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21 de marzo
Día Mundial del Síndrome de Down
Proemio
Normalmente,
cada célula en el cuerpo humano tiene 23 pares de cromosomas (46 cromosomas
en total), de los cuales la mitad proviene de la madre y la otra mitad del
padre. Dos de los cromosomas (el X y el Y) determinan el género
masculino o femenino y se denominan cromosomas sexuales: Las mujeres
tienen 2 cromosomas X.
En el ser humano uno
de los cromosomas de cada par proviene del padre y el otro cromosoma de cada
par proviene de la madre.
El cromosoma 21 es
uno de los 23 pares de cromosomas del cariotipo humano. La población posee, en
condiciones normales, dos copias de este cromosoma.
El síndrome de Down es una afección
en la que la persona tiene un cromosoma extra. Los cromosomas son pequeños
“paquetes” de genes en el organismo. Los bebés con síndrome de Down
tienen una copia extra de uno de estos cromosomas: el cromosoma 21.
Desarrollo
-1-
Síndrome
de Down
El síndrome de Down siempre
ha formado parte de la condición humana, existe en todas las regiones del mundo
y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las
características físicas o la salud.
El acceso adecuado a la atención de
la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva,
así como la investigación adecuada, son vitales para el crecimiento y el
desarrollo de la persona.
En diciembre de 2011, la Asamblea General
designó el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down. Con
esta celebración, la ONU
quiere generar una mayor conciencia pública sobre la cuestión y recordar la
dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con
discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de
sus comunidades. Asimismo, quiere resaltar la importancia de su autonomía e
independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias
decisiones.
Antecedentes: entender el Síndrome
de Down
El síndrome de Down es una alteración genética
causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21 que se
traduce en discapacidad intelectual.
La incidencia estimada del síndrome
de Down a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién
nacidos.
Las personas con síndrome de Down
suelen presentar más problemas de salud en general. Sin embargo, los avances
sociales y médicos han conseguido mejorar la calidad de vida de las personas
con el síndrome. A principios del siglo XX, se esperaba que los
afectados vivieran menos de 10 años. Ahora, cerca del 80% de los adultos
que lo padecen superan la edad de los 50 años. Un trabajo médico y parental en
edades tempranas favorece la calidad de vida y la salud de quienes
sufren este trastorno genético al satisfacer sus necesidades sanitarias, entre
las cuales se incluyen chequeos regulares para vigilar su desarrollo
físico y mental, además de una intervención oportuna, ya sea con
fisioterapia, educación especial inclusiva u otros sistemas de apoyo
basados en comunidades.
#InclusiónSignifica...
El Día Mundial del Síndrome de Down
2022, cuyo tema hace referencia al significado de la palabra inclusión, es
una oportunidad única para que la comunidad global de síndrome de Down:
- Comparta ideas, experiencias y conocimientos.
- Se fortalezca a la hora de abogar y reivindicar la
igualdad de derechos para las personas con síndrome de Down.
- Hacer que su mensaje llegue a las partes interesadas clave
y lograr un cambio positivo.
Desde ahora y hasta el 21 de marzo
tenemos la oportunidad de compartir nuestra comprensión colectiva de la
#Inclusión. Al hacerlo, podemos iniciar una conversación global que garantice
la plena inclusión de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades.
En definitiva, crear una inclusión real de todos, para todos, en nuestra
sociedad.
https://www.un.org/es/observances/down-syndrome-day
-2-
Síndrome de Down
Descripción general
El síndrome de Down es un trastorno
genético que se origina cuando la división celular anormal produce una copia
adicional total o parcial del cromosoma 21. Este material genético
adicional provoca los cambios en el desarrollo y en las características físicas
relacionados con el síndrome de Down.
El síndrome de Down varía en
gravedad de un individuo a otro, y provoca incapacidad intelectual y retrasos
en el desarrollo de por vida. Es el trastorno cromosómico genético y la causa
más frecuente de las discapacidades de aprendizaje en los niños. También suele
ocasionar otras anomalías médicas, como trastornos digestivos y cardíacos.
Una mejor comprensión del síndrome
de Down e intervenciones tempranas pueden incrementar mucho la calidad de vida
de los niños y de los adultos que padecen este trastorno, y los ayudan a tener
vidas satisfactorias.
Síntomas
Todas las personas con síndrome de
Down son diferentes —los problemas intelectuales y de desarrollo oscilan entre
leves, moderados y graves—. Algunas personas son sanas, mientras que otras
tienen problemas de salud importantes, como defectos cardíacos graves.
Los niños y los adultos con
síndrome de Down tienen un aspecto facial definido. Si bien no todas las
personas con síndrome de Down tienen las mismas características, algunas de las
más frecuentes son las siguientes:
- Rostro aplanado
- Cabeza pequeña
- Cuello corto
- Lengua protuberante
- Párpados inclinados hacia arriba (fisuras palpebrales)
- Orejas pequeñas o de forma inusual
- Poco tono muscular
- Manos anchas y cortas con un solo pliegue en la palma
- Dedos de las manos relativamente cortos, y manos y pies
pequeños
- Flexibilidad excesiva
- Pequeñas manchas blancas en la parte de color del ojo
(iris) denominadas «manchas de Brushfield»
- Baja estatura
Los bebés con síndrome de Down
pueden ser de estatura promedio, pero, por lo general, crecen más lentamente y
son más bajos que los niños de la misma edad.
Discapacidades intelectuales
La mayoría de los niños con
síndrome de Down tienen deterioro cognitivo de leve a moderado. Presentan
retrasos en el lenguaje y problemas de memoria a corto y largo plazo.
Cuándo consultar al médico
Los niños con síndrome de Down
suelen recibir el diagnóstico antes del nacimiento o al nacer. No obstante, si
tienes preguntas con respecto a tu embarazo o al crecimiento y desarrollo de tu
hijo, habla con el médico.
Causas
Las células humanas generalmente
contienen 23 pares de cromosomas. Un cromosoma en cada par proviene de tu
padre, el otro de tu madre.
El síndrome de Down se genera
cuando se produce una división celular anormal en el cromosoma 21. Estas
anomalías en la división celular provocan una copia adicional parcial o total
del cromosoma 21. Este material genético adicional es responsable de los
rasgos característicos y de los problemas de desarrollo del síndrome de Down.
