Reflexión 106

Los Trasplantados

Proemio

De niño disfrutaba escuchando junto a mis padres el programa radial "Italia canta" con música selecta de ópera. En mi carrera de Medicina en Argentina iniciada en Mendoza, la música clásica fue mi fiel amiga y compañera de estudio, siendo la melodía que más me motiva la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, llamada Coral y, por paradoja es la que menos intento escuchar pues me emociona y me veo nuevamente de estudiante universitario fuera de la Patria y, de la zona de los recuerdos, brotan a raudales sentimientos encontrados. Sin ser brillante fui un metódico buen alumno, es más, de los 35 ramos de la Carrera rendí 18 adelantándolos como alumno libre lo que me significó ganar o adelantar un año, sin ser jamás reprobado y con un buen promedio de calificaciones. Antes de finalizar los estudios en Córdoba adonde desde Mendoza me trasladé, debí migrar a Uruguay para así poder regresar con un título reconocido a Chile. Ese traslado me significó que tres o cuatro ramos de Clínica Menor, que en Córdoba había que cursarlos aparte no tuve que rendirlos pues me fueran reconocidos en Montevideo, Uruguay, por ser parte de las Clínicas Mayores que ya tenía aprobadas.

Una vez recibido y de regreso definitivo en Chile, pasaron varios años, primero como médico General de Zona con asignación a Pediatría, después con la Licenciatura de especialista “master” en Salud Pública, luego en Oftalmología y, cada cierto tiempo tenía un sueño recurrente donde debía retornar a Córdoba a dar esos exámenes "pendientes" para así poder ejercer en Chile... por suerte era solo un sueño, supongo fruto del estrés que significa la carrera por lo complejo de su estudio y rigidez en sus exámenes, además de la juvenil ansiedad por retornar al hogar y la Patria... Ese sueño dio paso después a otro, en el que siendo ya médico y oftalmólogo regresaba a Córdoba para lograr el título de Argentina y, el tiempo pasaba y no pasaba nada... hasta que al fin, en otro sueño, entendí lo absurdo de la situación y regresé a ejercer en mi país y el sueño desde entonces desapareció.

Hoy compré la Revista Ercilla porque venía con el CD de la Novena Sinfonía de Beethoven interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chile, con el Coro de la Universidad de Chile, bajo la batuta del Director Georg Ludwig Jochum, con los solistas: María Kallay, soprano. Ivonne Herbos, contrabajo. Hernán Wüth, tenor. Víctor de Narké, bajo. (Nota: así figura en la carátula del CD. Sin embargo debiera decir: Ivonne Herbos, contraalto).

Escuché esta versión y, como era de esperar, mi mente voló allende los Andes a mis lares de estudiante de Medicina: Recordé el primer examen que, como alumno libre debí rendir en Córdoba al allí trasladarme desde Mendoza, luego vino a la memoria la película “El milagro Alemán” que allá vi en la función de trasnoche, se superpuso en el recuerdo el último examen que, con felicitaciones en Córdoba rendí al anochecer del día 24 de diciembre, se trataba de Clínica Quirúrgica II y, a Montevideo, Uruguay me fui, lugar donde estuve cuatro meses y me recibí. Desaparece ese recuerdo tan pretérito y queda presente el del reciente viaje a la IV Región de Chile, 500 kilómetros al Norte de Quilpué, lugar que está dentro del radio de acción del mayor foco emisor de Luz planetaria que la Ciencia, desde el espacio exterior fotografía de noche, sin tener idea de cuál es la fuente de su enorme Luz, lugar en cuyo centro cordillerano hace 8 años culminó lo que era mi Misión, siendo el resto por añadidura. Gracias a Beethoven, me veo, en la especial sensación que allí, hace poco, tuve al mirarme desde arriba escribiendo de madrugada la precedente Reflexión 105 y, algo me llama la atención de la allá recibido, está relacionado con el brusco aumento de la población en todo lugar donde uno vaya:

Lo que más me llama la atención es ver sus calles más llenas de gente, con automóviles copando los estacionamientos y atochando las calles junto a más y más colectivos y buses. Donde uno vaya hay gran demanda de pasajes entre regiones... Pero es la cantidad de gente en brusco aumento que aprecio lo que me hace pensar y lleva a reflexionar. Esto es subjetivo, pero ¿cómo convencerme objetivamente que este brusco aumento poblacional es un hecho natural? Si había 100.000 habitantes hace 5 años, ¿cómo justificar que ahora haya para ese lugar 500.000 y así en cada comunidad? Cifras que evidentemente, por razones de macroeconomía y geopolítica son retocadas en los censos...
Si no somos una realidad virtual las oleadas de gente "nueva" podrían estar relacionadas con migraciones que "Ellos", los dioses, hacen llegar de otros planetas y, por sugestión planetaria mental hace que todo figure como lo más natural.


