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Humana
Intuición
Proemio
“La intuición es un proceso de
conocimiento tan real como el conocimiento racional. Es común a todas
las personas, se apoya en toda la información inconsciente que recibimos
y se manifiesta en forma de impresiones, sensaciones e imágenes”
La
intuición es el alma que nos habla, confiar en nuestra
intuición nos ayudaría a tomar mejores decisiones.
Desarrollo
1.
Cuán
poderosa es la intuición y cuándo te conviene confiar en ella
Cuando le preguntaron a Albert Einstein sobre
el origen de su genialidad, no dudó en responder: "Creo en la intuición y
en la inspiración. A veces siento que estoy en lo cierto aunque aún no sepa que
lo esté".
Era mucho mejor confiar en esos instintos y
probarlos más tarde que descartarlos de plano, le dijo al Saturday Evening Post en 1929.
El físico no era el único con esa filosofía.
También fue, al parecer, una gran parte de la estrategia de Coco Chanel.
"La moda está en el aire, nace del viento. Uno la intuye", dijo.
Ya sea que estés buscando un apartamento nuevo, considerando
un posible nuevo trabajo o juzgando la honestidad de alguien, es posible que
tengas una corazonada inefable cuando algo está bien o mal, sin poder articular
por qué razón.
Puede ser tentador considerar nuestros instintos
viscerales como una especie de "sexto sentido" misterioso, pero no
hay necesidad de apelar a lo paranormal para explicar la intuición.
En las últimas dos décadas, los psicólogos y
neurocientíficos han logrado grandes avances en la identificación de sus
fuentes y su papel esencial en nuestras vidas.
A lo largo del camino, su investigación ha
identificado las situaciones específicas en las que es probable que nuestra
intuición nos lleve por el camino correcto y las veces que nos lleva por mal
camino: un conocimiento que puede ayudarnos a todos a tomar mejores decisiones.
La mente en el cuerpo
La comprensión científica de la intuición comienza
con un juego de laboratorio conocido como el "Juego de azar de Iowa".
A los participantes se les presentan cuatro pilas
de cartas en una pantalla de computadora. Cada vez que voltean una carta,
reciben una recompensa monetaria o una penalización.
Dos de los mazos tienden a ofrecer recompensas
relativamente grandes, pero penalizaciones aún mayores, lo que significa que,
en muchos turnos, conducirán a una pérdida. Los otros dos mazos ofrecen
recompensas relativamente pequeñas pero penalizaciones aún menores, lo que
significa que son la opción más segura.
A los participantes no se les dice qué barajas van
a ser rentables, pero después de unos 40 intentos, muchas personas empiezan a
tener una corazonada de cuáles les darán mayores ganancias.
La mente no consciente de los participantes, al
parecer, ha comenzado a notar los patrones de las ganancias y pérdidas, incluso
si no pueden explicar la razón por la que están tomando estas decisiones, más
allá de tener una "corazonada".
Es importante destacar que las mejoras en el
rendimiento a menudo siguen cambios fisiológicos sistemáticos a medida que los
participantes toman sus decisiones.
Cuando comienzan a jugar con los mazos más
arriesgados, por ejemplo, la mayoría comienza a mostrar una respuesta de
estrés, como un ligero cambio en el ritmo cardíaco y sudoración en la
piel.
Estos cambios, conocidos como "marcadores
somáticos", parecen actuar como una advertencia que evita que el
participante tome una decisión equivocada, y pueden ser la base de la sensación
de tener una corazonada.
Sin este tipo de intuición, las personas pueden
encontrarse con serios problemas en la vida real.
Algunos pacientes neurológicos son incapaces de
formar marcadores somáticos, por ejemplo. Sin intuición que los guíe, a menudo
quedan atrapados en la "parálisis de análisis" cuando se les
pide que elijan.
Y cuando toman una decisión, no ven los riesgos en
lo que están haciendo. Pueden invertir todo su dinero en una mala propuesta
comercial, por ejemplo, en situaciones en que otros habrían tenido un fuerte
instinto de desconfianza en la empresa.
Tales observaciones sugieren que nuestras
intuiciones son una parte esencial de nuestro conjunto de herramientas para
la toma de decisiones, que no deben ser pasadas por alto.
El ojo experto
La evidencia de la importancia de la intuición es
más fuerte en los estudios de detección de mentiras.
La gente tiende a ser más precisa al juzgar la honestidad
de alguien si se les pide que lo hagan por instinto, que cuando se les pide que
piensen y verbalicen sus razones.
En otras situaciones, la fuerza de nuestras
intuiciones dependerá del alcance de nuestras experiencias.
El cerebro inconsciente rebusca en su conocimiento
almacenado para encontrar la mejor respuesta a nuestros problemas, sin que
recordemos conscientemente los recuerdos precisos que alimentan esos
sentimientos.
Vinod Vincent, profesor asociado de Clayton State
University en Georgia, EE.UU. lideró un estudio en 2021 en el que se le
presentó a los participantes respuestas de muestra de una variedad de
candidatos que solicitaban empleo y les pidió que eligieran la mejor opción.
A algunos se les pidió que siguieran sus
instintos. ("Su decisión debe basarse en su primera impresión sobre los
candidatos", se les dijo).
A otros, pidió que usaran la deliberación, la
lógica y el análisis. ("Considere cuidadosamente toda la información
disponible antes de tomar una decisión", se les dijo. "Ignore
cualquier primera impresión o elección basada en el instinto").
Los estudiantes de pregrado que no tenían
experiencia en reclutamiento pudieron determinar qué candidatos se destacaban,
pero tras aplicar un escrutinio deliberado, sopesando los pros y los contras de
cada uno. Cuando intentaron usar su intuición, generalmente fueron menos
precisos.
Este no fue el caso de los expertos que habían
trabajado como reclutadores; tenían instintos muy precisos sobre qué candidato
sería el más apropiado, sin necesidad de pensar, paso a paso, en todos los
diferentes criterios. Y cuanta más experiencia tenían, mejores eran.