Cualquiera de estas tres variaciones genéticas puede causar síndrome de Down:
- Trisomía 21. Aproximadamente en el 95 por ciento de
los casos, el síndrome de Down tiene origen en la trisomía 21: la
persona tiene tres copias del cromosoma 21 en lugar de las dos copias
habituales, en todas las células. Esto sucede por la división celular
anormal durante el desarrollo del espermatozoide o del óvulo.
- Síndrome de Down mosaico. En esta forma poco frecuente de
síndrome de Down, solo algunas células de la persona tienen una copia adicional
del cromosoma 21. Este mosaico de células normales y anormales ocurre
por la división celular anormal después de la fertilización.
- Síndrome de Down por translocación. El síndrome de Down también puede
ocurrir cuando parte del cromosoma 21 se une (transloca) a otro
cromosoma, antes o durante la concepción. Estos niños tienen las dos
copias habituales del cromosoma 21, pero también tienen material
genético adicional del cromosoma 21 unido a otro cromosoma.
No se conocen factores de conducta
o ambientales que provoquen el síndrome de Down.
¿Se hereda?
La mayoría de las veces, el
síndrome de Down no es hereditario. Se produce por un error en la división
celular en las primeras etapas del desarrollo del feto.
El síndrome de Down por
translocación se puede transmitir de padres a hijos. Sin embargo, solamente
alrededor del 3 al 4 por ciento de los niños con síndrome de Down tienen
translocación, y solo algunos de ellos lo heredaron de uno de sus padres.
Cuando se heredan translocaciones
equilibradas, la madre o el padre tienen parte del material genético del
cromosoma 21 reordenado en otro cromosoma, pero no tienen material
genético adicional. Esto quiere decir que no tienen signos ni síntomas de
síndrome de Down, pero pueden pasar la translocación desequilibrada a sus hijos
y provocar que tengan síndrome de Down.
Factores de riesgo
Algunos padres tienen mayor riesgo
de tener un bebé con síndrome de Down. Los factores de riesgo son:
- Edad avanzada de la madre. Las probabilidades de una mujer de dar
a luz a un niño con síndrome de Down aumentan con la edad porque los
óvulos más antiguos tienen más riesgo de división cromosómica inadecuada.
El riesgo de una mujer de concebir un hijo con síndrome de Down aumenta
después de los 35 años. Sin embargo, la mayoría de los niños con
síndrome de Down nacen de mujeres menores de 35 años porque las
mujeres más jóvenes tienen muchos más hijos.
- Ser portadores de la translocación
genética para el síndrome de Down. Tanto hombres como mujeres pueden transmitir la
translocación genética para el síndrome de Down a sus hijos.
- Haber tenido un hijo con síndrome de
Down. Los padres
que tienen un hijo con síndrome de Down y los que tienen una translocación
tienen un mayor riesgo de tener otro hijo con este trastorno. Un asesor en
genética puede ayudar a los padres a comprender el riesgo de tener otro
hijo con síndrome de Down.
Complicaciones
Las personas con síndrome de Down
pueden tener diversas complicaciones, algunas de las cuales se vuelven más
notorias con la edad. Algunas de estas complicaciones pueden ser las
siguientes:
- Defectos cardíacos. Aproximadamente la mitad de los niños
con síndrome de Down nacen con algún tipo de defecto cardíaco congénito.
Estos problemas cardíacos pueden poner en riesgo la vida y pueden requerir
cirugía en los primeros años de la infancia.
- Defectos gastrointestinales. Algunos niños con síndrome de Down
presentan anomalías gastrointestinales, que pueden comprender anomalías de
los intestinos, el esófago, la tráquea y el ano. Pueden presentar mayor
riesgo de tener problemas digestivos, como obstrucción gastrointestinal,
acidez estomacal (reflujo gastroesofágico) o enfermedad celíaca.
- Trastornos inmunitarios. Debido a anomalías en el sistema
inmunitario, las personas con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de
presentar trastornos autoinmunitarios, algunos tipos de cáncer y
enfermedades infecciosas, como la neumonía.
- Apnea del sueño. Debido a los cambios óseos y de los
tejidos blandos que causan la obstrucción de sus vías respiratorias, los
niños y adultos con síndrome de Down tienen mayor riesgo de sufrir apnea
obstructiva del sueño.
- Obesidad. Las personas con síndrome de Down
tienen una mayor tendencia a la obesidad en comparación con la población
general.
- Problemas en la columna vertebral. Algunas personas con síndrome de Down
pueden presentar una alineación incorrecta de las dos vértebras superiores
del cuello (inestabilidad atlantoaxial). Esta afección las pone en riesgo
de padecer lesiones graves en la médula espinal debido al estiramiento
excesivo del cuello.
- Leucemia. Los niños pequeños con síndrome de
Down tienen un mayor riesgo de leucemia.
- Demencia. Las personas con síndrome de Down
tienen un riesgo enormemente mayor de demencia; los signos y síntomas
pueden comenzar aproximadamente a los 50 años. Tener síndrome de Down
también aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.
- Otros problemas. El síndrome de Down también puede
vincularse con otras afecciones, como problemas endocrinos, problemas
dentales, convulsiones, infecciones de los oídos y problemas de la
audición o la visión.
Los controles de atención médica de
rutina y el tratamiento de los problemas de forma oportuna pueden ayudar a las
personas con síndrome de Down a mantener un estilo de vida saludable.
Expectativa de vida
La expectativa de vida ha aumentado
dramáticamente para las personas con síndrome de Down. En la actualidad, una
persona con síndrome de Down puede esperar vivir más de 60 años,
dependiendo de la gravedad de sus problemas de salud.
Prevención
No existe una manera de prevenir el
síndrome de Down. Si tienes un riesgo elevado de tener un niño con síndrome de
Down o ya tienes un niño con síndrome de Down, quizá desees consultar con un
asesor en genética antes de quedar embarazada.
Un asesor en genética puede
ayudarte a comprender tus probabilidades de tener un niño con síndrome de Down.
También puede explicarte las pruebas prenatales que están disponibles y
ayudarte a comprender sus ventajas y desventajas.
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/down-syndrome/symptoms-causes/syc-20355977
-3-
¿Qué es el síndrome de Down?
El síndrome de Down es una afección en que los bebés nacen con un cromosoma
de más. Este cromosoma de más provoca retrasos en la forma en que se
desarrollan, tanto mental como físicamente.
Los rasgos físicos y los problemas médicos asociados al síndrome de Down
varían considerablemente de un niño a otro. Mientras que algunos niños con
síndrome de Down necesitan mucha atención médica, otros llevan vidas sanas.
