Varios influencer
niegan la realidad de la
PANDEMIA. Ignoro sus razones frente a una Pandemia cuya
causa, magnitud e incertidumbre de cuánto más durará, teniendo a Europa en un
grave rebrote y pocas esperanzas; pongo en la previa del desarrollo del tema
este artículo dado que al leerlo pensé que el virus es quizá hasta
"inteligente" y nos avisó al matar a este físico culturista gran
deportista seleccionado tal parece por el virus como una Advertencia:
¡Debéis creer en la Pandemia y tenéis que
cuidaros!
Un influencer ucraniano
muere por coronavirus tras negar su existencia a través de las redes sociales Tras regresar de un viaje a Turquía, el hombre empezó a
sentirse mal y una prueba reveló que había contraído el virus Dmitry Stuzhuk, un influencer ucraniano de 34 años de edad,
ha fallecido a causa del coronavirus tras haber negado su existencia a través
de las redes sociales. Su muerte se produjo el viernes pasado, según informó su
esposa. Tras regresar de un viaje a Turquía, el hombre empezó a sentirse mal y
una prueba reveló que había contraído el virus. «Como todos saben por las historias, tengo coronavirus.
Quiero advertirles algo de manera convincente: pensé que no existía el Covid-19
y que todo era relativo... Hasta que enfermé», escribió Stuzhuk, que llevaba un
tiempo negando la existencia del virus, junto a una foto donde se le ve
ingresado y con una máscara de oxígeno. «Me desperté en medio de la noche
porque tenía el cuello hinchado y me costaba respirar. También sentía fuertes
dolores en el estómago». Tras confesar que había pasado más de una semana
hospitalizado, el hombre comunicó a sus seguidores de que estaba recuperándose
en casa junto a su familia. «En casa, como se dice, las paredes curan», afirmó en el
post. «Mi condición es estable». «Su corazón no lo soportó» Pese a que Stuzhuk parecía estar mejorando, días más tarde
tuvo que volver a ser ingresado y este viernes falleció en el hospital en el
que se encontraba. «Dima ya no está con nosotros. Su corazón no lo soportó»,
anunció su expareja a través de las redes sociales. La influencer, que había mostrado una mentalidad similar a
la del hombre, mantuvo su postura con respecto al coronavirus y contestó a las
críticas asegurando que el Covid-19 « no es una enfermedad peligrosa para
quienes están completamente sanos». Según explicó, Stuzhuk tenía problemas cardiovasculares y
las complicaciones llegaron debido al estado de su corazón. «Me enseñaste mucho. Te estaré agradecida durante el resto
de mi vida por nuestros tres hermosos hijos, por toda la invaluable experiencia
compartida y por la mujer en la que me convertí al estar contigo», escribió la
mujer a modo de despedida en su Instagram. https://www.abc.es/sociedad/abci-influencer-ucraniano-muere-coronavirus-tras-negar-existencia-traves-redes-sociales-202010191145_noticia.html
Pareciera que desde el Más Allálos
negacionistasDmitry Stuzhuks ahora nos piden que
creamos en esta Pandemia que tuvo un inicio en la Prepandemia
e ignoramos cuándo será realidad la Postpandemia
y sobreponernos a la justificada Fatiga Emocional en la que el virus nos tiene
entrampados.
Desarrollo
La Fatiga es el cansancio que se experimenta después de un intenso y continuado esfuerzo físico o mental.
Es una sensación de falta de energía, de agotamiento o de cansancio.
Covid 19 y Fatiga
-I- Qué es la fatiga cognitiva, potenciada por la pandemia COVID-19
Las
nuevas y estresantes rutinas a las que nos tuvimos que adaptar mientras
convivimos con el coronavirus, generan mucho cansancio y hasta
frustración. Cómo afrontar la sensación de agotamiento frente a tareas
que anteriormente hacíamos sin problemas
6 de Septiembre de 2020 A 170 días del inicio de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, que rige en el país hoy con flexibilizaciones y que el presidente Alberto Fernández (Presidente de Argentina) ha extendido hasta el día 20 de septiembre,
cada vez se vuelve más presente la sensación de letargo que las
personas manifiestan frente a la realización de actividades de su vida
diaria que antes realizaban sin ninguna dificultad.
La sensación de agotamiento frente a tareas que anteriormente realizábamos sin problemas tiene un nombre y conlleva mucho más que cansancio: fatiga cognitiva.
Y debido a estas sensaciones, muchas personas se preguntan si pasar tanto tiempo dentro de su casa les quitó la capacidad de llevar adelante múltiples tareas y, actualmente, sólo con afrontar alguna de ellas comienzan a sentirse exhaustos.
¿Es normal esto? ¿El hecho de trabajar en forma remota o
con los chicos en la casa sin ir al colegio nos ha transformado en
menos productivos? ¿La alteración de nuestras rutinas y
salidas para distraernos y relajarnos influye en el menor rendimiento y
el cansancio permanente?“Lo cierto es que, si bien uno puede
pensar que la cuarentena nos llevó a una reducción de
nuestros esfuerzos físicos, nuestra mente se enfrentó con nuevas demandas de alta atención prolongadas en el tiempo. Además,
los momentos de trabajo y descanso en la modalidad remota han perdido
la frontera clara que tenían antes, provocando también una sensación de
sobrecarga constante y dificultades para desconectarse”, afirmó a Infobae el doctor Pablo López psicólogo y Director académico de Fundación INECO. Y agregó: “Los
cambios de rutina de grandes y chicos, los protocolos sanitarios que no
debemos olvidar y el nivel de atención que requieren las videollamadas,
representan un gran esfuerzo cognitivo para las personas; sumado a que
hemos perdido la estabilidad y anticipación que nos otorgaba la rutina”.
El hecho de trabajar en forma remota o con los chicos en la casa sin ir
al colegio nos ha transformado en menos productivos (Shutterstock)
Según el experto, en este escenario, debemos entender a la fatiga mental como aquel esfuerzo atencional o cognitivo prolongado que lleva a una sobrecarga o agotamiento.
En un contexto de elevado estrés, que se mantuvo por mucho tiempo a
causa de la pandemia y las medidas de aislamiento, los síntomas del
estado de fatiga cognitiva se volvieron muy presentes. La somnolencia,
la incapacidad de concentración y la dificultad para “procesar” tareas a
realizar son los síntomas principales de este cuadro. Sin embargo, la
mayor inquietud aparece al comprender que esta sintomatología no solo
puede tener efectos en el rendimiento cognitivo al estudiar o trabajar,
sino que también nos afecta en cuestiones físicas y en nuestra
regulación emocional.
“La
fatiga mental puede llevar a una pérdida de interés, atención y
motivación; afectando tanto nuestra vida personal, como la social y
laboral” destaca López y agrega “Es importante tratar de combatirla
para evitar que se vuelva un síndrome de fatiga crónica, que ya puede
influir en dolores musculares, de cabeza, angustia, dificultades
sostenidas de memoria, sueño no reparador, entre otros síntomas; así
como también nos vuelve propensos a problemas de salud mental y física a
mediano plazo”, precisó y resaltó que para ello, “resulta clave
comenzar con una reorganización de los hábitos en pos de restablecer las
tres piezas más importantes de nuestra salud: la alimentación, el
ejercicio físico y el buen dormir. Generalmente, si uno comienza a
fallar en alguno de estos “engranajes”, los otros siguen la misma línea
provocando una sensación de agotamiento”.
