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PREGUNTAS SOBRE EL MÁS ALLÁ
Actualizado: 06/07/2021
Una mañana, hace cincuenta años, un joven médico apura un plato de espaguetis en el comedor de un
hospital. Sin querer y por descuido, se le cae el tenedor al plato, provocando
que un salpicón de tomate salte hasta su corbata recién estrenada.
Inmediatamente después, coge una servilleta húmeda y la frota contra la prenda,
haciendo que la mancha se extienda aún más por la tela. Mal jugado. De
forma paralela, le informan que ha llegado una nueva paciente a la Sala de
Examen del centro. Se trata de una adolescente llamada Holly que se ha intentado
suicidar y está completamente inconsciente. Una línea muy
delgada la separa de la vida y la muerte, pero afortunadamente su corazón
todavía late. Todo gracias a Susan, su compañera de piso, quien por suerte
había avisado a las autoridades sanitarias a tiempo. El joven médico visita a
Holly antes de irse a casa y habla con Susan en el pasillo, a unos cuantos
metros de distancia de la habitación donde descansa inconsciente su compañera.
A la mañana siguiente, le comunican que Holly ha pasado
la noche en la UCI. Pero por fortuna, su corazón vuelve a
latir de forma regular. Cuando el joven médico acude a su habitación aliviado
al saber su mejoría, se la encuentra despierta y algo somnolienta. Se presenta
ante Holly, pero no necesita decir nada más. Ella sabe quién
es. Le informa de que el día anterior le había visto
hablando con Susan en el pasillo y que tenía una mancha de espaguetis en su
corbata. De pronto, el joven médico llamado Bruce Greyson se encuentra con lo inexplicable.
La paciente no solo sabía quién era y cómo se había manchado la corbata,
también repitió la conversación que había tenido con su amiga, todas sus
preguntas y respuestas y hasta que había cambiado de sitio el ventilador que
había en la sala.
"He
dedicado el último medio siglo a intentar comprender cómo es posible que Holly
supiera lo de aquella mancha de espaguetis"
"Se me erizó el vello de la nuca y
se me puso la piel de gallina", cuenta el propio Greyson del episodio. "Era imposible que Holly supiera todo aquello.
Era imposible que supiera que yo había hablado con Susan, y mucho menos que
conociera el contenido de nuestra conversación o supiera lo de la mancha de mi
corbata. Pero lo sabía. Creí que tenía que haber alguna causa física
razonable que explicase por qué Holly sabía aquellas cosas y
que tendría que encontrarla yo mismo. Y en caso de que no la hubiera..., bueno,
pues solo había una alternativa: que la parte de Holly que pensaba, veía, oía y
recordaba había salido de su cuerpo de algún modo y me había seguido por el
pasillo hasta la sala de espera y, sin tener ojos ni oídos, había percibido mi
conversación con Susan".
En aquel momento, nadie sabía que significaban las siglas 'ECM'. Ahora, décadas
después, las Experiencias Cercanas a la Muerte son toda una realidad reconocida
tanto por médicos como por cualquier persona que haya vivido un caso de cerca.
Uno de los mayores responsables de que estas vivencias tan misteriosas y extremas
hayan adquirido un gran interés científico, filosófico médico, mediático y
humanístico es Bruce Greyson, aquel joven
médico que atendió a Holly en aquellos días de los años 70, y que
40 años después no ha dejado de perseguir la sombra que la muerte deja en los
vivos cuando se acercan a ella, como una impronta que a pesar de parecer oscura,
siniestra o triste a ojos de los mortales, en realidad carga de luz, esperanza y amor
verdadero a todo el que toca.
"El
testimonio que más predomina en los que han tenido una ECM es que no hay que
tener miedo, lo que nos espera es amor auténtico"
"He dedicado el último medio siglo a intentar
comprender cómo es posible que Holly supiera lo de aquella mancha de
espaguetis", introduce Greyson en el comienzo de 'Después de la muerte' (Vergara),
publicado en España, en el que desglosa uno a uno los casos más interesantes
con los que se ha cruzado en sus cuatro décadas de investigación
intensiva, alternando rigurosos datos científicos con descripciones
personales de ese umbral por parte de personas que han estado al borde del
abismo y vivieron para contarlo. Muchas preguntas se vienen a la mente antes y
después de leer el libro, pues como el propio autor asegura a El Confidencial
en la siguiente entrevista, el ser humano nunca estará preparado para conocer
esa verdad última que cae sobre nosotros al final de nuestra vida. Cuestiones
que bien podrían resumirse en una sola: ¿Qué hay después de la muerte?
PREGUNTA: Usted lleva investigando las ECMs durante cuatro décadas. Por ello, es una de las personas que más ha estudiado sobre la muerte, desde un punto de vista psiquiátrico, médico y humano. De algún modo, podemos pensar en la muerte como lo opuesto a la vida. ¿Qué es lo más importante que ha aprendido sobre la vida estudiando a fondo estas experiencias?
