Entre la larga lista de notables del mundo, hay ocho
personas que más admiro, siete humanos y uno Suprahumano:
Dejando al margen la mitología barata de los best-sellers , el Leonardo pintor ofrece una fuente continua de debate por una razón muy sencilla: se cree que aproximadamente dos tercios de la obra pictórica del maestro se ha perdido. Esto ha generado que, a lo largo de los últimos 150 años infinidad de críticos, divulgadores, o simplemente cantamañanas ávidos de atención hayan sacado a la luz multitud de pinturas publicitadas como un nuevo Leonardo , apoyados por textos y bocetos que testifican la existencia del original. El supuesto hallazgo de un nuevo original de Leonardo es siempre acompañado de un enorme eco en la prensa y círculos artísticos, y pone el nombre del presunto descubridor en el escaparate del no siempre cauto mundo del Arte.
Sobra decirlo: la inmensa mayoría de estos descubrimientos son simplemente basura carente de cualquier rigor histórico o investigación seria. No obstante, existen algunos debates e investigaciones merecedores de ser comentados, e intentaré mencionarlos aquí.
LA MADONNA DEI FUSI - ¿ORIGINAL O COPIA?
Uno de los debates más interesantes, y que se ha abordado con más seriedad, de los últimos años sobre la autenticidad o no de una obra considerada del taller de Leonardo es el que estudia las dos supuestas versiones más fidedignas del original -presuntamente perdido- óleo de Leonardo representando a la Madonna dei fusi , es decir, la Virgen de los husos (o Virgen del Aspa) Uno de ellos en la colección del Drumlanrig Castle (Escocia) famosa por haber sido robada recientemente, y otra, de altísima calidad, de la colección Reford de Montreal, y recientemente adquirida por un coleccionista americano (existen rumores de que el precio superó los 150 millones de dólares, lo cual resulta realmente difícil de creer.) Dejemos al margen la versión Ruprecht de Munich, al tratarse de una tela de muy distinta composición a estas dos.
¿Qué sabemos de este original? Básicamente tenemos el testimonio de una carta enviada a Isabel d'Este por Pietro de Novellara en 1501, en la que habla de ".una Virgen sentada como para aspar husos y el niño, con el pie un el cestillo de los husos, ha cogido el aspa y mira los cuatro radios que forman la cruz, como deseoso de ellos ríe y no parece querer devolvérsela a la madre, que parece querer usarla." Este detallado testimonio ha sido utilizado como prueba indiscutible de la no autenticidad de las dos pinturas de las que nos ocupamos, suponiendo que los imitadores abandonaron el simbolismo del aspa y los usos, resaltando la cruz y el sacrificio.
De acuerdo, pero. ¿debemos fiarnos tan ciegamente del testimonio del tal Pietro? ¿Es una fuente ciertamente fidedigna? Sabemos que incluso Vasari, el gran Vasari, comentaba ampliamente obras que no había visto, dando lugar a confusiones históricas que el mundo del Arte ha tardado siglos en resolver. Entonces ¿por qué hemos de suponer a priori la veracidad de ese documento? ¿Por qué el documento escrito ha de prevalecer sobre el documento pictórico? ¿Podríamos invertir este razonamiento y declarar no fiable el testimonio de Novellara a raíz de lo evidenciado en no una, sino hasta tres versiones pictóricas?
No se trata, en principio, de declarar como poco veraz un testimonio, simplemente de ponerlo en duda, lo que nos puede dar pie a un nuevo análisis, más libre, menos condicionado. Además, es incluso posible que este testimonio se refiera a una primera versión de Leonardo sobre este tema, y que el propio maestro pintara, posteriormente (nótese que Suida, ignorando en texto de Novellara, propone 1506 como fecha de ejecución, una nueva versión en la que prescinda de los motivos del aspa y los husos.
Si prescindimos de esta premisa escrita. ¿qué tenemos? Dos versiones, casi idénticas en composición, pero con importantes diferencias en el paisaje de fondo, y con una evidente diferencia de calidad a favor de la tela ahora en Nueva York. Vamos a detenernos, pues, en esta pintura.
No es arriesgado decir que, de todas las supuestas obras de taller de Leonardo, esta es la de más alta calidad. Es una pequeña tela, originalmente una tabla, de pequeñas dimensiones (50.2- 36.4 cm .) El dibujo, especialmente el rostro de la Madonna , es bellísimo, el fondo es rico y equilibrado, y el color armonioso, con un evidente dominio del sfumetto , aunque es posible que haya sido parcialmente repintada en varias ocasiones. El rostro y la mano de la Madonna nos recuerdan inmediatamente a los de la "Santa Ana, la Virgen y el niño" de la Nacional Gallery , e incluso a los de la segunda versión de La virgen de las rocas , en el mismo museo. Pero es el fondo, tan similar al de la Gioconda (obra inmediatamente posterior a esta) lo más llamativo de la pintura. A este efecto, destacamos un muy interesante estudio llevado a cabo por Marco Versiero a raíz de la exposición de " Madonna dei fusi " en Arezzo, de julio a noviembre del año 2000.
¿Podemos demostrar con todo esto la autenticidad sin matices de la versión neoyorkina? En absoluto, pero abre una nueva vía para el debate y la investigación de un periodo en la obra de Leonardo -la primera década del XVI- de la que tan sólo tenemos, como testimonio fiable, la famosísima Gioconda, de la que, por cierto, vamos a comentar algunas curiosidades.
LAS MIL Y UN GIOCONDAS
Si hay algo más impactante que publicar la autentificación de un nuevo Leonardo es publicar la autentificación de una nueva versión de El Leonardo, esto es, la Gioconda o Monna Lisa. A lo largo de las décadas, decenas de visionarios que se hacen llamar críticos han sugerido, en muchos casos con bombo y platillo, la existencia de otra Gioconda, ya sea suponiendo una segunda versión o negando la celebérrima del Louvre. Lo cual no deja de resultar ridículo, porque la dama parisina añade a su incontestable e inconfundible calidad una amplia documentación histórica, desde que fue adquirida por Napoleón I e incluso antes, que no dejan lugar a dudas sobre su autenticidad.
Válganos como ejemplo la llamada Monna Lisa de Isleworth (Inglaterra) que fue publicada como auténtica por H. Pulitzer en 1966 en el estudio Where is the Monna Lisa? notando su alta calidad y la presencia de dos columnas en los extremos del lienzo (apenas perfiladas en la tela del Louvre) que supuestamente la catalogarían como auténtica. La obra, de la que no se tiene certeza de su origen hasta su llegada a la colección privada inglesa, no fue lógicamente aceptada por la crítica. Y es que la Gioconda ha sido copiada infinidad de veces, por lo que la existencia de versiones de calidad ciertamente alta (por ejemplo la de la colección Luchner, o la del Museo de Tours) no debe significar su atribución inmediata a Leonardo.
No es el único caso. Incluso un historiador tan respetado como Antonio Manuel Campoy, en su monográfico sobre el Museo del Prado de 1970, no puede evitar sugerir la autenticidad de la versión (tal vez italiana y de finales del XVI) de la Gioconda con un discurso tan ilusionado como carente de lógica: " Los que hoy mantienen la primacía de la Gioconda del Louvre sobre la del Prado, ¿en qué se basan? Si es en noticias históricas, estas sobran para todos los argumentos que se quieran (??) Si es en la técnica, la verdad es que la Gioconda del Louvre permite en muy limitadísima medida rastrear la mano de Leonardo (????) ." El argumento, constituído por dos flagrantes mentiras, sólo puede diculparse si entendemos el amor que Campoy sentía por el Prado, y su evidente deseo de "enriquecer" sus colecciones con una obra del maestro italiano
Y así podríamos seguir hasta el infinito, mencionando mil y un
giocondas que mil y un visionarios han intentado colarnos, y
llegaríamos a sugerir a modo de broma -o quizás no- que llegará el día
que alguien evidencie la mano leonardesca en las Giocondas bigotudas de
Dalí y Duchamp. Pero éste, al menos, es un caso cerrado. Sólo hay una
Gioconda, y está en Paris, protegida por un grueso vidrio que, por
cierto, casi impide su contemplación.
EL CATÁLOGO DISCUTIDO
Debido a los constantes debates sobre la autenticidad o no de las obras de Leonardo da Vinci, el catálogo de obras del maestro permanece en constante fluctuación, añadiéndose nuevas obras que son rechazadas al cabo de unos años, y eliminándose otras que son después readmitidas por ciertos sectores de la crítica. Vamos a comentar aquí las obras universalmente admitidas como auténticas.
OBRAS INDISCUTIBLES DEL MAESTRO
"Retrato de dama (Ginevra Benci)"
1474-76
Washington, Nacional Gallery
Pese
a que a finales del XIX y principios del pasado siglo se escucharon
algunas voces discordantes ( 5 ), en la actualidad nadie duda la
paternidad leonardesca de esta pequeña joya, a la que Vasari llama
acertadamente "cosa bellísima". Primera obra maestra de Leonardo
"San Jerónimo"
c.1480
Roma, Pinacoteca Vaticana
Nunca se ha dudado de esta obra inacabada
"La adoración de los magos"
1481-82
Florencia, Uffizi
Igual que en la anterior, nunca se ha puesto en duda.
"La Virgen de las rocas"
1483-86
Paris, Louvre
Indiscutible obra de Leonardo, con abundante documentación.
"La Virgen de las rocas"
1503-1506
Londres, National Gallery
La
atribución a Leonardo, indiscutida en un principio, fue perdiendo
fuerza a finales del siglo pasado, dadas las diferencias estilísticas
con la versión del Louvre. No obstante, recientes estudios en
profundidad del cuadro han demostrado la paternidad de Leonardo (6). La
obra ha sido, probablemente, repintada con poca fortuna, y es incluso
posible que las alas del tríptico no sean del maestro, pero la tabla
central está fuera de toda duda
"Cabeza de muchacha (mujer despeinada)"
c.1490
Parma, Galería Nacional
Pocas
voces discordantes, entre ellas las de Ricci y Suida (1929) No
obstante, la belleza del dibujo y los numerosos documentos históricos
la dejan fuera de toda duda.
"La última cena"
1495-97
Milán, Convento de Santa María de las Gracias
Indiscutible, y nunca puesta en duda.
"Santa Ana, la Virgen , el niño y San Juan"
c.1498
Londres, National Gallery
De nuevo una obra nunca discutida.
