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¡OJO!

Con las Radiaciones Electromagnéticas y sus EFECTOS

 

Proemio

 

Chile con norma obsoleta para protegernos de la radiación 5G

1 de abril de 2022

Chile está dentro de los países más desarrollados en relación con la conectividad digital. Cuenta con 15,78 millones de personas conectadas a Internet, lo que nos define como usuarios fuertes en tecnologías de telecomunicaciones. Pero ¿existe real conciencia de las consecuencias para la salud que tienen las distintas formas de conectividad?

Ya en el año 2011, a través de una declaración oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) declaró a las radiaciones de radiofrecuencias –las cuales incluyen las producidas por celulares e inalámbricas en general– como un posible carcinógeno para el ser humano. Sin embargo, la OMS se orienta actualmente según normas de 1998, recientemente actualizadas el 2020, de la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP), que establece la fijación de límites de radiación electromagnética extremadamente altos, con la justificación de que las radiaciones electromagnéticas no ionizantes solamente producen daño a través de efectos térmicos.

Lo anterior contradice miles de trabajos científicos que demuestran daños en tejidos, células, ADN y en organismos vivos, a través de efectos no térmicos con niveles de radiación muy inferiores a los límites de seguridad establecidos por la ICNIRP. Existen evidencias claramente significativas de que las radiaciones inalámbricas con frecuencias entre 400MHz y 6KHz generan cáncer en animales de experimentación, así como trastornos en los espermatozoides y tejido testicular tanto en ratas macho como en varones humanos.

Las investigaciones arriba mencionadas se han realizado sobre la base de las generaciones de telecomunicaciones anteriores, desde el 2G hasta el 4G, pero no contamos todavía con estudios suficientes para todas las frecuencias que usará la 5G. Cabe señalar que, además de las frecuencias ya demostradamente dañinas por las generaciones tecnológicas anteriores, la tecnología 5G utilizará frecuencias más altas también. Debido a los servicios que se brindarán y con la utilización de frecuencias más altas, la propagación de las ondas viajará en promedio distancias más cortas, lo que requiere una gran cantidad de antenas y de menor tamaño, llamadas “células pequeñas”. 

El 5G entonces aumentará los niveles de radiación de radiofrecuencias inalámbricas en el medioambiente en forma exponencial, a la que estaremos expuestos 24×7. Por lo que volvemos a recalcar que “no existen estudios que demuestren sus efectos a largo plazo”, ni cuáles serán las consecuencias en la salud de las personas y en la vida silvestre, con la exposición constante a este tipo de radiación. Por lo tanto, su despliegue, sin tener pruebas de seguridad científicas previas, significa un experimento con las personas y ecosistemas, lo que requiere de consentimiento informado de la comunidad y no puede ser impuesto de forma unilateral a través de privados o gobiernos.

Es por este motivo que ya existen llamados, de miles de médicos y científicos a nivel global, a los organismos internacionales responsables (UE, OMS, ONU, etc.) para detener el despliegue del 5G, hasta que no existan pruebas científicas válidas que aseguren su seguridad, tanto para la salud de las personas como para la protección del medioambiente. Y en el colectivo chileno de la sociedad civil Unidos por Tecnología Responsable, www.uxtr.org, hemos estado trabajando en educar y concientizar a la población respecto a este tema.

Debido a que ya ha comenzado el despliegue del 5G en Chile, sin haberse cumplido un mínimo de condiciones, tanto en seguridad como en salud, ni en cuanto a condiciones legales, es que presentamos un recurso de protección contra el Ministerio del Medio Ambiente, con fecha 28 de diciembre del 2021, ante la omisión ilegal y arbitraria, que se extiende por más de 9 años, en la dictación de la Norma de Emisión de Ondas Electromagnéticas asociadas a las telecomunicaciones inalámbricas, establecida por la Ley 20.599 de junio de 2012.

La Ley 20.599 establece un mandato para que el Ministerio del Medio Ambiente fije el límite de las radiaciones de radiofrecuencias con un valor que es el promedio aritmético de los 5 países más exigentes de la OCDE. Sin embargo, luego de 9 años, esto se ha ido postergando una y otra vez, en forma sucesiva, sin cumplir lo indicado por la ley. Y el despliegue del 5G se ha realizado en tiempo récord, extraordinariamente corto de 14 meses, desde su licitación hasta el inicio de su implementación, sin inclusión en ningún proceso consultivo y democrático a la comunidad.

Frente a todas estas irregularidades, y por tratarse de la protección de la salud de las personas y del medio ambiente, es que nos vimos obligados a tomar acciones legales, ya que todas las acciones previas que emprendimos, para generar una reflexión y debate científico con diversidad de actores y pensamiento crítico ante el despliegue de esta nueva tecnología, no fueron tomadas en cuenta.

Como representantes de la ciudadanía y de la sociedad civil queremos dar a conocer este recurso de protección, pensando en la seguridad y bienestar de nuestra comunidad, el que fue declarado como admisible por la Corte Suprema de Chile, el 18 de enero del 2022.

https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2022/04/01/chile-con-norma-obsoleta-para-protegernos-de-la-radiacion-5g/

 

 

Desarrollo

 

1.

Electricidad y radiaciones electromagnéticas: estos son los riesgos probados para la salud

 

14 de Mayo de 2022

Los efectos para la salud de la electricidad y las radiaciones electromagnéticas son una fuente de preocupación constante para muchas personas. Algunos de los temores que generan tienen un sustento real, mientras que otros responden a bulos de nuevo cuño o mitos asentados. Un experto en protección radiológica y una enfermera de urgencias nos dan las claves para conocer los verdaderos riesgos, prevenirlos y actuar en caso necesario.

Para empezar, conviene aclarar que se trata de dos cosas diferentes. La electricidad es un flujo de electrones a través de un medio que sea capaz de permitir su circulación. La radiación es la emisión, propagación y transferencia de energía en cualquier medio en forma de ondas electromagnéticas o partículas. Las radiaciones electromagnéticas se clasifican en ionizantes (rayos X, radiación cósmica) y no ionizantes (ondas de radio y televisión, microondas, luz visible…) y sus efectos para la salud son muy distintos.

Peligros de la electricidad: desde quemaduras hasta electrocución

Los efectos de la electricidad dependen del tipo de corriente, la intensidad, el tiempo de contacto, la resistencia particular del cuerpo, la tensión y el recorrido de la corriente a través del organismo. Se pueden registrar daños indirectos, como golpes y caídas a causa de una descarga eléctrica, y directos, entre los que destacan las quemaduras y la electrocución. Esta última engloba los efectos más graves del paso de una corriente eléctrica por el organismo, especialmente el paro cardiaco y la muerte. Otras posibles lesiones son las siguientes:

La mayor parte de los accidentes domésticos por quemaduras eléctricas los sufren los niños, según confirma Melania Morán, miembro de la sección de divulgación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) y responsable de enfermería del Centro Coordinador de Urgencias de Emergencias Sanitarias de Castilla y León. “Son los que suelen tocar sin conocimiento todos los aparatos eléctricos que puede haber por la casa, así como los enchufes o las regletas en las que tenemos enchufadas las lámparas o los cargadores de los móviles”. La mayoría de estas lesiones se producen en la boca y las manos. 