RESPUESTA:
La gente que regresa de una
experiencia cercana a la muerte confirma haber aprendido
que todo en la vida tiene una dirección, y que todos nosotros estamos
interconectados. Esto les lleva a aceptar una 'regla de oro': tratar a los
demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Cuando herimos los
sentimientos de alguien nos herimos a nosotros mismos, y cuando ayudamos a otra
persona también nos estamos ayudando a nosotros. También pierden su miedo a
morir, que paradójicamente les quita el miedo a vivir. Ello les permite vivir
la vida al máximo y en el presente, disfrutar del día a día.
P: ¿Se considera una persona religiosa?
R: No. He acabado creyendo que nuestra consciencia, nuestra
mente, pervive después de la muerte. Casi todas las personas que han pasado una
ECM se esfuerzan en que el mundo sepa que esto es un hecho. Entiendo que la
gente puede asociar una vida después de la muerte con Dios, pero esto no es
necesario, sino que hay una dimensión espiritual, no física, en la que
viviremos y que está organizada por una fuerza que no tiene por qué ser un
dios.
Los que
han pasado por una ECM recurren a menudo a un tipo de
deidad para explicarlo, pero sus descripciones no son del todo consistentes y
están muy influencias por su trasfondo cultural y religioso. Y muchos de los
que las han experimentado aseguran que podrían llamarlo 'Dios', pero de hecho
lo que sienten es que es un dios mucho más grande de lo que esperaban. Por ello
sí que puede haber una especie de deidad detrás, pero sospecho que es muy
diferente respecto al tipo de dioses que la mayoría de las religiones
adoran.
P: La muerte es uno de los grandes tabús en Occidente. La crisis del coronavirus parece que nos ha hecho a todos vivirla más de cerca (si puede “vivirse” la muerte), algunos lamentablemente más directamente, mientras que otros más de pasada. ¿Cree que la percepción general alrededor de la muerte ha cambiado con la pandemia o todavía es una realidad que se esconde y asusta?
R: Creo que la
pandemia de coronavirus ha hecho que la muerte sea mucho más próxima y familiar
para muchas personas desde que empezamos a enfrentarnos a ella a diario, tanto
si conocíamos a alguien que murió por el virus como si veíamos los muertos solo
por la televisión. Así que sí, está menos escondida, pero no por ello asusta
menos. Sin embargo, el testimonio que más predomina en los que han tenido una
experiencia cercana a la muerte saben que no es algo a lo que haya que tener
miedo, y que lo que nos espera es amor auténtico y aceptación.
P: ¿Cree que existe silencio respecto a estas experiencias dentro del personal médico o se sigue considerando como algo dentro del estudio de la ciencia más heterodoxa, de lo paranormal?
R: Las actitudes
del personal sanitario a la hora de hablar sobre las ECMs han cambiado
muchísimo a lo largo del último medio siglo. La mayoría de los doctores y
enfermeros o enfermeras están entendiendo cada vez más que algunos de sus pacientes
las han padecido, y que incluso han experimentado efectos secundarios profundos
y duraderos que han afectado a sus cuidados sanitarios. Por esta razón, algunos
médicos quieren conocer más acerca de las ECMs con el objetivo de ayudar a sus
pacientes. Hay todavía un montón de controversia en el campo médico sobre las
causas o el significado definitivo sobre estas experiencias, pero ya no dudan
de que de verdad existan.
P: Si mencionas una ECM, el
interlocutor probablemente se imagine un túnel con una luz al fondo. Sin
embargo, también se dan experiencias extracorporales, como la que describe al
inicio del libro, que por cierto es la que le llevó a pasar tantos años
investigando. ¿Cómo puede una conciencia ver, oír y sentir sin un cuerpo, es
decir, sin ojos, orejas o piel? ¿Una percepción sinestésica?
R:
Esta es una gran pregunta para la que no tengo respuesta. No sabemos cómo la
gente puede ver y oír cuando está fuera de sus cuerpos, y de hecho lo hacen. Un
estudio de cientos de experiencias extracorpóreas que tomó de muestra
percepciones que podían ser corroboradas por terceras personas descubrió que el
92% de las mismas fueron percepciones completamete precisas.
"Cuando
el filtro cerebral que limita la conciencia se detiene, la mente tiene acceso total
a otro tipo de realidad y a otra dimensión de la experiencia"
He investigado varios ejemplos de personas que aun estando
profundamente anestesiadas eran capaces de ver y oír y después documentar de
manera muy precisa y sorprendente los detalles de hechos que no estaban
presenciando.
P: Aquellos que han tenido ECMs también
pueden ver pasar su vida en un solo instante, algunos incluso pueden llegar a
juzgarla después. Esto me recuerda a la creencia del Juicio Final del
cristianismo, cuando Dios decide si el alma va al cielo o al infierno. ¿Cómo
puede una experiencia como esta cambiar la vida posterior de quien la padece?
R: Algunas ECMs sí que provocan que el individuo tenga estas
visiones fugaces de su propia vida, sí, pero muy raramente las personas que las
padecen se sienten juzgadas por algún ente exterior como Dios. Normalmente
juzgan sus propias acciones y deciden cuáles estuvieron mal o bien. Algo muy
sorprendente es que a veces pueden llegar a sentir el dolor que causaron a
otras peronas y como resultado de su propio juicio regresan con la convicción
de mejorar su vida de antes. Pero no, por lo general no sienten que su
comportamiento vaya a ser juzgado y por ende vayan al cielo o al infierno.
