Drama Humano

510


Proemio

Droga y drogadicción son un drama mundial que afecta a tanto hogar al tener un drogadicto o alcohólico en la familia. Me llama la atención la cantidad de droga que se está requisando en Chile, son cientos de miles de dosis en miles de kilos que hacen pensar: ¿Cuál es la real magnitud del consumo; consumidores y traficantes? Primero se mostrarán noticias actualizadas sobre el tema. Al final veremos el daño cerebral de drogas y alcohol en el cerebro, en especial entre los jóvenes. Frente a ello cuesta entender a estados, legisladores… que intentan legalizar el consumo.

Temas actuales

a)
La religión como un arma contra la drogadicción suscita críticas en Rusia
Los centros de rehabilitación poco tradicionales para drogadictos se han multiplicado en Rusia últimamente. Sin embargo, muchos critican estas organizaciones que basan su terapia en el culto religioso ya que, según expertos, esto también puede volverse una adicción.
La comunidad pentecostal en Rusia no es numerosa. Sin embargo, dirige varios centros de rehabilitación. El tratamiento allí no incluye la ayuda de profesionales sanitarios, sino que se considera que ante todo se debe curar el alma, y eso solo Dios lo puede hacer.
En estos centros de rehabilitación de drogadictos se aprende a ser responsable realizando tareas comunes, pero además, se reza y se estudia la Biblia.
Vladímir Sídorov, el director de la organización, explica que la oración es un instrumento que une a los que se encuentran en el centro. "Rezar nos une. Además, nuestro modo de ser depende de con quién nos comunicamos. Si alguien habla con un pescador empieza a parecerse a él. Y si habla con Dios —y eso es rezar— se hace creyente y su vida cambia", señala Sídorov.
Mijaíl Súslov, un adicto rehabilitado, ha tardado unos diez años en liberarse de las garras de drogas y alcohol. Al joven de 29 años le diagnosticaron cirrosis y hepatitis B. Ahora cree que se ha podido salvar gracias a haber cambiado radicalmente de vida. "El año pasado al llegar aquí por primera vez en ocho años me fijé en que las plantas estaban verdes, los pájaros cantaban y todo era bonito. Antes solía tomar drogas y alcohol al mismo tiempo. Subsistía en un estado vegetal, no entendía lo que pasaba a mi alrededor", cuenta Mijaíl.
Los críticos afirman que de esta manera la gente simplemente cambia una adicción por otra. Así, el psicólogo Nikolái Kokliuguin considera que en el caso de estos centros: "Acabamos perdiendo a la gente no por la droga sino por culpa de cultos religiosos destructivos. La adicción física a las drogas o al alcohol se sustituye por una psicológica, que es mucho más grave".
Algunos expertos sostienen que los adictos rehabilitados por estos centros ya no pueden vivir fuera de la Iglesia. Generalmente luego se dedican a difundir el mensaje a otros enfermos. Sin embargo, los rehabilitados afirman que no sienten ninguna adicción. Así Mijaíl señala que entendió que antes le "lavaban el cerebro". "La gente a mi alrededor no hace sino consumir. Pero aquí he recuperado la normalidad", afirma el rehabilitado.
En Rusia hay actualmente unos 600.000 drogadictos, según las estadísticas oficiales. Y cada vez aparecen más centros de rehabilitación 'poco tradicionales', pero algunos de ellos en vez de curar se aprovechan de los enfermos para hacerles caer en sus redes.
https://actualidad.rt.com/sociedad/view/31640-La-religi%C3%B3n-como-un-arma-contra-drogadicci%C3%B3n-suscita-cr%C3%ADticas-en-Rusia


b)
La Argentina, con altos niveles de consumo de alcohol y cocaína
Un informe de la Cicad-OEA determinó que nuestro país tiene una demanda local de sustancias ilegales y bebidas alcohólicas proporcionalmente similar a la registrada en los EE.UU.
9 de junio de 2019
El escenario local de uso de sustancias psicoactivas, legales o prohibidas, expuso una importante curva de crecimiento en los últimos quince años. Esa realidad quedó exhibida en sucesivas encuestas realizadas por la Sedronar entre la población general y en grupos focalizados, como los de estudiantes de nivel medio. La certeza de esos datos no alcanzaba, de todas maneras, para tener una verdadera dimensión de la situación en el país. La comparación estadística con los países de toda América aporta una variable hasta ahora desconocida: la Argentina tiene el mayor nivel proporcional de ingesta alcohólica en la región y se posiciona casi junto a EE.UU. en los índices más altos de consumo de cocaína, según un relevamiento de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La fotografía local, extraída del sondeo nacional 2017 sobre habitantes de entre 16 y 65 años, dejó en claro que en los últimos quince años la Argentina se movió a contramano del continente. El 52,9% bebió alcohol durante el mes anterior a la consulta. Solo Uruguay y Estados Unidos cruzaron también la línea del 50%. La situación es peor aún entre los adolescentes en general y los jóvenes escolarizados, franja en la que los argentinos traspasan el 50% de consumo de alcohol y superan por más de 10 puntos porcentuales a todos los alumnos de los restantes países americanos.
La Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad) presentó en Buenos Aires el "Informe sobre consumo de drogas en las Américas 2019". Para nuestro país no fue buena la comparación con el resto de los Estados americanos. Los niveles de consumo de alcohol avanzan aquí por senderos diferentes a lo que sucede entre los vecinos cercanos y lejanos. Ese documento del organismo de la OEA marcó que la Argentina es una de las pocas naciones de la región en las que las bebidas alcohólicas no retroceden. El avance constante del consumo local llevó a que nuestro país apareciese en el nivel más alto de uso de bebidas alcohólicas. Eso se dio en todos los niveles analizados, tanto en la población general, entre los 16 y 65 años, como en segmentos de estudiantes de nivel medio. Los argentinos se mantienen como los principales consumidores de alcohol del primero al último año del nivel secundario.
Los datos utilizados para la comparación internacional fueron presentados por nuestro país en 2017, por lo que se apoyan en los datos obtenidos entre 2015 y 2016. Para los funcionarios de la Sedronar, en los próximos informes podría notarse un cambio a partir del trabajo de prevención efectuado en colegios, gremios y municipios.
También la irrupción del narcotráfico en la agenda pública puede tener una explicación en la expansión local del consumo de drogas ilegales. Si se toma en cuenta la población general, el mercado de cocaína argentino es proporcionalmente similar al norteamericano.
Es conocido que la población argentina tiene una dimensión ocho veces inferior a la de los Estados Unidos, por lo que será allá muy superior el volumen del mercado ilegal de drogas. De todas maneras, la proporción de consumidores es similar: se registró un 1,9% de personas que inhalaron cocaína en el último año en los Estados Unidos y 1,6% en la Argentina, porcentaje alcanzado también por Uruguay. Muy diferente es el caso de otros países de la región, que no superan el 0,5% de consumidores de cocaína, como es la situación notificada por Brasil.
El hecho de que la demanda local de drogas tenga proporciones parecidas al que se suponía el "gran mercado del Norte" es una de las posibles razones del traspaso, visible en el campo policial, de delincuentes comunes hacia el narcomenudeo. Para Adam Namm, el secretario ejecutivo de la Cicad, "las drogas se expanden como mancha venenosa" por el cambio de táctica de los traficantes, que pagan en mercancía por el traslado, acopio o seguridad de sus embarques, situación que coloca más sustancias en las calles locales.
Solo en el caso de la marihuana, la droga ilegal más consumida en nuestro país y en la región, la Argentina no aparece en los primeros lugares de consumo. Sin embargo, también frente a esa droga se evidenció un ascenso importante en el porcentaje de quienes fumaron cigarros armados con cannabis. "En la Argentina se observó un leve cambio del consumo al inicio de la serie, con 3,7% en 2008 y 3,2% en 2010; sin embargo, hacia 2017 la prevalencia del último año de consumo de marihuana registró 7,8%. El cambio se observó tanto en hombres como en mujeres", se consignó en el documento de la Cicad-OEA, que esta vez desarrolló su reunión anual en el Palacio San Martín.
"La percepción del riesgo, ya sea para la salud de una persona o en general, se considera un factor importante en la decisión de consumir drogas. Los datos han demostrado que a medida que disminuye la percepción del riesgo, el uso de drogas tiende a aumentar. En la mayoría de los países donde el 20% o menos de los estudiantes de enseñanza secundaria percibieron el uso ocasional de cannabis como riesgoso, la prevalencia de consumo en el último año superó el 15%. Por lo tanto, los países que observan una disminución en la percepción del riesgo a lo largo del tiempo deben estar alertas ante posibles aumentos en el consumo de cannabis en el futuro", se definió en el documento hemisférico usado como sustento para analizar los nuevos escenarios de la demanda de drogas.
El alcohol fue uno de los ejes tomados en cuenta. La situación argentina muestra en ese rubro retrocesos importantes durante los últimos años del kirchnerismo. La Sedronar busca hoy emitir un mensaje diferente sobre los problemas ocasionados por el consumo de alcohol, especialmente por el abuso de esa sustancia psicoactiva. Se desarrollan trabajos especiales con escuelas, municipios y gremios para revertir el ciclo de aumento de consumo, un ascenso que, sobre todo entre estudiantes, se mueve en sentido diferente al resto de la región.
Se determinó que poco más de la mitad de los alumnos argentinos de nivel medio consumen alcohol. En los restantes países americanos no se alcanzó el 40%. Los norteamericanos no llegaron, siquiera, a cruzar el 20%. Mientras aquí el alcohol es tomado como una posible diversión, en los Estados Unidos se logró bajar 20 puntos porcentuales entre 1991 y 2015. En Perú se bajó el consumo de alcohol juvenil de 27,4% a 8% entre 2015 y 2017. Si se compara la franja etaria de 12 a 17 años, sin tomarse en cuenta la escolaridad, se visualiza aún más la diferencia. En ese caso, la Argentina tiene al 34% de los adolescentes como consumidores de alcohol, mientras que en los Estados Unidos no se alcanza al 10%.
Preocupación en la Academia de Medicina
  • La Academia Nacional de Medicina expresó su "preocupación por la problemática del alcoholismo en niños y adolescentes". Se advirtió en los últimos siete años un crecimiento de 50% en el consumo de alcohol entre menores de 14 años, situación que llevó a los académicos a exponer la posición institucional mediante un documento en el que se solicita "el cumplimiento de las leyes vigentes relacionadas con la venta y consumo de bebidas alcohólicas (prohibición de venta a menores, control de horarios); la prohibición de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de bebidas alcohólicas".
  • La Academia de Medicina pidió tomar en cuenta el daño que produce el alcohol en los jóvenes (comportamientos riesgosos que pueden derivar en accidentes o abusos sexuales). "La ingesta de alcohol habitual puede predisponer al consumo de otras drogas", se dijo.
https://www.lanacion.com.ar/seguridad/la-argentina-con-altos-niveles-de-consumo-de-alcohol-y-cocaina-nid2256176


