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Un Mahatma de la Modernidad

http://www.el-mundo.es/especiales/2001/05/sociedad/ninos/bangladesh.html
RADIOGRAFIA DE BANGLADESH
Un pequeño país con una enorme pobreza
ELMUNDO.ES
MADRID.- La República Popular de Bangladesh, situada entre la India y Birmania, es uno de los países con mayor densidad de población del mundo. También es uno de los más pobres. Casi el 50% de sus 125 millones de habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza.
Quienes se llevan la peor parte ante la escasez en la que vive el país son las mujeres y sus hijos. Ellas no sólo sufren la pobreza, también tienen que luchar contra la discriminación sexual y la violencia, mientras los niños malviven trabajando desde edades muy tempranas.
En general, los niños se dividen en dos grupos: pobres y muy pobres. Desde muy pequeños, son reclutados para trabajar en el sector textil, en canteras, mercados, vendiendo mercancía por las calles, en la prostitución o como sirvientes en las casas. Según un estudio de la OIT, el 38% de los pequeños que trabaja en el servicio doméstico tiene entre 11 y 13 años, mientras que el 24% tiene entre 5 y10.
Tanto las mujeres como los pequeños son víctimas frecuentes de la enfermedad, debido a la precariedad de los servicios sanitarios: Más de 400 madres de cada 100.000 mueren al año durante el parto. La esperanza de vida se sitúa en torno a los 58 años. La diarrea, la neumonía y la disentería son las tres grandes causas de fallecimiento entre los niños, cuando no mueren por malnutrición.
La economía de Bangladesh se sustenta en las ayudas del exterior, como los préstamos, los microcréditos o las donaciones internacionales. El desarrollo económico y social se ve constantemente cohibido por la creciente densidad de población, la escasez de recursos naturales y los numerosos desastres, que se unen a la inestabilidad política.
Con una extensión de casi 144.000 kilómetros cuadrados, Bangladesh nació el 26 de marzo de 1971, cuando la zona este de Pakistán se separó del resto del país. Su principal fuente de riqueza, la agricultura, está basada en el cultivo del arroz, una actividad amenazada por los frecuentes ciclones e inundaciones, como las que sacudieron el país en 1998.

Mohandas Karamchand Gandhi fue bautizado por su pueblo de la India como Mahatma, un título otorgado por su bondad, sencillez, gran obra en pro de su pueblo y modestia. Mahatma significa alma grande. En lo que fue parte de la India Colonial Inglesa y hoy es la República Popular de Bangladesh vive alguien que debiera ser bautizado por su pueblo como Mahatma a pesar de no tener Ashram ni llevar ascética vida contemplativa. Tuve en suerte ver una entrevista televisiva realizada al economista Muhammad Yunus durante se segunda estadía en Chile. Quedé impresionado y conmovido por el "Aura" de este moderno Mahatma o alma grande, por su bondad, carisma y dedicación a los pobres en su lucha por erradicar la pobreza, sacándolos de la miseria mientras en el mundo cada día los menos con más ganan más a costa de los más con menos que cada día ganan menos, lo que da lugar a una brecha social en la cual el estiramiento del elástico de la injusticia da como para pensar en su ruptura, cuyo detonante podría ser en China, el paradigma de abaratar los costos del capital a costa de la humana explotación estatal... Mostraré algunas opiniones que espero trasunten la grandeza de este ser que, en la modernidad, con los medios materiales del Nuevo Orden encontró la forma de hacer algo noble, generoso, como definirlo; el milagro de Bangladesh, cuyo ejemplo es seguido con interés en el ámbito mundial.

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http://www.kairos.org.ar/articuloderevistaiym.php?ID=1010
EL RETO DE MUHAMMAD YUNUS A LOS CRISTIANOS EVANGÉLICOS

Muhammad Yunus es un economista de Bangladesh formado en Estados Unidos. Rechazando las comodidades que le ofrecía la sociedad de consumo y las excelentes oportunidades profesionales y personales en un país desarrollado, decidió dedicarse a servir a sus compatriotas en un contexto de múltiples necesidades humanas. En 1974 una desastrosa inundación sumió aún más en la pobreza a los sectores más menesterosos de la población de Bangladesh. En contacto con aquella realidad, Yunus se comprometió a dar una respuesta mediante un enfoque poco convencional: ayudar a los más pobres mediante la confianza en su afán por mejorar. Se trataba de préstamos de pequeñas sumas de dinero que les permitieran financiar la compra de materias primas e insumos, pequeñas máquinas o instrumentos de trabajo, de modo que por sí mismos pudieran generar ingresos dignos y salir de la dependencia, la explotación y la usura de comerciantes inescrupulosos.


Así desarrolló la idea de prestar pequeñas sumas de su propio bolsillo con devoluciones semanales. Comenzó a conocer la gran voluntad de mujeres jefas de hogar en devolver las sumas a las que se habían comprometido. Vio también que esas personas recobraban su confianza y se animaban a nuevos desafíos. Constató el progreso de esas personas que salían de la pobreza absoluta. En su razonamiento comenzó a preguntarse: ¿Por qué los bancos prestan a los que tienen más dinero y no a los pobres, que son quienes más necesitan del dinero? Después de recorrer distintas entidades financieras en busca de ayuda para los pobres y no encontrar un respuesta, fundó el Grameen Bank (Grameen significa aldea en bengalí), el primer banco de microcréditos en el mundo, que ha prestado más de dos mil trescientos millones de dólares a más de dos millones trescientos mil familias en todo el mundo.

Hoy Yunus es un experto internacional en la implementación de microcréditos para los pobres. Goza de gran reconocimiento mundial, especialmente por parte de entidades financieras internacionales, economistas y profesionales de las ciencias sociales. En 1993 fue convocado por el Banco Mundial a la Conferencia Mundial Sobre el Hambre en la ciudad de Washington, Estados Unidos. Su discurso ha desafiado a la banca internacional y su influencia ha modificado algunas políticas del Banco Mundial, que ahora está más interesado en prestar dineros a ONGs a efectos de que lleguen directamente a los pobres y los préstamos no pierdan gran parte de su impacto en la burocracia gubernamental de los países receptores.

