Defensora de los derechos políticos de las mujeres, especialmente en la lucha por el derecho a voto.
Con respecto a la emancipación económica, el MEMCH abogaba por mejores condiciones laborales para las mujeres, exigiendo
igualdad de sueldos, el acatamiento de
las legislaciones sociales, y la incorporación de las mujeres en cargos y servicios en el que estaban vetadas. Las
memchistas promovieron diferentes políticas de integración rechazando toda
medida que apuntara a su segregación, tal como ocurrió con la manifestación del
MEMCH ante un proyecto de Ley que 1939 indicaba que sólo mujeres solteras y
viudas podían trabajar en oficinas de Correos y Telégrafos, con un límite de
vacantes para éstas.
Desde una visión integral incorporaban además
la necesidad de una vivienda "sana y barata",
la lucha por la carestía y la legislación sobre problemas sociales, como el
alcoholismo. Sumado a lo anterior, ponían también en juicio el sistema penitenciario femenino, en donde denunciaban
condiciones desiguales y los métodos de castigos que se utilizaban al interior
de
Sumado a lo anterior, el MEMCH tiene una postura activa con respecto a la realidad internacional,
específicamente con lo que ocurría durante este período en España y Alemania,
declarando en su Programa su oposición al fascismo y nazismo con su ocultado holocausto en la época. Esa liberadora idea de MEMCH "tiende a evitar que se prive a la mujer de sus más elementales derechos
adquiridos, considerándola solamente apta para desempeñar las ocupaciones
domésticas" y a la guerra "por ser
una crueldad inhumana y que sirve tan sólo para proteger los intereses
comerciales".