c)
Estudiantes secundarios de Chile lideran consumo de drogas según la OEA
El consumo de marihuana, tabaco y cocaína entre los jóvenes chilenos se posiciona como el más alto de América.
22 de Marzo 2019
El reciente Informe sobre le Consumo de Drogas de las Américas 2019, desarrollado por la Organización de Estados Americanos (OEA), reveló que los estudiantes secundarios de Chile son los que presentan un mayor consumo principalmente en cocaína, marihuana y tabaco entre otros 32 países de la región.
El documento evidencia que el consumo de tabaco por parte de los escolares alcanza el 24%, en comparación a países como México, Argentina y Bolivia, que no superan el 15%, consignó CNN Chile.
A su vez, el 30% de los jóvenes estudiantes de enseñanza media chilenos reconoce consumir marihuana. Estados Unidos y Antigua y Barbuda tiene un porcentaje menor al 25%. Respecto a la cocaína, los chilenos secundarios superan el 4%.
Ante esta información, el ministro de Salud, Emilio Santelices, comentó a El Mercurio que estas cifras son alarmantes y que “coinciden con la baja percepción de riesgo que tienen los jóvenes del daño que las drogas producen en el sistema nervioso”.
En la misma línea, Santelices añadió que las drogas generan “un daño neurológico permanente e incluso irreversible, particularmente en los adolescentes, grupo en el que precisamente se está revelando un alto consumo”.
Por su parte, el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, aseguró que este “es un problema que los profesores constatamos empíricamente”. “Hay venta de drogas en las cercanías a colegios” y hay “alumnos que llegan en un estado alterado” a las aulas, reveló Aguilar al medio citado.
En paralelo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó recientemente en un informe de consumo general de la población que Chile es el cuarto país del continente con más consumo de alcohol; tercero en marihuana y cocaína; y primero en tabaco.
https://www.diarioconcepcion.cl/pais/2019/03/22/estudiantes-secundarios-de-chile-lideran-consumo-de-drogas-segun-la-oea.html


d)
Trastorno de consumo de drogas
Ocurre cuando el consumo de alcohol u otra sustancia (droga) de una persona lleva a que se presenten problemas de salud o en el trabajo, escuela o casa.
Este trastorno también se denomina abuso de sustancias.

Causas

La causa exacta del consumo de drogas se desconoce. Los genes de una persona, la acción de las drogas, la presión de compañeros, el sufrimiento emocional, la ansiedad, la depresión y el estrés ambiental pueden ser todos factores intervinientes.
Muchas personas que desarrollan un problema de consumo de sustancias tienen depresión, trastorno de déficit de atención, trastorno de estrés postraumático u otro problema de salud mental. Un estilo de vida estresante y caótico y la baja autoestima son también comunes.
Es posible que los niños que crezcan viendo a sus padres consumiendo drogas tengan un mayor riesgo de presentar un problema de consumo de sustancias más adelante en la vida tanto por razones ambientales como genéticas.

Entre las sustancias más comúnmente consumidas se encuentran:
  • Los opiáceos y otros narcóticos son calmantes muy potentes que pueden causar somnolencia y algunas veces sentimientos intensos de bienestar, regocijo, euforia, entusiasmo y júbilo. Entre ellos se encuentran la heroína, el opio, la codeína y los analgésicos narcóticos que pueden ser recetados por el médico o se pueden comprar de manera ilícita.
  • Los estimulantes son medicamentos que estimulan el cerebro y el sistema nervioso. Ellos incluyen cocaína y anfetaminas, como las drogas utilizadas para tratar el trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA) (el metilfenidato o la Ritalina). Una persona puede empezar a necesitar cantidades mayores de ellas con el tiempo para sentir el mismo efecto.
  • Los depresivos causan somnolencia y reducen la ansiedad. Ellos incluyen alcohol, barbitúricos, benzodiazepinas (Valium, Ativan, Xanax), hidrato de cloral y paraldehído. El uso de estas sustancias puede llevar a que se desarrolle adicción.
  • El LSD, la mescalina, la psilocibina ("setas u hongos") y la fenciclidina (PCP o "polvo de ángel") pueden hacer que las personas vean cosas que no existen (alucinaciones) y pueden llevar a dependencia psicológica.
  • La marihuana (cannabis o hashish).
Hay varias etapas del consumo de drogas que pueden llevar a la adicción. Las personas jóvenes parecen pasar más rápidamente a través de las etapas que los adultos. Las etapas son:
  • Consumo experimental -- típicamente involucra a los compañeros, se hace para uso recreativo; el consumidor puede disfrutar del hecho de desafiar a los padres u otras figuras de autoridad.
  • Consumo regular -- el consumidor falta cada vez más a la escuela o al trabajo; le preocupa perder la fuente de droga; utiliza las drogas para "remediar" sentimientos negativos; empieza a apartarse de los amigos y la familia; puede cambiar los amigos por aquellos que son consumidores regulares; muestra aumento de la tolerancia y capacidad para "manejar" la droga.
  • Consumo problemático o riesgoso -- el consumidor pierde cualquier motivación; no le importa la escuela ni el trabajo; tiene cambios de comportamiento obvios; pensar acerca del consumo de drogas es más importante que todos los otros intereses, incluso las relaciones interpersonales; el consumidor se torna reservado; puede comenzar a vender drogas para ayudarse a sostener el hábito; el consumo de otras drogas más fuertes puede aumentar; se pueden incrementar los problemas legales.
  • Adicción -- no puede enfrentar la vida diaria sin las drogas; niega el problema; el estado físico empeora; pierde el "control" sobre el consumo; puede volverse suicida; los problemas financieros y legales empeoran; puede haber roto los lazos con los miembros de la familia o los amigos.
Síntomas
Algunos de los síntomas y comportamientos del consumo de drogas pueden incluir:
  • Confusión
  • Continuar consumiendo drogas incluso cuando la salud, el trabajo o la familia están siendo afectados
  • Episodios de violencia
  • Actitud hostil cuando se le confronta acerca de la dependencia de las drogas
  • Falta de control sobre el consumo excesivo de drogas, ser incapaz de parar o reducir la ingesta de alcohol
  • Inventar excusas para consumir drogas
  • Faltar al trabajo o a la escuela, o disminuir el rendimiento
  • Necesidad de consumir la droga de manera diaria o regular para poder funcionar
  • Descuidar la alimentación
  • No preocuparse por la apariencia física
  • No volver a tomar parte en actividades debido a la drogadicción
  • Comportamiento reservado para ocultar el consumo de drogas
  • Consumir drogas incluso estando solo
Pruebas y exámenes
Los exámenes para drogas (exámenes toxicológicos) realizados sobre muestras de orina y sangre pueden revelar la presencia de numerosas drogas y sustancias químicas en el organismo. La sensibilidad del examen depende de la sustancia misma, de cuándo se tomó y del laboratorio que realiza los análisis. Es más probable detectar una droga en exámenes de sangre que en exámenes de orina; sin embargo, los exámenes de detección en orina se practican con más frecuencia.
Tratamiento
El trastorno del uso de sustancias es una enfermedad seria y no es fácil de tratar. La mejor atención y tratamiento involucran profesionales expertos.
El tratamiento comienza con el reconocimiento del problema. Aunque la negación es un síntoma común de adicción, las personas adictas exhiben mucha menos negación si se les trata con empatía y respeto, antes que decirles qué hacer o confrontarlos.
El consumo de la sustancias se puede suspender ya sea de manera gradual o abrupta. El apoyo para los síntomas físicos y emocionales al igual que permanecer libre de la droga (abstinencia) son también claves para el tratamiento.
  • Las personas con sobredosis de drogas pueden necesitar un tratamiento de emergencia en el hospital. El tratamiento exacto depende de la droga consumida.
  • La desintoxicación consiste en la abstinencia abrupta de la sustancia que se consume en un ambiente donde haya buen apoyo. La desintoxicación se puede manejar como paciente ambulatorio u hospitalizado.
  • Algunas veces, se administra otra droga que tenga una acción o efecto similar en el cuerpo a medida que la dosis se disminuye lentamente para reducir los efectos secundarios y los riesgos de la abstinencia. Por ejemplo, para la adicción a los narcóticos se puede usar la metadona o medicamentos similares para prevenir la abstinencia y el consumo continuado.
Los programas de tratamiento residencial monitorean y abordan los posibles síntomas y comportamientos de abstinencia. Estos programas emplean técnicas para hacer que los consumidores reconozcan sus comportamientos y enseñan maneras de evitar volver al consumo (recaída).
Si la persona también presenta depresión u otro trastorno de salud mental, este se debe tratar. En muchos casos, una persona comienza a consumir drogas en un esfuerzo por autotratarse una enfermedad mental.
Grupos de apoyo
Hay muchos grupos de apoyo disponibles en la comunidad. Estos incluyen:
  • Narcóticos Anónimos (NA) -- www.na.org
  • Alateen -- al-anon.org/for-members/group-resources/alateen
  • Al-Anon -- al-anon.org
La mayoría de estos grupos siguen el programa de los 12 pasos utilizado en los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) www.aa.org.
SMART Recovery www.smartrecovery.org y LifeRing lifering.org son programas que no utilizan el método de los 12 pasos. Usted puede encontrar otros grupos de apoyo en Internet.
Expectativas (pronóstico)
El abuso de drogas puede conducir a una sobredosis mortal de la droga. Algunas personas comienzan a tomar las drogas de nuevo después de haberlas suspendido (recaída).
Las complicaciones del consumo de drogas incluyen:
  • Depresión
  • Cáncer, por ejemplo, los cánceres de boca y estómago están asociados con el consumo excesivo y la dependencia del alcohol
  • Infección por VIH o hepatitis B o C por compartir agujas
  • Pérdida del trabajo
  • Problemas con la memoria y la concentración, por ejemplo, con el consumo de alucinógenos, incluso la marihuana (THC)
  • Problemas legales
  • Ruptura de relaciones
  • Prácticas sexuales inseguras, las cuales pueden derivar en embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, VIH o hepatitis B
Cuándo contactar a un profesional médico
Solicite una cita con su proveedor de atención médica si usted o un miembro de la familia está abusando de una sustancia y quiere detenerse. De igual manera llámelo si se le ha suspendido el suministro de drogas y está en riesgo de sufrir un síndrome de abstinencia. La mayoría de los empleadores ofrecen servicios de remisión para los empleados que tengan problemas de consumo de sustancias.
Prevención
Los programas educativos contra las drogas pueden ser de ayuda. Los padres pueden tener una fuerte influencia en sus hijos enseñándoles acerca del daño del consumo de sustancias.
Nombres alternativos
Abuso de sustancias; Consumo de sustancias químicas; Abuso de sustancias químicas; Adicción a drogas; Adicción - drogas; Dependencia de drogas; Consumo de drogas ilícitas; Consumo de narcóticos; Consumo de alucinógenos
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001522.htm