"Si es un experto, conocerá todas las
idiosincrasias que pueden hacer que un candidato sea bueno en el trabajo,
incluso si es difícil de articular", dice Vincent.
Vincent enfatiza que los instintos viscerales
de las personas no deben reemplazar el pensamiento analítico, y debemos ser
conscientes del hecho de que a veces pueden verse influenciados por sesgos
inconscientes, como racismo, discriminación por edad o sexismo.
En general, sin embargo, su investigación confirma
que los sentimientos intuitivos de un experto pueden ser fuentes importantes de
información y deben desempeñar algún papel en el proceso de toma de decisiones.
No lo pienses demasiado
El poder de la toma de decisiones intuitiva puede
ser especialmente importante cuando procesamos un gran volumen de información
compleja que es demasiado difícil de recordar con precisión.
En estos casos, podemos beneficiarnos de dejar
que nuestras mentes divaguen hacia otra actividad no relacionada, mientras
el cerebro inconsciente analiza los datos y toma la decisión por nosotros.
En una serie de experimentos, los investigadores
presentaron a los participantes detalles extensos sobre una serie de apartamentos.
Después de formarse sus primeras impresiones, se
animó a algunos de los participantes a sopesar conscientemente las
diferentes opciones antes de hacer su elección.
Se le pidió al resto que probara una serie de
anagramas, una distracción diseñada para evitar que los participantes usaran su
procesamiento analítico para tomar una decisión sobre los apartamentos.
Sorprendentemente, los investigadores encontraron
que los participantes que habían pensado más detenidamente en su elección eran
considerablemente menos propensos a elegir el apartamento que tenía,
objetivamente, la mayor cantidad de atributos atractivos.
Sus intentos de analizar las diferentes
opciones habían enturbiado su juicio, llevándolos a elegir una de las
opciones menos deseables.
Las personas que se habían distraído con los
anagramas, en cambio, se vieron obligadas a confiar en sus impresiones
intuitivas, que resultaron ser más precisas.
Si bien algunos estudios han indicado que podemos
ir con nuestra primera impresión de inmediato, a menudo parece ser una ventaja
retrasar la decisión mientras nos enfocamos en alguna otra actividad.
Según Marlène Abadie, psicóloga cognitiva de la
Universidad de Aix-Marseille en el sur de Francia, la pausa permite que la
mente inconsciente forme una esencia precisa de la información compleja que se
ha presentado, lo que a su vez aumentará la precisión de nuestro juicio
intuitivo.
Esta guía puede ser útil en muchos escenarios
similares en los que nos estamos formando nuestras impresiones después de una sobrecarga
de información, dice ella.
"Podría ser relevante siempre que tengas que
elegir entre varios productos de consumo que se describen por varios atributos:
un teléfono celular, una computadora, un televisor, un sofá, una nevera o un
horno".
Mientras compras estos artículos, puedes optar por
ir a tomarte un café y hojear una revista, por ejemplo, antes de tomar
tu decisión final.
Inteligencia emocional
Según las últimas investigaciones, la calidad de
los instintos de una persona puede depender de su inteligencia emocional (IE)
general. Y al aprender a fomentar nuestra IE, podemos fortalecer nuestra toma
de decisiones intuitiva.
Los psicólogos evalúan la IE mediante una serie de
preguntas que miden, por ejemplo, la capacidad de las personas para identificar
las emociones expresadas en los rostros de los demás y su capacidad para
predecir los cambios en el estado de ánimo de alguien, dadas sus
circunstancias.
Jeremy Yip, profesor asistente de administración
en la Universidad de Georgetown en Washington, DC, comparó recientemente los
puntajes de IE de las personas con su desempeño en el Juego de azar de Iowa.
Mientras que la mayoría de los participantes
parecían mostrar una mayor respuesta de estrés cuando consideraban elegir los
mazos "malos", las personas con una IE más baja siempre
malinterpretaban sus propias señales corporales.
Para estos participantes con una IE más baja, una
mayor respuesta de estrés parecía actuar como un estímulo para arriesgarse y,
en última instancia, perder. Simplemente no parecían reconocer el sentimiento
como una advertencia.
"Es posible que hayan malinterpretado los
signos como excitación, por lo que se volvieron más arriesgados", dice
Yip.
Afortunadamente, es posible entrenar la IE.
Anna Alkozei de la Universidad de Arizona en
Tucson, EE.UU., diseñó recientemente un curso en línea con módulos que animaban
a los alumnos a pensar más detenidamente sobre las formas en que se pueden
percibir las diferentes emociones y las formas en que sentimientos como la
excitación fisiológica pueden influir en la toma de decisiones.
Tomando dos lecciones a la semana durante tres
semanas, los participantes de Alkozei mostraron una mejora significativa
en una prueba de IE, y esto se tradujo en un mejor desempeño en el Juego de
Iowa. Los participantes en un grupo de control, que en cambio tomaron un curso
en línea sobre el medio ambiente, no mostraron tales mejoras.
Si deseas afinar tu intuición, entonces, primero
puedes tratar de ponerte en contacto con tus emociones de manera más general,
cuestionando cuidadosamente qué es exactamente lo que sientes y las fuentes de
ese estado de ánimo.
Con el tiempo, puede que te resulte más fácil
discernir cuándo estás recibiendo una señal genuina y precisa.
Tus instintos nunca serán completamente infalibles,
pero con la práctica pueden convertirse en una guía importante.
https://www.bbc.com/mundo/vert-cap-61163612
2.
¿Qué es realmente la
intuición?
La intuición es la habilidad para conocer, comprender o
percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.
Seguro que más de una vez te has dejado llevar por tu intuición para tomar
una decisión o catalogar a una persona que acabas de conocer pero ¿Qué es
realmente la intuición? Y sobretodo ¿Es fiable?
La intuición es la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de
manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón.