El síndrome de Down, también conocido como trisomía 21, no se puede
prevenir. Los problemas de salud que pueden acompañar a este síndrome se pueden
tratar, y hay muchos recursos disponibles para ayudar tanto a los niños
afectados por este síndrome como a sus familias.
¿Cuál es la causa del síndrome de Down?
Normalmente, en el momento de la concepción, los bebés heredan información
genética de sus padres en forma de 46 cromosomas: 23 de la madre y 23 del
padre. Los cromosomas contienen cientos, o incluso miles, de genes. Los genes
llevan la información que determina los rasgos que nos trasmiten nuestros
padres (como el color del cabello o el de los ojos).
En la mayoría de los casos de síndrome de Down, el niño recibe un cromosoma
21 adicional y, por lo tanto, tiene un total de 47 cromosomas, en vez de 46. A veces, solo hay una
parte de más del cromosoma 21 unido a otro cromosoma. Este material genético
sobrante causa los rasgos físicos y los retrasos en el desarrollo propios del
síndrome de Down.
Nadie sabe con seguridad por qué ocurre esta afección y no hay forma alguna
de prevenir la anomalía cromosómica que causa este síndrome.
¿Cómo puede afectar a los niños el síndrome de Down?
Los niños y los adolescentes con síndrome de Down tienden a compartir
algunos rasgos físicos, como perfil facial plano, ojos inclinados hacia arriba,
orejas pequeñas y lengua prominente.
El bajo tono muscular (médicamente conocido como hipotonía)
también es propio de los niños con síndrome de Down. Aunque es algo que puede y
suele mejorar con el tiempo, la mayoría de los niños con síndrome de Down
alcanzan los hitos evolutivos en el plano de la motricidad (como sentarse,
gatear y caminar) más tarde que los demás niños. En los bebés, el bajo tono
muscular puede contribuir a que tengan problemas de succión y de alimentación, así
como reflujo
gastroesofágico y estreñimiento.
Al nacer, los niños con síndrome de Down suelen tener una longitud menor a
la de los demás recién nacidos, y tienden a crecer a un ritmo más lento, de
modo que acaban siendo más bajos que los demás niños de su edad. Durante la
primera infancia, pueden presentar retrasos en la adquisición del habla y de
las habilidades básicas para cuidar de sí mismos, como son comer, vestirse y
usar el baño.
El síndrome de Down afecta a la capacidad de aprendizaje de los niños de
muchas maneras diferentes, pero la mayoría de ellos tiene una deficiencia
mental de leve a moderada. Los niños con síndrome de Down pueden aprender, y
son capaces de desarrollar habilidades y destrezas a lo largo de la vida. Pero
alcanzan los distintos hitos evolutivos a un ritmo diferente. Por eso es tan
importante no comparar a un niño con síndrome de Down con otros hermanos que
siguen pautas evolutivas normales ni tampoco con otros niños que padezcan el
mismo síndrome.
Los niños con síndrome de Down tienen un amplio abanico de capacidades, y no
hay ninguna forma de saber en el momento del nacimiento de qué será capaz cada
niño a medida que vayan creciendo.
Problemas médicos asociados al síndrome de Down
Algunos niños con síndrome de Down no tienen problemas de salud importantes.
Pero hay otros que tienen una gran cantidad de problemas médicos y que
requieren muchos cuidados. Hay muchos que acuden a clínicas especializadas en
cuidar a personas con síndrome de Down. Si no existe ninguna clínica
especializada en el síndrome de Down en su zona, el médico de su hijo lo
ayudará a coordinar todos los cuidados que deba recibir su hijo.
Casi la mitad de los niños que nacen con síndrome de Down presentan
cardiopatías congénitas. Los niños con síndrome de Down deben ser evaluados por
un cardiólogo pediátrico.
Aproximadamente la mitad de los niños con síndrome de Down también tienen
problemas visuales y auditivos. Las pérdidas auditivas (o hipoacusias) se
pueden deber a la acumulación líquido dentro del oído interno o a la existencia
de problemas estructurales dentro del oído. Los problemas visuales suelen
incluir el estrabismo
(o bizquera) (los ojos no están bien alienados entre sí), la miopía, la
hipermetropía y las cataratas.
Los problemas en la vista y la audición pueden afectar al lenguaje y al
aprendizaje. Las visitas regulares al otorrinolaringólogo (médico especializado
en el oído, la nariz y la garganta), el audiólogo y el oftalmólogo permiten
detectar y corregir este tipo de problemas.
Los niños con síndrome de Down pueden tener que ver a otros especialistas,
dependiendo de cuáles sean sus necesidades. Otros problemas médicos que afectan
más a menudo a los niños con síndrome de Down son los siguientes:
- problemas en la glándula
tiroidea
- problemas digestivos, que
afectan al estómago y/o a los intestinos, como la enfermedad
celiaca
- crisis convulsivas
- problemas respiratorios,
como la apnea del sueño y el asma
- obesidad
- infecciones, como las
infecciones de oído y la neumonía (pulmonía)
- leucemia infantil
A veces, los niños con síndrome de Down tienen la parte superior de la
columna vertebral inestable y deben ser avaluados por un médico una vez al año
o antes en el caso de que presenten síntomas, como dolor de cuello, caminar de
una manera extraña o pérdida del control de esfínteres. Algunos niños pueden
tener que hacerse radiografías de cuello antes de empezar practicar algunos
deportes o de recibir anestesia.
¿Cómo se diagnostica el síndrome de Down?
Hay dos tipos de pruebas prenatales
que se utilizan para detectar el síndrome de Down en un feto:
- Las pruebas de cribado
calculan las probabilidades de que un feto tenga síndrome de Down.
- Las pruebas diagnósticas
permiten afirmar o negar si el feto padece efectivamente esta
anomalía.
Las pruebas de cribado son económicas y fáciles de hacer.
Pero no permiten dar una respuesta definitiva a la pregunta de si un bebé tiene
o no el síndrome de Down. Por eso, se utilizan para ayudar a los padres a
decidir si quieren o no someterse posteriormente a pruebas diagnósticas.
Las pruebas diagnósticas permiten diagnosticar con
precisión el síndrome de Down y otras anomalías cromosómicas. Pero, puesto que
se realizan dentro del útero, se asocian al riesgo de aborto y a otras
complicaciones.