"Retrato de Isabel d'Este"
c.1500
Paris, Louvre
Obra
inacabada y en deficiente estado de conservación, libre, no obstante de
toda duda, a excepción de las de Goldscheider (1952), para quien sólo
la cabeza es obra del maestro
"Retrato de dama (la Gioconda , la Monna Lisa)"
1503-05
Paris, Louvre
Obviamente, nunca discutida por ninguna voz autorizada
"Santa Ana, la Virgen y el niño con el cordero"
c.1510
Paris, Louvre
Obra magistral jamás discutida, pese a las numerosas copias conocidas
"San Juan Bautista"
1513-16
Paris, Louvre
Obra
excepcional, de una perfección técnica increíble, que nunca ha sido
discutida de manera seria, a pesar de que Müller-Walde y Berenson
(quien posteriormente cambiaría de opinión) la consideran,
increíblemente, obra de taller.
En total, apenas una docena de obras, a las que podemos añadir, como dos casos especiales:
"El bautismo de Cristo"
c.1472-75
Florencia, Uffizi
Obra
de Verrocchio, maestro de Leonardo, parece no existir ninguna duda
entre los críticos acerca de la autoría de este último sobre uno de los
ángeles y una pequeña porción del paisaje tras el mismo
"Baco"
c.1511-15
Paris, Louvre
Obra
de gran calidad pero que presenta incompresibles diferencias de estilo
entre la figura principal (que ha sido además muy retocada) y el fondo
de la pintura. La hipótesis más creíble, y aceptada mayoritariamente
por los críticos actuales, es que se trata de una obra de colaboración
entre Leonardo y su taller. No faltan, sin embargo, voces disidentes
que excluyen al maestro de cualquier intervención (Frizzoni, Suida)
OBRAS ACEPTADAS PERO DISCUTIDAS
"La Anunciación"
c.1472-75
Florencia, Uffizi
Durante
mucho tiempo fue considerada la primera obra pictórica de Leonardo. No
obstante, en el transcurso del pasado siglo los críticos se dividieron
entre aquellos que mantenían la autoría de Leonardo, los que hablaban
de una obra en colaboración, tal vez con Lorenzo di Credi, y los que
rechazaban cualquier intervención del maestro, optando por Ridolfo
Ghirlandaio o incluso Verrocchio. Personalmente rechazo esta última
opción, y considero que la hipótesis Leonardo - di Credi no es en
absoluto disparatada.
"Virgen que da una granada al niño" (Virgen Dreyfuss)
1472-76
Washington, Nacional Gallery
Atribución dudosa. Cobra fuerza el nombre de Lorenzo di Credi
"Virgen que da una flor al niño" (Virgen Benois)
1475-78
San Petersburgo, Ermitage
Obra
de calidad bastante mediocre, discutida desde siempre, y que
sorprendentemente es hoy por hoy indiscutible para la mayoría de los
críticos (Clark, Berenson, Castelfranco.) Personalmente, no apostaría
por su autenticidad.
"La Anunciación"
c.1478
Paris, Louvre
Dudosa, sobre todo cuando se compara con la tabla de los Uffizi, pese a
que algunos han querido ver una obra de colaboración.
"Virgen que da un clavel al niño" (Virgen del clavel)
c.1478-80
Munich, Alte Pinakothek
Obra
muy debatida, cuya atribución ha fluctuado desde Verrocchio (imposible)
hasta la entera mano de Leonardo, cosa que no parece disparatada, dada
la alta calidad de la obra y la existencia de numerosas copias de menor
calidad
"Virgen amamantando al niño" (Madonna Litta)
c.1490
San Petersburgo, Ermitage
Obra
tremendamente repintada, y de estilo ciertamente extraño, sobre todo si
se compara con la obra anterior. Muy discutida. Parece más cerca del
taller que del maestro
"Retrato de músico" (Franchino Gaffurio?)
c.1490
Milan, Pinacoteca Ambrosiana
Se
ha querido ver en este retrato ciertas similitudes con el Ángel de la
"Virgen de las Rocas", pero últimamente está siendo cada vez más
rechazada como obra del maestro. Personalmente, la rechazo como
auténtica
"Retrato de mujer" (Beatrice d'Este?)
c.1490
Milan, Pinacoteca Ambrosiana
Similar en estilo y consideraciones a la obra anterior. Muy dudosa
"La dama del armiño" (o la dama del hurón, de la marta)
1485-90
Cracovia, Czartoryski Museum
Es
una obra bellísima, misteriosa y profunda, semejante en estilo a " La
Belle Ferronnière ", pero incluso de más calidad. Ha sido profunda y
lamentablemente repintada, sobre todo en su flanco izquierdo, lo que ha
variado su aspecto original y ha dado lugar a numerosas voces que la
consideran de taller destacando la de Rosenberg (1898) que la considera
indigna del maestro o de su escuela (?) Las dudas sobre la autoría de "
La Belle Ferronnière " han arrastrado con ellas a esta pequeña joya,
que sigue, por el momento, en la lista de obras auténticas.
Personalmente, no tengo dudas sobre su autenticidad
La atribución de esta tabla ha ido casi siempre unida a la de la obra anterior, reflejando sus similitudes estilísticas. No obstante, las voces discordantes son aquí algo mayores. Aún así, probable obra del maestro
Y eso es todo. En total, apenas 24 pinturas, de las cuales sólo la mitad gozan de atribución indiscutida. Lo cual significa que todavía existe suficiente espacio vacío para nuevas atribuciones.Da Vinci se encargó de clasificar sus inventos :
Los inventos más importantes de Leonardo Da Vinci son:
Submarino
Compás
La prensa
Campana de buzo
Puente colgante
Entre otros inventos de Leonardo Da Vinci están:
Síntesis / Ni sus pinturas, ni
sus dibujos, ni siquiera sus ingenios mecánicos concebidos para tantos
propósitos, ya fuera para la lucha bélica, la ingeniería hidráulica, la
navegación o el vuelo, pueden compararse con la verdadera genialidad, la
audacia… la visionaria incursión de Leonardo da Vinci en el estudio
de la anatomía.
En la oscura planta baja del hospital
de Santa María Nuova de Florencia, un joven sostiene
pacientemente una lámpara de aceite maloliente. Bajo la mortecina luz del farol
y la mirada atenta del muchacho, una mano experta realiza detallados dibujos
sobre unas hojas de pergamino. El lápiz de carboncillo se desliza con maestría
para mostrar con exactitud el interior del cuerpo inerte de una joven mujer,
que yace sobre una superficie de mármol blanco.
A medida que el dibujo avanza, la misma mano realiza unas anotaciones
misteriosas. El joven ayudante no puede dejar de notar que la escritura es
extraña, invertida, como escrita en códigos secretos...
Cierta inquietud asalta al muchacho, y mientras el
cansancio le obliga a cambiar de mano la lámpara, piensa si acaso los rumores
sobre herejía que se dicen de meser Leonardo
da Vinci no serán verdad ... Y mientras
reflexiona en ello, con estremecimiento, observa que la mano del maestro
cambia, nuevamente, el lápiz por el escalpelo, y la hunde delicadamente en la
carne muerta...
La disección de cadáveres no era una idea nueva, pero
seguía siendo un hecho cuestionable desde el punto de vista religioso, aunque
no de modo tajante. El estudio de la anatomía ya
había sido abordado con fines artísticos, antes del siglo XV,
para comprender la naturaleza de los músculos y su expresividad. Los artistas,
siempre ansiosos de dibujar con precisión, buscaban reproducir el cuerpo humano
con gran veracidad, y tal realismo en la representación artística alcanza con
los ideales del Renacimiento, su máximo propósito.
Si bien en un principio estas prácticas eran clandestinas,
poco a poco fueron moderadamente más abiertas. Antes que Leonardo, y también después, variados artistas incursionaron en los
estudios anatómicos: Donatello, Miguel Ángel, Rafael,
Pallaiolo entre otros.
Pero entonces ¿en qué consistía la originalidad del
trabajo de Leonardo?
Fundamentalmente, en que desarrolló una metodología personal
excepcional, llevando a cabo una observación sistemática, un análisis comparado
y un registro ilustrativo fiel de la realidad. Leonardo fue sin duda el
primer científico. El primer investigador, con las
cualidades de un hombre de ciencia y un artista juntos. Esta feliz conjunción
es la principal diferencia, y el mayor valor agregado, de toda su obra. Y si
bien el maestro estudió de cerca el cuerpo
humano, no se contentó con obtener sólo una experiencia artística, sino que fue
más allá, a hacerse preguntas fundamentales acerca del origen de la vida y de
los mecanismos que la hacían posible.
Por ello realizó una detallada transcripción de sus
trabajos nocturnos. Notables son sus dibujos, pero más interesante la forma de
presentar el cuerpo humano. Leonardo
exhibe partes de la anatomía humana de
forma muy imaginativa. Las ilustraciones muestran perspectivas inusuales y puntos de
vistas novedosos, pues sus dibujos están pensados tridimensionalmente.
Así, por ejemplo, presenta una sección del cráneo con cortes en ángulo, para
mostrar simultáneamente los planos horizontal y vertical de una vista interior,
como lo haría hoy un scanner de tomografía computarizada. En otros dibujos,
muestra el movimiento del brazo o el giro de la cabeza en diferentes fases de
espacio y tiempo, con lo cual se puede apreciar en la articulación, los
músculos y los tendones que intervienen en la acción. Esta visión entrega, por
lo tanto, no sólo la forma estática, sino también la dinámica de un miembro en
particular, con un sentido visual y pedagógico que es constante en su modo de
trabajo, y que se refleja en la mayor parte de su obra.
http://cerebropositronico-ldv.blogspot.com/2005/12/leonardo-da-vinci-001-leonardoel.html
Desde que el hombre de nuestro tiempo contempla los mitos y las
leyendas de los pueblos y de las civilizaciones de la antigüedad bajo
una nueva perspectiva, la perspectiva que ofrece la época de los vuelos
espaciales, es capaz de desentrañar también los secretos que aquellos
encierran.
Como ya sabemos, los dioses eran visitantes procedentes del espacio
exterior, cuyos contactos con nuestros antepasados quedaron reflejados
precisamente en dichos antiguos testimonios. De esta forma, en la
actualidad estamos en condiciones de seguir la huella de los dioses
procedentes de las estrellas a lo largo de varios milenios. Sin
embargo, desde hace ya algunos siglos falta prácticamente cualquier
referencia a estos dioses de las estrellas. En la historia de estos
últimos dos milenios, sus huellas resultan difíciles de establecer.
Mas, de repente y sin solución de continuidad, la huella reaparece de
entre las tinieblas de la historia; los indicios se centran y condensan
en torno a una única persona: Leonardo da Vinci.
