391
Anselm Grün

Un pretérito monje del desierto en Misión actual

Proemio
Sobre el anterior escrito 390

Cerré el año con el título "Navidad 2012, Esperanzador 2013". A ciberlectores cuyas casillas electrónicas aun conservo les hice llegar la siguiente circular:

17 de diciembre de 2012
MUNDO MEJOR = http://www.isp2002.co.cl/    Finaliza el año con el título 390 “Navidad 2012 – Esperanzador 2013”.
Este escrito que lo terminé el día 16, quedó en el CiberEspacio
sin su vínculo, el cual sería oficializado el día 25.
El lunes 17 al mirar temprano dos matinales de la TV chilena
y ver la histeria de conductoras que no lograban ocultar su temor
y que esto trasciende a niños que ya están de vacaciones,
decidí anticipar su oficialización y lo dejé vinculado:
http://mm2002.vtrbandaancha.net/390.html
Tenemos el triste honor junto a Rusia de ser los dos países
más crédulos y vulnerables a este tipo de manipulaciones.
Invito a reflexionar y saber que con nuestra mente tenemos al género humano
que ya no da para más y debe haber un Cambio de Conciencia hacia una Iluminación o aceptar que como raza fracasamos y, de manera gradual y después brusca, por propia implosión dejemos de ser.
De cada uno depende. La solución está en uno, en PENSAR MEJOR... y ser parte de la Resonancia Mórfica por el Cambio planetario e individual.
Feliz Navidad 2012 y un esperanzador Nuevo Año 2013
Iván de Quilpué.

Una respuesta electrónica

Desde: México
Fecha: 28-12-12
Asunto: Re: 390

Estimado Iván:
Aunque como católico, siempre se me ha enseñado que debo creer, y aceptando voluntariamente esas situaciones de creencias por dogma, constantemente algo me lleva a tu página y leo y releo algunos de tus escritos, no todos, pues algunos no los entiendo o los siento muy pesados para este momento... tal vez en un futuro los encuentre accesibles a mi entendimiento y con este fin los bajo y guardo para el momento oportuno.
Me impresionó tu experiencia familiar en el viaje de tu esposa hace casi un año, pero más me sorprendió que un Email que te envié no se por qué lo hayas considerado como útil para ese escrito.
Te lo agradezco y esto me motiva para entender que a pesar de tener corto entendimiento puedo contribuir y ser considerado por los grandes iluminados como tú. No pretendo alabarte pero de alguna manera quiero que percibas lo motivante que fue para mí esa inclusión. Muchas Gracias.
Ahora estoy leyendo algo de física cuántica porque me doy cuenta que al avance de la ciencia, podemos explicar lo que en el pasado era inexplicable... aunque en el futuro la brecha de lo por explicar parezca ser más amplia.
Creo que solamente entenderemos la totalidad cuando regresemos a Dios del cual emanamos.
Acuérdate que si Dios es lo infinito, la diferencia entre los infinito y cualquier cosa finita sigue siendo infinito.
Gracias por tus motivaciones a través de tus escritos y espero que con paciencia y trabajo avanzaré dentro de mis capacidades a colaborar para tener UN MUNDO MEJOR.
Con los deseos de tener el mejor de los mundos para cuando regrese nuevamente nuestro Señor Jesucristo, te deseo lo mejor en este tiempo de Navidad que une a los hombres como lo señalas con tantos ejemplos en este escrito, pero que por desgracia los intereses humanos destruyen al mismo hombre en su escencia.
Espero con ansia el nuevo escrito sobre Anselmo Grum, pues este monje revoluciona con su visión el estudio de la Biblia, como escritos sagrados para nosotros los católicos. Palabra de Dios inspirada en hombres y escrita por medio de hombres que interpretan los acontecimientos y descubren como tu lo haces, lo divino en la historia.
Feliz año 2013. Será un Gran Año. Estoy seguro
Que Dios te Bendiga.
Antonio Torres Torres
Jacona, Michoacán
México

Amigo Antonio:
Como la tuya hubo varias fraternas respuestas de algunos agradecidos ciber amigos. A modo de botón de muestra dejo tu correo que llegó mientras daba forma final al presente escrito 391, lo dejo pues te refieres al monje Anselm Grün cuyo título figura en el Portal cual proyecto para enero de 2013 y porque expresas un anhelo de superación de quien piensa le falta para entender, sin embargo amigo te sobra del buen entendimiento y, si en algo la lectura de mis escritos, algunos complicados como el presente 391 quizá, te han sido útil, ello me llena de satisfacción y orgullo como ciber escritor relacionado con la mente y los tiempos actuales. Eres sabio amigo en tus palabras, palabras que dan inicio en el Portal MUNDO MEJOR al esperanzador 2013. Tienes ahora lo que deseas leer, como dices: "Espero con ansia el nuevo escrito sobre Anselmo Grum, pues este monje revoluciona con su visión el estudio de la Biblia, como escritos sagrados para nosotros los católicos. Palabra de Dios inspirada en hombres y escrita por medio de hombres que interpretan los acontecimientos y descubren como tu lo haces, lo divino en la historia". Pienso que el 391 te ayudará a reforzar tu FE y te hará ser tolerante con los que, siendo consagrados, por implosión, desde dentro de tu credo lo van debilitando, algunos por humanas fallas ético morales, otros por fanatismo religioso, otros por dogmatismo exagerado, otros por excluyente sectarismo teológico, como el padre Grün lo ha vivido al ser atacado por mantenerse leal a su entendimiento religioso benedictino, de monje en el desierto con vocación e inspiración para ayudar a salvar a su Iglesia. Medita amigo lo que el Papa dijo en la reciente Misa del Gallo de Navidad. Medita lo que el anterior Papa señaló hace algunos años en California en una misa dedicada a pacientes con SIDA, medita en la Enseñaza del monje Anselm Grün y, en especial, medita lo que Jesús nos dice para pensarlo antes de descalificar a otros... Gracias a ti amigo por tus palabras y tu positivo cambio que, desde la distancia capto y tanto puedes ayudar a los tuyos en tu credo, credo que debes día a día reforzar en lo positivo del mismo y a otros apoyar para que no se frustren y tengan más Fe y Esperanza, que tan necesario será para afrontar los tiempos
...


Padre benedictino Anselm Grün, un místico moderno


Razón de ser del título que da lugar al escrito

Por lo general cuando siento que un título me atrae y el mismo lo escribo, ese título dará lugar a un nuevo escrito. Este 391 ha sido porque un reciente conocido, colega amigo, psiquiatra muy católico, preocupado de la catequesis familiar, que ha recibido algunos de mis últimos escritos, le interesa el tema y está en una personal búsqueda, hace poco me comentó que él leía al monje benedictino alemán Anselm Grün quien intentaba que la Iglesia mirara hacia la Enseñanza de los primeros padres, que tenía influencias del pensar de Jung... y que él como médico ahora intentaba ser más humano y espiritual con sus pacientes. No tenía idea de quién se trataba, busqué sobre este sacerdote "revolucionario" en el dogma teológico y, escritus habemus.

Biografía:

Anselm Grün (1945), es un monje y sacerdote benedictino alemán que se ha convertido en uno de los autores de libros de espiritualidad más leídos hoy en día. Director de un centro de asistencia terapéutica en crisis psicológicas y vocacionales para religiosos europeos, ingresó en la abadía de Münsterschwarzach, Alemania, en 1964, tras cursar estudios de Filosofía y Teología. Después de doctorarse en Teología en Roma estudió Ciencias Económicas y Empresariales. En 1977 fue nombrado mayordomo, esto es administrador general de la abadía.
Junto con su labor administrativa, Grün desarrolla diversas actividades de orientación psicoterapéutico-espiritual. Imparte cursos de meditación, interpretación psicológica profunda de los sueños, ayuno y técnicas contemplativas. Su trabajo se nutre de las influencias de los místicos, los antiguos monjes del desierto, Karlfried Dürckheim, la psicología profunda de Carl Gustav Jung y, sobre todo, la doctrina de Benito de Nursia. Combinarlas en una síntesis entrañable le permite interpretar y poner al alcance del hombre moderno las enseñanzas de cristianismo, de tal forma que sus raíces se convierten en una valiosa ayuda para la vida cotidiana. A lo largo de los años, Grün se ha convertido en consejero y compañero espiritual de muchos directivos de empresa.
Es autor  300 títulos traducidos a unos 30 idiomas y, en varios países best seller entre lectores católicos lo que le ha significado, por su modo de pensar el encono y rechazo de varios sacerdotes muy ligados al dogma teológico.

San Benito de Nursia (480 - 547). Patriarca de los monjes de Occidente y fundador de la orden de los benedictinos. Nacido en el seno de una familia patricia, estudió retórica, filosofía y derecho en Roma. Se cuenta que a los veinte años huyó al desierto de Subiaco, donde el monje Román le impuso el hábito monástico. En poco tiempo fundó doce monasterios. La fama de su santidad le valió la enemistad de otros sacerdotes vecinos, por lo que abandonó Subiaco y se instaló en Montecasino, donde hizo construir un monasterio sobre las ruinas de un antiguo templo pagano. Allí redactó, hacia el año 540, sus célebres Reglas, que establecen la humildad, la abnegación y la obediencia como ejes fundamentales de la vida del monje. El convento es definido como una comunidad aislada del mundo por la clausura y vinculada a él por la hospitalidad. Adoptados por san Benito de Aniano, los preceptos de san Benito de Nursia fueron ampliamente difundidos durante la época carolingia y siguen rigiendo en la actualidad en la orden benedictina. Anselm Grün se guía por la doctrina de Benito de Nursia.

Dice el padre Anselm Grün:
Benito de Nursia, que, en la inestabilidad de su tiempo, había fundado un pequeño monasterio sobre el monte Casino, llegó a ser «el padre de Occidente». Y los monasterios que vivieron según su regla marcaron, con su oración y su trabajo, la cultura de las naciones, desarrollando un determinado estilo de vida que, durante largo tiempo, caracterizó a Europa.
Ya en la segunda mitad del s. IV, los monjes se pasaron unos a otros los dichos de los grandes padres antiguos. Aunque pronunciado en una situación concreta y respondiendo a una cuestión particular, se ve claramente que el dicho (apotegma) del padre, lleno de espíritu,tenía un significado mucho más amplio y rico. No se hizo ninguna colección de esos dichos, pero, poco a poco,fueron surgiendo amplias recopilaciones de los mismos, que tuvieron una gran difusión en la cristiandad. Solamente manuscritos griegos hay unos 160.
De esos dichos de los padres queremos sacar nosotros para cuanto vamos a decir aquí. En ellos uno tiene la sensación de que proceden de la experiencia, de que no se quedan en simple teoría. Sus palabras orientan y están llenas de sabiduría. Pero en sus enseñanzas no podemos ver ninguna máxima general válida siempre para la vida. En todo momento responden a situaciones concretas: una palabra precisamente para este que pregunta, un camino terapéutico para este otro en particular.


Dos advertencias que serán eje central del relato:

1.
Dijo Jesús:
¿Pensáis que cuando yo vuelva encontraré fe en la tierra?
Mateo 24, 37
El que esté libre de pecado que tire la primera piedra
Juan 8:2-11
No mires la paja en el ojo ajeno, si no la viga en el tuyo propio.
Lucas 6:39-42

2.
Esta navidad 2012 en la Misa del Gallo el Papa destacó:

¿No es precisamente a Dios mismo al que rechazamos?
Para que Dios ilumine a las personas que se creen en el deber de aplicar la violencia en su nombre, para que aprendan a comprender lo absurdo de la misma y se conviertan en hombres de paz. Haz que, también hoy, de las espadas se forjen arados, que en lugar de armamento para la guerra lleguen ayudas para los que sufren.
Cristo es nuestra paz y que es necesario en esta época implorarla, para que Dios ilumine a las personas que se creen en el deber de aplicar la violencia en su nombre, para que aprendan a comprender lo absurdo de la misma y se conviertan en hombres de paz.
¿Tenemos un puesto para Dios? ¿Tenemos tiempo y espacio para Él? ¿No es precisamente a Dios mismo al que rechazamos? Cuanto más rápidamente nos movemos, cuanto más eficaces son los medios que nos permiten ahorrar tiempo, menos tiempo nos queda disponible.
No hay sitio para Dios. Nosotros nos queremos a nosotros mismos, queremos las cosas tangibles. Estamos completamente llenos de nosotros mismos, de modo que ya no queda espacio alguno para Dios. Y, por eso, tampoco queda espacio para los otros, para los niños, los pobres, los extranjeros y de este modo, podamos reconocerlo también en aquellos a través de los cuales se dirige a nosotros: en los niños, en los que sufren, en los abandonados, los marginados y los pobres de este mundo.
Hoy en día hay corrientes de pensamiento que a la religión, en particular el monoteísmo, le señalan que es la causa de la violencia y de las guerras en el mundo y que sería preciso liberar a la humanidad de la religión para que se estableciera la paz. Es cierto que el monoteísmo ha servido en la historia como pretexto para la intolerancia y la violencia y que es verdad que una religión puede enfermar y llegar a oponerse a su naturaleza más profunda, cuando el hombre piensa que debe tomar en sus manos la causa de Dios, haciendo a Dios de su propiedad privada. Si es incontestable un cierto uso indebido de la religión en la historia, no es verdad, sin embargo, que el 'NO' a Dios restablecería la paz. Si la luz de Dios se apaga, se extingue también la dignidad divina del hombre. Cuando la luz de Dios se apaga, el hombre ya no actúa como hermano, aparece la violencia arrogante y el hombre desprecia y aplasta al hombre, como lo hemos visto en toda su crueldad el siglo pasado.


Desarrollo

Fragmentos de la extensa Enseñanza del monje Anselm Grün

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No me afecta que afirmen que hago autoayuda con el Evangelio.
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Es necesario cruzar un valle de lágrimas para arribar a la orilla del perdón.
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La belleza es la capacidad de hacer transparente la belleza de Dios.
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Sólo podemos perdonarnos si de todo corazón creemos que Dios nos ha perdonado y que nos ha aceptado tal como somos. Mientras no perdonemos a uno le estamos dando poderes sobre nosotros porque permaneceremos interiormente atados a él.
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La gran tarea del cristianismo es llegar a tocar «el fondo del alma» donde por la fidelidad se alcanza «el nacimiento de Dios» en ella. Desde este fondo se percibe al maestro interior y la vida queda transfigurada. Por eso nos preguntamos también por qué leemos hoy de nuevo a Tauler. Y es que el movimiento meditativo contemporáneo ha encontrado en él un maestro. Se trata del movimiento que ha vuelto a descubrir la profundidad de la mística cristiana occidental que había sido olvidada en gran parte, aunque nunca desapareció su influencia. La mística alemana y su revalorización actual merecen  una especial atención que intentaremos reflejar en subsiguientes traducciones de las cuales este librito es la primera prueba.
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No critico a mi iglesia. Pero muchos buscan la espiritualidad por fuera porque no la encontraron allí. Entonces, habría que revisar la relación con los fieles.
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La Iglesia no se puede instituir como la verdad. La verdad es Dios, aunque los dogmas de la Iglesia Católica son verdaderos.
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Jesús no fue salvador desde el principio. Él fue desarrollando desde su interior el arquetipo de salvador.
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Si dejamos la globalización solo para los poderosos, sería una maldición para el mundo. Pero si se globaliza la fe, desde nosotros mismos, el mundo sería mejor.
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En el Antiguo Testamento, los sueños jugaban un papel importante para que los políticos de esa época pudieran gobernar. Los políticos de hoy en día no tienen ningún sueño.
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En todas las religiones hay una tendencia a ver el placer y la sexualidad como algo negativo. Pero esto, con seguridad, no corresponde a la esencia de la espiritualidad judaica y cristiana.
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No hay un fracaso que no lleve a un nuevo principio. El poder reparador del perdón es indispensable si se quiere alcanzar una verdadera paz espiritual.
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Desafortunadamente, la Iglesia ha remitido a los hombres en exceso a la culpa y al pecado, con lo cual les ha inculcado una mala conciencia.
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Nos volvemos duros con nosotros mismos, pero también juzgamos con severidad a nuestros prójimos.
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Es necesario liberarnos de las opiniones que los demás tienen sobre nosotros, solo así tendremos paz.
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No hay mejor lugar para encontrar a Dios que el silencio.
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Si proclamo que hay una injusticia debo dar también una solución para esto. En los años 70 hubo muchos teólogos de izquierda que acusaban al Estado capitalista de injusticias sociales y ellos se sentían moralmente más elevados por hacer esta crítica, pero no sirvió de nada, porque no era constructiva.
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Tal así los límites se convierten en un elemento imprescindible para la vida en orden, nos organizan, nos dan borde, estructura, marco de referencia y nos permiten movernos con mayor eficiencia y porque no seguridad. El límite marca una frontera entre el derecho y la responsabilidad, y esta es una idea que me gusta, ya que claramente indica que el derecho y la responsabilidad están íntimamente relacionados , es como dice el principio de este artículo, quien sabe de sus límites podrá acercarse al otro podrá saber en su interior de que manera debe hacerlo, cuanto amor, respeto, tiempo y espacio debe darle y tomarse.
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Tener fe significa tener confianza en Dios. El término alemán 'vertrauen' (tener confianza) proviene de treu 'fiel' y significa: firmeza. Quien tiene confianza en Dios, tiene un fundamento sólido bajo sus pies. Al mismo tiempo, la confianza en Dios es sostén para aprender a desarrollar la confianza en uno mismo y en las otras personas.
En todos los intentos por aprehender la confianza, existe, sin embargo el aspecto de la gracia. A veces sencillamente podemos experimentar que Dios está muy cerca de nosotros. Cuando siento la proximidad sanadora de Dios en un servicio religioso o durante la meditación en silencio, en ese momento la confianza está dentro de mí por sobre todo lo demás. Entonces no necesito hacer nada, la confianza simplemente está. Mi única tarea consiste en entregarme a ella. Esta es siempre una experiencia de gracia. No puedo generarla a través de determinada técnica. Sólo puedo percibirla con agradecimiento cuando viene a mí.
Confiar en Dios no significa, sin embargo, confiar ingenuamente en que no tendré desgracias, que nunca sufriré un accidente o que en mi trabajo nada andará mal. La confianza en Dios no es ligereza o ingenuidad. Puede suceder que yo enferme o que mi pareja se desenvuelva de manera diferente a la que yo pensaba o que una decisión genere un conflicto. La confianza significa para mí que nada negativo puede sucederle a mi núcleo interno. No importa si enfermo, si sufro un accidente, si tengo mala suerte en el trabajo; nada puede suceder a mi núcleo más interno, mi verdadero ser. En lo más profundo estoy en manos de Dios.
Estoy protegido por la buena mano de Dios. Tal confianza me brinda serenidad, me hace bien al alma. Y una y otra vez debo optar por esa confianza.
Confianza no significa que nunca más sienta temor. Conozco cristianos que dicen: 'Como cristiano no debería sentir temor. Sólo debería confiar en Dios y entonces el temor desaparecerá'. Tales frases no sirven de mucho. Un camino mejor sería el de admitir el temor y seguirlo hasta el fin. Entonces el temor me conducirá al fondo de mi alma, donde está disponible la confianza que Dios ha colocado en mi corazón. Allí, en el fondo de mi temor reconoceré, luego, que estoy en manos de Dios. El temor puede existir, pero está rodeado por la buena mano de Dios.
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Vivimos continuamente de imágenes. La cuestión es si queremos vivir imágenes que nos distorsionen la realidad o según imágenes que nos interpreten la realidad tal cual ella es.
Las imágenes de la fe nos revelan la realidad tal cual es, tal cual es según Dios. Si vivimos de acuerdo con las imágenes de la fe, viviremos ajustados a la realidad y, de ese modo, sanos. De ahí que tampoco podemos imaginarnos cosas arbitrarias. La realidad es norma para demostrar si una imagen es correcta o no. Con todo, la realidad nunca es totalmente unívoca; siempre ofrece varias facetas. El discurso negativo me hace ver la realidad a través de un cristal negativo. Lo que veo es realidad; pero sólo una parte, una selección negativa. En cambio si contemplo la realidad a través del cristal de la fe, reconoceré la realidad en toda su plenitud, la contemplaré desde la perspectiva de Dios y, de ese modo, correctamente.
Naturalmente, uno en la fe puede imaginarse algo que no es verdadero o que no nos acerca a Dios. También existen discursos fanáticos que recurren a textos bíblicos. San Pablo nos da un criterio para reconocer si un discurso es invención humana o bien proviene de la fe. Se trata del criterio del amor, la alegría, la paz, la paciencia, la afabilidad, la bondad y la fidelidad (Gálatas 2:22)
Una característica muy importante para comprobar si la fe es auténtica, es el no cuestionar desde la fe el núcleo que existe en todo ser humano. Si en virtud de las imágenes que se ha forjado del mundo y de las cosas una persona se hace fanática y rígida, y crítica y condena a otros, eso siempre es signo de que tal persona no se ha abierto a la Palabra de Dios, sino que con todas sus palabras quiere acomodar la realidad a su gusto, aun cuando revista sus palabras con el ropaje de las Escrituras.
La fe no es un remedio milagroso con el cual uno pueda sanar cualquier enfermedad. No podemos decir: 'Sólo necesito creer con todas mis fuerzas y entonces, sanaré' o 'sólo necesito creer en la sanación de mi amigo y entonces, sanará'. La fe es la condición para que la sanación pueda verificarse. Pero al apoyarnos en la fe, dejamos en manos de Dios el sanar o no.
Confiamos en que Dios pueda sanar toda enfermedad. Y con mucha frecuencia sucede el milagro de sanación. Existen suficientes informes al respecto. Pero no podemos obligar al milagro. En la actualidad está inclusive científicamente comprobado que la fe es una buena condición para poder curar las enfermedades. Pero precisamente no es un ardid que podemos aplicar siempre que queramos.
La fe es mucho más: es desprenderse de los propios deseos y entregarse uno mismo y el enfermo a Dios. Siempre es voluntad de Dios que alguien sea sanado o no.
Jesús habla de una fe que puede mover montañas: 'Yo les aseguro que el que diga a ese cerro ¡Levántate de ahí y arrójate al mar!, si no duda en su corazón y cree que sucederá como dice, se le concederá' (San Marcos 11:23).
En el evangelio de San Lucas, Jesús emplea otra imagen. Cuando los apóstoles le piden a Jesús: 'Auméntanos la fe', Él responde: 'Si ustedes tienen un poco de fe, no más grande que un grano de mostaza dirán a ese sicómoro: 'Arráncate y plántate en el mar', y el árbol les obedecerá' (Lc.17:6).
¿Qué significa ambas frases? ¿busca Jesús animarnos a trucos de magia? Por cierto que no.
Debemos comprender gráficamente estas palabras. A menudo nos encontramos frente a una montaña de problemas que obstaculiza la visión de nuestro futuro. No avanzamos en nuestro camino. Una montaña es la que no nos deja pasar. Si abandonamos la fijación de la montaña que está frente a nosotros y nos afirmamos en la fe, la montaña se desplomará, los problemas de pronto serán menores. Ya no se apilarán frente a nosotros como una montaña elevada.
La fe nos coloca en un plano más alto desde el cual podemos mirar allá abajo, a la montaña. La montaña ya no es amenazante. Se desploma al mar. El mar en los sueños es siempre la imagen del inconsciente. Desde el inconsciente emergen muchas veces temores que se erigen como montañas frente a nosotros. En la fe, estas montañas se desmoronan.
En Lucas existe una imagen distinta. El sicómoro afianza sus raíces profundamente en la tierra. Se supone que un árbol así puede mantenerse firme en la tierra durante 600 años. Para mí, este árbol es la imagen de una persona que se aferra a sí misma, que busca una base firme en el suelo, en lo visible y en lo seco. Pero la fe desarraiga este árbol. Lo trasplanta al mar. En el mar nuestro árbol de la vida recibe agua. Entonces se torna fértil.
Sin fe nos contraemos. Nos aferramos a todo: a nuestra posesión, a nuestro éxito, a nuestra salud y a nuestra fuerza. En la fe podemos desprendernos de todo. La fe no actúa aquí como un milagro sino que nos brinda una nueva base, no una base árida sino una en el mar fértil del inconsciente. La fe nos pone en contacto con la fuente del Espíritu Santo que está en nosotros y que fructifica y alimenta nuestra vida.
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1. Agradecimiento. Solamente es agradecido el que se detiene a pensar en el otro.  Es quien le hace al otro la vida más agradable.  En el origen del agradecer está el reconocimiento del deberse uno mismo a los demás.
2. Conciencia del deber. Dejamos de dar vueltas sobre nosotros mismos y aceptamos el desafío de cuidar de algo, de alguien, de todos. El cumplimiento del deber no es la felicidad, es el camino a la felicidad.
3. Cortesía. Las formas son importantes para una buena convivencia, porque cubren las asperezas de nuestro carácter e impiden hacerle daño a los demás. Es una muestra de la voluntad de permanecer unidos.
4. Decencia. Estriba en detenerse y en esperar, en actuar reposadamente.  Se estima al otro porque se estima uno mismo. Hace del otro una persona, lo aprecia, le permite permanecer en pie, ser íntegro y sincero.
5. Generosidad.  Es el dar rápido, el dar a lo grande, el compartir los bienes sin pensárselo dos veces.  Un corazón amplio, un alma sin avaricia, que se alegra por lo que posee cuando lo comparte con los demás.
6. Humildad. Coraje para servir y valor para aceptar la propia condición terrena, contemplar nuestra debilidad y aceptar nuestra verdad, para poder vivir sin miedo y sin maquillaje por encima de lo que somos.
7. Orden. Es la mitad de la vida. Mediante el orden exterior el ser humano llega al orden interior. Lo interior y lo exterior van de la mano. Tenemos que ordenar las cosas exteriores para que el alma pueda estar en orden.
8. Respeto. Tomar en consideración, tener en cuenta a los otros; no darles la espalda, ser benévolos con ellos. Ponernos de parte de quien me mira, ver en su fondo lo que es y no lo que aparenta. Todos lo merecen.
9. Responsabilidad. No vivimos solos. En todas nuestras decisiones, pensamientos y actos soy responsable de aquellos que me rodean. Cada uno es responsable de todos. Cada uno es responsable, él solo, de todos.
10. Silencio. La palabra es plata, el silencio es oro. El silencio es el principio de la sabiduría. Quien guarda silencio dirige su mirada a lo esencial. Solamente el que tiene algo, mucho qué decir, permanece en silencio.
11. Sinceridad. Cada palabra que se pronuncia lleva la vestidura del corazón del que procede. Nuestro lenguaje nos delata. Las palabras que brotan de nuestro corazón reflejan lo que llevamos dentro.
12. Trabajo. Tres significados: ganarse el pan con el esfuerzo libre que moldea mi vida; servir a los demás seres humanos y aprender a conocernos a nosotros mismos. ---
El objetivo de la humildad es conseguir el amor que echa fuera todo temor. El hecho de haber descendido en humildad al infierno del corazón contrito nos libra del temor al infierno eterno.
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Las personas tienen que reconciliarse con los puntos negativos, con los lados impíos que también se encuentran en ellas, con muchos sectores de ellas que no quieren saber nada de Dios, con algunos deseos que no se orientan según la voluntad de Dios sino que son amorales.
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Navidad no es ningún hecho bucólico que nos pone nostálgicos por prometernos algo de la magia de la niñez. Navidad se da en medio del acontecer cotidiano.
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Al estudiar la filosofía estoica me encontré con la siguiente frase de Epicteto:
Nadie puede ser herido sino por sí mismo.
Que con gran asombro he visto citada repetidas veces por los padres de la Iglesia. Juan Crisóstomo redactó sobre esto un escrito cuyo título es:
Nadie puede herir a quien no se hiere a sí mismo.
Cuando leí este escrito me maravillé de la forma como trata a la Biblia este padre de la Iglesia y qué lugares utiliza para reforzar su tesis, tomada de Epicteto
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La vida siempre nos herirá, lo queramos o no. El sufrimiento es un elemento esencial de nuestra vida. Así lo dice la segunda Carta de Pedro. La cuestión es cómo afrontar el sufrimiento que nos viene de fuera, si lo ahondamos hiriéndonos a nosotros mismos, o si por el contrario vendamos con esmero las heridas que nos causa la vida, preparándonos así para curar las heridas de los demás.
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Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan." Lucas 5 ; 31-32. No se trata de que tú hagas todo perfecto, sino de que te atrevas a vivir la vida. Y para eso es necesario unir dos elementos: la lucha y el amor.
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Si la vida durara siempre, no sería ninguna bendición para el ser humano. La tensión de la vida proviene precisamente del ser y del dejar de ser, de la limitación temporal que supone la muerte, la cual nos fuerza a vivir más conscientemente en el tiempo, a vivir plenamente el momento, en lugar de aplazarlo todo para más tarde. La vida sería insignificante y aburrida si no tuviera final.
El morir remite al ser humano a sí mismo. Aun cuando preferiría morir acompañado para sentirse apoyado por el amor de sus semejantes, sin embargo, al morir, el ser humano experimenta siempre la soledad. La puerta de la muerte tiene que cruzarla él solo. En ese momento se pregunta quién es él, sin los roles y las máscaras tras de los cuales se esconde demasiado a menudo en la vida. Se ve confrontado con su verdad y con la seriedad de su existencia. No ha sido simplemente arrojado a esta vida, sino que ha sido enviado por Dios para recorrer ante Él su camino y convertirse en bendición para el mundo. En la muerte se pregunta cómo ha vivido y si ha vivido real y verdaderamente.
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Las frases negativas aparecen muchas veces en el subconsciente. Nos paralizan, nos roban energía y nos mantienen con un ánimo negativo. A menudo nos ponen enfermos. Nos atrapan. Son como un esquema con el que reaccionamos automáticamente ante los sucesos de nuestra vida cotidiana.
Es muy importante qué frases nos decimos a nosotros mismos. Algunas nos paralizan, nos ponen de mal humor, nos tienen como presos de la compasión por nosotros mismos y del enfado. Las otras nos dan fuerzas, ánimo, energía interior y nos preparan para enfrentarnos a los asuntos difíciles. En las conversaciones con los jóvenes, muchos reconocieron cómo se dejan guiar por estas autosugestiones negativas y lo importante que sería sustituirlas por frases positivas. Todos los esfuerzos voluntariosos para cambiarnos no servirán de nada si dejamos demasiado espacio en nuestro interior a los pensamientos negativos. Tenemos que empezar por las raíces de nuestros estados de ánimo.
Y estas son las autosugestiones. Todas nuestras actitudes interiores, nuestra envidia, nuestro enfado, nuestra autocompasión, nuestras angustias, nuestra ira, nuestra alegría, nuestra paciencia, nuestra satisfacción, nuestro amor, todas se transforman en frases que nos repetimos continuamente a nosotros mismos. Nuestra mente está estructurada de tal manera que todo se transforma en lenguaje. No sólo nos enfadamos, sino que el enfado se expresa también en frases a través de las cuales tomamos conciencia de nuestra actitud interior. Y con estas frases podemos al mismo tiempo modificar esta actitud. Por eso, es una tarea muy importante darse cuenta de las frases que se formulan por sí solas en nuestro interior y que, sin embargo, tienen un efecto tan enorme en nuestra actitud, en nuestro estado de ánimo y en nuestros pensamientos, sentimientos y actos.
A este respecto, queremos consultar las experiencias de los antiguos monjes. ¿Cómo han tratado sus pensamientos? ¿Qué consejos nos dan para reaccionar ante las autosugestiones? Y ¿qué método desarrollaron para curarnos, abrirnos hacia Dios y guiarnos hacia nuestro auténtico carácter?
La pregunta de por qué los pensamientos tienen tanto efecto en nosotros la explica Juan Casiano —el autor más importante de los primeros tiempos del monacato occidental— con la idea de que los pensamientos convierten la mente de una persona en aquello que éstos contienen. El contenido de los pensamientos define la calidad de la mente humana y decide si una persona es buena o mala.
Necesariamente, una mente que no tiene nada en lo que se pueda basar y a lo que pueda seguir tiene que cambiar a cada hora y en cada momento según la diferencia de las cosas que la invaden, y tiene que transformarse, según lo que sucede en el exterior, en este estado que primero se le aparece En gran medida, está en nuestras manos que mejore la calidad de los pensamientos o que crezcan dentro de nuestro corazón los pensamientos sagrados y espirituales o los terrenales y carnales. Por esta razón, practicamos la lectura continua y la meditación permanente de la Sagrada Biblia, para que nos ofrezca la oportunidad de llenar la memoria con un contenido espiritual. Por eso, cantamos tantas veces los salmos, para que nos ayuden a estar compungidos. Por eso, realizamos con asiduidad la vigilia, el ayuno y las oraciones, para que la mente serena no disfrute de lo terrenal sino para que contemple lo divino.
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El tiempo de la Navidad se trata de un nuevo comienzo, se trata de no quedarnos atados al pasado sino de que Dios comienza con nosotros este nuevo inicio y que nos encontramos con este niño interior, con este ser, con esta esencia de nuestra persona.
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No quiero interpretar todo absolutamente sino demostrar que la resurrección tiene relación con nuestra vida y este resurgir tiene muchos significados. Resucitar, resurgir a la vida desde lo pétreo, tiene que ver también con lo vivo, resurgir contra la injusticia, resurgir de las estructuras injustas y con todo aquello que inhibe la vida en nuestra sociedad. Esto en Lucas y en Hechos fue descrito para los discípulos en la fuerza de la resurrección, ellos fueron testigos de la resurrección y ser testigos de la resurrección significa no solamente difundir el mensaje de que Cristo ha resucitado sino también que siempre que me levanto contra la injusticia, a favor de la persona que está en una situación de emergencia, que me atreva a resurgir o a presentarme contra la mentira, contra el odio, contra la injusticia, contra la pobreza, entiendo que esta resurrección actúa en la vida que tenemos aquí, para volvernos a parar una y otra vez a favor de la vida.
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Un teólogo holandés, que estuvo con los trapenses en Tennessee durante varios meses y después de este tiempo de reclusión, que para el fue un tiempo de bendición, regresó, entendió poco tiempo después que otra vez tenía problemas de depresión y dijo que los conventos no se construyen para solucionar problemas sino sólo para alabar a Dios fuera de los problemas. Esto no significa que no debamos resolver los problemas en las sociedades, debemos resolver los problemas de la comunión, debemos tratar de resolver los problemas a través de la comunicación, atacarlos, no posponerlos, pero siempre vuelve a haber problemas de nuestra vida en nosotros mismos de manera que determinados problemas de nuestra vida no puedan ser superados por nosotros. A estos patrones no los podemos resolver simplemente. Yo tengo que salir de los problemas y a pesar de ellos confiar en Dios y alabar a Dios, Dios está allí en medio de la cárcel, en medio de la noche, lo alabo, que haya creado a esto por su Hijo Jesucristo, que haya bajado al ámbito de los muertos, de la muerte de mi alma, y si alabo en medio de los problemas entonces en mí también puede ocurrir la resurrección, se abren las ataduras, ya no me siento más apretujado, no me siento empujado, apremiado por los problemas sino que algo se libera. Esta es una imagen importante de la resurrección.
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El que aspira a ser impecable arranca con sus pasiones todo su dinamismo, se vacía simultáneamente de su debilidad y de su fuerza. El que aspira a una corrección
impecable y a cualquier precio no verá crecer en el campo de su corazón más que raquítico trigo. Muchos idealistas viven tan concentrados sobre la cizaña espiritual de sus faltas y sobre la manera y métodos de erradicar la que viven de hecho una vida incompleta. A fuerza de buscar perfección se vacían de dinamismo, de vitalidad, de cordialidad. La cizaña puede ser nuestras propias sombras, todo lo negativo con lo que hemos eliminado lo que nos resultaba incómodo y no rimaba con nuestros ideales prefijados. Así de sencillo.
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En el pasado yo dicté muchos cursos para la juventud y a veces también para un curso de familias donde hicimos una caminata por el bosque y con los jóvenes siempre tenía una hora de silencio al caminar, cosa que gustaba mucho a los jóvenes, pero luego, en el círculo de familias, yo pregunté si también querían hacer silencio y la mayoría estaba a favor, pero había dos mujeres que se oponían. Decían “los niños no lo pueden hacer” y yo les dije “no tienen por qué temer, los niños pueden hacer silencio muy bien”, los chicos estuvieron entusiasmados, volvieron al día siguiente y me preguntaron si podíamos volver a hacerlo con los lindos pensamientos, porque hacer silencio significa lindos pensamientos, y otra mujer me dijo “no puedo hacerlo” y entró en pánico, ¿por qué?, evidentemente tenía  temor que la propia verdad le surgiera y la verdad no es tan ideal como a ella le hubiera gustado, pueden surgir desilusiones, de que la vida no es como la había vivido, el temor a sus propios errores y debilidades o podrían surgir sentimientos de culpa y puesto que tiene temor de enfrentarse a su verdad siempre se tiene que encontrar en movimiento y se sobre exige a si misma con su propia rapidez interna. Jesús nos dice: “Sólo la verdad los va a liberar”, sólo si nos enfrentamos a la verdad podemos llegar a la armonía con nosotros mismos, pero con esta verdad es importante, la debo mirar porque es aceptada totalmente por Dios, es importante que yo confíe en que todo lo que tengo es aceptado por Dios. Este es el primer aspecto de la armonía con uno mismo, y hay distintas causas por las cuales no estamos en armonía. Una de las causas son los sentimientos de culpa.

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Podemos practicar, ejercitar la autoestima. Por un lado está el reconciliarnos con nosotros mismos. Eso suena sencillo pero en realidad simplemente significa despedirse de todas las ilusiones que me he hecho de mi mismo. Erasmo de Rótterdam, un filósofo humanista del siglo XVI decía en una oportunidad que lo central de la felicidad consiste en querer ser aquél que sos, es decir, no decir “me debo aceptar como soy”, decir así como aceptarme con resignación no, sino ser conciente aquel que uno realmente quiere ser, estar agradecidos por poder ser aquel que soy, y conozco, de mi propia historia, tenía unos 25 años, pasé una severa crisis que me hizo conectarme con todas mi falencias, me volví muy inseguro, muy cohibido, muy inhibido y en realidad siempre había buscado la seguridad, empecé a dar ponencias y discursos, y sudaba terriblemente y me enojaba terriblemente porque  decía “bueno ahora van a pensar que va a hablar de psicología y el mismo tiene un tic” hasta que hablé entonces con un amigo y el me decía “entonces por qué no quieres cambiar, si puedes sentir, puedes sudar, simplemente eso denota que tienes sentimientos”, ¿por qué voy a querer cambiar mis sentimientos? si yo me permito ser así, entonces simplemente desaparece. Al principio luchaba a través de libros psicológicos, meditación, trataba de controlarlo, y cuánto más pretendía controlarlo peor era y más me enojaba. Recién en el momento en que me lo permitía ya no tuvo más poder sobre mí, entonces ya no era más problema y creo que ese es el camino cristiano a seguir. Un autor alemán dice que “el arte de vivir consiste en que la heridas se conviertan en perlas, es decir, no decir “bueno, si, estoy disminuido en mi autoestima entonces por eso tengo que trabajar hasta lograr la seguridad de todos los demás”, no, porque quizás la falta de autoestima es la condición que hace que mi vida sea fructífera, para que yo desarrolle mayor sensibilidad por los demás.

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El camino hacia Dios de los antiguos monjes pasaba por la propia realidad. Encontrar a Dios suponía haberse encontrado previamente a sí mismos. Antes de aprender el monje a orar sin dividirse y a identificarse con Dios en la contemplación, necesita familiarizarse con sus propios sentimientos. Tiene que bajar primero a su propia realidad para subir después a Dios.
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En el ámbito religioso se manifiesta la inhibición, el detenerse, por un endurecimiento y reafirmación de los ejercicios de piedad hasta entonces vigentes. Se cumplen fielmente los deberes religiosos, se va regularmente a misa los domingos y se hace diariamente la oración. Se tiene cuidado escrupuloso del mantenimiento de los  deberes religiosos. Sin embargo, no se avanza interiormente. Más bien hay endurecimiento, falta de amor, quejas de los demás, juicios sobre su flojedad moral o religiosa. Nace el sentimiento de que se es un piadoso cristiano que puede enseñar a los otros cómo se debe vivir cristianamente. Sin embargo, en medio de tanto celo, tales personas producen la impresión de no irradiar nada del amor y bondad de Cristo. Tampoco emana de ellos ningún entusiasmo y todo huele a pedantería y estrechez. Se está ante pequeñez, falta de alegría y autojustificación. Mediante la fijación en sus principios religiosos y en su práctica religiosa se pretende escamotear la crisis interior la angustia que esa crisis produce. Es, en último termino, la angustia para que Dios mismo me arranque de las imágenes que yo me he fabricado sobre mí mismo y sobre Dios, pero es ocasión también para que pueda ser tocado de tal manera que se derrumbe el castillo de mi vida que me he construido.
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¿Cómo manejamos el sufrimiento? Lo importante es  mantener la dignidad interior en medio del sufrimiento, porque entonces el sufrimiento no me va a romper, no me va a quebrar, me va a mostrar ese centro, esa dignidad interior en donde yo estoy en mi centro en medio de lo endeble de mi vida y sigo siendo digno y a esta dignidad no me la puede quitar nadie. Esta es la respuesta del evangelio de San Juan. Por supuesto que en la cristiandad hay formas masoquistas de sufrimiento en donde hay una adicción al sufrimiento y eso no es positivo pero el sufrimiento es una realidad en la vida y si no le podemos dar una respuesta entonces no le ayudamos al ser humano. Si observamos hoy que la sociedad se vuelve cada vez menos sensible al sufrimiento, en realidad el sufrimiento es algo que uno no quiere ver, que uno lo manda a los terapeutas o a los hospitales, el sufrimiento no puede estar entre nosotros. Este mundo que quiere deshacerse del sufrimiento o que entiende que el sufrimiento es algo insoportable no es un mundo vivible. En Holanda, hace algunos años, existe la posibilidad de llevar adelante una eutanasia en donde el médico recibe el derecho a terminar con una vida. Esto está regulado por la ley, pero la mitad de esta gente ha sido asesinada por sus familiares. En Alemania, los asilos de ancianos están llenos de holandeses porque están temerosos de que sus familiares los asesinen. Dicen que no tienen la plata suficiente y entonces dicen que hay que hacerlos desaparecer lo más rápidamente posible de este mundo. Lo violenta que se convierte entonces una sociedad cuando no se permite el manejo del sufrimiento. Por supuesto que no hay que prolongar el sufrimiento tampoco erradicarlo o considerarlo inadmisible para la vida, para la sociedad, porque todos los sufrientes se sienten excluidos de la vida y de la sociedad. Justamente ahora que hemos pasado la Pasión, la memoria de la Pasión es la memoria del sufrimiento y justamente esto es un recuerdo subversivo, peligroso que hace que abramos nuestros ojos al sufrimiento del mundo. Las muchas cruces que hoy se quiebran y esta memoria-pasión es el recuerdo de ese sufrimiento del calvario, es realmente un desafío, una condición fundamental para que nuestra sociedad se vuelva más humana, para que no erradique el sufrimiento sino para que se vuelva sensible, humana, para con el sufrimiento, sobretodo para aquellos que sufren. Esto es una condición sine qua non para que ellos no pierdan su dignidad. La población negra, en los Estados Unidos realmente ha cantado una pasión muy espiritual en el sentido de que Jesús les ayudó a no olvidarse de sí mismos, a no dejarse oprimir y reprimir en forma continua, mantener viva su dignidad, y creo que esto es realmente algo muy importante. Un filósofo judío decía que justamente la religión y la memoria de la Pasión de Jesús es básicamente una condición importante y es bueno para la sociedad porque genera el anhelo de otra cosa, es el anhelo de la verdadera justicia en el mundo, en la sociedad, y sin el anhelo de una verdadera justicia de que realmente el amor triunfa sobre la muerte, justamente no se puede vivir en la sociedad, y este filósofo que realmente era casi ateo, sintió que la religión tenía una función muy importante en el sentido de que al sufrimiento se le debía dar un lugar. Nosotros somos Benedictinos misionarios y en Tanzania hemos fundado junto con otros sacerdotes musulmanes una iglesia, y allí nos cuentan que la iglesia los domingos está llena de musulmanes que cantan la pasión. Y ¿por qué los musulmanes que asisten a estas iglesias están tan afectados? Justamente porque allí el sufrimiento se acepta, el sufrimiento no es solo algo que afecta a los pobres  sino que es algo en donde yo puedo sostener mi dignidad, siento que sostengo mi dolor, mi pena, y esto es sanador. La memoria del sufrimiento de Jesús, del calvario, es muy sanadora para nuestro propio tratamiento del sufrimiento.
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De un abogado estadounidense he leído que reprimía todos sus lados negativos. Primero se había casado y a todos sus aspectos negativos los reprimía o los volcaba sobre su mujer, su esposa. Esto es proyectar todos sus lados oscuros sobre otro, la mujer era la mala y el era el bueno. Se divorció y después comenzó un camino de devoción muy espiritual pero su espiritualidad no era la espiritualidad de la resurrección sino que se aferraba a la meditación, a las oraciones en su camino interior, pero a todo lo negativo no lo tocaba en su camino espiritual, Cristo no había descendido a su reino de los muertos. Después entró en una depresión, empezó una terapia porque no sabía como avanzar y el terapeuta tenía un método algo así como que le daba una voz al lado oscuro. Esta voz en la oscuridad decía: “si te manejas pensando solamente que eres perfecto te pegaré en los pies para que te des cuenta que eres un hombre y no que eres Jesucristo”. Es decir, si nos identificamos con ideales demasiado elevados y pensamos que somos absolutamente devotos y creyentes entonces la sombra se hace cada vez más oscura y más destructivo, o la proyectamos a otras personas y consideramos que estas otras personas son los malos y nosotros somos los absolutamente santos o la sombra nos busca, nos pasa a buscar a través de depresiones, nos ataca por bloqueos de los cuáles ya no podemos salir. La resurrección también significa para mí que esta verdadera terapia de dejar descender a Cristo a mi reino de los muertos para que todos los muertos sean llevados a la vida permite que yo adquiera más vida, que todo lo que está en mí pueda vivir, no hay que tener temor a este lado oscuro, a este reino de los muertos en mí, porque Cristo ha descendido y ha revivido todo.

