El premio Nobel de la Paz, Albert Gore, y el indio Rajendra Pachauri, presidente del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) denunciaron en Estocolmo, Suecia, que las negociaciones en Bali están paralizadas. Al Gore, también ex vicepresidente de Estados Unidos, y Pachauri, visitaron el Parlamento sueco donde criticaron que las conversaciones sobre el cambio climático de la ONU en Bali estén paradas e instaron a lograr un compromiso. "Si hoy no nos ponemos en marcha, todos perderemos el autobús. Lo contrario nos llevaría a la resignación y a que la cuestión climática pierda terreno", declaró Pachauri en Estocolmo. Albert Gore acusó a EE.UU de bloquear las negociaciones para encontrar una solución a la emisión de los gases de efecto invernadero.
13/12/07Dr. Yves Delage
El segundo hombre en hacer historia y pasar a la historia gracias a la Sábana Santa fue un ateo científico progresista. Demostró la validez del Sagrado Testimonio y que el dogma excluyente que lo llevó al grupo de los ateos también estaba entre sus pares. Pasó Delage a la historia como el primer médico en validar el relato bíblico por lo que la imagen de la Sindone muestra. ¿Con medios primitivos cómo pudo el año 1902 hacer el Dr. Yves Delage tan magistral descripción de una poco nítida fotografía no profesional de 1898?
El Dr. Yves Delage (1854-1920), profesor de anatomía comparada de la Sorbona, anatomista patólogo de la Academia de Ciencias, estaba convencido que al analizar la imagen fotográfica de Secondo Pia y buscar las concordancias bíblicas, demostraría a la Ciencia que la Sábana no era un hecho real sino una humana creación. Decidió estudiar con lupa y microscopio las fotografías que revelaron a la figura de la Sábana como un negativo fotográfico. Se basó en la fisiología y patología de la impresión en la tela, para determinar su origen. Analizó las características del rigor mortis, las heridas y las hemorragias. Su primera conclusión fue que la imagen era producto del contacto de un cuerpo con el lino y no había sido pintada ni impresa, como postulaban las dos teorías existentes hasta entonces. Una de las cuales había sido planteada por el Papa Giovanni Battista Cibo (1484-1492), quien aseguró que la Sábana había sido pintada por Leonardo da Vinci y prohibió su proclamación como reliquia cristiana. Delage era de la elite atea y racionalista a manera de reacción al discriminatorio dogma religioso imperante y como anatomista quedó impresionado por la variedad de detalles que encontró y describió. Fue honesto y leal en lo objetivo de su análisis y no lo falseó. El día lunes 21 de abril de 1902 al atardecer no pudo terminar su exposición ante sus pares de la Academia de Ciencias de París cuando afirmó que el hombre de la Sábana era Jesucristo. Ellos estaban convencidos de la falsedad que Delage habría de encontrar en el testimonio que con tanta paciencia analizó. Simplemente, escuchar la Verdad no lo soportaron.
Un relator de aquella reunión señala:
El Secretario de la Academia estaba feliz y con entusiasmo le dijo: "Doctor esto es un éxito, está repleto...". Un silencio respetuoso acompañó el inicio de la esperada Conferencia de Delage. Sin embargo, al pronunciar con certeza el nombre de Jesús de Nazaret comenzaron los murmullos que a continuación de su tesis dieron lugar a gritos, pateos y agresivos insultos. Para evitar alguna agresión personal Paul Vignon ayudante de Delage le implora: "Doctor, está en peligro. Salga deprisa por la puerta de atrás". Miró el científico estupefacto la agresiva, congestionada y vociferante multitud de sus correligionarios en el ideal ateo y en el progresismo científico. Le acusaban de traición y numerosos puños empezaron a levantarse amenazadores. El Secretario de la Academia, con voz alterada le habla: "Monsieur Delage, asumo la responsabilidad personal de que en las Actas de esta Ilustrísimo Academia no quede constancia del nombre que usted ha pronunciado relacionándolo con la tela de Turín". El público presente no aceptaba la existencia de Jesús y Delage los traicionaba señalando que esa figura misteriosa e inexplicable de la tela lo hacían admitir la posibilidad de lo sobrenatural o extra-natural en relación con Jesús de Nazaret...
Tenemos por una parte la Sábana –probablemente impregnada de áloe, una resina oriental– y un crucificado que ha sido azotado, herido en el costado derecho y coronado de espinas. Tenemos por otra parte un conjunto de historia y tradición que nos presenta a Cristo, que en Judea sufrió los distintos suplicios que se muestran en el cadáver cuya imagen nos ofrece la sábana. ¿No es natural acercar estas dos series paralelas y unirlas en un mismo sujeto? Estimo que yo tengo que considerar todos estos datos:–Que la tradición cristiana asegura que Cristo, muerto el viernes por
la tarde, estaba ya fuera del sepulcro al alba del domingo;–Que este hombre, ajusticiado como un criminal, tiene en el rostro,
como debió ser el rostro de Cristo, una expresión tan noble que
espontáneamente pensamos que lo lógico es asignarlo a un hombre
bueno y equilibrado;–Que, en resumen, hay un conjunto de circunstancias –el medio
Oriente, la llaga en el costado derecho, el tiempo ideal de la
sepultura, el misterioso lenguaje de la fisonomía del rostro– que son
indiscutiblemente excepcionales.Supongamos que por cada una de estas cinco circunstancias exista una probabilidad sobre cien de que se trate de otra persona. Siendo así, hay una sola probabilidad entre diez millones de que la Sábana Santa nos haya transmitido la imagen de una persona distinta de Jesucristo.
