03 de mayo de 2022
Cada año, el 3 de mayo se conmemora
el Día Mundial de la Libertad de Prensa, a fin de promover la reflexión en
torno a la situación de la libertad de prensa, defender los medios de
comunicación de los ataques sobre su independencia, y rendir homenaje a los
periodistas que han perdido sus vidas en el desempeño de su profesión.
La libertad de prensa es clave para
fortalecer la democracia, promover la pluralidad de voces y los derechos
humanos. Ya la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 19
reconoce a la libertad de opinión y de expresión como un derecho humano
fundamental.
En ese marco, es necesario contar
con medidas eficaces que alienten la libertad de prensa, a través de medios
independientes y plurales, y protejan el trabajo periodístico y la integridad
de profesionales de la comunicación.
La pluralidad de voces es un
elemento fundamental para promover la diversidad cultural de la región, la
representación y el respeto de los distintos sectores y actores sociales, como
los pueblos indígenas y otros grupos, para el desarrollo de una sociedad de la información
basada en el diálogo y la participación social.
Asimismo, en el contexto actual, es
necesario tener en cuenta el impacto de la era digital en la libertad de
expresión, la seguridad de los periodistas, el acceso a la información, la
pluralidad de voces y la privacidad.
Los medios de comunicación tuvieron
–y tienen- un papel fundamental para hacer frente a la pandemia del COVID-19.
En ese sentido, en mayo de 2020, la XXXV Reunión de Altas Autoridades sobre
Derechos Humanos del MERCOSUR (RAADH) adoptó la Declaración
de Asunción sobre la Protección y Promoción de los Derechos Humanos en
Situación de Pandemia COVID-19, en la que “se comprometen a impulsar
estrategias para incrementar el acceso a medios tecnológicos y a internet, a
fin de garantizar la educación, la información y la comunicación, especialmente
en el contexto de la pandemia de COVID-19, asegurando la transparencia y el
acceso a información pública precisa y veraz respecto a la pandemia, con la
debida protección de la privacidad y los datos personales de la población”.
Los marcos normativos que
contemplen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la
eliminación de todo tipo de censura directa o indirecta, la promoción del
pluralismo y la protección de periodistas frente a la vigilancia digital son
necesarios para fomentar la libertad de prensa, pero también el derecho a la
información y la libertad de expresión.
El Día Mundial de la Libertad de
Prensa fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, en
cumplimiento de una recomendación aprobada en la 26ª reunión de la Conferencia
General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (UNESCO). Esto, a su vez, fue una respuesta a un llamamiento de
los periodistas africanos que en 1991 elaboraron la histórica Declaración de
Windhoek, Namibia, sobre el pluralismo y la independencia de los medios de
comunicación.
A 30 años de la conferencia
celebrada en Windhoek en 1991, cabe destacar que la comunidad internacional ha
reconocido a la información como un bien común al que toda persona tiene
derecho y que, como tal, es tanto un medio como un fin para el cumplimiento de
las aspiraciones humanas colectivas, incluidos los Objetivos de
Desarrollo Sostenible de la Agenda
2030.
En este Día Mundial de la Libertad
de Prensa, el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR
(IPPDH) recuerda a todos los periodistas y todas las periodistas que sufrieron
la censura, la persecución o la muerte por motivos profesionales, y destaca la
importancia de las políticas públicas con enfoque de derechos humanos para
promover voces múltiples y el desarrollo de sociedades informadas,
participativas, pacíficas, inclusivas, diversas y justas.
https://www.ippdh.mercosur.int/3-de-mayo-dia-mundial-de-la-libertad-de-prensa-la-libertad-de-prensa-es-esencial-para-fortalecer-la-democracia-promover-la-pluralidad-de-voces-y-los-derechos-humanos/
20 abril 2021
(AFP)
El ejercicio del periodismo está al
menos parcialmente bloqueado en más de 130 países, ilustró el martes la
clasificación mundial sobre libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), dando cuenta de una
degradación en algunos países, como Brasil.
En total, está profesión sufre
"graves impedimentos" u "obstáculos" en el 73% de los 180
Estados analizados, mientras que solo 12 países destacan en la zona
"blanca" de la clasificación, gracias a su "buena situación",
indicó la ONG con sede en París.
Esa zona blanca, que representa 7%
de los países respecto a 8% el año pasado, no había sido tan reducida desde la
creación de este índice de referencia en 2013, deplora RSF.
La encabezan Noruega y Finlandia,
mientras que Costa Rica escaló del séptimo al quinto puesto.
A la cola del 'ranking' mundial,
China (177), que "sigue llevando a niveles sin precedentes la censura, la
vigilancia y la propaganda en internet", se mantiene estable delante de
"los peores países totalitarios": Turkmenistán (178), Corea del Norte
(179) y Eritrea (180), según RSF.
Además, la pandemia de covid-19
representó una "forma de oportunidad para algunos Estados que
restringieron la libertad de prensa", indicó a la AFP el secretario
general de RSF, Christophe Deloire.
"Por causa o con el pretexto"
de la crisis sanitaria, los periodistas se enfrentan a un "cierre de
accesos" tanto a las coberturas sobre el terreno como a las fuentes de
información, según la ONG. Esta situación exacerbó la represión en países como
Irán (174) y Arabia Saudita (170).
América Latina, el mayor
desgaste
Por regiones, Europa y América
(Norte, Centro y Sur) siguen siendo los continentes más favorables a la
libertad de prensa, aunque América Latina registra el "mayor
desgaste" este año (+ 2.5%).
Los países latinoamericanos peor
clasificados son Cuba (171, sin cambios), Honduras (151, -3) y Venezuela (148,
-1).
Salvador sufrió la caída más
significativa de la región, (82, -8), puesto que en ese país "los
periodistas tienen muchas dificultades para obtener información oficial sobre
la gestión de la epidemia".
Por su parte, el continente europeo
registra un notable deterioro en el indicador de "Agresiones". Los
actos violentos ascienden a más del doble en el área de la Unión Europea y los
Balcanes, mientras que en todo el mundo es del 17%. Los "ataques contra
los periodistas y las detenciones abusivas" aumentaron sobre todo en
Alemania, Francia (34) e Italia (41).
-
Brasil entra
en la zona roja
Brasil (111), que retrocede cuatro
posiciones, entra en la zona roja, calificada como "difícil".
"Los insultos, la
estigmatización y las humillaciones públicas orquestadas contra los periodistas
se han convertido en la marca de fábrica del presidente (Jair) Bolsonaro, su
familia y su círculo cercano", deplora RSF.
La ONG critica además que tanto
Bolsonaro como el presidente venezolano, Nicolás Maduro, hayan hecho promoción
de medicamentos cuya efectividad nunca ha sido probada por la medicina, como
fue el caso de la cloroquina.
"Afortunadamente,
investigaciones como las del medio brasileño Agência Pública o los detallados
artículos que publican los últimos periódicos independientes venezolanos han
establecido la veracidad de los hechos".
En la zona en rojo también se
encuentran India (142), México (143) y Rusia (150), que "ha desplegado su
aparato represivo para limitar la cobertura mediática de las manifestaciones
por el opositor Alexei Navalni".
"El periodismo es la mejor
vacuna contra la desinformación”, sostuvo en un comunicado Christophe Deloire.
"Por desgracia, su producción
y distribución se ven bloqueadas con demasiada frecuencia por factores
políticos, económicos y tecnológicos, y, en ocasiones, incluso
culturales", agregó.
