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Humana Intuición

 Proemio

“La intuición es un proceso de conocimiento tan real como el conocimiento racional. Es común a todas las personas, se apoya en toda la información inconsciente que recibimos y se manifiesta en forma de impresiones, sensaciones e imágenes”

La intuición es el alma que nos habla, confiar en nuestra intuición nos ayudaría a tomar mejores decisiones.

Desarrollo

1.
Cuán poderosa es la intuición y cuándo te conviene confiar en ella

Cuando le preguntaron a Albert Einstein sobre el origen de su genialidad, no dudó en responder: "Creo en la intuición y en la inspiración. A veces siento que estoy en lo cierto aunque aún no sepa que lo esté".
Era mucho mejor confiar en esos instintos y probarlos más tarde que descartarlos de plano, le dijo al Saturday Evening Post en 1929.
El físico no era el único con esa filosofía. También fue, al parecer, una gran parte de la estrategia de Coco Chanel. "La moda está en el aire, nace del viento. Uno la intuye", dijo.
Ya sea que estés buscando un apartamento nuevo, considerando un posible nuevo trabajo o juzgando la honestidad de alguien, es posible que tengas una corazonada inefable cuando algo está bien o mal, sin poder articular por qué razón.  
Puede ser tentador considerar nuestros instintos viscerales como una especie de "sexto sentido" misterioso, pero no hay necesidad de apelar a lo paranormal para explicar la intuición.
En las últimas dos décadas, los psicólogos y neurocientíficos han logrado grandes avances en la identificación de sus fuentes y su papel esencial en nuestras vidas.
A lo largo del camino, su investigación ha identificado las situaciones específicas en las que es probable que nuestra intuición nos lleve por el camino correcto y las veces que nos lleva por mal camino: un conocimiento que puede ayudarnos a todos a tomar mejores decisiones.
La mente en el cuerpo
La comprensión científica de la intuición comienza con un juego de laboratorio conocido como el "Juego de azar de Iowa".
A los participantes se les presentan cuatro pilas de cartas en una pantalla de computadora. Cada vez que voltean una carta, reciben una recompensa monetaria o una penalización.
Dos de los mazos tienden a ofrecer recompensas relativamente grandes, pero penalizaciones aún mayores, lo que significa que, en muchos turnos, conducirán a una pérdida. Los otros dos mazos ofrecen recompensas relativamente pequeñas pero penalizaciones aún menores, lo que significa que son la opción más segura.
A los participantes no se les dice qué barajas van a ser rentables, pero después de unos 40 intentos, muchas personas empiezan a tener una corazonada de cuáles les darán mayores ganancias.
La mente no consciente de los participantes, al parecer, ha comenzado a notar los patrones de las ganancias y pérdidas, incluso si no pueden explicar la razón por la que están tomando estas decisiones, más allá de tener una "corazonada".
Es importante destacar que las mejoras en el rendimiento a menudo siguen cambios fisiológicos sistemáticos a medida que los participantes toman sus decisiones.
Cuando comienzan a jugar con los mazos más arriesgados, por ejemplo, la mayoría comienza a mostrar una respuesta de estrés, como un ligero cambio en el ritmo cardíaco y sudoración en la piel.
Estos cambios, conocidos como "marcadores somáticos", parecen actuar como una advertencia que evita que el participante tome una decisión equivocada, y pueden ser la base de la sensación de tener una corazonada.
Sin este tipo de intuición, las personas pueden encontrarse con serios problemas en la vida real.
Algunos pacientes neurológicos son incapaces de formar marcadores somáticos, por ejemplo. Sin intuición que los guíe, a menudo quedan atrapados en la "parálisis de análisis" cuando se les pide que elijan.
Y cuando toman una decisión, no ven los riesgos en lo que están haciendo. Pueden invertir todo su dinero en una mala propuesta comercial, por ejemplo, en situaciones en que otros habrían tenido un fuerte instinto de desconfianza en la empresa.
Tales observaciones sugieren que nuestras intuiciones son una parte esencial de nuestro conjunto de herramientas para la toma de decisiones, que no deben ser pasadas por alto.
El ojo experto
La evidencia de la importancia de la intuición es más fuerte en los estudios de detección de mentiras.
La gente tiende a ser más precisa al juzgar la honestidad de alguien si se les pide que lo hagan por instinto, que cuando se les pide que piensen y verbalicen sus razones.
En otras situaciones, la fuerza de nuestras intuiciones dependerá del alcance de nuestras experiencias.
El cerebro inconsciente rebusca en su conocimiento almacenado para encontrar la mejor respuesta a nuestros problemas, sin que recordemos conscientemente los recuerdos precisos que alimentan esos sentimientos.
Vinod Vincent, profesor asociado de Clayton State University en Georgia, EE.UU. lideró un estudio en 2021 en el que se le presentó a los participantes respuestas de muestra de una variedad de candidatos que solicitaban empleo y les pidió que eligieran la mejor opción.
A algunos se les pidió que siguieran sus instintos. ("Su decisión debe basarse en su primera impresión sobre los candidatos", se les dijo).
A otros, pidió que usaran la deliberación, la lógica y el análisis. ("Considere cuidadosamente toda la información disponible antes de tomar una decisión", se les dijo. "Ignore cualquier primera impresión o elección basada en el instinto").
Los estudiantes de pregrado que no tenían experiencia en reclutamiento pudieron determinar qué candidatos se destacaban, pero tras aplicar un escrutinio deliberado, sopesando los pros y los contras de cada uno. Cuando intentaron usar su intuición, generalmente fueron menos precisos.
Este no fue el caso de los expertos que habían trabajado como reclutadores; tenían instintos muy precisos sobre qué candidato sería el más apropiado, sin necesidad de pensar, paso a paso, en todos los diferentes criterios. Y cuanta más experiencia tenían, mejores eran.