e)
La Habana: movida y destape de la droga
La cocaína es consumida en las zonas de Miramar, Playa y El Vedado, principalmente entre jóvenes con alto nivel económico, mientras el crack tiene gran aceptación en municipios como Centro Habana y Habana Vieja.
El mundo de tráfico y consumo de drogas que próspera en La Habana, más allá de la postal turística de la urbe de moda, queda reflejado en un reportaje del periodista Luis Guardia, de TV Martí.
El universo subterráneo de los estupefacientes escapa a las cámaras de quienes promueven a la isla bajo los auspicios de las nuevas relaciones entre la isla y Estados Unidos, a pesar de que el general Raúl Castro asegura que "en Cuba no había ni habrá drogas" sólo "marihuana sembrada en masetas en casas a lo largo de la isla".
Cae la noche y la otra Habana, la que no tiene turistas despierta: las cámaras de TV Martí entraron a lo más íntimo de esa realidad.
La drogadicción en Cuba se ha hecho incontrolable, según varios estudios desde hace más de dos décadas el consumo se ha puesto de moda entre los jóvenes.
En abril pasado la propia Mesa Redonda de la Televisión cubana, que más oficialista no puede ser, abordó el tema e incluso puso testimonios de supuestos rehabilitados por el régimen de su vicio.
Según esta investigación, La piedra, una combinación de bicarbonato con pequeñas dosis de cocaína, es ahora mismo la droga más consumida en La Habana y cuesta el equivalente a 10 dólares la porción (comparable al tamaño de un frijol).
La proliferación significativa de los estupefacientes en Cuba data de inicios de los noventa, aunque nunca dejó de consumirse a pesar de la moralina revolucionaria, pero el régimen castrista intentó controlarla en la llamada "Operación Coraza".
Según estudios, los adictos en Cuba se inician entre los 10 y 15 años, la marihuana es por lo general la primera droga que consumen y lo hacen sobre todo para sobresalir dentro de un determinado grupo social o para escapar de la realidad en que viven.
Pero ¿cómo es el día a día de estos jóvenes?, ¿qué hacen?, ¿cómo consiguen el dinero para mantener sus vicios? El reportaje procura dar respuesta a esas interrogantes.
La marihuana, la cocaína y el crack son las drogas más consumidas, esta última con gran proliferación debido a su relativo bajo costo.
En La Habana, el consumo de drogas varía según el área residencial: cocaína en las zonas de Miramar, Playa y El Vedado, principalmente entre jóvenes con alto nivel económico; mientras el crack tiene gran aceptación en municipios como Centro Habana y Habana Vieja, donde, además se localizan los focos de mayor prostitución.
La marihuana tiene también fuerte presencia en estos municipios, pero su mayor proliferación ocurre en las barriadas de la periferia capitalina.
https://www.radiotelevisionmarti.com/a/el-universo-oscuro-de-la-droga-en-cuba/123752.html


f)
Consumo de drogas: cifras que alarman
En momentos en que la edad de inicio en el consumo de marihuana sigue bajando, es necesario insistir en la importancia del camino de la prevención
9 de abril de 2019
Actualmente, drogas como la marihuana o la cocaína, al igual que la ingesta abusiva de bebidas alcohólicas , gozan de elevada tolerancia social y, de manera creciente, hasta familiar. De esa forma se impide apreciar adecuadamente el grave riesgo implícito que tienen como futuras introductoras habituales de drogas ilícitas con un potencial adictivo y destructivo mucho mayor.
Así, por ejemplo, en el caso de la marihuana, el 18,8% de sus consumidores tienen evidentes síntomas de adicción. Desde la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) se ha señalado el peligro detectado en las nuevas camadas de consumidores, ya que la edad de inicio en el uso de esa droga bajó a los 15 años. Además, un estudio preparado por el Observatorio Argentino de Drogas agregó que entre quienes iniciaron su contacto con la marihuana a los 17 años o antes, casi 30 de cada 100 personas presentan consumo abusivo y más del 46% consumen estupefacientes frecuentemente.
Por otro lado, el consumo de cocaína ha crecido desmedidamente y, como lo señala el jefe de Toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damín, "tarde o temprano el consumo de cocaína se transformará en un problema", ya que "su consumo se ha generalizado y no distingue niveles socioeconómicos". Lo que difiere es la vía de ingestión: las personas de menores recursos consumen cocaína fumable, dentro de la que se encuentran el paco y la pasta base, mientras que las personas con mayor poder adquisitivo la ingieren por aspiración.
Sin embargo, el doctor Damín advierte que en los últimos dos años se produjo la reaparición de la cocaína inyectable, que es la que surte efecto en forma más rápida y también más grave. Su efecto llega en unos cinco minutos, contra los diez minutos de la que se fuma y quince de la que se aspira. Y señala que en el Hospital Fernández tienen alrededor de 350 casos por año de pacientes consumidores de cocaína en todas sus formas".
El desmedido consumo de sustancias psicoactivas puede medirse, en parte, por la cantidad de personas que recurren en busca de ayuda profesional.
Un sondeo realizado por la Sedronar en 1028 centros de tratamiento de adicciones, públicos, privados y mixtos determinó que en 2017 fueron 196.781 personas las que solicitaron atención, tanto ambulatoria como residencial. Lo que más preocupa a los responsables de dichos centros es que en los pedidos de asistencia ya no aparece el alcohol como único factor de riesgo, sino que se notó la consolidación de la etapa de policonsumo de drogas. La reunión en que encontró la muerte Natacha Jaitt es un claro ejemplo de lo que estamos refiriendo. Las personas que participaron de tal encuentro declararon que se consumieron alcohol, marihuana, LSD y cocaína.
Otro problema que debe alertar a las autoridades pertinentes es la presencia en esos centros de asistencia de casi 10.000 menores con síntomas evidentes de abuso en el consumo de drogas. Según el informe de la Sedronar, 1263 chicos de entre 8 y 12 años fueron tratados en 2017 por sus adicciones.
La cuestión del consumo de drogas a edades tempranas también fue señalada en un reciente informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre el consumo de drogas en América, en el que se señaló que "sustancias como el tabaco, el alcohol, la marihuana y la cocaína muestran algunos niveles de uso entre los estudiantes de octavo grado", por lo que abogó por la necesidad de implementar políticas preventivas desde "la primera infancia".
No menos importante ha sido la advertencia de la OEA sobre la creciente prevalencia de las nuevas y altamente peligrosas sustancias psicoactivas, que a menudo tienen propiedades químicas o farmacológicas similares a las de sustancias controladas y que están causando un significativo número de muertes entre los jóvenes que las consumen.
Las cuestiones vinculadas con la prevención de las adicciones y la rehabilitación de los adictos no solo requieren una visión política, sino también una coordinación de alto nivel técnico que, además de hacer compatibles los programas de los distintos ministerios -lo que podría evitar duplicidades en la acción, ineficiente uso de recursos, espacios vacíos en la acción pública-, debería articular las políticas de salud, promoción del deporte, seguridad ciudadana y educación. Motivos sobran, pues, para insistir en que el abordaje indicado del problema es el que apunta al camino que termina en el consumo. Esto es, el de la prevención.
https://www.lanacion.com.ar/editoriales/consumo-de-drogas-cifras-que-alarman-nid2236386