Según RSF, la estabilidad del
índice de referencia global de la clasificación (-0,3% anual) "no puede
ocultar la situación general si se compara a medio plazo", con una caída
del 12% respecto a 2013.
https://www.swissinfo.ch/spa/el-periodismo-est%C3%A1--bloqueado--en-m%C3%A1s-de-130-pa%C3%ADses--denuncia-rsf/46548792
septiembre
20, 2021
La
Voz de América conversó con el director de Reporteros Sin Fronteras para
América Latina sobre los desafíos actuales de la prensa en la región. Por
quinto año consecutivo, Noruega ocupa el primer lugar en la
clasificación mundial sobre libertad de prensa, seguida por Finlandia,
Suecia y Dinamarca.
BOGOTÁ
—
El aumento del “arsenal de censura”
en uso de parte de las autoridades públicas contra los periodistas, la
judicialización, la impunidad, los graves atropellos contra los profesionales y
las condiciones tóxicas de trabajo son algunos de los problemas más claros que
impactan la libertad de prensa en la región.
Así lo confirmó en entrevista con
la Voz de América
el director de Reporteros Sin Fronteras (RSF) para América Latina, Emmanuel
Colombié, a propósito del informe 'Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021'
elaborado por la organización.
El texto advierte que América
Latina sufrió el peor retroceso (+2,5%) entre los indicadores regionales, una
situación que se vio agravada por la pandemia de COVID-19.
“El coronavirus ha actuado como una
especie de acelerador de la censura”, afirmó Colombié aludiendo a que se trata
de una situación que ocurre a nivel regional y global.
"En varios lugares del mundo y
específicamente en la región, autoridades públicas han utilizado la crisis
sanitaria y el caos para aumentar la arsenal de censura, utilizando el
argumento de que los periodistas están propagando informaciones que no serían
correctas o no podrían, en ese contexto delicado, criticar a la actuación de
los gobiernos”, afirma Colombié.
A la vez calificó la situación de
“grave y preocupante” y de “tóxicas” las condiciones de trabajo en las que se
desempeñan algunos comunicadores.
Por ejemplo, cita Colombié, en
Venezuela (ubicada en el puesto 148) o en Nicaragua (en el puesto 121) muchos
periodistas han sido detenidos por criticar la actuación del gobierno sobre la
crisis sanitaria.
“Unos se fueron a la cárcel, otros
fueron acusados de propagar informaciones falsas” y destacada el caso de Brasil
donde el presidente Jair Bolsonaro hizo “promoción de remedios que nunca han
sido comprobados como eficientes para luchar contra el coronavirus”, explicó.
Sobre Venezuela dijo además el
representante de RSF a la VOA:
“Infelizmente las cosas no cambian... Hay una censura estatal estructural desde
el gobierno del presidente [Nicolás] Maduro, que intenta por todos los medios
posibles silenciar a las voces independientes y críticas con esa, justamente,
la propagación de esa idea de que los periodistas son los enemigos del pueblo”.
Detenciones arbitrarias de
periodistas críticos, confiscación de material de profesionales independientes
y el trabajo en un contexto extremadamente complejo son los retos que, según el
vocero de la organización, se deben enfrentar en Venezuela. Explicó que la
situación es muy similar en Nicaragua.
“Lo que está pasando en Brasil es
gravísimo”, evalúa RSF. Desde la llegada del presidente Bolsonaro, la situación
de libertad de prensa en el país “sigue deteriorándose”.
La pandemia, agrega el director de
la región, actuó como un “revelador” de los problemas que ya existían, con un
presidente, junto a personas cercanas que -según Colombié- “insultan, difaman y
estigmatizan todos los días a los periodistas críticos”.
En Brasil (que ocupa el puesto 111)
-añade- cada vez es más difícil acceder a la información pública y es un país
que les “preocupa mucho…. Es un país prioritario para Reporteros sin
Fronteras”, señala, argumentando males como la impunidad, la concentración de
la propiedad de los medios de comunicación, la judicialización de la censura y
la multiplicación de ataques contra mujeres periodistas.
Además de Brasil, Venezuela y El
Salvador (en el puesto 82 y donde se registra una de las mayores caídas en la
clasificación) se catalogan como las naciones donde los periodistas más
denuncian bloqueos o dificultades para acceder a la información oficial.
En el caso de El Salvador, “desde
la llegada del nuevo presidente [Nayib] Bukele, tenemos una tentativa de
control de los medios de comunicación en el país muy preocupante”, la
dificultad de acceder a informaciones públicas de manera simple y transparente,
y “una falta de pluralismo también que perjudica la libertad de expresión”.
“Lo de lo que está pasando en
Nicaragua es dramático. No habría otra palabra. Tenemos una tentativa de
control total del país por el gobierno de Daniel Ortega. Es un sistema parecido
efectivamente al sistema venezolano, pero que no tiene el mismo histórico”,
sostiene el representante de RSF.
La escasez de papel “es un método
de censura simple pero con un efecto dramático”, señala Colombié, además de las
“falsas auditorías por parte de autoridades administrativas” en medios locales
y “una judicialización de la censura altísima”
Nicaragua pasa por una crisis
política, económica y, según el vocero de la organización, “no tiene tanta
visibilidad como debería tener en los medios occidentales, a nivel general,
pero hay un drama económico social en el país y los medios de comunicación son
cada vez más silenciados”.
En el caso de Honduras, el experto
dice que existe una violencia estructural histórica que no solo atenta contra
los comunicadores, “es un país donde se matan periodistas todos los años, periodistas
que cubren e investigan la corrupción, que investigan los grupos delincuentes,
que generalmente a nivel local están haciendo un trabajo la información
fundamental, que son muy vulnerables porque no tienen el apoyo necesario, no
tienen la visibilidad necesaria para ser defendidos”.
Además de ser un país con altos
niveles de impunidad, al igual que México, donde existen círculos viciosos
“porque la justicia no identifica a los responsables intelectuales de los
ataques contra la prensa”, dice el director de RSF para América Latina.
En el ranking del informe de RSF,
la nación caribeña se ubica en el puesto 171, una posición considerada como
‘muy grave’, debido a que la situación en la isla no cambia, señaló Emmanuel a
la VOA,
donde las propias normas gubernamentales cercan del todo la libertad de
expresión con “un control casi total de la información que circula en la isla”.
Cuba “sigue siendo un país
prioritario también para Reporteros sin Fronteras, porque los que consiguen
expresarse generalmente son muy rápidamente perseguidos, encarcelados y gran
parte de ellos infelizmente tienen que salir del país para seguir trabajando,
lo que es un drama para los propios periodistas, pero también para la sociedad
cubana, como un todo que merece, frente al acceso a la información plural y
diversa, justamente formarse una opinión sobre lo que está pasando normalmente,
internacionalmente”, agrega Colombié.
Recordó además que el gobierno
desacredita el trabajo de la prensa “diciendo que todo lo que huye de la línea
editorial del régimen cubano es mentira o es información falsa”.
Costa Rica es una excepción en la
región porque según la clasificación, está entre los 10 países mejor
clasificados, así como Jamaica.
En la nación centroamericana, dice
Emmanuel, “es posible trabajar como periodista normalmente… Primero, hay un
discurso público, no sólo de la presidencia sino de las autoridades públicas
que valoriza el trabajo de la prensa”, pero además, Costa Rica cuenta con un
marco jurídico, un conjunto de leyes que rigen la labor periodística que podría
considerarse como “una especie de modelo para la región. O sea, las leyes de
Costa Rica permiten a los periodistas trabajar sin sufrir represalias, sobre
todo jurídicas”, agrega.