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El pueblo de Israel pudo comprobar dolorosamente que su historia no era precisamente una historia de éxitos. En su hundimiento colectivo tuvo que aprender su inconsistencia como pueblo, pero también aprendió que Dios es capaz de levantar y dirigir al caído. Semejantes catástrofes colectivas se dan también en la Iglesia y en las familias religiosas. Lo que sucede es que de ordinario se silencian. Nadie quiere saber nada de las lacras en la propia familia.

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La rebeldía o el escepticismo de la juventud, sus desviaciones y su no aceptación tienen unas causas más profundas de lo que los «conservadores» y dogmáticos creen. Lo que sucede es que los educadores, terapeutas, directores espirituales y desde luego los hombres dirigentes no están preparados para los problemas que se les plantean. De ahí las catastróficas consecuencias del paro juvenil, de la droga y de la delincuencia. Y ante estos hechos son insuficientes los parches tradicionales y las «llamadas al orden». No basta con tratar de ofrecer cauces para tener o para saber, sino que es preciso el camino para enseñar lo que ha de ser.
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El suicidio no nos corresponde, no lo debemos incurrir ni revisar, pero si alguien se suicida tampoco lo tenemos que juzgar porque no sabemos por qué. Muchas veces las personas que se suicidan sufren una depresión, no es un acto libre realmente, tenemos que confiar, de todas maneras va a encontrar a Dios, va a encontrarse con el amor divino y se va a dejar caer en el amor de Dios inclusive a pesar del paso que ha dado. Conozco a algunas personas de las cuales hay que decir a posteriori que eran demasiado sensibles para este mundo, no podían vivir en este mundo y tenemos que confiar que estén ahora con Dios. Dios no condena a nadie, en todo caso nos condenamos nosotros  y en la muerte el suicida también se va a encontrar con Dios y si se deja caer en ese amor entonces podemos estar seguros que el estará contenido y protegido.
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La depresión tiene muchas razones. Existen depresiones reactivas, o sea depresiones que reaccionan a pérdidas, a agotamiento, depresión de posparto, algunas depresiones a causa de determinados hechos. También se habla de depresión endógena que tiene que ver con la psiquis y con el cuerpo, a estas hay que tratarlas con medicación, se puede ayudar con charlas. Otras depresiones suelen ser reacciones a determinados sucesos o acontecimientos. Elaborarlas correctamente es fácil manejarlas. En las depresiones también es importante, en especial cuando son endógenas y no se eliminan inmediatamente, no desaparecen inmediatamente, es aceptarlas y en tal caso puedo irradiar paz a pesar de mi depresión y transmitir que la vida es mucho más profunda, más pura y no tan superficial como quizás otros digan. Acá lo decisivo es como manejarse con la depresión. La depresión puede ser la imagen de la vida, vivir de una manera distinta a la forma en que nos hemos imaginado pero de todas maneras eso es una vida valiosa aún a pesar de la depresión.
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Los ángeles han sido, sin embargo, dejados de lado por la teología de los últimos treinta años. Es­ta última afirma que la Biblia supone la existencia de los ángeles sin manifestarla. Los ángeles perte­necían sencillamente al imaginario de aquel mun­do, en el cual la Biblia hablaba también de Dios y de sus efectos sobre los hombres. Pero en realidad no tendrían ninguna importancia. La teología cris­tiana se las arreglaría sin siquiera mencionar a los ángeles.
Contrariamente a esta actitud crítica, encontra­mos en la historia de la teología y el dogma cris­tiano que la tradición cristiana se refiere a los án­geles como criaturas de Dios. De acuerdo a ésta ellos han sido igual que el hombre creados por Dios y se encuentran a su servicio. Y si los ángeles son realmente criaturas, entonces, deben poder ser percibidos a través de la percepción normal huma­na. Son poderes espirituales per­sonales. Por lo tanto, de acuerdo a la doctrina cris­tiana los ángeles son más que sólo una imagen de la cercanía de amor y cuidados de Dios. Los ánge­les son poderes que poseen una fuerza en sí mismos y una tarea para con los hombres. Como criaturas espirituales personales están conectados des­de un principio con el espíritu del hombre y afec­tan a su vez tanto al espíritu como a la personalidad humana. Por ello se trata aquí no tanto de los ángeles como seres aislados sino más bien de su re­lación con el hombre.
Si tomamos seriamente la doctrina cristiana, po­demos con todo derecho hablar de ángeles a través de los cuales Dios nos muestra su cercanía y actúa directamente sobre nosotros. Dios hace uso de la energía emanada por los ángeles. Esta energía pue­de ser psíquica, de fuerzas de auxilio de nuestra al­ma, de los ruegos de otras personas o bien de nues­tros seres amados fallecidos. Vorgrimier se pregun­ta con razón: "¿Es posible que estas fuerzas psíquicas-energéticas carezcan de importancia? No pode­mos equivocamos al confiar en la protección de Dios a través de estas fuerzas de auxilio. Si los ángeles son seres espirituales creados, entonces, pueden interpretar nuestras vidas y ayudamos por medio de su propia fuerza espiritual, por otras personas o a través de sueños. La cerca­nía de Dios se ve concretizada, entonces, para no­sotros en los ángeles. El amor de Dios me llega con los ángeles en una realidad creada. Su amor se vuelve para mí perceptible, concreto. No debo, só­lo creer en la cercanía de Dios, sino que ésta se de­ja experimentar, por ejemplo en un pensamiento que se ilumina en mí. Es legítimo decir desde la tradición cristiana que un ángel me ha inculcado este pensamiento".
Esta es seguramente la mayor influencia que puede tener un ángel en nuestras vidas, lograr libe­rarnos de las piedras que nos bloquean. Es más sencillo permanecer tirados y delegar las responsa­bilidades en otros. Es más cómodo sentirse víctima que ser responsable por uno mismo. El ángel que nos acompaña nos impide permanecer en el papel de víctima. Nos conecta con nuestras propias fuer­zas. No sólo se encuentra en el exterior sino tam­bién en nuestro interior. A veces necesitamos a per­sonas que son como ángeles, que nos dan valor pa­ra levantarnos y luchar. Pero resucitar, debemos hacerlo nosotros mismos.
Los niños comprenden esto sin inconvenientes, ellos viven en un mundo de ángeles y están con­vencidos de que un ángel los acompañará a la muerte. La muerte se relaciona con el nacimiento, con el seno materno. Allí sentiremos para siempre esa protección que buscamos en la vida sin conse­guirla del todo jamás. En la muerte descansaremos siempre sobre el regazo de Dios y sentiremos una alegría constante por el amor de Dios.
Al encontrar a nuestro ángel nos liberamos de la in­fluencia de seres que nos lastiman. Y través del án­gel percibimos la cercanía protectora de Dios y es­to a su vez nos permite convertirnos en ángeles pa­ra otros personas. Esta es en realidad nuestra ver­dadera razón de ser en la vida, nos convertimos en án­geles para abrirles a quienes nos ralean el cielo y acercarlos al amor y protección de Dios.
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Qué le puedo decir a la familia en general, que hoy en día es mucho más difícil vivir en conjunto, en familia, pero por eso tanto más importante es que sea un lugar la familia en donde los niños se sientan contenidos, que los padres se traten correctamente,  la familia es el germen mismo de la vida y una célula importante para la sociedad, y si la familia no está sana, la sociedad no está sana, y sin familias sanas no existe futuro para los niños, entonces creo que es un camino sumamente importante pero no hay que exigirlo moralizantemente sino que hay que recomendarlo y  decirles como tratar los problemas de la educación, esto de tener niños que hoy en día reciben muchas influencias externas, por lo tanto no es muy fácil para los padres hoy transitar el camino correcto respecto de los hijos. Una cosa les digo siempre a los padres, no se sobre exijan, confíen en sus propios sentimientos, traten de amar a sus hijos pero no sean padres perfectos. No existe educación sin herir, la en que Dios transforma estas heridas en los niños, en los hijos, y las transforma en algo valioso. Algunos padres se disculpan con sus hijos diciendo que han hecho todo mal, este no es buen camino, porque en tal caso uno se achicaría y se desvalorizaría. Hay que confiar que todo es así como es, que he hecho lo mejor posible, he hecho lo más que pude, quizás no sea suficiente para los hijos pero confío en que Dios complemente aquello que yo no les pude dar.

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Cuando el sufrimiento propio de otros quiere romper algo en nosotros y vivir en Dios, ¿cómo entonces puede entenderse el sufrimiento físico de un niño que no puede comprender esa lectura? ¿Sufre solamente para darle una señal al entorno? Para el niño este sufrimiento es incomprensible y para mí también. Desde mi experiencia sólo puedo decirles acerca de los padres que me han contado acerca de sus hijos enfermos, que fallecieron debido a su enfermedad, los niños no tienen la teología de abrirse, de que haya una ruptura en ellos, pero muchos niños pueden manejarse mucho mejor con una enfermedad, más de lo que piensan los padres, a veces tengo la impresión que es como que están terminados, perfeccionados, que han madurado tempranamente, que han avanzado mucho más que otros niños. Pienso que en el niño hay algo que irrumpe y que dejan una huella detrás, una señal. Hablé hace poco con una mujer que tenía un hijo con una enfermedad incurable, iba a un grupo de auto ayuda para madres que todas ellas tenían hijos con enfermedades terminales. El grupo se preguntaba ¿cómo me manejo yo como padre y como madre con esta enfermedad?, entonces yo traté de transmitirle ¿cuál es el mensaje de mi hijo enfermo para mí? Esta fue la pregunta a elaborar, ¿qué nos da a nosotros en el seno de su enfermedad incurable, qué luz se prende en el?  y a partir de esa pregunta esto transformó totalmente al grupo y la gracia fue encontrar aquello que los niños dan a su familia. Aparece en los ojos que se iluminan, en las palabras que ellos pronuncian, que indican un camino completamente nuevo. MI experiencia es que los niños no lo llevan a cabo en forma tan conciente como lo estoy contando pero que los niños saben manejar la enfermedad y que en algún momento son transformados y dejan una huella muy importante en la vida. Les conté que todos dejamos una señal en la vida y los niños muy pequeños nos dejan una señal, nos dejan una huella, no se trata de que tengan una vida larga, tal vez esa vida es corta pero intensiva. Me vino a ver una madre y me dijo “yo quiero confirmar lo que usted dice, mi hijo no llegó a vivir un año pero en el corazón dejó una huella que nunca se va a borrar y esta huella va a continuar en la vida a través de esa señal en el corazón.

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Creo que el sufrimiento pone en duda en una primera instancia la espiritualidad, tengo que poderme manejar con el sufrimiento, con el dolor, si no me amargo y me pongo rígido con respecto a esto y atravieso el dolor y sigo buscando a Dios, entonces el sufrimiento puede profundizar la espiritualidad, pero esto no ocurre automáticamente, hay muchas personas que se resquebrajan con el sufrimiento y no quieren saber nada más después de la espiritualidad. Pero bueno, no hay que juzgar esto, pero creo que el que nuestra vida sea una vida lograda en nuestro camino espiritual, depende que no nos dejemos resquebrajar por el sufrimiento sino eventualmente si las ideas que tenemos de una vida, todo lo inconmensurable,  todo lo incomprensible, a pesar de ello que nos aferremos a Dios y que digamos yo no puedo entenderte, me duele terriblemente lo que ocurre, no lo puedo aceptar pero te ruego transforma mi dolor y que encuentre algún camino para vivir. Esta es la condición para que no nos quebremos, y aún así tengamos una comprensión nueva de la vida, una nueva relación con Dios. Podemos orar únicamente para que las personas que sufren puedan dar este paso, a veces se necesita mucho tiempo hasta encontrarlo.
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Para encontrar a Dios, deberé primero encontrarme a mí mismo. Deberé estar primero conmigo. Y normalmente, no lo hago. Pues si me observo, descubriré que mis pensamientos van vienen, que estoy en cualquier otro lugar con mis pensamientos, menos conmigo. No tengo contacto conmigo, los pensamientos me sacan de mí y me llevan a otra parte. No soy yo quien piensa, sino que algo piensa en mí, los pensamientos se independizan, recubren mi yo propiamente dicho.
El primer acto de esta oración es que entro en contacto, por primera vez, conmigo mismo. Es lo que nos enseñaron los Padres de la Iglesia y los primeros monjes. Por ejemplo, Cipriano de Cartago decía: '¿Cómo puedes pedirle a Dios que te escuche si tu no te escuchas a ti mismo? Quieres que Dios piense en ti, y ni tú piensas en ti...'
Si tú mismo no estás contigo, ¿cómo quieres que Dios esté contigo? Si no habito en mi casa, Dios tampoco podría encontrarme si viniera a mí.
Escucharme significa escuchar mi verdadera esencia, entrar en contacto conmigo, pero también quiere decir escuchar mis sentimientos y necesidades, escuchar lo que se mueve en mí.
La oración no es una huida piadosa de mí mismo, es, antes que nada, un encuentro sincero y despiadado. Así, dice Evagrio Póntico: 'Quieres conocer a Dios; conócete primero a ti mismo.' No se trata de hacer psicología de la fe, sino de una premisa necesaria de la oración.
Si huyo con palabras o sentimientos piadosos, la oración no me conducirá a Dios, sino que me llevará por vastas zonas de mi fantasía. Debo primero escuchar sinceramente lo que hay dentro de mí.
En el encuentro con Dios debo encontrarme a mí mismo. En este sentido, no podemos decir qué sucede primero: si el encuentro con nosotros mismos como premisa para el encuentro con Dios o el encuentro con Dios como premisa para el encuentro con nosotros mismos. Ambos se condicionan mutuamente y se profundizan entre sí.

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Quiero cumplir este deseo pero quiero hacer un pequeño gesto con ustedes. Hace un rato dije: “mi reino no es de este mundo”. En nosotros hay algo que el mundo  no puede destruir, algo  sobre lo cuál lo mundano no tiene poder, ni lo humano tiene poder. En nosotros hay una morada en la cuál vive Dios y esa es la verdad. Por la mano humana no puede destruirse. Para sentirlo en este espacio hacemos este gesto de cruzar los brazos sobre el pecho y descubrir cuál es este recinto santo  el cuál yo tengo para mí, donde la enfermedad no accede o donde mi depresión no tiene acceso o donde el fracaso en la vida no tiene acceso o la muerte de una persona no tiene acceso sino donde hay algo santo, sagrado, entero, en este espacio interior, y a partir de ese espacio interior quiero expresar la bendición, es decir, que nos sintamos bendecidos en lo más profundo de nuestro interior. Quiero invitarlos ahora  a pararse, cruzar los brazos sobre el pecho y tratar de sentir simplemente este espacio interior en el que nadie me puede herir, ninguna enfermedad, ninguna persona, ningún destino, donde hay algo que ha permanecido sano a pesar de todas las circunstancias, que ha creado  Dios, lo intangible, la imagen, la imagen de lo no herido, de lo no lastimado. Y esta imagen intangible en el interior, que crean que hay un espacio interior en ustedes al que no puede acceder el dolor, donde Cristo nos protege de todo aquello que quiere destruir ese espacio. Y en este espacio interior, en esta casa, esta morada interior en la cuál vive el mismo Dios en nosotros, quiero expresar ahora la bendición. Señor, ingresa, entra en esta casa, deja que tus ángeles santos moren en ella, que ellos nos protejan en paz, y que tu bendición santa, curadora y sanadora esté por siempre sobre nosotros, alrededor  de nosotros y en nosotros. Te rogamos por Cristo nuestro Señor. Amén.
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La Iglesia debe traducir los conceptos a un idioma más moderno y debe cuidarse de no tener un lenguaje sólo conocido por los teólogos. Solamente puedo comunicarme con el otro si previamente lo escucho. El lenguaje de la fe tiene que renovarse constantemente.

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Cuando leí mi propia biografía, me sentí agradecido por el hecho de que Dios me haya guiado durante todos estos años. Y sé que no es mérito mío el que mi vida sea tan fructífera. Mi obra está sostenida por la comunidad de monjes de Münsterschwarzach. Y mi espiritualidad tiene sus raíces en la piedad de mis padres, en la espiritualidad de los primitivos monjes y en lo que he aprendido de –y he visto en– los hermanos mayores de mi monasterio.
Toda época tiene la tarea de traducir el mensaje de Jesús a su respectivo horizonte de comprensión. Deseo a los lectores y lectoras de lengua española que esta biografía los ponga en contacto con su propia lucha por anunciar con autenticidad la buena nueva y les transmita coraje para vivir la vida que Dios les ha regalado a cada uno de ellos en particular.

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Querida lectora, querido lector, te deseo que la lectura de estos textos esenciales de la Biblia te lleve a una profunda experiencia espiritual, a la experiencia de Dios y a la experiencia de tu propia liberación, la liberación de toda angustia y del aferramiento a lo superficial. ¡No des muchas vueltas a las palabras! Deja sencillamente que desciendan a tu interior. Aunque parezcan extrañas, ¡trata de saborearlas! No es necesario que conozcas todo su trasfondo teológico e histórico. ¡Fíate de la Palabra! Las palabras son imágenes. Y las imágenes abren siempre una ventana al cielo. La Palabra es eficaz. Si dejas que la Palabra descienda sobre ti, ella realizará la sanación, la liberación, la redención. Te sentirás diferente, más sereno, más lleno de esperanza. Te deseo que la luz de la Palabra de Dios ilumine tu corazón para que veas en ti tu propia luz, la luz divina que brilla en ti y te sumerge en Dios, el único en quien llegarás a ser plenamente tú mismo y reconocerás tu propia dignidad.


ALEGRÍA DE VIVIR
El arte de la vida es sentir la alegría indestructible dentro de las dificultades de la vida.
La alegría es una emoción elevada y una emoción elevada hace que la persona sea amplia y sana.
En cada uno de nosotros hay una fuente de alegría.
El arte consiste en desarrollar la alegría indestructible en uno, de modo que aun en el fracaso, en el colapso, esa alegría no se pierda del todo.                   
Conozco a tantas personas que cortan una parte de su cuerpo cuando van a la iglesia, solo llevan su parte piadosa, así no pueden vivir.
Quien no hace duelo se vuelve rígido internamente, el duelo lleva de vuelta a la vida.
No es Dios el juez inmisericorde, nosotros lo somos.
Ser limpio o puro no significa no tener errores, sino tener un núcleo puro y estar conectado una y otra vez con ese centro.
Ser pacífico significa no solamente hacer la paz hacia fuera, sino justamente hacia adentro.
En nuestras debilidades y en nuestras fortalezas, en nuestras enfermedades y en nuestra salud, seamos permeables para Dios. 
En cada situación, en cada pérdida uno encuentra un nuevo desafío para lograr felicidad.
Yo experimento la vida así como la interpreto y esa es nuestra propia responsabilidad.
La alegría quizás a lo largo del tiempo se hace más silenciosa, más tierna, más dulce, más suave.
APRENDER A DESPEDIRSE
La despedida duele.
Tener que despedirse de una persona a la que se tiene cariño puede desgarrarle a uno el corazón.
Pero las despedidas son inevitables.
No podemos retener al otro.
Él desea seguir su camino y tiene que hacerlo para realizar su vida.
Nuestro curso vital conoce innumerables despedidas.
Tenemos que despedirnos de un entorno familiar porque deseamos estudiar en otro lugar,
porque hemos encontrado un trabajo.
Todo cambio exige una despedida.
Sólo con la despedida podemos confiarnos realmente a lo nuevo, y sólo así lo nuevo puede arraigar en nosotros.
RENUNCIAR A SER CARCELERO
Muchos quisieran sujetar a todas las personas con las que se han familiarizado. Quisieran continuar una amistad. Pero hay amistades que sólo son buenas durante cierto tiempo; luego continúan por rutina, se mantienen por compromiso o por no herir al otro; pero no hay ya sintonía.
Es el momento de la despedida. Entonces trato con el otro cortésmente; le doy a entender que puede tomar otro rumbo. Y quedo libre para emprender algo nuevo.
Hay una despedida que duele especialmente. Es la de la pareja conyugal o de la amiga con la que alguien intentó convivir de por vida. Muchos tienen que pasar hoy por esta  dolorosa despedida. Una amistad que se deshace. O un matrimonio que no puede continuar porque los cónyuges se hieren mutuamente y convierten la vida en un infierno.
Muchos, en lugar de hacer una verdadera despedida, regatean su separación con el abogado y siguen peleándose; el amor degenera en odio. Los terapeutas de parejas han desarrollado un ritual para tales situaciones, destinado a lograr una despedida cortés.
Ese ritual pide que yo haga memoria de las buenas experiencias que tuve con el cónyuge, que le exprese mi gratitud por todo lo que hizo por mí. Sólo entonces puedo decirle por qué, a pesar de ello, hemos de separarnos. Cada uno podrá seguir su camino sin tener que borrar los últimos años de su vida. Ambos pueden aceptarlos agradecidos, y luego buscar libremente cada cual su destino sin amargura, sin inculpaciones, sin desgarramiento.
Pero no se despide uno tan sólo de sus semejantes. Tenemos que despedirnos de costumbres, segmentos biográficos, modos de vida. El que nunca se ha despedido de su infancia proyectará siempre sus deseos infantiles.
El que nunca se ha despedido de su pubertad, seguirá preso de las ilusiones que se forjó sobre la vida. Tenemos que despedirnos de nuestra juventud si queremos ser adultos, de nuestra soltería si queremos casarnos, de nuestra profesión si envejecemos. Pero, sobre todo, tenemos que despedirnos de las heridas de nuestra historia vital.
Que el ángel de la despedida te ayude a licenciar todos los modelos que dificultan la vida, como el modelo del perfeccionismo, que te obliga a controlarlo todo, o el modelo de la autoagresión, que te impulsa a buscar la culpa en ti o a desanimarte. Tienes que arrumbar el modelo que te obliga a demostrarle a tu madre tu valía por el rendimiento.
Quizá ahora sea la escuela o la Iglesia el objeto de tus planes; pero sigue siendo el viejo modelo por el que te riges.
Si no licenciamos los antiguos modelos de vida, nos obligamos a lesionarnos o lesionar a otros.
Ojalá que el ángel de la despedida te ayude a licenciar tu pasado y los antiguos modelos de vida, para que puedas vivir totalmente en el presente y realizar tus posibilidades latentes, para que pueda crecer lo nuevo e insospechado que hay en ti". 


Más adelante in extenso explicaré el por qué no acepto que para el subconsciente mental se use el sinónimo de inconsciente jungiano.

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De los contrarios a Anselm Grün


-I-
Fray Nelson Medina, O.P.
Razones muy serias me llevan a responder en público a las consultas que he recibido de varios de nuestros lectores. La respuesta tiene que ser concreta y sencilla, y lo es: NO asistan a las conferencias o reuniones del monje Anselm Grün, a pesar de que aparece recomendado por varias instituciones católicas serias. NO compren la literatura que propaga este benedictino. La enseñanza de este popular religioso alemán no es claramente católica en lo que atañe a la moral, ni parece serlo en lo dogmático. Su tendencia es la del gnosticismo psicoanalista.
No tengo nada personal contra él pero me duele que mucha gente crea que su pensamiento de la “mente amplia” es concorde con el Evangelio, porque no lo es.
Oremos unos por otros. Siempre. Pidamos conversión unos por otros. Siempre. Permanezcamos firmes en la fe íntegra de la Iglesia. Siempre. Soy consciente de que algunos de los puntos aquí expuestos son materia de discusión. Precisamente para que haya un diálogo amplio y equitativo, expongo con claridad y de manera abierta mi posición, que en todo quiere ser fiel a nuestra Iglesia Católica.
Isabel Gómez, representante de la Editorial San Pablo en Colombia, afirmó sobre el monje alemán Anselm Grün: “Es el escritor más famoso de espiritualidad que tenemos actualmente…” A juzgar por la presencia de las obras de este benedictino, es así. He visto con mis propios ojos librerías católicas que tienen estantes llenos de títulos suyos. Se trata de un autor prolijo, de enorme acogida y por lo tanto, de notable influencia.
Es un personaje polémico también, que ha llegado a nuestro país [Colombia] precedido por señales ambiguas. En efecto, quedó claro, ya entonces, que sus libros son leídos y traducidos ampliamente pero que su doctrina no da total confianza. Después de examinar los hechos, y de orar yo mismo, vi que era mi deber recomendar a la gente que no asistiera a las actividades que se habían preparado en torno a su visita. Comprendo perfectamente que es una medida hasta cierto punto extrema, y también un planteamiento que pudo resultar seriamente antipático o agresivo para algunos. Pero, ¿qué alternativa había, si hasta la Conferencia Episcopal de Colombia parecía dar su “placet” a la predicación de este monje?
Dificultades ya visibles antes de la llegada de Grün a Colombia
Si una persona con la influencia de Grün dice: “Debemos evitar ver la homosexualidad como un pecado,” ¿qué consecuencias tiene eso, cuando es clara la agenda del lobby gay en tantos de nuestros países? En el momento en que Colombia debate la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, ¿se puede traer a un autor que claramente niega lo que enseña la Iglesia? Esto dice el catecismo de la Iglesia, en el número 2357:

La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

¿Es ese el catecismo de Grün? En el mismo link señalado, Grün dice: “Me veo en general en concordancia con la tradición católica.” ¿Es eso todo lo que se puede pedir de un predicador que es escuchado en decenas de países, traducido a muchas lenguas, y que es referencia de espiritualidad para miles y miles de personas? Para que alguien reciba el aval de la Conferencia Episcopal de Colombia, y para que se presente en el Canal Cristovisión (que se llama “el canal de la Iglesia”) basta con estar “en general en concordancia con la tradición católica”? Cuando yo veo que hay papás que luchan por ayudar a sus hijos e hijas a clarificar su identidad como personas y como seres sexuados, ¿el servicio que les prestamos es traer a este hombre para quien es suficiente concordar “en general” con la Iglesia?
Hay otro punto, que ya entonces me parecía muy preocupante. Grün viene de la meditación zen y del mundo del psicoanálisis de Carl G. Jung. Es verdad que autores no cristianos pueden usarse, como Santo Tomás utilizó tantas categorías y estructuras de pensamiento de Aristóteles, pero por más intensa que fue mi búsqueda, no pude encontrar una sola referencia en que Grün se deslindara de las conocidas posturas “arquetípicas” o panteístas tan propias de Jung. Para que se sepa de qué hablamos aquí, tómese este pensamiento de Jung, a quien Grün reconoce como alguien que le ha animado y guiado en su espiritualidad: “Si era el Logos y el Cristo eternamente viviente, nosotros no lo sabemos. De todas formas no tiene importancia, ya que la imagen del hombre-Dios está viva en cada uno de nosotros…” No importa Cristo, su carne, su historia, su sacrificio: importa que hay una idea (una gnosis, de hecho) que nos inspira, nos sosiega, nos mueve a obrar. Veremos que eso exactamente es lo que propone Grün. Basta la idea. Si la idea tiene efecto para tu terapia, con eso es suficiente.
Hasta aquí he expuesto por qué veía, y sigo viendo, en Grün un caso de lobo con piel de oveja, y por qué pedí que no se asistiera a nada suyo. En asuntos tan serios como la sexualidad humana o la historicidad de la carne de Cristo no se espera que tengamos un acuerdo “general” con la Iglesia. Se espera de ti, Anselm, que seas claro en proclamar la verdad del que murió en la cruz para perdón de nuestros pecados.
Necesitamos vigilar más lo que emiten los canales católicos. En el mismo canal Cristovisión se dio amplio espacio a toda la agenda de Grün en Colombia. Es algo que lamento y lamentaré en público, porque el daño se hizo en público.
El mismo canal ha publicado videos que nos ayudan a precisar qué tipo de daño puede venir de una persona tan culta, tan amable, con un lenguaje tan respetuoso y un tono de bondad tan cercano y cálido. No digo que sea una persona hipócrita; eso sólo Dios lo sabe. Digo que su apariencia cautiva pero su enseñanza desvía, o por lo menos no apunta con decisión en la dirección de la fe de la Iglesia.
En amplia entrevista con el P. Ramón Zambrano, fundador y director de Cristovisión, y a quien ciertamente considero mi amigo personal, podemos ver en más detalle por qué preocupa Grün.
¿Por qué ese lenguaje tan ajeno a nuestra fe?
Voy a lo concreto: En 45 minutos de entrevista, con preguntas serias y profundas hechas por el P. Zambrano, ¿oyó alguno de ustedes que el monje mencionara, siquiera una vez, alguno de los siguientes términos: pecado, redención, arrepentimiento, conversión, Cruz de Cristo, Sangre de Cristo, gracia, perdón (de Dios), sacramentos, magisterio, cielo, infierno? Pregunto: ¿cuántos párrafos puedo leer de San Pablo, de Santa Teresa, de San Agustín o de Santa Catalina de Siena sin que aparezcan uno o muchos de esos términos, que son el alfabeto en que se escribe el mensaje del Evangelio? Si alguien de veras representa la espiritualidad cristiana, y no necesita de ninguno de esos términos para presentar su mensaje, ¿no es ello demasiado extraño? ¿Qué diría usted de un matemático que hablara 45 minutos sin mencionar una sola ecuación, un solo teorema, una sola conjetura, un solo axioma? Esto lo comento porque no es un criterio superficial. Lectores todos: si un predicador no menciona pronto el amor de Cristo hasta el extremo de la sangre, y no menciona con gozo que esa efusión es la fuente de nuestra salvación, ¡cuidado! Probablemente estamos ante alguien que no necesita más que la “idea” de Cristo.
Con honestidad de su parte, Grün comenta que la tradición de la Iglesia no le resultaba suficiente; aunque asegura que posteriormente logró vincular la psicología, la filosofía y los Padres de la Iglesia.
Una confusión inexplicable
Algo muy extraño sucede en el minuto 6 de ese video, donde la traductora, Carolina Salamanca, dice literalmente, y como traducción de lo expresado por Grün:

Para la teología siempre ha sido importante estar en contacto con la filosofía, con la psicología, con las otras ciencias. Y eso lo hizo también, por ejemplo, Santo Tomás de Aquino, quien no citó nunca a ningún autor cristiano sino que citó a Aristóteles, que no era cristiano.

Yo no logro entender cómo esa frase fue emitida al aire, y cómo no fue corregida ni por el P. Ramón, ni por Carolina, que además de traductora es filósofa, ni por el mismo P. Grün, que recibió todas las preguntas en español–prueba de que sí entiende nuestra lengua. Alguien con buen conocimiento del alemán podrá explicar qué sucedió ahí porque yo me niego a creer que este monje haya dicho que Tomás de Aquino “no citó nunca a ningún autor cristiano” Aún así, me duele que semejante frase no haya sido contestada o corregida de inmediato.
Algunos puntos positivos
Es de alabar, por el contrario, la claridad con que Grün dice que “es importante el diálogo con las otras religiones, pero no podemos mezclarlas.” Dice seguidamente que está escribiendo un libro con una maestra budista. Como él mismo aclara que el budismo lleva al vacío, mientras que el cristianismo lleva al amor, un amor que es más que sentimiento, uno no entiende qué utilidad tiene crear la impresión de que un monje budista y uno cristiano están en lo mismo, puesto que escriben una misma obra.
Hablando de lo positivo, incluyo que Grün expresa con sencillez la tentación que todo consejero puede tener de creerse capaz de cambiar al ser humano. El papel del consejero o del terapeuta puede ser acoger, escuchar, sugerir, pero no cargar con los problemas del otro, ni menos suplantar a Dios. Debe en cambio orar, y ofrecer en su oración lo que conoce de los problemas de quienes se acercan.
Otra idea importante: la psicología ayuda a ver lo que hay que sanar pero es Jesús quien viene a transformar.
Uno quisiera que todo fuera así de sano y claro, pero no es así. Lo cierto es que, aun en un programa relativamente corto, hay varios puntos doctrinales seriamente errados.
Enseñanza gravemente insuficiente sobre la sexualidad
Al referirse a la sexualidad, Grün enfatiza dos peligros: adicción y represión. Son límites extremos para evitar, como creo que estaremos de acuerdo todos, pero además de ellos, y mucho antes de llegar a ellos, hay mucho más que la Iglesia ha dicho. Lamentablemente Grün no da un criterio claro sobre qué puede ser bueno o malo; la puerta al subjetivismo queda abierta de par en par. Habla él de “humanizar” la sexualidad. De acuerdo, pero ¿basta eso como criterio? Por ejemplo: ¿está “deshumanizada” la sexualidad en el hombre que deja su matrimonio, que le parece muy conflictivo, para “rehacer” su vida con una nueva esposa? Ese hombre, ¿qué entiende o saca de las palabras del benedictino? Casándose de nuevo, por la Iglesia o sin la Iglesia, él no está ni muy adicto, ni muy reprimido, ni muy deshumanizado.
Otro caso: los jóvenes que fornican sin vínculo de matrimonio, pero que tienen, por decir algo, dos o tres relaciones a la semana, ¿se sentirán adictos? ¿Se sentirán reprimidos? ¿No quedan entonces autorizados para seguir en lo que están? Quien se masturba pero “no demasiado,” según su propio criterio, ¿qué entiende de la perspectiva del conocido monje? Y pregunto yo: ¿no son las cámaras de la televisión una oportunidad magnífica para dar esperanza y consuelo, pero a la vez, para mostrar una dirección y para elevar el estándar moral de nuestra cultura? Personalmente me sentí muy decepcionado no por lo que Grün dijo sobre este tema, sino por lo muchísimo que dejó de decir, complaciendo tácitamente al espíritu de este mundo.
Confusión Jungiana en cuanto al demonio y al pecado
Lo que Grün dice sobre el diablo, o sobre los demonios, no es la enseñanza de la Iglesia. El benedictino afirma que la teología dogmática [¿según los dogmas de quién?] enseña esto: “el diablo y los demonios son poderes personales pero no son personas; impiden mi desarrollo personal; pertenecen como a mi lado oscuro; pero el diablo no es persona como Dios es persona o como un ser humano es persona; pero el diablo es una imagen de la dimensión profunda del mal.” Ahí tienen ustedes a Jung: el arquetipo de la maldad no existe más que como arquetipo, o eso piensa Grün.
¿Cuál es la “teología dogmática” esa, que está por encima de lo que se lee claramente en tantos pronunciamientos del Magisterio de la Iglesia? Leemos, por ejemplo, en el Catecismo, números 2850 a 2852:

La última petición a nuestro Padre está también contenida en la oración de Jesús: “No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno” (Jn 17, 15). Esta petición concierne a cada uno individualmente, pero siempre quien ora es el “nosotros”, en comunión con toda la Iglesia y para la salvación de toda la familia humana. [...] En esta petición, el mal no es una abstracción, sino que designa una persona, Satanás, el Maligno, el ángel que se opone a Dios. El “diablo” (diá-bolos) es aquél que “se atraviesa” en el designio de Dios y su obra de salvación cumplida en Cristo. “Homicida [...] desde el principio [...] mentiroso y padre de la mentira” (Jn 8, 44), “Satanás, el seductor del mundo entero” (Ap 12, 9), es aquél por medio del cual el pecado y la muerte entraron en el mundo y, por cuya definitiva derrota toda la creación entera será “liberada del pecado y de la muerte” (Plegaria Eucarística IV, 123: Misal Romano).

¿Por qué entonces dice Anselm Grün que el diablo no es una persona sino “una imagen de la dimensión profunda del mal”?
Una grave consecuencia de identificar el tema bíblico de los demonios con las partes oscuras de la personalidad humana es algo que aparece al final de la entrevista con el P. Zambrano. Según Grün, uno debe aprender a tener “paz” con esa parte oscura de uno mismo. Es decir: el mal no es para vencerlo sino para aprender a negociar y convivir con él. Según él, el pecado es algo que siempre va a estar, y lo que yo debo lograr es que los enemigos se vuelvan amigos, algo así como que están pero sin poder.
Se ve que de la negación del demonio se pasa a la negación de la realidad del pecado, visto ingenuamente como una “parte oscura” con la que yo aprendo a vivir en paz. De hecho, Grün omite del todo la palabra “pecado.” Por eso mismo, el ser humano no necesita propiamente ser redimido, sino sólo ser iluminado, para que acepte su parte oscura.
¿Qué puede ser la fe en semejante esquema tan distorsionado? En la Biblia y en el Catecismo la fe es siempre “respuesta.” En el n. 154 se la describe como “depositar la confianza en Dios y adherirse a las verdades por Él reveladas.” Por contraste, en el planteamiento de Grün, la fe queda reducida a una “fuerza interior,” de modo que el gran consejo para superar las crisis es este: “Confía en tu fuerza interior.” No veo yo distancia alguna con el gnosticismo típico de la Nueva Era.
¿Y por qué la Iglesia no se ha pronunciado sobre estos errores de Anselm Grün?
Esa es una gran pregunta. El P. Martín Sepúlveda, Paulino, dijo en un magazín de Cristovisión que no hay ninguna condena oficial sobre Grün. Tiene razón el P. Sepúlveda. Espero yo, sin embargo, que lo que se ha dicho aquí, y lo que puede leerse en otros lugares, mueva a las autoridades no a condenar a Grün sino los errores de su enseñanza. El primero que será beneficiado, y que un día podrá agradecerlo será el mismo monje.


-II-
El sacerdote uruguayo Horacio Bojorge, S.J. denuncia los errores del «gurú» de la «autoayuda» (Anselm Grün). Asimismo, el P. Horacio Bojorge critica la difusión en la Iglesia de las herejías del benedictino Anselm Grün.
¿El sembrador o las semillas?

Anselm Grün: interpretación psicologicista.
El sentido acomodado no es sentido bíblico

Anselm Grün interpreta la parábola del sembrador y muchos otros pasajes evangélicos en una clave psicologista, que no es un sentido propiamente bíblico sino un sentido acomodado o traslaticio. El Sentido bíblico es el que intentó el escritor sagrado. El sentido acomodado o traslaticio, es un sentido ajeno al sentido bíblico, que le atribuye arbitrariamente un lector.
El benedictino alemán Anselm Grün ha dedicado un libro a la explicación del Evangelio de Marcos. En ese libro yuxtapone, como si fueran igualmente buenas, interpretaciones bíblicas verdaderas con otras interpretaciones psicologistas, que son ajenas al sentido literal del evangelio y son solamente traslaticias o acomodadas a sentidos psicológicos, no bíblicos. Para él Jesús es "camino hacia la libertad". Pero no se trata de la libertad evangélica de los hijos de Dios, sino de la libertad de los psicólogos para la autorrealización y la autonomía del yo. Al explicar nuestra parábola, Grün cree encontrar en ella sus propias teorías sobre cuatro tipos de hombre. Y si bien Anselm Grün habla de Jesús, de la Palabra de Dios, de la apertura a la palabra del Evangelio y de los frutos que dará en su vida el recibirla, una lectura atenta demuestra que su interpretación no es propiamente bíblica, sino que va en un sentido predominantemente acomodado o translaticio, que no puede llamarse propiamente sentido bíblico, y que pone al lector en una pista por lo menos distractiva, de naturaleza psicológica más que religiosa. Anselm Grün - me comentó certeramente un obispo amigo - lee el Evangelio como un libro de autoayuda.
Para Anselm Grün, Jesús habla, en la parábola, de "cuatro tipos de hombre que escuchan la Palabra de Dios". "Jesús quiere advertirnos para que no tomemos la Palabra de Dios superficialmente". Pero él lo hace al pasar de largo sobre el sentido literal que es el que el autor sagrado dijo y quiso decir. Los daños que Anselm Grün considera que se siguen de no recibir la semilla en buena tierra son de orden psicológico y no religioso. Da la impresión de que la interpretación de Anselm Grün no servirá al lector para entrar en el misterio del Reino, sino que lo dejará oyendo sin entender, viendo sin ver, y en último término sin convertirse para obtener el perdón al entrar en la comunión de fe y amor con Cristo y con el Padre.

La acomodación psicologista de Anselm Grün

Edit me pidió, en su comentario, que le aclarara más lo del “sentido acomodado” o “traslaticio” porque desea entender mejor los abusos interpretativos que practica Anselm Grün – que no está solo en este extendido vicio - cuando presenta como equivalentes las interpretaciones tradicionales por un lado y los sentidos acomodados y traslaticios como si fueran sentidos bíblicos auténticos, por el otro.

Anselm Grün y Eugen Drewermann

Para entender el método que practica Anselm Grün conviene tener en cuenta que, en la década de 1990, el sacerdote alemán Eugen Drewermann había sido suspendido de su cátedra en Paderborn y, más tarde, también suspendido en el ministerio sacerdotal. El motivo fue que Drewermann sostenía una interpretación psicologista del mensaje bíblico y evangélico, descalificando las interpretaciones católicas tradicionales como erróneas. Sus tesis eran una plasmación de la doctrina modernista de la revelación de Dios inmanente al alma en forma de fenómenos psicológicos, en la línea de las doctrinas de Sigmund Freud y Carl Jung.
Anselm Grün, naturalmente, ya no hace lo mismo. Sería suicida. De haberlo hecho se hubiera expuesto a correr la misma suerte que Drewermann, si se hubiera topado, como éste, con un pastor celoso como lo fue el Arzobispo de Paderborn, Mons. Johannes Joachim Degenhardt. El arzobispo Degenhardt soportó a pie firme la tormenta desatada en los medios en su contra por su intervención en el caso Drewermann. Juan Pablo II reconoció el mérito del coraje del Arzobispo y lo promovió al cardenalato.
Anselm Grün, aunque manifiesta sus simpatías por los enfoques de Drewermann citándolo en su bibliografía, se guarda de imitar la brutal sinceridad de su maestro.
Lo que hace Anselm Grün no es negar de plano, como Drewermann, la interpretación tradicional del Evangelio y proponer sustituirla por una interpretación psicologista de corte entre analítico y junguiano. Su método apunta a una sustitución pragmática sin entrar en una refutación teórica.

El evangelio como libro de autoayuda

Anselm Grün presenta las interpretaciones bíblicas correctas, de autores reconocidos, como por ejemplo Pesch, pero las yuxtapone, a sus interpretaciones psicologistas afirmando que son equivalentes: "o también". Grün baraja sentidos bíblicos reinterpretados en sentido acomodado o traslaticio. El confiado lector se encuentra con el relato evangélico y su sentido literario tradicional que le es familiar, pero también se le sirve, en el mismo plato, la acomodación psicológica, como si fuera igualmente válida.

Jesús camino hacia la libertad…

Para mostrar en qué consiste este procedimiento, tomo aquí un ejemplo del comentario de Anselm Grün al Evangelio de Marcos titulado: Jesús, camino hacia la libertad. El evangelio de Marcos. [Editorial Verbo Divino, Estella (Navarra) 2006].
Ya desde el título de la obra Anselm Grün ensaya uno de sus pases de magia. Jesús es camino hacia libertad. La afirmación la suscribirá cualquier creyente. Pero...

Pero ¿hacia qué libertad?...

La libertad de que habla Anselm Grün no es la misma de la que habló Jesús y se lee en Marcos. Según lo presenta Anselm Grün, Jesús ya no es el camino hacia la libertad porque sea el camino que nos conduzca al Padre, y porque nos convierta en hijos y nos de la libertad de los hijos.
La libertad de que habla este monje, se ha soltado, sin negarla explícitamente, de su relación a la meta real del camino de Jesús. Y la libertad de la que habló Jesús ha quedado sometida y reducida a un concepto pre-cristiano o preter-cristiano de libertad. Y la misión de Jesús ha quedado reducida a una función de liberador terapéutico por vía de un agudo conocimiento psicológico y una praxis que, en el fondo, es puramente natural, intramundana y psicológica.

