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Etología
La etología (del griego «ηθος» ethos,
costumbre, y «λóγος» logos, razonamiento, estudio, ciencia) es la rama de la biología
y de la psicología experimental que estudia el comportamiento
de los animales
en sus medios naturales, en situación de libertad o
en condiciones de laboratorio, aunque son más conocidos los estudios de
campo. Al estudiar tradicionalmente el comportamiento en el medio natural, la
investigación etológica suele distinguirse de la conductual,
en tanto esta última se centra en el medio artificial o de laboratorio, aunque
su objeto de estudio es el mismo y sólo difieren en el método con que lo
estudian.
*
* *
Proemio
Etología
Etimológicamente viene de la
palabra griega “ethos” (también raíz de la palabra “ética”) que significa
comportamiento. La Etología puede ser definida como el estudio del comportamiento
de las especies animales, todas, incluido el hombre, en su medio natural. Fue
fundada por Konrad Lorenz y Niko Tinbergen, los cuales resaltaron la
predisposición innata de los animales a responder de una forma concreta a unos
estímulos concretos, una predisposición que es adaptativa, esto es, que tiene
un claro valor de supervivencia. El hecho de analizar el proceso adaptativo de
un animal puso de manifiesto que:
1.
los
animales no dirigían sus comportamientos a todos los Es por igual (un mono
recién nacido no se comporta igual ante una serpiente que ante un águila o ante
su madre),
2.
sus
comportamientos no eran azarosos (la respuesta a cada uno de esos estímulos
requiere una acción precisa desde el primer momento, no se puede esperar a que
aparezca un reforzador para aprender una R adaptativa (puede que ese reforzador
sea demasiado aversivo y nos produzca la muerte), y
3.
que los
reforzadores no actuaban sobre cualquier conducta de la misma forma (la
conducta de cortejo no puede estar reforzada igualmente por la obtención de una
pareja que por un trozo de comida).
La Etología supuso una reacción
frontal ante el ambientalismo conductista (Watson dijo: “Dadme una docena de
niños sanos…, y garantizaré que puedo coger cualquiera de ellos al azar y
educarlo para que sea el tipo de especialista que yo quiera elegir: médico,
abogado, artista, comerciante, jefe, e incluso, mendigo y ladrón, con
independencia de sus talentos, aficiones, tendencias, habilidades,
vocaciones…”), que era en aquel entonces el único referente en el estudio del
comportamiento animal, y por eso precisamente los etólogos hacían énfasis en
los factores innatos del comportamiento: sin embargo eran lo suficientemente
listos como para ver la necesidad de una psicología que explicara cómo es que
la tendencia, aparentemente innata del canto de los pájaros, por ejemplo, se va
perfeccionando con la práctica y depende de la experiencia temprana de los
cantos emitidos por otros congéneres.
Los etólogos fueron una “gente muy
rara” que bien venía desilusionada por el conductismo, bien venía rebotada de
la Biología, pues para algunos biólogos el estudio de la base biomolecular de
la herencia (el análisis del ADN) era incapaz de dar cuenta de toda la riqueza
del proceso evolutivo.
Para Lorenz, corroborando la
mencionada continuidad que este enfoque daba al proyecto de la Psicología
Comparada, el primer libro de Etología fue La expresión de las emociones en los
animales y en el hombre. En esa obra, Darwin destacaba las similitudes y
diferencias que existen en las diferentes especies a la hora de expresar, de
dar a conocer, sus sentimientos a otros animales, congéneres de su misma
especie o no. Darwin trazó un denominador común en cuanto a las emociones:
según él expresar los sentimientos tenía valor adaptativo. Lo que hicieron los
etólogos fue ampliar el número de campos, y al emocional añadieron el social,
el reproductor, el alimenticio… todos considerados bajo la idea de que eran de
alguna forma útiles para la supervivencia de la especie.
El trabajo de los etólogos se
desarrolló fundamentalmente en Europa, donde las promesas pragmáticas en el
ámbito de la educación hechas por Watson no resultaban creíbles. A diferencia
de USA, aquí en Europa, había menos cajas de Skinner, un aparato que era en
parte responsable del espíritu ambientalista que dominaba la explicación de la
conducta observable de los animales. La caja de Skinner, como la de Thorndike,
era un medio en el que el uso inteligente de las estructuras heredadas servía
de muy poco al animal. Esa herencia y su uso tenían un valor adaptativo
limitado al medio en el que el sujeto se había desarrollado, y no servía por
tanto en unas condiciones tan artificiales como las dispuestas en el
laboratorio (resulta muy informativo comparar la torpeza del gato en la caja de
Thorndike y su habilidad y astucia - sigilo, observación continuada, paciencia,
selección del momento de ataque…- a la hora de cazar ratones).
http://www.ugr.es/~aula_psi/Etologia.htm
Desarrollo
1.
Qué es el estímulo supranormal, el curioso fenómeno
por el que los instintos pueden ser retorcidos
3 de septiembre de
2022
¿Por
qué nos gusta lo que nos gusta y cómo nuestros deseos más básicos a veces nos
empujan en la dirección equivocada?
A finales
de la década de 1940 dos grandes científicos, los premio nobel Konrad Lorenz,
zoólogo austríaco, y el biólogo neerlandés Nikolaas "Niko" Tinbergen,
cofundadores del campo de la etología (la biología del comportamiento), estaban
interesados en cómo funciona el instinto.
Sus
experimentos revelaron algo inesperado: los instintos, que habían evolucionado
para ayudar a los animales a vivir mejor, podían ser manipulados en el
laboratorio.
Si
cambiaban el desencadenante del comportamiento y el comportamiento en sí se
volvía extraño.
Las gaviotas de
arenque, por ejemplo, tienen una pequeña mancha roja en el pico que los
polluelos picotean instintivamente para que la madre regurgite la comida.
Pero
Tinbergen y Lorenz descubrieron que los polluelos picoteaban aún más cuando se
les presentaba una aguja de tejer de madera pintada de rojo.
La aguja
no podía darles comida, pero aún así la preferían a sus madres.
Raro. Y
se vuelve aún más raro.
Unas aves
que instintivamente incuban sus pequeños huevos de color azul grisáceo
moteados, los abandonaban apenas les daban un huevo de yeso falso dos veces
más grande que el tamaño normal y azul fluorescente con lunares negros,
para sentarse en ese enorme huevo falso que de ninguna forma podrían haber
puesto.
Hubo más
experimentos hasta que quedó claro que Tinbergen y Lorenz se habían topado con
un extraño fenómeno.
Si un
comportamiento instintivo ocurre en respuesta a un estímulo específico -como
manchas rojas de pico, manchas en un huevo azul-, cuando exageras el estímulo
obtienes una respuesta exagerada, a veces en detrimento de los propios animales.
Llamaron
al fenómeno "el estímulo supranormal".
El experto con plumas
Los
experimentos de Tinbergen y Lorenz eran interesantes, pero artificiales: la
mayoría de los animales nunca habrían encontrado esos particulares estímulos
exagerados fuera del laboratorio.
Pero hay
estímulos supranormales en el mundo real que destemplan los instintos
finamente afinados de los animales.
Y un
maestro de estos elaborados engañoses otra ave: el cuco.
Estos
famosos embaucadores no crían a sus polluelos. Las hembras ponen sus huevos en
nidos de otras aves más pequeñas y dejan a su futuro bebé en manos del
desprevenido ave huésped... los padres no vuelven a ver a sus polluelos nunca
más.
Apenas
nace, el polluelo del cuco mata a las crías de las aves anfitrionas y saca los
restos del nido.
Brutal.
Las aves
progenitoras se quedan con ese único pollito monstruoso hambriento, de una
especie totalmente diferente.
Pero en
vez de expulsarlo inmediatamente, horrorizada, comienza a alimentarlo.
"A
menudo el polluelo es 8 o 10 veces más grande que las aves progenitoras que lo
alimentan, así que ¿cómo diablos el polluelo cuco obtiene comida cuando crece
en un nido de un ave mucho más pequeña que él?", pregunta Rebecca Kilner,
profesora de biología evolutiva en la Universidad de Cambridge.
Aquí es
donde entra en juego el estímulo supranormal.
La
mayoría de los polluelos de todas las especies de aves tienen una boca ancha de
color rojo brillante que estimula a los padres a alimentarlos, pero la del cuco
es supranormal.
"Tiene
una enorme boca muy vívida, mucho más roja de lo que suelen ser las de los
polluelos anfitriones, que agita en la cara del ave madre", le dijo la
Kilner al programa BBC
NatureBang.
Además,
su llamada de mendicidad es muy fuerte y muy rápida, mucho más que la que
habrían tenido las crías de la madre estafada.
"Es
supranormal".
"Aprovecha
el sistema nervioso del ave huésped de tal manera que simplemente no puede
resistirlo y el impostor en el nido, que no tiene nada que ver con su propia
descendencia y en quien no tienen ningún interés genético, termina
esclavizándolo".
Curioso...
y un poco espeluznante.
Nosotros, no... ¿Cierto?
Con solo
un color y una canción, el polluelo cuco tiene el poder de volver a engañar a
los instintos de las aves madre -instintos perfeccionados por millones de años
de evolución-, haciéndola actuar en contra de sus propios intereses.
Pero
seguramente nosotros, los humanos, no caeríamos en esas trampas. No nos
sentaríamos en una enorme pelota de playa ni alimentaríamos monstruosos bebés
alienígenas en contra de nuestra voluntad.
¡Ojalá
fuera así!
No solo
sí caemos sino que, antes y después de que Tinbergen y Lorenz se pusieran a
pintar huevos, hemos sido artífices de nuestra propia estafa.
Somos,
probablemente, las únicas criaturas que creamos nuestros propios estímulos
supranormales, imitaciones
falsas y exageradas a las que respondemos con más fuerza que a las originales
para engañar a nuestros propios instintos, a veces perjudicialmente.