El cansancio y agotamiento se vieron potenciados en estos 170 días de aislamiento - Shutterstock
Consultando al especialista de Ineco sobre herramientas claras para combatir la fatiga mental, el doctor recomienda: -
Regular los horarios de sueño lo más posible, estableciendo también los
espacios claros y preestablecidos de descanso durante el día.
-
Ir de la preocupación a la acción. Es decir, tratar de sacar las ideas
agobiantes de nuestra mente y buscar acciones concretas para
modificarlas, o incluso, es recomendable anotarlas para luego pensar en
ellas y compartirlas con alguien.
-
No confundir el distanciamiento físico con el social o afectivo. La
socialización de las emociones es algo que nos va a ayudar ante la
sensación de fatiga.
- Incorporar
estrategias basadas en la meditación como el mindfulness, que permiten
cierta regulación emocional, reducción de la ansiedad y mejora cognitiva
en términos atencionales.
“Si bien es importante identificar un
posible cuadro de fatiga mental y aplicar estas recomendaciones, es
preciso entender que es un cambio progresivo que no se va a resolver de
un momento para el otro. A través del cambio sostenido de los hábitos,
comenzaremos a generar un círculo virtuoso y lograremos mejoras
significativas”, concluyó López.
Ricardo Antonowicz (MN 11556),
psicoanalista y coordinador de actividades asistenciales del hospital
Borda, reflexionó sobre los aspectos psicológicos vinculados al
coronavirus y recomendó “atender la cuestión anímica de la población, sobre todo de aquellos que por su trabajo o estilo de vida se sientan en riesgo”.
Resaltó
que Freud, padre del psicoanálisis, hablaba de 3 fuentes de sufrimiento
a las que el individuo debe enfrentarse a lo largo de su vida:
catástrofes naturales, relaciones interpersonales y miedo a enfermarse.
“En el caso del coronavirus se dan las tres cosas, los tres miedos”,
indicó.
Los especialistas proponen como
termómetro lógico mantener el equilibrio entre trabajo y
el resto de las actividades
Pero, ¿qué sucede a nivel cerebral en situaciones de alerta sanitaria como la que ocurre con el coronavirus? El licenciado en Psicología Fernando Torrente (MN 27844) explicó a Infobae que “en situaciones como las que presenta la epidemia del coronavirus, se
activan los sistemas del cerebro que tienen que ver con el manejo y
respuesta frente al peligro y la situación de incertidumbre”.
“Por
un lado, las respuestas del peligro se relacionan con los sistemas de
la ansiedad. La ansiedad es una emoción que nos prepara para manejar de
forma anticipada los peligros. Está muy ligada al miedo, pero
reacciona antes de que el peligro esté presente de manera inminente
-señaló el director del Instituto de Neurociencias y Políticas Públicas
de Fundación Ineco-. Por otro lado, frente a la incertidumbre, nuestra
mente busca determinados procedimientos o mecanismos para situarse
frente a esa falta de información correcta sobre lo que puede pasar”.
Los efectos subjetivos de esta pandemia
empiezan a notarse en las situaciones estresantes que se producen en la
población, generada fundamentalmente por el miedo o el temor al
contagio, pero aparece, además el estrés generado por las medidas
restrictivas de no salir de casa, para evitar el contagio, lo que rompe
la cotidianidad y la dificultad para adaptarse a la nueva situación.
https://www.infobae.com/salud/2020/09/06/que-es-la-fatiga-cognitiva-potenciada-por-la-pandemia-covid-19/
-II-
La nueva secuela que los españoles sufrimos por el Covid: La "Fatiga Pandémica" 30 de septiembre de 2020
Thomas Tsai, investigador de la Escuela de Salud Pública T.H Chan de
Harvard, ha asegurado que cada país tiene el control de su futuro
respecto al coronavirus y ha subrayado que el éxito para contenerlo está
determinado por la voluntad de cada Gobierno en implementar las medidas
necesarias y por el interés de la sociedad en cumplir con las normas.
El experto ha subrayado que los rebrotes que se están viendo en
países como España y Francia son similares a los que ha experimentado
Estados Unidos cuando muchos estados reabrieron negocios y actividades
de forma agresiva. Tsai ha afirmado que ese comportamiento es un síntoma
de lo que él denomina “fatiga pandémica”, por la que la sociedad y los
mandatarios quieren que la pandemia desaparezca y alivian las
restricciones que contienen al virus.
Varios personajes públicos españoles han hecho referencia a esto.
Alejandro Sanz ha sido el último en hacerle referencia a través de un
polémico tweet que ha conseguido más de 7.000 "retweets" y más de 2.000
respuestas.
“No sé si estoy mas harto del COVID o de la política, la verdad. Si
no nos dejan vivir tranquilos, déjennos morir en paz”, ha afirmado
Sanz.
El autor de Corazón Partío ha
añadido que él solo se está
“descargando” y señala que se abstengan
“opinadores amateurs y asociaciones diversas”.
“Absténgase
opinadores amateurs y asociaciones diversas. Solo estoy descargando.
Cumpliré las normas como todo el mundo. Pero estoy cansado. ¿Alguien
más?”, se ha preguntado el artista.
Un mensaje que ha causado un auténtico terremoto en Twitter, donde en
menos de un día tiene más de 7.200 compartidos, más de 36.000 me gusta y
más de 2.200 comentarios.
No se si estoy mas harto del COVID o de la
política, la verdad. Si no nos dejan vivir tranquilos, déjennos morir en
paz. Absténgase opinadores amateurs y asociaciones diversas. Solo estoy
descargando. Cumpliré las normas como todo el mundo. Pero estoy
cansado. Alguien más?
— Alejandro Sanz (@AlejandroSanz) September 29, 2020 (famoso ídolo cantoautor español)
‘Ya se hartaron’: la fatiga pandémica complica el aumento del coronavirus
Después
de una primavera caracterizada por el miedo y la seguridad, muchas
personas agotadas por la pandemia se arriesgan a los peligros del
coronavirus por deseo o necesidad. 19 de octubre de 2020
Los casos se disparan en algunas partes del mundo mientras la población, agotada e impaciente, asume nuevos riesgos.
CHICAGO — Cuando el coronavirus
comenzó a arrasar por todo el mundo esta primavera, la gente desde
Seattle hasta Roma y Londres canceló bodas y vacaciones, suspendió las
visitas a los abuelos y se confinó en sus casas durante lo que se creyó
sería un periodo breve pero esencial de aislamiento.
Sin
embargo, el virus no se extinguió con el verano. Y con el otoño ha
llegado otra ola peligrosa y descontrolada de infecciones que, en
algunas zonas del mundo, ha sido la peor parte de la pandemia hasta
ahora.
Estados Unidos superó los 8 millones de casos conocidos
la semana pasada y reportó más de 70.000 infecciones nuevas el viernes,
la mayor cifra en un solo día desde julio. Dieciocho estados añadieron
más contagios nuevos de coronavirus durante el lapso de siete días que
concluyó el viernes que en ninguna otra semana de la pandemia.