P: Usted ha descubierto una relación
directa entre sufrir algún tipo de trastorno mental y tener ECMs. Sin embargo,
sí que ha encontrado personas aquejadas de depresión o ansiedad que han
mejorado después de haber tenido una experiencia de esta clase. Por tanto, ¿por
qué las ECMs pueden llegar a tener algún efecto terapeútico o de curación?
R: No hay asociación entre trastornos mentales y ECMs, no,
pero las personas que las han padecido sí que se han sentido mejor después al
haber sentido amor incondicional propio de esta experiencia. Esta sensación a menudo
les alivia de los sentimientos culpables sobre sus acciones pasadas y de la
ansiedad que les provoca su futuro, la muerte.
P: Usted hace una distinción entre
‘mente’ y ‘cerebro’, asegurando que el cerebro ejerce una función de filtro,
como también sucede en los viajes lisérgicos por drogas, el ayuno o la
respiración contenida, en los que decrece esta función cerebral. Las ECMs
también ocurren cuando la actividad cerebral es muy baja. ¿Puede la mente,
asociada más a la conciencia, sobrevivir fuera del cerebro y puede ser este
cese de la actividad cerebral la puerta de entrada al mundo de las
alucinaciones, que por cierto se llegan a sentir más reales que el mundo
físico?
R: La mente también parece funcionar correctamente cuando la
actividad cerebral es muy baja. Cuando el filtro cerebral que limita la
conciencia se detiene, la mente tiene acceso total a otro tipo de realidad y a
otra dimensión de la experiencia. No lo llamaría ‘el mundo de las
alucinaciones’, sino el mundo de los ‘hechos reales que se experimentan como
más auténticos que el mundo físico’.
P: La vida de alguien que ha vivido una
ECM cambia mucho. Según su libro, la persona crece espiritualmente y afirma que
tiende a tener menos apego a lo material. Reconoce que esto es un poco cliché y
es cuando ofrece la otra cara, la de las personas que después de tener una ECM
tuvieron una vida más negativa. ¿Cuáles han sido las peores consecuencias que
se ha encontrado?
R: La gente cambia sus actitudes, valores y creencias
después de una ECM. Esto puede hacer que les sea más difícil proseguir con las
mismas carreras y relaciones que tenían antes de una ECM, si estas no son
compatibles con esas nuevas actitudes y valores.
Las consecuencias son matrimonios rotos o cambios de
profesión para intentar dar cabida a estos nuevos valores, lo que les supone un
proceso duro. Por ejemplo, hay policías o militares que después de una ECM se
sienten incapaces de ejercer la fuerza, algo que se suele requerir en sus
profesiones. Por ello, cambian su carrera a algo que pueda ayudar a los demás,
como la educación, la sanidad o el trabajo social.
P: Usted señala que no puede haber
ciencia sin espiritualidad y tampoco espiritualidad sin ciencia, como si fueran
las dos caras de la misma moneda. ¿Cree que el enfoque científico que se usa
para entender el mundo y sus fenómenos debe cambiar para intentar acercarnos a
realidades tan ocultas y misteriosas como las ECMs?
R: Creo que ni la ciencia ni la espiritualidad por sí mismas
nos ofrecen un completo entendimiento de nosotros o el mundo. La ciencia y la
espiritualidad atienden a diferentes aspectos del mundo, y si van separadas
esta comprensión está incompleta. Las dos son maneras complementarias de
observar y estudiar los fenómenos que ocurren, y ambas son necesarias para
intentar llegar a una grande y buena interpretación de las cosas.
P: ¿Tiene menos miedo a la muerte ahora
que antes de investigar las ECMs o, al menos, ha aprendido nuevas formas de
descubrir, entender y disfrutar la vida?
R: Creo que
investigar las ECMs me ha hecho sentir más cómodo con la idea de enfrentarme a
mi propia muerte. Además, me ha hecho sentirme mejor con todo lo desconocido,
en general, con el hecho de no tener todas las respuestas. Ahora acepto que hay
algunas cuestiones que están más allá de nuestro entendimiento y que nunca
tendremos suficientes respuestas a lo largo de nuestra vida. Pero eso está
bien, porque creo, basado en mi estudio cercano a la muerte, que en definitiva
el universo es un lugar amable en el que vivir y que después de la muerte no
hay nada a lo que temer.
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-05-30/bryan-greyson-entrevista-muerte-vida_3098363/
13 abril, 2022
Circulan
por Internet y por el boca a boca cientos de relatos sobre experiencias cercanas a la muerte.
Escuchar y leer una y otra vez estas historias ha terminado conformando en el
imaginario común una narración que suele tener los siguientes elementos:
aparición de una luz destellante, tener la sensación de estar saliendo del propio cuerpo o
un estado de relajación máxima. Pues bien, parece ser que un estudio ha
logrado concluir que esta retahíla de sucesos no son alucinaciones que
surgen cuando la persona regresa a la vida, sino que podrían estar orquestados
por el propio cerebro.