El recuerdo de esos párrafos de la Reflexión precedente, junto a la maravillosa resonancia de la Magna Sinfonía Coral de Beethoven compuesta estando él absolutamente sordo, me fijan la frase: "Los Trasplantados", es decir, el título de la presente Reflexión que esta vez será un breve cuento de fantasía. Toda semejanza con algún hecho de la vida real será simple coincidencia y nada más.
 
Desarrollo
-I-

La idea inicial era referirme a esos presuntos humanos trasplantados, sin embargo los acordes melódicos de la Sinfonía Coral me hacen entender que, en aquel hipotético planeta azul, hay dos tipos de Trasplantados, humanos y divinos. En orden jerárquico comienzo el relato por los divinos.

Ser ángel no significa necesariamente perfección ni ser angelical, son seres de cuarta dimensión pero no infalibles. Hubo un grupo entre los ángeles asignados a la Misión Tierra que se tomó muy en serio la denominación de "dioses" que los primigenios humanos les daban y, se les activó algo primitivo que, en la cuarta dimensión se debe superar. Eso se llama la soberbia que los llevó a dar mal uso a su poder. Duro Karma su cósmico error les significó, no de descenso evolutivo sino en un largo sueño de alma en un cuerpo que quedó de tercera dimensión, Karma que debían ajustar hasta que, en la forma física, lograran reparar el desajuste que habían causado. Estos son los Trasplantados divinos que conviven entre humanos, seres de cuarta dimensión en destierro en tercera dimensión, seres con mucho poder mental que pasaron a dominar y formar parte de la elite de los señores del mundo, señores que se adueñaron de todo ámbito de dominio sin lograr manifestar la Piedad, la Compasión ni el Amor. Tan solo la riqueza material y el poder era su Norte que les nubló la mente.

Lo que ignoraron, porque la soberbia y el halago les hizo olvidar la Sabiduría divina, era que, ambos, "Ellos" y los inferiores humanos eran de la misma estirpe, estirpe en la que todo ángel primero fue hombre y todo hombre será ángel. Mientras permanecían estancados en su evolución de gran intelecto y racionalidad por su ligadura terrenal; los humanos, de manera natural iban evolucionando hacia la senda de los dioses. Es decir, en aquel planeta azul, gradualmente se fueron encendiendo pálidos focos mentales cuyo reflejo se potenció al unirse entre sí todos los focos humanos encendidos que dieron forma a un rayo de Luz que rodeó al planeta. "Ellos" esto ignoraron y su espejo mental estaba opacado sin proyectar la Divina Luz.

Mientras "Ellos" se humanizaron más y más por el apego a lo material, el halago y el poder, algunos humanos iniciaron la "divinización" por personal sutilización mental que los facultó a reflejar más y más Luz que llegó a esa Tierra, gracias a un proceso de propia Reprogramación mental voluntaria que tuvo la recompensa del "milagro" de la Reingeniería cerebral con un desarrollo que facultó a lo físico, el cerebro, para recibir la Energía del Mejor Pensar en una mente que se sutilizaba. Esa NUEVA FUERZA mental permitió que llegara a cada célula del organismo dando lugar a otro "milagro", al ser transmutados genoma primitivo por genoma divino y, esa mutación favorable, en vida los fue equiparando con "Ellos" los Trasplantados dioses cada día más apegados a la materia y ajenos a su divina realidad.

La soberbia y el poder de los señores del mundo los ligó de tal manera a la materia que olvidaron que se cumplía el ciclo de 11.000 años que desencadenó el Diluvio y se estaba en Pleno Fin de Tiempo para un nuevo cambio, tiempo señalado para el Despertar y el Ascenso de los humanos. Olvidaron que el Enviado llegaría pronto para Transformar y Ascender al sitial de los dioses a quienes, con mucho esfuerzo y sacrificio lograron, mediante un Mejor Pensar, limpiar su espejo mental y reflejar la Luz del Enviado, reflejo a su vez de la Luz del Padre, que es reflejo de la LUZ de Dios que, por la mente de esos hombres llegaba a la Tierra. Luz que "Ellos" ya no veían.

