Dr. Iván Seperiza Pasquali
Quilpué, Chile
24 de diciembre de 2002

Amigas y Amigos CiberLectores:

Algunos me han preguntado por correo electrónico qué significa el logo del título de mi página Mundo Mejor: isp2002. Las tres letras representan las iniciales de mi primer nombre con los dos apellidos, el paterno y el materno. En cuanto al número 2002 nunca supe la real razón. Al momento de elegir en forma apresurada un logo, así surgió y así lo hice. En el correo electrónico uso como logo isp1001  lo elegí pensando quizá, en el primer año capicúa del segundo milenio, milenio que me vio nacer. 2002 representa a su vez el primer año capicúa del tercer milenio y, hace cinco a seis años atrás, al crear la página WEB representó un signo de optimista fe personal que se pasaría al nuevo milenio a pesar de tanto hecho apocalíptico en contrario.

He cumplido un ciclo que podría llamarlo de 1982 a 2002. Este ciclo hizo que en año 1982 apareciera mi primer libro: La Respuesta es: y ya me ha permitido dejar en InterNet 97 títulos al finalizar estos 20 años. En 1983 edité el segundo libro, en 1984 el tercero, lo que completó una trilogía. Me fui al silencio hasta el año 1992 en el que la llegada del primer computador al hogar me hizo escribir el cuarto libro, titulado "Mi primer computador" con un anexo sobre la mente enfocada ahora como nuestro gran computador sutil, siendo el cerebro su natural computador biológico con los que al mundo llegamos. El año 1994 volví a escribir, sin editar, sino que sacando algunas fotocopias, hasta que decidí en 1998 crear una página en InterNet donde logré, mediante disquetes, rescatar varios de los escritos hasta esa fecha. Allí, en la página WEB de InterNet titulada MUNDO MEJOR, en esos abundantes y variados títulos, está todo lo que me correspondía señalar y más una vez con variaciones sobre el mismo tema, en un Repetita Iuvant tan necesario para asimilar ciertos conceptos, en ocasiones transpersonales o abstractos. Nada de lo recibido os niego, podéis rechazar o aceptar...

Finaliza 2002 y vuela la imaginación: pienso cuán grato sería para mi extender los brazos y volar, volar y volar ojalá llegando más allá de las estrellas donde Alguien nos aguarda. Se enciende la pantalla del Recuerdo. Como dijo el poeta: "Recuerde el alma dormida avive el seso y despierte..." Despierto me veo en Córdoba, Argentina. Es el último año de estudio previo trasladarme a Montevideo, Uruguay con el fin de graduarme y, con ese título poder regresar al Hogar y la Patria. Lugar, calle Humberto primo; una vieja casona en cuyo segundo piso vivía. Día, 24 de diciembre. Caminando unas veinte cuadras, ya de noche, calurosa y húmeda noche, me voy al Hospital Cínicas para dar mi último examen de Medicina en Argentina. Son las 22 horas y, en una amplia sala con 16 camas hago la anamnesis y examino al paciente sorteado. Siento que me tocan el hombre y despierto, me había quedado dormido a los pies de la cama de mi paciente. Viene la comisión examinadora. Ante ellos expongo y, en Clínica Quirúrgica II recibo la máxima calificación de un 10 con felicitaciones. Regreso a casa mirando cómo los hogares festejaban la Navidad y llego a mi pieza, solo, era el único extranjero y los otros cinco estudiantes se habían ido a sus hogares a pasar las fiestas. Enciendo la radio y Radio Nacional Córdoba, justo a las 24 horas comienza la transmisión de la Novena Sinfonía Coral de Beethoven... ... ...

Pienso en los Grandes Iniciados y, entre ellos, el más grande de los Grandes Iniciados como, por algunos, es considerado Jesucristo cuya fecha de nacimiento, que ahora rememoro, tanto marcó mi vida.

Su persona divide la historia en dos grandes eras: Antes de Cristo y después de Cristo. No hay otro ser así. Como tampoco lo hay en su nacimiento; sólo Él llegó al mundo, de madre virgen, como LUZ que gradualmente tomó la forma del niño. Quizá por eso se le llama al parto alumbramiento, quizá. Sólo Él legó a la moderna ciencia un Testimonio Sagrado como lo es la Sindone que permitió a la Ciencia comprobar qué sucedió con Él en la tumba: Levitó, se desmaterializó irradiando una intensa energía que impregnó la tela de lino dejando allí su sorprendente testimonio en negativo fotográfico, codificado para la tecnología de nuestros días. No hay otro SER llegado a la Tierra similar a Él.

