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Sobre Filosofía Vedanta
El Universo todo es una persona. Dejad las pequeñas cosas, abandonad lo pequeño por lo infinito,
romped la cadena y sed libres. Intensificad el sentimiento que tenéis hoy, elevadlo a lo más alto hasta sentir la Unidad,
Dios en vos y los otros. El sentimiento es la vida, la fuerza, la virtud.
El hombre no va de error a la verdad, sino que escala de verdad en verdad, de una verdad inferior a una verdad superior.
Vivekananda

A manera de definición se puede decir que:

http://www.vedanta.org/espanol/espanol.html
La Vedanta es una filosofía enseñada en los Vedas, las escrituras más antiguas de la India. Su enseñanza básica es que nuestra verdadera naturaleza es divina. Dios, la realidad esencial, existe en todos los seres. La religión es por lo tanto, la búsqueda del conocimiento personal del ser, una búsqueda de Dios dentro de nosotros. Existen diferentes caminos para llegar a Dios. Por eso, la Vedanta enseña el respeto por todas las religiones. 

Las principales ideas de la Vedanta son las siguientes:

Dios es uno sin segundo (o sea no dos o más), es absoluto e indivisible. Aunque impersonal, más allá de nombre y forma, Dios asume varias formas personales para revelarse a nosotros. Dios es nuestra alma. Nosotros somos primordialmente conciencia, parte de la conciencia cósmica (universal). 

Todas las encarnaciones (manifestaciones de Dios en la tierra) son de hecho encarnaciones de la Divinidad. Ni una sola encarnación puede ser considerada como la única manifestación de esa divinidad. 

No existe nada por accidente en el universo cósmico. El destino humano está gobernado por la ley de causa y efecto. 

Nacemos en la tierra repetidas veces para completar el trabajo incompleto de realizar nuestra divinidad. Aunque nosotros sufrimos por nuestras acciones, podemos controlarnos a nosotros mismos y por lo tanto a nuestro destino. 

Existe un nivel más elevado de consciencia que puede ser alcanzado en este nacimiento humano. 

Existen muchas maneras de alcanzar la unión con Dios (la realización de la verdad) a través del intelecto, las emociones, las acciones y la voluntad. Un camino específico o combinación de caminos debe ser seguido para realizar el propósito y objetivo de la vida.

Conducta correcta o incorrecta:

Toda ética es meramente un medio para lograr al fin encontrar a Dios dentro de nosotros. La acción correcta es aquella acción que nos acerca al conocimiento de Dios. La acción incorrecta es aquella que nos aleja de ese conocimiento. 

Fue el  Swami Vivekananda (1863-1902) quien trajo la Enseñanza Vedanta a Occidente. Destacó:

Los mismos nervios que conducen sensaciones de placer conducen también sensaciones de dolor, y la misma mente percibe dichas sensaciones. El progreso del mundo significa más diversiones, pero también más miseria. Esta mezcla de vida y muerte, de bien y mal, conocimiento e ignorancia, es lo que llamamos Maya o el fenómeno  universal. Podéis permanecer durante toda la eternidad aprisionados dentro de esa red, buscando la felicidad; la hallaréis en abundancia, como asimismo la desdicha. El creer que podemos conseguir lo bueno sin lo malo es ingenuidad infantil y necia. Sólo quedan dos caminos. Uno consiste en abandonar toda esperanza y aceptar al mundo tal cual es, soportando los golpes y las desdichas con la esperanza de recoger de vez en cuando unas migajas de felicidad. El segundo camino consiste en abandonar la búsqueda del placer, sabiendo que éste es otro aspecto del dolor, y buscar la verdad; y quienes se atreven a indagar la verdad acaban por descubrir que está siempre presente – presente en ellos mismos –.

Cada alma es potencialmente divina. La meta es manifestar esta divinidad que llevamos dentro, controlando la naturaleza externa e interna. Las doctrinas, dogmas, rituales, libros, templos o formas, sólo son detalles secundarios.

¡Dejad vuestra jactancia! ¿Qué ha hecho en el mundo vuestro cristianismo sin ayuda de la espada? Predicáis esa religión en nombre del lujo. Todo es hipocresía en lo que he oído sermonear aquí. ¡Todo ese amontonamiento de riqueza que se recomienda en nombre de Cristo! Cristo no encontraría en vuestra casa ni una piedra donde pudiese descansar su cabeza. ¡No sois cristianos! ¡Volved a Cristo!