En su libro Hacia un mundo sin pobreza Yunus muestra su vocación por volcar su formación universitaria en aplicaciones prácticas y en respuestas concretas a la pobreza. Se observa un hombre que identifica claramente las necesidades, diagnostica con precisión la realidad de su entorno y propone creativamente alternativas viables. No se queda en la concepción de una idea, sino que avanza en su implementación: evalúa de manera constante el desarrollo de cada actividad, corrige sus errores o desvíos y encauza su accionar hacia la concreción de sus objetivos. No se da por vencido ante las dificultades que enfrenta, sino que ante cada una de ellas trabaja incansablemente para encontrar una respuesta.
Eduardo Mariani  
Fundación Kairós
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http://www.zenit.org/spanish/archivo/9806/980622.htm#A3
Entrevista exclusiva con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1998
MADRID, 22 jun (ZENIT). El 18 de junio se concedió el premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1998 a Muhammad Yunus, el fundador del «Banco de los pobres». Junto a él, la Fundación Príncipe de Asturias galardonó al misionero Nicolás Castellanos, el cooperante Vicente Ferrer, el médico cirujano Joaquín Sanz-Gadea. El jurado tuvo en cuenta «su trabajo abnegado y tenaz y su contribución ejemplar en áreas geográficas y en actividades distintas, al progreso y a la mejora de las condiciones de los pueblos, ayudando de esta forma al mejor entendimiento entre los hombres». 

Muhammad Yunus, profesor de economía de la universidad de Chittagong (Bangladesh), decidió estudiar hace veinte años el motivo por el cuál sus bonitas teorías no ayudaban a salir a los pobres de su miseria. No entendía cómo personas que trabajaban doce horas al día, durante siete días a la semana, no tenían suficiente comida para alimentarse. Decidió que a partir de entonces los mismos pobres debían ser sus maestros. Así nació el Grameen Bank; el banco de los pobres.

--Zenit: Profesor Yunus, ¿Qué le han enseñado los pobres?
--Yunus: Que la pobreza no ha sido creada por ellos, ni es debida a las limitaciones de los individuos que componen esta clase social, ni esta causada por la escasez de la demanda de trabajo. La pobreza la hemos creado los hombres con nuestras políticas y teorías poco imaginativas y trasnochadas, que no contemplan las enormes capacidades que todos tenemos para cambiar las cosas y las circunstancias. La naturaleza humana ha sido creada para ser autosuficiente.
--Zenit: Y dígame, ¿Cómo se erradica la pobreza?
--Yunus: Algunos economistas sugieren que la solución al problema de la pobreza reside en la generación de empleo. Sin embargo, a menos que se diseñe correctamente, el empleo puede perpetuar la pobreza. Un trabajo asalariado probablemente mantenga a una persona en la pobreza para siempre, si sus ingresos no generan suficiente excedente para satisfacer sus necesidades básicas. Para desterrar la pobreza hay que seguir un proceso continuo de creación de activos, de forma que la base de recursos de una familia se fortalezca en cada ciclo económico, permitiéndole ganar, intervenir y ahorrar cada vez. En este sentido se puede decir que el autoempleo, apoyado por créditos, tiene más potencial para mejorar la base de recursos que el empleo asalariado.
--Zenit: Y, si el pobre no tiene recursos para pedir un crédito ¿Qué hace?
--Yunus: Ahí está el problema. El sistema bancario tradicional impide a los pobres mejorar su situación. No se les deja formar parte del mercado. Su pobreza no se debe a un problema personal causado por la vaguedad o la ineptitud, sino a un problema estructural: la falta de capital. El sistema existente hacía que los pobres no pudieran ahorrar un solo penique, imposibilitándoles una inversión que hiciera mejor sus vidas. Esta situación tenía que cambiar. Los bancos no deben servir para proteger a los ricos y hundir a los pobres. El acceso al crédito debería ser considerado un derecho humano.
--Zenit: ¿Cómo empezó el microcrédito?
--Yunus: Mientras la gente se estaba muriendo de hambre en las calles, yo estaba enseñando hermosas teorías de economía. Comencé a odiarme a mí mismo por la arrogancia de pretender tener respuestas. Los profesores universitarios éramos muy inteligentes, pero no sabíamos absolutamente nada sobre la pobreza que nos rodeaba. Contemplábamos todo a vista de pájaro, pero sin ser capaces de ver los detalles a ras de suelo. Así pues, decidí aprender de los pobres. Un día encontré una mujer que hacía taburetes de bambú para ganar dos centavos. Como no tenía dinero para comprar el bambú, había pedido un crédito a un prestamista. Éste le obligaba a venderle el taburete a bajo precio, con lo cual, trabajaba en la práctica como esclava del usurero. En la misma aldea había otras 42 personas en esa situación. Les presté los 30 dólares que precisaban para liberarse de esos «tiburones financieros», con la única exigencia de que empeñaran su honor y su palabra como garantía para devolver posteriormente el dinero.
--Zenit: ¿Por qué fundó el Grameen Bank?
--Yunus: Durante años intenté convencer a los bancos tradicionales de que prestaran pequeñas cantidades sin exigir garantías. Fue inútil. Los pobres son pobres porque el sistema ejerce un «apartheid» financiero sobre ellos. Los excluye primero, y los condena después a un papel pasivo. Así que decidí en 1976 fundar mi propio banco: el Grameen Bank.
--Zenit: ¿Qué características se requiere para acceder a un préstamo del Grameen Bank?
--Yunus: Nuestros microcréditos se otorgan a gente pobre sin exigirles garantías. Así integramos en el sistema productivo a muchas personas que estaban excluidas. Sólo les pedimos que por cada solicitud de crédito, se presente un proyecto que este respaldado por cinco personas sin lazos de parentesco. Estos empeñarán su honor y su palabra, y aceptarán colectivamente la responsabilidad de devolver los préstamos concedidos a distintos miembros. Las negociaciones se realizarán sobre el terreno, y las cantidades prestadas oscilan entre 15 y 30 dólares. La tasa de interés es del 16 por 100 y el reembolso se hace semanalmente desde el primer mes. Hay incentivos económicos, como la posibilidad de obtener préstamos escalonados, o la rebaja de los tipos de interés cuando se ha devuelto el préstamo anterior.
--Zenit: ¿Cuál ha sido el desarrollo del Grameen Bank?
--Yunus: Muy bueno. Hoy este banco funciona en 37.000 de las 68.000 aldeas de Bangladesh. De los 2,3 millones de préstamos, el 94% de los destinatarios son mujeres pobres. Nuestra tasa de devolución es de un 97%. En junio de 1997, sobrepasamos los dos mil millones de dólares en préstamos. Nuestro éxito confirma que los préstamos no requieren garantía para ser devueltos.
--Zenit: ¿El Grameen Bank se ha extendido en otros países?
--Yunus: Como Grameen Bank no, aunque el sistema de microcréditos que utilizamos en Bangladesh está ya presente en 52 países. Se han creado bancos con estas características en Bolivia (Bancoso), Indonesia (Kupedes), India (Sewa) y Sudáfrica (Get Head Foundation). En Europa, la experiencia más desarrollada se concentra en Francia. Recientemente el Banco Mundial ha fundado una institución llamada «Grupo consultivo para ayudar a los pobres» (CGAP), participada por 25 países, y que tiene como finalidad obtener recursos para desarrollar el microcrédito en todo el mundo.
El presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton ya ha solicitado públicamente el Premio Nobel de la Paz a este bengalí de 58 años. Pero para Muhammed Yunus, el único sueño que le gustaría alcanzar es el cumplir el objetivo marcado el año pasado en el primer «encuentro sobre el microcrédito» celebrado en EE. UU., de erradicar la pobreza de 100 millones de familias del tercer mundo para el año 2.005. Ya lo decía el célebre Lawna: «Sólo quienes ven lo invisible pueden hacer lo imposible».
ZE980622-3