"El
mejor ejemplo, en mi opinión, es el algodón de azúcar", dice la psicóloga
evolutiva Becky Burch, del departamento de desarrollo humano de la Universidad
Estatal de Nueva York en Oswego, EE.UU.
"El
estímulo normal es el azúcar. Nos gustan los alimentos dulces, pero hago
hincapié en la palabra 'alimentos' -tienen valor nutritivo para
nosotros-".
Nuestros
instintos evolucionaron para cazar y recolectar en la savana africana hace
millones de años y, aunque la gran mayoría vivimos en un mundo muy distinto,
nuestros instintos siguen calibrados para buscar recompensas excepcionales en
un mundo de escasez.
Nos
sentimos atraídos por la sal, el azúcar y la grasa, que son claves para nuestra
supervivencia.
Las
frutas, por ejemplo, eran una fuente de calorías, nutrientes, fibra y energía.
Y su dulzura, una recompensa por la larga e incesante labor de conseguir
comida.
Hoy, el
azúcar suele estar a la mano, y "nos fascina; el algodón de azúcar ha
exagerado ese gusto al punto que ni siquiera parece alimento: es una bocanada
de pelusa".
Eso
puedes decir de muchas golosinas, tan difíciles de resistir que nos imponemos
dietas.
No solo
eso, subraya Burch, quien no es especialista en algodón de azúcar, sino en
cultura pop y, particularmente, cómics.
Y en esos
cómics, como sabemos, los superhéroes tienen dimensiones corporales poco
realistas... ¿serán esas exageraciones un estímulo supranormal?
Berch y
sus colegas hicieron un estudio, cuyos resultados consignaron en un artículo
llamado "El Capitán Dorito y la bomba".
"La
gran mayoría de los personajes masculinos de cómics, especialmente los héroes,
tienen una relación cintura-cadera absurda: los hombros son más del doble del
ancho de sus cinturas.
"Para
los personajes femeninos, las cinturas son 60% menos anchas que las caderas".
Pero, al
fin y al cabo, son dibujos animados, ¡cuál es el gran problema!
Sin
embargo, cuanto más lo piensas, menos sentido tiene.
¿Por qué
sería atractiva una mujer que no tuviera espacio para todos sus órganos
internos o un hombre cuyo esqueleto no pudiera soportar el peso de sus propios
hombros masivos?
Serían
inhumanos, pero así es como funciona el estímulo supranormal.
Nuestros
instintos se retuercen llevándonos hacia alimentos sin valor nutricional o
extraños humanos inhumanos, no solo en los cómics.
Y no se reduce a eso
Es Barbie
con sus dimensiones locas, es Pokémon con sus enormes ojos de bebé invocando
todo nuestro instinto protector...
...es la
pornografía mostrando idealizaciones imposibles del sexo, son las drogas, los
juegos de azar, la moda y el deporte...
...son
los videojuegos que te invitan a sumergirte en otros mundos y programas como la
popular serie "Friends", con su versión supranormal de los estímulos
sociales a los que estamos condicionados a buscar: gente atractiva con expresiones
amigables efusivamente amables, que sonríen y ríen constantemente...
...son
las pantallas de televisión brillantes que distraen toda tu atención, las
notificaciones coloridas en tu teléfono a las que eres adicto, tus redes
sociales, su publicidad...
...y es
un poco abrumador.
En
este mundo saturado de lo supranormal, ¿podemos ser felices con lo normal?
"Ese
es el problema con los estímulos supranormales. Te atrae hacia algo que es a la
vez anhelado e imposible", señala Berch.
"Sabemos
los problemas que tenemos, por ejemplo, con el azúcar, la deseamos, la ponemos
en todo y sufrimos consecuencias para la salud.
"Cuando
se trata de cuerpos similares a los de los cómics, nos gustan, queremos
tenerlos, pero están más allá del alcance humano y ¿qué hace eso con nuestras
expectativas y con nuestra imagen corporal?".
Somos
como los pobres padres anfitriones cucos, impulsados hacia cosas que nos hacen
daño, excepto que -a diferencia de ellos- nosotros las creamos.
Pero
Burch dice que a veces sencillamente prestar un poco más de atención es
suficiente para poner el efecto psicológico en pausa.
"Cuanto
más tiempo miras esos cuerpos idealizados, más absurdos se vuelven: es como
comer mucho algodón de azúcar, te empalagas. Empiezas a pensar: 'ese cuerpo es
raro'".
Hasta las
aves logran hacerlo: hay un pequeño pájaro cantor, cuenta Rebecca Kilner, que
puede luchar contra el estímulo supranormal, el maluro soberbio en Australia.
"A
veces, de repente ves que dejan de alimentar al polluelo cuco, ignoran sus
llamadas desesperadas e incluso comienzan a desmantelar el nido".
Si el
maluro soberbio puede resistir, seguro nosotros también.
"Hay
que mirar más allá de los estímulos supranormales -aconseja Berch-. Son, por
definición, demasiado de algo bueno y es necesario mantener límites
saludables... aunque no hay nada de malo con un poco de azúcar de vez en cuando".
https://www.bbc.com/mundo/noticias-62690896
2.
Biología del Comportamiento
Master en biología del
comportamiento, aprende más sobre etología
Lo cierto es que, los puestos de
trabajo tienden a una progresiva especialización a la cual los estudiantes
deben de adaptarse. Por ejemplo, para aquellos estudiantes que hayan completado
sus estudios de carácter universitario en Biología, deberán de estar
muy atentos a este título de Master Biología del Comportamiento,
ya que podría beneficiarles mucho en lo que a su formación profesional se
refiere.
La BIOLOGÍA
es la ciencia que se encarga de
estudiar los diferentes tipos de seres vivos, centrándose en una serie de
factores entre los que destacan su origen,
su evolución, y sus principales propiedades. Este estudio tiene
un carácter tanto individual como colectivo, cuando este se encarga del estudio
de las interacciones que se producen entre el ser vivo, tanto humano como
animal y su entorno. Dentro de la biología y con cierta influencia de la
psicología, se ha ido asentando el concepto de biología del comportamiento, también conocida como
etología.
¿En qué consiste la biología del
comportamiento?
Como se ha mencionado
anteriormente, la biología del comportamiento o etología se puede considerar una fusión o complementación entre la ciencia de
la biología y la parte de la psicología conocida como experimental.
La BIOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO se
encarga del estudio del comportamiento animal dentro de su medio natural, es decir,
trata de determinar las características de la conducta de un determinado grupo
y cómo estas han ido evolucionando en función de los cambios que se han ido
produciendo dentro del propio entorno.
Habitualmente, este estudio se realiza cuando los animales están en libertad
aunque estos también se pueden encontrar dentro de un laboratorio.
Es importante que dentro de esta
neurociencia, el ser humano también es concebido como un animal, por lo cual su
estudio también entraría dentro de la misma, aunque algunos profesionales
prefieren calificar estos estudios como propios de la etología humana. Los etólogos con estudios de
carácter universitario dedican su carrera profesional a la investigación con el
objetivo de determinar aspectos clave
sobre el comportamiento animal donde destacan la determinación
de características innatas o aquellas adquiridas a través de la educación en
sociedad. Algunas de ellas pueden ser la agresividad, el apareamiento, la vida
social o la impronta.
La Etología y sus fundamentos
Una de las principales bases de
estudio de la ETOLOGÍA a lo
largo de los años como neurociencia ha sido determinado del grado de consciencia que presenta cada una
de las especies animales, es decir, el conocimiento que estos
tienen de sí mismos y del entorno en el que desarrollan sus actividades. Dentro
de las neurociencias, la biología del comportamiento se puede considerar una de
las más importantes ya que se encarga de determinar aspectos relacionados con
el sistema nervioso u otros factores que influyen en el comportamiento tanto
animal como humano.
La biología del comportamiento tiene
íntegramente una visión
científica de la existencia, sosteniendo que los procesos mentales son procesos cerebrales,
dentro de las ciencias que tienen cabida en este ámbito se encuentran la
neurociencia, la biología, también las matemáticas, física y química.
Dentro de los muchos enfoques científicos que se dan en la psicología, como el
conductismo o el mentalismo, se considera que la psicobiología
es aquel que se implanta de manera más firme en el sistema de conocimiento
científico.
¿Qué sistemas intervienen en la
biología del comportamiento?
Para el estudio de la biología del
comportamiento, intervienen
diferentes sistemas de regulación, cada uno de los cuales tiene
una incidencia directa en esta ciencia, empezando por el sistema nervioso, que se
encarga de dar respuestas a los estímulos, el sistema endocrino, que ajusta las respuestas metabólicas, dirigiendo cambios más a
largo plazo, principal diferencia con el nervioso, cuyas respuestas son
rápidas. Además el sistema endocrino sirve como un vaso comunicante entre las
glándulas endocrinas y las hormonas.
Otro de los sistemas que interviene
en la biología del comportamiento es el sistema
inmunológico, que coordina las
defensas del organismo, todo se basa en la transmisión de información
dentro del cuerpo, esta función la realizan los mensajeros químicos, que son
unas sustancias que no solo transmiten información dentro del organismo, sino que
también pueden enviarla a otros diferentes. Todos los mensajeros químicos
cuentan con unas características comunes, y es que poseen células capaces de liberar sustancias
químicas, y además aparecen moléculas especializadas que
detectan estas y reciben el nombre de receptores.
Los mensajeros químicos de la
biología del comportamiento se diferencian en función de la distancia que
tengan que recorrer estos desde que se segrega hasta que se detecta,
diferenciándose entre mensajeros intracelulares, es el más corto de todos,
emisor y receptor se encuentran en la misma célula. Las hormonas realizan este
transporte desde una célula hasta otra y las feromonas, serían los agentes
encargados de transmitir información de un organismo a otro mediante el sudor y
otras glándulas, y afectan especialmente a los comportamientos reproductivos.
¿Cuáles son las ramas de la
etología?