Y si me decís que el brahmán, por su nacimiento, tiene más aptitud para aprender que el paria, os diré que no gastéis más dinero en educar a los brahmanes; ¡Pero sí a los parias! Dad a los débiles, para quienes son necesarios todos los dones. Si los brahmanes nacen inteligentes, ¡ya se instruirán ellos solos! ¡Así son la justicia y la razón, como yo las entiendo!

¡Atreveos a decir la Verdad, toda la Verdad, en todos los momentos, a todos, sin distinción, sin equívocos, sin temor, sin compromisos!

Después de tanta ascesis he sabido que la verdad más alta es ésta: DIOS está presente en todos los seres. Todos ellos son formas múltiples suyas.

Este es el mensaje de Sri Ramakrishna, mi Maestro, al mundo moderno: Sed espirituales y realizad la verdad por vosotros mismos. No os preocupéis de doctrinas; no os preocupéis de dogmas y sectas, o de iglesias o templos; ellos cuentan poco en comparación con la esencia de la existencia que mora en cada hombre, la cual es espiritualidad, y cuanto más se desarrolla esta espiritualidad en el hombre, más potente es éste para el bien. Ganadla primero, adquirirla; no critiquéis a nadie, porque todas las doctrinas y todos los credos contienen algo bueno. Demostrad con vuestras vidas que la religión no significa palabras, ni nombres, ni sectas, sino realización espiritual. Sólo quienes han alcanzado las espiritualidad pueden comunicarla a otros y pueden ser los grandes instructores del género humano. Ellos únicamente son las potencias de la LUZ.

El año 1936, swami Vijoyananda (1898-1973) en conferencias radiotelefónicas, sobre Filosofía Vedanta señaló:

Este mundo está lleno de sufrimiento: no es necesario observarlo durante mucho tiempo para convencerse de la terrible existencia del dolor. Hay hambre, miseria, enfermedades, vejez, destrucción y muerte; existen el odio, la envidia, los amigos falsos, los malos guías, los maestros indignos y los predicadores ignorantes... En este mundo nuestro de hoy en día, marchan abiertamente la rapiña, la codicia, la lujuria y sobre todo el demonio de la destrucción...  a pesar de todo no hemos abandonado la búsqueda y seguimos intentando aprender y amar, esforzándonos por ser felices.

Me habéis dicho públicamente y en privado que soy un hombre peculiar porque hablo de Cristo sin ser cristiano. No me he vendido a, ni soy esclavo de ninguna iglesia, ningún hombre, ningún santo, ni siquiera Dios. ¡No soy un esclavo! No soy un esclavo, lo repito, y siento profunda compasión por los esclavos de toda clase. Los esclavos políticos deben ser liberados; dadles libertad política. Los esclavos mentales deben ser liberados; dadles libertad de pensamiento. ¿Pero cómo podremos liberar a aquellos esclavos religiosos que no sólo han vendido su cuerpo y entregado su mente a las distintas ideas de debilidad, sino que han abducido hasta su alma?

Sólo existe un Dios que aparece como múltiple. Desde el Dios el Creador hasta el más insignificante átomo de Su creación, todo es Él. En el pasado era Él, Él es en el presente y Él será en el futuro.

¿Dónde hallar a Dios? ¡ EN EL HOMBRE !

Debéis ser libres. Busca primero tu propio ideal, elígelo libremente, sin que nada externo te presione; y luego dedícate a él por completo. Si así haces, te afirmo que lograrás tu ideal y te convertirás en él. Existe un Dios que aparece como múltiple. Desde Dios el Creador hasta el más insignificante átomo de Su Creación, todo es ÉL.

Cuando actuéis más en el plano mental, obtendréis el primer vislumbre de lo que significa la palabra "impersonal". A medida que vaya yo creciendo en mi aspecto universal, mi Cristo se tornará universal; y cuando haya logrado trascender todo concepto de nombre y forma, mi Dios será impersonal.

El goce y el sufrimiento son dos aspectos de una misma cosa. Lo que quieres ser quiérelo con todas tus fuerzas. Es el disfraz de la fama la causa de nuestra ligadura.

