Pronto
habrá elecciones presidenciales en Chile y el candidato de
Gobierno se despachó la siguiente declaración:
Hoy 25 de
octubre de 2017 el representante de la Fuerza de la Mayoría,
periodista y senador Alejandro Guillier, manifestó que está a favor de
legalizar el consumo recreativo de marihuana. Consultado sobre si
consideraría en un eventual gobierno legalizar las drogas como medida para
combatir el narcotráfico, el abanderado presidencial señaló que “bastaría
con despenalizar y se acabó el problema”. Se deben evaluar las experiencias
internacionales, pero sí lo haría con la cannabis sativa ya que no la
considera una droga dura. “Pero las otra no, porque la experiencia nos ha
demostrado que hay que ir evaluando las experiencias de a poco, ver lo que ha
ido pasando en otros países y no es tan claro que legalizar haya resuelto los
problemas (de narcotráfico)". "Pero tiene que haber una libertad de las personas, lo
que sí, hay que educar para que sepan las consecuencias que tiene y las
circunstancias. Por ejemplo así como no se puede andar tomando y manejando,
tampoco puedes andar marihuaneado manejando, porque tus reflejos son más
lentos, sostuvo en entrevista con radios Duna, Zero y diario La
Tercera. http://www.emol.com/noticias/Nacional/2017/10/25/880644/Guillier-anuncia-que-esta-a-favor-de-legalizar-el-consumo-de-marihuana-con-fines-recreativos.html
"Pero tiene que haber
una libertad de las personas, lo que sí, hay que educar para que sepan
las consecuencias que tiene y las circunstancias. Por ejemplo así como
no se puede andar tomando y manejando, tampoco puedes andar marihuaneado
manejando, porque tus reflejos son más lentos"
Debo
reconocer que ese populismo político me sorprendió, molestó y sentí pena por mi
Patria.No calificaré intenciones dado que ignoro la realidad que a él y su
grupo los rodea, sin embargo previo a ello en Televisión Nacional hubo un
reportaje muy interesante que destruye al uso de la marihuana recreativa en
especial en menores de 20 años por el daño cerebral que la misma produce. Pensé
y decidí actuar desde la WEB,
no red social si WEB.
Con el
presente son diez escritos dedicados a la droga, algunos numerados, otros no, el
actual lleva el número 482 cuyo desarrollo va a continuación:
-I- Se dispara consumo de marihuana en Chile
09 de julio de 2015
El Estudio Nacional de Drogas de Senda indicó que entre
2010 y 2014 el uso de marihuana pasó de 4,6% a 11,3%: en cuatro años el
aumento fue de 145%. Hay además reveladores datos sobre alcohol, tabaco y
cocaína. Uno de cada diez chilenos consumió marihuana durante el último año.
Según el XI Estudio Nacional de Drogas en Población General el uso de
cannabis pasó de 7,1% en 2012 a 11,4% en 2014. Es la primera vez que el empleo de este estupefaciente alcanza los dos dígitos desde que el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) realizó por primera vez este informe en 1994.
Mariano Montenegro, director del organismo, calificó este
aumento como algo “inédito” en la historia del estudio. El informe
señala además que 1 de cada 5 personas que usan esta sustancia tiene un
“consumo problemático”. Estos datos son dados a conocer en
momentos en que el debate sobre esta droga vive su punto más álgido,
luego que la Cámara de Diputados se aprobara en general el proyecto que
despenaliza el autocultivo de cannabis.
En 2010, 75.981 chilenos utilizaron por primera vez cannabis. Cuatro años después casi 250.000 personas tuvieron su primera experiencia con la marihuana.
En otras palabras la cifra se triplicó. El director de Senda
señaló que “en el 90% de estos casos son
adolescentes y jóvenes”.
El estudio de Senda específica que si bien los jóvenes entre 19 y 25
años son los que más consumen (24%), hay un aumento significativo en los
adolescentes –12 a 18 años- que pasaron de 6,7% en 2012 a 13,5% en
2014. Al
analizar el uso de la marihuana por sector económico no hay
diferencias significativas entre los estratos bajo, medio y alto. Las experiencias con este alucinógeno aumentan, pero la percepción
del riesgo que conlleva su uso disminuyó de 46,8% a 34,4%, mínimo
histórico desde que se mide. José
Luis Castillo, presidente de la Sociedad de Neurología
Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn) explica que este fenómeno se debe a que “la juventud siente que el tema se ha banalizado y se plantea como una sustancia inocua”.
Sobre este punto el director de Senda señaló que “la cannabis no es
recreacional, no es lúdica, no es que no suceda nada con este uso”.
Montenegro dijo que desde la institución desean que exista
una menor cantidad de consumidores por lo que la iniciativa
parlamentaria de legalizar el autocultivo va “claramente en el sentido
contrario. Lo que queremos es que haya menos acceso”.
Aumentan bebedores de alcohol y fumadores El informe de Senda incluye también análisis acerca de otras sustancias. Se ve, por ejemplo que la
tendencia a la disminución en el consumo de alcohol que se había
manifestado desde 2006 se detuvo e incluso retrocedió: los chilenos que
beben alcohol mensualmente aumentaron en comparación a 2012. De
este porcentaje 2 de cada 5 personas declararon haber tenido un
episodio de embriaguez durante los últimos 30 días. Mariano Montenegro
explicó que el consumo problemático es tres veces mayor en los sectores
bajos que en los altos y señaló que es necesario “redoblar los esfuerzos
para estabilizar y bajar el consumo”. El estudio también muestra que la
cantidad de fumadores aumentó de 21,9% en 2012 a 22,7% en 2014. Este es
el primer incremento desde que se empezó a medir la prevalencia en
2002. En lo que respecta al consumo de cocaína el 1,4% de los
chilenos afirmó utilizarla. Esto es 0,5% más que lo
registrado en 2012.
Pese a que el sector bajo es el que más utiliza esta droga (2,1%) el
que más aumentó fue el medio. En Chile, de las 137 mil personas que
utilizan esta sustancia, el 35% de ellos es adicto.
http://www.uss.cl/blog/se-dispara-consumo-de-marihuana-en-chile/
-II-
Demuestran mediante resonancia magnética que el consumo de marihuana produce importantes daños cerebrales 14 de marzo 2017 Dos estudios revelan mediante resonancia magnética
que el consumo habitual de marihuana produce importantes daños en el
cerebro. El consumo ocasional daña la estructura del cerebro y el
consumo habitual antes de los 16 años es peligroso por una mayor
dificultad en las tareas que requieren juicio y función inhibitoria. La
comunidad científica estudia si estos efectos pueden ser reversibles,
pero aun no hay suficientes datos al respecto.
El primero de estos estudios está dirigido por la Dra. Jodi Gilman,
investigadora en el Centro General de Medicina para las Adicciones de
Massachusetts, publicándose en marzo 2014 por la revista neurocientífica
“The Journal of Neuroscience”. Este estudio demostró que el consumo
ocasional y recreacional de marihuana altera las neuronas de las zonas
cerebrales de adicción. El consumo recreacional de la marihuana (de uno a
dos cigarrillos por semana) produce efectos notorios en el cerebro, que
van acrecentándose cuando se aumenta el consumo.
La marihuana es la droga ilegal más consumida pero poco se sabía
sobre sus efectos en el cerebro humano, en particular en las áreas
implicadas en la adicción, como el “núcleo accumbens” y “la amígdala”,
explicó la Dra. Gilman. El estudio concluye afirmando que la exposición a
la marihuana se relaciona con alteraciones en estas regiones y “es
consistente con los estudios en animales correspondiente a los cambios
en la arborización dendrítica”.
La Dra. Gilman afirmó que investigaciones anteriores demostraron que
la marihuana genera cambios estructurales en el cerebro de los animales,
especialmente en el “núcleo accumbens”. Con este estudio, se ha podido
comprobar que estos cambios estructurales se producen también cerebro
humano.
Los científicos recogieron imágenes realizadas a través de Resonancia Magnética
de alta resolución de adultos jóvenes consumidores de marihuana
recreativa y de un grupo de control que no consumía marihuana en
absoluto.
Se llevaron a cabo tres análisis independientes de la morfometría en
estas estructuras: la densidad de la materia gris utilizando
morfometría, el volumen (cerebro total y volúmenes regionales) y de la
forma (morfometría superficie).
El análisis mostró una “mayor densidad de la materia gris en los
consumidores de marihuana, en el núcleo accumbens izquierdo
extendiéndose hasta la corteza subcallosal, el hipotálamo, la amígdala
extendida sublenticular, y la amígdala izquierda, incluso después de
controlar por edad, sexo, consumo de alcohol y el tabaquismo”.
También se pudo observar una tendencia a un crecimiento de volumen y
una diferencia significativa en la forma del núcleo accumbens izquierdo,
además de cambios de forma de la amígdala derecha. “El núcleo accumbens
izquierdo mostró alteraciones sobresalientes en las tres medidas y una
relación multimodal alterada entre las personas consumidoras de la
marihuana”, detalló el informe.
El segundo estudio, esta vez del Instituto de Investigaciones Murdoch
de Australia, demostró en 2012 que el consumo a largo plazo de
marihuana produce variaciones notables y daños cerebrales en la zona
correspondiente a las funciones de memoria y aprendizaje, especialmente
en consumidores que comienzan a fumar marihuana a una edad temprana.
Los resultados sugieren que a largo plazo el consumo de cannabis es
perjudicial para la materia blanca del cerebro en desarrollo,
señalando también que hay momentos de la vida de las personas que son
más críticos para el desarrollo cerebral y en esas edades el cerebro es
más vulnerable al daño que causa el cannabis.
La Dra. Staci Gruber, directora de Cognitive and Clinical
Neuroimaging Core en el Hospital McLean en Boston y profesora de
psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, hizo pública su
preocupación por los resultados del estudio de la Dra. Gilman.
“Estos resultados confirman lo que otros han informado con respecto a
cambios en la estructura cerebral”, dijo. “Cuando analizamos los
descubrimientos del estudio de Gilman con nuestro estudio y con otras
investigaciones sobre el consumo de marihuana, es evidente que se
necesita investigar más, sobre todo en el caso de personas que están
entrando en la edad adulta, ya que la exposición durante el período de
vulnerabilidad en el desarrollo podría llevar a cambios
neurofisiológicos que pueden tener implicaciones a largo plazo”, afirmó
la Dra. Gruber. http://www.gruposcanner.biz/demuestran-mediante-resonancia-magnetica-que-el-consumo-de-marih/
-III-
Los daños permanentes que causa la marihuana Algunos creen que es una droga "inocente", pero cada vez hay más estudios que demuestran lo contrario
Por años se insistió en relativizar sus daños y negar por todos los
medios que genere dependencia. Se la intentó ubicar en la vereda de
enfrente de las llamadas drogas "duras" y desmitificar aquello de que
constituye "la puerta de entrada" al mundo de las adicciones.
Sin embargo, hoy se sabe que la
marihuana es la droga ilegal más utilizada y que las
consecuencias de su consumo no son tan "inocentes" como se creía.
Y la tendencia señala que la marihuana está cerca de superar el consumo
de tabaco, en curva descendente a partir de prohibiciones y barreras
sociales que desalientan a los fumadores.
Con casi 182 millones de consumidores, se trata de la droga más
consumida del mundo, seguida por los estupefacientes sintéticos,
incluidas las anfetaminas y el éxtasis, con 52,7 millones. Le siguen los
derivados del opio con 48,9 millones de consumidores, y la cocaína con
17 millones.
Según el Informe Mundial sobre las Drogas de la ONU, hasta 246 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron estupefacientes ilegales,
lo que supone una de cada 20 personas de edad adulta. Uno de cada diez
consumidores tiene serios problemas de drogodependencia, la mitad de
ellos por sustancias inyectables.
El director general de ONUDD, Yuri Fedotov, estimó que la cifra total
de fallecimientos es prácticamente la misma que en años anteriores.
El VI Estudio Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en Estudiantes de Enseñanza Media
de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y
la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) dejó en evidencia que más
del 15% de los estudiantes secundarios había probado alguna vez en la
vida marihuana, y cerca del 12% consumió esta sustancia durante el
último año. Las mujeres consumen menos que los varones: cerca del 20% de
varones probó alguna vez en la vida y un 13,5% consumió durante el
último año, mientras que entre las mujeres estos porcentajes se reducen
al 13% y el 10% respectivamente, según el estudio.
No obstante esta diferencia, es importante aclarar que entre las
mujeres el consumo de marihuana muestra una tendencia ascendente en el
último quinquenio (2009-2014).
Pese a lo que se cree, los efectos de la marihuana en las funciones
mentales, incluidos el aprendizaje y la memoria, pueden durar mucho más
allá de la primera sensación luego del consumo. Y esto se debe a que
puede tomar mucho tiempo al cuerpo eliminar la marihuana y sus efectos;
las funciones cognitivas de una persona pueden ser afectadas por más de
un día incluso después de una dosis única.
Los efectos sobre el cerebro
Quizás el mayor descubrimiento en la investigación sobre cannabinoides
fue el descubrimiento de un receptor cannabinoide en el cerebro. En los
últimos años, hubo un notable incremento de los estudios sobre los
receptores cannabinoides naturales del cerebro y de los químicos que el
mismo produce para interactuar con ellos (los "endocannabinoides"). Si
bien la investigación es reciente, parece ser que reveló que cumplen un
rol importante en funciones como el aprendizaje, control de la ansiedad,
y quizás sobre la reacción ante otras drogas, como el alcohol.