En Europa, los casos van en aumento y las hospitalizaciones están al alza. El Reino Unido está imponiendo restricciones nuevas y Francia ha declarado ciudades en “alerta máxima”, por lo que ha ordenado cerrar bares, gimnasios y centros deportivos en varias de ellas.
Alemania
e Italia registraron sus cifras más altas de casos diarios hasta la
fecha. Asimismo, los líderes de la República Checa dijeron que su
sistema sanitario estaba “en peligro de colapsar”, pues los hospitales están desbordados y ha habido más muertes que en ningún otro momento de la pandemia.
El
virus ha seguido diferentes recorridos en estos países de acuerdo con
la forma en que sus dirigentes han intentado detener la propagación del
virus con restricciones diversas. Pero lo que todos comparten es el
hartazgo de la población y una tendencia cada vez mayor a que la gente
esté dispuesta a correr el riesgo de enfermarse, ya sea porque desean
llevar a cabo alguna actividad o porque no tienen alternativa. Sin final
a la vista, muchas personas están acudiendo en tropel a bares, fiestas
familiares, boliches y eventos deportivos casi con la misma frecuencia
que antes de la aparición del virus, y otros deben regresar a la escuela
o el trabajo, pues las comunidades buscan resucitar la economía.
Además, una gran diferencia con la situación en la primavera es que los
rituales de esperanza y unidad que ayudaron a las personas a soportar la
primera ola del virus han sido sustituidos por el cansancio y la
frustración.
“La gente ya no quiere
adornar sus ventanas con corazones ni jugar a encontrar peluches”, dijo
Katie Rosenberg, alcaldesa de Wausau, Wisconsin, una ciudad de 38.000
habitantes donde un hospital abrió un pabellón adicional para tratar a pacientes de COVID-19. “Ya se hartaron”.
Ann
Vossen, una microbióloga médica en los Países Bajos, donde los casos
diarios se duplicaron la semana pasada, dijo que la gente en toda Europa
“se relajó demasiado”. Añadió: “Este es el resultado”.
En
los lugares del mundo donde está resurgiendo el virus, hay un choque
entre los nuevos brotes y una sensación creciente de apatía, lo que crea
una combinación peligrosa. Las autoridades del sector salud dicen que
la impaciencia creciente es un reto nuevo para ralentizar los brotes y
que amenaza con exacerbar lo que temen se convierta en un otoño
devastador.
El tema es especialmente
delicado en Estados Unidos, el país con más casos y muertes conocidas,
además de que ya ha padecido dos importantes picos de coronavirus: las
infecciones aumentaron en el noreste durante la primavera y luego otra
vez este verano en el Cinturón del Sol.
Pero un fenómeno parecido está detonando alarmas en Europa, donde
investigadores de la Organización Mundial de la Salud calculan que alrededor
de la mitad de la población está experimentando
“hartazgo de pandemia” o “fatiga
pandémica”.
“Los
ciudadanos han hecho sacrificios enormes”, dijo Hans Kluge, director
regional de la OMS en Europa. “El costo ha sido extraordinario, lo cual
nos ha agotado a todos, sin importar dónde vivimos o a qué nos
dedicamos”.
Si la primavera estuvo
caracterizada por el horror, el otoño se ha convertido en una mezcla
extraña de resignación y negligencia. La gente que antes no habría
salido de su casa ahora está considerando por primera vez ir a comer en
un lugar cerrado; algunos se han impacientado por tantos meses sin salir
a restaurantes y otros quieren darse un lujo gastronómico antes de los
meses invernales, cuando se espera que el virus se propague más
fácilmente. Mucha gente sigue usando mascarillas para apoyar a sus
vecinos y mantener a salvo a los demás, pero las aceras decoradas con
mensajes en tiza que alentaban a los trabajadores de la salud y a otros
que se veían en Pascua seguramente estarán limpias para Halloween.
“En
la primavera, había temor y una sensación de ‘Todos estamos juntos en
esto’”, dijo Vaile Wright, psicóloga de la Asociación Estadounidense de
Psicología que estudia el estrés en Estados Unidos.
“Ahora las cosas son distintas. El miedo ha sido sustituido por el hartazgo”, afirmó.
Una mañana reciente, en Nueva York, Indra Singh, de 60
años, llevó a la niña pequeña a la que
cuida a un parque infantil.
“Estoy
tan cansada de todo”, dijo, sacándose el cubrebocas negro de la cara, y
preocupada por lo que hará cuando el clima se vuelva frío. “¿Habrá
acabado?”, dijo. “Quiero que haya acabado”.
Los
tratamientos médicos para el virus han mejorado enormemente desde la
primavera y las muertes aún son menores que en el peor pico, pero el
incremento más reciente en las infecciones de coronavirus ha dejado
preocupado al sector salud. Más de 218.000 personas han fallecido en
Estados Unidos desde el comienzo de la pandemia, y durante las últimas
semanas los informes diarios de muertes se han mantenido estables, con
alrededor de 700 al día.
En
algunas partes del mundo, el comportamiento ha cambiado y los esfuerzos
de contención han sido duros y eficaces. Los contagios han permanecido
relativamente bajos durante meses en lugares como Corea del Sur, Japón,
Nueva Zelanda, Australia y China, donde el virus se detectó por primera vez.
Después de que se reportaron una docena de casos en la ciudad
china de Qingdaó, las autoridades emprendieron esfuerzos la semana pasada para realizar pruebas a todos sus 9,5 millones de residentes.
“Aquí
hay muy poco rechazo a este tipo de medidas”, dijo Siddarth Sridhar,
profesor adjunto de microbiología en la Universidad de Hong Kong. “Al
contrario, hay reacciones muy negativas si los gobiernos no hacen lo
suficiente para contener el virus”.
La
respuesta en Estados Unidos y gran parte de Europa ha sido muy
diferente. Si bien los ciudadanos fueron solidarios en la primavera, con
el paso del tiempo han crecido la frustración y la rebeldía.
Están
surgiendo zonas de alto contagio en el sur y en la región del Atlántico
medio de Estados Unidos y se están expandiendo con velocidad por el
Medio Oeste y el Oeste Interior.
La semana pasada Illinois registró su número más alto de casos
confirmados por día desde que inició la pandemia y el mayor número de
muertes en un solo día desde junio.
En
España, un verano de viajes y bailes llevó a un nuevo auge. En
Alemania, las autoridades de salud registraron 7334 infecciones en un
periodo de 24 horas, un récord nacional. Incluso Italia, que decretó uno
de los confinamientos más abrumadores en Europa esta primavera, ve un
nuevo incremento preocupante y considera imponer un toque de queda a las
10 p. m. en todo el país.
22.10.2020Tercero,
todavía falta
El hartazgo o la fatiga ocasionados por la pandemia, han hecho que
muchas personas bajen la guardia, más aún, cuando perciben que los
esfuerzos hasta ahora no han sido suficientes porque el Covid-19 sigue
ahí.