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http://infodesarrollo.org/analisis.html?x=3704
El "banquero de los pobres" ahora apuesta a Internet
Horacio Bilbao
04/25/2002
Para Muhammad Yunus, la red ayuda a combatir la exclusión. Del microcrédito al acceso a la red, las estrategias de Muhammad Yunus revolucionan los conceptos de mercado, rescatando una visión social de los negocios y el acceso a la información. Más conocido como el "banquero de los pobres", cree que las nuevas tecnologías jugarán un rol crítico en la batalla contra la indigencia en Bangladesh.
Por Horacio Bilbao.
De la Redacción de Clarín.com
"La brecha digital seguramente será más acentuada si no hay intervención social. Las diferencias de conocimientos se ampliarán, las habilidades se ampliarán y con ello las oportunidades. El microcrédito y el acceso a las nuevas tecnologías tienen en común la capacidad de abrirles nuevos caminos a los pobres". Las frases de marras pueden parecer poco reveladoras, incluso trilladas o demagógicas pero cobran otro sentido en boca de Muhammad Yunus, director del Grameen Bank, mundialmente conocido como el "banquero de los pobres".

Yunus ha detectado en Internet una herramienta vital que, bien aprovechada, podría contribuir a la "dignidad e independencia a los más necesitados". Este bengalí de 60 años comenzó a ganar fama en 1976 con la creación del Grameen Bank (www.grameen.com), una institución apuntada a brindar microcréditos a los aldeanos pobres de su país, Bangladesh. El modelo de negocio que él inició rompió con las reglas de la banca. Pequeñas sumas de 20 a 300 dólares podían convertirse en la piedra basal para salir de la exclusión, ayudándolos a comprar herramientas, materias primas, y "desarrollar proyectos productivos". La iniciativa se convirtió rápidamente en un éxito: hoy, más de 2,5 millones de personas han la línea de indigencia gracias a él y el modelo se ha replicado en unos cuarenta países, entre ellos la Argentina donde desembarcó en 1999 bautizada como la fundación "Aldeas" (www.grameenarg.org.ar).

Con el tiempo, el banquero bengalí fue incorporando nuevas estrategias a su red, todas ellas funcionales a lo que el entiende es el negocio de la lucha contra pobreza. "Buscamos soluciones de mercado a los problemas sociales", subraya, convencido de que esta es una de las grandes falencias del capitalismo. Yunus cuenta hoy con su banco y una serie de programas que se extienden desde la atención médica hasta novedosas redes de telecomunicaciones basadas en la energía solar. Las "tecnologías de la información" lo seducen particularmente: "Será el instrumento que permita cambiar la visión del mundo de los más pobres", asegura.

En esa dirección apunta la propuesta de Grameen Cyber Net (www.citechco.net), una compañía de Yunus fundada en 1996, que en poco tiempo se convirtió en el proveedor de Internet más importante de Bangladesh. Desde entonces la firma ha logrado significativos avances mirando a las zonas más alejadas de un país con 130 millones de habitantes, buscando acercarles una herramienta fundamental para la comunicación, los negocios y la educación. También lo está haciendo a través de la Grameen Telecom, "comprometida a llevar los beneficios de la revolución en las telecomunicaciones a las zonas rurales de Bangladesh".

La meta de Yunus es tener al menos un teléfono y con el tiempo una conexión a Internet en cada una de las 65.000 aldeas del país. Su táctica es mantener el servicio barato para que llegue tanto al pobre como a la elite urbana. Ya ha conseguido tender una red de fibra óptica de Dhaka (capital de Bangladesh) hasta Calcuta y trabaja denodadamente para convencer a grandes compañías (Hewlett Packard, entre ellas) de la necesidad de crear un sistema de salud online, una red bancaria y una estructura de educación a distancia pensando siempre en la población marginal.