La información que nos aporta la intuición tiene dos grandes valores: es
pura y es rápida:
- Es pura ya que el
conocimiento intuitivo se forma en lo que llamamos el preconsciente por lo
cual, este conocimiento no se ve alterado por la razón. Si la razón
interviene puedo llegar a "parar" esa percepción por exceso de
contrastación y/o dialogo interno.
- Es un pensamiento rápido.
La intuición ayudaba a nuestros ancestros a detectar peligros rápidamente
para poder reaccionar y salvar la vida por lo que tiene un componente
adaptativo importante.
Aunque a la intuición se le da una connotación mágica, en realidad funciona
a través del análisis de detección de patrones. A través de los datos
almacenados en el inconsciente, el cerebro consciente puede reaccionar de
manera rápida sin un análisis racional de la situación.
Esto no quiere decir que usemos la intuición para cualquier decisión vital,
es importante tener presente el conocimiento empírico, científico y filosófico.
La mezcla de intuición y razón es una buena combinación para el éxito.
Algunos consejos
para desarrollar nuestra intuición:
- Hacer actividades que "acallen nuestra mente"
por ejemplo pasear por la naturaleza, hacer deporte, meditar o bailar.
También actividades artísticas como coser, pintar, tejer, dibujar, a o
crear cualquier cosa. Al realizar este tipo de actividades llegamos a
conectar con nuestro conocimiento intuitivo y alcanzamos cuotas de
resolución de nuestras situaciones vitales muy altos.
- Desarrollar nuestros cinco sentidos. Ya que la información
de la que se vale la intuición proviene de los sentidos, es bueno
desarrollarlos para mantenerlos sanos.
- Nutrir nuestra psique con cultura de alta calidad. Aunque
no estrictamente ligado con la intuición sino con los términos como
símbolos o inconsciente colectivo, el nutrirnos culturalmente ofrece
"escenarios mentales" donde nuestra intuición se elabora y
se recrea.
- Desarrollar la propia autoestima. Es sencillamente
imposible que logremos confiar en nuestra intuición sin que tengamos
desarrollada una estima sincera e incondicional hacia nosotros
mismos/as.
- Conectar con el propio cuerpo a través del análisis de
nuestra respiración o la actividad de nuestro corazón. Haciéndonos
conscientes de nuestro propio ser. La intuición nos puede ayudar nuestra
vida y además darnos una visión novedosa y fresca. No la desoigamos.
https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/que-es-realmente-la-intuicion
3.
Intuición
Te explicamos qué es la intuición, cómo se
llega a ella y sus características. Además, cómo diferenciarla de lo que no es
intuición
¿Qué es la intuición?
Cuando se habla de intuición o, popularmente, de “una corazonada”,
generalmente se hace alusión a la capacidad de percibir o conocer de inmediato
algún aspecto de la realidad que nos rodea, sin que en ello
intervengan el raciocinio ni la capacidad deductiva.
Es decir, que las cosas intuidas son aquellas que se conocen a través
de caminos no racionales y a menudo no conscientes, que no puede
explicarse ni verbalizarse siquiera. Por eso, popularmente se las ha
considerado como fruto de pensar “con el corazón” o en lugar de con la cabeza,
ya que en el imaginario tradicional la cabeza se asocia con las ideas, y el
corazón con los sentimientos o con el mundo de la subjetividad.
Sin embargo, el término intuición, proveniente del latín intuitio,
“mirar hacia adentro”, aparece en diversas jergas filosóficas y psicológicas, a
menudo como equivalente del conocimiento evidente. Fue objeto de
estudio de los filósofos del racionalismo, el empirismo
y el criticismo, en la Edad Moderna, aunque en la
actualidad es estudiada por la psicología y la neurología. En el
lenguaje popular suele emplearse como sinónimo de presentimiento.
Ver además: Conocimiento
intuitivo
Características de la intuición
La intuición se caracteriza, a grandes rasgos, por:
- Es una forma de
conocimiento inmediato, directo, en cuya adquisición no media
ningún razonamiento, ninguna deducción, y ningún acto
consciente.
- Puede ser comprendida como una
forma de conciencia no crítica, o sea, de percepción
inconsciente del entorno.
- La intuición se
manifiesta de manera insospechada, y ofrece un conocimiento real,
fáctico, de la realidad.
- Existen distintas
explicaciones posibles para su existencia, pero en general se
acepta como una forma de conocimiento inconsciente que proviene de
analizar el entorno o los patrones previos de la experiencia,
sin que jamás llegue a ser un pensamiento intencional.
¿Qué cosa no es la intuición?
Aunque a veces se las tome como sinónimos, la intuición no es lo
mismo que la premonición, la magia ni alguna suerte de telepatía,
cosas que están más del lado de la ficción que del lado de lo real. Por el
contrario, la intuición es un proceso de pensamiento bastante real.
Podemos hablar de la intuición cuando hemos adquirido algún conocimiento de
manera inconsciente, como si sectores de nuestra mente operaran sin nuestro
consentimiento y de pronto nos llegaran con una solución. Pero no puede
hablarse de intuición como de un superpoder, ni de una suerte de magia mental.
Un buen ejemplo de qué es la intuición nos lo brinda la informática,
área en la cual se tilda de “intuitivo” a los modelos informáticos que son
fáciles de comprender, o sea, que se guían por algo similar a un “sentido
común”. Esto quiere decir que una persona, sin necesidad de estudiarlo o sin
grandes y largas explicaciones, es capaz de comprender por sí mismo cómo debe
operar dicho sistema.
https://concepto.de/intuicion/
4.
Así
afectan los instintos a nuestras decisiones (y por qué a veces conviene
ignorarlos y a veces no)
Imagina al director de una gran empresa
anunciando una decisión importante y justificándola con una corazonada o un
presentimiento.
Seguramente tendría que enfrentarse a un público
incrédulo. Pero ¿de verdad las decisiones importantes deben siempre
reflexionarse de manera cuidadosa, deliberada y racional?
Lo cierto es que confiar en tu intuición
generalmente tiene una mala reputación, especialmente en la parte occidental
del mundo donde el pensamiento analítico se ha fomentado constantemente en las
últimas décadas.