En el ámbito laboral, precisa la enfermera, “los hombres jóvenes son los que más sufren accidentes con quemaduras eléctricas”

Qué hacer en caso de accidente eléctrico

En caso de accidente eléctrico en el hogar y en el lugar de trabajo, lo que nunca hay que hacer es tocar al afectado para retirarlo de la corriente eléctrica.  La intención es buena, pero el resultado puede ser fatal. “Si entras en contacto con una persona que está electrocutada, te puede traspasar la corriente”, advierte Morán. 

La experta en emergencias subraya que hay que seguir siempre la conducta PAS, que son las siglas de proteger, avisar y socorrer. Por lo tanto, lo primero es ponerse a salvo (proteger) uno mismo separándose de la corriente eléctrica y después llamar a los servicios de emergencias (avisar), al 112, para pedir ayuda. “Si todavía no has cortado la corriente eléctrica, te van a decir que eso es lo que tienes que hacer antes de acercarte a la víctima”. A partir de ese momento ya se pueden poner en marcha los primeros auxilios (socorrer), que se efectuarán con las indicaciones telefónicas que proporcione el médico o la enfermera del 112, que también se encargarán de enviar los recursos más adecuados para atender el accidente.

Una vez desconectado el cuadro eléctrico, el acercamiento a la persona electrocutada debe realizarse con cautela. “Hay que intentar no cogerlo por las manos ni por las axilas porque son zonas húmedas que pueden transmitir todavía corriente eléctrica”, indica Morán. La ropa o el cinturón son dos buenos asideros. 

Si no es posible cortar la corriente, para retirar al afectado habrá que utilizar unos guantes aislantes (de goma, por ejemplo) y también será conveniente utilizar algún objeto de madera u otro material no conductor para retirarlo de la fuente eléctrica.

Si la descarga la ha producido una torre de electricidad en el campo, la experta señala que, al tratarse de un voltaje muy alto, no es conveniente acercarse a menos de seis metros. Desde esa distancia prudencial hay que llamar al servicio responsable de esa torre para que corte la corriente. 

En cuanto a las medidas de prevención de accidentes eléctricos, cabe destacar la colocación de protectores para evitar que los más pequeños de la casa metan los dedos en los enchufes y la regla de oro de no manipular aparatos eléctricos con las manos mojadas o en lugares donde el agua pueda favorecer una mayor conducción de corriente eléctrica. “Y, sobre todo, revisar cada cierto tiempo las instalaciones eléctricas de los domicilios porque las más antiguas pueden cortocircuitar”, aconseja la experta de Semes.

Riesgos para la salud de la radiación electromagnética

Los microondas, neveras, hornos y demás aparatos cotidianos, además de funcionar por electricidad, emiten radiación electromagnética. En concreto, radiación no ionizante. En esta categoría se encuentran las ondas electromagnéticas de baja frecuencia, como las empleadas en telefonía móvil, emisiones de radio y televisión, Wifi o bluetooth. “El riesgo de este tipo de radiación ha sido muy estudiado”, señala Juan Villalba, director del Servicio de Protección Radiológica de la Universidad de Granada. “Los únicos efectos perjudiciales demostrados se basan en cambios biológicos provocados por los efectos térmicos de la sobreexposición a este tipo de radiación”. De hecho, advierte que es muy difícil alcanzar los límites que pueden desencadenar daños debidos al aumento de temperatura, entre otras cuestiones porque existen normas nacionales e internacionales que regulan las emisiones electromagnéticas de los electrodomésticos.

Los teléfonos móviles y los hornos microondas son dos de los aparatos de uso diario que más temores suscitan. Vemos qué dicen las evidencias científicas.

Teléfonos móviles

Villalba recalca que no hay “nada demostrado” en cuanto al supuesto riesgo de tumores cerebrales por la exposición a la radiación que emiten los teléfonos móviles. “Lo cual no quiere decir que no se sigan haciendo investigaciones”, apostilla. De hecho, prosiguen los estudios tanto epidemiológicos como de ciencia básica, sin que hasta el momento se haya podido establecer ninguna relación causal entre la utilización de estos dispositivos y el desarrollo de cáncer.

Hornos microondas

Este aparato emite ondas de frecuencia del orden de las micras (micrómetros) combinadas con potencia elevada, de efecto térmico, que es lo que permite calentar la comida. Las ondas se producen únicamente en el interior del microondas y son absorbidas por los alimentos. “Los microondas no emiten ningún tipo de onda o radiación al exterior que no sea la convencional de cualquier otro electrodoméstico”, resalta el experto.

Radiaciones ionizantes: un peligro que se puede controlar

Las radiaciones ionizantes sí que pueden afectar a la salud y llegar a producir cáncer. No obstante, la exposición artificial a este tipo de radiación está regulada y controlada y existen medidas de protección frente a la natural.

Hay varias fuentes naturales de radiaciones ionizantes. Las que provienen del espacio se conocen como rayos cósmicos y quienes más se exponen a ellas y, por lo tanto, deben adoptar ciertas precauciones, son las personas que realizan a menudo vuelos transoceánicos, como los pilotos de avión. También existen radiaciones naturales procedentes de los materiales radiactivos que hay en la corteza terrestre, como el torio o el gas radón. Estos fenómenos dan lugar a una dosis de radiación conocida como fondo radiactivo natural, que no resulta especialmente preocupante, salvo en determinados entornos. La radiación ultravioleta engloba las radiaciones no ionizantes de mayor energía. Se podría decir que se encuentra en el límite entre las ionizantes y las no ionizantes, lo que explicaría los peligros que puede entrañar una exposición solar sin protección, que aumenta el riesgo de cáncer de piel.

Entre las fuentes artificiales de radiación ionizante destacan los rayos X (radiografías y tomografía computarizada). Estas radiaciones son, según Villalba “las más energéticas y se caracterizan porque tienen la capacidad de arrancar electrones de los átomos con los que chocan”. De este  modo, afectan equilibrio físico de las moléculas en las que se encuentran esos átomos alterados. Si se trata de la molécula de ADN, pueden producirse mutaciones, algunas de las cuales dan lugar a la aparición de cáncer

No obstante, Villalba precisa que, a no ser que se trate de una dosis de radiación ionizante muy elevada y en muy poco tiempo, como puede ser la derivada de la explosión de una bomba atómica o de un accidente nuclear, la radiación de este tipo que recibe una persona es baja y “el cuerpo humano posee mecanismos de defensa”, como los destinados a la reparación del ADN. Se trata de una cuestión de probabilidades: cuanto más frecuente sea la exposición a dosis bajas, mayor será el riesgo de cáncer.

La clave está en el uso racional de las tecnologías que emiten radiación ionizante. La aplicación controlada de las radiografías, el TAC y la radioterapia ha supuesto un gran avance para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Es necesario sopesar en cada caso los beneficios y los riesgos.

https://cuidateplus.marca.com/bienestar/2022/05/14/electricidad-radiaciones-electromagneticas-son-riesgos-probados-salud-179781.html

 

 

 

 2.