Con nuestra formación relacionada
con la biología del comportamiento lograrás adquirir todos los conocimientos y
habilidades relacionadas con la etología.
Sirve para realizar un análisis adecuado sobre el bienestar animal para la
optimización de su reproducción así como controlar el comportamiento.
Con nuestra formación podrás
convertirte en un gran experto etólogo. Por ello queremos que conozcas cuáles
son sus ramas porque quizás decirte realizar una formación aún más específica
acerca de la biología del comportamiento. Estas son sus ramas:
- Etología humana: es la rama de la etología que se
encarga de hacer estudios e investigaciones sobre la forma en la que
se comportan los seres humanos. Fue fundada por Irenäus
Eibl-Eibesfeldt.
- Etología veterinaria: es el estudio del comportamiento de
los animales principalmente para obtener información relacionada
sobre su manejo, sobre el diagnóstico o evaluaciones sobre
los estados de salud o bienestar que tienen los
animales, para optimizar las producciones, mejorar
la conducta y tratar posibles desordenes de
comportamiento con el objetivo de implementar planes de manejo,
alimentación, genética, sanidad y reproducción.
- Etología canina: es la rama de la biología de
la conducta que se encarga de estudiar la forma en la que
se comportan de manera natural los perros,
enfocándose principalmente en las conductas instintivas. Un
etólogo canino es un profesional
veterinario con conocimientos sobre
el comportamiento, necesidades y comunicación del
perro. Son altamente recomendados cuando nos enfrentamos a problemas
de comportamiento graves, como el miedo, agresividad o ansiedad en
las mascotas.
- Etología equina: es la rama de la etología que se
fundamenta en el conocimiento de los caballos principalmente
cuando se encuentran en manadas en su estado natural, en
donde la yegua más vieja del grupo es quien dirige al
resto de la manada y donde la hija de esa yegua heredará su posición.
- Etología de las aves: es el estudio de
las aves con el objetivo de ver su comportamiento para
encontrar la mejor forma de identificarlas y estudiarlas
especies, los lugares que prefieren y cómo se comportan en frente de
otras.
MÁSTER DE BIOLOGÍA DEL
COMPORTAMIENTO
¿Por qué estudiar un máster en
biología del comportamiento?
Un máster en biología del
comportamiento aporta unos conocimientos
especializados en un ámbito muy importante para la ciencia como
es el estudio de la psicología
de las personas, además también de la etología, que es la rama
centrada en los animales, esta formación no se limita a describir la conducta
sino que trata de explicar esta a través de términos neurobiológicos. Con el
máster en biología del comportamiento se forman
a profesionales capaces de construir teorías, tanto generales como
específicas, que sean capaces no solo de explicar hechos conductuales o
mentales en términos biológicos, sino además de elaborar una predicción de los
mismos, de esta forma se pueden anticipar todo tipo de situaciones.
A través del máster en biología del comportamiento se estudian
cuatro factores,
el desarrollo, que son los cambios
conductuales que se van produciendo a través de la edad, la función, que es la conducta que el organismo
realiza para tener una ventaja, la causalidad,
que son las causas que determinan el comportamiento que se lleva a cabo, y por
último la historia evolutiva, que son
aquellas conductas semejantes, en especies también similares, que pueden haber
aparecido mediante un proceso evolutivo.
CURSO ONLINE DE BIOLOGÍA DEL
COMPORTAMIENTO
¿Para qué sirve la biología del
comportamiento?
La etología es una ciencia que
sirve para poder realizar
un análisis adecuado sobre el bienestar animal, para la optimización de la reproducción, para
controlar el comportamiento de los animales, principalmente si están
en cautiverio y poder favorecer su adaptación. Se utiliza para encontrar señales
y alteraciones en el comportamiento, sirve también en
el diagnóstico de enfermedades,
ayuda a prevenir la extinción de las especies, y por supuesto, su
principal uso es el de entender la forma
en la que se comportan los animales y
los mecanismos que pueden llegar a influir en
estos comportamientos.
Descubre de manera escueta la
historia de la etología
La etología surgió como una disciplina
de forma bastante discreta en la década
de 1920,
por lo que se considera una ciencia nueva, y lo hizo a través de los
esfuerzos de Konrad
Lorenz, Karl
von Frisch y Niko
Tinbergen, quienes recibieron conjuntamente el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1973 por
sus contribuciones al estudio del comportamiento de
los animales. Estos
científicos, fueron influenciados por el trabajo fundacional
de, entre otros, los ornitólogos Oskar Heinroth y Julián
Huxley y el mirmecólogo estadounidense William Morton Wheeler, quien
popularizó el término etología en un artículo seminal durante el año
1902.
En Euroinnova Business School, centro
especializado en la enseñanza virtual, se puede estudiar un máster en biología
del comportamiento a distancia, esto es, mediante una metodología online, por
lo que se pueden completar los estudios desde cualquier parte siempre que se
disponga de conexión a Internet. El máster en biología del comportamiento a
distancia supone varias ventajas para los alumnos que pueden compaginar estos
estudios con otras responsabilidades, además suponen un ahorro en costes
asociados a los desplazamientos. Se puede solicitar información gratis y sin
compromiso mediante los diferentes servicios de contacto disponibles en la web
de Euroinnova.
¿Dónde estudiar el Master de
Biología del Comportamiento?
Las oportunidades para estudiar un Master Biología del
Comportamiento son limitadas ya que esta
especialización no se encuentra disponible en tantos centros de formación como
se puede llegar a pensar. Lo primero es determinar si el título que se desea
obtener debe de ser universitario o no. Lo cierto es que especializarse en el
campo de la BIOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO puede resultar una opción apasionante
para los amantes de la naturaleza, a través de la cual se podrá entender parte
de los factores que impulsan el comportamiento de los diferentes seres vivos.
El Master Biología del Comportamiento que
ofrece Euroinnova se presenta como una opción interesante de
cara a la formación de aquellas personas que no dispongan de un elevado nivel
de disponibilidad de tiempo, ya que este se imparte en modalidad 100% online.
Además, garantiza una buena
formación a través de un programa educativo completo acerca de
esta neurociencia. Desde el conocimiento del concepto de neurociencias, pasando
por el estudio del sistema nervioso hasta llegar al estudio de la etología,
psicología comparada y comportamiento animal. Para obtener más información
acerca de este máster o alguno de los cursos de carácter universitario
relacionados, es posible buscar el contacto con Euroinnova a través de la
página web oficial o a través de un contacto telefónico.
¿Cuáles son las ramas de la
etología?
Con nuestra formación relacionada
con la biología del comportamiento lograrás adquirir todos los conocimientos y
habilidades relacionadas con la etología.
Sirve para realizar un análisis adecuado sobre el bienestar animal para la
optimización de su reproducción así como controlar el comportamiento.
Con nuestra formación podrás
convertirte en un gran experto etólogo. Por ello queremos que conozcas cuáles
son sus ramas porque quizás decirte realizar una formación aún más específica
acerca de la biología del comportamiento. Estas son sus ramas:
- Etología humana: es la rama de la etología que se
encarga de hacer estudios e investigaciones sobre la forma en la que
se comportan los seres humanos. Fue fundada por Irenäus
Eibl-Eibesfeldt.
- Etología veterinaria: es el estudio del comportamiento de
los animales principalmente para obtener información relacionada
sobre su manejo, sobre el diagnóstico o evaluaciones sobre
los estados de salud o bienestar que tienen los
animales, para optimizar las producciones, mejorar
la conducta y tratar posibles desordenes de comportamiento con
el objetivo de implementar planes de manejo, alimentación, genética,
sanidad y reproducción.
- Etología canina: es la rama de la biología de
la conducta que se encarga de estudiar la forma en la que
se comportan de manera natural los perros,
enfocándose principalmente en las conductas instintivas. Un etólogo
canino es un profesional
veterinario con conocimientos sobre
el comportamiento, necesidades y comunicación del
perro. Son altamente recomendados cuando nos enfrentamos a problemas
de comportamiento graves, como el miedo, agresividad o ansiedad en las
mascotas.
- Etología equina: es la rama de la etología que se
fundamenta en el conocimiento de los caballos principalmente
cuando se encuentran en manadas en su estado natural, en
donde la yegua más vieja del grupo es quien dirige al
resto de la manada y donde la hija de esa yegua heredará su
posición.
- Etología de las aves: es el estudio de
las aves con el objetivo de ver su comportamiento para
encontrar la mejor forma de identificarlas y estudiarlas
especies, los lugares que prefieren y cómo se comportan en frente de
otras.
¿Para qué sirve la biología del
comportamiento?
La etología es una ciencia que
sirve para poder realizar
un análisis adecuado sobre el bienestar animal, para la optimización de la reproducción, para
controlar el comportamiento de los animales, principalmente si están
en cautiverio y poder favorecer su adaptación. Se utiliza para encontrar señales
y alteraciones en el comportamiento, sirve también en
el diagnóstico de enfermedades,
ayuda a prevenir la extinción de las especies, y por supuesto, su
principal uso es el de entender la forma
en la que se comportan los animales y
los mecanismos que pueden llegar a influir en
estos comportamientos.
Descubre de manera escueta la
historia de la etología
La etología surgió como una disciplina
de forma bastante discreta en la década
de 1920,
por lo que se considera una ciencia nueva, y lo hizo a través de los
esfuerzos de Konrad
Lorenz, Karl
von Frisch y Niko
Tinbergen, quienes recibieron conjuntamente el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1973 por
sus contribuciones al estudio del comportamiento de
los animales. Estos
científicos, fueron influenciados por el trabajo fundacional
de, entre otros, los ornitólogos Oskar Heinroth y Julián
Huxley y el mirmecólogo estadounidense William Morton Wheeler, quien
popularizó el término etología en un artículo seminal durante el año
1902.
https://www.euroinnova.cl/blog/master-biologia-comportamiento
3.