Debido a que el cerebro proporciona sus propios receptores
cannabinoides, también debe proveer su propio compuesto para activar
dichos receptores. Anandamine (el nombre proviene de ananda, la palabra
sánscrita que significa felicidad) es uno de los compuestos que se
encuentra naturalmente en el cerebro que se une con los receptores
cannabinoides.
El
mayor descubrimiento reciente en la investigación sobre cannabis fue el
descubrimiento de un receptor cannabinoide en el cerebro
Existe otro que se denomina 2-AG, que también activa los receptores THC
que están en el cerebro y se encuentra presente en cantidades que
superan en 170 veces a la anandamida.
Estudios muy recientes sobre animales demostraron que los efectos del
THC son bastante diferentes en adolescentes en comparación con los
adultos. Por ejemplo, en lo que respecta al aprendizaje y a la memoria,
el THC afecta la capacidad de aprender en animales adolescentes de forma
más potente que en animales adultos. Además, el THC produce menos
efectos secundarios desagradables como la ansiedad y aversión en los
adolescentes que en los adultos. Por ende, si los efectos negativos del
THC afectan menos a los adolescentes, éstos pueden encontrar más
placentero el uso de THC que los adultos, incrementándose así el riesgo
en adolescentes por el uso más frecuente y las consecuencias negativas
que puedan aparecer, como al mezclarlo con alcohol.
Cómo la marihuana afecta el rendimiento motor y el manejo
Pese a que algunas personas creen que la marihuana no perjudica su
habilidad para conducir un vehículo, la evidencia científica es que sí
lo hace. La disminución en la atención y concentración que produce la
marihuana hace que operar cualquier tipo de maquinaria pesada se vuelva
peligroso.
Estudios de laboratorio con simuladores de manejo mostraron que la
marihuana daña significativamente las capacidades de concentrarse y
efectuar correcciones.
El corazón, el afectado menos pensado
Si bien los daños más difundidos del consumo de marihuana tienen que
ver con las funciones cognitivas, la memoria y las habilidades motoras
–especialmente en el tiempo inmediato posterior al consumo–, un paper
científico publicado en el journal de la American Heart Association con el aval de la American Stroke Association
vinculó el consumo adictivo de cannabis con la existencia de
complicaciones vasculares, sobre todo en la franja de consumidores más
jóvenes. El estudio detectó haber observado 35 complicaciones
cardiovasculares luego del consumo adictivo de cannabis en adultos
jóvenes, entre los 18 y los 40 años.
El estudio "Cannabis use:
signal of increasing risk of serious cardiovascular disorders"
publicado recientemente en el Journal of the American Heart Association
(JAHA) se trata de una investigación que recopiló la
observación de farmacovigilancia en adicciones basada en la
información científica que aportó la red francesa
Addictovigilance, con sede en París, Francia.
En el país galo, los casos graves de abuso y dependencia del uso de
sustancias psicoactivas deben ser reportados al sistema nacional francés
Addictovigilance. Este estudio específico sobre cannabis incorpora para
arribar a sus conclusiones los informes de las complicaciones
cardiovasculares relacionadas con el consumo de cannabis recogidos por
Addictovigilance, entre los años 2006 y 2010.
Durante ese período –de 2006 a 2010– se registraron 1.979 informes
espontáneos (casos) relacionados con el cannabis, de los cuales 35
correspondieron a complicaciones cardiovasculares (ver cuadro abajo).
Durante ese mismo período, el porcentaje de complicaciones
cardiovasculares relacionadas con el cannabis aumentó de 1,1% en 2006 a
3,6% en 2010.
Estudios
demuestran que la marihuana incrementa el ritmo cardíaco y baja la
eficiencia del bombeo del corazón al hacer ejercicio
En esa misma línea investigativa, análisis de laboratorio demostraron
que fumar marihuana incrementa el ritmo cardíaco y que este incremento
es de un rango general de 20 a 30 latidos por minuto. Los fumadores (que
fuman con relativa frecuencia) desarrollan cierto grado de tolerancia a
este efecto, pero incluso algunas personas con tolerancia experimentan
incrementos sustanciales en el ritmo cardíaco después de fumar. Se
realizaron varios estudios que demuestran que la marihuana también
incrementa el ritmo cardíaco y baja la eficiencia del bombeo del corazón
al hacer ejercicio –esencialmente incrementando el trabajo del corazón.
Los fumadores frecuentes generalmente reportan sentir menos el efecto
que los fumadores no frecuentes luego de fumar un cigarrillo de
marihuana o tomar THC oral. Es probable que los fumadores frecuentes
asocien el efecto con los varios estímulos ambientales que rodean el
acto de fumar.
¿Qué ocurre a largo plazo?
Dado que la marihuana permanece en el cuerpo (y en el cerebro) mucho
tiempo, es importante conocer cuánto tiempo la memoria (y otras
funciones cognitivas) pueden ser afectadas. De ahí la importancia que
adquirieron recientes investigaciones que demostraron que los efectos
residuales de la marihuana en las funciones cognitivas permanecen por
más de 48 horas.
De hecho, según los estudios, una persona que fuma marihuana con cierta
regularidad es probable que nunca esté totalmente libre de los efectos
en su pensamiento o resolución de problemas, viviendo de manera
constante en un estado de "compromiso cognitivo".
En ese sentido, los grandes consumidores mostraron tener mucha menos
flexibilidad mental en la resolución de problemas que los consumidores
leves. Asimismo, los grandes consumidores mostraron un deterioro en su
memoria, aunque este problema no quedó en evidencia en todos los tests
de memoria que les fueron tomados.
https://www.infobae.com/2015/12/21/1777423-los-danos-permanentes-que-causa-la-marihuana/
-IV-
"7 maneras de cómo la marihuana puede afectar al cerebro"
La marihuana y la psicosis
Varios estudios han encontrado una
conexión entre el uso de la marihuana y un riesgo más alto de
enfermedades mentales, incluyendo psicosis (esquizofrenia), depresión y
ansiedad. Un reciente estudio publicado en la revista "Biological
Psychiatry, asegura que las personas que consumen marihuana son más
propensas a ser diagnosticados con una condición de salud mental
psicótica, como la esquizofrenia, que las personas que nunca han usado
la marihuana. Esto, explican los autores del estudio, se debe a que los
componentes químicos del cannabis alteran la actividad neuronal del
cerebro.
La marihuana y el coeficiente intelectual
Los adolescentes que consumen marihuana
de manera habitual antes de los 18 años pueden tener daños duraderos en
la inteligencia y afectar a la atención y a la memoria según un estudio
publicado en la revista "PNAS".
La investigación detectó que aquellos
que comenzaron a fumar marihuana en la adolescencia y continuaron
consumiéndola tuvieron una disminución en su coeficiente intelectual. En
concreto la reducción fue de 8 puntos, al comparar el coeficiente
intelectual de los participantes en el estudio a los 13 y a los 38 años.
El tamaño del cerebro y la conectividad
El consumo de marihuana podría estar
vinculado a los cambios en el tamaño del cerebro de los fumadores
regulares de marihuana en comparación con los que nunca consumieron esta
sustancia, según un estudio publicado en la revista "PNAS".
Los usuarios de la marihuana tenían
menor volumen de materia gris en una región del cerebro llamada 'corteza
orbitofrontal': el lóbulo frontal del cerebro relacionado con el
procesamiento cognitivo en la toma de decisiones. Además, el estudio
reveló que el cerebro de los fumadores de marihuana tiene una
conectividad superior funcional y estructural.
Sistema de recompensa del cerebro
El cerebro de las personas que han
fumado marihuana durante muchos años puede responder de diferente manera
a ciertas recompensas, en comparación con los cerebros de las personas
que no consumen cannabis, según un estudio publicado en la revista
"Human Brain Mapping".
"La marihuana interrumpe el circuito de
recompensa natural del cerebro, haciendo a la marihuana altamente
relevante para los grandes consumidores. Estas alteraciones cerebrales
podrían ser un marcador de transición del uso de marihuana recreativa al
uso problemático", señalaron los autores del estudio.
Las neuronas ruidosas
El compuesto primario de la marihuana
-tetrahydrocannabinol (THC)- puede incrementar la actividad neuronal
aleatoria, denominada "ruido neuronal". Según los autores del estudio,
publicado en la revista "Biological Psychiatry", este fenómeno sería el
responsable de interrumpir el procesamiento normal de la información en
los circuitos cerebrales de las personas sanas (sin esquizofrenia) y
provocaría los síntomas psicóticos.
El incremento del apetito
La marihuana puede afectar a ciertas
neuronas en el cerebro que normalmente son responsables de la supresión
del apetito, y este efecto puede explicar por qué la gente suele tener
mucha hambre después de fumar marihuana. Según un estudio realizado por
investigadores de la Universidad de Yale (EE.UU.), el cannabis afecta a
las neuronas del cerebro que son responsables de suprimir el apetito.
"Es como pisar el freno de un automóvil y que en lugar de detenerse
acelere", explicaron los responsables del estudio.
La marihuana y el cerebro de un adolescente
El cannabis puede afectar al cerebro
adolescente de manera diferente de cómo afecta al cerebro adulto. Sin
embargo, estos efectos pueden no ser los mismos para todos los
consumidores y puede depender de factores individuales como la genética,
de acuerdo con un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry.
En los adolescentes que genéticamente
son susceptibles a la esquizofrenia, la marihuana podría alterar su
desarrollo cerebral en formas potencialmente negativas a largo plazo.
-V-
Científicos de Harvard estudiaron cerebros de fumadores de marihuana y los resultados no son buenos Cada día, la presión para legalizar la marihuana parece más y más
inevitable. Mientras más y más políticos y destacados individuos salen
en defensa de la legalización o al menos despenalizar las diferentes
cantidades de hierba, la aceptación general del uso recreacional de la
droga parece una conclusión obvia. Pero, ¿hemos comprendido por completo
los efectos en la salud de la marihuana?
De acuerdo a un nuevo estudio
publicado en el Periódico de Neurociencia, investigadores de Harvard y
Northwestern han estudiado los cerebros de personas de 18 a 25 años, la
mitad de los cuales fumaba hierba recreacionalmente y la otra mitad no.
Lo que descubrieron fue bastante impactante: Incluso aquellos
que sólo fumaban un par de veces a la semana presentaron anormalidades
cerebrales significativas en las áreas que controlan la emoción y la
motivación. “Hay una perspectiva general ahí afuera de que el uso recreacional de
la marihuana no es un problema- que es una droga segura,” dijo Anne
Blood, co-autora del estudio. “Hemos visto que ese no es el caso.”
Estudios similares han descubierto una correlación entre el uso fuerte de la hierba y
anormalidades cerebrales, pero esta es la primera vez que un estudio ha
descubierto la misma conexión en los usuarios recreacionales-. Las 20
personas en el “grupo de marihuana” del estudio fumaban cuatro veces a
la semana en promedio; siete de ellas sólo fumaban una vez a la semana.
Aquellos en el grupo de control no fumaban nada.
“Nos fijamos específicamente en las personas que no
presentaban ningún impacto adverso con la marihuana –no había problemas
en el trabajo, colegio, con la ley, en sus relaciones, ni problemas de
adicción,” dijo Hans Breiter, otro co-autor del estudio. Usando tres técnicas de neuroimagen diferentes, los investigadores
observaron el núcelo accumbens y la amígdala de los participantes. Estas
áreas son las responsables de medir el beneficio o la pérdida al
momento de hacer ciertas cosas, y de proveer los sentimientos de
recompensa de las actividades placenteras, como la comida, el sexo y las
interacciones sociales.
“Esta es una parte del
cerebro que de ninguna manera quieres tocar,” dijo Breiter.
“No quiero decir que estas son partes mágicas del cerebro-
ya que todas son importantes. Pero estas
áreas son fundamentales en términos de que determinan lo que la gente
encuentra placentero en el mundo y sirven para medir esas cosas en
comparación con las malas.”
Impactantemente, cada una de las personas en el grupo de marihuana,
incluyendo aquellos que sólo fumaban una vez a la semana, presentaba
anormalidades observables. En el núcleo accumbens y en la amígdala se
observaron cambios en las densidad, volumen y forma. Aquellos que
fumaban más tenían variaciones más significativas. ¿Qué sucederá después? Los co-autores
del estudio admiten que el tamaño de la muestra era
pequeño. Su
plan ahora es realizar un estudio más grande que no sólo observe las
anormalidades cerebrales, sino que también las relacione a los
resultados funcionales. Ese sería un paso importante en esta
ciencia, porque, en la actualidad, la investigación indica que el uso de
la marihuana podría causar alteraciones al cerebro, pero no está claro
lo que eso podría significar realmente para los usuarios y sus cerebros.
Pero por ahora, ellos apoyan sus resultados. “La gente piensa que un poco de marihuana no debería causar un
problema si alguien se está desempeñando bien en el trabajo o colegio,”
dijo Breiter. “Nuestra información confirma directamente que esto no
sería así.” http://www.accionpreferente.com/salud/cientificos-de-harvard-estudiaron-cerebros-de-fumadores-de-marihuana-y-los-resultados-no-son-buenos/
-VI-
Efectos del consumo de marihuana en
escolares sobre funciones cerebrales demostrados mediante pruebas
neuropsicológicas e imágenes de neuro-SPECT
RESUMEN
Estudio
comparativo basado en 565 escolares adolescentes pertenecientes a
cuatro colegios de Santiago, Chile. Fueron encuestados todos para
seleccionar una muestra estratificada por sexo, curso y condición de
consumidores o no consumidores, manteniendo constante las variables
coeficiente intelectual y nivel socioeconómico. Se conforman dos grupos:
40 consumidores exclusivos de marihuana y 40 no consumidores. Se
comparan los resultados obtenidos en ambos grupos en los Test
Neuropsicológios y del NeuroSPECT de consumidores con una base de datos
considerados normales para el mismo grupo etario.