"Si es un experto, conocerá todas las idiosincrasias que pueden hacer que un candidato sea bueno en el trabajo, incluso si es difícil de articular", dice Vincent.
Vincent enfatiza que los instintos viscerales de las personas no deben reemplazar el pensamiento analítico, y debemos ser conscientes del hecho de que a veces pueden verse influenciados por sesgos inconscientes, como racismo, discriminación por edad o sexismo.
En general, sin embargo, su investigación confirma que los sentimientos intuitivos de un experto pueden ser fuentes importantes de información y deben desempeñar algún papel en el proceso de toma de decisiones.
No lo pienses demasiado
El poder de la toma de decisiones intuitiva puede ser especialmente importante cuando procesamos un gran volumen de información compleja que es demasiado difícil de recordar con precisión.
En estos casos, podemos beneficiarnos de dejar que nuestras mentes divaguen hacia otra actividad no relacionada, mientras el cerebro inconsciente analiza los datos y toma la decisión por nosotros.
En una serie de experimentos, los investigadores presentaron a los participantes detalles extensos sobre una serie de apartamentos.
Después de formarse sus primeras impresiones, se animó a algunos de los participantes a sopesar conscientemente las diferentes opciones antes de hacer su elección.
Se le pidió al resto que probara una serie de anagramas, una distracción diseñada para evitar que los participantes usaran su procesamiento analítico para tomar una decisión sobre los apartamentos.
Sorprendentemente, los investigadores encontraron que los participantes que habían pensado más detenidamente en su elección eran considerablemente menos propensos a elegir el apartamento que tenía, objetivamente, la mayor cantidad de atributos atractivos.
Sus intentos de analizar las diferentes opciones habían enturbiado su juicio, llevándolos a elegir una de las opciones menos deseables.
Las personas que se habían distraído con los anagramas, en cambio, se vieron obligadas a confiar en sus impresiones intuitivas, que resultaron ser más precisas.
Si bien algunos estudios han indicado que podemos ir con nuestra primera impresión de inmediato, a menudo parece ser una ventaja retrasar la decisión mientras nos enfocamos en alguna otra actividad.
Según Marlène Abadie, psicóloga cognitiva de la Universidad de Aix-Marseille en el sur de Francia, la pausa permite que la mente inconsciente forme una esencia precisa de la información compleja que se ha presentado, lo que a su vez aumentará la precisión de nuestro juicio intuitivo.
Esta guía puede ser útil en muchos escenarios similares en los que nos estamos formando nuestras impresiones después de una sobrecarga de información, dice ella.
"Podría ser relevante siempre que tengas que elegir entre varios productos de consumo que se describen por varios atributos: un teléfono celular, una computadora, un televisor, un sofá, una nevera o un horno".
Mientras compras estos artículos, puedes optar por ir a tomarte un café y hojear una revista, por ejemplo, antes de tomar tu decisión final.
Inteligencia emocional
Según las últimas investigaciones, la calidad de los instintos de una persona puede depender de su inteligencia emocional (IE) general. Y al aprender a fomentar nuestra IE, podemos fortalecer nuestra toma de decisiones intuitiva.
Los psicólogos evalúan la IE mediante una serie de preguntas que miden, por ejemplo, la capacidad de las personas para identificar las emociones expresadas en los rostros de los demás y su capacidad para predecir los cambios en el estado de ánimo de alguien, dadas sus circunstancias.
Jeremy Yip, profesor asistente de administración en la Universidad de Georgetown en Washington, DC, comparó recientemente los puntajes de IE de las personas con su desempeño en el Juego de azar de Iowa.
Mientras que la mayoría de los participantes parecían mostrar una mayor respuesta de estrés cuando consideraban elegir los mazos "malos", las personas con una IE más baja siempre malinterpretaban sus propias señales corporales.
Para estos participantes con una IE más baja, una mayor respuesta de estrés parecía actuar como un estímulo para arriesgarse y, en última instancia, perder. Simplemente no parecían reconocer el sentimiento como una advertencia.
"Es posible que hayan malinterpretado los signos como excitación, por lo que se volvieron más arriesgados", dice Yip.
Afortunadamente, es posible entrenar la IE.
Anna Alkozei de la Universidad de Arizona en Tucson, EE.UU., diseñó recientemente un curso en línea con módulos que animaban a los alumnos a pensar más detenidamente sobre las formas en que se pueden percibir las diferentes emociones y las formas en que sentimientos como la excitación fisiológica pueden influir en la toma de decisiones.
Tomando dos lecciones a la semana durante tres semanas, los participantes de Alkozei mostraron una mejora significativa en una prueba de IE, y esto se tradujo en un mejor desempeño en el Juego de Iowa. Los participantes en un grupo de control, que en cambio tomaron un curso en línea sobre el medio ambiente, no mostraron tales mejoras.
Si deseas afinar tu intuición, entonces, primero puedes tratar de ponerte en contacto con tus emociones de manera más general, cuestionando cuidadosamente qué es exactamente lo que sientes y las fuentes de ese estado de ánimo.
Con el tiempo, puede que te resulte más fácil discernir cuándo estás recibiendo una señal genuina y precisa.
Tus instintos nunca serán completamente infalibles, pero con la práctica pueden convertirse en una guía importante.

https://www.bbc.com/mundo/vert-cap-61163612 


2. 
¿Qué es realmente la intuición?
La intuición es la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.
Seguro que más de una vez te has dejado llevar por tu intuición para tomar una decisión o catalogar a una persona que acabas de conocer pero ¿Qué es realmente la intuición? Y sobretodo ¿Es fiable?
La intuición es la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.
 