g)
“El alcohol y otras drogas en el ámbito laboral: una realidad que afrontar”
14 marzo, 2019
Abordar la problemática del alcohol y otras drogas en el ámbito laboral es un tema complejo debido a la escasa receptividad que existe hasta la fecha. Las condiciones de trabajo son una parte importante en la vida de las personas y pueden tener una decisiva influencia en los niveles de salud y bienestar, dentro y fuera del ámbito laboral. La prevención de riesgos laborales es un deber de las empresas y un derecho de los trabajadores, los cuales también deben velar por la protección de su propia salud y la de sus compañeros.
Para entender mejor esta situación, Gorka Moreno, adjunto a la dirección en la Fundación Proyecto Hombre Navarra, nos cuenta desde su perspectiva como hacer frente a este tipo de realidades.
¿El consumo de sustancias psicoactivas constituye una preocupación importante en las empresas?
Efectivamente. Son muchas las empresas que nos demandan ayuda para afrontar este problema, en la mayoría de los casos porque han detectado el caso de algún trabajador afectado, y no saben muy bien cómo actuar. Tampoco debería sorprendernos, si tenemos en cuenta que el alcoholismo y/u otras drogodependencias afectan a al menos un 2% de la población en España. Las empresas son un reflejo de la sociedad en la que se encuentran, y a poco que tengan un número relativamente grande de trabajadores, los casos afloran por una mera cuestión de probabilidad. A todo eso habría que sumar además los casos de personas trabajadoras que, sin ser drogodependientes, hacen un uso de las sustancias que pueden acarrear importantes riesgos durante el desempeño de su trabajo.
En la última encuesta del Observatorio Español de la Droga y las Toxicomanías, un 87% de los trabajadores manifestaban que el alcohol y otras drogas era un problema importante en su lugar de trabajo, y uno de cada cinco referían tener actualmente algún compañero o compañera de trabajo que consumía en exceso.
¿Qué repercusiones tiene el alcohol y/u otras drogas en el ámbito laboral?
Hay numerosos estudios sobre las importantes repercusiones del consumo de alcohol y/u otras drogas en el trabajo, principalmente en relación con la productividad y con la seguridad del propio trabajador afectado y de sus compañeros.
La Organización Internacional del Trabajo estima que entre un 15 y un 30 por ciento de las víctimas de accidentes laborales podrían estar relacionadas con el uso indebido del alcohol y de otras drogas, y que los trabajadores con estos problemas presentan un absentismo laboral dos o tres veces mayor que el resto. Los costes de sus bajas por enfermedad son además mucho más altos y podrían estar relacionados con entre un 15 y un 40 por ciento de los expedientes disciplinarios, según la Sociedad Española de Toxicomanías.
A todo ello habría que añadir otras dificultades, como el deterioro del clima laboral asociado a estas situaciones, las ausencias del trabajo, la pérdida de calidad, los problemas con los propios compañeros y, por supuesto, el deterioro progresivo de las personas afectadas por el consumo.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de las drogas?
Si atendemos los criterios de la OMS, una droga es cualquier sustancia que introducida en el organismo provoca una alteración del funcionamiento del sistema nervioso central, y que es además susceptible de crear dependencia. Es decir, que una sustancia es droga con independencia de cuál sea su estatus legal. Si atendemos a los costes personales, sociales, sanitarios, e incluso laborales, la droga principal es el alcohol. Ninguna otra está relacionada con tantas admisiones a tratamiento en los centros de drogodependencias. Se da la paradoja de que es probablemente la única droga que consumimos la mayor parte de la población adulta (si exceptuamos estimulantes menores como la cafeína), pero ninguna otra afecta de una forma tan dramática a las personas que abusan de ella. El consumo de alcohol debería ser uno de los principales retos en relación con la prevención y con el abordaje de los problemas de drogas en las empresas.
¿Hace falta ser alcohólico o drogodependiente para tener problemas con las drogas en el trabajo?
Es una pregunta muy interesante. Desarrollar una drogodependencia es un riesgo importante de consumir drogas, pero ni mucho menos es el único. Se pueden tener muchos problemas asociados al consumo de drogas sin ser necesariamente un drogodependiente, como por ejemplo padecer los efectos de una grave intoxicación o una sobredosis, infectarse por consumir en malas condiciones higiénicas, o desarrollar una actividad de riesgo bajo los efectos del consumo, como puede ser por ejemplo manejar vehículos o máquinas. Un mismo consumo puede ser de bajo o de alto riesgo en función de las características de la persona que lo realiza y del contexto en el que lo hace. No es lo mismo beberse dos o tres vinos un viernes por la tarde con los amigos después de trabajar que hacerlo en el almuerzo antes de retomar el trabajo. Considero que el contexto laboral habría de considerarse siempre un contexto de abuso, es decir, asociado a riesgos significativos, y que deberíamos avanzar hacia el concepto de “empresa 0,0”, desde el respeto a la libre toma de decisiones por parte de las personas en el ámbito de su vida privada, al margen del trabajo.
¿Consideras importante prevenir y abordar estos problemas?, ¿Por qué?
Es importante porque, como hemos visto, las repercusiones son muy significativas. Lo es desde la perspectiva de la Prevención de Riesgos Laborales, y lo es también desde la propia concepción más actual de “empresa saludable”, comprometida con el impulso de la calidad de vida de las personas trabajadoras.
¿Cómo deben afrontarse este tipo de situaciones en la empresa?, ¿es necesario crear un plan con unas condiciones?
Lo ideal es que exista un plan, y que además en su planificación y desarrollo participen todos los grupos de interés dentro de las empresas, desde la dirección hasta los propios trabajadores, porque se trata de una acción que sin duda beneficia a todas las partes. Creo que es importante que esta colaboración se produzca desde el propio análisis del punto de partida: qué problemas o riesgos tenemos y por qué nos interesa a todos hacer algo para afrontarlos adecuadamente. A todos nos interesa la seguridad, la productividad, o la tranquilidad de saber que el hecho de reconocer tener problemas con las drogas no solo no será objeto de sanciones, sino que será tratado con la máxima confidencialidad y proponiendo soluciones humanizadas y profesionalizadas. Las empresas pueden establecer de este modo protocolos de actuación y planes de ayudas, consensuadas por todas las partes implicadas, a las que el trabajador afectado podrá acogerse de forma voluntaria.
¿Qué signos o síntomas son los que denotan un problema con el alcohol/drogas?
Normalmente los problemas con el alcohol y/u otras drogas se van asociando a un proceso de progresivo deterioro personal, social y de la salud con importantes repercusiones en el ámbito del trabajo: dificultades para mantener hábitos laborales (absentismo o ausencias del puesto durante la jornada laboral, impuntualidad) dificultades de atención y concentración, incremento de incidentes y de accidentes, bajo rendimiento, conflictos interpersonales, necesidad de dinero (anticipos, préstamos…), hurtos de material, estados de ánimo alterados, aspecto descuidado, etc.
¿Cómo ayudáis a las personas desde la Fundación Proyecto Hombre en este tipo de situaciones?
Tratamos de ofrecer un espacio de escucha y de valoración de cada caso en su singularidad. A partir de ahí tratamos de consensuar con la persona afectada un tratamiento acorde a sus necesidades. Para ello, disponemos de un centro ambulatorio (con sedes en Pamplona y en Tudela) y de un centro residencial (con sede en Estella). El itinerario y el tiempo de permanencia en uno u otro recurso se establecen de forma particular en cada caso. Además, tratamos de implicar de forma muy intensa a familiares y allegados que puedan colaborar en el tratamiento, siempre que sea posible. Todo ello atendido por un equipo de más de cuarenta profesionales (principalmente profesionales de la psicología, la medicina, el trabajo social y la educación social), apoyados por un grupo de más de setenta persona voluntarias en labores como la atención telefónica y la recepción, el acompañamiento a personas sin apoyo familiar, la organización de actividades de ocio en nuestro centro residencial o el apoyo en compras y recados. Las personas interesadas pueden ponerse en contacto con nosotros directamente o bien a través de su centro de salud mental.
https://www.mutuanavarra.es/2019/03/14/el-alcohol-y-otras-drogas-en-el-ambito-laboral-una-realidad-que-afrontar/