Tampoco, dice, hay una
concentración excesiva de los medios de comunicación, no hay monopolios, “así
que hay un pluralismo mismo siendo un pequeño país”, añade Colombié, quien
enfatiza en que Uruguay también cuenta con leyes interesantes y que pueden
funcionar en la región.
El periodismo independiente y de
calidad “es la mejor vacuna contra el virus de la desinformación, dice
Colombié, al tiempo que confiesa que el panorama en la región es “bastante
sombrío”.
La solución -dice- debe partir de
los propios periodistas que “tienen que responder a esa crisis de confianza con
más periodismo, con más periodismo de calidad porque, de nuevo, consideramos
que el derecho a la información es tan importante como el derecho a la salud y
que los periodistas son los que tienen justamente la solución a investigar los
hechos: comprobar, verificar, haciendo un trabajo ético”.
Por otro lado -afirma- es
importante que los profesionales denuncien y sensibilicen a la comunidad
internacional sobre las dificultades estructurales que enfrentan los
periodistas.
“Cuando hay autocensura, está la
sociedad también como un todo que sufre, así que si no hay más pluralismo, son
las democracias que sufren”.
https://www.vozdeamerica.com/a/panorama-libertad-prensa-america-latina-reporteros-sin-fronteras/6235645.html
Chile baja 28 puestos en
ranking mundial de libertad de prensa:
Situación es catalogada de
"problemática" El listado elaborado por la ONG Reporteros Sin
Fronteras revela que el 73% de los 180 países evaluados se caracterizan por
situaciones juzgadas "muy graves", "difíciles" o
"problemáticas".
3 de Mayo de 2022
La ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó este martes su ranking anual de
la libertad de prensa a nivel planetario, ubicando a Chile en el puesto 82, lo
que refleja un descenso de 28 lugares respecto de la medición del año pasado,
la cual es liderada nuevamente por Noruega. En su Clasificación Mundial de
Libertad de Prensa 2022, la organización, con sede en París, evalúa el
ejercicio del periodismo en 180 países. Un examen que ha servido para mostrar
los efectos desastrosos del caos informativo, con la multiplicidad de
información falsa y propaganda difundida en internet. En el caso de Chile, la
agrupación afirma que aunque la libertad de prensa está garantizada en la
Constitución y en el ordenamiento jurídico, "no siempre se respeta en la
práctica", por lo que destaca que "el periodismo de investigación
pierde terreno y las agresiones a periodistas se multiplican". En esa
línea, RSF destaca que "el recrudecimiento de las manifestaciones y
protestas, y el cuestionamiento del modelo político actual han dejado al
descubierto las violencias perpetradas contra los periodistas por la policía y
los organismos de inteligencia militar. Las leyes existentes son poco eficaces
para proteger a los profesionales de la información y, a pesar de algunos
avances, los ataques contra los periodistas y los medios siguen quedando
mayoritariamente impunes". La ONG, asimismo, remarca que la población
chilena "demanda cada vez más un mayor pluralismo informativo, lo que
impulsa el desarrollo de medios alternativos, que aún carecen de
profesionalidad y de fuentes de financiación estables". Por estas razones,
Chile bajó 28 lugares respecto del ranking de 2021, donde se ubicaba en el
puesto 54. Esto lo posiciona también en el grupo de países cuya situación ante
la libertad de prensa es considerada "problemática"
"Las leyes existentes son poco eficaces
para proteger a los profesionales de la información y, a pesar de algunos
avances, los ataques contra los periodistas y los medios siguen quedando
mayoritariamente impunes"
Este panorama es
sólo una muestra del escenario mundial, donde el 73% de los 180 países que cada
año evalúa RSF se caracterizan por situaciones juzgadas "muy graves",
"difíciles" o "problemáticas" respecto a la libertad de los
periodistas al desempeñar su trabajo. Esta proporción es idéntica a la del año
pasado, pero el número de países donde la situación es "muy grave"
pasó de
En este sentido destaca que, aunque hay mejoras en Moldavia y Bulgaria, en las
potencias democráticas se observa una polarización mediática en Estados Unidos,
Francia o Polonia. Destaca el descenso de 22 puestos de Países Bajos, que cae
hasta la 28ª posición tras el asesinato en julio de 2021 del investigador de
crimen organizado Peter R. de Vries, fusilado en plena calle en Amsterdam,
recuerda RSF, cada vez más inquieta porque se vuelven a registrar asesinatos de
periodistas en la Unión Europea. En países como Alemania, Francia e Italia se
han notificado además numerosos ataques contra periodistas por parte de
manifestantes contrarios a las medidas gubernamentales para frenar el
coronavirus. RSF utilizó un nuevo método para elaborar su clasificación,
basándose en cinco indicadores (contexto político, marco legislativo, contexto
económico, contexto sociocultural y seguridad).
https://www.emol.com/noticias/Internacional/2022/05/03/1059780/chile-descenso-ranking-libertad-prensa.html
La edición 2021 de la Clasificación
Mundial de la Libertad de Prensa que establece Reporteros sin Fronteras (RSF)
muestra que la principal vacuna contra el virus de la desinformación, el
periodismo, está total o parcialmente bloqueada en el 73% de los países que
analiza la organización.
La Clasificación Mundial
de la Libertad de Prensa, que cada año evalúa la situación de la libertad
de prensa en 180 países y territorios, muestra que el ejercicio del periodismo,
principal vacuna contra el virus de la desinformación, encuentra graves
impedimentos en 73 de los 180 Estados del ranking establecido por RSF, y
obstáculos en otros 59, lo que en total supone el 73% de los países
evaluados. Estas cifras corresponden al número de países coloreados en rojo o
negro en el mapa mundial de la libertad de prensa, es decir, aquellos en los
que el periodismo se encuentra en una “situación difícil” e incluso “muy
grave”, y a los clasificados en la zona en color naranja, donde el ejercicio de
la profesión se considera “problemático”.
El bloqueo del periodismo lo
revelan los datos de la Clasificación, que miden las restricciones de acceso y
los impedimentos a la cobertura de la actualidad. RSF registró un palpable
deterioro del indicador que mide este factor. Por causa -o con el pretexto- de
la crisis sanitaria, los periodistas se enfrentan a un "cierre de
accesos" tanto a las coberturas sobre el terreno como a las fuentes de
información. ¿Se reabrirán cuando acabe la pandemia? El informe muestra una
creciente dificultad para que los periodistas investiguen y divulguen temas
delicados, sobre todo en Asia y Oriente Medio, aunque también en Europa.
El barómetro Edelman Trust 2021
revela una preocupante desconfianza de la ciudadanía hacia los periodistas: el
59% de las personas encuestadas en 28 países creen que los periodistas están
tratando de engañar deliberadamente al público al difundir información que
saben que es falsa. Sin embargo, el rigor y el pluralismo periodístico permiten
contrarrestar la desinformación y las "infodemias", o sea, las
manipulaciones y los rumores.
“El
periodismo es la mejor vacuna contra la desinformación”, afirma el
secretario general de RSF, Christophe Deloire. “Por desgracia, su producción y distribución se ven bloqueadas
con demasiada frecuencia por factores políticos, económicos y tecnológicos, y,
en ocasiones, incluso culturales. Ante la viralidad de una desinformación que
sobrepasa fronteras, a través de plataformas digitales y redes sociales, el
periodismo es el principal garante del debate público basado en una diversidad
de hechos establecidos”.
