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ECM
 Actualización


Proemio

El tema de las ECM o Experiencias Cercanas a la Muerte se conoce desde la antigüedad y sucede en todas las naciones sin importar raza, condición social, sexo, edad, credo religioso etc.  Merece destacarse al médico que ahora es el ícono de la vida antes de la vida gracias a las ECM, me refiero al Dr. Raymond Moody por ser el primero en publicar lo que había encontrado sobre las experiencias cercanas a la muerte con su libro "Vida después de la Vida" que, por sobre el temor de tratar ese tema que le sería criticado fue un best seller o super ventas. Había otros destacados médicos que tenían más material y análisis antes que Moody, pero no lo daban a conocer por temor a la crítica. El Dr. Moody nos dice:

Francamente, en ese momento de mi vida, jamás se me había ocurrido la idea de que pudiéramos sobrevivir espiritualmente después de la muerte física. Siempre creí que la muerte era la extinción tanto del cuerpo físico como de la consciencia. Naturalmente me intrigaba el hecho de que un médico eminente tuviera la suficiente seguridad como para admitir públicamente que había recibido un destello del más allá.
Las investigaciones realizadas en 1980 por Richard Kohr demostraron que Todas las personas que han vivido una E.C.M. sufren una gran transformación interior. Se hacen más positivas y agradables, se sienten impulsadas a tener un compromiso más activo en el mundo, que les ayudan a enfrentarse con más coraje y claridad de pensamiento a las dificultades de la vida. Algunos incluso después han empezado a adquirir y potenciar facultades psíquicas como la intuición o la percepción de pensamientos y sentimientos de los que les rodean. Hay una mayor tendencia en estas personas a experimentar fenómenos como la percepción extrasensorial, la psicocinesis, visión de auras, apariciones y experiencias extracorpóreas o percibir presencias de seres espirituales.

Desarrollo

Aporto nuevos datos a un tema que más una vez abordé en el Portal MUNDO MEJOR, se trata de las ECM o Experiencias Cercanas a la Muerte sobre la base de artículos de los años 2019 y 2020.



1.-
"Hay vida después de la muerte, yo la transité"
Óscar Berlanga vivió una experiencia cercana a la muerte (ECM) nos habla de ella en un relato conmovedor para Oficios de la Muerte.
22 de febrero de 2019
Me llamo Óscar Berlanga, nací hace 42 años en el barrio de Bellvitge, en Barcelona, tengo una hija de 18 años y soy artista. Hace diez años viví lo que se conoce como una ECM (experiencias cercanas a la muerte) y cambió mi concepción de la vida y de la muerte para siempre.
En 2009 me mudé a la isla del Hierro, en Canarias, porque estaba harto de trabajar como dibujante de animación y necesitaba un cambio. Mis tíos viven en la isla, así que me instalé con ellos. Pasaba mucho tiempo solo y en silencio, en un paisaje agreste y volcánico, un poco como un ermitaño, hasta que conocí a un dibujante belga bastante importante, Marc Legendre, que me propuso realizar un proyecto a medias. Alquilé mi propio apartamento y cada mañana cogía la bici y pedaleaba los pocos kilómetros que separaban nuestras casas por unas carreteras llenas de curvas frente al mar. Como apenas circulaban coches, no solía ponerme casco, pero recientemente me había comprado uno muy barato para evitar que me multasen y ese día, no sé si por intuición, me lo puse. De repente, cuando bajaba por una pendiente, me encontré con un coche y, al intentar esquivarlo, no me dio tiempo de tomar la segunda curva, la rueda de la bicicleta quedó atrapada en una piedra y salí catapultado por un barranco de unos treinta metros. Me abrí la cabeza contra una roca, lo último que recuerdo fue volar. Ese fue el final y el principio…
Entonces, me vi fuera de mi cuerpo, flotando. Tenía una especie de visión panorámica: veía al conductor del coche verde que me había sobrepasado llamando a emergencias -si no hubiese sido por él, me habrían comido los buitres- y mi cuerpo yacía ensangrentado entre una zona de cactus y una de roca volcánica puntiaguda. Era totalmente consciente de todo.
Arriba, atado de una especie de hilo invisible a mi cuerpo, como si fuera una cometa, hice el gesto de mirarme las manos y no las vi, pero las sentí. De hecho, sentía también las rocas, el mar y lo que había dentro, el aire… Todo. Y también un gran alivio y paz como nunca he experimentado. Era más real que ahora, no sé cómo explicarlo. Quizás la mejor metáfora que se me ocurre es imaginar que llevas años viviendo en el fondo del mar vestido de buzo, con una escafandra y un tubo, hasta que olvidas quién eres y dónde estabas antes; un día el traje empieza a estropearse y tienes que volver a la superficie, y de repente, respiras de otra forma y puedes ver y notar más cosas que cuando estabas embutido en ese traje. Pero, además, me ocurría algo curioso: no tenía miedo, era como si ya hubiera pasado por esa situación antes, de forma similar a cuando regresas de adulto a un lugar que visitaste de niño. Siempre me ha llamado la atención la etimología del verbo “recordar”, que en latín significa “volver a pasar por el corazón”, ya que antiguamente se creía que era allí donde residía nuestra memoria. Y así lo percibí, como una vivencia real más allá de los límites de nuestros sentidos y no un ejercicio de imaginación; por eso me resulta difícil encontrar las palabras para describirlo.
Me embargaba tanta alegría y curiosidad que quería mirar hacia el cielo, porque estaba bocabajo, observando mi cuerpo. Pensé que iba a girarme y automáticamente lo hice, sin ningún esfuerzo; pero el cordón seguía ahí, elástico, agarrándome, hasta que empecé a tirar y se rompió. Recuerdo que salí disparado a una velocidad absurda en dirección a ese famoso túnel con una luz al final que todo el mundo asegura haber visto, solo que yo lo identifico más como una espiral rodeada de relámpagos y nubes. Con los años y a fuerza de darle vueltas, creo que fue un viaje hacia el interior y no hacia el exterior, como habitualmente lo identificamos. Es decir, tengo la sensación de que esa espiral o túnel era el ADN y que de alguna manera atómica estaba entrando en lo más ínfimo, que es lo más grande a la vez. La cuestión es que veía esa típica luz al final, y era tan intensa que me sorprendía que no me cegara; estaba viva y latía, como una luz líquida que desprendía un amor inexplicable. En ese momento, sentí que volvía a casa.
Recuerdo eso: la luz, la velocidad, el túnel, los relámpagos, y unas cuatro o seis esferas luminosas de diferentes colores que viajaban a mi alrededor y que reconocí. Una de ellas se acercó más y noté la fragancia de mi abuelo. Sabía que era él. De pronto, recibí un mensaje. Era más bien como una vibración muy grave que me hacía cosquillas, pero que interpretas con palabras. Decía que no había llegado mi hora, que tenía cosas pendientes. Pero yo, ni caso; ¡iba a volver su tía…! Estaba tan feliz… Y de nuevo, la vibración, en plan: “Eh, escúchame, ya sabes que ir allí (a la Tierra) no es nada fácil, pero hay cosas que tienes que hacer. Tú verás, luego no te quejes”. Y dije: “Es verdad”. Fue un acto de responsabilidad. Y acto seguido, me desperté en un hospital en Tenerife.
Por lo visto, cuando el conductor llamó a Emergencias, un helicóptero me recogió y estuve en coma algunas horas. Como iba en bermudas, no llevaba la documentación encima, así que nadie sabía quién era. Ni siquiera yo mismo. Sufría amnesia, pero no me sentía agobiado para nada; tenía ese tipo tranquilidad de estar totalmente presente. Observé los fluorescentes del techo y el instrumental médico, e inmediatamente pensé: “Vale, estás en un hospital”. Entonces sí que me asusté y empecé a palparme, y en cuanto me moví, grité de dolor. Llegó una enfermera muy amable y luego unos médicos que me hicieron preguntas hasta que comencé a recordar mi nombre y mi edad, información muy básica. Y poco a poco fui acordándome de más cosas. Pero los flashes de esa otra vivencia fueron apareciendo con el tiempo, y eran tan vívidos y claros que me rompí totalmente. Hasta entonces era agnóstico y, de hecho, no conté esta experiencia a nadie durante años, supongo que por prejuicios.
Siempre he tenido una mente científica y creo que algún día la ciencia podrá explicar este tipo de experiencias, solo que con nuestra mente dual es difícil comprenderlo. A raíz de lo que pasó, he leído mucho y he encontrado otras historias similares, incluso de gente que afirma haber atravesado la luz y haber llegado a ciudades; o de personas que vieron un prado o que tuvieron vivencias horribles, que estuvieron en el infierno y sintieron como les arrancaban la piel.
No tengo respuestas para nada excepto lo que me ocurrió a mí, pero ha reflexionado e investigado mucho y creo que, tal vez, dependiendo del estado vibracional en que te encuentras al morir -si tienes una densidad importante de apegos o traumas-, lo proyectas en esa última vivencia. Un poco como en la película de Contact, cuando el extraterrestre adquiere el aspecto del padre de la protagonista para no asustarla… No sé, no intento convencer a nadie. Lo único que sé es que hay una continuidad después de la muerte, porque he transitado por ella y ha cambiado mi modo de vivir. La muerte es un imposible y tener conciencia de ello a veces no es fácil en la sociedad en que vivimos. Nos queda mucho camino para saber qué significa en su totalidad la palabra AMOR».

“Vi una luz líquida que desprendía un amor inexplicable y unas esferas de colores, en una de ellas reconocí a mi abuelo” 

“Siempre he tenido una mente científica y creo que algún día la ciencia podrá explicar lo que me ocurrió” 

«Lo único que sé es que hay una continuidad después de la muerte, porque he transitado por ella y ha cambiado mi modo de vivir.
https://theobjective.com/further/oficios-de-la-muerte-ecm


2.-
Casos asombrosos
29 de marzo de 2019
Se realizaron observaciones sorprendentes acerca de nuestra realidad mientras la experiencia fuera del cuerpo, que son imposibles en la forma normal:

El caso de Pam Reynolds (Video) está especialmente bien documentado. 1991, se realizó una cirugía de cerebro (eliminación de aneurisma) en Phoenix, Arizona con ella. Un paro cardiaco en el cerebro fue creado artificialmente, y su cuerpo se enfría a 20 °, para que media hora tenía tiempo para la cirugía de cerebro sin derramamiento de sangre. Se midieron las ondas cerebrales usando electroencefalograma en diferentes lugares en el tallo cerebral, durante el tiempo entero, que esta minuto a minuto todo documentado. Ella tuvo una experiencia cercana a la muerte y pudo describir detalles exactos sobre la intervención quirúrgica, E.g. detalles técnicos de la sierra quirúrgica usada. Basado en el momento de su descripción, puede ser demostrado que la mayor parte del tiempo de su experiencia cercana a la muerte era una línea de cero en su electroencefalograma.
Una mujer del estudio de v. Lommel pudo informar exactamente donde habían puesto los dientes durante la resucitación (citado de Prof. Dr. Günter Ewald “Ich war tot. Ein Naturwissenschaftler untersucht Nahtoderfahrungen.” – “Estaba muerto. Un científico estudia las experiencias cercanas a la muerte” página 5)
“Zapato de María”: en 1984 en Seattle una mujer llamada Maria sufrió un grave ataque cardíaco y fue trasladado al hospital. Allí tuvo un paro cardíaco, fue reanimado y dijo a su trabajador social Kimberley Clark que ella había visto de fuera del hospital durante su ECM un zapato de tenis en el tercer piso en el ala norte del edificio, que fue usado en el lugar del pequeño dedo del pie, un cordón fue atrapado debajo del talón. La trabajadora social Clark comprobó esto inmediatamente después y realmente encontró exactamente una sola zapatilla en una repisa de la ventana del tercer piso. Este incidente es descrito de Jeffrey Long en su libro “Evidencias del mas allá: Pruebas de la existencia de otra vida después de la muerte.” (p.110 edición alemana) y con más detalles de Kenneth Ring en su libro “Lessons from the Light: What We Can Learn from the Near-Death Experience. ” (capítulo 2, sección”investigaciones de la verdad”).
K. Ring describe 2 otros casos más: un paciente describe a una enfermera un solo zapato rojo que había visto durante un ECM en el techo inaccesible y cerrada de un hospital y la enfermera le comprobó. En otro caso, un paciente reanimado pudo reconocer un entrenador clínica desconocida, que había estado presente sólo unos pocos minutos durante la resucitación y describió su ropa a la anterior “pero la parte superior amarilla era mucho mejor para usted”.
En 2004 Dr. Penny Sartori examinó en un estudio las observaciones acerca de su resucitación de 8 experimentados de cercana a la muerte. Estas observaciones fueron siempre totalmente correctas, mientras que historias de un grupo control de pacientes reanimados sin ECM fueron altamente inexactas.
Fuente: https://jenseitswelt.eu/es/experiencias-cercanas-a-la-muerte


3.-
Experiencia cercana a la muerte de sobreviviente de campo de concentración nazi logra liberarla
02 de Junio de 2019
La salud de Tienke Klein permaneció delicada después de ser liberada de un campo de concentración nazi. Después de una larga recuperación del trauma que había soportado, finalmente llegó al punto de no tener que visitar con regularidad a su médico. Entonces fue golpeada por un coche mientras montaba en bicicleta.
La experiencia la liberaría del campo de concentración que desde diferentes puntos de vista nunca había dejado.
Klein describió su reacción en un video publicado en NDE videos.com (un sitio web para compartir experiencias cercanas a la muerte).
“Estaba enfadada con Dios”, dijo. Había terminado finalmente con el doctor y, bam [sic], en un momento pudo perder la vida debido a la ira que tuvo con alguien en la carretera.
“De repente fui expulsada de mi cuerpo y no estaba enfadada”, expresó. “Apareció un resplandor de luz y sentí una energía que impregnaba todo, incluso a mí misma. Era completamente esa energía”, dijo. “Fui amor, sabiduría, dinamismo”, agregó.
De inmediato recibió respuestas a todas sus preguntas. “Me sentí tan feliz…, tan increíblemente feliz”, recordó.
“En mi vida siempre me faltó energía, porque mi cuerpo sufrió mucho daño en el campo de concentración”, dijo. Pero allí se sentía maravillosa y sana de nuevo. “No estaba muerta, pero tampoco en mi cuerpo”, comentó.
Ella recibió dos mensajes claros. Uno de ellos fue: “La gente ama tanto como es capaz de hacerlo”. Y el otro, “No necesitas ir a ninguna parte”.
Cuando recobró el conocimiento, en ella seguía resonando su experiencia. Se sintió sola cuando se dio cuenta de que las cosas que la gente hablaba a su alrededor, no tenía ninguna sustancia, en comparación con la profunda verdad que acababa de experimentar. Pero entonces recordó el primer mensaje, “La gente ama tanto cuanto le es posible”. Ella esperaba más de ellos, lo que la decepcionó.
El segundo mensaje le hizo dar cuenta de que, ya sea en la calle, en casa, o en un campamento de prisioneros, ella puede sentirse libre. Había visto su vida en un instante durante su experiencia cercana a la muerte (ECM), un fenómeno común para las personas que la han vivido.
“Me di cuenta que aunque salí de la prisión, todavía seguía tratando de salir de allí”, indicó. Se le había convertido en obsesión superar limitaciones.
“No necesito ir a ninguna parte para recuperar mi libertad”, dijo. “La razón siempre se encuentra debajo de todos los traumas. Y nadie puede quitar la razón del alma”, agregó.
Una de las investigadoras más influyentes de las ECM, Elisabeth Kübler-Ross, fue motivada para estudiar la muerte y las ECM, después de un viaje a un campo de concentración en 1945.
Ella visitó el campo de concentración ‘Majdanek’, en las afueras de Lublin, Polonia, después de la liberación, y charló con una mujer joven que se había determinado perdonar a Hitler, antes de abandonar el campo. Ella no quería difundir la ira y el odio al hablar de las cosas terribles que había visto. Esta mujer dijo a Kübler-Ross: “Todos dentro de nosotros tenemos un poco del mal que crea esas atrocidades”. Dijo que lo importante es sacar a “Hitler”, desde la parte interna de nosotros.
El significado de estas palabras representan la experiencia de Kübler-Ross con la muerte. En su camino de regreso a casa en Suiza, se sintió muy enferma y se desmayó en un bosque, se encontró tres días más tarde con fiebre tifoidea. Se dio cuenta de que había estado tan hambrienta y sin comida durante todo ese tiempo, que habría robado la comida de un niño si hubiera tenido la oportunidad. Vio el mal dentro de sí misma.
Se dio cuenta de que algo profundo pasa cerca de la muerte. Su investigación la llevó a escuchar muchas historias más increíbles y profundas de ECM.
Muchos regresan con problemas emocionales y espirituales resueltos y con un mayor sentido de propósito. Para muchos, las ECM confirman la existencia de otra vida y la naturaleza compasiva de ese otro reino.
El sobreviviente de un campo de concentración, el famoso psiquiatra Viktor Frankl, es muy citado en documentos sobre ECM, por su enfoque en la búsqueda humana de significado, y la comprensión de que el amor es una parte integral de ese significado.
En un viaje hacia una cámara de gas, Frankl escapó deslizándose a una línea diferente.
El escribió acerca de sus experiencias en los campos de concentración para prisioneros en su libro de 1973, “El doctor y el alma”: “Él mismo ya no puede entender cómo fue capaz de sobrevivir en la prisión. Desde entonces disfruta de la preciosa sensación de que después de todo lo que ha vivido y sufrido, ya no hay nada en el mundo a lo que pueda temer…  Como resultado de esa experiencia, en el campo de concentración, un gran número de prisioneros aprendió nuevamente a creer en Dios”.
Klein señaló que todos los ideales a los que se iluminó durante su ECM, a veces se desvanecen en su vida diaria. Pero, ella se recuerda a sí misma cómo aprendió a sentirse libre y aceptar a los demás independiente del  amor que ellos sean capaces de dar; en estos momentos de claridad, asoma la cabeza hacia atrás hasta salir de la niebla para tomar la luz.
https://es.theepochtimes.com/la-experiencia-cercana-a-la-muerte-de-una-sobreviviente-de-un-campo-de-concentracion-nazi_20568.html