h)
¿Por qué la gente consume drogas?
En general, la gente consume drogas por varias razones:
  • Para sentirse bien. Las drogas pueden producir sensaciones intensas de placer. A esta euforia inicial le siguen otros efectos que varían según la droga que se consuma.  Por ejemplo, con estimulantes como la cocaína, después de la euforia siguen sensaciones de poder, autoconfianza y más energía. En contraste, a la euforia que causan los opioides como la heroína le siguen sensaciones de relajación y satisfacción.
  • Para sentirse mejor. Algunas personas que sufren de ansiedad social, estrés y depresión comienzan a consumir drogas para intentar sentirse menos ansiosas. El estrés puede ser un factor importante para comenzar y continuar el consumo, y también influye en las recaídas (es decir, la vuelta al consumo de drogas) de los pacientes que se están recuperando de la adicción.
  • Para desempeñarse mejor. Algunas personas sienten presión para mejorar su concentración en la escuela o el trabajo, o mejorar sus habilidades deportivas. Esto puede ser un factor en quien decide probar las drogas o continúa consumiéndolas, particularmente en el caso de estimulantes recetados o cocaína.
  • Por curiosidad y presión social. En este sentido, los adolescentes en particular corren un mayor riesgo porque la presión de los compañeros puede ser muy fuerte. Los adolescentes son más propensos que los adultos a actuar en forma arriesgada o desafiante para impresionar a sus amigos y demostrar su independencia de los padres y las normas sociales.
¿La gente decide libremente seguir consumiendo drogas?
La decisión inicial de consumir drogas por lo general es voluntaria. Pero con el consumo continuo, la capacidad de una persona para autocontrolarse se puede deteriorar gravemente; esta disminución del autocontrol es el sello distintivo de la adicción.
Estudios de imágenes cerebrales de personas adictas muestran cambios físicos en las zonas del cerebro que son esenciales para el buen juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y el control del comportamiento.12 Estos cambios ayudan a explicar el carácter compulsivo de la adicción.
El cerebro continúa desarrollándose hasta la edad adulta y experimenta cambios drásticos durante la adolescencia.
Una de las zonas del cerebro que todavía está desarrollándose en la adolescencia es la corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que permite evaluar situaciones, tomar buenas decisiones y controlar las emociones y los deseos. El hecho de que esta parte crítica del cerebro de los adolescentes esté todavía en formación los coloca en un mayor riesgo de tomar malas decisiones, como por ejemplo probar las drogas o continuar consumiéndolas.  El consumo de drogas durante esta etapa del desarrollo puede causar cambios en el cerebro que tienen consecuencias profundas y duraderas.
¿Por qué la adolescencia es una etapa crítica para prevenir la adicción a las drogas?
Como mencionamos previamente, el consumo temprano de drogas aumenta las posibilidades de que una persona se convierta en adicta. Cabe recordar que las drogas modifican el cerebro, lo que puede causar adicción y otros problemas graves. Por lo tanto, prevenir el consumo temprano de drogas o alcohol puede servir de mucho para reducir estos riesgos.
El riesgo de consumir drogas aumenta sustancialmente durante las etapas de transición. Para un adulto, un divorcio o la pérdida del trabajo pueden aumentar el riesgo de consumir drogas. Para un adolescente, las épocas de riesgo incluyen las mudanzas, el divorcio en la familia o el cambio de escuela.35 Cuando los niños pasan de la escuela primaria a la escuela media, deben hacer frente a nuevas situaciones sociales, familiares y académicas que les resultan difíciles. A menudo, durante este período los niños se ven expuestos por primera vez a sustancias como los cigarrillos o el alcohol. Cuando ingresan a la escuela secundaria, pueden encontrarse allí con una mayor disponibilidad de drogas, el consumo por parte de adolescentes más grandes y actividades sociales en las que se consumen drogas.
Un componente normal del desarrollo adolescente es cierto nivel de toma de riesgo. El deseo de probar cosas nuevas y ser más independiente es sano, pero también puede aumentar la tendencia de los adolescentes a probar las drogas. Las partes del cerebro que controlan el juicio y la toma de decisiones no terminan de desarrollarse hasta pasados los 20-25 años, lo cual limita la capacidad de un adolescente para evaluar correctamente los riesgos de probar las drogas y lo hace más vulnerable a la presión de sus compañeros.36
Como el cerebro todavía está en desarrollo, es más probable que el consumo de drogas a esta edad perturbe la función cerebral en zonas que son críticas para la motivación, la memoria, el aprendizaje, el juicio y el control del comportamiento.12 Por ello no sorprende que los adolescentes que beben alcohol o consumen drogas a menudo tengan problemas familiares y sociales, mal desempeño académico, problemas de salud (incluidos problemas de salud mental) y problemas con el sistema de justicia juvenil.
¿Cómo actúan las drogas en el cerebro?
Las drogas interfieren con la forma en que las neuronas envían, reciben y procesan las señales que transmiten los neurotransmisores. Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, tienen la capacidad de activar neuronas porque su estructura química es similar a la de un neurotransmisor natural del organismo. Esto permite que se adhieran a las neuronas y las activen. Si bien estas drogas imitan las sustancias químicas propias del cerebro, no activan las neuronas de la misma manera que un neurotransmisor natural y hacen que se envíen mensajes anormales a través de la red.
Otras drogas, como la anfetamina o la cocaína, pueden hacer que las neuronas liberen cantidades anormalmente altas de neurotransmisores naturales o que, al interferir con los transportadores, eviten el reciclamiento normal de estas sustancias químicas del cerebro. Esto también amplifica o altera la comunicación normal entre las neuronas.
¿Qué partes del cerebro afecta el consumo de drogas?
Las drogas pueden alterar zonas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden impulsar el consumo compulsivo que identifica a la drogadicción. Las zonas del cerebro afectadas por las drogas incluyen:
  • Los ganglios basales, que cumplen una función importante en las formas positivas de motivación, incluidos los efectos placenteros de actividades saludables como comer, interactuar socialmente o tener actividad sexual, y también participan en la formación de hábitos y rutinas. Estas zonas constituyen un nodo clave en lo que a veces se denomina el "circuito de recompensas" del cerebro. Las drogas generan hiperactividad en este circuito, lo que produce la euforia que se siente al consumirlas; pero cuando la presencia de la droga se repite, el circuito se adapta y disminuye su sensibilidad, lo que hace que a la persona le resulte difícil sentir placer con nada que no sea la droga.
  • La amígdala extendida cumple una función en las sensaciones estresantes como la ansiedad, la irritabilidad y la inquietud, las cuales son características de la abstinencia una vez que la droga desaparece del sistema y motivan a la persona a volver a consumir la droga. A medida que aumenta el consumo de la droga, este circuito se vuelve cada vez más sensible. Con el tiempo, una persona con un trastorno por el consumo de drogas no las consume ya para lograr un estado de euforia sino para aliviar temporalmente ese malestar.
  • La corteza prefrontal dirige la capacidad de pensar, planificar, resolver problemas, tomar decisiones y controlar los propios impulsos. Esta es también la última parte del cerebro en alcanzar la madurez, lo que hace que los adolescentes sean los más vulnerables. Los cambios en el equilibrio entre este circuito y los circuitos de recompensa y de estrés de los ganglios basales y la amígdala extendida hacen que una persona que sufre de un trastorno por el consumo de drogas busque la droga en forma compulsiva y tenga menos control de sus impulsos.
Algunas drogas, como los opioides, también afectan otras partes del cerebro, tal como el tronco del encéfalo, que controla todas las funciones indispensables para la vida, entre ellas la frecuencia cardíaca, la respiración y el sueño, lo que explica por qué las sobredosis pueden reducir sustancialmente la respiración y causar la muerte.
Fuente: https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/las-drogas-el-cerebro-y-el-comportamiento-la-ciencia-de-la-adiccion/abuso-y-adiccion-las-drogas


i)
Alcohol y drogas, otro problema que afecta a los niños en situación de calle
22 de mayo de 2019
Junto con darle a los menores una vivienda y un entorno seguro, es necesario también aceptar que el mundo del narcotráfico está destruyendo familias, futuro y parte de nuestra sociedad.
El 6 de mayo el Ministerio de Desarrollo Social y Familia dio a conocer un estudio llamado Conteo Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes en Situación de Calle, que reveló que 547 menores se encuentran en esta realidad.
El estudio dio cuenta de diversas situaciones de riesgo y vulnerabilidad. Por ejemplo, la mayoría de los niños y jóvenes reconocieron haber salido de sus casas “por problemas con mi familia”, representando un 53% de los encuestados. A pesar de estas dificultades al interior de la familia, están conscientes de los peligros asociados a dormir en lugares improvisados, ya que las dos preocupaciones más presentes son ser víctima de robo o de abuso, alcanzando el 29% de las respuestas cada una de las opciones.
Sumado a lo anterior, existe una alta propensión al alcohol, tabaco y drogas en estos ambientes difíciles. Es cierto que son 547 menores los que han pernoctado en lugares que no constituyen una vivienda básica, al menos una vez en el último tiempo –de acuerdo a las categorías desplegadas en el Conteo–, pero lo que se necesita es visibilizar los múltiples problemas asociados a esta difícil realidad.
El abuso de sustancias en menores no es un problema únicamente ligado a la situación de calle. Como demostró el 12° Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar presentado por Senda en diciembre de 2018, Chile lamentablemente lidera los rankings en cuanto a consumo de sustancias en menores de edad. La marihuana presenta un 30,9%, los tranquilizantes sin receta un 8,6%, el tabaco un 4,3%, la cocaína un 3% y la pasta base un 1,4%. Los jóvenes que participaron en este estudio tenían entre 13 y 17 años.
"Lo que corresponde ahora es que las autoridades de gobierno y los legisladores otorguen una efectiva prioridad a este tema que puede y debe solucionarse en el corto plazo".
¿Cómo se conecta esto con los niños, niñas y adolescentes en situación de calle? Es que existe una doble realidad invisibilizada. La de aquellos niños que se encuentran fuera de sus hogares y la de aquellos menores que se encuentran en ambientes de alto narcotráfico y abuso de sustancias. No se condicen los datos, es cierto, puesto que de acuerdo al Conteo la sustancia de mayor consumo entre los niños en situación de calle es el tabaco, con un 79%, pero le sigue la marihuana con un 62% y las mismas pastillas sin recetas con un 22%. La situación de la cocaína y la pasta base es también preocupante, puesto que alcanzan a un 19% y 14% de consumidores, respectivamente.
El estudio llevado a cabo por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia ciertamente pone en el centro un problema que hasta ahora no se estaba discutiendo con la fuerza que se requiere. Junto con darle a los menores una vivienda y un entorno seguro, es necesario también aceptar que el mundo del narcotráfico está destruyendo familias, futuros y parte de nuestra sociedad.
Poner a los niños primero significa entender que no existe un único problema relativo a la infancia y es por eso que información como las contenidas en estos estudios resultan tan valiosas. Nos otorgan datos para dar paso a trabajo en conjunto entre el gobierno y organizaciones de la sociedad civil, para encontrar las mejores soluciones a los diversos problemas que presentan los niños, niñas y adolescentes de Chile. Lo que corresponde ahora es que las autoridades de gobierno y los legisladores otorguen una efectiva prioridad a este tema que puede y debe solucionarse en el corto plazo.
http://www.uss.cl/blog/alcohol-drogas-ninos-situacion-calle/


Cerebro y Drogas

El cerebro humano es un maravilloso órgano que representa al computador biológico para que nuestra mente se manifieste en este plano, es más sin cerebro no habría humana expresión mental en el planeta y sin mente no habría cerebro humano en función, el que rige el proceso no es el cerebro es la mente sita en un nivel más sutil a lo material y que es regido por nuestra alma individual en un plano aún más sutil en lo dimensional. Previo al nacer un alma dotó en el estado embrio-fetal al cerebro de la mente que pasa a regir el proceso vital. La mente tiene un nivel consciente que es la fuente de los pensamientos y un amplio nivel subconsciente que rige cada función de vida de nuestro organismo, desde permitir que una célula actúe y tenga vida hasta que un órgano funcione. Además el subconsciente se puede desplazar más allá del tiempo y del espacio y nosotros así poder de manera consciente sensibilizarlo para que, en estos caóticos tiempos su vibrato llegue donde mentes de seres más evolucionados que nosotros y quizá puedan ayudarnos en esta crisis-catástrofe planetaria sin humana solución...