Si bien es cierto que podemos caer en la desesperación, el desánimo o la
frustración, es importante buscar actividades que nos mantengan activos
física y mentalmente, que no nos sobresaturemos de noticias, que
tengamos rutinas y busquemos un ambiente positivo. Cuidémonos y pensemos
en los expertos de la salud porque para ellos han sido jornadas
heroicas y no se pueden dar el lujo de fatigarse.
https://www.milenio.com/opinion/carlos-guizar/columna-carlos-guizar/la-fatiga-por-la-pandemia-sin-fin
El Covid-19 le ha quitado la vida a más de un millón 126 mil personas en el
mundo y casi 41 millones se han contagiado. El número global de enfermos
equivale a la suma total de las poblaciones de Honduras, Noruega, Suiza,
Irlanda, Costa Rica, Croacia y Qatar (Johns Hopkins, 21/10/20 y Banco Mundial,
2019).
En marzo, cuando se declaró al Coronavirus como una pandemia, a pesar de la
incertidumbre que causó y los estragos que fue generando, el ánimo no había
decaído, solo que poco a poco vemos que la situación cambia.
Conforme pasa el tiempo y la tan esperada vacuna no llega; en los países que
habían abierto sus economías, comienzan los rebrotes y después de siete meses
no se ve una pronta solución, el estado anímico flaquea.
El Coronavirus ha afectado la salud física y mental. Actualmente se vive una
fatiga pandémica por la incertidumbre, el aislamiento, la preocupación por el
trabajo y la economía, el estrés, la depresión, la ansiedad y el temor a
contraer la enfermedad. Primero, el desánimo
La fatiga pandémica es una sensación de apatía, desmotivación y agotamiento,
por las consecuencias de la pandemia. Esto hace que la gente se sienta
indefensa, triste, preocupada, angustiada o frustrada, ocasionando cambios de
humor, irritabilidad, falta de concentración, sentimientos de aislamiento,
trastornos en el sueño y el apetito (CNN, 20/10/20).
En Europa, la mitad de la población vive fatiga pandémica, lo que hace que
el ánimo decaiga y que aparezca el hartazgo, la rebeldía para seguir las
medidas sanitarias, el cansancio y la preocupación por los riesgos que
acompañarán a la temporada invernal (OMS-NY Times, 19/10/20). Segundo, sobrecarga y cansancio
Este escenario preocupa todavía más en nuestro país ya que tres de cada
cuatro mexicanos ya sufrían fatiga por estrés laboral antes del Covid y los
estragos anímicos en general cada vez son más frecuentes (OMS-IMSS).
Debido a los cambios en nuestros hábitos, como el trabajo desde casa, el
aislamiento o las medidas sanitarias, así como la demanda excesiva de atención
a la que hemos forzado a nuestra mente, se ha generado un cansancio cognitivo,
lo que, sumado al estrés, lleva a la fatiga pandémica (Infobae, 06/09/20) Tercero, todavía falta
El hartazgo o la fatiga ocasionados por la pandemia, han hecho que muchas
personas bajen la guardia, más aún, cuando perciben que los esfuerzos hasta
ahora no han sido suficientes porque el Covid-19 sigue ahí.
Si bien es cierto que podemos caer en la desesperación, el desánimo o la
frustración, es importante buscar actividades que nos mantengan activos física
y mentalmente, que no nos sobresaturemos de noticias, que tengamos rutinas y
busquemos un ambiente positivo. Cuidémonos y pensemos en los expertos de la
salud porque para ellos han sido jornadas heroicas y no se pueden dar el lujo
de fatigarse. https://www.milenio.com/opinion/carlos-guizar/columna-carlos-guizar/la-fatiga-por-la-pandemia-sin-fin
-V-
La OMS advierte de la 'fatiga emocional' que el covid-19 está causando en los europeos 06/10/2020 Los
europeos han hecho grandes esfuerzos para contener el covid-19; por
ello, es fácil y natural sentirse apático y desmotivado,
experimentar fatiga La pandemia de Covid-19
está causando estragos en Europa al provocar niveles crecientes
de apatía entre algunas poblaciones, ha advertido la
Organización Mundial de la Salud. Así lo revelan los
datos de una encuesta que habla de 'fatiga pandémica', estimada
en más del 60% en algunos casos. Según la OMS, el
director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
para Europa, Hans Henri P. Kluge, «los ciudadanos han hecho
grandes esfuerzos para contener el covid-19, el cual ha tenido un coste
extraordinario porque nos ha agotado a todos, sin importar dónde
vivimos o qué hacemos. Por ello, es fácil y natural
sentirse apático y desmotivado, experimentar fatiga»,
señaló Kluge en una rueda de prensa. Aunque la fatiga se mide de
diferentes maneras y los niveles varían según el
país, ahora se estima que ha alcanzado a más del 60 por
ciento de la población en algunos casos. Por ello, ha pedido a
los países que conozcan la situación de su
población e intenten satisfacer sus necesidades. En este sentido, el director
regional de la OMS para Europa ha recordado que el organismo ha
trabajado con 27 países para obtener información sobre el
estado psicológico de sus ciudadanos frente a la pandemia y que,
incluso, muchos ya están recopilando información sobre el
cumplimiento de las medidas implantadas para luchar contra el Covid-19. Además, Kluge ha
destacado la necesidad de que los países involucren en la lucha
contra el coronavirus a expertos más allá de los sectores
médicos y de salud pública como, ejemplo,
filósofos, historiadores, teólogos o científicos
sociales. Finalmente, Kluge ha pedido a
los países innovar en las medidas para permitir a la
población tener vida social como, por ejemplo, la puesta en
marcha de cines flotantes o cambiar los formatos de los eventos
culturales. «Al equilibrar las necesidades científicas,
sociales y políticas, podemos desarrollar medidas de
precaución que sean culturalmente aceptadas», ha
señalado, para zanjar avisando de que «el Covid-19 insta a
ir más allá de la ciencia biomédica en la
respuesta».
Día Mundial de la Salud Mental Precisamente, en el marco del
Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el próximo
10 de octubre, se ha presentado el III Estudio de Salud y Vida Aegone,
que muestra que 6 de cada 10 españoles no cuidan su salud
emocional. El informe asegura que nuevo
de cada diez españoles declara haber sufrido estrés en
los últimos doce meses, principalmente por motivos ligados al
coronavirus, ya bien sea por miedo al contagio personal o de un
familiar (44,8%) o por estar confinado (36,2%). Todo ello ha impactado en la
salud de la población, aumentando el número de personas
con problemas de sueño (51,5%), ansiedad (50%), irritabilidad o
ira (50,9%) e incluso aquellas que comen más por culpa del
estrés (28,10%), en comparación con el año pasado. Además, en el estudio,
se observa que un porcentaje significativo de la población
afirma haber experimentado estrés y ansiedad, e incluso
tristeza, durante el periodo de confinamiento. En este sentido, las mujeres y
las generaciones Z y millenial han experimentado sentimientos
más negativos. En concreto, el periodo de confinamiento ha
causado estrés en un 22% de la población y tristeza o
decadencia en un 21%. https://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-advierte-fatiga-emocional-covid-19-esta-causando-europeos-202010061833_noticia.html
-VI-
En qué consiste la fatiga pandémica y cuáles son los consejos para evitarla
Este
tipo de fatiga afecta la salud emocional de millones de personas en el
mundo, no solamente a quienes se contagiaron de coronavirus. Algunos
consejos para evitarla, según los especialistas 31 de Octubre de 2020
La fatiga pandémica se caracteriza por sentirse mentalmente agotado,
indefenso, triste, preocupado, frustrado e irritable, cambios que pueden
causar trastornos del sueño, del apetito y la concentración mental,
además de nerviosismo, irritabilidad y falta de motivación (EFE) La pandemia mundial de COVID-19 afecta y afectará nuestras vidas para siempre. El registro de lo traumático comenzó a manifestarse en los seres humanos como ansiedad, pánico y diferentes formas de congoja y tristeza.