Por ejemplo, frente a la Covid-19,
los presidentes Bolsonaro en Brasil (111º, -4) y Maduro en Venezuela (148º, -1)
han hecho promoción de medicamentos cuya efectividad nunca ha sido probada por
la medicina. Afortunadamente, investigaciones como las del medio
brasileño Agência Pública o
los detallados artículos que publican los últimos periódicos independientes
venezolanos han establecido la veracidad de los hechos. En Irán (174º, -1), las
autoridades han reforzado su control sobre la información y han multiplicado
las condenas a los periodistas para minimizar mejor la cifra de muertes
relacionadas con la Covid-19. En Egipto (166º), el poder del presidente Al Sisi
prohíbe sin más la publicación de cifras sobre la pandemia que no sean las del
Ministerio de Salud. En Zimbabue (130º, -4) encarcelaron al periodista de
investigación Hopewell Chin'ono poco después de que revelara un escándalo de
malversación de fondos públicos en la compra de material destinado a luchar
contra la epidemia.
Por quinto año consecutivo, Noruega
ocupa el primer lugar de la tabla, aunque los medios han señalado una falta de
acceso a la información pública sobre la pandemia. Finlandia conserva la
segunda posición, mientras que Suecia (3º, +1) recupera el tercer puesto,
perdido el año pasado ante Dinamarca (4º, -1). La edición 2021 de la
Clasificación confirma así que existe cierta forma de "hegemonía
nórdica" o, dicho de una forma menos arrolladora, de "modelo nórdico".
La zona en blanco del mapa de la
libertad de prensa -que indica una situación para el ejercicio del periodismo,
si no óptima al menos sí muy satisfactoria-, nunca se había reducido tanto
desde 2013 [año en que se instauró la metodología actual. Evaluación de la
calificación , N. d. l. R.⦌.
Solo 12 países de 180, el 7% (frente al 8% de 2020), pueden aún jactarse de que
ofrecen un entorno favorable para la información.
En 2021, Alemania (13, -2) ya no
forma parte de ese club privado, como consecuencia de que decenas de
periodistas han sido agredidos por manifestantes cercanos a movimientos
extremistas y conspirativos durante las manifestaciones contra las
restricciones sanitarias.
Sin embargo, la situación de la
libertad de prensa en Alemania sigue siendo bastante buena; como la de Estados
Unidos (44º, +1), a pesar de que el último año del mandato de Donald Trump se
caracterizó por una cifra récord de ataques (casi 400) y detenciones de
periodistas (130), según el US Press Freedom Tracker, del que RSF es socio.
Brasil, que retrocede cuatro posiciones, entra en la zona roja. El país se
incorpora a la parte de la tabla calificada como "difícil": los
insultos, la estigmatización y las humillaciones públicas orquestadas contra
los periodistas se han convertido en la marca de fábrica del presidente
Bolsonaro, su familia y su círculo cercano. En la zona en rojo también se
encuentran la India (142º), México (143º) y Rusia (150º, -1), que ha desplegado
su aparato represivo para limitar la cobertura mediática de las manifestaciones
por el opositor Alexei Navalny.
China (177º), que sigue llevando a
niveles sin precedentes la censura, la vigilancia y la propaganda en internet,
se mantiene estable en la zona más crítica de la Clasificación: la que aparece
coloreada de negro en el mapa mundial de la libertad de prensa. Inmediatamente
después se encuentra el trío de siempre, los peores países totalitarios,
ocupando los últimos lugares. Tanto Turkmenistán (178º, +1) y Corea del Norte
(179º, +1) en el continente asiático, como Eritrea (180º, -2) en África,
mantienen un control absoluto sobre la información. A los dos primeros, dicho
control les ha permitido no declarar ni un solo caso de Covid-19 en su
territorio, por extraño que parezca. Eritrea sigue sin dar la menor información
sobre lo que les ha ocurrido a los diez periodistas detenidos hace 20 años,
algunos de ellos presos en contenedores en mitad del desierto.
En cuanto a los movimientos más
amplios de la Clasificación 2021, cabe destacar que Malasia (119º, -18) registra
el mayor descenso. La reciente aprobación de un decreto "anti-fake
news" otorga al gobierno, entre otras cosas, el poder de imponer su propia
versión de la verdad. Otras caídas significativas son Comoras (84º, -9) y El
Salvador (82º, -8), donde los periodistas tienen muchas dificultades para
obtener información oficial sobre la gestión de la epidemia. Los mayores
progresos del año se encuentran sobre todo en el continente africano. Burundi
(147º, +13), Sierra Leona (75º, + 10) y Malí (99º, + 9) registran notables
avances, que se deben en particular a la liberación de los cuatro periodistas
del medio independiente burundés Iwacu,
a la derogación de la ley que criminaliza los delitos de prensa en Sierra Leona
y a la disminución del número de agresiones en Malí.
Europa y América (Norte, Centro y Sur) siguen siendo los continentes más favorables a la
libertad de prensa, incluso teniendo en cuenta que América Latina registra el
mayor desgaste en las puntuaciones regionales este año (+ 2.5%).
Por su parte, el continente europeo
registra un notable deterioro en su indicador de “Agresiones”. Los actos
violentos ascienden a más del doble en el área de la Unión Europea y los
Balcanes, mientras que en todo el mundo es del 17%. Los ataques contra los
periodistas y las detenciones abusivas han aumentado sobre todo en Alemania,
Francia (34º), Italia (41º), Polonia (64º, -2), Grecia (70º, -5), Serbia (93º)
y Bulgaria (112º, -1).
Si bien el deterioro en el
indicador de “Agresiones” es menor en África, este continente sigue siendo el más violento para
los periodistas, en especial porque la pandemia de Covid-
En Asia y el Pacífico, el virus de la censura se ha extendido
más allá de China, en particular a Hong Kong (puesto 80º), donde la ley de
seguridad nacional de Pekín amenaza seriamente al ejercicio del periodismo.
Australia (25º, +1) experimentó una variante preocupante: como respuesta al
proyecto del gobierno que le exigía a las plataformas pagarle
a la prensa por el contenido publicado en las redes sociales, Facebook decidió
prohibir a los medios de comunicación australianos publicar o compartir
contenidos periodísticos en sus páginas.
La zona de Europa del Este y Asia Central (EEAC) conserva su
penúltimo lugar entre las regiones, debido sobre todo a los acontecimientos en
Bielorrusia (158º, -5): una represión de fuerza inédita cayó sobre los
periodistas para ocultar la realidad de que los resultados de las elecciones
presidenciales suscitaron un amplio rechazo.
No se observaron cambios
importantes en la región de Oriente Medio / Norte de África (MENA), que conserva el último lugar
en la Clasificación. En Argelia (146º) y Marruecos (136º, -3), una justicia
instrumentalizada ayuda a silenciar a los periodistas críticos, mientras que en
Oriente Medio, los países más autoritarios -Arabia Saudita (170º), Egipto
(166º) y Siria (173º, +1)- han aprovechado la crisis sanitaria para reafirmar
su monopolio informativo y para intensificar las prácticas con las que
amordazan a la prensa. En esta región del mundo, que sigue siendo la más dura y
peligrosa para los periodistas, la pandemia de Covid-19 no ha hecho sino
agravar los males de una prensa ya agonizante.