La resurrección de la hija de Jairo según san Marcos (5, 21-43)

Para advertir mejor los malabarismos retóricos de Anselm Grün, partamos primero del sentido literal en san Marcos. El evangelista Marcos, antes de llegar a este relato de resurrección de un muerto, ha venido mostrando el poder de Jesucristo primero sobre el viento y el mar, luego sobre los demonios, y ahora sobre la vida en su origen (el seno de la hemorroísa) y en su final (el lecho de muerte de la hija de Jairo).
Marcos quiere decirnos que en Jesús se encuentran todos los poderes que la Sagrada Escritura reconoce como exclusivos de Dios: Jesús es Señor de los elementos de la naturaleza, Señor que tiene poder sobre los demonios y Señor de la vida y de la muerte. La intención de Marcos es pues decirnos quién es Jesús y reconocerle poderes divinos. Veamos ahora lo que interpreta Anselm Grün de espaldas a este sentido literal y en realidad sustituyéndolo.

La “curación” de la hija de la hija de Jairo según Anselm Grün

Anselm Grün proyecta en el texto evangélico una interpretación psicológica, de consejería familiar, totalmente ajena a la intención de Marcos y por lo tanto al sentido literal del pasaje.
En primer lugar hay que notar que Grün evita hablar de resurrección de la niña (Ver páginas. 60-61).
Él habla de “curación”. Y nos explica, con pericia de psicólogo, que su enfermedad habría sido causada por un mal vínculo con su padre.
El texto evangélico trataría, según Grün, de: “cómo se desarrolla una chica que pasa inadvertida para su padre… con tantas responsabilidades como él tiene, él ignora a su hija, y ella se pone enferma, incluso muere. Ella no puede vivir. El padre ve que no puede ayudar a su hija, a pesar de toda su piedad y de su alta posición. Y entonces se produce el primer paso de la terapia [¡terapia de una muerta?] él va a otro [¿a cualquier otro? parecería que en este caso se da la casualidad de que es Jesús], se arrodilla ante Jesús y le pide ayuda. Él reconoce su impotencia. Se trata de un paso muy importante para la curación [¡por qué evita Grün decir: “resurrección”?] de su hija. Si el padre suelta su poder, con el que cree dominar todo, entonces podrá liberar también a su hija del asidero estrangulador de su mano”.

¡Otro padre torpe más! ¡Cuidado con Dios Padre!

Nótese que en esta interpretación acomodaticia, no se nos dice palabra ni de la fe del padre ni de su oración, ni de que acuda a Jesús y no a un psicólogo.
Anselm Grün tiene una visión del padre que es más bien tributaria de la depreciación cultural y de la demolición de la autoridad paterna, y al final, de toda autoridad. Jesús es un camino hacia la libertad de toda autoridad, sobre todo de la autoridad del Padre.
La autoridad del Padre tiene un efecto estrangulador [la elección terrorista de la palabra]sobre la niña.
¿Y la del Padre celestial sobre nosotros? ¿Acaso viene Jesús, como afirmaba Freud, a liberarnos de Dios Padre, en vez de hacernos libres precisamente al hacernos hijos?
Un poco más adelante, Anselm Grün sigue su explicación, olvidado de la resurrección, del poder de Jesús y de la intención de Marcos: “Jesús siente que la relación del padre con su hija está determinada por el miedo. Los padres quieren tenerlo todo controlado. Les resulta difícil soltar a su hija y confiarla al poder curativo de Dios” […] “El miedo del padre le lleva a controlar a su hija o bien a fijarlo todo para que ella corresponda a sus ilusiones. El padre cuida a la hijo no porque confía en ella, sino porque é mismo quiere moldearla en lugar de rendirse al modelo que Dios le ha introducido”.
Anselm Grün nos informa acerca de Jairo como si lo hubiera conocido ¿Por qué se calló Marcos todos estos detalles que nos hubieran explicado todo mucho mejor, sin necesidad de resurrección, de milagro y hasta sin Jesús?
Pero además Anselm Grün desvía la atención del lector del evangelio de la verdadera intención del autor inspirado y del texto, - que es decirnos quién es Jesús -, hacia recetas de consejería familiar, que no son malas en sí, pero que aquí están fuera de lugar y tergiversan el sentido del texto bíblico.
En conclusión:
¡Es abusivo leer el evangelio como un libro de autoayuda y/o de consejería familiar! Más vale no mezclar los géneros literarios. El Evangelio sea Evangelio. Y para autoayuda y consejería familiar, no echar mano de comentarios bíblicos. Es confundirlo todo.
EL SENTIDO LITERAL
1. Sentido y Significado
Se ha de distinguir entre sentido y significado
Una palabra puede tener muchos significados. El “sentido” es el significado que una palabra tiene en un determinado texto.
2. Otras designaciones
El sentido literal se llama así porque es lo que expresa la letra del texto.
También se lo llama:
a) directo, porque es el término inmediato de las palabras
b) histórico: porque expresa el intento del hagiógrafo (= escritor inspirado) en su momento histórico
c) lógico: porque se deduce mediante leyes de lógica elemental
d) gramatical: porque se logra mediante la aplicación de las leyes gramaticales
3. El sentido literal es uno solo
El sentido literal ya sea propio o metafórico, es único en cada texto
Todos los pasajes de la Escritura tienen un único sentido literal, ya sea propio, ya sea metafórico. Por lo cual, una vez determinado el sentido literal, es inútil investigar o pretender encontrar otros en el mismo pasaje. La unidad del sentido literal del texto bíblico lo enseña el magisterio eclesiástico de pontíficies y concilios. Es de fe.
Este es uno de los errores señalables en los comentarios evangélicos de Anselm Grün quien, además del sentido literal generalmente reconocido de un texto evangélico, como si este no fuera suficiente o satisfactorio, le yuxtapone una interpretación psicológica como segundo sentido del texto.
4. El sentido literal es el único fundamento de la argumentación teológica
El único sentido que tiene valor probativo en el razonamiento teológico es el sentido literal. Y como argumento probatorio, su valor es definitivo.
Una vez determinado el sentido literal, es Dios quien lo dice por el autor inspirado. Por lo cual es palabra de Dios.
Si Marcos habla de resurrección de la hija de Jairo, Dios dice que fue resurrección. Es inapropiado e induce a error y confusión que, como lo hace Anselm Grün, se refiera a él como “curación”.
La valoración y determinación o definición definitiva del sentido literal de los textos bíblicos lo tiene el Magisterio de la Iglesia, que es la única que tiene poder para interpretar auténticamente la Sagrada Escritura.
5. Conclusiones deducidas del sentido literal
Del sentido literal de un texto se pueden deducir conclusiones. Esas conclusiones son de diversa índole según que estén dentro de la intención de las mismas palabras del sentido literal, o no lo estén. En el primer caso son también bíblicas. En el segundo caso no.
DIVISIÓN DEL SENTIDO LITERAL
La división del sentido literal se puede hacer atendiendo a diversos aspectos del mismo.
a) Por razón de la materia de que trata
1) Alegórico: si la materia se relaciona con lo que ha de creerse
2) Tropológico: si versa sobre temas de conducta moral
3) Anagógico: si se refiere o afecta a la vida futura directamente
b) Por razón de la significación de las palabras que se usan
1) Propio: si se toman las palabras en su sentido directo
2) Impropio: si se toman en sentido figurado o metafórico
c) Por razón del estilo usado
Los diversos “géneros literarios” histórico, didáctico, poético, profético,
sea de palabras, frases, secciones o partes de libros o enfoques totales de libros.
d) Por razón de la riqueza de contenido
1) Histórico: que expresa hechos que conoció el hagiógrafo
2) Pleno: el contenido que Dios pone en la letra sin que lo sepa el hagiógrafo
e) Por razón de la inspiración bíblica
1) Bíblico: a) histórico; b) pleno
2) No bíblico:
a) consecuente: algunos aspectos del sentido literal que se deducen necesariamente por raciocinio a partir del sentido literal
b) acomodado: que se aplica a otro propósito del que lo usa el hagiógrafo. A este tipo de sentido no bíblico, pertenecen las interpretaciones psicológicas que propone Anselm Grün.
EL SENTIDO ACOMODADO NO ES SENTIDO BÍBLICO
A pedido de Edita prosigo explicando mejor en qué consiste el sentido acomodado que hemos señalado a propósito de los comentarios bíblicos de Anselm Grün.
El sentido acomodado es un sentido que atribuye al texto un lector, pero que es ajeno al sentido que quiso darle - y de hecho le dio -al texto, el autor sagrado, inspirado por Dios.
Podría llamarse también sentido “atribuido” por un lector. Por lo cual, este “sentido” no es Palabra de Dios, sino que es, simplemente, palabra de hombre.
En efecto: “para que el intérprete [que es un lector] de la Sagrada Escritura comprenda lo que Dios quiso comunicarnos, debe investigar con atención qué pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos” [Constitución Dei Verbum Nº 12].
El sentido acomodado es, por lo tanto, un sentido ajeno al sentido literal, que como se ha dicho, es el único inspirado por Dios y digno de prestarle fe. Es, por eso mismo, el único válido para argumentar en teología.
El sentido literal, ya lo dijimos antes, es el que pretendió dar a sus palabras el autor sagrado.
El sentido acomodado es el que le atribuye al texto un lector, no su autor.
La acomodación se presta por lo tanto a cometer una verdadera usurpación de la Palabra de Dios, su tergiversación ingenua o maliciosa, (lo mismo da). Se presta a cobijar bajo la autoridad divina, las propias ideas, ideologías y pensamientos. Puede prestarse a veces a cometer una verdadera estafa del sentido literal auténtico del texto sagrado, escamoteándolo y sustituyéndolo por un sentido puramente humano pero disfrazado de Palabra de Dios. Realmente: una falsa profecía.
En cuanto que el sentido acomodado es una atribución: la atribución puede quedar implícita [atribución mental] o afirmarse explícitamente como sentido literal [atribución argumental]. Puede ser ingenua por simple error, o puede ser advertida, pretendida e intencional. A su vez, esta atribución intencional puede ser simplemente decorativa o bien puede ser esgrimida argumentalmente, utilizada con fines humanos, como es el caso de las acomodaciones psicológicas y de consejería en los escritos bíblicos de Anselm Grün.
Los que pretenden que le es lícito al lector atribuirle sentidos diversos a los textos de la Sagrada Escritura, pierden de vista la doctrina católica de la inspiración y – con ella - la diferencia que existe entre autor y lector, desde el punto de vista de Dios y de la acción del Espíritu Santo en el uno o en el otro.
El autor tiene el carisma de la inspiración. El lector o intérprete no.
Éste debe atenerse al sentido literal y prestarle fe; debe argumentar partiendo de él y fundándose en él. Le es lícito sacar consecuencias del sentido literal (sentido consecuente) pero no atribuirle sentidos que eran ajenos a la intención del autor.
“Se entiende por sentido acomodado – dicen Tuya-Salguero – el uso [!!!] de los textos bíblicos, aplicados a otro propósito del que fue intentado por el hagiógrafo”.
Obsérvese bien: El que acomoda la Escritura, ¡la usa!, o sea se apropia de ella y la instrumentaliza para sus propios fines, que pueden ser ajenos y aún contrarios a la intención de Dios y del autor Sagrado. Es un uso que se hace de los textos bíblicos. Usar e instrumentalizar supone un adueñarse de la palabra para los propios fines. El creyente en cambio, no es dueño del sentido de la escritura, sino su servidor y oyente, que obedece a la Palabra de Dios.
“El fundamento de la acomodación – prosiguen Tuya y Salguero – es cierta analogía que puede haber entre un texto en cuestión y el propósito distinto al que quiere traérsele [aducirlo]”
“Este fundamento analógico del texto puede ser doble: si está basado en el contenido del mismo, entonces hay la “acomodación real”, o “por extensión” [sentido consecuente] si está basado sólo en la semejanza o asonancia material de las palabras, hay la “acomodación verbal”, o “por alusión” [al texto bíblico].
Cuidado con la irreverencia
Cuando la acomodación se hace sin suficiente fundamento espiritual y religioso, hay que aplicar la advertencia de Tuya y Salguero:
“se ha de tener muy presente que no se han de “acomodar” con violencia, pues sería traer esos pasajes a contrapelo, y no quedaría exento su uso de irreverencia para con la palabra de Dios. Y, en consecuencia, que no se puede sacar argumento dogmático tomado de esta palabra de Dios, ya que se la toma sólo por “analogía”.
Hay una irreverencia muy difundida en ambientes religiosos que usa palabras de la Sagrada Escritura en situaciones o para fines profanos. Por ejemplo: se produce un apagón en un convento y alguien exclama jocosamente “¡Hágase la luz!”. Todo un Señor Presidente, termina un discurso invitando a su país con la frase de Cristo: “¡Levántate y anda!”.
Si el segundo mandamiento prescribe no tomar el Santo Nombre del Señor en vano, cae bajo la misma prohibición no tomar sus santas palabras en vano ni para la broma o sin necesidad. Hacerlo es faltar al segundo mandamiento
.


-III-
LOS ERRORES TEOLÓGICOS DEL MONGE ANSELM GRÜN
Espiritualidad para cualquier cosa: Una teología de Marketing pero lejana del cristianismo
Sin embargo, la editorial que lo promueve dice que es "El máximo exponente de la teología espiritual del mundo occidental" - Revista Vida Pastoral No. 146-
Motivados en denuncias que realizó Rafael Arango, por Teleamiga, hemos venido haciendo un recorrido por las obras del P. Anselm Grün, para confirmar a partir de sus propias palabras, ¿hasta qué punto se ha alejado de la doctrina cristiana y cuáles las implicaciones de esto?, descubriendo gran cantidad de frases pronunciadas en sus muchos libros, que podrían llevar a cambiar verdades fundamentales de la Biblia, no porque haya nuevas verdades, sino porque el teólogo quiere servirle al modernismo, aun contra la fe.
En tal orden de ideas hemos encontrado que las fuentes en las cuales bebe el teólogo alemán, cuyas obras estamos analizando, son híbridos entre el cristianismo y otras espiritualidades, barnizados con el afán de mostrarse de avanzada, e incluso han desarrollado fuertes luchas contra él. Los católicos tenemos la obligación de "examinarlo todo" como diría San Pablo, porque por encima de los hombres, está Dios, y por encima de las teologías inventadas para satisfacer personas, están las Sagradas Escrituras.
¿Por qué un teólogo considerado "como el más importante" de occidente logra semejante nivel de aceptación entre los sacerdotes del mundo? Esta es una importante pregunta que deberían responder todos los católicos. Y deberíamos tener en cuenta: O la DOCTRINA CRISTIANA puede cambiarse de conformidad con los más inteligentes estudiosos, lo cual la haría HUMANA y no DIVINA, o ésta DOCTRINA CRISTIANA sólo es válida como Dios la ha revelado. Este último caso lo llama Anselm Grün "rigorismo", que obviamente él no acepta. 

Desde muchos ángulos podría ser analizado el hecho de que el P. Grün sea promovido con tanto entusiasmo por parte de varias instituciones de la Iglesia Católica Colombiana, entre ellas la Conferencia Episcopal y la Editorial San Pablo.
El cristianismo establece relaciones fraternales con todas las religiones, lo cual es correcto. Pero muy diferente es que alguien, a nombre del catolicismo, tome la DOCTRINA CRISTIANA y le introduzca una serie de modificaciones so pretexto de "interpretar" y "modernizar" las enseñanzas de Jesús. En este segundo caso, nadie tiene derecho a actuar de esa manera.
La Iglesia ha sido atacada durante más de dos mil años, de manera implacable y continua. La mantiene viva, y así será hasta el fin, la doctrina representada en pilares fundamentales. De ahí, que quienes la combaten, han encontrado que la mejor manera de hacerlo es infiltrándola para "transformarla" a su amaño desde dentro. En ellos se cumple la observación de San Pablo: "Aparentarán ser muy religiosos, pero con sus hechos negarán el verdadero poder de la religión" (2 Tim 3, 5)
Lo anterior obliga a los auténticos cristianos a cerrar filas en torno de su fe, para defenderla con amor profundo por lo que contiene e implica. La Nueva Era ha representado una de las formas de infiltración más peligrosas, por cuanto a nombre de la espiritualidad y la unidad de todos los creyentes, de cualquier religión, parece favorecer la mayor fraternidad posible. Incluso el ecumenismo mal entendido puede romper fronteras de tal manera, que favorezca la dilusión de unos en otros. Pero los planteamientos de la New Age son mayoritariamente contrarios al espíritu del Evangelio y por tanto, atentan contra la continuidad de la Iglesia. El CRISTIANISMO TIENE UNA IDENTIDAD ÚNICA, se le sigue voluntariamente, no se impone a nadie, pero debe ser cuidado con esmero. Anselm Grün ha pasado límites serios y trata de imponer la Nueva Era a nombre de la Iglesia con una inteligencia y lenguaje únicos, que atraen a quienes le leen.

Buscando Entender el ¿Por qué? instituciones reconocidas de la Iglesia en Colombia están promoviendo un evento masivo con Anselm Grün
Nuestro informe sobre la "Teología" de ANSELM RÜN y lo lejos que ésta se encuentra de la doctrina segura de la Iglesia Católica, había sido preparado antes de conocer que una editorial católica le traería a Colombia.
Evidentemente vimos en esto la necesidad de dar a conocer lo que en muchas partes e incluso un número importante de páginas web revelan.
Pero más sorprendidos hemos quedado al constatar que incluso la CONFERENCIA EPISCOPAL COLOMBIANA Y CÁRITAS, están comprometidos con dicho evento, ofreciendo boletería para las conferencias de éste monje de la Nueva Era que se ampara en tesis cristianas para mantener su amplio número de lectores.
A los miles de navegantes, donde hay un buen número de personas de grupos de oración y sacerdotes, los llamamos para que nos digan SI ESTAMOS EQUIVOCADOS. Si fuera bien sustentado así, nos volveremos fanáticos del exitólogo ANSELM GRÜN, pero como efectivamente no lo es, creemos indispensable cumplir con la obligación de denunciar, siguiendo siendo respetuosos con la jerarquía católica y sus representantes.

http://www.vaticanosegundo.humanet.co/anselm_grun.htm


-IV-

Padre Gabino Tabossi

Entre los libros católicos de mayor tiraje y venta actualmente en Argentina aparecen, sin dudarlo, aquellos que llevan la firma del monje benedictino Anselm Grün.

Al mismo tiempo un reconocido psicoanalista discípulo de Freud llamado C.G. Jung ha sido quien, al decir del mismo Grün, le “brindó confianza” en su camino espiritual e influyó notablemente en la elaboración de su teología. Por eso para conocer a fondo –tal como pretendemos en estas pocas páginas- el pensamiento del monje alemán será necesario urgar primero en las ideas fundantes de Jung en lo que atañe a la teología. Sólo así se nos hará posible entender más claramente las afirmaciones y conclusiones de Grün, que, como veremos, no son más que proyecciones en el campo de la teología católica de las tesis del psicoanalista gnóstico.

I. CARL GUSTAV JUNG 

1. Relativismo religioso

Veamos algunas frases disparadas por Jung:

“Si yo dijera «creo en tal o cual Dios» esto sería insignificante; (...) mis modelos psicológicos de comprensión están fuertemente apoyados por las representaciones colectivas de todas las religiones y no veo porqué una confesión debería poseer la verdad, única y perfecta”. 

Indicar las Tres personas de la Trinidad no hacen “más que indicar la existencia de un arquetipo activo que no opera en la superficie [sino en el inconsciente] y permite de esta forma a las Tríadas constituírse”. Para Jung la Trinidad cristiana es el símbolo arquetípico que encuentra representaciones análogas en otras civilizaciones, tales como la babilónica, la egipcia y la platónica. Según él la revelación consiste en:                                  

 “una disposición que entra en acción en un momento determinado de la evolución del espíritu humano disponiendo los datos de la conciencia en figuras particulares; dicho de otro modo, ordenando las representaciones divinas en tríadas y trinidades”.

“Los Padres [de la Iglesia] que han elaborado el dogma de la Trinidad no lo han hecho consciente y voluntariamente, sino bajo la influencia inconsciente del arquetipo que, en otras épocas y en otras civilizaciones, ha dado lugar a otras expresiones simbólicas de forma triádica”.

Vale decir: como la Trinidad no es real sino que “representa” una concepción divina particular formada en un determinado momento histórico-cultural y no por eso más importante que otras concepciones religiosas -concebidas en otras circunstancias-, su auténtica consistencia onto-psicológica universal sería, para Jung, el hecho de que el Dios cristiano muestra de un modo nuevo –aunque no superior- la misma realidad que de otro modo se revela en otras religiones. He aquí su definición de Dios:

“Para mí es la energía psíquica en general, la líbido quien crea la imagen de la divinidad utilizando los modelos arquetípicos, y el hombre en consecuencia rinde honor a la fuerza activa en él. Llegamos así a la conclusión de que la imagen de Dios sería ciertamente un fenómeno real, pero en primer lugar subjetivo”.
“La figura de Dios es en primer lugar una imagen psíquica, un complejo representativo de naturaleza arquetípica que la fe identifica con un ‘ens’ metafísico”.

Lo que ha hecho el cristianismo, argumenta, fue ordenar en la conciencia en forma de tríada (P-H-E.S) el material inconsciente, y tal proyección a la esfera de la conciencia puede representar, dice Jung, las distintas etapas del desarrollo de un individuo: así el Padre representa el estado de conciencia en el cual todavía se es un niño y no se percibe la autonomía; el Hijo es el estado en donde hay diferenciación respecto del Padre y mayor independencia, es el Sí-Mismo que incluye en sí tanto lo conciente como lo inconsciente, la infancia y la madurez; y el Espíritu Santo es, dice, el estado en el que la conciencia, alcanzando un nivel de máxima autonomía, se siente apta para alcanzar la paternidad junto con la filiación; donde la persona ya se siente capaz de llegar a ser, además de hija, padre o madre. El Dios cristiano es para Jung una proyección de la psique evolutiva; y por lo tanto un invento humano.

“Toda imagen de Dios es más o menos antropomórfica”; escribe Jung, tal como lo dijeran Feuerbach, Marx y su maestro Freud. Adviértase que en tal planteo la trascendencia se hace inmanencia desde el momento en que Dios deviene una proyección psíquica y la gracia energía sublimada del material libidinoso.

2. Cuaternidad divina

Jung rechaza la definición patrística del mal como privatio boni, privación de bien. El mal puro, decimos los cristianos, no existe, así como tampoco existe la nada: “la nada nada es”. Sin embargo constatamos a diario el mal del mundo por lo que nos vemos obligados a decir que todo mal posse algo de bien en cuanto que es ser, en cuanto que es un cierto acto. La falta de actualidad o perfección ontológica (en todos los seres) y moral (en los seres libres) hace que ese ser particular adquiera características negativas, se haga imperfecto, malo, aunque no absolutamente. Pues bien, Jung rechaza esta noción de mal porque dice que si hablamos judicialmente de algo como “bueno” significa que también deberíamos hacerlo, en un mismo plano óntico, al referirnos a lo “malo” como tal. Si el bien es acto el mal también lo es. De lo contrario la oposición mal-bien es una concesión lingüística abusiva al colocar los términos del binomio en un mismo nivel ontológico, siendo que, según tradicionalmente se ha enseñado –dice críticamente Jung- el bien posee mucha más realidad óntica. Para hacer justicia al uso de las palabras y a la certeza de los juicios al hablar de cosas “malas” lo mismo que de las “buenas”, el psicoanalista propone conferir sustancialidad metafísica al mal, lo mismo que hacemos respecto del bien. Es decir, que si el bien es sustancial también lo debe ser el mal. De lo contrario “el bien se tornaría fantástico puesto que no se defendería contra un adversario real, sino solamente contra una sombra, contra una ‘privatio boni’ ”.    

Jung cree que la figura cristiana del Diablo (de bondad ontológica, por ser criatura, pero sin bondad moral) es esta figura de la cual él habla. Sin embargo a esta cualidad positiva que el Diablo tiene por ser criatura de Dios, y por tanto metafísicamente buena, el psicoanalista le confiere bondad moral, confundiendo así el plano del ser con el del hacer, o el del acto primero con el del acto segundo. El Diablo es bueno, porque el Diablo en definitiva no es otro que una imagen o rostro de Dios, de su misma categoría.

“Esto conducirá directamente a ciertas concepciones gnósticas según las cuales el Diablo o Satanás sería el primer hijo de Dios, mientras que Cristo sería el segundo. Como otra consecuencia lógica, tendríamos la supresión de la fórmula trinitaria que sería reemplazada por una cuaternidad”. 

Jung resucita “ciertas concepciones gnósticas”. Recordemos que la herejía gnóstica, muy fuerte en los primeros siglos del cristianismo, defendía entre otras cosas la idea de un doble principio de igual entidad y poder, el dios del bien por un lado y el dios del mal por otro. Incluso llegaban a identificar al primero con la idea de dios del Nuevo Testamento y al malo con la imagen que de él nos ofrece el Antiguo. Este dualismo gnóstico y luego maniqueo hará creer que el mal está en el bien, y que Dios –que ahora comparte su poder con una fuerza negativa- es al mismo tiempo su propio adversario. “La especulación religiosa no ignora en modo alguno el doble aspecto del Padre. (...) La unidad primera de los contrarios se reconoce en la unidad primera de Satán con Yahvé”. Dios es por tanto una realidad dialéctica, una complexio opossitorum, una unión de los contrarios. Se ve aquí el influjo del idealismo hegeliano en Jung. Para Hegel como para nuestro psicoanalista el alma del mundo y el motor de toda la realidad –Dios inclusive- es la necesidad de la contradicción, y por tanto de la negación y de la muerte. El mal moral (pecado) ya no es un obstáculo para la comunión con Dios, porque en la misma unidad “Satán es lo mismo que Yahvé”.                                 

3. Cristo Teniendo Satán su lugar propio en el seno del Padre comparte la filiación con Cristo, “hijo segundo de Dios”. La separación entre Cristo y Satán ocurre, dice Jung, en la Encarnación. Separación que no suprime la equivalencia, porque mientras que Cristo encarna lo Luminoso de Dios el Diablo asume su parte oscura. Cristo es una proyección psicológica del Sí-Mismo del ser humano, es decir, de la totalidad de la persona: conciencia e inconsciencia, bondad y maldad, luz y oscuridad, gracia y pecado. Para conocer a Cristo “es necesario entonces que nazca del otro lado [de Cristo] un elemento malo, ‘chtoniano’, a saber, el anticristo”, que es la parte indisociable de Jesús, su otra mitad, su sombra necesaria.     

Respecto de la historicidad de Cristo Jung se muestra muy poco preocupado:

“No sabemos hasta qué punto esta imagen corresponde a la realidad histórica. Si era el Logos y el Cristo eternamente viviente, nosotros no lo sabemos. De todas formas no tiene importancia, ya que la imagen del hombre-Dios está viva en cada uno de nosotros y encarnada (esto es, proyectada), en el hombre de Jesús, a fin de manifestar su forma visible para que los hombres puedan reconocer en él su propio ‘homo’ interior, su propio Sí-Mismo”.

Cristo es, lo vemos, la encarnación de la proyección del Sí-Mismo, un evento no histórico sino psíquico; de allí que los sucesos narrados sobre su vida son, por la misma razón, de carácter no-histórico. La resurrección, por ej., es un “acontecimiento psicológico”, en cuanto que “expresa el hecho de que nuestra totalidad psíquica [el Sí-Mismo] se extiende más allá de los límites del espacio y del tiempo”. Porque nada sabemos de la historicidad de Jesucristo a causa de su causa no histórica sino psicológica en cuanto encarnación de aquello de una parte (la parte luminosa) que abarca la totalidad psíquica de la persona, y porque además Jesús es para los cristianos la representación heroica tal como en otras culturas se concibió de manera mitológica la imagen arquetípica del héroe, Cristo terminará siendo alguien no muy distinto de Mitra, Phenix, Mana o Mercurio, distintas expresiones particulares concientes de una misma actividad arquetípica inconsciente subyacente en el sustrato psicológico de toda la humanidad, llamado “inconsciente colectivo”.                                           

“Jesucristo se ha convertido en esta figura colectiva que aguarda el inconsciente contemporáneo, y he aquí porqué es vano [saber] quién es él y cómo es en realidad”.

Cristo no es, sino que simboliza o representa. Representa una realidad antropológica que en otras culturas y civilizaciones ha adoptado otra denominación, llámese Osiris, Fénix, Mitra, Adonis o Mana, por ej.. La imagen arquetípica del “héroe”, presente en todas las religiones en cuanto proyección del inconsciente de la humanidad, tiene su paralelo no menos subjetivo en la persona de Jesús.

Ahora bien: Cristo, sin embargo, no es para Jung un arquetipo más de los tantos que ofrece el inconsciente colectivo. Él es la encarnación de una parte del Sí-Mismo. ¿En qué consiste este Sí-Mismo? Según Jung, esta realidad representa la totalidad del hombre, que incluye tres partes: el yo conciente, el inconsciente individual y el inconsciente colectivo (dentro del cual se hallarían los distintos arquetipos y que manifiesta lo más trascendente y perfecto del hombre). Siendo totalidad absoluta, el Sí-Mismo comprehende tanto lo luminoso como lo tenebroso. Lo primero tiene su representación visible en Cristo mientras que lo oscuro, no del todo distinto de la luz, pertenece al Anticristo.

Dado que Cristo sólo asume una parte del Sí-Mismo (lo positivo) Él, dice Jung, no es total, no es perfecto sino que más bien es una proyección o imagen menos acabada de una realidad total o divina, el Sí-Mismo. El hombre ya no es imagen de Dios, sino que, al contrario, Dios en cuanto Hijo encarnado es una imagen del hombre, una manifestación no plena (por carecer de lo negativo) de un sustrato psíquico humano. Cristo es una proyección o “participación” imperfecta de un modelo más perfecto, el hombre. Y es imagen imperfecta ya que: “el símbolo de Cristo está privado de totalidad en tanto que no incluye el aspecto oscuro de las cosas, sino que lo rechaza expresamente como adversario luciferino”.                                          

La imperfección de Cristo, aduce el autor, se ve en su Encarnación, al nacer de una Virgen (es decir, de alguien no manchada) y al ser concebido sin pecado original. Nótese aquí que la santidad es sinónimo de imperfección y la dialéctica (bien-mal, luz-tinieblas), en cambio, lo es de acabamiento y completud. El Sí-Mismo es unión de los contrarios y puesto que Jesús es tan sólo presencia de lo luminoso de Dios su plenitud se dará recién cuando a Él se una a su contrario el Anticristo. En ese momento tendremos la perfección y la proyección plena de la totalidad humana psíquica expresada en el Sí-Mismo. 

4. La “teología negativa” tradicional y la teología negativa hegeliana y jungiana

Decíamos supra que Jung se resiste a absolutizar el cristianismo por cuanto no ve en él más que una forma de manifestación del inconsciente colectivo y sus arquetipos en un determinado momento histórico. Podríamos preguntarnos, buscando benévolamente conciliar su teología con la teología tradicional, si en tal negación de la materialidad histórica de Cristo y la revelación en cuanto realidad sensible no podríamos ver un paralelo con la teología negativa –llamada “apofática”- elaborada por los Padres de la Iglesia, sobre todo a partir de Dionisio Areopagita; ¿es lícita el paralelismo?

Explicamos brevemente la teología negativa tradicional. Los Padres de la Iglesia al hablar de la vida mística o del itinerario espiritual del alma a Dios han insistido en la necesidad de remover toda representación sensible o imaginaria que podamos tener de Dios para llegar a lo que ellos llaman la “vía negativa”, la “nada apofática”, que consiste en la cancelación de todo lo creado (imágenes, ideas, sentimientos) cuando nos referimos a Dios para evitar caer así en una reducción de Dios a categorías humanas. Dios no es el ser, tal como conocemos sensiblemente el ser; Dios no es amor, según nuestro modo humano de experimentarlo; Dios no es la verdad, de acuerdo al modo humano de aprehenderla. Dios no es nada de esto porque todo lo que nosotros conocemos, por espiritual o elevado que sea, es limitado y finito, propio de nuestro entendimiento no divino y acotado, por los demás, a categorías histórico- sensoriales. Dios absolutamente trascendente y omnipresente está, por lo tanto, más allá de todo lo creado, más allá de toda idea, infinitamente más allá de toda humana representación. “Remover” negativamente significa, pues, negar lo finito para llegar, por vía de eminencia o de afirmación, a Dios en cuanto realidad que positivamente abarca y trasciende todas las cosas. Dios no es este ser, sino el Ser en su absoluta completud. La negación (“no es eso”) se hace finalmente suma afirmación (“es infinitamente más que eso”). Hasta aquí la teología negativa.

Pero nótese que no es esta negatividad de la “remoción” la que pretende transmitir el discípulo de Freud. Habida cuenta de la falta de fe cristiana en el autor, aquella misma fe que, al llevarnos a aceptar la historicidad de Cristo en razón de la autoridad de quien revela y en virtud de cuya aceptación no nos es lícito despojarnos del todo de tales manifestaciones históricas, so pena de perder la fe (que además de espiritual posee un contenido histórico-terrenal); habida cuenta -digo- de esta falta de fe en Jung, advierta el lector que lo que él propone es justamente todo lo contrario de la teología apofática o negativa de los santos Padres. Porque mientras que en esta lo que se busca es evitar la tentación siempre latente de reducir la trascendecia a la inmanencia, negando en Dios características sensibles para concluir en una afirmación trascendente y absoluta de la divinidad, Jung en cambio, allende a reducir lo divino a lo humano o la teología a la psicología (Cristo definido según una categoría psicológica, la del Sí-Mismo), además, y esto es lo peor, propone como camino espiritual la inclusión del elemento negativo (el no-ser o la nada) para llegar a una total identificación con la Cuaternidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo y Satán), introduciendo la misma maldad en la divinidad. Algo del todo impensable en la teología tradicional. Porque decir, con la tradición, que “Dios no es este ser” no significa en absoluto decir que Dios o el Ser sea su contrario o su contradictorio.

5. La ética jungiana

Jung relativiza todo. Lo hace cuando habla del “valor relativo del bien y del no valor relativo del mal”;  y cuando enseña que “lo que es virtud para uno puede ser considerado vicio para otro, lo que es bueno para uno para otro puede ser veneno”.   Puesto que el bien es relativo no debe ser buscado con carácter de exclusividad, como tampoco el mal engloba en sí la integridad de lo absoluto. Bien y mal, santidad y pecado, Iglesia y mundo deben coexistir en el individuo y en la sociedad para lograr de esta manera la ansiada superación de los contrarios.

Este principio ético-sociológico, recordemos, es un derivado moral de su psicologismo. En efecto, como lo más absoluto y divino en el hombre es el Sí-Mismo, en el que se integra la totalidad de la persona (conciencia, inconsciencia individual y colectiva), todo proceso ético debe buscar la mayor configuración y radicalización del Sí-Mismo, para lo cual es absolutamente necesario lograr la inclusión del pecado como instancia superativa, como camino de perfección. “La individuación comienza con la toma de conciencia de la sombra”, y continúa con la integración del mal como parte del Sí-Mismo. Esta inclusión como fin de la individuación es algo bueno, dice Jung, “porque nos libera del conflicto de los opuestos que sería de otro modo insoluble”.  

Para liberarse del conflicto se requiere de la aceptación, la resignación y necesidad del pecado. No muy distinto a la enseñanza luterana: como la naturaleza está corrompida, sólo la redime (salvándose) aquél que la vivencia. Se trata, en síntesis, de superar el conflicto y crecer en perfección a través de la osadía de la transgresión.

II. DE JUNG A GRÜN

 1. Las principales influencias literarias en Grün

El monje benedictino se siente deudor Jung y de su doctrina:

“He leído toda la obra de C.G. Jung además de muchos otros libros de Peter Schellenbaum, John Bradshaw y Ken Wilber. Precisamente la psicología transpersonal que vincula las experiencias místicas con la psicología actual, me interesa e inspira para comprender e interpretar de una manera nueva los textos místicos”.

Es decir que siguiendo a Jung y su psicoanálisis Grün interpreta los textos de los más reconocidos autores místicos de la Iglesia, empezando por Jesucristo y la Sagrada Escritura. He aquí dos ejemplos de esta particular hermenéutica, uno del A.T y otro del N.T:

“Mientras Abrahám utiliza a su mujer para conseguir un determinado objetivo, ésta no le puede dar ningún hijo. Sólo cuando tres hombres visitan a Abrahám [tres hombres misteriosos en los que la Tradición eclesial ha visto una imagen profética de la Trinidad] y le regalan su protección, queda capacitado para recibir de Sara un hijo. (...) [Hoy día] son muchos los hombres que sufren de impotencia. Abrahám necesita de energía masculina de tres hombres para hacerse fecundo. De igual modo, los hombres necesitan la comunión con hombres que les protejan, que les transmitan su propia fuerza”. El sacrificio de Isaac por parte de su padre se puede interpretar de diversas maneras. Una interpretación sería esta: quien ordena a Abrahám sacrificar a su hijo no es Dios, sino la enfermiza imagen que Abrahám tiene de Dios. El ángel del Señor le impide el sacrificio. Le da a conocer otra imagen de Dios”.

Pero la escena puede entenderse también desde un punto de vista psicológico. Desde esta perspectiva, la historia refleja la oculta tendencia de muchos padres hacia la aniquilación de su propio hijo. Abrahám piensa que Dios le está pidiendo el sacrificio de su hijo. Con Dios justifica él su agresividad en relación con el hijo” .

Abrahám, según esta pésima lectura, es un “padre de la fe” que deja mucho que desear, porque ni es buen padre ni tiene tanta fe. En efecto, su relación con su hijo es despótica y la que tiene con Dios neurótica y ficticia. Por lo demás creemos que tal interpretación, además de psicologista, es poco ecuménica: ¡que no se enteren nuestros hermanos mayores que un católico trató de enfermo y desquiciado al progenitor del judaísmo!
Vayamos a un episodio del Nuevo Testamento. En su librito Incertidumbre (Ed. Guadalupe, Navarra, 2003, 37-48), comentando el milagro que aparece en Mc. 9, 14-28 cuando Jesús cura, por pedido de un padre, al hijo poseído que “echaba espuma por la boca” (v.18,20), dice Grün que ese espíritu en realidad es la represión del hijo que no puede manifestar sus deseos de rechazo hacia su padre y cuya causa es la misma proyección de un padre hostil que transfiere hacia su hijo. Si el hijo está así es por la culpa de su padre que no lo entendió, que no lo apoyó, que no lo valoró como hijo, que no tuvo fe en él; para lo cual se apoya en el v. 24 del relato, donde reconoce el padre tener poca fe -por lo que le pide a Jesús que se la aumente-: nuestro comentarista dice que esa poca fe es en realidad la poca confianza del padre hacia su hijo. 

La rigidez que padece el poseído es, dice, “la de quien durante años ha reprimido sus represiones” mientras que el agua y el fuego que el demonio utilizaba para acabar con él (v.22) deben ser interpretados psicoanalíticamente: el “fuego” sería la pasión y la sexualidad y “agua” el inconsciente. Toda vez que la persona –argumenta Grün- reprime su sexualidad y la sepulta en el inconsciente este se venga contra él, ahogándolo y quemándolo. “Esto indica –anota el monje- que aún vivimos muy inconscientemente, que no estamos en contacto con muchas cosas que viven dentro de nosotros. El inconsciente puede convertirse en una corriente devastadora en la que nos podemos ahogar”. 

Otras musas inspiradoras para nuestro autor han sido teólogos vanguardistas del progresismo y filósofos como Bloch y Gadamer, marxista el primero y hermeneuta heideggeriano el segundo quien, al endiosar el lenguaje derivado de la conciencia, la cual a su vez está condicionada por la historia, termina por identificar lo real con el ser percibido en la conciencia. Como para Gadamer y los modernos hermeneutas “el modo de preguntar determina el modo de responder”, el horizonte contextual del sujeto termina siempre determinando la percepción del ser y la captación de la realidad. La verdad no existe en sí, sino en mí, y eso lo proyecto a través de mi pregunta..

“Rahner fue un autor que me interesó especialmente. Leí sus escritos y en mi examen doctoral escribí sobre él. Durante ese tiempo también leí una serie de libros psicológicos y comencé con la lectura de C.G. Jung. (...) Leí asimismo autores evangélicos. (...) También a Hans Küng y a Urs von Balthasar. Me importaba más la correcta interpretación del cristianismo que las exigencias morales. Leí también a filósofos como E. Bloch y H.G. Gadamer que enriquecieron mi teología.

Con respecto a Teilhard de Chardin yo no sólo lo apreciaba por sus esfuerzos por vincular las ciencias naturales a la teología; también creó –a mi entender- una teología mística que tiene su fundamento en una nueva relación con la creación”.

Al decir Grün que le “importaba más la correcta interpretación del cristianismo que las exigencias morales” hace patente su poca estima por la moral y su mucho aprecio por la fe, bien al estilo luterano.

Dice finalmente para rematarla haber encontrado en la filosofía existencialista del ateo Martin Heidegger ideas que han fecundado la teología porque tal pensamiento, más que ningún otro, ha “respondido a las preguntas del hombre moderno”. 

2. Relativismo religioso

2.1 La Eclesiología de Grün

“La Iglesia ya no puede presentarse autoritariamente, como representante exclusiva de la verdad”.

“Nunca debemos condenar o ver las cosas sólo negro sobre blanco en el sentido de que por un lado están los buenos, por el otro, los malos. La realidad siempre es más bien de varios colores” .

“La Iglesia no debe observar el arte con sus parámetros moralizadores. (...) El mundo actual –con su arte- es distinto del que querrían ciertos representantes de la Iglesia”.

Relativiza el catolicismo cuando augura que la fidelidad a la propia conciencia, más allá de cualquier religión, es camino seguro para la salvación.

“Rahner acuñó el concepto de “cristianismo anónimo”. Con ello quiere significar que cada uno vive de acuerdo con su conciencia, sin importar si es ateo o si pertenece a otra religión, y puede lograr así la vida eterna. “Gracia y justificación, unidad y estrecha relación con Dios, posibilidad de lograr la vida eterna, sólo tienen un límite en la conciencia sucia de un hombre. Y esto es precisamente lo que quiere expresarse con “cristianismo anónimo” .

Hans Urs von Blathasar habla de la abundancia de la salvación que se reveló en Jesús. Y esta abundancia llevará a la perfección todo lo que hay en el mundo” [es decir, que todos finalmente se salvarán].

“La Iglesia católica no debe identificarse con la Iglesia católica romana y su estructura, sino en que lo verdaderamente católico radica en que la Iglesia está abierta para todas las experiencias espirituales, que respeta a las otras religiones con sus conocimientos y experiencias, y que quisiera incorporarlas todas a la plenitud que Cristo representa para ellas.

No es la Iglesia la plenitud. Nosotros, los cristianos, no debemos colocarnos por encima de los demás. Ya que somos tan humanos, pecadores, limitados, como los demás representantes de las otras religiones. No necesariamente somos mejores personas que los demás”.

“Ni el cristianismo en su figura histórica ni la Iglesia pueden pretender absolutidad”.

“Como cristianos, no tenemos la verdad absoluta. Absoluto es sólo Jesucristo. Pero nuestra forma de hablar de él no representa la plenitud que él representa. (...) Nuestros modos cristianos de ver se quebrarán para que la plenitud llegue a Dios. Por esta razón, nuestros conceptos sobre Jesucristo no pueden pretender absolutidad. (...) Todo lo que digo de Jesús está marcado por mis puntos de vista limitados y siempre condicionados por la historia de vida. Por lo tanto sólo podemos hablar de la absolutidad de Jesucristo en una nueva modestia y, al mismo tiempo, en una confianza profunda, pero no de la absolutidad del cristianismo, de cómo se muestra concretamente y de cómo se representa en su dogmatismo”.

“El cristianismo es el cumplimiento del anhelo humano, tal como se expresa en muchas religiones. Cumplimiento no es algo exclusivo sino inclusivo. No excluye a las además religiones, sino que las incluye sin absorberlas. Y tampoco se trata de que los hombres no logren la salvación fuera del cristianismo. Creemos que todo aquél que vive de acuerdo con su conciencia, logra la salvación” (ANSELM GRÜN, La fe los cristianos, San Pablo, 2007, 138-152).

Arbitrariamente distingue el monje benedictino entre Jesucristo, el único absoluto, y la Iglesia según su dimensión histórica y estructurada bajo el primado de Roma, negándole a ésta la absolutidad de la que sí gozaría Jesús. Su lema reza: Cristo sí, Iglesia no. Tal distinción dista enormemente de lo enseñado en el documento “Dominus Iesus”, elaborado en el 2000 por el Card. Ratzinger y firmado por el entonces Papa Juan Pablo II. Un documento tan importante como “encajonado” por buena parte de la clerecía. En efecto, allí leemos:

“(...) La plenitud del misterio salvífico de Cristo [que sí sostiene Grün] pertenece también a la Iglesia [la que no acepta Grün], inseparablemente unida a su Señor. (...) Y así como la cabeza y los miembros de un cuerpo vivo aunque no se identifiquen son inseparables, Cristo y la Iglesia no se pueden confundir pero tampoco separar, y constituyen el único “Cristo total”.

(...) Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica –radicada en la sucesión apostólica- entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia Católica.