La
investigación, publicada en la revista Annals
of the New York Academy of Sciences bajo el nombre 'Pautas y
estándares para el estudio de la muerte y experiencias recordadas sobre la
muerte', consiste en una revisión
de toda la literatura científica publicada hasta la fecha
sobre el tema.
En base a ello, los investigadores han
llegado al razonamiento de que, cuando el corazón se detiene, las células
cerebrales no se dañan de manera irreversible a los pocos minutos de no recibir
oxígeno, sino que pueden
estar funcionando durante un tiempo extra, por lo que los
recuerdos que trae la gente sobre estas experiencias serían fruto de un cerebro
todavía en rendimiento, aunque la persona esté en "el punto de la
muerte".
Además,
el ensayo ha logrado llegar a un esquema
común sobre todas estas experiencias: sentir una
separación del cuerpo y tener
conciencia de que se ha muerto, percibir que se está viajando
hacia algún lugar, ver la vida pasar 'a modo de película', tener una impresión
de calidez, como la que surge cuando se está en un lugar familiar y, por
último, regresar a la vida.
Al
parecer, según apunta esta revisión, los estudios que existen sobre la muerte
han demostrado que, cuando llega el momento, se produce una aparición de actividad gamma, las ondas
cerebrales asociadas a actividades cognitivas y también a estados de felicidad,
lo que explicaría el hecho de tener percepción sobre la muerte y la citada
sensación de calidez.
"Pocos
estudios han explorado lo que sucede cuando morimos de una manera objetiva y
científica, pero nuestros hallazgos ofrecen
una línea interesante que puede explicar que existe
conciencia del suceso en los humanos y allanar el camino para futuras
investigaciones", explica Sam
Parnia, autor principal del estudio y director de Investigación
de Cuidados Críticos y Reanimación en la Escuela de Medicina de Nueva York.
La
revisión de Parnia y su equipo ha llegado a una deducción similar a la
publicada este 2022 por la revista Frontiers
in Aging Neuroscience, que recogía los resultados de un ensayo que
había logrado captar por primera vez el registro de actividad cerebral de los
momentos previos al fallecimiento y justo los que venían después.
Concretamente, contaron con 900
segundos de datos de una persona que falleció durante un
ataque de epilepsia.
Lo
que encontró el equipo liderado por Ajmal Zemmar, neurocirujano de la
Universidad de Louisville (Estados Unidos) es que, cuando el corazón del
paciente dejó de funcionar, se observaron cambios en la misma banda específica de oscilación
neuronal que apuntaba la revisión de Nueva York, la de las
oscilaciones gamma.
"A
través de la generación de oscilaciones implicadas en la recuperación de la
memoria, el cerebro podría estar reproduciendo un último recuerdo de acontecimientos
importantes de la vida, al igual que ocurre en los casos
que informan sobre experiencias cercanas a la muerte", dilucidaba el autor
de la investigación. De ahí, que pueda concordar la hipótesis de que el cerebro
reproduzca una sucesión de recuerdos felices antes de apagarse para siempre.
Otro estudio, en este
caso publicado en el Official
Journal of the European Resuscitation Council, también logró
concluir que la consciencia de las personas seguía funcionando una vez que su
cuerpo había dejado de hacerlo.
Recogiendo
testimonios de un grupo de pacientes que habían sufrido un paro cardíaco, pero
luego habían sido reanimados, comprobaron que las personas tenían recuerdos de conversaciones que
se habían mantenido en la sala mientras su corazón estaba parado. Incluso los
había que afirmaban haber visto todo lo que sucedía a su alrededor. Como
decía Sam Parnia, habrá que seguir investigando.
https://www.elespanol.com/ciencia/20220413/experiencias-cercanas-muerte-no-alucinaciones-ocurre-cuerpo/664433853_0.html
22 mar. 2022
Jim Tucker y Jennifer Kim Penberthy pasan mucho tiempo pensando
en el más allá.
Son profesores de Psiquiatría en la Universidad de Virginia, en
EEUU. Tucker estudia las experiencias cercanas a la muerte y a niños pequeños
que informan de recuerdos
de una vida pasada.
Penberthy, por su parte, estudia tanto las experiencias cercanas a
la muerte como las comunicaciones después de la muerte. También indaga sobre
personas que dicen haber recibido la visita de un ser querido fallecido.
Sus investigaciones les han convencido de que existe una
conciencia más allá de nuestra realidad física, según han contado esta semana
en un panel del festival South by Southwest en Austin (Texas).
"Hay algo más que la idea de que solo vivimos en este cuerpo
y morimos y ya está", dice Penberthy.
Los investigadores no hacen afirmaciones generales sobre el cielo
o la reencarnación. Su trabajo consiste principalmente en escuchar las
historias de la gente, determinar si esas experiencias son creíbles y buscar patrones científicos.
En su libro de 2013, Return
to Life, Tucker describió a un joven llamado Ryan Hammons.
Este informó de que había sido un agente de Hollywood en
una vida anterior.
Tucker determinó que 55 de las afirmaciones de Hammons coincidían
con las experiencias de la vida real de Marty Martyn, un agente de Hollywood
que murió en 1964.
"Historias como ésta merecen una explicación", dijo
Tucker en SXSW.