El temor y la ansiedad con respecto a una enfermedad pueden ser
agobiantes y generar emociones fuertes, tanto en adultos como en niños. Se conoce como fatiga pandémica a la
sensación de apatía, desmotivación y agotamiento mental que sufre una
persona, y cuyo origen está en el impacto que ha causado el nuevo
coronavirus en su vida. Su causa está en los cambios en el estilo
de vida relacionados con las cuarentenas parciales o totales, la
ansiedad producida por el miedo a contagiarse, las constantes noticias
enfocadas en las desgracias causadas por la enfermedad, el temor a
perder el trabajo, la soledad causada por la falta de contacto con
amigos y familiares o la misma sensación de desesperanza que nos hace preguntarnos: ¿cuándo se va a acabar esta pesadilla? En este contexto, el doctor Elmer Huerta, prestigioso oncólogo peruano, médico y comunicador radicado en Estados Unidos, explicó en un podcast especial de la CNN, Coronavirus: Realidad vs. ficción: “El
punto es que cuando hablamos de la fatiga pandémica, no nos estamos
refiriendo al tipo de fatiga o cansancio físico o del cuerpo, secuela de
la enfermedad, sino a la fatiga mental que afecta la salud emocional
de millones de personas en el mundo, más allá de quienes directamente
se contagiaron con el virus”. La
fatiga pandémica se caracteriza por sentirse mentalmente agotado,
indefenso, triste, preocupado, frustrado e irritable, cambios que pueden
causar trastornos del sueño, del apetito y la concentración mental,
además de nerviosismo, irritabilidad, falta de motivación para hacer las cosas que a uno le gustan, y querer apartarse de los demás. Una epidemióloga en
Estados Unidos inventó un nuevo tipo de contabilidad. Una de
tipo social. Se trata de hacer cada semana un «presupuesto de contactos», que tenga en cuenta el «gasto» obligatorio, como el necesario por motivos laborales,pero también incluya una partida para mantener la salud mental. Todo ello distribuyendo el «crédito» de riesgo de contagio.
Parece la última ocurrencia pandémica, pero la ha respaldado la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo que hay detrás es un intento
de lograr un equilibrio entre la antigua vida y la nueva, y así paliar
un fenómeno que, según las primeras estimaciones de la OMS, afecta al
60% de la población europea: lafatiga pandémica. La apatía, la desesperanza y, sobre todo, unadesmotivación crecienteygeneralpor protegerse o informarse sobre el COVID-19 son los principales efectos que genera. Los
mensajes de las autoridades que antes eran efectivos, como insistir en
el lavado de manos, el uso de mascarillas o el distanciamiento físico,
ya no calan igual. Y cuando la situación lleva a restricciones del todo o
nada, “es más probable que las personas se rindan fácilmente y vuelvan a
comportamientos muy peligrosos”, dice la OMS. Al respecto, un artículo de la Universidad de California en Los Ángeles, publicado el 7 de julio, nos da algunos consejos para ver el futuro con más optimismo y que esta dañina fatiga pandémica no afecte negativamente nuestra salud mental. 1. Cuidar el cuerpo practicando un estilo de vida saludable. Haz ejercicio diario,
come saludablemente, trata de establecer una rutina de sueño saludable.
Eso te dará energía, y fortalecerá tu sistema inmunológico. 2. Limitar el consumo de noticias a una hora o menos al día. Si
bien es bueno estar bien informado, sumergirse todo el día en noticias
te sobrecarga de emociones negativas y agota tu energía. 3. Reducirel estrés. Hacer
actividades que te calmen o te den alegría pueden reducir tu nivel de
estrés. Por ejemplo, aprender ejercicios de respiración, practicar yoga,
dar paseos en el campo, leer o ver comedias. 4. Conectarse con los demás. Recuerda
que los seres humanos somos criaturas sociales por naturaleza. Estar
solo y sentirse aislado puede aumentar el estrés y la desesperanza.
Teniendo cuidado de limitar tu contacto físico con personas extrañas a
tu hogar, el hacer llamadas telefónicas, videoconferencias, chatear en
las redes sociales, escribir cartas o asistir a servicios religiosos en
línea pueden ayudar mucho. 5. Aceptar los sentimientos.
Recuerda que tratar de reprimir o ignorar los sentimientos no los hace
desaparecer. Si notas que tus sentimientos de tristeza o desesperanza
interfieren con tus actividades diarias, no tengas miedo de buscar la
ayuda de un profesional de salud mental. 6. Intentar el diálogo interno positivo.
Trata de no pensar en lo que va a pasar. Recuerda lo que Mahatma Gandhi
decía: en la vida hay dos días que no existen, ayer y mañana. La
angustia de pensar en el mañana puede hacer que pierdas la belleza del
hoy. 7. Crear nuevas rutinas de vida. Por
ejemplo, reserva un momento del día para hacer algo que te guste y te
haga sentir bien física, mental o emocionalmente. Es posible que esas
nuevas rutinas o tradiciones continúen después que haya pasado la
pandemia. “El gran peligro de la fatiga pandémica es que una
población fatigada es más propensa a relajarse y descuidarse cuando el
punto máximo inicial de la epidemia disminuye en su región geográfica”, advirtió el experto. Y continuó: “Es posible que mucho
del resurgimiento de la pandemia en Europa pueda ser explicada por una
población fatigada que salió sin control en el verano boreal. En las
Américas, aunque algunos ya hablen de una segunda ola, aún no hemos
terminado de salir de la primera. No permitamos que la fatiga de la
pandemia haga que bajemos la guardia, nos relajemos y por no cuidarnos,
terminemos contagiados en una segunda ola”. https://www.infobae.com/salud/2020/10/31/en-que-consiste-la-fatiga-pandemica-y-cuales-son-los-consejos-para-evitarla/
-VII-
Consejos de la OMS para superar la "fatiga pandémica"
23 de octubre de 2020
Tras ocho meses de pandemia, una de las consecuencias directas que ha afectado a cerca del 60% de la población europea es la denominada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "fatiga pandémica".
Confinamiento, miedo al contagio, pérdida de seres queridos, de
trabajo... El impacto de la emergencia sanitaria ha agotado a una gran
cantidad de ciudadanos.
En base a los resultados de encuestas realizadas en los países de la Unión Europea, la OMS ha reconocido que la fatiga es uno de los efectos de la pandemia que más se está incrementando. Pero, ¿cómo se manifiesta? Principalmente, muchos ciudadanos están experimentando sensaciones de estrés, apatía y desmotivación, tal y como asegura la organización internacional en el documento Pandemic fatigue: Reinvigorating the public to prevent COVID-19.
De hecho, los países están notificando más casos de "fatiga pandémica", por la que las personas se sienten desmotivadas para seguir las recomendaciones y restricciones de las autoridades sanitarias.