Este italiano, nacido en 1452, debe su fama ante todo a sus grandiosas pinturas, como la Mona Lisa y la Santa Cena. Sin embargo, lo que hace que resulte tan interesante para nosotros, es algo completamente distinto, pues Leonardo da Vinci fue, ante todo, arquitecto e ingeniero. Y en este campo se había adelantado tanto a su época, que incluso llega a parecer imposible.
Hace muy poco se redescubrió casi por casualidad una genial obra maestra suya: ¡una bicicleta!
Una bicicleta, en la que, por primera vez en la historia, se presupone
que el hombre es capaz de trasladarse montado sobre dos ruedas; una
bicicleta con pedales, con piñón y cadena. Con ello, y ya en el siglo
XV, Leonardo da Vinci había saltado por encima de los estadios
intermedios de la dreysina y del velocípedo de rueda alta.
El genio más universal
Se saltó igualmente siglos enteros al inventar eslabones de cadena
semejantes a los de las motocicletas y un vehículo impulsado por dos
grupos de resortes. Mientras uno de los resortes trabajaba, el otro se
enrollaba, de tal modo que rendían de forma continuada y alternante.
¡El primer automóvil de la historia!
En otro de sus experimentos, Leonardo da Vinci se adelantó en 300 años
a su época. Dibujó un émbolo que, movido por vapor, se movía en un
cilindro. Se trataba de la primera máquina a vapor, mucho antes de que
la inventara James Watt.
“Leonardo da Vinci fue el genio más universal del Renacimiento y,
quizás, de todos los tiempos…Investigaba profundidades inexploradas
hasta entonces, pintaba la sonrisa que confunde, que rodea los enigmas
de la existencia humana…, que parece rozar los secretos situados más allá de lo terrenal.
Así, a los ojos de sus coetáneos fue una especie de mago, y a los
hombres de generaciones posteriores les pareció una especie de Fausto
italiano”, como llegó a decir uno de sus biógrafos. ¿Es posible que
este hombre estuviera bajo la influencia de poderes que no procedían de
su época y de nuestro mundo, poderes que reaparecen una y otra vez en
la historia de la humanidad? ¿O acaso pertenecía él mismo a estos
poderes?
Lo cierto es que ya en el siglo XV, época de transición entre la Edad
Media y el Renacimiento, siglo de la caza de brujas, siglo que concluyó
con el descubrimiento del Nuevo Mundo, este genio universal lanzó unas
ideas que fueron y todavía siguen siendo de capital importancia para la
humanidad.
Sus inventos forman legión: comenzando por su máquina de picado de
limas, que oficialmente no fue inventada hasta 200 años más tarde,
pasando por máquinas con manivelas y ruedas dentadas, por la primera
producción masiva, la mecanización del telar, las máquinas con ejes y
discos de levas y trinquetes de parada automáticos, hasta la primera
rueda volante de la historia de la técnica, su bomba centrífuga y su
tren de laminado, las primeras correas de transmisión y gigantescas
grúas y modernos tornos de hilar y prensas automáticas de imprenta,
poleas, tornos, dragas y sierras revolucionarias. De entre sus esbozos
también podemos encontrar un “carro de combate inexpugnable, que armado de sus cañones puede atravesar las líneas enemigas”.
Esta descripción nos hace pensar automáticamente en un tanque. De
hecho, en 1485 Leonardo da Vinci desarrolló un vehículo cerrado,
propulsado por medio de manivelas, y provisto de tres hileras de
retrocarga, de modo que era posible disparar casi ininterrumpidamente
desde el vehículo. Entre sus inventos de carácter militar se encuentran
también fusiles de cartuchos, granadas de mano y obuses disparados por
vapor. Incluso describe bombas de gas, y un medio para evitar sus
efectos: ¡una máscara antigas!
Sin estudios superiores
A la vista de todos estos logros, hay que tener en cuenta también la
educación recibida por Leonardo da Vinci. Había crecido en el campo,
donde sólo se le instruyó en la lectura, la escritura y las cuatro
reglas. Nada que le preparara para sus trabajos científicos. Leonardo
jamás estudió en una escuela superior ni, mucho menos, una universidad.
Pero, a pesar de ello, fue superior a todos sus contemporáneos, e
igualmente a los científicos de los siglos posteriores. Luchó en amplio
frente contra la incomprensión de su tiempo y dejó constancia de unos
conocimientos que, si hubiera sido comprendido a tiempo, habría
acercado el Renacimiento a pasos gigantescos a nuestro siglo actual.
Conservamos una serie de estudios suyos del año 1508, referidos
preferentemente a temas de geología, cartografía, botánica y atmósfera.
Se interesaba ante todo por la cuestión de la existencia de moluscos en
las montañas, a muchas millas tierra adentro. En su opinión, aquellas
zonas habían sido antiguamente mares, que habían dejado atrás diversas
capas geológicas. Una opinión en manifiesta oposición a la doctrina de
la Iglesia, que adscribía dicho fenómeno al Diluvio Universal.
¿Quién fue ese Leonardo da Vinci? ¿De dónde
sacó sus conocimientos? Anticipando ya a Newton, había
escrito: “Todo
punto de masa inalterado se mueve de forma uniforme y en línea recta.
Nada puede moverse por sí mismo, pues el movimiento es producido por
otra cosa. Esta otra cosa es la fuerza”. La ley de la inercia mucho
antes de Newton. Otras leyes físicas todavía hoy vigentes fueron
descritas por él. Un físico moderno formularía su ley de la óptica más
o menos de esta forma: “El ángulo de incidencia siempre es igual al ángulo de reflexión”
(en el reflejo). Leonardo inventó también el fotómetro para el cálculo
de la luminosidad (redescubierto 300 años después por B. Rumford),
descubrió la refracción de la luz, y experimentó en la “cámara oscura”.
¿Fue un contactado?
¿Es posible que Leonardo da Vinci tuviera contacto con los
extraterrestres, con poderes que influyeron en él, que dirigieron sus
estudios y que, como antaño sucediera con los profetas bíblicos, a
través de él confirieron nuevos conocimientos a la humanidad?
A lo largo de su vida, y esto lo debemos tener muy en cuenta, Leonardo quiso ser capaz de volar.
Sus estudios sobre los movimientos de vuelo de las aves han tenido ya
entrada en la historia, pues llegó a dibujar este movimiento como ya no
pudo hacerse hasta la invención de la cámara lenta. Leonardo da Vinci
experimentó con globos de delgado papel encerado, a los que llenó de
aire e hizo volar en homenaje al Papa León X.
Inventó sistemas de propulsión provistos de alas, que tenía la
intención de poner en funcionamiento con brazos y pies, con pedales y
manivelas. Redactó las leyes del despegue contra el viento, conocía las
causas de la entrada en barrena y las volteretas, y llegó a construir
maquetas que explicitaran el vuelo planeado. Sus estudios se parecían
enormemente a un actual planeador sin motor.
Pero Leonardo todavía nos plantea otro enigma cuando escribe:”Léeme, lector, si mi lectura te agrada. Porque en contadas ocasiones retorno a este mundo.”
Un enigma que ahora ha quedado desvelado.
Leonardo da Vinci, este genio universal – ya se le considere como
pintor o mago, biólogo o escultor, ingeniero o geólogo, alquimista o
arquitecto, filósofo o físico, cartógrafo, inventor, anatónomo,
astrónomo, elegido o astronauta - ¿quiso retornar al origen de su
creación y su saber, de su voluntad y de su pensamiento?
No sabemos si logró alcanzar el objetivo de su vida. Resignado en
parte, escribió estas palabras, que con mayor claridad que nunca
remiten a su procedencia: “Quien está ligado a una estrella, no puede volver atrás.” ¿Regresar de la Tierra? ¿Hacia dónde…?
EL AUTOR
estudió filología, economía y ciencias de la comunicación en
la Universidad de Guttingen (Alemania). Ha publicado gran
número de artículos y varios libros en el campo de los
antiguos astronautas.
Es imposible amar algo ni odiar algo, sin empezar por conocerlo.
La mecánica es
el paraíso de las ciencias matemáticas, porque con ella
se alcanza el fruto matemático.
Los hombres correrán tras la cosa que más temen, es decir, que serán miserables por temor a la miseria.
No debemos desear lo imposible.
No hay cosa que nos engañe más que nuestro juicio.
No reneguemos del pasado.
No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo.Soy plenamente consciente de que al no ser un hombre de letras, ciertas personas presuntuosas puedan pensar que tienen motivos para reprochar mi falta de conocimientos. ¡Necios! Acaso no saben que puedo contestarles con las palabras que Mario dijo a los patricios romanos: “Aquéllos que se engalanan con las obras ajenas nunca me permitirán usar las propias”. Dirán que al no haber aprendido en libros no soy capaz de expresar lo que quiero tratar; pero se dan cuenta que la exposición de mis temas exige experiencia más que palabras ajenas. La experiencia ha sido la maestra de todo buen escritor; por eso será ella la que yo citaré como nuestra.
Toda acción natural está realizada por la naturaleza misma del modo y en el tiempo más breve posible. Ninguna acción natural puede abreviarse, pues la naturaleza la genera del modo más breve posible.En la parte superior, encima del dibujo hay el siguiente texto:
“Vitrubio, el arquitecto, explica en su obra sobre arquitectura
que la naturaleza dispone las medidas del cuerpo humano de la siguiente
manera: 4 dedos forman 1 palma, 4 palmas son 1 pie, 6 palmas son un
codo y 4 codos son la altura de un hombre. Y 4 codos forman un paso, y
24 palmas son un hombre. Y estas eran las medidas que usaba en sus
edificios. Si abre las piernas de forma que su altura disminuya en 1/14
y extiende los brazos, levantándolos hasta que los dedos corazón estén
a la altura de la parte superior se su cabeza, el centro de las
extremidades extendidas estará en el ombligo y el espacio entre las
piernas formará un triángulo equilátero”.