Es decir es muy importante tener en cuenta que no debemos deteriorar nuestro cerebro por los efectos del alcohol y la droga punto central del tema a tratar.

-I-
Consumo de marihuana y daño cerebral en escolares chilenos: el estudio científico pionero
12.03.2019 
Cuando avanza el proyecto para legalizar el cultivo de marihuana con fines medicinales, esta columna de opinión presenta resultados de diversos estudios científicos que muestran cómo el consumo de esa droga provoca daño cerebral, especialmente en adolescentes. Su autora es parte del equipo que desarrolló una investigación pionera en escolares chilenos –de todos los grupos socioeconómicos– que eran “consumidores recreacionales” no considerados adictos por la sociedad. Las imágenes cerebrales de los jóvenes  “mostraron que la mayoría (…) presentó una anormalidad en la zona relacionada con la motivación, planificación e iniciativa, lo que se traduce en conductas como: jóvenes desmotivados, sin interés de seguir estudiando ni de terminar sus proyectos. También se encontraron áreas extremadamente alteradas en la zona que se relaciona con el procesamiento de la información”.
Al hablar de Marihuana hablamos de cannabis pero no de cannabinoides, ¿cuál es la diferencia?:
La marihuana proviene de la planta de cáñamo llamada “Cannabis Sativa” y su principal sustancia química psicoactiva, es decir, que tiene un efecto sobre el sistema nervioso central, es el delta-9-tetrahydrocannabinol (THC). El THC es una sustancia muy potente, que tiene el efecto nocivo y adictivo de la marihuana.
La marihuana tiene más de 500 componentes, entre los cuales alrededor de 80 son cannabinoides. De estos últimos, muy pocos han sido estudiados: el  THC, CBD y CBN.  El THC es el cannabinoide más  abundante de la planta y es el responsable de sus efectos placenteros. Del resto de los componentes de la planta se sabe sólo de unos pocos (terpenos, hidrocarburos, cetonas,  aldehídos).  Algunos de ellos son los mismos que se encuentran en el cigarrillo, como el alquitrán, aunque en la marihuana este compuesto se encuentra en una concentración cuatro veces mayor.
Los cannabinoides, en palabras sencillas, serían sustancias que actúan sobre los receptores endocannabinoides. “Endo” porque son propios de nuestro organismo. Es decir, nuestro cuerpo tiene sus cannabinoides, una suerte de farmacia propia, cuya función es regular el stress y las emociones placenteras.
Cuando el cuerpo recibe cannabinoides externos, que pueden ser también sintéticos (remedios que se hacen en laboratorios) o fitocannabinoides (cannabinoides de la planta de la marihuana), se engaña a nuestro sistema endocanabinoide. Así, el sistema comienza a confundirse y reduce sus propios receptores, lo que conlleva a que el sujeto necesite más de la sustancia para alcanzar el placer. De ahí se desencadena el clásico circuito de la adicción.
POR QUÉ LA MARIHUANA AFECTA APRENDIZAJE Y MEMORIA
Uno de los estudios más impresionantes al respecto, realizado por más de 40 científicos de varios países, acaba de aparecer en la revista Journal of Neurosciences (enero 2019). Esta investigación, financiada por la Comunidad Europea, entre otras muchas de las instituciones que contribuyeron, se hizo en 46 adolescentes consumidores de marihuana no en grandes dosis. El estudio concluyó que incluso un consumo bajo producía anomalías en la formación del cerebro y que esto generaría disminución de las habilidades de aprendizaje, presencia de mal humor e indecisión respecto al cómo actuar.
Otro gran estudio explica por qué con el consumo de marihuana disminuye la capacidad cognitiva, especialmente la atención y memoria: la principal causa de la disminución de la memoria y aprendizaje es la disminución de las fibras de conexión.  Nuestro cerebro es una inmensa “red de circuitos”, en donde cada área y su respectiva función están interconectadas. Fumar marihuana antes de los 20 años conlleva una disminución de hasta un 80 % de las fibras que conectan el precuneus –la zona del cerebro que coordina información que viene de todas partes del cerebro– con el hipocampo, que es la zona involucrada en la formación de nuevos recuerdos, orientación espacial y memoria.
¿Se pueden recuperar las funciones de memoria y aprendizaje afectadas por el consumo de marihuana luego de un mes sin consumo?
Las investigaciones al respecto coinciden en que depende de la edad en que se comience a consumir. El consumo de marihuana antes de los 20 años produce cambios en la estructura misma del cerebro, ya que a esta edad nuestro cerebro se encuentra en proceso de desarrollo y cambio.  El estudio de Meier en 1.037 sujetos que comenzaron a consumir a los 14 años, y a los cuales se los evaluó en tres momentos distintos entre los 14 y 30 años, mostró que aquellos que fumaron marihuana en forma constante durante la adolescencia, perdieron en promedio entre 8 a 10 puntos de coeficiente intelectual (CI). Es decir, en términos de CI, el sujeto que era brillante pasó a ser normal y el normal, bajó a limítrofe. Este es el estudio más grande que se ha realizado sobre el efecto del consumo continuado de marihuana en el cerebro.
Las capacidades mentales perdidas no se restauraron completamente en aquellas personas que dejaron de fumar marihuana en la edad adulta. Sin embargo, aquellos que comenzaron a fumar en la edad adulta no mostraron disminuciones significativas en su coeficiente intelectual. Esto no necesariamente indica que el consumo no haya tenido efectos, ya que el THC es muy dañino a toda edad, sobre todo en la actualidad en que la marihuana tiene al menos 10 veces más concentración de THC que en los años 60, 70 y 80.
La evidencia sobre el daño por consumo es cada vez más aplastante. Acaba de aparecer el estudio más grande del cerebro con 62.454 escaners. Aquí se identificaron factores que aceleran el envejecimiento cerebral, demostrándose que la esquizofrenia, marihuana y alcohol, son los que más contribuían al envejecimiento cerebral.
EJEMPLOS DE DAÑOS EN EL CEREBRO A LARGO PLAZO
Los daños van a depender de la cantidad de consumo, la edad y los factores individuales de la persona, por ejemplo, la genética de cada sujeto. Hay mucha evidencia científica respecto al tema marihuana y esquizofrenia. El consumo en personas con vulnerabilidad genética influye directamente en el  desarrollo de psicosis.  Este fenómeno está bastante documentado y estudiado en nuestro país.
La evidencia científica nos muestra la relación entre ciertos trastornos en salud mental y el uso de marihuana, específicamente cuadros de esquizofrenia, trastornos anímicos, ataques de pánico, y también suicidio, los que se gatillarían, favorecerían o empeorarían, con el abuso de esta droga.
NUESTRO ESTUDIO
Un estudio realizado por nosotros, evaluó de manera comparativa a jóvenes escolares fumadores exclusivos de marihuana versus no consumidores de ninguna sustancia.  Nos interesó que sólo consumieran marihuana y no otra droga, que jamás hubieran presentado antecedentes de consumo ni consultado a un especialista por problemas de adicción. En definitiva, escolares que no constituyeran aún un problema de salud pública. Se consideró consumidor al alumno que declarara un mínimo de cuatro episodios de consumo exclusivo de cannabis durante el último mes, con una habitualidad mínima de 18 meses. Los jóvenes pertenecían a diferentes realidades socioeconómicas, se tomaron adolescentes provenientes de la educación pública, subvencionada y particular. A todos se les aplicó encuestas de salud, se revisaron sus informes de notas, se les aplicaron tests de inteligencia y pruebas neuropsicológicas que median atención, memoria y concentración.
Las diferencias entre el grupo de control (no consumidores) y el de consumidores fueron muy significativas. Al comparar los test con las imágenes cerebrales (Neurospect) que se tomaron de esos mismos niños, los resultados mostraron que la mayoría de los escolares consumidores presentó una anormalidad en la zona relacionada con la motivación, planificación e iniciativa, lo que se traducía en la práctica en conductas tales como: jóvenes desmotivados, sin interés de seguir estudiando ni de terminar los proyectos que empezaban. También se encontró áreas que estaban extremadamente alteradas en la zona que se relaciona con el procesamiento de la información.
Hay que precisar que los resultados también mostraron diferencias individuales. Si bien todos mostraron anormalidades, los efectos en cada uno podían diferir en cuanto a la magnitud de la zona que se veía afectada, dando cuenta de una susceptibilidad individual. Sin embargo, se encontraron patrones comunes: múltiples áreas absolutamente desorganizadas, tanto en el lóbulo frontal como en los temporales, parietales, occipital y en el cerebelo, área que tiene que ver con la coordinación motora, de ahí la relación entre accidentes de tránsito y consumo de marihuana.
Finalmente, nuestros resultados confirmaron lo que la literatura internacional ya había demostrado: que las áreas relacionadas con el aprendizaje, memoria y ánimo, se veían afectadas con el consumo de marihuana.
Este estudio fue el primero realizado en una población no consultante, por ende, en jóvenes invisibilizados, que no se considera que tengan aún un problema de salud. Fuera de los datos duros, lo más relevante fue constatar que los jóvenes escolares no tenían idea del daño que se estaban haciendo, comprobando la baja percepción de riesgo asociada al consumo. El escenario era bastante peor de lo que habíamos imaginado.
Creo que este estudio tiene el mérito de haberse anticipado a una situación que comenzó a hacerse cada año más grave y que nos tiene hoy ostentando el record mundial en consumo escolar, lo que –en los distintos estudios revisados– se ha relacionado con la disminución en la percepción de riesgo.
Al respecto, el estudio realizado en Chile por SENDA (2016), da cuenta de que la percepción de riesgo ha disminuido exponencialmente en los últimos diez años. De esta forma, la percepción de riesgo por consumo “experimental de marihuana” llega al 28,9%, esto es 13,6 puntos porcentuales menos que en 2006. Mientras que el riesgo percibido por “consumo frecuente”, para el mismo período, ha bajado de un 90,3% a un 64,9%. De acuerdo a los diversos estudios internacionales mencionados, estos datos pudieran relacionarse con otro hallazgo registrado por SENDA, respecto al “promedio de días de consumo de marihuana en el último mes” en población de 12 a 18 años, el que en 2016 era de 10,5, comparado con 7,2 en 2006, demostrando así un aumento significativo.
https://ciperchile.cl/2019/03/12/consumo-de-marihuana-y-dano-cerebral-en-escolares-chilenos-el-estudio-cientifico-pionero/