La etología:
Es la ciencia que estudia el comportamiento
de los animales, ya sea en su medio natural o en cautiverio. Aunque son más
comunes los estudios de campo que los de laboratorio.
El objetivo de la
etología es investigar cómo los animales se relacionan con su entorno. Esto,
particularmente en aspectos como el apareamiento, la agresividad, la
socialización, lo evolución de su conducta en el tiempo, entre otros.
En simple, lo que busca la etología
es identificar si el comportamiento del animal se debe a un factor interno,
quizás genético, o a una respuesta aprendida como resultado de la interacción
con el medio ambiente. En algunos casos, puede darse la combinación de ambas
variables.
Características de la etología
Las principales características de
la etología son las siguientes:
- Es una rama de la biología.
- Puede estudiar tanto aquellas conductas innatas, propias
del instinto, como aquellas que son aprendidas en la relación con el medio
ambiente o con otros animales. Además, como mencionamos anteriormente,
algunos comportamientos resultan de la mezcla de varios factores.
- Al ser considerado el ser humano un animal también, existe
la llama etología humana, que es una rama dentro de la psicología.
- Tomando en cuenta lo anterior, se pueden concluir que la
etología tiene relación tanto con la zoología como con la psicología
humana.
- A quien se especializa en esta materia se le conoce como
etólogo.
- Esta ciencia busca además identificar el nivel de
conciencia de los animales, el cual varía según especie.
- Estudia cómo se comporta la fauna para asegurar su
supervivencia. Por ejemplo, los científicos han identificado que algunos
animales practican la monogamia como una forma de preservar la especie
porque ambos padres cuidarán a las crías. Este sería el caso, por ejemplo,
de los pingüinos.
- Se suelen realizar los estudios sobre el animal en su
entorno natural, aunque también existen experimentos en entornos
controlados.
- Se diferencia del behaviorismo
(o conductismo) en que no considera que la conducta del animal pueda ser
explicada siempre como una respuesta a un estímulo. En cambio, incluye el
componente interno o innato, por lo cual el comportamiento no podría ser
siempre enseñado o condicionado.
Origen de la etología
La etología apareció a principios
del siglo XX, con investigadores reconocidos como Konrad Z. Lorenz y
Nikolaas Tinbergen.
En el caso de Lorenz, por ejemplo,
estudió el fenómeno de la impronta, por el cual los animales desarrollan una
conexión con el primer ser al que ven al nacer.
Lorenz estudió en particular el
caso de los polluelos de ganso que siguen al animal, o incluso personas, al que
reconocen como su madre. Esto se explicaría porque fue el primer ser al que
vieron cuando abrieron sus ojos.
https://economipedia.com/definiciones/etologia.html
4.
UMCE en
Congreso Mundial de la Sociedad de Etología Humana
La investigación etológica busca descubrir lo que hay de específico en los
comportamientos humanos en comparación con los de los animales.
Dos trabajos científicos elaborados por investigadores de la UMCE
–académicos y ex alumnos- integraron las investigaciones y conferencias
presentadas en la vigésima cuarta versión del Congreso Mundial de la Sociedad
de Etología Humana (ISHE), realizada por primera vez en Chile por esta
institución fundada en 1972 para promover el intercambio de conocimientos e
ideas sobre la etología humana entre científicos de variadas disciplinas.
Según sus organizadores, la investigación etológica busca descubrir lo que
hay de específico en los comportamientos humanos en comparación con los de los
animales. Lo que subyace es la creencia de que el comportamiento humano, la
cognición y el afecto han evolucionado a través de los procesos de selección
natural y cultural, y que un marco darwiniano aporta la mejor ventaja desde la
cual diseñar e interpretar la investigación.
Los estudios presentados fueron: “Ethological analysis of the aggressive
behavior of School students in the central zone of Chile”, de los autores
Marcial Beltrami (Biología), Luis Flores (Instituto de Entomología), Karina
Olivares (tesinista, titulada) y Solange Orellana (tesinista titulada); y “The
role of pubertal testosterone in cooperative behavior between group members in
a intergroup competitive scenario (SFA)”, de los coautores Maximiliano Gálvez
(Biología), Michelle Leyton (Biología); Constanza Sotelo (Biología), alumnos de
la UPLA, junto al Dr. José Antonio Muñoz, ex alumno del Departamento de
Biología UMCE.
La investigación encabezada por Beltrami postula que desde la visión
etológica, la conducta agresiva al interior de sus grupos sociales no está
necesariamente relacionada con instinto antisocial, sino con un rol de
adaptación biológica. También señala que los cambios de estación –en aquellas
zonas geográficas donde están más marcadas- afectan a la conducta humana, para
lo que el estudio indagó en la relación entre interacciones agresivas entre
estudiantes y la temperatura ambiental, así como la intensidad de los
conflictos en una zona mediterránea (Algarrobo) y otra zona no costera
(Santiago)
El Congreso Mundial de la Sociedad de Etología Humana (ISHE) fue organizado
por el Laboratorio de Evolución y Relaciones Interpersonales de la Universidad
de Santiago de Chile (LERI), el Centro de Investigación en Complejidad Social
(CICS) de la Universidad del Desarrollo y el Laboratorio de Comportamiento
Animal y Humano (Labcah) de la Universidad de Playa Ancha. Según explicó
el profesor Beltrami, fueron presentados más de 120 trabajos de diferentes
partes del mundo, entre ellos de las universidades chilenas UMCE, UPLA,
Universidad de Santiago, Universidad del Desarrollo, Universidad de Chile y
Universidad de Valparaíso.
https://www.umce.cl/index.php/fac-ciencias/dpto-biologia/item/2428-etologia
5.
Etología felina: qué es y para qué sirve
La etología felina es una ciencia
en auge. ¿Quieres saber qué es exactamente y cómo puede ayudarte a entender
mejor a tu gato? La etología felina es la rama de la biología y la
psicología experimental que estudia el comportamiento de los gatos en su
hábitat natural. Gracias a esta ciencia, podemos conocer cuál es la forma
natural de comportarse de un gato y qué conductas son propias de su especie.
Nos proporciona una fuente de información muy interesante sobre nuestros
gatos. Los expertos que se dedican al estudio del comportamiento felino se
denominan etólogos y estudian las características conductuales
distintivas de los gatos y cómo estos animales interaccionan con el entorno. ¡Y
también con nosotros, los humanos!
¿Todos los gatos se comportan
igual?
Si bien es cierto que no todos los
gatos se comportan igual porque cada individuo tiene sus características
particulares, sí hay muchos comportamientos propios de la especie que son
compartidos por todos los gatos del mundo. Es lo que estudia la etología
felina. También existe lo que los etólogos denominan “necesidades
comportamentales”, que son cosas que cualquier gato debería poder hacer
porque lo necesita para mantener una salud biológica y psicológica adecuada.
Son cosas como rascar sus uñas en determinadas superficies (¡a veces en
nuestros muebles más preciados!). Esta conducta, en concreto, les sirve a los
gatos para marcar su territorio, para limar sus uñas y para liberar estrés.
Si privamos a un
gato de la oportunidad de expresar sus necesidades comportamentales estaremos
comprometiendo su bienestar.
La etología nos enseña cuáles son
esas necesidades y cómo reconocerlas y favorecer su expresión.
Etología felina y educación felina
Gracias a los estudios científicos
realizados dentro de este campo científico hoy conocemos más de cerca la
naturaleza de nuestros gatos domésticos. Los etólogos explican por qué los
gatos hacen las cosas que hacen y nos ayudan a distinguir cuándo un gato tiene
un comportamiento anormal y cómo modificarlo. Dentro de la etología de los
gatos, existe una rama clínica. La etología clínica es la práctica
veterinaria que estudia el comportamiento del gato, diagnostica problemas de
conducta y establece un tratamiento veterinario adecuado para solventarlos.
¿Cuándo consultar con un etólogo
felino?
Un etólogo felino es la persona
adecuada para tratar problemas de comportamiento de los gatos y puede ayudarte
a solucionar situaciones como:
- Tu gato no usa su arenero y orina fuera de la bandeja de
arena
- Tu
gato es agresivo con las visitas, o incluso contigo si lo
quieres acariciar
- Tu gato maúlla por las noches
- Tu
gato destroza tus muebles con sus uñas
- Etc.
En todos estos casos, y otros
muchos que pueden darse, un etólogo felino lo que hará será evaluar el
caso de tu gato, descartar que el problema de comportamiento sea debido a una
causa orgánica (una enfermedad, una lesión, etc.) y pautará un
tratamiento para modificar la conducta indeseada. Además, un etólogo
especializado en gatos es la mejor ayuda si necesitas consultar aspectos
relativos a la educación de tu gato.
https://www.nutro.es/expertos/articulos-de-gatos/comportamiento-de-los-gatos/etologia-felina
6.
Todo sobre la Etología Canina: ¿qué es y para qué
sirve?
A la mayoría de las personas les
encanta tener un perro como mascota. Sin embargo, es importante ser consciente
de la responsabilidad que implica tener un canino en casa. Debes alimentarlo,
cuidarlo, darle amor, atención, entrenarlo y educarlo. También es relevante
destacar que hay casos en los que no es tan fácil educar a un perro y que puede
tener comportamientos o
conductas extrañas.
Pero no debes desesperarte si es tu
caso. La buena noticia es que no tienes que estar solo en ese proceso. Te
contamos que existen médicos
especialistas en las conductas de los perros. Esta rama de la biología conductual se
denomina etología canina.
Un etólogo es un especialista veterinario que trata el comportamiento,
comunicación y necesidades de los perros.
Origen de la etología
El significado de esta ciencia es
literalmente “Ciencia de la
costumbre” y, como todas las ciencias, también tiene un origen.
La etología es una rama de la
psicología experimental que analiza el comportamiento de los animales en su entorno
natural, a diferencia de la conductual, que centra sus estudios
en laboratorios o medios artificiales.