4.-
Vista de los ciegos
29 de marzo de 2019
¿Es científicamente posible que una persona ciega puede ver de forma visual pictórica durante una experiencia cercana a la muerte? Aquí hay algunos condicioestan entonces nes previas básicas:
Herramientas biológicas para ver
Para ver, se necesita mucho más que dos ojos sanos. Por supuesto, la córnea, el cristalino y la retina, el cuerpo vítreo y el nervio óptico deben estar intactos. Luego, la imagen se proyecta a través de los rayos ópticos sobre la corteza visual primaria (Área Striata, V1, Área 17 de Brodmann). La imagen se procesa luego en la corteza visual secundaria vecina (Área 18 de Brodmann) y la corteza visual terciaria (Área 19 de Brodmann) para reconocer formas, imágenes, caras y más. Los defectos en la corteza visual primaria resultan en la llamada «ceguera de la corteza», es decir, a pesar de los ojos sanos, uno no puede ver nada en absoluto. Hay formas de ceguera parcial a cause de defectos en sitios de corteza visual secundaria y terciaria. Por ejemplo, hay personas que no pueden distinguir formas geométricas como círculos o triángulos entre sí, y hay otras personas que no pueden reconocer caras debido a otro defecto de corteza.
Desarrollo es necesario para ver
Pero esta estructura complicada debe desarrollarse en los primeros años de vida. Solo puede desarrollarse en un sistema visual saludable. El niño combina las impresiones que recibe con los ojos, con los oídos, palpando con las manos y cuando corre y recorre distancias. Esto crea una percepción visual en el cerebro. Si una persona ahora es ciega desde el nacimiento, no puede desarrollar una idea visual, estas partes del cerebro están entonces de barbecho. Los estudios han demostrado que las personas que quedan ciegas antes de los 5 años no tienen idea de visión, luz, sombra, etc. en sus vidas. Incluso si unas personas no pueden ver por una enfermedad ocular durante años, estas áreas del cerebro se desmedran. El cerebro es plástico, es decir se adapta constantemente a lo que se necesita en la vida diaria. Si se inserte un brazo en una escayola, evidentemente el área de movimiento y sensación para este brazo en el cerebro se desmedra, lo que ha sido probado por los exámenes de resonancia magnética. Y si se retira el escayola nuevamente después de dos meses, el hombre necesita unos días, semanas y meses para recuperar su antigua habilidad y fuerza. Aquí las áreas del cerebro pueden agrandarse nuevamente. En una persona ciega, la capacidad del oído y el sentido del tacto aumenta enormemente, las áreas cerebrales correspondientes aumentan. Una persona con visión normal nunca podría leer Braille, que se basa únicamente en el sentido del tacto.
¿Se puede operar la ceguera?
Esto se puede leer en «xataka ciencia» con el título: Los ciegos que vuelven a ver y otras anomalías oculares (prueba de lectura «el cerebro», «Incógnito: Las vidas secretas del cerebro«). Se trata de un hombre llamado Mike May, quien sufrió una grave lesión en la córnea en el tercer año de vida, lo que lo hizo quedar completamente ciego. Se manejó extremadamente bien con la ceguera e incluso esquió. Luego fue implantado a la edad de aproximadamente 46 años, una nueva córnea en el ojo derecho, la transparencia podría ser mantenida por ciertas células madre. La visión del ojo se ha restaurado excelentemente, pero el hombre tiene enormes dificultades para reconocer objetos: no puede distinguir una lata de cola de un melocotón, no puede reconocer a su esposa, no puede distinguir una sombra de un escalón, etc. Esto es vívidamente ilustrado en este artículo. Este hombre todavía puede orientarse mejor con los ojos cerrados que con la vista de un ojo viendo pero sobre todo ciego de corteza. Y eso, aunque su corteza visual en los primeros tres años, después de todo, podría desarrollarse un poco.
Kenneth Ring describe a un hombre que recibió un trasplante de córnea después de una ceguera adquirida a una edad posterior. La corteza visual había retrocedido durante los años de mala visión. El hombre todavía no podía ver dos años después del trasplante, es decir todavía no podía reconocer objetos familiares y supuestamente se quitó la vida por desesperación.
¿Que sueñan los ciegos?
Un ciego vive en un mundo completamente diferente. No tiene idea del color, no tiene idea de luces y sombras, no tiene idea de ninguna forma, o la apariencia de un ser humano. Solo sabe cómo se sienten las superficies y las caras al tocarlas. Sus sueños consisten en impresiones acústicas y táctiles, no puede ver nada en el sueño, porque no sabe qué es la visión pictórica porque no tiene área cerebral por esto en absoluto. Y es por eso que un nacido ciego no puede alucinar nada visualmente. De acuerdo con la visión neurocientífica monista, todas nuestras fantasías surgen de algunas de las impresiones y recuerdos que una vez tuvimos y están almacenados en nuestro cerebro, de lo contrario no pueden venir de ninguna parte. Un ciego ni siquiera puede desarrollar la imaginación que puede ver si nunca ha visto en la vida.
¿Qué ven personas ciegas en la experiencia cercana a la muerte?
Ahora, si las personas con visión normal dejan sus cuerpos durante una experiencia cercana a la muerte y pueden ver fuera de sus cuerpos, eso es sin sus ojos, de una manera trascendental, ¿qué pasa con las personas nacidas ciegas?
La respuesta ha sido examinada varias veces. La mayoría de las personas ciegas tienen algún tipo de visión durante una experiencia cercana a la muerte. Kenneth Ring informa en su libro de 1999 sobre 31 casos de personas ciegas con experiencias cercanas a la muerte. 14 de ellos nacieron ciegos, 15 de los ciegos o 9 de los nacidos ciegos, informaron percepciones visuales durante experiencias cercanas a la muerte o fuera del cuerpo.
Ejemplos que ciegos ven en la experiencia cercana a la muerte
Caso ejemplar del estudio de Ring: Vicki Umipeg (o Vicki Noratuk) tuvo un accidente automovilístico en 1973 a la edad de 22 años y una experiencia cercana a la muerte durante una operación posterior. Lo especial es que Vicki Umipeg fue y es ciega desde su nacimiento. Ella informa que ella ha visto en su experiencia cercana a la muerte. Ella ha visto su propio cuerpo tendido en la mesa de operaciones. Debido a su ceguera, hasta ahora ella nunca pudo ver su cuerpo y no lo reconoció. Solo cuando vio el anillo de boda en su dedo llegó a la conclusión de que este cuerpo tenía que ser ella misma. Podía ver que una gran parte del cabello largo había sido afeitado aquí para la cirugía craneal, y estaba molesta por eso. Ella percibió todo esto con un ojo mental, como si pudiera ver. Después de su regreso a su cuerpo, ella permaneció ciega.
Percepciones inexplicables de las personas ciegas durante EFC o ECM (la mayoría de los ejemplos provienen de » Mindsight: Near-Death and Out-of-Body Experiences in the Blind» (“Vista del mente: experiencias cercanas a la muerte y fuera del cuerpo en el ciego ; 1999”) de Kenneth Ring y Sharon Cooper, los números de página se refieren a la traducción al alemán, Santiago-Verlag, 1a edición 2011. Los nombres entre comillas son seudónimos, los nombres reales son conocidos por el autor del libro):
«Nancy» (seudónimo) pudo detectar durante una ECM a 2 hombres en el piso del hospital en un momento en que ya estaba ciega debido a una complicación de la operación (Ring Mindsight p. 119)
Una paciente de Ingegerd Bergström, que había estado tan ciega durante 10 años que ya no podía ver su propio fregadero de la cocina, podía ver claramente durante una ECM durante un paro cardíaco que los platos en su fregadero todavía estaban sucios (Mindsight p. 117)
«Carla», que tenía una discapacidad visual grave desde el nacimiento, pudo ver las líneas en los monitores del quirófano durante una ECM (Mindsight p. 95). Podía ver claramente la estructura del techo de su amiga durante una EFC. Verificó la exactitud de la memoria un día después palpando. (Mindsight p.107) También pudo leer la placa de nombre de una enfermera desconocida para ella durante otra EFC (Mindsight p. 109).
La ciega «Cheryl» podía ver a su amiga viviendo en otra casa en su baño durante una EFC y luego podría describir este baño exactamente (Mindsight p. 112).
«Frank», ciego durante 10 años, pudo describir el color y el diseño de una corbata en una EFC, que un conocido acababa de comprar sin describir la apariencia (Mindsight p.114
Los ciegos mismos están convencidos sin excepción de que durante estas experiencias pudieron ver de manera real e inexplicable. Al principio estaban completamente desconcertados por sus nuevas habilidad perceptiva. Las personas con ceguera congénita reportan una percepción visual que nunca antes habían hecho en sus vidas y que no sabían de sus sueños (las personas ciegas no tienen concepciones visuales incluso en sus sueños). Las personas con ceguera adquirida informaron que al menos podían ver con tanta claridad como lo hacían antes de perder la vista.
¿Cómo ven los ciegos?
¿Cómo la ciencia convencional debería explicar este fenómeno? Hay algún tipo de visión de reemplazo, percepción de luz o color sobre la piel. Pero estas habilidades de visión de reemplazo primero deben entrenarse durante mucho tiempo y no están disponibles repentinamente durante un paro cardíaco. Y solo producen impresiones borrosas, y solo cuando las cosas están cerca de la piel. En ningún caso las personas ciegas pueden lograr una visión clara a distancia, como se describe en las experiencias cercana a la muerte. Tal vez esta vista de reemplazo también sea un «ver con el alma».
Conclusiones, si ciegos ven
Por lo tanto, si una mujer nacida ciega informa sobre la capacidad de ver durante una experiencia cercana a la muerte, entonces, desde un punto de vista materialista-neurocientífico, no hay absolutamente ningún punto de partida para una explicación. Es completamente imposible para un nacido ciego de desarrollar inclusa una idea de visión. Es completamente imposible para una persona nacida ciega ver de cualquier manera en la situación de un paro cardiovascular.
Muchos científicos dicen que uno podría y nunca puede probar la existencia de un alma independiente, no «psique», sino un alma que puede abandonar el cuerpo, o probar un mundo mas allá. Pero tampoco es posible demostrar que esto no existe, eso no es posible en principio, ya que, por razones de lógica, basta con una única contra-prueba.
La ciencia como tal significa observar, describir y explicar los eventos de nuestro mundo de manera imparcial y, si es necesario, extraer las consecuencias. Estos hechos ahora solo pueden explicarse por la hipótesis dualista, reconociendo la existencia de un alma independiente. Cualquiera que contradiga esto debe dar una explicación válida de cómo los hechos descritos aquí deben explicarse con la visión monista del mundo. Estos hechos son como el telescopio de Galileo, a través del cual la gente de la iglesia no quería mirar por ver las 4 lunas de Júpiter, porque de acuerdo con la vista de entonces, no podía y no debería haber otro cuerpo celeste alrededor del cual otros cuerpos o lunas orbitaban.
Aquellos que todavía insisten en perseverar en su cosmovisión monista les queda solo de sostener que todos estos informes de todo el mundo, recopilados por diferentes investigadores, son inventados. No me parece muy lógico a nivel de hechos.
Tenemos un alma no material y podemos tener sensaciones parecidas a la vista con esta alma. Estos difieren de la visión material con dos ojos sanos: algunos de los afectados informan que tienen una vista panorámica de 360 ° de una manera inusual y durante una ECM simultáneamente pueden ver hacia adelante, hacia atrás, hacia la derecha y hacia la izquierda y también hacia arriba y hacia abajo. Otros informan que la vista es más un tipo de conocimiento interno, una percepción del «yo» que, sin embargo, entrega imágenes muy detalladas, incluso a distancia.
https://jenseitswelt.eu/es/vista-de-los-ciegos