Así, está disminuyendo su esfuerzo por mantenerse informados y las
percepciones del riesgo relacionadas con la Covid-19 también se están
reduciendo.
¿Cómo se puede abordar la "fatiga pandémica"?
"En
mitad de esta prolongada emergencia de salud pública, que ha obligado a
las personas a vivir con incertidumbre y trastornos durante muchos
meses, es de esperar estos niveles de fatiga", ha declarado el director regional de la OMS en Europa, el Dr. Hans Henri Kluge.
Sin embargo, es necesario "revitalizar y reactivar los esfuerzos para abordar los cambiantes desafíos de la Covid-19",
ha añadido. Mensajes como el correcto lavado de manos, el uso de
mascarillas o mantener la distancia física de seguridad están dejando de
ser eficaces entre la población y, por ello, la OMS insta a los países a
elaborar planes de acción nacionales en base a estrategias
multifactoriales.
Así, recomienda seguir una serie de sugerencias
para que la población pueda superar esta sensación y
revitalizar el apoyo a las medidas sanitarias de prevención:
Entender a la gente
que está experimentando esta desmotivación, así como las causas, para
poder tomar decisiones acertadas y segmentadas a las necesidades
particulares.
Involucrar a la población como
parte de la solución, destacar los aspectos positivos y los beneficios
logrados mediante el esfuerzo colectivo. Escuchar y comprender las
necesidades de la población para planificar políticas.
Permitir que las personas puedan hacer una vida normal
mientras se reduce el riesgo de transmisión estableciendo estrategias
que les ayuden a identificar los riesgos, implementando formas seguras
para realizar actividades sociales y evitando el juicio de
culpabilidad.
Identificar las dificultades a
las que se enfrenta la población como consecuencia de la pandemia y
aliviarlas mediante la construcción de resiliencia y a través de
recursos financieros, sociales, culturales y de apoyo emocional.
Recomendaciones para reducir esta sensación
Algunos de los signos más evidentes de este problema son el cansancio, indefensión tristeza, preocupación, frustración o la irritabilidad, tal y como detallaba en un artículo
el departamento médico de la Universidad de California en
Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés).
Adaptarse a esta situación puede suponer un auténtico desafío para muchas personas y, por ello, ofrecían una serie de recomendaciones para evitar la "fatiga pandémica":
Cuidar el organismo mediante una alimentación saludable,
una correcta higiene del sueño y ejercicio físico.
Limitar
el consumo de noticias relacionadas con la pandemia. "Es bueno
mantenerse actualizado sobre la información más reciente, pero
demasiadas noticias pueden sobrecargarlo de emociones negativas y agotar
su energía".
Reducir el estrés con ejercicios como el yoga, la lectura o los paseos por la naturaleza.
Mantener el contacto social con amigos y familiares.
Aceptar
las sensaciones. "Las situaciones desafiantes despiertan una mezcla de
emociones, pero reprimir los sentimientos e ignorarlos no los hace
desaparecer. En cambio, reconozca y nombre sus sentimientos".
-VIII-
La UE alerta de la
"fatiga por la pandemia" y pide tests "más efectivos y
rápidos" ante el avance de la segunda ola
La Comisión
Europea reclama más coordinación a los gobiernos de la UE 24 horas antes
de que los jefes de Estado y de Gobierno se reúnan por videoconferencia
para analizar la crisis sanitaria y económica por el coronavirus.
"Entiendo el cansancio de los ciudadanos, hay hartazgo. Pero no podemos
bajar la guardia ante lo que viene. El momento es grave", afirma la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
—
La UE (Unión Europea)
aprueba un semáforo covid para ordenar los viajes desde zonas de riesgo
sin acordar restricciones comunes
28 de octubre de 2020 Este jueves por la tarde, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27
países de la UE se reunirán para analizar el avance de la segunda ola de
la pandemia. Y lo harán, como antes del verano, por videoconferencia:
la crisis desaconseja las reuniones presenciales. Veinticuatro horas
antes de esa cumbre telemática, la Comisión Europea ha presentado una
comunicación en la que reclama más coordinación a los países para
afrontar los meses duros que quedan por delante mejor que en el inicio
de la pandemia.
"Las medidas apuntan a comprender mejor la propagación del virus
y la eficacia de la respuesta", explica el Ejecutivo comunitario:
"Aumentar los tests, reforzar el rastreo de contactos, mejorar los
preparativos para las campañas de vacunación y mantener el acceso a
suministros esenciales, preservar el transporte de mercancías en el
mercado único y facilitar la seguridad de los viajes". Y alerta la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: "Entiendo el
cansancio de los ciudadanos, hay hartazgo. Pero no podemos bajar la
guardia ante lo que viene. El momento es grave".
"Los tests son una herramienta decisiva para frenar la
propagación del coronavirus", explica Bruselas: "Para promover una
aproximación común y que las pruebas sean efectivas, la Comisión
recomienda las pruebas rápidas de antígenos".
Bruselas también pide a los Estados miembros que presenten
estrategias nacionales sobre tests para mediados de noviembre. Para
adquirir directamente pruebas rápidas de antígenos y entregarlas a los
Estados miembros, el Ejecutivo comunitario "está movilizando 100
millones de euros".
La Comisión Europea pide a los Estados miembros que cuando
apliquen requisitos de pruebas previas a los viajeros entrantes y no
existan tests disponibles para personas asintomáticas en el país de
origen (como es el caso de Bélgica, por ejemplo), "se debe ofrecer a los
viajeros la posibilidad de someterse a un tests después de su llegada.
Si se requieren o recomiendan pruebas de COVID-19 negativas para
cualquier actividad, el reconocimiento mutuo de las pruebas es esencial,
en particular en el contexto de viajes".
Apps de rastreo
Las aplicaciones de seguimiento y advertencia de contactos
"ayudan a romper las cadenas de transmisión", afirma Bruselas. Hasta
ahora, los Estados han desarrollado 19 aplicaciones nacionales de
seguimiento y alerta de contactos, descargadas más de 52 millones de
veces, según los datos de la Comisión Europea, que ha lanzado
recientemente una fórmula para vincular aplicaciones nacionales en toda
la UE.
Tres aplicaciones nacionales (Alemania, Irlanda e Italia) se
vincularon el 19 de octubre, y "muchos más seguirán en las próximas
semanas". En total, 17 aplicaciones nacionales se basan en sistemas
descentralizados y pueden interconectarse. "Todos los Estados miembros
deberían crear aplicaciones eficaces y compatibles y reforzar sus
esfuerzos de comunicación para promover su aceptación", afirma el
Ejecutivo comunitario.
En cuanto a las vacunas, "la Comisión Europea está negociando
acuerdos con los fabricantes para ponerlas a disposición de los europeos
tan pronto como se demuestre que son seguras y eficaces".
Bruselas entiende que en esta crisis "la comunicación clara es
esencial para que la respuesta de salud pública tenga éxito, ya que de
esto depende en gran medida del cumplimiento de las recomendaciones.
Todos los Estados miembros deberían relanzar las campañas de
comunicación para contrarrestar la información falsa, engañosa y
peligrosa que sigue circulando y para hacer frente al riesgo de 'fatiga
pandémica".