Los
adolescentes consumidores de marihuana evidencian menores habilidades
cognitivas asociadas al proceso de aprendizaje, tales como atención,
concentración, jerarquización, integración visoespacial, retención
inmediata y memoria visual. Las diferencias entre ambos grupos son
estadísticamente significativas.
Los
hallazgos del NeuroSPECT muestran hipoperfusión subgenual bilateral,
más marcada en el hemisferio izquierdo (área 25 de Brodmann),
hipoperfusión frontal bilateral (areas 10 y 32 de Brodmann),
hipoperfusión del gyrus
cingulado anterior (área 24 de Brodmann) e hipoperfusión
del área 36 de Brodmann que proyecta sobre el hipocampo.
Los
estudiantes consumidores exclusivamente de marihuana muestran
compromiso coincidente en neuroimágenes y test neuropsicológicos en
áreas del cerebro relacionadas con el aprendizaje y se diferencian
significativamente de los no-consumidores en las pruebas
neuropsicológicas.
INTRODUCCIÓN
La
impresión social en Chile acerca de la inocuidad del consumo de
marihuana nos motivó a investigar su efecto sobre las funciones
cognitivas necesarias para el aprendizaje escolar, sobre todo por las
preocupantes estadísticas que muestran a este país como el de mayor
consumo de marihuana en escolares en América Latina, así como una
sostenida tendencia a disminuir la edad de inicio del consumo: se
evidencia un 15.6% de consumidores entre los 13 a 18 años de acuerdo con
el Informe Mundial sobre Drogas de 2010. El estudio
Nacional de Drogas en Población Escolar concluyó un aumento de 4.4
puntos porcentuales en los últimos dos años del consumo experimental de
marihuana entre los escolares de 8° básico a 4° medio, pasando de 15.6%
en 2009 a 19.1% en 2011. El mismo informe dice que la falta de
percepción de riesgo entre los estudiantes sobre el consumo frecuente de
marihuana (una o dos veces a la semana), aumentó 10.2 puntos
porcentuales, es decir, de 37.8% pasó a 48%. Estos datos son
coincidentes y vienen a corroborar los hallazgos de investigaciones
recientes, tales como la del estudio sobre marihuana y trastornos de
aprendizaje realizado en 2007, en el que la percepción de peligro
asociada al consumo era bajísima: en el grupo consumidor de marihuana
sólo el 7% desaprueba su consumo habitual, y en contraste el 74%
desaprueba el consumo de cigarrillos. Si consideramos que
la educación es el medio más efectivo para salir del círculo de la
pobreza y que el mayor consumo ocurre en el nivel socioeconómico bajo,
el hecho de consumir sin percepción de riesgo se torna más preocupante,
quedando el joven consumidor expuesto a una situación de una mayor
vulnerabilidad.
El Informe Mundial sobre Drogas de 2010 señala que la cannabis
continúa siendo la droga que más se produce a nivel mundial y la
sustancia ilícita de mayor consumo en casi todos los países del mundo.
En la actualidad, entre 130 y 190 millones de personas la fuman al menos
una vez por año. Aunque este nivel de consumo puede ser considerado
bajo, es importante recordar que el riesgo de adicción depende no sólo
de la cantidad, sino también de factores genético-sociales y de la edad
de inicio del consumo, además de la susceptibilidad personal.
Asimismo, las tendencias globales muestran que conforme mejora el nivel
de desarrollo económico de los países, aumenta el consumo de marihuana.
La
posibilidad de la despenalización del consumo ha puesto el tema de la
marihuana y de otras drogas ilícitas en el centro de la atención de los
medios. Sin embargo, en el debate faltan las consideraciones acerca de
los efectos de la marihuana en los segmentos más vulnerables de la
población, tales como los adolescentes escolares, que la consumen sin
que sean rotulados aún como consumidores habituales o adictos. Ellos,
por no caer en la categoría de "adictos", no son considerados en las
políticas de salud pública y, por lo tanto, no cuentan con apoyo social,
escolar, familiar o médico.
Varios
autores se han referido a las consecuencias negativas de la marihuana
en el aprendizaje y el rendimiento escolar, destacando que tanto los
efectos "agradables" o "desagradables", como el riesgo de adicción y
daño dependen de la susceptibilidad individual. Otros
daños reportados son los que afectan funciones propias de la corteza
prefrontal, como la capacidad de planificación, de trabajo con propósito
y control e inhibición de respuestas.
Un efecto adicional, en relación al
desempeño escolar, es el síndrome amotivacional o
disminución de la iniciativa personal. Este cuadro es
patognomónico del adolescente consumidor. Se caracteriza por
deterioro en la conducta, pérdida de energía y abulia con
importante limitación de las actividades habituales, lo que
tiene relación con su incapacidad para proyectarse y organizar
de manera eficiente el tiempo en pos de un determinado objetivo. Se
suma un estado de pasividad e indiferencia caracterizado por
disfunción generalizada de las capacidades sociales. El síndrome amotivacional
tiene efectos importantes dentro de lo que pudiera clasificarse como
factores afectivos en el desempeño escolar en su conjunto.
Mediante
neuroimágenes se han demostrado anormalidades de las estructuras, de
las funciones en situación de reposo o bajo estímulo, de receptores y
neurotransmisores en consumidores de sustancias ilícitas, incluida la
marihuana. En especial, con imágenes funcionales de
NeuroSPECT se demostró el efecto neurotóxico irreversible de la cocaína
con alteraciones multifocales del flujo sanguíneo cerebral, de
distribución desorganizada y que se asocian con anormalidades
funcionales cerebrales. Al utilizar en el análisis las
áreas de Brodmann es posible correlacionar los hallazgos imagenológicos
con el compromiso de las funciones correspondientes.
La cannabis
interviene indirectamente sobre la producción de dopamina e interactúa
con receptores específicos CB1, los que se expresan intensamente en el
hipocampo y en el cerebelo, lo que explica las implicancias de estas
áreas en las alteraciones funcionales asociadas al consumo de esta
droga.
Estudios
con técnicas de estimulación magnética transcraneana mostraron que
cuando falla el sistema prefrontal, los sujetos comienzan a tomar
decisiones destinadas a obtener gratificación inmediata, sin evaluación
de las consecuencias. Esto correspondería a conductas guiadas
preferentemente desde el sistema límbico. Los
adolescentes, por la inmadurez de los lóbulos prefrontales propia de la
edad, son más vulnerables a la hipofunción prefrontal causada por la
marihuana y así a la determinación de su conducta por el sistema
límbico, con las características antes señaladas.
El
Delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) modifica la captación y el
procesamiento de la información que realiza el hipocampo, crucial para
el aprendizaje, la memoria, la integración de las experiencias
sensoriales y de las motivaciones. El THC es una
molécula lipofílica que atraviesa con facilidad las barreras
hematoencefálica y placentaria. Por esta afinidad a los lípidos se
acumula en la grasa corporal, desde donde se libera paulatinamente
provocando una prolongación de los efectos. Por eso, tras el consumo de
un cigarrillo de marihuana, es posible detectar la presencia de
metabolitos en la orina durante una semana. En consumidores crónicos, la
orina puede ser positiva para THC hasta más de un mes después de
suspender el consumo.
El efecto de la droga sobre las funciones cognitivas persiste, en el
consumidor, aun después de una abstinencia de varios días.
Nuestro
objetivo fue evaluar los efectos sobre la función cerebral del consumo
exclusivo de marihuana, excluyendo policonsumo, en adolescentes
escolares no rotulados como adictos, mediante pruebas neuropsicológicas e
imágenes cerebrales funcionales de NeuroSPECT.
METODOLOGÍA... ... ...
CONCLUSIONES
Se
encuentra una asociación entre el consumo de marihuana en adolescentes y
efectos nocivos sobre el funcionamiento cerebral, en especial en
funciones cognitivas involucradas en el aprendizaje: memoria, atención,
concentración y efectos negativos en cuanto a estilo de trabajo,
precisión, organización del material, estrategias de ejecución y formas
de abordaje de la tarea. La importancia, para los escolares, de la
memoria verbal inmediata es clara: en la sala de clases la mayor parte
de los conocimientos se entrega en forma oral. Al no contar con una
adecuada memoria de trabajo, se dificulta el procesamiento de la
información recibida por esta vía. A su vez, el número de errores que
los jóvenes consumidores cometen en tareas que involucran atención y
concentración, sumadas a deficiencias en las estrategias de trabajo,
constituye un importante factor vinculado a sus problemas de rendimiento
y fracaso escolar.
Dicha
asociación se evidencia a través de las diferencias observadas en los
resultados de las pruebas de evaluación neuropsicológica entre alumnos
consumidores y no consumidores de marihuana. Los alumnos consumidores
obtienen resultados comparativamente inferiores en todas las pruebas,
con diferencias estadísticamente significativas. Esto permite establecer
una clara asociación entre el con-sumo y la disminución significativa
de puntajes obtenidos en las funciones cognitivas evaluadas, tanto en
relación a lo esperado como a los resultados del grupo de pares no
consumidores.
Mediante
el NeuroSPECT se concluye que la marihuana produce, en la corteza
cerebral, alteraciones funcionales multifocales. Se compromete
especialmente la cognición por hipoperfusión en la proyección del hipocampo (área 36 de Brodmann), el control del ánimo por compromiso del área 25 de Brodmann en el hemisferio izquierdo y la función ejecutiva
con anormalidad frontal en área 10 y 11 de Brodmann bilateral. Hay que
destacar que la corteza frontal participa en la gama de conductas
humanas relacionadas con la dimensión ética, función que también
incidiría en el trabajo y la conducta social de los escolares que
consumen marihuana.9
Llama
la atención que, a diferencia de estudios efectuados en consumidores de
cocaína, en los consumidores jóvenes de marihuana se observa un aumento
focal de la función frontal en las áreas 9, 10 y 46 de Brodmann y en el
cingulado posterior, que son segmentos del circuito cognitivo, y en el
área 23 de Brodmann que es un área de comunicación interhemisférica.
También se observan alteraciones funcionales en forma de hipofunción
multifocal de distribución desorganizada en fumadores de marihuana,
aunque de menor significado estadístico (menor severidad) que en los
consumidores de cocaína.
Estos
hallazgos nos permiten plantear la presencia de neurotoxicidad en los
consumidores de marihuana ya que, al comparar sus resultados con una
base de datos normativa para personas del mismo grupo etario, ninguno de
los estudios de NeuroSPECT de los jóvenes consumidores fue normal. Cabe
agregar que los jóvenes reportaron haberla consumido la misma semana
del examen del NeuroSPECT.
Todo
esto incide en que las expectativas de cursar estudios superiores
universitarios en el grupo de consumidores son significativamente más
bajas, con un 21%, comparado con un 43% para los no consumidores, de
acuerdo a lo ya reportado por Dörr et al.
Los
resultados de las pruebas de neuroimagen, que muestran efectos en áreas
del cerebro relacionadas con el aprendizaje, son altamente coincidentes
con los puntajes obtenidos por los mismos sujetos en las pruebas
neuropsicológicas, lo que agrega evidencia a los efectos negativos del
consumo de marihuana en el aprendizaje, tema central de este estudio.
Especialmente importante es el hecho de que estos resultados
corresponden a adolescentes que no han sido diagnosticados ni rotulados
como adictos y que por lo tanto no constituyen aún un problema de salud
pública, ni son percibidos como adolescentes en riesgo social. Sin
embargo, estos jóvenes provienen de poblaciones socialmente vulnerables
asociadas a la pobreza, lo cual agrava las consecuencias o efectos que
puede tener para ellos el fracaso escolar ligado al consumo habitual de
marihuana, pensando que la educación debería ser el medio que les
permita una mayor movilidad social.
La no percepción de riesgo en el consumo, el fácil acceso a la cannabis,
el incuestionable efecto nocivo sobre las funciones cognitivas
involucradas en el aprendizaje y el desempeño escolar, el aumento del
número de mujeres adolescentes consumidoras, la evidencia reunida sobre
la cannabis como inductora o facilitadora del uso de otras
sustancias y la disminución de la edad de inicio del consumo,
constituyen un problema para las políticas de salud pública, que
compromete a la escuela, a los adolescentes y a sus familias. En
relación a este desafío, se constata nuevamente la deuda de las
instituciones, en especial de la familia y de la escuela, en el sentido
de que los adolescentes consumidores no perciben conciencia de riesgo
por parte de sus padres o de sus profesores, ni control social sobre el
consumo.