5.-
Personas ciegas ven por primera vez en experiencias cercanas a la muerte
11 de Junio de 2019
Personas que eran ciegas de nacimiento y que han tenido experiencias cercanas con la muerte, sintieron dejar sus cuerpos y tuvieron la experiencia de tener visión por primera vez. Para algunos parecía natural, para otros fue una experiencia confusa y molesta.
Muchas personas experimentan esta sensación de dejar el cuerpo durante una experiencia cercana a la muerte (ECM). Una encuesta de Gallup en 1982, encontró que el 15 por ciento de los estadounidenses que estuvieron cerca de morir (bajo circunstancias muy variadas) reportaron ECM. Alrededor del 9 por ciento informó de la “experiencia clásica fuera del cuerpo”, el 11 por ciento dijo que entró en otro reino, y el 8 por ciento dijo que se encontró con seres espirituales.
Para los ciegos que viven ECM, las percepciones visuales añaden otro nivel de misterio.
Algunas personas dicen que las ECM son alucinaciones, aunque muchos de quienes las estudian refutan esta explicación. La hipoxia, o privación de oxígeno, es una causa frecuentemente citada. Otra es la intrusión del movimiento ocular rápido (MOR), que se asocia con el sueño, pero que puede ocurrir mientras uno está despierto.
Uno de los investigadores que no está de acuerdo con estas explicaciones es Robert Mays, quien estudió las ECM durante unos 30 años. Explicó durante una charla en la conferencia de la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte de 2014 que las ECM son muy diferentes de las experiencias habitualmente reportadas bajo las condiciones de hipoxia o intrusión MOR.
Mays dijo: “Las ECM casi siempre reportan que tener una experiencia hiperrealista que supera con mucho nuestra experiencia ordinaria y consciente —que se sentían en su reino, en su verdadero hogar, impregnado por amor incondicional y que ya no tenían miedo de morir”.
“Estos aspectos característicos simplemente no están presentes con la hipoxia, intrusión MOR, y así sucesivamente”, dijo Mays.
Los estudios han demostrado que cuando las personas ciegas sueñan, no ven. Sin embargo, en las ECM, los estudios sugieren que a menudo pueden hacerlo.
Por ejemplo, un estudio sobre el sueño de las personas ciegas fue dirigido por Amani Meaidi en la Universidad de Copenhague y publicado en la revista Sleep Medicine en 2014. Encontraron que ninguno de los participantes que eran ciegos de nacimiento tuvo impresiones visuales en sus sueños.
Para los participantes que pudieron ver tempranamente en sus vidas, cuanto más tiempo había pasado desde que perdieron la vista, menos probabilidades tenían de reportar impresiones visuales en los sueños.
Un estudio sobre personas ciegas durante ECM conducido por Kenneth Ring, en la Universidad de Connecticut en la década de 1990, encontró que 15 de 21 participantes ciegos reportaron algún tipo de visión, tres no estaban seguros si tenían percepción visual y los otros tres no vieron nada. La mitad de los que eran ciegos de nacimiento dijeron que vieron algo.
La incertidumbre de algunos puede haber tenido que ver con la naturaleza desconocida de la visión para aquellos que nunca lo habían experimentado, combinada con otras cualidades inusuales de ECM. Incluso las ECM en las personas que no son ciegas a veces tienen problemas para explicar la experiencia, ya que parece trascender la vida ordinaria de muchas maneras.
Un hombre, ciego desde el nacimiento, le dijo a Ring que se encontraba en una biblioteca con “miles y millones y millones de libros, por lo que se podía ver”. Preguntaron si los veía visualmente, dijo: “¡Oh, sí! Los vi claramente!” “No fue problema”. ¿Se sorprendió de poder ver así? “De ninguna manera. Le dije: ‘Oye, no puedes ver’, y [entonces] dijo, ‘Bueno, por supuesto que puedo ver. Mira esos libros. Eso es una prueba amplia de que puedo ver’”.
Vicki Umipeg, a quien Ring entrevistó y que también habló de su experiencia en varias entrevistas con los medios, describió ser capaz de ver y repentinamente transformarse en algo “aterrador”.
Tenía 22 años, trabajando como cantante en un club nocturno en Seattle. No podía conseguir un taxi después del trabajo en la noche, así que aceptó un paseo con algunos clientes ebrios. El coche se estrelló mientras ella viajaba con ellos. Sufrió lesiones graves, incluyendo fracturas de cráneo.
Sentía que había dejado su cuerpo y flotaba hacia el techo en el Hospital Harborview. Oyó a un médico hablando de la posibilidad de que el daño a su tímpano la pudiera dejar sorda también. Podía ver a un médico inclinado sobre lo que ella pensó que debía ser su cuerpo abajo. Nunca había observado su propio cuerpo.
Llevada a través de un túnel, emergió en un lugar con hierba y gente de luz, dijo. En una entrevista para el documental de la BBC “El día que murió”, Umipeg dijo, “Me sentí abrumada por esa experiencia, porque realmente no podía imaginar cómo era la luz”, agregó.  
Umipeg nació prematuramente y quedó ciega como resultado de demasiado oxígeno en la incubadora. Ella dijo que, durante su ECM, “fue maravilloso estar ahí afuera y ser libre, no preocuparse de tropezar con nada”. Si quería saber algo, el conocimiento llegaría a ella. Cuando regresó a su cuerpo, dijo: “Fue terriblemente doloroso y muy pesado”.
Ring señaló que Umipeg a menudo usaba palabras orientadas a la visión, incluso fuera de las descripciones de su ECM. Por ejemplo, habló de “ver” la televisión, o usar frases como “mira esto”, que no significaría literalmente. Ring, escribió: “Aunque esta observación no es necesariamente inválida, el testimonio en nuestros informes, envía otra bandera ámbar de cautela cuando se trata de la interpretación de las narrativas de los encuestados ciegos”.
El lenguaje de la visión pudo ser utilizado por los participantes del estudio que son ciegos, para describir algún sentido que es difícil de poner en palabras, concluyó.
Citó la respuesta de un participante que no estaba seguro de si tenía visión en su ECM: “Creo que lo que estaba ocurriendo aquí era un montón de sinestesia, donde todas estas percepciones estaban siendo mezcladas en una imagen en mi mente, ya sabes, lo visual, lo táctil, todo lo que tenía. No puedo decir literalmente que realmente vi algo, sin embargo, estaba consciente de lo que estaba pasando, y percibiendo todo eso en mi mente... Pero no recuerdo detalles. Por eso digo que no me gusta describirlo como algo visual.
Ring concluyó: “En respuesta a nuestra pregunta anterior acerca de lo que estos individuos experimentan, si no tienen visión, afirmamos que es una conciencia trascendental, un estado distinto de conciencia y un modo de conocer por derecho propio, que es operante en ciegos y de vista normal durante sus experiencias y que ahora necesitan tener una explicación”.
https://es.theepochtimes.com/las-personas-ciegas-logran-ver-por-primera-vez-en-experiencias-cercanas-a-la-muerte_132772.html
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NUEVOS DATOS SOBRE LAS EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE
10 julio 2019
Uno de los fenómenos que más han fascinado al ser humano durante siglos son las llamadas experiencias cercanas a la muerte (ECM), que son esas sensaciones físicas y espirituales en forma de alucinaciones, impresiones fuera del cuerpo, pensamientos acelerados o sentido distorsionado del tiempo. Aunque son percepciones conscientes, no dejan de ser un misterio incluso para los propios científicos, como ha quedado patente en el último Congreso de la Academia Europea de Neurología, celebrado en Oslo.
Investigadores del Hospital de Copenhague, del Centro de Investigación de Accidentes Cerebrovasculares de Berlín y de la Universidad de Trondheim, en Noruega, han presentado 289 testimonios sobre ECM recogidos en 35 países diferentes. Son fenómenos que se produjeron como consecuencia de un infarto, un accidente de tráfico, un ahogamiento o un ataque bélico, por ejemplo. Las personas que los experimentaron relatan sensaciones extracorpóreas, alucinaciones, pensamientos acelerados, destellos luminosos al final de un túnel, cantos angelicales y distorsión del tiempo.
Según el estudio, afectan a casi el 10% de las personas, un porcentaje superior al que arrojaban trabajos anteriores. Entre ellos, una mujer de 37 años cuenta que durante el parto sintió que acababa de morir e iba al cielo y otra de 32, que estuvo a punto de ahogarse en el mar siendo niña. “Aún puedo recordar aquella increíbles sensación de paz absoluta”, dice. Casos como estos han despertado a lo largo del tiempo el interés de filósofos, religiosos, psicólogos, médicos e incluso esotéricos.
De los 289 testimonios, 106 alcanzaron el umbral mínimo de 7 en la Escala de Greyson de Experiencia de Muerte Cercana, que pregunta sobre 16 síntomas. Para el 73% de todos los encuestados la experiencia fue desagradable. Sin embargo, para el 53% de aquellos con una puntuación de 7 o más en la escala de Greyson (ECM confirmada), la vivencia fue agradable. Solo a un 14% no le gustó.
En una investigación similar del Hospital Universitario de Liège, en Bélgica, el 80% de los participantes había percibido sentimientos de paz; el 69% luces brillantes; el 64% visiones de espíritus y personas; y el 35% tuvo sensaciones extracorpóreas. Fue publicada en 2017 en Frontiers in Human Neuroscience.
En el estudio presentado en Oslo, los investigadores encontraron una asociación entre las ECM y la intrusión del sueño REM en un desvelo nocturno: cerebro activo, sueños vívidos, alucinaciones visuales y auditivas, y parálisis temporal. La intrusión de sueño REM fue más común en personas con puntuaciones de 7 o más en la escala de Greyson que en el resto. Daniel Kondziella, neurólogo de la Universidad de Copenhague, considera que aunque tal asociación no significa causalidad, los mecanismos fisiológicos que subyacen al sueño REM podrían ayudar a nuestra comprensión de las experiencias cercanas a la muerte.
https://www.quo.es/ciencia/a28344740/nuevos-datos-sobre-las-experiencias-cercanas-a-la-muerte/


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Impactante: nueva evidencia de que la conciencia sobreviviría a la muerte
Estudio en 35 países
Las experiencias cercana a la muerte (ECM) son más comunes de lo que se creían. Esto refuerza la idea de que la conciencia continua después de que se detiene el corazón y el cerebro.

“Hay alguna evidencia de que la conciencia podría continuar después de que se detiene el corazón y el cerebro deja de funcionar
Sam Parnia

Universidad de Southampton, en Inglaterra

01/08/2019
Las experiencias cercanas a la muerte (ECM) en las que las personas informan una variedad de síntomas físicos y espirituales, incluidas las sensaciones extracorporales y las alucinaciones visuales o auditivas, afectan al 10% de las personas, según un nuevo estudio que analizó a mil participantes de 35 países.
La investigación estuvo a cargo de un equipo compuesto por investigadores del Rigshospitalet, el Hospital de la Universidad de Copenhague, la Universidad de Copenhague, en Dinamarca; el Centro de Investigación de Accidentes Cerebrovasculares, de Berlín, en Alemania y la Universidad de Tecnología de Noruega.
Los hallazgos fueron presentados el mes pasado en el 5º Congreso de la Academia Europea de Neurología; y volvió a disparar la discusión sobre si se trata de evidencia que confirmaría lo que hace años se teoriza: que la conciencia logra sobrevivir a la muerte durante un tiempo.
El equipo de investigación descubrió que aproximadamente uno de cada 10 participantes informó haber tenido algún tipo de experiencia cercana a la muerte (ECM), con una variedad de síntomas físicos y casi espirituales. Estos incluyen:
Si bien las ECM habían sido consideradas previamente como una experiencia pacífica, el 73 por ciento de las personas en este nuevo estudio dijeron que les resultaba desagradable.
De las personas que dijeron que habían tenido una ECM: Si bien las ECM habían sido consideradas previamente como una experiencia pacífica, el 73 por ciento de las personas en este nuevo estudio dijeron que les resultaba desagradable.
Algunos participantes también dijeron que podían ver o sentir un demonio sentado en su pecho mientras dormían; un síntoma común de la parálisis del sueño.
Y de hecho surgió una conexión entre la parálisis del sueño y las ECM durante el estudio. "Nuestro hallazgo central es que confirmamos la asociación de experiencias cercanas a la muerte con la intrusión del sueño REM", dijo el investigador principal, el Dr. Daniel Kondziella, neurólogo de la Universidad de Copenhague. "Aunque la asociación no es causalidad, identificar los mecanismos fisiológicos detrás de la intrusión del sueño REM en la vigilia podría avanzar en nuestra comprensión de las experiencias cercanas a la muerte".
Kondziella reconoció que la cifra del 10 por ciento es más alta de lo que habían encontrado estudios anteriores, y sugirió que esas tasas más bajas se debían a que los grupos de sujetos de prueba se limitaran a los sobrevivientes de un paro cardíaco, mientras que su grupo consistía en 1.034 laicos.
¿La conciencia sobrevive a la muerte?
"Hay alguna evidencia de que la conciencia podría continuar después de que se detiene el corazón y el cerebro deja de funcionar", le contó a Clarín el científico Sam Parnia, de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, quien en 2015 lideró un mega investigación que estudio durante 4 años más de 2.000 casos de infarto cardíaco en 15 hospitales del Reino Unido, Estados Unidos y Austria.
Ese trabajo halló que de los sobrevivientes, el 39 por ciento experimentó algún estado de conciencia. De ellos, casi la mitad dijo haber tenido recuerdos, mientras que un 9 por ciento declaró haber vivido lo que se conoce como una "experiencia cercana a la muerte" (ECM).
Lo más interesante de ese trabajo fue que se verificó un caso que podría revolucionar el enfoque en la investigación del fenómeno. Un paciente dijo haber visto, desde la esquina de la sala de operaciones, los intentos de los médicos por reanimarlo.
El relato es consistente con lo que ocurrió en la realidad, pero eso no es lo más sorprendente. "Estuvo consciente -cuenta Parnia- durante un período de tres minutos durante los cuales no había pulso. Esto es paradójico, ya que típicamente el cerebro deja de funcionar entre 20 y 30 segundos después de que se detiene el corazón, y no vuelve a retomar la actividad hasta que el corazón reinicia sus latidos".
En ese momento se pudo determinar que el paciente tenía conciencia en este período crítico porque manifestó haber escuchado dos pitidos de una máquina que emite sonidos cada tres minutos (un aparato que el equipo de investigación utiliza para saber cuánto dura la experiencia de los pacientes).
Qué es una experiencia cercana a la muerte (ECM)
Mientras que la ciencia se preocupa por saber si existe una conciencia independiente de la actividad cerebral, muchísima gente considera que una prueba contundente de la inmortalidad del alma son los numerosos testimonios de personas que han "regresado de la muerte", de aquellos que han estado clínicamente muertos por un breve lapso y han vuelto a la vida. Típicamente, estas experiencias incluyen verse a sí mismo fuera del cuerpo, un ascenso por un túnel oscuro con una luz al fondo, encuentros con parientes fallecidos y una inefable sensación de bienestar.
La uniformidad de los relatos en los contextos más disímiles es una de las principales cartas que emplean quienes creen en la realidad tangible de estas experiencias cercanas a la muerte. Las ECM son un fenómeno muy antiguo, pero su investigación es reciente: la expresión "experiencia cercana a la muerte" (Near Death Experience, en inglés) fue acuñada por el psiquiatra Raymond Moody, en su best-seller de 1975, La vida después de la vida. Contrariamente a lo que podría pensarse, sus defensores no se limitan a creyentes religiosos y acólitos de cultos modernos. El sitio de Internet que compila la mayor base de datos del mundo de ECM, nderf.org, es dirigido por un oncólogo estadounidense, Jeffrey Long, y compila casi 4.000 casos. Consultado sobre su postura sobre el fenómeno, Long afirma de manera tajante que "no hay una explicación posible de las ECM por parte de la neurología o la psiquiatría".
La historia más impactante que conoció Jeffrey Long es la de una mujer estadounidense, Vicki Umipeg, que nació ciega y tuvo una ECM con visión, durante la cual se vio a sí misma y al entorno hospitalario en que se encontraba, como consecuencia de un accidente de autos. "Esto es inexplicable desde la medicina -afirma Long-. Para mí,las ECM son prueba concluyente de que la conciencia puede existir fuera del cuerpo físico." Long dio a conocer el resultado de sus investigaciones en 2010 con su best-seller Evidencias del Más Allá.https://www.clarin.com/buena-vida/impactante-nueva-evidencia-conciencia-sobreviviria-muerte_0_q0SYRkrKp.html


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«Yo me voy, como siempre, en busca de la vida»
06/11/2019
Seguro que ustedes han reconocido su frase. Así termina sus microespacios en «Aquí la Tierra» el naturalista Luis Miguel Domínguez, un tipo campechano, locuaz y apasionado de la Naturaleza, que nos regala de cuando en cuando ese mirar curioso y tierno a los animales, muy a lo Rodríguez de la Fuente.
Quizá le hayan echado algo en falta últimamente en su televisor. La verdad es que ha estado un poco ocupado en otros menesteres. El pasado 18 de mayo sufrió un ictus hemorrágico devastador. Fue llevado rápidamente al Carlos III y sumergido en un coma inducido durante 36 días. La pericia de un equipo médico admirable consiguió sortear los peñascos que seguían cayendo como una avalancha bestial sobre su cuerpo: neumonía…fallo renal…neumotórax… Luismi lo resistió todo y a mediados de junio abrió el ojo y empezó el lentísimo camino de la recuperación. Y resulta que hace pocos días ha salido por primera vez de la rutina implacable de la clínica de rehabilitación, y ha concedido su primera entrevista radiofónica. Detrás de su cuerpo “changado”, hemipléjico, con un hablar más lento, sigue estando Luismi. ¿El mismo? No exactamente. Algo ha ocurrido. Según él mismo confiesa “he vuelto del viaje más hermoso de toda mi vida”.
Luismi ha vivido una Experiencia Cercana a la Muerte, una ECM, en sus propias carnes. Es perfectamente consciente de que durante sus 36 días de coma ha tenido sueños que identifica claramente y distingue de “lo demás”. “Lo demás” ha sido algo muy distinto. Ha soñado sí, pero mientras su cuerpo era atendido por los médicos, él sabe que ha estado en otro sitio. Y lo que ha vivido ha sido la experiencia de paz y amor más intensa de su vida. Los que le escuchamos tenemos la suerte de que a Luismi le gusta el lenguaje y es capaz de describir bien lo que vive.
Hay que oírle pintar con su boca, ahora torcida por el ictus, la intensísima belleza de lo que ha experimentado, la casi materialidad de ese amor bestial, denso, “pastoso”, que se ha encontrado al otro lado. Incluso para él, las palabras al final también se terminan agotando. Luismi confiesa tranquilamente su agnosticismo anterior. No ha visto a Dios (creo que no le ha hecho ninguna falta) ni a familiares fallecidos (aunque dice que sabe que “ha estado a punto” de contactar con ellos). Pero como suele pasar en estos casos ha vuelto transformado radicalmente, dispuesto a hablar, aunque sea a trancas y barrancas, a contarlo todo, como un testigo que finalmente se decide a tirar de la manta. Ha vuelto para rebelarse públicamente ante esta visión raquítica y terrorífica de la muerte que seguimos arrastrando desde hace siglos como una bola pesada que el materialismo y la religión peor entendida han encadenado al tobillo de nuestra sociedad. Mentira. Simplemente.
El desconcertante fenómeno de las ECMs sigue desafiando tercamente a la ciencia desde hace décadas. Parece como si algo se empeñase en aporrear periódicamente la puerta de casa con casos como el de Luismi. Uno no puede dejar de acordarse del soneto de Lope (“¡verás con cuánto amor llamar porfía!”). La ciencia ortodoxa sigue agarrándose cada vez con más dificultad a las explicaciones fisiológicas estándar (anoxia, isquemia retinal, endorfinas, epilepsia del lóbulo temporal…) pero los casos -cada vez más elocuentes y mejor documentados- se empiezan a acumular escandalosamente en ese cuarto en el nadie quiere entrar a mirar. Acaba de ser publicado en español, casi sigilosamente, sólo en Amazon, un estudio demoledor: “El Yo no muere”. Nada menos que 104 casos de ECMs en los que el paciente, a veces en muerte clínica documentada, ha visto, oído o conocido datos concretos objetivos que luego han sido corroborados siempre por terceras personas. En uno de ellos, un paciente en coma observa algo que realmente ocurrió en ese momento a 2.300 kilómetros de distancia. Verificado. Después de esto, podemos seguir repitiendo como papagayos lo de la isquemia retinal y las alucinaciones. Seamos serios: hay algo muy esencial, muy primario, en la consciencia, en el “yo” del ser humano, que no está en última instancia atado al cerebro y que se nos está escapando entre los dedos.
La ECMs son hoy lo que Thomas Kuhn llamó “anomalías” en su Teoría de las Revoluciones Científicas: hechos que van claramente en contra de un paradigma establecido. En este caso el paradigma es nuestra concepción estrictamente fisiológica de la consciencia humana.
Como es comprensible, al estamento científico le cuesta sangre apartarse del paradigma. Pero llegado un punto en el que la evidencia ya es incontestable, no tiene más remedio que hacerlo. Es más, dar ese salto es lo verdaderamente científico. Si Einstein y Planck no lo hubiesen dado, estaríamos aún pensando que el tiempo y el espacio son absolutos o que la energía de los átomos es continua. Las ECMs son ese chivato encendido en el salpicadero del estricto materialismo que lleva encendido más de cuarenta años, desde el “Vida después de la Vida” de Raymond Moody, y que nos dice que algo muy serio no funciona en nuestra concepción exclusivamente fisiológica del ser humano.
Podemos seguir conduciendo a todo trapo otros cuarenta años intentando no mirar ese chivato. Pero quizá deberíamos pararnos, abrir el capó y ver qué es lo que está fallando: observar amplia y rigurosamente, sistematizar, clasificar, intentar una hipótesis que explique todo lo que observamos (ECMs incluidas) y ver si la hipótesis se cumple. Eso en mi pueblo se llama “método científico”. Y es algo que ya se está intentando con las ECMs desde hace décadas en otros países: cardiólogos como Pim van Lommel o Michael Sabom, anestesiólogos como David Hameroff, intensivistas como Sam Parnia… Este último, por ejemplo, esta llevando a cabo estos meses la segunda fase de su proyecto AWARE intentando pillar alguna ECM con percepciones visuales objetivas de imágenes en iPads enfocados al techo en salas de reanimación cardiopulmonar, a la vez que mide los parámetros cerebrales de la persona que está siendo reanimada… ¿Para cuándo un estudio serio sobre ECMs en la Sanidad española? ¿Hay alguien ahí leyendo? ¿Somos científico vamos a seguir conduciendo sin mirar el chivato hasta que reviente el paradigma?
Luismi es el último representante de este extraño ejército que desafía nuestros conocimientos pero que, sobre todo, nos habla directamente al corazón. Él ya no necesita estudios ni pruebas. Él simplemente lo ha vivido. Sabe que es verdad. Y no se va a callar. Ahora nos toca a nosotros escucharle con atención, leer el libro que está terminando y empezar a vivir sabiendo que al otro lado nos espera «el mejor viaje de nuestra vida».
Gracias Luismi por hacer caso a esa voz (tu voz) que te pidió volver ante el valle infinito. Gracias por darte la vuelta a regañadientes («¡lo jodido es esto!») para meterte otra vez en un vehículo hemipléjico, abollado y renqueante pero desde el que ya estás haciendo el Periodismo más radical que hayas soñado nunca. Y gracias porque has ido y has vuelto, esta vez sí, esta vez a lo grande, «en busca de la Vida».
https://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/abci-alejandro-agudo-como-siempre-busca-vida-201911060907_noticia.html