"La vacunación es un área específica en la que las autoridades
públicas deben intensificar sus acciones para abordar la información
errónea y garantizar la confianza del público", dice el Ejecutivo
comunitario, "ya que no se comprometerá la seguridad ni la eficacia
gracias con el sólido sistema europeo de autorización de vacunas. Las
vacunas no salvan vidas, la vacunación sí".
En relación con el acceso a los materiales sanitarios, "la
Comisión Europea está extendiendo hasta abril de 2021 la suspensión
temporal de los derechos de aduana y el IVA sobre la importación de
equipos médicos de países no pertenecientes a la UE. La Comisión también
propone que los hospitales y los médicos no tengan que pagar el IVA por
las vacunas y los kits de tests utilizados en la lucha contra el
coronavirus".
La libre circulación dentro de la UE y el espacio Schengen sin
fronteras son inherentes a la integración europea, y la segunda ola
vuelve a suponer una amenaza: ya en la primera se cerraron las fronteras
durante semanas, algo que la Comisión Europea no quiere que se repita:
"Todas las medidas de control en las fronteras internas relacionadas con
COVID-19 restantes deben levantarse".
La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea y el ECDC
están trabajando en un protocolo sobre tests para viajeros, informa
Bruselas, "que será utilizado por las autoridades de salud pública, las
aerolíneas y los aeropuertos para ayudar a la llegada segura de los
pasajeros. La Comisión también trabajará con los Estados miembros y las
agencias en un enfoque común sobre las cuarentenas. Las aportaciones del
ECDC se presentarán en noviembre". Bruselas también quiere un
formulario de localización de pasajeros digital común de la UE.
https://www.eldiario.es/internacional/ue-pide-tests-efectivos-rapidos-avance-segunda-ola-alerta-fatiga-pandemia_1_6368017.html
-IX- Las
‘apps’ de rastreo, ¿un freno para la segunda ola de COVID-19? August 26, 2020 Asistimos ahora a un aumento de incidencia de la COVID-19 que se está calificando ya como la segunda ola.
Aún no hay una vacuna o un tratamiento efectivo y las medidas de
confinamiento suponen una ruptura casi inasumible con la vida normal. La
detección temprana de contagios podría ser la única medida sostenible a
corto plazo, pero requiere tiempo y personal. ¿Pueden ayudarnos las
aplicaciones de alerta de contactos en este escenario? Quizá sí. Pero es
necesario que todos los agentes implicados en su diseño, despliegue y
uso las entiendan, las vean como aliadas y las usen adecuadamente.
Rastreo manual de contactos
El rastreo de contactos es una
herramienta en la lucha contra una epidemia. Con ella se intenta
localizar a quienes han estado próximos a un infectado para
determinar si están contagiados y tomar las medidas necesarias
para su recuperación y evitar nuevas transmisiones. En el caso
de la COVID-19, pasan entre dos y tres días entre ser contagiado
y pasar a ser infeccioso. Por tanto, la rapidez es esencial.
Los rastreadores
entrevistan a los diagnosticados positivos para localizar a posibles
infectados. Los entrevistados deben recordar dónde y con quién
estuvieron en los días previos al diagnóstico y este proceso requiere
tiempo. Si añadimos la escasez de rastreadores cualificados, parece difícil actuar eficientemente ante rebrotes.
Además, nuestra memoria no es siempre lo bastante precisa como para
recordar qué hemos hecho. Y es difícil averiguar quién fue el compañero
anónimo de un traslado en tren o metro o el ocupante de la mesa de al
lado en un restaurante. Por ello algunas autoridades sanitarias han
pedido que los ciudadanos anoten sus actividades. Apps de alertas de contactos: reforzando eslabones de una cadena
Aunque quizás exista una opción mejor. Las apps de alertas de contactos (también llamadas de rastreo de contactos)
se instalan en móviles. Detectan si hay otro móvil suficientemente
próximo durante un tiempo suficiente como para que pudiese haber
contagio entre los portadores en caso de que uno estuviese infectado. En
ese caso, cada app registra un identificador anónimo del otro móvil.
Si un portador de un móvil es diagnosticado con COVID-19, tras declararlo a la app,
quienes hayan estado próximos recientemente reciben una alerta. A
partir del aviso, los usuarios deberían entrar en contacto con las
autoridades sanitarias. Como explicaba hace días en este hilo, estas apps
nunca sustituyen al rastreador manual, sino que refuerzan partes
débiles del proceso, como no recordar o no saber dónde o con quién se ha
estado en los últimos días. Avisan además rápidamente en caso de
sospecha de un posible contagio. Su papel activo empieza y acaba con una
acción sanitaria y deben estar imbricadas en los protocolos de rastreo
sanitarios. La app española (RadarCOVID) está siendo implantada y activándose en varias Comunidades Autónomas.
Potenciar las apps: adopción y constancia en el uso
¿Pero realmente serán estas apps útiles? Nunca se habían
probado en condiciones como las actuales, así que es temprano para
saberlo. Evaluarlas precipitadamente puede llevar a conclusiones
erróneas. Pero en los momentos críticos que se aproximan no se debe
desechar (ni sobreestimar) ninguna ayuda. Y, de ser exitosas, serían
útiles en posibles futuras pandemias.
La detección se produce solo entre quienes tienen la app
instalada, por lo que su adopción es esencial. Un dato bastante
citado, proveniente de un estudio de Oxford, es que se necesita un 60%
de adopción. Esta es una estimación de la adopción
necesaria para poder detener la epidemia usando solo la app. Pero las apps no funcionan como un todo o nada y tasas menores de adopción también serían útiles.
Es imprescindible también usar la app integralmente: desde
su instalación y activación hasta la declaración de un diagnóstico
positivo o el contacto con los servicios de Sanidad en caso de ser
notificado. No seguir esta cadena hace a la app inútil, y debería haber una campaña decidida de concienciación. La adopción debería tener lugar también sin reservas en el lado de la
administración y servicios de Sanidad. Los ciudadanos tenemos que
percibir que las apps son útiles o no habrá incentivo para usarlas.
Privacidad y confianza ciudadana
El derecho a la privacidad y a
la protección de nuestros datos está recogido en muchas
legislaciones. Hechos recientes muestran cómo se puede manipular
a la sociedad usando datos de sus ciudadanos. Una app
sin consideraciones de privacidad podría recolectar datos personales y
de interacciones sociales de forma masiva y ya se han retirado apps que no seguían estándares adecuados de protección de datos. Cualquier recogida, almacenamiento y uso de datos debe documentarse
con la máxima transparencia. Cualquier otro enfoque causaría desde, como
mínimo, reticencia hasta peligros para la sociedad.
Podríamos confiar en la administración actual, a pesar de casos recientes
de traición de esta confianza en sociedades avanzadas. Pero no sabemos
qué harán gobiernos futuros o corporaciones privadas con los datos de
rastreo. Y siempre existe la posibilidad de accesos ilegítimos.
El uso de apps que ofrecen privacidad por diseño, en contraposición a privacidad por confianza,
debe reforzar su aceptación. Además disminuye la carga de
responsabilidad de la administración dado que no se pueden revelar datos
privados porque directamente no se recogen. Adicionalmente, el liberar el código de la app
para permitir revisiones abiertas por expertos, como han hecho otros
países, aumentaría las evidencias de su seguridad.