La estabilidad del índice de
referencia global de la Clasificación entre 2020 y 2021 (que registra un
descenso del 0,3%) no puede ocultar la situación general si se compara a medio
plazo: el índice global está un 12% por debajo de su situación cuando se creó,
en 2013.
https://rsf.org/es/clasificacion-mundial-de-la-libertad-de-prensa-2021-periodismo-una-vacuna-contra-la-desinformacion
03/05/2022
La Clasificación Mundial de la Libertad de
Prensa 2022 de Reporteros Sin Fronteras desvela la doble polarización que ha
marcado el rumbo de dicho derecho a nivel mundial. Las asimetrías siguen
estando presentes en las diferentes regiones a nivel mundial, muchas de las
cuales han visto el deterioro del ejercicio periodístico. La guerra en Ucrania,
el caso de Julian Assange y los cambios de gobierno en algunos países
marcan el balance.
Polarización y caos informativo. La
Clasificación
Mundial de la Libertad de Prensa de 2022 de Reporteros sin Fronteras
(RSF) expone las disparidades existentes en la manera en que se ejerce el
periodismo en 180 países y territorios del mundo.
El reporte de este año da cuenta de
las asimetrías que existen entre “sociedades abiertas” y “regímenes despóticos
que controlan a sus medios y sus plataformas”. Al mismo tiempo, muestra un
creciente “caos informativo” derivado de los espacios digitales exentos de
regularización.
La edición de 2022 viene con un
récord de países en situación “muy grave” para la libertad de prensa, con 12
países en total, entre los que se encuentran Belarús (153), Rusia (155), Birmania (176), Corea del Norte
(180), Eritrea (179), Irán (178), Turkmenistán (177) y China (175).
Una situación que contrasta con la
de los tres países nórdicos, Noruega, Dinamarca y Suecia, en los que “la
libertad de expresión se realiza en todo su esplendor”.
Las disparidades a nivel
regional
El complejo panorama de la prensa a
nivel mundial puede ser visto más particularmente en las diferentes
regiones.
Según el informe, la situación de
Medio Oriente es una de las más preocupantes. Varios periodistas han
muerto ejerciendo su profesión en países como Líbano o Yemen, en el puesto 130
y 169 respectivamente.
Una situación a la que se le suman
las amenazas en Internet y los ataques a los que se han tenido que enfrentar
los reporteros.
En dicha región, los periodistas
palestinos son especialmente vulnerables, dos fueron asesinados en la ofensiva
militar por parte de Israel en la franja de Gaza. En Irán también empeoraron
las condiciones para la libertad de prensa debido a un aumento en las
detenciones, las condenas y los periodistas encarcelados en precarias
condiciones.
La libertad de prensa en la región
Asia-Pacífico también se vio debilitada. Reporteros sin Fronteras recalca dos
acontecimientos: el golpe de
Estado militar en Myanmar y la toma del poder por parte de los talibanes en
Afganistán. Dos hitos que derivaron en mayor persecución a los
periodistas.
La zona está marcada por la
pretensión de ciertos gobiernos de controlar toda la información como el
de Corea del Norte, en el último puesto de la calificación, y el de China, en
la posición 175.
Los regímenes considerados como más
democráticos tampoco están exentos de la vulneración de dicho derecho. Ese es
el caso de India (150), Sri Lanka (146) o Filipinas (147) en donde se expande
la presión a los periodistas.
África, por su parte, está llena de
contrastes. En el documento se resaltan el caso de Senegal (73) o Sudáfrica
(35) como lugares en los que se ha avanzado en el cuidado de dicho derecho.
Pero es un balance muy diferente el que se vive en otros países, especialmente
en el Sahel, como Mali (111) y Benín (121), donde se ha deteriorado la
seguridad de los periodistas.
El Norte de África ha conocido un
importante retroceso. “Nunca ha sido tan preocupante”, asegura RSF. Esto, sobre
todo, en países como Argelia (134), Marruecos (151) y Libia(143).
El informe da cuenta
de que “el derecho a la información se ha visto aún más perjudicado por la
profusión de leyes represivas que penalizan al periodismo en Internet. A su vez, la proliferación de rumores,
propaganda y desinformación han debilitado al periodismo y el acceso a una
información de calidad”.
Sin embargo, resaltan la aparición
de “coaliciones de periodistas de investigación”; un hecho que ha
permitido avanzar unos pasos hacia la mejora de la libertad de expresión en la
región.
Censura y persecución: el
balance de América Latina
“En casi todo el continente, los
periodistas desarrollan su labor informativa en un entorno cada vez más
deteriorado y tóxico”, sentencia RSF.
Un ambiente en el que crecen las
dificultades económicas, el acceso a la información, los ataques, las campañas
de difamación y la desconfianza frente al periodismo.
Destacan países como Brasil
(111), Cuba (173), Venezuela (148), Nicaragua (160) y El Salvador (112) en
donde los medios han sido cada vez más estigmatizados por la retórica de los
gobiernos.
El caso de Nicaragua es uno
de los más preocupantes. Tras descender 39 posiciones, el país ocupa el puesto
160. Una caída que se
explica por la persecución a los periodistas por parte del Gobierno de Daniel
Ortega.
A su lado está el caso de El Salvador, en la posición
112. Esto debido a las amenazas del presidente Nayib Bukele a los periodistas
“críticos con su administración, creando así la imagen de una prensa enemiga
del pueblo”.
Finalmente, está México, el país con más
muertes reportadas de periodistas.
La vulneración de la
libertad de prensa, otra arista de la guerra en Ucrania
Un hito que se suma al panorama de
la libertad de prensa en la actualidad es la guerra
en Ucrania. Esta ha derivado en asesinatos de reporteros y en una censura
“inédita”, según dice el informe.
Desde que comenzó la invasión rusa
en febrero, al menos cinco periodistas han muerto en el territorio ucraniano.
En la propia Rusia los medios y los periodistas también se han visto afectados.
“El poder ha asumido el control
total de la información, instaurando una censura de guerra creciente, el
bloqueo a los medios y la caza a los periodistas críticos, que los empuja al
exilio masivo”, reza el informe.
Este también da cuenta de que
la situación en dicho país ya se venía deteriorando desde 2021 con la Ley de
Agentes Extranjeros “y las persecuciones ligadas a la cobertura del opositor
Alexéi Navalny, actualmente en prisión”.
Europa: un panorama marcado
por la pandemia y el caso Assange
Europa es un escenario dispar
en cuanto a la libertad de prensa. Noruega se lleva el primer puesto, sin
embargo, varios son los acontecimientos
que han debilitado este derecho en diferentes países del continente.
Ese es el caso de los asesinatos de
dos periodistas en Grecia y en Países Bajos. Al que se le suman otros dos
perpetrados en 2020 en Malta y Eslovaquia.
La pandemia, como en otras
regiones, ha marcado el balance. Esto, porque en las manifestaciones en contra
de las medidas sanitarias se presentaron reportes de agresiones físicas en
países que están en los primeros 60 puestos de la calificación como en Francia,
Alemania e Italia.
El caso de Julian Assange, se ha
constituído como un hito. “RSF ha luchado sin cuartel durante este período para
que el caso de Julian Assange no siente un peligroso precedente para todos
aquellos que, como él, contribuyen al periodismo”, marca el comunicado.