Los humanos que despertaban se hacían fuertes frente al cambio, y "Ellos", los señores del mundo se debilitaban frente al cambio. Cuando se dieron cuenta por ser ya el cambio tan visible, era tarde, habían perdido el control de la Nave Sideral Tierra, control que, de manera gradual pasó a quedar en las mentes de los hombres despiertos. No para lograr riquezas, poder material, halago, vanidad, farándula, honores, aplausos, todo orquestado por “Ellos” para satisfacer su vanidad y lograr más poder, sino por la noble misión de ayudar a salvar al planeta en peligro frente a la desenfrenada acción inducida por "Ellos" a costa del hombre masa que piensa lo que "Ellos" opinan y acatan lo que "Ellos" señalan. Pero no todos eran siervos y, vino la revolución de la PAZ y de la LIBERTAD, lograda por el humano despertar mental. Ese despertar con la aunada fuerza del Mejor Pensar ayudaría a estabilizar el cambio climático, el desequilibrio iónico, el aumento en la radiación UV, la pérdida de todo el sentido de lo valórico, justo, ético, moral y noble que, tanto bloqueante mental, por “Ellos” elaborado y estimulado, como la drogadicción y la música moderna idiotizante había dejado en los cerebros del hombre masa dormido cuya mente no podía manifestar la Luz. Pero no era suficiente esa mental humana acción.

Vino otra paradoja: “Ellos” cayeron en su propia red y el bloqueo mental, de manera gradual los dominó, por ignorar que esos factores también los afectaban, por estar en calidad de dioses caídos en la Tierra, y los iban bloqueando mentalmente por daño cerebral: Comenzó en los señores el temor, la desorientación y un mayor apego aun a lo material, por absoluto olvido de su divina realidad que renegaron en una praxis cerebral materialista total dentro del azar.

Llegó el día en que el cambio se hizo intolerable, las mentes de los humanos despiertos seguían reflejando la Luz y, ante las catástrofes del cambio climático, los negativos efectos del desequilibrio iónico, la radiación UV, la sobrepoblación, la falta de alimentos y agua dulce, la desenfrenada vida de querer pasarlo bien a toda costa en el vicio y el bloqueo de la realidad... dio paso al derrumbe de la economía, gran castigo para “Ellos”, con anarquía total en las naciones... Anarquía que sobrepasó al poder de los Trasplantados y, la acción de la Luz del Mundo que llegaba permitió la manifestación de los humanos de Luz por nacimiento o por personal transmutación. Los humanos Despiertos tenían la misión de ayudar a hermanos en desgracia, en su Perdón les tendieron también la mano a "Ellos", los ángeles caídos dormidos, que tanto daño habían causado...

Ante el clamor mundial del caos, fue en aquel instante en que los Cielos se abrieron y la Luz del Mundo se hizo presente gracias al vibrato del despertar de un 1% de humanos. La Luz del Mundo que por la mente de esos hombres era reflejada en la Tierra, se hacía presente ahora en forma directa desde ÉL, eliminando las tinieblas hasta del último rincón de oscuridad. Era "El Enviado del Padre" que retornaba a la Tierra y, se produjo un Milagro: Los primeros en reconocerlo fueron "Ellos" los caídos, quienes Despertaron, reconocieron su error, se arrepintieron, pidieron perdón, es decir se perdonaron a sí mismos y, en humildad acataron la cósmica decisión en igualdad de condición con los humanos ahora Ascendidos al plano de los dioses y, su Karma quedó saldado.

No todos los humanos fueron Ascendidos, dado que no todos los humanos, como almas tenían igualdad de evolución o cursos realizados en la materia. De los 20.000 millones de almas asignadas para cumplir su evolución de la materia en el orbe planetario, 7.000.000 millones estaban encarnados para ese Fin de Tiempo y, por lógica, los había de almas más evolucionadas, cursando el último curso de la Escuela de la Materia, a su vez había almas más jóvenes que, en la forma física están en los primeros cursos, lo cual se grafica con la gran diferencia que se aprecia entre tribus primitivas y otras culturas de grupos civilizados. Los que no fueron Ascendidos deberán terminar sus cursos y, entre los que egresaron, a algunos les faltó tiempo para graduarse. Todos ellos por nueva encarnación o en migración de Trasplantados se manifestarán en otro orbe planetario para lograr, a su debido tiempo egresar y ser graduados al nivel de cuarta dimensión donde Todos algún día llegarán.                               