Justo debajo del dibujo hay dibujada una línea reglada, y debajo esta frase:
“La longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura”
Y mas abajo sigue:“La distancia entre le raíz del pelo y la punta de la barbilla es una décima parte de la altura de un hombre; entre la barbilla y la parte superior de la cabeza, una octava parte; y entre la parte superior del pecho y la parte superior de la cabeza, una sexta parte. La distancia que hay entre la parte superior del pecho y la raíz del pelo equivale a la séptima parte de la altura de un hombre. De los pezones a la parte superior de la cabeza hay una distancia equivalente a la cuarta parte de un hombre. La distancia entre el codo y la punta de la mano es la quinta parte de un hombre, y entre el codo y el ángulo de la axila, la octava parte. Toda la mano es la décima parte de su estatura; el inicio de los genitales marca el centro del hombre. La distancia entre la planta del pie y la base de las rodillas es la cuarta parte de la altura de un hombre y entre la base de la rodilla y el inicio de los genitales también la cuarta parte. La distancia entre la punta de la barbilla y la nariz, y entre la raíz del pelo y las cejas, es igual en ambos casos, y como la oreja, un tercio de la cara”
Todas estas medidas están marcadas con líneas rectas en el dibujo, un trabajo concienzudo el del italiano. El dibujo de la figura esta realizado con líneas limpias y austeras, no así su cara que esta sombreada y nos mira con una expresión airada. Algunos han querido ver en este dibujo (por lo menos en su cara) un posible autorretrato de Leonardo, si es así nunca lo sabremos.Como los sentidos son los auxiliares del alma
Naturaleza de la sombra
De la naturaleza de los contrastes
Los vestidos negros hacen que las personas que los llevan aparezcan más blancas de lo que en realidad son. Los vestidos blancos hacen que las facciones se tiñan de oscuro, los amarillos les dan el mismo colorido, mientras que los rojos les hacen aparecer pálidos.
Proporción
El ojo
El ojo, que es la ventana del alma, es el órgano principal por el que el entendimiento puede tener la mas completa y magnifica visión de las infinitas obras de la naturaleza.
¿No vemos acaso que el ojo abarca la belleza de todo el universo...? Asesora y corrige todas las artes de la humanidad.... Es el príncipe de las matemáticas, y las ciencias que en él se fundan son absolutamente ciertas. Ha medido las distancias y la magnitud de las estrellas. Ha descubierto los elementos y su ubicación... Ha dado a luz la arquitectura, la perspectiva y el divino arte de la pintura.
¡Que cosa mas excelente, superior a todas las cosas creadas por Dios! ¿Que alabanzas pueden hacer justicia a tu nobleza? ¿Que pueblo, que lenguas podrán describir exhaustivamente tu función? El ojo es la ventana del cuerpo humano a través del cual descubre su camino y disfruta de la belleza del mundo. Gracias al ojo, el alma permanece contenta en la prisión corporal, porque sin el una prisión así seria una tortura.
Maravillosa y estupenda necesidad, tu haces, con suprema razón, que todos los efectos sean el directo resultado de sus causas. Por una suprema e irrevocable ley, toda acción natural te obedece por el proceso mas corto posible. ¿Quién podría imaginar que un espacio tan pequeño podría profundizar en una naturaleza así? ¿Qué lengua puede revelar tan gran maravilla? En verdad, ninguna. El ojo es quien guía la reflexión humana para la consideración de las cosas divinas. Todas las formas, todos los colores, todas las imágenes de cada parte del universo se contraen en un punto. ¿Qué otro punto hay tan maravilloso? Maravillosa y admirable necesidad; por tu ley haces que todo efecto sea el resultado directo de su causa por la vía mas corta.
Estos si que son milagros... El ojo puede reproducir y recomponer formas perdidas, agrandando las que están en el mezcladas y reducidas a un pequeño espacio.
Describamos que proporción hay en su anatomía entre los diámetros de todas las lentes en el ojo y la distancia de estas al cristalino.
El ojo, en el que se refleja la belleza del mundo, es de tal excelencia que quien lo pierde se priva de la representación de todas las obras de la naturaleza. El alma se contenta con estar prisionera de la cárcel del cuerpo porque gracias a los ojos podemos contemplar las cosas, ya que a través de ellos se representa el alma todos los variados objetos de la naturaleza. El que pierde los ojos deja el alma en una prisión oscura, sin esperanzas de volver a ver la luz del sol, lumbrera del mundo. Son muchos los que aborrecen la oscuridad de la noche, aunque dura tan poco. ¿Que harían si la oscuridad fuera la compañera inseparable de su vida?
El aire esta lleno de infinidad de imágenes de objetos desparramados en él. Todos estos objetos están representados en todos y todos en cada uno de ellos. Por lo tanto, si dos espejos se colocan uno frente al otro, el primero se reflejara en el segundo y el segundo en el primero. Ahora bien, el primer, al estar reflejado en el segundo, le lleva su propia imagen junto con todas las imágenes reflejadas en el, estando entre estas la imagen del segundo espejo. Así continua de imagen a imagen hasta el infinito, de tal forma que cada espejo tiene un infinito numero de espejos en él, cada uno mas pequeño que el ultimo, y uno dentro del otro. Con este ejemplo se demuestra que cada objeto es visible y, a la inversa, cada objeto es capaz de recibir en si mismo todas las imágenes de los objetos que miran hacia el.
Por lo tanto, el ojo transmite su propia imagen por el aire a todos los objetos que miran hacia el. Igualmente recibe todas las imágenes de los objetos en su superficie, de donde el "sentido común" las recibe, las considera y confía a la memoria las mas agradables.
Por esto yo sostengo que los poderes invisibles de la fantasía en los ojos pueden proyectarse al objeto, como hacen las imágenes del objeto proyectándose en los ojos.
Un ejemplo de como las imágenes de todos los objetos se esparcen por el aire puede verse si varios espejos están situados en un circulo de tal manera que se reflejan entre si un infinito numero de veces. Porque cuando la imagen de uno llega a otro, rebota a su fuente y entonces, haciéndose mas pequeña, rebota hacia el objeto y luego vuelve; y así sucesivamente, infinito numero de veces.
Si por la noche colocamos una luz entre dos espejos
planos separados por la distancia de un codo, veremos
en cada uno de ellos infinito numero de luces, una mas
pequeña que la otra, sucesivamente.
Donde hay vida hay calor, y donde hay calor hay movimiento de los humores acuosos. Lo que mueve el agua a través de los manantiales en contra del curso natural de su gravedad es como lo que mueve los humores de los cuerpos animados.
¿Con que palabras describirán los escritores toda la armónica perfección y belleza existente en el dibujo? Por falta de conocimiento lo hará confusamente como para dar una ligera idea de las verdaderas formas de las cosas. Engañándose a si mismos creen que pueden satisfacer al oyente cuando hablan de la figura de cualquier cosa que tiene cuerpo y esta rodeada de superficies.
Yo les recomiendo que no se molesten en usar palabras a no ser que hablen a un ciego, y si desean convencer con palabras a los oídos, mas bien que a los ojos de los hombres, procuren hablar de cosas mas sustanciales o de la naturaleza, sin perder el tiempo en hacer entrar en los oídos cosas referentes a los ojos, ya que en esta materia se verán ampliamente desbordados por el trabajo del pintor.
Apuntes sobre la Ultima CenaRepresentamos a alguien bebiendo, que ha dejado el vaso en su sitio, en ademán de volver la cabeza al orador. Otro, con las manos extendidas, enseñando las palmas y encogiéndose de hombros, con un gesto de asombro. Otro, retorciendo los dedos de las manos y dirigiéndose con semblante duro a un compañero. Otro, hablando al odio de un comensal, que, al escuchar, se vuelve a él con atención, mientras tiene un cuchillo en una mano y un panecillo cortado por la mitad en la otra. Otro, volviéndose con un cuchillo en la mano, vuelca un vaso en la mesa. Otro, con las manos sobre la mesa y mirando. Otro, soplando un bocado. Otro, asomándose para ver al que habla, esconde los ojos entre las manos. Otro, poniéndose detrás de uno que esta inclinado hacia adelante, mira al que habla por el resquicio que queda entre la pared y el que se inclina.
Cuando el pintor tiene una pared en la que representar
una historia, deberá tener siempre en cuenta la altura
a la que ha de colocar las figuras. Si se inspira en
la naturaleza para pintar esa composición, tiene que
mirar mucho mas abajo que el objeto que esta dibujando,
ya que el objeto, una vez terminada la obra, estará
por encima de la mirada del espectador. Si no lo hace
así, su obra será digna de reprensión.
Comparación entre las diversas artes
Pintura, Música y Poesía
El pintor es el dueño de toda clase de personas y de cosas. Si el pintor quiere ver bellezas que le alegren, esta en su mano el crearlas; si desea presenciar monstruos que sean aterradores, burlescos, ridículos o dignos de lastima, es amo y señor para hacerlo; si desea presentar regiones deshabitadas o desiertos oscuros y sombríos, lugares apartados carentes de calor o lugares cálidos en un clima frío, puede hacerlo igualmente. En su mano esta si lo desea el crear valles, el desplegar una gran llanura que se extienda hasta el horizonte del mar vista desde la cumbre de una montaña; puede igualmente ver las altas montañas desde el fondo de una llanura.... De hecho, el pintor tiene primero en su mente y luego en su mano cuanto exista en el universo, ya sea en su esencia, en sus apariencias, y en la imaginación, y todas esas cosas son de tal excelencia, que pueden presentar un conjunto armonioso y proporcionado, pudiéndose presenciar en un solo golpe de vista como las cosas de la naturaleza.
Quien desprecia la pintura no ama ni la filosofía ni la naturaleza. Si se desprecia la pintura, que es la única que imita todas las obras visibles de la naturaleza, ciertamente se desprecia una ingeniosa invención que contribuye a que la filosofía y la especulación perspicaz puedan actuar sobre la naturaleza en todas sus formas -mar y tierra, plantas y animales, hierbas y flores-, todas ellas envueltas en luces y sombras.
Con certeza podemos decir que la ciencia de la pintura es hija legitima de la naturaleza, ya que la pintura nace de esta. Siendo mas exactos, deberíamos llamarla la nieta de la naturaleza, ya que todas las cosas visibles son dadas a luz por la naturaleza, y estas dan a luz a la pintura. Por lo tanto, podemos hablar de ella con justicia como la nieta de la naturaleza y como relacionada con Dios.
La pintura no puede ser enseñada a aquellos que no han sido dotados con cualidades naturales, como sucede por ejemplo con las matemáticas, en las que el alumno aprende cuanto el maestro le enseña. No puede copiarse como las cartas, cuyas copias tienen el mismo valor que el original. No puede ser moldeada como la escultura, cuya copia fundida es igual en merito a su original. No puede reproducirse indefinidamente como se hace en las ediciones de libros.
La pintura es de nobleza sinpar: permaneciendo única y preciosa, solamente ella hace honor a su autor; no engendra nunca descendencia que la iguale, y esta singularidad la hace sobresalir por encima de otras ciencias, que son reproducidas por doquier. ¿No vemos acaso que los grandes reyes del Este se visten y encubren porque piensan que al exhibirse en publico mostrando su figura podría disminuir su forma? ¿Acaso no observamos que los cuadros que representan a la Divinidad se mantienen constantemente cubiertos con costosos tapices y se celebran ritos solemnes con cantos al son de instrumentos musicales antes de descubrirlos? ¿No vemos además que en el momento de ser descubiertos las grandes multitudes allí reunidas se postran en el suelo adorando a Dios para pedirle la salud y la salvación eterna como si la Divinidad estuviese presente en persona?