Según el informe, la pretensión británica de extraditar al fundador de Wikileaks a Estados Unidos marcaría el camino de la libertad de expresión en el viejo continente.
https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20220503-libertad-de-prensa-balance-reporteros-sin-fronteras
03 mayo 2022
Hoy,
con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, queremos recordar la
importancia primordial de asegurar que los periodistas y los trabajadores de
los medios de comunicación puedan trabajar con libertad, independencia y
seguridad, sin obstáculos, amenazas o represalias violentas. Cada día se nos
recuerda lo vital que es la información que proporcionan para la democracia, la
promoción y protección de los derechos humanos, la lucha contra la corrupción,
el desarrollo sostenible y la preservación de la paz y la seguridad
internacionales.
Nuestros respectivos órganos han
adoptado múltiples resoluciones, declaraciones y compromisos sobre la seguridad
de los periodistas, incluyendo la resolución de la Asamblea General de la ONU
de 2021 sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad
(A/RES/76/173), la resolución del Consejo de Derechos Humanos de 2020 sobre la
seguridad de los periodistas (A/HRC/RES/45/18), y la Declaración de Windhoek+30
de 2021 sobre la información como bien público (Resolución
Al conmemorarse este año el 10º
aniversario del Plan de Acción de la ONU, acogemos con beneplácito los
considerables avances logrados en la última década en la aplicación del Plan.
Aplaudimos a los gobiernos que han hecho de la seguridad de los periodistas una
prioridad, dentro y fuera de sus fronteras, y destacamos la importante
contribución de las organizaciones de la sociedad civil que se han comprometido
a promover la libertad y la seguridad de los medios de comunicación. Sin
embargo, persisten demasiados retos, como los altos niveles de impunidad de los
delitos contra los periodistas, el aumento del número de periodistas detenidos
y el incremento del acoso judicial contra ellos, la violencia en línea, el uso
de herramientas de vigilancia para obstaculizar el trabajo de los periodistas,
el aumento de los ataques contra las mujeres periodistas y el incremento de los
asesinatos en entornos no conflictivos.
Mientras nos embarcamos en la
última década para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda
2030, es importante recordar la contribución de la libertad de expresión, la
libertad de prensa y el acceso a la información a todos los demás derechos,
como la educación de calidad, la erradicación de la pobreza y el acceso a la
justicia y al cuidado de la salud.
Por este motivo, con la mirada
puesta en otros 10 años de progreso en la defensa de la seguridad de los
periodistas, la libertad de expresión y el acceso a la información para todos,
hacemos un llamamiento a los Estados Miembros, el sistema de las Naciones
Unidas, los organismos regionales, la sociedad civil, el poder judicial y todos
los actores implicados para que unan sus fuerzas en la promoción de los
objetivos del Plan de Acción de las Naciones Unidas. Trabajando juntos para
reforzar su aplicación y para alcanzar la meta 16.10 de los ODS, podemos seguir
construyendo un entorno más seguro y propicio para los periodistas y los
trabajadores de los medios de comunicación, y proteger el derecho de cada
ciudadano a una información fiable y, muchas veces, vital.
https://www.ohchr.org/es/statements/2022/05/joint-statement-safety-journalists-occasion-world-press-freedom-day-2022
03/05/2022
En su clasificación anual, publicada este
martes, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) sitúa a Rusia en el
puesto 155, es decir entre los mayores enemigos de la libertad de informar. RSF
señala que la invasión a Ucrania fue preparada por una "guerra de
propaganda” que, como explica a RFI
un periodista y sindicalista ruso, fabricó una “realidad paralela”
para la audiencia.
Este Día Mundial de la
Libertad de Prensa sabe especialmente amargo en Rusia. La guerra en Ucrania
vino a darle el tiro de gracia a los derechos de los periodistas, como explica
Pilar Bernal, vicepresidenta de Reporteros sin Fronteras.
“Vladimir Putin llevaba mucho
tiempo creando todo un armazón legislativo para coartar la libertad de prensa,
y esta guerra ha servido de pretexto para endurecer más la situación de los
periodistas críticos con las políticas del Kremlin y, en concreto, contra esta
ofensiva bélica”, sostiene.
“Ahora se enfrentan a peores multas
y a la amenaza de tener que afrontar 15 años de cárcel si vierten ideas
independientes o planteamientos más o menos libres de lo que está haciendo el
Kremlin en Ucrania. Ese armazón legislativo enjaula aún más la ya debilitada y
frágil libertad de prensa en Rusia”, subraya Bernal.
Incluso para los medios que no han
sido suspendidos las condiciones de trabajo se han visto afectadas. Andrei Jvirblis
es periodista en una radio privada y es también secretario del sindicato de
periodistas y trabajadores de medios en Rusia. Su labor se desarrolla en un
clima hostil, asegura.
"Es realmente muy duro
trabajar cuando hay temas que no te dejan abordar. El ambiente de trabajo
cambió, hay más tensiones entre colegas, y eso no era el caso antes. Es como
una guerra civil psicológica. Hay algunos que están a favor de la guerra y eso
es muy duro. Y además hay muchos colegas que se fueron. Cientos que se exiliaron
en Europa”, dice a RFI.
Jvirblis explica que en la otra
esquina está la propaganda de Estado, tan sofisticada que el público no parece
tener conciencia de lo que es real y lo que no.
"La gente no quiere hacer
esfuerzos para buscar información imparcial y alternativa, porque consideran
que es más sencillo prender el televisor y mirar la propaganda. Desde mi punto
de vista de profesional, la máquina propagandística es increíble. Logra
perfectamente recrear una realidad paralela", deplora.
El 15 de abril pasado, el Kremlin
cortó el acceso a nuestra emisora Radio Francia Internacional (RFI).
https://www.rfi.fr/es/europa/20220503-mosc%C3%BA-logra-recrear-una-realidad-paralela-con-su-m%C3%A1quina-propagand%C3%ADstica-dice-periodista-ruso
03/05/2022
Caos informativo, desinformación y una doble
polarización que incide en la fractura interna de los países. Estas son las
principales conclusiones de la última Clasificación Mundial de Libertad de
Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que alerta de los riesgos de un
espacio digital global y falto de regularización. En su informe, publicado
este 3 de mayo con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la
organización, con sede en París, evalúa el ejercicio del periodismo en 180
países.
https://www.rfi.fr/es/sociedad/20220503-es-seguro-ser-periodista-en-2022
La Clasificación Mundial de la
Libertad de Prensa de Reporteros Sin Frontera evalúa desde 2013 la situación en
la que se encuentra el periodismo de 180 países.
La edición de 2019 muestra que el
número de países donde los periodistas pueden ejercer su labor sin correr
peligro se sigue reduciendo.
Particularmente, los países con
regímenes autoritarios han perdido lugares en este ranking mundial, por
ejemplo, Venezuela perdió cinco lugares, mientras que Rusia y Vietnam perdieron
un lugar.
En suma, el 40% de estos 180 países
fueron clasificados como países con situaciones difíciles y muy difíciles para
ejercer el periodismo.
Los países con la situación más
difícil para ejercer el periodismo se localizan al noreste de áfrica, en medio
oriente y en oriente, y Cuba, en América Latina.
Además de los siete periodistas
asesinados en lo que va de 2019, también a un periodista ciudadano y a un
colaborador les fue arrebatada la vida por ejercer su profesión.
Hasta la fecha, se tiene registro
de que 170 periodistas han sido encarcelados (223 de ellos en Arabia Saudita)
así como 150 periodistas ciudadanos (50 de ellos en China) y 16 colaboradores.