9.-
Experiencias cercanas a la muerte
El cardiólogo holandés Pim Van Lommel aplica la física cuántica a las experiencias cercanas a la muerte. El resultado es tan arriesgado como asombroso
12 mar 2020
Platón, en su República, nos presenta una experiencia cercana a la muerte. Se trata de El mito de Er por ser Er el nombre del soldado armenio de la tribu Panfilia que, habiendo muerto en la guerra, resucitó a los diez días en la pira funeraria, cuando iba a ser enterrado. Una vez que volvió a la vida, “contó lo que había visto allá”.
El mito de Er se ha ido transmitiendo a través de los siglos en cada experiencia cercana a la muerte. Lo que cuentan las personas que han vuelto a la vida es el viaje a través de un lugar común donde no faltan las luces, ni el túnel, ni los colores, así como tampoco falta la música. Con todo y hasta ahora, la ciencia médica ha tratado dichas experiencias como casos de anomalía científica, refiriéndose a ellas como alucinaciones provocadas por la anoxia cerebral o falta de oxígeno en el cerebro.
Pero hay científicos que rechazan tales argumentos. Es el caso de Pim Van Lommel, cardiólogo holandés que lleva años estudiando testimonios de personas que han sobrevivido a la muerte clínica. En sus estudios intenta dar respuesta a una cuestión tan vital como qué es lo que nos pasa tras morirnos. ¿Atravesamos un túnel o bajamos al abismo? ¿Quién toca la música que vamos a escuchar? ¿Los colores son básicos o adicionales? Tal vez lleguemos a la altura del Leteo, uno de los ríos del Hades donde solo has de beber si vuelves a la vida. Según Platón, sus aguas provocan el olvido completo de todo lo vivido en el trance.
Si continuamos con el mito, podemos asegurar que a todas las personas que han vuelto a la vida les ha ocurrido lo mismo que al soldado protagonista del relato, es decir, que ninguna bebió de las aguas del río definitivo. Por eso todas recuerdan la experiencia. Con respecto a esto, y tras estudiar un buen número de testimonios, Pim Van Lommel expone que las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte no estaban inconscientes, sino todo lo contrario. Cuando uno muere no pierde la consciencia, en todo caso la cambia. Así lo cuenta en su libro Consciencia más allá de la vida (Atalanta).
Cuando uno muere no pierde la consciencia, en todo caso la cambia
La madre le mostró la foto de su verdadero padre y fue cuando éste reconoció al hombre sonriente de su experiencia

Pero lo más curioso del trabajo de Pim Van Lommel es que en momento alguno abandona el método científico a la hora de formular hipótesis. Porque aplicar la física cuántica -como él hace- para comprender las experiencias cercanas a la muerte, resulta arriesgado. Tanto como asombroso.
Prediciendo posibilidades, Pim Van Lommel nos sumerge en la esencia de la física cuántica para ir enumerando casos verídicos, hombres y mujeres que han vuelto a la vida después de un coma. Sin ir más lejos, uno de sus pacientes volvió de una experiencia cercana a la muerte contando que se le había aparecido un hombre a quien no conocía, un tipo simpático que le sonreía de manera familiar.
Tiempo después, una vez recuperado, su madre le confesó que su padre, en realidad, no era su padre biológico. Que él era hijo de un hombre que murió asesinado en un campo de concentración. La madre le mostró la foto de su verdadero padre y fue cuando éste reconoció al hombre sonriente de su experiencia.
Tras leer el trabajo de Van Lommel, podemos asegurar que el estudio de la naturaleza a escalas espaciales pequeñas es asunto de la imaginación. Sin ella, sin imaginación, nunca podríamos anticipar la incertidumbre del entorno. Por lo mismo, sin imaginación, tampoco podremos alcanzar la esencia de la física cuántica. Aunque los científicos más ortodoxos se empeñen en excluirla del método, ahogándola en el río platónico del olvido, la imaginación subyace bajo toda actividad científica que se precie. Sin ella, el rigor científico se convertiría en rigor mortis.
https://elpais.com/ciencia/2020-03-12/experiencias-cercanas-a-la-muerte.html


10.-
Esto es lo que se sabe de las Experiencias Cercanas a la Muerte gracias a 30 años de investigación
10 de Junio de 2019
Un accidente lo deja al borde de la muerte… paro cardiaco y muere… tras desesperados esfuerzos, el paciente finalmente es revivido. Un testimonio inexplicable –para algunos, bizarro– se repite en innumerables de estos casos: “salí de mi cuerpo, me elevé y vi tal escena…” ¿Psicosis? ¿Daño en el cerebro por falta de oxígeno? Nada de eso. Después de más de 30 años de investigación, un grupo de científicos concuerda en que estas experiencias son reales y representan algo que la ciencia aún debe entender.
Este fenómeno cobró el nombre técnico de ‘experiencias cercanas a la muerte’ (ECM) desde la publicación del libro ‘La vida después de la vida’ en 1975 por el doctor en filosofía y psicología Raymond Moody. Las ECM generalmente incluyen experiencias cognitivas, afectivas, paranormales y trascendentales, por lo que su ámbito de estudio es muy amplio.
Ejemplos de ‘experiencias cercanas a la muerte’ incluyen la experimentación de un cambio en la percepción y la manera de pensar, un sentimiento de paz y tranquilidad, percepciones extrasensoriales, pasar por una revisión de la propia historia de vida y ver los efectos de las acciones pasadas de uno sobre los demás. Se repite también la sensación del salir del cuerpo, visión de personas fallecidas y de otros seres como ángeles, y la sensación de que uno ha entrado en otra dimensión.
Todo tipo de personas han experimentado ECM, y la mayoría de los estudios encuentra que entre un 10% y un 20% de los casos registrados de personas que atravesaron fugazmente el umbral de la muerte, produjo testimonios de ese tipo.
Los estudios sobre las ECM se dispararon después de la publicación del libro de Moody. Seis años después, en 1981, científicos especializados fundaron la Asociación Internacional de Estudios de Cercanía a la Muerte (IANDS, sus siglas en inglés) para “promover la exploración responsable y multidisciplinaria de las experiencias cercanas a la muerte y similares, sus efectos en la vida de las personas y sus implicancias [sic] en las creencias sobre la vida, la muerte y el propósito del ser humano”, según el sitio web de la institución.
Raymond Moody habló de un sacerdote y una monja que tuvieron un accidente de coche juntos y relataron ECM idénticas.

Entre el 2 y el 4 de septiembre de 2011, el IANDS organizó una conferencia en Durham, Carolina del Norte, en la que los investigadores de las experiencias cercanas a la muerte presentaron sus resultados. Allí estuvo un periodista del periódico The Epoch Times (edición en inglés de ‘Da Jiyuan’ o ‘La Gran Época’, de la editorial de 2013 y más allá).

Cerebro dañado vs. funciones mentales potenciadas
El Dr. Bruce Greyson, director de la División de Estudios de Percepción de la Universidad de Virginia, dijo en la conferencia del IANDS que los testimonios sobre ECM son confiables porque las diversas versiones permanecen invariables en el tiempo. Greyson consultó a un grupo sobre sus ECM de hace 20 años y, al comparar sus versiones con las registradas en ese entonces, encontró que las recordaban prácticamente idénticas.
Greyson cree que las ECM sugieren que la mente es independiente del cerebro. Porque durante las situaciones clínicas que atraviesan los ECM, las funciones cerebrales se ven afectadas; sin embargo, los estudios no encontraron ningún efecto correspondiente en las funciones mentales que conllevan lo relatado por estas personas.
“En la mayoría de los casos, el funcionamiento mental de la persona es mejor durante las ECM que en nuestra vida normal”, dijo Greyson en una entrevista con The Epoch Times.
“Si les preguntas sobre sus experiencias cercanas a la muerte que ocurrieron hace 15 años, te las cuentan como si hubieran sucedido ayer. Si les preguntas acerca de otras experiencias de sus vidas durante ese tiempo, son recuerdos muy borrosos, si es que tienen alguno”, agrega el científico.
“Cuando entiendes que estas experiencias se caracterizan por procesos de pensamiento mejorados que ocurren cuando el cerebro no está funcionando bien o, a veces, cuando no funciona en absoluto —durante un paro cardíaco o con anestesia profunda—, circunstancias bajo las cuales la ciencia del cerebro nos dice que esta persona no debería ser capaz de pensar, percibir o formar recuerdos, se vuelve completamente claro que no podemos explicar esto sobre la base de la fisiología cerebral”, dice Greyson.
El Dr. Eben Alexander, un neurocirujano que también habló en la conferencia, tuvo una ECM que es un caso de referencia. En 2008 contrajo una meningitis bacteriana aguda que le dañó la corteza cerebral; entró en estado de coma y tuvo que estar seis días con un respirador artificial.
El nivel de glucosa de su líquido cefalorraquídeo era de 1 mg/dl (miligramos por una décima parte de un litro), mientras que los niveles normales son entre 60 y 80 mg/dl. Cuando el nivel desciende a 20 mg/dl, la infección por meningitis se considera grave. Durante varios días después de superar el estado de coma, Alexander tuvo que luchar para poder hablar nuevamente y recobrar sus memorias previas al estado de coma; en general, nadie con este tipo de daño cerebral se recupera por completo.
No obstante, durante su ECM, Alexander tuvo experiencias vívidas en las que participaron múltiples sentidos como la visión, la audición y el olfato. En sus palabras, las escenas eran tan impresionantes que no podía describirlas
“Mi cerebro ahora mismo —creo que ya se recuperó bastante bien— no podría hacer nada cercano a lo que hacía”, dijo Alexander. “¿Cómo puede un cerebro agonizante conseguir mucho, mucho más poder y ser capaz de manejar estas cargas enormes de información de forma instantánea y ponerlas juntas?”, agregó.
Experiencias compartidas
Otro fenómeno relacionado con las ECM son las experiencias compartidas, en las que una persona cercana a un moribundo experimenta algo con las mismas características que las ECM.
Moody escuchó por primera vez acerca de las experiencias de muerte compartidas en 1972, de uno de sus profesores de medicina. La madre de la profesora tuvo un ataque cardíaco, y cuando la profesora estaba tratando de revivirla sintió que ella misma salía de su propio cuerpo y vio que su cuerpo estaba reviviendo a su madre. Cuando su madre murió, la vio en forma de espíritu; el espíritu se reunió con otros seres, entre los cuales pudo reconocer a algunas personas con las que su madre había tenido contacto en vida. Luego, su madre y las otras personas fueron absorbidas por un túnel.
Después de más de 30 años de investigación, Moody estima que los casos en que se comparten experiencias de muerte son tan comunes como las ECM individuales. A medida que estudió más de estos casos con el correr de los años, se encontró con que las características de las experiencias de muerte compartidas son similares a aquellas de las ECM.
Después ser revividos, ambos contaron que experimentaron haber salido de sus cuerpos y que, juntos, entraron en una luz; contaron todo con detalles idénticos.
Una de las características más comunes de las experiencias de muerte compartidas es que quien experimenta el fenómeno ve al espíritu de la persona moribunda como una réplica transparente de la persona o un óvalo o una esfera de luz que sale de la cabeza o el pecho del cuerpo físico, explicó Moody en una entrevista con The Epoch Times.
Según Moody, a veces el espectador experimenta la revisión de la vida de la persona que está muriendo. Hay un caso registrado de una mujer en Georgia que dijo que en el momento de la muerte de su marido habló con el espíritu de él y vio la revisión de su vida; también vio a un ser que se identificó como la hija que ella abortó.
Moody piensa que las experiencias compartidas en torno a la muerte refuerzan la hipótesis de que la mente existe en forma independiente del cerebro, porque en estos casos se presentan testimonios similares en personas que de ninguna manera tienen las funciones cerebrales dañadas.
“Todas las características que identifico como las ECM que estudié hace años también están presentes en personas que están al lado de la cama, quienes, por cierto, no están enfermos ni lesionados”, explicó Moody durante su presentación en la conferencia.
No hay ningún problema con el flujo de oxígeno a sus cerebros, y sin embargo ellos tienen experiencias idénticas a las que he escuchado de personas que sí se han codeado con la muerte”, indicó.
Una evidencia incluso más fuerte que contó Moody durante la entrevista con The Epoch Times es el caso de un cura y una monja en Sudáfrica que sufrieron juntos un accidente automovilístico; ambos tuvieron un paro cardíaco seguido de ECM. Después de ser revividos, ambos contaron que experimentaron haber salido de sus cuerpos y que, juntos, entraron en una luz; contaron todo con detalles idénticos.
Moody dice que ahora, con la cantidad de investigaciones realizadas en los últimos 30 años, “hay un genuino —y yo subrayaría ‘genuino’— paso sólido hacia la comprensión racional de la vida después de la muerte”.
Del mismo modo, para Greyson, “la ciencia de las experiencias cercanas a la muerte está mucho más avanzada ahora que hace 30 años”. Pero “creo que solo hemos arañado la superficie de las ECM”, aclara.
Greyson cree que todavía hay mucho por hacer en el área de estudios sobre las experiencias de muerte, sobre todo con las herramientas y técnicas modernas que antes no había.
“Algunas personas con trasfondo religioso o espiritual hablan acerca de las experiencias como un regalo; las refieren como algo sobrenatural. No sé todavía cómo expresar este concepto en términos científicos, pero creo que la ciencia es una empresa dinámica y no estática; pienso que tarde o temprano vamos a encontrar una forma para hablar en términos científicos de algo que está más allá de la física o la psicología”.
“Creo que los principales avances en el futuro próximo se centrarán en el rol que desempeñan las ECM en la vidas de las personas y en el desarrollo de la personalidad, en el establecimiento de valores, creencias y actitudes, así como las diferentes maneras en que podemos ayudar a las personas para que se beneficien de la experiencia cercana a la muerte”, concluye Greyson.
https://es.theepochtimes.com/experiencias-cercanas-a-la-muerte-30-anos-de-investigacion_78099.html