Si no está segura de qué prueba, en caso de que deba hacerse alguna, es la
más adecuada para usted, el médico que atiende su embarazo o un asesor
genético podrá ayudarla explicándole las ventajas y los inconvenientes de
cada una de ellas.
Entre las pruebas de cribado, se incluyen las siguientes:
- Prueba de la
traslucencia nucal. Esta prueba se hace entre las semanas 11 y 14
de embarazo. Utiliza la ecografía para medir el grosor del pliegue nucal,
ubicado detrás del cuello del feto. En los bebés con síndrome de Down y
otras anomalías cromosómicas se tiende a acumular fluido en esa parte, lo
que hace que el pliegue sea más grueso. Esta medida, junto con la edad de
la madre (las mujeres embarazadas de más de 35 años tienen más
probabilidades de tener bebés con síndrome de Down) y la edad gestacional
del bebé, se puede utilizar para calcular el riesgo de que el bebé nazca
con síndrome de Down.
- El triple cribado o
el cuádruple cribado (también conocidos como cribado
múltiple).
- Cribado integrado (también
conocido como cribado secuencial o screening integrado). Esta prueba
utiliza los resultados de las pruebas de cribado
del primer trimestre (con o sin los resultados de la prueba de la
traslucencia nucal) junto con los resultados del cuádruple cribado
del segundo trimestre para obtener la estimación más precisa posible
en términos de cribado.
- Una ecografía
- Prueba de ADN fetal
libre. Esta prueba analiza el ADN fetal presente en la sangre de
la madre. Se puede hacer en el primer trimestre y es más precisa para
detectar la trisomía 21 que un análisis de sangre ordinario. Ahora, esta
prueba solo se ofrece a aquellas mujeres con altas probabilidades de tener
bebés con síndrome de Down.
Las pruebas diagnósticas incluyen:
- el muestreo de
vellosidades coriónicas (MVC).
- la amniocentesis
- el muestreo
percutáneo de sangre umbilical o cordocentesis
Si un médico sospecha que un bebé puede tener síndrome de Down después de
nacer, su cariotipo (una muestra de sangre donde aparecen todos sus cromosomas
categorizados por tamaño, número y forma), permitirá confirmar o no el
diagnóstico.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Si a su hijo le han diagnosticado un síndrome de Down, es posible que, al
recibir la noticia, tenga sentimientos de pérdida, culpa y miedo. El hecho de
hablar con otros padres de niños con síndrome de Down lo puede ayudar a superar
la conmoción inicial y a encontrar formas de mirar al futuro. Muchos padres
comprueban que aprender lo máximo posible sobre este síndrome de Down los ayuda
a mitigar algunos de sus miedos.
Los niños con síndrome de Down se benefician de participar en programas de
intervención precoz lo antes posible. La fisioterapia, la
terapia
ocupacional, y la logopedia pueden ayudar, y la participación de educadores
desde la primera infancia permite potenciar y acelerar el desarrollo de los
niños con síndrome de Down.
Los estados ofrecen servicios de intervención precoz a niños con
discapacidades desde el nacimiento hasta los 3 años. Pregunte al médico de su
hijo, a un pediatra del desarrollo o a un trabajador social qué recursos de la
administración están disponibles en su área.
Cuando su hijo cumpla 3 años, se le garantizarán servicios educativos bajo
el Acta para Individuos con Discapacidades (IDEA, por sus siglas en inglés).
Según la Ley IDEA,
los distritos escolares locales deben ofrecer "educación gratuita adecuada
en el entorno menos restrictivo" y un programa de educación
individualizada (IEP) para cada niño.
Decidir a qué colegio va a llevar a su hijo puede ser complicado. Las
necesidades de algunos niños con síndrome de Down se cubren mucho mejor en
centros que trabajan con programas
especializados. Pero hay muchos niños con síndrome de Down que asisten a
colegios ordinarios y disfrutan de las mismas actividades que otros niños de su
edad. Ir a una escuela ordinaria (lo que se conoce como inclusión),
cuando es adecuado, es beneficioso tanto para los niños con síndrome de Down
como para todos los demás.
Hay una cantidad reducida de personas con síndrome de Down que cursan
estudios universitarios. Muchos hacen la transición a una vida
semi-independiente. Y hay otros que, aunque siguen viviendo con sus padres, son
capaces de trabajar fuera de casa y se sienten realizados al poder contribuir a
su comunidad.
El distrito escolar de su hijo puede trabajar con usted para encontrar qué
es lo mejor para su hijo. Todas las decisiones que se tomen sobre la educación
de su hijo deben tener en cuenta el punto de vista de sus padres, puesto que
ustedes son sus mejores defensores.
https://kidshealth.org/es/parents/down-syndrome.html
-4-
Se puede evitar tener un hijo con síndrome de down
El síndrome de Down se puede
presentar como herencia o fruto del azar.
Cuando es por herencia, es porque
uno de los progenitores es portador. Eso se vería haciendo un análisis genético
(cariotipo) a los padres. Son casos excepcionales, y además se descartaría sólo
la herencia, pudiendo concebir un hijo con SD fruto del azar.
La mayoría de las veces es por
casualidad, una lotería, y la táctica habitual que se lleva es seleccionar
aquellas situaciones de más alto riesgo, a través de estudio de sangre,
ecografía y edad de la madre. Si el riesgo que se ve en unas tablas específicas
es alto, se pasa al diagnóstico de certeza a través de una amniocentesis o
biopsia de corion. La primera es mediante extracción de líquido amniótico, tras
una punción en el vientre, y la otra mediante la toma de una muestra a través
de vagina. Con esto se obtiene el cariotipo del feto, y ahí se ve si hay alguna
alteración cromosómica, en cuyo caso la legislación española permite la
interrupción voluntaria del embarazo en determinados supuestos.
Recientemente se está hablando de
unos test que permiten la obtención del cariotipo fetal mediante un análisis de
sangre a la madre. No están financiados por la seguridad social, su precio es
elevado, y por el momento tampoco podemos afirmar que suplan a los métodos que
he comentado, por lo que lo cito para que lo sepan, pero no puedo orientarles
hacia ellos.