Los Efectos de las Radiaciones Electromagnéticas de Radiofrecuencia en la Salud Humana

Exposición a campos de radiofrecuencias y cáncer

2022 Universitat de les Illes Balears.

Según los datos científicos de que se dispone actualmente, es poco probable que la exposición a esos campos origine o favorezca el desarrollo de cánceres.

Tomando algunos criterios de la página web de la Organización Mundial de la Salud

http://www.who.int/peh-emf/about/WhatisEMF/es/index.htm

Fuentes naturales de campos electromagnéticos

En el medio en que vivimos, hay campos electromagnéticos por todas partes, pero son invisibles para el ojo humano. Se producen campos eléctricos por la acumulación de cargas eléctricas en determinadas zonas de la atmósfera por efecto de las tormentas. El campo magnético terrestre provoca la orientación de las agujas de los compases en dirección Norte-Sur y los pájaros y los peces lo utilizan para orientarse.

Fuentes de campos electromagnéticos generadas por el hombre

Además de las fuentes naturales, en el espectro electromagnético hay también fuentes generadas por el hombre: Para diagnosticar la rotura de un hueso por un accidente deportivo, se utilizan los rayos X. La electricidad que surge de cualquier toma de corriente lleva asociados campos electromagnéticos de frecuencia baja. Además, diversos tipos de ondas de radio de frecuencia más alta se utilizan para transmitir información, ya sea por medio de antenas de televisión, estaciones de radio o estaciones base de telefonía móvil.

La diferencia que hay entre los campos electromagnéticos no ionizantes y la radiación ionizante?

La longitud de onda y la frecuencia determinan otra característica importante de los campos electromagnéticos. Las ondas electromagnéticas son transportadas por partículas llamadas cuantos de luz. Los cuantos de luz de ondas con frecuencias más altas (longitudes de onda más cortas) transportan más energía que los de las ondas de menor frecuencia (longitudes de onda más largas). Algunas ondas electromagnéticas transportan tanta energía por cuanto de luz que son capaces de romper los enlaces entre las moléculas. De las radiaciones que componen el espectro electromagnético, los rayos gamma que emiten los materiales radioactivos, los rayos cósmicos y los rayos X tienen esta capacidad y se conocen como «radiación ionizante». Las radiaciones compuestas por cuantos de luz sin energía suficiente para romper los enlaces moleculares se conocen como «radiación no ionizante». Las fuentes de campos electromagnéticos generadas por el hombre que constituyen una parte fundamental de las sociedades industriales (la electricidad, las microondas y los campos de radiofrecuencia) están en el extremo del espectro electromagnético correspondiente a longitudes de onda relativamente largas y frecuencias bajas y sus cuantos no son capaces de romper enlaces químicos. 

Campos eléctricos

Al enchufar un cable eléctrico en una toma de corriente se generan campos eléctricos en el aire que rodea al aparato eléctrico. Cuanto mayor es la tensión, más intenso es el campo eléctrico producido. Como puede existir tensión aunque no haya corriente eléctrica, no es necesario que el aparato eléctrico esté en funcionamiento para que exista un campo eléctrico en su entorno.

Los campos magnéticos se generan únicamente cuando fluye la corriente eléctrica. En este caso, coexisten en el entorno del aparato eléctrico campos magnéticos y eléctricos. Cuanto mayor es la intensidad de la corriente, mayor es la intensidad del campo magnético. La transmisión y distribución de electricidad se realiza a tensión alta, mientras que en el hogar se utilizan tensiones bajas. Las tensiones de los equipos de transmisión de electricidad varían poco de unos días a otros; la corriente de las líneas de transmisión varía en función del consumo eléctrico.

Los campos eléctricos existentes en torno al cable de un electrodoméstico sólo desaparecen cuando éste se desenchufa o se desconecta de la toma de corriente, aunque no desaparecerán los campos eléctricos del entorno del cable situado en el interior de la pared que alimenta al enchufe.

¿Cuáles son las principales fuentes de campos de frecuencia baja, media y alta?

Los campos electromagnéticos variables en el tiempo que producen los aparatos eléctricos son un ejemplo de campos de frecuencia extremadamente baja, con frecuencias generalmente de hasta 300 Hz. Otras tecnologías producen campos de frecuencia intermedia (FI), con frecuencias de 300 Hz a 10 MHz, y campos de radiofrecuencia (RF), con frecuencias de 10 MHz a 300 GHz. Los efectos de los campos electromagnéticos sobre el organismo no sólo dependen de su intensidad sino también de su frecuencia y energía. Las principales fuentes de campos de FEB son la red de suministro eléctrico y todos los aparatos eléctricos; las pantallas de computadora, los dispositivos antirrobo y los sistemas de seguridad son las principales fuentes de campos de FI y las principales fuentes de campos de RF son la radio, la televisión, las antenas de radares y teléfonos celulares y los hornos de microondas. Estos campos inducen corrientes en el organismo que, dependiendo de su amplitud y frecuencia, pueden producir diversos efectos como calentamiento y sacudidas eléctricas. (No obstante, para producir estos efectos, los campos exteriores al organismo deben ser muy intensos, mucho más que los presentes habitualmente en el medio.)

Campos electromagnéticos de frecuencias altas

Los teléfonos móviles, la televisión y los transmisores de radio y radares producen campos de RF. Estos campos se utilizan para transmitir información a distancias largas y son la base de las telecomunicaciones, así como de la difusión de radio y televisión en todo el mundo. Las microondas son campos de RF de frecuencias altas, del orden de GHz. En los hornos de microondas, utilizamos estos campos para el calentamiento rápido de alimentos.

 

 

 

¿Y nos preguntamos qué ocurre cuando nos exponemos a campos electromagnéticos?

La exposición a campos electromagnéticos no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, en el siglo XX la exposición ambiental ha aumentado de forma continua conforme la creciente demanda de electricidad, el constante avance de las tecnologías y los cambios en los hábitos sociales han generado más y más fuentes artificiales de campos electromagnéticos. Todos estamos expuestos a una combinación compleja de campos eléctricos y magnéticos débiles, tanto en el hogar como en el trabajo, desde los que producen la generación y transmisión de electricidad, los electrodomésticos y los equipos industriales, a los producidos por las telecomunicaciones y la difusión de radio y televisión.

En el organismo se producen corrientes eléctricas minúsculas debidas a las reacciones químicas de las funciones corporales normales, incluso en ausencia de campos eléctricos externos. Por ejemplo, los nervios emiten señales mediante la transmisión de impulsos eléctricos. En la mayoría de las reacciones bioquímicas, desde la digestión a las actividades cerebrales, se produce una reorganización de partículas cargadas. Incluso el corazón presenta actividad eléctrica, que los médicos pueden detectar mediante los electrocardiogramas.