11.-
Gaona: "Las experiencias cercanas a la muerte existen"
Ha habido personas que han sido sujetos de estudio por médicos psiquiatras
22 sep 2019
ECM, o experiencia cercana a la muerte, es ese momento que vive una persona que está en una agonía cercana al final de su vida. No hace falta ser creyente de una religión, pero según José Miguel Gaona, psiquiatra, es un hecho real, aunque en los últimos tiempos ha quedado más abandonado en este campo de la medicina.
No es algo de ahora, no es de las religiones actuales. Como señala Gaona, "podemos retrotraernos a tiempos de Platón, el mito de Er, que habla Platón en sus escritos. Refiere a un soldado, cuando iba a ser incinerado en una pira, recupera la vida, y una vez que vuelve a la vida de manera espontánea, comienza a relatar sus encuentros con los dioses". Este soldado llega incluso a hablar del túnel, dos mil años antes de Cristo ya se hablaba de este tipo de experiencias.
No existe una gran diferencia en lo que se relata en estas experiencias. De hecho, Gaona apunta lo siguiente: "La experiencia es prácticamente similar, aunque luego depende de la interpretación dentro del marco cultural donde lo expreses, por ejemplo, en Asia, en algunos sitios remotos, aquellas personas que nunca han visto lo que es un túnel, entonces hablan de un viaje a través de una cosa negra".
La experiencia cercana a la muerte consta de una serie de etapas, ha contado Gaona. Una luz al final del túnel, el mismo túnel por el que se viaja, una sensación de tranquilidad, con el matiz de José Miguel: "quizá sea por las endorfinas, que nuestro cerebro puede estar segregando para hacernos el transito más suave". Hay sonidos tipo pitidos, que enmarcan el viaje. Encuentros con personas, con antepasados o deidades. Muchas veces ese "vi la vida pasar ante mis ojos" que puede ser de atrás adelante o viceversa.
Hay muchos casos, que han sido sujetos de estudio y que han mostrado coincidencias en el retorno, después de haber sufrido una ECM.
https://www.cope.es/programas/fin-de-semana/noticias/gaona-las-experiencias-cercanas-muerte-existen-20190922_503390


12.-
ECM: Experiencias cercanas a la muerte
enero 4 de 2020
En muchas culturas se habla de vivencias que han tenido personas consideradas, o dadas, por muertas.
El regreso de los ‘fallecidos’ al mundo de los vivos contando visiones impresionantes allá donde reinan los difuntos, donde todo es paz y donde se reencontraron con seres hacia años desaparecidos.
Es la muerte un momento temido, la desesperanza al no saber que hay más allá una vez que se cruza su umbral, el temor de entrar en una especie de sueño eterno donde no se regresa para tener la sensación de estar vivo.
Miedos a un estado en el que son muchos los que entran y pocos los que ‘regresan’ para contarlo.
Este mismo tema ha dado origen a leyendas y mitos de héroes y reyes que viajaron a la muerte, al Hades, para regresar de ella y narrar como era ese otro mundo donde triunfaron.
Más modernamente el regreso de la muerte clínica trae testimonios que vuelcan su mensaje de esperanza sobre aquellos que albergan la duda, esperanza de una vida tras la vida, de una vida más allá de los oscuros confines de la muerte.
Dentro de esos mitos relatados anteriormente se encuentra el viaje de Hércules, Heracles, al reino de los muertos; o el viaje del respetado profeta Mahoma a un destino celestial desde donde regresa con un relato de un mundo paradisíaco, relato que aún está muy presente en la religión musulmana.
Dentro de los misterios eleusinos de la Antigua Grecia encontramos ritos donde se preparaba a la persona para su viaje al más allá, a la muerte.
Pero son otros muchos los que, en la leyenda o la Historia más heterodoxa, nos hablan de ese mismo destino más allá de la vida, el profeta Zaratustra, el apóstol san Pablo, el creador de maniqueísmo Mani o Manes, el séptimo padre del Génesis Henoch…
Todos ellos regresaron a la Tierra con una impresionante vivencia celestial más allá de los límites de la imaginación.
Igualmente en el cristianismo existe la creencia de la supervivencia a la muerte en el reino de Dios, tal y como dijo en su mensaje divino Jesús de Nazaret.
Más en el terreno de la literatura, en la ‘Odisea’ de Homero, se habla del descenso del héroe Ulises al Hades, en la misma sintonía narrativa.
Más en la ortodoxia tenemos a Marco Polo o Juan Ponce de León cuando entraron en mundos fabulosos donde todo era posible, si bien esa búsqueda era diferente, más material que espiritual.
Hoy día podemos y estamos al alcance de muchas experiencias cercanas a la muerte, de muchas personas en todo el mundo, internet y las nuevas tecnologías lo hacen posible.
Informes oficiales médicos que hablan del retorno de personas clínicamente muertas que abundan en descripciones no ya de exóticos mundos sino de vivencias con otros conocidos difuntos que han marcado su vida…
Quizás el más destacado investigador y autor sobre esta materia sea el doctor Raymond Moody que a través de su best-seller ‘Vida después de la muerte’ y ‘Vida después de la vida’ lograra llevar este intrigante fenómeno a todo el mundo y a los interesados en ello en particular.
Un hombre permaneció muerto 15 minutos aplastado por un camión, relataba: “Mi corazón dejó de latir, el vació tomó la forma de un túnel y ante mí pude ver una luz resplandeciente; es la luz de todas las luces o, dicho de manera sencilla, la esencia de Dios”.
San Salvius en el siglo VI narraba: “Cuando morí, hace cuatro años, dos ángeles me elevaron y condujeron a lo más alto de los cielos, con lo que pensé que bajo mis pues tenía no sólo ésta triste Tierra, sino también el Sol y la Luna, las nubes y las estrellas.
Después me llevaron hasta una puerta que brillaba más que la luz del Sol, y entré en una casa en la que el suelo brillaba, como brillan el oso o la plata. Había una claridad indescriptible, cuyo alcance no se puede describir”.
Entre ambas narraciones de estas dos singulares experiencias cercanas a la muerte median catorce siglos pero las coincidencias nos dicen que ambos debieron estar en el mismo sitio, en el mismo lugar.
Todo el mundo, todos los seres humanos son susceptibles de tener una experiencia cercana a la muerte, desde los niños hasta los más ancianos, más allá de edad, posición social, credo, sexo…
Todas las personas pueden sufrirlo y vivir un viaje que comienza con la extraña sensación de salir del cuerpo, ver como éste se eleva sobre el cuerpo físico y se ve todo lo que hay alrededor.
Incluso percibir acústicamente sonidos y conversaciones, seguir la ascensión y ver un resplandor al que se llega tras cruzar un túnel, un túnel de luz, en ese momento toda la vida de la persona pasa ante sus ojos como si de una película se tratara, momentos buenos y malos, alegres y tristes, para olvidar o para recordar…
Se llega a un lugar donde hay voces conocidas, familiares, un lugar donde la víctima se encuentra cómoda, a gusto, y se entra en contacto con seres fallecidos al que nos unió la amistad en vida o la familia, también con seres iluminados.
Se hace en ese momento una valoración de la vida, de cómo ha sido, de los merecimientos y entonces hay algo que obliga a la persona a un regreso voluntario.
Un regreso forzado por situaciones que así lo requieren para entrar nuevamente teniendo consciencia y recuerdo de lo vivido, una experiencia que cambiará para siempre la vida de quien la sufre.
https://elitediario.com/ecm-experiencias-cercanas-a-la-muerte/


13.-
Experiencias de personas que han estado cercanas a la muerte
10 Febrero, 2020
La muerte sigue siendo un hecho al que la ciencia no puede acceder, ya que supone el final de la comunicación con el mundo tal y cómo la conocemos. Una de las formas que se han usado para la investigación, más o menos seria es el análisis de las experiencias de las personas que han estado cercanas a la muerte biológicamente.
Encontramos que personas que no se conocían entre ellas, de lugares muy lejanos, hablan de la misma manera cuando se les consulta al respecto. Hay muchas coincidencias en sus palabras, sin importar dónde vivan, cuál es su religión, profesión, edad o nivel cultural.
Las personas que han estado cercanas a la muerte no lo viven como un sueño, sino como si una parte de ellas saliese de su cuerpo y pudiesen ver todo lo que sucede a su alrededor
Vida después de la vida
Uno de los primeros relatos serios fue el del psiquiatra norteamericano, Raymond Moody, autor en 1975 el libro “Vida después de la Vida”. Se vio impulsado a escribirlo después de escuchar al Dr. George Ritchie (al cual dedica su libro), su vivencia durante la guerra. Este libro animó a numerosos médicos, psiquiatras y científicos a estudiar los fenómenos de E.C.M. Estableciendo diversos estudios en cientos de pacientes, especialmente en las universidades norteamericanas.
La fenomenología a la que se refieren los expertos consiste, en primer lugar, en el hecho de que las personas sufren lo que se conoce como una “casi muerte”, es decir, que padecen de todos los condicionantes físicos y clínicos del fallecimiento, pero que no se termina de consumar.
Un caso típico, en referencia a esta descripción, es la persona que sufrió un accidente en la carretera y que parece que ha fallecido, al menos clínicamente hablando; también es frecuente en los pacientes que sufren un infarto y por unos instantes no muestra signos vitales. Hay muchísimos casos más, pero estos son los más destacados y repetidos.
Qué experimentan las personas que han estado cercanas a la muerte
Una E.C.M. (Experiencia Cercana a la Muerte) bastante compartida tendría más o menos el siguiente relato: cuando se han dado las circunstancias del accidente, paro cardíaco o cualquier otra razón, las personas que lo rodean (médicos, conocidos, etc) intentan al instante recuperar sus signos vitales, tanto en el caso de estar en un hospital (recinto cerrado) como en la calle (abierto).
A su alrededor se presenta, como una película u obra de teatro, una escena dramática donde todos intentan ayudar desesperadamente, hay llantos, gritos, lamentos, etc. Todos están pendientes de reanimarlo, pero mientras esto sucede, el contacto con la muerte ha comenzado.
Esta persona no comprende lo que ocurre, de repente, va “saliendo” de su cuerpo y se sitúa por encima de la escena. Mira para abajo y se ve a si mismo rodeado de gente intentando recuperarlo. Todo parece ser inútil, de a poco comienza a entender que está muerto, lo mismo que los que lo rodean, ya se empiezan a apartar. Hay muchos casos en los que están internados y el electroencefalograma (E.E.G) tiene una línea recta. Todos son señales del deceso.
Las personas que han estado cercanas a la muerte no entienden muy bien lo que ocurre, intentan comunicarse con los que están a su alrededor pero estos no pueden oírlos y tampoco verlos
El recientemente fallecido desea consolarlos, decirles que está bien, con ellos pero no lo logra. Se siente bien, sin dolores y asombrado, no puede caer en la cuenta de que está muerto. Sin embargo, siente una gran fuerza como si lo tiraran para atrás. Nota que su “esencia” o “espíritu” es atraído hacia un túnel oscuro e inmenso, cuyo final tiene una luz que cada vez es más grande. Durante el trayecto, presiente que algo o alguien lo está observando y le ofrece tranquilidad y paz.
La luz es cada vez más grande y cercana, la persona está muy bien, calmada, pero a la vez ansiosa por saber qué va a ocurrir. Cuando llega al final, encuentra un lugar que podríamos a semejar a la descripción del cielo bíblico, donde existe la sensación de luz, amor y alegría.
Cuando la vida pasa por delante de tus ojos
Como si estuviera en el cine, le proyectan una película con toda su vida, las imágenes más importantes desde que nació, sus recuerdos, etc. Pareciera que se está juzgando a si mismo, porque hay acciones buenas y otras no tanto.
En cuestión de segundos, todo, absolutamente todo lo que ha hecho en su vida, hasta lo más banal e insignificante aparece por delante de sus ojos en esa pantalla. Se da cuenta que aquellas acciones que no consideró dignas de observar eran más importantes de lo que creía, hubiera sido beneficioso revisarlas.

Es una especie de auto examen interior, que sirven para sacar propias conclusiones de cómo fue la vida

Siente la presencia de algo superior que lo vuelve a tirar para atrás, muy suavemente, justo cuando comenzaba a sentirse a gusto en ese lugar, más liberado y sereno. Intenta luchar para quedarse, pero no lo consigue, vuelve otra vez al túnel.
En ese momento es cuando se da cuenta que no ha llegado su momento de morir, que por algún “error” divino su vida debe continuar en la tierra. Y que esta será una experiencia que le permitirá cambiar en muchos aspectos: ahora dirá perdón, te quiero, gracias más a menudo.
Desanda el camino por el túnel, observando cómo regresa al lugar de donde partió, donde había dejado su cuerpo físico y se va proyectando hacia su interior. Allí es cuando despierta y provoca la sorpresa en los médicos y los familiares. Todos los que están cerca no lo pueden creer, están maravillados y asombrados. Las funciones vitales vuelven de a poco a su cuerpo y la felicidad inunda el lugar.
¿Conoces alguna experiencia más de personas que han estado cercanas a la muerte?
https://lamenteesmaravillosa.com/experiencia-cercanas-a-la-muerte-que-ocurre-al-morir/


14.-
La vida al final del túnel
15 de febrero de 2020
En determinados momentos, nos encontramos con fenómenos trascendentales que superan nuestra frágil condición humana. Seguramente el más complejo y difícil es la comprensión de la muerte.
Corría el año 1940 cuando Albert Einstein pronunció en un simposio en Nueva York una célebre frase con la que daba a entender que el conocimiento científico y la fe, lejos de ser incompatibles, se complementaban entre sí: «La religión sin la ciencia estaría ciega, y la ciencia sin la religión estaría coja también». Aquel físico alemán que había logrado el Premio Nobel en 1921 tenía un particular concepto de la religiosidad algo alejado de los convencionalismos judeocristianos, pero desde su escepticismo era un hombre que entendía la necesidad de la existencia de Dios para dar sentido y explicación a las leyes del universo: «Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro».
La irrupción de la física del siglo XX puso patas arriba la concepción científica del universo al demostrar que los conocimientos tradicionales, hasta entonces pilares del saber, apenas eran la punta de un gigantesco iceberg de cuya superficie conocíamos una ínfima parte. Aunque había demasiadas preguntas sin respuesta, algunos axiomas sí lograron permanecer a salvo de la nueva revolución científica, y entre ellos estaba el teorema de la conservación de la energía, que establecía aquello de que «la energía ni se crea ni se destruye, sino que únicamente se transforma». Así pues, en el arranque del siglo XXI, razón y fe parecen estar empatadas y con la necesidad de complementarse la una con la otra.
Es inevitable que en determinados momentos de la vida nos encontremos con fenómenos trascendentales que superan nuestra frágil condición humana, para los que la ciencia no consigue darnos una explicación y ante los que la única alternativa viene a través del camino de la fe. Entre estos fenómenos, seguramente el más complejo y difícil, sobre el que el hombre lleva miles de años reflexionando, es la comprensión de la muerte. Dado que la ciencia de momento no ha conseguido ofrecer respuestas ante un misterio tan cercano, sus secretos se han convertido desde el comienzo de las primeras civilizaciones en patrimonio de las religiones.
Sin embargo, en los últimos años se ha abierto una nueva corriente de investigación en relación al estudio de la muerte, que abre una esperanzadora puerta a su entendimiento, a caballo entre la ciencia y la religión, y que debe complementar a esta segunda con datos que, lejos de contradecir los postulados de la fe, los refuerzan a partir de los testimonios de miles de personas en todo el mundo que han vivido las denominadas ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte), después de pasar por episodios de muerte clínica o haber estado al borde de la muerte. Cada vez son mayores los estudios rigurosos en relación con este tema, por parte de médicos y científicos que trabajan con personas que han vivido estas experiencias.
Siendo cierto que «la energía no se crea ni se destruye, sino que únicamente se transforma», parece consistente pensar que después de la muerte esa energía debe seguir fluyendo, quizás a otra dimensión. Los relatos de las personas que han pasado por las citadas ECM, que no se conocen entre sí, que viven en distintos lugares del planeta, y que a priori tienen distintas confesiones religiosas, siendo muchos de ellos agnósticos o ateos, coinciden de manera sorprendente al explicar cómo tiene lugar el tránsito al «Otro Lado», el reencuentro con los familiares fallecidos, la sensación de paz y amor, y sobre todo la constatación inequívoca de la presencia de Dios. La película El cielo es real (2014), dirigida por Randall Wallace y protagonizada por Greg Kinnear, llevó a la pantalla precisamente este argumento a partir de una historia documentada en Estados Unidos.
Existen en el mercado interesantes libros que, con una amplia bibliografía y centenares de referencias, permiten hacer un recorrido por este tránsito, reconstruido a partir de los testimonios recogidos con personas que ha vivido estas ECM en varios países del mundo. Independientemente de la cultura o la religión, las explicaciones son coincidentes y permiten entender cómo se vive la muerte física, cómo tiene lugar el desprendimiento del espíritu que sería el equivalente al alma cristiana, el conocido tránsito hacia la luz a través del túnel y la recepción en el «Más Allá» con los familiares y otros «seres de luz», ayudando al recién llegado en su adaptación al mundo espiritual.
Es singular el testimonio unánime de todas las personas que han explicado su experiencia al describir la presencia de Dios como una luz que irradia amor y una extraordinaria sensación de paz, y todos coinciden en haber desterrado por completo el miedo a la muerte. Algunos explican que aquella dimensión tiene, a su vez, una serie de niveles de crecimiento que tienen por objetivo continuar aprendiendo y evolucionando, siendo los primeros parecidos a un plano espiritual asociado a nuestros pensamientos y acciones de la vida terrenal. No existe el dolor físico, ni se siente nostalgia por los seres que han quedado en la Tierra, porque el reencuentro con ellos está garantizado en el futuro próximo. Se trata de seguir aprendiendo en un mundo nuevo donde todos los seres disfrutan evolucionando.
Así pues, la ciencia lleva ya varios años avanzando en este campo, con estudios cada vez más rigurosos, para dar respuesta a lo que de momento son sorprendentes testimonios coincidentes, que a la vez están en consonancia con el mensaje que las religiones llevan siglos difundiendo. La conclusión desde un punto de vista o el otro es, por tanto, la misma: somos criaturas creadas por un Dios que nos ama y vivimos una corta existencia en la Tierra, con nuestras dificultades e imperfecciones, como antesala de una vida eterna plena en compañía de nuestros seres queridos, donde continuaremos un proceso evolutivo para situarnos… cada vez más cerca de La Luz.
https://eldebatedehoy.es/noticia/ciencia/15/02/2020/la-muerte-tunel/