No hay más opciones, y por lo tanto, lo primero acudir al ginecólogo desde el
la confirmación del embarazo, hacer las pruebas referidas de presunción, y a
partir de ahí la amniocentesis.
https://www.sindromedown.net/lf/tema-foro/se-puede-evitar-tener-un-hijo-con-sindrome-de-down/
Gráfico de Características Clínicas:
-5-
Síndrome de Down, la importancia de la prevención en
los más pequeños
"Nosotros estamos ya muy familiarizados con esta enfermedad;
afortunadamente cada vez están más integrados en nuestra sociedad y hemos de
conocer qué problemas fundamentales pueden tener los niños con síndrome de
Down", asegura el doctor Villalobos.
Entre las dificultades, explica que prácticamente el 100 % de los
niños con síndrome de Down tienen un retraso del crecimiento, de
manera que hay que usar con ellos unas tablas de peso y talla diferentes a las
que se manejan en la población general.
"Tienen también un menor tono muscular, lo que
denominamos hipotonía; en torno al 97 %, tienen un cierto grado de retraso
mental; un 50 % tienen problemas oculares de
refracción u otros como estrabismo, y un 55 por ciento puede tener
cataratas", continúa.
"Otra dificultad que presentan son las alteraciones de la
función tiroidea, que afectan a un 50 % aproximadamente, y muchos de
ellos tienen también sobrepeso y problemas del corazón,
ciertos grados de cardiopatías que pueden presentar y hemos de estar
vigilantes", expone el doctor Villalobos.
También explica que pueden tener problemas en el desarrollo
sexual, apnea obstructiva del sueño, problemas de conducta o para
relacionarse, e incluso problemas en los dientes como
enfermedad periodontal o alteraciones de la dentición y en el desarrollo de los
dientes.
"Tienen además más riesgo de presentar enfermedades como la celiaquía
y otras autoinmunes", añade el doctor.
Medidas de prevención en niños con síndrome de Down
"A nivel
neurológico, después de haber comentado que pueden tener cierto grado de
retraso mental, o que pueden tener dificultades de adaptación, es fundamental
incluirlos desde el inicio en programas de atención temprana, que incluyen un
abordaje multidisciplinar a nivel cognitivo, psicológico y de rehabilitación,
entre otros", afirma Villalobos.
En cuanto al desarrollo del peso y la talla, asegura que debemos estar muy
vigilantes de que tengan un aporte nutricional equilibrado y no entren
en obesidad.
Y con respecto al desarrollo de alteraciones oculares, asegura que deben
tener revisiones periódicas con el oftalmólogo, pero también con el
otorrino, ya que "en ocasiones desarrollan ciertos tipos de
sordera".
"También se han de realizar periódicamente ecografías cardíacas
para descartar que no tengan problemas de este tipo, e implementar visitas
periódicas al dentista para revisar la dentadura", añade el especialista.
Por último, recuerda que el abordaje en estos casos es multidisciplinar
y, aunque hay muchos especialistas que forman parte de la evaluación de
estos niños, el pediatra debe coordinar y supervisar que todos estos
aspectos estén cubiertos.
https://efesalud.com/prevencion-sindrome-down-infancia/
-6-
Recomendaciones de cuidados en salud de personas con
síndrome de Down: 0 a
18 años
Revista
médica de Chile
El síndrome de Down (SD) es causado por material extra del cromosoma 21. Su
frecuencia es de 1/700-800 nacidos vivos. En Chile, registros del "Estudio
colaborativo latinoamericano de malformaciones congénitas" (ECLAMC)
reportan incidencias en ascenso en los últimas décadas, con una tasa de 2,4 por
1.000 nacidos vivos, por otro lado, en países con alto diagnóstico
prenatal y leyes de finalización del embarazo, la prevalencia ha disminuido en
forma sostenida.
La persona con SD se caracteriza por rasgos físicos particulares, mayor riesgo
de presentar malformaciones congénitas, mayor vulnerabilidad de enfermedades y
discapacidad física e intelectual en grado variable, por lo que requieren de
prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno de las distintas condiciones de
salud que les afectan.
En Chile no existen recomendaciones nacionales respecto a los cuidados en salud
de este grupo de personas, por lo que el propósito de esta revisión es
actualizar las recomendaciones del cuidado especial desde la etapa prenatal
hasta la transición a la vida adulta.
Para esta revisión, se usaron buscadores Pub-Med, SciELO y revistas de
especialidad en SD, en español e inglés.
Cuidados prenatales
El diagnóstico prenatal es variable, y depende de protocolos locales de
pesquisa prenatal y de diagnóstico citogenético disponibles. En Chile, el
estudio hormonal materno, que selecciona mujeres con embarazo de riesgo de
cromosomopatías, no se realiza de rutina, así, la mayor sospecha diagnóstica se
centra en elementos ecográficos. A pesar de que no existen datos estadísticos,
esto supone una tasa de sospecha o diagnóstico prenatal más baja que en países
en donde la pesquisa es de rutina.
En aquellos con diagnóstico prenatal, el cuidado se centra en la forma de
comunicar la noticia a los padres, en la búsqueda de anomalías congénitas
asociadas y en la preparación para el cuidado del recién nacido (RN). Cuando un
examen de pesquisa resulta sospechoso de SD, se debe plantear a los padres la
posibilidad de confirmación diagnóstica, tomando en cuenta los riesgos del
procedimiento, el beneficio de la confirmación diagnóstica y la oportunidad de
preparación de los padres. Los resultados de diagnósticos citogenéticos deben
ser entregados por personal entrenado en entregar noticias difíciles y con
conocimiento actualizado en SD. La mayoría de las veces, ese experto es el
obstetra, quien además es la persona más cercana a los padres en ese momento,
aunque puede hacerse acompañar del genetista clínico, neonatólogo o pediatra
La noticia debe ser idealmente entregada con ambos padres presentes, en un
ambiente privado, agradable y sin interrupciones, evitando entregar resultados
por teléfono o correo electrónico. Se recomienda usar un lenguaje simple y
directo, evitando adjetivos negativos (ej: "mongolismo"). Se debe ser
honesto, conversar sobre las características positivas, expectativas de vida,
enfermedades y discapacidad intelectual (DI). Al finalizar esta visita, es
recomendable reforzar la información por escrito.
Las visitas sucesivas deben adecuarse a cada mujer embarazada, en ellas se
recomienda apoyo de salud mental a los padres, entregar información sobre
programas de salud e instituciones que ofrecen apoyo y facilitar contacto con
otros padres de personas con SD.
La consulta con el genetista es una oportunidad para revisar exámenes
diagnósticos, explicar mecanismos patogénicos e informar sobre potencial
recurrencia en futuros embarazos y en la familia.
