El título de la
presente reflexión tiene que ver con el diario vivir en general
y un hecho puntual en particular que lo motivó.
Tuve en suerte anoche volver
a ver la película "Carros de
fuego" cuya música hizo famoso al compositor Vangelis gracias a
una inspirada melodía. De acuerdo a la escena inicial que se
enlaza con la escena final la película es en homenaje del
abogado y atleta inglés Harold Abrahams, en ella además
son protagonistas de manera destacada el atleta Eric Liddell bautizado
como el escocés volador, además del atleta sir David
Burghley y
del entrenador profesional Sam Mussabini. Son personajes de la vida
real que toman parte en el tema central de la película como lo
es la preparación y actuación de ellos en los Juegos
Olímpicos de París de 1924. La película muestra la
motivación de cada uno de ellos y qué los lleva a
intentar vencer. Según la película dirigida por Hugh Hudson, Harold Abrahams al llegar a estudiar al Trinity
College de Cambridge, formador de elite en Inglaterra, se dio el lujo
de lograr lo que nadie en 300 años había realizado:
Correr alrededor del gran patio de la Universidad en el límite
de las 12 campanadas del medio día marcadas por el gran
carillón, para ayudar a su logro corre junto a él el
estudiante y atleta sir
David Burghley.
La motivación de victoria de Harold Abrahams era diferente de la
de Eric Liddell, uno lo hacía para demostrar que más
allá de su raza y credo era inglés, el otro como
escocés para honrar a Dios. El primero contrata un entrenador
profesional que no era lo adecuado para el espíritu
olímpico de la época. Liddell sólo tenía su
don para correr. Queda la impresión que Abrahams
participó en París solo en los 100 y 200 metros y Liddell
estaba seleccionado solamente para los 100 metros a lo que renuncia
participar al enterarse al momento de embarcar para París que
las clasificaciones serían un domingo, día reservado a
Dios. Abrahams no logra medalla en los 200 metros pero sí gana
la de oro en los 100 metros. Entra a tallar sir David
Burghley quien había logrado la plata en los 400 metros vallas y
cede su derecho a Liddell en los 400 metros planos por el placer de
verlo correr. Poco antes de iniciar la carrera se acerca a Liddell el
atleta norteamericano Jackson Scholz medalla de oro en
los 200 metros y le entrega un papel en el que escribió: La
Sagrada Escritura dice: A quien me honrare yo honraré. Liddell
ganó el oro en esa prueba. Todo esto enmarcado en la
música de Vangelis y los méritos de un buen director de
cine.
Pero, tantos peros que nos
cambian la percepción de las cosas, esta vez decidí
investigar sobre esa película y esos Juegos Olímpicos de
París de 1924. Luego de lo encontrado pensé en el
refrán: Ojos que no ven
corazón que no siente. Mis ojos vieron y el
corazón sintió:
1.- No fue Harold Abrahams quien logró lo que nadie
en 300 años había
realizado: Correr alrededor del gran patio de la Universidad en el
límite de las 12 campanadas del medio día marcadas por el
gran
carillón, sino que fue un logro, honor y mérito de quien
en la película figura como su acompañante, el estudiante
y
atleta sir
David George Cecil Burghley.
2.- No fue sir David
George Cecil Burghley quien llegó segundo en los 400 metros
vallas y cedió su cupo en los 400 metros planos a Eric Liddell.
Liddell estaba inscrito para esa prueba y además para los 200
metros. No hubo británico en el medallero de esa prueba. Sir David
George Cecil Burghley participó en los Juegos Olímpicos
de Amsterdam de 1928 ganando el oro en los 400 metros con vallas. Lord David
George Cecil Burghley, marqués de Éxeter,
a la edad de 76 años rehusó asistir a la gala de
inauguración de la película "Carros de Fuego" por la
absurda manipulación de su director con respecto a su persona y
la realidad sucedida en 1924.
3.- No necesitaba Harold Abrahams ningún apoyo
fraudulento del
director Hugh Hudson pues
él tuvo sobrados méritos para destacar por ser el primer
europeo en ganar oro olímpico en los 100 metros, la más
rápida de las disciplinas, lo que no se destaca en la
película como tampoco se señala que Abrahams logró
medalla de bronce en la posta 4 x 100 y además figuraba inscrito
en el salto largo, prueba de la que se retiró, ya que
había logrado batir el récord británico con 7,38
metros marca que permaneció 32 años sin ser superada, lo
que es ignorado en la película.
4.- Es real que Eric Liddell
se retiró de los 100 metros por honrar el "Día del
Señor", pero logró el bronce en los 200 metros con su
tercer lugar, lo que la película ignora, prueba en la que
Abrahams llegó sexto. Además no destaca la
película que Eric Liddell logró el oro olímpico en
los 400 metros con récord mundial pese a estar muy debajo de la
marca que ese día, por honrar a Dios, él logró.
5.- Sam Mussabini gracias a Harold Abrahams pudo demostrar su nuevo
método para entrenar atletas para las distancias cortas.
6.- Ya que la película trataba sobre los juegos olímpicos
de 1924, ¿por qué ni siquiera se hizo una mención
sobre la máxima estrella de esos juegos, el finlandés
volador, Paavo
Nurmi que
ganó 5
medallas de oro en los 1.500, 5.000, 10.000 metros, cross
country individual y por equipos?
Saber ahora esto me dio pena
pues no empañaba a Harold Abrahams mostrar la verdad sin
falsear hechos que para nada benefician al gran atleta, abogado y
ciudadano que fue Harold Abrahams. La duda final que me
queda no la buscaré y, prefiero no ver para así, cada vez
que escuche la inspirada melodía "Carros de Fuego" de Vangelis,
contemplar a esos jóvenes entrenando en las arenas de una playa
a orillas del mar y ver al atleta norteamericano entregando la nota por
él escrita a Eric Liddell quien en ella lee: La Sagrada Escritura dice: A quien me
honrare yo honraré. Y correr Liddell como los dioses para
honrar al Señor...
La Actitud Mental es
fundamental en los logros de la vida, Harold Abrahams y Eric Liddell con diferentes
motivaciones tuvieron la Positiva Actitud Mental de ganar y lo
lograron. Más allá del "error" inentendible de Hugh Hudson, Lord David
George Cecil Burghley figura en Cambridge como el
primero que logró correr el patio de su Universidad antes de
finalizar el toque de las doce campanadas del mediodía y,
además, ser el ganador del oro olímpico en los 400 metros
con valla del año 1928. Ignoro la motivación tenida por el finlandés volador, Paavo Nurmi que
ganó 5
medallas de oro en atletismo en París, pero debe de haber sido
muy grande para hacerlo actuar con Actitud Mental Positiva para vencer
y superar obstáculos que todos, a nuestro modo y manera podemos
día a día en la vida superar si logramos PENSAR MEJOR.
Lo que he visto y mi corazón ha sentido para nada opacan a la
melodía de Vangelis ni a ese grupo de selectos jóvenes
preparándose en la arena de la playa, ni a los 100 metros de Harold Abrahams y los 400 metros de Eric
Liddell que la melodía me lleva a visualizar para así
enfrentar mejor la carrera que cada día la vida nos pone por
delante para vencer si actuamos con Actitud Mental Positiva.
Dr.
Iván Seperiza
Pasquali Quilpué,
Chile Marzo de 2006