Poco a poco, muchos han asumido que los humanos
pasamos de depender de un pensamiento primitivo, mágico y religioso al
pensamiento analítico y científico.
Como resultado, ven las emociones y la intuición
como herramientas que pueden fallar o engañar. Sin embargo, esta actitud se
basa en un mito del progreso cognitivo.
Las emociones no son siempre tontas respuestas que
deben ser ignoradas o corregidas por habilidades racionales. La intuición o los
presentimientos también son el resultado de una gran cantidad de procesamiento
que ocurre en el cerebro.
Estudios apuntan a que el cerebro es una gran
máquina de predicción, que compara constantemente la información sensorial
entrante y las experiencias actuales con el conocimiento almacenado y los
recuerdos de experiencias previas, prediciendo qué vendrá después.
Esto se encuadra en lo que los científicos llaman
el "marco de procesamiento predictivo".
Esto asegura que el cerebro esté siempre preparado
para enfrentar la situación actual de la mejor manera posible. Cuando ocurre un
desajuste (algo que no se predijo), nuestro cerebro actualiza sus modelos
cognitivos.
Esta coincidencia entre modelos anteriores
(basados en experiencias pasadas) y la experiencia actual ocurre de manera
automática e inconsciente.
La importancia de la experiencia
Las intuiciones ocurren cuando el cerebro ha
establecido una coincidencia o desajuste significativo (entre el modelo
cognitivo y la experiencia actual), pero esto aún no ha alcanzado tu
conocimiento consciente.
Por ejemplo, puedes estar conduciendo por una
carretera rural cuando de repente tienes la intuición de conducir más hacia una
orilla de la vía.
Sigues conduciendo y ves que acabas de esquivar un
gran bache que podría haber dañado tu auto. Te alegra haber confiado en tu
instinto, incluso sin saber de dónde vino.
En realidad, el vehículo que estaba a mucha
distancia delante de ti hizo un movimiento parecido en la carretera (ya que son
personas locales y conocen el camino), y tú te diste cuenta de ello sin
registrarlo de manera consciente.
Cuando tienes mucha experiencia en un área
concreta, el cerebro tiene más información para que coincida con la experiencia
actual y esto hace que tus intuiciones sean más fiables.
Esto significa que, al igual que con la
creatividad, tu intuición puede mejorar gracias a la experiencia.
El pensamiento intuitivo se describe como
automático, rápido y subconsciente. El pensamiento analítico, por otro
lado, es lento, lógico, consciente y deliberado.
Muchos creen que esa división determina que los
dos tipos de procesamiento (o "estilos de pensamiento") son opuestos.
Sin embargo, una investigación reciente demostró
que el pensamiento analítico e intuitivo pueden suceder al mismo tiempo.
De hecho, los dos estilos de pensamiento son
complementarios, pueden funcionar en equipo y muchas veces los empleamos
juntos.
Incluso una investigación científica puede
comenzar con un conocimiento intuitivo que permita a los científicos formular
innovadoras ideas e hipótesis, y luego pueden ser validadas mediante pruebas y
análisis rigurosos.
Desventajas del pensamiento analítico
Es más, aunque se cree que la intuición es
descuidada e inexacta, el pensamiento analítico también puede ser
perjudicial.
Estudios han demostrado que el pensamiento
excesivo puede obstaculizar seriamente nuestro proceso de toma de decisiones.
“El pensamiento analítico e intuitivo
generalmente no están correlacionados y podrían suceder al mismo tiempo".
En otros casos, el pensamiento analítico puede
consistir simplemente en justificaciones posthoc o racionalizaciones de
decisiones basadas en el pensamiento intuitivo.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando tenemos que
explicar nuestras decisiones sobre dilemas morales. Esto ha hecho que algunas
personas se refieran al pensamiento analítico como el "secretario de
prensa" o el "abogado interno" de la intuición.
A menudo no sabemos por qué tomamos decisiones, pero
queremos tener motivos para hacerlo.
“Para cada situación que implique una
decisión basada en nuestra evaluación, debemos considerar si nuestra intuición
ha evaluado la situación de manera correcta".
Entonces, ¿deberíamos confiar en nuestra
intuición, dado que ayuda a nuestra toma de decisiones? La respuesta es complicada.
Debido a que la intuición se basa en un
procesamiento evolutivamente más antiguo, automático y rápido, también es
víctima de errores como los sesgos cognitivos.
Del mismo modo, dado que el procesamiento rápido
es antiguo, a veces puede estar un poco desactualizado.
Pensemos por ejemplo en un plato de rosquillas.
Si bien es posible que tengamos tentación de comer todas, es poco probable que
necesitemos esa gran cantidad de azúcares y grasas. Sin embargo, en tiempos de
los cazadores-recolectores, abastecerse de energía habría sido un instinto
sabio.
Por lo tanto, para cada situación que implique una
decisión basada en nuestra evaluación, debemos considerar si nuestra intuición
ha evaluado la situación de manera correcta.
Si es evolutivamente antigua, implica un sesgo
cognitivo y no tenemos experiencia, entonces debemos confiar en el pensamiento
analítico. De lo contrario, no deberíamos dudar en confiar en nuestro
pensamiento intuitivo.
Es hora de detener la caza de brujas contra la
intuición y verla tal como es: un estilo de procesamiento subconsciente
rápido y automático que puede proporcionarnos información muy útil que el
análisis deliberado no puede.
Necesitamos aceptar, en definitiva, que el
pensamiento intuitivo y analítico deben funcionar en conjunto, y contrastar uno
y otro a la hora de tomar decisiones difíciles.
https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-44545501
5.
Descubre
cómo entrenar la intuición y toma mejores decisiones
El proceso cognitivo inconsciente puede ayudarte para salir con éxito de
situaciones difíciles
Decía Albert Einstein que “la mente
intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos
creado una sociedad que rinde honores al sirviente y ha olvidado al regalo”. El
también conocido como sexto sentido poco tiene que ver con el
universo extrasensorial y es uno de los grandes aliados para salir con
éxito de situaciones difíciles. Líderes y personalidades como Steve
Jobs, Bill Gates o Helena Rubinstein,
entre muchos otros, se han servido de ella en su ascenso hacia el éxito.