La información que nos aporta la intuición tiene dos grandes valores: es pura y es rápida:
Aunque a la intuición se le da una connotación mágica, en realidad funciona a través del análisis de detección de patrones. A través de los datos almacenados en el inconsciente, el cerebro consciente puede reaccionar de manera rápida sin un análisis racional de la situación.
 
Esto no quiere decir que usemos la intuición para cualquier decisión vital, es importante tener presente el conocimiento empírico, científico y filosófico.
 
La mezcla de intuición y razón es una buena combinación para el éxito.

Algunos consejos para desarrollar nuestra intuición:  
https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/que-es-realmente-la-intuicion


3.
Intuición
Te explicamos qué es la intuición, cómo se llega a ella y sus características. Además, cómo diferenciarla de lo que no es intuición
¿Qué es la intuición?
Cuando se habla de intuición o, popularmente, de “una corazonada”, generalmente se hace alusión a la capacidad de percibir o conocer de inmediato algún aspecto de la realidad que nos rodea, sin que en ello intervengan el raciocinio ni la capacidad deductiva.
Es decir, que las cosas intuidas son aquellas que se conocen a través de caminos no racionales y a menudo no conscientes, que no puede explicarse ni verbalizarse siquiera. Por eso, popularmente se las ha considerado como fruto de pensar “con el corazón” o en lugar de con la cabeza, ya que en el imaginario tradicional la cabeza se asocia con las ideas, y el corazón con los sentimientos o con el mundo de la subjetividad.
Sin embargo, el término intuición, proveniente del latín intuitio, “mirar hacia adentro”, aparece en diversas jergas filosóficas y psicológicas, a menudo como equivalente del conocimiento evidente. Fue objeto de estudio de los filósofos del racionalismo, el empirismo y el criticismo, en la Edad Moderna, aunque en la actualidad es estudiada por la psicología y la neurología. En el lenguaje popular suele emplearse como sinónimo de presentimiento.
Ver además: Conocimiento intuitivo
Características de la intuición
La intuición se caracteriza, a grandes rasgos, por:
¿Qué cosa no es la intuición?
Aunque a veces se las tome como sinónimos, la intuición no es lo mismo que la premonición, la magia ni alguna suerte de telepatía, cosas que están más del lado de la ficción que del lado de lo real. Por el contrario, la intuición es un proceso de pensamiento bastante real.
Podemos hablar de la intuición cuando hemos adquirido algún conocimiento de manera inconsciente, como si sectores de nuestra mente operaran sin nuestro consentimiento y de pronto nos llegaran con una solución. Pero no puede hablarse de intuición como de un superpoder, ni de una suerte de magia mental.
Un buen ejemplo de qué es la intuición nos lo brinda la informática, área en la cual se tilda de “intuitivo” a los modelos informáticos que son fáciles de comprender, o sea, que se guían por algo similar a un “sentido común”. Esto quiere decir que una persona, sin necesidad de estudiarlo o sin grandes y largas explicaciones, es capaz de comprender por sí mismo cómo debe operar dicho sistema.