Penberthy, por su parte, afirmó que espera que su campo de
investigación se convierta en una corriente generalmente aceptada de la misma
manera que la meditación, que en su día fue tachada de pseudociencia, ha ido
ganando credibilidad con el paso del tiempo.
"La ciencia es evolución y cambio", dice, antes de
añadir: "En mi ámbito, las cosas están cambiando para incluir enfoques más expansivos".
Tanto Tucker como Penberthy han identificado distintos patrones
en la forma en que los pacientes se encuentran con la muerte.
La gente suele decir que tiene visiones de seres queridos fallecidos cuando
se está quedando dormida o empieza a despertarse, comenta Penberthy.
Tucker detalla que alrededor del 70% de los niños pequeños que ha
estudiado que dicen tener recuerdos de una vida pasada son capaces de describir cómo murieron.
A menudo, esas muertes parecen haber ocurrido de forma traumática.
Muchos de estos niños también sufren por el hecho de estar alejados de sus
familias anteriores, dice Tucker, y alrededor del 20% de ellos dicen tener
recuerdos de un tiempo intermedio entre la muerte y su siguiente vida.
Muchas personas con experiencias cercanas a la muerte también
dicen compartir imágenes similares.
"A menudo, cuando alguien tiene un ataque al
corazón o algo que hace que su cerebro se apague brevemente,
muchos de ellos describen que flotan por encima de sus cuerpos", explica
Tucker.
A partir de ahí, las personas con experiencias cercanas a la
muerte describen haber
viajado a través de un pasaje oscuro. Algunos dicen haber visto a
sus seres queridos fallecidos y haberse topado con un rayo de luz. Muchos dicen
que se les dio la opción de volver a su cuerpo físico o se les indicó que lo
hicieran, añadió.
Otros estudios han demostrado que las personas tienden a hacer un balance de
toda su vida antes de morir. Un estudio reciente de la Universidad de Louisville que
analizó escáneres cerebrales sugiere que toda la vida le pasó frente a una
persona que se encontraba a punto de morir.
Aunque es difícil verificar estos relatos, también es difícil
explicarlos, aclara Tucker.
Los críticos suelen argumentar que el cerebro de las personas
moribundas juega malas pasadas creando fantasías o alucinaciones.
Pero un suceso cercano a la muerte
compromete la función cerebral de una persona, mientras que las
alucinaciones suelen ser el resultado de una corteza sensorial hiperactiva (la
parte del cerebro que recibe e interpreta la información sensorial).
Esto dificultaría que
una persona moribunda tuviera alucinaciones, afirma Tucker.
Las personas que han tenido roces con la muerte generalmente ven
estos eventos como algo positivo, afirman tanto Tucker como Penberthy.
Una experiencia cercana a la muerte puede hacer que una persona
sea menos materialista, más solidaria o menos ambiciosa.
"Esta experiencia es completamente transformadora",
comenta Tucker, y añade: "Dicen que han perdido el miedo a la muerte
porque saben que la vida continúa".
Los niños que dicen haber tenido una vida pasada suelen crecer y
convertirse en adultos bien adaptados, y sus recuerdos tienden a desvanecerse con el tiempo,
añade.
Penberthy explica que el encuentro con un ser querido fallecido
puede ser "restaurador" y "tranquilizador" para las
personas. Una mujer que estudió tuvo la clara sensación de que su madre fallecida
le acariciaba la mejilla. La experiencia, cuenta, facilitó que la mujer se
desprendiera de su dolor.
La gente que vive experiencias así suele volverse más
espiritual, pero no necesariamente más religiosa, dicen estos expertos.
"Ciertamente, aumentan sus creencias relacionadas con que
seguimos viviendo después de la muerte del cuerpo."
https://www.businessinsider.es/investigadores-estudian-experiencias-cercanas-muerte-creen-vida-despues-muerte-1030987
Un nuevo
estudio dirigido por la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de
Nueva York (NYU) ha descubierto que el 20 por ciento de personas que sobreviven a la reanimación
cardiopulmonar, o reanimación cardiorrespiratoria (RCP), tras un paro cardíaco
describió experiencias lúcidas de muerte que se
produjeron mientras estaban aparentemente inconscientes y al borde de la
muerte.
El estudio
incluyó a 567 participantes cuyos corazones dejaron de latir mientras estaban
hospitalizados y recibieron RCP entre mayo de 2017 y marzo de 2020 en Estados
Unidos y el Reino Unido.
En
concreto, según el comunicado de prensa de la
NYU, los supervivientes informaron de que habían tenido
experiencias lúcidas únicas, incluyendo una percepción de separación del
cuerpo, observando eventos sin dolor o angustia, y una evaluación significativa
de la vida, incluyendo sus acciones, intenciones y pensamientos hacia los
demás.
En el pasado,
mucha gente ya ha informado de esta clase de experiencias mientras estaba cerca
de la muerte, pero no se habían descubierto pruebas que conectaran la
conciencia con la muerte. Ahora, el estudio cambia esta situación y demuestra
que las experiencias son diferentes de las alucinaciones, los delirios, las
ilusiones, los sueños o la conciencia inducida por la RCP.
