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Tenemos
un Aura
Proemio
El aura humana, ¿mito o realidad?
“Los
mitos tienen más poder que la realidad”.
-Albert Camus-
Quienes piensan que
el aura humana existe, también creen que esta es la “energía personal” y que
cambia de color según el estado de ánimo, o la vida espiritual. Sostienen que
la cámara Kirlian lo prueba. ¿Es verdad o mito?
El
aura humana es un concepto o entidad cargada de misterio. En el ámbito popular se define como una
energía que rodea al cuerpo y que cambia dependiendo de diversos factores.
También sería como una especie de esencia que se contamina o se ensucia y eso
explicaría -en parte y para algunos- por qué tenemos malas relaciones con los
demás o nos “persiguen” los problemas.
También las creencias populares señalan que el aura humana
podría corresponder a lo que llamamos alma o espíritu. De hecho, hay quienes afirman que ven cómo se desprende el
aura del cuerpo cuando una persona muere.
Se
supone, así mismo, que el aura humana tiene un color, pero que este es
imperceptible para “las personas comunes”. Solo algunos videntes podrían
percibirla. De hecho, se
inventó un artilugio llamado Cámara Kirlian para, supuestamente, fotografiar el
aura. ¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿Es solamente un mito o hay algo de realidad en ello?
El
aura humana
Desde los tiempos del antiguo Egipto, comenzó a representarse
una especie de aureola en la parte superior de dioses y diosas. Esto les identificaba como seres divinos o iluminados. La
tradición pasó a otras culturas y por eso también los santos católicos son
representados de esa manera.
Algo llama la atención y es que en culturas distantes, como la
de los aztecas en México, también se hizo lo mismo. Las figuras sagradas o los personajes
importantes se representaban con esa luminiscencia en sus cabezas. ¿Se habían
puesto de acuerdo los artistas de pueblos tan disímiles y alejados?
El primero en hablar directamente del aura humana fue Paracelso,
en el siglo XVI. Dijo que era una esfera de fuego o “globo ígneo” que se volvía más visible cuanto más
evolucionada fuera una persona. En 1911, el doctor J. Kilner dijo haber
encontrado el método para ver el aura y diagnosticar enfermedades a partir de
ella.
La
cámara Kirlian
Los esposos Semyon Davidovich y Valentina Krisona Kirlian
fueron los inventores de la famosísima cámara Kirlian, en 1939. Aseguraron que esta era capaz de
fotografiar el aura humana. Este dispositivo ha pretendido ser la prueba
científica de la existencia del aura, contando ahora con una versión
actualizada.
Las fotos tomadas con la cámara Kirlian son imágenes que
replican el famoso efecto de corona a su alrededor. Se supone que esta sería el aura. Sin
embargo, ese contorno lumínico es perfectamente explicable a través de la
física básica. No es más que una reacción del aire, a la aplicación de altos
voltajes.
La
principal prueba de que la cámara Kirlian no fotografía el aura humana, sino
que genera un efecto físico, es el hecho de que al tomar las fotos en el vacío no aparece el conocido efecto de
corona. Es decir, no aparece ningún aura ni nada por el estilo.
Verdades
y mentiras
En
1996, la Fundación Educativa James Randi, una entidad dedicada a probar la
inexistencia de fenómenos “paranormales”, realizó un experimento interesante en
relación con el aura humana. Citó
a un programa de televisión a una mujer que aseguraba ser capaz de ver el aura
de las personas. En vivo y en directo realizaron la prueba.
Se
tomó un grupo de 10 personas del público y se les pidió que se ubicaran detrás
de una pantalla opaca, que también era traslúcida. Se le preguntó si veía el
aura de esas personas y la vidente dijo que sí. Luego se le preguntó cuáles de los voluntarios estaban de pie y
cuáles sentados. Su acierto fue de apenas el 40 %.