“Por lo tanto, los fieles no pueden imaginarse la Iglesia de Cristo como la suma –diferenciada y de alguna manera unitaria al mismo tiempo- de las Iglesias y Comunidades eclesiales; ni tienen la facultad de pensar que la Iglesia de Cristo hoy no existe en ningún lugar y que, por tanto, deba ser objeto de búsqueda por parte de todas las Iglesias y Comunidades”.

Hay otra expresión bíblica que es la de “Reino de Dios”, motivo de diversas interpretaciones. Si bien Reino de Dios es, aclara “Dominus Iesus”, algo no tan claro y al parecer más general e indiferenciado, por lo que no es exclusivo sinónimo de Iglesia en su fase histórica, con todo,

“al considerar la relación entre Reino de Dios, reino de Cristo e Iglesia es necesario, de todas maneras, evitar acentuaciones unilaterales, como en el caso de «determinadas concepciones que intencionadamente ponen el acento sobre el Reino y se presentan como ‘reinocéntricas’, las cuales dan relieve a la imagen de una Iglesia que no piensa en sí misma, sino que se dedica a testimoniar y a servir al Reino. Es una ‘Iglesia para los demás’ –se dice- como ‘Cristo es el hombre para los demás’...»”.

Los teólogos progresistas en su afán por romper con la tradición buscan cambiar la sustancia de la realidad y la verdad de las cosas, para lo cual se sirven del conocido artilugio hermenéutico que consiste en transformar los conceptos para llegar, por un nuevo lenguaje, al cambio de la verdad, que al mutar ya deja por supuesto de existir como verdad. Tal principio es usado cuando hablan de la Iglesia como “Reino de Dios” o bien cuando sin nombrar a la primera apelan directamente a la noción vaga de “Reino” como realidad ética solidaria. Así, dado que –como vimos- la categoría de “Reino” es menos diferenciada y precisa insistir en este concepto es, por lo mismo, insistir en la necesidad de trabajar por el bien de la humanidad pero sin mediar necesariamente Jesucristo, la gracia y la Iglesia en su dimensión histórico-sacramental. Otra particularidad del lenguaje progresista es, según el punto 19, el de predicar en pro de una Iglesia “que no piensa en sí misma”. Lo mismo que exige Grün:

“En estos momentos la Iglesia gira demasiado en torno a sí misma. Lame sus propias heridas y por lo tanto es incapaz de dedicarse a las heridas de las personas”.

En semejante concepción de Iglesia como comunidad que sólo busca el bien de todos, que a nadie dice que “no” y que no profesa un credo, unos dogmas y una verdad como contenido único, los “nuevos” mártires de esta “nueva” Iglesia vienen a ser aquellos que, más allá de la fe y sin mediar necesariamente el amor por una religión, han ofrendado la vida en defensa de los derechos humanos. Mártires de la “diosa humanidad”. La nueva Iglesia de Grün canonizaría a los que se inmolaron en defensa de la dignidad humana, dignidad que no necesariamente estaría vinculada con la dignidad divina y con la tutela de una única verdad revelada y custodiada en la Iglesia Católica.

(...) Los mártires no son un fenómeno tan sólo de la Iglesia primitiva. (...) En América Latina son frecuentemente asesinados hombres y mujeres que toman en serio el mensaje cristiano y se comprometen con los pobres” .

Sostiene Grün, fiel a su hermenéutica psicologista, que el martirio de los mártires “de antes” está en parte desfigurado por cierta patología histórica, propia de los “fanáticos” historiadores, por la que se regodean y relamen masoquista y victimariamente en la sangre de aquellos hombres.

“Los mártires de la Iglesia de la Iglesia primitiva testificaron con su muerte la resurrección de Jesús. (...) Ante muchos relatos martiriales hoy nos sentimos incómodos. Se dice una y otra vez que los primeros cristianos iban gozosos a la muerte. Psicológicamente entrenados, [nosotros] husmeamos aquí una tendencia masoquista.

3. El Jesús de Grün

La teología católica enseña que Jesús, como Verbo encarnado, fue Dios desde su concepción. La teología de Grün enseña al parecer que Jesús se fue haciendo Dios sobre todo a partir de la iluminación que recibió el día de su bautismo:

“¿Cómo llega Jesús a ser Salvador? Esta es para mí una cuestión decisiva. La respuesta teológica –que él puede salvar en cuanto Hijo de Dios- no me parece suficientemente satisfactoria. Jesús no fue salvador desde el principio. Él fue desarrollando desde su interior el arquetipo de salvador. Para mí, los Evangelios señalan momentos importantes de este proceso. El primer momento lo constituye el bautismo. [Al sumergirse en el agua] Jesús se ha sumergido en el inconsciente. Nuestra vida se seca sin la fuente del inconsciente. Es en el bautismo, y no en su nacimiento, donde Jesús toma conciencia de su verdadera identidad”.

Recordemos una vez la noción clave en la antropología de Jung, el Sí-Mismo. En tal concepto Jung ve lo más perfecto del hombre, lo más trascendente, lo más divino, por ser una totalidad psíquica que incluye tanto lo luminoso como lo oscuro del ser humano, tanto lo conciente como lo inconsciente, tanto la santidad como el pecado. Jesús, siempre según Jung, es una parte importante del Sí-Mismo mas no acabada, por lo que necesita de su divino hermano cuaternario, Satán. 

Volvamos a Grün. Explicando el pasaje de Cristo en el desierto en el que dice que “los animales del desierto lo servían”, el discípulo de san Benito lo interpreta diciendo que:

“Jesús integra en su estancia en el desierto los dos polos: la parte animal [eso se ve, según Grün, en la expresión de san Marcos, cuando dice que “los animales lo servían en el desierto”] y la parte angelical”.

“(...) En el relato de la estancia de Jesús en el desierto hemos visto que él se reconcilió allí con sus sombras y que integró dentro de sí lo animal. El culmen de la integración se hace perceptible en la cruz. La cruz es un símbolo primordial de la unidad de todos los contrarios. En la cruz abarca Jesús todos los recintos del cosmos: la altura y la profundidad, el cielo y la tierra, la luz y la tiniebla, lo consciente y lo inconsciente, el hombre y la mujer”.

La cruz es el modelo de la síntesis hegeliana reconociliadora de los contrarios morales. Ser cristiano es llevar la cruz, y llevar la cruz significa no querer quitar la oscuridad pecaminosa insita en nuestra naturaleza. Sólo se salva aquél que se reconcilia y hace un pacto de amistad con su adversario.

“Los hombres pueden aprender de Jesús, “el Salvador”, a descubrir sus fuerzas salvadoras. El presupuesto indispensable para ello es que, con Jesús, emprendan el camino hacia la realización plena de la masculinidad, un camino en el que han de integrar en su condición de hombres todo lo que emerge en ellos: lo selvático y lo apacible, lo duro y lo blando, lo masculino y lo femenino, lo claro y lo oscuro. En el encuentro con Jesús desaparece de ellos lo inauténtico y las simples apariencias. Entran entonces en contacto con su verdadero yo. Y sólo desde ese yo íntimo les es posible salvar a los demás (=llevarlos al encuentro con el auténtico Sí-Mismo…).

Como Jesús es dialéctico en cuanto que en la cruz asume los contrarios, el cristiano está llamado, al igual que su Maestro, a no concebir la santidad como expulsión ascética de lo negativo sino, por el contrario, a convivir con lo inmoral o “amoral” como camino hacia la propia integración.

4. La ética de Grün

Para salvarse y ser feliz hay que pecar, o al menos, evadir el deseo de erradicación de lo que nuestros preconceptos culturales consideran como conductas “anormales”. Nuestro autor cree que el pecado original fue una cosa necesaria y loable en cuanto que, tras él, los primeros padres pudieron “conocer el bien y el mal”, ganar en conciencia, aumentar la propia ciencia moral.

“La historia del pecado original se presta a diversas interpretaciones. Vista desde la psicología, a mí me convence la interpretación de C.G. Jung, para quien el comer del fruto del árbol de la ciencia es un acto de toma de conciencia. Para Adán y Eva se trata de un paso necesario en el camino de su plena realización personal. El ser humano sale de su situación paradisíaca y reconoce sus partes luminosas y sombrías. Puede ya distinguir entre el bien y el mal”.

El pecado es conciencia; la gracia y santidad imperfección. La cruz es la inclusión pacifista de las sombras. La salvación es la muerte y el cielo termina siendo, según esta lógica, nada menos que el infierno:

“Cuando el hombre vive conscientemente sólo un polo, entonces el polo opuesto se convierte en una sombra. (...) Lo que persigue la psicoterapia, tal como Jung la entiende, es unir de nuevo las dos partes del hombre, lo consciente y lo inconsciente. Si estas dos partes del hombre están completamente separadas aparece una «disociación de la personalidad, el fundamento de todas las neurosis» (...). [Las personas] tienen que reconciliarse con los puntos negativos, con los lados impíos que también se encuentran en ellas, con muchos sectores de ellas que no quieren saber nada de Dios, con algunos deseos que no se orientan según la voluntad de Dios sino que son «amorales»”.

La solución que ofrece el autor no es, en sustancia, distinta de la del psicoanálisis: conciencia de lo negativo, aceptación y necesidad de lo inmoral, tendencia natural hacia la muerte:

“De la tensión entre los opuestos se genera en el hombre una energía que tiende a la unión entre esos lados contrarios (...). No debemos (sobre)valorar uno de estos dos lados, pues necesitamos de los dos. (...) El hombre sólo llega a su verdadero “yo” si aúna sus contrastes, si consigue integrar en él el consciente y el inconsciente, la luz y la oscuridad, el bien y el mal”.

4.1. La homosexualidad

La homosexualidad es para Grün un valor más que una patología.

“Es importante para el hombre tener ideas claras respecto a su identidad sexual. Tiene que saber con precisión si es heterosexual u homosexual. A veces las fronteras son borrosas e inestables. Llegar a conocer y tomar conciencia de la identidad sexual es un presupuesto determinante para aceptarse como hombre. También aquí es decisivo que dejemos aparte todas las valoraciones. Cada hombre —homosexual o heterosexual— tiene sus virtualidades, sus fuerzas, y también sus peligros. Los hombres homosexuales se han entregado en los últimos años a la búsqueda de su propia masculinidad, todavía con más intensidad que los hombres heterosexuales. En lugar de disculparse por su homosexualidad —como sigue siendo habitual aún en muchos círculos sociales—, se alegran de su condición. Han tomado conciencia de su cuerpo y se expresan a sí mismos, con todo su ser, en su cuerpo. Con frecuencia tienen una profunda sensibilidad estética y una gran apertura hacia la espiritualidad. Cuando hablo de la masculinidad, pienso siempre en los hombres heterosexuales y homosexuales”.

“(...) Con demasiada frecuencia escuchan que la homosexualidad es “antinatural”. Pero tales valoraciones son falsas. La homosexualidad se puede deber a motivaciones diversas: a la educación, a una excesiva vinculación con la madre, a experiencias sexuales, pero también a una determinada configuración genética. En definitiva, nadie puede decir por qué un hombre o una mujer son homosexuales. Lo decisivo es que el homosexual se reconcilie con su condición y su tendencia y que, desde esa reconciliación, haga lo mejor. Esto significa que también él puede vivir su homosexualidad de una manera humanamente digna” (Ibid., 25)

Huelga recordar que la única “manera humanamente digna” de vivirla debería ser -cosa que por supuesto no dice Grün- en la castidad o abstinencia sexual, tal como enseña el CATIC (2358). 

“En el paraíso, Adán y Eva no se avergüenzan de su desnudez. Después de la caída, sin embargo, reconocen que se encuentran desnudos y, por temor, Adán se esconde de Dios. La vergüenza es la que les lleva a hacerse unos ceñidores con hojas de higuera. Sobre el tema de la vergüenza se han escrito, sobre todo por parte de los psicólogos, muchas y valiosas reflexiones. “Vergüenza” es el miedo a mostrarse tal como uno es (o como cree que es). Y un aspecto esencial de la vergüenza es la vergüenza sexual. Uno se siente incómodo con su desnudez e intenta cubrirse. La vergüenza tiene siempre algo que ver con la necesidad de protección. Uno se protege de las miradas descaradas de otros. Pero la vergüenza es también expresión de que uno no ha logrado aceptarse en su desnudez. Desea ocultarse a sí mismo, de Dios y de los demás. Cuando los hombres dejan a un lado su vergüenza y se muestran tal como son, surge de repente una gran confianza. Pueden ya decirse (=expresarse) a sí mismos tal y como son. No necesitan ningún vestido más para cubrirse. Se atreven a mostrarse en su vulnerabilidad. Y es que las heridas son inherentes a la sexualidad, con toda su hermosura y fascinación. Las bromas sobre la sexualidad ajena pueden ocasionar profundas molestias. Yo he tenido grupos masculinos que hablaban muy abiertamente sobre su sexualidad y que mostraban un gran respecto hacia los demás. Cuando esto se consigue, se experimenta algo de la situación paradisíaca”.

Aunque tendemos a pensar que aquí Grün propone el nudismo como realidad paradisíaca propia de personas sin vergüenza, maduras y transparentes con Dios y con los demás, con todo, no nos es absolutamente claro. No podemos de todas maneras dejar de recordar la enseñanza de un predicador que trae a cuento el P.Horacio Bojorge en su buen ensayo sobre la exégesis bíblica actual, en el que nos refiere de un sacerdote que arengaba a su feligresía, diciéndole: “las playas nudistas de alguna manera representan la búsqueda de Dios porque allí hombres y mujeres vencen las barreras de la vergüenza por la desnudez que comenzó con el pecado...”. 

4.2 Aborto 

Si bien es verdad que en el librito sobre el Decálogo condena Grün el aborto al hablar del 5 ° mandamiento, sin embargo en la explicación que hace del segundo mandamiento nos topamos con esta extraña expresión:

“Hoy existe otro peligro de abuso: se abusa del nombre de Dios para fines políticos. Se empieza en el nombre de Dios una guerra contra las así llamadas “semillas del mal”. En nombre de Dios se asesina o insulta a Parlamentarios, que buscan honradamente leyes sensatas para regular la problemática del aborto...” .

¿Se refiere aquí Grün a los católicos que luchan por la no despenalización del aborto? Y en caso de ser así y tratándose del aborto, ¿puede haber una ley “sensata” capaz de ser aceptada civilmente?

4.3 Adulterio 

Grün dice que las fantasías sexuales no son pecado al tiempo que afirma, sirviéndose de una incorrecta interpretación de un término griego traducido por “fornicación” (cf. Mt. 19,19), que los separados rejuntados muchas veces pueden volver a comulgar.

“En la Iglesia, el adulterio siempre tiene algo que ver con actos impúdicos. El Antiguo Testamento es ajeno a este punto de vista. Para Israel la sexualidad no era el centro del matrimonio, sino la pareja. (...) El sexto mandamiento tiene ciertamente algo que ver con la sexualidad. Pero no se tienen que tomar en consideración las reflexiones mezquinas y angustiosas sobre el tipo de fantasía sexual con el que opino no haber observado el sexto mandamiento”.

“Quien separa el matrimonio comete adulterio. El único motivo que permite Jesús para la separación es la fornicación (cf. Mt. 19,9). No está muy claro cómo entender esto. Los exégetas discrepan sobre el tema. Cualquiera sea el sentido de estas palabras de Jesús, es importante que para él, pues, por lo visto, existen motivos para admitir la separación. Hoy en día seguramente estas excepciones se describen de otra manera. Pero sí está claro que la prohibición absoluta de dar la comunión a los que se han vuelto a casar no corresponde con las palabras de Jesús”.

4.4 Anticoncepción

El Papa Pablo VI con su encíclica Humanae vitae [en la que se condena bajo todas las formas el uso de anticonceptivos para evitar, como fin o como medio, la concepción] nos decepcionó mucho a los estudiantes de teología. Allí cedía frente a una minoría conservadora.

Grün afirma que todos estos conflictos ligados a la sexualidad se los debemos imputar a... la Iglesia Católica!!!. La culpa, por supuesto, siempre la tiene el otro...

“La causa de la represión de la sexualidad es también un profundo temor frente a la sexualidad, tal como la ha acuñado desde hace siglos la moral sexual católico-romana”.

“Me cuesta entender ciertos desarrollos internos de la Iglesia. No puedo evaluar en qué medida estos desarrollos y reacciones dependen directamente del Papa o si fuerzas conservadoras en Roma utilizaron la frecuente ausencia del Papa [Juan Pablo II] para poner en escena sus juegos de poder. Lo que me da pena es que la teología romana se limite principalmente a cuestiones de moral. (...) Se mantienen aún tiesos en temas como la sexualidad y el celibato. (...) También preguntas como el tratamiento de divorciados que vuelven a casarse y la cuestión del asesoramiento a mujeres confrontadas con el tema del aborto parecen ser tratadas en Roma con poco tacto”.

5. “No hay nada nuevo bajo el sol”: Grün y la herejía quietista
En el s. XVII apareció en el escenario de la teología española Miguel de Molinos, mentor de un movimiento espiritual herético bautizado con el nombre de quietismo. Era un naturalista él lo mismo que su escuela. El naturalismo es una corriente de pensamiento, con resonancias morales, que históricamente se ha mostrado siguiendo una doble modalidad, que al parecer son opuestas, pero que cabalgan en una misma e idéntica premisa: la inimputabilidad de la naturaleza; ora por ser demasiado buena como para ser culposa, ora por ser irreformablemente mala como para ser sujeto de imputación.

La primera de esta doble modalidad es la llamada con el nombre de modernismo o americanismo que consiste en exaltar sobremanera las operaciones humanas por considerárselas buenas, sanas, preparatorias para la gracia. El aprecio por las virtudes activas y al mismo tiempo la poca estima por la contemplación y las virtudes pasivas es una característica de este primer naturalismo. Se trata –así piensan los naturalistas- de no dar importancia a la ascética, a la muerte de las pasiones, a la mortificación voluntaria, porque la naturaleza es buena y una tal aniquilación equivaldría a una renuncia a toda iniciativa y juicio de valor. No hay que menospreciar nada, sino mejorar lo que ya tenemos. La cruz del cristiano es simple mejoría de lo que va en su misma línea de perfección. Se invoca incluso falsamente el conocido postulado de santo Tomás que dice que “la gracia no debe destruir la naturaleza sino perfeccionarla”; por lo que toda renuncia, ascética, aniquilación de la naturaleza es –así profesan- contraria a la perfección exigida por la gracia. 

Se olvidan o ignoran estos primeros naturalistas que la naturaleza invocada por santo Tomás es la naturaleza como tal, en el sentido filosófico, ontológicamente buena en cuanto obra de Dios y no en cambio la naturaleza tal como la conocemos hoy, caída y herida, incapaz de ser perfeccionada si antes no es totalmente aniquilada y transformada por la gracia de Dios. 

La otra vertiente del naturalismo llamada quietismo, solidaria con la antropología protestante y de la que se sirve Anselm Grün, es la defendida por Miguel de Molinos y condenada por el Santo Oficio el 29.11.1687. Según ella el hombre debe quedarse quieto en su relación con Dios porque “querer obrar activamente es ofender a Dios, que quiere ser el único agente”, así entonces “es necesario abandonarse a sí mismo todo y enteramente a Dios y luego permanecer como un cuerpo exánime”. Toda iniciativa es mala, toda acción es contraria a la voluntad de Dios, toda “actividad natural es enemiga de la gracia e impide la operación de Dios y la verdadera perfección; porque Dios quiere obrar en nosotros sin nosotros”. 

El quietismo niega -a diferencia del americanismo- la actividad positiva y emprendedora de la naturaleza, pero tal tesitura comulga con aquélla en cuanto que, para ambas, la naturaleza es algo redimible así como está, en la condición actual, en la positividad de su caída post-pecado original. Si el activismo americanista pretende salvar al hombre por la pura acción, ésta lo hace por la pura pasión o pasivismo. No haciendo nada, no modificando nada, no transformando nada de lo natural a través del ejercicio ascético es como llegaríamos a la unión con Dios. La Nada es el camino al Todo. 

Tampoco se trata de obrar en contra de los movimientos desordenados y pecaminosos porque tal reacción sería, por lo mismo, contraria a la gracia de Dios que quiere morar en nosotros sin nuestra menor ayuda y colaboración. Así, mientras que la virtud es imperfección y obstáculo para la mística quietista todas las acciones contrarias a la virtud ayudan al ejercicio de Dios en el alma, como por ej., los “pensamientos que vengan en la oración, aún los impuros, aún contra Dios, los santos, la fe, los sacramentos”, los cuales “si no se fomentan voluntariamente ni se expelen voluntariamente, sino que se sufren con indiferencia y resignación; no impiden la oración, antes bien la hace más perfecta aún”. La mayor perfección consiste, según Molinos y su escuela, en la mayor asunción y reconciliación con lo poluto de nuestras acciones. Hay moralidad cuando hay inmoralidad. Lo mismo que decía Grün cuando en su opúsculo Incertidumbre proponía como camino de sanación y elevación la “reconciliación con los puntos negativos, con los lados impíos que también se encuentran en ellas [las personas], con muchos sectores de ellas que no quieren saber nada de Dios, con algunos deseos que no se orientan según la voluntad de Dios sino que son «amorales»”. Reconciliación que, huelga recordarlo, no consiste ni el sacramento que lleva tal nombre ni en el deseo de cambio y conversión, antes bien en “el amor y la resignación” a las fuerzas del pecado. Amor a un Dios que es igual que la Nada y resignación ante nuestra trágica e irreparable situación.

*** 

Escuetamente hasta aquí expuesto el pensamiento del populoso divulgador Anselm Grün. El barniz que da a sus ideas con una pátina de cierta piedad monástica tradicional (pondera, por ej., el canto gregoriano), las referencias a importantes autores de la mística monacal sumado eso a la solidaridad ideológica y remunerativa de las más reconocidas editoriales “católicas” presentes en nuestro país (“Ágape”, “San Pablo”, “Bonum”, “Lumen”, “Guadalupe”) ha hecho más difícil aún la artesanal tarea de distinción entre el trigo y la cizaña. Y es, finalmente, en razón de esto último por lo que estamos firmemente convencidos que, sea por deliberada malicia o por vencible –y por tanto, injustificada- ignorancia, muchos y en razón de mucho tendrán que dar cuenta ante el más santo, intachable e impoluto Tribunal el día del propio juicio. Y ahí no habrá quietismo que los justifique, psicologismo que los compadezca ni money que los defienda.


-V-
Por Jesús Ramón Gómez
ANSELM GRÜN CONTINÚA GENERANDO CONFUSION EN COLOMBIA
El Monje astutamente plantea que el Evangelio es "Auto ayuda" para así vender más utilizando la Palabra

Son muchos los elementos que se desprenden del análisis de la "teología" de Anselm Grün y desenmascararlos interesa fundamentalmente a los cristianos, pues desde las posturas contrarias a la Iglesia y a favor del modernismo y del secularismo, el Monje Grün aparece como un excelente ejemplo de la manera como puede ser rechazada la autoridad de Cristo, de su Palabra y de sus sucesores y por tanto es alguien magnificable.
Por su parte las editoriales que lo promueven, incluida la católica San Pablo, este es un autor que representa grandes ingresos y por ende los beneficios económicos parecen primar, para aquellos que parecieran estar más por el negocio de los libros que por su contenido fiel a la Palabra.
En su entrevista, promovida seguramente por los mismos sectores que lo trajeron al país, y donde se destaca el desafío al plantear por parte del entrevistador que "Grün estuvo en Colombia dictando varias conferencias que tuvieron gran acogida, pese a que sectores conservadores del catolicismo criticaron a la Conferencia Episcopal por permitirle su ingreso al país".
El grito triunfal de EL TIEMPO se hace sabiendo que Anselm Grün presenta nuevas opiniones contrarias al evangelio, como por ejemplo que "Jesús no fue un salvador desde un principio", negando así su condición de Hijo de Dios proporcionada por su origen divino, y palnteándola como un proceso de crecimiento dado por un hombre común.
El Evangelio como ¿AUTO AYUDA?
De otra parte debemos decir que al contrario de lo dicho por Grün el Evangelio NO ES AUTOAYUDA, por cuanto no está hecho para que el hombre salga adelante por sí mismo sino por intervención divina, por los regalos que provienen de Dios, en actitud humilde de aceptación y no con el orgullo de quien se cree superior, entre otras cosas.
La "Autoayuda" tiene aspectos positivos como el hecho de plantear la necesidad de resolver los problemas de cada uno empleando la voluntad de salir adelante, pero cuando se la magnifica y combina con la espiritualidad, se establecen condiciones que habitualmente son un derivado consumista de la Nueva Era que busca dar al ser humano la sensación de que todo lo puede. El Evangelio, por el contrario, nos lleva a reconocer nuestra poquedad y nos invita a "negarnos a nosotros mismos" y no a exaltarnos, como lo hace la "autoayuda".

Discípulos de... ¿Anselm Grün?:
Los comentarios dados por quien escribe el artículo en EL TIEMPO muestran que no entiende la manera como opera el cristianismo auténtico, es decir, que estamos unidos en torno a Cristo y que después de su Evangelio, nadie tiene autoridad para generar nuevas tesis y postulados relativos a la fe o a la interpretación de las escrituras, porque como San Pablo lo dijera sería "anatema". 

Evidentemente vimos al padre Ramón Zambrano en una entrevista televisada, hablando de "discípulos" de Anselm Grün, como si este fuera un nuevo maestro, olvidando que San Pablo -el apóstol y no la editorial que lleva su nombre- advirtió que hablar de discípulos entre los cristianos expresa que "existen discordias" -1 Cor 1, 13. Se pregunta al decir esto: "¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" y nosotros deberíamos agregar ¿acaso alguien se ha bautizado en nombre de Grün?
Pero entendemos lo que quieren decir los promotores de este monje: Que muchos han bebido de sus fuentes heréticas, incluidos determinados sacerdotes y obispos. Si no, ¿por qué le defenderían tanto? Ellos, como los grandes medios al servicio, ya sabemos de quién, están felices por la fama de Anselm Grün.

Los cocktails de Grün:
En su entrevista, el monje vuelve a hablar a EL TIEMPO sobre la filosofía oriental y la psicología, y de las supuestas bondades de mezclarlas con la Biblia. Como parte de la entrevista se ha puesto la opinión de su traductora, quien ha dicho que "cree que los puntos de vista de Grün generan tanta ampolla porque ni la Iglesia ni los sectores conservadores aceptan la libertad de fe y espiritualidad que él propone."
Sin embargo, olvida su asistente que en la Iglesia Católica NO HAY LIBERTAD DE FE Y ESPIRITUALIDAD, porque estamos unidos en torno a Jesucristo, con la asistencia de María Santísima y sus Santos, entre ellos los ángeles, en la aceptación de las verdades promulgadas por el Evangelio, las cuales, para quienes creemos y aceptamos la Iglesia Católica NO TIENEN DISCUSIÓN. Nótese que esta aseveración que hemos realizado es tildada de conservadora por quienes creen que no hay verdades universales. Pero nosotros aceptamos las verdades reveladas en las Sagradas escrituras y que hay una única Iglesia. Es como si pudiéramos poner en discusión si existe el sol o la luna.

Carácter de la Iglesia:

Sin empacho, Grün afirma sobre la Iglesia Católica que "muchos buscan la espiritualidad por fuera porque no la encontraron allí". Con sus afirmaciones está reivindicando el que se BUSQUE LA ESPIRITUALIDAD INDEPENDIENTEMENTE DE DÓNDE SE ENCUENTRE. Esta, que parecería ser una buena sugerencia tiene varios problemas:
1. La meta a la cual debemos llamar los cristianos no es a buscar la espiritualidad en general, porque el tipo de Espiritualidad que ofrece la Iglesia es UNICO, aunque quienes están fuera no lo vean así.

2. Independientemente de los errores que puedan cometer como hombres descuidados o incluso malintencionados o infiltrados, determinados miembros de la Iglesia, ésta no puede ser considerada igual a otro lugar para buscar la espiritualidad. Pio XII lo dijo muy claramente: “…la Iglesia Católica conserva el culto verdadero. Ella es la fuente de la verdad, el lugar donde habita la Fe. El templo de Dios. Quien ahí no entra o de ahí sale, pierde toda esperanza de vida y de salvación. Que nadie se deje llevar por contestaciones recalcitrantes. Es una cuestión de vida y de salvación. Si no se vigila atenta y prudentemente, es la perdición y la muerte”.
3. Pero Anselm Grün afirma categóricamente, para que nadie dude de su unidad con las concepciones modernistas y liberales que "La Iglesia no se puede instituir como la verdad.", luego señala que hay algunos factores de verdad como los dogmas. A el monje astuto valdría la pena recordarle las palabras de el Papa León XIII cuando dijo: “Decimos, por tanto, que la Iglesia es única en su esencia, en su origen y en su excelencia…”.



-VI-
¿La teología atea y amoral al servicio de la Revolución Cultural?
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La próxima visita del  sacerdote benedictino alemán Anselm Grün a Colombia durante los días 13, 14 y 15 de Abril viene siendo objeto de encendida controversia entre sus promotores y católicos bastante perplejos con esta perspectiva. Invitado por la Sociedad San Pablo (Ediciones Paulinas), se dice que la visita del teólogo cuenta con el apoyo de la Conferencia Episcopal Colombiana, de Cáritas y del nuncio apostólico Mons. Aldo Cavalli, pero no hay de éstos ni confirmación ni desmentido.
Este teólogo “de avanzada”, cuya venida es objeto de gran publicidad, propone abrirse a todas las religiones y espiritualidades, en una especie de sincretismo religioso que lo lleva a optar –al decir de destacados comentaristas- por un “Cristo sí, la Iglesia no”.  
Concordando con el dualismo de Carl Gustav Jung, Grün construye una verdadera teología atea, en la que Dios y el demonio son meras sombras del subconsciente y la religión es un simple recurso para supuestamente alcanzar la paz interior, cuyo centro es el hombre.  
Su espiritualidad coincide con el esoterismo de Deepak Chopra (Nueva Era), uniendo la mística cristiana con la psicología moderna y a ciertas filosofías orientales que nada tienen de católico.
Grün llega, por fin, a atacar el celibato eclesiástico, relativizar el matrimonio católico y pregonar el homosexualismo como un “valor”, llegando a afirmar “Debemos evitar ver la homosexualidad como un pecado”.
No deja de ser, por lo tanto, motivo de inmensa preocupación para los católicos  esta visita aparentemente tan apoyada por autorizados sectores de la Jerarquía eclesiástica, en un momento en que nuestra Patria es objeto de presiones por parte de poderosas ONGs homosexuales para imponer la llamada “ideología de género”, por la que se pretende legalizar el pseudo matrimonio homosexual, la adopción de niños para esas uniones y las cátedras de homosexualismo para niños y adolescentes. Ello puede ser visto equivocadamente como si la Iglesia se aliase a esa punta de lanza de la revolución cultural anticristiana, extremadamente amoral, derribando las últimas resistencias en las conciencias de los colombianos, que deberían apoyarse en las enseñanzas de la doctrina moral de la Iglesia al respecto, fieles al “depositum fidei” que Nuestro Señor Jesucristo entregara a San Pedro hace 20 siglos, ratificada por lo demás en las enseñanzas de incontables pontífices
.



-VII-
Opina sobre la obra de Anselm Grün el Obispo de Mar del Plata (Arg) Monseñor Dr. Antonio Marino,
viernes, 25 de mayo de 2012
"Creo que es oportuno hacer un balance crítico de la obra de Grün, este prolífico autor, dada la amplia difusión que han tenido sus libros.
Si bien es loable el intento de un diálogo entre la psicología y la espiritualidad cristiana, el resultado decepciona con frecuencia.
Tengo la convicción de que no posee una sólida formación en teología ni tampoco conoce a fondo las riquezas de la historia de la espiritualidad. De allí que la espiritualidad queda en el simple nivel de la autoayuda. No podemos desdeñar los aspectos terapéuticos que trae el saludable contacto entre los sentimientos y la razón, los impulsos y la conciencia, entre las pasiones y la voluntad de ponerle nombre a lo que busca esconderse.
Pero en lugar de considerar esto como base para una elevación a objetivos espirituales superiores, parecería que toda la espiritualidad se reduce al logro del bienestar interior.
La lectura de sus libros suscita objeciones serias, pues parece ausente la doctrina de la gracia, y la espiritualidad de la cruz.
Dolor causa leer en sus obras la defensa del sacerdocio femenino (¿ignora que para un católico bien formado hay profundas razones teológicas para considerar cerrado el tema?)
La comunión a divorciados y vueltos a casar (¿ignora que la caridad pastoral pasa por otros carriles y que el Magisterio tiene respuestas de misericordia, uniendo verdad y amor?).
También admira su afirmación de que la homosexualidad no es antinatural (por ejemplo en "Luchar y amar"). Y tantas otras cosas que denotan una mentalidad inconciliable con el Magisterio de la Iglesia.
Pero preguntémonos: ¿cree Grün en un magisterio normativo?"
+ Antonio Marino
Obispo de Mar del Plata.

*  *  *

Tres convicciones de Grün que hieren "dogmas" en algunos católicos

1.
Carl Gustav Jung
Sobre Jung Grün opina:
Jung en realidad lo que hizo es ayudarme a entender, a interpretar los antiguos símbolos de los primeros monjes cristianos y tratar de traducirlos en un lenguaje como para poder ayudarle a la gente hoy en día, pero de hecho Jung no es benedictino ni es un padre de la Iglesia, yo en realidad, internamente me remito a San Benito.
Tauler, para esto, es un guía actual porque nos enseña a descubrir la interioridad salvadora, el Maestro interior que está en el «fondo del alma», y que según su fe cristiana es el Espíritu que desencadena el «nacimiento de Dios» en ti. Por eso leemos hoy de nuevo a Tauler y vemos en él una de las grandes llamadas para la recuperación del hombre total, orientado en el ser en paralelo con los grandes videntes de todos los tiempos culturas. Le vemos, en este caso en las páginas siguientes, como el orientador en la crisis tan humana, tan universal e insoslayable como es la de la mitad de la vida. Un hombre en la mitad de su vida no es «consolado» por éstos
o los otros recursos de tipo inmediato o evasivo. Es salvado por un encuentro. El encuentro a que invita Tauler.
Jung es un psicólogo que acentúa hasta el extremo lo que es la experiencia de lo interno. Un texto suyo a propósito de la proyectada redacción de su autobiografía, dice: «El destino quiere ahora -como siempre ha querido- que, en mi vida, lo externo sea accidental, y sólo lo interno rija como sustancial y determinante». Toda su obra escrita no es otra cosa —nos dice en otro lugar— sino la expresión objetivada de su experiencia interna. Así pues, Jung, con su propia vida nos da el testimonio de la importancia del recurrir a la interioridad. ¿No es este ya un motivo importante para leer a Jung? Dada la falta de cultivo interior que el hombre de hoy tiene (y la nostalgia que de ello se deriva) el acercarse al interior lleva consigo acercarse al ser, a lo que se es, superando la distancia o la «distracción» del hacer.      La pregunta que le dominó a lo largo de su vida fue esta: «¿Qué es el mundo y qué soy yo?». Y a pesar de la intensa curiosidad que le llevaba hacia la realidad exterior tuvo la intuición de que era dentro donde se encontraba la respuesta. Desde esta actitud «agustiniana» viene la gran decisión: confrontarse con el inconsciente.
No cabe duda que la neurosis, la obsesión y la evasión son consecuencia de una falta de confrontación o de una confrontación mal hecha. Y en la mitad de la vida se nos exige una autentica confrontación y hace falta una radical transparencia para seguir con salud el camino otoñal del atardecer de la vida. En una confrontación seria y serena se descubre que toda edad tiene la misma realidad y exige la misma aceptación. Esto es no solo un postulado religioso sino que es una fidelidad al proceso psíquico.
Las ponencias sobre Tauler y Jung han nacido en primer lugar desde nuestra perspectiva de monjes. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que aquí no se trata simplemente de una solución para monjes, sino que en toda persona la superación de la crisis de la mitad de la vida es cuestión religiosa y que no son suficientes y satisfactorios los métodos y ayudas psicológicas.
C. G. Jung remite en tanto que psicólogo a caminos no psicológicos: a la práctica del ayuno, a la ascética, a la meditación, a la liturgia. Jung lamenta que la escuela de la religión no sea ya una ayuda para muchos en la superación de sus crisis personales. No hay ningún retroceso, ninguna negación de cualquier conocimiento que nos haya podido dar la psicología sino un avanzar por un camino en el que junto a toda la comprensión psicológica, sin embargo, en última instancia nos debemos dejar conducir por Jesucristo.
 C. G. Jung enfoca el problema de la mitad de la vida desde otros supuestos que los del místico y predicador Tauler. Jung es psicólogo y como tal se limita a los métodos de la ciencia empírica. Deja a los teólogos extraer las conclusiones filosóficas y teológicas. Sin embargo, la religión es un fenómeno que el psicólogo encuentra  continuamente en sus pacientes. No se puede investigar la psique del hombre sin tener en cuenta los intentos de dar una respuesta a la pregunta por el sentido mediante los sistemas e imágenes religiosos. Jung considera el sentido dado por la experiencia religiosa, como científico de la naturaleza, solamente desde el punto de vista de la contribución de tales experiencias a la salud del alma humana.
Como científico, no puede afirmar si detrás de las imágenes religiosas hay una realidad transcendente. Como hombre, sin embargo, ha tenido frecuente contacto con esa realidad. Con todo, es llamativo que Jung desde la psicología haya llegado a resultados semejantes a los de Tauler. Esto significa que el camino religioso correctamente entendido, también es entendido correctamente desde el punto de vista psicológico.  La Psicología pone en nuestras manos criterios para distinguir dentro de la práctica religiosa las formas falsas de las sanas aunque no puede ciertamente presumir de ser la norma del camino religioso.
Sin embargo, toda religión tiene, por lo menos, que plantearse la cuestión psicológica: ¿Hasta que punto la religión con sus dogmas y su practica hacen a un hombre sano o enfermo? Pues en último término, la religión se entiende como un camino que quiere conducir a la salud (salvación), pero no solamente a una salvación transcendental sino una salvación humana.
Precisamente con C. G. Jung (1875-1961) se cambia la perspectiva de la Psicología. Así como Freud es el psicólogo de la primera mitad de la vida se puede decir con toda razón que Jung lo es de la segunda mitad. Para él no hay que retrotraer los problemas del adulto a la niñez sino encontrar caminos para ayudarle aquí y ahora. Este cambio de orientación es algo más que una variante de la dimensión temporal. Se trata de una problemática cualitativamente distinta.
Jung considera el todo de la vida humana como un conjunto de contradicciones, contrastes o polaridades. Frente al consciente esta el inconsciente, frente a la luz, la sombra, frente al animus el anima. La contradicción o polaridad es esencial al hombre. No llega el hombre a su plenitud, es decir no se desarrolla hasta el «sí mismo», si no consigue integrar las contradicciones en lugar de eliminarlas. La primera mitad de la vida acentúa unilateralmente el consciente con la afirmación del Yo. La inteligencia se creó ideales a los que siguió. Esos ideales tienen su contrapartida en los opuestos depositados en el inconsciente. Cuanto más esfuerzos se hacen por excluir lo reprimido tanto mas aparece en los sueños. Del mismo modo, los modelos de comportamiento que el hombre vive conscientemente tienen sus actitudes contrarias en el inconsciente.
Jung indica diversos caminos para la confrontación con el anima. El primer paso está en que yo no reprima mis humores, afectos y emociones ni esquivándolos con una ocupación ni desvalorizándolos, ni excusándolos como si fuesen debilidades. Debo considerar atentamente este «mecanismo de rechazo y desvaloración» y tomar en serio las manifestaciones del inconsciente en los humores y afectos. Debo comenzar un diálogo con los humores. Debo dar ocasión así al inconsciente a expresarse y a subir  a la consciencia. En la medida en que yo pregunte a los afectos lo que me dicen y adónde me quieren señalar los deseos y proyectos, en esa medida consiento en darle la palabra al anima.
Esta conversación con los propios sentimientos y estados de ánimo y en ellos con el propio inconsciente es para Jung una técnica importante para la educación del anima. Otros caminos son el desarrollo consciente de las fuerzas del sentimiento, de la sensibilidad artística que todo el mundo tiene.
Lo inconsciente que se le aparece al hombre en su anima no carece de peligros. Puede no sólo llevar inseguridad a lo experimentado en el mundo consciente sino también pasar la cuenta y enredar. Por eso el hombre necesita de protección para poder encontrar a su inconsciente de un modo que le sea útil. Esta defensa, según Jung, se la ofrece la religión con sus símbolos.
La religión recoge lo intuitivo y lo creador del anima y es para el hombre como una madre que le da la vida, como una fuente abundante de la que puede beber y le mantiene vivo y creador.
Para Jung, sobrevivir tras la muerte no es un asunto de fe sino de la realidad psíquica. El alma encuentra razonable el hecho de la muerte. En  la medida en que se dispone a ello permanece sana.
La vida tiene una meta. En la juventud esa meta consiste en que el hombre se establezca en el mundo y alcance algo. Con el paso a la segunda mitad de la vida el objetivo cambia. No está ya en la cumbre sino en el valle donde comenzó la ascensión; ahora se trata de ir hacia ese objetivo. El que no hace esto, el que se agarra crispado a su vida, pierde la relación de su curva vital psicológica y biológica. «Su conciencia está en el aire mientras que en el interior la parábola desciende cada vez con más velocidad». La angustia ante la muerte es finalmente un «no querer vivir». Pues vivir, permanecer vivo, sólo puede realizarlo quien acepta la ley de la vida que se dirige hacia la muerte como a su meta.
Según Jung el hombre solamente puede desarrollar su «sí mismo» cuando experimenta en si lo divino. La idea de Dios en nosotros, como dice San Pablo: «No vivo yo, sino Cristo es el que vive en mi» expresa, para Jung, la experiencia del hombre que se ha encontrado a sí mismo. La mitad de la vida es la ocasión para dejar el pequeño yo y abandonarse en Dios. Quien rehúsa la entrega a Dios no encuentra su propia totalidad y en último término tampoco su salud anímica. Así, para muchos hombres el problema verdadero de la segunda mitad de la vida es una cuestión religiosa.
Dice Jung: «De entre todos mis pacientes que habían pasado la mitad de la vida, es decir, de mas de treinta y cinco años, no había ninguno en que el problema decisivo no fuera su actitud religiosa. Ciertamente todo el mundo se pone enfermo por lo que ha perdido y esto es lo que las religiones vivas han dado en todos los tiempos a sus creyentes. Por otra parte, nadie se cura de verdad si no logra recuperar su actitud religiosa, asunto que     naturalmente no tiene nada que ver con una confesión determinada o la pertenencia a una iglesia.»   
C. G. Jung nos recuerda constantemente que el camino para una verdadera «hominización» pasa por las regiones inferiores del mundo interior y llega al inconsciente. En una ocasión llega a citar a Ef 4, 9: «Si subió, supone necesariamente que había bajado antes a lo profundo de la tierra». Cree que la psicología, contra la que tanto despotrican muchos cristianos, tiene exactamente los mismos objetivos que el texto aludido. Se pinta la psicología con colores tan intensamente negros porque, en consenso total con la afirmación del símbolo cristiano, enseña que nadie puede subir si no ha bajado antes (t. 18, I 733). Jung admite el hecho de que Cristo fue ejecutado entre dos malhechores por ser un renovador. Nosotros no podemos asimilar la novedad de su mensaje si no estamos dispuestos a ser contados alguna vez, como él, entre los malhechores, si no nos reconciliamos con los malhechores existentes en nuestro interior.
El camino a Dios va, según Jung, por el descenso a las oscuridades del sujeto, al inconsciente, al reino de as sombras en el Hades. Para Jung se trata de una ley de vida: no podemos encontrarnos con nuestro yo y con Dios si no tenemos la osadía de bajar a la región sombría de nuestras faltas y a las oscuridades del inconsciente.
Jung habla de la ampulosidad de los orgullosos hinchados de elevados ideales e identificados con modelos arquetípicos, por ejemplo con el modelo de un mártir, de un
profeta o de un santo. La identificación con ese modelo arquetípico hace ciegos a la propia realidad. Humildad es para Jung el valor de mirar de frente a las propias sombras. El autoconocimiento exige amargas prácticas de humildad. Sin humildad se eliminan de la propia imagen los defectos y aspectos sombríos, pero sólo el reconocimiento de las debilidades propias puede proteger contra los mecanismos excluso nos de los que nos servimos para disimular nuestras sombras. Se necesita una gran dosis de humildad, según Jung, en relación con el inconsciente. El que pretende desentenderse del inconsciente queda ridículamente hinchado. El orgulloso identificado con símbolos arquetípicos, tiene como único medio de curación que el modelo le caiga en las narices, o sufrir un descalabro moral o sucumbir al pecado.
La humildad es para Jung condición previa para desarrollar sentimientos de confianza y aceptación en los otros. El orgullo, por el contrario, actúa como aislante, nos desconecta de la comunicación humana y del contacto con los hombres: Parecen pecados contra la naturaleza tanto encubrir los defectos como vivir exclusivamente en un complejo de inferioridad. Parece existir algo así como una conciencia de humanidad, un saberse humano, que sanciona en sus sentimientos al que no renuncia alguna vez y en algún lugar al orgullo-virtud de la autoafirmación y del autoafianzamiento del propio yo y se niega a aceptar su condición humana defectuosa. Sin esta confesión de humildad queda el sujeto aislado, separado por un muro insuperable del sentimiento vivo de ser humano entre los humanos.
Sólo me es posible vivir en comunidad con los demás humanos cuando estoy dispuesto a aso ciarme a ellos aceptándome como soy, con mis debilidades y limitaciones. Mientras persista en el intento de encubrir mis puntos débiles, mis sombras, lo negativo, jamás podré establecer con los otros más que contactos superficiales. El corazón quedará intacto. Por eso piensa Jung que la humildad es una condición previa e indispensable para las relaciones comunitarias humanas. A uno que le solícita una entrevista inaplazable escribe: Si usted se siente aislado se debe a que usted mismo se aísla. Tenga un poco de humildad y sencillez y verá cómo nunca tendrá que lamentar su soledad. No hay cosa que más nos aísle y distancie de los demás que presentarnos ante ellos con ostentación de poder y prestigio. Intente usted inclinarse un poco, aprender un poco de sencillez y nunca estará solo.
Hay dos vías más de la psicología hacia la autoestima que quiero mencionar, una es la psicología de Jung que diferencia entre el ego y el sí mismo. El ego, el yo, es la parte consciente de la persona, quiero causar una buena impresión, quiero plantarme bien, quiero dar una buena imagen. Este es el ego que tiene una importancia y el sí mismo es el centro de la persona en armonía con sí mismo y sólo llega a sí mismo si también admite la imagen de Dios en si misma, y quien está en contacto con el si mismo ya no necesita presentarse bien hacia afuera, no tiene que demostrar seguridad sino que está en armonía con su verdadero yo. Jung considera que a esta armonía se llega solamente si uno acepta también sus propios lados oscuros, los lados de sombra. Jung considera que todas las personas son polares, el amor y la agresión, la razón y los sentimientos, la disciplina y la indisciplina. Si yo vivo concientemente uno de los polos el otro queda en la oscuridad y tiene un efecto destructivo pero la sombra no es mala en sí misma sino que si la acepto también es una fuente de vida donde desarrollo nueva fuerza en mi mismo. Este es el concepto de Jung que nos libera de esa presión que tenemos que presentarnos bien ante todos los otros. Ustedes conocen seguramente a personas que se presentan muy seguras pero que por detrás muchas veces hay temor. Yo acompañé a un político que cuando daba discursos todos los demás tenían temor porque manejaba muy bien el arte de la palabra pero que cuando se sentaba entraba en pánico porque tenía miedo porque detrás de su fachada de seguridad encontraran todas sus flaquezas. La autoestima, en consonancia con uno mismo, solo la encuentra quien está de acuerdo con sus fortalezas y sus debilidades, caso contrario se vive siempre pensando que los otros podrían descubrir sus debilidades.
El otro concepto en la psicología es el concepto de la psicología transpersonal , es decir, el sí mismo verdadero no es el resultado de nuestra historia de vida sino que hay un espacio interior en nosotros donde vive Dios y donde vive Cristo, y donde vive Cristo dentro mío ahí entro en contacto con la imagen original que se hizo Dios de mí mismo. A esto muchas veces no lo puedo describir pero es una percepción de que hay algo en mi interior que me supera, que no tiene que ser muy seguro hacia afuera, pero yo siento que soy un secreto. La filosofía estoica lo llama “ser auténtico” donde la persona es uno mismo, pero Romano Gordini un teólogo de la década del cincuenta dijo cierta vez: “Dios expresa una palabra original sobre cada persona en su nacimiento que solo se adecua a cada persona y esta palabra de Dios en mi debe ser transmitida en este mundo, ya no se trata de ser seguro sino de ser auténtico. Ahora la pregunta es ¿cómo reconozco esta palabra? Esto muchas veces no se puede describir pero hay una sensación de que para uno es la alegría, para otros la belleza o el corazón amplio, o el amor, el ayudar al prójimo, el coraje, una palabra que sea visible, y desarrollar la autoestima significa ser auténtico, significa entrar en contacto con esta imagen original, entonces mi vida está en armonía y ya no es tan importante cómo me presento hacia afuera. Muchos hacen depender la autoestima de su presentación hacia afuera, si se sienten seguros o si se aprecian sus inhibiciones o no. Jung nos dice que Cristo no sólo es la persona que vivió en aquel entonces sino que es un arquetipo del sí mismo, ahí entramos en contacto con nuestro yo interno y ese sí mismo ya no se puede describir. A veces a las personas yo les doy la tarea de así como después de la resurrección Jesús les dijo “no soy yo mismo” les doy la tarea a las personas que manejen la palabra “no soy yo mismo” y se van a dar cuenta que muchas veces no soy yo mismo sino que me comporto de acuerdo a las expectativas de los otros, me adecuo en el trabajo, me adapto a la familia, a mi círculo de amigos, estoy determinado desde afuera, no soy yo mismo, es decir, debo cumplir expectativas. No tengo que “actuar” bien sino estar en armonía conmigo mismo y esto nos da una sensación de libertad interior.
Pero permítanme dar unas cuántas respuestas más que ofrece la psicología. En este sentido me afectó mucho una respuesta de Jung, un terapeuta suizo que estando en la India observó allí como los hindúes se manejan con los sufrimientos, se retiran del mundo y dicen que el sufrimiento no los toca. Decía que Oriente se abstrae del sufrimiento. Occidente trata de reprimir el sufrimiento con drogas, drogas no externas como el alcohol o las drogas sino por drogas tales como la adicción al trabajo, a la falta de calma, siempre hay que hacer algo para no tener que enfrentarse al sufrimiento. Jung dice al respecto que toda la encarnación, todo el hacerse hombre depende de cómo nos manejamos con el sufrimiento y el dice que tenemos que superar el sufrimiento transitándolo y hace referencia a la cruz que tiene en su oficina y dice: “lo aprendemos de El, lo aprendemos de Cristo”.
Carl Gustav Jung dice que en su camino a ser hombre sentirá que la cruz lo penetrará en sus caminos, en sus sendas, se encontrará en sus contradicciones, y es justamente eso lo que se dice cuando uno le dice sí a la cruz, le dice sí al sufrimiento. 
Comentario:
Sobre el inconsciente de Jung y Grün, que es SUBCONSCIENTE.
Enfatizo que Inconsciente NO es sinónimo de Subconsciente:

El inconsciente de Jung es uno de los paradigmas de él y de sus seguidores, sin embargo en su autobiografía señala:

Yo percibo en cierto modo los procesos SUBCONSCIENTES (textual pero sin mayúsculas: Jung no dice inconscientes, página 359) y por ello tengo seguridad interna. El que no ve nada, tampoco tiene seguridad, ni puede sacar conclusión alguna o no confía en las propias conclusiones. Yo no sé qué es lo que ha hecho que yo pueda percibir el fluir de la vida.

Si escucho o leo que se menciona al "inconsciente de Jung" según sea mi conocimiento sobre el tema puedo suponer:

1.- Que ese tal doctor Jung era alguien torpe, descuidado, irresponsable, atolondrado, ignorante, cándido, ingenuo, es decir una persona inconsciente.

2.- Que, por accidente o enfermedad se encontraba desmayado, desfallecido... es decir en estado de inconsciencia.

3.- Que se hace referencia a la magistral teoría sobre el subconsciente que Jung desarrolló, a la cual él, al igual que Freud, también lo llamó inconsciente.

Insisto en la importancia del adecuado uso de la PALABRA como activador del SUBCONSCIENTE, al nacer lo profundo de mi mente sabe que se llama subconsciente, una palabra carente de connotación negativa y no es inconsciente con toda su sinonimia negativa. La palabra inconsciente como sinónimo de la palabra Subconsciente la rechazo por razones objetivas, ello, desde hace años, lo he fundamentado en precedentes escritos y charlas al señalar que:

Es importante tener presente en la reprogramación mental o automejoramiento de la calidad de pensar, que el subconsciente que no discrimina como el consciente mental o fuente de los pensamientos, no por ello va a aceptar cualquier programa consciente que se le proponga y aquí me detengo en una palabra que algunos todavía usan para referirse al subconsciente, es el término de inconsciente que estuvo de moda en el psicoanálisis freudiano. En relación a lo profundo de la Mente, como los más y cada día más, utilizo la palabra SUBCONSCIENTE y descarto para el mismo concepto la palabra inconsciente que algunos emplean, ya que esa palabra la mente la asocia al prefijo negativo IN. Lo destaco porque es muy importante el sentido de la palabra en la AutoProgramación Mental, mejor dicho en la urgente Reprogramación mental que todos necesitamos al tener cada uno a lo menos un 70% diario de inconsciente emisión de pensamientos basura, pues hay que ser un inconsciente para saturar de negatividad la Noosfera planetaria y ayudar a enfermar al planeta cual parásito tóxico agresor del mismo. La mente se programa mediante los pensamientos que expresamos en palabras. Por ejemplo IN califica de antónimo o lo contrario a una serie de palabras llenas de positivo contenido, veamos algunas:

SINÓNIMOS negativos de INconsciente
Atolondrado
Aturdido
Cándido
Descuidado

Desmayado
Desfallecido
Ignorante
Ingenuo
Insensible
Irreflexivo

Irresponsable
Necio
Torpe...


Si usamos la palabra INconsciente el Subconsciente tendrá por asociación los negativos conceptos sinónimos ya mostrados. Si usamos la palabra SUBCONSCIENTE tendremos por referencia la sincronía de niveles de la mente: el  CONSCIENTE y SUBCONSCIENTE. Siendo la mente cual iceberg con el Consciente o la pequeña parte visible de la superficie y la gran zona no visible bajo la superficie o Subconsciente que es lo profundo debajo del Consciente. Son dos palabras complementarias que resuenan de manera significativa en lo profundo del plano mental que de INmanejable puede pasar a ser MANEJABLE mediante el mejor uso del Pensamiento positivo hecho con convicción y de manera reiterada. Dirán que es cuestión de semántica y nada más, pero cuán importante es la semántica para la mente y su adecuada REPROGRAMACIÓN consciente orientada hacia el subconsciente en el mejor manejo mental que ya es hora de recordar y mejor usar.

Para el SUBCONSCIENTE es tan importante el sentido, contenido y significado de cada pensamiento-palabra que Ramakrisna hace 150 años en
la India decía:

Quien está a diario golpeándose el pecho y diciendo “yo pecador” se transforma en un pecador

El SUBCONSCIENTE representa el 90% de lo mental. Pensarlo como Inconsciente hace visualizar a una persona que recibió un golpe en la cabeza y se quedó sin sentido, o estar tratando a alguien poco serio; un tipo inconsciente por lo torpe, descuidado, irresponsable, atolondrado, ingenuo, irreflexivo... Eso es lo que recibe en la programación el SUBCONSCIENTE si, de manera consciente se lo llama IN en vez de SUB. Lo toma como un programa hacia lo negativo y hacia lo negativo lleva la Fuerza Interior o no la canaliza por no sentirse aludido en la programación. Todavía se usa en el ámbito de la psiquiatría y psicología la palabra inconsciente  y otros la aceptan cual sinónimo natural del concepto SUBCONSCIENTE, eso es un error que en alguna medida limita la terapia, no en cuanto ciencia de la misma sino en lo referente a la conexión entre el SUBCONSCIENTE del terapeuta con el del paciente, lo cual facilita una mejor recuperación del mismo.

Sobre el sentido religioso que tanto molesta a los críticos de Grün, puedo decir además que Jung señaló:

Me hubiera parecido un robo si hubiera querido aprender de los santones y aceptar para mí su verdad. Su sabiduría pertenece a ellos y a mí sólo pertenece lo que procede de mí mismo. Tanto más que en Europa no puedo pedir ningún préstamo a oriente, sino que debo vivir por mí mismo, de lo que dice mi interior o lo que la naturaleza me aporta... No sé si la sabiduría que el santón indio expresa es una manifestación propia o un proverbio que circula por el país desde hace mil año.

Me parece probable que existan igualmente en el más allá ciertas limitaciones; pero las almas de los muertos sólo descubren progresivamente dónde residen los límites del estado de liberación. En algún lugar, “allá”, reina una necesidad imperiosa que condiciona el mundo y quiere poner un término al estado de existencia en el más allá. Esta necesidad creadora decidirá – así pienso – cuáles las almas que serán nuevamente inmersas en la encarnación y en el nacimiento. Yo podría imaginar que para algunas almas el estado de existencia tridimensional sería más feliz que el estado “eterno”. Pero esto dependerá tal vez de lo que hayan llevado consigo como suma de perfección o de imperfección de su existencia humana.
Creo que todos mis pensamientos giran alrededor de Dios, como los planetas alrededor del sol y, así como éstos son atraídos por el mismo sol, mis pensamientos lo son irremisiblemente por Él. Me tendría por el más empedernido pecador si opusiera resistencia a este poder.
Estaba seguro de que ninguno de los teólogos que yo conocía había visto con sus propios ojos "la luz que brilla en las tinieblas", de lo contrario no hubieran podido enseñar ninguna "religión teológica". La "religión teológica" no podía servirme para nada, pues no correspondía a mi experiencia de Dios. Sin esperanza de saber, exigía creer, esto lo había intentado mi padre con grandes dificultades y había fracasado en ello. Mal podía mi padre defenderse contra el ridículo materialismo del psiquiatra. ¡Esto era también algo que debía creerse exactamente como la teología! Yo estaba más seguro que nunca de que a ambas les faltaba tanto la crítica del conocimiento como la experiencia. El pecado capital de la fe me parecía consistir en que prescinde de la experiencia. ¿Cómo sabían los teólogos que Dios había dispuesto deliberadamente ciertas cosas y otras las "permitía", y cómo sabrán los psiquiatras que la materia posee las propiedades del espíritu humano? Yo no corría peligro de caer en el materialismo...
No podía habituarme a la opinión que coloca a Cristo en primer plano y lo convierte en la única figura decisiva en el drama entre Dios y el hombre... El "hêr Jesus" era, para mí, sin lugar a dudas, un hombre y por ello incierto, o sea, un simple portavoz del Espíritu Santo. Esta interpretación sumamente heterodoxa que difería de la teología de 90 a 180 grados, encontraba naturalmente la más profunda incomprensión.
Freud, que siempre hacía hincapié en su irreligiosidad, se había construido un dogma, mejor dicho, en lugar del Dios celoso que había perdido, había puesto una imagen forzosa, concretamente a la sexualidad; una imagen que no era menos apremiante, exigente, despótica, amenazadora y ambivalente moralmente. Del mismo modo que al más fuerte psíquicamente y por lo tanto, terrible, corresponden los atributos de "divino" o "diabólico", la "líbido sexual" había adoptado en él el papel de un deus absconditus, de un Dios oculto... Había visto que ni Freud ni sus discípulos podían comprender qué significaba el psicoanálisis en la teoría y en la práctica, puesto que ni siquiera el maestro había logrado resolver su propia neurosis.
Pero sería un grave error el querer ver como una simple "causalidad" que Jesús, el hijo de un carpintero, anunciara el Evangelio y se convirtiera en el "salvatore mundi", en el salvador del mundo. Tuvo que ser una personalidad de talla aventajada que fuera capaz de expresar y representar la esperanza general, aunque ignorada, de su época de un modo tan perfecto. Ningún otro hubiera podido ser el portador de tal mensaje, sino precisamente este hombre Jesús... Se discute ya en muchas partes la posibilidad y la esperanza de una reaparición de Cristo, y ha surgido un rumor visionario que expresa una esperanza de salvación.
Cristo grita a los judíos: "Vosotros sois dioses" (San Juan, 10, 34) y no fue escuchado a causa de la incompetencia de los hombres. Y por ello el mundo occidental, llamado "cristiano", se acerca a pasos de gigante a la posibilidad de destruir un mundo en lugar de crear uno nuevo.

La idea del karma no debe separarse de la idea del renacer... Podría imaginar muy bien que viví en siglos anteriores y me vi acuciado entonces por cuestiones a las que no podía responder todavía; que debía volver a nacer porque no había cumplido la tarea encomendada. Me imagino que cuando muera mis hechos me seguirán. Aportaré lo que haya hecho... ¿O es justa la sospecha de Richard Wilhelm de que mi vida anterior fui un chino rebelde que, a modo de castigo, debe descubrir su alma oriental en Europa?... La cuestión del karma me resulta oscura como también el problema del renacer personal... Debo reconocer, sin embargo, que debido a esta experiencia considero el problema de la reencarnación con otros ojos, sin estar, sin embargo, en situación de poder defender una opinión concreta al respecto.
Las preguntas planteadas por los agnósticos: "¿De dónde proviene el mal?" no ha hallado respuesta en el mundo cristiano y la vaga idea de Orígenes de una posible salvación del diablo pasó por herejía. Sin embargo, hoy debemos hablar de esto y darle respuesta y nos encontramos con las manos vacías, extraños y confusos, y ni siquiera podemos explicarnos el que ningún mito nos ayude, que con tanta urgencia necesitamos. Se tiene, a consecuencia de la situación política y de los éxitos terribles y demoníacos de la ciencia, un presentimiento vago y secretos estremecimientos, pero no se sabe dar consejo alguno y sólo los menos sacan conclusiones de que se trata del alma del hombre, olvidada desde hace tanto tiempo.

El Occidente cristiano considera al hombre como completamente dependiente de la gracia de Dios, o al menos de la Iglesia como el instrumento exclusivo y sancionado por la divinidad para la redención del hombre. El Oriente, en cambio, insiste en que el hombre es la causa exclusiva de su desarrollo superior, pues cree en la autoliberación.
Nuestra religión cristiana, como todas las demás, está imbuida por la idea de que mediante una ceremonia especial o un tipo determinado de acto se pueda influir en Dios, por ejemplo, mediante ritos u oraciones o mediante una moral del agrado de Dios.
También es un hecho que, bajo la influencia del llamado esclarecimiento científico, grandes masas de personas cultas o se han apartado o se han tornado totalmente indiferentes a la Iglesia. Si no se tratase sino de racionalistas empedernidos o de intelectuales neuróticos, cabría consolarse de esa pérdida. Pero muchos de ellos son hombres religiosos, sólo que incapaces de coincidir con las formas existentes de fe.
Entiendo que la religión es una actitud especial del espíritu humano, actitud que -de acuerdo con el empleo originario del concepto "religión"- podemos calificar de consideración y observancia solícitas de ciertos factores dinámicos concebidos como "potencias" (espíritus, demonios, dioses, ideas, ideales o cualquiera fuere la designación que el hombre ha dado a dichos factores) que, dentro de su mundo, la experiencia le ha presentado como lo suficientemente poderosos, peligrosos o útiles para tomarlos en respetuosa consideración; o lo suficientemente grandes, bellos y razonables para adorarlos piadosamente y amarlos.
Quisiera poner en claro que con el término "religión" no me refiero a un credo.
Mi posible contribución a la cuestión religiosa proviene, con exclusividad, de mi experiencia práctica, tanto con mis pacientes cuanto con las llamadas personas normales. En razón de que nuestras experiencias con los seres humanos dependen, en grado considerable, de lo que hacemos con ellos, mi única vía de acceso al tema que percibo es la de proporcionar al menos una idea general de cómo procedo en mi trabajo profesional.
El protestantismo que derrumbó algunos de los muros cuidadosamente levantados por la Iglesia- no tardó en sentir los efectos destructivos y cismáticos de la revelación individual. Tan pronto se hubo derribado la barrera dogmática y el rito hubo perdido la autoridad de su eficacia, el hombre enfrentó una experiencia interior sin el amparo y guía de un dogma y de un culto que son la quintaesencia incomparable de la experiencia religiosa, tanto de la cristiana como de la pagana. El protestantismo ha perdido, en especial, todos los más finos matices del cristianismo tradicional: la misa, la confesión, la mayor parte de la liturgia y el significado del sacerdote como representante de Dios.
Me constriño a señalar los hechos. En compensación de la pérdida de la autoridad eclesiástica, el protestantismo, por su parte, reforzó la autoridad de la Biblia. Pero, según prueba la historia, ciertos pasajes bíblicos pueden interpretarse de diversas maneras; además, la crítica científica del Nuevo Testamento no se reveló como especialmente apta para fortalecer la fe en la naturaleza divina de los escritos sagrados. También es un hecho que, bajo la influencia del llamado esclarecimiento científico, grandes masas de personas cultas o se han apartado o se han tornado totalmente indiferentes a la Iglesia. Si no se tratase sino de racionalistas empedernidos o de intelectuales neuróticos, cabría consolarse de esa pérdida. Pero muchos de ellos son hombres religiosos, sólo que incapaces de coincidir con las formas existentes de fe.
El cristianismo nunca fue mundano ni desarrolló una política de buena vecindad fundada en el buen comer y beber, y la introducción de la música de jazz en el culto difícilmente constituiría una innovación recomendable. La gente "alegre y equilibrada" que de un modo más o menos epicúreo pasea charlando, hace recordar un ideal filosófico antiguo que el cristianismo contemporáneo más bien rechaza.
Dado que soy protestante, podría ahora observárseme: "Pero también cuando recomienda al católico en cuestión que vea a su sacerdote para confesarse, indica usted algo en que no cree". A fin de contestar a esa objeción debo señalar antes que -en tanto me es dable evitarlo de algún modo- nunca predico yo mi fe. Si se me pregunta, defiendo, claro esta, mis convicciones, que no van más allá de lo que estimo mi saber. Estoy persuadido de aquello que . Lo restante es hipótesis; por lo demás hay sinnúmero de cosas que puedo abandonar a lo desconocido. Esas últimas no me inquietan. Pero, sin duda alguna, empezarían a preocuparme en cuanto sintiera que debería saber algo a su respecto. Por consiguiente, si un enfermo está persuadido del origen exclusivamente sexual de su neurosis, no contrariaría su opinión, porque sé que tal convencimiento, sobre todo si está hondamente arraigado, constituye una excelente defensa contra el asalto de la terrible ambigüedad de la experiencia inmediata. Mientras esta defensa resulte eficaz, no la derribaré, porque tengo presente que han de existir poderosos motivos para que el paciente se vea constreñido a pensar dentro de tan estrecho círculo.
Dado que un dios idéntico al hombre individual significa un supuesto harto complejo, lindante con la herejía, también el "Dios interior" constituye una dificultad dogmática. Pero la cuaternidad tal como es producida por la psique moderna, remite, en forma muy directa, no solo al Dios interior sino también a la identidad de Dios con el hombre. Hay aquí, en contraposición con el dogma, cuatro aspectos, y no tres. Fácil sería concluir que el cuarto representa al diablo. Si bien tenemos la palabra del Señor, que dice: "Yo y el Padre somos uno. Quien me ve a mí, ve al Padre", estimaríase una blasfemia o una locura hacer hincapié en la humanidad dogmática de Cristo en grado tal que el hombre mismo se identificara con Cristo y su homoousia (identidad esencial). Mas parece que el símbolo natural se refiere precisamente a esto. Por ello, desde el punto de vista ortodoxo podría calificarse la cuaternidad natural de “diabolica fraus”, y la principal prueba de ello residiría en la asimilación del cuarto aspecto, que representa la parte condenable del cosmos cristiano. Entiendo que la Iglesia debe rechazar todo intento de considerar seriamente tales resultados. E inclusive es posible que deba reprobar toda tentativa de reconciliación con esas experiencias, pues no le es dable permitir que la naturaleza reúna lo que ella separó. No me refiero al dogma de la naturaleza humana de Cristo. La identificación no guarda relación alguna con la idea católica de la asimilación de la vida humana individual a la vida de Cristo, y la absorción del individuo en el cuerpo místico de la Iglesia. Más bien es antagónica a dicha idea.
Nuestra elección designa y define a "Dios". Pero nuestra elección es obra humana, y por ello la definición que la acompaña es finita e imperfecta. La definición es una imagen que no eleva a la esfera de la comprensibilidad a la realidad desconocida indicada por la imagen. De otro modo sería lícito decir que se ha creado a un dios. El "amo" que hemos escogido no es idéntico a la imagen de él esbozada por nosotros en el tiempo y en el espacio.
Todos mis escritos son, por así decirlo, encargos que proceden del interior; surgieron bajo la presión del destino. Lo que escribí partió siempre de mi interior... Yo no intenté imponer mis propias opiniones sino que me confié al flujo de las ideas. De este modo fueron surgiendo en mí un problema tras otro y maduraron hasta adquirir forma...  De niño me sentía aislado, y aún hoy lo soy, porque sé cosas y debo señalar que de ellas aparentemente nadie sabe nada ni quieren en su mayoría saberlas. La soledad no nace porque uno no tenga a nadie a su alrededor sino más bien porque las cosas que a uno le parecen importantes, no puede comunicarlas a los demás, o considera válidas ideas que los demás tienen por improbables... Cuando un hombre sabe más que los demás, se queda solo
...

2.
La homosexualidad
Sobre la homosexualidad Grün ha manifestado:

Con demasiada frecuencia se escucha que la homosexualidad es antinatural. Pero tales valoraciones son falsas. Las personas homosexuales son iguales a las heterosexuales.
Debemos evitar ver la homosexualidad como un pecado. La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado.
Es importante para el hombre tener ideas claras respecto a su identidad sexual. Tiene que saber con precisión si es heterosexual u homosexual. A veces las fronteras son borrosas e inestables. Llegar a conocer y tomar conciencia de la identidad sexual es un presupuesto determinante para aceptarse como hombre. También aquí es decisivo que dejemos aparte todas las valoraciones. Cada hombre —homosexual o heterosexual— tiene sus virtualidades, sus fuerzas, y también sus peligros. Los hombres homosexuales se han entregado en los últimos años a la búsqueda de su propia masculinidad, todavía con más intensidad que los hombres heterosexuales. En lugar de disculparse por su homosexualidad —como sigue siendo habitual aún en muchos círculos sociales—, se alegran de su condición. Han tomado conciencia de su cuerpo y se expresan a sí mismos, con todo su ser, en su cuerpo. Con frecuencia tienen una profunda sensibilidad estética y una gran apertura hacia la espiritualidad. Cuando hablo de la masculinidad, pienso siempre en los hombres heterosexuales y homosexuales.
Con demasiada frecuencia escuchan que la homosexualidad es “antinatural”. Pero tales valoraciones son falsas. La homosexualidad se puede deber a motivaciones diversas: a la educación, a una excesiva vinculación con la madre, a experiencias sexuales, pero también a una determinada configuración genética. En definitiva, nadie puede decir por qué un hombre o una mujer son homosexuales. Lo decisivo es que el homosexual se reconcilie con su condición y su tendencia y que, desde esa reconciliación, haga lo mejor. Esto significa que también él puede vivir su homosexualidad de una manera humanamente digna.
Entiendo muy bien que a las madres en su primer momento les provoque un shock enterarse que su hijo o hija es homosexual. Pero el sufrimiento depende de la actitud. (...) Las personas homosexuales son iguales a las heterosexuales, e incluso muchas veces tienen un sentido especial para la espiritualidad y el arte. Disponen de dones valiosos de los cuales los padres deberían alegrarse.    

Según el padre G. Tabossi

Iglesia y homosexualidad
Los actos homosexuales son siempre desordenados y contrarios a la Ley Natural, pues sólo buscan el placer por el placer mismo, sin contemplar la procreación y la donación mutua. Eso no significa que las personas homosexuales no sean generosas y no se donen a sí mismas, pero cuando se empeñan en una actividad homosexual, refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la autocomplacencia.
Como sucede en cualquier otro desorden moral, la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios.
Para comprender bien la postura de la Iglesia Católica, es importante distinguir entre la homosexualidad, la persona homosexual y los actos homosexuales.
La Iglesia acepta a las personas homosexuales como hijos de Dios y como miembros de la Iglesia llamados a vivir en castidad toda su vida.
De igual manera, la Iglesia reconoce que existe la homosexualidad como tendencia, por ser un fenómeno que acompaña a la humanidad desde sus inicios.
Lo que nunca podrá aceptar la Iglesia, son las prácticas o actos homosexuales, que en todo momento son pecaminosos, por ser contrarios a la naturaleza humana y al plan de Dios para los hombres.
Existen textos muy claros en las Cartas de San Pablo (Nuevo Testamento) donde condena estos actos y la doctrina de la Iglesia vertida en el Catecismo en el número 2358 es muy clara también al respecto.
Por tanto, aceptar a las personas homosexuales o aceptar que existe la homosexualidad como tendencia, no significa que la Iglesia acepte las prácticas homosexuales.
Las personas homosexuales deben ser respetadas y acogidas por la sociedad y la Iglesia los invita a vivir en castidad, puesto que los actos homosexuales son contrarios a la ley moral y por tanto, constituyen un pecado grave.

http://es.catholic.net/temacontrovertido/330/1745/articulo.php?id=122 


Comentario:

En el auge del SIDA cuando sin filtro se hablaba de grupos de alto riesgo, el Papa anterior, en California dio una Misa especial para pacientes afectados con el mal, mal que considero un estigma. Había sacerdotes contagiados presente, uno clama a Dios por no poder liberarse de su condición. El Papa con voz potente les señala:

Igual Dios os Ama

Si buscan culpa, deben saber que el homosexual nace psico genéticamente condicionado para serlo. ¿De quién es la culpa por nacer para ser así?


3.
El infierno
Sobre el infierno Grün ha señalado:
El diablo y los demonios son poderes personales pero no son personas; impiden mi desarrollo personal; pertenecen como a mi lado oscuro; pero el diablo no es persona; pero el diablo es una imagen de la dimensión profunda del mal. Hoy al hablar del infierno, por una parte tenemos que evitar la minimización y, por la otra, no podemos caer en los sermones sobre el infierno de los años cincuenta del siglo pasado con los cuales se asustaba a las personas y se les hacía daño. La Iglesia primitiva se ocupó muy poco de la imagen del infierno. Apenas en el siglo V, cuando las condiciones sociales cambiaron y multitudes de personas se volcaron a la Iglesia, se empezó a usar la imagen del infierno para animar a los creyentes a vivir según Cristo. A veces, en los creyentes, se unen impulsos sádicos y agresivos con sus representaciones del infierno, sobre todo cuando desean que el otro arda en el infierno o cuando algunos cristianos fundamentalistas creen saber con exactitud quién merecer caer en el infierno.
¡Abísmate, abísmate en el fondo, en tu nada y deja caer sobre ti la torre (de la catedral de la autocomplacencia y de la autojustificación) con todos sus pisos! ¡Deja que vengan a ti todos los demonios que hay en el infierno! ¡Cielo y tierra con todas sus criaturas te servirán maravillosamente! ¡Abísmate solamente! Será para ti lo mejor. Es animoso lo que Tauler nos dice. Hasta los demonios del infierno se deben dejar venir con la confianza de que Dios nos conduce a través de la apretura.
Esta entrada en el subconsciente, profundización en sí mismo, significa renovación y nuevo nacimiento. El tesoro del que habla Cristo, esta en el subconsciente y solamente los símbolos y medios de la religión hacen al hombre capaz de descubrir ese tesoro. Así como Cristo en su muerte bajó al Hades, el hombre tiene también que pasar por la noche del inconsciente, por el descenso a los infiernos del autoconocimiento para con la fuerza del inconsciente volver a nacer.
El infierno es el lugar al que ha ido a parar la persona aislada de toda comunicación, solitaria sin poder hacer nada. Y sin embargo, allí tiene lugar la conversión. Jesús toma a esa gente de la mano y emerge nueva mente a la vida. Desde los tiempos de Orígenes, el descenso al mundo inferior es una imagen del descenso de Cristo a las sombrías profundidades del alma.


Comentario:
Desde niño ese cuento del infierno no lo creí. Mi Dios era de Amor y sus devotos lo rebajan al peor nivel que un humano pudiera tener. De 9.000 millones de humanos para ellos, en especial los evangélicos son solo salvos ellos por dogma y, tomándose el nombre de su dios condenan al holocausto de las almas en el fuego eterno para 8.000 millones de hermanos por igual Hijos de Dios. ¿Qué dios es ese?... Nada negativo hecho en la forma humana llega hasta el plano del alma, por lo tanto mal pueden las almas ser condenadas por pecados que en su sutil plano no existen por no ser lo denso mental allá posible. La REENCARNACIÓN, que Jung acepta nos permite entender la evolución gradual en un ciclo de vidas desde lo imperfecto hacia lo perfecto, desde lo denso hacia lo sutil, desde el odio hacia el amor, desde la maldad hacia la bondad... El padre Grün reconoce un Dios de Amor...

Conviene recordar a Jesús:

¿Pensáis que cuando yo vuelva encontraré fe en la tierra?
El que esté libre de pecado que lance la primera piedra.
Ven pajas en el ojo ajeno y no la viga en el propio ojo.

Conviene recordar al Papa en esta Navidad al decir:

¿Tenemos un puesto para Dios? ¿Tenemos tiempo y espacio para Él? ¿No es precisamente a Dios mismo al que rechazamos? Cuanto más rápidamente nos movemos, cuanto más eficaces son los medios que nos permiten ahorrar tiempo, menos tiempo nos queda disponible.
No hay sitio para Dios. Nosotros nos queremos a nosotros mismos, queremos las cosas tangibles. Estamos completamente llenos de nosotros mismos, de modo que ya no queda espacio alguno para Dios. Y, por eso, tampoco queda espacio para los otros, para los niños, los pobres, los extranjeros y de este modo, podamos reconocerlo también en aquellos a través de los cuales se dirige a nosotros: en los niños, en los que sufren, en los abandonados, los marginados y los pobres de este mundo.
Es cierto que el monoteísmo ha servido en la historia como pretexto para la intolerancia y la violencia y que es verdad que una religión puede enfermar y llegar a oponerse a su naturaleza más profunda, cuando el hombre piensa que debe tomar en sus manos la causa de Dios, haciendo a Dios de su propiedad privada.
 

4.
Celibato sacerdotal y mujeres sacerdotes
El Obispo de Mar del Plata Antonio Marino dijo:
Dolor causa leer en sus obras Anselm Grün la defensa del sacerdocio femenino (¿ignora que para un católico bien formado hay profundas razones teológicas para considerar cerrado el tema?)
No encontré ninguna referencia directa de Grün relacionada con las mujeres sacerdotes, por lo tanto queda en blanco acá ese punto.

Más una vez Grün se ha referido al tema del celibato sacerdotal diciendo:
Soy sacerdote por vocación, pero me pregunto por el significado actual del sacerdocio, por lo que esta opción de vida lleva consigo. A la larga, pienso que es más sano que se admitan las dos formas, al sacerdote célibe y el sacerdote casado. De otra forma, hay algunos sacerdotes que viven en dos planos. Me parece más honesto que existan los dos modelos. Yo he acompañado a sacerdotes maravillosos que al juntarse con una mujer tuvieron que dejar su sacerdocio. Si hoy la Iglesia diera al sacerdote la posibilidad de estar casado, no perdería a tantos sacerdotes valiosos. Esto sería más transparente. Siento a veces como un dolor al no haberme casado ni tenido hijos.


Comentario:
Siete razones por las que las mujeres pueden ser ordenadas sacerdotes, por John Wijngaards, teólogo

1. Un solo sacerdocio en Cristo
A través del bautismo las mujeres y los hombres comparten igualmente el nuevo sacerdocio de Cristo. Esto incluye apertura a las Ordenes Sagradas.
2. Con poder de presidir
En la Ultima Cena Jesús dio el mismo poder tanto a los hombres como a las mujeres. Ambos pueden ser ordenados para presidir la Eucaristía
3. Desviaciones culturales
La practica de la Iglesia de no ordenar mujeres para el sacerdocio se basaba en tres tipos de prejuicio en contra de las mujeres(las mujeres eran consideradas inferiores, eran consideradas pecadoras e impuras por ello debía apartárselas del altar). Esto afectó el juicio de los líderes de la Iglesia.
4. Las mujeres han sido diaconisas
Hasta el S. IX la Iglesia consagró sacramentalmente diaconisas. Esto prueba que las mujeres pueden ser ordenadas.
5. La posibilidad de que las mujeres sean ordenadas ha estado presente en la Tradición latente de la iglesia.

Un ejemplo es la antigua devoción a María como sacerdote. Esto demuestra que, de acuerdo con el sentido de los fieles (sensi fidei), en María la prohibición contra las mujeres se ha superado.
6. La Iglesia amplia acepta las mujeres en el sacerdocio.
Después de estudios muy serios y mucha oración, otras Iglesias Cristianas ahora ordenan mujeres para el sacerdocio. Aunque no todas estas Iglesias sean aceptadas por la Iglesia Católica, este creencia convergente consensuada de los creyentes cristianos, confirma que, ordenar a las mujeres está de acuerdo con el deseo de Cristo.
7. Las mujeres son también, de hecho, llamadas a ser sacerdotes.
El hecho de que muchas mujeres católicas responsables, sientan que están llamadas por vocación al sacerdocio es un signo del Espíritu Santo que no debemos ignorar.
Conclusión:
No hay argumentos validos contra el sacerdocio de las mujeres, y muchos argumentos verdaderamente Católicos en su favor.


El Papa Benedicto XVI ha denunciado que, recientemente, un grupo de sacerdotes europeos ha publicado "una llamada a la desobediencia, aportando ejemplos concretos de cómo se puede expresar esta desobediencia, que debería ignorar incluso decisiones definitivas del Magisterio, como la ordenación sacerdotal de las mujeres". El Papa se refería así a los 300 párrocos austriacos que han puesto en marcha a través de Internet la iniciativa Una llamada a la desobediencia, con la que exigen reformas, como permitir el sacerdocio femenino y el de hombres casados. El pontífice, de casi 85 años, ha señalado que esos curas defienden cuestiones como la ordenación sacerdotal de mujeres "sobre la que el beato Papa Juan Pablo II ha declarado de manera irrevocable que la Iglesia no ha recibido del Señor ninguna autoridad acerca de esto".
Queremos creer a los autores de esta llamada cuando afirman que les mueve la solicitud por la Iglesia, su convencimiento de que se deba afrontar la lentitud de las instituciones con medios drásticos para abrir caminos nuevos, para volver a poner a la Iglesia a la altura de los tiempos (…) Pero la desobediencia, ¿es verdaderamente un camino?, ¿Se puede ver en esto algo de la configuración con Cristo, que es el presupuesto de toda
renovación, o no es más bien sólo un afán desesperado de hacer algo, de transformar la Iglesia según nuestros deseos y nuestras ideas?”.

Manifiesto de sacerdotes de Austria:

Desde aquella 'Llamada a la desobediencia' en la que nos comprometimos a dar muestras de nuestra propia responsabilidad en la renovación de nuestra Iglesia, hemos recibido manifestaciones de acuerdo y apoyo de todas partes, tanto de nuestro país como del extranjero, salvo en lo que respecta a los obispos: primordialmente silencio y, en algunas ocasiones, violento rechazo. Frente a la actual penuria de parroquias y una actividad pastoral bajo la presión de la escasez de sacerdotes y su avanzada edad, decimos una y otra vez NO:
1 Decimos NO cuando nos piden que nos ocupemos cada vez de más parroquias adicionales porque solo seríamos celebrantes itinerantes y dispensadores de sacramentos para personas que carecen de un adecuado cuidado pastoral. Nos oponemos a hacer una aparición fugaz en distintas localidades sin poder encontrar ni ofrecer un hogar espiritual y emocional.
2 Decimos NO a presidir cada vez más eucaristías de fin de semana porque una cantidad excesiva de servicios y homilías se traducen frecuentemente en rituales superficiales y sermones rutinarios, perdiendo fuerza los encuentros, el discurso y el trabajo pastoral.
3 Decimos NO a la unión o al cierre de parroquias cuando no se puede nombrar a un párroco. En estos casos, es la escasez la que manda en vez de cambiar las normas nada bíblicas de la Iglesia para hallar una solución a la escasez. La ley está hecha para las personas, no al revés, máxime la ley de la Iglesia que solo está para servir al pueblo.
4 Decimos NO a la sobrecarga de trabajo del párroco al que se le pide que cumpla con numerosas tareas, lo que impide disponer del tiempo y la energía para tener una vida espiritual, y al que se le pide que siga trabajando muchos años después de la edad de la jubilación. Esta demanda excesiva de trabajo repercute en una menor eficacia de su ministerio.
5 Decimos NO cuando el derecho canónico emite un juicio excesivamente duro y sin piedad hacia los divorciados que osan volver a casarse, las parejas del mismo sexo que viven en familia, los sacerdotes que, rotos por el celibato, han iniciado una relación y hacia tantas personas que siguen su propia conciencia antes que una ley hecha por hombres.
Debido a que el silencio suele interpretarse como aceptación y porque queremos ser fieles a nuestra responsabilidad como sacerdotes y pastores, hemos tenido que expresar estos cinco puntos de Protesta. Una 'protesta' (‘pro teste', en latín) es literalmente un 'testimonio para' la reforma de la Iglesia, también para nosotros los pastores que queremos ser. La ausencia de alegría con la que se dirige hoy la Iglesia no es un buen testimonio del 'gozoso mensaje' que nos debe motivar. Porque "no queremos ser dictadores sino compañeros de trabajo para traeros la alegría".
 

El Arzobispo de Viena (Austria), Cardenal Christoph Schönborn, señaló que la rebeldía de un grupo de sacerdotes que en ese país europeo promueven, entre otras cosas, la abolición del celibato y la ordenación de mujeres, "no puede continuar".

El Vaticano está apremiando a los obispos austriacos para que tomen medidas disciplinarias contra los sacerdotes disidentes que han emitido un “Llamado a la desobediencia.".

El padre Grün tal parece no figura entre los curas firmantes disidentes, cuyo movimiento va en aumento en varios países y puede llevar a un cisma por el anquilosamiento del Vaticano que le impide ver y escuchar la señal de los tiempos con su acelerado cambio.

Sería a su vez conveniente a los críticos del monje Grün meditar los párrafos precedentes que destaqué de Jesús y el Papa en la reciente Misa del Gallo, en el punto 3 sobre el Infierno y Grün. El padre Anselm Grün solo intenta salvar a su Iglesia de la debacle mundial en que está por implosión interna de muchos consagrados que... podrían dar lugar a un serio cisma.

Fuente: Noticias Terra
Jueves, 29 Noviembre 2012
Ciudad del Vaticano.-

El Vaticano aplicó mano dura contra un destacado sacerdote católico de Austria que había liderado una campaña de desobediencia para desafiar abiertamente a la iglesia Católica sobre el celibato y el sacerdocio femenino.
El Vaticano dijo el jueves que había retirado al padre Helmut Schüller el derecho a usar el título de monseñor y anunció que tampoco sería "Capellán de su Santidad" de ahora en adelante. Schüller seguirá siendo sacerdote.
Schüller, el antiguo brazo derecho del arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, había recibido el título honorífico por su trabajo como máximo responsable de Cáritas, la organización caritativa de la iglesia, en Austria.
Schüller es el líder del grupo "Llamada a la desobediencia" que tiene un amplio apoyo público, según las encuestas, y dice representar a cerca de un 10 por ciento del clero austriaco.
Alrededor de 150.000 austriacos dejaron la iglesia entre 2011 y 2012, muchos de ellos motivados por los escándalos de abusos sexuales.
El grupo quiere que se cambien las leyes de la iglesia para que los sacerdotes se puedan casar y las mujeres puedan ser ordenadas sacerdote. Sus partidarios han dicho que romperán con las leyes de la iglesia, dando la comunión a protestantes y a católicos divorciados que hayan vuelto a contraer matrimonio.
Schüller declaró a la prensa austriaca que la decisión del Vaticano no había afectado a sus principios.
Los católicos reformistas austriacos han desafiado durante décadas las políticas conservadoras de Benedicto XVI y su predecesor Juan Pablo II, creando movimientos de protesta y abogando por cambios que el Vaticano siempre ha rechazado.
Schüller se ha encontrado con clérigos afines en Austria y en el extranjero desde que fundó el grupo "Llamada a la desobediencia". Grupos de católicos reformistas de Alemania, Irlanda y Estados Unidos han realizado demandas similares a la Iglesia.
La iglesia Católica no permite que los sacerdotes contraigan matrimonio y enseña que no tiene autoridad para permitir a mujeres convertirse en sacerdotes, porque Jesús sólo escogió por voluntad propia a hombres como sus apóstoles, cuando instituyó el sacerdocio en la Última Cena.
Los partidarios del sacerdocio femenino argumentan que Jesús simplemente se adaptó a las normas sociales de su época.
La semana pasada, el Vaticano ejerció acciones disciplinarias contra otro sacerdote que abogaba por la ordenación de las mujeres.
El padre Ray Bourgeois, un estadounidense de la orden religiosa de Maryknoll, fue expulsado del sacerdocio y de la orden, por el departamento doctrinal del Vaticano, la Congregación por la Doctrina de la Fe.
El año pasado, Bourgeois, que había sido sacerdote durante 40 años, formó parte del grupo de activistas católicos detenidos por la Policía italiana, tras intentar entregar una petición en el Vaticano para que se autorizara el sacerdocio femenino.
Benedicto XVI, que antes de ser elegido Papa en 2005, fue durante décadas el responsable doctrinal en jefe del Vaticano, denunció directamente a los sacerdotes disidentes en abril, aduciendo que ese no era el camino correcto para la renovación de la iglesia.