Grameen incorporó otro eslabón a su cadena de sitios en combate contra la pobreza. www.grameenjobs.com es la página de las oportunidades laborales, una típica red de empleo en la que se encuentran empresas y trabajadores, pero que se diferencia por criterio de selección de Grameen, que conforma su base de aspirantes con personal formado bajo la tutela del proyecto. Ya cuenta con una base de datos con 30.000 candidatos, muchos de ellos aldeanos, que están en condiciones de trabajar para las grandes empresas desde la red, una de las premisas de Yunus.

Combinando el acceso al crédito y a la información vamos a cambiar las reglas de juego para la gente pobre", sentencia el banquero, avizorando los beneficios de la educación, la capacitación y la eliminación de intermediarios como modo de acelerar el crecimiento de los sectores tampoco. Por eso, en algunas aldeas de Bangladesh ya se habla de la Internet sin cables, la energía solar y la conectividad de las zonas rurales.

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http://www.share-es.org/yunus.htm
Revista: SHARE INTERNACIONAL
Ejemplar: Enero/Febrero 1998
Título: Los pobres son merecedores de créditos
Autor: Entrevista a Muhammad Yunus por Monte Leach
Los pobres son merecedores de créditos
Entrevista a Muhammad Yunus por Monte Leach
El pasado febrero, Muhammad Yunus y otras personas organizaron la Cumbre del Microcrédito en Washington DC, a la que asistieron cerca de 3.000 participantes de todo el mundo. En el encuentro se estableció una meta: incrementar los 8 millones de personas que actualmente reciben microcréditos a "100 millones de las familias más pobres del mundo, especialmente las mujeres de dichas familias, para el año 2005". El editor norteamericano de Share International Monte Leach habló con el Dr. Yunus sobre la cumbre y su seguimiento.
Share International: ¿Qué ha pasado desde la Cumbre del Microcrédito en términos de avances en las metas de la misma?
Muhammad Yunus: En primer lugar, estamos clarificando terminologías – qué es el microcrédito, que significa la meta en cada caso – y diseñando planes institucionales. Un seguimiento de la cumbre será convocado en Nueva York en junio de 1998. Aquellas instituciones que ya han presentado un plan institucional para ayudar a alcanzar la meta serán invitadas a la cumbre para discutir su plan. Este es un periodo de movilización, de preparación para la acción, y de tratar de organizarnos para que cada organización se comprometa a una parte de la meta. Después de que el secretariado de la cumbre reciba la información de todos, calculará las cifras y evaluará cuán lejos hemos llegado en alcanzar la meta, cuánto nos hemos retrasado. Entonces, dependiendo de los resultados, intentaremos movilizar a más organizaciones para cubrir la brecha.
SI: ¿Estamos hablando de bancos, de grupos sin fines lucrativos?
MY: Tres mil personas asistieron a la Cumbre del Microcrédito. Cada una representaba a algún tipo de organización – un gobierno, una entidad sin ánimo de lucro, una agencia de noticias, una empresa, un programa de microcrédito existente. Todo el que quiera y sea capaz de presentar un plan será invitado a participar en la cumbre de seguimiento. Esperamos alrededor de 1.000-1.200 planes institucionales para la cumbre.
SI: ¿Cuál considera que es el mayor obstáculo para la consecución de esta ambiciosa meta?
MY: Es ambiciosa, pero al mismo tiempo conservadora; depende de dónde se mire. Si nos empeñamos al máximo, no es ambiciosa.
Los problemas residen en la creación de una institución. El dinero por sí solo no es suficiente. Se deben crear instituciones a un ritmo lento y constante, para que con cada paso la calidad del trabajo esté 100 por ciento garantizada. El aspecto de cantidad ha sido resaltado, pero la calidad es el factor crítico. ¿Cómo creamos calidad? ¿Como construimos instituciones que suministren dicha calidad? Estas son las preocupaciones actuales.
SI: ¿Significa eso crear instituciones como el Banco Grameen en diferentes áreas del mundo, pero basadas en las necesidades individuales de los diversos países?
MY: Nos referimos a crear instituciones con la capacidad, procedimientos y métodos particulares necesarios. Por ejemplo, con el Banco Grameen, se han traducido documentos en 100 o más idiomas. No puedes llevar el bangladesí a todas partes. El inglés iría un poco más lejos pero aún está limitado. En cada lugar, debe ser el idioma local. Muchos países tienen varios idiomas. China tiene dialectos locales. En India, cada región tiene su propia lengua. Pero la lengua es sólo un aspecto. Otro ejemplo es la necesidad de desarrollar programas apropiados si uno utiliza un sistema informático para fines contables.
¿Y de dónde proviene el dinero? ¿Debería ser la ventanilla del Banco Mundial, que da a todos dinero, y todos nos alinearíamos en Washington DC? ¿Funcionaría eso para una minúscula organización en Tonga? ¿Y cómo se trasladaría alguien del Banco Mundial hasta Tonga para averiguar lo que sucede? Para cada dólar que se invierte, se precisan cerca de otros 200 para que la parte administrativa del programa tenga lugar. Estas prácticas no son apropiadas. ¿Pero cuáles son los enfoques más eficientes y apropiados? Se han discutido estos temas y se han buscado soluciones.
SI: Mirando el conjunto de las cosas, ¿cuál cree que son las lecciones que ha aprendido personalmente en su trabajo con el Banco Grameen?
MY: Una es que los pobres son merecedores de créditos. Esa fue la lección más grande, porque los bancos nos habían dicho que no eran merecedores de créditos, razón por la cual nunca recibían créditos. Ahora, después de 22 años de funcionamiento del Grameen y recibiendo de vuelta su dinero, ya nadie puede de hecho decir esto. Una vez que retiras esa clasificación, tu enfoque bancario debe ser revisado en su totalidad. Si están en la misma categoría que lo ricos o que cualquier otra persona, entonces son merecedores de créditos, por lo tanto se les debe dar dinero.
Otra lección importante es que, teniendo las facilidades crediticias, los pobres pueden cambiar sus propias vidas. Uno no debe enviar expertos para ayudarles a cambiar sus vidas. Ellos saben lo que hacer. Todo lo que echan en falta es algo con lo que poder trabajar. Pueden salir de la pobreza. Y el microcrédito es un factor muy importante en el proceso.
SI: ¿Cree usted que si el modelo del microcrédito se aplicara a escala global, esto también ayudaría mucho a afrontar los otros grandes problemas como la degradación medioambiental?
MY: Si eres demasiado pobre, no te preocupas de nada porque tu supervivencia es primordial. Por lo que si estás dañando los bosques al talar sus árboles y alguien dice: "Estás dañando el medio ambiente," tu contestas: "Pero debo sobrevivir". Una vez que dejas ese nivel, y no debes preocuparte de tu supervivencia inmediata, entonces puedes mirar a tu alrededor lo que está bien y mal, lo que puede ser beneficioso para preservar el medio ambiente y lo que es malo para el entorno. De esa forma el microcrédito también es beneficioso para el medio ambiente.