“La intuición es un proceso de conocimiento tan real
como el conocimiento racional. Es común a todas las personas, se apoya
en toda la información inconsciente que recibimos y se manifiesta en forma de
impresiones, sensaciones e imágenes”, indica Isabel García Méndez, autora de
“Piensa, intuye y acertarás. Aprende a desarrollar tu intuición”.
Incluso la ciencia ha demostrado cómo puede ayudarnos a tomar mejores decisiones. “Se
puede definir como la capacidad de comprender una situación de manera
instantánea”, comparte Patricia R. Abelairas, coach y directora de Emotivación.
Según un estudio desarrollado por PwC, el 58% de
las decisiones estratégicas que se adoptan en la empresa se toman por
intuición. “La intuición es un camino más rápido que el habitual para tomar una
decisión y eso en los tiempos que corren, donde la tecnología está
introduciendo constantemente cambios vertiginosos, resulta fundamental”, añade
García, también profesora del taller Las claves para desarrollar la intuición en entornos
empresariales de La Salle Escuela de Negocios.
Potenciar el liderazgo, gestionar mejor la incertidumbre o
detectar nuevas oportunidades son algunos de los aspectos en los que puede
ayudar. Aunque esta herramienta no solo es poderosa en el ámbito
laboral. “Funciona muy bien en las relaciones humanas porque es un
área en la que todos aceptamos seguirla: nos acercamos intuitivamente a quien
nos gusta y nos alejamos de aquella persona con la que no tenemos feeling”,
señala la docente.
¿Cómo funciona?
El proceso cognitivo intuitivo se nutre de
información a través del inconsciente. La mente se abastece de toda la
información que se acumula en nuestro cerebro y de la que no somos conscientes.
“Hay quien se atreve, incluso, a cuantificarlo y, así, sostienen que mientras
la mente consciente es capaz de prestar atención a 9 trozos de información y 40
estímulos por segundo, la inconsciente capta un millón de veces más
información y recibe hasta 40 millones de estímulos por segundo de
forma simultánea”, explica Isabel.
Contamos con datos almacenados de los que realmente no
tenemos noticias y que son muy útiles. “Se almacenan en un nivel
neurológico por debajo de la conciencia. Por eso, a veces tomamos
decisiones que parece que van en contra de toda lógica pero que resultan ser
muy convenientes”, argumenta en esta ocasión Patricia.
Para saber trabajar con la intuición es importante no
confundirla con otro tipo de impulsos como opiniones, deseos o reflexiones.
“Debemos estar atentos a las señales intuitivas repentinas como palabras,
frases, imágenes, sensaciones, emociones y procurar registrarlas en la
conciencia antes de que sucumban a la inevitable censura de la mente racional”,
añade la coach.
Uno de los escollos más importantes con los que se topa esta
capacidad es la dificultad de razonamiento de la misma. “En un mundo donde se
da prioridad al lenguaje y a la conceptualización, resulta más sencillo
desechar una intuición porque no se puede explicar que atreverse a seguirla”,
comenta Isabel. Por ello, no existen personas más intuitivas, sino aquellas que
confían más en esta capacidad que otras.
Sí que se puede trabajar
Pero hasta quienes se guían por la vía más racional del
conocimiento, pueden sintonizar con la intuición. Se trata de una
capacidad que se puede entrenar. “La mejor manera de trabajar la
intuición es conectando con la manera en que nuestro cerebro absorbe, almacena,
procesa y trabaja esa información inconsciente”, comparte la autora.
En su libro, Piensa, intuye y acertarás. Aprende a desarrollar tu
intuición ha desarrollado un método para mejorarla. Lo denomina HAD,
un acrónimo de higiene (limpiar la mente de todos los frenos y
límites que condicionan la intuición), ampliación (gimnasia
mental que implica un desarrollo sensorial, una ambicerebralidad y un análisis
racional) y desconexión (para hacer accesible la información
inconsciente de la que se nutre la intuición, es preciso “desconectar” el
consciente).
Por ejemplo, para trabajar la higiene García propone el
cortocircuito emocional, o lo que es igual, conseguir un estado de calma.
“Basta con contar hasta diez antes de tomar una decisión”. Jugar a ver caras en
nubes o piedras es otra de sus propuestas, esta vez para mejorar la ampliación.
“Esto ayuda a estimular la visión y a desarrollar el pensamiento
lateral”.
Por su parte, Patricia recomienda un ejercicio que consiste
en hacerse preguntas con respuesta sí/no como ¿esta persona es de fiar? ¿Me
conviene este negocio? “Luego será fundamental estar atentos a las
señales. El cerebro filtrará automáticamente la información que es
relevante para nosotros: escucharemos una frase en una canción o en una
conversación; veremos algo escrito en algún sitio…”, añade. La coach recomienda
además seguir las señales, ya que de lo contrario el sistema intuitivo caerá en
desuso.
https://www.lavanguardia.com/vivo/lifestyle/20181218/453522497016/descubre-como-entrenar-intuicion.html
6.
Intuición,
el paso previo a la razón
01/07/2020
La intuición es aquella facultad que nos permite actuar sin necesidad
de la deliberación y nos puede llevar a la acción en momentos difíciles. Está
presente además en muchas de las actividades cotidianas; el desarrollo de sus
potencialidades nos puede permitir obtener mejores respuestas antes del proceso
analítico, el cual es vital para validar y respaldar nuestras decisiones.
A lo largo de nuestra vida y en ocasiones, a veces sin darnos ni cuenta,
gran parte de nuestras decisiones no son precisamente el resultado de la razón
meditada, sino, más bien, de la intuición espontánea que ha llevado a la
psicología y la neurociencia a su investigación detallada, permitiendo
determinar que estas provienen de complejos procesos inconscientes de la mente.