Pese a todo, un grupo de genetistas de la Universidad de
Stanford (California, Estados Unidos) describió una especie de “nube personal”
que todos tenemos y a la que llamaron
“exposoma”. Sin embargo, ese campo no está conformado por
“energías”, sino por elementos químicos, microorganismos y otros compuestos.
Conformarían una especie de “órbita personal”.
Es posible
observar el exposoma con los medios adecuados y determinar de qué está
compuesto. Se trata de
una especie de “atmósfera personal” que va con cada uno de nosotros a todas
partes, siendo capaz de aportar información valiosa para identificar riesgos
asociados con la salud. Es un fenómeno físico, químico y biológico, por
lo que poco o nada tiene que ver con el mito del aura humana.
https://lamenteesmaravillosa.com/el-aura-humana-mito-o-realidad/
Desarrollo
1.
La ciencia logra explicar por qué algunas personas
ven el aura
03/05/2012
El aura de los demás ha dejado de
ser un tema esotérico y reservado a los curanderos, ya que la ciencia por
primera vez logró explicar por qué algunas personas ven la energía de la gente
y pudo confirmar que efectivamente el aura existe.
Investigadores españoles
descubrieron que en realidad se trata de un fenómeno neuropsicológico
denominado sinestesia (en concreto, sinestesia emocional), que explica
científicamente esta supuesta «virtud».
Los sinéstetas «mezclan» los cinco
sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de
procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear
un sonido, por ejemplo, sentir un sabor o asociar a las personas con un
determinado color.
En un artículo publicado en la
prestigiosa revista Consciousness and Cognition, los profesores del
Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar
Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el
mundo, una explicación científica al fenómeno que da capacidad a algunos para
ver el campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las
personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los
seres humanos.
En términos neurológicos, la
sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas)
se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no existen en la
mayoría de las personas normales.
Este hecho «les permite establecer
asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están
conectadas», según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían
muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.
El caso del «Santón de Baza» Los
científicos de la UGR advierten en su artículo que «no todos los curanderos son
sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este
síndrome, la sinestesia, al igual que ocurre con muchos pintores y artistas,
por ejemplo».
Para realizar esta investigación,
entrevistaron a varias personas con sinestesia, entre los que se encontraban
Famosos curanderos como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El
Santón de Baza». Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder
ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo
de sinésteta», explican los autores de esta investigación.
El Santón de Baza presenta
sinestesia caras-color (la zona cerebral del reconocimiento de caras se asocia
a la zona de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color);
sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o
que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la
capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos
rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de
alucinación que se da en las personas sanas).
Todo esto «le permite tener un
sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta
comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento»,
apuntan los científicos.
A la luz de los resultados de su
trabajo, sus autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los
curanderos en las personas, «aunque padezcan realmente sinestesia y sean
capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro». Algunos de estos santones
«presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su
capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan» pues la
sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y
«adornada» de la realidad, advierten los expertos.
https://canal.ugr.es/prensa-y-comunicacion/medios-digitales/los-andes-online/la-ciencia-logra-explicar-por-que-algunas-personas-ven-el-aura/
2.
Qué es el “campo de oxidación” que rodea nuestro
cuerpo (y cómo puede mejorar nuestra vida con su descubrimiento)
20 de septiembre de
2022-09-20
El
"campo de oxidación" a nuestro alrededor luce como un aura de energía que las personas
emitimos componentes químicos -al respirar o al transpirar, por ejemplo- era
algo que se sabía: Que podemos transformar otras sustancias y, en el camino,
"limpiar" nuestro entorno, no.
Eso es
precisamente lo que ha descubierto un grupo de científicos del Instituto Mak
Planck de Química (Alemania) junto a investigadores de Estados Unidos y
Dinamarca: tenemos un "campo de oxidación" que cambia la química
a nuestro alrededor.
Tanto en
el exterior como dentro de nuestras casas, en el transporte o el trabajo
estamos expuestos a multitud de químicos y contaminantes. Desde pinturas,
emisiones de gases o incluso lo que producimos con actividades como cocinar o
limpiar.