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 http://www.barcelona2004.org/esp/actualidad/noticias/html/f043552.htm
16 / 07 / 2004
Muhammad Yunus, creador del Banco Grameen:
 «Queremos hacer negocios con los que no tienen nada»


Las «141 preguntas» del Fórum (68): «Para acabar con la pobreza, ¿debemos luchar contra el sistema o aprovecharnos de él?». Muhammad Yunus, profesor de economía de Bangladesh, creador del llamado «Banco de los Pobres», ha manifestado que «es preciso cambiar el sistema porque es el que ha creado la pobreza y nunca no la podrá erradicar». Uno de los numerosos asistentes a las «141 preguntas» ha pedido que el Fórum proponga la candidatura de Muhammad Yunus para el premio Nobel de Economía por sus iniciativas financieras destinadas a eliminar la miseria del mundo.

Muhammad Yunus, economista, creador del Banco Grameen de Bangladesh, ha destacado hoy en el Escenario de la Haima que «la pobreza es el resultado de un marco conceptual y de unas instituciones». Para el impulsor de los microcréditos, «es preciso cambiar el sistema porque es el que ha creado la pobreza y nunca no la podrá erradicar». Ha explicado que el sistema actual sólo puede perpetuar la pobreza porque sólo reacciona otorgando subsidios: «No actúa para provocar ningún cambio. Se limita a ayudar a que los pobres puedan sobrevivir, lo cual garantiza la continuidad de la pobreza», ha asegurado.

«Cuando necesito una idea, me pregunto como lo haría la banca convencional y entonces decido lo contrario». Reflexiones como esta han originado sonrisas y aplausos espontáneos entre el numeroso público que esta tarde ha seguido el acto de las «141 preguntas». Las más de quinientas personas reunidas en la Haima han recibido favorablemente la propuesta de que el Fórum defienda la candidatura de Muhammad Yunus para el premio Nobel de Economía, tal y como ha pedido uno de los asistentes. Antes, este economista revolucionario había sentenciado que «queremos hacer negocios con los que no tienen nada».

Preguntado por si compartía la opinión de que el sistema debería ir hacia la prisión y que los pobres se encargasen de dirigir el actual estado de las cosas, Muhammad Yunus ha contestado que no era un mal plan: «Los pobres podrían asumir el reto porque son muy listos. Si no lo fuesen, ¿cómo podrían sobrevivir ante tantas dificultades?».

Muhammad Yunus ha dicho que el sistema financiero sólo ofrece sus servicios a la mitad de la población mundial y ha declarado que «para nosotros, el crédito es un derecho para todo el mundo». Ha afirmado que «hemos creado un sistema contrario al establecido: si tienes muy poco, te dedicaremos mucha atención; si no tienes nada, aún te dedicaremos más». Basada en una relación de confianza mutua, donde no hay papeles ni interviene ninguna institución legal, «nuestra manera de hacer ha dado resultados maravillosos; nos interesan los más pobres y, sobre todo, las mujeres». Es una manera de hacer que comenzó hace treinta años con 27 dólares que Muhammad Yunus puso de su bolsillo.

El Banco Grameen, que da trabajo a 12.000 personas, reparte cada año 500 millones de dólares en créditos. No existe ninguna garantía de por medio, pero «la devolución del dinero es del 99%, y eso que tenemos tres millones y medio de acreedores». El 70% de estos 500 millones de dólares provienen de los ahorros de los acreedores y el otro 30%, de la gente que tiene su dinero depositado en el banco.

Pese a todo, Muhammad Yunus ha admitido que los microcréditos juegan un papel limitado en la erradicación de la pobreza. Después de señalar que es preciso acercar las nuevas tecnologías a los más pobres, ha explicado otra de sus iniciativas, que consistió en facilitar la telefonía móvil a pueblos sin acceso a la electricidad: «Mediante un crédito, una de las mujeres más pobres adquiría un móvil y el resto de la gente tenía que pagar por emplearlo. Así que de golpe y porrazo, aquella mujer se convertía en una persona imprescindible». Esta acción llevaba otra detrás: la instalación de paneles de energía solar.

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http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_ID=9367&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
1996 - Muhammad Yunus
Brillante economista de Bangladesh nacido en 1940, Muhammad Yunus obtuvo el doctorado en la Universidad Vanderbilt y posteriormente fue profesor en Tennessee (Estados Unidos de América).
En 1971 volvió a Bangladesh, que se había independizado, para ejercer la profesión docente en la Universidad de Chittagong, donde ocupó el cargo de Director del Departamento de Economía Rural hasta 1989.
Sin embargo, a partir de 1974, debido a la hambruna que asolaba Bangladesh (uno de los países más pobres y poblados del mundo), fue consciente de que sólo se puede salir del pauperismo superando las leyes del mercado, proporcionando créditos solidarios sin garantía a los más necesitados para que puedan realizar una actividad independiente y creativa.
En 1976, a pesar de la enorme resistencia y de los numerosos rechazos de las entidades bancarias de Bangladesh, Muhammad Yunus consiguió fundar el Banco Grameen (banco rural), que en 1983 obtuvo la calidad de banco autónomo.
Este "banco de pobres" benefició a dos millones de personas, propietarias del banco, en su mayoría mujeres (94%), que reunidas en grupos de cinco, solidarias y responsables, consiguieron reembolsar sus pequeños préstamos en contra de lo esperado.
Gracias a su éxito, el Banco Grameen, que sirvió de modelo en todos los continentes, aplicó una política económica y social encaminada a la construcción del hábitat rural y de escuelas. Ello condujo al jurado del Premio Simón Bolívar a galardonar en 1996 a Muhammad Yunus, que escribió lo siguiente: "El crédito solidario concedido a aquéllos que nunca habían pedido un préstamo refleja el enorme potencial sin explotar que tiene cada ser humano".