Fuente: https://www.mexicosocial.org/ejercer-el-periodismo-rsf-libertad-de-prensa/
Según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la libertad de expresión es un derecho fundamental:
"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".
La libertad de los medios de comunicación y el acceso a la información fortalecen, a mayores, el objetivo de desarrollo de empoderar a las personas. El empoderamiento es un proceso pluridimensional social y político que ayuda a las personas a tomar el control de sus propias vidas. Esto solo se puede conseguir mediante el acceso a información precisa, justa e imparcial, que represente una pluralidad de opiniones, y a los medios para comunicar activamente de manera vertical y horizontal, participando de este modo en la vida activa de la comunidad.
Sin embargo, para hacer de la libertad de expresión una realidad debe existir un entorno jurídico y normativo que permita el surgimiento de un sector mediático abierto y pluralista. También deben existir voluntad política para apoyar al sector y Estado de derecho para protegerlo; además, el acceso a la información debe estar garantizado por ley, especialmente a la información de dominio público. Por último, los destinatarios de la prensa deben tener un conocimiento necesario de los medios de comunicación para poder sintetizar y analizar la información que reciben de forma crítica y utilizarla en su día a día, y también para responsabilizar a los medios de comunicación de sus acciones.
Estos elementos, junto con los profesionales de los medios de comunicación que deben cumplir los más elevados criterios éticos y profesionales planteados por los expertos, constituyen la infraestructura fundamental en la que la libertad de expresión puede prevalecer. Partiendo de esta base, los medios de comunicación funcionan como un vigilante, la sociedad civil se relaciona con las autoridades y quienes han de tomar las decisiones, y la información fluye entre las diferentes comunidades.
El combustible que pone en marcha ese motor es la información y por lo tanto el acceso a la información es de máxima importancia. Las leyes de libertad de información, que permiten el acceso a la información pública, son esenciales, pero también lo son los medios que ponen esa información a disposición de los ciudadanos, ya sea mediante las TIC o el simple intercambio de documentos.
Los medios de comunicación abiertos y plurales son quizá de mayor valor cuando solo proporcionan un espejo en el que la sociedad pueda verse reflejada. Estos periodos de reflexión son de gran utilidad a la hora de definir los objetivos de la comunidad, y pueden contribuir a corregir momentos en que la sociedad y sus líderes han perdido el contacto o quedan a la deriva. Se aprecia cada vez más cómo este papel ha recaído en el sector mediático de las comunidades más pequeñas, ya que los imperativos financieros alejan a las compañías mediáticas de estos principios fundamentales y las llevan a núcleos de beneficio que no atienden a las poblaciones más pequeñas o excluídas.
A continuación figuran algunos de los mecanismos a través de los cuales se puede alcanzar el empoderamiento de la comunidad:
Para que los ciudadanos participen en el debate público y puedan pedir cuentas a sus propios gobiernos y a otros (elementos clave de la vida en democracia participativa), los ciudadanos deben tener acceso a medios de comunicación libres, pluralistas, independientes y profesionales. No se puede dar por sentada la idea de que la comunicación y el diálogo entre los diferentes miembros de la sociedad va a ocurrir de manera natural; los medios de comunicación proporcionan una vía para acceder a la información y propiciar el diálogo.
Impulsando el discurso democrático - Los medios de comunicación pueden desempeñar el papel de vigilantes que informan sobre las actividades de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado. La pluralidad de medios de comunicación es la clave para que esto suceda, ya que existe gran cantidad de material sobre el que informar y además permite asegurar que se escuchen distintas opiniones. Los medios de comunicación permiten que los ciudadanos estén informados y participen en la sociedad a la que pertenecen, lo que genera un empoderamiento real. La cobertura informativa precisa, justa e imparcial es la mejor defensa contra la ignorancia y la toma desinformada de decisiones.
En todas las facetas de la vida comunitaria, los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental como vasos comunicantes de la información y posibles catalizadores del activismo y el cambio. Por ejemplo, la cuestión del desarrollo pueden tener un efecto polarizador en una comunidad, abarcando un debate que puede ir desde los beneficios económicos a los impactos medioambientales, pasando por las preocupaciones sobre la calidad de vida en general. A través de los medios de comunicación, puede surgir un debate informado y limpio de amenazas, que puede producir resultados positivos para todos los participantes. En estos casos, los medios de comunicación aseguran que las voces de una comunidad cuenten tanto como los intereses financieros de los inversores de cualquier projecto particular.
Es cada vez más evidente que la responsabilidad de una cobertura informativa precisa, justa e imparcial es de vital importancia para la respetabilidad y relevancia de los medios de comunicación en la sociedad, y para que una comunidad pueda cumplir su función en una democracia. Sin la participación informada de su ciudadanía, la caída de una democracia es irremediable. Si los que están en el poder manipulan a los periodistas, los medios de comunicación se convierten en una herramienta de propaganda que hunde a la sociedad en la ignorancia, la indiferencia y la desesperación.
La libertad de prensa hoy en día sigue sin estar garantizada en muchas partes del mundo. El asesinato de periodistas es inadmisible, no solo porque viola los derechos humanos de los individuos, sino también porque es perjudicial para la buena gobernanza y la democracia, y principalmente para el flujo de información precisa y fiable. Por otra parte, los avances en las TIC brindan un mayor potencial a los medios de comunicación para llegar a más gente en más lugares y, en la práctica, proporcionan acceso a la información para los ciudadanos y les permiten expresar sus opiniones. Las TIC ofrecen la posibilidad de una distribución amplia y rápida de la información, y de que la transparencia y la buena gobernancia se conviertan en realidades prácticas.
Aunque muchos medios de comunicación han dispuesto facilidades para la participación de la audiencia y en ese respecto se han vuelto más accesibles para las personas a las que sirven, la accesibilidad y la especifidad de propósitos están definidos en los medios de comunicación comunitarios mejor que en ninguna otra clase. Actualmente, la radio es el medio de comunicación comunitario más extendido en los países en desarrollo, porque tanto su producción como el acceso a ella son baratos, puede cubrir grandes áreas y no está afectada por el analfabetismo.
La radio comunitaria se define más por sus objetivos que por su tamaño o su ubicación. Normalmente evoca la actitud popular y tiende a favorecer el flujo libre de opiniones e ideas. Pretende educar y entretener, informar y divertir, y crear una gran carpa bajo la que sus oyentes puedan relacionarse y desafiarse los unos a los otros, así como a sus líderes políticos. Estas operaciones tienden a ser más pequeñas, basadas en y administradas por la comunidad y dependientes del apoyo local, que puede incluir la publicidad pero que normalmente se refleja en las donaciones y el voluntariado. Los medios de comunicación comunitarios suelen llenar el vacio dejado por las grandes compañías mediáticas, que operan bajo imperativos diferentes que pueden, a menudo, no incluir a las poblaciones infrarrepresentadas o excluídas en una sociedad.
Aunque no siempre es así, las mujeres y los jóvenes suelen encontrar en los medios de comunicación un hogar para exponer sus problemas que fomenta su participación. La inclusión de las mujeres sigue siendo un reto de desarrollo, ya que normalmente se las excluye de los procesos de toma de decisiones en sus propias sociedades, a pesar de ser el primer punto de contacto de muchas cuestiones de salud y educación. Del mismo modo, debe prestarse más atención a la inclusión de los jóvenes en los medios de comunicación y al desarrollo de sus conocimientos mediáticos.