Cuando se han detectado malformaciones congénitas prenatalmente, se recomienda
una visita con el neonatólogo para orientar sobre terapias médico-quirúrgicas
disponibles y programar el nacimiento en un centro especializado.
Cuidados postnatales
En Chile, la mayoría recibe el diagnóstico al nacer, cuando las características
físicas del RN hacen sospechar el diagnóstico
El síndrome de Down (SD) es causado por material extra del cromosoma 21. Su
frecuencia es de 1/700-800 nacidos vivos. En Chile, registros del "Estudio
colaborativo latinoamericano de malformaciones congénitas" (ECLAMC)
reportan incidencias en ascenso en los últimas décadas, con una tasa de 2,4 por
1.000 nacidos vivos, por otro lado, en países con alto diagnóstico prenatal y
leyes de finalización del embarazo, la prevalencia ha disminuido en forma
sostenida.
La persona con SD se caracteriza por rasgos físicos particulares, mayor riesgo
de presentar malformaciones congénitas, mayor vulnerabilidad de enfermedades y
discapacidad física e intelectual en grado variable, por lo que requieren de
prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno de las distintas condiciones de
salud que les afectan.
En Chile no existen recomendaciones nacionales respecto a los cuidados en salud
de este grupo de personas, por lo que el propósito de esta revisión es
actualizar las recomendaciones del cuidado especial desde la etapa prenatal
hasta la transición a la vida adulta.
Para esta revisión, se usaron buscadores Pub-Med, SciELO y revistas de
especialidad en SD, en español e inglés.
Cuidados prenatales
El diagnóstico prenatal es variable, y depende de protocolos locales de
pesquisa prenatal y de diagnóstico citogenético disponibles. En Chile, el
estudio hormonal materno, que selecciona mujeres con embarazo de riesgo de
cromosomopatías, no se realiza de rutina, así, la mayor sospecha diagnóstica se
centra en elementos ecográficos. A pesar de que no existen datos estadísticos,
esto supone una tasa de sospecha o diagnóstico prenatal más baja que en países
en donde la pesquisa es de rutina.
En aquellos con diagnóstico prenatal, el cuidado se centra en la forma de
comunicar la noticia a los padres, en la búsqueda de anomalías congénitas
asociadas y en la preparación para el cuidado del recién nacido (RN). Cuando un
examen de pesquisa resulta sospechoso de SD, se debe plantear a los padres la
posibilidad de confirmación diagnóstica, tomando en cuenta los riesgos del
procedimiento, el beneficio de la confirmación diagnóstica y la oportunidad de
preparación de los padres. Los resultados de diagnósticos citogenéticos deben
ser entregados por personal entrenado en entregar noticias difíciles y con
conocimiento actualizado en SD. La mayoría de las veces, ese experto es el
obstetra, quien además es la persona más cercana a los padres en ese momento,
aunque puede hacerse acompañar del genetista clínico, neonatólogo o pediatra.
La noticia debe ser idealmente entregada con ambos padres presentes, en un
ambiente privado, agradable y sin interrupciones, evitando entregar resultados
por teléfono o correo electrónico. Se recomienda usar un lenguaje simple y
directo, evitando adjetivos negativos (ej: "mongolismo"). Se debe ser
honesto, conversar sobre las características positivas, expectativas de vida,
enfermedades y discapacidad intelectual (DI). Al finalizar esta visita, es recomendable
reforzar la información por escrito.
Las visitas sucesivas deben adecuarse a cada mujer embarazada, en ellas se
recomienda apoyo de salud mental a los padres, entregar información sobre
programas de salud e instituciones que ofrecen apoyo y facilitar contacto con
otros padres de personas con SD.
La consulta con el genetista es una oportunidad para revisar exámenes
diagnósticos, explicar mecanismos patogénicos e informar sobre potencial
recurrencia en futuros embarazos y en la familia.
Cuando se han detectado malformaciones congénitas prenatalmente, se recomienda
una visita con el neonatólogo para orientar sobre terapias médico-quirúrgicas
disponibles y programar el nacimiento en un centro especializado.
Cuidados postnatales
En Chile, la mayoría recibe el diagnóstico al nacer, cuando las características
físicas del RN hacen sospechar el diagnóstico.
Atención inmediata
Verifica la capacidad de adaptación a la vida extrauterina, identifica
malformaciones congénitas asociadas, evalúa edad gestacional e identifica las
características fenotípicas. En prematuros, pudiera ser difícil identificar con
certeza las características habitualmente encontradas en un RN de término con
SD, por otra parte, no todos presentan todas las características fenotípicas
descritas.
Alimentación y crecimiento
El adecuado diagnóstico nutricional y de crecimiento se logra con la evaluación
del peso, talla y circunferencia craneana en curvas de crecimiento construidas
en población con SD. El patrón de crecimiento es bastante similar entre
personas con SD, aunque hay diferencias entre países, por lo que algunos han
desarrollado curvas propias como Estados Unidos de Norteamérica, Reino Unido
(UK) e Irlanda y España. La mayoría de ellas no contiene tablas de índice de
masa corporal (IMC), parámetro importante para el diagnóstico nutricional de
escolares y adolescentes.
Algunos presentan dificultad en ganar peso durante el primer año,
principalmente por enfermedades intercurrentes, cardiopatías congénitas (CC) y
trastornos de succión-deglución.
Cerca del 50% presentan algún tipo de CC, lo que se relaciona a
mayor mortalidad y morbilidad en los primeros años de vida. En los
pacientes con defectos septales, la cirugía correctora precoz previene el daño
vascular pulmonar y sus complicaciones a largo plazo. En
adolescentes y adultos sin CC, se ha descrito un aumento de valvulopatías.
Recomendaciones: Realizar ecocardiografía a todos los RN, aun
cuando no existan soplos u otros síntomas cardiovasculares. En niños sin CC, en
caso de aparición de soplos cardiacos, derivar a cardiología para búsqueda de
valvulopatías.
Problemas gastrointestinales
Las malformaciones del tubo digestivo ocurren en 12%. La sospecha
diagnóstica es prenatal o en el período de RN y en su mayoría son de resolución
quirúrgica.
El reflujo gastroesofágico (RGE) y la constipación son frecuentes. El RGE debe
ser tratado en forma adecuada para favorecer la calidad de vida y prevenir
complicaciones. La constipación ocurre generalmente después de la incorporación
de alimentos sólidos y el tratamiento oportuno evita fisuras anales, megacolon
o fecaloma. Cuando hay constipación desde el nacimiento o no hay respuesta a terapia
médica, se debe sospechar enfermedad de Hirschprung (EH).