Nada de esto sucede con cualquier otra obra del hombre, y si alguien dice que esto no se debe al merito del pintor, sino al tema representado, podemos responder que si esto fuera cierto, los creyentes podrían permanecer cómodamente en sus lechos una vez que su imaginación estaba satisfecha, en lugar de acudir a lugares aburridos y peligrosos, como les vemos constantemente en las peregrinaciones. Sin duda alguna, estaremos de acuerdo en que la causa es la imagen de Dios y en que ninguna obra escrita podría producir un efecto igual a una imagen así en forma o en poder. Parece, por lo tanto, que la Divinidad ama su propia pintura y a aquellos que la reverencian y adoran, y prefiere ser venerada en esta forma de imitación que en otras, concediendo gracias y favores a través de ella, de acuerdo con la fe de los que se reúnen en ese lugar.
La música puede llamarse de la pintura, ya que depende del oído, segundo sentido en categoría, y su armonía nace de la unión proporcionada de sus partes, que suenan simultáneamente subiendo y bajando en una o mas cadencias armoniosas. Podemos decir que estas cadencias circundan la distribución proporcional de las partes que componen la armonía, lo mismo que el perfil rodea los miembros de los que nace la belleza humana.
Pero la pintura sobresale de la música y es de mayor categoría, porque no se desvanece tan pronto como nace, cual es la suerte de la desdichada música. Por el contrario, permanece y tiene la apariencia de ser una realidad viva, aunque de hecho se limite a una sola dimensión. Oh ciencia maravillosa, que es capaz de preservar la belleza pasajera de los mortales y darle mayor estabilidad que a las mismas obras de la naturaleza ya que están sometidas al continuo cambio del tiempo que les conduce a un inevitable envejecimiento. Tal ciencia esta en la misma relación con la divina naturaleza como lo están sus obras con las obras de la naturaleza, y por esto debe ser venerada.
El músico afirma que su arte es igual al del pintor por ser un conjunto compuesto de muchas partes, cuya gracia armoniosa puede ser contemplada por el observador en sus armoniosas cadencias que con su continuo nacer y desaparecer deleitan el espíritu interior del hombre. Pero el pintor contesta diciendo que el cuerpo humano, compuesto de muchas partes, no causa placer a través de ritmos armoniosos, en los que la belleza debe ser cambiante y crear nuevas formas, ni se compone de cadencias que nacen y mueren, sino que él lo hace durar por muchos años y en estado tan excelso, que mantiene viva su armónica proporción, cosa que la naturaleza, con toda su fuerza, no lo puede lograr. Son muchas las pinturas que han preservado la imagen de la belleza divina, cuyo original existente en la naturaleza ha sido destruido por el tiempo o la repentina desaparición, de tal forma que la obra del pintor ha sobrevivido en una forma mas noble que la de la naturaleza, su maestra.
Timbales que se tocan como un monocordio o una flauta suave. La música adolece de dos males, uno de los cuales es su muerte, y el otro, la perdida de tiempo: su muerte va unida siempre al momento que sigue su expresión; la perdida de tiempo radica en su repetición, haciéndola odiosa e indigna.
Entre la representación de la figura humana por parte del poeta y del pintor existe la misma diferencia que entre conjuntos desunidos y unidos. El poeta, al describir la belleza o fealdad de cualquier figura, solamente la puede mostrar sucesivamente, poco a poco, mientras que el pintor la mostrara de una sola vez. El sistema del poeta puede compararse al del músico, que por si solo canta una partitura a cuatro voces, cantando primero la parte del soprano, luego la del tenor, después la del contralto y finalmente la del bajo.
Tales representaciones son incapaces de reproducir la belleza de proporciones armónicas a base de una división armónica del tiempo.... Además, el músico, al poner sus suaves melodías en espacios rítmicos de tiempo, las compone en varias voces. Por el contrario, el poeta se ve privado de esa diferencia armónica de voces y se siente incapaz de dar a su arte una armonía equivalente a la de la másica, ya que le es imposible el decir diferentes cosas a un mismo tiempo, como el pintor lo hace en sus proporciones armónicas, en que las partes que las componen están dispuestas a reaccionar a la vez, y pueden ser vistas al mismo tiempo... Por estas razones, el poeta esta en una categoría inferior a la del pintor en la representación de cosas visibles, y muy inferior a la del músico en la de las invisibles.
Si el poeta sabe como expresar y describir la perspectiva de formas, el pintor las puede representar de tal forma que aparezcan vivificadas con luces y sombras que dan vida a la expresión de los rostros. En este aspecto, el poeta no puede conseguir con su pluma lo que el pintor con su pincel.
Y si el poeta comunica sus conocimientos por medio del oído, el pintor lo hace por medio de la vista, sentido este mas noble. Yo quisiera que un buen pintor representara la furia de una batalla y un poeta hiciese lo mismo. Al ser las dos representadas al publico, pronto podríamos ver cual de ellas arrastraba mas gente, en cual se originaba mayor discusión, cual era mas alabada y cual satisfacía mas. Indudablemente, la pintura, al ser mucho mas inteligible y hermosa, agradaría mucho mas. Si escribimos en una lapida el nombre de Dios y ponemos su imagen en el lado opuesto, veremos en seguida cual es mas venerada. La pintura abarca dentro de si todas las formas de la naturaleza, mientras que si no tienen mas que los nombres, estos no son universales como lo es la forma. Si ellos poseen el resultado de unas demostraciones, nosotros poseemos la demostración de los resultados. Tomemos como ejemplo el caso del poeta que describe la belleza de una mujer a su amante, y el del pintor que la retrata. De esta manera podrá comprobarse por cual de ellas se inclina más el amante. Sin duda alguna, la prueba última de esta cuestión debe dejarse al veredicto de la experiencia.
Los escritores enmarcan a la pintura entre las artes mecánicas. Seguramente que si los pintores hubiesen puesto empeño como los escritores en elogiar sus obras, dudo mucho que hubiese durado ese calificativo tan bajo.
Si llaman a la pintura arte mecánico porque son las menos las que dibujan aquello que existe en la imaginación, los escritores escriben también con la mano las ideas nacidas de su mente. Y si la llaman mecánica porque se pinta por dinero, ¿quién adolece más de esta falta (si es que puede llamarse falta), que vosotros los escritores? Si dan una conferencia con el fin de instruir, ¿acaso no la dan a quien mejor les paga? ¿Acaso hacen trabajo alguno sin que les paguen? Con todo, al decir esto no intento culparles de tales puntos de vista, porque todo trabajo exige una recompensa. Y si un poeta dice que va a relatar algo muy significativo, yo digo que aun son más duraderas las obras del calderero, ya que duran más tiempo que las de los escritores y pintores; sin embargo, manifiestan muy poca imaginación. Ademas puede hacerse que un cuadro dure más tiempo si se pinta con colores en esmalte.
Nosotros, los pintores, podemos denominarnos los nietos de Dios por nuestro arte.
Si la poesía trata de filosofía moral, la pintura tiene que ver con la filosofía natural. Si la poesía expresa lo que la mente piensa, la pintura expresa lo que la mente piensa tal como se refleja en los movimientos (del cuerpo). Si la poesía puede atemorizar a la gente con descripciones imaginativas del infierno, la pintura puede hacerlo con mayor fuerza poniendo esas mismas cosas delante de la vista. Supongamos que se hace un concurso entre un poeta y un pintor para representar la belleza, el terror o una cosa baja y monstruosa; el trabajo del pintor logrará mayor satisfacción. ¿Acaso no hemos contemplado cuadros tan semejantes a una cosa real que han conseguido engañar tanto a hombres como a animales?
De como la pintura aventaja a todas las obras humanas por razón de su conexión con la sutil especulación
El ojo, al que llamamos la ventana del alma, es el medio principal por el que la inteligencia puede apreciar las obras de la naturaleza de la manera mas profunda y total; el segundo es el oído, el cual escuchando las cosas que el ojo ha visto, adquiere dignidad. Si los historiadores, poetas o matemáticos no hubiesen visto los objetos con sus ojos, sus reportajes escritos sobre ellos serian necesariamente imperfectos. Y si los poetas narran un hecho con su pluma, el pintor puede narrarlos con su pincel de una forma más simple y plena con un estilo menos intrincado para entenderlo. Si se calificase a la pintura de poesía muda, el pintor puede calificar a la poesía de pintura ciega. Pensemos, pues, cual de los dos es mayor defecto, si el ser mudo o ciego. Y aunque tanto el poeta como el pintor son libres para inventar imaginariamente sus temas, las creaciones de aquel no satisfacen al hombre tanto como las del pintor; porque aunque la poesía intenta describir con palabras las formas, los hechos y lugares, el pintor trata de reproducirlos haciendo que sean parecidos. Pensemos, por lo tanto, cual de los dos está más cerca del hombre real, si el nombre de la persona a su misma imagen. El nombre de la persona cambia al pasar de un país al otro; sin embargo, su forma cambia solamente con la muerte.
En el día del cumpleaños del rey Matías, un poeta le entrego un poema compuesto en elogio de este acontecimiento por el como dichoso para la humanidad; el mismo día un pintor le presento un retrato de su querido rey. Rápidamente, el rey cerro el libro del poeta y volviéndose hacia el cuadro fijo los ojos en el con gran admiración. Entonces el poeta protesto indignado: "¡Oh rey, lee y te enterarás de cosas mucho más importantes que las de un cuadro mudo". Y el rey, herido por el reproche de admirar cosas mudas, dijo: "Calla, poeta; no sabes lo que dices; este cuadro esta al servicio de un sentido más noble que tu poesía, la cual podría estar destinada a un ciego. A mi dame algo que yo pueda ver y tocar, no solo algo que pueda oír, y no reproches mi elección al poner tu libro bajo mi brazo y agarrar el cuadro con mis dos manos para que disfrute mi vista; fueron las manos la que de propio acuerdo decidieron servir al sentido mas nobles y no al sentido del oído. Yo mismo soy de la opinión de que el arte del pintor esta por encima del poeta al ser mas noble el sentido al que sirve el pintor. ¿Acaso no te das cuenta de que el alma esta hecha de armonía y que la armonía se crea solamente cuando las proporciones de los objetos se ven u oyen simultáneamente? ¿Y acaso no ves que en tu arte no existe una reacción simultanea de proporciones, sino que una parte produce sucesivamente a la otra de tal forma que la última no aparece hasta que la anterior no ha desaparecido? Por todo esto, en mi opinión, la obra que has compuesto es muy inferior a la del pintor, por la única razón de que no es una composición de proporciones armónicas, no satisface la mente del oyente o del espectador como lo hacen las proporciones de bellas formas que componen la divina belleza de este rostro que tengo delante, el cual, al ser un todo conjuntado que reacciona sincrónicamente, me proporciona tan gran placer con sus divinas proporciones, que creo que no hay otra humana sobre la tierra que pueda darme mayor placer.