En el
exterior, estos productos químicos suelen desaparecer de modo natural. ¿Cómo? Con una fórmula infalible: rayos
ultravioleta, provenientes del sol, vapor de agua y ozono.
Cuando estos tres
componentes entran en contacto, se producen radicales hidroxilo (OH), unas
moléculas muy reactivas responsables en gran parte de la "limpieza
química" del entorno. Por ello les suelen llamar
"detergentes" de la atmósfera.
Pero en
interiores es más complicado que haya una alta concentración de radicales OH
y es el ozono que se filtra desde el exterior el que hace que los componentes
químicos del aire se oxiden.
O eso se
creía hasta ahora.
Un estudio novedoso
"Siempre
nos hemos centrado en entender cómo se limpia la atmósfera, un mecanismo
asombroso que entendemos bastante bien", cuenta a BBC Mundo el profesor
Jonahtan Williams, experto en química de la atmósfera del Instituto Max Plank y
quien ha liderado este nuevo estudio.
Hasta
ahora, las investigaciones sobre espacios cerrados analizaban qué
componentes emiten los muebles, las pinturas, las cortinas. Hasta que cayeron
en cuenta en que lo único en común que tienen todos los espacios habitables es
el ser humano.
"Así
que pensamos en ver cómo afecta su presencia a la atmósfera en
interiores".
Todo ese
conocimiento, métricas y aparatos que se han usado tradicionalmente en estos
estudios de la atmósfera al aire libre se aplicaron en un entorno cerrado.
"Hicimos
nuestro experimento en un entorno que era ideal, controlado, porque
queríamos determinar qué provenía solo de los humanos. Es la primera que se
hace esto", explica a BBC Mundo la doctora en química Nora Zannoni,
miembro del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Clima de Bolonia (Italia) y
primera autora de este estudio publicado en la revista Science.
Para
ello, usaron una habitación hecha entera de acero inoxidable, una
"cámara de control climático" donde no había nada además de las
personas, dos mujeres y dos hombres, que participaban en el experimento.
"Se
ve, debo decir, bastante sombrío, porque no tiene muebles, una alfombra, nada.
Hasta nos aseguramos de que la ropa que llevaban los participantes se hubiera
lavado con detergentes sin fragancias para asegurarnos de que no desprendían
nada. Les dimos una pasta de dientes especial. Todo fue muy
cuidadosamente controlado", cuenta Williams.
Hicieron
pruebas a distintas temperaturas y humedades, cambiaron la ropa de los
participantes para mostrar más o menos piel así como los niveles de ozono que
entraban en esa cámara de metal.
A más piel expuesta, más oxidación
Tras
exponer a los participantes a distintas cantidades de ozono vieron que se
generaron radicales hidroxilo (OH). "Nos sorprendió porque se generó
bastante, era una concentración realmente alta".
Descubrieron
que el ozono reacciona con la piel humana.
"Hay
un aceite que nuestra piel produce de modo natural y es lo que la
mantiene flexible. Pues el ozono reacciona con uno de sus componentes
principales", reseña William.
En ese
momento ocurre una reacción en cadena. El ozono reacciona con el aceite de la
piel, lo que produce otras moléculas en forma gaseosa que se emiten al aire y
éstas, a su vez, reaccionan de nuevo con el ozono. Ahí es cuando se producen
radicales OH.
Y, cuanta
más piel haya expuesta, más radicales OH, los detergentes de la atmósfera, se
generan.
Un "aura" a nuestro
alrededor
Para entender
y ver mejor cómo se veía ese campo de radicales OH a nuestro alrededor y
durante el tiempo crearon un modelo cinético-químico en la Universidad de
California (Irvine, EE.UU.) con otro de dinámica de fluidos hecho por la
Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.).
Con ambos
modelos, vieron cómo variaba el campo de oxidación generado por las personas
según diferentes condiciones de ventilación y ozono.