A comienzos del siglo XX se originó
la psicología comparada, que estudiaba la conducta y capacidades psicológicas
de los animales. Pero fue en el año 1973 cuando la etología se comenzó a
considerar como una ciencia propiamente dicha, gracias a los estudios sobre las
conductas de los animales llevados a cabo por los científicos y brillantes
etólogos Karl R. von Frisch, Konrad Lorenz, y Nikolaas Tinbergen. Investigación
que a su vez los hizo acreedores de un Premio
Nobel. A partir de ahí, la psicología comparada pasó a formar
parte integrante de esta nueva ciencia. También en Europa se desarrolló la
investigación del comportamiento animal resaltando los estudios de campo y las
conductas instintivas y, en los Estados Unidos, se llevó a cabo la investigación sobre el comportamiento animal, en
esta ocasión en medios controlados. Este estudio se centró en las conductas
aprendidas. De allí nació el conductismo.
Ya anteriormente, en 1951, Niko Tinbergen había
publicado uno de sus estudios conocido como “The Study of Instinct (El estudio del instinto)”,
en el que planteó los cuatro interrogantes sobre las que se basa esta ciencia: las causas, el desarrollo u ontogenético, la evolución y el filogenético. En ese mismo
estudio muestra la distinción entre la psicología comparada y la etología.
Bases de la etología
Existen interrogantes que se
plantean los etólogos para analizar los distintos comportamientos de los
animales, estos son:
- Causas: un profesional etólogo intenta
descartar la causa directa que genera el comportamiento del animal, y
pueden ser causas internas o externas.
- Desarrollo sostenible: se intenta analizar el comportamiento
del animal ocasionado por situaciones anteriores.
- Evolución: con este interrogante se intenta dar
respuesta acerca de los beneficios que representa para un animal cierto
comportamiento y qué ventajas evolutivas implica para que lo adopte.
- Filogenético: en este aspecto se busca descubrir en
qué momento aparecieron ciertos comportamientos, partiendo de la historia evolutiva
del animal y de su especie.
- Comportamientos aprendidos e innatos: esta ciencia también se ocupa de
abordar el problema acerca de la base del comportamiento, si es meramente
genético o proviene de conductas aprendidas. Aunque existen opiniones encontradas
al respecto por parte de etólogos y científicos, finalmente llegaron a la
conclusión de que independientemente del origen, el comportamiento puede
estar motivado por ambas razones “requiere aprendizaje o un conocimiento
innato para su correcto desarrollo”.
- La conciencia en los animales: los científicos expertos en la
materia sostienen que los animales poseen altos niveles de conciencia, por
lo que esta ciencia se ha ocupado de la demostración de su existencia.
Cuándo acudir a un etólogo
En ocasiones, los seres humanos
solemos cometer el error de creer que esos queridos amiguitos de cuatro patas
sienten, piensan y razonan como un ser humano y, por ende, no prestamos la
atención necesaria para entender lo que realmente quieren. Por ello, cuando tu
perro lo necesite, es recomendable buscar la ayuda de un especialista que
te oriente para entender lo que realmente quiere decir tu fiel amigo.
Las razones por las que un perro manifiesta comportamientos problemáticos
son variadas. Por lo general, se originan por una mala educación, la carencia
de socialización o métodos equivocados de castigo que incluyen la agresión. Por
estas causas un perro puede adoptar comportamientos inadecuados como miedo,
problemas con los demás perros, fobias, trastornos alimenticios,
hiperactividad, ansiedad, estrés y hasta agresividad. Sin embargo, es posible
que existan casos en los que estas
conductas pueden manifestarse por problemas mentales naturales.
En cualquiera de estas situaciones debes acudir a solicitar la ayuda de un etólogo.
El especialista hará un diagnóstico del comportamiento del perro para descartar
las posibles causas y prescribir el tratamiento adecuado.
Un aspecto importante que debes
tener en cuenta es que el especialista debe trabajar personalmente con el perro
y, por lo general, en su entorno natural, que en el caso de los caninos
domésticos es el hogar en el que viven. Este es el único modo para diagnosticar
correctamente al animal. Por ello, debes estar atento y no dejarte engañar por
cualquiera que te ofrezca sus servicios a distancia.
Por otro lado, es importante
recalcar que ciertas situaciones de mal comportamiento se pueden evitar si
educas de forma adecuada a tu mascota y le proporcionas la atención y cuidados
necesarios.
Cómo seleccionar a un buen etólogo
Si deseas que tu canino aprenda a
convivir ordenada y equilibradamente, tanto con seres humanos como con otros
animales, entonces debes conocer la
importancia de la etología
clínica y su necesidad en un entorno donde coexisten personas y
animales.
Siempre debes estar atento a
ciertos aspectos en el momento de elegir un profesional de la etología para que trate a tu
amado y fiel amigo. Por ejemplo, que cuente con un título válido en el lugar
donde ejerce la profesión, no debe cobrarte anticipadamente por el tratamiento,
normalmente te ofrecen un presupuesto de acuerdo al caso clínico del perro; y,
muy importante, debes indagar sobre la praxis
que utiliza para el diagnóstico y cura. En ningún caso debe utilizar alguna
forma de agresión, castigo o tortura hacia el indefenso animal.
https://piensosloboazul.com/todo-sobre-la-etologia-canina-que-es-y-para-que-sirve/
7.
La raza no predice el comportamiento de los perros
Los datos de más de 18.000
caninos muestran que el pedigrí influye muy poco sobre el carácter.
Los entusiastas de los perros han
supuesto durante mucho tiempo que la raza da forma al temperamento canino. Pero
un amplio estudio que compara el comportamiento y la
ascendencia de más de 18.000 perros encuentra que, aunque la ascendencia afecta
la conducta, la raza tiene mucho menos que ver con la personalidad de un perro
de lo que generalmente se supone.
«Cuando adoptas un perro en función
de su raza, obtienes un perro con un determinado aspecto», explica la coautora
Elinor Karlsson, bióloga computacional de la Universidad de Massachusetts en
Worcester. «Pero, en lo que respecta al comportamiento, es como la suerte en un
sorteo.»
Forma sobre función
Ello se debe, en parte, a que
las
razas son algo así como un invento moderno. Los humanos han
estado moldeando la
apariencia y el comportamiento de los perros desde que los perros
domésticos evolucionaron a partir de los lobos hace más
de 10.000 años. Pero durante la mayor
parte de ese tiempo, esos esfuerzos se centraron en la capacidad de
trabajo de
los perros: su destreza para pastorear el ganado, para proteger ante el
peligro
o su capacidad para tirar de trineos, por ejemplo.
Las razas tal como las conocemos
hoy en día —caninos distintivos como beagles, pugs y labradores— son un
subproducto de la intromisión evolutiva más reciente. Hace alrededor de 200
años, los entusiastas de los perros en la Inglaterra victoriana comenzaron a
inventar razas seleccionando los rasgos caninos que encontraban estéticamente
agradables.
Esta experimentación creó las razas
actuales. Los perros de pura raza contemporáneos se definen por su apariencia,
pero también se cree que la raza influye en el temperamento. El American Kennel
Club (un registro de pedigrí de perros de raza pura en EE.UU.) , por ejemplo,
describe a los pugs como «traviesos» y a los border collies como «cariñosos».
Pero «cualquiera que
haya tenido
ocho perros de la misma raza te contará todo sobre sus
diferentes personalidades», señala Karlsson. Con el
objetivo de
conocer de manera más exhaustiva de cómo la raza influye
en el comportamiento
de estos animales, Karlsson y sus colegas encuestaron a miles de
dueños de
perros sobre los antecedentes y las actividades de sus mascotas (si
tenían
propensión a comer pasto o la posibilidad de que persiguieran
juguetes, entre
otras). A continuación, los investigadores secuenciaron el ADN
de una subsección
de los perros de la encuesta para comprobar si la ascendencia
podría estar
relacionada con el comportamiento.
El equipo encontró que algunos
rasgos eran más comunes en ciertas razas. Por ejemplo, en comparación con un
perro al azar, los pastores alemanes eran más fáciles de dirigir; los beagles,
no tanto. Los estudios genéticos revelaron, además, que los ejemplares mestizos
con una ascendencia particular presentaban más probabilidades de actuar de
maneras específicas. Los perros callejeros con ascendencia de San Bernardo, por
ejemplo, eran más afectuosos, mientras que los que descendían de los perros
perdigueros de Chesapeake Bay tenían una predilección por romper puertas.
Pero, en promedio, la raza explicó
solo alrededor del 9 por ciento de la variación en el comportamiento canino.
Según Karlsson: «Un porcentaje mucho más pequeño de lo que la mayoría de las
personas, incluyéndome a mí, hubiera esperado». Particularmente baja fue la
conexión entre la raza y la probabilidad de que un perro muestre un comportamiento
agresivo, lo que podría tener implicaciones sobre cómo la sociedad trata a las
razas de perro «peligrosas», subraya Evan MacLean, psicólogo comparativo de la
Universidad de Arizona en Tucson y quien no participó en el
estudio. «Hablamos de razas como si fueran categóricamente diferentes»,
señala. «Pero en realidad, ese no es el caso».
El análisis genético reveló 11
regiones del genoma relacionadas con conductas específicas. La tendencia a
aullar, por ejemplo, se asoció con una región cercana a dos genes cuyos
análogos humanos están involucrados en el habla. El vínculo más notable fue
entre una región del genoma que en los humanos está implicada en el rendimiento
cognitivo, pero que en los perros aumentaba la probabilidad de quedarse
atascado detrás de los objetos.
Estos rasgos genéticos han existido
durante mucho más tiempo que las razas, afirma Kelsey Witt, genetista de
poblaciones de la Universidad de Brown en Providence. «A primera vista, parece
sorprendente que la raza no sea un buen predictor [del comportamiento]»,
continúa. «Pero cuando piensas en lo recientes que son las razas, tiene
sentido».
https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/prevenir-la-psicosis-858/la-raza-no-predice-el-comportamiento-de-los-perros-20976
8.