A su vez en Él se han inspirado las más hermosas melodías como lo son, entre otras, los Cantos Gregorianos y "¡Noche de Paz!". Siendo esta la melodía popular de máxima inspiración, mayor difusión y, teniendo a su vez un humilde origen.

La letra de las seis estrofas del villancico navideño "Noche de Paz" fue escrita en 1816 por el padre Joseph Mohr estando él en la iglesia de Mariapfarr, Austria. Dos años después, en 1818, se encontraba a cargo de la Iglesia de San Nicolás de Oberndorf y, a pocos días de la Navidad el órgano de la Iglesia no funcionó, se dice que por culpa de las ratas. Urgido por la cercanía de la Navidad el padre Mohr le pasa la letra de su villancico a Franz Xaber Gruber, maestro de escuela en el pueblo de Armsdorf y organista de la iglesia de San Nicolás, para que le compusiera la música de manera acelerada. En pocas horas la letra tenía su partitura. ¡NOCHE DE PAZ! inundó con su melodía y letra esa misma noche la misa del Gallo. El Padre Mohr lo cantó como tenor acompañado por Gruber en la voz de bajo quien tocaba la melodía en guitarra, mientras el coro de la localidad hacia el "ritornello" de los dos últimos versos.

Aquel 24 de diciembre de 1818 la Iglesia de San Nicolás de Oberndorf, una pequeña aldea situada a 10
kilómetros al norte de Salzburgo, irradió con el mágico villancico PAZ hacia todo el planeta. Mohr y Gruber, sin saberlo ni suponerlo, aquella noche pasaron a la historia con el más famoso villancico conocido, traducido a más de 300 idiomas y dialectos. "¡Noche de Paz!", a diferencia de otros villancicos regionales, pasó a ser la melodía navideña más escuchada y entonada del ámbito mundial; de lo local pasó a ser un emblema mundial.

Es tan sublime la composición que, "entendidos" afirmaron, era una creación de algún genio musical como Haydn, Mozart o Beethoven. Afortunadamente hace unos seis años apareció el manuscrito original que demuestra la autoría de los humildes Mohr y Gruber:

Un relato sobre lo sucedido con la "famosa" Iglesia de San Nicolás de Oberndorf señala:

A fines del siglo XIX, el templo de San Nicolás sufrió un terrible incendio dejándolo en un estado tan precario que se hizo necesario demolerlo en 1906 por razones de seguridad. En el mismo sitio donde se encontraba la antigua iglesia se levanto en una pequeña capilla conmemorativa del Stille Nacht inaugurada el 15 de agosto de 1937 para recordar el lugar donde se cantó la célebre canción navideña y en honor de sus autores. La capilla, de dimensiones modestas, es de planta octogonal con una cúpula como techo. En su interior, sobre el altar adosado a la pared se levanta un hermoso retablo de madera tallada polícroma que recuerda los misterios de la vida de Cristo. El panel mayor del retablo, ubicado en la parte superior y que abarca los dos tercios de la altura total, esta dedicado a la Natividad de nuestro Señor. Tres paneles inferiores registran La Adoración de los Magos, La Huida a Egipto, y entre ambos la Crucifixión. En los dos únicos ventanales de los lados de la capilla se encuentran dos vitrales con los retratos de los autores, el Padre Mohr y el Profesor Gruber. Todas las Nochebuenas, la capilla emplazada en un sugestivo jardín poblado de abetos que lucen un espeso manto de nieve, es engalanada e iluminada especialmente, teniendo lugar allí las celebraciones navideñas con gran participación de feligreses, muchos de ellos vestidos con sus trajes tradicionales.
http://www.encuentra.com/includes/documento.php?IdDoc=2827&IdSec=456

Varios Evangelios Apócrifos u ocultos, no considerados en el canon del Nuevo Testamento cuando este fue recopilado, hace ya unos 1.700 años, se refieren a la Natividad de Jesús. Veamos algunos versículos:
 