"A
partir de los resultados quedó claro que los radicales OH estaban presentes,
abundantes y formando fuertes gradientes espaciales", dice el estudio.
El modelo
gráfico donde se visualiza el campo de oxidación se ve como una suerte de
llamaradas de distintas tonalidades que se expanden desde nuestro cuerpo al
exterior.
Viendo
las imágenes, recuerda a lo que en algunas creencias espirituales se conoce
como "aura", un campo de energía con distintos colores que nos rodea.
Una visión
algo esotérica del asunto que Williams no comparte.
"Es
una buena visualización de cómo se ve realmente el campo. Pero no tiene nada
que ver con estas cosas que no son científicas", sostiene.
"Los
gradientes (los distintos valores y, por ende, distintos colores) que vemos
coinciden con la evidencia empírica de la química que medimos. Por eso
tuvimos la confianza de mostrar que, alrededor del ser humano aparecía
esto", subraya Williams.
Sus implicaciones a futuro
Aunque,
tanto Williams como Zannoni nos cuentan que este es un primer paso, resaltan la
importancia a futuro que puede tener este descubrimiento en muchos ámbitos
de nuestra vida.
"En
entornos reales tenemos muchas más fuentes, la química es más completa, pero ya
tenemos una línea de base que podría ayudar, por ejemplo, para mitigar la
acumulación y concentración de tóxicos en interiores y mejorar la calidad del
aire", dice Nora Zannoni.
Aunque el
estudio está centrado en química, "otro ámbito es ver qué efectos tiene
en la salud de las personas y, aunque aún necesitamos más estudios, esto ya
es un camino", añadió la científica.
El estudio
abre una puerta para ver cómo reaccionamos ante distintos químicos que usamos
en interiores
"En
lo que respecta a efectos en la salud, es algo importante, sobre todo después
de la pandemia, que sabemos que todos hemos tenido que estar mucho tiempo
encerrados", apunta Zannoni.
Para el
estudio de materiales, pinturas, muebles y los tóxicos que contienen también
puede suponer un cambio.
"Hasta
ahora se hacía el test de los tóxicos de un sofá solo evaluando el sofá. Ahora
se podrá evaluar con alguien sobre él, porque las emisiones del sofá te
llegarán y se oxidarán en tu oxidación, se sentirán doblemente
transformados de alguna manera", plantea Williams.
Zannoni
señala que, aunque no es el ámbito que ellos estudian, sí se han planteado que
el campo de oxidación que tenemos a nuestro alrededor podría afectar a las
relaciones entre las personas.
"A
menudo se habla de que una parte de nuestra comunicación es química, hay
comunicación química en el intercambio interpersonal. Entonces, si cada uno
tiene este campo de oxidación, dependiendo de cómo se desarrolle, puede afectar
al campo del otro", dice Zannoni.
"Puede
ser que impacte en la funciones sensitivas de cada uno en cierto
modo", concluye.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-62915928
3.
Qué es el exposoma humano: el "aura
viviente" individual que nos rodea (y qué dice de nuestra salud)
Es
fácil pensar que la idea de un "aura" que nos rodea pertenece
estrictamente al plano de lo esotérico.
Una
búsqueda rápida en internet arroja decenas de consejos para "limpiar el
aura" y "alejar las energías negativas". Y quizás este es el
único contexto en el que has visto la palabra, por lo general asociada a las
emociones y cómo estas pueden influir en tu bienestar físico y mental.
Pero, esoterismo
aparte, la ciencia sí ha demostrado la existencia de un "aura
viviente" individual: se llama exposoma humano y no tiene nada que ver
con las energías espirituales.
El
término describe esa nube personal de microorganismos, elementos químicos y
otros compuestos que en efecto van con nosotros a dondequiera que estemos.
El exposoma
constituye el centro de un estudio que durante cinco años desarrolló un grupo
de genetistas de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos).