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Lo que nos enseñan a los economistas
Muhammad Yunus
Discurso de aceptación del premio "Ayuda a la Auto-ayuda" de la Fundación Stromme. 26 de septiembre de 1997, Oslo, Noruega.

No me enseñaron a entender la iniciativa personal. Me enseñaron, como a todos los estudiantes de ciencias económicas, a creer que toda la gente, a medida que va creciendo, debe prepararse para conseguir empleo en el mercado laboral. Si Ud. no logra conseguir un puesto, se inscribe para recibir ayuda del gobierno. Pero no podía sustentar estas creencias cuando me enfrenté a la vida real de los pobres en Bangladesh. Para la mayoría de ellos, el mercado de trabajo no significaba mucho. Para sobrevivir, se concentraban en sus propias actividades económicas. Pero las instituciones políticas y económicas no se daban cuenta de su lucha. Eran rechazados por las instituciones formales, sin haber hecho nada para merecerlo. . .

Me asombraba ver cómo sufrían los pobres porque no podían conseguir una pequeña suma de capital de trabajo - la cantidad que necesitaban era inferior a un dólar por persona. Algunos de ellos sólo podían conseguir el dinero en condiciones muy injustas. Tenían que vender los bienes al prestamista al precio arbitrario que él decidía. . .

Creamos instituciones y políticas basadas en la manera en que hacemos suposiciones sobre nosotros y otros. Aceptamos el hecho que siempre habrá pobres entre nosotros. Por eso hemos tenido gente pobre entre nosotros. Si hubiéramos creído que la pobreza es inaceptable para nosotros, y que no debe pertenecer a un mundo civilizado, habríamos creado instituciones y políticas apropiadas para crear un mundo sin pobreza. Queríamos ir a la Luna - y fuimos a ella. Queríamos comunicarnos unos con otros muy rápidamente - por lo que hicimos los cambios necesarios en la tecnología de las comunicaciones. Logramos lo que queremos lograr. Si no estamos logrando algo, mi primera sospecha recae sobre la intensidad de nuestro deseo de lograrlo.

Creo firmemente que podemos crear un mundo sin pobreza, si queremos. . . En ese mundo, el único lugar para ver la pobreza es en un museo. Cuando los escolares visiten el museo de pobreza, se horrorizarán al ver la miseria e indignidad de los seres humanos. Culparán a sus antepasados por tolerar esta condición inhumana de una manera masiva. . .

Grameen me ha enseñado dos cosas: primero, nuestra base de conocimientos sobre las personas y cómo actúan todavía es inadecuada; segundo, cada persona es muy importante. Cada persona tiene gran potencial. Ella sola puede influir en las vidas de otros en comunidades, y naciones - dentro y más allá de su propio tiempo. Cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior mucho más de lo que hemos tenido oportunidad de explorar hasta ahora. A menos que creemos un ambiente favorable para descubrir los límites de nuestro potencial, nunca sabremos lo que tenemos dentro. Grameen me ha dado fe, una fe inquebrantable en la creatividad de los seres humanos. Esto me lleva a creer que los seres humanos no nacen para sufrir la desdicha del hambre y la pobreza. Sufren ahora, y sufrieron en el pasado porque ignoramos al tema.

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Veamos algo más de la línea de pensamiento de Muhammad Yunus:

Cuanto más distanciado estás de la realidad de las personas pobres más incrédulo eres sobre su capacidad de salir del pozo; te haces tus propias teorías y elucubraciones sobre el cómo y el porqué de la miseria y te las crees aunque no sean ciertas. Pero cuando convives con ellos, cuando malvives con ellos, duermes bajo el mismo techo y comes del mismo plato, te conviertes en un creyente total, porque ya no ves al pobre, sino a la persona, y conoces sus sueños, los mismos sueños que tenemos todos, y sabes de los esfuerzos que hace cada día para sobrevivir. Y entonces te das de bruces con la injusticia de este sistema. Te preguntas ¿por qué yo cobro más que ellos si ellos trabajan incluso más que yo? ¿Por qué más de la mitad de la población mundial no tiene acceso a los servicios financieros? El sistema bancario está diseñado para que los pobres no puedan acceder. ¿Acaso tienen miedo de que no devuelvan los créditos? Bueno, siempre digo que si no lo hacen ya tendrán alguna cosa en común con los ricos... Cuando crees en la persona sabes que todo el mundo tiene capacidad y voluntad para mejorar por muy adversas que sean las circunstancias. Sólo falta que alguien crea en ellos.

Mi principal crítica es contra el sistema educativo, porque ha fracasado en [esta tarea de] convertirnos en creyentes, porque en lugar de acercarnos a la realidad, nos aparta de ella. El propósito último de la educación es abrir las mentes de las personas, ampliar nuestra visión del mundo, aprender a pensar y a comprender para poder prosperar. Por tanto, no podremos cambiar la sociedad ni dar un futuro a los que sufren si antes no reformamos la mentalidad educativa. ¿En qué valores educamos? En los de mejora y promoción individual. ¿Y de qué sirve la educación si no nos inculca el sentido de ayuda mutua, de contribuir juntos al desarrollo de todos?