¿Mujeres Sacerdotes?
Por: P. Miguel Ángel Fuentes, V.E.

-   Objeción 1. La objeción de los anglicanos proclives a la ordenación femenina es que, según ellos, lo fundamental de la encarnación no es que Cristo se haya hecho varón sino que se haya hecho “hombre”. Por tanto, no es tanto el varón quien representa adecuadamente a Cristo sino el “ser humano” en cuanto tal.
- Respuesta. El problema de la objeción consiste en un insuficiente concepto de lo que se denomina, en la teología sacramental, “representación adecuada”. Los signos sacramentales tienen que guardar una representación adecuada, es decir, lo más específica posible. Desde este punto de vista, el “ser humano” (varón-mujer) es una representación adecuada de Cristo pero en su sacerdocio común (el sacerdocio común de los fieles), no de Cristo en su Sacerdocio ministerial de la Nueva Alianza. El “ser humano” representa adecuadamente al Verbo hecho carne, pero representa sólo genérica y borrosamente a Cristo sacerdote. De hecho, el carácter sacerdotal (ministerial) es una subespecificación del carácter general cristiano que viene dado a todo hombre (varón y mujer) por el bautismo.
- Objeción 2. Cristo está ahora en la condición celestial, por lo cual es indiferente que sea representado por un varón o por una mujer, ya que “en la resurrección no se toma ni mujer ni marido” (Mt 22,30).
- Respuesta. Este texto (Mt 22,30) no significa que la glorificación de los cuerpos suprima la distinción sexual, porque ésta forma parte de la identidad propia de la persona. La distinción de los sexos y por tanto, la sexualidad propia de cada uno, es voluntad primordial de Dios: “varón y mujer los creó” (Gn 1,27).
2) El simbolismo nupcial. Cristo es presentado en la Sagrada Escritura como el Esposo de la Iglesia. De hecho en Él se plenifican todas las imágenes nupciales del Antiguo Testamento que se refieren a Dios como Esposo de su Pueblo Israel (cf. Os 1-3; Jer 2, etc.). Esta caracterización es constante en el Nuevo Testamento:
–en San Pablo: 2 Cor 11,2; Ef 5,22-33
–en San Juan: Jn 3,29; Ap 19,7.9
–en los Sinópticos: Mc 2,19; Mt 22,1-14
Ahora bien, esto resalta la función masculina de Cristo respecto de la función femenina de la Iglesia en general. Por tanto, para que en el simbolismo sacramental, el sujeto que hace de materia del sacramento del Orden (que representa a Cristo), y luego el sujeto que hace de ministro de la Eucaristía (que obra “in persona Christi”) sea un signo adecuado, tiene que ser un varón.
- Objeción. El sacerdote también representa a la Iglesia, la cual tiene un rol pasivo respecto de Cristo. Ahora bien, la mujer puede representar adecuadamente a la Iglesia; entonces también puede ser sacerdote.
- Respuesta. Es verdad que el sacerdote también representa a la Iglesia y que esto podría ser desenvuelto por una mujer. Pero el problema es que no sólo representa a la Iglesia sino también a Cristo y que esto, por todo cuanto hemos dicho, no puede representarlo una mujer. Por tanto, el varón puede representar ambos aspectos, pero la mujer sólo uno, el cual no es el propiamente sacerdotal.
3. Conclusión

Los errores principales giran en torno a dos problemas. El primero es no concebir adecuadamente el sacerdocio sacramental, confundiéndolo con el sacerdocio común de los fieles. El segundo, es dejarse llevar por los prejuicios que ven en el sacerdocio ministerial una discriminación de la mujer y paralelamente un enaltecimiento del varón en detrimento de la mujer; es una falta de óptica: en la Iglesia católica, el sacerdocio ministerial es un servicio al Pueblo de Dios y no una cuestión aristocrática; es más, esto último es precisamente, un abuso del sacerdocio ministerial semejante al que contaminó el fariseísmo y saduceísmo de los tiempos evangélicos. Finalmente, los más grandes en el Reino de los Cielos no son los ministros sino los santos; y –excluida la humanidad de Cristo– la más alta de las creaturas en honor y santidad, la Virgen María, no fue revestida por Dios de ningún carácter sacerdotal. 

Pienso que tal parece a algunos de los ácidos consagrados críticos católicos del padre Anselm Grün les haría bien estar una temporada en la abadía de Münsterschwarzach, Alemania, que él preside, para que compartan experiencias con sacerdotes en crisis de fe y vocacional que allí acuden por ayuda, en especial de Europa, pues tampoco es bueno pecar por exceso y, en humildad entiendan la labor del místico Grün que los asistirá para encontrar el justo centro del equilibrio


*  *  *

Entrevistas a Anselm Grün


a)
por Oscar Elizalde
Era el último día del ciclo de conferencias sobre “espiritualidad y construcción ciudadana” con el reconocido escritor Anselm Grün, que visitaba a Colombia por primera vez. Lo vi bajar pausadamente las escaleras. Sus barbas blancas y su hábito benedictino lo hacían ver venerable. Se tomó pausadamente un tinto mientras atendió a una romería que provenía del auditorio donde acababa de pronunciar su última conferencia. Unos le pidieron una palabra, otros que les autografiara un libro, y algunos aguardaron para obtener un registro fotográfico. 

Pocas horas antes de que regresara a su monasterio de Münsterschwarzach, en Alemania, Grün dialogó con Vida Nueva Colombia. En escasos 27 minutos compartió algunos esbozos de su vida y su pensamiento. En medio de la conversación emergieron también algunos rasgos de la personalidad del afamado monje que está detrás de más de una cincuentena de libros sobre espiritualidad.

Usted ha escrito muchos libros de espiritualidad que han sido traducidos a varios idiomas, ¿se considera un autor de best sellers?
No, no me considero un autor de best sellers, aunque me doy cuenta que es una realidad. Empecé a escribir hace treinta años. Principalmente traducía textos de los antiguos monjes, y en ese momento no se vendían. Nunca tuve la idea de llegar a ser un gran escritor, pero ahora me siento muy agradecido de tener esta experiencia.

¿A qué atribuye el éxito de sus libros?
Es difícil alabar la propia obra, pero creo que hay tres razones. En primer lugar, hay un gran anhelo por una espiritualidad cristiana que sea sana; en segundo lugar, yo intento hablar un lenguaje sencillo, que le llegue a la gente, que conmueva y toque su existencia; y en tercer lugar, yo no pretendo emitir juicios de valor ni moralizar, mi mayor deseo es salir al encuentro de la persona en la situación en la que se encuentra, y desde ahí, mostrar un camino cristiano. Por eso, cada vez que escribo tengo presente a las personas con las que hablo, sus inquietudes, a las cuales intento dar una respuesta.

Entonces sus libros no son propiamente textos de auto-ayuda…
La verdad soy un poco escéptico frente al estilo de los libros americanos de auto-ayuda y consejo. Yo no pretendo dar consejos, sino poner a la gente en contacto con la sabiduría cristiana.

¿Cómo integra su vida monacal con su rol de escritor?
En la vida es importante tener ritmos. Mi tiempo está muy bien estructurado. El trabajo administrativo, que compete a mis funciones de ecónomo del monasterio, siempre lo realizo en la mañana, y en la tarde tengo conversatorios en nuestra casa de retiros. En la noche, dos veces a la semana, doy una conferencia fuera del monasterio. Los libros siempre los escribo los martes y los jueves entre las 6 y las 8 de la mañana.

¿Usted comparte con su comunidad benedictina las ideas que escribe?
Siempre he intentado que mis hermanos profundicen en la espiritualidad. Cada hermano tiene algo qué decir. Por otra parte, para mí también es un reto espiritual no llegar a transmitirles mis desilusiones o malestares.

¿Qué es espiritualidad?
La definición más clásica es “vivir desde la fuente del Espíritu Santo”. Esto implica dos aspectos: en primer lugar, la permeabilidad al Espíritu. Aquí acontece una tensión constante entre las expectativas del propio ego y la fluidez del Espíritu en cada quien. Lo segundo tiene que ver con la experiencia. La espiritualidad se manifiesta en la oración, la meditación, lo celebrativo, lo ritual. En este sentido, los antiguos monjes decían: “quien lucha sin un método, lucha en vano”. Por eso, siempre resulta importante tener una determinada estructura.

¿La espiritualidad cambia?
A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido transformaciones, cambios, y distintas corrientes de espiritualidad. Está la espiritualidad benedictina, franciscana, agustina, jesuita… todas ellas han tenido muchos aspectos positivos, momentos de florecimiento, pero también períodos de declinación. Sin embargo, se han mantenido. Por eso es importante reconocer que la espiritualidad no siempre se desarrolla hacia arriba, en ascenso, y ello permite que también surjan nuevos brotes del Espíritu en la Iglesia.

¿Cuál es el mensaje que la espiritualidad benedictina ofrece al mundo hoy?
Yo pretendo trasmitir al mundo no solamente la sabiduría benedictina sino también la sabiduría de los monjes antiguos. Los Padres del desierto, por ejemplo, en su camino de búsqueda fueron muy observantes de su propia vida, a eso se dedicaron. Desde la sabiduría de San Benito resalto tres aportes muy importantes: mantener la medida correcta (mesura, templanza); tener un corazón amplio (ser espiritual es tener un corazón amplio); y finalmente, para San Benito era muy importante la organización, la estructura, la regla (qué debe hacer el Abad, qué debe hacer el monje). Estas consideraciones son muy actuales e importantes, incluso en el mundo empresarial.

¿A qué se debe el auge de lo espiritual en el mundo empresarial?
Considero que esto se debe a dos razones fundamentales. El mundo empresarial se está dando cuenta que no basta con ganar dinero sino que los valores también son importantes. La otra razón es que los gerentes y los ejecutivos en general, encuentran en la espiritualidad un modo de no agotarse ni de “quemarse” en el desempeño de sus funciones. Muchos han descubierto que la meditación es un medio para llegar a la fuente fundamental de la que emana toda inspiración.

Entiendo que usted tiene formación en ciencias económicas y administrativas…
Yo estudié filosofía y teología en Roma. Después vino la idea de que yo sería el ecónomo del monasterio y entonces tuve que empezar a estudiar administración y economía. Pero no terminé los estudios, solamente hice dos años, lo suficiente para adquirir las herramientas que necesitaba.

En su ministerio, ¿siente que ha logrado tocar el mundo de los economistas y los administradores?
A mí acuden muchas personas del ámbito de la economía, pero también muchos cristianos que están buscando las raíces de su cristianismo. Personas que están en la Iglesia, pero también personas que se habían apartado y que desean volver a encontrarle un sentido a su vida. Me siento feliz de que algunos re-encuentren el camino hacia la Iglesia a través de mis libros.

Teniendo en cuenta estas experiencias y su contacto con la gente, ¿cuál considera que es el principal clamor de la humanidad en este principio de siglo?
Las cosas cambian mucho de un país a otro. Pero desde mi experiencia con la gente, considero que el principal clamor es la búsqueda de algo que le dé sentido a la vida. Otro clamor tiene que ver con el miedo, la presión que se siente con respecto al trabajo, a la forma como vivimos, el miedo a sentir que la vida no es exitosa. Y un tercer clamor podrían ser las relaciones interpersonales en la vida de pareja, en el trabajo, con los hijos.

¿Cree que lo que usted hace se articula, de alguna manera, con las búsquedas de la teología de la liberación?
Pienso que la teología de la liberación que surgió en Latinoamérica es algo importante, pero yo mismo no soy una persona política, yo me ocupo más del individuo.

Sobre ese punto, en sus libros usted cita mucho a Carl Jung, ¿considera que sus aportes son importantes?
Yo ingresé al monasterio en 1968, un año de revolución. El encuentro con Jung y otros psicólogos cristianos me ayudó a re-encontrar el sentido de los símbolos del cristianismo. Pero para mí no es un “padre de la Iglesia” (risas). Yo lo veo críticamente. Sin embargo, me ha ayudado a creer y a estar convencido de que el mensaje cristiano también es un mensaje terapéutico, y que el cristianismo no es algo pasado de moda sino que realmente ayuda al hombre y a la mujer de hoy.

¿Qué está escribiendo en este momento?
Estoy escribiendo dos libros. Uno sobre el lenguaje: ¿cómo encontrar un nuevo lenguaje para hablar sobre Jesucristo? Y otro que trata sobre cómo la vida puede fluir desde la fuente del Espíritu Santo. También hay un tercer libro, que estoy escribiendo con una maestra budista, sobre espiritualidad cristiana y espiritualidad budista. En ese libro intento entender la espiritualidad budista dando una respuesta cristiana.

Para terminar y ya que toca el tema del lenguaje, ¿qué piensa sobre los lenguajes inclusivos, del uso de “los y las” dentro de los textos?
Se dice que “no hay fe sin lenguaje y no hay lenguaje sin fe”. Es importante que el lenguaje haga justicia tanto a los hombres como a las mujeres. Pero de hecho también hay exageraciones. Para mí lo importante es que la forma de hablar, tanto masculino como femenino, incluya a los dos. Como Jesús, que cuando hablaba se conectaba con la gente y hacía que se sintiera en armonía consigo misma
.


b)
por Christian Lindner

Una conversación con el monje benedictino y escritor Anselm Grün sobre las disensiones en la Iglesia Católica, el diálogo con el Islam y una globalización humana

Nada más acabar las pruebas de acceso a los estudios universitarios, este sesentón se decidió por una vida de ascesis monástica y entró en la comunidad de los Benedictinos de Münsterschwarzach. No sin escepticismo: “Por supuesto, al principio hubo dudas sobre si esta rígida vida en la Orden no sería demasiado estrecha para mí. ¿Y es el celibato realmente posible, o tendré que reprimir mi sexualidad?” Aunque hoy considere su elección de una vida espiritual como “el camino acertado para mí”, aún tiene momentos de remordimiento: “siento a veces como un dolor al no haberme casado ni tenido hijos”.

Grün habla tranquilo y despacio, sorbiendo de vez en cuando su capuchino, mientras relata los años de estudio en Roma. Sus estudios de Teología coincidieron con la época de los cambios sociales de finales de los años sesenta, cuando los movimientos estudiantiles protestaban en muchos Estados europeos por un mundo mejor: “También entre nosotros se notó entonces un cambio. Nos rebelamos contra las costumbres anticuadas y los rituales polvorientos”. Para lograr una Iglesia que predicase más cerca del sentir de los tiempos y que pusiese el acento en el hombre.

Mística cristiana y psicología moderna

Esta cercanía a la gente es la que impregna las obras de Anselm Grün y explica su éxito. Une la mística cristiana con la psicología moderna y la filosofía oriental. “Tengo un lenguaje simple que no prejuzga”, cita como un factor importante de su celebridad. Un lenguaje que también encuentra críticas: sobre todo en el sector conservador de la Iglesia, algunos temen que se diluyan los principios católicos mediante la apertura espiritual y las posiciones liberales de la filosofía de Anselm Grün. “Tengo un lenguaje diferente del de muchos conservadores y por eso me atacan desde algunos círculos”, señala un poco turbado.

¿Es Anselm Grün un renovador, un precursor de una pequeña revolución eclesiástica? El padre Anselm lo niega: “Me veo en general en concordancia con la tradición católica”. Sobre el Papa Benedicto XVI, al que aún no ha conocido personalmente, dice palabras conciliadoras: “Bajo el nuevo Papa ha tenido lugar una apertura. No creo que tenga nada contra mi teología”.

Hablamos sobre la creciente atracción que tiene la Iglesia Católica actual sobre muchos jóvenes europeos. “En este tiempo cambiante, los jóvenes buscan reposo y claridad. La juventud de hoy a menudo no está relacionada con la Iglesia y siente curiosidad. De ahí que la gran baza de la Iglesia consista en que es auténtica y ofrece orientación al mismo tiempo que una sana espiritualidad”, explica.

Búsqueda del corazón amplio

La búsqueda de una espiritualidad sana es un aspecto central de su trabajo teológico. Ve con preocupación las actuales tendencias al fanatismo religioso. “Hay formas de religiosidad que crean enfermos y fanáticos, no solo en el Cristianismo, sino también en otras religiones”. La llave para una forma curativa, no fanática de la Fe la ha encontrado el Padre Anselm en el fundador de la Orden de los Benedictinos. “Para Benito de Nursia es un rasgo de espiritualidad sana el corazón amplio”. Tras esta formulación se oculta una búsqueda de la apertura, la tolerancia y la empatía.

A mi pregunta sobre las relaciones entre la Iglesia Católica y el Islam, Anselm Grün vacila: “Por una parte es importante mantener un diálogo adecuado con el Islam, que esté impregnado del respeto a las tradiciones del otro. Pero aún así debemos ser críticos con la intolerancia que vemos en algunos países en los que está arraigado el Islam. Lo que necesitamos es un diálogo crítico”. Al mismo tiempo, el benedictino nos aconseja no proyectar solo imágenes negativas del Islam. En lugar de eso, “deberíamos preguntarnos qué podemos aprender”, dice refiriéndose a la abierta tradición sufí.

Tampoco su Iglesia está libre de corrientes intolerantes, admite el Padre Anselm tras ser preguntado. Hablamos sobre la posición de la Iglesia Católica respecto a la homosexualidad. “Aquí hay sombras aún, por supuesto”, subraya el teólogo reflexivo. Esto es especialmente problemático cuando la fe católica sirve para justificar políticas de discriminación respecto a los homosexuales, como sucede en algunos países de Europa del Este. “Debemos evitar ver la homosexualidad como un pecado”, dice Anselm Grün.

Durante la conversación, el Padre vuelve a menudo a su principio del “corazón amplio”. Plantea con esta metáfora la filosofía de una globalización humana: “Cuando la globalización solo beneficia los derechos de los más fuertes, se convierte en maldición”. Apela a la responsabilidad de la economía mundial, y propone “crear valores apreciando valores”. En seminarios regulares de Dirección de Empresas, Anselm Grün enseña a dirigirlas “con corazón amplio”, que tiene como principios la tolerancia hacia el personal y la empatía con él. “El objetivo no es juzgar, sino comprender”, reza uno de los mandamientos del benedictino. 

 

c)
En el Programa Entre Nosotros al Padre Anselm Grün a cargo de Gabriela Lasanta y el Padre Javier Soteras

Gabriela Lasanta: GL

Padre Javier Soteras: PJS

Padre Anselm Grün: PAG

-GL: Estamos preparándonos porque ya estamos aquí sentados a la mesa con el Padre Javier y con el Padre Anselm Grün. Hola, ¿cómo estás Padre Javier?

-PJS: Es un gusto realmente tenerte Padre Anselm Grün aquí, en casa, para nosotros un sueño, nosotros utilizamos mucho su bibliografía nosotros dos particularmente nos valemos mucho de todos sus escritos. Tener un huésped siempre es una bendición pero tener un huésped conocido, familiarizado con nuestra audiencia, con nosotros. Estamos entrando a la casa de mucha gente ahora, calculamos entre 200.000 y 250.000 personas en los puntos picos de nuestra audiencia, así es que estás de huésped en un montón de hogares Anselm.

-GL: En el apuro no te preguntamos el nombre de cómo es el nombre de quien está haciendo el servicio de traducir. ¿Cómo estás?, bienvenida.

-S: Sonia, mucho gusto.

-GL: Sonia, muchas gracias por estar entre nosotros.

-GL: Bienvenido Padre Anselm Grün.

-GL: La gente tiene que saber que vamos a transmitir la conferencia que el va a dar a las 11:00 hs de la mañana: “Cómo estar en armonía consigo mismo”, a las 15:00 hs sobre “Una espiritualidad para que mi vida tenga sentido”, a las 19:00 hs “La alegría contra el desconsuelo de nuestro tiempo”, conferencias que van a ser transmitidas por Radio María directamente desde acá.

-GL: Bienvenido. Me gustaría preguntarle al Padre Anselm Grün dónde vive principalmente y cuál es su rol en la comunidad benedictina.

-PAG: En realidad yo trabajo en la Abadía de Münsterschwarzach (Alemania), tenemos aproximadamente 90 empleados y de hecho mi función es la función de administrador, de celador, es decir, en realidad se trata de una tarea bastante mundana diría, me tengo que ocupar de cuestiones bastante administrativas y funcionales. Además tenemos una casa a la que denominamos “La Casa Recolectia” a donde vienen a recuperarse de síndromes de Burn outs, de agotamiento total muchos ordenados, muchos sacerdotes, hombres y mujeres que están durante tres meses allí realizando una terapia con nosotros para recuperarse de estos síntomas. Y tanto en nuestra Abadía como en prácticamente todos los fines de semana doy algún tipo de seminario sobre temas diversos.

-GL: Dentro de esta labor que tiene, como usted dice, tan mundana, ¿dónde encuentra tiempo para escribir la enorme cantidad de libros que ha escrito?

-PAG: En realidad suelo escribir a la mañana los martes y los jueves de 6:00 a 8:00 de la mañana y después alguna noche más entre las 8:00 y las 10:00 de la noche, es decir que aproximadamente llego a 6 horas por semana para escribir.

-GL: ¿Usted no desarrolla su labor como psicoterapeuta?

-PAG: Yo no soy psicoterapeuta, lo que yo hago es realmente asistencia espiritual. Nosotros en nuestra casa Recolectia tenemos psicoterapeutas que trabajan junto con nosotros y realmente es un intercambio muy fructífero pero cada uno desde su aspecto y desde su función.

-PJS: De la bibliografía que nosotros hemos podido seguir desde Argentina, de sus escritos, lo compartía yo recién con él fuera de micrófono, a un grupo de sacerdotes y también de laicos nos han hecho mucho bien “La mitad de la vida como tarea espiritual”. Allí hay un relato muy rico de cómo es que esta experiencia fue ganando su corazón en la búsqueda de la recuperación de sí mismo, del autor, y de un grupo también de consagrados que encontraron un quiebre en un momento determinado del proceso de la comunidad. ¿Qué significó esta experiencia en su proceso personal y en cuánto a escritor también?

-PAG: En realidad, alrededor de 1975/76, lo que sucedió fue que algunos de los hermanos sacerdotes que habían llegado a cumplir aproximadamente los 40 años se fueron de la Abadía y eso a nosotros, a los más jóvenes realmente, nos inquietó significativamente porque en realidad pensábamos que la Abadía no era suficientemente buena o interesante como para retenerlos, entonces nos preguntamos cuál podría haber sido la complicación, entonces justamente en el intercambio entre nosotros llegamos a este reconocimiento que a esa edad se produce realmente un quiebre. De hecho, yo escribí el libro a los 32 años, es decir que en realidad bastante basado en teoría, pero en realidad el tema fue que cuando después cumplí los 40 me encontré con el libro. Estaba dando un curso para jóvenes, en realidad unos 150 jóvenes de alrededor de 25 años, hice mucho trabajo con la juventud, y cuando me tocó el turno, que era en la época pascual, perdí la voz, me quedé como sin voz, y me di cuenta que de alguna manera me había tocado a mí también.

-GL: Entonces alguien le recomendó que leyera Anselm Grün...

-PAG: Sí, sí. En otra oportunidad estaba en el hospital, y como yo había escrito un libro sobre “La Salud como tarea espiritual”, mis hermanos y compañeros me alcanzaron mi propio libro.

-GL: Padre, ¿por qué siempre sus escritos hablan sobre los aspectos psicológicos de la vida espiritual y no tanto sobre los aspectos sociales de la vida espiritual?

-PAG: En realidad, tanto mi propia experiencia como la de ver en crisis a algunos otros sacerdotes nos hizo reflexionar acerca del tema y entonces tratamos de encontrar algún acercamiento tanto a través de la psicología de Jung como a través de la metodología  Zen, o diversas alternativas, y a esto después lo vinculamos con la sabiduría de los primeros monjes cristianos. Ciertamente reconozco que, dado que hago este tipo de asistencia espiritual para determinadas personas, es un trabajo bastante individual y ciertamente reconozco que la componente social quizás no esté del todo presente o muy activada, de todos modos siempre está porque considero que es importante pero no lo entiendo como mi tarea o no tengo posibilidades yo mismo de encargarme de hacerlo.

-PJS: De todas maneras, sus escritos lo hacen recorrer parte del mundo. Seguramente su visita a distintos lugares, culturas, habrá encontrado líneas comunes en donde los hombres de hoy se preguntan sobre las cosas fundamentales de la vida. Si pudiera contarnos de su experiencia como monje que ha integrado la vida monacal a la espiritualidad muy integradas a la psicología ¿qué descubren distintas culturas del mundo como lugares comunes donde los hombres de este tiempo se plantean sobre las cosas importantes de la vida?

-PAG: En realidad siempre estoy agradecido cuando se me acercan las personas y me dicen que cuando leían el libro lo sentían en el alma porque sentían que los podrían haber escrito ellos también. Es decir, básicamente estoy agradecido porque cuando yo veo que en Taiwán, en Corea, en Argentina o en Brasil, realmente las personas se encuentran con los mismos problemas o las mismas dificultades, los mismos miedos, las mismas depresiones, los mismos conflictos en cuanto a relacionarse, tanto en la pareja, los padres con los hijos o en el problema de incorporar la sexualidad, son temas fundamentales que se notan y que aparecen en todas las personas.

-GL: ¿Nunca tuvo dificultades con respecto a Roma cuando usted va más allá de las fronteras de lo estrictamente católico y abraza caminos espirituales como el budismo o como las propuestas terapéuticas de Jung?

-PAG: No, en realidad no tengo ningún tipo de problemas con Roma, de hecho he estudiado en Roma durante 4 años y también he hecho mi Tesis Doctoral sobre la dogmática, así es que realmente se cuáles son las bases y no hay problema. En realidad el tema es justamente no mezclar tampoco en los acercamientos que hago al cristianismo con el budismo, es simplemente ir viendo que tipo de interpretación o entendimiento se puede hacer a partir del cristianismo de los temas que plantea el budismo.

-GL: Esto es más personal, yo no se si las va a poder responder o no, son dos preguntas: ¿No suscita celos la fama y el prestigio que ha generado el éxito editorial de sus libros dentro de la congregación?, ¿no ha tenido dificultades al respecto?

-PAG: Trato de cumplir, en la Abadía, mi función de administrador tal como corresponde y de hecho espero que ese trabajo sea reconocido porque de hecho financieramente la Abadía funciona bastante bien y creo que mis hermanos me entienden en este papel, en esta función. Quizás pueda llegar a haber algún tipo de celos pero no, son solo propios de la vida comunitaria.

-PJS: Anselm, sólo para introducirnos en lo que va a ser en poquitas horas la temática que vas a desarrollar en Córdoba, “Cómo estar en armonía consigo mismo”, “Una espiritualidad para que mi vida tenga sentido”, “La alegría contra el desconsuelo de nuestro tiempo”. A ver si estos títulos pudieran ser desarrollados brevemente a lo que va a ser después el desarrollo de toda la temática. Que nos vaya introduciendo, ¿puede ser?

-PAG: El primer tema, sobre el hecho de estar en armonía conmigo mismo, muchas veces también está vinculado, parece simple quizás pero a veces está vinculado con desprenderse y despedirse de ilusiones que uno se hizo de sí mismo, y eso, en ciertos momentos puede llegar a ser doloroso, es decir que no es una cosa fácil.

-PJS: Pascua.

-PAG: Si. En realidad, si, es justamente lo que Jesús intentó expresar a través de la Misericordia yo intento abordarlo a través de la Espiritualidad como a través de la Psicología. En realidad, el tema de la espiritualidad es algo que busca un acercamiento en la vida cotidiana, es una forma de ver cómo yo puedo llegar a ponerme en contacto con esa fuente interior que hace que no me agote en mis actividades cotidianas y hacerlo entender que la espiritualidad no es algo elevado sino que es algo que cada cual puede llevar a su vida concreta. En realidad, la regla de San Benito dice “Ora et Labora”, es decir, ora y trabaja, por eso en mi trabajo siento la necesidad de lograr poder transmitir esa paz a quienes están alrededor mío y poder lograr esa armonía para que cada uno llegue a su centro interior. Digamos, también la alegría pascual puede ser una forma de alegría que nos ayude a vivir mejor, de hecho, en el tema de la alegría no se trata de decir “ahora pónganse alegres”, sino de tratar de que cada cuál pueda ponerse en contacto con esa fuente interior que le va a dar la alegría verdadera que brota de su interior.

-GL: ¿Cómo surge su vocación padre?

-PAG: Bueno, esto en realidad se inició bastante rápido, muy tempranamente. Mis padres siempre fueron muy religiosos, éramos siete hermanos y desde chicos siempre estábamos en la iglesia, siempre fuimos monaguillos, ya a los diez años me empezó a fascinar la liturgia. Después de ahí llegué al internado, de hecho hay un cierto trasfondo familiar, tengo un tío y una tía benedictinos, pero cuando llegué a hacer el bachillerato yo ya estaba decidido que era lo que quería ser. Básicamente mi idea era ir como misionario a Corea, es decir había bastante de ambición en el propio proyecto de vida, todavía en aquel entonces. Hoy no estoy en la abadía por los mismos motivos que me hicieron llegar a ella, hoy en realidad lo que disfruto, lo que vivo, es esto del silencio, del adentro y el afuera, del ora y labora, son esos los contenidos que realmente llenan mi vida.

-GL: ¿Y cuál cree que es el aporte que la comunidad benedictina tiene para el mundo de hoy?

-PAG: El tema de la mesura, no solamente la gente se enferma hoy en día por este desmedido consumo si no por desmedidas exigencias de cada uno a sí mismo. Y en realidad la espiritualidad benedictina tiene este contacto con la tierra, es decir, es una cosa muy terrena, es eso lo que realmente nos da.

-GL: El moderar las exigencias padre ¿es algo que viene de la espiritualidad benedictina o es algo que le viene de Jung, por ejemplo?

-PAG: Jung en realidad lo que hizo es ayudarme a entender, a interpretar los antiguos símbolos de los primeros monjes cristianos y tratar de traducirlos en un lenguaje como para poder ayudarle a la gente hoy en día, pero de hecho Jung no es benedictino ni es un padre de la Iglesia, yo en realidad, internamente me remito a San Benito.

-PJS: El lugar de la psicología en la espiritualidad, desde su mirada, ¿que ha aportado y que más tiene para aportar, es decir, cuánto tiene para aportar la psicología al proceso espiritual como la iglesia lo ha vivido al menos en los últimos tiempos, después del racionalismo para acá?

-PAG: En realidad, la psicología para mí en última instancia es una ayuda para que a través de Dios yo me pueda transformar, pero no es la psicología la que me transforma sino que es Dios el que me transforma. Básicamente la psicología es una herramienta como para que yo pueda llegar a lo más profundo de mi ser y a través de ese mayor entendimiento de mi mismo poder llegar a Dios.

-PJS: Para el auto-conocimiento, y desde allí vincularse a lo trascendente.

-PAG: En el trabajo terapéutico siempre experimento que la imagen de Dios se corresponde con la imagen que uno tiene de uno mismo. Los primeros monjes decían que si quieres conocer a Dios te tienes que conocer primero a ti mismo. Realmente es una manera de llegar a uno mismo y es lo que observamos en el trabajo terapéutico.

-GL: ¿Cuál es la preocupación más grande que usted tiene respecto al mundo en general, padre, si es que tiene alguna?

-PAG: Hay cada vez más violencia, eso creo es lo más sintomático y el tema de la violencia es que en realidad no estoy más en contacto conmigo mismo, esta violencia respecto de los demás significa que yo no estoy en mi centro, que no estoy conectado con mi fuente interior. Y el riesgo realmente de gente que no está conectada con su centro es que se conecten con ideologías, y esas ideologías se vuelvan realmente peligrosas.

_GL: ¿Y cómo piensa que se puede resolver esto en la gran escala mundial?

-PAG: Yo no abandono la esperanza de confiar en que si el mundo lo reconoce entonces va a ser transformado y se va a convertir prácticamente en un suelo fértil para mejorar. Básicamente yo creo que los que son realmente responsables económicamente también, en el mundo, yo, entre otros, doy también cursos para gerentes y funcionarios de alta jerarquía en empresas y realmente creo que si esa gente reconoce que no solamente se trata de ganar dinero sino que todo tiene una componente social y una responsabilidad para con el mundo, entonces creo que eso es básicamente en lo que tengo que confiar y entonces a esa esperanza no la dejo.

-GL: Tendríamos que ir cerrando porque ya se encuentra muy próximo al horario en el que tiene que dar el padre la próxima conferencia.

-PJS: Conferencia en la que vamos a entrar en conexión nosotros con el Hotel de la Cañada en donde se van a reunir quienes tengan sus entradas ya para ir. Yo quisiera terminar con un texto de la Palabra de Dios. Nosotros tenemos aquí la costumbre de pedirle al Señor que nos regale una Palabra, y creo que esta tiene que ver con tu presencia Anselm en medio de nosotros: “Jesús les decía: ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón debajo de la cama?, ¿no es más bien para colocarla sobre el candelero? Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba manifestarse. El que tenga oídos para oír que oiga.”

Bueno, muy sencillamente decir que la luz que siempre nos ha brindado Anselm Grün en sus textos, nosotros la ponemos desde este lugar, desde este tejado, desde lo alto, desde donde la radio tiene la posibilidad de llegar a tantos lugares con la riqueza de su compartir con los oyentes, y también lo pensaba en orden a esto de ir integrando todo el ser humano a su ser. Lo oculto que sea descubierto, creo que en el proceso que sus escritos nos invitan a hacer también el inconciente tiene mucho que aportar al proceso de madurez de las personas y en la medida en que nosotros nos abramos a el y sepamos dialogar con el como bien nos enseña Anselm Grün en sus escritos podemos encontrar mucha luz y a esa luz ponerla bien alto.

-GL: Muchas gracias, gracias por la traducción. Padre ha sido realmente un placer poder conocerlo. Lo vamos a seguir escuchando a lo largo de la jornada en sus conferencias. Bienvenido a la Argentina y bienvenido a Córdoba.

-PJS: Muchas gracias.


d)
Entrevista. Anselm Grün, monje benedictino
"El hombre malinterpretó la Biblia y dominó el planeta"
Anselm Grün convirtió sus reflexiones espirituales en éxitos editoriales. Sus pensamientos son guía para miles de personas en el mundo y eligió Salta para dar una conferencia.

En diálogo con El Tribuno, analizó las predicciones sobre la destrucción del planeta en 2012.
"Cuando alguien se acerca a mí con este tema lo miro a los ojos y me pregunto cuánto sin sentido debe de vivir que necesita encontrar un fin dramático", señaló.
Además, les dio la razón a los cuestionamientos contra la Iglesia por casos de pedofilia pero dijo que los medios están proyectando el maltrato sexual de los sacerdotes y no del resto de la sociedad.
Medido desde la vestimenta y el tono de voz hasta la postura, opinó que el catolicismo debe hacer "un acto de humildad y limpieza".

Cuando ocurren catástrofes como los aludes que hubo hace días en Brasil, la gente busca explicaciones. ¿Puede encontrar alguna?
No podemos dar una explicación pero podemos decir que la naturaleza no es solamente la naturaleza hermosa y Dios no es sólo el Dios del amor sino el Dios del misterio.
Las catástrofes naturales nos muestran que el ser humano no tiene dominio sobre todas las cosas que suceden. También nos indican que a veces faltó atención del ser humano. Estos eventos son un desafío para pensar sobre la naturaleza y su cuidado.

¿La religión indica algo sobre cómo tratar al planeta?
Dios es el creador y nosotros, como creados, deberíamos administrar mejor la creación. Tendríamos que estar más atentos.
En Alemania, la ecología y los movimientos de preservación de la Tierra son muy fuertes en este momento. Pero si todo esto no está acompañado de la espiritualidad, realmente no se producen cambios.
La Biblia dice que el hombre debe dominar al resto de los seres vivos. ¿Cree que esto se aprovechó para imponer las necesidades de las personas sobre la naturaleza, en lugar de respetarla?
En uno de los relatos de la Biblia se dice que toda la creación es súbdita del ser humano y eso se malinterpretó. Significaba que teníamos responsabilidad sobre el planeta, no dominio.
Los cristianos, durante muchos años, no hemos tenido en cuenta ese vínculo con la naturaleza. Hemos descuidado la relación con el planeta.

¿Qué opina sobre las predicciones de que el mundo terminaría en 2012? ¿Por qué siempre estamos buscando un final trágico para la Tierra?
Las personas que hablan sobre un fin catastrófico hacen una proyección de su propia catástrofe interna en el mundo. Transfieren el estado de su alma al planeta.
Cuando alguien se acerca a mí con este tema lo miro a los ojos y me pregunto cuánto sinsentido debe de vivir que necesita encontrar un fin dramático para soportar el sinsentido de la existencia.

¿Cómo analiza este momento de la Iglesia Católica y los cuestionamientos por los casos de pedofilia entre los sacerdotes?
Es un desafío para la Iglesia hacer un acto de humildad y de limpieza de su propia institución. Tiene que admitir que hubo un maltrato. Sin lugar a dudas existió.
El gran reto es pensar de nuevo el tema de la sexualidad y cómo podemos integrarla mejor a nuestra vida.
Pero también hay que tener en cuenta que en estos momentos los medios solamente están proyectando el maltrato sexual con respecto a la Iglesia y no sobre la sociedad en general.

¿A qué se refiere?
Al mal uso de la sexualidad, un 90 por ciento de los casos sucede en la familia, un 5 por ciento en el deporte y otro 5 por ciento en colegios e instituciones. Dentro de este 5 por ciento, un uno por ciento ocurre en organizaciones religiosas.
Mientras la sociedad siga usando a la Iglesia como un chivo expiatorio para este tema, no va a cambiar nada. El problema está en toda la sociedad.
Lo importante es que tomemos conciencia de que hay que trabajar este tema de una manera objetiva, porque nos espeja a cada uno de nosotros.
Hablar sobre esto, compartirlo, es más importante que acusar solamente. Siempre que estoy acusando pongo la mirada en el otro y dejo de mirarme a mí mismo.
Ninguna persona lo hace por pura maldad. Estos maltratos básicamente tienen que ver con una mala integración de la propia sexualidad.

Usted habla de integrar mejor la sexualidad. ¿Cree que una forma de hacerlo sería eliminar el celibato?
El maltrato sexual no tiene nada que ver con el celibato. Las personas célibes están porcentualmente mucho menos expuestas a este tema.
Los que estamos en una orden no cuestionamos el tema del celibato. En el caso de los sacerdotes no es una necesidad que vivan sin matrimonio.
A la larga, pienso que es más sano que se admitan las dos formas, al sacerdote célibe y el sacerdote casado. Pero todo esto no tiene nada que ver con el maltrato sexual. Son temas independientes.

¿El mundo está volviendo a buscar espiritualidad?
Hay una tendencia nueva a buscar la espiritualidad en la política, las empresas y las instituciones pero creo que la búsqueda es muy vaga.
Se están tratando de encontrar nuevos caminos en el budismo y otras religiones. Veo la tarea principal de la Iglesia en encontrar un lenguaje nuevo que pueda satisfacer el anhelo de espiritualidad que se presenta hoy.

¿Es optimista en este sentido?
Soy cristiano y siempre tengo fe.
Es una misión importante de la Iglesia avisar al pueblo sobre las tendencias que no le hacen bien.
En este mundo tenemos adicciones, asesinatos y violencia pero creo en una perspectiva del hombre positiva, en la visión que Dios tiene para la humanidad.

¿Cuál es esa visión?
Dios espera que vivamos desde el espíritu de Cristo. No para nosotros mismos sino para el mundo.
No debemos esperar que todos se vuelvan cristianos, pero soy positivo. Pienso que podemos hacer crecer al cristianismo.
La función de la Iglesia es preservar un espacio de libertad para el hombre en una sociedad que siempre tiene una tendencia totalitaria a ver todo desde un único punto de vista.


e)
El monje benedictino alemán Anselm Grün está convencido de que el celibato debe ser opcional para los hombres que quieran ser sacerdotes.
Lo entrevista Silvina Premat en La Nación
Jueves 25 de septiembre de 2008.

Eso sería más honesto”, dijo Grün a LA NACION. “De otra forma, hay algunos sacerdotes que viven en dos planos”, agregó el religioso.
Hola Queridas hermanas y hermanos: No sé si este es un tema acabado, sólo que en estos días en que me preparo para dar una serie de seminarios he vuelto a pensar y repensar, que decir cuando nuevamente las personas me planteen el tema del celibato, entre muchos otros temas dentro de la iglesia. He pensado mucho también en lo que hermanos y hermanas que sostiene y viven el celibato con entereza y pasión han dicho en estas páginas de Tambo. Por eso me animo a acercarles este reportaje que le han hecho a Anselm Grün, creo que en Argentina recientemente. Además de agregarles, esta reflexión en mi misma, Pino vivó su ministerio y su celibato por mas de 30 años, sin tacha y todo lo gallardamente que pudo, incluso aun al comenzar nuestra relación vivimos juntos ese celibato. Por que lo central de este tipo de vínculos, no es el sexo, sino la ternura, la caricia y el amor. Todos los seres humanos buscamos y necesitamos ser amados. La corporalidad y su genitalidad es sólo una instancia. Creo que con esto respondo a muchos de los correo que me envían en privado. Gracias! Un cariño grande y hasta pronto. Claribel

-Al referirse a por qué la gente confía cada vez menos en la Iglesia, usted dijo que es porque la Iglesia no encontró el lenguaje adecuado...
Lo importante es que el lenguaje venga del corazón, porque un lenguaje teológicamente correcto, pero frío, no abre los corazones.

-A veces los obispos hablan con términos que la gente no entiende. ¿Cuál es la tarea, reeducar o adaptarse a un nuevo lenguaje?
La Iglesia debe traducir los conceptos a un idioma más moderno y debe cuidarse de no tener un lenguaje sólo conocido por los teólogos. Solamente puedo comunicarme con el otro si previamente lo escucho. El lenguaje de la fe tiene que renovarse constantemente.

 ¿La vocación sacerdotal está en crisis?
 Los benedictinos tenemos en Alemania muchos seminaristas, y estamos creciendo. Pero en este momento el sacerdocio no es una profesión muy atractiva. Los sacerdotes tienen muchísimo trabajo porque, como hay pocos, deben atender dos o tres comunidades al mismo tiempo. Otro problema es el celibato. Los curas deberían poder elegir entre dos formas: aquellos que quieren contraer matrimonio y los que quieren ser célibes. Es curioso, porque la iglesia evangélica permite el matrimonio de sus pastores y pese a ello también tienen menos vocaciones. Otro dato curioso es que el porcentaje de divorcios en los matrimonios de pastores protestantes es mayor que el de los divorcios en matrimonios entre laicos.

-¿Por qué cree usted que pasa esto?
Porque antes la esposa del pastor lo ayudaba en todas sus tareas. Se concebía a sí misma como la sierva o la persona que lo ayudaba. Hoy ninguna mujer quiere estar al servicio de ningún hombre, y menos de uno que no tiene mucho tiempo para la familia.

-No obstante estas dificultades, ¿usted propone que el celibato sea opcional?
Sí. Me parece más honesto que existan los dos modelos. Yo he acompañado a sacerdotes maravillosos que al juntarse con una mujer tuvieron que dejar su sacerdocio. Mi principal argumento es que sería más sincero, porque hay algunos sacerdotes que viven en dos planos. Si hoy la Iglesia diera al sacerdote la posibilidad de estar casado, no perdería a tantos sacerdotes valiosos. Esto sería más transparente.

-Pero, ¿es posible vivir en celibato?
Es posible, pero se necesitan buenas condiciones para que el sacerdote pueda mantenerse en el celibato. Muchas veces la Iglesia defendió el celibato, pero no mostró los caminos para vivirlo. Es decir, cuál es la espiritualidad profunda e interior que se necesita para hacerlo.

 ¿Esta propuesta tiene cabida entre los teólogos actuales?
 Sí. Es un tema que se está contemplando y del que se está hablando en los sínodos.

-Usted es considerado por algunos como más esotérico que cristiano. ¿Qué dice al respecto?
 Los que dicen eso son cristianos muy conservadores. Soy absolutamente cristiano y sigo la tradición católica. Al mantener un diálogo entre la psicología y la teología, trato de ahondar en el ser humano y en su experiencia.
El esoterismo ha prestado atención a muchas inquietudes del ser humano, pero no les da las respuestas suficientemente profundas, como sí las da la Iglesia a los anhelos que se plantean las personas. Yo intento darles a esos anhelos de las personas una respuesta cristiana.

 

f)

Entrevista en Cristo visión con el P. Anselm Grün

Entrevistador Padre Ramón Zambrano

 
En la que abordan temas como la relación entre espiritualidad, sexualidad, el  problema del mal y del demonio, el papel político del cristiano, y la importancia del papel de la Iglesia para el mundo actual.
 