"Ha habido
muchos informes interesantes sobre personas que tienen una conciencia lúcida
aumentada a medida que se acercan a la muerte, pero no hay suficiente
comprensión de la investigación de la muerte desde la perspectiva médica",
dijo el médico e investigador principal del estudio Sam Parnia a Newsweek. "La pregunta era:
¿Podemos encontrar pruebas de esta conciencia lúcida elevada con la muerte y
cómo son las experiencias humanas?", agregó.
En la
investigación, los escáneres cerebrales revelaron picos de actividad cerebral,
incluida la activación de las llamadas ondas gamma, delta, theta, alfa y beta
hasta una hora después de la RCP. Estas ondas cerebrales suelen producirse
cuando las personas están conscientes y realizan funciones mentales superiores
como el pensamiento, la recuperación de la memoria o la percepción consciente.
"Estas
experiencias recordadas y los cambios en las ondas cerebrales pueden ser los
primeros signos de la llamada experiencia cercana a la muerte, y los hemos
captado por primera vez en un estudio a gran escala", afirmó Parnia.
"Nuestros resultados ofrecen pruebas de que, mientras se está al borde de
la muerte y en coma, las personas experimentan una experiencia interior
consciente única, que incluye la toma de conciencia sin angustia", añadió.
En cuanto a lo
que los pacientes experimentaron, de acuerdo con Parnia, muchos de ellos
recordaron que, mientras se realizaba la reanimación, había una
"percepción de separación", en la que el paciente tenía una
conciencia visual del equipo médico que administraba la RCP.
Parnia agregó,
según recoge Newsweek,
que estas personas también reconocieron que habían muerto durante esta experiencia.
Las personas también experimentaron una percepción de viajar a un destino que
se sentía como un hogar, o un lugar al que pertenecían y que les atraía, según
Parnia.
Estos
resultados sugieren que el sentido del yo y la conciencia, al igual que otras
funciones biológicas del cuerpo, pueden no detenerse por completo en torno al
momento de la muerte, según los investigadores. "Estas experiencias
lúcidas no pueden considerarse un truco de un cerebro desordenado o moribundo,
sino una experiencia humana única que surge al borde de la muerte",
explicó Parnia.
A medida que el
cerebro se apaga, se liberan varios de sus sistemas naturales de frenado, en un
fenómeno conocido como "desinhibición", que da acceso a las
profundidades de la conciencia de una persona, proporcionando acceso a los
recuerdos y pensamientos almacenados de la primera infancia y otros períodos de
la vida. Aunque la función evolutiva de estos fenómenos aún no está clara, abren
cuestiones intrigantes sobre la naturaleza de la conciencia humana y el sentido
de la vida.
https://www.dw.com/es/muerte-l%C3%BAcida-experiencias-cercanas-a-la-muerte-provocan-raro-fen%C3%B3meno-extracorporal-seg%C3%BAn-estudio/a-63703071
13 feb. 2022
Seguro que alguna vez has sentido miedo a la muerte.
La certeza de que algún día la vida terminará causa rechazo y frustración a
muchas personas, y no es del todo fácil gestionarla.
Pero que se trate de algo habitual no lo hace menos preocupante.
Este miedo puede llegar a generar ansiedad y transformarse en una fobia, algo
más problemático.
Este fenómeno se conoce como tanatofobia y en casos extremos puede
provocar síntomas como ataques de pánico, mareos, sofocos o tener sentimientos de depresión y ansiedad cuando
se piensa en la muerte, según recopila la
revista Muy
Interesante.
Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer a lo largo de la vida
de una persona, y cuando se vuelven cotidianos precisan de tratamiento y ayuda
profesional.
A continuación, se
muestran 5 consejos para superar el miedo a la muerte que ha ofrecido a Business
Insider España el psicólogo Vicente Prieto Cabras,
colaborador de la empresa de servicios funerarios Funespaña.
Querer evitar aquello que te provoca el miedo es una respuesta
natural, pero puede llegar a perjudicarte.
"La muerte es una de las pocas certezas que tiene el ser
humano y es paradójico que vivamos de espaldas a ella", lamenta Prieto
Cabras.
Este experto hace hincapié en que parte de la fobia a la muerte
proviene del miedo a morir con sufrimiento y dolor, y que esto
causa más estrés que pensar en la propia muerte.
"Todas las personas vamos a morir en el último
segundo, pero seguramente
mientras leen estas reflexiones no será su último segundo, por
lo que tendrá que disfrutarlo", matiza.
Para este psicólogo de Funespaña, la muerte se
ha convertido en un tabú y hay que tratar de hacer que sea lo más natural
posible.
"Es adecuado hablar sobre la muerte, hablar en familia, con las amistades, en las
aulas, para que aprendamos a expresar y ventilar
emociones", propone.
Según Prieto Cabras, este paso es esencial para asumir con
entereza que algún día llegará la muerte, tanto de personas
cercanas como de uno mismo.
"Pensamos que se mueren los demás, los que no tienen nada que
ver con nosotros, pero la realidad se impone y en algún momento vamos a
enfrentarnos a la muerte de un ser querido e incluso a la nuestra",
argumenta.
Es muy común pensar en el futuro y anticiparse a situaciones
negativas que todavía no han sucedido. Esto puede ser verdaderamente crítico
para tu estado de ánimo.