Y aunque la ciencia
ya tenía nociones sobre este concepto, la investigación, publicada en la
revista científica Cell a mediados de octubre, demostró que es posible medir
"a nivel individual" los elementos del ambiente a los que está
expuesta cada persona.
Michael
Snyder -de quien fue la idea original del estudio- dijo a BBC Mundo que lo más
relevante "es que estas mediciones pueden hacer una gran diferencia en la
manera de estudiar y prevenir padecimientos como el asma y las alergias",
lo cual hace un importante aporte al campo de la salud.
El experimento
Para su
experimento los investigadores fabricaron un pequeño dispositivo para
monitorear el aire y lo ataron al brazo de 15 voluntarios, quienes fueron
expuestos a diferentes locaciones mientras el dispositivo absorbía muestras
tanto de sus órbitas personales como del ambiente que los rodeaba.
Los
elementos recolectados por el dispositivo (bacterias, hongos, virus, etcétera)
arrojaron secuencias de ADN y ARN que conformaron un perfil químico único para
cada voluntario.
Al final
del estudio -que comprendió cientos de miles de lecturas- los investigadores
lograron acumular una gran cantidad de datos sobre los componentes de su propio
exposoma.
El propio
Snyder, quien usó uno de los dispositivos durante el estudio, encontró que en
el suyo estaban presentes compuestos como el polen de eucalipto,
presumiblemente la causa de una alergia que padeció en el pasado.
Nube individual
Lo que se
sabía del exposoma humano antes de que Snyder y su equipo dieran a conocer los
resultados de su investigación es que ciertamente los individuos están
expuestos a una serie de elementos presentes en el ambiente.
Sin
embargo, las mediciones en este sentido solo se habían desarrollado a gran
escala y no a nivel individual.
"Por
eso nos centramos principalmente en las partículas PM2.5 presentes en las
atmósfera, que son resultado de la contaminación y acaban siendo absorbidas
hacia los pulmones", explica Chao Jiang, otro de los autores del estudio.
Hasta
este momento el exposoma también solo se había analizado en sitios fijos de la
ciudad en los que un dispositivo recolectaba una muestra de aire.
"Ahora
podemos seguir los elementos a los que está expuesta cualquier persona,
dondequiera que esté", asegura Snyder.
Los
voluntarios se movieron por distintas zonas de la Bahía de San Francisco y se
demostró que, incluso cuando estaban en el mismo sitio, sus exposomas eran
diferentes.
Esto
confirma que cada individuo está rodeado por su propia nube microbiana, que
recoge y expulsa continuamente a su alrededor.
Los
autores del estudio coinciden en que el mayor aporte de esta nueva información
será en el campo de la salud humana, la cual no solo está determinada por
factores genéticos, sino también ambientales.
Al alcance de todos
"Se
han estudiado muchos los factores genéticos, pero no se conoce tanto sobre cómo
la exposición ambiental afecta la salud de las personas", asegura Jiang.
El
científico piensa que esta nueva profundización en el conocimiento del exposoma
humano será clave para entender e incluso prevenir padecimientos como el
cáncer, el asma, las alergias y algunas enfermedades cardíacas y respiratorias.
De hecho,
uno de los hallazgos más relevantes de la exhaustiva investigación fue que se
encontró partículas de repelentes contra insectos en todas las muestras
recolectadas.
"Las
personas podrían estar aspirando este compuesto -que no se conoce cuan tóxico
es para la salud- así como el dietilenglicol, que sí es altamente
cancerígeno y fue hallado en todas partes", dice Snyder.
Él, Jiang
y sus demás compañeros no han terminado de estudiar el "aura
viviente" que nos rodea.
Y para
responder a la pregunta de BBC sobre los próximos posibles pasos de la
investigación, los genetistas esbozan un plan.
"Queremos
hacer un dispositivo más barato, para que cualquiera pueda mapear sus
exposiciones individuales al ambiente", dice Jiang.
"Padecimientos
como el asma y las alergias podrán controlarse mucho mejor cuando seamos
capaces de entender a qué están reaccionando esos pacientes", explica.