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252013000500003
-VII-
¿Cómo afecta el uso de marihuana el rendimiento en la escuela, el trabajo y la vida social? Investigaciones científicas han demostrado que los
efectos negativos de la marihuana en la atención, la memoria y el
aprendizaje pueden durar días o semanas después de que los efectos
agudos de la droga han pasado, dependiendo del historial de uso de
drogas que la persona tenga.Consecuentemente,
alguien que fuma marihuana a diario puede estar funcionando a un nivel
intelectual más bajo la mayoría o todo el tiempo. Existe una cantidad
considerable de evidencia científica indicando que los estudiantes que
fuman marihuana tienen resultados académicos más bajos que los
estudiantes que no fuman. Por ejemplo, en un análisis de los resultados
de 48 estudios relevantes, se encontró que el uso de marihuana está
vinculado con logros académicos más bajos (por ejemplo, una probabilidad
más baja de graduarse).Un
análisis reciente en el que se usó datos de tres estudios a gran escala
en Australia y Nueva Zelandia encontraron que los adolescentes que
usaron marihuana frecuentemente eran significativamente menos propensos
que sus compañeros a graduarse o a obtener un título. Esos estudiantes
también tenían una probabilidad más alta de desarrollar una dependencia a
la droga más tarde en sus vidas, a usar otras drogas y a tratar de
suicidarse.Varios
estudios también han conectado el uso empedernido de marihuana con un
ingreso económico anual más bajo, una dependencia más alta de recursos
sociales, desempleo, un comportamiento criminal y menos satisfacción con
sus vidas. Todavía no se puede determinar categóricamente, hasta
qué punto el uso de marihuana tiene una relación causal directa en estas
asociaciones, por lo que se requieren más investigaciones. Es posible
que otros factores independientes creen una disposición en las personas a
usar marihuana y a varios resultados negativos en sus vidas tales como
dejar la escuela y no graduarse.Dicho
esto, también es verdad que las personas mismas que han usado marihuana
son las que han reportado percibir una influencia de su uso de
marihuana en ciertos resultados negativos relacionados con la
satisfacción con sus vidas y medidas de sus logros. En un estudio, por
ejemplo, se comparó personas que usaban marihuana actualmente y que
habían fumado por un largo tiempo con un grupo de control que habían
fumado marihuana por lo menos una vez en sus vidas pero no más de 50
veces en total.Todos
los participantes tenían una historia de educación e ingreso similar,
pero se encontraron diferencias significativas en sus logros
educacionales: Entre los que usaban cannabis en forma empedernida, eran
menos los que se habían graduado de la universidad y más los que tenían
un ingreso menor que 30.000 dólares estadounidenses. Al
preguntarles cómo ha afectado la marihuana sus habilidades cognitivas,
logros académicos, vida social y su salud mental y física, la mayoría de
los que usaban marihuana empedernidamente reportaron efectos negativos
en cada una de estas áreas de sus vidas.
Hay estudios que también sugieren que existe una conexión
directa entre el uso de marihuana y consecuencias desfavorables en el
trabajo, tales como un riesgo más alto de sufrir lesiones y accidentes.En
un estudio realizado entre trabajadores del servicio postal, se
descubrió que los empleados con resultados positivos de marihuana en un
examen de orina para detectar drogas, tenían un 55 por ciento más alto
de accidentes industriales, 85 por ciento más alto en lesiones y un 75
por ciento más alto en ausencias al trabajo que aquellos que habían
tenido un resultado negativo en el examen. https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/la-marihuana/cuales-son-los-efectos-de-la-marihuana-en-el-rendimiento-escolar-en-el-
-VIII-
¿Puede el consumo de marihuana llevar al uso de otras drogas?
Las
ratas de laboratorio que han sido expuestas a cannabinoides durante la
adolescencia muestran más tarde en la edad adulta una disminución en la
respuesta a la dopamina en el centro de gratificación del cerebro.En
la medida que esto se puede generalizar a los humanos, estos hallazgos
podrían ayudar a explicar los descubrimientos que se han reportado en la
mayoría de estudios epidemiológicos indicando que el uso de marihuana a
una temprana edad incrementa la propensión a usar drogas y a
desarrollar una adicción a otras sustancias más tarde en sus vidas.Esto
también es consistente con experimentos en animales que han demostrado
la habilidad que tiene el THC de "preparar" el cerebro a tener una
respuesta exagerada a otras drogas.Por
ejemplo, las ratas a las que se les ha administrado THC muestran una
respuesta más exagerada en su comportamiento, no solo cuando vuelven a
estar expuestas al THC sino también cuando son expuestas a otras drogas
como la morfina—un fenómeno llamado sensibilización cruzada.
Estos descubrimientos son consistentes con la idea de que la
marihuana puede ser "una puerta de entrada" a el uso de otras drogas.
Cabe recalcar, sin embargo, que la mayoría de las personas que usan
marihuana no terminan usando otras sustancias "más potentes". Asimismo,
la sensibilización cruzada no es un fenómeno únicamente relacionado con
la marihuana. El alcohol y la nicotina también disponen al cerebro a
tener una respuesta más aguda a otras drogasy
son también, como la marihuana, típicamente usadas antes
que una persona progrese a usar otras sustancias más
peligrosas.
También es importante destacar que otros factores aparte de los
mecanismos biológicos, como el ambiente social que rodea a una persona,
también son factores críticos en el riesgo de que una persona use
drogas. Una alternativa a la hipótesis de que existen drogas que son una
"una puerta de entrada" al uso de otras drogas, es que las personas que
son más vulnerables a usar drogas son simplemente más propensas a
empezar a usar sustancias que están fácilmente a su alcance como la
marihuana, el tabaco o el alcohol, y sus interacciones sociales
subsecuentes con otras personas que usan drogas incrementa la
posibilidad de probar otras drogas. Es necesario realizar más
investigaciones para explorar esta cuestión. https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/la-marihuana/puede-el-consumo-de-marihuana-llevar-al-uso-de-otras-drogas
-IX-
SENDA Chile y Marihuana
Qué es Senda Chile: Es el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) es la entidad del Gobierno de Chile
responsable de elaborar las políticas de prevención del consumo de
drogas y alcohol, así como de tratamiento, rehabilitación e integración
social de las personas afectadas por estas... Nombre científico: Cannabis Sativa. Nombre popular: marihuana, yerba, macoña, ganya, pito, cuete, caño, porro, huiro. Clasificación: Depresor Forma de consumo: La marihuana generalmente se fuma, en
cigarrillos hechos a mano o en pipas especialmente diseñadas (a veces
con cañas largas o pequeños depósitos de agua para enfriar el humo, que
suele alcanzar altas temperaturas). También se come (en queques o
galletas).
El “hachís” es la resina de cannabis desecada y se fuma mezclado con tabaco.
Efectos en el organismo:
Los efectos son de rápida aparición y varían según la dosis, el tipo
de cannabis y el estado anímico y físico del individuo que la consuma.
Efectos inmediatos: Dosis bajas
Inicialmente pueden producir sensaciones placenteras de calma y
bienestar, aumento del apetito, euforia, desinhibición, pérdida de
concentración, disminución de los reflejos, ganas de hablar y reír,
enrojecimiento de los ojos, aceleración del ritmo cardiaco, sequedad en
la boca y garganta, dificultad para ejecutar procesos mentales complejos
(rendir un examen, por ejemplo), alteraciones de la percepción temporal
y sensorial, y puede disminuir la memoria a corto plazo. A ello le
sigue una segunda fase de depresión y somnolencia. Dosis elevadas
Puede provocar confusión, letargo, excitación, ansiedad, percepción
alterada de la realidad y, de manera más inusual, estados de pánico y
alucinaciones. Efectos a largo plazo:
Destaca el “síndrome amotivacional”
(disminución de la iniciativa personal), unido a una frecuente
baja de la capacidad de concentración y memorización.
La estructura química del cannabis es muy compleja y no se conocen
aún las secuelas producidas por todos sus componentes. Sí se puede
afirmar que los fumadores de marihuana o hachís inhalan profundamente el
humo sin filtrar y lo retienen en los pulmones tanto tiempo como
pueden, siendo más nociva para el sistema respiratorio que el tabaco. Su
uso también se ha asociado a la aparición de enfermedades como
sinusitis y bronquitis.
Asimismo puede causar alteraciones en los sistemas reproductores
masculino y femenino (infertilidad, por ejemplo) e inmunológico. Como el
compuesto activo de la marihuana (tetrahidrocannabinol) atraviesa la
barrera placentaria y mamaria, su consumo supone un riesgo para el feto
tanto durante el embarazo como en la lactancia.
Puede generar tolerancia y dependencia, con el consecuente síndrome
de abstinencia en caso de que se suspenda bruscamente el uso de la
droga. Esto deviene en ansiedad, insomnio, irritabilidad, depresión y
anorexia, entre otros síntomas.
Ritmo cardiaco y presión sanguínea:
Puede producir aumento temporal de la frecuencia cardiaca según la dosis
usada. El consumo de cannabis puede ser peligroso para aquellos que
padecen hipertensión, enfermedades cerebrovasculares y arteriosclerosis
coronaria.
Congestión conjuntiva:
Con la ingestión e inhalación de cannabis se produce un enrojecimiento
de los ojos debido a la dilatación de los vasos sanguíneos del globo
ocular.
Desempeño sicomotor:
Puede producir temblores e inestabilidad si el fumador se encuentra de
pie. Dificulta el desempeño ante tareas complejas. El consumidor de
cannabis tiene incapacidad de prestar atención constante y de asimilar
complejos procesos de información. Se dificulta el manejo de
automóviles, pilotaje de aviones y la operación de otras máquinas. Estas
deficiencias pueden durar hasta 10 horas después de iniciados los
efectos del cannabis.
Efectos respiratorios:
El cannabis, ya sea como marihuana o hachís, contiene tanto alquitrán
como el tabaco. Los fumadores de cannabis desarrollan una menor
capacidad de difusión pulmonar y un flujo expiratorio forzado (botan el
aire de los pulmones con dificultad), puesto que inhalan muy
profundamente, retienen el humo en sus pulmones por un período más largo
de tiempo y fuman el cigarrillo completo. Además, el humo no es
filtrado.
Su uso crónico está relacionado con la aparición de bronquitis, asma y
sinusitis. Asimismo, hay evidencia de que el humo del cannabis y sus
residuos contienen sustancias carcinógenas relacionadas con cambios
celulares malignos en el tejido pulmonar.
Efectos sicológicos:
Esta droga actúa sobre la corteza cerebral, principalmente en las áreas
que controlan la movilidad de los miembros, órganos sensoriales y el
comportamiento.
Entre los tipos específicos de desempeño sicológico que se afectan
por su consumo, se incluyen la sustitución de dígito-símbolos (cambio de
significados del entorno), unión de dígitos, sustracción serial
(incapacidad de seguir una secuencia lógica), comprensión de lectura y
aumento de la percepción del tiempo. Mientras más compleja, menos
familiar y más difícil sea la tarea, peor será el desempeño.
También se altera la
percepción de la visión, el sonido y el tacto; afecta el
estado de ánimo y la interacción social.
Estudios demuestran que el consumo crónico de la droga parece
correlacionarse con una sicopatología manifiesta. Los que abusan del
cannabis son psicológicamente similares a los que abusan de otras
drogas.
En estudios con consumidores regulares de cannabis, éstos han
manifestado desajustes en el trabajo y una incapacidad autorreconocida
para enfrentar nuevos problemas. Además, se observó en ellos mayor
hostilidad hacia sus pares, más casos de depresión y un grado mayor de
ansiedad que los consumidores casuales.
Riesgos:
Está constatada la potencialidad del cannabis como un gatillador de
sicosis y cuadros de delirios y alucinaciones en personas en riesgo. No
todo usuario de cannabis experimentará necesariamente con otras
sustancias más peligrosas, pero el riesgo existe.
Además, está el peligro de condicionar o limitar las posibilidades de
vivir libre y autónomamente el desarrollo personal en los adolescentes.
También crea una dependencia sicológica: el usuario apetece la droga
por sus efectos.
Existen pocas posibilidades de sobredosis mortal por cannabis. http://www.senda.gob.cl/prevencion/informacion-sobre-drogas/marihuana/
-X-
Tratamientos disponibles para los trastornos por consumo de marihuana
La
adicción a la marihuana parece ser muy similar a otros trastornos de uso
de sustancias, aunque los resultados clínicos a largo plazo pueden ser
menos graves. En promedio, los adultos que buscan tratamiento para algún
trastorno relacionado con el uso de marihuana, han usado marihuana casi
a diario por más de diez años y han intentado dejarla más de seis
veces.Las
personas con un trastorno por uso de marihuana, especialmente los
adolescentes, usualmente sufren también de otros trastornos psiquiátricos (comorbilidad).También
pueden tener un problema de abuso o adicción a otras sustancias, como a
la cocaína o el alcohol. Hay estudios que indican que tratar de una
forma eficaz el trastorno de salud mental con tratamientos
estandarizados incluyendo medicamentos y terapias de comportamiento,
puede ayudar a reducir el uso de marihuana, especialmente entre las
personas que usan la droga empedernidamente y aquellos que sufren de
otros trastornos mentales crónicos. Los siguientes tratamientos de
comportamiento han mostrado ser prometedores:
Terapia cognitiva-conductual: un tipo de psicoterapia que
le enseña a las personas estrategias para identificar y corregir
comportamientos problemáticos con el fin de mejorar el control personal,
parar el uso de la droga y corregir otros problemas que usualmente
ocurren a la vez con estos.
Técnicas de manejo de contingencias: Una alternativa de
tratamiento de manejo basada en el monitoreo frecuente del
comportamiento que se busca cambiar y remover los factores positivos que
se dan cuando el comportamiento ocurre (o cuando no).
Terapia de estímulo de la motivación: un tipo de
intervención sistemática diseñada para un cambio rápido en la motivación
personal; la terapia no pretende tratar a la persona en sí, sino en vez
moviliza sus propios recursos internos para cambiar y participar en
tratamiento.