Los campos eléctricos de frecuencia baja influyen en el organismo, como en cualquier otro material formado por partículas cargadas. Cuando los campos eléctricos actúan sobre materiales conductores, afectan a la distribución de las cargas eléctricas en la superficie. Provocan una corriente que atraviesa el organismo hasta el suelo.

Los campos magnéticos de frecuencia baja inducen corrientes circulantes en el organismo. La intensidad de estas corrientes depende de la intensidad del campo magnético exterior. Si es suficientemente intenso, las corrientes podrían estimular los nervios y músculos o afectar a otros procesos biológicos.

Tanto los campos eléctricos como los magnéticos inducen tensiones eléctricas y corrientes en el organismo, pero incluso justo debajo de una línea de transmisión de electricidad de alta tensión las corrientes inducidas son muy pequeñas comparadas con los umbrales para la producción de sacudidas eléctricas u otros efectos eléctricos.

El principal efecto biológico de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia es el calentamiento. Este fenómeno se utiliza en los hornos de microondas para calentar alimentos. Los niveles de campos de radiofrecuencia a los que normalmente están expuestas las personas son mucho menores que los necesarios para producir un calentamiento significativo. Las directrices actuales se basan en el efecto calefactor de las ondas de radio. Los científicos están investigando también la posibilidad de que existan efectos debidos a la exposición a largo plazo a niveles inferiores al umbral para el calentamiento del organismo. Hasta la fecha, no se han confirmado efectos adversos para la salud debidos a la exposición a largo plazo a campos de baja intensidad de frecuencia de radio o de frecuencia de red, pero los científicos continúan investigando activamente en este terreno.

¿Efectos biológicos o efectos sobre la salud? ¿Qué es un peligro para la salud?

Los efectos biológicos son respuestas mensurables a un estímulo o cambio en el medio. Estos cambios no son necesariamente perjudiciales para la salud. Por ejemplo, escuchar música, leer un libro, comer una manzana o jugar al tenis son actividades que producen diversos efectos biológicos. No obstante, no esperamos que ninguna de estas actividades produzca efectos sobre la salud. El organismo dispone de mecanismos complejos que le permiten ajustarse a las numerosas y variadas influencias del medio en el que vivimos. El cambio continuo es forma parte de nuestra vida normal, pero, desde luego, el organismo no posee mecanismos adecuados para compensar todos los efectos biológicos. Los cambios irreversibles y que fuerzan el sistema durante períodos largos pueden suponer un peligro para la salud.

Un efecto perjudicial para la salud es el que ocasiona una disfunción detectable de la salud de las personas expuestas o de sus descendientes; por el contrario, un efecto biológico puede o no producir un efecto perjudicial para la salud.

No se pone en cuestión que por encima de determinados umbrales los campos electromagnéticos puedan desencadenar efectos biológicos. Según experimentos realizados con voluntarios sanos, la exposición a corto plazo a los niveles presentes en el medio ambiente o en el hogar no produce ningún efecto perjudicial manifiesto. La exposición a niveles más altos, que podrían ser perjudiciales, está limitada por directrices nacionales e internacionales. La controversia que se plantea actualmente se centra en si bajos niveles de exposición a largo plazo pueden o no provocar respuestas biológicas e influir en el bienestar de las personas.

Preocupación de la sociedad por los efectos sobre la salud

Un vistazo a los titulares de las noticias de los últimos años permite hacerse una idea de los diversos aspectos que preocupan a la sociedad. En el transcurso de la última década, se han planteado dudas relativas a los efectos sobre la salud de numerosas fuentes de campos electromagnéticos, como las líneas de conducción eléctrica, los hornos de microondas, las pantallas de computadora y de televisión, los dispositivos de seguridad, los radares y, más recientemente, los teléfonos móviles y sus estaciones base.

https://fci.uib.es/Servicios/libros/articulos/galo/Los-Efectos-de-las-Radiaciones-Electromagneticas.cid220586

 

 

3.

¿Es peligroso el 5G para la salud?

Gracias al 5G viviremos en un mundo hiperconectado, sin embargo mucha gente está en contra de esta nueva tecnología alegando que es peligrosa para la salud. Analizamos los múltiples estudios científicos que existen al respecto.

 

La tecnología 5G permitirá desarrollar el "internet de las cosas", en el que los aparatos electrónicos estarán conectados entre sí.

2 de mayo de 2022

 

Para entender cómo puede afectar al ser humano el 5G lo primero que hay que saber es qué es esta nueva tecnología que promete cambiar nuestras vidas. Tras el 2G, 3G y el 4G ya se está implantando la denominada 5G, es decir, la quinta generación de redes móviles que conocemos. Por ejemplo, gracias a la tecnología 2G llegaron los revolucionarios SMS, que posteriormente dieron paso al 3G y a la conexión continua a Internet. Años más tarde aterrizó en nuestras vidas la famosa banda ancha gracias al 4G, y con ella una rapidez de datos nunca vista, gracias a la cual podemos ver vídeos en streaming, bajar fotos a gran resolución de manera muy rápida, reproducir canciones sin esperar a que se descarguen... Actualmente estamos acostumbrados a todo ello, pero hace unos años era impensable.

Con el desarrollo del 5G tendremos decenas de dispositivos conectados al mismo tiempo: los electrodomésticos de las casas, el mobiliario urbano, los coches...

Con el 5G se podrá navegar 10 veces más rápido que con la fibra óptica actual gracias al incremento de la frecuencia alrededor de 3,5 GHz e incluso llegando hasta algunas decenas de GHz. Además, tendremos muchos más dispositivos conectados al mismo tiempo: los electrodomésticos de las casas, el mobiliario urbano, los coches... ¡Todo! El famoso "internet de las cosas" será una realidad. Por otra parte, el tiempo de respuesta de la red, la conocida como latencia, se reducirá hasta límites imperceptibles, permitiendo conectarse en tiempo real, sin ningún tipo de retraso.

Los estudios científicos sobre el peligro del 5G

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2006 un artículo científico titulado Los campos electromagnéticos y la salud pública: estaciones de base y tecnologías inalámbricas, donde analizan los posibles daños relacionados con las tecnologías inalámbricas. Dicho documento concluía que "teniendo en cuenta los muy bajos niveles de exposición y los resultados de investigaciones reunidos hasta el momento, no hay ninguna prueba científica convincente de que las débiles señales de RF procedentes de las estaciones de base y de las redes inalámbricas tengan efectos adversos en la salud".

"Tras muchas investigaciones, no se ha detectado ningún efecto adverso para la salud relacionado causalmente con la exposición a tecnologías inalámbricas" explica la OMS en un estudio de febrero de 2020.

A lo largo de los últimos años se han realizado muchas más investigaciones sobre el 3G, el 4G y evidentemente el 5G. Uno de los últimos, también publicado por la OMS en febrero de 2020 explica qué es el 5G, los riesgos, el desarrollo de la tecnología, etcétera. De manera más específica explican que "dado que la tecnología 5G se encuentra en una etapa temprana de implementación, los estudios sobre la exposición a los campos de radiofrecuencia aún está bajo investigación". A lo que añaden que "hasta la fecha, y después de muchas investigaciones, no se ha detectado ningún efecto adverso para la salud relacionado causalmente con la exposición a tecnologías inalámbricas". Para finalmente apuntar que se están desarrollando muchas más investigaciones al respecto para conocer más a fondo cualquier tipo de repercusión en el cuerpo humano: "La OMS está realizando una evaluación de riesgos para la salud por exposición a radiofrecuencias que se publicará en 2022", explican.