A mediano
plazo, el equipo también planea implementar esta tecnología en aquellos lugares
donde las personas son más vulnerables a contagios ambientales, como los
hospitales y las guarderías.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45871295
4.
La ciencia logra explicar por qué algunas personas
ven el aura
03/05/2012
El aura de los demás ha dejado de
ser un tema esotérico y reservado a los curanderos, ya que la ciencia por
primera vez logró explicar por qué algunas personas ven la energía de la gente
y pudo confirmar que efectivamente el aura existe.
Investigadores españoles
descubrieron que en realidad se trata de un fenómeno neuropsicológico
denominado sinestesia (en concreto, sinestesia emocional), que explica
científicamente esta supuesta «virtud».
Los sinéstetas «mezclan» los cinco
sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de
procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear
un sonido, por ejemplo, sentir un sabor o asociar a las personas con un
determinado color.
En un artículo publicado en la
prestigiosa revista Consciousness and Cognition, los profesores del
Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar
Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el
mundo, una explicación científica al fenómeno que da capacidad a algunos para
ver el campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las
personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los
seres humanos.
En términos neurológicos, la
sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas)
se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no existen en la
mayoría de las personas normales.
Este hecho «les permite establecer
asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están
conectadas», según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían
muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.
El caso del «Santón de Baza» Los
científicos de la UGR advierten en su artículo que «no todos los curanderos son
sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este
síndrome, la sinestesia, al igual que ocurre con muchos pintores y artistas,
por ejemplo».
Para realizar esta investigación,
entrevistaron a varias personas con sinestesia, entre los que se encontraban
Famosos curanderos como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El
Santón de Baza». Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder
ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo
de sinésteta», explican los autores de esta investigación.
El Santón de Baza presenta
sinestesia caras-color (la zona cerebral del reconocimiento de caras se asocia
a la zona de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color);
sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o
que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la
capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos
rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de
alucinación que se da en las personas sanas).
Todo esto «le permite tener un
sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta
comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento»,
apuntan los científicos.
A la luz de los resultados de su
trabajo, sus autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los
curanderos en las personas, «aunque padezcan realmente sinestesia y sean
capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro». Algunos de estos santones
«presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su
capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan» pues la
sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y
«adornada» de la realidad, advierten los expertos.
https://canal.ugr.es/prensa-y-comunicacion/medios-digitales/los-andes-online/la-ciencia-logra-explicar-por-que-algunas-personas-ven-el-aura/
5.
Los Colores del Aura Humana y su Significado
29 de septiembre de
2019
Toda forma de vida en el universo
emite un reflejo de su energía interna. Los humanos tenemos la habilidad de
emitir patrones de luz que coinciden con tipos de personalidad, estados de
ánimo, experiencias de vida, y niveles de conciencia.
La luz y los colores que acompañan
al aura humana incluyen a todos los colores del espectro. Dichos tonos indican
aspectos específicos o dominantes del estado emocional de una persona, de su
bienestar espiritual, y de su fuerza personal. Los individuos intuitivos son
muy hábiles en ver estas variaciones en el espectro de color. Cada color del
aura humana tiene un significado arquetípico y una etiqueta interpretativa o
transitoria. Los colores del aura humana están interrelacionados con los
códigos de color tradicionales del chakra
y las descripciones del chi. Sin embargo, la conciencia crea una situación en
la que el color del aura puede ser completamente distinto a cualquier emisión
de color meditativa y de fuerza espiritual.
Los colores del aura se encuentran
dentro de las fuerzas naturales que rodean al cuerpo humano. Algunas personas
liberan niveles bajos de luz debido a factores hereditarios y ambientales.