https://concepto.de/intuicion/


4.
Así afectan los instintos a nuestras decisiones (y por qué a veces conviene ignorarlos y a veces no)
Imagina al director de una gran empresa anunciando una decisión importante y justificándola con una corazonada o un presentimiento.
Seguramente tendría que enfrentarse a un público incrédulo. Pero ¿de verdad las decisiones importantes deben siempre reflexionarse de manera cuidadosa, deliberada y racional?
Lo cierto es que confiar en tu intuición generalmente tiene una mala reputación, especialmente en la parte occidental del mundo donde el pensamiento analítico se ha fomentado constantemente en las últimas décadas.
Poco a poco, muchos han asumido que los humanos pasamos de depender de un pensamiento primitivo, mágico y religioso al pensamiento analítico y científico.
Como resultado, ven las emociones y la intuición como herramientas que pueden fallar o engañar. Sin embargo, esta actitud se basa en un mito del progreso cognitivo.
Las emociones no son siempre tontas respuestas que deben ser ignoradas o corregidas por habilidades racionales. La intuición o los presentimientos también son el resultado de una gran cantidad de procesamiento que ocurre en el cerebro.
Estudios apuntan a que el cerebro es una gran máquina de predicción, que compara constantemente la información sensorial entrante y las experiencias actuales con el conocimiento almacenado y los recuerdos de experiencias previas, prediciendo qué vendrá después.
Esto se encuadra en lo que los científicos llaman el "marco de procesamiento predictivo".
Esto asegura que el cerebro esté siempre preparado para enfrentar la situación actual de la mejor manera posible. Cuando ocurre un desajuste (algo que no se predijo), nuestro cerebro actualiza sus modelos cognitivos.
Esta coincidencia entre modelos anteriores (basados en experiencias pasadas) y la experiencia actual ocurre de manera automática e inconsciente.
La importancia de la experiencia
Las intuiciones ocurren cuando el cerebro ha establecido una coincidencia o desajuste significativo (entre el modelo cognitivo y la experiencia actual), pero esto aún no ha alcanzado tu conocimiento consciente.
Por ejemplo, puedes estar conduciendo por una carretera rural cuando de repente tienes la intuición de conducir más hacia una orilla de la vía.
Sigues conduciendo y ves que acabas de esquivar un gran bache que podría haber dañado tu auto. Te alegra haber confiado en tu instinto, incluso sin saber de dónde vino.
En realidad, el vehículo que estaba a mucha distancia delante de ti hizo un movimiento parecido en la carretera (ya que son personas locales y conocen el camino), y tú te diste cuenta de ello sin registrarlo de manera consciente.
Cuando tienes mucha experiencia en un área concreta, el cerebro tiene más información para que coincida con la experiencia actual y esto hace que tus intuiciones sean más fiables.
Esto significa que, al igual que con la creatividad, tu intuición puede mejorar gracias a la experiencia.
El pensamiento intuitivo se describe como automático, rápido y subconsciente. El pensamiento analítico, por otro lado, es lento, lógico, consciente y deliberado.
Muchos creen que esa división determina que los dos tipos de procesamiento (o "estilos de pensamiento") son opuestos.
Sin embargo, una investigación reciente demostró que el pensamiento analítico e intuitivo pueden suceder al mismo tiempo.
De hecho, los dos estilos de pensamiento son complementarios, pueden funcionar en equipo y muchas veces los empleamos juntos.
Incluso una investigación científica puede comenzar con un conocimiento intuitivo que permita a los científicos formular innovadoras ideas e hipótesis, y luego pueden ser validadas mediante pruebas y análisis rigurosos.
Desventajas del pensamiento analítico
Es más, aunque se cree que la intuición es descuidada e inexacta, el pensamiento analítico también puede ser perjudicial.
Estudios han demostrado que el pensamiento excesivo puede obstaculizar seriamente nuestro proceso de toma de decisiones.
“El pensamiento analítico e intuitivo generalmente no están correlacionados y podrían suceder al mismo tiempo".
En otros casos, el pensamiento analítico puede consistir simplemente en justificaciones posthoc o racionalizaciones de decisiones basadas en el pensamiento intuitivo.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando tenemos que explicar nuestras decisiones sobre dilemas morales. Esto ha hecho que algunas personas se refieran al pensamiento analítico como el "secretario de prensa" o el "abogado interno" de la intuición.
A menudo no sabemos por qué tomamos decisiones, pero queremos tener motivos para hacerlo.
“Para cada situación que implique una decisión basada en nuestra evaluación, debemos considerar si nuestra intuición ha evaluado la situación de manera correcta".
Entonces, ¿deberíamos confiar en nuestra intuición, dado que ayuda a nuestra toma de decisiones? La respuesta es complicada.
Debido a que la intuición se basa en un procesamiento evolutivamente más antiguo, automático y rápido, también es víctima de errores como los sesgos cognitivos.
Del mismo modo, dado que el procesamiento rápido es antiguo, a veces puede estar un poco desactualizado.
Pensemos por ejemplo en un plato de rosquillas. Si bien es posible que tengamos tentación de comer todas, es poco probable que necesitemos esa gran cantidad de azúcares y grasas. Sin embargo, en tiempos de los cazadores-recolectores, abastecerse de energía habría sido un instinto sabio.
Por lo tanto, para cada situación que implique una decisión basada en nuestra evaluación, debemos considerar si nuestra intuición ha evaluado la situación de manera correcta.
Si es evolutivamente antigua, implica un sesgo cognitivo y no tenemos experiencia, entonces debemos confiar en el pensamiento analítico. De lo contrario, no deberíamos dudar en confiar en nuestro pensamiento intuitivo.
Es hora de detener la caza de brujas contra la intuición y verla tal como es: un estilo de procesamiento subconsciente rápido y automático que puede proporcionarnos información muy útil que el análisis deliberado no puede.
Necesitamos aceptar, en definitiva, que el pensamiento intuitivo y analítico deben funcionar en conjunto, y contrastar uno y otro a la hora de tomar decisiones difíciles.
https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-44545501