La OMS está realizando una evaluación de riesgos para la salud por exposición a radiofrecuencias con más detalle que se publicará en 2022.

Por su parte el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud, un comité independiente financiado por el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación elaboró un informe relacionado con las nuevas redes de comunicaciones. En dicho documento, titulado 5G y salud y publicado también en febrero de 2020, se apuntaba que "podemos estar tranquilos en función de las evidencias científicas disponibles". En relación con dichas evidencias científicas ese mismo documento apunta que "hasta la fecha y revisando la evidencia científica existente, la exposición a radiofrecuencias respetando los límites de exposición establecidos por el ICNIRP no conlleva riesgos para la salud conocidos". Pero, ¿existen muchas investigaciones sobre el 5G?

Existen plataformas que continúan luchando por paralizar toda la implantación del sistema 5G alegando que no existen investigaciones suficientes ni concluyentes sobre esta nueva tecnología. A este respecto, en la Universidad RWTH de Aache, Alemania, han creado el portal EMF que es una base de datos de investigación científica sobre los efectos de los campos electromagnéticos, incluidos los estudios sobre los efectos de la radiofrecuencia en la salud. Este contiene más de 25.000 artículos científicos publicados sobre los efectos biológicos y para la salud y 2.500 estudios sobre comunicaciones móviles. Además, de manera específica, recopila unos 350 estudios sobres investigaciones relacionadas con el 5G.

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/es-peligroso-5g-para-salud_15514

 

 

Las radiaciones electromagnéticas pueden definirse como aquellos procesos en los que se emite energía bajo la forma de ondas o partículas materiales y pueden propagarse tanto a través de un medio material como en el vacío. Se diferencian unas de otras en el valor de su frecuencia.

 

 

4.

¿Qué es la radiación electromagnética de alta frecuencia?

Detallamos información básica sobre las emisiones de radiación electromagnética de alta frecuencia. Dependiendo de su rango de frecuencia, se les denomina también como ondas de radiofrecuencia o micro-ondas.

Principales fuentes emisoras de radiación de alta frecuencia:

 

El espectro electromagnético

Las antenas de telefonía móvil emiten radiación en forma de ondas electromagnéticas. Una onda electromagnética representa la transferencia de energía a través del espacio. El conjunto de ondas electromagnéticas de todas las frecuencias posibles de llama espectro electromagnético, que incluye emisiones de fuentes muy diversas, desde los campos electromagnéticos emitidos por la red eléctrica, las ondas de radio, ondas infrarrojas, luz visible y ultravioleta, rayos X, y la radiación gamma. Todas estas emisiones son ondas electromagnéticas que varian entre sí solo en su longitud de onda.

La longitud de onda está vinculada con la frecuencia de la onda mediante una relación sencilla: la frecuencia es igual a la velocidad de la onda (que denominamos la velocidad de la luz) dividido por su longitud de onda:

Frecuencia de onda = longitud de onda ÷ velocidad de luz

No obstante, estas diferencias de frecuencias en la longitud de onda y frecuencia, implican diferencias enormes en la manera en que las ondas interactuarán con los materiales (y por supuesto, el cuerpo humano).

Dividimos el espectro electromagnético en varias regiones que corresponden, más o menos, con bandas de frecuencias que tienen propiedades, efectos o usos similares.

En esta sección de "radiación de antenas" de nuestro sitio web, tratamos principalemente con los regiones de Radiofrecuencias y Micro-ondas del espectro electromagnético, que se muestra en la siguiente tabla. Habitualmente hablamos de las ondas de radiofrecuencia y microondas compo "Radiación electromagnética de alta frecuencia".

El Espectro Electromagnético

Región

Banda de frecuencias

Longitud de onda

Frecuencias Extremadamente Bajas

30 Hz - 300 Hz

> 1000 km

Frecuencias bajas/medianas

300 Hz - 3 MHz

1000 km - 100 m

Radiofrecuencias

3 MHz - 300 MHz

100 m - 100 cm

Micro-ondas

300 MHz - 30 GHz

100 cm - 1 cm

Micro-ondas de muy alta frecuencia

30 GHz - 300 GHz

1 cm - 1 mm

Ondas infrarrojas

300 GHz - 430 THz

1mm - 700 nm

Luz visible

430 THz - 770 THz

700 nm - 390 nm

Radiación ultravioleta

770 THz - 30 PHz

390 nm - 10 nm

Rayos - X

30 PHz - 10 EHz

10 nm - 10 pm

Radiación gamma

10 EHz - 1022 Hz

10 pm - 0,3 pm

Rayos cósmicos

1022 Hz - 1025 Hz

0,3 pm - < 10-17 m

Rayos cósmicos muy energéticos

> 1025 Hz

< 10-17 m


Antenas de telefonía móvil

Los materiales de blindaje que detallamos en esta sección de nuestra web, funcionan para reducir y bloquear una amplia gama de tipos de emisiones. Son de interés especial, en cuanto a las exposiciones del público, las emisiones de estaciones base de telefonia móvil, a continuación explicamos un poco más sobre estas emisiones.

Una antena típica de una estación base de telefonía móvil se compone de uno o más (habitualmente 3) antenas “sectoriales”, cada antena sectorial concentra sus emisiones hacia el frente y en horizontal, en forma de un haz sensiblemente plano que abarca un sector entre 60 y 120 grados.

Dado que la estación base se compone de varias antenas sectoriales, emiten un haz muy asimétrico, se puede esperar una variación importante en el nivel de la señal según la posición relativa a la estación base, incluso aunque la distancia sea la misma. El siguiente gráfico se muestra una variación típica en la distribución horizontal de la radiación, emitida por un emisor de una antena sectorial.

El radio de acción de cada estación base es limitado, dependiendo del número de usuarios y de los obstáculos que las ondas encuentren en su camino. En campo abierto, el alcance de la señal de estaciones base puede llegar a varios kilómetros de distancia. Sin embargo, en las ciudades, la presencia de los edificios reduce el rango de las emisiones drásticamente, por absorbción de la radiaicón y también por el denominado "efecto paraguas". Para mantener la cobertura de la red, además de instalar más estaciones base se suelen instalar una gran cantidad de antenas más pequeñas denominadas antenas “micro-celda”, a menudo montadas en paredes en la calle y también dentro de edificios.

En el caso de que la antena tenga que servir a pocos usuarios (en zonas rurales por ejemplo), se suele instalar una antena omni-direccional, que se compone de una antena varilla central (emisora), y dos antenas receptoras a cada lado. Este tipo de antena emite radiación de intensidad casi igual en todas las direcciones horizontales.