Otros, tienen niveles de luz extremadamente desagradable que son fácilmente
percibidos por aquellos que tienen la habilidad de detectar e interpretar los
umbrales del aura. Es un hecho que todos los seres vivos, incluyendo los
humanos, liberamos una energía espiritual radiante que contiene una serie de
colores. Estos colores indican diversos grados de vitalidad, capacidad mental,
conflicto espiritual, e incluso aspectos que coinciden con el tiempo y los
elementos etéreos.
Ningún ser vivo libera un solo
color de aura, pero hay un color que predomina sobre los demás. Cada ser humano
posee poderes espirituales, mentales, y físicos que contribuyen al espectro
completo de colores del aura. Algunos colores son casi inexistentes e
imperceptibles mientras que otros impregnan el aura entera. No es raro que haya
extremos en los colores del aura, pero esto indica un desequilibrio. Cada
persona debería exhibir todos los tipos de colores del aura con una amplia
presencia espectral de colores que reflejen exactamente sus personalidades y
formas de pensar. Los profetas y clarividentes sensibles pueden percibir los
colores más importantes, detectar desequilibrios, y hacer sugerencias sobre la
salud y la vida misma al examinar muestras de colores del aura.
Los colores en el espectro del aura
humana no son diferentes a los elementos naturales de luz. Estos colores
contienen colores primarios llamativos y definidos. También contienen
combinaciones de colores secundarios y terciarios que indican aspectos
complejos de las personalidades y emociones humanas. Factores como la edad, el
género, el origen étnico, la exposición a la práctica religiosa, y la voluntad
propia tienen el poder de afectar la apariencia de los colores del aura. Ningún
despliegue de color del aura es falso. Los colores del aura son producto
natural del espíritu y la mente. No se ven afectados por pretensiones ni por
entornos físicos. Los colores tienden a ser universales e indican cosas en
común entre los seres humanos.
Algunas personas emiten colores del
aura en secuencia, en grandes estallidos, o en capas muy difíciles de detectar.
No hay persona que no tenga al menos una marca de color mínima. Se necesita de
un intérprete psico-reactivo con experiencia para poder interpretar de manera
precisa los colores del aura. Esto es especialmente verdad en la sociedad
moderna. La gente moderna tiende a tener despliegues de colores del aura que
son confusos y ofuscados de cierta manera, o que están bloqueados por una
barrera espiritual. Sin embargo, las variaciones de luz siempre se dejan ver.
Dependiendo de los colores y sus combinaciones, el aura de una persona puede
ser analizada y utilizada como herramienta para fortalecer la comprensión de un
camino de vida. Ciertos colores tienen significados importantes. Estas son las
divisiones básicas en el espectro de color del aura humana:
Rojo y Rosa
Estos colores del aura están
íntimamente interrelacionados con la parte física del cuerpo. La luz roja
indica emociones fuertes
como enojo, amor, y orgullo. Además, es el color más primitivo ya que nos da la
señal de cuándo necesitamos actuar de forma agresiva o mostrar fortaleza
personal. Entre más profunda la luz roja, más fuerte será la pasión primitiva.
Cuando la luz roja se desvanece y se convierte en rosa, nos indica que hay
debilitamiento en algún aspecto personal relacionado con el cuerpo y el espíritu. La
luz rosa pura es una señal de que la persona está sintiéndose vulnerable de
alguna manera. Esto puede ser negativo, como por ejemplo tener miedo a fracasar
profesionalmente, o positivo, como por ejemplo saber que existe la posibilidad
de encontrar un amor verdadero.
Azul
e Índigo
Las personas que tienen un aura con
luces azules muy intensas son fuertes
y tranquilas. Tienden a buscar consuelo donde a otros no se les
ocurrió buscar. La gente con luz azul es muy intuitiva y se inclinan por
disciplinas que tienen que ver con la interacción humana. Las luces de aura
azul intenso son señal de que la persona posee habilidades sensoriales extraordinarias que
podrían incluir habilidades
psíquicas que no han sido explotadas.