15.-
Ciencia en las experiencias cercanas a la muerte 
Los patrones que caracterizan una verdadera ECM son el haber sentido un inmensa sensación de bienestar y paz interior, notar la separación total del cuerpo y el encuentro con seres espirituales.
03/05/20
Las experiencias cercanas a la muerte son una realidad científica. Científica por qué siguen un patrón en todas ellas. Las experiencias cercanas a la muerte son el testimonio de que la temida muerte, el tabú que hay detrás del morir, quizás no sea más que la prueba de que hay vida después de la vida.
Puede que algunas personas consideren las experiencias cercanas a la muerte una fantasías. Otras lo creen firmemente, por qué lo han vivido. Frente a la muerte, el colectivo médico asiste a menudo a testimonios que rompen todos los esquemas académicos.
El término "Experiencia cercana a la muerte" se acuñó en 1975 por parte de Raymond A. Moody (1944 -) quién publicó el primer libro que describía los recuerdos reportados por algunas personas que habían recuperado la conciencia después de un proceso de coma clínico.
Más tarde, en 2001, el cardiólogo holandés Pim van Lommel lanza una hipótesis sorprendente sobre el tema. Desde entonces, hay muchos científicos, como el Dr. Michael B. Sabom, que siguen estudiando el tema.
Miles de experiencias
Actualmente, las llamadas experiencias cercanas a la muerte (ECM) acumulan en todo el planeta millones de casos. En la web de la Fundación para la Investigación de Experiencias Cercanas a la Muerte (NDERF), hay recopilados más de cuatro mil casos.
Sea como sea, las experiencias cercanas a la muerte son una realidad científica. Científica por qué todas ellas siguen un patrón que se repite, por qué se producen siempre que hay hipoxia cerebral y que la persona se considera clínicamente muerte y por qué todas las personas que han experimentado un ECM, tras esta cambia un aspecto clave de su vida: pasan a no tener miedo a la muerte.
Las experiencias cercanas a la muerte son el testimonio de que la temida muerte, el tabú que hay detrás del morir, quizás no sea más que la prueba de que hay vida después de la vida.
La misma estructura en todas las experiencias
¿Qué pasaría si observáramos las vivencias de ECM como el testimonio de la existencia de otra perspectiva sobre la muerte?
Las vivencias de experiencias cercanas a la muerte sorprenden a todos los médicos que atienden a los pacientes que las vivieron.
Lo sorprendente es que por extraordinarios que parezcan los relatos, conservan una estructura que desafía a la ciencia sin negarla.
A día de hoy disponemos de datos más que suficientes sobre testimonios de ECM que certifican con bases científicas que la muerte no es el final.
Una de las cosas que sorprende en las personas que han vivido una experiencia cercana a la muerte es que en general prefieren no contarlo.
Hay un par razones, una porqué lo que deben describir está tan fuera de nuestra realidad cotidiana, que la persona tiene miedo a que se le considere que padece de alguna alteración neurológica, o incluso se les califique de psicópatas.
La otra es que tienen un recuerdo muy vivo de lo que experimentaron. Es esta precisión en el recuerdo de verse fuera del cuerpo y poder recordar perfectamente lo que les estaba ocurriendo a su cuerpo físico, que les invade el pudor.
Algunos de estas personas eran profesionales de la medicina y por tanto podían describir con precisión lo que observaban. Y sin embargo saben que estos recuerdos en términos de la medicina tradicional no son posibles en estado de hipoxia cerebral, sin respiración ni actividad neurológica medible.
Entre las vivencias relatadas algunas personas se encuentran con lo que llaman seres de luz, otros lo hacen con seres queridos. Otras son capaces de ver su vida pasada y futura en un instante y otras son conscientes que a pesar de la paz y amor que sienten, deben volver a la vida terrenal.
Curiosamente, tras una experiencia de ECM, la mayoría de las personas que la han vivido, se dedicarán a promover la importancia de descubrir el Ser eterno que somos. 
Todos expresan que morir es pasar a otra dimensión donde se está en paz. En todos los casos, pues, más allá de la singularidad de los hechos, hay una estructuración lógica común de la narrativa.
Abiertos a la espiritualidad
Cuando a un testimonio de ECM se le pregunta sobre el sentido de la Vida terrenal la mayoría argumentan que esta es cómo un traje para poder salir a experimentar el mundo sensorial y emocional, pero que con el tiempo, este traje va perdiendo posibilidades. De ahí que la muerte no sea más que una renovación del traje escogido.
A partir de la ECM, su vida terrenal cambia esencialmente porqué se ve absorbida por nuevos valores en los que prevalece la empatía el amor, la generosidad.
Y todos ellos desarrollan un especial interés por lo que podemos denominar la espiritualidad, entendida como los pasos que hay que seguir para descubrir la esencia del Ser que somos, nuestra consciencia.
Algunos lo sienten desde fuera de la religión ya que los dogmas de estos no se ajustan con sus vivencias. Otros todo lo contrario y como el autor de La prueba del cielo afirman haber visto a Dios. Este neurólogo afectado por una ECM da testimonio del mensaje recibido: “Serás amado para siempre, no hay nada que temer, nosotros nos ocuparemos de ti".
Diferentes visiones
En otra visión parecida, la vivencia de Anita Moorjani la llevó a regresar a su cuerpo físico porque supo que el amor y la conciencia sanarían su cuerpo y podría vivir sin miedo. Tras ello no ha cesado en dar conferencias y su libro es un testimonio fehaciente para perder el miedo a la muerte.
En la misma línea se sitúa el libro de Emilio Carrillo quién atestigua que hay un plano de luz que es la vida auténtica, desde el cual nos proyectamos a otro plano. «La muerte es un fantasma de la imaginación humana… El temor a la muerte hay que eliminarlo para poder vivir en libertad».
Y finalmente, podríamos destacar la profunda transformación que alcanza a todas las personas que viven una ECM como el Dr. Rajiv quién narra que los “ángeles” le enseñaron lecciones espirituales de gran valor y le animaron a difundirlas en la tierra. Curiosamente, tras su ECM, Rajiv dejó su trabajo como anestesista y se dedicó a investigar un tratamiento llamado «curación basada en la consciencia».
Experiencias propias de la física cuántica
Las vivencias de experiencias cercanas a la muerte sorprenden a todos los médicos que atienden a los pacientes que las vivieron. Lo sorprendente es que por extraordinarios que parezcan los relatos, conservan una estructura que desafía a la ciencia pero sin negarla.
Desde el punto de vista de la neurología cuando hay una hipoxia con una perfusión cerebral deficiente se sabe que pueden haber alucinaciones o ver luces, etc., pero en ningún caso vivencias con relatos bien estructurados.
Desde el punto de vista de la psiquiatría estas vivencias se han de diferenciar de las alucinaciones; estas últimas habitualmente se dan con determinados fármacos (anestesia incluida) o en los brotes psicóticos. Este tipo de alucinaciones que pueden ser visuales o auditivas, nunca tienen una estructura lógica en la narrativa de lo que explican.
En cambio, hay una explicación desde el punto de vista la física cuántica en la medida que el tiempo y el espacio toman una concepción de presente y ubiquidad.
Desde el punto de vista de la física cuántica, la energía se puede manifestar como onda pura o como partícula. O sea que se aprecia que el Universo funciona con dos polaridades, energía oscilatoria y partícula.
Un cuerpo sólido, por ejemplo, se estructura como energía muy densa con una frecuencia vibratoria muy baja, pero hay otras formas del campo vibratorio.
Energías sutiles
Desde el punto de vista cuántico cualquier estructura sólida es un enorme vacío y por tanto en determinadas condiciones puede manifestarse como tal y atravesar otras estructuras sólidas.
También es explicable cuánticamente que haya energías sutiles que nos permiten comprender algunos de los fenómenos descritos en las experiencias cercanas a la muerte.
En cualquier caso, la extensa documentación que existe sobre el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte nos pone en alerta.
Aún no sabiéndolo explicar el fenómeno hay una evidencia científica en cuanto a la repetibilidad del fenómeno y la coherencia del mismo.
La ciencia del coma
No se puede negar que hay grupos científicos que intentan comparar el relato de las experiencias cercanas a la muerte con desórdenes cerebrales diversos.
Entre estos hay el equipo de Coma Science Group de la Universidad de Lieja que ha creado una base de datos de más de 1.600 historias clínicas de experiencias cercanas a la muerte (ECM).
Un estudio cualitativo publicado el año 2018 reveló que casi ninguna de las experiencias se parece a otra en términos de cronología de los eventos, aunque reconoce que existen elementos comunes.
Lo temas más recurrentes descritos en las ECM analizadas, son la sensación de bienestar y paz (presente en el 80% de las historias de ECM), la percepción de una luz brillante (69%), el encuentro con los seres fallecidos o místicos (64% ) y la sensación de decorporación (53%).
Experimentación neurológica
Entre algunos científicos hay la duda de que un cerebro con hipoxia pueda tener experiencias "tan reales" como las sienten. Steven Laureys, de la Universidad de Lieja, reconoce que todos los estudios muestran pues que la actividad cerebral registrada justo después de la muerte clínica no es caótica y que existe una conectividad perfecta entre las diferentes partes del cerebro.
Un número creciente de grupos de investigación está centrando la atención en comprender como percibe el cerebro determinados estados de conciencia, desde los estados de meditación hasta cuando se dan lesiones agudas cerebrales. 
La investigación sobre el funcionamiento de nuestro cerebro es muy importante para avanzar en el conocimiento de lo que nos hace humanos. 
Una conclusión lógica ante el fenómeno es que las experiencias cercanas a la muerte demuestran que quizás la ciencia médica debe hacer un guiño a la física cuántica.
Es probablemente desde esta visión que podremos realmente comprender la conciencia humana y recuperar la memoria perdida..
Una conciencia que se expresa sobretodo como lo visualizan los japoneses con el concepto de Ikiga; es decir, que las pequeñas alegrías del día a día contribuyen a la materialización de lo que da sentido a la vida.
https://www.funeralnatural.net/articulos/ciencia-en-las-experiencias-cercanas-a-la-muerte