La prevalencia de enfermedad celíaca (EC) varía entre 5 y 15%,
y hasta un 50% de los casos pueden presentarse en forma atípica.
Aún hay discusión respecto a la utilidad del tamizaje para EC en pacientes
asintomáticos.
Recomendaciones: Sospechar malformaciones gastrointestinales
según historia clínica y examen físico. No se recomienda ecografía abdominal de
rutina en RN asintomático.
Tratar el RGE y la constipación crónica y mantener alta sospecha de EH.
Para EC, el estudio en asintomáticos es controversial, y en caso de realizarlo,
solicitar anticuerpos IgA anti-transglutaminasa e IgA total, luego de haber
incluido el gluten en la dieta por al menos 6 meses. Luego de un primer estudio
negativo, sólo se recomienda repetir en aquellos con factores de riesgo o
sintomáticos
Problemas respiratorios
Malformaciones de vía aérea y pulmonares (quistes subpleurales, bronquio
traqueal y broncomalacia) se han descrito en baja frecuencia y
se manifiestan como neumonías recurrentes o atelectasia.
En lactantes con enfermedad pulmonar intersticial y crisis bronquial
obstructiva recurrente, se debe sospechar microaspiración.
Las infecciones respiratorias agudas bajas son frecuentes y responsables de la
mayoría de la morbilidad no cardiológica que requiere hospitalización. Los
lactantes con infección por virus respiratorio sincicial (VRS) tienen riesgo
aumentado de hospitalizarse por esta causa, especialmente aquellos con CC, los
que además tienen estadías hospitalarias más prolongadas. Las sibilancias
recurrentes están descritas hasta en 36% y se asocian con frecuencia a
infección previa por VRS o malacia de la vía aérea.
Recomendaciones: Derivación y estudio en niños con historia y
síntomas sugerentes de enfermedad pulmonar crónica o en aquellos con sospecha
de aspiración. La primera aproximación es con radiografía de tórax, la que no
está recomendada como rutina en asintomáticos.
Inmunidad
Las infecciones respiratorias son frecuentes durante los primeros años,
probablemente debido a la hipotonía y anatomía de la vía aérea, más que a un
defecto específico del sistema inmune.
Recomendaciones: Optimizar medidas higiénicas, lavado de manos y
reducción de contaminación ambiental intradomiciliaria.
En caso de infecciones recurrentes, derivar para estudio de inmunidad.
Fomentar adherencia al programa nacional de inmunizaciones, vacuna
anti-influenza y antineumococo. Considerar profilaxis para VRS con anticuerpo
monoclonal IgG1 humanizado en grupos de riesgo
Problemas hematológicos
La poliglobulia es frecuente e independiente de la presencia de CC.
Junto con la trombopenia, son comunes y benignas en las primeras semanas de
vida.
La
HCM y VCM pueden estar elevadas, esta
"macrocitosis" se observa en cerca de 2/3 de ellos, y
hace difícil la orientación diagnóstica en estudios de anemia.
Las reacciones leucemoides son generalmente benignas y de remisión espontánea.
En niños mayores y adultos el recuento de leucocitos tiende a ser menor, sin
exponerlos a mayor riesgo. El trastorno mieloproliferativo
transitorio (TMT) es casi exclusivo de personas con SD, ocurre durante las
primeras semanas de vida en cerca de 10%, generalmente es benigna
y autolimitada, aunque en algunos puede preceder a leucemia mieloide.
La leucemia ocurre en 1% y por ello, grupos europeos recomiendan
hemograma anual los primeros 5 años, sin embargo, no hay consenso
al respecto, por lo que los síntomas clínicos pasan a ser los elementos claves
para sospecharla.
El cáncer testicular es más frecuente en comparación con la población general.
El tratamiento de la criptorquidia y el examen testicular anual
reduce los riesgos y facilita el diagnóstico precoz.
Recomendaciones: Hemograma con recuento de plaquetas en el RN.
Hemograma a los 12 meses para pesquisa de anemia ferropriva y anualmente en
mujeres adolescentes que menstrúan. Monitoreo clínico de signos y
síntomas sugerentes de leucemia y derivación en citopenias, reacción leucemoide
o TMT.
En criptorquidia, derivar a cirujano para orquidopexia antes de los 12 a 18
meses.
Problemas endocrinológicos
La enfermedad tiroidea ocurre en 28-40% y aumenta con la edad.
El hipotiroidismo congé-nito es 28 veces más frecuente que en la población
general. Referencias en Chile muestran hasta 25% de hipotiroidismo
durante el primer año de vida. El hipotiroidismo subclínico es
frecuente y reportado como transitorio en 70% de los casos, a
pesar de ello, aún no hay consenso respecto al reemplazo hormonal en
hipotiroidismo subclínico, por lo que el inicio del tratamiento debe decidirse
individualmente.
Recomendaciones: TSH y T4 libre a todos los pacientes al nacer, a
los 6 y 12 meses y luego anualmente para toda la vida o en caso de síntomas de
hipotiroidismo. Derivar a especialista en hipotiroidismo e hipotiroidismo
subclínico persistente o sintomático.
Problemas otorrinolaringológicos
Existe mayor incidencia de estenosis del conducto auditivo externo (CAE), otitis
media serosa, infecciones óticas, rinorrea crónica, sinusitis y pérdida de la
audición.
El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es común, incluso con
reportes de ocurrencia del 100%, sin embargo, frecuentemente es
subestimado por la familia y personal de salud debido a la ausencia de ronquido
durante el sueño y a lo inespecífico de las manifestaciones clínicas
Recomendaciones: Tamizaje auditivo al nacer: emisiones
otoacústicas o potenciales evocados auditivos de tronco. Evaluación clínica de
la audición en cada control. Derivación al especialista en: CAE estrecho que
impida la visualización, tamizaje alterado o preventivamente a los 6 meses y
luego en forma rutinaria toda la vida.
Las recomendaciones internacionales sugieren polisomnograma a los 4 años para
evaluación de SAOS. En nuestro medio, el polisomnograma es de
alto costo, por lo que sería recomendable estudiar y derivar a aquellos con
roncopatía y en aquellos sin ronquido, pero con síntomas asociados.