5.
Descubre cómo entrenar la intuición y toma mejores decisiones
El proceso cognitivo inconsciente puede ayudarte para salir con éxito de situaciones difíciles
Decía Albert Einstein que “la mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que rinde honores al sirviente y ha olvidado al regalo”. El también conocido como sexto sentido poco tiene que ver con el universo extrasensorial y es uno de los grandes aliados para salir con éxito de situaciones difíciles. Líderes y personalidades como Steve Jobs, Bill Gates o Helena Rubinstein, entre muchos otros, se han servido de ella en su ascenso hacia el éxito.
“La intuición es un proceso de conocimiento tan real como el conocimiento racional. Es común a todas las personas, se apoya en toda la información inconsciente que recibimos y se manifiesta en forma de impresiones, sensaciones e imágenes”, indica Isabel García Méndez, autora de “Piensa, intuye y acertarás. Aprende a desarrollar tu intuición”.
Incluso la ciencia ha demostrado cómo puede ayudarnos a tomar mejores decisiones. “Se puede definir como la capacidad de comprender una situación de manera instantánea”, comparte Patricia R. Abelairas, coach y directora de Emotivación.
Según un estudio desarrollado por PwC, el 58% de las decisiones estratégicas que se adoptan en la empresa se toman por intuición. “La intuición es un camino más rápido que el habitual para tomar una decisión y eso en los tiempos que corren, donde la tecnología está introduciendo constantemente cambios vertiginosos, resulta fundamental”, añade García, también profesora del taller Las claves para desarrollar la intuición en entornos empresariales de La Salle Escuela de Negocios.
Potenciar el liderazgo, gestionar mejor la incertidumbre o detectar nuevas oportunidades son algunos de los aspectos en los que puede ayudar. Aunque esta herramienta no solo es poderosa en el ámbito laboral. “Funciona muy bien en las relaciones humanas porque es un área en la que todos aceptamos seguirla: nos acercamos intuitivamente a quien nos gusta y nos alejamos de aquella persona con la que no tenemos feeling”, señala la docente.
¿Cómo funciona?
El proceso cognitivo intuitivo se nutre de información a través del inconsciente. La mente se abastece de toda la información que se acumula en nuestro cerebro y de la que no somos conscientes. “Hay quien se atreve, incluso, a cuantificarlo y, así, sostienen que mientras la mente consciente es capaz de prestar atención a 9 trozos de información y 40 estímulos por segundo, la inconsciente capta un millón de veces más información y recibe hasta 40 millones de estímulos por segundo de forma simultánea”, explica Isabel.
Contamos con datos almacenados de los que realmente no tenemos noticias y que son muy útiles. “Se almacenan en un nivel neurológico por debajo de la conciencia. Por eso, a veces tomamos decisiones que parece que van en contra de toda lógica pero que resultan ser muy convenientes”, argumenta en esta ocasión Patricia.
Para saber trabajar con la intuición es importante no confundirla con otro tipo de impulsos como opiniones, deseos o reflexiones. “Debemos estar atentos a las señales intuitivas repentinas como palabras, frases, imágenes, sensaciones, emociones y procurar registrarlas en la conciencia antes de que sucumban a la inevitable censura de la mente racional”, añade la coach.
Uno de los escollos más importantes con los que se topa esta capacidad es la dificultad de razonamiento de la misma. “En un mundo donde se da prioridad al lenguaje y a la conceptualización, resulta más sencillo desechar una intuición porque no se puede explicar que atreverse a seguirla”, comenta Isabel. Por ello, no existen personas más intuitivas, sino aquellas que confían más en esta capacidad que otras.
Sí que se puede trabajar
Pero hasta quienes se guían por la vía más racional del conocimiento, pueden sintonizar con la intuición. Se trata de una capacidad que se puede entrenar. “La mejor manera de trabajar la intuición es conectando con la manera en que nuestro cerebro absorbe, almacena, procesa y trabaja esa información inconsciente”, comparte la autora.
En su libro, Piensa, intuye y acertarás. Aprende a desarrollar tu intuición ha desarrollado un método para mejorarla. Lo denomina HAD, un acrónimo de higiene (limpiar la mente de todos los frenos y límites que condicionan la intuición), ampliación (gimnasia mental que implica un desarrollo sensorial, una ambicerebralidad y un análisis racional) y desconexión (para hacer accesible la información inconsciente de la que se nutre la intuición, es preciso “desconectar” el consciente).
Por ejemplo, para trabajar la higiene García propone el cortocircuito emocional, o lo que es igual, conseguir un estado de calma. “Basta con contar hasta diez antes de tomar una decisión”. Jugar a ver caras en nubes o piedras es otra de sus propuestas, esta vez para mejorar la ampliación. “Esto ayuda a estimular la visión y a desarrollar el pensamiento lateral”.
Por su parte, Patricia recomienda un ejercicio que consiste en hacerse preguntas con respuesta sí/no como ¿esta persona es de fiar? ¿Me conviene este negocio? “Luego será fundamental estar atentos a las señales. El cerebro filtrará automáticamente la información que es relevante para nosotros: escucharemos una frase en una canción o en una conversación; veremos algo escrito en algún sitio…”, añade. La coach recomienda además seguir las señales, ya que de lo contrario el sistema intuitivo caerá en desuso.
https://www.lavanguardia.com/vivo/lifestyle/20181218/453522497016/descubre-como-entrenar-intuicion.html