¿Qué es la intuición?
El diccionario de la lengua española define intuición como “facultad de
comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”. Y fue el
mismo Albert Einstein que se refirió a ella declarando “La mente intuitiva es
un don sagrado y la mente racional es un siervo fiel, hemos creado una sociedad
que honra al siervo y ha olvidado el don.”
Durante mucho tiempo se nos ha inculcado que la calidad de una decisión está
directamente relacionada con el tiempo y el esfuerzo dedicados en adoptarla,
que obtendremos mejores resultados recopilando una mayor cantidad de
información y deliberando sobre ella durante todo el tiempo que sea posible;
pero en ciertas ocasiones, sobre todo en situaciones de alto estrés, la
intuición nos puede llevar a tomar decisiones inmediatas que pueden ser tan
buenas o mejores que las más prudentes y deliberadas.
Como no mencionar la importancia que tiene la intuición en personas que han
visto reducida sus capacidades por el detrimento de sus sentidos, viéndose en
la necesidad de agudizar su conocimiento y sensibilidad para continuar con su
vida, o la importancia que reviste la intuición en las relaciones interpersonales,
donde queda de manifiesto que muchas veces funciona mejor que la misma razón.
¿Cómo opera la intuición?
El cerebro es una gran máquina de predicción, que compara constantemente la
información sensorial entrante junto a las experiencias actuales con el
conocimiento almacenado y los recuerdos de experiencias previas, prediciendo
qué vendrá después, es lo que los científicos llaman “marco de procesamiento
predictivo”. Las intuiciones ocurren cuando el cerebro ha establecido una
coincidencia o desajuste significativo, entre el modelo cognitivo y la
experiencia actual, cuando aún no ha alcanzado el conocimiento consciente.
¿Cómo podemos mejorar nuestra capacidad intuitiva?
Mediante la experiencia obtenida como resultado de la debida práctica y el
correcto aprendizaje, lo anterior dotará a nuestro cerebro de una mayor y mejor
información, permitiendo contrastar esta con la experiencia circunstancial y,
por consiguiente, obtener que las intuiciones sean más precisas y confiables.
Lo anterior esta directamente relacionado con la actitud y confianza de las
personas, que serán, en definitiva, quienes exteriorizarán sus intuiciones
tranformándolas en acciones.
Intuición versus razón
La intuición no reemplaza a la razón, más bien la complementa, ambas
estñan supeditadas a la oportunidad y/o al tiempo disponible para su ejecución, porque
sería difícil presenciar a una autoridad nacional anunciando una decisión
importante para la nación justificándola por una intuición, sin haber efectuado
la respectiva evaluación que pueda respaldar su desición.
El físico-matemático Mario Bunge en su libro Intuición y Razón (2013),
señala que la intuición difiere de la razón y, a menos que nos propongamos
disminuir la distancia entre ellas, se obstaculizarán mutuamente: la intuición
ineducada bloqueará al razonamiento, y a su vez el razonamiento equivocado o
fuera de lugar malogrará a la intuición valiosa. En cambio, la intuición
educada es razón, y la razón familiar es intuitiva.
Conclusión
La intuición es una poderosa facultad con que cuentan todas las personas,
pero más desarrollada en unas que otras; su importancia ha sido minimizada en
beneficio de la razón y el pensamiento analítico, pero así como podemos
aprender a pensar de manera lógica y deliberada, también lo podemos hacer respecto
a los juicios instantáneos. Para mejorar nuestra capacidad intuitiva es muy
importante la aprehensión de un debido conocimiento y experiencia, lo que,
sumado a la confianza personal y la voluntad, serán herramientas vitales para
el proceso de toma de decisiones donde las condiciones no permitan un
raciocinio mayor.
http://revistamarina.cl/es/articulo/intuicion-el-paso-previo-a-la-razon
7.
7 estrategias para desarrollar la intuición
Varias técnicas imprescindibles para potenciar una cualidad útil: la
intuición.
Una de las claves para tener éxito en la vida y en los negocios es la
intuición. Las personas con gran capacidad para intuir son capaces de
guiarse con mucho más acierto por los senderos de la vida.
La intuición se define como aquella habilidad para conocer, entender
o percibir algún aspecto interesante de la realidad de forma clara,
aun sin la intervención de nuestro escrutinio racional. Es decir, que la
intuición nos permite tomar buenas decisiones de forma rápida y efectiva, nos
advierte de ciertos peligros y nos ayuda a crearnos una visión más amplia sobre
las cosas que nos rodean.
1. Básico: confía en tus pálpitos
Va a ser muy complicado que logres desarrollar la intuición si
constantemente niegas su influencia sobre tus decisiones diarias. Para mejorar
tus habilidades intuitivas debes empezar por otorgarles una cierta
credibilidad, la suficiente como para, por lo menos, tener en cuenta las
corazonadas que tengas diariamente.
Ocurre a menudo: tienes que tomar una decisión importante en tu vida, y uno
de los posibles caminos, aunque desde el plano racional parece buena idea, no
te genera buena espina. Hay algo en ese camino posible que, aunque
racionalmente no puedes expresarlo con palabras, no te genera la suficiente
confianza. En este momento, tu intuición te está dando una señal de
alerta: ese camino no parece el más deseable.
Es bastante probable que te hayas librado de ser atropellado gracias a un
pálpito, a una intuición súbita que te hizo pararte de golpe justo cuando un
coche iba a arrollarte. No tuviste tiempo para pensar que estabas en peligro,
simplemente notaste algo y evitaste el accidente. Cuando la emoción que nos
genera algo (o alguien) es más bien negativa, estamos ante una intuición.
Nuestra voz interior tiene esta capacidad para hacernos notar que hay algo que
no nos convence. Tenemos que potenciar nuestro pensamiento heurístico, para lograr que sea
capaz de responder eficazmente a las exigencias del día a día.