Las abejas, unas arquitectas dotadas
Se demuestra su habilidad
para adaptar los métodos de construcción de los panales.
Charles
Darwin describió la habilidad de las abejas melíferas para construir panales
perfectos como «el más asombroso de todos los instintos conocidos». Cada
celdilla hexagonal está construida con tal precisión y tanto esmero que
contemplarlos es una delicia para la vista. Ahora, una nueva investigación pone
de manifiesto la notable adaptabilidad de estos insectos a la hora de
incorporar distintos tamaños de celda en una malla de apariencia impecable, y
la unión perfecta de los panales construidos simultáneamente desde múltiples
direcciones.
Las
celdillas adyacentes que albergan la miel suelen tener un tamaño uniforme, pero
las obreras han de construir algunas más grandes para criar a los zánganos y
otras más pequeñas destinadas a sus iguales. También han de alinear y unir las
partes de cada panal, que construyen desde distintos puntos de partida.
Averiguar cómo consiguen hacer todo eso con semejante pericia «es una antigua
incógnita, afirma Michael Smith, ecólogo especializado en etología de la
Universidad Auburn.
En un estudio
publicado en Proceedings of the
National Academy of Sciences USA, Smith y sus colaboradores
describen la medición de 19.000 celdillas en 12 colmenas de abejas melíferas
italianas (Apis mellifera
ligustica). Mediante el análisis automático de imágenes, examinaron
el centro y los vértices de las celdillas para descubrir variaciones en las
formas y dimensiones. «De no ser por el nuevo método, habría sido inviable
medir con precisión miles de celdillas», confiesa Smith.
Así
han descubierto que las abejas modifican con destreza las dimensiones para
fusionar los panales tan limpiamente como sea posible. Recurren a formas
irregulares, sobre todo parejas de heptágonos y pentágonos, y modifican las
dimensiones y la orientación de las celdas del panal con tanta maestría que se
las puede considerar dotadas de «un verdadero talento arquitectónico», escriben
los investigadores.
«La
malla hexagonal del panal, construida gracias al esfuerzo colectivo de cientos
de obreras sin supervisión, conduce a la especulación de que debe intervenir un
comportamiento innato, robótico», opina Lars Chittka, entomólogo de la
Universidad Queen Mary, ajeno al estudio. «Pero un robot sencillo no posee ese
grado de adaptabilidad ni esa capacidad de rectificación.»
Raghavendra Gadagkar, etólogo
especializado en insectos del Instituto Indio de Ciencias en Bangalore, que
tampoco ha formado parte del estudio, sugiere que examinar la coordinación de
las abejas en la construcción de los panales ayudaría a avanzar en el campo de
la robótica. «Imagínese si se pudieran programar robots con ese ingenio abejil»,
apunta.
https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/regresar-a-venus-845/las-abejas-unas-arquitectas-dotadas-20400
9.
Punto de encuentro de las aves marinas
Millones de ellas convergen
en una gran zona del Atlántico Norte.
Cada
año millones de aves marinas procedentes de latitudes remotas se congregan en
una vasta región del océano, situada a medio camino entre Escocia y las
Bermudas. En un nuevo estudio publicado en Conservation
Letters en el que se han analizado décadas de datos de seguimiento,
se afirma que al menos cinco millones de aves migratorias, representantes de
unas dos docenas de especies de ambos hemisferios, buscan alimento en una
región del Atlántico Norte de casi 600.000 kilómetros
cuadrados.
Hace
tiempo que los ecólogos sospechaban que el norte del Atlántico era una zona
esencial de alimentación para las aves marinas en migración, pero carecían de
datos sobre los desplazamientos que justificasen la protección de esas aguas
internacionales. Las aves marinas migratorias son «uno de los taxones más
amenazados en este momento», explica Tammy Davies, especialista en conservación
de BirdLife International y autora principal del estudio. Las poblaciones de 17
de las 21 especies estudiadas, como los frailecillos, los charranes árticos o
los petreles cahow, están en regresión. Sufren la presión de la contaminación,
la sobrepesca y las grandes redes industriales, donde quedan atrapadas junto
con sus presas. Si bien las colonias de cría en tierra firme suelen estar
protegidas, los lugares de alimentación quedan fuera de cualquier jurisdicción
nacional por su emplazamiento en alta mar.
El
análisis vía satélite de los movimientos migratorios a escala individual ha
sorprendido a los investigadores por su enorme número y diversidad, así como
por la continuidad del tránsito por esa parte del océano a lo largo de todo el
año. «Lo que resulta sorprendente es la cantidad de especies que se congregan
en esta área y las distancias que algunas recorren para llegar a ella. Hay
ejemplares del remoto Atlántico Sur que viajan 13.000 kilómetros
para alimentarse aquí. Sin duda ha de haber algo fabuloso para que emprendan
semejante periplo», opina Davies.
Ese
«algo fabuloso» probablemente sea un festín brindado por la convergencia de las
corrientes marinas, apunta un estudio
complementario publicado en Progress
in Oceanography. En él se aúnan los datos satelitales y los modelos
informáticos con la clásica observación ornitológica desde un buque que
atravesó el Atlántico Norte en 2017. «Creo que aún queda mucho que aprender de
la observación directa», afirma el ecólogo de la Universidad de Glasgow Ewan
Wakefield, autor principal de este segundo estudio.
En
el punto de encuentro, las aves permanecen en esas ricas corrientes cargadas de
alimento, explica. Los investigadores observaron incluso que diferentes
especies prefieren corrientes distintas, seguramente impulsadas por sus
preferencias alimentarias y variaciones en sus hábitos de pesca, como el buceo.
«Resulta
increíble haber descubierto un lugar que tiene esa importancia tan singular
para las aves marinas, desde las más chicas hasta las pelágicas, de mayor envergadura»,
afirma la ecóloga Autumn-Lynn Harrison, ajena al estudio. «Es un lugar que
satisface a todas.»
Esperan que esos nuevos datos
impulsen a la Convención Internacional para la Protección del Entorno Marino
del Noreste Atlántico a designar área protegida la región y que esto sirva como
precedente para otras similares situadas en alta mar.
https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/regresar-a-venus-845/punto-de-encuentro-de-las-aves-marinas-20395
10.
La inteligencia social de los delfines
Mientras los estudios en
delfinarios han revelado las asombrosas capacidades cognitivas de los delfines,
los que se han llevado a cabo en el medio natural a lo largo de treinta años
comienzan a desvelar la complejidad de su inteligencia social.
En síntesis
Desde hace 30 años, un equipo de
cetólogos investiga los mismos grupos de delfines en libertad y registra
numerosos datos sobre la vida social y de su conducta individual.
La información recopilada en el
medio natural y en el delfinario comienza a ofrecer una comprensión detallada
sobre la vida social, la personalidad y las emociones de los delfines.
Las nuevas técnicas no intrusivas
permiten adquirir datos aún más precisos sobre estos animales, como determinar
qué delfín del grupo está emitiendo
un sonido.
Pronto serán las ocho de la tarde.
Nuestra embarcación permanece anclada en las aguas turquesas de las Bahamas.
Mientras el equipo del Proyecto Wild Dolphin se prepara poco a poco para el
final de su jornada, la persona que está de guardia anuncia la llegada de los
delfines manchados (Stenella
frontalis) que estamos estudiando. Un pequeño grupo se aproxima al
barco: se trata de dos hembras adultas con cuatro crías. Así pues, van
acompañadas de su prole, cada una con su cría, más otros dos ejemplares jóvenes
a los que cuidan. Decidimos sumergirnos en el agua para grabarlos y documentar
su comportamiento. Tras unos minutos, las dos madres, a las que tenemos bien
identificadas gracias a sus marcas y a los motivos que dibujan sus manchas, se
alejan y nos dejan a solas con los delfines jóvenes. Regresan no mucho después
para recogerlos tranquilamente y reunirse con el grupo que se encuentra más
alejado.
Este episodio tuvo lugar hace
varios años, pero aún lo recuerdo como si fuera ayer. Me pareció muy extraño
que unos animales salvajes dejaran a sus pequeños bajo la responsabilidad de
humanos. Muy probablemente esas hembras pensarían que sus criaturas no iban a
correr un gran peligro. Bajo la dirección de Denise Herzing, los científicos
del Proyecto Wild Dolphin llevan más de treinta años estudiando a este grupo de
delfines manchados. Así pues, investigadores y animales se conocen y reconocen.
Más de tres decenios de
encuentros regulares
Desde 1985, Herzing y su equipo
observan ese grupo de delfines manchados, pero también delfines mulares (Tursiops truncatus, la especie
más común en los delfinarios) en misiones que se prolongan durante cien días
cada año. El conjunto de datos recopilados es considerable. Los investigadores
han identificado varios cientos de ejemplares a partir de marcas corporales,
como las cicatrices y las manchas de colores. Puesto que los delfines pueden
vivir más de cuarenta años, algunos llevan con el equipo desde el principio del
estudio.
El equipo conoce la genealogía de
cada ejemplar gracias a los análisis de ADN que efectúan a partir de las heces,
el cociente de asociación (es decir, con qué congénere se relaciona cada uno),
el índice reproductivo y el reparto de roles en el seno de la comunidad. Los
científicos incluso esbozan perfiles de personalidad de los delfines a partir
de vídeos que recogen su comportamiento: distinguen entre individuos curiosos y
juguetones y otros más tímidos o miedosos. Mediante las grabaciones acústicas
comparan las conductas y las producciones vocales, información que contribuye a
esclarecer la comunicación social de estos animales.
Los colaboradores del Proyecto Wild
Dolphin no son los únicos que estudian los delfines a largo plazo. Dos
proyectos más llevan decenios rastreando poblaciones de delfines mulares en
Estados Unidos y Australia. Uno de ellos está dirigido por Bernd Würsig, de la
Universidad de Texas A&M; el otro, por Richard Connor, de la Universidad de
Massachusetts en Dartmouth. La inmensa base de datos que estos tres grupos han
creado comienza a ofrecer la perspectiva suficiente para analizar y comprobar
determinados conocimientos sobre la vida social de los delfines, en especial,
sobre su organización en sociedad y los procesos de aprendizaje.
https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/danzaterapia-812/la-inteligencia-social-de-los-delfines-19209
11.