6.
Intuición, el paso previo a la razón 
01/07/2020
La intuición es aquella facultad que nos permite actuar sin necesidad de la deliberación y nos puede llevar a la acción en momentos difíciles. Está presente además en muchas de las actividades cotidianas; el desarrollo de sus potencialidades nos puede permitir obtener mejores respuestas antes del proceso analítico, el cual es vital para validar y respaldar nuestras decisiones.
A lo largo de nuestra vida y en ocasiones, a veces sin darnos ni cuenta, gran parte de nuestras decisiones no son precisamente el resultado de la razón meditada, sino, más bien, de la intuición espontánea que ha llevado a la psicología y la neurociencia a su investigación detallada, permitiendo determinar que estas provienen de complejos procesos inconscientes de la mente.
¿Qué es la intuición?
El diccionario de la lengua española define intuición como “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”. Y fue el mismo Albert Einstein que se refirió a ella declarando “La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un siervo fiel, hemos creado una sociedad que honra al siervo y ha olvidado el don.”
Durante mucho tiempo se nos ha inculcado que la calidad de una decisión está directamente relacionada con el tiempo y el esfuerzo dedicados en adoptarla, que obtendremos mejores resultados recopilando una mayor cantidad de información y deliberando sobre ella durante todo el tiempo que sea posible; pero en ciertas ocasiones, sobre todo en situaciones de alto estrés, la intuición nos puede llevar a tomar decisiones inmediatas que pueden ser tan buenas o mejores que las más prudentes y deliberadas.
Como no mencionar la importancia que tiene la intuición en personas que han visto reducida sus capacidades por el detrimento de sus sentidos, viéndose en la necesidad de agudizar su conocimiento y sensibilidad para continuar con su vida, o la importancia que reviste la intuición en las relaciones interpersonales, donde queda de manifiesto que muchas veces funciona mejor que la misma razón.
¿Cómo opera la intuición?
El cerebro es una gran máquina de predicción, que compara constantemente la información sensorial entrante junto a las experiencias actuales con el conocimiento almacenado y los recuerdos de experiencias previas, prediciendo qué vendrá después, es lo que los científicos llaman “marco de procesamiento predictivo”. Las intuiciones ocurren cuando el cerebro ha establecido una coincidencia o desajuste significativo, entre el modelo cognitivo y la experiencia actual, cuando aún no ha alcanzado el conocimiento consciente.
¿Cómo podemos mejorar nuestra capacidad intuitiva?
Mediante la experiencia obtenida como resultado de la debida práctica y el correcto aprendizaje, lo anterior dotará a nuestro cerebro de una mayor y mejor información, permitiendo contrastar esta con la experiencia circunstancial y, por consiguiente, obtener que las intuiciones sean más precisas y confiables. Lo anterior esta directamente relacionado con la actitud y confianza de las personas, que serán, en definitiva, quienes exteriorizarán sus intuiciones tranformándolas en acciones.
Intuición versus razón
La intuición no reemplaza a la razón, más bien la complementa,
ambas estñan supeditadas a la oportunidad y/o al tiempo disponible para su ejecución, porque sería difícil presenciar a una autoridad nacional anunciando una decisión importante para la nación justificándola por una intuición, sin haber efectuado la respectiva evaluación que pueda respaldar su desición.
El físico-matemático Mario Bunge en su libro Intuición y Razón (2013), señala que la intuición difiere de la razón y, a menos que nos propongamos disminuir la distancia entre ellas, se obstaculizarán mutuamente: la intuición ineducada bloqueará al razonamiento, y a su vez el razonamiento equivocado o fuera de lugar malogrará a la intuición valiosa. En cambio, la intuición educada es razón, y la razón familiar es intuitiva.
Conclusión
La intuición es una poderosa facultad con que cuentan todas las personas, pero más desarrollada en unas que otras; su importancia ha sido minimizada en beneficio de la razón y el pensamiento analítico, pero así como podemos aprender a pensar de manera lógica y deliberada, también lo podemos hacer respecto a los juicios instantáneos. Para mejorar nuestra capacidad intuitiva es muy importante la aprehensión de un debido conocimiento y experiencia, lo que, sumado a la confianza personal y la voluntad, serán herramientas vitales para el proceso de toma de decisiones donde las condiciones no permitan un raciocinio mayor.