Magenta
El hecho de emitir grandes
cantidades de luz de aura magenta coincide con la necesidad de ser excéntrico. Este color no se
presenta con frecuencia como un color de aura dominante, pero se hace evidente
en gente que constantemente tiene el impulso de ir en contra del orden
establecido. Magenta es un color que simboliza dificultad, pero no
necesariamente de forma negativa. A menudo, es señal de talento artístico por
desarrollar.
Naranja
Las auras color naranja brillante
definitivamente representan vigor
y vitalidad. Este color es común en personas competitivas en el
ámbito atlético y exitosas en áreas de desempeño personal. Esta seguridad
también proviene de la destreza
sexual y el orgullo. Algunas personas que están al borde del
trastorno en su interacción con otros exhiben fuertes auras naranjas.
Amarillo y Dorado
Estos colores son muy comunes en
gente que valora y va en busca del perfeccionamiento
cognitivo y la disciplina. Entre más se acerque un aura
amarilla al dorado, más profundamente involucrada está la persona con asuntos filosóficos. Las auras color
dorado brillante a menudo están relacionadas con personas que están pasando
dificultades en asuntos de la vida y el lugar que tienen en el universo. La
gente con auras doradas frecuentemente posee una relación de amor y odio con el tiempo.
Café y Café Claro
Las auras color a tierra indican
personalidades que tienen dificultades con los aspectos lógicos y metódicos de la vida. Se
puede lidiar con estos problemas siendo frío y calculador o con una fórmula
emocional. La gente con una luz café clara siempre debe estar consciente de que
tienden a analizar demasiado los problemas normales y a menudo son percibidos
como estirados y evasivos.
Verde
La luz de aura verde aparece cuando
una persona está en un periodo de sanación
o se encuentra en un estado de excelente
salud. Este es un color que indica el equilibrio perfecto entre
salud física, seguridad mental, relaciones personales, y panorama emocional.
Las personas que exhiben una luz de aura verde constantemente son sanadores por naturaleza.
Violeta y Lavanda
Entre más profunda sea la luz de
aura morada, más cerca está la persona de lograr libertad espiritual. La
gente extremadamente sensual y aquellos con necesidad de contacto interpersonal constante
manifiestan luces moradas y lavandas intensas.
Blanco
y Cristalino
La luz blanca clara y brillante es
extremadamente inusual y solo se presenta en gente con una conciencia espiritual muy
desarrollada. Esta luz se encuentra principalmente en líderes espirituales como
yoguis, consejeros de vida, y
otros gurús.
Negro
El negro a menudo se malinterpreta como una luz
de aura negativa. No es un indicador cien por ciento de la presencia de
atributos espirituales indeseables. Sin embargo, sí indica que una persona está
cubierta por un velo de
protección. Puede que esto se deba a un padecimiento físico o a
emociones como la preocupación
y el miedo.
Conclusiones
Una persona con problemas
personales va a exhibir naturalmente un color de aura que domina a los otros.
De manera opuesta, una persona con una vida balanceada va a manifestar un
arcoíris de colores de aura. No hay persona que no tenga alguno de los colores,
así como no hay persona que no tenga un grado de alguna emoción. No podemos
afirmar que cualquier color de aura es positivo o negativo por naturaleza. Aún
un despliegue de color negro dominante solo puede ser interpretado como un
acontecimiento natural en el que la persona emite un escudo defensivo fuerte
debido a ciertas circunstancias de su vida.
Individuos saludables y conscientes
de sí mismos manifiestan colores de aura que fluctúan regularmente y reflejan
aspectos de la vida normal. La clave para solicitar y utilizar las
interpretaciones profesionales de colores del aura hechas por videntes es
utilizar descripciones de colores de aura para formular una estrategia que nos
proporcione equilibrio en la vida. Es importante entender cómo las emociones,
reacciones por estrés, sensaciones físicas, y fijaciones mentales se equiparan
con el gasto de energía y el color de aura es importante para tener conciencia
personal de manera continua.
https://www.colorpsychology.org/es/los-colores-del-aura/