Actualmente, no hay medicamentos disponibles para tratar el
consumo de marihuana, pero se están realizando investigaciones en este
campo. Como uno de los problemas más prominentes en la abstinencia a la
marihuana es la dificultad al dormir, algunos estudios están examinando
la efectividad de ciertos medicamentos que ayudan con el sueño. Entre
los medicamentos que han mostrado ser efectivos en estudios anteriores o
ensayos clínicos pequeños, están el medicamento para ayudar a dormir
zolpidem (Ambien®), un medicamento para la ansiedad y el estrés llamado buspirone (BuSpar®) y una medicina antiepiléptica llamada gabapentin (Horizant®, Neurontin®)
que pueden mejorar el sueño y posiblemente las funciones ejecutivas.
Otros agentes que están siendo analizados en el momento incluyen el
suplemento nutricional N-acetil-cisteína y las sustancias químicas
llamadas inhibidores FAAH, que pueden reducir el tiempo de abstinencia
al inhibir la separación de los cannabinoides del cuerpo. Los pasos a
seguir incluyen el estudio de sustancias llamadas moduladores alostéricos que interactúan con los receptores de cannabinoides para inhibir los efectos gratificantes del THC.https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/la-marihuana/los-tratamientos-disponibles-para-los-trastornos-por-consumo-de-marihua
-XI-
El poco explorado daño cerebral que produce la marihuana en adolescentes
06 de Noviembre 2016 Diario Concepción Chile aparece con el mayor
consumo de marihuana en escolares en América Latina, con una sostenida
tendencia a disminuir la edad de inicio del consumo. A nivel general, en
4 años aumentó en 145%. Fernando Escobar Muñoz Profesor Emérito UdeC
Se ha instalado una discusión sobre el uso libre de determinadas
drogas psicotrópicas con fines recreativos, en el ámbito de las
libertades individuales, la iniciativa de despenalizar el uso de la
marihuana es altamente controversial, ante la existencia de información
que hace un llamado de alarma sobre los efectos inmediatos y mediatos de
esta droga, como así mismo su potenciales de daño, en particular en la
población infantil y adolescente.
Paradojalmente se han impulsado con mucha fuerza, medidas para
limitar el consumo excesivo de sal y azúcar, entre otros, cuyos efectos,
si bien importantes, no tienen el impacto directo que el consumo de
marihuana podría tener en niños y adolescentes. El propósito de este
artículo es entregar mayor información para facilitar una discusión
racional con base en evidencia.
¿Qué es la marihuana? La marihuana es una mezcla de hojas trituradas, tallos, semillas y
flores secas del cáñamo—la planta Cannabis sativa- por lo general se
fuma, aunque también, muy minoritariamente, es usada como té, o mezclada
con alimentos como bizcochos, galletas o dulces, en particular cuando
es vendida o consumida para uso medicinal.
Pocos minutos después de haber inhalado humo de marihuana, el ritmo
cardiaco de la persona se acelera, el pasaje respiratorio se relaja y se
dilata y los vasos sanguíneos de los ojos se expanden, haciendo que los
ojos se vean enrojecidos. El ritmo cardiaco—normalmente entre 70 a 80
palpitaciones por minuto—puede incrementar entre 20 y 50 palpitaciones
más por minuto o hasta puede duplicarse en algunos casos. Usar otras
drogas en combinación con marihuana puede amplificar este efecto.
(National Institutes of health. National Institute of Drug Abuse EE.UU.
2015)
La sustancia química psicoactiva (que altera la mente) principal en
la marihuana, responsable por los efectos embriagadores que buscan
aquellos que la usan de una forma recreacional, es el
delta-9-tetrahydrocannabinol (THC). Esta sustancia química se encuentra
en una resina preparada a base de las hojas y los tallos de la planta
femenina del cannabis. La planta también tiene más de 500 químicos
aparte de este, incluyendo más de 100 compuestos químicamente
relacionados al THC, llamados cannabinoides.
La potencia de la marihuana ha ido aumentando consistentemente en las
últimas décadas, a comienzos de los años noventa el promedio de THC era
de 3.7% y un 7.5% en la sin semilla, una variedad de plantas femeninas
cultivadas al efecto. En 2013 era de 9.6% y 16% en esta última,
existiendo técnicas para hacer extractos con contenidos de 50 o más por
ciento de THC.
La falacia del consumo inofensivo La impresión social creciente en Chile de la inocuidad del consumo de
marihuana y el impulso desde determinados grupos de opinión, asociando
esta libertad del consumo como una muestra de conducta aperturista y de
avanzada, propia de una democracia sin falsos prejuicios, donde priman
los derechos individuales, debe ser sometida a juicio crítico e
informado.
No es un asunto que pueda ser resuelto por la fuerza de las opiniones
sino sobre los datos duros y replicables de la evidencia científica, no
se trata de un artículo de fe.
Consumo de marihuana en jóvenes
Para poner el problema en el debido contexto, las estadísticas
muestran a Chile como el de mayor consumo de marihuana en escolares en
América Latina, además de mostrar, sin duda alguna, una sostenida
tendencia a disminuir la edad de inicio del consumo. El estudio Nacional
de Drogas en Población Escolar concluyó un aumento de 4.4 puntos
porcentuales en los últimos dos años del consumo experimental de
marihuana entre los escolares de 8° básico a 4° medio, pasando de 15.6%
en 2009 a 19.1% en 2011.
El Estudio Nacional de Drogas de Senda indicó que entre 2010 y 2014
el uso de marihuana pasó de 4,6% a 11,3%: en cuatro años el aumento fue
de 145%. Uno de cada diez chilenos consumió marihuana durante el último
año. Según el XI Estudio Nacional de Drogas en Población General el uso
de cannabis pasó de 7,1% en 2012 a 11,4% en 2014, siendo la primera vez
que el empleo de este estupefaciente alcanza los dos dígitos desde que
el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de
Drogas y Alcohol (Senda) realizó por primera vez este informe en 1994.
El mismo informe atribuye a la falta de percepción de riesgo entre
los estudiantes el aumento del consumo frecuente de 37.8% a 48%. No es
realidad de extrañar, cuando los organismos oficiales encargado de la
salud o de las políticas al respecto, se muestran indiferentes o
mantienen al respecto un cauteloso silencio, para no aparecer como
reaccionarios y obsoletos y, dado lo anterior, que los jóvenes tengan al
respecto una bajísima percepción de peligro asociado al consumo.
Efectos del consumo de marihuana en el cerebro . La áreas con función
disminuida, según la tecnología NeuroSPECT, de un escolar consumidor de
marihuana exclusivamente. Se observa en colores fríos (azul, verde) las
áreas que se encuentran en hipofunción, es decir de dos a cuatro
desviaciones estándar por debajo del funcionamiento normal, concentradas
especialmente en el lóbulo temporal, de parecido modo en la corteza
frontal.
A mayor aumento, puede observarse el efecto de hipofunción en la
corteza cerebral pre-frontal, cuyas numerosas funciones como se muestra
en diagrama adjunto, pueden verse disminuidas o distorsionadas.
Interferencia con el desarrollo neurológico de niños y adolescentes
Es particularmente relevante el conocimiento que actualmente se tiene
sobre el desarrollo neurológico del niño y el adolescente para
comprender por qué esta conducta puede tener efectos altamente lesivos,
muy especialmente el estado de desarrollo de las conexiones con el
lóbulo frontal y la síntesis de neurotransmisores en esa época de la
vida.
En los adolescentes, la inmadurez del lóbulo frontal les hace más
vulnerables a fallos en el proceso cognitivo de planificación y
formulación de estrategias, que requiere de una memoria de trabajo que
no está completamente desarrollada en la adolescencia.
Las facultades mentales que dependen del lóbulo frontal son la
capacidad para controlar los impulsos instintivos, la toma de
decisiones, la planificación y anticipación del futuro, el control
atencional, la capacidad para realizar varias tareas a la vez, la
organización temporal de la conducta, el sentido de la responsabilidad
hacia sí mismo y los demás o la capacidad empática. Si el consumo de
marihuana interfiere con el funcionamiento de esta área del cerebro o
compite con la formación de elementos moleculares de trasmisión, las
consecuencias son fáciles de derivar.
Efectos adversos de la marihuana
a) Efectos adversos del uso a corto plazo como a largo plazo o un uso intensivo.
– Deterioro de la memoria a corto plazo, por lo que es difícil de aprender y retener información.
– Deterioro de la coordinación motora, lo que interfiere con las
habilidades de conducción y aumentando el riesgo de lesiones. Alteración
del juicio, lo que aumenta el riesgo de comportamientos sexuales que
facilitan la transmisión de enfermedades de transmisión sexual. En dosis
altas, paranoia y psicosis.
b) Efectos de largo plazo o el uso frecuente y prolongado.
– Adicción (en aproximadamente el 9% de los usuarios en general, el
17% de los que comienzan su uso en la adolescencia, y de 25 a 50% de los
que son usuarios diarios) *
– Desarrollo cerebral alterado.*
– Rendimiento escolar pobre, con una mayor probabilidad de abandonar la escuela.*
– Deterioro cognitivo,
con un menor coeficiente intelectual entre los que eran usuarios
frecuentes durante la adolescencia.*
– Satisfacción disminuida en la vida y el rendimiento (determinado
sobre la base de las medidas subjetivas y objetivas en comparación con
tales calificaciones en la población general).*
– Síntomas de bronquitis crónica.
– Aumento del riesgo de trastornos de psicosis crónicas (incluyendo
esquizofrenia) en personas con una predisposición a dichos trastornos.
*El efecto está fuertemente asociado con el consumo de marihuana inicial a principios de la adolescencia. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252013000500003
-XII-
“La marihuana es un potencial generador de enfermedades mentales” 19/04/2016
El psiquiatra palmero Félix González, presidente de la Asociación
Canaria de Neuropsiquiatría y Salud Mental (ACN), ha asistido a las
XVIII Jornadas Nacionales de Patología Dual celebradas en Madrid. “Los
resultados de la investigación han venido echando por tierra las teorías
de la inocuidad del cannabis”, asegura.
El psiquiatra palmero Félix
González, presidente de la Asociación Canaria de Neurosiquiatría y Salud
Mental (ACN), ha asistido a las XVIII Jornadas Nacionales de Patología
Dual, celebradas la semana pasada en Madrid, que organizan la Sociedad
Española de Patología Dual (SEPD) y la Fundación Patología Dual, con el
apoyo del National Institute on Drug Abuse (NIDA) de Estado Unidos. Este
especialista aboga por “modificar la actitud frente al problema de las
drogas; hay que erradicar el estigma de ‘vicio’ y cambiar a políticas
que posibiliten un abordaje como problema de salud”, ha asegurado en una
entrevista con La Palma Ahora. -¿Qué valoración hace de las XVIII Jornadas Nacionales de Patología Dual?
-Se hicieron aportaciones muy interesantes y novedosas,
siguiendo un amplio programa que duró tres días, con conferencias
simultáneas de conocidos líderes de opinión, simposios, encuentros con
expertos, talleres, posters, comunicaciones orales y sesiones
participativas e interactivas. Tuvimos también la oportunidad de
debatir, con expertos de gran prestigio, sobre la estrecha relación de
las adiciones y las enfermedades mentales. -¿ Qué es la ‘patología dual’?
-‘Patología dual’ es la denominación que se le da, en el campo de la
salud mental, a aquellas personas que sufren de forma simultánea o a lo
largo de su vida, una adicción y otro trastorno mental. Las adicciones
pueden ser las que se conocen como comportamentales, por ejemplo, el
juego patológico, Internet o la adicción a sustancias. -¿Cuándo habla de adicciones a sustancias, a qué sustancias se refiere?
-Pues, por una parte, a las sustancias integradas en nuestra cultura,
como son la cafeína, el tabaco, el alcohol o también a medicamentos
ansiolíticos, analgésicos o algunos estimulantes. Son las llamadas
legales. Y por otra, a aquellas no permitidas por la ley y peor vistas
por la sociedad, como el cannabis, la cocaína, anfetaminas y las de la
familia del opio. -¿Cuáles son las enfermedades mentales más relacionadas con las adicciones?
-Los problemas de ansiedad, del estado de ánimo, trastornos del
espectro de la esquizofrenia y la psicosis, Trastorno por Déficit
Atención e Hiperactividad (el llamado TDAH), y también los rasgos y
trastornos de personalidad, que dicho de otra manera son personas con
caracteres que podríamos definir como ‘difíciles’. -¿Qué desatacaría de los temas abordados en las jornadas?
-Se habló mucho de los efectos perjudiciales sobre la salud mental y
física del cannabis o marihuana. Se está investigando bastante sobre
esta sustancia. En la comunidad científica hay una creciente
preocupación por los hallazgos sobre su potencial como generador de
enfermedades mentales. ¿A qué enfermedades mentales y físicas se refiere?