16.-
Experiencias cercanas a la muerte: ¿qué podemos aprender?
06 de mayo de 2020
El viaje que cuentan las personas que han tenido una "experiencia cercana a la muerte" sugiere que seguimos existiendo más allá del plano material.
Daniel se encuentra ingresado en una unidad de cuidados intensivos. Su enfermedad da un giro inesperado y su corazón se detiene de repente. Acude enseguida una enfermera e instantes después un médico, para intentar una resucitación cardiaca.
El corazón ha dejado de latir, sus pulmones han dejado de respirar y el electroencefalograma no registra ninguna actividad cerebral. Está clínicamente muerto, pero al cabo de un tiempo el médico y la enfermera consiguen reanimarlo: su corazón vuelve a latir, respira, despierta. Daniel está vivo.
El último viaje: la conciencia continúa
Los avances de la ciencia médica hacen que haya entre nosotros un creciente número de personas que, como Daniel, se han acercado al umbral de la muerte, que han permanecido un largo periodo de tiempo junto a ese umbral (en estado de coma), o que incluso se han adentrado brevemente en él.
Algunas de estas personas, para su propia sorpresa y para la sorpresa no menor de médicos, enfermeras, familiares y cuantos los han conocido o tratado, despiertan recordando experiencias insólitas que un número creciente de médicos e investigadores denomina near-death experiences (NDE) o "experiencias cercanas a la muerte" (ECM).
Estas experiencias no se producen únicamente ante la muerte, sino que también pueden darse ante una situación de peligro inminente. El 4 por ciento de la población de Alemania y Estados Unidos dice haber vivido una experiencia cercana a la muerte, según una encuesta realizada hace pocos años.
¿Se trata de simples alucinaciones? ¿O hay en las experiencias de estas personas algún tipo de realidad que nos invita a todos a transformar la percepción que tenemos de la muerte y de la vida? En cualquier caso, ¿hay algo que pueda interesarnos más que saber qué puede haber, o no haber, al otro lado de ese momento al que llamamos muerte?
Nuestra manera de entender la vida es inseparable de nuestra manera de entender la muerte. A través de los siglos, las diferentes religiones han expresado sus visiones de lo que nos espera al otro lado.
Un rasgo común a todas ellas -que también es habitual en todas las culturas indígenas- es la idea de que la conciencia continúa activa de alguna forma después de la muerte, a menudo para volver a encarnarse en un nuevo ser, una nueva vida.
Pero se trata de una cuestión demasiado importante para contentarnos simplemente con seguir la opinión o las creencias de otros, por más reconocidas que estas sean.
Lo que dice la ciencia
Volviendo, pues, a las experiencias hospitalarias de enfermos que encaran la muerte, ¿qué nos dice hoy la ciencia de ellas?
La medicina nos ayuda a posponer la muerte, sin duda alguna, pero no puede decirnos directamente si el último viaje lleva a alguna parte o no. La ciencia moderna, por su propia metodología, no puede asomarse al otro lado de la muerte para decirnos qué hay ahí o bien certificar que no hay nada.
Cuando optamos por creer que el mundo está hecho exclusivamente de combinaciones de partículas materiales que obedecen a determinadas leyes mecánicas, resulta inconcebible que pueda haber algo más allá de la muerte.
Semejante conclusión, sin embargo, está basada en la intuición de cómo creemos que deberían ser las cosas, no en ninguna evidencia científica.
No es fácil definir la muerte en términos médicos. Hoy sabemos que suele ser un proceso complejo y gradual. Si hace unas décadas se consideraba que el cese de la actividad cardiaca y de la respiración visible era suficiente para diagnosticar la muerte clínica de una persona, ahora sabemos que hay que esperar a que cese toda actividad vital, incluido el cese de toda actividad en el cerebro.
En algunos casos, la actividad cerebral puede continuar tenuemente por debajo de lo que nos muestra un electroencefalograma. El umbral solo se atraviesa cuando la actividad vital cesa de modo completamente irreversible.
Percepciones similares
Ciertos elementos se repiten en las personas que viven una ECM. Aunque jamás hayan oído hablar de ella, y tanto si previamente creían que hay algo tras el umbral como no, suelen destacar en su relato una serie de circunstancias comunes, con cierta influencia del contexto cultural de cada uno.
Entre dichos elementos se encuentran un sentimiento de gran paz, alegría y tranquilidad (sin rastro alguno del dolor que la persona pueda haber sentido durante su agonía); la percepción del propio cuerpo desde afuera (generalmente visto desde arriba).
La percepción de que las personas que hay en la sala constatan y lamentan el fallecimiento; visiones muy rápidas de muchísimos momentos de la vida que queda atrás, como una especie de examen vital en que sentimos cómo muchas de nuestras acciones han ayudado o afectado a otras personas.
La percepción de un túnel al final del cual se ve una luz inmensamente brillante pero no cegadora (como la escena que hace más de cinco siglos pintó El Bosco en su composición Visión del más allá).
La presencia de un ser luminoso y bondadoso, que puede ser un familiar anteriormente fallecido (que se muestra en la flor de la vida) o bien una figura espiritual; la sensación de estar profundamente unido a toda la realidad y todas las personas.
La visión de un umbral o barrera cuyo traspaso (según siente la persona que vive esta experiencia) significaría adentrarse en otra dimensión y no regresar a esta vida, y el oír o saber que no es momento todavía de atravesar dicho umbral, antes de regresar a la vida en nuestro mundo.
No todas las personas que han vivido una ECM relatan todas y cada una de estas experiencias, pero sí dicen haber experimentado un gran número de ellas.
En un estudio comparativo de personas que han experimentado una ECM en Estados Unidos y en la India, se constató que en Estados Unidos es más frecuente que la persona moribunda explique haberse encontrado con una persona o personas que conocía y apreciaba, mientras que en la India es más común experimentar un encuentro con figuras religiosas.
Cabe añadir que buena parte de esta experiencia es difícilmente expresable en palabras y que muchos de quienes la experimentan prefieren no contarla porque sienten que no les creerán.
Una serie de efectos muy beneficiosos son habituales en las personas que han vivido una ECM. Incluyen un mayor sentimiento de bondad, una mayor conciencia ecológica, la convicción de que la propia vida tiene un sentido y, sobre todo, la desaparición completa del miedo a la muerte.
La excepción son algunas experiencias teñidas de miedo (un 2% de los casos, según el eminente cardiólogo holandés Pim van Lommel, que ha realizado importantes investigaciones científicas sobre las ECM y la conciencia), acaso provocadas por el terror ante la muerte.
Pero incluso en estos casos, muchas de tales experiencias pierden buena parte de su carga negativa cuando la persona las reevalúa desde una actitud relajada.
Experiencias cada vez más documentadas
Cada vez tenemos más información sobre este fenómeno, recopilada por médicos de la mayor credibilidad que nunca hubieran imaginado que algo así fuera posible, hasta que se toparon con el fenómeno a través de personas que habían contribuido a reanimar.
Tal fue el caso del doctor Pim van Lommel y de la hoy doctora Penny Sartori, que lo constató durante años cuando era enfermera en la unidad de cuidados intensivos de un hospital británico.
La mayoría de las personas que viven una ECM se hallan en un estado de muerte cerebral, con un electroencefalograma plano, por lo que teóricamente no deberían tener ningún tipo de experiencia o de conciencia.
Sin embargo, estas personas "recuerdan" hechos que sucedieron en la sala después de su muerte clínica.
Más sorprendente incluso es que las personas ciegas puedan describir lo que sucedía a su alrededor tras su muerte clínica, incluyendo el aspecto físico de los médicos y las enfermeras y los colores y detalles de su ropa. Del mismo modo, las personas sordas recuerdan qué se decía a su alrededor.
Otras personas dicen haberse encontrado con familiares cuyo fallecimiento no conocían. Estos y otros aspectos del fenómeno no son explicables con nuestros conocimientos científicos actuales. Pero continúan sucediendo.
En el viejo muro de la visión materialista de la existencia hay cada vez más brechas, y las ECM tal vez constituyen la más dramática y espectacular.
Aferrarse dogmáticamente a presupuestos indemostrables que hoy prevalecen en la neurociencia (como la opinión, cada vez más difícil de sostener, de que la conciencia es un mero producto de la actividad cerebral) sería mucho menos científico que observar la evidencia y reconocer que este fenómeno es real.
Si somos coherentes, no podemos seguir considerando el mundo como una simple suma de objetos materiales, o de elementos que se pueden representar objetivamente. Un número creciente de indicios sugiere que la conciencia es una realidad más fundamental que la materia.
Dado el desafío que suponen a muchas de nuestras creencias, no es sorprendente que muchas personas se resistan a creer en la realidad de las ECM. Dicha resistencia no es una cuestión científica, sino de hábitos psicológicos adquiridos.
Es un signo de madurez reconocer que la realidad va más allá de lo que podemos predecir o controlar.
En cualquier caso, los escépticos recalcitrantes harían bien en adaptar aquí la apuesta del filósofo francés Pascal: si dedicamos unas pocas horas de nuestra atención a considerar este fenómeno, nada es lo que podemos perder y mucho lo que podemos ganar.
Todo viaje requiere una preparación. Si consultamos guías de viaje antes de emprender un vuelo a un lugar que apenas conocemos, cuánto más no habríamos de prepararnos para afrontar con claridad y serenidad el inquietante paso por este umbral.
Como señala el Dalái Lama, "sería poco práctico no estudiar estos temas con sumo cuidado y no desarrollar métodos para tratar con la muerte y el morir de una manera hábil, compasiva y humana".
La viveza de las ECM, más intensas que las experiencias de la vida cotidiana, es también una característica de los sueños lúcidos y de algunos estados meditativos. Ello sugiere que lo que uno percibe en las ECM es de algún modo un fruto de nuestro estado de conciencia.
Por ello, todo lo que contribuya a la paz interior, a la plena atención relajada al momento presente, será una buena preparación para un viaje que acaso no sea el último.
Libros que nos ayudan a entender las ECM
Tres obras accesibles que recogen y analizan con rigor científico un enorme abanico de experiencias cercanas a la muerte son las escritas por el cardiólogo holandés Pim van Lommel (Consciencia más allá de la vida, Atalanta, 2012), por la doctora británica Penny Sartori (ECM: Experiencias cercanas a la muerte, Kairós, 2015) y por el psiquiatra Peter Fenwick y su esposa Elizabeth (El arte de morir, Atalanta, 2015).
Entre las tradiciones meditativas, el budismo tibetano ha desarrollado una serie de tratados que analizan el proceso de agonía y el "estado intermedio" entre la muerte y un nuevo nacimiento. El más conocido entre tales tratados es El libro de los muertos tibetano, del que existe una traducción directa (Siruela, 2007).
Una interpretación popular de estas enseñanzas es El libro tibetano de la vida y de la muerte, de Sogyal Rimpoché (Urano ).
Eminentes académicos dialogan sobre ello con el Dalái Lama en Dormir, soñar y morir (Gaia, 2009). La introducción más amplia, amena y precisa a esta perspectiva sobre la vida, la muerte y la conciencia es La mente más allá de muerte, de Dzogchen Ponlop (Kairós, 2015).
Dos psiquiatras norteamericanos, Ian Stevenson y Brian Weiss, autores de numerosas obras, a través de su trabajo quedaron convencidos de la realidad de la reencarnación. Dos autores, en este caso más cercanos, que han explorado también el tema son Vicente Merlo (La reencarnación, Sirio, 2009) y Mariano Bueno (La muerte: Nacimiento a una nueva vida, Edaf, 2002).
https://www.cuerpomente.com/salud-natural/mente/experiencias-cercanas-muerte_1766


17.-
Lo que las experiencias cercanas a la muerte revelan sobre nuestro cerebro
2 de junio de 2020

Miles de personas en todo el mundo relatan experiencias ilógicas, incomprensibles, y casi metafísicas, que les suceden cuando atraviesan un episodio que amenaza sus vidas. Puede tratarse de un accidente traumático, un ataque al corazón, un ahogamiento, etc. La experiencia es tan común (algunas cifras hablan de que uno de cada 10 pacientes de infarto de miocardio lo experimentan en los hospitales) que prácticamente todo el mundo conoce su sintomatología, la cual parece trascender a las nacionalidades, creencias religiosas, o el nivel sociocultural, de quien la sufre.
¿Quién no ha oído hablar de lo que cuentan estos visitantes fugaces al reino de la muerte que regresaron entre los vivos? Una sensación de calma y paz total, recordar las conversaciones de los médicos, la luz al final del túnel, ver pasar la vida frente a uno mismo como en fotogramas, sentirse flotar y observar el propio cuerpo desde arriba, percibir la presencia cercaba de un ser querido vivo o muerto, o incluso de un ángel…  y luego, la desagradable sensación de tener que abandonar ese beatífico mundo en el que no existe el miedo, para regresar al cuerpo agonizante.
Se las conoce como experiencias cercanas a la muerte, o para abreviar ECM, y el término se lo debemos al estadounidense Raymond Moody (doctor en medicina y filosofía) quien lo acuñó en su best seller de 1975  “Vida después de la vida”.
Lamentablemente la ciencia no puede explicar todos los detalles del fenómeno, puesto que quienes lo experimentan no suelen estar dentro de un aparato de resonancia, ni cuentan con una red de electrodos cubriendo su cráneo. Y es que en esos momentos en que la vida del paciente está en juego, no tendría mucho sentido que los doctores se afanasen en estudiar con detalle lo que sucede en su cerebro. Obviamente lo principal es mantener vivo al paciente y ayudarle a superar una situación traumática límite.
Antes de seguir debo aclarar que en este artículo no vamos a caer en la interpretación mística o religiosa que muchos quieren darle a estas experiencias, en el sentido de que lo que experimenta el “casi-muerto” es un atisbo del mundo ultra terrenal (bien sea cielo o infierno) que le espera cuando abandone el mundo de los vivos. Lo siento pero eso no es una opción, en este blog hemos venido a hablar de ciencia.
De hecho, las ECM afectan en igual número a personas con creencias religiosas y a escépticos, y por lo que puedo leer no todas responden al prototipo “beatífico” del que os he hablado. Muchas personas dicen experimentar fases de terror, angustia, soledad y desesperación. Si conocemos menos esta versión “negativa” de las ECM es probablemente porque quienes las experimentan prefieren guardárselas para sí  por vergüenza, para evitar el estigma social, o simplemente por no enfrentarse a los seguidores de la versión “buenrollista”, que parece ser la más aceptada por la cultura popular. ¿Quién puede culparles por querer olvidar una experiencia tan traumática?
Uno de los aspectos más fascinantes de las ECM es el modo en que, en algunas ocasiones, cambian la personalidad de quienes las sufren. Muchos las recuerdan durante décadas con una intensidad y lucidez completamente inusual. El tiempo pasa y otros recuerdos del día a día se van desvaneciendo, pero lo acontecido aquel día queda para siempre. En cierto modo, las ECM resultan “más reales que la realidad”.
Y es que las ECM pueden, como digo, provocar transformaciones paulianas (llamadas así en honor a lo que le sucedió a San Pablo en su camino a Damasco, cuando se cayó del caballo). Se cuenta que Hemingway, que tuvo una ECM “beatífica” durante la Primera Guerra Mundial, tras la explosión de una mina, se convirtió en el temerario corresponsal de guerra obsesionado con el riesgo y la muerte que todos recordamos, en parte debido al cambio que esta operó en su personalidad.
En cuanto a algunos de los síntomas, como el del famoso túnel visual, la ciencia hace años que cuenta con una explicación. El estrechamiento de la visión se debe a la reducción de flujo sanguíneo que experimenta la periferia de la retina. El resto, las trataremos de explicar dentro de un marco natural, asumiendo que las ECM constituyen una variedad “rara” o alterada de conciencia, provocada por las graves lesiones de quienes las atraviesan.
https://es.noticias.yahoo.com/experiencias-cercanas-muerte-ecm-cerebro-oxigeno-flujo-sanguineo-195012736.html?guccounter=1&guce_referrer=aHR0cHM6Ly93d3cuZ29vZ2xlLmNsLw&guce
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A modo de homenaje:

18.-
La madre de la muerte natural 
31/03/20
Si hay una persona que en Europa y en general en Occidente cambió la visión de la muerte es una mujer.
Bajo la influencia de las religiones monoteístas tanto cristiana como musulmana la muerte se concibió como un tabú, una tragedia que nos quitaba la vida terrenal pero nos regalaba el cielo o nos condenaba al infierno.
El arte y la literatura de casi dos milenios ha estado caracterizado por esta visión dual. En la literatura, obras como La Divina Comedia (escrita entre 1304 y 1321) de Dante Alghieri (1265-1321) lo deja claro y alguna pintura del primer cuarto de siglo XVI sobre el infierno.
Y esta visión se ha mantenido hasta mediados del siglo XX como la atestiguan las ceremonias funerarias tradicionales y para no cansar
Lo ilustra muy bien la película de Ingmar Bergman, El séptimo sello (1956). En definitiva, que hasta hace poco, en Occidente, la muerte ha estado teñida de visión trágica o celestial sin más.
Kübler-Ross: un legado de muerte
Elisabeth Kübler-Ross (Zúrich, 8 de julio de 1926-Scottsdale, Arizona, 24 de agosto de 2004) cambió la forma en que Occidente observaba la muerte. Esta psiquiatra-médico suiza-norteamericana se adentró en el mundo de los moribundos desde una aproximación humanista y científica con el objetivo de dar sentido a esta etapa de la vida humana.
Kübler-Ross enseñó a Occidente a morir bien. En su primer libro, Sobre la muerte y los moribundos (publicado por primera vez en 1969), describió las cinco etapas que creía que experimentaban quienes se acercaban a la muerte: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.
También revolucionó la visión sobre la muerte al tipificarla como etapa normal de la vida y ofreció estrategias para tratar a los pacientes y sus familias afectadas por la pérdida de un ser querido.
Gracias a ella el tema de la muerte empezó a ser tratado por parte del estamento médico y sus libros pronto se convirtieron en un estándar para profesionales que trabajan con pacientes terminales.
El duelo en la práctica
Es cierto que sus investigaciones sobre las experiencias cercanas a la muerte hizo que le salieran detractores, pero hoy nadie puede negar que estas experiencias son reales para quienes viven este tipo de "muerte en vida".
Otra cosa es la interpretación científica que se les quiera dar, pero hay algo común  y es que en casi todos los casos de las personas que las han vivido, han cambiado el modo de vivir.
Elisabeth Kübler-Ross marcó pues un antes y un después en la ayuda a los familiares de los enfermos para que estos pudieran gestionar la pérdida de sus seres queridos, a saber cómo enfrentarse a la muerte sobretodo en cómo apoyar a la persona que agoniza. Quién la inspiró en lo que se vendría a llamar tanatología fue una mujer de color de la limpieza.
Sobre los moribundos
Kübler-Ross se dio cuenta del efecto que tenía por muchos de sus pacientes más graves y por un acto casi simple como ella lo relataba «Verá doctora, la muerte es una vieja conocida, tan solo me acerco a ellos, les toco la mano y les digo: no es tan terrible». De aquella observación nació su estudio sobre los moribundos y las famosas fases que estableció.
Elisabeth Kübler-Ross ya se había ganado el prestigio como profesional de la medicina dando un nueve enfoque a la atención médica de la muerte. Pero entonces fue más allá y a ella debemos su interés por las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Otros las estudiaron igualmente, pero ella le dio una visión más humanista.
La muerte con dignidad
En su libro La muerte un amanecer documentó que esto que nos parece un final es un pasaje hacia otra forma de vida y que la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento, puesto que se trata del inicio de otra existencia.
La muerte debe ser digna porqué es el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo y oyendo, comprendiendo y riendo, y en el que se tiene la posibilidad de continuar el crecimiento espiritual.
Gracias a ella sabemos que una luz brilla al final, y que a medida que nos aproximamos a esa luz, más blanca, de una claridad absoluta, nos sentimos llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que podamos imaginar.
Sus percepciones volcadas en este libro fueron duramente criticadas, peor hoy otras investigaciones sobre las ECM, como las del Dr. Pim Van Lommel, que confirman sus tesis.
Marcó tendencias
En definitiva, el nombre de esta mujer es una referencia en la tanatología o estudio de la muerte en todas sus vertientes.
La visión de un funeral natural no sería posible sin la desmitificación que provocaron los estudios de esta excepcional mujer.
Tampoco lo serían los cuidados paliativos entendidos como la asistencia para una muerte digna y la atención de los moribundos.
Los trabajos de Kübler-Ross han sido esenciales para perder el miedo a la muerte e imaginar que se trata de una despedida y por tanto afrontar de la mejor manera el duelo por la pérdida.
Uno podrá estar más o menos de acuerdo con los planteamientos de Elisabeth Kübler-Ross en cada una de sus obras, pero es innegable que gracias a ella podemos leer sobre el tema sin imaginar las terribles consecuencias del "morir" de antaño.
Consecuencias de un legado
Un funeral natural es pues la consecuencia de haber podido indagar en el significado de la muerte y para ello las experiencias de los moribundos y su aproximación a la muerte ha sido fundamental.
Lo importante no es sólo de vivir el presente con toda la intensidad posible, sino también de, sin obsesionarse, como en todo de esta vida, saber que la muerte se dará y por tanto vale la pena tenerlo previsto.
Al fin y al cabo, la muerte es tan vital como el nacer y, por tanto, algo que celebrar. Sea como sea la misma, en nuestra vida acumulamos una experiencia que aunque a menudo la apreciamos trágica, en realidad sabemos que esta nos aporta un aprendizaje consciencial.
Así lo atestiguan múltiples expertos y está reflejado también en la ficción como en la película Cinco personas que conocerás en el cielo.
Su obra
Elisabeth Kübler-Ross (8 de Julio 1926 – 24 Agosto 2004) fue una psiquiatra estadounidense nacida en Suiza, pionera en el concepto de proporcionar asesoramiento psicológico a los moribundos.
Todas sus obras están disponibles en castellano reeditadas por la Editorial Luciérnaga con motivo del décimo aniversario de su muerte (2014). Escribió más de 20 libros, y el último póstumo Sobre el duelo y el dolor (On Grief And Grieving) se publicó en 2005.
La apasionante vida de esta mujer está recogida en un libro-CD, Elisabeth Kübler-Ross, una Mirada de Amor (DVD). Testimonio de una vida y una enseñanza que incluye un documental realizado por Stefan Haupt (disponible en Youtube) que detalla la trayectoria vital y la labor de esta extraordinaria mujer.
Bajo su tutela se crearon fundaciones y movimientos ciudadanos que reclamaban el derecho a una muerte digna. La psiquiatra destacó además por su carácter fuerte y aguerrido, protagonizando algunas polémicas y discusiones en torno a sus iniciativas asistenciales.
No perteneció a ninguna religión pero en su autobiografía apela a un Dios amoroso y al valor enriquecedor del sufrimiento.
In memoriam
En su último libro Sobre el duelo y el dolor (2005)  Kübler-Ross escribe en sus últimas páginas: “Sé que la muerte está cerca, pero aún no llega. Me encuentro aquí sentada como otras muchas personas se han encontrado a lo largo de la historia, en una cama rodeada de flores y mirando a través de una gran ventanal. El sentido de la vida no consiste solamente en conocer las cinco fases. No se trata solamente de la vida que se pierde, sino de la vida que se ha vivido. Escribir este libro me ha proporcionado la manera de continuar sintiéndome útil en mi vida, a pesar de que se esté acabando”.
Era casi un epitafio de una vida dedicada a una mejor comprensión de la muerte.
https://www.funeralnatural.net/articulos/la-madre-de-la-muerte-natural