La consciencia de los insectos
¿Puede un insecto tener consciencia
de sí mismo? Aunque todavía estamos lejos de una respuesta definitiva,
investigar en esta dirección nos puede revelar mucha información acerca de los
mecanismos de nuestra consciencia.
En
síntesis
Los
insectos demuestran sorprendentes capacidades cognitivas en los experimentos.
Sin embargo, todavía no está claro si disponen de consciencia. Eso también
depende de cómo se define el concepto «consciencia».
Mientras
que algunos neurocientíficos contemplan la consciencia como una función
superior, de la que son responsables los lóbulos frontales, otros la consideran
un mecanismo de abstracción relacionado con las regiones cerebrales
subcorticales.
En
los insectos, el llamado complejo central del cerebro podría desempeñar una
función esencial en la capacidad de decidir, la cual iría acompañada de
posibles formas de consciencia.
El abejorro sabe que las flores de
plástico contienen néctar, pero ¿cómo llegar hasta ellas, bloqueadas como están
bajo una placa transparente? El científico le da una pista: cada flor se halla
atada a un hilo. Tirando del hilo, sale la flor y el insecto puede chupar el
néctar. El abejorro observa al investigador, poco a poco lo comprende, y con un
poco de práctica lo consigue. Más tarde, otro abejorro, detrás de un cristal,
observa cómo extrae las flores el primero. Sin un humano que lo guíe, aprende
la lección de su compañero. Sus congéneres en la colonia lo aprenderán a su
vez; e incluso después de su muerte se transmitirán unos a otros el secreto de
las flores con el hilo.
Los experimentos de Sylvain Alem,
Lars Chittka y sus colegas de la Universidad Queen Mary de Londres han revelado
que los insectos pueden tener una cultura. Es decir, los abejorros han
aprendido un comportamiento no natural y lo transmiten de uno a otro. Un lujo
para cerebros refinados, como el de humanos, primates, delfines y algunas aves,
como los cuervos. Este comportamiento implica una capacidad de abstracción: el
abejorro «alumno» tiene que deducir el significado y el propósito de las acciones
del abejorro «maestro», proyectarlas sobre sí mismo y planificar la acción. De
alguna manera, debería ser consciente de lo que hace. Pero ¿puede un insecto
ser consciente? La pregunta, antes considerada absurda, comienza a tomarse en
serio.
Ser
una mosca en el mundo
Contenidos
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- El ingenio de los cefalópodos
- ¿Qué es la consciencia?
- El enigma de la consciencia
El filósofo Thomas
Nagel definió que un organismo es consciente si siente algo al ser ese
organismo. A la pregunta «¿Qué se siente al ser un insecto?», hasta hace poco
solo había una respuesta: nada. Los insectos fueron considerados, y aún lo son
a menudo, autómatas biológicos. Como un teléfono móvil que hace cálculos
complejos y tal vez habla con nosotros pero que no tiene una experiencia
subjetiva, no existe (que se sepa) un «qué se siente al ser un teléfono
inteligente». La mosca vive, pero no sabe que vive.
Es extraño. Los humanos a menudo
tendemos a antropomorfizar, incluso demasiado, el comportamiento animal, pero
cuando se trata de la consciencia, damos un paso atrás. Creemos que la
consciencia requiere un sistema nervioso extremadamente complejo. La mayoría de
los neurobiólogos se muestra de acuerdo en que los mamíferos y las aves
probablemente sean conscientes. Los cefalópodos (pulpos, sepias y calamares)
son muy diferentes a los vertebrados, pero parecen excelentes candidatos.
En los insectos, sin embargo, existe
un problema. Una abeja o una cucaracha tiene alrededor de un millón de
neuronas, en comparación con los casi 100.000 millones de un humano; es decir,
un factor de diferencia de 100.000. Si la consciencia es una función superior,
resulta difícil pensar que un insecto o un crustáceo puedan ser conscientes.
Pero tal vez este dogma no sea válido.
https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/paradojas-de-la-razn-762/la-consciencia-de-los-insectos-17279
12.
El arte de construir un nido: termitas y hormigueros…
Los termiteros y hormigueros son
proezas arquitectónicas. La modelización informática revela el modo en que
los insectos sociales se coordinan para edificar estas estructuras.
En
síntesis
Las
termitas y las hormigas construyen nidos con una arquitectura asombrosa por su
regularidad y simetría.
La
modelización informática del nido y de su construcción arroja luz sobre la
edificación de dichas estructuras.
Cada
obrero constructor deposita bolitas de tierra en sitios donde estas ya abundan.
La
coordinación de las actividades surge de estas acciones individuales por un
proceso de autoorganización.
En 1913, cerca de las orillas del
río Sankuru, a algunos kilómetros de Lusambo, en lo que hoy es la
República Democrática del Congo, el naturalista Edouard Luja descubrió un nido
de termitas con una forma muy extraña. Su estructura no se parecía a ninguna de
las conocidas; recordaba más a un objeto de tierra cocida moldeado por algún
hábil alfarero que a un nido construido por insectos sociales.
El nido se hallaba en un suelo arenoso
de entre 20 y 50
centímetros de profundidad. Su apariencia externa
sorprendía por la regularidad y simetría de los detalles estructurales. Ovoide
y de unos diez centímetros de altura, su superficie estaba cubierta de pequeños
orificios en forma de canalones dispuestos en líneas circulares, distribuidas
uniformemente por toda la pared externa. Pero lo más espectacular residía en el
interior: una sucesión de cámaras, delimitadas por suelos y techos paralelos
espaciados regularmente. Los diferentes pisos se comunicaban mediante rampas
helicoidales. Además, el interior de la pared externa estaba atravesado por una
serie de galerías circulares. Estas se comunicaban con el interior del nido a
través de minúsculas ranuras transversales que se abrían entre los sucesivos
pisos, y se hallaban igualmente unidos a los canalones externos por poros
minúsculos.
Las termitas que
han desarrollado el arte de la construcción con tal refinamiento pertenecen al
género Apicotermes;
viven en el bosque y la sabana africanos. Fueron muy estudiadas en los años
cincuenta del siglo XX, sobre todo por el naturalista Jules Desneux, pero hasta
hoy nadie había indagado en el misterio de sus habilidades constructoras. ¿Cómo
consiguen unos insectos de comportamiento rudimentario edificar semejantes
obras maestras? ¿A qué leyes obedece la estructura interna de estos nidos?
Tales preguntas constituyeron el núcleo de un proyecto interdisciplinario que
empezó a finales de 2006, destinado a entender mejor los mecanismos que
intervienen en la construcción de los nidos de tierra en las termitas y las
hormigas, así como las características y las propiedades de estas estructuras.
Las respuestas dejan entrever el papel esencial que desempeñan los procesos de
autoorganización.
https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/ondas-gravitacionales-589/el-arte-de-construir-un-nido-11638
13.
Las aves "aprenden a construir nidos"
La fabricación de nidos es un
arte que se aprende y no una acción meramente instintiva, según un nuevo
estudio.
Científicos
en Escocia llegaron a esa conclusión luego de estudiar el comportamiento del
tejedor vitelino, Ploceus velatus, una especie de ave de Botsuana.
"Hasta
ahora se asumía que la construcción de los nidos era una acción instintiva,
regulada solamente por un mecanismo genético", dijo a BBC Mundo Patrick
Walsh, investigador de la Universidad de Edimburgo y uno de los autores del
estudio.
La
técnica empleada por las aves estudiadas varía mucho de un individuo a otro.
Por otra parte, los machos de esta especie construyen varios nidos en la misma
estación y los investigadores determinaron que a medida que creaban más y más
nidos, el comportamiento registraba modificaciones.
"Uno
de los cambios obvios es que a medida que las aves ganaban más experiencia
dejaban caer menos hojas de pasto. Es decir, que a medida que construían más
nidos mejoraba su habilidad", explicó el investigador.
Atraer
parejas
Walsh y
sus colegas eligieron a Ploceus velatus para su estudio por una razón
práctica, la construcción de nidos múltiples en un mismo año. ¿Cómo se explica
este comportamiento?
"Se
debe a la misma razón por la que los seres humanos hacemos todo tipo de
estupideces: para atraer una potencial pareja", dijo Walsh a BBC Mundo.
"Cuantos
más nidos construye más descendencia tiene. Los adultos machos crean un nido,
atraen una hembra, se aparean y la hembra cuida los huevos mientras el macho
construye otro nido y atrae otra hembra y así sucesivamente".
Es
particularmente interesante, según el investigador, que los adultos machos con
experiencia previa de años anteriores mejoran su técnica rápidamente, del
primer nido al segundo.
"Es
como en el caso de los seres humanos, cuando no hemos hecho algo durante algún
tiempo y nos lleva varios intentos poder hacerlo correctamente", señaló
Walsh.
También
se ha registrado el caso de aves juveniles de esta especie que recorren nidos
abandonados, con los que juegan hasta prácticamente desarmarlos. El
comportamiento podría ser parte del proceso de incorporación de conocimiento.
Los
investigadores no saben aún cómo se explica el aprendizaje de las aves desde el
punto de vista neurológico.
"Buscamos
entender el desarrollo de la función cognitiva en los seres humanos. Pero no
podemos, por ejemplo, aislar a una persona para estudiar su comportamiento. Con
este trabajo queríamos demostrar que la construcción de nidos en las aves puede
servir como un modelo para investigar la inteligencia y el aprendizaje",
dijo Walsh.
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/09/110926_aves_aprendizaje
14.