Busca primero tu propio ideal, elígelo libremente, sin que nada externo te presione; y luego dedícate a él por completo, lograrás tu ideal y te convertirás en él.

Me repetirás lo dicho por aquél filósofo francés: "Pienso luego existo". Pero esta existencia a la cual se refería es sólo una de las múltiples manifestaciones de la existencia real, es la existencia traducida en pensamiento. Lo correcto sería decir: "Existo, luego pienso".

Es siempre nuestra mente la causa de todas nuestras desdichas y alegrías,

Todos los intrincados problemas que la mente fabricó cuando se hallaba en un estado de impureza y debilidad, irán desapareciendo y dejarán por completo de existir cuando la mente se purifique.

Esa misma mente purificada nos eleva. nos enseña a no necesitar de nadie, nos señala el sendero y nos aconseja que sigamos cada uno nuestro propio y adecuado camino.

Es también la mente, además de la causa de nuestras alegrías y desdichas, quien crea los objetos, quien toma la actitud de sujeto y quien establece la conexión entre ambos; así continúa creando y multiplicando objetos, unas veces buenos y otras malos.

Cometiste en el pasado el error de creer que tenías una mente impura y a consecuencia de ello te pusiste a amar lo material y olvidaste que tú única existencia es la del Ser, el Eterno Espíritu.

Di a tus amigos que tengan fe en sí mismos. Es en verdad gran lástima, es muy de lamentar, que hayamos perdido la fe en nosotros mismos. Somos hijos de Dios.

Cuando el hombre se esfuerza por volverse divino sólo muestra al Dios que en sí lleva latente. Somos dioses en potencia. ¿Por qué entonces no deseas lo mejor de lo mejor, por qué no transformas tu ser personal en  existencia impersonal? Tú solo puedes cambiar todo esto. Trata de conocer, conócete a ti mismo. Busca entre los pensamientos aquel que más te agrade, y allí, en ese punto, sobre esa idea, concentra tu energía entera.

Mantente seguro de ti mismo. Nos estás maldito ni condenado; sólo estuviste equivocado.

No sólo en el pasado fuiste la luz, la fuerza y la existencia; lo eres aún ahora y lo seguirás siendo en el futuro, por los tiempos de los tiempos.

Levanta la cabeza, yérguete; eres lo mejor de cuanto existe, la flor de la humanidad, el hijo de Dios.

Posees suficientes fuerzas para romper tus cadenas; úsalas. transforma el deseo y conviértelo en tu amigo.

Tu falta de fe en tu omnipotencia hicieron de ti una presa fácil para esos monstruos creados por tu ignorancia.

Cuando le quites a tu ego, a tu existencia reflejada, todos sus puntos de apoyo, esas columnas al parecer indestructibles que sostienen tu pequeña personalidad se derrumbarán al faltarles la base: entonces desaparecerá tu ignorancia y existirás como la Existencia misma.

Para el hombre que casi siempre vive en el plano físico la mente es tan sólo una función de su cerebro; pero la humanidad pensante sabe muy bien que la mente, además de guiar al cerebro construye nuevas células cerebrales y pone en orden las viejas.

Es nuestra mente quien recibe impresiones, quien las guía y cataloga, quien determina nuestras vidas y causa nuestra felicidad o desdicha. El cuerpo físico es tan sólo un vehículo a merced de la mente y tiranizado por esta. Es nuestra mente quien nos da la idea de que no sólo henos sido y volveremos a ser libres, sino que siempre lo fuimos.

La mente se divide en cuatro partes: el órgano que recibe las impresiones; el órgano que determina; el depósito de los conocimientos; y la facultad que me sugiere la idea de mi ser individual, de mi "yo". Estas cuatro partes componen el plano mental.

¿Sabes que tú siendo un ser, puedes guiar tu mente? Si lo sabes doy por sentado que ya ha surgido en ti el deseo de conocer a tu YO, al Ser.

El cuerpo físico es un vehículo que transporta impresiones; es simplemente el templo exterior en el cual reside el Ser. Para llegar a Él debes atravesar varias cámaras interiores. La primera es la mente que recibe impresiones.