-Problemas con la memoria, depresión, esquizofrenia, dificultades con
la coordinación de los movimientos. Por ejemplo, se sabe que nuestro
cerebro cuenta con un sistema que se llama encocanabinoide. Su función
es similar a la que realizan los derivados de la marihuana. Las que se
producen en nuestro cerebro son una proteína que, entre otras cosas,
sirven para borrar los recuerdos negativos. A ello se deben sus efectos
sobre la memoria. Con el paso del tiempo no recordamos los hechos tal y
como ocurrieron. De nuestra conciencia se van desvaneciendo los
acontecimientos negativos. Por eso cuando contamos una historia sobre
algo que nos ocurrió lo hacemos evocando lo mejor, lo más gracioso. Lo
traumático pierde intensidad. Esta autorregulación es necesaria para
mantener un estado emocional adecuado. Si no probablemente sería
insufrible la vida. Es como aquello que se dice sobre que si una mujer
recordara el grado del dolor del parto con la intensidad que lo vivió,
nunca más se quedaría embarazada. De este borrado se encargan los
cananbinoides de los que hablamos. Y estos cananbinoides están presentes
en la marihuana. Si nosotros usamos cannabis exógenos, es decir la
marihuana o sus derivados, estamos forzando artificialmente el
mecanismo de olvidar, agrediendo nuestra memoria. Este daño neuronal se
agrava más cuanto mayor es la concentración del tóxico, como por
ejemplo lo que ocurre con el llamado ‘chocolate’. Y peor aún con el
aceite de hachís que puede llegar a un 90% del principio activo. Y por
si fuera poco hay derivados sintéticos de cuya concentración exacta poco
se conoce. Y estos, se consiguen en la calle sin garantía alguna de su
pureza, procedencia ni de su composición. Probablemente las personas
que compran y consumen estos productos nunca les daría a sus mascotas
algo con este potencial de riego para la salud. El cannabis interacciona
además seriamente con el alcohol. Pero no es que solo duplique los
efectos de este, sino que los multiplica, sobre todo entorpeciendo los
movimientos. Un efecto que puede ser especialmente peligroso si se
conduce. Además, todo lo que afecta al cerebro afecta en mayor o menor
medida a nuestra mente. Y aquí también tenemos un problema. Se conoce la
relación del cannabis con la esquizofrenia. Hasta ahora se advertía de
que su uso podía desencadenar episodios de psicosis, es decir, pérdida
de control, delirios, agitación... Pues bien, Lancet (una prestigiosa
publicación médica) ha informado de la evidente relación entre el
consumo de cannabis y la aparición de esquizofrenia en las personas
que lo consumen. Hay datos concretos, cuyo detalle quizá exceden el
marco de esta entrevista, en cuanto a la relación entre frecuencia del
consumo y la aparición de un trastorno mental grave, que una vez
desencadenado puede ser de por vida. -¿Podría aportar algún dato?
-Sí. Por ejemplo, un único uso de cannabis aumenta hasta un 40% las
probabilidades de padecer una psicosis. Se sabe, además, que el consumo
de cannabis está relacionado con que la esquizofrenia debuta a edades
más tempranas. Cuanto más joven se inicia la enfermedad peor es su
pronóstico. Si, además, el cannabis se consume junto a los psicofármacos
que se toman como tratamiento, los efectos secundarios de estos se
incrementan y la respuesta es peor. Entonces, se confirma que los ‘porros’ afectan al cerebro. ¿Y a los pulmones?
-Sí, claro. La vía de absorción es la respiratoria. Normalmente, para
la absorción se requiere una inspiración profunda. Y los ‘porros’,
además, contienen mezcla de tabaco. Para agravar el asunto, el cannabis
tiene un efecto broncodilatador. Aire caliente, hachís más tabaco con
todos sus más de cuatro mil componentes químicos. Ingredientes que se
encuentran al final un bronquio dilatado como puerta de entrada a la
sangre y por tanto nos expone a más toxicidad. Una combinación muy
agresiva. ¿Y por qué el ‘porro’ se considera poco menos que inofensivo?
-Hasta hace poco se ha mantenido esta teoría de atribuirle efectos,
incluso, beneficiosos. Creo que hasta los médicos hemos contribuido a
consolidar el cannabis como ‘droga menor’. Pero los resultados de la
investigación han venido echando por tierra las teorías de la inocuidad
de esta droga. Es más, actualmente se admite que el uso crónico de
cannabis produce inflamación cerebral, lo que supone una agresión para
las neuronas. Y como consecuencia, a largo plazo, problemas en la
psicomotricidad. -Se ha hablado incluso de su uso medicinal.
-Sí. Se está tratando de establecer su utilidad en algunas situaciones
como son la enfermedad de Parkinson, la Corea, el dolor y las náuseas
para los pacientes que se tiene que tratar con fármacos que las
producen. Y también en una enfermedad congénita que se llama Síndrome X
frágil. Pero esto siempre evaluando la relación beneficio-riesgo. Es
decir, los potenciales efectos beneficiosos frente a los efectos
secundarios tendrían que justificar su uso. -¿Tan preocupada está la ciencia por este asunto?
-Sí, porque se ha adelantado mucho en la investigación al respecto de
los efectos de las drogas. Y los resultados son alarmantes. Los
profesionales que tenemos a nuestro alcance toda esta información,
tenemos la obligación ética de darla a conocer. La gente debe estar
informada de los avances, que se deben transmitir de una forma
comprensible. Siempre tratando de evitar el sermoneo y los juicios
morales. No somos agentes de la salud para asustar, amedrentar,
prohibir... Pero si debemos comunicar las evidencias de los riesgos.
Después cada uno decide. Si lo hace informado, mejor. Y si la decisión
es responsable, mejor aún. Quizás uno de los aspectos más preocupantes
es el perjuicio sobre la población más vulnerable, la más sensible: los
niños y adolescentes. El impacto de la información en esta franja de
edad es decisivo. Para bien y para mal. En las dos primeras décadas de
la vida se decide la debilidad o la fortaleza futura de nuestro aparato
psíquico. -¿Qué se puede hacer de manera preventiva?
-Como decía antes, sirve de poco pelear a la gente. Reprenderla.
Amenazarla. Si esto fuera útil el problema no sobrepasaría el ámbito
familiar. Cuando los pacientes llegan a nosotros ya la familia ha
agotado esta vía. Y no solo eso, sino que ya están emocionalmente
extenuados y con un considerable nivel de frustración ante la inutilidad
de repetirles: “No fumes, eso te hace daño, deja esas compañías, pon
más de tu parte, haz vida sana, deporte...” Nada. Es como decirle a
alguien que deje de toser empleando su voluntad. La dependencia a las
drogas no es un problema de voluntad, es un problema de salud y como tal
precisa ayuda para resolverlo. -¿Qué otros asuntos de interés se trataron en las jornadas?
-La influencia de un uso inadecuado de Internet y de la falta de sueño
sobre los niños. El cigarro electrónico como alternativa a los
fumadores. La relación del trastorno por déficit de atención (TDAH) con
las adicciones. La adicción con la comida y con ‘el comer’. En fin,
sería largo. Quizás en otra ocasión podamos seguir tratando alguno de
estos temas. -¿Qué reflexión final hace?
-Tenemos que cambiar nuestra actitud frente al problemas de las drogas.
Se estima que en el mundo hay unos 27 millones de drogodependientes.
Este drama supone que cada año mueren 200.000 personas a causa de los
estupefacientes, casi tres veces la población de La Palma. Las políticas
represivas y criminalizadoras sobre el que consume, no han dado
resultado. Se necesita enfocar el problema desde el punto de vista de
seres humanos que sufren y que no siempre pueden controlar solos esta
fatalidad autodestructiva. Hace falta erradicar el estigma de ‘vicio’ y
cambiar a políticas que posibiliten un abordaje como problema de salud. http://www.eldiario.es/lapalmaahora/sociedad/psiquiatra-Felix_Gonzalez-adiccion-drogas-jornadas_0_507100246.html
-XIII- Tratamiento de desintoxicación de la marihuana: terapias y remedios caseros
Muchas personas creen equivocadamente que la marihuana es una “droga segura” y que no es adictiva. La
verdad es, sin embargo, que el abuso de la marihuana a largo plazo, al
igual que cualquier otro abuso de drogas, puede causar una variedad de
consecuencias para la salud y puede provocar dependencia física y
adicción psicológica. Si estás buscando un tratamiento efectivo para desintoxicarte de este nocivo vicio, no estás sola/o. Actualmente millones de personas reciben tratamientos especializados para dejar la marihuana. Tienes que saber que el proceso de desintoxicación será largo.
Las toxinas residuales que deja la marihuana pueden permanecer en el
cuerpo y causar ansiedad años después de su consumo, esto
significa que el riesgo de recaída es muy alto. 2 opciones para tratar de desintoxicarnos de la marihuana
Es aconsejable acudir a un
médico o un centro especializado en donde pueden proporcionarte
algún tratamiento farmacológico para evitar los síntomas de la abstinencia física. Sin embargo, lo más difícil es superar la abstinencia psicológica. Llegados a este punto tenemos 2 opciones: 1) Ir a un centro de desintoxicación de drogas, puede que tenga un coste económico.
2) Hacer un tratamiento por tu cuenta. Si estás en este último caso sigue leyendo:
El tratamiento más efectivo contra la adicción a la marihuana es un enfoque integral
que aborde no sólo los efectos físicos de la
adicción a la marihuana sino también los efectos
psicológicos.
Un enfoque integral que combine la terapia conductual y el refuerzo positivo
ha demostrado ser la forma más eficaz para reducir el consumo de
marihuana. Algunos centros de rehabilitación también
utilizan terapias holísticas como el yoga
o la acupuntura para ayudar a la persona a volver a conectar su cuerpo,
mente y espíritu, áreas que quedan dañadas por la adicción.
Hay que tener en cuenta una cosa muy importante: muchas veces el consumo de marihuana esconde un estado de ánimo subyacente o trastorno de la personalidad,
tales como depresión, ansiedad o trastorno por estrés postraumático
(TEPT). Habrá que tratar estos trastornos al mismo tiempo que se trata
la adicción para que la recuperación total sea posible.
6 remedios caseros para aliviar los síntomas de la abstinencia.
1) Los baños de agua caliente ayudan a calmar los nervios.
2) Aumentar la ingesta de agua para eliminar las toxinas.
3) Se sabe que el jugo de arándano tiene propiedades purificantes.
4) Hacer ejercicio para aumentar la sudoración. Esto permite expulsar las toxinas del cuerpo.
5) Reducir el consumo de cafeína para evitar el insomnio.
6) Ejercicios de respiración para combatir la depresión u otros trastornos emocionales.
5 Consejos para que puedas dejar de fumar marihuana.
1) Tener una buena actitud. Hay que tener un verdadero deseo de lograr un cambio en tu vida.
2) Estar preparado para superar el síndrome de abstinencia. Los síntomas de la abstinencia pueden llevar a la persona a arrojar
la toalla. Hay que estar preparados para los síntomas físicos y
emocionales que se avecinan. Los síntomas más frecuentes suelen ser:
depresión, ansiedad, cambios de humor y pérdida de apetito.
3) No desanimarse. La persona puede recaer. Si esto sucede no hay que desanimarse e intentar de nuevo el proceso tan pronto como sea posible.
4) Mantener una buena dieta y hacer ejercicio. Es muy importante mantener una buena dieta y hacer ejercicio cuando
intentas dejar de fumar. Esto hará que te sientas bien, te mantendrás
motivado, y tendrás la mente clara y enfocada hacia tu objetivo.
El ejercicio también alivia la ansiedad. Tener una dieta adecuada y
hacer ejercicio también te ayudará a conciliar mejor el sueño ya que una
de las quejas más comunes entre las personas que tratan de dejar de
fumar es la incapacidad para dormir. Sin embargo, si te mantienes activo
durante todo el día, podrás dormir mejor.
5) Distraer tu mente con un nuevo pasatiempo. Lo mejor que puedes hacer cuando estás tratando de desterrar un mal
hábito es mantener tu mente distraída. Lee un libro, ve una película,
haz cualquier cosa que distraiga tu mente.
Este artículo ha sido actualizado el 5 de octubre del 2015 para añadir más información. https://www.recursosdeautoayuda.com/tratamiento-de-desintoxicacion-de-la/
-XIV-
Marihuana y baja percepción de riesgo Autor: La Tercera 14/02/2017 l país debe poner atención en la alta prevalencia
de consumo entre escolares, lo que contrasta con los avances en
desincentivar el hábito del tabaco.
DIVERSOS ESTUDIOS coinciden en que
la población chilena ha ido aumentando crecientemente su consumo de
marihuana -en particular para fines recreativos, aunque también con
aparentes motivaciones terapéuticas-, fenómeno que parece ir
estrechamente correlacionado con una fuerte baja en la percepción de
riesgo. Si bien el uso de cannabis suele estar asociado con el ejercicio
de libertades individuales, es indispensable no perder la perspectiva
de que su consumo también encierra riesgos para la salud, y por ello no
resulta responsable promover su masificación sin atender también a estos
efectos, sobre todo por lo complejo que resulta el hecho de que menores
de edad se vean inducidos a un consumo temprano, tal como de hecho está
sucediendo. Un reciente estudio de la Universidad Andrés Bello en
conjunto con la Universidad de Londres -que fue dado a conocer por este
medio-, reveló que Chile es el país de la región con mayor porcentaje de
consumo de cannabis (40%), seguido de Argentina (39%). Incluso países
como Uruguay, que han avanzado en liberalizar su comercialización,
registra un porcentaje de solo 25%. Nuestro país también se ubica en el
primer lugar de aquellos en favor de legalizar la marihuana (48%),
aunque algo más abajo respecto de los países que se muestran de acuerdo
con su uso recreacional (52%), siendo Uruguay el país que lidera en esta
categoría (68%). A la par, Chile es el país que muestra una menor
percepción de riesgo a nivel regional. Estos antecedentes deberían ser correlacionados con el
Undécimo Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar, llevado a cabo
por el Senda. De acuerdo con estos resultados, el 34% de los escolares
entre octavo y cuarto medio reconoce haber probado la marihuana en el
último año, fenómeno que es especialmente intenso entre alumnos de
tercero y cuarto medio, donde el 45% declara haber consumido la
sustancia. Esta última cifra supone un alza estadísticamente relevante
respecto del sondeo anterior. Dichos resultados contrastan con la
significativa caída en el consumo de tabaco entre escolares, tendencia
que también se observa en el resto de la población.