Psicología innatista y etología, el estudio de la conducta adaptativa
La psicología innatista y la
etología están interesadas en el valor adaptativo de la conducta para la
supervivencia. Los orígenes de la disciplina se remontan al trabajo de Darwin,
y sus fundadores modernos son Konrad Lorenz (1903-1989) y Niko Tinbergen (1907-1988).
Psicología innatista y etología
Aunque Lorenz no realizó más descubrimientos que otros etólogos,
sus numerosos trabajos llamaron la atención sobre este nuevo campo. Este autor,
nacido en Austria, comenzó sus estudios sobre etología a principios de la
década de 1930, después de doctorarse en medicina, cuando se convenció de que
los hitos evolutivos tienen su reflejo en los patrones de conducta innata de
los animales, de la misma forma que se plasman en sus características físicas.
El otro autor esencial en la
etología es el holandés Tinbergen. Este investigador
trabajó a la sombra de Lorenz,
a pesar de lo cual los etólogos consideran su aportación
igualmente sustancial.
Durante su vida escolar el trabajo de Tinbergen era algo errático: le iba
bien sólo en aquellas asignaturas que le interesaban, y de hecho muchos de sus
profesores lo consideraban más bien perezoso y preocupado principalmente por
los deportes.
Sin embargo, Tinbergen se doctoró en biología en 1932 tras lo cual empezó a
realizar una serie de brillantes estudios etológicos.
Su investigación se vio interrumpida en la 2ª Guerra Mundial debido a su
encarcelamiento por protestar ante la destitución de profesores judíos; aunque
aprovechó este tiempo para escribir sobre etología y algunos cuentos para
niños. En 1973 Tinbergen, Lorenz y un tercer etólogo eminente, Karl Von
Frish, obtuvieron conjuntamente el premio Nobel en fisiología y medicina.
Psicología
innatista: los instintos, la impronta y los periodos sensibles
Uno de los planteamientos más destacados de la etología es que los
organismos han de adaptarse al ambiente. Pero cuando se habla de
ambiente hay que pensar no sólo en el ambiente actual; sino que también es
importante considerar el ambiente al que tuvieron que adaptarse los antepasados
en el curso de la evolución filogenética.
Algunos patrones de comportamiento tuvieron en su momento tal
importancia para la supervivencia de la especie que han quedado
grabados en las señas de identidad de todos sus miembros, incluso cuando en algunos
casos hayan dejado de ser útiles para su fin original.
Una derivación de esta idea es que las pautas de comportamiento de los
seres humanos se entienden mejor cuando se las considera no como mero fruto de
circunstancias vitales individuales, sino como consecuencia de una larga lucha
por la supervivencia.
En definitiva, la historia de las especies (y entre ellas la
humana) ha dejado en los genes ecos que en ocasiones siguen
condicionando pautas de conducta y los patrones de desarrollo. A
continuación se ejemplificarán estas ideas a través de la exposición de un tipo
de conducta adaptativa que ha recibido un interés especial por parte de los
etólogos: la conducta instintiva.
El papel de los instintos
Los etólogos plantean que los instintos son una clase especial de conducta
no aprendida que tiene las siguientes características:
- Es desencadenada
por un estímulo externo específico. Por ejemplo, la gallina
reacciona ante la llamada de estrés de sus pollos con una serie de
comportamientos concretos cuyo objetivo es protegerlos.
- Los instintos son
específicos para cada especie, esto es, los patrones conductuales
particulares sólo se encuentran en los miembros de una especie concreta.
- Las conductas
siempre incluyen algún patrón fijo de acción, o componente
estereotipado (piénsese en las conductas de cortejo o las de combate de
muchos animales). No obstante, algunas partes pueden ser modificadas.
- El patrón fijo de
acción tiene un componente impulsor o dinamizador, que le exige
al individuo implicarse en la conducta.
- Los instintos, como
productos de la evolución, tienen cierto valor para la
supervivencia.
En muchos casos la sensibilidad del animal a estímulos específicos
desencadenantes de comportamientos es innata; pero en otros casos el animal
nace con una laguna en su conocimiento innato.
Es decir, está equipado con todos los patrones conductuales del instinto
pero le falta alguna información relacionada con el estímulo desencadenante.
Esta información se rellena durante un período temprano en la vida del animal
mediante un proceso denominado impronta.
La impronta
El ejemplo clásico es el de muchas especies de aves que nacen con una
conducta instintiva de seguimiento. Aunque inicialmente no saben de manera
innata qué o quién debe ser el blanco de sus persecuciones, normalmente acaban
corriendo detrás de su madre (el blanco más adecuado). En realidad siguen a su
madre porque ella ha sido el primer objeto que ellos han visto durante un
período específico.
Las observaciones realizadas sobre este fenómeno han mostrado que la
impronta ocurre en un intervalo temprano y restringido de la evolución del
animal. Si la madre no está presente en ese espacio temporal pero hay
algún objeto parecido en ciertas dimensiones a la madre el animal sigue a este
objeto (p.ej., una botella en movimiento).
El período crítico
Muchos niños que han criado pollitos saben que éstos los han tomado por su
«madre», y los han perseguido a todas partes. Esto llevó a un importante
concepto teórico: el del período crítico.
Este se refiere a un intervalo limitado de tiempo durante el que el
organismo está biológicamente preparado para adquirir ciertas conductas,
pero que requiere la existencia de un ambiente estimular apropiado.
Por tanto, el animal joven mostrará apego a un objeto sólo si se expone y
sigue al objeto durante el período crítico. Si se expone antes o después no se
formará la relación de apego.
Actualmente, se utiliza más la denominación de «período sensible» ya que se
ha comprobado que estas fases no están fijadas tan irrevocablemente por
factores internos y que sus efectos no son tan absolutos como se proponía
anteriormente.
La
Etología y la Psicología innatista se preguntan por el valor adaptativo de los
instintos y la impronta
Los etólogos se han planteado cuál es el valor adaptativo de la impronta. A
este respecto se ha comprobado que este proceso ha evolucionado como un
mecanismo de apego particularmente fuerte en aquellos mamíferos y aves
que viven en grupos, que se mueven pronto después del nacimiento y que están
sometidos a una fuerte presión por parte de los depredadores.
En estas especies la rápida formación de una conducta de seguimiento
asegura que el individuo joven seguirá a su progenitor en su huida en momentos
de peligro, y también que estará cerca de la madre para poder ser
alimentado y protegido. Aunque éste es un proceso rápido y especialmente
temprano, se puede considerar que puede ocurrir algún tipo de impronta en un
amplio rango de especies, incluyendo a los primates.
Por ejemplo, los chimpancés pequeños no muestran mucha preocupación por el
individuo con quién están hasta que tienen tres o cuatro meses. Entonces
desarrollan una marcada preferencia por su madre (o padre adoptivo) y se
vuelven cautelosos con los demás adultos.
Después de este momento los chimpancés permanecen cerca de su madre, se van
con ella regularmente, y si la madre muestra alguna señal de que va a partir,
los monitos se apresuran a subir sobre ella. Por tanto, los chimpancés
se apegan a un objeto particular durante un determinado período de su vida
(Bowlby, 1982). En los niños humanos puede ocurrir un proceso similar.
La concepción del desarrollo desde la Psicología innatista y la etología
Desde esta perspectiva hay cuatro cuestiones fundamentales que permiten
comprender cualquier comportamiento:
- ¿Cómo evoluciona el comportamiento?
- ¿Qué es lo que causa el
comportamiento?
- ¿Cuál es su función
biológica?
- ¿Cómo evolucionó?
Evidentemente sólo la primera de ellas trata de la ontogénesis. La
cuestión ontogenética exige una primera fase descriptiva (cómo cambia
el comportamiento) para poder estudiar luego qué factores
(endógenos, situacionales) podrían explicar el comportamiento.
Distinguir las relaciones causales inmediatas de las relaciones relativas a la
ontogénesis es una tarea compleja y no siempre posible.
Los comportamientos
de las especies
Entre los comportamientos más importantes que aparecen a lo largo
del desarrollo destacan las denominadas conductas específicas de las especies.
Estas incluyen comportamientos como el apego social, la dominacia-sumisión,
la comida, el cuidado de los miembros infantiles, etc. También se
desarrollan los impulsos (según Lorenz), los patrones fijos de
acción y los sistemas de control (según Bowlby).
En cuanto a los factores endógenos que explican la aparición de los
comportamientos se encuentran procesos como la maduración física, los
cambios hormonales, los cambios en el comportamiento motor e incluso las
variaciones en la eficacia del sistema nervioso.
Todos ellos subyacen a la aparición de periodos sensibles o de
conductas específicas de las especies. Por ejemplo, la conducta de
cortejo de ciertos pájaros sólo aparece cuando el pájaro madura hasta el punto
de hacer posible la reproducción.
Además de a los cambios biológicos también se le da importancia a
las capacidades de aprendizaje específicas y generales que cada especie tiene.
Así, aunque los etólogos conceden gran importancia a los factores biológicos
también abordan aquellas conductas aprendidas que conducen a la adaptación.
Una idea esencial para la concepción etológica del desarrollo es que la
evolución ontogenética del comportamiento se concibe en el contexto de la
evolución filogenética
De este modo, se asume que muchos de los repertorios del comportamiento han
sido aprendidos a lo largo de la historia de la especie y se han
mantenido gracias a su valor adaptativo.
Esto puede conducir a la idea de que para que el desarrollo se
produzca normalmente deben mantenerse el conjunto de señales y respuestas
generadas en la evolución. Además, para los etólogos el desarrollo de
un organismo no se entiende tan sólo como una marcha hacia la edad adulta,
punto de culminación y referencia por excelencia.
Desde esta perspectiva se concede más importancia a las etapas de
inmadurez, ya que cada una tiene su razón de ser. Para los etólogos y
psicólogos innatistas las fases de inmadurez cumplen una función esencial para
el desarrollo del organismo y la vida de la especie.
https://www.psicoactiva.com/blog/psicologia-innatista-y-etologia/