"Es importante no anticipar escenarios futuros negativos que
no podemos controlar, aprendamos
a convivir con la incertidumbre", detalla el experto.
Además, Vicente Prieto Cabras apuesta por centrar la atención en
"los objetivos interesantes que facilitan tener calidad de vida y
estabilidad emocional".
Este experto cree que una de las mejores vías para minimizar el
miedo a la muerte es la de pasar más tiempo con las personas a las que quieres,
sacando así todo el jugo al momento presente.
"No siempre van a estar ahí o seremos nosotros los que no
estaremos. Pero ahora sí y tenemos que vivirlo de la mejor manera
posible", aconseja.
En el caso de que estos pensamientos te asalten a cada rato y
acaben bloqueándote es necesario que busques ayuda de un profesional de la
psicología.
Según Prieto, debes dar este paso cuando padezcas
"pensamientos repetitivos sobre la muerte", y sobre todo si te afecta
en el día a día "con
momentos de angustia, tristeza y ansiedad".
https://www.businessinsider.es/superar-miedo-muerte-posible-sigues-algunos-consejos-955677
Tuvo una experiencia cercana a la muerte a causa del
Covid 19. Pero no fue una visión del más allá la que la CAMBIÓ.
11 DE MARZO 2022
El médico le suplicó a Paige Deiner que cerrara los ojos y
durmiera. Pero ella se negó a escuchar. Estaba aterrorizada.
"Si me duermo, no voy a despertar", le dijo.
Era una noche de octubre de 2021 y Deiner luchaba por su vida y la de su bebé
de 24 semanas. Estaba en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de
Delaware tras ser diagnosticada con covid-19. Había perdido casi 14 kilos en 12
días tras ser conectada a un respirador. Un médico le dijo más tarde que en un
momento dado calculaba que tenía un 5% de posibilidades de sobrevivir.
Deiner intentaba calmar sus nervios cuando el médico entró en su
habitación. Ella escuchaba música celta en su iPhone y veía "Peppa
Pig", un programa de televisión infantil animado, en el televisor. Pero
cada respiración se convertía en un doloroso estertor, y no podía dejar de oír
los pitidos de los monitores mientras el médico le pedía que hiciera caso.
"Tienes que dormir", le dijo el médico. "Si no te
duermes, vas a morir. No puedes curarte si tu cerebro no puede dormir".
Deiner luchó contra el pánico y cerró los ojos. Pensó que era el
fin. Su mundo se volvió oscuro.
Pero su historia no
había hecho más que empezar.
Cualquiera que haya leído sobre experiencias cercanas a la muerte (ECM) puede
imaginar lo que cree que le ocurrió a Deiner.
Flotar a través de un túnel hacia una luz en la distancia. Oír
música celestial. Saludar a los seres queridos que murieron muchos años antes.
Este es el tipo de historias que la gente cuenta en libros como "90
Minutes in Heaven" y "Proof of Heaven".
Cada uno de los supervivientes de una experiencia cercana a la
muerte comparte historias de haber sido transformados espiritualmente por lo
que vislumbraron en el más allá.
Pero en los dos años transcurridos desde su inicio, la pandemia
de covid ha generado una nueva categoría de experiencias cercanas a la muerte,
relatadas por personas que, como Deiner, volvieron a percibir lo milagroso en
lo ordinario de la vida cotidiana: poder saborear y oler el café, volver a
abrazar a un niño y ver salir el sol después de temer no volver a oír el canto
de los pájaros por la mañana.
Se transformaron espiritualmente no por una visión del más allá,
sino por lo que vieron en esta vida, mientras luchaban por mantenerse con vida
después de ser golpeados por el covid.
Este tipo de historias no suelen recibir ofertas de libros o
películas. Sin embargo, personas como Deiner, de 41 años, tienen estas
increíbles historias de supervivencia que pueden ayudarnos a todos.
Todo comienza con el poder de la gratitud. Es un cliché para
algunos, pero no para muchos supervivientes de covid.
"Pienso con frecuencia en lo mucho que damos por
hecho", escribió Deiner en una publicación de Facebook poco después de
recibir el alta hospitalaria en diciembre, "desde la capacidad de caminar
o tragar hasta la de respirar".
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El número de muertes globales por covid-19 supera los 6 millones
Antes de enfermar, Deiner era una bola de energía. Estaba trabajando
en su doctorado en Medicina Oriental después de obtener una licenciatura en
Relaciones Internacionales. Era madre, experiodista, masajista que vivía en
Lincoln, Delaware, y maestra de Reiki. Una vez recorrió Centroamérica con nada
más que una mochila.
"Estaba en la cima de mi juego", dice.
El covid cambió todo eso. Tuvo que aprender lo que dicen muchas
de las mejores tradiciones espirituales: venimos al mundo indefensos y lo
dejamos igual. Nos necesitamos unos a otros.
"Cuando estás realmente enfermo, te encuentras en una
situación de impotencia", dice. "Dependes de personas y extraños para
mantenerte con vida".
Al igual que muchos supervivientes con experiencias cercanas a
la muerte, Deiner conoció a los ángeles. Pero no eran las criaturas aladas y
resplandecientes que aparecen en los libros y las películas.