Problemas oftalmológicos
Más de la mitad presentan desórdenes oftalmológicos con necesidad de
tratamiento. Las cataratas congénitas o adquiridas, obstrucción
del conducto nasolacrimal, estrabismo, nistagmus, vicios de refracción,
conjuntivitis recurrentes, párpados cortos y oclusión incompleta del ojo, son
los problemas más frecuentemente encontrados.
Recomendaciones: Rojo pupilar en el control pediátrico.
Evaluación por oftalmólogo en los primeros 6 meses y luego anualmente.
Derivar precozmente en caso de síntomas oftalmológicos
Problemas ortopédicos
La hipotonía e hiperlaxitud aumenta el riesgo de luxación de articulaciones,
pies planos y escoliosis. Aproximadamente 15% presentan laxitud atlantoaxial.
Si bien tienen un riesgo aumentado de subluxación atlantoaxial (SAA), sólo 2 a 10%
de ese subgrupo presenta compromiso medular como resultado de accidentes.
Aún hay discusión respecto al real beneficio de la radiografía cervical como
examen de tamizaje, pues no está bien definido que el intervalo atlantoaxial
aumentado prediga riesgo de SAA y daño medular, por lo que recientemente la AAP dejó de
recomendarla de rutina en asintomáticos.
Recomendaciones: Radiografía de pelvis a los 3 meses o ecografía
antes cuando hay factores de riesgo de displasia de cadera.
Evitar piqueros de cabeza en menores de 6 años, radiografía de
columna cervical en niños asintomáticos que se expondrán a actividad física de
riesgo. Derivar a traumatología cuando hay síntomas sugerentes de SAA,
genu valgo, sobrepronación del tobillo, pie plano y escoliosis.
Problemas dermatológicos
La sequedad de piel y fanéreos es frecuente y facilita grietas, fisuras y
sobreinfección. Los problemas que requieren de derivación son: alopecia areata,
vitíligo, eccema seborreico y foliculitis.
Recomendaciones: Educar sobre limpieza, hidratación y lubricación
de la piel y uso de protector solar.
Salud mental
La patología "dual" es hoy día conocida como la concomitancia de
donde dos tipos de trastorno mental; en personas con SD, puede existir
co-morbilidad entre la DI y los
trastornos del comportamiento psiquiatrico, déficit atencional, trastornos
emocionales y de ansiedad, autismo, psicosis infantil y trastornos de
adaptabilidad social, entre 18% y 38% de los niños y adolescentes con SD.
Los factores facilitadores de patologías
psiquiátricas es conocido que pueden hacer retroceder las
habilidades adquiridas y
desencadenar cambios de conducta.
Recomendaciones: Apoyo en salud mental a familia y cuidadores.
Controlar factores de riesgo modificables. Derivar a psiquiatra cuando el
trastorno de la conducta es intenso, cuando resulta en déficit del aprendizaje
y socialización o se acompaña de agresividad.
Salud dental
Los tiempos de dentición temporal y permanente suelen estar atrasados.
La maloclusión, boca entreabierta, gingivitis y falla en la higiene,
desencadena periodontitis, retracción gingival, movilidad dental y caída
prematura del diente.
Recomendaciones: Educación sobre aseo dental y evaluación por
odontopediatra antes de los dos años y luego anualmente.
Adolescentes
La edad promedio de la menarquia es 12 años 6 meses y casi la totalidad de las
mujeres presentan ciclos ovulatorios regulares y posibilidad de embarazo. En
los varones, el desarrollo puberal no difiere significativamente con otros
adolescentes, sin embargo, las tasas de fertilidad son esporádicas y sólo
reducida a reporte de casos. A pesar de lo anterior, se
hace imprescindible realizar consejo genético, ya que el riesgo de SD en la
generación siguiente es de 50%.
Los jóvenes pueden expresar deseos de tener una pareja y actividad sexual en su
vida adulta, sin embargo, los padres y profesionales de la salud son
generalmente pesimistas al respecto y muchas veces, se niegan a aceptarlo. En
el desarrollo sexual de un adolescente, las barreras psicosociales pueden ser
más obstáculo que la limitación propia de su condición, por lo que es
recomendable derivación a ginecología, educación sexual y elección de métodos
de prevención de embarazo adaptados a cada adolescente y adulto, lo que
facilitará el desarrollo de una adolescencia saludable, respetando los derechos
que toda persona tiene para vivir su sexualidad.
La transición a los cuidados de salud del adulto es compleja. El cambio de
cuidadores y la posibilidad de que los proveedores de salud no estén
familiarizados con los cuidados especiales, hace que la transición sea
dificultosa.
Recomendaciones: Promover cuidados en salud, educación sexual,
independencia y autocuidado. Fomentar actividad física, y de esparcimiento y
prevenir conductas de riesgo.
Traspasar los cuidados de forma integral al equipo de salud de adultos.
Conclusiones
En Chile, el nacimiento de personas con SD es mayor a lo reportado en
Latinoamérica, Estados Unidos de Norteamérica y Europa, por lo que ofrecer
mejores oportunidades en salud es un desafío. Existen acciones mínimas que
están recomendadas para el cuidado en salud de personas con SD, especialmente
orientados a detectar en forma precoz malformaciones o enfermedades que
interfieren con su desarrollo o que impiden expresar al máximo sus
potencialidades.
Las recomendaciones de los cuidados expuestos en esta revisión, son una
orientación para los profesionales de la salud, deben ser conocidos por los
cuidadores, coordinados por un pediatra, médico de familia o genetista, que
eduque a los padres, derive en forma oportuna e integre las recomendaciones de
todos los especialistas y facilite la transición a la etapa adulta.
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872013000100011
Amiga, Amigo:
El Síndrome de Down es
una enfermedad congénita por alteración
cromosómica muy bien estudiada. Lo favorece en especial el
embarazo de madre añosa:
Los riesgos a los que se exponen las 'madres añosas'
de 40 a más años son un mayor número de
alteraciones cromosómicas fetales, entre las que se incluye un
mayor riesgo de Síndrome de Down, y un mayor riesgo de complicaciones para la madre, especialmente en mujeres que se quedan embarazadas por primera vez a esta edad.
Hace años
atendía pediatría y veo cómo han ido "mejorando"
los que nacen con Down; ahora son más despiertos o inteligentes,
pueden asistir a enseñanza especializada y viven más
años que antes, teniendo su aspecto física menos
apariencia Down que antes...
Este escrito es una manera de adherir a la causa de su comprensión, cuidados y respeto.