Reflexión y absorbción de las ondas en el entorno urbano

En teoría, la radiación de alta frecuencia disminuiría según una ley inverso cuadrado, lo que significa que la intensidad de radiación varía inversamente al cuadrado de la distancia de la fuente, o sea que, si aumentamos la distancia de la fuente de radiación 2 veces, la intensidad de radiación se reduce por un factor de 4. Sin embargo, en la práctica, la radiación de alta frecuencia casi nunca disminuye como una sencilla función de la distancia, debido a reflexiones, difusiones y difracciones causadas por las interacciones con edificios, árboles, materiales de construcción etc. Estos efectos pueden dar lugar a gran variabilidad en la intensidad de la radiación encontrada de una parte a otra de la zona de medición, aunque la distancia hacia la antena sea igual.

Además, los rebotes de radiación desde edificios cercanos pueden provocar la llegada de radiación desde direcciones inesperadas, como se muestra en el siguiente gráfico:

Obviamente, la presencia de edificios entre nosotros y la antena emisora reduce la intensidad de radiación de forma importante, por la absorbción de las microondas dentro del edificio, y las reflexiones desde su fachada:

Un efecto adicional es la difracción de la radiación, por lo cual la radiación puede redirigirse por pasar cerca de un edificio:

Unidades de medición

Para caracterizar la intensidad de radiación electromagnética, generalmente usamos una (o las dos) unidades de medición:

Un valor en unidades de voltios por metro es una medida de la intensidad de campo eléctrico; un valor en unidades de vatios por metro cuadrado es una medida de la densidad de potencia de las ondas.

De forma aproximada, las dos cantidades se relacionan por la siguiente expresión matemática:

Densidad de potencia W/m2 = (Campo eléctrico V/m)2 × 377

La relación solo se aplica estrictamente a las ondas planas, es decir las ondas que no llevan ningún tipo de modulación que lleva información como voz o datos.

https://www.radiansa.com/es/ radiacion-antenas-alta-frecuencia/radiacion-alta-frecuencia.htm

 

 

5.

Quién vigila la radiación del 5G (y cuáles son sus verdaderos riesgos)

27 de octubre de 2020

 

Decenas de antenas, dispositivos bluetooth y cientos de teléfonos móviles nos rodean e irradian cada día. Por no hablar de la telefonía 5G que, al parecer, acabará con la vida en la Tierra. ¡Tanta radiación no puede ser buena!

 

 

 

¿Quién controla los niveles de exposición y los posibles efectos sobre la salud?

Percepción del riesgo

Los campos electromagnéticos están presentes en la naturaleza desde antes de la aparición del ser humano. La luz solar, los rayos cósmicos, las tormentas y la radiación natural terrestre son fuentes de exposición a estos campos.

A mediados de los años 90, se comenzaron a desplegar las redes de antenas de telefonía móvil. Aunque se hacían con estándares técnicos internacionales, que ya tenían en cuenta la protección de la población, no se ofreció la suficiente información al respecto.

A pesar de una reacción rápida por parte de organismos, operadoras y expertos, la percepción de riesgo se instaló entre los ciudadanos. También caló en instituciones, administraciones locales y asociaciones.

Así, se produjo una situación paradigmática. Por un lado, el rechazo a las antenas era un fenómeno global. Por el otro, crecía la demanda universal del servicio.

 

La OMS parece tenerlo claro

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Unión Europea fueron conscientes a principios de los 2000 de esa carencia y de la necesidad de dar respuesta a una inquietud y percepción social del riesgo asociado a la telefonía móvil.

Aunque esta percepción e inquietud estaban sobredimensionadas.

A pesar de los esfuerzos realizados para informar y tranquilizar a la población, la OMS reconoció en 2006 que "algunas personas consideran probable que la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia entrañe riesgos y que éstos puedan ser incluso graves".

En la revisión de 2014, la OMS aseguraba que "hasta la fecha no se ha confirmado que el uso del teléfono móvil tenga efectos perjudiciales para la salud".

En otro documento publicado a comienzos de este 2020 sobre el 5G, insiste en que en las últimas décadas no hay estudios científicos que demuestren una relación causal que pueda hacer temer efectos sobre la salud.

"El calentamiento de tejidos es el principal mecanismo de interacción entre los campos electromagnéticos de radiofrecuencia y el cuerpo humano".

Ese posible efecto, a los niveles habituales de exposición, es insignificante. Por eso es importante que los niveles se mantengan por debajo de los límites establecidos por agencias internacionales independientes.

Quién y cómo se establecen los límites de exposición

En 1992 se estableció en Alemania la Comisión Internacional de Protección frente a Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP). Esta organización científica, independiente y sin ánimo de lucro, revisa periódicamente y de forma sistemática las evidencias científicas para determinar los niveles a los cuales se producen efectos biológicos.

No solo de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia, sino también de otras radiaciones electromagnéticas como la luz visible, los infrarrojos y los ultravioletas que, por encima de ciertos niveles, también pueden resultar muy peligrosos.

Por eso se fijan niveles de seguridad y, por eso mismo, no debemos preocuparnos de la radiación que emite el mando a distancia de nuestra tele. Tampoco del router wifi de nuestra casa o de nuestro teléfono inalámbrico.

El proceso de revisión es abierto y su publicación se realiza en una revista científica tras un proceso de revisión por pares.

Así, una vez se establecen los niveles a los cuales se observan efectos para cada frecuencia, se aplica un factor de precaución o seguridad de 50.

Estos valores son aceptados por la mayor parte de los países occidentales desde hace décadas y se adoptan en las correspondientes legislaciones.

Además, existen otras agencias u organismos que realizan una revisión similar. Por ejemplo el Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE) y la Food and Drug Administration de Estados Unidos.

Estos tres organismos, en los últimos meses y coincidiendo con el despliegue de la 5G, han revisado y publicado sus guías de límites seguros de exposición humana.

La mano negra de la industria

Que la industria está detrás de todas estas regulaciones e instituciones es un argumento reiterado por los movimientos antiantenas -ahora anti-5G- que parecen acoger toda clase de creencias conspiranoicas con respecto, también, a las mascarillas, las vacunas y la COVID-19.

En realidad han sido la industria y los profesionales del sector los más interesados en garantizar que las radiaciones emitidas por las antenas fueran seguras y que los niveles de potencia estuviesen dentro de los límites permitidos.

El Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT), como entidad de derecho público al servicio de la sociedad, fue la primera organización que ya en 2001 elaboró un informe sobre las radiofrecuencias de telefonía móvil.

Con ello se pretendía informar a la ciudadanía y mitigar la inquietud que ya surgía ante el desconocimiento de esta tecnología y la normativa que la regula.

La labor de difusión se centró en ayuntamientos y asociaciones ciudadanas, aunque se ha seguido trabajando durante todos estos años con todo tipo de administraciones e instituciones.

En 2006, se creó el Comité Científico Asesor de Radiofrecuencias y Salud (CCARS), comité independiente compuesto por profesionales de gran prestigio -en campos como la medicina, física, química, biología, ingeniería de telecomunicación y derecho-, que, desde entonces, ha elaborado cinco informes trienales de referencia.