A largo plazo, los medios de comunicación locales pueden crear narrativas coherentes del desarrollo de una región y ayudar a las personas a formular objetivos y planes para mejorar su situación. Los medios de comunicación pueden ayudar a contextualizar los programas nacionales de desarrollo en el marco de una comunidad y acercar esos objetivos a sus beneficiarios previstos. Los medios de comunicación locales más eficaces pueden también ayudar a las personas a entender la historia y evolución de la opresión o la discriminación y darles la perspectiva necesaria para tomar decisiones racionales para salir de ella. Con esta información, las personas tienen los medios para participar en los procesos democráticos y dar forma a su propio futuro a nivel local y nacional.
Los periodistas profesionales son el núcleo de un entorno mediático reputado. Sin embargo, no son en absoluto los únicos que informan activamente sobre el mundo que los rodea. Las nuevas tecnologías están proporcionando oportunidades sin precedentes a los ciudadanos para informar a otros. En situaciones de crisis, los ciudadanos que informan como periodistas pueden constituír el único modo de exponer de cara al público las violaciones de los derechos humanos y otros delitos de naturaleza criminal o medioambiental. Los reportajes ciudadanos pueden ser también un modo de luchar contra la censura, a través del seguimiento de protestas o de la inestabilidad política. Si la información se descentralizara, la censura sería menos efectiva porque ya no podría circunscribirse exclusivamente a los medios de comunicación propiamente dichos.
Las nuevas tecnologías no solo están cambiando la dinámica de los medios de comunicación en lo que al contenido se refiere, sino que también son un factor significativo a la hora de crear nuevas formas de interactuar con la audiencia. Los blogs, los teléfonos móviles y otros muchos dispositivos en línea están poniendo a los productores de contenido en contacto más directo con los destinatarios de los mismos. La respuesta puede ser instantánea. Por primera vez en la historia de la industria mediática, especialmente en los mercados más desarrollados, hay tanta cantidad de información procedente de los consumidores como la que les llega a estos a través de los medios de comunicación, tanto tradicionales como nuevos. La gestión de estos flujos bidireccionales de información se está volviendo cada vez más importante para el futuro de la industria mediática, cuyas entidades están reforzando los vínculos entre ellas, creando una conexión más que propiciará mayores expectativas para escuchar a los usuarios. Fomentar la participación es, por tanto, la clave de la supervivencia de los medios de comunicación en un mercado competitivo, y además les proporcionará una oportunidad de relacionarse con la audiencia. Desde el punto de vista de ésta, significa la posibilidad de tener influencia en el contenido de un modo muy activo y permite a los individuos acceder a una plataforma predefinida a través de la cual pueden compartir sus opiniones.
La información puede cambiar nuestra visión del mundo que nos rodea, nuestro lugar en él, y cómo ajustamos nuestras vidas para maximizar los beneficios disponibles a partir de nuestros recursos locales. La toma de decisiones basada en hechos puede alterar significativamente nuestra perspectica política, social y económica. El derecho al acceso a la información puede ser interpretado en el marco legal que apoya la libertad de información, ya que se aplica a la información en manos de los órganismos públicos o, en un sentido más amplio, abarca tanto el acceso como la circulación de información en manos de otros agentes, en cuyo caso pasa a estar intrínsecamente ligado a la libertad de expresión. La libertad de información y la transparencia que ésta promueve tienen una consecuencia directa en la lucha contra la corrupción, que a su vez produce un impacto tangible en el desarrollo. El antiguo presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, solía considerar la corrupción gubernamental como el obstáculo principal para el desarrollo, y el sector mediático independiente como la herramienta primordial para luchar contra la corrupción pública.
La información es poder. La libertad de información y la libertad de expresión luchan contra la concentración de la información en las manos de unos pocos. Por supuesto, toda información está sujeta a diversas interpretaciones, y por este motivo, la función de un sector mediático abierto y pluralista como centro de intercambio de información es fundamental para entender mejor cualquier cuestión. En lo que se refiere a fomentar el empoderamiento de los ciudadanos, la libertad de información es el núcleo de una democracia participativa. Consideremos las consecuencias de que un electorado desinformado acuda a las urnas; consideremos las consecuencias de que se frenen o se manipulen los flujos de información en tiempos de crisis política o conflictos étnicos. La libertad de información promueve un sentido auténtico de pertenencia a una sociedad y, por lo tanto, otorga sentido al concepto de ciudadanía.
Los aspectos prácticos del acceso a la libertad de información no garantizan ese acceso. Aunque los gobiernos se convirtieran en modelos de divulgación a través de la llamada "gobernanza electrónica", poniendo su información en la red, las personas sin medios para acceder a esa información no estarían más empoderadas. La conexión a internet y los recursos informáticos se han vuelto imprescindibles para el acceso ilimitado a la información, así como a las noticias nacionales e internacionales, e incluso simplemente para proporcionar una pluralidad de opciones de medios de comunicación. Si la falta de conexión o equipamiento puede resaltar la división digital y la consiguiente disparidad de conocimientos que separa a los países en desarrollo de los desarrollados, algunos grupos dentro de un país pueden quedar más excluídos por esa imposibilidad de acceder a información a través de internet.
No debemos subestimar la importancia del acceso a las tecnologías y a las infraestructuras, de las que muchas partes del mundo todavía sufren una cruel falta. ¿Qué pueden significar realmente los conceptos de "revolución digital" o "sociedad de la información" para ese 80% de la población mundial que sigue sin tener acceso las instalaciones básicas de telecomunicaciones? ¿O para los aproximadamente 860 millones de individuos analfabetos? ¿O para los dos mil millones de habitantes del planeta que siguen sin tener electricidad? La prioridad de reducir la brecha digital en todos los aspectos está, por tanto, completamente justificada.
Aprender a usar las nuevas tecnologías o, en otras palabras, adquirir nociones básicas en materia de información y medios de comunicación debe ser el objetivo principal, dado que estos avances pertenecen al área del acceso a la información y de su intercambio.
Es prioritario asegurar la libertad de los medios de comunicación en todo el mundo. Los medios de comunicación independientes, libres y pluralistas son fundamentales para una buena gobernanza en las democracias, tanto incipientes como antiguas. Los medios de comunicación libres pueden asegurar la transparencia, la responsabilidad de las instituciones y el Estado de derecho, promueven la participación en el discurso público y político y contribuyen a la lucha contra la pobreza. El sector mediático independiente obtiene su poder de la comunidad a la que sirve y a cambio empodera esa comunidad para que sea un miembro a todos los efectos del proceso democrático.
La libertad de información y la libertad de expresión son los principios fundamentales de un debate abierto e informado. Las nuevas tecnologías continuarán evolucionando y permitirán cada vez más a los ciudadanos que continúen formando a su entorno mediático y que accedan a una pluralidad de fuentes. La combinación del acceso a la información y la participación ciudadana en los medios de comunicación solo puede contribuir a incrementar el sentido de pertenencia y empoderamiento.
El 3 de mayo fue proclamado como el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1993, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, siguiendo la recomendación de la Conferencia General de la UNESCO. La fecha se eligió para que coincidiera con el aniversario de la Declaración de Windhoek, en la cual los representantes de medios de comunicación africanos que participaban en un seminario organizado por la UNESCO en la capital de Namibia, elaboraron un documento donde se recogían los principios de la libertad de prensa.
Según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la libertad de expresión es un derecho fundamental.
https://www.un.org/es/observances/press-freedom-day/background