Amiga, Amigo:

El niño llama a su madre que está dormida.
El niño llama a su madre sin saber que del
sueño de la muerte no se va despertar.
De una malagueña de la isla de Tenerife

Cuando decidí, después de sies años, intentar actualizar el trascendente tema de los muertos clínicos misteriosamente vueltos a la vida después de varios minutos en paro cardíaco y muerte cerebral, lo cual la neurociencia no lo pueda explicar con argumentos válidos por estar más allá de los límites del método científico; Son personas que de manera inexplicable reviven    carentes de daño cerebral. Los que llegaron al final del viaje, es decir el Ser de Luz, son un 5% de las experiencias y todos ellos han tenido un cambio de vida impresionante, traen un Mensaje y pasan a lograr una vida espiritual y tranquila por la certeza de SABER que hay un Más Allá sin juicio ni castigo y que ese Ser de Luz les irradió tan solo Amor, Comprensión y Perdón, dándoles a entender el por qué debían retornar a cumplir su Misión de Vida. Pues bien, me sorprendió encontrar tantos trabajos recientes de los años 2019 y 2020 sobre el tema. Nada nuevo, pero sí reforzando una realidad que muchos agnósticos a como de lugar, bajo el alero del Nuevo Orden Mundial, intentan justificar como simples reacciones químico cerebrales. Grato me resulta entender lo falto de leal juicio de sus malas justificaciones, dado que aceptarlo abre la mente hacia más allá de la materia y hacia lo que cada uno es, algo peligroso para Pensar por Uno Mismo y buscar la Verdad...

Entre esos abundantes testimonios de quienes volvieron del Más Allá analicemos estos 34 testimonios como muestra que mostré en mi escrito N° 464 de julio de 2016, titulado "Raconto sobre la muerte". Lo dejo por la trascendencia de su experiencia "Más allá de la Vida" que ellos intentan transmitir y quieren que se conozca como parte de su Misión al haber retornado a la Vida:
1.- Ese conocimiento no sólo era para una persona, sino para que se beneficiara toda la humanidad.

2.- Se trata de un lugar donde el lugar en sí es conocimiento. En él se tiene a plena disposición el conocimiento y la información, la totalidad del conocimiento. Se absorbe conocimiento. Súbitamente conocemos las respuestas a todos los interrogantes.

3.- Hubo un momento en esto -bueno es que no hay manera de describirlo- que fue como si yo supiera todas las cosas. Tenía la certeza de que cualquier cosa que quisiera saber, podría saberla.

4.- Había una luz como dorada en todas partes. Hermosa. Pero no pude hallar la fuente en ningún lado. Simplemente me rodeaba viniendo de todas partes. Había un sentimiento de paz y gozo perfectos, de amor. Era como si yo formase parte de ello.

5.- Alrededor había la luz más bella y resplandeciente que pueda describir. Era un lugar muy hermoso y en aquel lugar había gente, gente feliz.

6.- Es un sitio verdaderamente hermoso, pero no se puede describir. Y existe realmente. Uno no puede ni imaginárselo.

7.- Yo había sido un predicador del fuego y del azufre, les decía que si no creían la Biblia de una manera determinada serían condenados al fuego eterno. El Ser Luminoso me pidió que no volviera a hablar así a mi congregación, lo dijo sin exigencias, se limitó a indicarme que con mi actitud estaba haciendo desgraciada a la congregación.

8.- Todo lo que uno haya hecho está allí en la revisión para que lo evalúe. Ojalá consiguiera convencer a todo el mundo de lo bueno que es saber la responsabilidad que uno tiene, es el sentimiento más liberador del mundo.

9.- Mucha gente que yo conozco se va a llevar una sorpresa cuando descubra que al Señor no le interesa la teología. ÉL quería saber lo que había en mi corazón no en mi cabeza.

10.- Lo que pasa es que estaba tan bien allí en la muerte, pero tan bien.

11.- Me dijo que todavía no podía subir. Vuelve, aún te queda algo por hacer y aquí estoy.

12.- Me dijo: regresa, aún no ha llegado el momento.

13.- Sabía que tenía un objetivo a conseguir en la vida y que, en consecuencia, no podía permanecer en el "plano" en el que me encontraba transitoriamente.

14.- Estaba viendo transitoriamente mi propia vida como participante y espectador; como abogado defensor, fiscal y juez. En ningún momento me sentí culpable, pero comprendí que aún me quedaba mucho por hacer, por comprender, por saber; sentí que ese Ser Luminoso me estaba ordenando evolucionar y no tuve duda que aún no estaba preparado para morir, y me regresé a este cuerpo.

15.- Ahora sé lo que es la muerte. Ya no tengo miedo y sé que cuando llegue la hora, será lo más bello que me sucederá.

16.- El hecho es que esa Luz, esa Inteligencia Suprema ante la que me enfrenté y esa sensación de paz, felicidad y amor que me poseyó, es algo que hasta la fecha recuerdo con claridad, hasta el punto que ha cambiado mi vida.

17.- Él me hizo ver dentro de mi, como si se proyectara en mi mente, las imágenes, sensaciones, actos y consecuencias de toda mi vida. Todo, hasta el más mínimo detalle lo ví y lo percibí con impresionante claridad; y durante ese instante en el que transcurrió toda mi vida, fui participante, acusado, demandante, testigo, fiscal y juez, todo a la vez. Comprendí que no estaba listo para morir.

18.- Era una luz, una luz intensa, pero no me cegaba. Yo sé que era ÉL, por todo ese amor y comprensión que irradiaba.

19.- Esa luz me hizo comprender la inmensa falta de humanidad del medio en que me desenvuelvo, de muchos de mis actos y actos de los demás.

20.- Pero ese Ser que yo calificaría de "amor puro" comprendió lo que estaba sucediendo, decidió que yo no podía morir, y me mandó de vuelta.

21.- Creo que a todos los que hemos pasado por esa experiencia ha sido por alguna razón. Porque existe algo que debemos hacer. Hemos recibido una llamada especial.

22.- Tuve suerte que esto sucediera. No estaba encaminado en la dirección correcta, estaba en el sendero de la autodestrucción, sólo que lo recorría muy lentamente. Yo era un perro callejero.

23.- Desde esa experiencia no he prestado la menor importancia a la consecución de cosas materiales.

24.- Me gustaban los bienes materiales y los deseaba, ahora, mi interés es mi sonrisa.

25.- Después de la experiencia alguien me prestó un libro sobre la Guía de la Conciencia Superior, era la primera vez que tenía algo así en mis manos, ahora no he hecho más que devorar esta clase de libros, uno tras otro. He cambiado totalmente de manera de ser y siento, percibo y vivo como la persona con quien creí fundirme en ese túnel.

26.- No me importa si se ríen de mi. Los pocos que no lo hagan serán los únicos que aprenderán algo.

27.- Yo era una persona superficial, siempre pendiente en complacer a los demás y de ser aceptada y apreciada por todos. Ahora, eso ya no me importa en absoluto, y resulta una sensación realmente deliciosa.

28.- Antes era inseguro, ahora si no le gusto a alguien, no me importa.

29.- Pienso que la experiencia lo hace a uno más tolerante y comprensivo, ya no juzgo a la gente con tanta dureza, ahora tengo un sentido del humor más acusado que antes.

30.- Antes tenía muy mal genio y era lengua larga, ahora no soy tan intratable y me esfuerzo por escuchar.

31.- Supe lo que debía hacer. Fue así de sencillo. Fue como un impulso que no sé de donde vino, pero que me hizo ver que debía ayudar a las personas enfermas en grave estado.

32.- Tengo un mensaje que comunicar a los demás, hay vida después de la muerte. Existe algo más, nuestra identidad personal continúa existiendo de una manera más completa.

33.- Nadie me preguntó por mis creencias, nadie. El Universo no es rígido, lo sé. No es justo decir que sólo si se cree en Jesús se alcanzará esa vida, y, si no se cree no se alcanzará.

34.- Mi vida ha sido azarosa, éramos ocho hermanos y no teníamos padre. Mi madre trabajaba casi todo el día lavando y planchando, todos vivíamos en un sólo cuarto. Yo tenía mucha fe en la Virgencita, al igual que mi mamá. Pero un día, al no conseguir mi mamá un mejor empleo por no tener marido, me revelé y comencé a robar. A los 12 años me fui a vivir con un señor dueño de una ferretería, y después con muchos otros, hasta que reuní algún dinero y un amigo me consiguió este puesto en el mercado. Mi vida estuvo tan llena de pecados, ¡cosas tan malas! Al tener el ataque al corazón me ví flotando en el aire en la Cruz Roja, donde había sido llevada. Vi mi cuerpo tieso y tapado completamente por una sábana. Supe que estaba muerta, quise volver pero en ese momento escuché un ruido como de truenos, pensé que era el ruido del infierno. Yo ya estaba segura que me iba al infierno y le rogaba ahora a la Virgencita pidiéndole clemencia. Entonces aparecieron todas esas luces y me encontré con mi comadre recientemente fallecida y me abrazó y me dijo que no llorara porque nada malo me iba a pasar. Llegué donde la Virgencita, era una luminosidad esplendorosa y salía de ella tanto amor y comprensión, que enseguida supe que no había sido tan mala y que la Virgen me amaba igual que a todos y no le importaba que yo la hubiera odiado, ni las cosas malas que hice. Entonces quise abrazarme a ella, pero me di cuenta que había como un precipicio que nos separaba, y sentí que me decía que todavía no estaba lista para morir, que tenía que cuidar a mis hijos y me mandó de vuelta a este mundo. Ahora yo ya se lo que pasa cuando se muere y no le tengo miedo a la muerte. También se que no soy tan mala y que DIOS perdona. Por eso yo también he aprendido a perdonar y no odio a nadie, ni me enojo por cualquier cosa como antes. Y tampoco creo en el infierno porque, ¿cómo puede permitir DIOS que exista el diablo cuando ÉL es tan bueno y está tan lleno de amor por todos? La verdad es que el infierno es esta vida, pero si una aprende a amar, también la vida puede ser bella.



Para 
Kenneth Ring el 5% que ha estado en contacto con el Ser de Luz representan una avanzada para la transformación de la humanidad. Hace una descripción de cómo sería la experiencia completa de ese 5% de quienes han tenido una ECM, algunos con muchos minutos declarados clínicamente muertos y retornados sin daño cerebral. Dice Ring:

"Lo primero es una sensación de paz, serenidad y bienestar, que pronto culmina en un sentimiento de alegría y paz abrumadoras. Ese tono de éxtasis aunque de intensidad variable en cada caso, tiende a mantenerse como una base emocional constante mientras empiezan a desplegarse otros rasgos característicos de la experiencia. A estas alturas, el individuo es consciente de que no siente dolor y no tiene ninguna otra sensación corpórea. Todo está tranquilo. Estas observaciones pueden llevar al individuo a pensar que, o bien se encuentra en el proceso de morir, o bien se ha muerto ya. Entonces puede captar, transitoriamente, un zumbido o rumor como de viento, en todo caso, el individuo termina encontrándose fuera de su propio cuerpo físico, como si contemplara éste desde un punto elevado exterior al mismo. En ese instante el individuo percibe que puede ver y oír perfectamente; de hecho, su capacidad visual y auditiva suele ser más aguda que lo habitual. También es consciente de las acciones y conversaciones que tienen lugar en el recinto físico, en relación al cual él se encuentra en el papel de un espectador pasivo e indiferente. Todo le parece muy real, incluso muy natural; no se asemeja en absoluto a un sueño o una alucinación. Su estado mental es de gran agudeza y claridad. En algún momento puede observar que se halla en un estado de consciencia dual. Mientras que continúa siendo capaz de percibir el lugar físico que le rodea, puede ser consciente también de "otra realidad" y sentirse atraído hacia ella. Entonces es arrastrado o atraído hacia un túnel o hueco oscuro y siente como si flotara por éste. Aunque por un momento puede sentirse solo, la experiencia resulta, en este punto, predominantemente serena y pacífica. Todo está en una calma absoluta y el individuo sólo es consciente de su mente y de la sensación de estar flotando. De repente advierte una "presencia" aunque no alcanza a verla. Esta presencia, que puede ser oída o, simplemente parece "hablar" directamente a la mente del individuo, le induce a revisar su vida y le dice que decida si quiere vivir o morir. Este inventario puede ser facilitado por una recopilación visual de los episodios de su vida, que pasan ante sus ojos de forma rápida y vívida. En ese estado, el individuo no tiene conciencia del tiempo y del espacio, y estos mismos conceptos pierden su significado. Tampoco se identifica ya con su cuerpo. Sólo la mente está presente para sopesar -de manera lógica y racional- las alternativas que se le ofrecen en este umbral que separa la vida de la muerte: continuar adelante con la experiencia o regresar a la vida terrenal. Habitualmente, el individuo decide regresar, no por propia preferencia, sino por lo que percibe como necesidades de sus seres queridos, a los que con la muerte dejaría atrás necesariamente. Una vez tomada la decisión, la experiencia suele finalizar bruscamente. Cuando regresa y decide contar su experiencia, descubre que, sencillamente, no hay palabras adecuadas para transmitir las sensaciones y el estado de conciencia que recuerda. Puede mostrarse reticente a comentarla con otras personas, bien porque considera que nadie podrá comprenderle de verdad, o bien porque teme que no le crean o que se burlen de él."

Quizá la primera verdad al nacer es que se tendrá que morir. Hablar de la vida, nos guste o no, debemos entender que la vida es una preparación para la muerte en el secuencial ciclo ascendentes de entrevidas, vida y muerte, tema que muchos por temor a lo desconocido prefieren ignorar lo cual sería un error. La gente sabe donde nace pero ignora cuándo, cómo y dónde morirá. La duda del destino genera temor y el temor es mal consejero para vivir. Las ECM acá dejadas son para tener ESPERANZA. No necesita ser la vida una cultura de la muerte, debe ser una razón de ser para mejor vivir y encontrar ese destino que a uno lo acompaña desde el momento de nacer. La vida no es un sino de fatalismo o un azar ni una cruel broma sin sentido, es en nuestro libre albedrío una hermosa oportunidad más de crecer. Muchas vidas cada uno ha crecido en el aparente sinsentido de la vida y nos llegó la hora de encontrar y manifestar la forma de uno ser quien en vida logra descubrir el porqué se nació para a un Mundo Escuela como este ya no más volver y como alma lograr nacer en uno más sutil, luminoso y desarrollado. Tanto que sobre la vida se ha escrito y se puede decir, sin embargo el mejor libro es aquel que uno mismo a diario sin saberlo está escribiendo. Piensa bien y vivirás mejor. Visualiza lo positivo y vivirás mejor. Modela tu rostro con el cincel y el martillo del adecuado pensar; sonríe y vivirás mejor. En ti está tu forma de vivir, vive entonces mejor y el lugar de nacer cobrará una justa razón de ser con el lugar de morir y, en paz, pensando en un mundo mejor lo harás. La muerte, cuya realidad nadie podrá cuestionar, está íntimamente relacionada con la vida al igual que el nacimiento, es más, se dice que la futura vida estará en parte ligada a lo pensado en el momento de morir. Tened un Buen Viaje Amiga, Amigo y con ESPERANZA proyecta tu mente más allá de la cruel post-pandemia visualizando un Mundo Mejor.

 

Dr. Iván Seperiza Pasquali

Quilpué, Chile
Septiembre de 2020
http://www.mundomejorchile.com/
( http://www.isp2002.co.cl/ )
isp2002@vtr.net