Tiempo y espacio
La proporción existe en todas las cosas
La proporción se encuentra no solamente en los números y medidas, sino también en los sonidos, pesos, tiempos, espacios y en cualquier clase de energía que pueda existir. Definamos el tiempo comparándolo con definiciones geométricas. El punto no tiene parte alguna; una línea es el tránsito de un punto; los puntos son los limites de unas líneas.
Un instante no tiene tiempo alguno; el tiempo esta constituido por el movimiento del instante, y los instantes son los límites del tiempo.
Aunque el tiempo se clasifica entre las magnitudes
continuas, al ser invisible e inmaterial, no cae enteramente
bajo el apartado de la Geometría, la cual representa
las partes por medio de figuras y cuerpos de variedad
infinita, como puede apreciarse en el caso de cosas
visibles y materiales, pero las ordenas armónicamente
basándose solo en sus primeros principios, a saber,
el punto y la línea. El punto, mirado en términos de
tiempo, se puede comparar con el instante, y podemos
decir que la línea se parece a la duración de una cantidad
de tiempo. Y lo mismo que los puntos son el principio
y el fin de dichas líneas, así los instantes constituyen
el principio y el fin de cualquier periodo de tiempo.
Y mientras que una línea es divisible hasta el infinito,
un periodo de tiempo no se adapta a tal división; y
del mismo modo que las divisiones de una lnea pueden
hacerse con cierta proporción entre sí, así puede hacerse
con las partes del tiempo.
Pintura y Escultura
Comparación entre la pintura y la escultura
La pintura exige mayor cuidado y destreza es un arte más maravilloso que la escultura, ya que la mente del pintor debe penetrar necesariamente en el sentido de la naturaleza para constituirse en interprete entre la naturaleza y el arte. Debe ser capaz de explicar las causas existentes bajo las apariencias de sus leyes y la manera como el parecido de los objetos que rodean al ojo se encuentra en la pupila transmitiendo la verdadera imagen; debe notar la diferencia entre varios objetos de igual tamaño que aparecerán al ojo como mayores; entre colores iguales que parecerán unos más oscuros y otros más claros; entre objetos que colocados todos a la misma altura parecerán algunos más altos; entre objetos semejantes que al ser colocados a diversa distancia aparecerán unos m´ss claros que los otros.
El arte de la pintura abarca todas las cosas visibles, cosa que no consigue la escultura a causa de sus limitaciones, como, por ejemplo, los colores de todas las cosas en su diferente intensidad y la transparencia de los objetos. El escultor muestra simplemente a la forma de los objetos al natural, sin más artificio. El pintor puede insinuar la existencia de diferentes distancias cambiando los colores de la atmósfera que se interpone entre el objeto y el ojo. Puede pintar brumas a través de las cuales las formas de los objetos pueden ser apreciados con dificultad; lluvia a través de la cual se divisan valles y montes coronados de nubes; nubes de polvo arremolinándose sobre los combatientes que las levantaron; arroyos de transparencia diferente con peces moviéndose entre la superficie del agua y el fondo; lisos guijarros de varios colores depositándose en la limpia arena del cauce del río, rodeados de verdes plantas que aparecen bajo la superficie del agua. El pintor puede mostrar las estrellas a diferentes alturas por encima de nosotros y realizar otros innumerables efectos a los que la escultura no puede aspirar.
El escultor no puede representar materias transparentes o luminosas
De la misma manera que el ojo no podría distinguir de los cuerpos dentro de sus limites si no fuese por las sombras y las luces, asimismo no existirían muchas ciencias de no existir sombras y luces, como la pintura, la escultura, la astronomía, gran parte de la perspectiva y otras.
El hecho de que el escultor no puede trabajar sin la ayuda de sombras y luces puede probarse, dado que sin ellas la materia labrada sería toda de un solo color.... Una superficie plana iluminada por una luz constante no varía en claridad ni en oscuridad en punto alguno de su color natural, y es esta uniformidad de color la que manifiesta la uniforme suavidad de la superficie. De aquí se deduce que si el material labrado no estuviese revestido de luces y sombras, causadas estas por la interposición de protuberancias de músculos y huesos, el escultor no seria capaz de percibir el progreso continuo de su trabajo, lo cual es esencial, ya que de otra forma lo que hace durante el día parecería que había sido hecho en la oscuridad de la noche.
Acerca de la pintura
La pintura, sin embargo, se presenta sobre las superficies llanas, por medio de luces y sombras, contornos con unas partes hundidas y otras elevadas en diversas perspectivas y a diversas distancias unas de otras.
El escultor puede reclamar que el bajorrelieve es una especie de pintura, y en lo que se refiere al dibujo pude concedérsela, ya que el relieve participa de la perspectiva. pero en lo referente a luces y sombras, tanto si se considera como pintura que como escultura es un error, porque las sombras del bajorrelieve existentes en las partes escorzadas no tienen, desde luego, la profundidad de las correspondientes sombras de la pintura o de la escultura en su contorno.
La escultura es menos intelectual que la pintura y carece de muchas de sus cualidades intrínsecas.
Como quiera que yo practico en el mismo grado el arte de la escultura y de la pintura, me parece que puedo opinar imparcialmente sobre cual de las dos lleva consigo mayor destreza, dificultad y perfección.
En primer lugar, una estatua depende de ciertas luces, principalmente de las que la iluminan desde arriba, mientras que un cuadro lleva consigo su propia luz y sombra a todas partes. Luces y sombras son esenciales para la escultura, y en este espacio la naturaleza del relieve es una ayuda para el escultor al producirlas espontáneamente; por el contrario, el pintor tiene que crearlas con su arte en aquellos lugares en los que la naturaleza lo haría normalmente.
El escultor no puede marcar las diferencias entre los diversos colores naturales de los objetos; el pintor, por el contrario, no deja de hacerlo en cada uno de los detalles. Las líneas de perspectiva de los escultores no parecen de ningún modo reales; las de los pintores pueden dar la apariencia de que se extienden cien millas mas allá del cuadro mismo. Los efectos de la perspectiva aérea caen fuera del campo de trabajo de los escultores; además, no pueden representar cuerpos transparentes, luminosos o reflejos; ni cuerpos relucientes, tales como espejos o cosas de superficie resplandeciente; ni brumas, ambiente oscuro o un sinnúmero de cosas que no menciono para no caer en el aburrimiento.
La única ventaja de la escultura es que ofrece mayor resistencia al tiempo....
La pintura es mas hermosa, mas imaginativa y rica en recursos, mientras que la escultura, aunque mas duradera, no sobresale en ningún otro aspecto.
Sin apenas esfuerzo, la escultura nos muestra lo que es; la pintura, por el contrario, se presenta como algo milagroso que hace parecer las cosas intangibles como alcanzables, muestra en relieve cosas que son lisas y como distantes cosas cercanas.
De hecho, la pintura dispone de infinitas posibilidades
de las que la escultura carece.
La verdadera ciencia: La experiencia
Ahora piensa, ¡oh, lector!, qué confianza podemos tener en los antiguos que intentaron definir el alma y la vida —las cuales superan toda prueba— mientras que aquellas cosas que pueden ser conocidas con claridad en todo momento y probadas por la experiencia, permanecieron desconocidas durante muchos siglos, o fueron entendidas erróneamente.
Muchos pensarán que tienen motivo para reprocharme, diciendo que mis pruebas contradicen la autoridad de ciertos hombres tenidos en gran estima por sus inexperimentadas teorías, sin considerar que mis obras son el resultado de la experiencia simple y llana, que es la verdadera maestra.
Estas reglas nos capacitan para discernir lo verdadero de lo falso, nos mueven a investigar con la debida moderación solamente aquello que es posible, y nos impiden utilizar el manto de la ignorancia, que no nos llevaría a resultado alguno y nos conduciría a la desesperación y al consiguiente refugio en la melancolía.
Soy plenamente consciente de que al no ser un hombre de letras, ciertas personas presuntuosas pueden pensar que tienen motivos para reprochar mi falta de conocimientos. ¡Necios! ¿Acaso no saben que puedo contestarles con las palabras que Mario dijo a los patricios romanos? «Aquellos que se engalanan con las obras ajenas nunca me permitirán usar las propias». Dirán que al no haber aprendido en libros, no soy capaz de expresar lo que quiero tratar, pero no se dan cuenta de que la exposición de mis temas exige experiencia más bien que palabras ajenas. La experiencia ha sido la maestra de todo buen escritor; por esto será siempre ella la que yo citaré como maestra.
Aunque yo no puedo hacer citas de autores como ellos, me basaré en algo mucho más grande y digno: en la experiencia instructora de sus maestros. Ellos se pasean orgullosos, engreídos y majestuosos, revestidos y engalanados, no con sus propios méritos, sino con los ajenos y, ni siquiera me permitirán apropiarme de los míos. Y si ellos “me desprecian siendo un inventor, cuanto más deben ser despreciados ellos que no son inventores, sino pregoneros y repetidores de obras ajenas.
Los inventores y los intérpretes entre el hombre y la naturaleza, comparados con los pregoneros y repetidores de obras ajenas, se asemejan a la imagen que un objeto proyecta en el espejo. Aquél, como algo que existe por sí mismo, la imagen como nada. Gente que debe muy poco a la naturaleza; ya que solamente como por casualidad han sido revestidos de forma humana y, por ello, podíamos clasificarlos entre los animales.
Al no encontrar tema alguno de gran utilidad o entretenimiento, por haber sido ya tratados todos los temas útiles y necesarios por los autores que me han precedido, haré como aquél que por su pobreza es el último en llegar al mercado y, al no poder proveerse como los demás, compra aquellas cosas que los otros ya han ojeado y rechazado por su escaso valor. Yo me encargaré de los quehaceres despreciados y desechados por otros, las sobras de muchos compradores, e iré distribuyéndolas no en las grandes ciudades, sino en las pequeñas aldeas, recibiendo en pago lo que sea justo por lo que ofrezco.