Nota: Es nefasta la marihuana como droga acumulativa en sí y por ser el paso previo para al consumo de cocaína en muchos jóvenes y adultos. No entiendo cómo se intenta acá legalizarla ignorando la realidad que conlleva su consumo que a edad juvenil daña más el cerebro


-II-
Exposición al alcohol en la adolescencia y daños cerebrales
Los responsables de la circulación en carretera han alertado de las tres causas de los accidentes: distracciones, exceso de velocidad y consumo de sustancias tóxicas (alcohol y drogas).
ASSCAT, como representante de la voz del paciente hepático, quiere llamar la atención sobre los riesgos del consumo de alcohol en las edades jóvenes no sólo sobre el hígado sino por el daño cerebral que produce.
La ingesta de alcohol afecta al desarrollo del cerebro adolescente
El alcohol es la droga psicoactiva más utilizada entre los jóvenes y su consumo excesivo representa un grave problema para la salud con efectos que pueden ser irreversibles a largo plazo.
El cerebro se desarrolla en los humanos de un modo progresivo, y es precisamente en la etapa adolescente cuando ocurren cambios más trascendentales.
El consumo de alcohol puede producirse de forma crónica mantenida o bien ocurrir su consumo excesivo de una manera episódica. Estos patrones de consumo de alcohol entre los jóvenes son bien reconocidos, aunque es más frecuente la ingesta excesiva en forma incidental. Con el consumo episódico se elevan bruscamente los niveles de alcohol en sangre, hasta límites que se consideran tóxicos. El cerebro adolescente es muy susceptible a los efectos perjudiciales del alcohol, ya que en este período de la vida se dan unos cambios en la maduración y el desarrollo cerebral, como son: una mayor mielinización, más conectividad funcional y más plasticidad del hipocampo.
En los países europeos, los jóvenes entre los 16-18 años, van a tener permiso para comprar y beber alcohol, pero en general aún no están preparados, no tienen experiencia ni cargas de responsabilidad como los adultos. Se han realizado estudios donde se observa como se lleva a cabo la ingesta de grandes cantidades de alcohol, es más frecuente los sábados y viernes por la noche, generalmente porque los jóvenes salen y no tienen responsabilidades laborales o de estudio al día siguiente y es habitual que beban en privado antes de salir (“beber antes de beber”). Suelen acelerar el ritmo de la bebida (es decir, aumentan el número de bebidas consumidas por hora); lo cual no es accidental sino que es lo que buscan: tener emociones, divertirse y sentir los efectos del alcohol. La ingesta masiva ocurre predominantemente fuera del hogar, principalmente en bares, pubs, discotecas o en eventos especiales y festivales; y a menudo acaba con lesiones intencionales o no intencionales así como con otras consecuencias agudas, que son los principales factores de riesgo de mortalidad y morbilidad en este grupo de edad. Las estrategias de prevención para ser eficaces deberían reducir las oportunidades de consumir alcohol en exceso, así como estrategias para reducir sus consecuencias perjudiciales.
En el cerebro adolescente se producen importantes cambios en su desarrollo a nivel neuroquímico y en la composición del tejido cerebral. Gracias a los avances en neuroimagen el curso de estos procesos de maduración se está analizando con mayor especificidad e indican reducciones de volumen de la materia gris y el fallo en el desarrollo progresivo de la sustancia blanca en determinadas regiones cerebrales que se sabe que rigen la cognición y el comportamiento complejo.
Además, se ha de tener en cuenta que al afectarse el desarrollo de nuevos circuitos fronto-subcorticales, la maduración de la región prefrontal y de los sistemas límbicos, notables durante la adolescencia puede hacer que los jóvenes sean más vulnerables a determinados comportamientos de riesgo, como sería el ser más permisivos con el uso de sustancias tóxicas. De hecho, una borrachera por consumo de alcohol y el uso concomitante de marihuana es común en la adolescencia, y se asocia con efectos neurales indeseables y que pueden ser irreversibles. El desarrollo del cerebro adolescente, tiene unas características únicas, en especial aspectos que predisponen a las personas a buscar recompensas y a tomar decisiones arriesgadas en esta fase de la vida.
Los hallazgos científicos en este campo subrayan la importancia de los resultados de las investigaciones, y la necesidad de informar de los efectos del alcohol en el cerebro adolescente así como de diseñar intervenciones para informar y prevenir.
Los estudios evidencian que la exposición a niveles tóxicos de alcohol durante la adolescencia produce daños cerebrales permanentes.
La “plasticidad” es una capacidad del cerebro, la cual permite modificar sus estructuras al acceder al aprendizaje de cosas nuevas.
Durante los picos de plasticidad, el cerebro crea nuevas conexiones neuronales que serán clave para el futuro, cruciales para conectarnos y convertirnos en adultos en pleno funcionamiento.
El consumo de alcohol durante el período de plasticidad máxima daña seriamente los “enlaces cerebrales”.
El alcohol lesiona específicamente dos áreas del cerebro que durante la adolescencia presentan cambios importantes:
  • El hipocampo, encargado de activarse en las tareas de la memoria y del aprendizaje, sufre el peor daño. Aquellos que beben más y durante más tiempo tienen hipocampos significativamente más pequeños (hasta un 10% más pequeños).
  • El área prefrontal es donde tienen lugar la mayoría de los cambios durante la adolescencia; el consumo de alcohol en los adolescentes podría causar cambios graves, que afectarían la formación de la personalidad y del comportamiento de los adultos.
Por lo tanto, las personas jóvenes deberían conocer los graves riesgos a los que se exponen. Deberían evitar el alcohol, o bien beber en pequeña cantidad y que no sea regularmente. Sin embargo, la evidencia indica claramente que lo mejor sería no beber en absoluto.
En las imágenes cerebrales se muestra el posible impacto que el alcohol puede tener en el cerebro del adolescente.
En la primera se muestra a un no bebedor de 15 años: el rosa y el naranja indican actividad saludable y normal, particularmente en el área prefrontal y el hipocampo.
En la de abajo se muestra a un bebedor crónico de 15 años: con poca o ninguna actividad en las áreas clave del cerebro.
Los efectos del alcohol son diferentes en el cerebro de un adulto y en el de un adolescente
Para una cantidad dada de alcohol, los adolescentes son más susceptibles que los adultos a algunos efectos, por ejemplo, a los efectos relacionados con la memoria y el aprendizaje y son menos propensos a verse afectados por los efectos sedantes causados por el alcohol.
Diferentes efectos:
Pérdida temporal de memoria