La idea ha atraído a mucha gente, sobre todo a mucha gente joven. En los años sesenta, entre la juventud había un tremendo entusiasmo por encontrar la verdad, socialismo versus capitalismo. Pero aquello pasó, vinieron los tristes setenta, los ochenta... y ¿ahora qué? Los jóvenes se sienten frustrados, la política les ha fallado y creo que, a pesar de lo que parece, no les interesa el dinero por el dinero –quizás porque ya lo tienen-, sino que buscan ideales. Y los microcréditos tienen sentido, es un modelo financiero que entienden y una alternativa seria [al sistema]. Les gusta cómo se acercan a la pobreza, con una perspectiva nueva y respetuosa que nada tiene que ver ni con la caridad ni con la revolución. Y también les atrae el cambio que imprime al concepto de negocio. Tal y como está planteado hoy, el mundo empresarial es una desfiguración de si mismo. Cierto, negocio significa hacer dinero, pero no sólo eso. Hasta ahora ha sido totalmente ignorada, pero la economía social nos enseña que ayudar a los demás también puede ser un buen negocio, y un negocio rentable. Las empresas son armas muy poderosas, y alguien que quiera mejorar la sociedad no tiene porqué renunciar a la perspectiva empresarial para hacerlo. Puedes crear tu propia empresa, ganar dinero y, además, solucionar problemas de tu comunidad. La economía social mantiene el sistema pero a la vez contribuye al desarrollo colectivo. Y esto es un gran reto para la juventud.

Los gobiernos que mejor han entendido esta necesidad son el de Bangladesh, por descontado, y también Pakistán, que ya ha aprobado una Ley para la creación de Bancos de Microfinanzas. Y pocos más. Mire, me he reunido con ministros de finanzas de muchos países del mundo y todos son muy conservadores. No están en absoluto familiarizados con los microcréditos, los contemplan con cierta suspicacia en buena medida porque los académicos aún no los han aceptado. El microcrédito fue antes práctica que teoría y quizás por eso los círculos académicos lo mantienen al margen de las doctrinas económicas; sí, aceptan su existencia y los logros del Grameen Bank, pero aún somos una nota a pie de página. ¡Incluso para el Banco Mundial! Fíjese que el programa de microcréditos del Banco Mundial sólo representa un 1% del total del volumen anual de la entidad, cuando para ir bien debería ser, como mínimo, del 3%. No sé por qué dudan... Los críticos nos reprochan que el sistema de microcréditos no es suficiente, por si mismo, para eliminar la pobreza. Cierto. Pero nosotros no hemos dicho nunca que el microcrédito sea una medicina milagrosa, si no una buena y poderosa herramienta a partir de la cual empezar a trabajar. En todo caso, un estudio del Banco Mundial ha demostrado que cada año salen de la pobreza un 5% de las prestatarias del Grameen

Sobre el futuro me preocupa que con los Objetivos de Desarrollo del Milenio pase lo mismo que con los compromisos para el año 2000... Si se acuerda, a principios de los años noventa nos impusimos conseguir educación universal para todos en el año 2000, sanidad universal para todos ¡todo para todos en el 2000! Pero cuando por fin llegó el año 2000, no se había conseguido nada y lo peor es que nadie preguntó ¡eh! ¿Qué ha pasado con aquellos compromisos? Y si en 2015 se repite la historia, habremos perdido toda credibilidad ante los pobres del mundo, y la próxima vez que nos marquemos un compromiso nos dirán, con razón, “olvídenlo”. Esto es lo que me preocupa, porque a julio de 2004 aún no he visto los preparativos que serían de esperar si de verdad quisiéramos cumplir esos Objetivos. Por favor, de una vez por todas, entendamos que si establecemos una meta es para comprometernos a cumplirla; si no ha de ser así, dejemos a la gente en paz. Este es nuestro reto. Y entendamos también que es sólo una cuestión de voluntad. Para reducir la pobreza no necesitamos movilizar grandes recursos, sino muchas voluntades.

Superar la pobreza es esencialmente un proceso de liberar la creatividad de la gente bajo la pobreza. El microcrédito es una de las herramientas más eficaces para permitir a las personas explorar su energía e ingeniosidad. El microcrédito tiene la exclusiva habilidad de dar a los pobres acceso a oportunidades, oportunidades para crear auto empleo, crear negocios, comunidades y economías desde su base. Las microfinanzas ayudan a equilibrar las desigualdades de género y fomentan el empoderamiento de las mujeres muy eficazmente, a la vez que generan mayores oportunidades para sus hijos. El microcrédito es el segmento perdido del sector financiero.