Estaba la enfermera que la limpió pacientemente después de estar
cubierta de vómito y sangre.
El pastor que se acercó a la Unidad de Cuidados Intensivos, rezó
el Padre Nuestro con ella y lloró con ella a pesar de que no lo conocía.
El médico que la instó a dormirse. Cuando abrió los ojos ocho
horas después, "él seguía allí", dice.
Deiner no pensaba que terminaría en el hospital. Ya se había
vacunado por primera vez y estaba a punto de vacunarse por segunda vez el año
pasado cuando enfermó. Mientras oscilaba entre la vida y la muerte en la UCI,
dice que empezó a experimentar “delirio en los cuidados intensivos”, un
trastorno en el que los pacientes alucinan, se vuelven paranoicos y pierden la
noción del tiempo y el espacio.
Cuando le quitaron el respirador, perdió toda la sensibilidad de
su cuerpo y se encontró flotando por encima de sí misma, mirando hacia abajo a
los médicos que la atendían. Podía ver su cuerpo cubierto de moretones y los
tubos colgando de sus brazos.
"Ya no podía sentir el movimiento del bebé porque no sentía
nada", dice. "Pensé que había muerto".
Así que Deiner hizo lo que cualquiera de la era de Internet
haría mientras está atrapado en el limbo, sin saber si está vivo o muerto.
Envió un mensaje de texto a un amigo.
No sabe cómo lo hizo, pero de alguna manera envió un mensaje a
una amiga después de que le retiraran el respirador. Estaba tan desorientada en
ese momento que creyó que había mensajeado a su amigo a través de una forma de
telepatía.
El amigo era Craig Maull, un colega masajista interesado en
formas alternativas de espiritualidad que también repara carreteras para el
Departamento de Transporte de Delaware. Recibió un mensaje de ella después de
no haber tenido noticias de Deiner durante 12 días ("Revisaba los
obituarios tres o cuatro veces al día", dijo).
Su mensaje era sencillo: "Creo que estoy muerta. No siento
mi cuerpo. Debo ser un fantasma".
"Estás viva. Confía en mí", le respondió.
"Estuviste en coma durante unos 12 días".
Maull le dio un mantra, una meditación tradicional hawaiana para
cantar y tranquilizar su mente:
"Te quiero. Lo siento. Por favor, perdóname. Gracias".
La meditación ayudó a salvar su vida, dice Deiner. Su poder
radica en su simplicidad. Dice que ayudó a "unir mi mente, mi cuerpo y mi
espíritu".
Deiner se recuperó y dio a luz en diciembre a un hijo sano de dos
kilos y medio. Lo llamó Soren y dice que "está creciendo como la
hierba". Dice que solo se dio cuenta de lo cerca que estuvo de la muerte
cuando un médico le dijo después que inicialmente calculaban que tenía un 5% de
posibilidades de sobrevivir.
Escuchar ese pronóstico la aterrorizó. "Lo sentí como un
balde de agua fría, horror y pánico a la vez", dice.
Pero Deiner sigue enfrentándose a grandes retos: no puede cortar
su propia comida, atarse los zapatos o cambiar la ropa de Soren debido al dolor
constante en sus manos. Tiene problemas para caminar y ha necesitado terapia
para aprender a tragar de nuevo. Perdió el sentido del gusto y el olfato.
Los daños nerviosos causados por la enfermedad aún persisten, y
está en constante terapia física. Depende de su hija Isabella, de 15 años, para
que la ayude.
"Es difícil. No voy a mentir", dice Isabella. "Es
duro ver a alguien luchar. Es difícil dejar de lado las cosas y ayudarla. Pero
estoy muy agradecida de que esté viva para pedir ayuda".
Puede que el cuerpo de Deiner esté más débil, pero sus sueños
son más grandes. Tiene un centro de masajes, bienestar y yoga,
pero quiere hacer más. Dice que quiere obtener un título en medicina oriental
para ayudar a los demás. Piensa en trasladarse a una pequeña ciudad de un país
subdesarrollado para prestar atención médica. No se imagina volver a su vida
tal y como era antes.
Casi un millón de estadounidenses han muerto a causa del covid.
Muchos de nosotros hemos perdido a padres, hermanos, amigos, compañeros de
trabajo... la ausencia repentina de personas que, en palabras del poeta Billy Collins, "han
dejado una forma de aire caminando en su lugar".
Para Deiner, todavía hay un misterio sobre su enfermedad que no
puede responder: ¿Por qué sobrevivió ella cuando tantos otros murieron?
"¿Qué puedo decir? No era mi momento. Había más gente
rezando por mí. Tengo mucha suerte de tener una buena atención médica",
dice Deiner. "No tengo ni idea".
Pero Deiner dice que puede responder a esa pregunta en parte por
la forma en que ahora elige vivir.
"Tengo un profundo sentido de la responsabilidad",
dice. "Me dieron una segunda oportunidad de vivir. Tengo que vivir una
vida de forma honorable para la gente que no tuvo una oportunidad, y para la
gente que nunca caminará, hablará o respirará por sí misma".
https://cnnespanol.cnn.com/2022/03/11/experiencia-muerte-covid-dainer-cambio-trax/