. Un Retorno en que Él nos dará paso a Todos por
igual hacia el plano superior de Evolución que como almas nos
aguarda.
2.
Frente a la realidad de la aceleración planetaria que cada acelerado día
hace más evidente e indesmentible; ante la sensación que el tiempo transcurre
más rápido; ante la realidad del debilitamiento de la capa de ozono; ante la
realidad del aumento del pulso planetario de 5.5
a 11,5 ciclos por segundo; ante... ... ... Con mayor
FUERZA repetición y convicción de ÉXITO visualizado, usemos la conversión
mental del lado oscuro de la Fuerza hacia el lado de LUZ de la misma. Cada buen
pensamiento conscientemente ahora emitido en esta misión, debilita y debilitará
cada vez más al lado oscuro de la Fuerza y la LUZ gradualmente visible se hará
despejando las tinieblas de nuestro Santuario Interior. Eso es lo que a contar
del año 1998 me correspondió bautizar con la nueva palabra ANTIAPOCALIPSIS,
cuya filosofía augura un reino de Luz y Paz. ¿Queréis una Misión? ¿Queréis
ayudar a lograr un Mundo Mejor? Entonces usad la fuerza del Pensamiento,
pensando cada día mejor un poco mejor...
Siento y presiento que
vivimos la
previa de un megasuceso mundial desconocido por carecer de registros de
un
fenómeno similar anterior que sea comparable con lo que hoy
sucede. Desde hace algunos años alarmados
pensadores y científicos publicaron sus estudios e hicieron
sus
proyecciones. Mucho se habló del debilitamiento de la capa de
ozono y NADA concreto se logró para su real solución
salvo gratificantes reuniones
cumbre llenas de promesas incumplidas, lo de gratificante es para sus
participantes, pero no para
atenuar lo desencadenado. Algo se comenta sobre la
sobrepoblación con
la crisis alimentaria, del combustible y del agua junto a otros
factores que casi se ignoran. Aun el publicitado Cambio
Climático durante el año 2007 e inicios del 2008 ya deja
de ser noticia como tal y a diario apreciamos sus sorprendentes
negativos efectos que aumentan en frecuencia y magnitud.
Pareciera
que la gente desea ignorar la realidad y busca cómo bloquear su
mente y, en ese bloqueo, la forma de vivir lo más intensa e
irresponsable posible sin pensar en lo que viene ni prepararse para
ello. En
forma visionaria Carl Gustav Jung (1875-1961), el gran pensador,
médico y psicólogo suizo, en el año 1946
declaró:
Mi conciencia de Médico me aconseja cumplir con el deber de
advertir, que a la
Humanidad le esperan hechos tales, que
corresponden al Fin de una Era y me inquieta la suerte de aquellos que sin
estar preparados hayan de ser sorprendidos por los acontecimientos.
Enfatizándolo poco antes de morir en 1961 al decir:
Es mi conciencia de médico la que me aconseja cumplir mi
deber de advertir a los menos de quienes puedo hacerme oír, que
a la humanidad le esperan hechos tales que corresponden al fin de una
era.
Me inquieta la suerte de aquellos que, sin estar preparados, hayan de
ser
sorprendidos por los acontecimientos y se extravíen ante su
carácter
incomprensible. Hasta ahora, que yo sepa, nadie se ha sentido movido a
considerar los posibles efectos psíquicos del cambio que es de
prever.
He sufrido además demasiado de la incomprensión y el
aislamiento
a que se llega cuando se dicen cosas que los hombres no comprenden.
A su vez pareciera que, en
todo orden de cosas, hubiera un sutil
Control Mental circundando el orbe planetario y, cual programador
cambiara los programas establecidos de conducta anulando unos y dando
forma a otros, todo ello sin que la gente se diera cuenta y sin
notar que, cual marionetas, serían manejados como si la masa
humana se moviera al unísono regida por un subconsciente
colectivo que los domina y anulara en su discernir, en especial en lo
relacionado con el derrumbe ético-moral, drogadicción y
bloqueo mental para no ver lo que sucede en el planeta y que ese
presunto
programador
desearía fuera ignorado. Junto a esta negativa fuerza
actúa su contraparte positiva que trabaja preparando la llegada
del Enviado.