Las intensas campañas de publicidad, junto con las mayores
restricciones para fumar en espacios públicos y la aplicación de
impuestos más altos, han logrado desincentivar el hábito del tabaco. La
propia sociedad parece estar jugando un rol en ello, pues demanda
espacios libres de humo. Parece un contrasentido, sin embargo, que a la
par de estos avances, el consumo de marihuana presente un aumento
explosivo, especialmente entre los más jóvenes. A ello cabría añadir que
también se observan altos índices en la ingesta de alcohol, lo que
parece ser otro riesgo inadvertido en la discusión pública.
El debate sobre legalizar la marihuana es legítimo -ello
explica que diversos países del mundo estén evaluando flexibilizar las
restricciones-, pues existe una innegable dimensión que toca las
libertades individuales, y la evidencia de que a mayores penas y
barreras el consumo y el narcotráfico disminuyen, resulta controversial.
Sin embargo, los efectos del consumo permanente de drogas en la salud
humana están documentados -diversas sociedades científicas de Chile se
oponen a favorecer la masificación de esta droga-, pero esta dimensión
parece haber sido minimizada, lo que no contribuye a un debate informado
y responsable. http://www.latercera.com/noticia/marihuana-baja-percepcion-riesgo/
-XV-
a.- Correo de los Lectores 06/06/2017 La Tercera
Percepción del riesgo en el consumo de marihuana Señor director: Coincidiendo con las indicaciones de Senda, el principal problema que
vemos en relación al consumo de marihuana en Chile, es la baja percepción del
riesgo. En nuestra experiencia, aproximadamente el 90% de los pacientes que han
llegado a consultar en los últimos dos años por problemas vinculados al consumo
de drogas, ha presentado también consumo frecuente de marihuana. De este
número, solo un pequeño porcentaje consideraba inicialmente que el consumo de
ésta fuese algo que originaba algún tipo de problema dentro de sus vidas. Sin
embargo, luego de realizar un período de abstinencia, muchos de estos pacientes
comenzaron a considerar por sí mismos que el consumo de marihuana era algo que
también estaba afectando sus vidas o la de sus seres cercanos, y que éste les
era incluso más difícil de detener que el de otras drogas “duras”, como la
cocaína. Un problema muy común, por ejemplo, que ellos vinculan con el consumo
de la cannabis, es la dificultad para poder proponerse proyectos a futuro y
lograr llevarlos a cabo, lo que afecta sus planes educacionales, de pareja,
laborales y familiares. A partir de esta experiencia, al pensar en la discusión que se está llevando
a cabo en nuestro país, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Cómo se podría
modificar la baja percepción de riesgo que existe actualmente respecto al
consumo regular de marihuana? En concreto, cómo se podría rebatir: 1. La idea
de que la marihuana no causa adicción, 2. Que si hay una adicción ésta no sería
motivo de mayores problemas o sufrimientos, y 3. Que el tratamiento de esta
adicción no sería tan complicado como el de otras drogas. Pamela Dyer Psicóloga Clínica UC, Co-fundadora de PuntoAparte Psicoterapia Vicente García-Huidobro Psicólogo
Clínico y Académico UC, Psicólogo de PuntoAparte Psicoterapia http://www.latercera.com/noticia/percepcion-del-riesgo-consumo-marihuana/
b.- Correo de los Lectores, Opinión 10/06/2017
La Tercera Señor director:
Respecto del intercambio epistolar sobre los riesgos de la marihuana,
quisiéramos aportar información científica que puede ayudar a contestar
algunas preguntas. Estudios internacionales muestran que aprox. 1 de
cada 10 personas que consume marihuana cae en adicción, lo que aumenta a
1 de cada 6 si comienzan en la adolescencia. En reciente publicación de
las Academias de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE.UU., tras
revisar la evidencia científica disponible, se concluye que a mayor
frecuencia de consumo de marihuana existe más probabilidad de
dependencia, la que alcanzaría al 50% de los consumidores diarios. Los
datos nacionales también son muy significativos: 1 de cada 5 personas
que han consumido marihuana en el último año cumple criterios de
dependencia y esta droga es lejos la sustancia principal por la que
ingresan a tratamiento de adicción los adolescentes.
Sin duda existen otros factores que influyen en el desarrollo de una
adicción, sin embargo, ello no debiese invisibilizar el peso comprobado
que tienen el efecto biológico de la droga, su amplia disponibilidad y
la normalización social de su consumo.
Nos parece que el valor de la carta de los psicólogos Dyer y
García-Huidobro radica en compartir su experiencia desde su práctica
clínica y reportar cómo la baja percepción del riesgo de la marihuana
hace difícil a los profesionales de salud ayudar a quienes sufren una
adicción a esta droga y a las familias que sufren con ellos.
Sin duda, la respuesta a esta situación no es la persecución de los
consumidores (tampoco vemos que los psicólogos mencionados lo
propongan), y coincidimos con que la aproximación al problema debe ser
con una mirada de salud pública, a través de diversas intervenciones que
incluyan la disminución del acceso a marihuana -en especial de niños y
adolescentes- y el poner límite a la publicidad engañosa sobre sus
beneficios, junto con educar con información fidedigna respecto a sus
daños. Anneliese Dörr Directora Depto. de Psiquiatría y Salud Mental, Campus Oriente, Facultad de Medicina – Universidad de Chile Luis Risco Presidente Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía Verónica Gaete Directora Especialidad de Adolescencia, Facultad de Medicina – Universidad de Chile http://www.latercera.com/noticia/percepcion-del-riesgo-consumo-marihuana-3/
-XVI- Por qué decir no a la legalización de la marihuana por José Luis Rojas 26 junio, 2016 "Acá
la gran pregunta que surge es que, si siendo el alcohol y el tabaco las
drogas legales que a más gente matan en el mundo, ¿es
conveniente legalizar una droga más? Si aceptamos el consumo de
la marihuana en Chile provocamos el incremento de la adicción y
la pérdida de conciencia de la vida real". El 26 de junio se conmemora el
Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el
Tráfico Ilícito de Drogas, sustancias que siguen
planteando un peligro para la salud de la humanidad, por ello deben
seguir estando, controladas. Así lo afirma la
Organización de las Naciones Unidas, que agrega que, pese a los
esfuerzos de la comunidad internacional, este problema sigue poniendo
en grave peligro la salud, la seguridad pública y el bienestar
de la humanidad, en particular de los niños y los
jóvenes, además de amenazar la seguridad nacional y la
soberanía de los Estados y socavar la estabilidad
socioeconómica y política, así como el desarrollo
sostenible. En la actualidad, el debate se
ha centrado en la legalización del autocultivo y consumo de
marihuana. El SENDA señala que el uso y provisión de
cannabis constituye más del 90 por ciento de los consumos de
todas las sustancias controladas. Acá la gran pregunta
que surge es que, si siendo el alcohol y el tabaco las drogas legales
que a más gente matan en el mundo, ¿es conveniente
legalizar una droga más? Si aceptamos el consumo de la
marihuana en Chile provocamos el incremento de la adicción y la
pérdida de conciencia de la vida real. Las estadísticas
sitúan a Chile como el tercer país de mayor consumo de
marihuana en América, alcanzando a 250 mil personas, tema que
preocupa debido a las implicancias que este consumo tiene en la salud. Otro tema que preocupa es el
proyecto de ley para despenalizar el autocultivo y consumo de cannabis,
que hasta ahora se encuentra tipificada en la Ley 20.000 al mismo nivel
que la cocaína y la heroína. Con la legalización de
la marihuana, lo único que lograríamos sería
legalizar a los narcotraficantes, cambiar su foco y optimizar sus
recursos, porque apuntarían directamente a los menores de edad.
Alcohol y tabaco de contrabando sigue habiendo igual, pese a que
están legalizados, por lo tanto, no resuelve el problema. Asimismo, la disponibilidad de
drogas hace al consumidor: hace 30 años no había
consumidores de pasta base. Hoy hay miles, porque existe la
disponibilidad. La cocaína la consumía muy poca gente,
porque era de una elite, pero más allá de la
masificación del consumo, son las consecuencias que este trae a
la salud de las personas. El efecto inmediato puede
producir aumento temporal de la frecuencia cardiaca, por lo que es un
peligro para quienes padecen hipertensión o enfermedades
cerebrovasculares. Asimismo, afecta el desempeño sicomotor,
teniendo la incapacidad de prestar atención constante y de
asimilar complejos procesos de información, dificultando, por
ejemplo, el manejo de automóviles. Además, el uso
crónico de la marihuana está relacionado con la
aparición de bronquitis, asma y sinusitis, altera la
percepción de la visión, el sonido y el tacto; afecta el
estado de ánimo y la interacción social y es un potencial
un gatillador de sicosis, cuadros de delirios y alucinaciones en
personas en riesgo. Por otra parte, estudios de
imágenes diagnósticas, señalan que los
consumidores habituales de marihuana manifiestan una conectividad
neural atrofiada en ciertas regiones específicas del cerebro
involucradas en funciones ejecutivas del cerebro, como memorizar,
aprender y el autocontrol. Tomando en cuenta estas consecuencias, se me hace difícil entender que el tema de la legalización sea discutible. http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/06/26/por-que-decir-no-a-la-legalizacion-de-la-marihuana/
-XVII- Para
finalizar el recuento, sabiendo que ciertas repeticiones son útiles "Repetita Iuvant"
como lo es
para un tema tan trascendente como el expuesto en donde se intenta
bloquear la
información o crear informaciones contradictorias,
dejo este reciente estudio para tomar razón del real riesgo
de nuestros jóvenes escolares:
Colegio es donde más crece acceso a marihuana en jóvenes 10/09/2017
Autor: Paulina Sepúlveda Garrido.
Escolares que declaran haber recibido
ofrecimientos de la droga en estos recintos aumentaron de 13% en 2011 a
17,5% en 2015. En los alrededores de los colegios también subió, de 9,5%
a 12,4%.
El colegio no es un espacio ajeno al
consumo y acceso a drogas por parte de niños y adolescentes en Chile. El
Décimo Primer Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar,
presentado en 2016 por el Servicio Nacional para la Prevención y
Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), advierte que el
ambiente escolar y sus alrededores son cada vez más vulnerables a las
drogas.
Los lugares en que los escolares declaran tener más
disponibilidad y acceso a drogas como la marihuana, son las fiestas y
luego los alrededores de la casa. Sin embargo, ambos han disminuido su
influencia, pasando de 37,8% a 31,4% de 2011 a 2015, en el primero, y de
25,1% a 23,2% de 2013 a 2015, en el segundo, según datos Senda.
El tercer lugar en que los escolares dicen tener más
ofrecimientos es el colegio. Su relevancia pasó de 13%, en 2011, a
17,5%, en 2015. Lo mismo ocurre con la “oferta” en los alrededores del
colegio, que elevó su importancia de 9,5% a 12,4% en el mismo periodo.
También es mayor la proporción de estudiantes que ha visto a
algún alumno vendiendo o pasando drogas en sus colegios, cifra que
subió de 58,7% a 61,7% entre 2013 y 2015. Esta tendencia muestra un alza
significativa en colegios particulares subvencionados (de 37%, en 2005,
a 62,8%, en 2015) y particulares pagados (de 38%, en 2005, a 58,7%, en
2015).
Los colegios hoy se encuentran tensionados por las drogas.
Así lo comprobó en 2016 un estudio del Centro de Desarrollo de Liderazgo
Educativo de la U. Diego Portales, denominado Conflictos
Socioeducativos y Liderazgo Escolar, que reveló que para los directivos
el principal conflicto son las drogas (76,7%). Su consumo, detalla el
trabajo, impacta en el clima escolar y la organización del colegio, más
que las movilizaciones (68%), la falta de respeto, la calidad docente y
la delincuencia (todos con 32%).
Fácil acceso
Junto con el mayor ofrecimiento en el colegio y sus
cercanías, también aumenta el porcentaje de alumnos que reconoce que le
es fácil conseguir marihuana en sólo 24 horas o menos. Ese porcentaje
pasó de 33,8%, en 2011, a 43,7%, en 2015. Y si se observa por tipo de
establecimiento, en todos aumenta. Pasó de 35% a 44,8% en los
municipales, de 34,7% a 44,7% en los subvencionados, y de 22,3% a 33,8%
en los particulares.
Ambos indicadores, tanto los ofrecimientos como la facilidad
para obtener la droga, preocupan. Eduardo Vergara, fundador del
Observatorio de Políticas de Drogas y Seguridad Humana (ODYSH), cree que
hoy para los adolescentes es más fácil acceder a una droga ilegal, como
la marihuana, que a una legal. “Es más fácil comprar marihuana que
alcohol o tabaco. Además, el poder adquisitivo en los jóvenes ha
aumentado y la percepción de riesgo ha disminuido. Es decir, pueden
comprar y creen que no es riesgoso”, destaca.
En los escolares la percepción de riesgo en el caso del
tabaco ha aumentado, de 36% en 2005 a 51,5% a 2015, según Senda. Pero
eso no ocurre con la marihuana, que ha descendido drásticamente de 51,3%
en 2001 a 21,5% en 2015.
Además, los pares como amigos y compañeros de curso, son
quienes más actúan como iniciadores de consumo en los adolescentes.
Quienes más les ofrecen marihuana es algún amigo o pololo/a, con 61,1%,
cifra que en 2011 era 50,1%.