La mente, órgano receptor, es el indicador del estado del microcosmos tanto como del macrocosmos; el movimiento continuo es su única manifestación. El primer indicio de nuestra existencia como ser distinto de todos los demás, sin conexión alguna con el universo, surge en nosotros cuando nos volvemos capaces de detener la mente. Entenderás tu naturaleza dinámica cuando hayas alcanzado el estado estático.

¿Por qué no pones en práctica todo cuanto aprendiste o por lo menos una parte de ello? ¿Por qué no haces una pausa y te dices a ti mismo: "Ahora haré algo, ahora yo mismo descubriré lo que hay de eficaz y cierto en lo que he aprendido? Ten fe en ti mismo.

Nuestra alma se refleja, podríamos decir, sobre una cierta entidad y se convierte en nuestro ego. Ese reflejo del alma es el actor, el que disfruta y sufre; es el ego que crea cielos o infiernos y luego va a dichos lugares.

La mente subconsciente es depósito de conocimientos, este lago cuyo oleaje impide que el Ser se refleje en forma completa. Debemos elevar el subconsciente al plano consciente. Somos hijos de la Luz y nada debe permanecer oculto o desconocido para nosotros; no hay rincón por oscuro que sea donde no pueda brillar la Luz de la sabiduría, no hay debilidad que no pueda ser conquistada por la voluntad. Somos divinos. Debemos dedicarnos con toda nuestra alma a la búsqueda. Si caemos volveremos a levantarnos.

El hombre que no se respeta a sí mismo de nada sirve, ni para él ni para la sociedad.

Cuando transformemos al subconsciente en consciente, conoceremos el origen de nuestra ignorancia primaria. Disciplínate hasta conseguir conocerte.

Se consciente de ti. de tus pensamientos, de la causa que te impulsa a actuar. No te apesadumbres si cometes errores; sólo se consciente de ellos. Por encima de todo, es tu inconsciencia la causa de tu existencia miserable. Eres hijo de la luz. Se consciente de ello. Se consciente de ti mismo. El verdadero conocimiento consiste en conocerte a ti mismo.

Algo sentiste en el pasado que te impulsó a iniciar tú búsqueda, a iniciar este esfuerzo por desgarrar los velos de la naturaleza y por conocer todos sus misterios, sean físicos o mentales. Pero olvidaste un factor: Olvidaste que eres un alma. Recalca en tu mente la sugestión que eres un espíritu libre, que tu única existencia es la de un alma libre.

¡Hijo de la luz, no quedes por más tiempo en la oscuridad! Eres el conocimiento: ¡Conócete a ti mismo! La dicha no es una cualidad, ni es objeto o un estado que puedas adquirir; ¡tú eres la dicha! Sé consciente de ello.

Trasciende la diversidad, trasciende la armonía misma, y alcanza la unidad; en otras palabras: ¡Conócete a ti mismo!

Reflexión

Al leer lo precedente expuesto sobre Filosofía Vedanta pienso en el día 11 de septiembre de 1893 cuando se inauguró el Primer Parlamento Mundial de las Religiones, Chicago, EE.UU. Fueron consideradas como las 10 religiones mundiales las siguientes: hinduismo, budismo, jainismo, zoroastrismo, taoísmo, confucianismo, sintoísmo, judaísmo, cristianismo e islamismo.

A los escogidos asistentes, unas 6.000 personas, muchos con gran "autoridad" el joven swami Vivekananda les dijo:

Os saludo en nombre de la Orden monástica más antigua del mundo que ha dejado este precepto: ¡Aceptaos y comprendeos unos a otros!
Os citaré, hermanos, algunas líneas de un himno:

"Así como los diferentes arroyos tienen sus fuentes en diversos lugares y vierten todos sus aguas en el mar, así, ¡Oh Señor!, las distintas sendas que los hombres toman por diferentes tendencias, por diversas que parezcan, tortuosas o rectas, todas conducen a Ti".

Debe haber causas, antes del nacimiento, que hagan a un hombre desgraciado o feliz, y esas causas son sus acciones pasadas.
Levantaos ¡oh leones! y sacudíos la ilusión de que sois carneros; sois almas inmortales, espíritus libres, benditos y eternos; no sois materia, no sois cuerpo; la materia es sierva vuestra y no vosotros los siervos de ella.