Reflexión

El libertario sueño que, de la India unida y liberada del poder británico, tuvo Mahatma Ghandi en su "Revolución sin violencia", lo llevó a que Inglaterra cediera dándole la Independencia. Pero con duro y triste costo pues Pakistán pasó a ser otro país diferente, no hermano unido sino que rival separado de la India. Entre ambos extremos de esa división quedó un territorio con más de un 98% de población bengalí, el llamado Pakistán Oriental, hasta julio de 1947 parte de la India inglesa y desde esa fecha integrado al recién creado Dominio de Paquistán. En 1971 el bengalí Pakistán Oriental se proclamó como la República independiente de Bangladesh, situada entre Birmania y la India. Al no aceptar Pakistán Occidental esa realidad estalló la guerra civil, que fue sangrientamente aplastada. La entrada masiva de fugitivos paquistaníes en la India fue uno de los motivos principales que llevaron a este país a intervenir e iniciar, en favor de los secesionistas, una acción de reconquista. El 16 de diciembre el ejército paquistaní se rendía a la India y se proclamaba nuevamente la República de Bangladesh que pasó a ser uno de los pueblos más pobres del mundo, de mayor densidad de población y menor desarrollo. Es un país asolado por la miseria, por el paludismo o malaria, por las inundaciones y por la odiosa explotación que los menos con más hacen sobre los más con menos. Explotación en la que las mujeres con sus hijos son las más afectadas al ser inducidas desde temprana edad a la prostitución y el trabajo que más que trabajo es esclavitud cuyo sueldo, para abaratar costos, es solo algo de comida, donde viven con índices de Salud precarios, en la desnutrición por hipoalimentación sin leyes que los protejan... Pues bien, allí, uno de los que nació en la elite, era Muhammad Yunus quien en 1965 recibió una beca Fulbright para estudiar en los Estados Unidos. En 1970 obtuvo un doctorado en Ciencias Económicas en Vanderbilt University. Fue ministro de economía de Bangladesh y en 1972 se convirtió en docente de la Chittagong University. Yunus sacrificó su dorada vida por ser un alma grande, un Mahatma en una modernidad enmarcada por la riqueza en la que el becerro de oro nubla la realidad existencial y él, tocado por esa realidad existencial de su pueblo, inicia una pacífica cruzada de revolución económica en libertad que ha sorprendido al mundo y a muchos clamar que a Muhammad Yunus le sea otorgado el Premio Nobel de Economía, olvidando que ese Premio no está reservado para los que se preocupan de los más con menos... En 1994 Yunus ganó el Premio Mundial de Alimentación, por su contribución a la baja del índice de desnutrición en Bangladesh. Fue nombrado miembro honorario de Warwick University, en Inglaterra. Hoy recorre el mundo presentando el ejemplo de su Banco y promoviendo su libro, “Hacia un mundo sin pobreza”.

En su reciente visita a Chile Muhammad Yunus destacó:

Los políticos hablan de combatir la pobreza, reciben los aplausos y después que son elegidos no se acuerdan de sus compromisos. Todos los países deben hacer un esfuerzo para combatir la pobreza, como lo estamos haciendo en Bangladesh, donde pasamos de algunos préstamos en la década de los '70 a ayudar a 2,8 millones de prestatarios actualmente. La idea es erradicar la pobreza y una vez que llegue ese día se levante un "Museo de la Pobreza" para que las futuras generaciones sepan o recuerden la inhumanidad o las condiciones dignas de animales en la que vivían algunos seres humanos.

¿BANCO DE LOS POBRES EN CHILE?
Consultado Yunus sobre ¿cómo sería instalar una oficina del Grameen Bank o del "Banco de los pobres" en Chile? Responde:
 
Tendrían los mismos problemas que en la década del '70 en Bangladesh: los bancos se comportan de la misma manera y no otorgan todos los créditos. Con una oficina del
Grameen Bank o del "Banco de los pobres" en Chile la gente no tendría que preocuparse de encontrar trabajo y los desempleados de buscar formas para generar ingresos. Podrían pedir créditos en el banco y empezar su propio negocio, sin tener que esclavizarse laboralmente para la gente de altos ingresos.

La historia se inicia en el año 1976, en Bangladesh, un país azotado por la hambruna y la pobreza. Su encuentro con Sufía Begum, una mujer indigente, lo enfrentó a la realidad de la extrema pobreza que se manifestaba en cada esquina de su ciudad, pero que muchos preferían ignorar. Sufía fabricaba sillas de bambú para mantener a sus tres hijos. Conversando con ella se enteró de su drama: como no tenía los 22 centavos que necesitaba para comprar el material debía pedirlos a un prestamista, quien a su vez le compraba el producto de su trabajo a un precio que, descontando el préstamo, dejaba a Sufía sólo dos centavos por silla, encerrándola en círculo de pobreza que no podía romper por sí misma. Yunus señala:

Tras muchos intentos fallidos, donde mi arrogancia académica se desvaneció ante la realidad, me di cuenta que la gente sufre por un poco de dinero y que en innumerables casos son víctimas de los usureros. Así que, con la ayuda de un alumno, decidí confeccionar una lista con el monto que requería cada persona en una aldea. Para mi sorpresa, la suma fue de US 27 dólares. No lo podía creer. Lo que más me impresionó, fue cómo las personas sufrían porque no tenían acceso a pequeñas sumas de dinero y en eso estaba su principal drama. A nadie le importaba ayudar con pequeñas sumas para que otros progresaran. Por eso elaboré una lista con la gente que necesitaba una inyección de dinero, llegando a un total de 42 personas que requerían de 27 dólares para comenzar un pequeño negocio. Mujeres explotadas en su trabajo por quien les había hecho un pequeño préstamo para que le trabajaran a él a bajo costo. Las acompañé a un banco, donde se negaron a prestar el resto del dinero que necesitaban al considerar que los pobres no eran merecedores del crédito. Me ofrecí como garante, recibí el dinero y se los di a los pobres. El proyecto funcionó y la gente devolvió los préstamos, por lo que empecé a expandir los créditos y como los bancos no tenían interés en lo que estaba haciendo, decidí crear mi propia institución financiera. De esta manera nació el Grameen Bank, o el "Banco de los pobres". Las mujeres administran mejor el dinero en la familia que los hombres. La tasa de devolución de los créditos sin garantías es del 99%. Decían que nuestro sistema no iba a funcionar y ahora que somos demasiado grandes. La pobreza es estar desprovisto de todo. Por lo tanto, ese toque de éxito, el devolver el dinero, es una excusa para que la persona conozca sus capacidades. La pobreza no la crea la gente pobre. Ésta es producto del sistema que hemos creado, por ende hay que cambiar los modelos y conceptos rígidos de nuestra sociedad. El microcrédito es una de las herramientas más eficaces para permitir a las personas explorar su energía e ingenio.
 
Pienso que el título de esta Reflexión 41 lo entenderá mejor quien ha visto en una entrevista televisiva a Muhammad Yunus o ha estado con él apreciando cómo irradia un aura especial que se refleja más allá de su persona en su obra desde el ámbito de Economista y creador de una Banco para los pobres. Sólo así el título de Mahatma que le sugiero no se encontrará exagerado, pues Mahatma es más que donativos y obras que tantos realizan, es el reflejo en esas obras de un alma grande que las hace realidad.

Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Diciembre de 2005

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