http://revistamarina.cl/es/articulo/intuicion-el-paso-previo-a-la-razon 

 7.
7 estrategias para desarrollar la intuición
Varias técnicas imprescindibles para potenciar una cualidad útil: la intuición.
Una de las claves para tener éxito en la vida y en los negocios es la intuición. Las personas con gran capacidad para intuir son capaces de guiarse con mucho más acierto por los senderos de la vida.
La intuición se define como aquella habilidad para conocer, entender o percibir algún aspecto interesante de la realidad de forma clara, aun sin la intervención de nuestro escrutinio racional. Es decir, que la intuición nos permite tomar buenas decisiones de forma rápida y efectiva, nos advierte de ciertos peligros y nos ayuda a crearnos una visión más amplia sobre las cosas que nos rodean.
1. Básico: confía en tus pálpitos
Va a ser muy complicado que logres desarrollar la intuición si constantemente niegas su influencia sobre tus decisiones diarias. Para mejorar tus habilidades intuitivas debes empezar por otorgarles una cierta credibilidad, la suficiente como para, por lo menos, tener en cuenta las corazonadas que tengas diariamente.
Ocurre a menudo: tienes que tomar una decisión importante en tu vida, y uno de los posibles caminos, aunque desde el plano racional parece buena idea, no te genera buena espina. Hay algo en ese camino posible que, aunque racionalmente no puedes expresarlo con palabras, no te genera la suficiente confianza. En este momento, tu intuición te está dando una señal de alerta: ese camino no parece el más deseable.
Es bastante probable que te hayas librado de ser atropellado gracias a un pálpito, a una intuición súbita que te hizo pararte de golpe justo cuando un coche iba a arrollarte. No tuviste tiempo para pensar que estabas en peligro, simplemente notaste algo y evitaste el accidente. Cuando la emoción que nos genera algo (o alguien) es más bien negativa, estamos ante una intuición. Nuestra voz interior tiene esta capacidad para hacernos notar que hay algo que no nos convence. Tenemos que potenciar nuestro pensamiento heurístico, para lograr que sea capaz de responder eficazmente a las exigencias del día a día.
2. Diferenciar entre prejuicio e intuición
Cuidado: los prejuicios no son comparables a la intuición (o a las corazonadas). Los prejuicios son ideas preconcebidas que nos hacen tener cierta aversión hacia determinadas personas por su origen étnico, religioso, cultural o social, o bien por algún otro rasgo de su físico y personalidad que asociamos inconscientemente a algo negativo.
Debemos intentar diferenciar claramente entre prejuicio e intuición. La intuición debería ser una brújula emocional, pero es importante que logremos distinguir entre emociones e ideas preconcebidas o que nos han inoculado culturalmente. Si nuestra intuición nos manda señales de aviso para que no confiemos al 100% en alguien, debemos tratar de sopesar hasta qué punto esa señal está interferida por ciertos prejuicios y estereotipos que podamos tener en contra de ese “tipo de persona”, y fijarnos de no estar influidos negativamente por alguna experiencia pasada.
3. Practica meditación y Mindfulness
Todo lo que nos ayude a conocernos mejor a nosotros mismos va a redundar en una mejora de nuestra intuición. Prácticas milenarias de meditación, e incluso filosofías como el Mindfulness tienen beneficios claros para nuestra mente: nos hace más capaces de absorber estímulos e información, incluso cosas que antes nos pasaban desapercibidas. Además, estas técnicas de meditación nos reportan un mayor equilibrio emocional.
La meditación exige una práctica continuada. No vale que te pongas a meditar un día y ya está: hay que entender que es un hábito que requiere de mucha constancia. ¿Cómo practicarlo? Simplemente, ponte cómodo en un lugar donde haya pocos elementos disruptivos, pon la espalda recta y relájate. Poco a poco, la ansiedad, el estrés y las preocupaciones cotidianas se irán esfumando, a base de una buena técnica de respiración. Aprovecha para escuchar tu voz interior, esa que está tan íntimamente ligada con la habilidad para la intuición.
Con la meditación también conseguimos desvanecer el estrés y es una buena manera de aumentar nuestra concentración y creatividad. Solo tiene ventajas.
4. Una técnica curiosa: la visualización de paisajes
Hay varias técnicas muy potentes para desarrollar la intuición. Una de ellas es la visualización. ¿Cómo funciona?
1.      Primero, debes cerrar los ojos y centrarte en tu respiración. Acomódate y trata de encontrar un espacio agradable.
2.      Prueba a visualizar un paisaje que te transmita seguridad y buenas vibraciones. Obsérvalo con atención e intenta reparar en todos los detalles existentes: el aire, los aromas, los colores, los detalles… Guarda en tu memoria todos los detalles posibles.
3.      Respira pausadamente y en profundidad, y vuelve a abrir los ojos. Seguramente notarás que te sientes mucho más a gusto. Y, además, habrás mejorado tu intuición, sobre todo si practicas esta técnica habitualmente.
5. Sueños lúcidos y el inconsciente
¿Has tenido alguna vez un sueño lúcido? Seguramente, tu respuesta será que sí. Casi todos, en alguna ocasión, hemos logrado dominar nuestros sueños mientras dormíamos, pudiendo manejar a nuestro antojo lo que sucedía en él.
Esta capacidad para controlar nuestro inconsciente durante el sueño puede ayudarnos a ser más conscientes de la realidad, y por tanto a aumentar nuestra intuición.
¿Cómo tener sueños lúcidos? Justo antes de dormirte, cuando estés reposando en la cama, piensa y reflexiona sobre aquellas cosas que más te han llamado la atención durante el día. Intenta dar respuesta a aquellas preguntas que quedaron sin responder, o a las intenciones de las personas con las que has compartido algo. Esto logrará activar tu imaginación y estimulará tu inconsciente para que empiece a pensar de forma creativa.
No es algo muy frecuente, pero si sigues este paso, es más probable que logres tener sueños lúcidos. Al despertar, no olvides anotar en una libreta el contenido de tus sueños, y juega a darle una interpretación personal.
6. La visualización de cuerpos geométricos
La visualización es clave a la hora de mejorar nuestra intuición. Esto ocurre porque nos permite acceder a ciertas habilidades cognitivas relacionadas con nuestra capacidad para anticiparnos y describir la realidad basándonos en elementos sueltos. Nos ayuda a integrar información y a crearnos un mapa mental sobre la realidad.
La visualización con cuerpos geométricos nos permite estimular nuestra inteligencia visual y espacial, que también está relacionada con nuestra creatividad. La técnica es la siguiente:
1.      Cierra los ojos e imagínate una pantalla blanca justo enfrente de ti.
2.      Intenta proyectar (imaginar) que, en esa pantalla, aparece un cuerpo geométrico bidimensional, como por ejemplo un cuadrado, un círculo o un triángulo. Mantén esa imagen visual dos minutos y luego pasa a imaginar otra figura cualquiera.
3.      Reposa unos minutos y luego vuelve a cerrar los ojos, imaginando varias figuras combinadas entre sí: por ejemplo, un cuadrado dentro de un círculo. Ve complejizando el ejercicio con otros cuerpos: un cuadrado dentro de un círculo que están, a su vez, rodeados por un inmenso triángulo.
7. Desarrolla la empatía y practica
La empatía es esa cualidad mediante la cual podemos ponernos en el lugar de otra persona, entendiendo y solidarizando con sus circunstancias y opiniones.
La intuición también nace de esta habilidad para interpretar correctamente las emociones y sentimientos ajenos. Puedes practicar esta habilidad intentando intuir qué están pensando o sintiendo otras personas y, si tienes la suficiente confianza con ellos, les puedes preguntar si estabas en lo cierto. Te sorprenderás de lo relativamente sencillo que es, de forma intuitiva, adivinar el estado de ánimo de alguien.