-II-

El brusco aumento de la población mundial que, en el planeta azul se produjo desde unos años antes de la llegada del Enviado se debió a oleadas de humanos Trasplantados desde otro u otros mundos que venían acá a completar el Fin de Tiempo que en su mundo, por edad de alma en la materia encarnada, no lograron, pudiendo ahora adelantar varios cursos de una vez. A los que estaban por egresar esto fue cual diplomado acelerado para que, lograran graduarse y Ascender de plano.  

Los ángeles que preceden la llegada del Enviado los trajeron en sus naves y, por inducción mental con bloqueo de zonas de los recuerdos cambiadas por recuerdos ilusorios de la nueva realidad, los humanos trasplantados ignoraron el cambio. Esta inducción mental se hizo extensiva al conjunto pensante del planeta azul en donde además usaron de la moderna tecnología de tipo informático computacional humana, obra de los ángeles caídos para que, todos los computadores borraran datos, se insertaran nuevos, borraran registros, se insertaran nuevos... es decir, para que nadie supiera esta realidad que algunos intuitivos sí captaron y los más ignoraron suponiendo que todo era natural, tan natural. 

Estos trasplantados llegados de otro u otros planetas eran más fuertes y estaban mejor preparados para soportar el cambio, lo que fue una gran ayuda para la mano de obra de los señores del mundo quienes, también, suponían que todo era normal, sin "Ellos" preocuparse del extraño aumentos poblacional por estar sus mentes ya embotadas por la materialidad que los hacía ansiar más y más poder.
*
Cada uno al nacer recibe una Gran Verdad que lo acompañará por el resto de su vida, tenemos que morir, sin saber la racional explicación del qué hubo antes del nacer y que habrá después del morir, en un olvido de lo que el alma Sí sabe y la mente como saber subconsciente no trae al llegar al mundo porque el alma no se lo programó. En lo físico se llega al mundo dotado de un código genético mixto con un genoma compuesto por genes primitivos y genes divinos, genes estructurados de tal forma que si una enfermedad debe suceder, sucederá y viceversa, es más, no se puede vivir más años que los que en el código genético vienen programados... Esta verdad del tener que morir lo es para humanos y para ángeles, unos en mundos de tercera dimensión, otros en mundos de cuarta dimensión. A su vez, todos al morir llevamos una simbólica maleta, "Ellos", los caídos, suponen que la tienen llena por su oro, dinero, acciones, títulos, poderes logrados en su tránsito en el más acá, sin embargo al dar inicio al tránsito hacia el Más Allá, esas maletas se quedan vacías. La de los humanos ninguna llegará vacía, por lo general va más llena de lo imaginado, y lo es por cada buen pensamiento y acción lograda. Ese contenido será compartido en su análisis por el conjunto grupal de almas de cuya evaluación sacan Enseñanzas que les permite crecer, crecer en un plano en donde nada de lo negativo allá vibra por ser Allá un inexistente...
*
Finaliza la Novena Sinfonía de Beethoven, su parte Coral me eleva más allá de las estrellas pues para la mente no hay barreras en su imaginación, un lugar donde está la Felicidad que acá no encontré. Y siento profunda emoción por recuerdos del pasado que se hicieron presente y suprasensorial emoción por recuerdos del futuro que pronto para muchos será presente.

Salgo de este sueño-ilusión para que lo de él recordado logre escribir... Me voy al espejo y busco, nada veo de lo que anhelo ver, palpo mis hombros, los analizo al nivel de los omóplatos y no encuentro nada extraño, en mi ilusoria vanidad quizá supuse que algunas angelicales alitas comenzaban a crecer pero, no hay nada, nada hay, salvo sólido cuerpo material humano y nada más.

*

Que la Paz, el Amor, la Armonía y la Protección, rodeen
Al Planeta Tierra
 Para TODOS POR IGUAL



Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Marzo de 2007
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