Se ha inyectado una cuestión religiosa donde no había más problema que uno de carácter meramente científico; y el resultado ha sido que se han enardecido los ánimos y se ha enturbiado la razón. Si en vez de tratarse de Cristo se hubiera planteado algo referente a otra persona, como a Sargón, a Aquiles, o a alguno de los Faraones, a nadie se le habría ocurrido poner objeciones. Yo por mi parte he sido fiel al verdadero espíritu de la Ciencia al tratar este asunto, manteniéndome solamente atento a la verdad, sin preocuparme en absoluto de sí ello afectaba o no los intereses de partido religioso alguno. Yo reconozco a Cristo como un personaje histórico, y no veo razón alguna para que nadie se escandalice de que existan todavía huellas tangibles de su vida terrena. 12/04/1902).
La sangrante cabeza fruto de una corona de espinas con más de 50 orificios en donde los más relevantes se corresponden de manera exacta con venas y arterias del cuero cabelludo. El crucificado muere por asfixia. No puede espirar, expeler el aire de sus pulmones e inspirar un poco de aire puro. Para lograrlo, debe apoyarse sobre el clavo que sujeta sus pies al madero e intentar elevarse con la fuerza de los músculos agarrotados y acalambrados de las piernas, a la vez que echa compulsivamente la cabeza hacia atrás, con objeto de expulsar una bocanada del aire viciado de sus pulmones. Y en este alzarse y dejarse caer echando la cabeza hacia atrás, se clavan cada vez más las espinas en la zona de la nuca, los calambres musculares aumentan, se produce una tetanización en la que, agotadas las fuerzas y entre atroces dolores, el crucificado muere. Las rodillas estaban desolladas y el rostro tumefacto por caminar atados manos y brazos al pesado madero de la cruz y al caer apoyaba las rodillas y el rostro. La barba se muestra parcialmente arrancada. Abundan las lesiones de la espalda, el pecho, los brazos, el vientre, las caderas y las piernas hasta los tobillos, extrañas heridas producidas por un feroz castigo con un látigo no conocido. Lesiones de las que brotó suero y sangre. En la parte superior de la espalda del hombre de la Sábana, se observa al microscopio sobre las marcas de los latigazos una serie de arañazos, desolladuras y escoriaciones que por su disposición podrían deberse al roce de un madero sin desbastar, aquel hombre tuvo que cargar con el peso de la cruz o patibulum romano. Destaca la herida por lanza del lado derecho, de ella fluyó en forma abundante suero y sangre. Los soldados romanos eran expertos en usar la lanza con la mano izquierda y dirigir el golpe a la zona derecha del adversario. La incisión por lanza se produjo después de muerto, atravesó entre el quinto y el sexto espacio intercostal desgarrando hasta el corazón, con su aurícula derecha post-morten llena de sangre, cuyo chorro provenía de la vena cava superior que demostraba que el hombre, ya muerto, estaba en posición vertical. Y después en posición horizontal por el reguero de sangre que recorría la parte posterior del cuerpo. Por los brutales golpes recibidos llegó sangre a la cavidad pleural, cuyo líquido seroso flota sobre la sangre lo que quedó demostrado al salir después del lanzazo una mezcla de coágulos de sangre y suero. Es de mayor lógica anatómica pasar los clavos entre los huesos metacarpianos de las muñecas y no por las palmas de las manos, que era la creencia oficial. Eso evitó el desgarro y la caída del cuerpo crucificado. El cuerpo de Jesús "atravesó" la Sábana como un ser espiritualizado al salir por sus propias fuerzas de la tela.
Además Yves Delage hace 100 años señaló:
Dicen que, por inconsciencia o por falta de escrúpulos, yo he traicionado a la ciencia y desmentido mis opiniones de libre pensador. Por el contrario, yo he sido fiel al verdadero espíritu científico, al estudiar el problema del Hombre de la Sábana Santa, preocupándome sólo de descubrir la verdad.