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8. Intuición
(Del latín intuitus, mirada, de intueri, fijar la mirada)
  
En un sentido ordinario y general, puede entenderse como tal el «pálpito» o el «presentimiento» que alguien se atribuye cuando dice saber algo sin ser consciente de las razones por las que lo sabe. Así se habla, por ejemplo, de la intuición femenina o de alguien que juega y gana a la bolsa por intuición. Son fenómenos psicológicos complejos, cuya interpretación incumbe a la psicología. En sentido filosófico, se define como un conocimiento inmediato, en el que el objeto conocido es captado directamente por la facultad correspondiente, la sensibilidad o el entendimiento.Como conocimiento, la intuición puede referirse a una u otra de las facultades mencionadas; en el primer caso se trata de conocimiento intuitivo sensible, o experiencia de lo particular y concreto, y en el segundo, de un posible conocimiento intuitivo de carácter intelectual de un principio, una idea o un concepto, conocimiento que generalmente no se admite o, por lo menos, cuyo sentido es muy discutible. Como conocimiento inmediato, la intuición elimina todo tipo de proceso o elemento intermedio entre el sujeto que conoce y el objeto conocido (la filosofía tradicional dice: sin medio quod, ni quo ni ex quo): excluye, por ejemplo, la mediación de la inferencia, de la abstracción o del concepto, o de algún otro objeto o procedimiento intermedio. Desde Kant queda claro que no existe la intuición intelectual y que, si se habla de intuición, debemos referirnos a objetos sensibles o fenómenos (ver cita).Se está de acuerdo en el carácter inmediato de la percepción y puede llamarse intuición sensible al conocimiento empírico inmediato, sin dejar de lado, no obstante, los problemas con que nos enfrentamos a la hora de precisar en qué consiste dicho conocimiento y en qué nos basamos a la hora de aceptarlo. El conocimiento intuitivo intelectual es generalmente rechazado, y no se admite la intuición como una fuente de conocimiento, porque todo conocimiento se define más bien como una creencia racional justificada, esto es, basada en razones, de las que uno debe ser consciente. Estas razones pueden ser: que se trate de un enunciado analítico, que pueda inferirse de otros enunciados, que pueda ser objeto de comprobación o experiencia directa, o que pueda comprobarse recurriendo a la ciencia de la época o al testimonio fidedigno, o que se trate de algo que esté fuera de toda duda razonable. Cualquier enunciado que sea evidente para alguien, ha de serlo porque alguien tiene tan buenas razones para considerarlo verdadero que le producen la mayor certeza posible; la evidencia no funda el conocimiento, sino que es tan sólo la máxima certeza que proviene del conocimiento. En general, la teoría de la intuición, entendida como posibilidad de conocimiento inmediato de algo tanto en el orden sensible como en el intelectual, se ha basado en la doctrina tradicional de las facultades, de origen aristotélico. Las teorías epistemológicas actuales intentan más bien explicaciones de tipo lingüístico del conocimiento; por lo mismo, si se habla de intuición, exigen que se determine qué tipo de expresión proposicional adopta dicha intuición.
Históricamente, las teorías sobre la intuición arrancan de Platón y Aristóteles. Platón habla del pensamiento puro, o nous, por oposición al conocimiento discursivo, o diánoia, y del conocimiento de la esencia de las cosas a través de la idea del Bien. Aristóteles se refiere a la intuición intelectual (nóesis) de los primeros principios y de las esencias o universales, que no es más que el coronamiento de un conocimiento que comienza por los sentidos, pero que llega a captar la necesidad y la universalidad de los primeros principios o axiomas, cosa que los sentidos no pueden alcanzar (ver texto ). La filosofía escolástica se ocupó preferentemente de la cuestión de si al hombre le compete alguna posibilidad de intuición intelectual, cuestión que se resolvía aludiendo a la situación futura del hombre bienaventurado en la contemplación intuitiva de la divina esencia. La filosofía moderna retomó la idea de la intuición intelectual aristotélica de los primeros principios, y de ella hizo Descartes, como por lo demás había hecho ya Aristóteles, el punto de partida de todo pensar discursivo. A ella atribuye las características de la evidencia: la claridad y la distinción (ver texto ). El empirismo matizó que dicha evidencia intelectual sólo podía tener comienzo en un conocimiento sensible. La filosofía trascendental de Kant limitó la posibilidad de intuición al mundo fenoménico: la intuición empírica es la aceptación del objeto por medio de la sensibilidad; la intuición pura es la exigencia trascendental del espíritu de que toda intuición empírica suceda en el espacio y tiempo y es la manera como el espíritu piensa la posibilidad de todo objeto de la experiencia sensible. No hay posibilidad alguna de conocer intuitivamente, esto es, directamente, concepto alguno, puesto que todo concepto, si no ha de ser vacío, debe integrarse en la experiencia(ver texto ). El idealismo alemán de Schelling, Fichte y Hegel, renovó la noción de intuición intelectual, transformada en la identidad absoluta del sujeto y el objeto. En épocas recientes, Bergson y Husserl han fundamentado sus respectivos sistemas en una noción peculiar de intuición. Como que a la razón le resulta imposible captar el sentido de la vida, vivida desde la perspectiva humana, desde la duración, Bergson recurre a la vivencia directa de la misma, a la intuición, entendida como posibilidad del espíritu humano de acceder al corazón mismo de las cosas. Husserl, por su parte, se refiere a la «intuición eidética» como conocimiento directo de la esencia, que no se apoya en los hechos; al contrario, el conocimiento de éstos requiere el previo de la esencia, pasando de aquéllos a éstas por medio de la «reducción fenomenológica o eidética». Por peculiares que puedan parecer estas ideas han constituido el trasfondo histórico sobre el que se ha edificado el existencialismo posterior.

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Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Abril de 2022
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