En ellos recogen las evidencias científicas existentes sobre el impacto de los campos electromagnéticos en la salud.

Además, ha publicado numerosos documentos sobre tecnologías concretas -el último sobre 5G-, con el ánimo de informar verazmente a la sociedad, manteniendo siempre el conocimiento científico riguroso como referencia.

Sus informes han tratado siempre de arrojar luz y evitar cualquier tergiversación que de forma interesada se intentara hacer sobre el efecto de estas tecnologías sobre la salud.

Incluidas comparaciones sin fundamento con sustancias, como el tabaco o el alcohol, que la ciencia sí ha demostrado como perniciosas incluso en pequeñas cantidades.

Los verdaderos riesgos para la salud

Decir que los campos electromagnéticos de radiofrecuencia son inocuos es falso si no se acompaña de la frase "a los niveles habituales de exposición".

Dichos niveles están decenas o centenas de miles de veces por debajo de los de seguridad marcados por ICNIRP.

Es lo que han demostrado numerosos estudios y revisiones sistemáticas de exposición personal en condiciones reales.

Pero hay efectos constatados derivados del uso de dispositivos y que no son consecuencia de las radiaciones que emiten.

Así, se ha demostrado que su uso puede provocar dependencia, problemas musculares, malas posturas y que condicionan nuestras relaciones personales y hábitos saludables.

Dichos efectos, sin embargo, no son denunciados por los movimientos en contra de estas tecnologías.

Negar la evidencia, ¿con qué fin?

Quizá piense que existe cierta controversia científica en este tema.

Habrá oído que "numerosos científicos alertan de los efectos" en cuestionables llamamientos internacionales, algún pseudoinforme como el Bioinitiative o declaración política ajena a la Unión Europea, como la declaración 1815 del Consejo de Europa.

Todos tienen en común su falta de rigor, el establecimiento de límites de forma arbitraria o la extrapolación inadecuada de estudios en animales o de laboratorio sin tener en cuenta las condiciones reales.

En 30 años, no se ha publicado una revisión sistemática o metaanálisis -los estudios con mayor fortaleza en ciencia- que demuestre sus alarmantes augurios y peligros para la salud (efectos sobre el sueño, la concentración, fisiológicos, hipersensibilidad o, incluso, cáncer).

En cambio, sí es constatable la relación de sus promotores con la proliferación de un cierto "negocio del miedo" a partir de datos tergiversados, erróneos y en ningún caso avalados por la evidencia científica.

Y ese negocio que se basa en esos datos afecta tanto a ámbitos como el médico-sanitario, con diagnósticos o prescripciones no fundamentados en el conocimiento médico; el legal, con denuncias insostenibles basadas en opiniones de supuestos expertos, medios de información carentes de credibilidad (webs pseudocientíficas) o, incluso, empresas que ofrecen aparatos y dispositivos de protección completamente innecesarios.

Todo un negocio basado en el miedo y el desconocimiento que sigue alimentando esa falsa percepción de que vivimos radiados al límite.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-54695896

 

 

6.

Cómo reducir la radiación electromagnética en casa

Móviles, wifi, aparatos electrónicos… generan campos electromagnéticos perjudiciales. Podemos contrarrestar esta contaminación electromagnética con algunas precauciones

9 de enero de 2020

Nuestro entorno está plagado de tecnología que nos somete a radiaciones las 24 horas del día. Estamos expuestos a las bajas frecuencias de tendidos, subestaciones y transformadores eléctricos, de las líneas ferroviarias, de electrodomésticos de uso cotidiano y del cableado eléctrico del hogar.

Y padecemos además las altas frecuencias (las radiofrecuencias, y dentro de estas, las microondas, de 300 MHz a 300 GHz), producto del boom de las telecomunicaciones y de la tecnología digital: antenas de televisión, radio y de telefonía, wifi, móviles, bluetooth...

Hasta 25.000 publicaciones científicas hay en la actualidad sobre toda esta contaminación electromagnética, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mayoría de las investigaciones no dan lugar a dudas: los campos electromagnéticos –de altas y bajas frecuencias– alteran la biología de las personas y de los animales.

Cómo afecta la contaminación electromagnética a la salud

El problema es que los síntomas son muy comunes y pasan casi inadvertidos: mareos, fatiga, dolor de cabeza, picor de piel o de ojos, ansiedad, depresión, pérdida de concentración o de memoria, trastornos del sueño, problemas digestivos, eccemas, sequedad de las vías respiratorias, alergias...

Ningún aparato debería estar encendido en el dormitorio, y menos cerca del cabecero

Este ambiente agresivo va deteriorando la capacidad de respuesta del organismo para defenderse y abre la puerta a enfermedades graves: cáncer, leucemia, Alzheimer, alteraciones importantes del sistema nervioso e inmunitario...

Qué podemos hacer en casa para reducir nuestra exposición

Luchar contra las bajas frecuencias de estaciones eléctricas y transformadores o contra las altas frecuencias de las antenas de telefonía móvil cercanas de casa puede parecer una tarea hercúlea, pero no es una batalla perdida.

La mejor solución pasa por dirigirse a asociaciones que apoyen esa lucha, como Ecologistas en Acción o la Fundación Vivo Sano. En algunos casos se puede exigir a las empresas el apantallamiento con láminas ferromagnéticas. Pero, además, hay cosas que podemos hacer en el hogar.

Hay que mantener alejados del cuerpo móviles, tabletas y portátiles, nunca colocarlos sobre las rodillas

https://www.cuerpomente.com/ecologia/medio-ambiente/convivir-con-tecnologia-sin-danar-salud-2_363

 

 

7.

Tenemos un problema muy serio con la radiación electromagnética

 

3 de febrero de 2022

 

Por lo visto, no todos lo tenemos aún. Aunque la mayoría de las personas que conozco están teniendo problemas de salud que no habían tenido nunca -relacionados con la radiación, según los estudios que he podido leer y que resultan muy evidentes-, parece que de momento no son problemas muy severos. En mi caso, voy alternando, dependiendo de la intensidad de la radiación de las antenas cercanas (a las que se suman las estaciones repetidoras de radiofrecuencia que cuelgan en las farolas frente a la casa, y tal vez la no muy saludable torre de alta tensión que se asoma tras el bloque de al lado, colocada a unos 250 metros sobre el monte).
Cuando la enfermedad está provocada por el ambiente, es muy sencillo comprobar esto, la enfermedad remite si uno se mueve a otro lugar, y eso es lo que uno ha comprobado muchas veces. Ahora llevo 1 semana aproximadamente todos los días con los ojos rojos, muy rojos; en ocasiones fatigado hasta perder la energía por completo, el cuerpo nervioso, y más cosas, estando en casa. El otro día fui a la playa de Ereaga con el hermano, comenzaban los aviones a llenar poco a poco los cielos de estelas, y poco a poco se iba cerrando el cielo desde el mar hasta la costa. Frente a la playa, sobre un hotel, hay 4 antenas que cubren toda la zona. A medida que el cielo se cerraba, comenzaba a sentirme mal. Al salir para irnos, sentados para calzarnos cerca de las antenas, mi estado empeora severamente, malestar de estómago y decaimiento de la energía. Nos alejamos y vuelvo a recuperarme. El hermano solo sintió dos pinchazos en la cabeza cuando paseábamos por la orilla del mar. Él también remite a menudo cansancio inexplicable, escozor de ojos, los pinchazos ya le ha pasado más veces en su casa, y alguna cosa más, pero no es algo muy reseñable para él. También vive cerca de antenas, pero no pasa mucho tiempo en casa por su trabajo.