Se ve lo que se quiere ver, para los más todo está bien,
es normal y se encuentra bajo control, por lo tanto no se
encuentran
preparados para hacer frente a lo desatado, que es más que un
Cambio Climático por Calentamiento Global de la Tierra. Otros
por temor y carecer de futuro, en su desesperanza y baja autoestima se
bloquean mentalmente. No es ignorando la realidad como a esta se le
hace frente, es conociéndola, activando la Fuerza Mental y
haciéndole frente con la frente en alto. Ojalá ante la
crisis mundial los señores del poder logren ver la Verdad que
subyace tras milenarias señales que se hicieron realidad
develando un significado que trasciende el humano entendimiento
racional y logren reaccionar a tiempo para beneficio de todos.
A ratos me siento
superado por los acontecimientos finales de una comedia del absurdo en la que lo
señalado por el Dr. Carl Gustav Jung lo siento ya realidad:
Que
yo sepa, nadie se ha sentido movido a considerar
los posibles efectos psíquicos
del cambio que es de prever
El efecto
de estos cambios
psíquicos trasciende desde lo individual hacia lo colectivo y
desde el
colectivo hacia lo planetario, son efectos mentales de tipo
catastrófico en la irracionalidad mundial como norma natural de
vida y, a pesar de sentirme a ratos superado por lo que
aprecio, por sobre eso me encuentro confiado, tranquilo y esperanzado
al
"saber" que esto negativo terminal representa el preludio de lo positivo
inicial de un nuevo ciclo, una nueva Era Evolutiva en un plano superior de
Consciencia.
Christian Carion al finalizar la carta de intenciones de su película "Feliz Navidad" señala:
Por eso me gustaría proyectar la película en un país en guerra. Porque
todos hemos hecho FELIZ NAVIDAD pensando en el valor necesario para
fraternizar
Pienso
que tuvo suerte Christian Carion por haber logrado
realizar y mostrar su película, con el éxito que tuvo, película en la cual
reactivó un hecho verídico que él sacó del olvido, hecho sobre la base de la
fecha del nacimiento de un Ser cuyo significado un poder intenta
acallar y distorsionar.
Por personal experiencia puedo decir que ADVERTIR a un mundo sordo que
no desea ver tiene su precio, precio que Jung desde el alma lo
señaló:
He sufrido además demasiado de la incomprensión y el
aislamiento
a que se llega cuando se dicen cosas que los hombres no comprenden
Si no hay
reacción del poder global, la crisis mundial podría dar lugar a un escenario
planetario de preludio de guerras con surgimiento de gobiernos autoritarios,
única forma de evitar la anarquía en las naciones que deberían decidir cómo
repartir los escasos alimentos, combustible y agua, escasos para una
sobrepoblación y por su disminución en cuanto producción. Esas naciones para
nada se preocuparían de los derechos humanos en su afán para lograr
sobrevivir... Si sucediera esta debacle abarcaría a todos y bueno sería que los
señores del mundo recordaran la tregua de esa Navidad de 1914 y, entonando
Noche de Paz, pensaran que esa misma Tregua que fue puntual podría serles
necesaria en el ámbito mundial, en especial si a tiempo ellos logran en parte
olvidar lo temporal de sus obsesivas ganancias y narcisistas ansias de poder.
Entonces podrían miran más allá de lo material hacia lo que a lo material
le permite ser... y recordarían que:
Aquello que tanto temen.
Aquello que tanto rechazan.
Aquello que tanto intentan acallar y que la mente humana olvide.
Pues bien, ESO que retorna será vuestra Salvación...
Pasaron 100 años de ese MILAGRO de Navidad y:
Desde el anuncio navideño de los supermercados Sainsbury’s, que ha
logrado 1,6 millones de reproducciones en YouTube, hasta un monumento
inaugurado por el presidente de la UEFA, Michel Platini, pasando por
partidos de fútbol entre soldados británicos y alemanes y recreaciones
de aquel momento en la ciudad belga de Ploegsteert, las conmemoraciones
de la tregua se han multiplicado, como recuerdo de que, en mitad de la
locura absoluta, hubo un oasis de cordura: Un MILAGRO de Navidad....
Dr. Iván Seperiza
Pasquali
Quilpué, Chile
Julio de 2008
MUNDO
MEJOR
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