El acceso a la marihuana se ve facilitado en los alrededores
de los colegios y por los grupos de pares que comparten con escolares,
dice Nicolás Libuy, psiquiatra de la Unidad de Adicciones de la U. de
Chile. “Así como hay mayor acceso disminuye la percepción de riesgo, lo
que hace que la disponibilidad se vea facilitada y que vean con menor
preocupación el hecho de exponerse al consumo. Pero además, se aprecia
una disminución de la desaprobación parental frente al consumo de
marihuana. lo que se asocia a mayor consumo”, señala Libuy. Los datos de
Senda muestran que el porcentaje de escolares que dice que sus padres
estarían molestos frente al uso de marihuana ha descendido de 76% en
2001 a 68,4% en 2015.
En las familias y los padres, advierte Vergara, existe a su
vez mucho desconocimiento de cómo abordar el tema. “Los adultos jóvenes
que son padres de estos niños y adolescentes, no saben qué hacer con sus
hijos, creen que llamar a la policía es la única salida”.
Lo que se requiere, agrega, es educarlos desde la más
temprana edad “para que por decisión propia digan que no, ese debería
ser el camino. La labor del colegio y las familias debe ser educar y
retardar el primer consumo”.
La mirada punitiva no ayuda, resalta el psiquiatra de la U.
de Chile. El camino debe ser, dice, educar sobre las consecuencias de su
consumo y por qué es necesario evitar o retrasar ese consumo. “Existe
una serie de factores protectores, que tienen que ver con actividades
recreativas de cualquier orden e instancias de socialización libre de
consumo. Además, compartir más tiempo con la familia o con los padres se
asocia a menor consumo de sustancias”.
“Lamentablemente, en los últimos años se ha transmitido que
la marihuana tendría efectos saludables, y eso no es así. Es claramente
dañino, especialmente en adolescentes. Pero si se ven personas
influyentes que promueven la idea de que será inocua o saludable, genera
la disminución de percepción de riesgo”, alerta. http://www.latercera.com/noticia/colegio-donde-mas-crece-acceso-marihuana-jovenes/
Reflexión
Para nada
resulta cómodo y fácil situarse en la realidad vivencial de estos tiempos que
dan la impresión que al mayoritario rebaño hombre-masa se le lleva hacia el
abismo y a como de lugar se intenta ocultar la realidad y que los más no la
vean. Uno de los análisis dejados en el presente escrito 482 advierte
sobre lo que sucede al decir:
Detectaron asimismo una negación de los peligros
para la salud y una actitud de naturalización hacia el consumo, lo que para los
especialistas dificulta las estrategias de prevención.
Por ello
felicito a Senda Chile y a otros investigadores de diferentes nacionalidades
que por sobre las dificultades oficiales y presiones de interesados
políticos logran realizar estudios y enseñar y publicar sus resultados, que tal
parece fácticos poderes no quieren sean conocidos... Es más daría la impresión
que financian interesados estudios para limpiar la imagen del daño de la
marihuana tal como se hizo con la defensa del tabaco...
He dejado variada
información para que cada uno libremente decida, en esta LIBERTAD de decidir pienso que
existe una contradicción absoluta entre el candidato de Gobierno a la
presidencia y el Servicio Nacional para la Prevención y
Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) que es la entidad
del Gobierno de Chile responsable de elaborar las políticas de
prevención del consumo de drogas y alcohol, así como de tratamiento, rehabilitación
e integración social de las personas afectadas por estas. La agrupación de
estudiosos y científicos que se supone asesoran al Gobierno advierte de los
peligros de la
MARIHUANA RECREACIONAL en especial entre nuestra juventud,
pero el populismo parece a algunos los hace pensar que hay muchos votos entre
los adictos... Debieran mirar al futuro de sus hijos y nietos... De hace años
intento advertir sobre el peligro de la drogadicción y el tráfico de drogas que
tal parece, y con pena lo digo, en mi Patria ha cundido cada vez más y manifestándose desde menor edad.
Cómo poder entender qué es lo que lleva a tantos
pensantes en todos los niveles a pasar por diferentes bloqueantes mentales,
siendo uno de ellos la
Marihuana cuya adicción toca o mejor dicho debilita la
manifestación mental en portales de salto cuántico cerebro-mente de lo ético y
moral, a su vez abre las puertas para drogas más duras, todo ello de alguna
manera ahora está potenciado con la moderna y atractiva tecnología informática
por el, para algunos vicio de la "red social" con la moda de la WhatsApp adicción dependencia desde
temprana edad que ayuda en esa adicción a convertirse a muchos en marionetas humanas. (Persona de carácter débil y poca voluntad
que se deja manipular por alguien.)Pues bien, la marihuana te hace ser una
persona débil, de poca voluntad e ideal para ser manipulado por ese mundial
poder manipulador. Poder que controla gobiernos, políticos, prensa y otros
connotados ciudadanos. ¿Cómo lograr descubrir cuál es ese conjunto de poder
manipulador que mueve los hilos de las marionetas humanas para tener a la
humanidad en el estado en que se encuentra?
A su vez cabe la natural duda de un pensante: Aquellos
que siendo los menos con más bienes y control del dinero y mayor poder sobre
los más con menos y que ellos suponen ser los regidores de la humanidad; ¿Quién
realmente cual experto marionetista los controla por sobre el humano
entendimiento?
Amiga,
Amigo, entendamos que no hemos nacidos para ser siervos, nacimos para
SER LIBRES y en pleno uso de Libre Albedrío cada uno por
sí mismo discernir si se es o no una marioneta de otros que
actúan en la sombra. Tú decides si eres o seguirás
siendo marioneta. Intenta aunque no te sea fácil ser LIBRE y en
Libertad
discernir sobre lo que te rodea y el cómo vivir. Ojalá
puedas ayudar a otros que están tan desorientados y, en
especial, a los jóvenes.
Piensa que SÍ SE PUEDE... y que ya estás advertido:
ANEXO:
La carta de un joven que tocó fondo por el consumo de marihuana Mientras la legalización de la marihuana sigue siendo tema de debate en
Argentina, los relatos por vivencias propias de consumidores siguen
viralizándose. Aquí, uno para reflexionar.
El camino empezó por imitación a sus amigos, como en casi
todos los casos, y terminó en un centro de rehabilitación después de
haber tocado fondo.
La publicación fue hecha por Marcelo Alejandro Crespo en su Facebook, y fue compartida más de 55 mil veces.
Aquí, la carta completa:
"EL PORRO NO HACE NADA" (y yo me la creí)
Mi
padres siempre me dijeron que la droga mata, sin embargo veía tantos
chicos fumar marihuana y ninguno se moría. Pero eso sí, veía que mis
amigos, cuando fumaban, empezaban a reírse y a divertirse.
Ellos
te dicen: lo que mata es el cigarrillo de tabaco, por eso yo fumo
marihuana. Pero yo me pregunto, ¿el faso no se hace con tabaco? Se
desarma un cigarrillo, se saca el tabaco, se mezcla con marihuana y se
enrolla en un papelito. O sea que igual pasa todo a los pulmones, y
encima no tiene filtro como el cigarrillo de tabaco.
Ante
la duda voy a preguntar si la marihuana mata, directamente a la fuente,
o sea a los que fuman, y me responden que no, que son mentiras, relaja,
te divierte y te sentís bárbaro.
Ante
esta certeza, los padres también se dejan convencer. "Lo hacen todos,
fuman en todos lados, te hace estar bien, es un pasatiempo."
Con
este panorama los padres quedan sin armas: ¿cómo le voy a sacar a mi
hijo esta golosina, que tanto le gusta, si lo hacen todos?
Y
encima, si dicen que no, parece que estuvieran en contra de la sociedad
y, si muestran su preocupación a otros padres, es probable que estos no
les vuelvan a dirigir la palabra, porque el hijo de ellos se puede
contagiar.
Mis
amigos siguen convencidos de que fumar no te causa ningún problema, y me
convencieron. Y estaba bueno, porque me gustaba hacerlo.
Aunque
después empezó a haber problemas en mi casa. En mi familia me decían
que no se me podía hablar, que reaccionaba mal, estaba más irritado. Es
que no quería que se metieran en mis cosas, yo con la marihuana encontré
la tranquilidad que necesitaba. Tenía unos problemas en el colegio que
no me dejaban dormir, y con el porro estaba bien. Hasta mi novia me
dejó, pero ya no me importaba nada.
Dejé
de ir al Club, y estaba con los muchachos inclusive en los horarios que
tenía que ir a la escuela. Mi mamá se enojaba porque a casa iba sólo a
comer y a encerrarme en mi pieza.
Juan,
mi amigo que nunca consumió, dice que yo sentía que estaba bárbaro,
porque no me daba cuenta de la realidad. La marihuana altera lo que yo
percibo o lo que capto de las cosas y veo una realidad diferente al que
no fuma. Según el nivel de marihuana que tenga en mi cerebro, proyecto,
vuelo, medito sobre mi vida. Me hacía unos castillos fantásticos, en el
aire, pero después no concretaba nada.
Y,
como es variable, cambiaba mis proyectos semana a semana, año a año,
abandoné la escuela, o cada año cambié de carrera universitaria. En
realidad, me costaba estudiar, me pasaba horas sobre la misma página del
libro, y me costaba memorizar, empezaba a olvidarme algunas cosas.
Yo
pensaba que la manejaba, que estaba más de cinco días sin fumar y no me
pasaba nada. A esto, mi amigo me respondía que, como la marihuana queda
depositada en el cerebro, se hace una reserva de cannabis. Entonces,
siempre tenía una dosis diaria, por lo que la abstinencia o la
desesperación con nerviosismo, enojo, ansiedad, sudoración, por no fumar
aparecen recién como a los 10 días más o menos. Es una abstinencia
física o psicológica, o sea que me desespero y tengo muchas ganas de
estar con mis amigos consumidores. Si uno fuma muy seguido, se tarda
como un mes en desintoxicarse totalmente. Es increíble, puedo pasar 3
semanas sin fumar, y en cambio el análisis de orina sigue dando positiva
a tetrahidrocannabinoides (cannabis-marihuana).
Hoy
tengo 24 años y estoy en una comunidad terapéutica. Mis padres,
cansados de que yo siga "vegetando" y no concluyendo nada, me
internaron. Yo me negué siempre, y decía que era mayor de edad. Ellos me
plantearon que si elegía seguir con la misma vida, no me iban a
mantener más. Y yo en ese momento, ¿qué trabajo iba a conseguir?, si no
terminé nada! Las changas que siempre hago no me alcanzan para
alquilarme nada.
Entonces,
por más que esté pasado de marihuana, no soy un tonto, "como no tengo
para alquilar o comer, me quedo en un centro de rehabilitación, así lo
dejo tranquilos por un tiempo y después volvería a lo mismo", así lo
pensé.
Al dejar
el porro, empiezo a tomar más conciencia de la realidad, y cuando miro
para atrás, me doy cuenta de cómo me engañé por tanto tiempo.
A
veces me siento como un estúpido, infantil, que llora por su mamá o por
una pequeña frustración, parece que todavía tuviera 14 años, que
hubiera dejado de madurar el día que me enganché y me enamoré de la
marihuana. No aprendí a resolver problemas, no aprendí de las
experiencias, todo tapaba con un porrito.
Entre
el alcohol y la marihuana, que me planchaban tanto, a veces tenía que
enchufarme un poco con cocaína. Eso sí, a veces me asustaba, porque
terminé en el hospital dado que el corazón parecía que se me salía del
pecho.
Cuando
entré al centro de rehabilitación no me quería quedar porque había
varios chicos chapita-chapita, y yo era sólo marihuanero. Pero después
supe que empezaron como yo, enamorándose del porro. Escuchaban voces
(alucinaciones auditivas), hablaban solos y no coordinaban mucho lo que
decían, a pesar de estar ahí desde hace varios meses sin consumir
drogas. La marihuana en algunas personas desencadena una psicosis (no
tener contacto con la realidad, entre otras cosas), en algunos mejora
con medicación y si no fuman más marihuana y, en otros, lamentablemente
no se recuperan más de su enfermedad mental, y se diagnostica una
esquizofrenia.
Para
entender un poco mejor empecé a leer, y supe que las drogas estimulan
la liberación de una sustancia (neurotransmisor) que se llama dopamina.
Esta sustancia estimula una zona del cerebro, que se llama Centro de
Recompensa, dando como resultado una sensación de placer.
La
persona quiere repetir esta sensación, aumentando la frecuencia y la
cantidad del consumo, siendo muy difícil decir que "no" a "eso" que le
da placer, y encima "lo hacen todos".
A
medida que se aumenta el consumo, las neuronas se acostumbran, se van
adaptando al nuevo invitado químico, produciendo cambios en sus
estructuras, con el tiempo, y posteriormente se hace muy difícil o
imposible dejarlo. Por eso se dice que la adicción es una enfermedad, ya
que intervienen mecanismos biológicos, no sólo psicológicos y no se
cura sólo con la voluntad.
El
Centro de Recompensa es también estimulado por la comida, el agua,
sexo, deporte, entre otras cosas. Pero el placer llega más lento que con
la droga.
Esta
es la propiedad mágica de la droga, que hace sentir placer
inmediatamente, y cuanto más rápido se logra este efecto, más adictiva
es, o sea más riesgos se corren de no querer abandonarla. Uno se
enamora, se casa, y lo más triste es que no te podes divorciar.
Creo que ese es el
desafío del comercio actual, cada vez la mezclan con más
sustancias raras, para hacerlas más adictivas.
Cuánto tiempo perdí por creer que la marihuana no hace nada.