Si algún día llega a haber una Religión Universal, ha de ser aquella que no esté radicada en el tiempo o en el espacio; que sea infinita, como el Dios que predique, y cuyo sol brille sobre los discípulos de Krishna y los de Cristo igualmente, sobre los santos y sobre los pecadores; que no sea brahmánica, ni budista, ni cristiana, ni mahometana, sino la suma total de todas ellas y tenga todavía infinito espacio para evolucionar; que en su catolicidad abrace con sus infinitos brazos y le haga un lugar para cada ser humano, desde el salvaje más inferior y envilecido, que muy poco sobrepasa al bruto, hasta el hombre más encumbrado que se eleva por las virtudes de su cerebro y de su corazón casi por encima de la humanidad, haciendo que la sociedad se asombre en su presencia y dude que sea de naturaleza humana. Será una religión que no tenga lugar en su seno para la persecución ni la intolerancia, que reconozca la divinidad en cada hombre y mujer, y cuyo fin, cuya fuerza total, esté reconcentrada en ayudar a la humanidad a realizar su propia y verdadera naturaleza divina.
Pero si alguno de los presentes espera que esta unidad se produzca mediante el triunfo de alguna de las religiones y la destrucción de otras, yo le digo: "Hermano, esperáis un imposible". ¿He de desear yo que un cristiano se haga hindú? Dios me libre. ¿Desearé que el hindú o el budista se conviertan en cristianos? No lo permita Dios. Cada uno debe asimilar el espíritu de los otros y conservar, sin embargo, su individualidad, creciendo según sus propias leyes.

Si el Congreso de las Religiones ha demostrado algo al mundo es lo siguiente: Ha probado que la santidad, la pureza y la caridad no son la posesión exclusiva de ninguna iglesia del mundo y que cada sistema ha producido hombres y mujeres del más elevado orden. En presencia de este hecho evidente, si alguien sueña con la exclusiva supervivencia de su propia religión y la destrucción de las otras, le compadezco desde el fondo de mi corazón y le hago notar que en la bandera de cada religión pronto se escribirá, a despecho de su resistencia: "Ayuda y no lucha", "Asimilación y no destrucción", "Armonía y paz y no discrepancia.

La santidad, la pureza y la caridad no son la posesión exclusiva de ninguna Iglesia del mundo, y cada sistema ha producido hombres y mujeres del más elevado orden. Si alguien sueña con la exclusiva supervivencia de su religión y la destrucción de las otras, le compadezco desde el fondo de mi corazón.

Intento ubicarme en el amplio salón de aquel pasado en donde sobresalían los líderes mundiales religiosos con sus atuendos y ornamentos que mostraban su jerarquía. Para ellos, si eran judíos los demás eran gentiles y ellos los escogidos; si eran católicos todos los demás estaban en el error; si eran islámicos los demás eran infieles; si eran masones los demás eran profanos y ellos iniciados; si eran evangélicos cristianos ellos eran los únicos salvos y todos los demás serían unos eternos condenados...

Luego de 112 años de aquel unitario intento, ¿hubo cambios? Yo diría que no, y es más, se han intensificado las diferencias por dogma, siendo el dogma la humana falible interpretación de un abstracto Mensaje Divino. Pero en ese Parlamento del año 1893 un Maestro, el joven Vivekananda, brilló con Luz propia y recordó al mundo que en todo credo hay personas devotas y destacadas de elevado orden, que ninguno es superior a otro, que todos somos Hijos de Dios y que cada credo es un afluente que converge al mismo centro. Swami Vivekananda acaparó la atención del público y la prensa opacando a los demás oradores. De acuerdo con la historia cuesta entender, salvo por el principio de causalidad, cómo logró él llegar a Chicago desde la India, superando una tenaz oposición en especial entre algunos teósofos.

Vivekananda como monje vedanta dejó una semilla que junto con otras brotó en Occidente ayudando a fructificar la idea que se consolidó como La Ciencia de la Mente, que en su esencia es Vedanta expresado de manera Occidental moderna... pues quien mira hacia su Mundo Interior aprecia que todos somos iguales y cada uno está acá en una transitoria misión de vida importante para la evolución de su alma y ahora de suma trascendencia para la humanidad toda.

Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Septiembre
de 2005

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