De la Natividad de Jesús Al día siguiente, mientras se encontraba María junto a la fuente, llenando el cántaro de agua, se le apareció el ángel de Dios y le dijo: "Dichosa eres, María, porque has preparado al Señor una habitación en tu seno. He aquí que una luz del cielo vendrá para morar en ti y por tu medio iluminará a todo el mundo. Mandó el ángel parar la caballería porque el tiempo de dar a luz se había echado ya encima. Después mandó a María para que bajara de la cabalgadura y se metiera en una cueva subterránea, donde siempre reinó la oscuridad, sin que nunca entrara un rayo de luz, porque el sol no podía penetrar hasta allí. Mas, en el momento mismo en que entró María a la gruta se inundó de resplandores y quedó todo refulgente como si el sol estuviera allí dentro. Y, mientras estuvo allí María, el resplandor no faltó ni de día ni de noche. Y en esto he aquí que llega una muchacha con el taburete que utiliza para atender a las parturientas. José le dijo: "Hija, ¿a dónde vas con ese taburete? La muchacha contestó en estos términos: "Me ha enviado aquí mi maestra, pues se presentó un joven con toda prisa, diciéndole: Ven con rapidez a atender un nuevo parto, pues una doncella está a punto de dar a luz por primera vez. Al oír esto, mi maestra me envió a mi por delante. Ella viene detrás." Y José se adelantó con dirección a la ciudad, dejando a María en compañía de su hijo Simeón. Al llegar José y la partera a la gruta donde se encontraba María, he aquí que ésta estaba sombreada por una nube luminosa. De repente, la nube empezó a retirarse y brilló dentro una luz tan grande, que los ojos no podían resistirla. José dice a María: "Mira, te he traído a la comadrona  Zaquel o Zelomi. Está afuera, a la entrada de la cueva, y no se atreve a venir hasta aquí por lo excesivo del resplandor. Ha venido para ver si necesitas alguna medicina". María sonrió al oír esto y José la hizo entrar. Esta se paró ante la presencia de María. Después que ésta consintió en ser examinada, exclamó la comadrona y dijo a grandes voces: "Misericordia, Señor y Dios grande, pues jamás se ha oído, ni se ha visto, ni ha podido en  humana sospecha que unos pechos estén henchidos de leche y que a la vez un niño recién nacido esté denunciando la virginidad de su madre. Virgen concibió, virgen ha dado a luz y continúa siendo virgen". Afuera halla a Simeón de pie. Este le preguntó: "Te ruego me des a conocer lo que has visto". Dícele la comadrona: "Siéntate y te contaré algo maravilloso. No quedará esto oculto para ti, ya que es un asunto de muchos bienes. Así pues, presta atención a mis palabras y retenlas en tu corazón: Cuando hube entrado para examinar la doncella, la encontré con la faz vuelta hacia arriba, mirando al cielo y hablando. Yo creo que estaba en oración. Me eché a andar, pero no podía avanzar; en aquel momento se pararon todas las cosas, silenciosas y atemorizadas: los vientos dejaron de soplar; no se movió hoja alguna de los árboles, ni se oyó el ruido de las aguas; los ríos quedaron inmóviles y el mar sin oleaje; callaron los manantiales de las aguas y cesó el eco de voces humanas. Por doquier reinaba un gran silencio. Hasta el mismo polo abandonó desde aquel momento su vertiginoso curso. Las medidas de las horas habían ya casi pasado. Todas las cosas se habían abismado en el silencio. En una palabra, todas las cosas eran en un momento apartadas de su curso normal. Y en cuanto nació la luz, la doncella adoró Aquel a quien reconoció haber ella misma alumbrado. El niño lanzaba de sí resplandores, lo mismo que el sol. Estaba limpísimo y era gratísimo a la vista. Yo, por mi parte, quedé llena de estupor y de admiración, tenía fija mi vista en el intenso resplandor que despedía la luz que había nacido. Y esta luz fuese poco a poco condensando y tomando la forma de un niño, hasta que apareció un infante tal como son los hombres al nacer. Me incliné, le toqué, le levanté en mis manos con gran reverencia y casi no tenía peso. No estaba manchado en lo más mínimo, sino que su cuerpo todo era nítido; era ligero de peso y radiante a la vista.. No lloraba, me dirigió una gratísima sonrisa; después fijó en mi una penetrante mirada y al instante salió de su vista una gran luz como si fuera un relámpago. Me acerqué luego a la doncella y comprobé que no estaba manchada de sangre: He encontrado virgen a esta doncella puérpera".  Simeón respondió al oír esto: "Dichosa de ti, oh mujer, que has sido digna de presenciar y anunciar esta nueva y santa visión". Le pregunté a María ¿Quién eres tú? Ella me respondió: "Como mi hijo no tiene igual entre los hombres, su madre no la tiene entre las mujeres". Y, diciendo esto, le dijo a su aprendiz: "Hija mía, coge el taburete y vámonos. Hoy mi vejez ha podido ver a una parturienta sin dolores y a una virgen que es madre, si es que lo que acabamos de ver puede llamarse parto". Además había una enorme estrella que expandía sus rayos sobre la gruta desde la mañana hasta la tarde, sin que nunca jamás desde el origen del mundo se hubiera visto un astro de magnitud semejante. Tres días después de nacer el Señor, salió María de la gruta y se aposentó en un establo. Allí reclinó al niño en un pesebre, y el buey y el asno le adoraron.