Tengo contacto con mucha gente por redes sociales, que están padeciendo problemas similares. Ayer alguien, defendiendo la vacunación contra el Covid para menores, me pasó un enlace en el que se resaltaban unos cuantos síntomas que los niños están padeciendo. Todos esos síntomas están contemplados como producidos por la exposición continuada a radiación electromagnética. Me resulta sospechoso que ustedes continúen mirando hacia otro lado cuando se les insta a que observen este asunto más de cerca. Me parece ridículo que las personas que han estudiado medicina no estén prestando atención a algo tan evidente. Tal vez en lugar de medicina, hayan estudiado medicación. Pero no sé si se puede esperar mucho de nosotros, cuando vemos cómo mueren personas o desarrollan graves problemas de salud por inocularles una sustancia experimental, y aún así, insistimos en que hay que inoculársela a los niños. Qué crueldad habita en nuestras mentes junto a la indiferencia.

Les dejo una entrevista al catedrático de fisiología Darío Acuña Castroviejo, en la que habla de algunas de las sintomatologías ocasionadas por la exposición a los campos electromagnéticos.

Un saludo y gracias por su atención.

"–¿Con qué dolencias o enfermedades, en especial, los relaciona usted?

–Partiendo de lo expuesto en el punto 1, los CEM causan trastornos neurológicos (irritabilidad, cefaleas, trastornos del ciclo sueño/vigilia, insomnio, somnolencia diurna, alteraciones sensoriales, alteraciones del humor, del carácter, depresión); cardiovasculares (alteraciones del ritmo cardíaco, hipertensión arterial); reproductivos ( alteraciones del ciclo menstrual, infertilidad, disminución de la libido, abortos); tumorigenesis (principalmente leucemias y tumores cerebrales); dermatológicos (dermatitis y alergias); endocrinos (alteraciones cortisol, insulina, hormonas tiroideas), e inmunológicos (alteración del sistema de inmunovigilancia antiinfecciosa y antitumoral), entre otros trastornos. Toda esa sintomatología no es sólo típica de la exposición a CEM, ya que otros factores pueden causarla. De ahí que haya que hacer un buen diagnóstico diferencial siguiendo el historial médico de la persona y mediante una evaluación adecuada".

https://www.irekia.euskadi.eus/es/proposals/4286-tenemos-problema-muy-serio-con-radiacion-electromagnetica

 

 

8.

Cómo protegerse de la radiación electromagnética, por fuera y por dentro de nuestro organismo

 

agosto 4, 2022

 

La contaminación electromagnética cada vez está más presente en nuestras vidas. Rodeados de aparatos electrónicos, que se conectan a su vez con otros, nos envían ondas electromagnéticas de forma constante a nuestros cuerpos, y al resto de seres vivos.

 

Índice

Aparatos electrónicos y redes inalámbricas

Dentro de estos aparatos electrónicos los que más nos afectan de forma constante en nuestros hogares son los teléfonos móviles, aparatos Wifi, microondas y teléfonos inalámbricos, aunque también el resto que tenemos todo el día encendidos, aunque en menor proporción.

En el exterior los que más repercuten en nuestros organismos son las antenas de telefonía móvil o repetidores móviles, en especial el 5G; además de los satélites.

El entorno natural electromagnético de la Tierra podría cambiar, provocando daños irreversibles permanentes a los seres humanos y al resto de seres vivos, antes de que nos dé tiempo a adaptarnos a ese nuevo «medio natural». Una exposición 5G involuntaria, que puede producir un sinfín de enfermedades incapacitantes a largo plazo.

Reducción de la radiación electromagnética

Por ello, lo ideal sería reducir la exposición a esas fuentes de radiación electromagnética. Sobre todo en el horario nocturno para que dé tiempo al organismo a recuperase y a reponerse del daño, pero sería cuestión de evitar esa contaminación electromagnética durante el día.

Para saber la cantidad de ondas electromagnéticas que estáis recibiendo, tú y los tuyos, sería necesario realizar una medición. Podría ser hecha por un profesional, comprando algún aparato para ello o descargando algunas de las aplicaciones para móviles que hay en el mercado, como ElectroSmart.

Protección exterior

Protección interior

Además de protegernos por fuera, estaría fenomenal que lo hiciéramos por dentro mediante suplementos nutricionales y alimentos.

Melatonina

La radiación electromagnética puede ser absorbida por el cerebro. Se sabe que la melatonina, el principal producto secretor de la glándula pineal, es un potente eliminador de radicales libres y antioxidante. 

Sí, además de ser la que se encarga de que podamos tener un sueño reparador, también puede equilibrar y recuperar a nuestro organismo de las radiaciones electromagnéticas. Hay bastantes estudios científicos sobre ello. Por eso, no está demás comenzar a tomar melatonina como suplementación, aunque antes se debe consultar a un profesional de la salud para ello.

Alimentación enfocada a la protección electromagnética

Pero otros estudios científicos apuntan al efecto de la cúrcuma, pero sobre todo de la linaza o de las semillas de lino, estas últimas como radioprotectoras, antes o después de la exposición a la radiación.

Todos los vegetales actúan como protectores de las radiaciones electromagnéticas por su capacidad antioxidante frente a los radicales libres, su función antiinflamatoria, y su capacidad regenerativa, actuando frente a la fatiga y la debilidad.

Aquellos alimentos ricos en carotenos, selenio, vitamina D, vitamina C, vitamina E o en glutatión, ayudan en gran parte; aunque siempre se puede recurrir a los suplementos nutricionales si se necesita mayor dosis, siempre con el control de un especialista. Puedes leer este interesante e-book en el que se especifica el tipo de dieta para prevenir los efectos de la radiación electromagnética. 

Los japoneses saben mucho de esta cuestión, después de haber sufrido en sus propios cuerpos los desastres nucleares, se han dedicado a estudiar como luchar contra esa radicación antes y después de la exposición a la fuente de contaminación electromagética.

La cocina macrobiótica es ideal para ello, y en general, alimentos como el miso, las algas, el pescado salvaje y los alimentos fermentados. En especial, la pasta de umeboshi, que hasta la misma NASA daba a los astronautas para evitar todos los problemas derivados de la radiación.

https://www.concienciaeco.com/2021/05/28/como-protegerse-de-la-radiacion-electromagnetica-por-fuera-y-por-dentro-de-nuestro-organismo/



Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Agosto de 2022
Portal MUNDO MEJOR: http://www.mundomejorchile.com/
Correo electrónico: isp2002@vtr.net