Es probable que los más jóvenes, en un episodio dado no recuerden nada, experimenten un fallo total de memoria, sin posibilidad de recuperación debido a los efectos de las altas concentraciones de alcohol en los centros cerebrales relacionados con la memoria (especialmente el hipocampo), lo cual es poco común en adultos. 
Diferentes efectos: sedación
Los jóvenes podrían estar bebiendo durante más tiempo que los adultos debido a que son menos susceptibles al efecto de sedación.
El mecanismo cerebral de este efecto no se conoce totalmente, es probable que se relacione con los receptores GABA, puesto que el sistema GABA está implicado en los efectos sedantes y motores del alcohol.
Los niveles finales de los receptores de GABA no se alcanzan hasta la edad adulta temprana: los adolescentes tienen menos receptores de GABA en los que el alcohol podría actuar. Así al llegar a cierta edad (es decir, a los 20 años), simplemente no puede beber del modo en que solía hacerlo.
¿Implicaciones importantes para los jóvenes?
Las investigaciones muestran que los jóvenes podrían beber más alcohol sin notar efectos sedantes pero pueden sufrir “pérdidas temporales de memoria” lo cual aumenta el riesgo de ciertas acciones delictivas, en otras en mujeres jóvenes (mayores riesgos de asalto sexual, en hombres jóvenes), robos y violencia.
¿Cómo se podría responder a esto? ¿Qué podría hacer la escuela, para reaccionar a las últimas investigaciones de una forma realista?
Parece ser que no es posible evitar que los jóvenes prueben el alcohol, pero se deberían prevenir los daños a corto y largo plazo e informar.
Los hallazgos de los investigadores sugieren que son precisos más esfuerzos dirigidos a apoyar y educar a los padres mediante mensajes positivos sobre cómo pueden influir en el comportamiento de su hijo y enfatizar la importancia de la propia bebida de los padres y lo que sus hijos ven y piensan acerca de esto.
Las escuelas también deberían ser un canal de información, recibiendo mensajes específicos y actualizados para que los padres fomenten acciones en los momentos críticos del desarrollo de sus hijos.
En las escuelas se debería comentar y criticar las percepciones incorrectas y los falsos mitos sobre el consumo excesivo de alcohol por parte de grupos de jóvenes y lanzar normas sociales positivas: “no todos lo hacen”.
Se ha de reconocer que no podemos vacunar a nuestros niños contra el posible uso de drogas; sin embargo, podemos desarrollar su capacidad de reacción si entran en contacto con el alcohol u otras drogas, o si han de afrontar otro contratiempo, podrán así estar preparados, ‘recuperarse’, o bien proceder con éxito y con el mínimo de problemas posible.
¿Qué información tienen los jóvenes sobre el alcohol?
Muchas de las formas en que actualmente los jóvenes cuidan a los amigos borrachos se basan en la mitología: no se les ha dado la información que necesitan, por lo que la inventan ellos mismos, basándose en chismes y rumores, por ejemplo: alimentarlos con pan (dicen que absorbe el alcohol); ponerlos bajo una ducha de agua fría (para estimularles), darles agua o café (dicen que diluye el alcohol). Ninguno de estos remedios funciona y, en casos extremos, pueden matar.
Reducción del alcohol y sus daños en el entorno escolar
Se ha de reconocer que la información que se les proporciona actualmente no es útil y que existen lagunas en su conocimiento que se deberían resolver para evitar más daños. Es importante darles precozmente mensajes de prevención, y que no haya consecuencias negativas involuntarias.
¿Cómo proporcionar la información para reducción de daños sin tolerar el uso?
La información sobre la reducción de los daños relacionados con el alcohol debe enfocarse en consejos prácticos, por ejemplo: sobre cómo cuidar a alguien que está borracho. ¿Saben qué hacer si se necesita pedir ayuda?
Es importante quedarse con su amigo, nunca dejarlos solos, controlarlos, tranquilizarlos, mantenerlos cómodos, y si se tienen dudas, pedir ayuda al teléfono internacional de emergencias 112.
Conclusiones
  • El cerebro adolescente es diferente de un cerebro adulto.
  • Los mensajes que reciben los adolescentes deben ser apropiados para su edad y ser significativos para ellos. No necesariamente van a tener en cuenta los mensajes sobre los riesgos: las recompensas son demasiado grandes. 
  • El alcohol y el cerebro en desarrollo no van juntos: el mensaje ha de ser demora, demora… al máximo la ingesta de alcohol.
  • La información sobre la reducción de los daños causados por el alcohol, ha de ser práctica; se han de involucrar en el cuidado de los amigos, recordar que lo que ellos creen que “no les va a pasar” puede ocurrir y en ocasiones precisarán llamar a una ambulancia o al teléfono 112 (código internacional de emergencias).
https://asscat-hepatitis.org/exposicion-al-alcohol-en-la-adolescencia-y-danos-cerebrales/


-III-
Revelan imágenes de cómo la cocaína "come" el cerebro de un adicto
Las imágenes muestran cómo la droga puede "carcomer" el cerebro de un consumidor, dejándolo con discapacidades y, en el peor de los casos, muerto

Las imágenes del cerebro muestran una disminución en los receptores de dopamina (D2) en el cerebro de una persona adicta a la cocaína en comparación con una persona que no consume drogas
Las imágenes del cerebro obtenidas a través de estudios de resonancia magnética de un consumidor habitual de cocaína revelan el daño que la droga puede causar con el tiempo.
El paciente no identificado fue diagnosticado con una condición rara llamada leucoencefalopatía tóxica inducida por cocaína después de abusar regularmente durante años.
Los estudios fueron efectuados en el hospital de Msida, de Malta. Según los profesionales que atendieron al paciente, se trata de un hombre de 45 años que estaba confundido y se comportaba de manera extraña, antes de que los médicos se dieran cuenta de que padecía leucoencefalopatía tóxica inducida por cocaína.
El doctor Ylenia Abdilla, que trató al hombre no identificado, explicó: "Es un trastorno raro que puede causar una discapacidad significativa. Este estudio de caso está destinado a aumentar la conciencia de esta condición".
Y agregó: "El pronóstico generalmente es malo y puede ser rápidamente mortal; sin embargo, algunos casos raros se recuperan por completo, como se ve en este informe de caso".
Según precisa el diario británico The Sun, Abdilla y sus colegas del Hospital Mater Dei en Malta, trataron al hombre tres días después de haber tomado cocaína por última vez. Durante su ingreso notaron que sus pupilas estaban dilatadas y "enérgicamente reactivas a la luz", y que el paciente "no cooperaba, no podía realizar tareas simples y no seguía las órdenes".
Abdilla envió a su paciente para una resonancia magnética en su cerebro, que reveló daños en la sustancia blanca en el cerebro.
"La leucoencefalopatía tóxica inducida por cocaína puede presentarse de varias maneras diferentes. Estos incluyen un nivel alterado de conciencia, confusión, lenguaje alterado, visión alterada, fiebre o espasticidad", indicó el galeno.
Y agregó: "El pronóstico es malo: la afección progresa rápidamente y con frecuencia conduce a la muerte. Raramente se ha informado que resulte en una recuperación completa, como en nuestro caso".
Tratamiento y recuperación
Los médicos trataron al hombre, dándole esteroides, un intercambio de plasma y anticuerpos. Fue trasladado a un centro de rehabilitación, donde mostró signos de mejora.
Después de cuatro meses, caminaba de manera independiente y se enfrentaba a la mayoría de los aspectos de la vida diaria. El paciente fue tratado por ansiedad y logró evitar las drogas, lo que significa que se le permitió regresar a su hogar un mes después.
Un año después de ser ingresado en el hospital, el hombre regresó para un seguimiento. No había usado drogas durante un año, y aunque su escáner cerebral aún mostraba "cambios persistentes en la materia blanca", las pruebas neurológicas eran normales.
Según precisa el Instituto de Abuso de Drogas de EEUU, la cocaína es una droga extremadamente adictiva, es muy difícil que una persona que la pruebe pueda predecir o controlar hasta dónde continuará deseándola o consumiéndola.
Asimismo, si la persona se vuelve adicta, el riesgo de recaídas es alto aún después de períodos largos de abstinencia. De acuerdo con algunos estudios recientes, durante períodos de abstinencia del uso de cocaína, el recuerdo de la euforia asociado con su uso, o solamente una referencia a la droga, puede disparar un deseo incontrolable de consumirla y terminar en una recaída.
El consumo de cocaína puede causar problemas de salud mental como ansiedad y paranoia, mientras que los médicos han relacionado el aumento de la cocaína barata y potente con un aumento en las tasas de suicidio.
Según las últimas investigaciones médicas a nivel mundial, la cocaína altera las funciones cerebrales y modifica la estructura del propio órgano. Estas 'modificaciones' provocan, por ejemplo, que el cerebro de los consumidores no detecte las consecuencias adversas de su propio comportamiento.
Aparte de las anomalías, también detectaron que en la materia gris se refuerza el circuito de recompensa mientras que baja el tamaño de la materia blanca fuera del área de recompensa. Esto significa que aparecerían reforzadas las estructuras que tratan la gratificación en detrimento de las áreas que controlan procesos cognitivos como son la regulación de la propia conducta y la atención.
Este hallazgo nos explica por qué la gente no cesa en el consumo y tiene tantas recaídas. No es por falta de fuerza de voluntad, sino que la estructura cerebral ha cambiado.
https://www.infobae.com/salud/2019/07/31/revelan-imagenes-de-como-la-cocaina-come-el-cerebro-de-un-adicto/


Amiga, Amigo:

Queda este escrito como voz de alerta sobre un tema que debiera ser de prioridad nacional y mundial, para ello varios artículos sobre la drogadicción – alcoholismo y sus nefastos efectos en el cerebro y organismo a edad cada vez más juvenil en donde el daño cerebral e irreversible es mayor, acá he dejado para reiterar este drama que es mundial, afectando a millones de personas con hogares deteriorados al tener un drogadicto o un traficante en la familia y en donde uno ve la enorme cantidad de droga que a diario es decomisada, la cantidad de traficantes que son detenidos y, TODO SIGUE IGUAL, pues es tanto el consumo INEXPLICABLE en todo orden social y económico y la multimillonaria ganancia de los traficantes que por lógica el tráfico continúa y da que pensar hasta qué niveles su protección por el dinero alcanza. Es como para decir que detrás de máscaras sociales del poder político, religioso, judicial, iniciático… el "El becerro de oro" está muy activo. De alguna manera tendrá que venir una limpieza cósmica de esta maligna contaminante mugre… … … Ya lo verán, ya lo verán pues la LUZ diluye las tinieblas y la LUZ llegará.

Epílogo:

Cuántico Epitafio

A los señores narcotraficantes de la producción, elaboración y tráfico de la Droga:
 
Los responsables:
Que millones de inocentes jóvenes desorientados caigan en la Drogadicción
y deambulen por la vida con un cerebro dañado con déficit de manifestación mental
por vuestra acción o indiferente justificación de otros del poder:
Duro Karma habéis adquirido. Karma que deberá ser ajustado.
Rogad para que en vuestra próxima encarnación "de ajuste"
no os hagan hipnosis regresiva para así no tener que maldecir al que ahora sois.



*
******

*
*
*


Lectora, Lector:
No tengo ni uso las redes sociales.
Si podéis os agradecería que el Epílogo con su Cuántico Epitafio
pudierais viralizarlo.
Fraternalmente:



Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
Septiembre de 2019

Portal MUNDO MEJOR: http://www.mundomejorchile.com/
Correo electrónico: isp2002@vtr.net