Aquellos que se dedican a resumir obras, perjudican el conocimiento; y el deseo, ya que el deseo de algo es ,la fuente del conocimiento, y el deseo es tanto más ferviente cuanto más cierto es el conocimiento. Esta seguridad nace del conocimiento profundo de todas las partes que componen el conjunto de una cosa.
Por lo tanto, ¿cuál es la utilidad de quien prescinde de la mayor parte de los elementos de que el todo está compuesto con el fin de resumir? Sin duda alguna es la impaciencia, madre de toda extravagancia, la que fomenta la concisión, como sí tales personas no tuvieran toda una vida por delante lo suficientemente larga para adquirir un conocimiento profundo de una sola materia, como, por ejemplo, el cuerpo humanó. Intentan comprender el pensamiento de Dios, que abarca el universo entero, sopesándolo y desmenuzándolo en infinidad de partes, como si lo hubiesen atomizado. ¡Qué insensatez! No nos damos cuenta de qué hemos dedicado toda nuestra vida a nosotros mismos, y aún no somos conscientes de que la pedantería es nuestra característica principal? De esta forma, despreciando las ciencias matemáticas en las que se encuentra la verdadera información acerca, de las materias que ellas tratan, nos engañamos a nosotros: mismos y a los demás juntamente con la masa de los sofistas. Así pronto estaremos dispuestos a ocuparnos de fenómenos milagrosos y a escribir e informar de todo aquello que sobrepasa la inteligencia humana y que en modo alguno puede ser demostrado naturalmente. Llegaremos a imaginar que hemos hecho milagros cuando hayamos estropeado, el trabajo de algún hombre ingenioso, y no nos daremos cuenta de que estamos cayendo en el mismo error del que, para probar que un árbol sirve para hacer tablas, lo despoja de sus ramas cargadas de hojas entreveradas con flores o frutos. Así hizo Justino resumiendo las obras de Trogo Pompeyo, quien había escrito las grandes hazañas de sus antepasados en un estilo florido, lleno de admirables y pintorescas descripciones; al resumirlas, compuso un trabajo insulso, apropiado únicamente para mentes impacientes que imaginan pierden el tiempo cuando lo dedican al estudio de obras de la naturaleza y acciones de los hombres.
El origen de todos nuestros conocimientos está en nuestras percepciones.
El ojo, llamado ventana del alma, es el medio principal por el que podemos apreciar más plenamente las infinitas obras de la naturaleza.
La experiencia nunca se equivoca; es nuestra apreciación la que únicamente se equivoca, al esperar resultados no causados por los experimentos. Puesto que una vez dado un principio, lo que de él se sigue debe ser verdadera consecuencia, a no ser que exista un impedimento. Y si existe un impedimento, el resultado que se seguirá del principio fijado sería resultado de ese impedimento en mayor o menor grado, según que el impedimento fuese más o menos fuerte que el principio fijado. La experiencia no se equivoca; únicamente se equivoca nuestro dictamen, al esperar de ella lo que cae fuera de su poder. Los hombres se quejan equivocadamente de la experiencia y le reprochan con amargura el llevarles al error. Dejemos en paz a la experiencia y culpemos más bien a nuestra ignorancia, que es la causa de que nos arrastren vanos y tontos deseos, como el de esperar de la experiencia cosas que no están en su poder y luego decimos que es engañosa. Los hombres se equivocan al culpar a la inocente experiencia, acusándola de falsedad y de demostraciones engañosas.
A mi juicio, todas las ciencias serán vanas y estarán llenas de errores, a menos que nazcan de la experiencia, madre de toda certeza, y si luego no son probadas por ella; es decir, si en el principio, en el intermedio o al final río pasan a través de alguno de los cinco sentidos. Si no estamos seguros de la certeza de cosas que pasan a través de los sentidos, cuanto más deberemos cuestionar otras contra las que se rebelan los sentidos, tales como la naturaleza de Dios, del alma y otras semejantes acerca de las cuales existen un sinfín de disputas y controversias. Esto sucede, sin duda, porque donde no manda la razón ocupa su lugar el griterío. Por el contrario, esto nunca sucede cuando las cosas son ciertas. En consecuencia, allí donde hay disputas no hay verdadera ciencia, ya que la verdad solamente puede acabar de una forma; dondequiera que exista, desaparecerá definitivamente toda controversia, y si surgiera de nuevo, con seguridad nuestras conclusiones serían dudosas y confusas y no habría resurgido la verdad.
Todas las verdaderas ciencias son resultado de la experiencia adquirida a través de los sentidos, la cual hace acallar las lenguas de los litigantes. La experiencia no alimenta los sueños de los investigadores, sino que siempre procede de principios fijados minuciosamente con anterioridad, paso a paso con ilación hasta el final, como puede apreciarse en los principios matemáticos. En matemáticas nadie discute si dos veces tres son más o menos que seis, o si los ángulos de un triángulo son menores que dos ángulos rectos. En esta materia, todas las disputas acaban para siempre, y los aficionados a estas ciencias pueden disfrutar de ellas en paz. Esto resulta inalcanzable para las engañosas ciencias especulativas.
Hay que desconfiar de las enseñanzas de estos teóricos, ya que sus razonamientos no son confirmados por la experiencia.
Reflexiones sobre la Vida
La vida pasaLa mayoría de nosotros hemos crecido con un concepto de inteligencia basado en el tradicional test del Cociente Intelectual (CI), ideado por Alfred Binet (1857-1911) para medir objetivamente la comprensión, el razonamiento y el juicio. Binet estaba motivado por el entusiasmo que le provocaba la entonces emergente disciplina de la psicología y el deseo de superar los prejuicios culturales y de clase que mostraba la Francia decimonónica al evaluar el potencial académico de los niños. Aunque el concepto del CI supuso una ruptura en su tiempo, recientes investigaciones muestran que tiene dos importantes puntos flacos.
El
primero es la idea de que la inteligencia queda fijada en el nacimiento
y es inmutable. Aunque los seres humanos estamos dotados genéticamente
con más o menos talento en un área determinada, investigadores como
Buzan, Machado, Wenger y muchos otros han demostrado que los resultados
del test del CI pueden aumentarse significativamente llevando a cabo un
entrenamiento adecuado. Recientemente, en la revista Nature ha
aparecido un resumen estadístico de más de doscientos estudios sobre el
CI, publicado por Bernard Devlin. En él, el autor concluye que los
genes cuentan solamente el cuarenta y ocho por ciento en el CI. El otro
cincuenta y dos por ciento estaría entonces condicionado por el cuidado
prenatal, el entorno y la educación.
El segundo punto débil del concepto de inteligencia más extendido es la idea de que las habilidades de razonamiento verbal y matemático que miden los tests CI (como los tests SAT) son la esencia de la inteligencia. La investigación psicológica contemporánea ha desmontado por completo esta estrecha visión. En Los marcos de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples (1993), un clásico de nuestro tiempo, el psicólogo Howard Gardner introduce la teoría de las inteligencias múltiples, que postula que todos nosotros poseemos al menos siete inteligencias mensurables (en obras posteriores, Gardner y sus colegas catalogaron hasta veinticinco tipos de inteligencia diferentes). A continuación presentamos las siete inteligencias de Gardner junto con ejemplos de algunos genios (excepto Leonardo da Vinci, que fue un genio en todas las áreas):
- Lógica/matemática: Stephen Hawking, Isaac Newton, Marie Curie.
- Verbal/lingüística: William Shakespeare, Emily Dickinson, Jorge Luis Borges.
- Visual/espacial: Miguel Ángel, Georgia O’Keeffe, Buckminster Fuller.
- Musical/rítmica: Mozart, George Gershwin, Ella Fitzgerald.
- Corporal/kinestésica: Morihei Ueshiba, Muhammad Ali, F. M. Alexander.
- Interpersonal: Nelson Mandela, Mahatma Gandhi, la reina Isabel I de Inglaterra.
- Intrapersonal (autoconocimiento): Viktor Frankl, Thich Nhat Hanh, la madre Teresa.
La teoría de las inteligencias múltiples ha ido consiguiendo cada vez más aceptación. Por otra parte, sabemos que la inteligencia se puede ir desarrollando a lo largo de la vida. Estos dos hechos son una valiosísima esperanza para los hombres y mujeres que tengan una aspiración renacentista.
Además de extender la comprensión de la naturaleza y el objetivo de la inteligencia, la investigación psicológica contemporánea ha revelado verdades relativas a nuestro potencial que son sobrecogedoras. Se pueden resumir los resultados en una frase: «Tu mente es mucho mejor de lo que crees». Apreciar nuestra extraordinaria dotación cortical es un punto de partida perfecto para el estudio práctico del pensamiento de Da Vinci. Fijémonos en lo siguiente: nuestra mente...
F es más flexible y multidimensional que cualquier gran ordenador;
F puede aprender siete acontecimientos por segundo, todos los segundos durante el resto de nuestras vidas, y aún le quedará muchísimo espacio para aprender más;
F mejorará con la edad, si la usamos bien;
F no está sólo en la cabeza. De acuerdo con el renombrado neurólogo Candace Pert: «La inteligencia se encuentra localizada no sólo en el cerebro, sino en células distribuidas por todo el cuerpo [...] La separación tradicional entre los procesos mentales (incluyendo las emociones) y el cuerpo ha dejado de ser válida»;
F es única. Entre los seis mil millones de personas vivas actualmente, entre los más de diecinueve billones de personas que han vivido alguna vez, nunca ha habido, excepto en el caso de los gemelos idénticos, una persona como nosotros. Nuestra creatividad, las huellas digitales, nuestras expresiones, nuestro ADN, nuestros sueños no tienen precedente, son únicos;
F tiene la capacidad de realizar un número infinito de conexiones sinápticas y de patrones de pensamiento potenciales.
Fue Piotr Anojin, discípulo del legendario pionero de la psicología Ivan Pavlov, desde la Universidad de Moscú, el primero en llamar la atención sobre el último punto. Anojin hizo que toda la comunidad científica se tambaleara al publicar, en 1968, la investigación que demostraba que el número mínimo de patrones de pensamiento potenciales que puede efectuar un cerebro medio es igual al número 1 seguido de 10,5 kilómetros de ceros escritos.
Anojin comparó la mente humana con un «instrumento musical multidimensional que podría tocar un número infinito de piezas al mismo tiempo». Este investigador subrayó el hecho de que cada uno de nosotros al nacer está dotado con un potencial virtualmente ilimitado. Asimismo, afirmó que ningún hombre ni mujer, pasado o presente, ha explorado por completo las capacidades de la mente. Anojin estaría de acuerdo, en cualquier caso, en que Leonardo da Vinci podría servir de ejemplo perfecto para aquellos que deseamos conocer al máximo nuestras capacidades.