Me parece que esta fotografía es verdadera, sin el menor retoque… La imagen que la Sábana Santa ofrece al visitante se diría que es un negativo. De hecho, las zonas en relieve, por ejemplo la nariz, los párpados cerrados, los pómulos, están obscuras, y en cambio las partes hundidas están claras… La fotografía, cambiando entre sí las luces y las sombras, me presenta una imagen humana increíblemente nítida, con una perfección anatómica y una belleza de formas que no me hubiera imaginado nunca antes de verla... El cuerpo de este hombre, que hasta hace un momento parecía misterioso e incomprensiblemente impreso al revés, tiene una figura perfectísima. Y este rostro, no puedo negarlo, es verdaderamente sorprendente. Dicen que éste es el rostro de Cristo. Yo no lo sé; pero no sé tampoco a qué otra persona puede pertenecer. Y si lo comparo con los retratos de Jesús que desde el Renacimiento han realizado los mejores pintores... éste los supera a todos… Es por todo esto por lo que quiero saber cómo ha podido formarse esta imagen. Si la imagen fuera impresa ¿qué hubiéramos hecho nosotros para obtener la huella de un hombre en una sábana? Habríamos tomado a una persona, y después de bañarla completamente en sudor y sangre o en determinadas sustancias colorantes, la habríamos depositado con cuidado en una gran sábana, doblada según el uso de los hebreos de la época. Seguramente bastase apretar el tejido, cuidadosamente, sobre toda la superficie del cuerpo. Después, se despliega el envoltorio de lino y… gran desilusión: la imagen que se imprime en el tejido es poco más que una mancha deforme, una silueta más bien basta, incluso grotesca.Si la imagen fuera un cuadro de un falsificador que hubiera existido en aquella época o en épocas precedentes –siglos XIII-XIV–, tendríamos que suponer que hubo un artista capaz de hacer una obra cuanto menos a la altura de los grandes pintores del Renacimiento y, cosa más extraña todavía, tendremos que explicar cómo un artista tan magnífico haya podido quedar totalmente ignorado… Y esto, que ya resulta bien difícil de creer respecto a la imagen pintada en positivo, resulta del todo increíble, si se considera que la huella del hombre de la Sábana Santa es una imagen en negativo: pintar una figura de ese modo, sin valor estético alguno, sin resultar nada agradable ¿qué sentido podría tener?... El falsificador habría sabido además, con un anticipo de medio milenio, que las generaciones futuras descubrirían el proceso fotográfico... Este genio sobrehumano lo habría calculado todo: “colocaré las luces y las sombras de tal modo que cuando se le aplique el revelado fotográfico, su inversión pueda mostrar la figura que se atribuye a Cristo”. Y esto con una perfecta precisión, puesto que es sabido qué poco hace falta modificar en un rostro bello para obtener una caricatura; especialmente cuando –como en el rostro de este hombre– su belleza se debe a la expresión.
A cierto liberalismo anticlerical, al naturalismo que muchas veces nos rodea, hacen que este objeto que toda la ciencia nos dice que es, le da un miedo terrible. El hombre que se considere postmoderno, liberado e inteligente siempre saca conclusiones de sus conocimientos. Este objeto obligaría a adoptar una postura. Quien dejó las huellas en el Lienzo que se conserva en Turín lo que predicaba era la sencillez evangélica, el amor a Dios y a sus hermanos, algo que va más allá de tomas de posición más o menos intelectuales. El no haber estudiado una cosa y rechazar lo que dicen los investigadores de ella, es de necios.Yves Delage fue llamado "seminarista disfrazado de científico" en la prensa francesa. El año 1904, Delage se adelanta a los resultados de la futura búsqueda de la Ciencia con la moderna tecnología computarizada espacial y manifiesta que la certeza de la autenticidad del Sindon es tal, que solo hay una probabilidad contra 83 millones que ella sea falsa, certeza que supera lejos los rigurosos márgenes de aceptación del actual método científico... Ignoro más detalles de la vida del profesor Delage, me queda la duda y supongo que el rostro de Jesucristo que tanto lo conmovió en su análisis, lo acompañó el resto de sus días demostrándole que la resurrección del crucificado obedeció a causas suprahumanas que lo hicieron aceptar, entre otras cosas trascendentes, que DIOS Sí Existe...
Surge la segunda duda: ¿Qué Luz inspiró al ateo Delage para hacer con medios tan rudimentarios la magistral descripción basado en la primera foto, descripción solo igualada por quienes usan la moderna tecnología computarizada? ¿Cuál es el veneno mental que obnubila el criterio de científicos dogmáticos que tiemblan y se comportan peor que los inquisidores ante la palabra Jesucristo, y qué decir ante la posibilidad de Su Retorno?
Ese Rostro impregnado en la Síndone por la luz del que recobró su forma de Ser de Luz cuya mirada tanto cambió la percepción de la vida del sabio Dr. Yves Delage; de ateo a creyente, de materialista a transpersonal, nos muestra Amor, Comprensión y Perdón, no para unos pocos, lo hace para TODOS por igual y Su mirada refleja la certeza en un Mundo Mejor para nosotros. Ese cambio que ya vivimos, cual dolores de parto planetario, será atenuado y mejor soportado en la medida que logremos cada día Pensar un poco Mejor.