2. Diferenciar entre prejuicio e intuición
Cuidado: los prejuicios no son comparables a la intuición (o a las
corazonadas). Los prejuicios son ideas preconcebidas que
nos hacen tener cierta aversión hacia determinadas personas por su origen
étnico, religioso, cultural o social, o bien por algún otro rasgo de su físico
y personalidad que asociamos inconscientemente a algo negativo.
Debemos intentar diferenciar claramente entre prejuicio e intuición.
La intuición debería ser una brújula emocional, pero es importante que logremos
distinguir entre emociones e ideas preconcebidas o que nos han inoculado
culturalmente. Si nuestra intuición nos manda señales de aviso para que no
confiemos al 100% en alguien, debemos tratar de sopesar hasta qué punto esa
señal está interferida por ciertos prejuicios y estereotipos que podamos tener
en contra de ese “tipo de persona”, y fijarnos de no estar influidos
negativamente por alguna experiencia pasada.
3. Practica meditación y Mindfulness
Todo lo que nos ayude a conocernos mejor a nosotros mismos va a redundar en
una mejora de nuestra intuición. Prácticas milenarias de meditación, e incluso filosofías como el Mindfulness tienen beneficios claros para
nuestra mente: nos hace más capaces de absorber estímulos e
información, incluso cosas que antes nos pasaban desapercibidas.
Además, estas técnicas de meditación nos reportan un mayor equilibrio
emocional.
La meditación exige una práctica continuada. No vale que te pongas a meditar
un día y ya está: hay que entender que es un hábito que requiere de mucha
constancia. ¿Cómo practicarlo? Simplemente, ponte cómodo en un lugar donde haya
pocos elementos disruptivos, pon la espalda recta y relájate. Poco a poco, la ansiedad, el estrés y las preocupaciones cotidianas se
irán esfumando, a base de una buena técnica de respiración. Aprovecha para escuchar
tu voz interior, esa que está tan íntimamente ligada con la habilidad para la
intuición.
Con la meditación también
conseguimos desvanecer el estrés y es una buena manera de aumentar
nuestra concentración y creatividad. Solo tiene ventajas.
4. Una técnica curiosa: la visualización de paisajes
Hay varias técnicas muy potentes para desarrollar la intuición. Una
de ellas es la visualización. ¿Cómo funciona?
1. Primero,
debes cerrar los ojos y centrarte en tu respiración. Acomódate y trata de
encontrar un espacio agradable.
2. Prueba
a visualizar un paisaje que te transmita seguridad y buenas vibraciones.
Obsérvalo con atención e intenta reparar en todos los detalles existentes: el
aire, los aromas, los colores, los detalles… Guarda en tu memoria todos los detalles
posibles.
3. Respira
pausadamente y en profundidad, y vuelve a abrir los ojos. Seguramente notarás
que te sientes mucho más a gusto. Y, además, habrás mejorado tu intuición,
sobre todo si practicas esta técnica habitualmente.
5. Sueños lúcidos y el inconsciente
¿Has tenido alguna vez un sueño lúcido? Seguramente, tu respuesta
será que sí. Casi todos, en alguna ocasión, hemos logrado dominar
nuestros sueños mientras dormíamos, pudiendo manejar a nuestro antojo
lo que sucedía en él.
Esta capacidad para controlar nuestro inconsciente durante el sueño puede
ayudarnos a ser más conscientes de la realidad, y por tanto a aumentar nuestra
intuición.
¿Cómo tener sueños lúcidos? Justo antes de dormirte, cuando
estés reposando en la cama, piensa y reflexiona sobre aquellas cosas que más te
han llamado la atención durante el día. Intenta dar respuesta a aquellas
preguntas que quedaron sin responder, o a las intenciones de las personas con
las que has compartido algo. Esto logrará activar tu imaginación y estimulará
tu inconsciente para que empiece a pensar de forma creativa.
No es algo muy frecuente, pero si sigues este paso, es más probable que
logres tener sueños lúcidos. Al despertar, no olvides anotar en una libreta el
contenido de tus sueños, y juega a darle una interpretación personal.
6. La visualización de cuerpos geométricos
La visualización es clave a la hora de mejorar nuestra intuición. Esto
ocurre porque nos permite acceder a ciertas habilidades cognitivas
relacionadas con nuestra capacidad para anticiparnos y describir la realidad
basándonos en elementos sueltos. Nos ayuda a integrar información y a crearnos
un mapa mental sobre la realidad.
La visualización con cuerpos geométricos nos permite estimular nuestra
inteligencia visual y espacial, que también está relacionada con nuestra
creatividad. La técnica es la siguiente:
1. Cierra
los ojos e imagínate una pantalla blanca justo enfrente de ti.
2. Intenta
proyectar (imaginar) que, en esa pantalla, aparece un cuerpo geométrico
bidimensional, como por ejemplo un cuadrado, un círculo o un triángulo. Mantén
esa imagen visual dos minutos y luego pasa a imaginar otra figura cualquiera.
3. Reposa
unos minutos y luego vuelve a cerrar los ojos, imaginando varias figuras
combinadas entre sí: por ejemplo, un cuadrado dentro de un círculo. Ve complejizando
el ejercicio con otros cuerpos: un cuadrado dentro de un círculo que están, a
su vez, rodeados por un inmenso triángulo.
7. Desarrolla la empatía y practica
La empatía es esa cualidad mediante la
cual podemos ponernos en el lugar de otra persona, entendiendo y solidarizando
con sus circunstancias y opiniones.
La intuición también nace de esta habilidad para interpretar correctamente
las emociones y sentimientos ajenos. Puedes practicar esta habilidad intentando
intuir qué están pensando o sintiendo otras personas y, si tienes la suficiente
confianza con ellos, les puedes preguntar si estabas en lo cierto. Te
sorprenderás de lo relativamente sencillo que es, de forma intuitiva, adivinar
el estado de ánimo de alguien.
https://psicologiaymente.com/inteligencia/estrategias-desarrollar-intuicion
8.