Retos pendientes
España no está entre los primeros países en el lanzamiento de una app.
Con las pérdidas que esto acarrea, también permite aprender de los
errores y aciertos de las iniciativas de su entorno. Debería
aprovecharlos para sacar el máximo partido a la tecnología disponible
sin descuidar el resto de las medidas de erradicación.
La adopción es esencial y escuchar las críticas con espíritu
constructivo redundará en una mayor calidad, aceptación y utilidad de la
misma. Un punto a tratar en un futuro inmediato es la interoperabilidad
con las apps de otros países cuando esto sea técnicamente
posible. Un detalle que favorecería avanzar con más seguridad hacia una
nueva normalidad aceptable.
Por último, se nos
presenta ahora una oportunidad de aprender y avanzar en
tecnologías que permitan involucrar a los ciudadanos hacia
objetivos comunes respetando su privacidad. Sin dejar de luchar contra
la COVID-19, no se debería desaprovechar esta ocasión. https://theconversation.com/las-apps-de-rastreo-un-freno-para-la-segunda-ola-de-covid-19-144586
-X- El Dr. Osvaldo Enrique Artaza
Barrios, nació en Chillán el 5 de junio de 1955.
Médico cirujano, académico y político
democratacristiano chileno, ex ministro de Salud del presidente Ricardo
Lagos. Estudió Medicina en la Universidad de Chile y luego
realizó postgrados en la especialidad de Pediatría,
Cardiología Infantil y en Gestión de Instituciones de
Salud en la Facultad de Economía y Salud Pública en la
misma casa de estudios. Fue director del hospital de Mulchén.
Posteriormente ocupó el mismo cargo en el hospital de
niños Luis Calvo Mackenna. Actualmente es docente del Instituto
de Administración en Salud de la Universidad de Chile,
secretario ejecutivo de la Sociedad Chilena de Administradores de
Atención Médica y Hospitalaria y ha vuelto a dirigir el
hospital Luis Calvo Mackenna, luego de ganar un concurso público.
En estos duros e inciertos tiempos de plena Pandemia por Covid 19 él nos deja esta esperanzadora:
CARTA EN TIEMPOS DE PANDEMIA: DE LA ANGUSTIA A LA ESPERANZA
Osvaldo Artaza Barrios
Decano 8 jul. 2020
En estos días vivimos tiempos muy duros. La pandemia por el
coronavirus está dejando una dramática huella en nuestro
país. Al momento de escribir estas líneas, tenemos
más de 300 mil contagiados y más de 6 mil compatriotas
fallecidos, lo que nos sitúa dentro de los países de
Sudamérica más golpeados. No solo estamos viviendo el
dolor de saber que fallecen tantas personas, algunas cercanas, sino
también la angustia de estar conscientes de las secuelas
sociales y económicas que esta crisis sanitaria está
dejando en nuestro país y que muchas y muchos de nuestra
comunidad universitaria ya están viviendo en carne propia.
Luego de la pandemia, tendremos un país más empobrecido y
con muchos más problemas sociales y de salud no resueltos:
desempleo y sus consecuencias; largas listas de espera que se
habrán multiplicado, secuelas respiratorias derivadas del
COVID-19, agravamiento de problemas de salud asociados a la pobreza
(metabólicos y cardiovasculares) y una enorme presión en
el ámbito de la salud mental, entre muchos otros problemas, que
harán de la salud y de las áreas sociales, temas
aún más prioritarios en el próximo tiempo.
Será esencial que los derechos sociales sean un eje en el debate
constitucional próximo y que se realicen reformas urgentes que
permitan que el sistema de salud chileno pueda actuar más
unitaria, solidaria y equitativamente frente a las enormes demandas
futuras, así como la urgencia de cambios profundos en nuestro
sistema de protección social y modelo de desarrollo, a fin de
que se superen las profundas desigualdades actuales.
La dolorosa experiencia de la pandemia, nos señala
múltiples ámbitos de mejora: en la fortaleza
institucional en salud pública; en los desafíos
país para superar las profundas inequidades y en el gran peso de
las determinantes sociales de la salud; en las causas de la
pérdida de disposición de las personas para actuar con
sentido de bien común; y en la concentración del poder
que obstaculiza la riqueza de la acción desde los
territorios. Todos estos ámbitos no obligan como
universidad a reflexionar, proponer y a actuar para producir grandes
transformaciones.
Nuestra comunidad universitaria ha vivido como todas y todos
días difíciles. Sostener en modalidad virtual un proceso
de enseñanza aprendizaje no ha sido tarea sencilla, ni para
nuestros estudiantes, ni para nuestros docentes y académicos. En
las múltiples conversaciones que he sostenido con
académicos, con estudiantes y sus dirigentes, he escuchado
testimonios que para mí han sido desgarradores. Dentro de este
contexto, sin duda abrumador, he escuchado también un enorme
compromiso por seguir estudiando, incluso a veces, en condiciones
heroicas, junto a muchos ejemplos hermosos de resiliencia,
innovación, creatividad y fortaleza, para mantener y mejorar
nuestras modalidades online y avanzar en entregar resultados de
aprendizaje. Esos testimonios de estudiantes y académicos, me
llenan de esperanza.
Los días próximos necesitaremos de una sobredosis de
esperanza. Como comunidad universitaria, estamos llamados a reforzar
solidariamente nuestra unidad interna, para entre todas y todos, seguir
mejorando nuestros procesos de enseñanza, en que nadie se quede
atrás. Para más allá del distanciamiento
físico, estar más vinculados y unidos que nunca,
“poniendo en el cuerpo” nuestro sentido de comunidad y
contribuir con un alto sentido de responsabilidad social, a desarrollar
un clima respetuoso, dialógico y plural de “bien
común” que nos permita a las chilenas y chilenos, sobre
todo a los más vulnerables, salir adelante.
En todo este contexto, entre la angustia y la esperanza, las facultades
de Ciencias de la Salud y de Ciencias Sociales, se encuentran
construyendo un inédito proceso de integración en torno a
reflexiones sobre el “buen vivir”, y el bienestar de
personas y comunidades. Hoy más que nunca urge repensar el rol
de la universidad y el de su contribución a la sociedad. Hoy,
más que nunca urge acompasar nuestros procesos formativos a las
necesidades de nuestro pueblo. Hoy, más que nunca cobra vigencia
el ocuparse de formar profesionales íntegros, éticos,
solidarios, capaces de contribuir a la construcción de
realidades más justas y equitativas, que posibiliten la
expresión plena y multidimensional de lo humano. Hoy, más
que nunca surge la obligación ética de que “tenemos
que hablar de Chile”. Aún en la angustia y el dolor, crece
con fuerza la luz de la esperanza, la vida siempre es más fuerte.
Un abrazo cariñoso.
***
Amiga, Amigo:
Qué mejor final para un tema tan relacionado con la
Pandemia, uno más dejado en el Portal Mundo Mejor que la Carta del Dr. Osvaldo Artaza Barrios cuya
inspirada carta del día 6 de julio del 2020 la finaliza con este inspirado Mensaje:
Aún en
la angustia y el dolor, crece con fuerza la luz de la esperanza, la vida
siempre es más fuerte. Dr. Osvaldo Artaza Barrios