APRENDER DE LEONARDO
Los patitos aprenden a sobrevivir imitando a sus madres. El aprendizaje por imitación es fundamental para muchas especies, incluyendo a los humanos. Cuando nos hacemos adultos, tenemos una ventaja única: podemos elegir qué y a quién imitar. También podemos cambiar conscientemente antiguos modelos que hayamos superado por otros nuevos. Así pues, tiene sentido que elijamos los mejores «modelos ejemplares» para guiarnos e inspirarnos en el camino a la realización de nuestro potencial.
De esta manera, si lo que queremos es ser un mejor golfista, observaremos a Ben Hogan, Jack Nicklaus o Tiger Woods; o si, por otro lado, deseamos ser líderes, estudiaremos a Winston Churchill, Abraham Lincoln o la reina Isabel I de Inglaterra. Pero si lo que deseamos es convertirnos en hombres y mujeres renacentistas, habremos de estudiar a Leon Battista Alberti, Thomas Jefferson, Hildegard von Bingen o al mejor de todos: Leonardo da Vinci.
En El libro de los genios, Tony Buzan y Raymond Keene llevan a cabo el primer intento objetivo de elaborar un ranking de los mayores genios de la historia. Para hacer la evaluación utilizaron categorías como «originalidad», «versatilidad», «dominio de un campo», «universalidad de visión» o «fuerza y energía», y elaboraron la siguiente lista top ten:
10. Albert Einstein
9. Fidias (arquitecto de Atenas)
8. Alejandro Magno
7. Thomas Jefferson
6. Isaac Newton
5. Miguel Ángel
4. Johann Wolfgang von Goethe
3. Los constructores de las grandes pirámides de Egipto
2. William Shakespeare
¿Y quién fue el mayor genio de todos los tiempos según la exhaustiva investigación de Buzan y Keene?: Leonardo da Vinci.
Como escribió Giorgio Vasari en la edición original de Las vidas: «El cielo a veces nos envía seres que representan no sólo la humanidad, sino la divinidad misma, de manera que si los tomamos como modelos y los imitamos, nuestras mentes y lo mejor de nuestra inteligencia puede alcanzar las más altas esferas celestiales. La experiencia nos muestra que aquellos que se han encaminado al estudio y seguimiento de las huellas de estos maravillosos genios, aunque la naturaleza les haya prestado poca o ninguna ayuda, llegan a participar de la divinidad de su sobrenatural obra».
A medida que vamos comprendiendo la multiplicidad de la inteligencia y las capacidades de la mente, acariciamos la idea de que la naturaleza nos presta más ayuda de lo que nunca habríamos imaginado. En Atrévete a pensar como Leonardo da Vinci nos dedicaremos al «estudio y seguimiento de las huellas» del que ha sido el más maravilloso de todos los genios, acercando a nuestra vida diaria su sabiduría e inspiración.
UN ENFOQUE PRÁCTICO DEL GENIO
En las siguientes páginas aprenderá una visión práctica, proveniente de la experiencia, con la que aplicar los elementos esenciales del genio de Leonardo y enriquecer así su vida. Descubrirá un estimulante y original modo de mirar el mundo disfrutándolo, desarrollando poderosas estrategias de pensamiento creativo y nuevos modos de expresión. Aprenderá probadas técnicas para agudizar sus sentidos, liberar su inteligencia, que es única, y armonizar el cuerpo con la mente. Teniendo a Leonardo como inspiración, convertirá su vida en una obra de arte.
Aunque ya esté familiarizado con la vida y la obra de Da Vinci, cuando acabe este libro tendrá una perspectiva fresca y más profunda de esta enigmática figura. Si mira al mundo desde este ángulo, probará también la soledad que acompaña a todo genio, pero puedo garantizarle que se sentirá elevado por su espíritu, inspirado por su curiosidad y exaltado por su conexión con él.
El libro comienza con un repaso del Renacimiento y sus paralelismos con nuestros días, a lo que siguen algunos apuntes biográficos de Leonardo y un resumen de sus mayores logros. El contenido esencial del libro se articula en torno a los siete principios de Da Vinci, que he nombrado en el idioma del maestro, el italiano. Hemos llegado a estos fundamentos a partir del estudio intensivo de él y de sus métodos. Quizá hasta le resulten obvios a primera vista. De esta forma, no tendrá que inventarlos para aplicarlos a su vida; más bien, como con el sentido común, le bastará con recordarlos, desarrollarlos y aplicarlos.
Los siete principios de Da Vinci son:
Curiosità: tomarse la vida con una insaciable curiosidad y buscar implacablemente el aprendizaje continuo.
Dimostrazione: el compromiso de contrastar el conocimiento con la experiencia, la persistencia y la voluntad de aprender de los errores.
Sensazione: el continuo refinamiento de los sentidos, especialmente la vista, como modo de vivificar la experiencia.
Sfumato (literalmente «esfumarse»): el deseo de abrazar la ambigüedad, la paradoja, la incertidumbre.
Arte / Scienza: el desarrollo del equilibrio entre la ciencia y el arte, entre la lógica y la imaginación. «El cerebro íntegro» en acción.
Corporalità: el cultivo de la gracia, lo ambidiestro, la salud, el equilibrio.
Connessione: el reconocimiento y el aprecio por la interconexión de todas las cosas y los fenómenos. Los sistemas piensan.
Si ha leído hasta aquí, ya está aplicando el primero de los principios. La curiosità (la búsqueda del aprendizaje continuo) es el primer paso porque el deseo de conocer, de aprender y de crecer es el alimento del conocimiento, la sabiduría y el descubrimiento.
Si le interesa pensar por sí mismo y liberar su mente de hábitos estrechos y prejuicios, entonces está en el camino hacia el segundo principio: la dimostrazione. En su búsqueda de la verdad, Da Vinci insistía en cuestionar los conocimientos convencionales. Usaba la palabra dimostrazione para expresar la importancia de aprender por uno mismo, a través de la experiencia práctica.
Párese un momento y recuerde las veces que, el año pasado, se sintió más vivo. Es posible que en ese momento sus sentidos se intensificaran. Nuestro tercer principio, la sensazione, se centra en agudizar los sentidos conscientemente. Leonardo creía que una conciencia sensorial refinada era la clave para enriquecer la experiencia.
Cuando agudice sus sentidos, adéntrese en las profundidades de la experiencia y despierte su capacidad de cuestionamiento más infantil; encontrará cada vez más incertidumbre y ambigüedad. La «duda permanente» es el rasgo más distintivo de la gente creativa, y probablemente Leonardo tenía más de ese rasgo de lo que nadie haya tenido nunca. El principio número cuatro, sfumato, nos ayuda a sentirnos más cómodos ante lo desconocido, a ser amigos de la paradoja.
Para que el equilibrio y la creatividad puedan emerger de la incertidumbre, es necesario el principio número cinco, arte / scienza, o como lo llamamos actualmente: pensamiento «a cerebro completo». No obstante, Da Vinci creía que el equilibrio traspasaba las fronteras de la mente. No se cansaba de afirmar y demostrar la importancia del sexto principio: la corporalità, el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Y si le parecen importantes los modelos, las relaciones, las conexiones y los sistemas (si ansía comprender cómo puede integrar sus sueños, sus éxitos, sus valores y las más altas aspiraciones en su vida cotidiana), es que está aplicando el principio número siete: la connessione, que los agrupa en sí mismo a todos.
Cada principio va acompañado de extractos de los cuadernos del maestro y presenta ilustraciones con pinturas o bocetos suyos, a lo que siguen algunas cuestiones para la reflexión y la autoevaluación, organizadas en fichas. Éstas están diseñadas para estimular su pensamiento e inspirarle la aplicación de los principios. Después de ellas, se propone un programa de ejercicios prácticos para cultivar un renacimiento personal y profesional. Para sacarle todo el jugo a Atrévete a pensar como Leonardo da Vinci, lea el libro hasta el final y no haga los ejercicios. Simplemente observe las cuestiones para la reflexión y autovaloración. Tras este primer vistazo, revise la explicación de cada principio y entonces haga los ejercicios. Algunos son fáciles y divertidos, mientras que otros suponen un reto para nuestro trabajo interior. Todos ellos están diseñados para convocar el espíritu del maestro a su vida diaria. Además de los ejercicios, encontrará una bibliografía recomendada y una lista de recursos para ayudarle a investigar y aplicar cada principio. La bibliografía incluye recomendaciones sobre el Renacimiento, la historia de las ideas, la naturaleza del genio y, por supuesto, sobre la vida y la obra de Leonardo.
Isabel Moreno
De Leonardo podríamos decir muchas cosas como que fue el inventor del helicóptero; el autor de la Gioconda; sospechoso de practicar la pederastia; diseñador de las armas más mortíferas que hubiera podido haber en su tiempo, los cañones; un excelente tocador de lira, capaz de doblar con los dedos la herradura de un caballo; modelo, cuando era joven, para el David de Verrocchio y de viejo para el Platón de La escuela de Atenas, de Rafael; y por mucho que pudiéramos decir en estas líneas seguiría siendo Leonardo un gran desconocido.Pensaba que la mecánica era la más noble de las ciencias "puesto que vemos que por medio de ella realizan sus acciones todos los cuerpos animados que poseen movimiento". Previó el principio de inercia, que después Galileo demostró experimentalmente, vio la imposibilidad experimental del "movimiento continuo" como fuente de energía, adelantándose en esto a Stevin de Brujas. Aprovechó el conocimiento de esta imposibilidad para demostrar la ley de la palanca por el método de las velocidades virtuales, un principio que ya enunciaba Aristóteles y que utilizaron más tarde Bernardino Baldi y Galileo."Al abordar un problema científico, dispongo primero diversos experimentos, ya que pretendo determinar el problema de acuerdo con la experiencia, mostrando luego por qué los cuerpos se ven obligados a actuar de ese modo. Ese es el método que hay que seguir en todas las investigaciones sobre los fenómenos de la Naturaleza"
"Hemos de consultar a la experiencia en una diversidad de casos y circunstancias hasta que podamos extraer de ellos una regla general que en ellos se contenga. ¿Para qué son útiles estas reglas? Nos conducen a ulteriores investigaciones sobre la Naturaleza y a las creaciones artísticas. Nos impiden engañarnos a nosotros mismos o a los demás prometiéndonos resultados que no se pueden conseguir".
Me pareció en sueños ver y escuchar esta frase:
Léeme, oh lector, si en mi encuentras
deleite, porque raras veces regresaré de nuevo a este mundo.
Leonardo da Vinci