El P. Anselm Grün tiene 20 millones de libros vendidos en todo el mundo, y más de 270 obras escritas.
Afirma que se siente contento y acogido en Colombia, en donde ha recibido con gusto las preguntas que le han hecho.
Asevera que no me considero Maestro, soy sólo un monje ocupado en la búsqueda de Jesús que es mi camino.
En sus libros –pregunta R.Z.–, hay un ingrediente interesante, en el que se muestra la el contacto con K. G. Jung, S. Freud, entre otros. ¿Cómo logra esta síntesis?
Ingresé al monasterio en 1968, año de una revolución. En este momento buscamos dialogar con otras fuentes de meditación tales como el zen y la psicología. Luego redescubrimos a los antiguos padres de la Iglesia, y les pusimos en diálogo con la psicología y otros estudios.

R.Z.: En sus libros aparecen poetas, cantantes, frases como de los Rollings Stons, hasta de filósofos no muy creyentes, ¿cómo se logra esta síntesis?
A.G.: Mi tarea es redescubrir la liturgia como fuente a partir de la tradición, y también importante tener contacto con filósofos, músicos, poetas contemporáneos que me permitan transmitir el mensaje cristiano de alguna manera. Creo que los poetas han entendido algo de esta tradición espiritual cristiana, aunque han utilizado su lenguaje propio.

R.Z.: Textos como de Nietzsche, Adorno, Kierkegaard, al emplearlos algunos dirían que este filósofo y este psicólogo no es católico, sin embargo,  ¿Ud. por qué los usa?
A.G. Para mí ha sido importante, para la teología, estar en contacto con la filosofía, la psicología y otras ciencias, tal como lo hicieron en su tiempo Santo Tomás de Aquino quien siempre citó a un filósofo no cristiano: a Aristóteles.
Jesús es el resumen de toda la sabiduría del mundo., Jesús es más sabio que Salomón y todos  los sabios.

R.Z.: ¿El cristiano del siglo XXI debe descubrir la bondad y sabiduría en otras realidades así no sean cristianas?
A.G.: Para mí es importante que los cristianos estén abiertos a la discusión con otros aspectos a la sabiduría del mundo y que haya una discusión intelectual para que el cristianismos llegue al culmen de la espiritualidad.

R.Z. Algunos ven con prevención el yoga, el zen, la cultura occidental. otros podrían estar prevenidos ante estos caminos. ¿Qué podeos decir?
A.G.: Yo mismo practiqué durante 6 años meditación zen, pero fue importante redescubrir los caminos cristianos de meditación y practicarlos. Para mí es muy importante el diálogo con tras religiones sin mezclarlas. En la actualidad escribo un texto con una maestra budista, y hemos discutido lo que experimento, cuando como cristiano medito. Y me siento ante Dios y recito la oración de Jesús, Señor Jesucristo, ten piedad de mí, la oración del corazón. Y esta oración me lleva a lo más profundo de mi alma donde experimento el gran amor de Cristo. Cuando este espacio para mí le dije es el espacio del amor, mi maestra respondió que el amor es demasiado complicado. Ella me dijo que para ella es un espacio del vacío, yo en cambio le dije que el vacío es demasiado frío. Creo que ella confundió el amor con el sentimiento, la emoción. El amor es el fundamento último del mundo y de la creación.

R.Z.: ¿El tema de la Sexualidad cómo la podemos relacionar con la espiritualidad?
A.G.: La sexualidad la podemos entender como expresión de lo que soy, y mi ser no sólo está referido a lo físico. La sexualidad es un don de Dios a los hombres, sin embargo ésta puede convertirse en una adición. La sexualidad es trascendencia, olvidarse a sí mismo, dirigiéndose hacia Dios, y por otra parte debe ser expresión de la personalidad.
Esta tensión fuerte entre casi libertinaje y posesión conservadora, no existe en el cristianismo ni  en otras religiones. Es tensión entre algo fascinante y donde puedo llegar a ser vulnerable, por ello es tan importante, humanizar la sexualidad. Es importante que entendamos la  sexualidad como un camino para encontrarnos con Jesús. Los místicos nos dejaron escritos sobre sus experiencias espirituales con Dios a través de un lenguaje erótico. Hoy, muchos están obsesionados con la sexualidad y  se enferman, o tras se enferman por la negación de su sexualidad, por ello es importante abordar críticamente la sexualidad, pero llenos de confianza.
Entré en el Monasterio a los 19 años, y estudié Filosofía y Teología y en 1971 me ordené como sacerdote. Para un benedictino es importante el trabajo, y, además, las tres horas al día de oración.
Cuando estudié teología quise ser consejero espiritual. Me promoví como teólogo y me pidieron que fuera el mayordomo del convento. Fue gran crisis porque no quería dedicarme a la administración del convento, pero tuve que practicar la obediencia, y ver que con esto también podía servirle a mi comunidad y a Dios.  Siempre he trabajado a gusto con los jóvenes y dándoles cursos, y fui vinculando el trabajo de consejero y el del Monasterio. El primer libro que escribí intenté expresar mis experiencias como consejero y las labores del monasterio. Nunca me imaginé que escribiría tantos libros.

R.Z.: ¿Cómo ayudar a las personas?
A.G.: A la pregunta sobre cómo ayudar a las personas, estoy agradecido que hayan personas que me lean y estén en mis conferencias, intento concentrarme en los problemas, pero tengo la idea de liberarme de que puedo resolver todos los problemas. Por ello importante la oración, para ofrecerle a Dios los problemas. Obviamente, he tenido la experiencia de la alta expectativa que tienen en mí y creer que puedo solucionar todos sus problemas. Es importante la humildad para que crea que puedo resolver todos los problemas y mantenerme alejado de los problemas de los demás.
La espiritualidad me ayuda, porque Jesús mes magnífico terapeuta, aprendo mucho del diálogo con él. La psicología es importante porque me permite reconocer las heridas, y sanarlas al saber que allí Jesús entra a transformarlas.
Los monjes y la Biblia se refieren a los demonios, la Biblia también los tienen presente, tenemos que protegernos de dos peligros, el primero de resolverlo todo desde la psicología y el otro el de personificar demasiado al diablo, en este sentido es muy importante la teología dogmática, que es muy sobria y clara. Afirma que el diablo y el demonio son poderes personales, mas no personas. Impiden mi desarrollo personal, son mi lado oscuro, pero el diablo no es una persona, como Dios, o un ser humano, pero el diablo es un ángel de la dimensión profunda del mal. Como Ud. dice mucho del mal viene de las heridas que la vida, pero en el fondo del inconsciente hay un nicho oscuro de poderes oscuros, que es lo que llamamos el mal.

R.Z.: ¿La oración?
A.G.: Mi oración tiene diferentes formas, la coral en comunidad, en la segunda la oración del corazón, del Señor Jesucristo, ten piedad de mí, y finalmente, simplemente me siento en silencio ante Dios y dejo que Dios me hable críticamente.
Ante las obsesiones que impiden orar, es importante que no reprimamos, sino que precisamente se las ofrezcamos a Dios, y nos preguntemos, en diálogo con Dios, qué quiere decir lo que nos sucede. En los pensamientos que emergen me puedo dar cuenta qué es lo verdaderamente importante para mí, estableciendo un verdadero diálogo con Dios.

R.Z.: Algunas personas afirman que no puedo cambiar, a pesar de muchos esfuerzos, y diálogos, sobre la oración. ¿Qué les podemos decir?
A.G.: Muchas personas quieren cambiar, pero la concepción cristiana no es cambiarte sino transformarse. En el cambio hay algo agresivo, dejar de ser algo que tengo que desechar, en la transformación es mucho más suave soy esta persona, con celos, o ira, miedo, el arte de la vida espiritual, consiste, precisamente en que pongamos el miedo ante Dios, en que pongamos la ira ante Dios. Conozco quienes pelean con el miedo, no lo quieren sentir, p.e. si tengo miedo de lo que piensen los demás de mí, si me quieren o no, debo mirar el miedo, y ante mí mismo debo descubrir que más importante que mi miedo es Dios, y es allí, precisamente, donde puede suceder la transformación. Esta transformación de todo lo que siento, celos, ira, rabia, lo confronto desde el fondo de mi alma con Dios, y con Jesús, y desde allí lo puedo transformar en lo contrario, paz, consolación, serenidad.
Cuando entré al noviciado no me gustó el capítulo de la regla que habla sobre las miradas, ahora siento que en él hay muchísima sabiduría. Y ahora entiendo que esa rara vez de mi realidad, puedo acceder al fundamento y descubrir allí a Dios. La envida sigue estando allí, pero ya no tiene poder sobre mí.
Realidades tales como envidia, deseo al dinero, lujuria, no tendrán sobre nosotros poder…  
Si les sometemos al proceso de la humildad consistente en reconocer estos mismos sentimientos. Al reconocerlos e identificarlos, ya no tendrán poder sobre mí.
Quiero subrayar unas palabras de Jesús cuando afirma que ejército con 20mil y otro con 10 se ven confrontados, y lo mejor es acordar la paz entre ellos. Cuando entre al noviciado llegue con mis 20 mil soldados, con todas sus disciplinas y diligencia para entenderlos, pero caí en una profunda crisis. Es importante tener presente la palabra de Jesús, quien afirma que es mejor hacer un pacto de paz, y reconciliarnos con las iras, miedos, susceptibilidades. Los enemigos se convierten en amigos.

R.Z.: El mundo de hoy es complejo, algunos piensas que se va a acabar, que algunos hablan hasta con la virgen, tal vez, lectura pesimista. ¿Qué dice Ud. sobre el mundo?
A.G.: Frente a este me uno es muy importante verlo tal como es y en ese mundo hay muchas cosas negativas, la pregunta es cómo hacer que el espíritu de Dios entre a este mundo y desde allí lo podamos transformar. Es allí cuando las semillas pueden convertirse en árboles. Y es en este sentido en el que tengo la esperanza de que el espíritu de Cristo transforme al  mundo.

R.Z.: Lo políticamente correcto, el papel del creyente en el mundo de hoy, cual es el compromiso del hombre de hoy.
A.G.: Lo políticamente correcto es demasiado poco, Jesús mismo luchó y se opuso a muchas cosas con las que no estuvo de acuerdo, la valentía es muy importante hoy.
La Iglesia del siglo XXI, qué paso tiene que dar… es importante que la Iglesia ponga en su centro a Dios, porque sólo así el hombre podrá encontrar su centro, y sintiendo  mantener el anhelo humano de encontrar al totalmente otro sólo así puede encontrar un espacio libre y encontrar el totalmente otro. La Iglesia cree un espacio donde las personas que anhelen la espiritualidad encuentren una respuesta. Finalmente, crear un espacio ante una sociedad que nos dispersa, por todos los lados, crear un espacio donde pueda vivir una real comunidad. Otro aspecto, crear un espacio de lo sagrado, ya que este es lo que nos sana, en cada ser humano hay un espacio sagrado sobre lo cual que nos sane, en cada ser humano hay algo sagrado, sobre lo cual los demás no pueden disponer, y los demás no tienen acceso.


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Por: Cl. Wilson Zuloaga N.s.s.p.

1.    ¿Cómo se enfocaría una nueva evangelización en la Iglesia?

En el diálogo con el mundo actual, la Iglesia debe encontrar un nuevo lenguaje para proclamar la sabiduría de la Biblia y de la tradición cristiana de modo que en verdad toque el corazón de las personas. Tiene, también, la tarea de prestarle atención al anhelo del ser humano, para responder a él desde su predicación. Para ello, debe volver a las fuentes; y nuestra fuente es Jesucristo, Cristo, como nos es proclamado en la Biblia. Ahora bien, la Sagrada Escritura, así como los rituales sanadores y salvíficos de la Iglesia deben ser reinterpretados para que adquieran un sentido sanador para las personas.

2.    ¿Tiene validez hoy la propuesta cristiana para los jóvenes?

La propuesta cristiana es válida para los jóvenes de hoy. El mensaje cristiano les predica un camino en el cual pueden experimentar la verdadera libertad, en el cual pueden encontrar su verdadera esencia. El mensaje cristiano satisface su anhelo de comunidad, pertenencia y sentido de vida. Pero para ello también es necesario que se dé un diálogo abierto y honesto con la juventud, y se encuentre un lenguaje con el cual los jóvenes se sientan identificados.

3.    ¿Cuál es su opinión frente al conflicto generalizado que se vive en el seno de la familia hoy (familias fragmentadas, divorcio, divorciados vueltos a casar, etc.)?

Hoy en día muchos matrimonios se ven en dificultades porque en ellos se han puesto expectativas muy altas. Tenemos la ilusión de que siempre tenemos que sentir el amor y de que siempre deberíamos experimentar cercanía. En este sentido, lo primero que se podría hacer para ayudar a las personas casadas sería despedirnos de las imágenes e ilusiones exageradas, ver la convivencia en el amor de un modo realista y amar al otro tal como es. Sin embargo, a pesar de toda la ayuda que podamos ofrecer, el fracaso del matrimonio sigue siendo una realidad, y la preocupación y el cuidado de la Iglesia también están dirigidos a las personas casadas que han fracasado. No podemos juzgarlas ni condenarlas. El fracaso puede ser la oportunidad de un resurgimiento. En efecto, esto es lo que nos muestra la cruz de Jesús, la cual, si bien en últimas fue un fracaso, lo llevó a la resurrección. La cruz y la resurrección son los signos de la esperanza de nuestra fe. Con respecto a los divorciados vueltos a casar, la Iglesia debería encontrar nuevos caminos, como lo proponen los obispos alemanes del alto Rin, Karl Lehmann, Walter Kaspar y Oskar Seier, en su Carta Pastoral de 1993: entablar con ellos un diálogo –si el segundo matrimonio es realmente vivido con seriedad y en el amor– y permitirles participar del sacramento de la comunión. Con seguridad, Jesús no quiere que las personas que han fracasado sean excluidas de su mesa de la reconciliación.

4.    ¿Cuál debe ser la posición de la Iglesia frente al relativismo en el mundo?

La Iglesia tiene la tarea de mantener despierto en nuestro mundo el anhelo de lo completamente otro, como dice el filósofo alemán Max Horkheimer. Con ello hace una contribución importante a la humanización de la sociedad, pues ésta tiene en sí rasgos totalitarios: pretende tener acceso total a la persona y valorarla según criterios puramente económicos. La Iglesia tiene la tarea de crear un espacio libre en el que la persona pueda sentir y vivir su libertad y su dignidad. La Iglesia debe liberar al hombre del poder del mundo, que quiere dominarlo completamente.

5.    ¿Es posible llegar a verdades fundamentales en esta época?

La verdad auténtica es Dios. Nuestra verdad es sólo un reflejo de esa verdad de Dios. Pero en la búsqueda de la verdad podemos proclamar verdades fundamentales que nos señalen la dirección que debemos seguir. La verdad fundamental es: Dios ha creado el mundo y los hombres; el hombre es una criatura de Dios y Dios ha enviado su Hijo al mundo para redimirlo y mostrarle cómo la vida puede ser una vida lograda.

6.    ¿Dónde puede estar la fuerza de la Iglesia para renovarse?, ¿en los laicos?, ¿en los religiosos?

La Iglesia debe renovarse en todos sus ámbitos. En la historia de la Iglesia, a menudo han sido las órdenes religiosas las que han conducido a la renovación. Pero también los laicos han vivido consecuentemente su fe. Tengo la esperanza de que Dios renueve a la Iglesia en todos sus miembros: en los laicos, en las órdenes religiosas y en su jerarquía.

*  *  *

Pensamientos de Anselm Grün

 

Padre celestial, tu hijo Jesucristo nos ha enseñado llamarte por 
el nombre familiar de <<Abba, querido Padre>>.
Te agradezco poder ser tu hijo y no un esclavo, valorado por lo que hace.
Concédeme vivir en la libertad de los hijos de Dios
y en la confianza de que Tú, que eres mi Padre,
me apoyas y respaldas para que yo me atreva a vivir la vida en plena libertad,
 
esta vida que Tú me has regalado,
una vida en plenitud, feliz y alegre en la que me pusiste.
Amén.


A.
Acerca del Fracaso

De tanto en tanto, la vida nos decepciona. Nos decepcionamos de nosotros mismos, de nuestros fracasos y de nuestras frustraciones.
Estamos decepcionados de nuestra profesión, de nuestro marido o de nuestra mujer, de nuestra familia, del convento, de la parroquia. Hay quienes reaccionan con resignación ante la decepción. Simplemente se conforman con la vida tal como es. Pero en su corazón, se va muriendo, poco a poco, toda vitalidad, toda esperanza. Se entierran los sueños de la vida. También la decepción puede llevarme al tesoro. Quizás me libere de las ilusiones que me hago de mí mismo y de mi futuro. Quizás estuve mirando todo desde un prisma de color rosa y ahora la decepción me quita ese prisma y me muestra la verdad de mi vida.
La decepción desenmascara el engaño en el que había caído y lo elimina. Me muestra que mi imagen de mi mismo no es cierta, que me he estimado mal. Así, la decepción es la oportunidad de descubrir mi verdadero ser, la imagen que Dios se ha hecho de mí. Por supuesto que la decepción primero duele. Pero, a través del dolor, puedo aprender a reconciliarme con mi realidad y, así, a vivir conforme a la realidad.

B.
El Ejercicio del Portero

En concreto, el ejercicio puede transcurrir de la siguiente manera: me siento media hora en mi cuarto, sin orar, sin meditar, sin leer, sin reflexionar. Esto no es en modo alguno tan sencillo. La única condición, sin embargo, es permanecer así media hora. Poco a poco irán aflorando en mí todos los pensamientos posibles. A cada pensamiento le pregunto: “¿Qué quieres decirme? ¿Qué anhelo late en ti?” Por regla general, constataré que todos los pensamientos y sentimientos tienen un sentido. Cuando le pregunto a mi enojo qué es lo que quiere decirme, probablemente me llamará la atención sobre lo siguiente: “Marca mejor tus límites. No les concedas tanto poder a los demás. Resuelve el problema en vez de enfadarte por ello”. Entonces, la irritación se convierte en un impulso positivo.
Cuando los celos llaman a mi puerta, puedo preguntarles qué anhelo se oculta en ellos. Probablemente me harán caer en la cuenta de que siento la necesidad de que alguien me ame solo a mí, de ser yo para mi pareja o mi amigo el único amado. Cuando me confieso esta necesidad, me percato de cuan exagerada es. Pero no me juzgo por tener semejante necesidad. En la medida en que la reconozco, estoy en condiciones de relativizarla. De modo análogo, puedo interrogar al miedo o a la depresión, y, de esa suerte, familiarizarme con tales sentimientos. Y de golpe cobro consciencia de que, en el fondo, quieren decirme algo positivo. El miedo desea indicarme la medida adecuada, la medida en aquello de lo que me creo capaz, pero también la medida justa en relación con las expectativas que deposito en la imagen que me hago de mí mismo. […]
Es interesante ver qué experiencias vive la gente con este ejercicio. Una participante en uno de mis cursos tenía problemas con su hija; todo lo hablado hasta entonces en el marco de una psicoterapia y de un acompañamiento espiritual no le había ayudado en lo más mínimo. Tenía miedo de seguir dando vueltas a los mismos pensamientos al realizar el ejercicio del portero. Pero ya solo la pregunta dirigida a los sentimientos: “¿Qué anhelo late en ti?”, le trajo paz interior en medio de tales sentimientos. Algunas personas cuentan que, cuando permiten aflorar a todos los pensamientos y sentimientos, ya no los perciben con tanta intensidad. El miedo a verse inundado por los pensamientos suele carecer de fundamento. Cuando se les permite ser, los sentimientos ya no tienen que pedir la palabra con violencia. Así, muchas personas viven esta media hora como tranquilizadora. De repente, notan una profunda paz interior. Ya no consumen más energía en sofocar y reprimir pensamientos desagradables. A todo se le permite ser, pues todo tiene un sentido: todo puede, en último término, conducirnos a nosotros mismos, a nuestro centro, a nuestra verdad. Y solo la verdad nos hace libres.
Confrontarse con la propia verdad requiere coraje. Pero el solo hecho de permitir ser a todos los sentimientos y pensamientos, les priva ya de su poder. También es útil la idea de que los sentimientos, lejos de inundarme, son interrogados por mí. Así pues, adopto un punto de vista desde el que puedo dirigir mi atención a las emociones. El rol de portero me infunde seguridad y claridad para abordar los pensamientos y sentimientos de tal modo que me sean provechosos y dejen de determinarme. El resultado del ejercicio del portero es, por regla general, una gran paz y una intensa calma.


C.
Adaptando el Ejercicio del Portero a nuestro día a día
Que este ejercicio sea realizado solo cuando nos sentimos profundamente inquietos. Sin embargo, más allá de hacerlo de esta manera puntual por media hora, también puede ser muy valioso aplicarlo diariamente de una forma más liviana y simple: en cualquier momento del día, o cuando me voy a dormir, o cuando me propongo a meditar o a realizar cualquier otra actividad, solo preguntarle a cada pensamiento o sentimiento que aparece: “¿Qué quieres decirme? ¿Qué anhelo late en ti?”, y desde un lugar de receptividad amorosa ver qué surge o qué me dice, y si me distrae o me aleja de mi propósito de ese momento, lo reconozco como algo mío y luego lo dejo partir. Por ejemplo, puede pasar que me dispongo a dormir y de pronto un pensamiento que me recuerda que ese día esperaba una llamada que no llegó puede inquietarme y entonces lo escucho, lo reconozco como una parte mía que tiende a tener expectativas con respecto a los demás, lo dejo partir y vuelve la calma. Y así pueden ser muchos los momentos en los que puedo aplicar el ejercicio. Hasta en la comunicación habitual, cuando siento que una idea me distrae y percibo que puedo dejar de escuchar al otro, vuelvo inmediatamente después de una rápida interrogación a  ese pensamiento o sentimiento distractor. Si lo incorporamos y lo hacemos nuestro, el ejercicio se hace tan rápido y natural que pasa a ser un hábito simple y con resultados muy positivos. Recordemos que desde lo cotidiano y lo pequeño vamos llegando a los objetivos más grandes, como el de apaciguar la mente y conectarnos con nuestra Esencia.


D.
Rituales que sanan
Aun cuando la oración en la mesa no es la forma máxima de rezar y, muchas veces, es tan sólo un acto rutinario, trasmite, sin embargo, un sentimiento de que la comida es algo sagrado, de que podemos disfrutar de las ofrendas de Dios. Y le da a la convivencia un estilo saludable. Si cada cual comienza a comer apenas llega la comida a la mesa, pues no se celebra una comida, sino simplemente se trata de una atracón de mal gusto.
También nuestro habitat puede enfermarnos o curarnos. Hay una falta de cultura del habitat que daña el alma. Nuestra espiritualidad no debería sentirse disminuida por atender la decoración o el orden de nuestras habitaciones. En el orden externo de nuestra habitación, el alma puede ordenarse. Cuadros agradables y una distribución de buen gusto de los muebles también le hacen bien al alma.
El cuerpo es el compañero más importante de nuestro camino espiritual. Sólo cuando la fe también se exprese a través del cuerpo, será eficaz en mí y podrá curar mis heridas y mis tensiones temerosas. Creer con el cuerpo significa ante todo para mí expresar en los ademanes del cuerpo mi anhelo de Dios.
El trabajo mismo se convierte en oración si lo realizo en presencia de Dios. Si trabajo en presencia de Dios, respondo a Dios con mi acción, puedo dedicarme de lleno al trabajo sin dividir mi mente. La presencia de Dios deja su impronta en mi modo de trabajar.
Recuerda: Necesitamos rituales.
Si yo modelo mi vida por mí mismo, si le doy una forma que me corresponda y haga bien, sentiré alegría de vivir; tendré la sensación de vivir yo mismo en lugar de ser vivido. Mi estilo es cómo me levanto, cómo comienzo el día, cómo abordo el trabajo, cómo preparo las comidas, cómo concluyo el día. Un sano estilo de vida necesita rituales sanos. Si no reparamos en nuestros rituales, se deslizarán, sin quererlo, rituales que no son sanos, que enferman, por ejemplo, comenzar con prisa el día, devorar el desayuno, llegar siempre tarde, etc. Rituales sanos me ordenan, me regalan la alegría de modelar yo mismo mi vida.


E.
Conversión y corporeidad
Un camino importante de conversión es la respiración. No se trata de una determinada técnica de respiración sino de admitir la respiración natural… Algunas personas sólo pueden respirar hasta el corazón. No tienen ninguna relación con sus sentimientos y menos aun con su vitalidad y sexualidad. Trabajar con la respiración les hace conscientes de sus represiones y actitudes defectuosas, pero a la vez, produce un cambio interior. Cuando después de un largo ejercicio de respiración, al espirar se llega hasta la parte inferior del vientre, el que respira se pone en contacto con sus sentimientos y su sexualidad. Si al final de la espiración se detiene un momento y se abandona completamente, crece en él la confianza.
Cuando nos abandonamos en la respiración, ejercitamos la actitud interior de la confianza. En ese ejercicio se realiza la transformación.
Junto a la actitud, la respiración y el movimiento hay otros ejercicios en el cuerpo que fomentan la conversión al verdadero yo, por ejemplo, el canto. El alma se expresa por la voz; con frecuencia se puede descubrir a través de la voz el verdadero yo… Al cantar podemos entrar en contacto con los propios sentimientos, con la entonación interior, con la afirmación de cuerpo y alma.
Si percibo los sentimientos, los observo y los nombro, podré transformarlos lentamente. Ese camino de conversión se realiza por el cuerpo, en el que se manifiestan los sentimientos. Yo no analizo los sentimientos sino que los experimento en el cuerpo porque se han fijado en él; a la vez que se perciben y se expresan con palabras, pueden también transformarse.


F.
Cuatro pasos hacia el perdón y la reconciliación
1) Dejar que se manifieste libremente el dolor que el ofensor nos ha causado.
2) Dar vía libre a la indignación y rabia que se agitan en nuestro interior y gritan contra el que nos agravió.
3) Tratar de formarse un juicio objetivo de lo sucedido. Si hemos dado vía libre a la indignación veremos con más facilidad si la herida fue intencional o si el otro tocó una zona vulnerable y se abrió una vieja herida.
4) Liberar el poder del otro. Mientras no perdonemos le damos poder al otro, porque permanecemos interiormente atados a él. El perdón libera del peso de esa fría piedra que oprime el corazón y del veneno que interiormente nos mata.


G.
Introducción al Amor
Mis amigos llevaban ya tiempo pidiéndomelo: «¡Escribe  algo sobre el amor!». Yo siempre les decía que no: la palabra «amor» es demasiado elevada para mí. Es probable que no haya otra palabra de la que se use y abuse tanto. Unos equiparan amor con sexualidad. Las canciones de moda hablan de un amor eterno, por el cual entienden un enamoramiento romántico. También en los círculos eclesiales se utiliza con bastante frecuencia esta palabra como mera fórmula vacía. En este caso, el amor del que se habla es el de Dios, pero no se percibe nada de él. Son meras palabras que interesan a la cabeza, pero que dejan frío el corazón. A veces el amor se utiliza en la Iglesia como arma para sofocar en su origen todo conflicto y reprimir toda opinión independiente. En nombre del amor se disculpa todo. Si resulta que se ha preparado chapuceramente una reunión, no hay más remedio que aguantarlo con amor. Si uno se enfurece ante una argumentación errónea, ha de tolerarla igualmente con amor. En otros casos se moraliza con la exigencia de que debemos amar a todos y no hemos de tener comportamientos agresivos. Se alza el vuelo con bellas formulaciones, como la de que debemos estar siempre llenos de amor. Luego las cosas son de otra manera. Ahí tenemos ese eslogan que suena tan bien, pero que, pese a ello, es intrínsecamente erróneo: «El cristiano es sólo para los demás». ¿Acaso el cristiano no es nada en sí mismo? ¿No es el hijo amado y la hija amada de Dios?¿No es esto realidad? Tales abusos de la palabra «amor»me habían quitado hasta ahora las ganas de escribir sobre este tema. Además, tenía yo siempre escrúpulos de hablar de mi amor a Dios o del amor de Dios por mí, porque, cuando otros hablaban de ello con demasiada ligereza, sus palabras solían sonarme como meras fórmulas vacías. Pues bien, durante mis ejercicios espirituales tuve, sin embargo, un sueño. Al final de dicho sueño se me hacía esta invitación: «¡Despierta en los seres humanos el anhelo del amor, el anhelo del amor triple!». Y al mismo tiempo escuché que de me decía: «¡Pero hazlo con prudencia!». Me di cuenta de que no podía hablar inmediatamente del amor de Dios, sino que debía recoger a la gente allí donde la gente está; allí donde tiene su experiencia del amor; allí donde está desgarrada entre el sentimiento de dicha del amor logrado y la decepción del amor fracasado; allí donde querría gustosamente amar, pero no es capaz; allí donde anhela amar y ser amada, pero su anhelo no queda nunca saciado. Por eso, cuando Hildegunde Woller, de la editorial Kreuz, me preguntó si no me gustaría escribir algo sobre la experiencia del amor de Dios como verdadero fundamento de nuestra vida, lo entendí como una señal que me invitaba a seguir mi sueño. Me parece, no obstante, que lo que interesa no es multiplicar las muchas palabras sobre el amor, sino escribir sobre el amor de Dios y nuestro amor humano de manera que podamos también experimentarlo, y experimentarlo mediante la experiencia de que nuestras heridas quedan sanadas, y nuestro anhelo más profundo cumplido.


H.
La Angustia y la Confianza
No te preocupes excesivamente por lo que debes hablar o como lo debes decir en una conversación. No hemos de obsesionarnos con los oyentes y su posible juicio, sino hablar de lo que sentimos en nuestro corazón, oséa, de lo que genuinamente pensamos y deseamos decir en ese momento; Dentro de nosotros percibimos lo que queremos decir; Para ello, es fundamental prestarle oído a tu interior, ENTRAR EN CONTACTO CONTIGO, esto te liberará de la angustia frente al juicio de los demás. Estáte en ti, no en los demás. Permíteles a los otros pensar y decir lo que quieran, pero recuerda que:
Cuando no se ha sido AMADO INCONDICIONALMENTE en la infancia (y tan solo nos sentíamos queridos cuando hacíamos lo que nuestros progenitores querían y como lo querían) esta es una prueba que cuesta superar ya que tenemos grabado en el subsconsciente más profundo la falsa creencia de que hemos de hacer “méritos” para que los demás nos proporcionen la estima que tanto ambicionamos, y que es horrible si no la obtenemos. NO hay que entrar en el victimismo de culpar a nuestros padres, tan solo se trata de abandonar esos juegos autodestructivos y dedicarnos a vivir genuínamente en consonancia con lo que realmente somos y deseamos para nuestra vida.
No se trata de reprimir o tapar la angustia, sino de hablar con ella (percibiéndola pero NO enfureciéndome con esa parte de mí mismo, la dureza con uno mismo siempre brota del no creerse lo suficientemente bueno en algún aspecto de la vida), entonces destaparemos las FALSAS PRESUPOSICIONES TAN ARRAIGADAS EN NOSOTROS, falsas creencias en las que se basa dicha angustia, creencias como pensar que si cometo un error no valgo nada, y que si hago algo fuera de lo previsto, los demás me considerarán un loco.
Mucha gente tiene miedo a mirar en su interior porque creen que solo encontrarán cosas malas, ese pensamiento solo les crea mayor angustia, pero si puedo mirar a mi propio interior sin horrorizarme ni temer, entonces dejo de sentir angustia frente a mi mismo y mi paz interior puede brotar. Como cualquier lugar desconocido, las profundidades de nuestra mente puede dar miedo al principio, pero si puedes irlo descubriendo sin juzgarte, comprendiendo el como eres y la razón de porqué eres y pensaste hasta ahora así, no puedes más que sentir alivio al encontrarte contigo mismo, con tu ser que siempre estuvo ahí esperándote para que le dieras la mano.
Para no paralizarme por la angustia, he de ACEPTARLA y familiarizarme con ella. La angustia paralizante me señala las falsas presuposiciones fundamentales de mi vida: por ejemplo, la presuposición fundamental de que no debo cometer errores porque, de lo contrario, sería menospreciado por los demás. En el momento en que le pongo luz y me doy cuenta de esta falsa presuposición que hay en mí, le quito su poder, la transformo en la autorización sana siguiente: Puedo cometer errores. Soy valioso también con mis errores. Para mí puede ser importante ser juzgado bien, pero no he de vivir sólo de eso y para eso.
La confianza en uno mismo NO significa en absoluto presentarse hacia fuera como una persona segura de sí misma, quien se limita a hacer constar únicamente sus puntos fuertes vive siempre angustiado ante la posibilidad de que le quiten la máscara de la cara, en cambio, quien acepta con serenidad también los propios errores y traba amistad con sus lados sombríos, puede entablar relaciones tranquilas con otras personas. No siente angustia ante la posibilidad de que los demás puedan descubrir sus debilidades. Las conoce y las asume, pero no las pregona a los cuatro vientos, ya que quien pregona sus debilidades, usualmente lo hace para distraer la atención de los demás sobre otras debilidades más profundas que posee.
Confianza es ante todo en entrar en contacto con ese núcleo más íntimo y tomar conciencia de que soy único e irrepetible, independientemente de lo que los demás piensen de mí. Esto me da libertad y paz interior.


I.
Transformación en la enfermedad
Un lugar privilegiado para la transformación puede ser también la enfermedad. En la enfermedad reacciona nuestro cuerpo de acuerdo con las experiencias de nuestra vida, con nuestros desengaños, nuestros fastidios, nuestras sobre exigencias. La enfermedad nos obliga a examinar nuestro concepto de vida; allí donde vivamos al margen de la verdad, la enfermedad nos puede hacer volver a la verdad.
Pero la enfermedad no tiene que ver sólo con nuestra psiquis. Nos descubre no sólo lo que fue reprimido o empujado a las sombras. Puede ser también un proceso de transformación, provenga ya de mi alma, ya de una enfermedad de origen externo. Si aceptamos la enfermedad, puede iniciarse un proceso de transformación en cuyo final habrá un hombre salvado y sanado, misericordioso y amable.
Teilhard de Chardin ha escrito mucho sobre la fuerza transformadora de la enfermedad. El sufrimiento es tan necesario para el proceso de transformación del mundo como lo es nuestra actividad, nuestro amor al cosmos, nuestro interés por la evolución y convergencia del mundo.
Sin embargo, para que el sufrimiento de un hombre tenga fuerza transformadora, necesita de la solidaridad en el sufrimiento, necesita el “juntos”. Para que la fuerza transformadora del sufrimiento sea eficaz también para una comunidad parroquial, el sufrimiento debe ser liberado del aislamiento y la separación. Es necesario que sea conocido, pues necesita de la solidaridad, del acompañamiento, de ser hablado.


 J.
Una Espiritualidad desde abajo
En la historia de la espiritualidad se pueden distinguir dos corrientes clasificatorias. Hay una espiritualidad desde arriba, que parte de los principios de arriba y desciende a las realidades de abajo. Y hay otra espiritualidad desde abajo, que parte de las realidades de abajo para elevarse a Dios. La espiritualidad desde abajo afirma que Dios habla en la Biblia y por la Iglesia pero también nos habla por nosotros mismos a través de nuestros pensamientos y sentimientos, por nuestro cuerpo, por nuestros sueños, hasta por nuestras mismas heridas y presuntas flaquezas. La espiritualidad desde abajo ha sido practicada principalmente dentro del monacato. Los monjes antiguos comenzaron a estudiar la posibilidad de llegar al conocimiento y trato con Dios partiendo del análisis de las propias pasiones y del autoconocimiento. Evagrio Póntico logró definir esta espiritualidad de abajo con una formulación ya clásica: si deseas conocer a Dios aprende primero a conocerte a ti mismo. El ascenso a Dios pasa por el descenso a la propia realidad, hasta lo más profundo del inconsciente. La espiritualidad de abajo con templa el camino hacia Dios no como una vía de dirección única que lleva directamente a Dios. El camino hacia Dios pasa generalmente por muchos cruces de errores, curvas y rodeos, pasa por fracasos y desengaños. Pero resulta que no son precisa mente mis virtudes las que más me abren a Dios sino mis flaquezas, mi incapacidad, incluso mis pecados.
La espiritualidad desde arriba parte de las cumbres de un ideal prefijado. Arranca del ideal bien perfilado de un fin que el sujeto debería alcanzar mediante la oración y las prácticas espirituales. El ideal se diseña partiendo del estudio de la Sagrada Escritura, del magisterio de la Iglesia en materia moral y del autoconcepto. Las preguntas funda mentales de la espiritualidad de arriba son éstas:
— ¿Cómo tiene que ser un cristiano?
— ¿Qué debe hacer?
— ¿Qué tipo de conducta debería encarnar?
La espiritualidad de arriba brota de la aspiración humana a ser mejor, a superarse, a acercarse cada vez más a Dios. Esta espiritualidad tuvo su representación principal en las corrientes de la teología moral de los tres últimos siglos y en la ascética más común enseñada desde la Ilustración. La psicología moderna se muestra muy escéptica frente a esta forma de espiritualidad por considerarla como un peligro de desintegración interior del sujeto. El que se identifica con su ideal prescinde frecuentemente de su propia realidad si ésta no se acopla a aquél. El resultado es un sujeto interiormente dividido y enfermo. La psicología en cambio apoya una espiritualidad de abajo tal como la practicaron los antiguos monjes. Para la psicología es incuestionablemente claro que el hombre no puede llegar a su propia verdad si no es por el propio conocimiento.
En la espiritualidad desde abajo no se trata sólo de prestar atención a la voz de Dios que me habla por mis pensamientos, sentimientos, inclinaciones y enfermedades para llegar por su medio al descubrimiento de la imagen que Dios se ha formado de mí. Tampoco se trata sólo de la elevación a Dios por el descenso a mi realidad. En la espiritualidad desde abajo se trata sobre todo de conseguir abrirse a las relaciones personales con Dios en el punto preciso en que se agotan y cierran todas las posibilidades humanas. La auténtica oración, dicen los monjes, brota de las profundidades de nuestras miserias y no de las cumbres de nuestras virtudes. 
La espiritualidad desde abajo intenta responder a la pregunta sobre qué se debe hacer cuando parece que todo sale torcido y cómo se deben colocar los fragmentos de nuestra vida rota para formar con ellos una figura nueva.
La espiritualidad desde abajo prefiere el camino’ de la humildad aunque esta palabra nos resulte hoy un tanto incómoda. La humildad descrita por san Benito en su regla como el camino espiritual del monje, es evaluada por Drewermann como un típico ejemplo de imposición desde fuera. Sin embargo, si damos un repaso a la literatura espiritual del cristianismo y de otras religiones, constatamos que en todas ellas se considera la humildad como la actitud fundamental de toda auténtica religiosidad. Pero la humildad no debe entenderse como una virtud que el hombre consigue por el mero hecho de humillarse y hacerse pequeño ante los demás. La humildad no es fundamentalmente una virtud social sino religiosa. La palabra latina de humildad, humilitas, se relaciona con la palabra humus, tierra. La humildad es reconciliación con nuestra terrenalidad, con el lastre de lo terrenal, con el mundo de nuestros impulsos, con todo cuanto de negativo existe en nosotros. Humildad es valor para aceptar la propia verdad. Los griegos distinguen entre tapeinosis, disminución, envilecimiento, pobreza y tapeinophrosyne, descripción de los comportamientos de los pobres, actitud de humildad y pobreza espiritual. La humildad designa nuestra conducta ante Dios y es virtud religiosa. Es en todas las religiones criterio de toda auténtica espiritualidad. Es el lugar profundo donde puedo encontrarme con el verdadero Dios y donde pueden comenzar a dejarse oír los gemidos de la verdadera oración. El ascenso a Dios pasa por el descenso a la propia realidad, hasta lo más profundo del inconsciente. La espiritualidad de abajo contempla el camino hacia Dios no como una vía de dirección única que lleva directamente a Dios. El camino hacia Dios pasa generalmente por muchos cruces de errores, curvas y rodeos, pasa por fracasos y desengaños. Pero resulta que no son precisamente mis virtudes las que más me abren a Dios sino mis flaquezas, mi incapacidad, incluso mis pecados (…)
 
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Universidad Católica Argentina
“Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral”  