Cada vez que leo este relato sobre la Natividad quedo anonadado en mi capacidad de asombro y para nada me sorprende que un Ser así, que vino al mundo en voluntario Sacrificio para consolidar nuestro despertar, nos haya dejado hace 2.000 años como testimonio el Manto Sagrado. Pienso en los esenios, esa maravillosa comunidad iniciática que actuó preparando el "terreno" para Su llegada, sucedida como la del nacimiento de la luz que se hizo hombre; Pienso en la "Estrella" de Belén, una enorme y refulgente nave espacial; Pienso en los ángeles que, desde niña acompañaron a María, otro Ser especial como ella misma lo reconoció ante la partera al responderle: "Como mi hijo no tiene igual entre los hombres, su madre no la tiene entre las mujeres", pues no había, hay ni habrá humana mujer en el mundo, capaz de llevar en su seno a la Luz que aquel día nació, sin ella ser desintegrada por la marcada diferencia de potencial vibratorio entre lo humano y lo divino; Pienso que no estamos solos y que Ellos desean lo mejor para nosotros sin interferir con nuestro evolutivo camino; Pienso en Su retorno que será maravilloso al poder cada uno contemplar la transfiguración humana inducida por Su Energía. En fin, tantas cosas que pienso dado que existo.

El año 2002 ha sido más trascendente de lo que el común de la gente supone, no tan solo por el cambio de clima, aumento de la radiación ultravioleta, desempleo, drogadicción, temor, corrupción, violencia..., sino por la "sensación" que algo especial sucede y lo vivimos en una nueva atmósfera planetaria, todo lo cual hará que, cual ave fénix se renazca de las cenizas de un presente que será pasado.

Con pena aprecio cuánto se olvidó Su Enseñanza orientada a demostrar nuestro divino origen y que Dios es solo Amor, Comprensión y Perdón, teniendo cada uno las suficientes oportunidades de vida hasta alcanzar la meta de la Perfección sin condena ni eterno castigo dado que somos eternos y en esencia, como espíritu, Hijos de Dios y nada perecible y transitorio puede afectar a lo eterno.

El único SER que vino al mundo como la Luz, lo hizo "para todos" como el Enviado que prometió volver. Por las señales que Él nos dejó, todas ya cumplidas, al parecer pronto debiera aparecer. Lo hará de la misma forma en que se fue, en Su radiante cuerpo de luz y no actuará de manera excluyente, sino que en forma aglutinante fraternal. Él surgirá radiante y resplandeciente para transformar a todos por igual y, entonces, se tendrá un cuerpo similar al de Él.
 

Entre los años 1982-2002, todas las preguntas que la vida me permitió plantear acá quedaron con Respuesta, que ignoro por qué encontré y, más allá del azar o la sin razón dan una razón de ser, y esa fue mi misión, la que no me corresponde juzgar desde la Galería donde me encuentro y el destino me ubicó. Humano soy a mucha honra y como tal demando:

Por cuna, raza, credo, condición social o intelectual nadie es superior a TI y TÚ no eres superior a ninguno. En el orden Cósmico somos iguales; evolucionando en cumplimiento de la personal misión de, vida a vida, crecer.

No somos del mundo. Somos seres eternos en tránsito evolutivo por el mundo. La causa del dolor y sufrimiento está dada por nuestro apego a la ilusión de lo transitorio. A menor apego mundano; menor dolor y sufrimiento con mayor desarrollo cerebral y manifestación mental que facilita la intuición y el discernimiento. Quien se desapega activa la sutilización mental que ahora se ve favorecida en nosotros. Una mente más sutil induce una mutación genética por sustitución transmutativa del genoma homínido por su contraparte suprahumana... ... ...

Dr. Iván Seperiza Pasquali
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isp2002@vtr.net
Quilpué, Chile
24 de diciembre de 2002