Intuición
(Del latín intuitus,
mirada, de intueri, fijar la mirada)
En un sentido ordinario y general, puede entenderse como tal el «pálpito» o
el «presentimiento» que alguien se atribuye cuando dice saber algo sin ser
consciente de las razones por las que lo sabe. Así se habla, por ejemplo, de la
intuición femenina o de alguien que juega y gana a la bolsa por intuición. Son
fenómenos psicológicos complejos, cuya interpretación incumbe a la psicología. En
sentido filosófico, se define como un conocimiento
inmediato, en el que el objeto conocido es captado directamente por la facultad
correspondiente, la sensibilidad o el entendimiento.Como
conocimiento, la intuición puede referirse a una u otra de las
facultades mencionadas; en el primer caso se trata de conocimiento intuitivo
sensible, o experiencia de lo particular y concreto, y en el segundo, de un
posible conocimiento intuitivo de carácter intelectual de un principio, una idea o un concepto, conocimiento que
generalmente no se admite o, por lo menos, cuyo sentido es muy discutible. Como
conocimiento inmediato, la intuición elimina todo tipo de proceso o
elemento intermedio entre el sujeto que conoce y el objeto conocido (la
filosofía tradicional dice: sin medio quod, ni quo ni ex quo):
excluye, por ejemplo, la mediación de la inferencia, de la abstracción o del concepto, o de algún otro objeto o
procedimiento intermedio. Desde Kant
queda claro que no existe la intuición intelectual y que, si se habla de
intuición, debemos referirnos a objetos sensibles o fenómenos (ver cita).Se
está de acuerdo en el carácter inmediato de la percepción y puede
llamarse intuición sensible al conocimiento empírico inmediato, sin dejar de
lado, no obstante, los problemas con que nos enfrentamos a la hora de precisar
en qué consiste dicho conocimiento y en qué nos basamos a la hora de aceptarlo.
El conocimiento intuitivo intelectual es generalmente rechazado, y no se admite
la intuición como una fuente de conocimiento, porque todo conocimiento se
define más bien como una creencia racional
justificada, esto es, basada en razones, de las que uno debe ser consciente.
Estas razones pueden ser: que se trate de un enunciado
analítico, que pueda inferirse de otros enunciados, que pueda ser
objeto de comprobación o experiencia
directa, o que pueda comprobarse recurriendo a la ciencia de la época o al
testimonio fidedigno, o que se trate de algo que esté fuera de toda duda razonable. Cualquier enunciado que sea
evidente para alguien, ha de serlo porque alguien tiene tan buenas razones para
considerarlo verdadero que le producen la mayor certeza posible; la evidencia no funda el
conocimiento, sino que es tan sólo la máxima certeza que proviene del
conocimiento. En general, la teoría de la intuición, entendida como posibilidad
de conocimiento inmediato de algo tanto en el orden sensible como en el
intelectual, se ha basado en la doctrina tradicional de las facultades, de
origen aristotélico. Las teorías epistemológicas actuales intentan más bien
explicaciones de tipo lingüístico del conocimiento; por lo mismo, si se habla
de intuición, exigen que se determine qué tipo de expresión proposicional
adopta dicha intuición.
Históricamente, las teorías sobre la intuición arrancan de Platón y
Aristóteles. Platón habla del
pensamiento puro, o nous, por oposición al conocimiento
discursivo, o diánoia, y del conocimiento de la esencia de las cosas a
través de la idea del Bien. Aristóteles
se refiere a la intuición intelectual (nóesis) de los primeros principios
y de las esencias o universales, que no
es más que el coronamiento de un conocimiento que comienza por los sentidos,
pero que llega a captar la necesidad y la universalidad de los primeros
principios o axiomas, cosa que los
sentidos no pueden alcanzar (ver
texto ). La filosofía
escolástica se ocupó preferentemente de la cuestión de si al hombre
le compete alguna posibilidad de intuición intelectual, cuestión que se
resolvía aludiendo a la situación futura del hombre bienaventurado en la
contemplación intuitiva de la divina esencia. La filosofía moderna retomó la
idea de la intuición intelectual aristotélica de los primeros principios, y de
ella hizo Descartes,
como por lo demás había hecho ya Aristóteles, el punto de partida de todo
pensar discursivo. A ella atribuye las características de la evidencia: la
claridad y la distinción (ver
texto ). El empirismo matizó que
dicha evidencia intelectual sólo podía tener comienzo en un conocimiento
sensible. La filosofía
trascendental de Kant limitó la posibilidad de intuición al mundo
fenoménico: la intuición empírica es la aceptación del objeto por medio
de la sensibilidad; la
intuición pura es la exigencia trascendental del
espíritu de que toda intuición empírica suceda en el espacio y tiempo y es la
manera como el espíritu piensa la posibilidad de todo objeto de la experiencia
sensible. No hay posibilidad alguna de conocer intuitivamente, esto es,
directamente, concepto alguno, puesto que todo concepto, si no ha de ser vacío,
debe integrarse en la experiencia(ver
texto ). El idealismo alemán de Schelling,
Fichte
y Hegel,
renovó la noción de intuición intelectual, transformada en la identidad absoluta
del sujeto y el objeto. En
épocas recientes, Bergson y Husserl han fundamentado sus respectivos sistemas
en una noción peculiar de intuición. Como que a la razón le resulta imposible
captar el sentido de la vida, vivida desde la perspectiva humana, desde la duración, Bergson
recurre a la vivencia directa de la misma, a la intuición, entendida como
posibilidad del espíritu humano de acceder al corazón mismo de las cosas. Husserl,
por su parte, se refiere a la «intuición eidética» como conocimiento directo de
la esencia, que no se
apoya en los hechos; al contrario, el conocimiento de éstos requiere el previo
de la esencia, pasando de aquéllos a éstas por medio de la «reducción
fenomenológica o eidética». Por peculiares que puedan parecer estas ideas han
constituido el trasfondo histórico sobre el que se ha edificado el existencialismo
posterior.
https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Intuici%C3%B3n