Conferencia
19/4/06
Anselm Grün - “Orientar personas, despertar vidas” -
Voy a dar algunos pensamientos sobre las condiciones de la dirección, ya sea en la pastoral, en la familia, o en la empresa.
Yo mismo hace treinta años soy mayordomo / ecónomo, es decir, dirijo la administración del monasterio. Somos alrededor de trescientas personas, entre monjes y empleados. Entonces es necesario conducir bien en esta situación.
Cuando hablo de conducción, no lo haré desde el punto de vista del ‘sabelotodo’, sino como alguien que quiere transitar un camino. Quiero hacer referencia a la regla de San Benito, quien genera y describe las condiciones de una buena conducción / dirección para todo aquel que dirige alguna familia, es docente o dirige algún grupo; es decir, dirige a otros.
Sabio, en latín significa ‘gustar’ (sapere), es decir, sabio es aquel que puede degustarse a sí mismo.
Ustedes dirán: “la charla me ha dejado un gusto amargo, o desagradable, o bueno. Esto dependerá siempre de aquel que esta reconciliado consigo mismo. Una persona así, emanará algo positivo al grupo. En directivos, suelo experimentar que tienen la intención de dirigir bien, pero como no ‘se conocen a ellos mismos’ bien, falsifican su conducta directiva a través de expresiones inconscientes. Por ejemplo, alguien amable puede estar escondiendo detrás de esa amabilidad un desprecio por los hombres. Esta persona irradiará algo que desprecia a otros.
En alguien que quiere hacer del optimismo su <modus vivendi>, descubrimos en realidad, una persona muy pesimista y depresiva.
Mi propia hermana me contó que va muy feliz a un oficio o a misa, y luego de este regresa deprimida. ¿Por qué? Porque evidentemente el sacerdote profesa una buena teología pero ésta, no está en armonía con él, sino que irradia aspectos depresivos. Por eso, es tan importante que seamos sabios, que nos conozcamos a nosotros mismos, que nos queramos a nosotros mismos, que sepamos degustarnos. A partir de allí, saldrá una buena irradiación.
Una persona que dirige en medio del ajetreo, solo desparramará / esparcerá odio y no podrá dirigir personas de este modo.
Otra condición es que no debe herir a los demás, no debe ser ‘hiriente’. Esto es muy importante. Hay un principio en la psicología que dice que quien no se haya reconciliado con las heridas de su infancia, entonces estará condenado, o bien a herirse a sí mismo o a herir a otros, o bien, inconscientemente, a elegir situaciones en las cuales, los sucesos hirientes de la infancia, se repitan. Es decir, a mí mismo me profiero heridas.
Los mensajes negativos: “porqué no puedes hacer las cosas”, “eres demasiado lento”, “no lo lograrás nunca”, “sos una persona imposible”. Todo esto se incorpora como un prejuzgamiento negativo y yo mismo me digo: “soy demasiado lento”, “soy un inútil”, “no sé hacer nada”, “nadie me quiere”. Y a partir de una persona herida, por supuesto, no se irradia vida, sino solamente heridas a otros.
Muchas madres o padres quisieron ser muy diferentes a sus propios padres, pero si no se han reconciliado con su propia historia, entonces repetirán la historia de ellos. Por ejemplo, un director de un Banco muy importante, me contó que de una oficina salió una mujer joven  llorando, y éste le preguntó: “Señora, ¿qué le pasa?, ¿Por qué está llorando?”. Ella le contestó: “el jefe de departamento, me hirió profundamente”. Esto, se lo contó a los directores del consejo directivo y todos dijeron: “Este es un gerente que trabaja catorce horas por día, y exige mucho a las personas” Por esto, es importante que incentivemos el crecimiento de las personas.
En otro caso, un hombre joven me contó que, su jefe, lo saludó diciendo: “Usted con esas manos sudorosas tiene que hacer algo para contrarrestar”. De este modo, las heridas más grandes que podemos proferirle a una persona es hablarle respecto de su cuerpo, porque éste no lo podemos cambiar. Las personas sufren y aquello le profiere una herida muy profunda, como a este hombre joven que se le hizo notar que sus manos sudaban.
Algunos opinan que si se hieren a otros, se consigue mayor dominio o poder sobre ellos mismos y pueden controlar mejor a los demás. Pero hiriendo a los otros, solo se logra enfermar a las personas y crear distancia respecto de ellas.
Siguiendo con el planteo anterior, una persona tendrá un jefe igual de autoritario que su propio padre, y esto ¿es casualidad? Sigmund Freud, habla de la repetición forzada, es decir, que un joven se demuestra en forma igual de sometido que su padre. Despierta en su jefe, rasgos autoritarios.
Un hombre protestaba porque su mujer era muy dominante, y en la conversación con su mujer, me di cuenta que no era dominante, sino que su esposo, había tenido una madre dominante, y eligió ser con sometido a su esposa. Necesitaba en su esposa, lo mismo que había experimentado en su madre.
En la casa para monjes que están en crisis, hay alrededor de dieciocho personas que pueden hablar sobre sí mismas sin ser juzgadas; se las toma en serio. Y éstas, después de tres semanas de estar en el monasterio, hacen algo para que todas las demás personas del grupo se les pongan en contra.
En la charla con aquellas personas, experimento que no pueden soportar la realidad de tener ahora un ‘papel’ diferente; que ahora se los quiere; y su viejo ‘papel’de su infancia (de estar al margen, o no ser correspondido) desapareció. Ellos creen que los demás son ‘los difíciles’, pero en realidad, ellos están poniendo en escena su antigua situación, profiriéndose heridas a sí mismos.
Es muy importante que estemos reconciliados con nosotros mismos porque, de lo contrario podemos confundir ’conducción’ con ‘herir’. Y de esto no parte la vida.
Por otra, parte se dice que: “hay que ser temeroso de Dios, y ser un padre para toda la comunidad” ¿Qué relación tiene la ‘conducción’ con el amor a Dios? Si tenemos en Dios nuestro motivo, entonces no vamos a depender de lo que piensan los demás de nosotros. Seremos más libres, podremos hacer lo que estamos convencidos en nuestro interior. Ya no tendremos que orientarnos de acuerdo a la opinión de todos, o sea, el temor de Dios, nos confiere una libertad interior y una confianza. No necesitaremos hacer todo nosotros mismos: ya sea en el ámbito educativo o en la empresa. Es decir, no tendremos que hacer todo por nosotros mismos, sino que deberemos tener confianza y confiar en que Dios también haga algo.
Mi hermana tiene tres hijos, leyó muchos libros de psicología, y cuando sus hijos tenían la edad de ocho, nueve y diez años, tenía miedo de que marchara todo bien con ellos: si estaba educando bien a sus hijos, o si los había herido o lastimado. Entonces, yo le dije que no tenía que temer de sus hijos iba a salir algo positivo, a pesar de la educación que les diese. Le aconsejaba que no debía hacer todo, pues los niños también tienen un ángel que los acompaña y Dios los protege y despertará en ellos lo bueno.
Como dije anteriormente, se dice que “se debe ser un padre para toda la comunidad”. Sin embargo, esto se da en el estilo patriarcal de conducción. Por otra parte, si partimos de la psicología, la madre cumple la función de transmitirle confianza al niño, y que viva con placer en este mundo. Y el padre, debe transmitirle al hijo que tenga el coraje de atreverse a la vida. El padre fortalece, es la columna vertebral, está a las espaldas del niño, para que tenga ganas de tomar la vida en sus manos, ya sea en la familia, en el grupo, etc. Necesita siempre la energía paterna y materna.
Sin embargo, experimento que muchas personas con heridas paternas o maternas, siempre se les hace difícil dirigir. No es terrible que alguien tenga estas heridas, si la vida consiste justamente en que pueda transformar esas heridas en ‘perlas’.
Las heridas maternales reconciliadas son importantísimas para todo grupo, en el caso de quien dirige; genera una atmósfera / clima de contención, de aceptación, etc. Pero si una persona no ha reconciliado sus heridas maternas, controlará al jefe cuántas veces habla con otro. Por ello, es importante que se tenga dedicación a la reconciliación de dichas heridas.
En los sacerdotes con una herida materna, observo que buscan tratar a la comunidad como si fueran sus madres. Hacen todo por la comunidad, se sacrifican, trabajan, pero quieren experimentar el hogar en la comunidad. Lamentablemente, la comunidad no es una madre.
También experimento que hay sacerdotes que caen en un agujero porque son criticados: “¿Por qué si hice todo, y ahora qué me pasa?” Estas son las señales de que existe una herida maternal 
Un terapeuta siempre dice que “quien mucho da necesita mucho”. Están algunos que dan mucho porque necesitan mucho. Si doy, necesito. Siempre me voy a quedar corto, tengo que dar porque he recibido, entonces dar me dará placer, y se me devolverá mucho también. Pero no es que doy porque necesito sino porque he recibido.
Los hombres con heridas paternas tienen problemas de autoridad. Hombres y mujeres con una herida paterna que no está reconciliada y se dedican a la dirección, o bien quieren evitar todo tipo de conflicto, lo empujan para adelante, tienen miedo de resolverlo, esto no es bueno para ningún grupo, hay que atacar los conflictos, esto le da enseñanzas al grupo. O bien se transforman en una persona autoritaria y golpean la mesa con fuerza y dicen “así se hace esto, esta es mi última palabra”: no pueden discutir, no saben discutir, sólo podremos dirigir si nos hemos reconciliado con las heridas paternas y maternas.
Personas que tienen una herida paterna y se han reconciliado, esas personas dirigen en forma muy humana, no lo hacen en forma autoritaria, comprenden a los demás, y quizás no sean maestros en la solución de problemas pero de todas maneras van a tratar de crear un clima en el cual todos se sientan afectados.
Estas son entonces las condiciones para la conducción: El objetivo es que crezcamos en esa función, aceptándonos a nosotros mismos como somos, y si logramos esto sabremos dirigir bien a los demás.
El mayordomo debe prestar atención a su propia alma, esto es algo antiguo quizás, pero si doy cursos para directos de Chrysler o de Bancos, por ejemplo, digo esto, y como feedback me dicen: “yo siento que tengo que prestar más atención a mi alma”. ¿Qué significa esto? Podría significar que a la mañana, antes de ir a trabajo, sienta que me gusta ir al trabajo, me alegra estar en ese grupo, me alegra estar con otros, o ¿tengo resistencias internas y me tengo que esforzar? ¿o mi cuerpo se rebela contra esto y me enfermo, sufro tensiones? ¿o tengo miedo? Los sentimientos pueden estar ahí, pero debo mirarlos, verlos a los ojos, y sólo si hago esto, entonces podré ocuparme de mi alma.
Me contó un empresario que el personal se da cuenta con qué talante viene a la mañana a trabajar. O si todavía está resonando alguna cosa con la que tuvo enojo el día anterior, y esto si es así tiene un efecto negativo en todos los demás, en todo tipo de grupo.
Si no miramos por nosotros mismos aquello que no hemos arreglado en nuestro interior, va a tener un efecto sobre los otros. Muchas veces esta resistencia es una señal que nos dice: “tengo que hacer más por mí, que recuperarme, entonces si yo me siento bien puedo dirigir mejor”.
También hay que trabajar en la postura. Acompañé a un ingeniero que dirigía a otros doce ingenieros, tenía cincuenta y ocho años y su autoexigencia era “debo ser yo el más rápido”, “debo ser yo el que capte más rápido los problemas, para poder delegarlos a mi personal”. Pero a los cincuenta y ocho, obviamente no era la persona más rápida, esto lo llevó a hacer horas extras, y éstas lo condujeron al insomnio entonces estaba en un círculo vicioso y se cansó de tal manera que tuvo que abandonar su puesto. Si hubiese prestado atención a su alma, hubiese sentido “yo no tengo por qué ser el más rápido”, porque a los cincuenta y ocho tengo otras calidades: puedo darles seguridad, respaldar a mi personal, darles la sensación de que es bueno que esté ahí. Es decir, no prestó atención a su alma y fracasó.
Prestar atención al alma también es importante para otra cosa. Mucha gente está agotada, siempre sé que he sacado fuerzas de una fuente oscura.  Un terapeuta conocido dijo que después de cada presentación o charla se sentía agotado, entonces el abad le dijo estás agotado porque todo aquel que va a escuchar tu ponencia les quieres demostrar que eligió la ponencia correcta, y a cada uno que habla contigo, les quieres demostrar que ha elegido el terapeuta correcto. Esto de querer demostrar es lo que te agota. Es agotador cuando yo me pongo bajo presión. Muchas veces experimento que las personas están agotadas no porque trabajan mucho sino porque se ponen bajo presión, porque quieren demostrarse algo. El perfeccionismo por ejemplo, donde está el miedo a qué es lo que piensan los otros de mi, están conformes con mi trabajo? Si yo siempre quiero cumplir todas las expectativas esto me agota. Por ejemplo acompañé a una mujer que tenía un puesto de responsabilidad, dirigía a muchos otros y estaba agotada. Fue a hacer terapia y de vuelta se sintió agotada. Tenía que modificar sus patrones de vida, había crecido en una propiedad rural, su padre y hermano se peleaban mucho y ella como hija siempre estaba bajo la presión de que no se peleen, y esté conforme conmigo, y espero lograr aquello que se espere de mi. Con este modelo de vida, esperando que no haya ninguna discusión, entonces me va a sacar toda la energía, este patrón de vida la agotó. Es necesario que ella se reconciliara con esa situación.
Otro ejemplo es una maestra, que decía que estaba agotada porque tenía un eros pedagógico y que se dedicaba mucho y con pasión a sus alumnos. Pero yo no creía que fuera eso, porque el eros pedagógico me permite dar mucho sin agotarme. Si estás agotada, debe ser otra cosa. Entonces ella me contó que era la menos de varios hermanos y siempre estaba bajo la presión de demostrarle al padre que podía lo mismo, o tenía el mismo rendimiento, que sus otros hermanos. Era una presión, un modelo que la agotaba. Mirar su alma con detenimiento hubiera sido lo correcto, ¿cuál era la fuente oscura y turbia de la cual sacaba esa energía?
Si yo estoy agotado, tengo que ver cuál fue la desmesura. No tiene sentido revolver en esa fuente oscura sino buscar una fuente clara, que es la del Espíritu Santo, que puedo dar mucho sin agotarme, de mi fluirá todo esto.
Hay que tener ideas nuevas, ser innovador, confiar en la propia intuición, no mirar que hacen los demás, confiar en nosotros, no ponernos bajo presión, ser creativos sin obligación.
La fuente clara también cura, sana. Hay que ponerse en contacto con su fuente interior. Ese es el arte de la terapia, llevar a las personas a que se pongan en contacto con su fuente.
La fuente también fortalece, nos da más fuerzas, que podamos seguir adelante, hace que florezca todo, quiere decir que estamos tomando de la fuerza del ES.
El quinto efecto es que la fuente purifica, limpia.
Yo lo puedo ver como administrador. Viene alguien de personal y se enoja y habla mal del otro. Entonces si no tomo de esa fuente clara, mis propias emociones se van a mezclar con las de este miembro del personal, yo también me voy a enojar, y voy a decir “ay ese hombre es imposible”, y voy a contribuir a la “polución emocional” entonces voy a revolver en mi propia sopa de emociones turbias.
Jung dice que es difícil identificarse con una imagen arquetípica, como por ejemplo el profeta, entonces es el único que se anima a decir la verdad. Otra imagen arquetípica es el sanador, yo soy el sanador de otros, yo tengo un hermano en el monasterio que ahora no, pero atraía a un montones de mujeres depresivas porque él decía yo soy el sanador, las primeras reuniones las entusiasmaba a las mujeres pero no llegaba a buen puerto. Yo le dije que se había identificado con ese arquetipo. Jung dice que ese es el peligro, identificarnos con nuestra propia imagen arquetípica. Hay otras figuras arquetípicas, como el mártir, yo me sacrifico por otros. Cristo es el que se sacrificó por nosotros, si nosotros tenemos esta figura sale algo agresivo, y nadie se atreve a alegrarse la vida. Pro eso es importante que seamos conscientes de nuestras imágenes y de los modelos que tenemos.
Cuando yo doy seminarios de conducción, de gerenciamiento, para mi es muy importante identificar cuál es el lenguaje con el que nos comunicamos en nuestra empresa. Y pensamos tanto la Iglesia como muchas empresas, el lenguaje es frío, muchas veces agresivo, hay un libro de un alemán que analizó el lenguaje de Hitler y llamó a su libro “El tesoro lingüístico de un no ser humano”, era un lenguaje no humano, y constató que también en los años ’60, en muchas oficinas, se utilizaba ese lenguaje no humano, y es por eso que es tan importante que el lenguaje salga con calidez del corazón.
En una discusión que tuve con otro hombre, y utilizaba un lenguaje muy frío. Independientemente donde conducimos hay que cuidar el lenguaje, tiene que ser un lenguaje que salga del corazón. Solo el lenguaje que salga del corazón hace que la gente confluya, que se junte, porque el lenguaje frío separa. Conozco gente que rápidamente logra separar a sus colaboradores, porque su propia división interna genera un lenguaje frío, y ese lenguaje frío separa a la gente.
En el evangelio de San Lucas se dice que somos solidarios cuando tenemos libertad interior y cuando cuidamos adecuadamente las cosas de este mundo, porque si no cuidamos las cosas de la naturaleza, de la creación, como nos va a dar Dios lo verdadero, lo que realmente necesitamos. En el evangelio también se trata de que Jesús habla durante la cena de la conducción, habla de que los reyes oprimieron a los pueblos, entre ustedes no deberá ser así, el que conduce deberá ser el siervo de todos los demás. En realidad Jesús se refiere a dos formas de la conducción. Los reyes oprimen a los pueblos, y ese tipo de conducción hace que los otros tienen que ser pequeños para poder creer en mi grandeza, eso puede ser en una empresa, o en un grupo. Pero si yo tiendo a achicar a los demás para poder creer en mi grandeza, esa gente pequeña no va a poder aportar, de alguna manera yo me ataco a mí mismo, porque ya no voy a poder ser libre de atacar los temas en cuestión sino que todo gira alrededor de mi grandeza. Lo peor que puede pasar en este caso es tener un jefe que tenga complejo de inferioridad, porque siempre va a querer que sus colaboradores sean más pequeños que el. En algún momento, casé a una pedagoga social, que trabajaba en un jardín de infantes, y su jefa tenía problemas de inferioridad y le había hecho de su vida un infierno. Todas las noches esta mujer lloraba por lo terrible que había sido su día, entonces venían los dos a consultarme, lo terrible que era ese trato. Entonces yo le dije: llorar y quejarte es desperdiciar energía, ustedes tienen que cambiar algo. Cambiar algo significa renunciar, pero no podía renunciar, porque necesitaba el puesto. Cambiar significa también hablar con la jefa, decirle “así no va más”, pero hablar con un jefe que tiene complejo de inferioridad no es muy fructífero. Entonces si eso no es posible entonces tienes que libertarte interiormente, de ningún modo darle el honor o la alegría a su jefa de perturbarle la cena. Entonces le dije “le estás dando demasiado poder a ella, le tienes que prohibir la entrada a su casa, en tu casa no debes hablar más de ella, no es tan importante, debes echarla de tu hogar. Intenta simplemente observarla, qué dice ella de ella misma. Entonces puede desarrollar, lograr mucho más conocimiento humano en este tiempo de lo que vas a lograr en tus cuatro años de estudio de la pedagogía social”
El otro punto negativo que comenta Jesús es que los poderosos se hacen llamar benevolentes. Hay gente conduce que reúne alrededor de sí pequeños enanos que necesitan adularlos. Y estos aduladores tampoco van a aportar ninguna cosa especial para la misión.
Conducir siempre tiene que ver con una madurez interior. Yo debería estar agradecido que mis alumnos me superen. Esto va a generar otra imagen: que es la que dice que el que conduce debe ser el siervo de todos, es el mensajero, el que lleva la información, el comunicador, este es un aspecto.
Cuando hace 30 años tomé la función de administrador, vino a nosotros un director de una gran empresa e intenté en ese momento hablar con diferentes grupos para tratar que se lograba una buena colaboración, pero con este hermano me quejaba porque era muy difícil, algunos colaboradores son tan complicados, y este director me contó el siguiente ejemplo: tenía un trabajador con el que todos estaban disconformes, entonces lo hizo ir y hablar con él, pero no le dijo: a partir de mañana yo espero que Ud. haga tal y cual cosa, porque si uno intenta algo con violencia seguramente va a generar contrafuerza. Pero llamó a esta persona, le preguntó como anda, le dijo que él se preocupaba por los colaboradores, y quiero saber lo que le está pasando. Siempre es importante saber, que cuando una persona es complicada, tiene una razón. Nadie hace el mal por placer, sino por desesperación. Es decir que nadie es complicado por placer, sino simplemente le surge. Entonces, ¿cómo me puedo acercar a esa desesperación? ¿Cómo puedo darle vitalidad a eso que se ha muerto en esa persona?
Eso es uno de los aspectos del arte en la conducción: poder despertar la vida, el potencial en colaboradores difíciles, complicados.
Por supuesto que esto también tiene sus límites. Tuve un colaborador que siempre se quejaba, de demasiado trabajo, y yo me esmeré, hablé con él, intenté no sobreexigirlo, las sugerencias que yo le hacía para alivianar su trabajo, él las rechazaba. Y me di cuenta que él no quería cambiar nada, en realidad solo quería quejarse de tanto en tanto y lograr en su camino un poco de afecto.
Despertar vida significa meditar, retirarme, pensar en qué es eso que tiene que fluir en la persona. Encontrar la clave para abrir el potencial de la vida en esa persona.
La mejor imagen para la gente de la conducción es Lucas 13, que es la mujer que camina encorvada y que hace más de 13 años que no puede caminar erguida, se ha desilusionado, se deja caer, está oprimida por el peso del trabajo. Esta mujer se curó en cuatro pasos: 1- mirarla, aquel que yo miro le doy un valor a través de mi mirada. Es importante valorar al otro. 2- le habla al mismo nivel, no trato de decirlo lo que tiene que hacer, le hablo a la misma altura. 3- decirle “mujer has sido sanada de su sufrimiento”, que se le diga algo positivo es bueno. 4- imponerle las manos y a través de las manos fluye la fuerza sanadora de Dios. Tomo contacto con esa persona y ella entra en contacto con su propio interior.
Un ejemplo: un hermano argentino que estudió conmigo en Roma nos acompañó a Munich a visitar a mi familia, y mi padre no hablaba ni una palabra de italiano o español y este hermano tampoco hablaba alemán pero al final dijo “con tu padre uno se siente estimado, valorado” y realmente me conmovió muchísimo y me di cuenta que la gente con la que yo trato debe sentirse valorada.
Es importante que los colaboradores de quien conduce, vuelvan erguidos a casa. El que conduce -no importa en donde: en una empresa, en una familia, en un grupo-, con su conducción genera una atmósfera, genera un clima. Si las personas de mi grupo salen más erguidas cuando se van para casa, entonces van a ser que los demás salgan erguidos, si los oprimen, entonces van a necesitar otros a quienes oprimir. Si uno hace que la gente salga erguida, el clima de una sociedad va a ser de respeto por los demás. El que conduce tiene una función socio-política, porque no solamente se trata de su grupo, sino que tiene un efecto en toda la sociedad.
Albert Einstein decía que un pensamiento que uno una vez expresó, ya no puede volverse atrás, siempre va a ser una onda.
Espero que después de esto, piensen que quieren seguir conduciendo, pero lo quieren seguir haciendo para que la gente salga erguida a su casa.
¿Cómo lograr la espiritualidad en la economía?
Para mi la función de conducir es un desafío espiritual, hablamos de la purificación de emociones, creer en las personas, trabajar en las personas, tengo que manejar dinero, para mi es importante para mi significa manejarlo de forma creativa y pensando en ideas nuevas: cómo puedo ganar dinero. Y segundo lugar, el dinero sirve al hombre, para que realmente le sirva al hombre, y no enriquecerme yo. Y tercero, que necesito una libertad interior frente al dinero para que no me posicione a mi, tener la medida justa, es decir crear una cultura en nuestra empresa. Una empresa que solamente está orientada a la maximización de ganancias, que solamente piensa en las cifras, no va a permanecer viva, porque esto no va a divertir al personal. Algunas empresas me llaman que conscientemente están prestando atención a los valores cristianos, los valores, digo siempre, hacen que la vida sea valiosa. Value, en inglés, también viene de valer, los valores hacen que una empresa sea sana y fuerte y hacen que nuestra vida sea valiosa.

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Algunas de las Hermanas del Región Sagrado Corazón de Sudamérica que viven en Colombia tuvieron la oportunidad de asistir a las Conferencias que impartió el Monje Benedictino Alemán, Anselm Grün. Doctor en teología, especialista en ciencias económicas y empresariales. Quien conjuntamente con su labor administrativa, desarrolla diversas actividades de orientación terapéutico-espiritual para sacerdotes y religiosos, y acompañamiento espiritual de numerosas personas que se acercan a la abadía o lo siguen a través de sus escritos.
El evento se llevó a cabo en la Universidad Agusatiniana de Colombia y los temas desarrollados fueron:
Abril 13
Conferencia: Sueños de vida.
Concierto: Palo Santo.
Foro: Fortaleza en tiempos de duelo.
Abril 14
Conferencia: Liderazgo, una aproximación espiritual. Confía en tu fuerza interior.
Conferencia: ¿Qué pasa después de la muerte?
Concierto: P. Juan Andrés Barrera.
Abril 15
Retiro espiritual: El alimento del amor.
Eucaristía.
Anima: Isadora
Las Hermanas participantes nos contagiaron con sus comentarios muy favorables sobre el evento, del Monje les agrado mucho su estilo para compartir sus experiencias, su inteligencia y sobre todo la paz interior que refleja. Aunque el expositor habla alemán, todos los participantes tuvieron acceso a un traductor simultáneo: una colombiana casada con un Alemán quienes viven actualmente en Chía, un pueblo Cundinamarqués cerca de la capital.
Lo que queremos compartir con ustedes de esta experiencia:
• Es importante darle un buen manejo a los duelos personales y familiares.
• Confiar en la fuerza interior, que según el autor, es el "Espíritu Santo, figurado en el evangelio de San Juan como la fuente que nunca se agota porque es divina; es una fuente que nos refresca y nos reanima, que nos da nuevas ideas y nos reconforta en nuestro camino". (Tomado del libro: Confía en tu fuerza interior. Enfrentar las crisis con valor, Anselm Grün).
• Vivir en la esperanza de la resurrección, "que ante la perspectiva de la muerte, nos permite vivir en consonancia con nosotros mismos, con nuestra vida y, por tanto, felices". (Tomado del libro: ¿Qué pasa después de la muerte? El arte de vivir y morir, Anselm Grün).
• Todos estamos invitados a "buscar nuestros sueños de vida y a reconocer cómo podemos hoy, hacerlo realidad, a nuestra edad, después de todas las rupturas y quebrantos que hemos vivido. Si descubres lo real que se esconde detrás de las imágenes de su sueño de vida, se volverá auténtico y se sentirá libre siendo como es, sentirá una nueva energía, nuevas ganas de vivir su única y particular vida. Reconocerá que, tal como es, usted es una bendición para las personas que lo rodean y para el mundo entero. (Tomado del libro: Sueños de vida. Guía para la felicidad. Anselm Grün).
• El expositor advierte que "la relación, con otros, es un camino lleno de amenazas. El amor puede llevarnos al séptimo cielo; pero si se vive sobre la base de la vida diaria, necesita de cuidado y alimento". (Tomado del libro: El alimento del amor. Relación y espiritualidad, Anselm Grün).
Que sea esta una invitación para leer, enriquecer nuestros conocimientos, sanar nuestras heridas y seguir nuestro camino con libertad hacia la santidad.
Un abrazo de sus hermanas de Colombia.
http://www.siervaspadreyermo.org/noticias/colombia/0001.php
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Monje tildado de hereje por interpretaciones sicológicas de la Biblia
El religioso alemán Anselm Grün es uno de los autores de temas espirituales más importantes hoy.
Anselm Grün tiene tantos amigos como enemigos. Los más conservadores de la Iglesia Católica Romana -a la que pertenece- lo han tildado de hereje, de pernicioso y blasfemo, de defensor de la homosexualidad y de algo que lo hubiera llevado a la horca en otras épocas: hacer autoayuda con las sagradas escrituras.
Pero sus millones de discípulos en el mundo, que viven pendientes de que publique un nuevo libro (lleva 300 títulos traducidos a unos 30 idiomas), lo consideran una voz renovadora que les ha enseñado a tener una fe madura, analítica. Y lo siguen con devoción.
Anselm Grün es un alemán de 67 años, monje benedictino de la abadía de Münsterschwarzach desde los 21, doctor en Teología, filósofo, psicólogo y especialista en Ciencias Económicas. Todas estas áreas del conocimiento las combina en su propuesta evangelizadora, en la que plantea a Cristo como terapeuta y propone, entre otras cosas, un catolicismo de puertas abiertas y un acompañamiento espiritual profundo a los fieles.
También insiste en la necesidad de difundir la fe de la mano de la intelectualidad, tema que, según él, ha descuidado el cristianismo. "Fe y razón deberían estar en relación mutua. Esto vale no solo para el desarrollo intelectual de la religión, sino también para la vida práctica y la proclamación de la moral", afirma. Su discurso unifica la mística cristiana con la psicología moderna y la filosofía oriental.
Considerado hoy uno de los autores de temas espirituales más importantes, Grün estuvo en Colombia dictando varias conferencias que tuvieron gran acogida, pese a que sectores conservadores del catolicismo criticaron a la Conferencia Episcopal por permitirle su ingreso al país.
Pero él parece estar cubierto por un blindaje que lo resguarda de todo. "No. No me afecta que afirmen que hago autoayuda con el Evangelio", dice el sacerdote, un hombre dueño de una paz absoluta y de una piel extrañamente lozana para sus 67 años; su rostro parece el de un beato, enmarcado por una espesa melena blanca, del que se desprende una larga barba de chivo. Camina despacio, forrado por un hábito negro que lo recubre hasta los pies.
"No critico a mi iglesia. Pero muchos buscan la espiritualidad por fuera porque no la encontraron allí. Entonces, habría que revisar la relación con los fieles", dice al reflexionar sobre el hecho de que a la Iglesia Católica le ha faltado reaccionar oportunamente ante las angustias y necesidades espirituales de la feligresía. Y esto, opina, ha hecho que muchos migren hacia congregaciones cristianas evangélicas o hacia corrientes del esoterismo y la nueva era.
Entre las frases famosas de Grün, que cautivan a unos y escandalizan a otros, están las siguientes: "La Iglesia no se puede instituir como la verdad. La verdad es Dios, aunque los dogmas de la Iglesia Católica son verdaderos". Otra: "Jesús no fue salvador desde el principio. Él fue desarrollando desde su interior el arquetipo de salvador". Esto último ha sido interpretado como una ofensa ante la divinidad de Cristo.
También ha dicho que se debe evitar ver la homosexualidad como un pecado. "Con demasiada frecuencia se escucha que la homosexualidad es antinatural. Pero tales valoraciones son falsas.
Las personas homosexuales son iguales a las heterosexuales. Disponen de dones valiosos de los cuales los padres (sacerdotes) deberían alegrarse".
Todos estos puntos de vista le han hecho ganarse sendas críticas, que abundan en Internet. Como la del periodista peruano Alejandro Bermúdez, director del portal de noticias católicas ACI Prensa, quien dijo: "Anselm Grün se ha vuelto muy popular; se ha convertido en una especie de gurú. Puede tener una muy buena intención, el problema es que enseña verdaderas herejías", al referirse a que él suele interpretar pasajes bíblicos fundamentales con argumentos psicoanalíticos, obviando la teología. Y eso -dice- va en contravía de la Biblia y de la Iglesia a la que pertenece y a la que le debe obediencia.
Ante las críticas
El bloguero español Isaac García ha pedido que retiren las obras de Grün de las librerías católicas. "¿Qué sapos colará un monje que piensa que hay que evitar ver la homosexualidad como pecado?", dice. Y el obispo argentino Héctor Aguer afirma: "Creo que (Grün) es perniciosísimo y que es un eco de la new age. Su espiritualidad está basada en la psicología de las profundidades y en la simbólica de Jung".
Y es que Grün reconoce como uno de sus grandes formadores a Carl Gustav Jung, un médico suizo, discípulo de Sigmund Freud, y figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis. "Grün dice que la psicología y el psicoanálisis nos sirven para reconocer cuáles son nuestras heridas, desde la infancia. Y cuando podemos reconocerlas, Jesús puede entrar a repararlas", explica la colombiana Carolina Salamanca, traductora oficial de su obra al español. Ella cree que los puntos de vista de Grün generan tanta ampolla porque ni la Iglesia ni los sectores conservadores aceptan la libertad de fe y espiritualidad que él propone.
Pero él no se espanta frente a las embestidas y sigue adelante con su cruzada. Considera que el mundo actual tiene muchas necesidades como para detenerse. Y habla, por ejemplo, de la globalización de la fe. "Si dejamos la globalización solo para los poderosos, sería una maldición para el mundo. Pero si se globaliza la fe, desde nosotros mismos, el mundo sería mejor".
Escribe sobre lo obsesionada que está la humanidad con el dinero, pero también del anhelo que existe en muchos de enriquecer el espíritu. "En el Antiguo Testamento, los sueños jugaban un papel importante para que los políticos de esa época pudieran gobernar.
Los políticos de hoy en día no tienen ningún sueño", opina.
También habla sobre la sexualidad: "En todas las religiones hay una tendencia a ver el placer y la sexualidad como algo negativo. Pero esto, con seguridad, no corresponde a la esencia de la espiritualidad judaica y cristiana".
En sus libros, aborda temas tradicionales de la autosuperación: cómo alcanzar la felicidad personal, cómo sobrellevar el duelo y vencer el miedo al fracaso. "No hay un fracaso que no lleve a un nuevo principio", dice con serenidad en la voz. También habla del poder reparador del perdón, indispensable si se quiere alcanzar una verdadera paz espiritual.
Uno de sus libros más vendidos es Jesús como terapeuta. Allí explica que las parábolas pueden ser entendidas como parte de una terapia y que en ellas radica una fuerza sanadora. Ahí trata, además, el tema de la culpa. "Desafortunadamente, la Iglesia ha remitido a los hombres en exceso a la culpa y al pecado, con lo cual les ha inculcado una mala conciencia". Y frente a este sentimiento, analiza dos reacciones: "Nos volvemos duros con nosotros mismos, pero también juzgamos con severidad a nuestros prójimos".
Habla de la necesidad de liberarnos de las opiniones que los demás tienen sobre nosotros. "Solo así tendremos paz". Y asegura que no hay mejor lugar para encontrar a Dios que el silencio.
"Abrazo en mí lo fuerte y lo débil, lo logrado y lo malogrado, lo vivido y lo no vivido, lo claro y lo oscuro", ora con los ojos cerrados mientras el público, en el auditorio de una universidad bogotana, lo oye con fervor. Hay quienes creen que Grün acabará excomulgado o, al menos, expulsado del redil de la Iglesia Católica. Y eso parece no preocuparle.
José Alberto Mojica Patiño
Redactor de EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/cultura/libros/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-11778543.html

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Por Pedro Algorta
Anselm Grün
Acabo de tener el privilegio de asistir a una conferencia dada por el monje benedictino Anselm Grün.
Es un hombre impresionante. Cuando entré en el auditorio y caminó hacia el podio, me di cuenta de que estábamos en presencia de un hombre único. Su sola presencia barbada inspiraba paz y esperanza.
Habló de muchas cosas, pero dos de ellas me llegaron particularmente.
Una fue sobre sanar las heridas de la vida. El dijo que la gente puede amargarse por sus heridas, olvidarlas y vivir como si nunca hubiera vivido o como las ostras, transformar esas heridas en perlas ofreciéndolas a otros (y a Dios). Todos deberíamos reconciliarnos con nuestras heridas, y sanarlas, sabiendo que en ellas seremos particularmente sensibles y sensitivos. Estas heridas sanadas deberían transformarse en fuentes de energía para nuestra vida.
Estaremos nosotros transformando nuestra montaña en perlas? Y qué hay de todas las otras montañas que hemos tenido que subir en nuestras vidas, las estamos usando como fuentes de nuestra energía vital?
El otro pensamiento que me llegó es sobre las imágenes. Anselm Grün dijo que deberíamos mirar las imágenes de nuestro pasado y buscar lo que nos hacía inmensamente felices. Nuestras imágenes de nuestra juventud es un buen camino para conocernos mejor. Y debemos traer esas imágenes a nuestra vida cotidiana. Esto no implica cambiar nuestra profesión, o cambiar dramáticamente nuestro estilo de vida, pero si hacer cosas en forma diferente Hacer cosas influenciados por las imágenes nos dará paz y nos sentiremos más vitales y más auténticos con nosotros mismos. Ser consecuentes con nuestras imágenes nos permitirá vivir una vida más vital y con sentido.
Es como saber hacia donde apunta nuestro compás interno y ser auténticos con nuestro estilo de liderazgo personal.

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Finale

Intenté mostrar el controversial pensamiento de un monje alemán, místico moderno que recorre el mundo dando conferencias y asesorando a grupos católicos, es especial a sacerdotes con problemas de fe y vocación. Fue una mala sorpresa leer a sus críticos católicos, quienes anhelan a lo menos su silenciamiento. Él los ignora, más bien diría los comprende y perdona... Más de 25 idiomas conocen sus abundantes libros. De ellos, en lo posible, he resaltado lo que no fuera tan confesional, quizá resalté aquello que a los intolerantes teólogos molesta, puede sean los menos pero hacen ruido y para nada ayudan a su Iglesia que no da buenas señales desde el Vaticano, al ser superada desde dentro y por el acelerado cambio mundial.

El padre Grün, monje y psicólogo busca ligar la olvidada tradición de los primeros Padres de la Iglesia, de los monjes pretéritos del desierto con la Psicología moderna cuyo pilar es el Dr. Carl Gustav Jung que tiene un profundo sentido cristiano. Jung aunque haya sido discípulo, nada que ver con el ateo y neurótico sexual Freud. Esta búsqueda asusta a muchos que, tal parece, no se dan cuenta de la crisis de vocación, sacerdotal y popular de la Iglesia y por temor quizá a lo nuevo lo atacan e intentan descalificarlo sin que lo puedan lograr.

Más una vez se me señaló que la Iglesia estaba más tolerante, ignoro si las ácidas e inquisitoriales críticas hacia el padre Anselm Grün están dentro de la tolerancia, yo diría, objetivamente que son muy intolerantes, sectarias y fanáticas en algunos casos tan ligados al humano dogma y tan alejados de la Luz y el Amor de Jesús.

La moderna imaginología cerebral, en los estudios en especial de Andrew Newberg con la tomografía por emisión de positrones (TEP), han demostrado los beneficios en el desarrollo del cerebro de personas que oran o que meditan. A su vez lo mismo sucede en quienes están pensando mejor y en quienes usan solo lo positivo de su credo religioso. Por el contrario quienes usan lo negativo de su credo religioso como lo es el sectario y excluyente dogma, la intolerancia, fanatismo religioso y excluyente teología, dan lugar alteración cerebral e impiden desarrollo en el cerebro, que, en un círculo vicioso los pone más sectarios, fanáticos e intolerantes.

Por lógica el padre Anselm Grün, un místico que solo desea apuntalar a su Iglesia cuyos cimientos no están muy firmes según varios públicos antecedentes y lo señalado por el Papa en la reciente Misa del Gallo navideña, pues bien, Grün tendría un cerebro muy desarrollado, en cuanto al estado cerebral de sus doctos críticos, algunos bastante virulentos, lo ignoro...

Un cerebro desarrollado, como tantas veces lo he destacado en el Portal, significa que hay más rendijas cuánticas para el paso de lo sutil mental al plano biológico cerebral que representa un maravilloso computador para que la mente se pueda expresar. Sin mente no hay humano cerebro, sin humano cerebro no hay manifestación mental en la Tierra, siendo la mente una creación del alma, mente que es recibida siendo uno feto, mente que viene en su subconsciente programada por el alma para nacer y ser lo que uno es y así manifestar nuevos atributos que el alma necesita desarrollar en la materia para crecer. Siendo lo que uno es nada nos impide ser y pensar mejor salvo uno mismo.


Amigas, Amigos:

Permanezcan donde están, en el credo que sea, en él intenten ser lo mejor posible y usar solo lo positivo del mismo. En vuestras oraciones y meditaciones pidan Paz, Amor, Armonía, Luz, Protección, lo sean para Todos por igual. Que esa Paz, Amor, Armonía, Luz, Protección se expanda y refuerza a la magnetosfera en su función de Radiante Escudo Protector Planetaria. Que tengamos un Esperanzador 2013 pidiendo Fuerza al Padre para tolerar el Cambio, no solo climático, cuyas contracciones aumentan en intensidad, frecuencia y magnitud. Además sugiero y reitero pedir al Padre, con los ojos cerrados y visualizando, que la envoltura planetaria más externa y extensa, la magnetosfera, esté reforzada cual Radiante Escudo Protector Planetario, en donde las grandes explosiones solares y una radiación electro magnética cósmico-solar se reflejen, circunden el escudo y sigan viaje por el espacio alejándose de la Tierra. Por actuar cual membrana, a su vez permita el paso de la Luz y de las positivas radiaciones que están llegando. Pedirle Paz - Amor - Armonía - Luz para Todos por igual. Actuar con tranquilidad porque Dios y el Padre son solo Amor y Luz para con nosotros sin importar que credo se tenga o no se tenga, ese Amor y Luz llegan a nuestras mentes y por nuestras mentes fluyen a la Tierra. Al Pensar Mejor sutilizamos la mente, mejoramos el cerebro y somos buenos transconductores del Amor y la Luz...

Si eres católico o evangélico no te sientas superior por pertenecer a una minoría planetaria privilegiada por haber sido favorecido al "jugar dios a los dados con quienes así nacen". Estás muy equivocado. Te recuerdo a Vivekananda en el Primer Parlamento Mundial de las Religiones celebrado en Chicago: de 1893. Con su mística, sabiduría e iluminación el desconocido monje vedanta llegó anónimo desde la India fue la estrella del Parlamento. Como monje de la Religión más antigua conocida dijo esto:

Debe haber causas, antes del nacimiento, que hagan a un hombre desgraciado o feliz, y esas causas son sus acciones pasadas. Levantaos ¡oh leones! y sacudíos la ilusión de que sois carneros; sois almas inmortales, espíritus libres, benditos y eternos; no sois materia, no sois cuerpo; la materia es sierva vuestra y no vosotros los siervos de ella. 
Cada alma es potencialmente divina. La meta es manifestar esta divinidad que llevamos dentro, por medio del control de la naturaleza externa e interna. Conseguirlo por medio del trabajo, la devoción, el control psíquico, o la filosofía; por uno o más, o por todos estos medios y ser libre. En eso consiste la religión. Las doctrinas, dogmas, rituales, libros, templos o formas, sólo son detalles secundarios.

Pero si alguno de los presentes espera que esta unidad se produzca mediante el triunfo de alguna de las religiones y la destrucción de otras, yo le digo: "Hermano, esperáis un imposible". ¿He de desear yo que un cristiano se haga hindú? Dios me libre. ¿Desearé que el hindú o el budista se conviertan en cristianos? No lo permita Dios. Cada uno debe asimilar el espíritu de los otros y conservar, sin embargo, su individualidad, creciendo según sus propias leyes.
El Universo todo es una persona. Dejad las pequeñas cosas, abandonad lo pequeño por lo infinito, romped la cadena y sed libres. Intensificad el sentimiento que tenéis hoy, elevadlo a lo más alto hasta sentir la Unidad, Dios en vos y los otros. El sentimiento es la vida, la fuerza, la virtud. El hombre no va de error a la verdad, sino que escala de verdad en verdad, de una verdad inferior a una verdad superior.
Si el Congreso de las Religiones ha demostrado algo al mundo es lo siguiente: Ha probado que la santidad, la pureza y la caridad no son la posesión exclusiva de ninguna iglesia del mundo y que cada sistema ha producido hombres y mujeres del más elevado orden. En presencia de este hecho evidente, si alguien sueña con la exclusiva supervivencia de su propia religión y la destrucción de las otras, le compadezco desde el fondo de mi corazón.

Eso es milenaria Sabiduría al igual que lo es el Mensaje del padre Anselm Grün, sabios y místicos que saben que Dios no discrimina ni tiene escogidos. Muchos son los caminos y senderos de los caminantes por la vida, todos por igual convergen a un centro común. Si, al igual que el padre Grün, muestras humildad, tolerancia, comprensión y usas lo positivo de tu Evangelio te sentirás mejor al desarrollar tu cerebro y permitir que, por salto cuántico, lo sutil mental se exteriorice mejor en ti.

Puedes preguntarte sobre el por qué los Evangelios originales desaparecieron durante el reinado de Carlomagno y, cuantos cambios además de la Reencarnación, a esos evangelios se hicieron para que Carlomagno aceptara al cristianismo y finalizara su persecución... Eso así debía de ser para que, en estos tiempos, ciertas verdades trascendentes se aceptaran no porque estaban escritas en esos libros, se aceptaran porque, de manera natural, ahora en muchos occidentales está sucediendo.

No lo olvides: eres LIBRE, no parte de un rebaño. El guía está en ti mismo, en lo interno esperando ser escuchado ya. Piensa por ti mismo y no te rijas por ajenas opiniones. Solo acepta aquello que tu discernimiento o leal saber y entender te hace sentir que es correcto. Por lo tanto elimina el temor a la muerte por el absurdo infierno, infierno que ya lo estás viviendo acá, pues representa un estado mental humano, en donde nada de lo negativo humano alcanza al puro nivel del alma que te rige por medio de la mente. Si así lo haces entenderás lo Inspirado del Mensaje del padre Anselm Grün. A su vez no seas crítico con sus críticos, él ya los perdonó, no saben lo que dicen. Por lo demás estaba escrito que así sería...

Foco de luz en las sombras, eso puedes ser si así te lo propones, para ello cada día tendrás que Pensar un poco Mejor. Intenta respetar lo que es ético y moral, lucha por la no disolución familiar en un mundo regido por un nuevo orden que estimula lo antiético y amoral, que estimula la disolución de la Sagrada Institución del Hogar.

El pasado quedó atrás, el futuro es algo hipotético, desde este presente que sí es quita la carga de tus errores sin importar lo pesada que ella sea, no la uses cual limitante yugo. Aprende a perdonarte e intenta no volver a cometer esos errores. Muy triste sería tu vida carente de errores, si así fuera nada habrías avanzado en el sendero. Desde este ahora aspira a ser lo mejor posible en el hipotético futuro, pensando mejor desde ya. Tienes las herramientas mentales para lograrlo, solo de ti y de nadie más depende si así sucede.

Sin importar quién seas y donde estés, serás útil si te esfuerzas por ser Mejor Persona. Al así hacerlo por tu mente, sin quizá tu notarlo, fluirá el Amor y la Luz y serás un anónimo que en la sombra ayudará a otros que, de alguna manera, desorientados intentan Despertar en la oscuridad...

*  *  *

Sólo podemos subir hasta Dios si tenemos el valor de bajar a lo más hondo de nuestra realidad, a la oscuridad de nuestras sombras.

El amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana .

La alegría, quizás a lo largo del tiempo,  
se hace más silenciosa,
más tierna, más dulce, más suave.

Allí donde yo viva y la vida brote en mí,
allí veré al Resucitado y experimentaré a Dios.
Anselm Grün

*  *  *

Epílogo para el 2012 que ya no es

El día 20 - 12 -12, un día antes del absurdo fin del mundo maya... Un Amigo por teléfono me entrevistó para salir al aire por Nuevo Milenio Radio en Houston, Texas. Quien desee escuchar esa entrevista abajo figura el link que permite oír de manera directa o bajar al computador el archivo mp3. Figura esta presentación:


Entrevista exclusiva: Dr. Iván Seperiza Pasquali
Un Mensaje Alentador. –
En la larga trayectoria del radioperiodismo he tenido la oportunidad, la tarea, y el deber de entrevistar a muchos personajes importantes de todos los ámbitos del diario vivir. Desde el científico más elevado, pasando por políticos, clérigos, militares, hasta la gente más sencilla. Aún a personas que no sabían leer ni escribir, pero que su calidad humana los ubica en el mismo escalón social como seres humanos. Pero para mí es un gran honor, un placer y una satisfacción personal y profesional, el tener el privilegio de más que entrevistar, el de dialogar con el Dr. Iván Seperiza Pasquali creador del portal - ciberpuerto “MUNDO MEJOR” [www.isp2002.co.cl/]
Es un deleite entrevistar al Dr. Iván, como le digo yo, porque sus conocimientos y charlas van directo al corazón y a la mente de los pueblos, de los cibernautas.
El Dr. Iván usa un lenguaje sencillo y claro a la vez y es por eso que ha logrado esa profundidad dentro de las mentes que lo leen o lo escuchan. Cabe destacar que su neutralidad, sencillez y humildad dejan muy en claro que el Dr. Iván no busca fama ni popularidad, solamente busca compartir un mensaje de universalidad. En “MUNDO MEJOR” cabemos todos, quien quiera quedarse fuera es una decisión muy personal, como he dicho un sin número de veces.
Ofrecemos aquí nuestra conversación más reciente con el Dr. Iván.
Entrevista Dr. Iván Seperiza Pasquali http://www.nuevomilenioradio.com/
Para bajar el archivo mp3:

http://www.nuevomilenioradio.com/wp-content/uploads/2012/12/Entrevista-Dr.-Iv%C3%A1n-Seperiza-Pascuali-12-21-12.mp3
Raúl Feliciano Sánchez – Editor en Jefe


Que tengan un Esperanzador 2013 que sí es


Dr. Iván Seperiza Pasquali
Enero de 2013
isp2002@vtr.net
http://www.isp2002.co.cl/